Más de 25 Años a su Servicio pRODUCTOs • Elaborados de forma artesanal • Hechos a gusto de todos porque no llevan sal • Sin aditivos ni conservantes naturales 100°^0 HI B RICACIÓN Y UISTRIBUCI Ó N OE PATATAS FRITRS Y A P ERITIVOS Polígono Industrial CAMPO ALTO - Calle Francia, N.° 5 Tfno. 538 36 20 - Fax 538 34 47 Apdo. Correos 590 ELOA ST 1FF N.^^ 41 Edita: AYUNTAMIENTO DE ELDA Dirección: MANUEL SERRANO GONZÁLEZ Auxiliar de Redacción: VICENTE DELTELL VALERA Consejo de Cultura y Redacción: PEDRO CIVERA COLOMA JOAQUIN LAGUNA BLASCO JOSE LUIS BAZAN LOPEZ OCTAVIO J. PEIDRO PADILLA JOSE CASAO LUCAS MIGUEL BARCALA VIZCAINO CHARO MORENO MARTINEZ JUAN MARHUENDA SOLER FRANCISCO SANCHEZ MARTINEZ JOSE MATEOS GRAS FRANCISCO PAYA BUSQUIEL ANTONIO MIRA SEMPERE TEXTOS por orden de aparición: Manuel Serrano González, Emilio Castelar, Sara Navarro, Gabriel Segura Herrero, Luis Navarro Sánchez, Ramón Candelas Orgilés, Tomás V. Pérez Medina, José Luis Bazán López, Pedro Gras Chinchilla, Antonio Porpetta, Andrés Lloret, Lydia Sanchis, Salvador Pavía, Sacra Leal, Pedro Maestre Herrero, Evangelina Lorenzo, J. Mira Torregrosa, Antonio Peñalver, Antonio Juan Muñoz, Nemesio Ramirez Pastor, Milagros Bru, Oscar L. Ortega, Manuel Martínez Lledó, Concepción Juan Vera, Agrupación Médico Quirúrgica, Heinrich Sánchez, M^ J. Sánchez, Víctor Santos Rodríguez, Miguel Barcala Vizcaíno, José Luis Sáez y Navarro, Ramón González Amat, M. Salud Sánchez López, José Luis Martínez Lázaro, Enrique Selva, A. Gómez Ruiz y Joaquín Tenés. Fotografías: M. Serrano González, Carlson, Ramón Candelas, Rafa, J. Cruces, Pedro Gras, Juan J. Pagán, Ernesto Ortiz, Pepe Pla, Penalva, Adriano Gómez y Antonio Mira. Dibujos: Joaquín Planelles (diseño portada y varias ilustraciones interiores), Tomás V. Pérez Medina, Pablo Román y Antonio Peñalver. Distribución: EMIDESA ( Empresa Municipal de Información de Elda, S.A.). Jardín de la Música, s/n. 03600 ELDA. Telf. 5392577. Fax 5394433. C.I.F. A-03272598 Impresión: Gráficas DÍAZ, S.L. San Vicente/Alicante Tirada: 1 .500 ejemplares Depósito Legal: A.1197-1996 sun^^R^v ÍNDICE DE AUTORES Y TRABAJOS Página SERRANO GONZÁLEZ, MANUEL Editorial ................................... 5 AZORIN SORIANO, JUAN PASCUAL Saluda del Alcalde .............. 7 CASTELAR, EMILIO. La Natividad del Señor ................................ 10 ANONIMO. Villancico .................................................................... 13 NAVARRO, SARA. Pregón Fiestas Mayores 1996 ............................ 16 HISTORIA E INVESTIGACION -GABRIEL SEGURA: Réquiem por nuestra antigua iglesia de Santa 20 -RAMON CANDELAS: Tordesillas, S. Crispín y S. Crispiniano..... 26 -TOMAS V. PEREZ MEDINA: Martinetes de esparto y molinos papeleros de agua en Elda (siglos XVIII-XIX) . ................................ 29 Ana .............................................................................................. COSTUMBRISMO -JOSE LUIS BAZAN: Historia de un carrico ................................. 36 -PEDRO GRAS CHINCHILLA: Elda, feliz y dichosa... .................. 38 LITERATURA Narrativa -ANTONIO PORPETTA: EI señor de los lirios .............................. 42 -ANDRES LLORET: Andrés caminanté (fragmentos de la obra inédita) ................................................................................................ 43 -LYDIA SANCHIS: Zapatos .......................................................... 48 Poesía -SALVADOR PAVIA: La poesía de don Juan Madrona .................. 51 -SACRA LEAL: Poemas .................................................................... 55 -PEDRO MAESTRE: Poema ............................................................. 55 -J. MIRA TORREGROSA: Desde las tinieblas (fragmento) ............ 57 -EVANGELINA LORENZO: Poemas ................................................ 58 Narrativa -ANTONIO PEÑALVER: EI juego de las parejas ........................... 59 -LYDIA SANCHIS: Parábola verde en mi menor ......................... 61 Página ARTE -MANUEL SERRANO: Vida y obra de Patrocinio Navarro, pintor ........................................................................................... 68 -MANUEL SERRANO: Obra fotográfica de Ernesto Ortiz Artega .......................................................................................... 75 ECOLOGÍA -RAMON CANDELAS: EI espíritu de un paraje ............................ 88 -MANUEL SERRANO: Itinerarios del Valle .................................. 90 EFEMÉRIDES -ANTONIO JUAN: La otra historia del C,D, Eldense en su 75 . . , aniversario ................................................................................... -NEMESIO RAMIREZ PASTOR: Exposición 50 años de la Plaza de Toros ........................................................................................ 102 -MILAGROS BRU: A propósito de Paquito Bru ............................... 103 -OSCAR VERA: Otro artículo sobre toros. Tauromáquia eldense: una aventura cuasi secular ............................................................ 105 -CONCEPCION )UAN VERA: Hijo predilecto de Elda ................. 108 -EXPOSICION Elda y la Montaña ................................................ 110 -AGRUPACION MEDICO QUIRURGICA: 2.`- aniversario Rafael Rei na ........................................................................................... 111 -PREMIOS MADRASSA ................................................................... 112 MÚSICA -VICTOR SANTOS: Paquito Ortega, siempre entre tablas ............ 114 -MIGUEL BARCALA VIZCAINO: La huella del Maestro Requena 119 -JOSE LUIS SAEZ: Agrupación de Pulso y Púa del CEE ................ 124 -RAMON GONZALEZ AMAT: Asociación Musical Virgen de la Salud ....................................................................................... 127 -M. SALUD SANCHEZ: Matilde Insa, pianista ............................ 129 ENSAYO -JOSE LUIS MARTINEZ LAZARO: Elda nos necesita a todos........ 132 -ENRIQUE SELVA: Sobre la supuesta deshumanización del Arte Moderno ...................................................................................... 133 -A. GOMEZ RUIZ: EI legado idiomático del árabe y castellanismos en el árabe vulgar del norte de Marruecos . ................................. 137 -ENRIQUE SELVA: EI viaje de Fausto ........................................... 141 -JOAQUIN TENES: EI sentimiento y la palabra ............................ 150 uando después de superar las Fiestas Patronales, a nuestro juicio exitosas al máximo en este año, el nuevo equipo de gobierno del Excmo. Ayuntamien to, adoptó la decisión de editar el número 41 de ALBORADA, se responsabilizó a mi persona de la dirección de la Revista en función a mi condición y cargo como Concejal de Cultura y Patrimonio, así como, por mi experiencia anterior como autor en la edición de otras publicacines y libros. Mi única condición a mi aceptación era dar un giro total a la publicación, así como que se pudiera editar y publicar en La Navidad. zPorqué en esta fecha? Fundamentalmente porque creo que la Navidad es la fiésta madre de todas las fiestas, por su sentido tradicional dentro de todo occidente, así como por su sentido íntimo de fiesta entrañable y Familiar dentro de la cultura española. Por esto creí y creo que la Alborada, debía salir oliendo a madroños, mirtos y muérda gos como nuestros infantiles nacimientos y entre las pajas de un invierno seco como si de un Belen se tratara añejo y romántico. Y tan humano y afec tivo como las propias fiestas y fechas que diciem bre desde el veinticuatro al treinta y uno de cada año, deja caer hoja a hoja de su calendario. Y en el ambiente resuenan los ecos añejos de los viejos villancicos cantados a coro en cada casa y cada chimenea, por chicos y grandes. Mientras que las campanas de Santa Ana, la Inmaculada, San Fran cisco o San José Obrero, nos convocan a la misa del gallo entre brumas de la noche, vahos, bufan das, panderetas y zambombas. Y es que la fiesta de la conmemoración del Nacimiento de un niño Ilamado Jesús de Judea traspasando fronteras y naciones Ilama a los hombres de buena voluntad de todo el mundo a la pretendida paz y concordia. Y en Elda y en esta Navidad queremos que sea, La Alborada el alardo que convoque voluntades y actitudes haciendo nuestra y en nuestro número, la convocatoria de voluntades eldenses en esa dirección y se convierta en suma de intenciones y deseos. Hemos querido también que la imagen física de la revista envuelta en celulosa, se Ilame de este modo: (Investigación, Historia, Ciencia, Fiestas, Narra tiva, Poesía, Fotografía, Pintura, Música, Teatro, etc.). Hemos querido regalar el libro de Alberto Nava rro Los Versos del Seráfico emulando a los Reyes Magos trasformando los versos del Seráfico en incienso, oro y mirra, cambiando a oro y las dos plantas aromáticas por versos del autor local, al tiempo que para reeditar este libro de Alberto para públicamente rememorarle y agradecer desde aquí, lo que su pluma y su Valle de Elda han hecho demostradamente y en muchos años por la cultura eldense y eldensista. Hemos pretendido que estén todas las firmas de gente que hoy hace camino al andar con sus inves tigaciones y sus artículos en todas las ramas de la cultura y entendida sin otra condición, ni color cual sea escrita con letras mayúsculas. En suma, hemos pretendido hacer una publica ción renovada y con nuevos mensajes de estilo y esperanza y en la convicción de que Ilegue a todos los hogares eldenses. Deseando desde aquí a todos nuestros conciudadanos, así como a todos los que lean este mensaje, pasen una feliz Fiesta de Navi dad y un próximo año 1997 Ileno de aventuras, paz, éxito y trabajo. Donde todas las expectativas, ilu siones, asi como las esperanzas se vean repletas y colmadas. En fin... iFeliz Navidad y Alborada! Manuel Serrano González Concejal de Cultura y Patrimonio r. ? Sa L uda de l Al ca L de stimados lectores: Puntual a su obligada cita anual, la Revista ALBORADA se presenta a sus cada día más numerosos adictos, entre los que honro en contarme. Nuestra Revista, que ocupa un merecido lugar de honor entre otras publicaciones similares de la Comunidad Valenciana, Ilena sus pági nas de contenido cultural, científico, artístico,... Todo aquello que se va aña diendo al devenir de nuestro pueblo. AI plasmar en las páginas de ALBORADA nuestros sentimientos e inquietudes, estamos aproximándo nos a la realidad de la Elda culta, sabia y participativa, mucho más numerosa y rica de lo que algunos creen. Estamos dejando nuestra hue Ila en la pequeña historia local para ` que quienes nos vean desde el futu ro, sonrían a un pasado floreciente de una Elda vibrante y bulliciosa donde todo tiene un lugar donde manifestarse. Además, la Revista ALBORADA Ilega en la fecha más oportuna, con la Navidad. Resulta rá una agradable lectura en estos días de fiesta, un objeto de regalo entre familiares y amigos que se agradece. Quiero aprovechar la oportunidad que me brinda la Revista para desearos a todos unas felices Navidades y que el próximo año a punto de comenzar os colme de salud y bienestar. Que todo aquello por lo que vale la pena vivir una vida plena esté presente en cada uno de los hogares de las familias eldenses en este año de 1997 que está a punto de comenzar. Un saludo de vuestro Alcalde. Juan Pascual Azorín Soriano ^ ^JUflf1 :tifRflflflDfl C U R 1 I D O S Teléfono 539 82 87 Hilarión Eslava, 10 Fax 539 83 59 E L D A 1 Grupo Ferrándiz Tratamientos y Estampaciones Ferrándiz, S.L. C/. Veleta, n.° 4- 03600 ELDA (Alicante) Telf. (96) 539 49 55 Fax (96) 539 35 28 Fabricación de Cambrillones y Resortes Metálicos de Acero ^^ á^ ^^ ^„ ^` ^^= x Fornituras y Manipulaciones Metálicas, S.L. C/. Aneto, 3- 03600 ELDA (Alicante) Telf. (96) 539 49 55 - Fax (96) 539 35 28 fabricación de hebillas y adornos metálicos para calzaclo, bolsos, cinturones y confección FANTASIA Y MODA, S.L. Ctra. de S^c, n.° 38 - 03600 ELDA (Alicante) Telf. 196) 538 37 12 - Fa^c (96) 538 37 84 TEJIDOS INDUSTRIALES PARA CALZADO, MARROQUINERIA Y CONFECCION ya ^asa d^ ta^ taxtas C/. Juan Carlos I, 30 Telf. 538 37 00 ELDA .`^^. ^/ei^a.zx DOS ESTABLECIMIENTOS A SU SERVICIO Croc ĥ e Lis Cafetín Plaza Mayor • Telf. 538 73 OS ^ ELDA ^: ; Pizzería Italiana CLIMATIZADO DI-MAURO - P^ aza Mayor ^{^a^a ^^e l^st^^l lo celel^re w«^o^! d e C S ^ rtvr os dos evangelistas narrado res de la Natividad de Cristo son Mateo y Lucas. EI prime ro la menciona tan sólo al comienzo de su capítulo II, diciendo: Y como naciese Jesús en Belén de Judea, por los días del rey Hero des, he aquí que unos magos vinieron del Oriente a Jerusalén. Y preguntaron: zDónde se halla el rey de los judíos que ha nacido? Su estrella se ha visto en Oriente y nosotros Ilegamos a reverenciarle. AI oir esto el rey Herodes, turbóse mucho y con él toda Jeru salén. Convocados a este respecto los principes de los sacerdotes, así como los escribas del pueblo, pregun tóles dónde había de nacer Jesús. Y le dijeron: En Belén de Judea, porque así está escrito por el Profeta. Y tú, Belén, tierra de Judea, no eres pequeña entre los príncipes de Judá, porque de ti saldrá un guiador que sostenga y dirija mi pueblo Israel. Entonces Herodes, reuniendo en secreto a los magos, sacó de ellos el tiempo en que les apareciera la estrella, y enviándolos a Belén, dijo:Id allá y preguntad con diligencia por el niño. Y después que lo halléis, avisádmelo, para que yo también vaya y lo adore. Y ellos, oído al rey, se partieron. Y la estrella, vista en Oriente, les dirigía y guiaba en todo el camino, hasta que, Ilegado a su tér- mino, se posó donde Jesús estaba. Y notada la deten ción de tal estrella, holgáronse con verdadero intensí simo gozo. Y entrando en la casa, vieron al niño con su madre María. Hasta aquí San Mateo. Veamos a San Lucas ahora. Y aconteció en aquellos días que salie ra edicto, por Augusto César ordenado, mandando empadronar a todos los hombres. Tal empadrona miento se cumplió cuando gobernaba Cirenio la Siria. E iba cada cual a empadronarse por este superior man dato en la respectiva ciudad. Y subió José de Galilea, de la ciudad de Nazareth, a Judea, a la ciudad de David, que se Ilama Belén, por cuanto pertenecía, según su estirpe, a la casa y familia de David, para empadronarse con María, su mujer, su desposada, la cual María estaba encinta. Y aconteció que, hallándo se allí, vinieron aquellos días, en los cuales debió parir ella. Y parió a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había para ellos lugar en el mesón. Y rondaban pastores por la misma tierra, velando de noche sobre su ganado. Y vino del cielo un ángel del Señor sobre todos ellos, y el éter celeste los circundó con su resplandor, y tuvie ron gran miedo. Mas díjoles el ángel: No temáis, por que aquí, ahora, os doy nuevas de mucho regocijo para todo el pueblo. Ha nacido en la ciudad de David hoy un Salvador, que es Cristo. Y se os revelará esto por señales. Hallaréis al niño envuelto en pañal y echado en pesebre. Y súbito fué con el ángel una muchedumbre de los ejércitos celestiales, quienes ala baban al Creador y decían: Gloria en las alturas a Dios, y en la tierra paz a los hombres de buena volun tad. Y como los ángeles volvieran al cielo, dijéronse unos a otros los pastores: Pasemos, pues, hasta Belén, y veamos esto que nos ha sucedido, manifestado ya por el Señor. Y hallaron a María y José con el niño acostado en el pesebre. Y, al verle, notificaron lo que les revelaran de él; y todos los que oyeron, se maraviIlaron de cuanto los pastores decían. Mas María guar dábalo en su corazón. Y se volvieron los pastores loan do y glorificando a Dios, por haber pasado como se lo anunciaron a ellos. Hasta aquí los Santos Evangelios. La vieja literatura, preciada de ortodoxa, no se contenta con esta narración de la Natividad del Señor, en cuya doble autenticidad hay que librar todo lo sabido respecto de tal hecho. Así refiere que María pidió a San José licencia para disponer fajos y mantilas en que abrigó a su hijuelo. Tela de lino hilada por sus propias manos y urdida le valió para primer pañal; tela de lana ligera y suave le sirvió para la primera mantilla. Tejió le más tarde adrede para él túnica inconsútil. Y no se contentan los escritores ortodoxos con saber la mate ria de que se componían los vestiditos de Jesús, también saben el color, blanco y morado: también saben que previno José flores y hierbas y otros aromas, de los cuales María compuso agua olorosa, y rociando los fajos, doblólos, aliñólos, los guardó en una caja, donde los I levó después consigo a Belén. Y saben más, saben que, deteminado el día de su partida para cum plir el edicto de Augusto, con diligencia salió José por Nazareth en busca de cualquier animalejo sobre que Ilevar a su esposa, y le costó mucho trabajo encon trarlo por el número de gentes idas a cumplir el edic to. Y saben que, tras varias diligencias y penosos cui dados, losé dió con pobre jumentillo, sobre cuyo lomo colocó a María juntamente con aguaderas y zurrones, en que iban panes, frutas y peces, ordinario manjar de que se nutrían y regalaban. Y aun dicen más, aun dicen que, tras cinco jornadas, Ilegaron a Belén, sábado, en punto de las cuatro de su tarde, hora en que, por el solsticio de invierno, el sol se despide y se avecina la noche. Y siguiendo en su narración cuentan cómo no hallaron los esposos posada, pues nadie quiso abrigarlos; cómo, avir tud y por obra de todo esto, se refugiaron en la cueva de Belén; como José limpió el suelo y los rincones de la cueva en gran trecho; pues corridos los ángeles de verlo en tal faena, descendieron allí hasta barrerla y desempedrarla por completo. EI grande arte, sobre todo la pintura, ha exaltado el naci miento de Cristo. Pocas esce nas de la religión cristiana pue den ofrecer al pintor asunto de suyo tan artístico y con movedor. Así los mayores, entre aquellos que más des collaran en las artes del dibujo, no dudaron en tras ladar a paredes, tablas, ha trazado este bello argumento en cuadro que guar dan las galerías de Florencia. EI escenario resulta en tal obra esencialmente italianizado, mejor diho, de pura y antigua Toscana. Las montañas extendidas en las dos orillas del Arno, que semejan pirámides orientales e intercolumnios griegos, con los hermosísimos valles etruscos de severa vegetación y de colinas armoniosas, componen todo su fondo. En segundo término álzase lo que podríamos Ilamar campesino sombra ^^^^_^ ^ jo: una choza meridional, a todos los ningún modo al árido y abrasado suelo de Pales tina. Fresco césped, cu bierto por gayas flores, con especialidad por bien olien tes lirios, lo alfombran. En tan mullido y verde tapiz, bien puede reposar el Niño Dios, con su aureola de luz increa da en la frente y sus brazos y sus piececillos levantados al cielo en guisa de voladoras alas. A la izquierda tres pasto res, que representan la juven tud, la edad madura, la vejez, contemplan una, en éxtasis, el cuerpecillo, donde se compendian la divina mise ricordia y la humana reden ción. A la derecha María, «La Natividad de Jesús», de Alberto Durero. Reproducción de un bajorrelie ve del Museo PErmitage de San Petersburgo. (Reproducción de M. Serrano). lienzos, este idilio religioso. Los ángels en el cielo y los pastores en la tierra; el Niño Dios, desnudo sobre las amarillas pajas; la mula y el buey, que a una, con los humos de sus alientos, lo abrigan; el varón justo, representado por José, ya viejo; el éxtasis de la madre, absorta en ver y contemplar al tierno recién nacido; los cánticos de gloria resonantes en las alturas y mez clados con los rabeles y las zampoñas patoriles; las estrellas luciendo con luz más viva, como si acabaran de brillar en los espacios inmaculados y no hubiesen recibido el hálito de nuestras culpas en sus espléndi das esferas; todos estos asuntos y todos estos objetos a maravilla de sus combinaciones se prestan para el arte cristiano por excelencia, cual se prestaban los viejos dioses clásicos en su tranquila serenidad para el arte por excelencia heleno. Un verdadero pintor florentino como fuera de sí por com pleto, enajenada en arro bamiento y deliquio supe riores a todo lo imaginable por nuestra fantasia, en arrobamiento y deliquios propios de las madres. José, menos interesado en la escena, con reposo digno de cualquier estatua clásica, en edad que no puede atra er a las mujeres ya, muy anciano, diciendo así que ha nacido, no para generar a Cristo, para sotenerlo y ali mentarlo, representa bien diversos afectos de los representados por María, y significa una como externa protección y defensa del tierno Niño y de la débil mujer. Compiten a una con la belleza de María la belleza de los ángeles puestos a sus costados. Hay cuatro, dos niños como de siete años, dos jóvenes como de catorce. Ninguno tiene aquel místico res plandor que las aladas criaturas del Angélico parecen traer desde un mundo superior, al cual acaban de abandonar en su arribo a este nuestro mundo. Los vientos abierta, como se necesitan en los territorios de nuestras her mosas regiones, tan estrecha-mente unidas con el hombre. ^ Aquel suelo no se parece de ángeles de Credi tienen alas, pero semejantes a las de muchas aves que no vuelan, y a quienes tan sólo sir ven para un paso más alígero por la tierra. Plumas, aureolas, túnicas no bastan a darles aires misticos. Aquellas figuras tan sólo recuerdan y significan la incomparable adolescencia del Renacimiento florenti no, que reza en la cuna de Jesús, pero enardecida por el mosto de Chio, escanciado en copas áureas cince ladas por escultores muy semejantes a los antiguos de Grecia en la hermosura perfecta y en el cincelado increíble. Aunque muy helénico, cual todos estos artis tas que han volado entre los crepúsculos vespertinos del siglo XV y las alboradas hermosísimas del siglo XVI, descúbrese muy pronto que Lorenzo Credi perte nece al periodo henchido por la predicación de Savo narola, en el cual parecía renovarse y rejuvenecerse la vieja religión católica. Tanto es así, que dió a la hogue ra, tras un sermón exaltadísimo de aquel extraordina rio monje, sus obras profanas. Pero como fuese piado sa la noble Adoración de los Pastores, preservóla el autor de aquellos extravíos, guardándonosla para que pudiésemos admirar en sus religiosas figuras la fresca encarnación de los tiernos cuerpos y el gesto de can dor que brilla en los divinos rostros. iCuántos cuadros de igual asunto podríamos recordar ahora! La verda dera nota de la maravillosa escena corresponde al Correggio. No busquéis la perfección clásica de Rafa el en sus cuadros; pero quizás hay mayor suavidad y melodía. Este artista representa como nadie los afectos de ternura y delicadeza. Sobre todo, parece haberse inspirado en el Verbo alejandrino, y visto cómo ese Verbo significa en esencia y resumen una luz de la luz. Correggio irradia el éter ariano, aquel éter, alma de los dioses indo-europeos, en sus composiciones todas. Nadie ha pintado como él ese resplandor de los supraesencial, en que van a dorarse las estrellas y a vestirse los ángeles. La irradiación etérea que todo lo esclarece con el calor divino que todo lo vivifíca sugiérenle sus más religiosas y místicas inspiraciones. Por eso el pintor de San Juan, del evangelista que ha divinizado el Verbo, y el pintor de los ángeles, que Ilevan en sus ojos el amor a todo lo criado y sobre sus alas el arquetipo de todos los seres. Hay en Rafael más arte, hay en Vinci mayor ciencia; pero no hay en otro pintor alguno adivinaciones como las suyas de los que significan, así el sol espiritual como el sol material, así el Verbo divino como el éter increado, en que han bebido las cosas su etérea substancia y las ideas su divina esencia. EI vulgo Ilama La Noche al cuadro maravilloso del museo de dresde, donde Correggio traza el Nacimiento de Jesús. Y le Ilama La Noche porque todo está obscuro y tenebros allí, menos lo alumbrado por la mística luz desprendida suave y armoniosa del Niño Dios reclinado sobre la paja. Imaginaos que de pronto vierais en profunda obscuridad la Vía Láctea, con sus fajas de mundos y semilleros de soles; pues tal efecto produce aquella luz divina y sobrenatural, reverberada por tan hermo so cuadro. No hay allí nada terreste ni aun celestial. Todo el resplandor es de una idealidad adivinada por internas intuiciones. Apenas descubre uno allí a Jesús. Pero los rayos que difunde iluminan con luz de sol alos pastores, como iluminan con luz de pensamiento a los ángeles, verificándose por milagrosas revelacio nes del arte la compenetración milagrosa entre la naturaleza humana y la naturaleza divina en la perso na de Cristo, compenetración que no ha podido expli carnos la ciencia, siquiera se vea y adivine por la fe. A cuadro tan sobrenatural poco añadirá nuestro Muri Ilo en su adoración de los Pastores. EI sevillano excel so, cuando no traza las concepciones etéreas, que parecen hechura de sus arrobamientos y deliquios personales; cuando no copia un éxtasis monástico, en cuya expresión rivaliza con el mismo Zurbarán, ado lece de tendencias prosaicas y positivistas, como cualquier literato y pintor, aquejado, por desgracia, de muestro ponzoñoso realismo. Para penetrarse de tal verdad, no hay como ver la Sacra Familia del Paja rito. Banco y formón de San José; devanadera y ovillo de María; jilguero Ilevado por Jesús en la manecita; perrillo de lanas a los pies de éste; los objetos y las figuras copian y reproducen el interior de una casa vulgar, pintada maravillosamente, pero de un realismo cuasi flamenco. E igual sucede, los mismo, en el cuadro de su adoración pastoril. María, muy hermo sa, pero muy deméstica, de ojos andaluces, de traje obscuro sevillano, alza con verdadera sencillez el pañal en que descansa jugueteando su Hijo. Las dos gallinas del anciano pastor puesto de hinojos, vestido de burda lana y abrigado por tosco pellico, viven, como quien las Ileva, el cual no muestra idealidad alguna. La vieja, con su cesta Ilena de huevos al brazo, vuelve de cualquier corral andaluz, como vuelve de un aprisco cualquiera el mozo reteniendo al cordero que se adelanta para lamer al Niño. La figura más idealizada en este cuadro de Murillo es la figura de San José, quien representa y simboliza la madurez de nuestra vida cuando la inteligencia y el corazón Ilegan a su completa plenitud. Pero sea de esto cuanto se quiera, no dudéis de que jamás la his toria verá sobrepujadas las artes pictóricas cristianas, como jamás ha visto sobrepujadas las artes escultóri cas helenas. Todos estos cuadros han idealizado el nacimiento de la criatura humana en este nuestro bajo y triste mundo, que celebramos por estos días y encarecemos en la festividad poética de la Natividad del Señor. Emilio Castelar ( iCC cic ^ n v i ) Belén venid pastores que la Aurora brilla ya que el amor de los amores en un pobre lecho está. Vamos todos a porfia vamos todos a Belén que nació con alegría nuestra dicha y nuestro bien. Deja pastor el ganado vente conmigo al portal qua al portal se ha trasladado hoy la corte celestial. AI I í están los angel itos roncos de tanto cantar Gloria a Dios en las alturas y en la Tierra al hombre Paz. A Belén venid pastores Que la Aurora brilla Ya. Yo te arrullaré angeles y hombres angeles y hombresangeles y hombres angeles cantad. Gloria en las alturas gloria en las alturas gloria en las alturas y en la Tierra Paz. No Ilores )esús del alma consuela tu Ilanto no Ilores por Dios Que con esos pucheritos me estás desgarrando todo el corazón. Oh Divino Sol, oh divino sol Oh Divino Sol, oh divino sol Derrite la nieve de mi corazón. ^ ^ ^ ^ ^ ^ - ^ n Mercado Frontera, 58 Teléfono 537 64 54 PETRER , ^^ E L D ► A - , •, , ^ • C/. María Guerrero, 19 C/. José María Pemán, 14 Teléfono 538 12 22 Teléfono 539 10 49 ELDA s^ ► ta Na^^2rtv uenas noches. Buenas noches a todos y bien venidos al inicio de nuestras fiestas. En primer lugar, mi profundo agradecimiento a este excelentisimo ayuntamiento, al Sr. Alcalde y Sres. Con cejales por haber puesto su confianza en mi como pre gonera y por el esfuerzo que han hecho para que este acto resulte distinto y entrañable. Gracias también a todos los asistentes por haber teni do la paciencia de venir a escuchar este pregón de nues tras fiestas mayores 1996. Antes de empezar, quisiera junto a vosotros tener una mención especial para ciertas personas tan decisivas e importantes en mi vida como lo han sido en la vuestra y lo seran también en la de vuestros hijos. Todo mi cariño y pido que el de nuestra Virgen de la Salud y Cristo del Buen Suceso para todos aquellos pre sentes o por desgracia ausentes que, cumpliendo la últi ma etapa de sus vidas, han formado parte de la historia de nuestro pueblo a lo largo de más dé cuatro genera ciones. Por lo mucho que de ellos hemos recibido y que gra cias a ellos podremos un dia dar también a nuestros hijos, pido a nuestra Virgen, salud, para que puedan seguir viviendo la historia que un día protagonizaron con sus propias vidas. Que nunca olvidemos lo que somos gracias a ellos. Que nunca olvidemos que todavia hoy, a pesar de su edad siguen siendo importantes protagonis tas. A todos los abuelos y bisabuelos de Elda, a los que nacieron aquí y a los que vinieron a vivir con nosotros, quisiera dedicar, implorando al Cristo y a la Virgen... Esta historia que un día me contó mi entrañable y querido pueblo: Hace muchos, muchos años, nací en un calle que atravesaba un río no demasiado caudaloso. Mis montes no muy altos estaban recubiertos de matas de esparto que mis hijos laboriosos recogian y confeccionaban con ellas suelas que servia^ para caminar... Hace muchos, muchos años crecí desparramada alrededor de un castillo de espaldas a ese río, no dema siado caudaloso. Era humilde pero muy laboriosa y pron to aprendieron mis hijos el arte de coser con el punzón y la lezna. Salía el sol en mi valle más tarde que en otros sitios por que lo tapaba un monte grande de color azul, que era siempre el color de mi valle. Y mis hijos... trabajaban sin descanso de sol a sol, del azul del amanecer al azul de la tarde que a veces traía humedades del mar cerca no. Tenía mi valle un gigante silencioso y protector con nombre castellano y medieval y dos picos en su cima cuadrada como dos orejas... Mis hijos crecieron y se multiplicaron, también su laboriosidad, su amor por el trabajo, por sus familias y por sus costumbres... Una vez al año, me vestían como si fuera un gran vergel, sembraban mis calles de expliego, de pino y ramas de adelfa y olía yo como un jardin, como una novia perfumada. EI amor al trabajo que demostraban mis hijos se con vertía esos días en deseos de embellecerme y volcaban así su fervor en la Virgen y en el Cristo que paseaban por las calles, de ese tapiz de aromas en el que me convertían... Así me querían mis hijos y así demostraban su amor a la Virgen que tan peculiarmente había Ilegado a mi. Hace mucho, mucho tiempo, quiso alguien, que navegara una Virgen desde la isla de Cerdeña a nuestro puerto mas cercano y que un carro tirado por bueyes la trajera a mi, y se quedara con nosotros para siempre. Y fuera así, amada y recordad por mis hijos a pesar del tiempo y la distancia, que hasta un manto le borda- ron con hilos de seda y oro en las lejanas Filipinas y le pusieron por fondo el azul de nuestro cielo... Y aqui, protegida por la Virgen y mi monte, el de los dos picos, amada por mis hijos y recordada por mi los que tenían que marcharse, fuí creciendo y creciendo... AI tiempo que mis hijas criaban a las suyas a golpe de pedal y el rumor de sus máquinas y martillos se extendía por sus casas arruyando las cunas... Y a mi regazo acudian otros hijos de otras partes del valle y de otras tierras mas allá de los montes y del rio que vinieron a Ilenar de alegria mis calles y a engordar mis casas... Y sus manos laboriosas se unieron a las de mis hijos, con las mismas ilusiones y esperanzas... Y yo seguía creciendo y creciendo gracias a ellos, haciendo me grande y fuerte como mi gigante protector... Y el eco de mi satisfaccion y el fruto de la unión entre mis hijos empezó a oirse cada vez mas lejos y mas fuerte... y reso naba como un trueno en todo el valle... y por el mar, y más allá del mar. Y se confundía mo nombre entre otras lenguas, como el de una diosa o el de una reina que comprueba satisfecha como sus numerosos frutos se multiplican, se organizan, salen al mundo y el mundo es de ellos y la alegría de su bienestar retumba de tra cas y de estallidos de colores en el cielo... y en las noches azules de septiembre hacen resonar en todo el valle las voces y las canciones mas hermosas de la tie rra, que vienen de otros lugares a celebrar mis triunfos, los de mis hijos laboriosos y artesanos que han conse guido Ilevar el fruto de su imaginación y de sus manos a los cinco continentes, por que no han olvidado nunca, cuales fueron sus orígenes y cuanto se ayudaron los unos a los otros a crecer... hasta ser grandes y fuertes y hacer que yo me sintiera orgullosa de ellos, emo cionada... como aquellas tardes hace ya tanto, tanto tiempo en las que aquel querido hijo mio, cuya plaza ofrecimos a su nombre subía despacio, de rellano en rellano los cuatro pisos hasta la azotea de la que enton ces era mi casa mas alta para sentarse allí arriba, asfi xiado por el esfuerzo a contemplar los azules de mis montes, mi sereno valle áspero y reseco.. y abarcar con su vista tanto como deseaba. Y aquí, queridos hijos está ahora el mio, en el centro del vuestro, de mi querido valle... rogando a nuestra Virgen y a nuestro Cristo por vuestras ilusiones, por vuestra unión futura. Pidiendoles a gritos que os den la fuerza y el talento para que hagais sonar mi nombre en los cinco continen tes. Como el de una reina o el de una madre amada. Para que den a todos mis hijos los más jóvenes, la integridad y el coraje de afrontar las tormentas, por que yo, ya no seré nada sin ellos. Para que se levanten siempre por mucho que tropie cen. Para que no permitan que yo me caiga aunque me vean cansada y triste y empieze a tambalearme. Por que yo les prometo, con la ayuda de la Virgen y del Cristo estar siempre junto a ellos, contándoles en la noche, como se Ilega a los puertos. Como Ilegaron sus padres y antes todavia sus abuelos... Y por que quiero oir en las noches de septiembre como celebran todos juntos su alegria y estallan de nuevo las tracas en el cielo. Y los fuegos de colores com piten con las estrellas, iluminando nuestro valle de nuevas oportunidades ante mil años que quedan por venir... Por mis hijos a los que jamás abandonaré, quiero cantar, esta noche de septiembre, como un día me can taron a mi, hace mucho, mucho tiempo, en estos ver sos... Elda feliz y dichosa eternamente serás pues cada paso que dás te haces mas laboriosa toda la prole reposa sin la menor inquietud la senda de la virtud no abandones patria mia ya que por ella te guia la Virgen de la Salud. ^ ^ ^ ^ ^ ^FABRICµA _DE LAMPA_RAS^^ ^ , ,^,.^^^ ., .,,,. ., „ ,..,, .., ....... .. .... ^..., .^,,, ,. ^^ .,,,..,^.,^ ^ hr,^` „_rr:; Precios sin competenci^. Veng^ ^ visitarnos. i^COMPRUEBELO!! BAR - RESTAURANTE L0S ^I^T^S^FtOs FALAVI FABRICA DE LAMPARAS Avda. Mediterráneo 143 Tel. 6950542-43 Fax 6950544 ELDA -PETREL J Menús diarios Comidas de empresa Especialidad en despedidas de soltero/a Almuerzos, aperitivos y meriendas C/. Pablo Iglesias, 1 1 1 • Telf. Móvil 908 12 76 24 • ELDA Fi^sTVR^^ E 1NVESTIGACIUN «NIÑOS TRAS EL CORDER NAVIDEÑO» (Reproducción M.S.G.). R ^`^^ u i c : ^ ryvN rtu e^ tNa antiyua 1 yl e^ ia d e San . ta Ana h 5 2 ^ Y 19 3 6 ) A Lamberto Amat y Sempere (1820-1893) odo con f I i c t o armado, toda gue rra, sea del tipo que sea, conlleva una pérdida de vidas humanas y bienes, que en mayor o menor grado dejan importantes secuelas de orden económico, social, demográfico, etc. en la sociedad posterior. Sin embargo, en pocas ocasiones se ha evaluado el impac to de las conflagaciones bélicas sobre el Patrimonio Histórico. Será a raíz de la reciente guerra en la ex-Yugoslavia, con los asedios y bombardeos de ciudades como Sarajevo, Dubrovnic, Mostar, etc., cuando la comunidad internacio nal mostró su preocupación por el alarmante peligro en el que se encontraba el rico patrimonio his tórico atesorado por estas centena rias y multiculturales ciudades bal cánicas. En el caso de España, nuestra Guerra Civil (1936-1939) incidió de modo importante sobre el Patri monio Histórico de carácter reli gioso, dado el importante elemen to anticlerical predominante en el bando republicano. Iglesias, con ventos, monasterios, ermitas, cole giatas, abadías, colegios, fundacio nes pías, etc., fueron pasto de las Ilamas y de los odios y rencores acumulados durante generaciones por la clase obrera contra aquellos a los que consederaban represen tantes en el Cielo y en la Tierra del orden establecido por la clase explotadora. Sin duda alguna, hoy endía, en nuestra sociedad, donde el predo minio de los valores democráticos y tolerantes es ampliamente acep tado, no entenderíamos, por juz garla sin sentido, la decisión toma da el 10 de septiembre 1936 de proceder al derribo de la iglesia de Santa Ana. Aparte del significado religioso innato, únicamente los valores históricos, artísticos y culturales son suficientes como para justificar la conservación de un monumento de tales dimensiones, sea cual sea su significado y sim bol ismo. Sólo el contexto de nuestra Guerra Civil (1936-1939) permite comprender, pero no justificar, lo que hoy definiríamos como un brutal atentado contra el Patri monio Histórico y contra las señas de identidad de un pueblo. Acción que privó a las generaciones poste riores de eldenses de una impor tante seña cultural de identidad: el edificio de la iglesia, entendido como algo permanente, inmutable, ageneracional, casi eterno. Pérdida que, sin duda alguna, ha incidido de modo negativo en el subcons ciente de todos los eldenses, tanto de los oriundos, para los que supu so una verdadera amputación cul tural, como para los de adopción y segunda generación, que crecieron en un pueblo sin los referentes his tóricos y culturales básicos: IGLE SIA y CASTILLO, elementos tan comunes a casi todos los pueblos de la geografía española y en donde el proceso de pérdida de la memoria histórica colectiva seguía un desarrollo acelerado que toda vía y, en determinadas ocasiones, se manifiesta en nuestros días. En un intento de frenar esa ten dencia, la Escuela-Taller Castillo de Elda ha perseguido durante sus dos fases de actuación la recupera ción de las dos parcelas mas importantes de nuestro pasado his tórico y cultural como pueblo. Por una parte, el Castillo, proyecto ambicioso, únicamente alcanzable a largo plazo dado su gran comple jidad y dependiente en todo momento de la voluntad política y disposición económica; y, por otra, la antigua iglesia de Santa Ana. Coincidiendo con el saxagésimo aniversario de su destrucción, la Escuela-Taller organizó entre los días 6 y 22 del mes de septiembre una exposición monográfica sobre el antiguo templo. Miestra temática realizada por los alumnos del taller de Maquetismo y Técnicas Exposi tivas, dirigido por el monitor José Manuel García Esquiva. La exposición, ubicada en el Salón Parroquial de Santa Ana, constaba de tres partes claramente diferenciadas en el espacio exposi tivo: una dedicada a la presenta ción de las maquetas a tamaño monumental tanto del templo en su conjunto como de la Puerta princial y de la Puerta de la Virgen. Maquetas a las que acompañaba una muestra fotográfica del proce so de elaboración de toda la expo sición por parte de los alumnos. Y por último, presentábamos un documentado estudio histórico de la iglesia desde sus orígenes hasta su desaparición. Estudio edilicio pre sentado por etapas cronológicas para su mejor comprensión, y basado en la investigación interdis ciplinar Ilevada a cabo de forma coordinada entre los abajo firman tes, como arqueólogo y arquitecto. Como novedad, y siendo parte complementaria de esta investiga ción, se presentaron los tres planos del proyecto realizado por el arqui tecto Ventura Rodríguez para la reforma y ampliación de Santa Ana. Planos datados en 1778, y compues tos de una planta arquitectónica, una sección longitudinal y otra transver sal que plasman la voluntad del mas conocido arquitecto español del siglo XVIII, de convertir la iglesia de Elda en un ejemplo de su propio esti-lo, en dependencia directa de las for mas del barroco romano tardío. Cada uno de los paneles donde se mostraba la evolución arquitec tónica de la iglesia iba acompañado de una leyenda explicativa que permitía al visitante situarse en unas coordenadas temporales y espaciales específicas. A continua ción, y a modo de apuntes para la historia de Santa Ana, pasamos a exponer de forma diacrónica el contenido de los paneles expositi vos para una mejor difusión de la que fuera monumental Iglesia de Santa Ana. La Mezquita de Elda (ss. XV-XVI): nacimiento de un lugar sagrado. Los orígenes del antiguo tem plo de Santa Ana, entendido como espacio sagrado de culto de los eldenses hay que remontarlo, sin duda alguna, al siglo XV, cuando tras el belicoso y agitado siglo XIV, la aljama musulmana de Elda va recuperando su norma lidad demográfica y económica. Será entonces, y al amparo legal de la protección de los señores feudales, primero de la reina Vio lante (1387-1424) y después de los condes de Cocentaina (1424 1516), que dispensaban una total tolerancia religiosa hacia sus súb ditos mudéjares, cuando se debió edificar una nueva mezquita en la periféria de la población, cerca de una de las entradas y junto a la vía de comunicación principal, para que los aldeanos tuvieran fácil acceso al lugar de culto. De planta rectangular la mezquita de Elda cumplía con todos los pre ceptos islámicos estipilados para este tipo de construcciones: orientación, disposición, presen cia de agua para las abluciones rituales, etc. Durante todo el siglo XV y parte del s. XVI la mezquita de Elda aco gió en su seno los rezos, oraciones y plegarias de la mayoría de la población eldense, que permane cía fiel a las enseñanzas del Profe ta, constituyéndose en el centro público por excelencia. Pues ade más de la función religiosa tam bién poseía funciones docentes, judiciales, notariales, etc. Los siglos XVI yXVll: su conversión en lugar de culto cristiano. Sin embargo, la intolerancia religiosa, cada vez mas predomi nante en las Españas del siglo XVI, condujo a la anulación y expulsión de las minorías. Así, primero fue la comunidad judía, expulsada en 1492 de todos los reinos peninsu lares, y pocos años mas tarde, toda la población islámica residente en los reinos peninsulares fue conver tida oficialmente al Cristianismo, Maqueta de la iglesia antigua de Santa Ana. Reproducida por la escuela-taller. (Foto: M.S.G.). en virtud de un edicto de Carlos I (1525): (ver fecha exacta). Como consecuencia directa de esta real orden, que asumía la imposibilidad de asimilación cultu ral y religiosa, don Juan Francisco Pérez Calvillo, señor de Elda, pro cedió, el día 6 de diciembre de 1528, en un acto público ante notario, al establecimiento legal de la if;lesia parroquial de Elda, pues ta bajo la advocación de Santa Catalina Mátir durante los primeros años (1528-1532), para posterior-mente ser dedicada a Santa Ana. Titularidad que ha permanecido hasta nuestros días. La iglesia de los siglos XVI y XVII será fruto de la gran transtor mación arquitectónica Ilevada a cabo en la segunda mitad del siglo XVI dirigida a borrar toda huella de la mezquita musulmana y darle forma y aspecto de templo cristia no. Templo que a finales del siglo XVII debió presentar una típica planta basilical con altar poligonal en cabecera. Planta dispuesta en tres naves, siendo la central la única con solución de continuidad. Naves precedidas por un pórtico 0 nártex, formado por la construc ción de dos torres cuadradas de sillería, en una de las cuales se situaba el campanario. Interiormente, debió ser igual mente transformada, eliminando todos aquellos servicios higiénicos y testimonios inherentes al culto islámico, siendo dotada de una cúpula central que marcará el cru cero e iluminara el interior. A am bos lados del Altar Mayor, donde figuraría la imagen de Santa Ana, encontraríamos el altar de la Inma culada Concepción y el altar del Santo Crucifijo. Además de estos altares secundarios, a fines del siglo XVI, y como reflejo del importante auge del culto mariano, las familias eldenses Abad y Bel trán, cristianso viejos, financiaron la construcción de la capilla de la Virgen del Rosario. Será este templo, reconocido en 1602 como tal por el papa Cle mente VIII, quien acoja en 1604 las imágenes del Nostre Senyor y de la Mare de Deu, traídas por don Puerta principal de entrada a la antigua iglesia de Santa Ana. Maqueta realizada por la escuela-taller. Antonio Coloma, II conde de Elda, desde el virreinato de Cerdeña. EI siglo XVIII: engrandecimiento y Madurez La recuperación demográfica y económica de la Elda de finales del siglo XVII y primera mitad del s. XVIII, junto con la homogeneidad religiosa producto de la expulsión de los eldenses moriscos (1609) favorecieron a lo largo del siglo XVIII el engrandecimiento de la i^lesia de Santa Ana. Proceso para lelo al incremento de la devoción popular reflejado en la institución de las advocaciones de la Virgen de la Salud (1648) y del Cristo del Buen Suceso (1714), como santos patronos de Elda. EI primer paso en este proceso será la construcción entre 1747 y 1751 de la Capilla de la Virgen de la Salud, situada en el lado Noro este de la iglesia. obra dirigida por el maestro de arquitectura Vicente Mingot, cuyo coste económico ascendió a 9.292 reales de vellón. Dotándola, posteriormente, de un gran retablo de madera, obra del escultor Francisco Mira, que costó 8.465 reales. Durante esos años también se procedió a la apertura de la Puerta de la Virgen, en el lateral Sureste y realizada en piedra de Bateig, donde participaron diversos artistas como los escultores Antonio Pera les -estatua de la Virgen- e Ignacio Estevan -estatuas de San Joaquín y Santa Ana-. Construcciones de clara in fluencia barroca, correspondientes al estilo artístico predominante en estas tierras durante gran parte del siglo. Ambas construcciones supu sieron un cambio en la concepción del templo de Elda, pues además de dotarlo de otra puerta lateral, en competencia artística con la princi pal, se le adosó el cuerpo de la capilla de la Virgen, iniciándose el proceso de ampliación y transfor mación de la iglesia de Santa Ana. Paralelamente, dió comienzo la constitución de numerosos altares y capillas secundarias como los de la Virgen de los Dolores, San Blas o San Miguel, entre otros. Sin embargo, será durante la segunda mitad del Setecientos cuando la iglesia de Santa Ana sufra una transformación arquitec tónica, que cambiará su aspecto y fisonomía. La planta basilical here dada de siglos anteriores quedó desfigurada por la construcción de espacios anexos, necesarios para los servicios de un templo cada día mas importante y con una parro quia en crecimiento demográfico y económico. Así podemos ver como el fervor y devoción religiosa hacia los San tos Patronos de la villa conllevó, en primer lugar, la construcción de la Capilla del Cristo del Buen Suceso, obra realizada entre 1770 y 1773, y dirigida por el maestro de arqui tectura Miguel Francia. Posterior mente, entre 1778 y 1799 se pro cedió a la ampliación del templo, añadiéndole toda una serie de dependencias anexas como la sacristía, ropero, archivo, etc. La aplicación de la real orden de Carlos III sobre las obras arqui tectónicas en edificios religiosos (1777) condicionó la ejecución de esta última a la realización del correspondiente proyecto arquitec tónico, visado por la Real Acade mia de Bellas Artes de San Fernan do. Será el afamado Ventura Rodrí guez, director de arquitectura de la citada academia, quién se encar gue de su realización, proyecto, que a tenor de lo ejecutado, debió ser una mera excusa para el trámi te administrativo de la real orden. Ambas obras contaron con el apoyo económico del señor de Elda, de acuerdo con lo estipulado en la Concordia (1771) entre don Francisco Javier Arias Dávila Cen turión, conde de Puñonrosto y Elda y el obispo de Orihuela, don Joseph Tormo, para la financiación de ampliación de la fábrica de la iglesia. Los siglos XIX y XX: esplendor y Ocaso de un monumento. A pcsar de los procesos desa mortizadores isabelinos, el siglo XIX supuso para la iglesia de Santa Ana su momento de madurez, etapa asociada, sin duda, a la pre sencia de don Gonzálo Sempere, desde 1834 hasta las décadas fina les del siglo, en diversos cargos de responsabilidad. La renovación de anticuados ornamentos, dorado interior del templo, restauración de capillas y altares devocionales, adquisicion de objetos litúrgicos varios, reestructuración de espa cios anexos y construcción del templete de la torre, etc., constitu yen una larga lista de su atenta y eficaz gestión. Sin embargo, si los siglos ante riores vieron como la iglesia de Santa Ana crecía, se desarrollaba y transformaba su aspecto, según las necesidades religiosas y gustos artísticos de cada momento, al siglo XX se le puede considerar como el peor momento por el que pasó este monumento. Situación íntimamente ligada con la profun da transformación social y política de la vida de Elda durante las cua tro primeras décadas del siglo. Asaltada e incendiada a los pocos días de la proclamación de la II República, fue blanco de la ira popular en cada huelga, manifes tación o alteración del ordcn público. La extrema conflictividad social y laboral, los cambios polí ticos, y el estallido de nuestra gue rra civil precipitaron los nefastos acontecimientos, que se cernieron sohre ella, no por el monumento en si, sino por su poderoso papel como símbolo de unos determina dos conceptos y valores sociales y políticos. Asaltada e incendiada de nuevo, a los escasos días de la sublevación militar, el día 10 de septiembre de 1936 la corpora ción municipal de Elda, sometida a intensas presiones por los grupos políticos mas anticlericales, y haciendo caso omiso a la orden gubernamental destinada a evitar la destrucción de edificios religio sos, aprueba la demolición total de la iglesia. Acuerdo ejecutado a lo largo de casi los tres años de guerra, durante los cuales toda la iglesia fue derribada lentamente bajo la constante acción de la piqueta, ayudada en ocasiones por la dinamita. Hoy en día, 60 años después de aquella infortunda decisión, la antigua iglesia de Santa Ana, vista de:sde el punto de vista del investigador actual, se nos aparece como un cúmulo de construcciones, obras de distintas épocas, elemen tos y estilos artísticos diversos, diversos tipos de fábricas, etc,; como un todo impregnado de la misteriosa y mágica oscuridad rei nante en su interior, característica de la religiosidad de épocas pasa das, y como un grandioso y monu mental edificio que para gloria de Dios se alzaba al Cielo por enci ma de las modestas casas de los eldenses. Desafortunadamente, cada vez son menos los testimonios orales de aquellas personas .que recuer dan con mente lucida y su interior y exterior, sus rincones, las anéc dotas que la rodean y una multitud de preciosos y minuciosos detalles desconocidos para todos los elden ses que no t^rvimos la fortuna de conocer la antigua iglesia. Durante los 20 días que perma ,;:. ,;, ^ ^ ^- % ` -^ ^r `=_ -: ^ ^ ^ - _ a-^ IJI^JJJ»JJ^^^ ^ 0 5 ® t^ ® ^ ^, ^ ^^-----^--^--^ 0 2 4 6 8 10 12 I4 16m n n Mezquira fs.s. xV y xvlJ ^.s. xv^-xun 1.747-1.751 1.770-1J73 1.778-1.799 1.857 i^lesia de Santa Ana de Efda Evolución arquitectónica de la antigua iglesia de Santa Ana de Elda (ss. XV-XX). neció abierta la exposición al públi co, centenares de eldenses pasaron por ella pudiendo contemplarla con distinto espíritu, según la edad. Sin duda alguna, de modo personal y creemos que también para el resto de compañeros y alumnos de la Escuela-Taller que ha participado en el montaje y organización de la exposición, la mayor satisfacción y el mejor pago que pudimos recibir fue el contemplar emocionados como el largo esfuerzo de meses de arduo y complicado trabajo despertaba viejos pero, sorprendentemente, frescos recuerdos, vivas emocio nes y sentimientos casi olvidados en todos aquellos eldenses mayo res de 65-70 años que nos visita ron; o el poder de contemplar impávidos como se empañaron muchos ojos al recordar el interior del templo iluminado por miles de velas para honrar a los Santos Patronos durante las Fiestas Mayo res; la descripción de la mágica y misteriosa oscuridad del interior del templo, su rica decoración repleta de obras de arte en pintura, escultura, arquitectura, etc.; o las conmovedoras descripciones del ensañado e imparable proceso de derribo con el lanzamiento de las centenarias campanadas desde lo alto de la torre sobre los tejados para conseguir su hundimiento, la violación y cegamiento de las criptas subterráneas, el derribo de la cúpula mayor sobre el crucero a raíz del cual salieron a la luz cen tenares de kilos de panales de abejas, la demolición con dinami ta de los recios y sólidos muros de sillería y mampostería, la descripción patética de las ruinas y mon tañas de escombro donde se amontonaban sillares, piedras, con restos de esculturas. Contemplando desde la objeti vidad que proporciona la distan cia en el tiempo, y asumiendo los acontecimientos como parte de nuestra propia historia, conven- dría no olvidar las palabras pre monitorias de don Lamberto Amat y Sempere a quien dedicamos como homenaje la exposición sobre al antigua iglesia de Santa Ana, al que debemos la casi tota lidad del conocimiento que pose emos sobre la iglesia, y sin cuyo trabajo no hubiera sido posible el montaje de la exposición ni de este y otros trabajos de investiga ción. Para finalizar, quisiéramos agra decer a todos aquellos eldenses que colaboraron, visitaron y elo ^iaron el trabajo de los alumnos de la Escuela-Taller. Expresando nues tro deseo de que nunca jamás en el futuro tengamos que arrepentirnos de acciones semejantes contra nuestro Patrimonio Histórico ni de Ilegar a ser causantes de los lamen tos de futuras generaciones. Gabriel Segura HerreroLuis Navarro Sánchez EscueJa-Taller `Castillo de Elda tresort MUEf3lES t res or t COCINRS C/. Barberán y Collar, 26 - Telf. 538 33 38 ELDA C/. Ramón Gorgé, 25 Telfs. 538 O1 60 - 538 25 48 Apartado 71 ELDA San Cr^^ pi . n i anv s frecuente que el viaje ro se sienta atraido por las urbes de renombre, pasando por alto otras mas pequeñas que le pueden deparar no pocas satisfacciones. Así ocurre con Tordesillas. Situada en la ribera del río Duero, entre Salamanca y Valladolid, de la que le separan 30 kilómetros, Tordesi Ilas ha sido testigo de impor tantes hechos históricos, entre los que destaca EI Tratado de Tordesillas en 1494, en virtud del cual españoles y portugueses se reparten el Nuevo Mundo, reciente mente descubierto. Entre los monumentos visita bles hay dos que destacan indu dablemente: EI primero es el palacio que edificó Alfonso XI, y realizado porartífices mudéjares, entre 1340 y 1344 nos sumergen en la sensualidad del mundo y el arte árabe: patio, capilla y baños mudejares, Ile gando al pasmo en su simbiosis con el dorado retablo cristiano y la cúpula de horno de la igle sia. Fue cedido por pon Pedro el Cruel a sus hijas Beatriz e Isabel, para que en el fun daran un monasterio bajo la advocación de Santa Clara. EI segundo monumento digno de ver es la Iglesia de San Antolín. Edificio emblemático de la ciudad, cuando nos acer camos a ella desde el sur por el puente sobre el río. La iglesia se ha convertido en un museo de Arte Sacro, con obras de Gregorio Fernán dez, )uan de Juni, Pedro de Mena... ila flor y nata de la escultura castellana!. Sin embargo, es la sacristía la que nos depara mayor sorpresa pues nos damos de frente con dos buenas pie-zas del siglo XVI: San Crispin y San Crispiniano, patronos del gremio de los zapateros. Lo primero que nos Ilama la atención es que ambas tallas no se presentan como estamos habituados a verlas: for m a n d o escena como en u n obrador de zapatos, sino inde pendientes, probablemente porque formaron parte de un San Crispiniano. Museo San Antolín retablo en nichos separados. de Tordesillas cvalladolid^. Son de madera policromada, cFoto del a^tor d con vesti uras medievales de casacas en color rojo, con cue Ilo imitando la blonda, calzo nes de color verde y botas de media caña; ambos se cubren con capas cortas que, como las casacas, lucen ricas cenefas doradas. Todo ello da prestancia a la vestimenta muy lejos de la que esta mos habituados a ver en nuestros santos. San Crispín es barbilampiño y San Crispiniano ostenta barba y bigote; han perdido casi todas las herramientas que portaban y que los identificaba. Siendo Elda un pueblo zapatero, poco se ha escrito sobre estos santos y el gre- ^ mio del que eran patronos. José M.^ Amat (1) escribió un documentado estu dio sobre el Gremio de Zapateros, pero nada pudo decir sobre un posible gre mio eldense porque la proclamación de estos santos como patronos de los za pateros eldenses Ile ga un poco tarde, cuando ya los gremios no son gremios sino sindicatos. Según Ferrando Roig, San Crispín y Crispiniano fueron Atributos: Palma como mártires. Espada al cinto, complemento de su rica indumenta ria. Herramientas de su profesión: lezna, chaira, abrochador, etc. Es frecuente la escena trabajando en su taller, sentados ante una mesilla, con una bota en la mano y rodeados de calzado y herramientas, sin que falte el cubo de madera para remojar el cuero. Atri butos menos frecuentes son el caldero en que fueron tortura dos y un demonio disfrazado y con pata de palo. Completamos esta aproximación a los Santos Patronos de los Zapateros con una some ra descripción de la Ermita a ellos dedicada y su fes tividad: La ermita se halla situada al norte de la pobla ción, en las faldas del monte de la Torreta , en un jardín popular mente denomina do de San Crispín. Fue erigida en 1962, siendo de Reproducción de un grabado de San Crispín y San Crispiniano. Archivo Histórico Hermanos zapa de Barceiona. teros y mártires en Soissons (Francia). Descendientes de la nobleza romána, ejercían la profesión para ayudar a los pobres. Sufrieron el tormento del fuego dentro de un caldero. Su fiesta: 25 de octubre. Visten generalmente el traje de la clase media a la moda de la época del artista. En los grabados de los goigs (gozos) les vemos también con humilde vestido y el caracterís tico delantal de los remendones. planta rectangular y el tejado a dos aguas con teja plana. La fachada estucada en blan co con una portada de imitación de sillería. Vano de la puerta de medio punto. Alberga el grupo escultórico de los santos, realizado en la fecha de construcción de la ermita. Rode ada de una amplia y nutrida pinada, con bancos y barbacoas. Romería e125 de octu bre o domingo inmediato, trasladando los Santos desde la iglesia de San José Obrero, con acompañamiento de música y notable asistencia de personas li^adas al estamento zapatero. Se celebra Santa Misa y, posterior mente, los asistentes se reunen por grupos y realizan una comida al aire libre (2). Ramón Candela Orgilés NOTAS: (1) Amat Amer, J.M: °Los antiguos Gremios Zapateros Rev. Fiestas Mayores, 1995, pág.67. (2) EI espítiru de la fiesta se ha mantenido muchos años, en gran parte, por un grupo de veteranos zapateros y allegados que en su día formaron un equipo de futbol denominado preci samente San Crispín. Posteriormente , las Fallas de Elda se acogieron a su patronargo, si bien las fiestas que realizan en su honor se realizan, inexplicablemente, en Septiembre. San Crispín. Museo San Antolín de Tordesillas (Valladolid). (Foto del autor) pa p e ^ eN V ^ d e a yua e K E^da (^^.kV 111 xl k ) I sábado 11 de agosto de 1792, procedente de Novelda donde había estado una semana tomando anotacio nes y haciendo excursiones, Ilega a Elda Antonio José Cavanilles, botánico valenciano de relevante proyección científica en la Euro pa de finales de la Ilustración. EI domingo visitó Elda, Petrer y Sax. Por encargo real estaba estudian do la flora peninsular, de la cual sólo publicó lo referente al País Valenciano. Además, incluía noticias e informaciones sobre geología, hicrografía, agricultura, demografía y actividades econó micas y culturales. A partir de los cuadernos de viaje y de las noti cias de sus corresponsales en la comarca -el rector de Aspe y el marqués de La Romana-. de Elda diría en la redacción de gabinete realizada entre 1793 y 1797: Quedan aún en Elda dos de estas máquinas (martinetes de esparto), en que se majan 10.000 arrobas de esparto; hay además un molino de papel blanco,^ donde se hacen 10.000 resmas, dos de estraza; siete fábricas de aguardiente, que algunos años han producido 4.000 arrobas; una de xabón, otra de teja, y varios telares de lienzo. Entre 1845 y 1850 Pascual Madoz, jurisconsulto y político liberal, publicó un Diccionario Estadístico en 16 volúmenes con las informaciones que correspon sales y colaboradores le remitían sobre las características de cada una de las poblaciones españo las. De la industria eldense desta ca: La elaboración del esparto que es sin duda una de las más sobresalen tes de la villa, aunque no tanto como lo fue en lo anterior, cuyo artículo no se machaca a brazo, sino por máquinas hidráulicas de las que hay 6; también se encuen tran 7 fábricas de papel de estraza, una de papel, otra de salitre, 8 moli nos harineros, 27 de aceite y 50 cubos con lagares para el vino . Por lo que a las instalaciones que aquí nos interesan, martinetes de esparto y molinos papele ros, multiplican su número entre ambos tratados. En los apartados siguientes observamos uno de los factores productivos, el agua, analizamos el contexto comarcal en el que se enmarca esta indus tria rura eldense y describimos algunos caracteres de los marti netes y molinos de papel. INDUSTRIA RURAL Y ENERGÍA HIDRAÚLICA Bajo el concepto genérico de industria rural se incluyen aquellas actividades de transfor mación, elaboración o manipula ción de materias primas que, rea lizadas en el marco de una comunidad agraria, tenían lugar en manufacturas, talleres dependientes de comerciantes urbanos o instalaciones en las que apare cen mecanizadas algunas fases del proceso productivo. EI proce so histórico de formación de esta industria rural lo podríamos remontar a la Edad Media, pero, lógicamente, los condicionanetes que la convierten en un paso pre vio a la industrialización capita lista nos Ileva, casi siempre, al siglo XVIII. Durante la centuria ilustrada en el País Valenciano hay claras muestras de la presencia de un sector económico que trasciende la pura reproducción artesanal: el sector textil -lana, sedería, cáña mo y esparto- es la actividad más destacable; junto a ella están pre sentes la cerámica, los aguardientes, el vidrio y el papel3. La transgresión de las normas artesanales vienen de la mano de la industria rural, protoindustriali zación, manufacturas, domestic system, putting out system... Autores holandese han definido la protoindustrialización como una fase previa a la industria ple namente capitalista, en la cual el mercado queda fuera de la comarca, hay una participación de la mano de obra campesina en la producción protoindustrial y una apropiación del excedente social del trabajo por el capital mercantil, el control local de la industria rural está en manos de comerciantes y propietarios terratenientes, y el aumento demográfico y la desposesión de grupos agrarios es condicionante del proceso;. Un elemento inseparable de la industria rural es la molinería hidraúlica aplicada al proceso productivo. Los cambios en la oferta de mano de obra y de ener gía operados desde 1760 y las transformaciones tecnológicas de los molinos, fundamentaron las inversiones en nuevas instalaciones y el incremento de la produc tividad. La movilización del agua, en cuanto elemento pro ductivo, por los ilustrados refor mistas en una primera fase permi te aumentar la oferta energética hidráulica; posteriormente, las revoluciones burguesas del siglo XIX crean un sistema de derechos de propiedad in dividualizados que facilitan el uso de la fuerza motriz del agua con costes muy bajos ^. La ribera del río Vinalopó se vió plagada, desde el último ter cio del siglo XVIII, de molinos de agua dedicados a la molturación de granos, a bastanear paños, agramar esparto y producir papel. Hasta principios del siglo XX la superioridad de la energía hidro mecánica en el sector industrial eldense resulta bien nítida, aun que la máquina de vapor y la hidroelectricidad ya habían hecho su aparición en la comar ca`^. LA MOLINERIA ELDENSE EN EL CONTEXTO COMARCAL En las comarcas del Vinalopó, al igual que ocurre en todas las regiones agrarias, los molinos harineros son los más numerosos, como parte indispensable del proceso productivo agrícola. En el siglo XVI había 36 molinos harineros de agua en toda la cuenca del Vinalopó -2 de ellos en Elda- y en 1836 el número de instalaciones es de 75 -4 en Elda--. A diferencia de los moli nos harineros que están presentas en todas las poblaciones, los otros molinos de orientación artesanal -batanes, martinetes, papeleros y de pólvora- aparecen discontínuos por la comarca. Los batanes -molinos pañe ros- son máquinas hidráulicas utilizadas para golpear, desengra sar y enfurtir los paños accionan do mazos o martillos. En el siglo XVI sólo Bocairent, Banyeres, Biar y Elx contaban con un batán. En 1836 Bocairent cuenta 6, Ban yeres 2 y Biar, Villena, Monópver y Elx con uno cada localidad. Los molinos de fabricar pólvo ra existieron hasta la instauración de la disnatía borbónica, que dis puso el control real de la pólvora. Durante el siglo XVII funcionaron molinos de pólvora en Villena, Monóver, Petret -que I legó a con tar en 1690 junto a la rambla de Puça con 3 molinos hidráulicos de pólvora, además de un salitre donde se producía este compo nente de la pólvora- y Elda. Según testimonio del síndico de Novelda, antes de 1695 los veci nos de Elda levantaron un molí de pólvora en la Séquia Major noveldense, en el tramos que cir culaba por el término de Elda, pero hi impedí y prohibí la dita Vila de Novelda demolint la fábrica que se havia fet. De los 90 molinos hidráulicos de papel (48 de papel blanco y 42 de estraza) contabilizados en 1791 por el tratadísta Tomás Ricord, 7 se ubican en el Vinalo pó. Como se observa en el mapa adjunto, Elda destaca por la con centración de producción pape lera. También destaca Elda por ser la única población de las comar cas del Vinalopó donde aparecen martinetes hidráulicos de esparto, primer paso de la mecaniza ción del picado y golpeado de esta gramínea. La primera noticia sobre el funcionamiento de un martinete de esparto data de julio de 1786°. Conocemos una noti cia referente a Villena por la cual Fernando Díaz Zúñiga solicita el 14 de junio de 1787 al cabildo de esta ciudad que el permiso que posee para edificar un molino de picar esparto se le cambie para construir un molino harinero, solicitud que fue atendida por lo que no Ilegó a existir martinete de esparto alguno LOS MOLINOS HIDRÁULICOS DE PAPEL La fabricación de papel, técni ca de origen chino, Ilegó a ser conocida en al-Andalus a media dos del siglo X. EI centro pape lero andalusí más destacado era Xátiva, vinculada a tres factores principales: existencia de mate rias primas, disponibilidades flu viales y proximidad a núcleos u rbanos. La efectiva expansión de la industria papelera valenciana se verifica en la segunda mitad del siglo XVIII. Las cuencas de los ríos Vinalopó, Serpis, Albaida, Palencia y Millars concentraron los nuevos molinos construidos por estas décadas. La existencia de corrientes fluviales permitían el abastecimiento de agua que requerían las ruedas verticales de los molinos papeleros. Además, la intervención ilustrada incenti vando las nuevas instalaciones hidráulicas que quebraron el monopolio feudal , permitió la difusión papelera e inversión bur guesa. La materia prima para la fabri caión de papel eran los trapos -de lino, cáñamo, algodón-. Los importantes núcleos urbanos y los telares eran los principales abastecedores de los nuevos molinos papeleros. Además, el crecimiento de la demanda de papel y cartón, bien por la acre cida administración estatal, por la industria textil para envases o por el papel de fumar para las colo nias, y el aumento de la pobla ción durante el siglo XVIII incen tivaron la fabricación. Cavanilles señala que en Elda había tres molinos papeleros. Desconocemos sus fechas de Caudete^ Salinas a Beneixam m^ ^ e ^ ^ ► Petrer; pi Banyeres 0^ 1;inil^ILi cic Fuc,s Elda ^ ^ Agost ^ Crev^^l^ ^ 0 4 81Gn Novelda Molinos papeleros y martinetes de esparto en la cuenca dcl Vinalopó (1777-1836). construcción. La primera noticia data del 11 de febrero de 1781 en la que se indica la existencia del molino de papel blanco Tormo en la partida de la Hor teta `. Es posible que estos tres molinos se construyeran a la vez que otros muchos de Alcoi, Bocairent o Banyeres, entre 1773 y 1785. Los inversores y propietarios los conocemos por un listado de 1806: Don Miguel Juan y Tormo posee un molino de papel blanco y otro de estreza -ambos en la partida de la Horteta- y Don José Ferrando y Sempere un molino de papel de estraza en la partida 0 de la Jaud. Ambos reciben el apelativo de don, tratamiento socio-jurídico no generalizado como ocurre actualmente, que delata una preeminencia social importante. Pueden ser encua drados en el grupo de ciudada nos que en unos casos tienen pretensiones rentistas y en otros mantienen relaciones de produc ción de tipo protocapitalista y, por tanto, podemos considerarlos miembros de la naciente bur guesía rural. La capacidad inversora de Don Miguel Juan y Tormo la vemos en la adquisición el 17 de septiembre de 1787 a Salvador uasi, de Agost, posible socio ini cial e inversor foráneo, de la parte del Molino Papelero con sus Ainas y tierras anexas (...) en la partida de la Orteta o Mones til por 900 libras, pagadoras en tres anualidades. Cabe añadir que el mismo D. Miguel Juan es propietario de un molino hidráulico para majar esparto. La localización de los tres inciales molinos papeleros en el término eldense, más otros 5 construidos en el sit;lo XIX y otro existente desde 1 787 en la parti da del Chorrillo de Sax, aunque su propietario es eldense^, podemos explicarla por las facilidades reformistas para itensificar la energía hidromecánica, la dispo nibilidad de agua y de mano de obra en fase de proletarización, la capacidad inversora de un t;rupo social eldense, el abasteci miento de materias primas a par tir de trapos de los telares de Monóver y Elda o de trapos vie jos de los aumentados vecinda rios de los pueblos de la comar ca (por ejemplo, los habitantes de Elda, Petrer, Monóver y Novelda a principios del siglo XVIII eran 5.000 y a finales de la centuria se acercan a los 25.000 habitantes). EI consumo de papel aumentó con la burocratización borbónica -de los municipios, corregimientos o administración central-, por lo que la fabrica ción eldense la abastecería. Des conocemos documentalmente las rutas comerciales del papel, aunque posiblemente parte de la producción se dirigiría al merca do castellano y parte al puerto alicantino, tal como hacía el papel alcoyano. Existen dos tipos de molinos papeleros: el de papel blanco, que es el de mayor calidad, por la composición de los trapos -de lino y algodón- y el uso de agua limpia, usado para escribir e incluso para elborar papel de ^ Molino de papel de mazos. Figura en la Encidopedia francesa de Diderot y DAlembert, siglo XVIII. fumar; y el molino de papel de estraza, papel más basto, áspero, sin blanquar, en cuya composi ción se introducen fibras vegeta les -cáñamo o esparto- que no permiten una textura fina, ade más de usar agua sucia o salobre, empleado en actividades comer ciales o de embalaje. En Elda pre dominan los molinos de estraza. En 1845 Pascual Madoz nombra 7 fábricas de estraza por sólo una de papel blanco. La desaparición progresiva de esta industria rural en Elda se dió en la segunda mitad del XIX, cuando apareció la producción de papel continuo, se sustituye ron los trapos por lá madera de árboles y se aplicó la máquina de vapor y la hidroelectricidad. Mu chos molinos de papel perdieron capacidad competitiva, entre ellos los eldenses. MARTINETES DE MAJAR ESPARTO EI trabajo del esparto, cáña mo, juncos y carrizo estuvo muy generalizado en los pueblos del país como una ocupación subsi diaria de las clases empobreci das. EI esparto de los secanos meridionales valencianos generó una actividad importante en algu nas localidades, creándose infra estructuras comunitarias para su trabajo -como las balsas para amerar esparto-. EI proceso pro ductivo de esta artesanía tradicional era totalmente manual: reco lección de la gramínea de creci miento espontáneo en terrenos incultos, áridos y pedregosos; puesta a remojo del esparto en balsas para que se humedezcan los filamentos: picado y golpeado posterior con mazos para conse guir una máxima flexibilidad; manufacturación de cuerdas, esteras, espuertas, felpudos, alpar gatas... Los martinetes de esparto son máquinas hidráulicas con mazos o martillos que majan el esparto para separar del tallo la fibra. La fuerza del agua impulsará la rueda, cuyo engranaje transfor ma el movimiento circular en alternativo, indispensable para accionar los mazos. En las comarcas del Vinalopó única mente aparecen martinetas hidráulicas en Elda, primer paso de la mecanización del picado y golpeado. EI resto del proceso productivo -recolección, mace ración y manufacturación- con tinuará siendo manual. La primera noticia sobre el funcionamiento de un molino hidráulico de esparto data de julio de 1786. En este mes ya funciona el Molino o Martinete que para picar esparto ha cons truido Josef Juan de esta misma vecindad en la partida de la Alfaguara. En abril de 1 806 fun cionan en Elda tres fábricas de majar esparto. Desconocemos las fechas de su construcción, pero vienen a coincidir con la profucsión edilicia e inversora dada en el último tercio del siglo XVIII en toda la molinería hi dráulica. A finales del XVIII Cavanilles hace referencia a esta nueva aplicación artesanal de la ener gía hidromecánica y su impacto en la fuerte reducción del traba jo humano y animal. La inversión en la molinería hidráulica aplicada a los procesos manu factureros, en cualquiera de sus tipologías, produjo una reduc ción de los costes de trabajo a costa de la disminución de la mano de obra necesaria en pro ducción. t0: Dice Cavanilles a este respec Los de Elda lo reducían (el espar to) á felpudos, y así manufacturado se extraía. Era preciso majarle de antemano, y como esta operación ocupaba muchos brazos robustos que podían servir para la agricultu ra, Josef Juan y Anaya imaginó hacerla por medio de un martinete, sirviéndose del agua para el movi miento, y de un niño para poner y revolver sobre una plancha de hie rro los manojos de esparto, que recibían los repetidos golpes de un mazo: con tal industria un solo muchacho hacía al día tanto como cinco hombres. En 1841 al menos existen 4 molinos de agramar esparto. En 1845 Madoz indica que en Elda hay 6 máquinas agramadoras. Entre 1839 y 1854 se concedió autorización para construir 7 molinos de esparto, todos en la ribera del Vinalopó. En la some ra descripción que hace L. Amat de la industria rural eldense aparecen 11 martinetes de esparto. Tal incremento, aparte de estar favorecido por la moviliza ción del agua, la disponibilidad de mano de obra, de capital inversor y de materia prima, tam bién está condicionado por el aumento del consumo de los pro ductos de esparto. La manufactura del esparto la realizarían las familias desposei das, semiproletarizadas, que junto a los ingresos de jornales en el campo, completaban la econo mía familiar con el trabajo del esparto, tanto mujeres, niños y viejos. Era, al parecer, una elabo ración pricnipalmente familiar, controlada por los comerciantes -domestic system-. La alparga tería y la cordelería serían los dos sectores trabajados, tanto para el autoconsumo local como para la comercialización de los tragineros, mercaderes y del puerto ali cantino^:: Tomás V. Pérez Medina NOTAS ^ CAVANILLES, A.J.: Observaciones sobre la historia natural, geografía, agricultura, población y frutos del Reyno de Valencia. Madrid, 1877 (ed. facsímil en 2 vol. de la edición original de 1 795-97), vol. II, p. 259. MADOZ, P.: Diccionario geográfico-esta dístico-histórico de Alicante, Castellón y Valencia. Valéncia, 1982 (ed. facsímil del original de 1II45-50), vol. I, pp. 334-335. Sobre la industria rural valenciana véase HERNANDEZ, T.: Indústria gremial, ma nufactues i comerç en História del País Valenciá. Barcelona, 1990. VoI.IV, pp. 71 i^o. Veáse KRIEDTE, P. y otros: Industrializa ción antes de la industrialización. Madrid, 1986 (1.` ed. original holandesa de 1977). MENDELS, F.F.: Des industries rurales a la protoindustrilisation en revista Annales, 1984. París, 19II4; pp. 974-996. COLEMAN, D.C.: Protoindustrialización. Un concepto abusivo en revista Debats, 12. Valéncia, 1985; pp. 47-61. Veáse MALUQUER DE MOTES, J.: EI agua en el crecimiento catalán de los siglos XVII y XVIII: derechos de propiedad y utili zaciones energéticas en revista Review, c, 2. Londres, 1986; pp. 336-367. Las técni cas hidráulicas y la gestión del agua en la especialización industrial de Cataluña. Su evolución a largo plazo en PEREZ PICA ZO, M.T. y LEMEUMER, G.: Agua y modo de producción. Barcelona, 1990; pp. 311 348. ° EI artículo 4.° de las Ordenanzas de la Comunidad de Regantes de la ciudad de Elda de 1917 describe las 12 instalaciones que utilizaban la fuerza motriz de las aguas del río Vinalopó; 5 molinos harineros, 2 martinetes de esparto, una fábrica de teji dos y una serrería de maderas usan el agua de forma mecánica; la fábrica de hornas de Aguado utiliza el agua para limpieza; y aparecen dos fábricas de energía hidroeléc Mazos empleados para desgarrar el trapo. Museo papelero de Capellades (Barcelona). Mazo para satinar el papel accionado por una rueda hidráulica. Museo papelero de Capellades (Barcelona). De esta tipología son los mazos, para majar el esparto usados en los martinetes hidráulicos. trica, una en la partida del Chorrillo y otra e la partida del Monastil ^sta última empresa compró 5 molinos hidráulicos para transformarlos. Archivo Municipal de Elda: COM%ord/626. - Todos los datos de las comarcas a partir de PEREZ MEDINA, T.V.: Regadíos históricos del País Valenciano, La cuenca del Vinalo pó en la época moderria. Tesis de doctora do inédita, Valéncia, 1996. °` Archivo municipal de Novelda: Leg. 3/09, exp. 44. ° Sobre los molinos de papel veáse BOTE LLA GOMEZ, A.: La industria papelera: su localización en el País Valenciano en revista Saitabi, XXXI (1981). Valéncia, 1981; pp. 165-181. GONZALEZ TASCON, L: Fábricas hidráulicas españolas. Madrid, 1987. Archivo municipal de Elda: Caja 75, exp. 19. Archivo municipal de Villena: Libros Capitulares, 14 de junio de 1 787. Sobre la difusión técnica veáse GLICK, T.F.: Tecnología, ciencia y cultura en la España medieval. Madrid, 1992; pp. 58-61 . Archivo municipal de Elda: Caja 127, exp.31. Archivo del Reino de Valencia: BAILIA: letra P-I, leg. 4740 y 4743. ^ Archivo de Protocolos Notariales de Monóver: notario José Amat y Rico, año 1 787. Los nuevos molinos papeleros en Archivo Municipal de Elda: Caja 133, exp. varios. L. Amat en 1875 sólo nombra 4 molinos de papel (Elda. Su antigiiedad, su historia. Elda, 1983 -edición facsímil del original manuscrito de 1875-, vol II, pp. 35-36). EI molino de papel del Chorrillo en Sax en Archivo de Protocolos Notariales de Monó ver: notarios Pedro Ferrándiz, 17 de diciembre de 1 787. ^^ Archivo Municipal de Elda: Caja 133, exp. varios. ` Según VALERO ESCANDELL, J.R.: EI ori gen de la industria en VVAA Elda, 1832 1880. Industria del calzado y transforma ción sociaL Elda, 1992; pp. 20-21, la mano de obra alpargatera dispuso de obreros hábiles a la expansión industrial del calza do, aunque esta última tuvo un origen inversor y comercial distinto a la alpargate ría. «Para adorar al niño tres Reyes Magos vinieron de Oriente». (Reproducción M.S.G.). tos de alimentos y otros en heróico contraste de a raíz de todas las deficiencias emanadas de la Guerra Civíl española radicaba en determinados racionamien bienes de primera necesidad cierta abundancia con otros años no muy lejanos. Nuestro país inició la postguerra con una serie de problemas a los que tuvo que enfren tarse pero la capacidad de reacción de los españoles estuvo presente y en algunos años se superó una crisis que parecía interminable. Dentro de la sociedad nacen impulsos de autoge neración para buscar salidas reales, la sociedad no para, se transforma. Esta teoría se puso en práctica porque a la hora de realizar proyectos económicos los efectivos del estrato medio fueron creciendo gracias a la ambición de las personas con unos ciertos recursos. Este proceso económico se reflejó en Elda donde las clases trabajadoras iniciaron un proyecto viable, el cual desembocó en una industria zapátera muy signi ficativa. A mediados de los cuarenta no tadas las personas tuvieron la oportunidad de mantener su tallerico e introducirse en el mundo del calzado. Julián Rico, apodado el matagallinas, -ya conocemos el interés que tenían los eldenses de la época para poner sobre nombres despectivos- tuvo que abandonar su oficio de carretero por una incómoda enfermedad y pensar en buscar una actividad que fuera factible con su situación física y posibilitar el mantenimiento econó mico de su hogar. Estaba casado con Rosario Navarro alma mater de la familia, mujer preocupada, como muchas otras, en colaborar con apasionamiento y honestidad para lograr ñuna estabilidad tan necesaria en aquellos tiempos. Esta forma de ser y de sentir la Ilevó ainsta larse en la calle General Mola (hoy se denomina Ortega y Gasset) para vender piedras de mechero, exactamente en la puerta del local social que tenía Falange, y lo hizo sin ningún tipo de habitáculo. No tardaron mucho tiempo, Julián y Rosario, en convertirse en propietarios de un verdadero carrico, instalado enfrente del cince Coliseo. Fue una época donde la oferta de género era muy escasa -general mente frutos secos- aunque la ampliaban en invierno con la venta de castañas y habas. En los años cincuenta muchso eldense tenían la costumbre -como habían hecho sus antepasados- de pasear por la calle Jardines, buscando una cultura social que estaba fundada en una primacía de valores cotidianos. La familia Rico-Navarro optó por instalar Rosario Navarro, alma mater de la familia. otro carrico en la amplia acera del Teatro Castelar para dar mayor servicio a los ciudadanos y evidenciar su compromiso con la sociedad eldense. En esa época existían en nuestra ciudad un número muy reducido si lo comparamos con los que hay actualmente. Eran siete los carricos más emblemáti cos que funcionaban en Elda: tres en el Teatro Castelar, tres en la puerta del cince Coliseo y otro en la antigua sede que tenían los autobuses con línea regular, principalmente, a Alicante. Es lógico pensar que estos peque ños negocios mantenían la necesidad-demanda y eran elementos esenciales dentro del contexto eldense. Como cualquier otra dinastía eldense hubo un momento que los hijos del matrimonio Rico Navarro se hicieron cargo del negocio familiar. Rafael y Dolo res conocían perfectamente la estructura comercial del carrico, como lo vienen demostrando a través de los años. No podemos obviar la buena idea que tuvie ron estos hermanos cuando las empresas de frutos secos empezaron a comercializar sus productos en bolsas de plástico. Ellos les hicieron la competencia envasando pipas de girasol con una denominación muy curiosa y altamente impactante EI rey de las pipas. En la actualidad existen personas que lo recuerda, además de nuestros protagonistas, con agra do y simpatía. Pasado algunos años, ambos hermanos, se conso lidaron con su carrico en el vértice que forman la calle Jardines con la Plaza Sagasta, donde estuvieron hasta el 25 de enero de 1994 que se trasladaron justa Rafael y Dolores conocían perfectamente la estructura. mente enfrente como consecuenciiad de una modifi cación vial de la ciudad. La palabra carrico puede continuar acompañan do a distintas generaciones de eldenses porque ha superado algún barbarismo como Kiosco y quizá lo más importante, ha vencido a la prisa, a la fatiga y a la dispersión social. Creemos que es una de las apor taciones a la cultura social por ser punto de encuentro de distintas parcelas estamentales, porque está cerca de la escuela, de la fábrica y de la oficina. Además es base de cotidianidad de muchos de nosotros y se nos presenta como algo esencial en la sociedad global y no como algo trivial o alternativo. José Luis Bazán López Donde estwieron hasta el 25 de enero de 7 994. sí empiezan unos versos que creo haber leído en alguna ocasión, aunque en este momento no recuerdo exactamente donde. La verdad es que ese hecho carece de importancia y que mi contacto visual con la frase escrita es muy posterior a su conoci miento oral. Dicha expresión la empleaba mi padre cuando, al regresar de alguna excursión, coronábamos la última cuesta del camino y se divisaba de pronto el pueblo. Expresión que com pletaba con un Petrel ilustre, de su cosecha y muy respetuoso, cuando la ruta seguida discurría por tierras o cercanías de dicha población. Elda, feliz y dichosa... Petrel ilustre. Así me lo parecía a mí, en los años sesenta. Un chaval de ocho o diez años con ganas de com prender el mundo y con la suerté de tener un padre que podía y quería explicárselo. Petrel me parecía ilustre. Con su castillo en todo lo alto y el pueblo desparramándose a sus pies. EI castillo estaba en peores condiciones que ahora y se accedía a su interior por la destrozada puerta, revelando dentro varias dependencias y una cisterna medio cegada. Si se era atrevido se podia intentar el ascenso a la torre, desde la que se divisaba el valle y Elda en su centro. Su barrio antiguo se deslizaba desde las mismas murallas, excavadas por abundantes cuevas, aparentemente deshabitadas, hasta el Ilano, donde se levantaban los barrios más modernos. Y más abajo, atravesando un trecho bastante largo de huertos, viñe dos y almendros, las primeras casas de Elda. Elda me parecía feliz y dichosa. Yo nací en la calle Sanjurjo (hoy Francisco Laliga), en el barrio antiguo, cerca del Ayunta miento. Es dificil describir como un niño va adquirien do el conocimiento de lo que le rodea. En Sanjur jo no tengo recuerdos de la calle, solamente del interior de la casa y de algunos momentos espe ciales como fue la convalecencia de un saram pión, probablemente en Navidades por la presen cia de turrón en la dieta. También recuerdo las campanadas del reloj, del reloj de Santa Ana. Sí, es curioso el poder evocador de los sonidos, casi tanto como el de los olores. Cuando uno es un niño que pasa horas y horas encerrado en un piso, las campanadas de un reloj, los cuartos, las medias y las horas adquieren entidad propia y resultan casi palpables en el pesado ambiente de monotonía infantil. EI antiguo colegio de las mon jas también me resulta familiar. Allí estudiaba mi hermana y trabajó mi tía Cecilia, Hermana Car melita. Recuerdo un patio grande, con una fuentecilla en su centro y escaleras que partían hacia los pisos superiores donde estaban las clases y los despachos. Claro que este recuerdo puede no ser de esas fechas en concreto pues acudí allí en varias ocasiones -festivales y entrega de premios dado mi enchufe con las monjas. No obstante, no debió ser demasiado tiempo después, ya que no tardaron mucho en construir el actual edificio, del que tengo absoluta claridad en mis recuerdos de la bendición y colocación de su primera piedra por el Obispo de Orihuela. A mis tres años nos trasladamos al barrio del Progreso (Sociedad de Casas Baratas EI Progre so) y allí comienzan verdaderamente mis recuer dos. En el Progreso conocí la calle. Primero la casa, con su patio, campo de juegos impresionan te. Espacios amplios y calles anchas y rectas, lo que unido al escasísimo tráfico de coches invitaba al juego hasta bien entrada la noche. «Elda, feliz y dichosa». ( roto del autor). La siguiente ampliación de mi campo de acti vidades fue la colonización de las calles de arri ba y de abajo. La expresión dar lá vuelta a la manzana cobró un sentido liberador completa mente ajeno a hacer girar una fruta. Se perdía de vista la persiana de casa, la mirada inesperada mente protectora de la madre desde el balcón. iDios mío! ZCómo se puede explicar el placer de dar una vuelta a la manzana, tú sólo, a los cuatro años? zCómo se puede definir la alegria y el alivio que supone volver a la puerta de tu casa por un camino distinto al de la ida? Es una experiencia que marca. Es el primer paso en la conquista de la autonomía personal y el comienzo de la transfor mación del murido, enorme y desconocido, en la aldea global que se puede recorrer en unos días. La calzada sin asfaltar invitaba a jugar al guá y a la lima. La trompa rodaba y saltaba que era un primor y, cuando Ilovía, hacíamos paraícas con los reguerones que bajaban por la Gran Ave nida donde, en primavera, los racimos de flores de las acacias plantadas en su paseo central eran alcanzados con palos o piedras y después pacien temente masticados, ya que tenían un sabor dul zón que nos hacía gracia. La plaza de Castelar era la siguiente etapa natural. Subir al templete y dejarse deslizar por sus barandillas de piedra, pulidas por el roce de tantos y tantos pantalones. Detrás de la fuente de los chorros había un lugar ideal para esconderse, y no había peligro de mojarse pues la fuente casi siempre estaba estropeada. Pero la aventura máxima, la muestra de valor suprema era, sin duda alguna, saltar a la isla del león que estaba en medio de la enorme balsa de los peces. iCuántas veces hemos Ilegado tarde a casa haciendo tiem po para que se nos secasen los pantalones! Y es que era complicado el salto. Aqueilo era como una prueba iniciática, se tenía que hacer. Por lo menos una vez. Y, claro, como estaba algo aleja da del borde y cubierta de verdín y de paragGí cas, los resbalones y las caídas al agua eran frecuentes. Los guardias eran un aliciente más en la aventura. Iban vestidos de caqui y solían poner cara de mala uva cuando salían detrás de noso tros. Un saludo y una disculpa si todavía viven. Cruzar la Gran Avenida y pasar al Campico era un reto y la inmersión en un campo de aven turas infinito. Se mezclaban en esa zona edificios construidos, es^ificios en diversos grados de cons trucción con inagotables montones de arena; sola res con enormes zanjas para cimientos que noso tros convertímos en trincheras perfectas para nuestras batallas más o menos contundentes; plantaciones de almendros y olivos semiabandonados; cajas de camiones de Transportes Gómez desahuciadas en solares, que nos servían de baluartes hasta que terminaban literalmente hechas astillas... Resumiendo, allí se podía pasar una tarde y una semana entera se hubiera sido posible. De la plaza de Castelar al pórtico del Mercado de Abastos, ideal para cuando Ilovía. Los carri cos de la Plaza Castelar. EI triciclo de Daniel, el heladero de Jijona. La Cruz de los Caídos con sus columpios y sus toboganes. La calle del Paseo, antaño Martínez Anido y hoy Juan Carlos I. La Plaza de Sagasta. EI caldico de habas. Las casta ñas en los carricos del Coliseo. Y, por supuesto, el cine Coliseo, donde echaban tres películas por diez o doce pesetas. Solían proyectar una de romanos, una del Oeste y una tierna. Si te com prabas el bocadillo y la gaseosa pasabas una tarde redonda. Los bocadillos, por cierto, estaban hechos con finísimas lonchas de companaje, dignas de haber sido cortadas con un micrótomo de preci sión, que permitían ver las películas a su través. Otros itinerarios incluían ya las salidas del casco urbano. La oferta estrella era, sin lugar a dudas, el pantano. Dado que los amigos vivíamos en la zoña de la Plaza de Castelar nuestro camino natural de acceso pasaba por el Cementerio, la vaquería de Gregorio y la Fábrica de la Luz, cru zando raramente el túnel. Se podía coger entonces por allí algunos peces y ranas. EI castillo, el Arenal, Bolón y Bateig eran parajes que visitába mos con cierta frecuencia. EI Cid, Caprala, el Pocico Alonso y Camara quedaban más lejos y era raro que los visitásemos. Estos paseos tan lar gos los hacíamos, naturalmente, en verano, cuan do estábamos de vacaciones. En periodo escolar solíamos jugar mucho en la calle, al tula, apín tolana, aa la primera sin tocar, al bote, a la momia, aperseguir, a la octava, a policías y ladrones, al pie quieto, al guá... Cuando ano checía se encendían las bombillas del alumbrado, una en la esquina y otra en el centro de la calle. Bajo su mortecino cono de luz nos agrupábamos y seguíamos jugando hasta que se empezaba a oir: iAntoñííín!, iPedriiito!. Entonces, con mayor o menor diligencia, nos encaminábamos a casa. Las bicicletas se pinchaban un montón debido a los chinches, gabarrotes y demás ferralla que caía de los pringosos y variopintos recipientes en los que los talleres sacaban a la calle su basu ra. Aunque los chiquillos sospechábamos que los tiraba, a próposito, algún desesperado vecino, para desanimarnos en nuestras particulares edi ciones de la Vuelta a la Manzana. La basura se recogía en pleno día con carros tirados por mulas. Recuerdo a mi tía Genara, que vivía con nosotros, salir a recoger los moñigos propios del desahogo que los sufridos animales se permitían de vez en cuando delante de la puerta. Lejos de tirarlos, eran convenientemente puestos a fermentar y, una vez secos y curados, servían de excelente abono para los geranios del patio. En cada calle solía haber dos o tres tallericos y era frecuente que los zapatos a medio hacer se trasladasen de uno a otro para seguir las distintas fases de su elaboración. Se empleaba para ese traslado una especie de estanterías con ruedas. Los zapateros salían a almorzar a la puerta del taller y se sentaban en la acera a comerse el boca dillo, siendo el aprendiz el encargado de acarrear el botijo o acercarse a la tiendesica a por cerve za o vino. Era frecuente ver a mujeres y ancianos con el capasico de la faena Ilevarse trabajo a casa o devolver la partida una vez acabada. Los días de cobro eran jornadas especiales y el dine ro, laboriosamente ganado, era prontamente invertido en la compra de la semana, en ropa, zapatos... y en tomarse el aperitivo del sábado al mediodía. En muchas calles de Elda el olor de la sepia a la plancha y de las gambas de hacía insufrible para aquellos niños que teníamos que conformarnos con mirar. La expresión ponme de lo mejor era común a la hora de efectuar la compra. Los recuerdos se agolpan. Hay que hacer ver daderos esfuerzos para no lanzarse a la descrip ción exhaustiva de este juego, ese parque o aquel paraje de aventura. Hay determinados aspectos que son dignos de meditadas y extensas monogra fías, pero a la hora de escribir sobre ellos uno se pregunta... zcuánto tiempo tiene que pasar para que sean historias determinados acontecimien tos?, zson mis cuarenta años y mi entorno inme diato una perspectica aceptable para hacer refe rencia a situaciones pasadas y acabadas? Pues, no lo sé. Me imagino que cada uno cuenta la feria según le va con ella. Pero a mí, y así lo cuento, aquella década de los sesenta, me pareció feliz y dichosa; muy feliz y dichosa. Pedro Gras Chinchilla L1TER ^ I T UR ^ I «La Virgen está lavando y tendiendo en el romero». (Reproducción M.S.GJ. I señor de los lirios -así se referían a él las em pleadas de la floristería entró en la tienda, como venía haciendo cada 25 de mayo desde muchos años atrás, y pidió sus seis varas de lirios blancos con un poquito de verde. Después, cogió un taxi y se dirigió al cementerio. EI señor de los lirios, ahora con el talante afable y la serenidad comprensiva de los vie jos felices, sufrió, hacía ya quince años, una terrible tragedia: su perro dobermann atacó inesperadamente a su esposa y fue tal la fiereza y ensañamiento de la acometida que la pobre señora murió desangrada en el pasillo de su casa, sin que nadie pudiera hacer nada por ella. Allí se la encontró dos días después, al regreso de un viaje. Y desde aquel triste 25 de mayo, el señor de los lirios quedó a solas con su soledad. Nada se concocía de sus vidas: el matrimonio no tuvo hijos, carecían de familia cercana, y siempre ocul taron su intimidad. Por ello, nadie pudo con solarle, Pero él nunca quiso olvidar, y man tuvo dramática fecha como día dedicado a la memoria y a la meditación. EI señor de los lirios, tras ordenar al taxi que le esperara, entró en el silencioso recin to, ya cuajado de flores y exultante de verdor, y tomó, con lento caminar, uno de los sen deros laterales. Hubiera encontrado la tumba con los ojos cerrados, después de haber repetido tantas veces la misma visita y la misma ceremonia. Una vez allí, retiró con cuidado las flores secas del aniversario ante rior, limpió el marmol primorosamente, colo có encima el nuevo ramo -casi palpitante en su viva frescura-, y permaneció de pie, reco gido en sus recuerdos, durante algunos minutos. Se diría que el señor de los lirios estaba rezando. En efecto, sus labios se movían lentamente, pero no era una plegaria lo que musitaba. Tan sólo una corta frase, sólo dos palabras emocionadas, varias veces repeti das: -iGracias, Dick! En EI último parque, cemente rio de animales, era la única voz huma na que se podía escuchar. Afuera, el taxi seguía esperando Antonio Porpetta Andr é^ LLv N^ t LA GRIPE n su extenso escaparate la vida nos va presentando entre otras, la riqueza de emociones que sienten los seres en la época de su infancia. En esa época en la que parece que se vive en un mundo aparte y todo tiene entonces un color agradable, en un campo her moso, en un solo cielo siempre bueno. Bajo ese cielo, Andrés contempla el vuelo de los pájaros, escucha sus cantos, admira sus plumas de color pardo, rojizas, amarillas. Y sucede que en aquellos lejanos años de su infancia tenía bajo su cuidado a un ruiseñor que pues to al sol en su jaula col^ada en la fachada de su casa, cantaba y caniaba con trinos punteados, limpios, úni cos, y 7^ndrés repasa ahora en su memoria aquellos momentos en los que cuando jugaba en la calle lo oía cantar y se vuelve a sentir feliz igual que entonces. Y fue también por entonces cuando se extendió por campos y pueblos una epidemia maligna, y Andrés sintió en su cuerpo el zarpazo de aquel mal. Y en su mundo aparte, bajo el peso de la fiebre pero Era su pájaro el que cantaba. Era la alegría que se expresaba por sí sola en aquellas horas de su infancia. iY nadie lo dijera..! porque por entonces aparece un tiempo nuevo, con oscura nube, en el que ya se empieza a perder, sin buscarlo, algo de la inocente riqueza de la infancia. Cogido por la invisible mano de ese tiempo nuevo, Andrés tuvo que sentir tristeza porque una sombra desconocida, con su velo, taparía para siem pre los colores de su pájaro cantor. conservando un fondo de alegría, le pedía a su madre el regalo prometido en esa ocasión, el pantalon de pana lisa, color corinto, con el que tanto deseaba vestirse de explorador. Y años después y con frecuencia, explorador de su propia existencia. En aquellos días el movimiento de vida en la calle de la Plaza presentaba una quietud sombría. los puestos de verduras y frutas, de cereales, de salazones eran esca sos en la Plaza. La gente permanecía durante muchas horas sin salir a la calle a causa de la epidemia que azo taba al pueblo. Las atenciones a los enfermos, el cuidado personal para evitar el contagio del mal que entraba en cada casa, obligaban a mantener aquel recogimien to. Pero aunque fuera con una cierta prudencia, algunas personas salían a la puerta de su casa cuando oían el bajo rumor de una comitiva que Ilevaba a un difunto hasta la Puerta de la Iglesia Vieja para oficiarle un res ponso de despedida. AI paso repetido de esa escena, sal vando la distancia de una casa a otra, mitad en broma, mitad con gravedad, un vecino le decía a otro: -Pas cuá... hoy ya Ilevamos catorce... Como esto siga así... Y se refería tan solo a los difuntos que habían pasado por la calle de la Plaza. La epidemia apagó muchas vidas y Andrés empezó a enterarse de que existía una sombra escondida que se Ilevaba a los seres mas queridos a otro mundo, y sintió que se le empañaba por dentro una parte de la alegría de su infancia. 7.^sc,c,cS, ^ LA CLASE DE DIBUJO odo lo que permanece vivo, el mar, las plantas, los ani males, en lo posible, tratan de liberarse de aquello que los oprime y según se lo per miten hacer su capacidad de decisión y la de su fuerza. Andrés, en su infancia, en su pequeñez, por su natu ral manera de ser, también busca liberarse de cual quier sujeción o disciplina que lo condicione, que tenga algo que ver con su forma de vivir. La madre de Andrés se preocupa y procura la manera de que este zagal consiga una base de estu dios del mayor grado posible y habla con el Profesor de la Escuela de Dibujo. En aquellos tiempos, en Yecla, existía una Escuela Municipal de Dibujo. Era amplia, tenía los pupitres para dibujar adosados a cada lienzo de pared de aquel local. Asistían a la clase pocos alumnos. En los primeros días de estudio, Andrés empieza dibujando una oreja, y alguna vez más ha de repetir la misma figura con alguna pequeña variación, después ya dibuja un ojo, y pasados algunos días ya dibuja un rostro aunque de líneas muy simples. Andrés acude agusto a esta clase. Los pajarillos alegres de aquel ambiente lo atraen y se siente animoso por Ilegar a dibujar bien. Y cada tarde cuando entra en la Escuela, se acerca, se asoma a ver un dibujo de cabeza de mujer, de serena belleza, que tiene una mata de pelo negro, con brillos y sombras que atraen la mirada de Andrés, y que está acabando de dibujar un alumno que le dobla en años. Y Andrés siente un gran deseo de poder Ilegar pronto a realizar un dibujo tan bueno como el que está contemplando. EI profesor le tiene afecto a Andrés por la simpatía que se desprende de su persona y porque cada día que pasa dibuja mejor, termina las figuras que hace con limpieza, pero por donde, y una vez mas en su vida, por culpa de ese gusanillo que lo distrae a la hora de seguir con un buen orden su camino, deja de acudir a las clases de a. ^^x^^ecr.r e , ^^ dibujo. Cuando Ilega la hora de entrar en la Escuela, es también la hora de entrar en el Cine, y Andrés, en alto sus dudas, y hasta con un remordimiento cómo do, no entra en la Escuela, entra en el Cine. EI Profe sor y la madre de Andrés le riñen por esas faltas que comete, y es que anda muy suelto, le falta la mano firme que lo conduzca y trate de evitarle que ya en estos sus primeros años se apodere de su persona el diablillo de la indisciplina. Otra cosa será además, la de que comprenda que para salvar las dificultades del camino que ha de andar en su vida necesitará de la he^rramienta de su saber, ademas de la fuerza de su voluntad. Pero de su asistencia a las clases de dibujo algo bueno ha quedado en el alma de Andrés. Ya conoce el gozo que produce dibujar con esmero una obra que guste mirarla aunque sea una obra de ligero contenido. Y es a consecuencia de ese conocimien to que Andrés al paso de los años siente amargor por no haber aprovechado su tiempo de colegial para su bien, de no haber hecho suya la herramienta que aquella ocasión le ofrecía para con ella poder defenderse mejor en la vida. En esa vida que casi siempre tiene trazado el camino con baches y pie dras. Hacer una obra que contenga algun trazo atrac tivo, alegra el espíritu. Aunque Andrés hace años que dejó de asistir a las clases de dibujo, ahora por complacerse compra láminas con figuras y con pai sajes que se entretiene en reproducir a ratos en su casa, y es que Andrés es un declarado sentimental que hoy siente tristeza por haber abandonado en su época escolar las clases de dibujo. Y en esa situa ción, cuando ahora ya tiene mas años, con añoran za de aquellos teimpos de su infancia, un día y otro día, lo vemos aislado, dibujando sobre el mármol blanco de un velador alguna de las láminas que vie nen impresas en las Revistas de Actualidad. En su pueblo, el camarero de la Unión Yeclana lo deja hacer, le agrada ver los dibujos que Andrés hace c:n el velador. Después ya limpiará el mármol con lejía, con agua y con un estropajo de esparto, y mientras hace esa limpieza, aún se le oirá rumorear: -Y el caso es que me gustaba ese dibujo. EL SUEÑO DE LOS ALMENDROS os sueños forman par te de la vida de los seres, y quién sabe si también de las cosas. Cuando todo hablaba bajo la claridad de un sol mañanero, y An drés paseaba por el camino que sube a Petrel, y tan solo sabía, como siempre, entender a medias las pala bras, escuchó que un campesino sentado en su riba zo, con semblante contemplativo, decía: -Ahora están soñando los almendros-. Y esto sucedía en la época en la que empezaban a salir en las ramas de los almendros, los brotes que pronto se abrirían para ofre cer las flores de nieve con las que los almedros estre nan nueva temporada. Y sucede que para celebrar este despertar se abriran en las ramas de los almendros, enjambres de florecillas que con sus colores anunciarán su nuevo nacer al campo verde y a los montes amigos, y de tan feliz sor presa sería bueno, que en su día, Andrés entendiera algo, que pudiera oir lo que esos enjambres de floreci- Ilas secreteen con la brisa, que pudiera traducir lo que sobre el sueño de los almendros discuten los pájaros porque los pájaros saben mucho, y porque desde las ramas de los árboles todo lo observan, y también sería de agradecir que Andrés pudiera entender lo que en aquellos momentos de contemplación, sentía aquel campesio cuando dijo: -Ahora estan soñando los almendros.- iY qué ocurrencia...! L__.^ ^ra• ^,PLANE L(.t y^ ac LA MILOCHA = LA COMETA aba gozo mirar el cielo que aparecía con un azul goloso entre los claros que le hacían las pequeñas nubes blancas, y que en su lento vagar se recrea ban en mirar los campos y los pueblos y en oir el rumor de sus trajines. Ser nube limpia, espumosa ha de ser de un dichoso vivir por que ellas pueden viajar lo mismo que los pájaros, ver montes y campos verdes, y cuando se cansan de sus paseos entonces desaparecer por las lejanas playas del cielo. Ahora ya no era una nube la que se podría ver por el cielo, ahora sería una voladora milocha construida con papel de color rojo, azul, amarillo, con nervios de tiras de caña rajada, y con una cola larga hecha con retales de trapos. Ahora sería un ave de papel la que Andrés y su amigo Juan tenían en sus manos y la que se proponían echarla a volar. Soplaba un vientecillo entrecortado, suave, y Andrés ha escogido un buen sitio en su calle para allí volar la milocha, al pié de la torre de la Iglesia Vieja, donde por la altura que alcanza se levanta un viente cillo de blando empuje. En esa zona, (otro día ya subi rán avolar la milicha al cerro), y cuando es la hora de la media tarde en ese buen momento luan y Andrés podrán echar al aire su ave de papel y la podrán ver volar por el cielo en un ir y venir, deslizándose en bajar y ascender, bamboleando su cola de trapo, y así seguir jugando lo mismo que lo harían con un pequeño perro amaestrado. Y ahora ya empieza la pequeña aventura. Juan Ileva en su mano la milocha, sale corriendo y con impulso la lanza al aire, la salida no ha sido buena, no ha cogido suficiente vuelo y la milocha aturdida cae al suelo. En esta maniobra Andrés se cuida de soltar y tensar el hilo bramante, fino, con el que ha de contro lar el vuelo. Y enseguida se hace un nuevo lanza miento y el ave de papel toma vuelo, se eleva con decision y allá arriba se mece, se recrea con un vagar acompasado. A Juan y a Andrés les embelesa ver este vuelo que ahora han logrado, y estan mirando sin cesar a la milocha en sus movimientos, no cejan de mirar al cielo. EI ave de papel parece que también mira desde la altura el continuado corretear de los zagales que juegan en las calles cercanas, el paso resignado de un burro que camina cabeceando, car gado en sus costados con gavillas de maiz recién cor tado, y en ese preciso tiempo, cuando el viento empieza a empujar con mas fuerza, la milocha desea escapar, ir lejos, por donde se vé un monte con man chones de enjambres de pinos. Y ahora cuando la milocha trantea con insistencia por escapar, se oye a Juan que repite gritando: -Dale más hilo Andrés..., que mírala..., mírala como sube..., Dale mas hilo... Dale más hilo, que tirantea y cabecea mucho... Y ocurre que en un istante, de improviso, todo ese hermoso juego se malogra, se quiebra y golpea a los infantiles deseos de juego de los dos amigos. EI viento, y sin saber porqué, ha embestido con cegue ra y por sorpresa a la débil milocha o tal vez ocurre que no le gusta mantener en su espacio y con su invi sible soplo a un ave de papel, y sea por ese mal que rer que la ha golpeado y le ha doblado un ala, y ya sin norma, la milocha ha perdido el equilibrio, le faltan alas para mantenerse en el aire, y ciego su vuelo, cae en picado contra el suelo, lo mismo que cae herida por la flecha enemiga un ave de plumas y de sangre roja. A la milocha en su caida y por el porra zo que ha sufrido se le han abierto dos gajos de papel rojo, y ya con esa herida, lisiado su armazón de caña por el golpe, el ave de papel ha perdido su fuerza, su cuerpo se ha roto. Por este daño que les ha ocurrido, Andrés y Juan sienten tristeza y la desilusion aparece en sus caras, les corre por dentro. Han perdido la compañía y el juego que hacían con la milocha voladora. Ahora ellos quieren curarla, recomponerla y se la Ilevan a la cambra de la casa de Andrés, intentan arreglar el cuerpo roto del ave con papel nuevo, cambiarle las cañas quebradas, pero no saben hacerlo, no consiguen darle arreglo y con infantil resignación la dejan en el suelo, recostada sobre la pared en un rincon de la habitación oscu ra donde pasan sus días allí olvidados los trastos vie jos, y con ese desánimo los dos amigos hablan de volver otro día a arreglar la milocha, a darle nueva vida para que vuelva a volar otra vez en su calle por delante de la torre, (o tal vez la Ilevarán a que vuele en el cerro), y también y cuando Ilegue ese día para que la puedan mirar con asombro los pájaros que pasan junto a ella, y para que pueda volar y volar..., lo mismo que lo hacen las nubes blancas, y con la misma ilusión que le gusta hacerlo a un ave de papel. LOS COLORES ue en un vuelo ligero de tiempo, en un abrir y cerrar de ojos, que aparecieron los colores en el mundo gracias a unas hebras muy finas de agua que se mezclaron con soplos muy ligeros de la luz del sol. Y ya con ese abrazo y cuando se contaron siete colores, los pri meros en tomar presencia, formaron el Arco Iris, y decidieron ellos que eran bastantes para adornar a los campos, a los mares y a todos los seres y cosas de la vida. Y porque todo empieza en la vida con el soplo de los deseos, los colores desearon tener cada uno su nombre. Y más que entender todo esto, Andrés lo sentía. Y lo vemos ahora que se encuentra sentado en el suelo, enfrente de su casa, en la buena hora que un sol agra dable invita a hacer un juego recogido. Y allí Andrés tiene abierta una libreta con dibujos que solo tienen impreso en contorno unas figuras de animales y de flo res, y a los que para darles más vida, los vá rellenan do de colores. Ahora Andrés para seguir jugando, se ha traido de su casa una caja de cartón Ilena de arcilla, rojiza y amarillenta, con la que se hacen los cántaros, los lebrillos y los botijos. Andrés sentado sobre la baldosa hace con la arcilla, monigotes, bolicas, y no consi gue hacer un caballo, se le caen las patas. Pepica es una zagaliza vecina, ella morenucha, que ha visto a Andrés que está jugando con la arcilla, se sienta junto a él, y al poco rato ya se decide a manosear la arcilla, y hace torticas y platos y un muñeco. Todas las figuras que están haciendo las arriman sobre la pared para que no se estropeen. con retocar la arcilla sin parar, lo mismo Andrés que Pepica se han manchado los babe ros, se han tiznado la cara, y hasta en el pelo Ileva arcilla Pepica porque sin querer ha chafado alguna bolica y Andrés en corto arrebato la ha cogido del pelo. EI sol vá desvaneciendo su luz, se deshacen sus flecos aranjados, amarillentos, pero en su incansable rodar volverá al día siguiente a ponerle colores al campo, a los pueblos y a los pájaros. Por estar luciendo en todas partes, los colores también quisieron bajar resbalando hasta el fondo del mar y se derramaron sobre los poces vistiéndolos con escamas doradas, verdes, plateadas. En su entrega generosa, los colores, se quedaron para siempre en todo lo que toca la luz. L a patv ^ e rodillas ante ella, Angel la descalzó. contempló con reverente amor aque Ila escultura viva, su dise ño, su color. zEstá segura de que quiere una talla 37? No, si lo digo porque es una pena que tenga el pie tan pequeño. Sí, ahora la que se estila es la mujer que pisa fuerte, capaz de calzar una 40, con un morro que se lo pise, que, si se tercia, puede dormir plantada, y con unos zapatos con tundentes por si hay que dar una patada en los cojones al que se desmadre. iQué! zLe traigo una 40? La clienta dudó unos segundos, pero Angel ya sabía que había ganado la pártida (Y luego hablan de las chinas) Le espenataba contem plar los torturados pies de las mujeres. En las de más edad, con los dedos deformados y monta dos unos sobre otros en apretado revoltijo, podría apreciarse el final del proceso. Ésta aún podría salvarse. le trajo una 40. Era la que necesitaba. Apiló cuidadosamente una columna de ca jas. Abrió algunas y comprobó colores. incluso acarició suavemente su piel para percibir textu ras. Amaba su trabajo. EI perfume del cuero y el olor penetrante de los tintes y los reparadores le acarició la nariz. Era feliz. Un pequeño revue lo le Ilamó la atención: un cliente se iba disgus tado. Le atajó el paso. -ZAlgo no es de su gusto, Señor? zEn qué puedo ayudarle?. -iMe he equivocado de sitio, aquí no tienen lo que busco. Yo quiero un zapato de calidad! -iCómo!, zno le han enseñado el modelo 390? iDígame quién ha sido el inutil que lo ha atendido, incapaz de reconocer a un cliente de su condición. Claro es que no lo tenemos a la vista (echó una mirada a la camisa de 19.000 ptas. que Ilevaba el menda): no es nuestra inten ción humillar a nadie con un precio que no pueda pagar, pero este modelo del que le hablo es el que ha ganado en el concurso de modelis tas de este año. Sólo el Rey tiene unos igual. Se los enseñó majestuosamente, como quien presenta la corona de un reino, y aún antes de probárselos, el cliente dijo, entusiasmado: -iMe los quedo! Angel por aquí, Angel por allá. Llevaba una mañana... Que en el almacén no se aclaran. Que hay que devolver una partida que se le des pega la suela. Que el jefe está de un humor de perros. Angel por aquí, Angel por allá. EI siguiente era muy joven. Tenía unos mara villosos pies de planta helénica. Supo, al segun do, que el modelo 123 le iría como un guante. Luego lo miró a los ojos, y decidió que no iba a gastarle la putada de acertarle a la primera. Aquel chico no había venido sólo a comprar zapatos, había venido, sobre todo, para decidir. Así que Ilamó a un aprendiz y le dijo, por lo bajo, que no le enseñara menos de diez pares, antes de sacarle el 123. AI siguiente no le hizo ni caso. Tenía unos pies interesantes, pero no había venido a com prar. Era un perverso. En el tiempo del almuerzo, dibujó zapatos en las servilletas de papel, tratando de mejorar el diseño. sin poder evitarlo, sus ojos se posaron en los pies de todos los presentes., Los pies cavos, los planos, los artríticos, las callosidades, los juanetes, los dedos agarrotados, doblegados, vencidos, amordazados, nada escapó a su vista. iPobres pies, eternos prisioneros sin culpa! iPies que nacieron con vocación de manos, y ya no pueden acariciar el mundo, sólo pisotearlo! Tal vez, pensó con tristeza, éste sea el precio de ser hombres. AI regreso del almuerzo, las cosas no mejo raron: Angel por aquí, Angel por allá. (Y el jefe que se ha tomado una cafetera entera, y está de muy mal café. No sé por qué, pero hoy no para de mirarme, y con unos ojos! Ahora quiere que vaya a entregar unos zapatos a domicilio, como si fuera un repartidor. Creo que hoy no quiere verme. le molesto). ZCómo lo hago? Ahora, cuando venga, voy y le digo... No, quizá lo mejor sea que se lo notifique por carta. Eso es, se lo dice la carta: que dentro de dos semanas quedará extinguido su contrato de trabajo temporal. Bueno, lo de la carta está bien, hay que ir por lo legal, pero, de todos modos, tengo que decirle algo personal mente. Y zqué le digo? Vale tío, estás despedido. no es nada personal. Es cosa de la coyuntura económica. Eres el mejor que nunca tendré, pero se ha terminado el tercer contrato temporal y tengo que ponerte fijo o tirarte. Se encendió otro cigarrillo (ni sabía ya cuántos Ilevaba) y se sirvió otro café más. Y ya se sabe, -iba mascullando entre sorbo y sorbo- pones a alguien fijo y enseguida se te sube a la parra. Además, es que sería de tontos. Aquí meto más aprendices, me salen por dos duros, y seguro que pesco alguna subvención. Por otra parte, la gente ya se ha acostumbrado a venir aquí, y seguirán viniendo pero... iQué bueno es el condenao! Recordó, tres años atrás, el día que lo cono ció. Ilovía y no pasaba un alma por la calle, pero no a causa del agua, es que por aquella calle no pasaba nadie nunca. Era una de esas calles sin ángel, olvidada de la mano de Dios. EI estaba en la ruina: se había gastado lo que tenía, y lo que no tenía, en remodelar la vieja zapatería que le dejó su tio Anselmo y en actualizar el material. Claro que él no entendía de zapatos, pero la cosa es fácil, o gustan o no gustan. Y allí no entraba ni Dios. Pronto lo embargarían. le había faltado visión. Siempre le pasaba igual. Se per día en los detalles. Y ahora tendría que empezar de nuevo. No es que le faltara valor. es que ya no vería motivos, le fallaba el motor, ya no tenía fuerzas. Se sentía predeterminado al fracaso, le hastiaba la repetición monótona e implacable de sus pifias. Estaba harto de su propia compa ñía, de la vida, de su mala estrella. iEstaba harto de todo! En su descargo hay que decir que los últimos dos meses habían sido terribles: esperando, esperando, esperando y tejiendo infinitud de conversaciones imaginarias, con clientes imagi narios, en dias imaginarios y en tiendas imagi narias, con zapatos imaginarios; mientras, la tienda real, despoblada y silenciosa, abandona da, se iba cubriendo de polvo, y verdaderas tela rañas tejían sus hilos en las bocas de los zapa tos, desde el talón a la puntera. Acabó sintiéndose ^ma araña imaginaria, esperando, esperando, esperando, y aprendib a tejer unas trampas tan sutiles e invisibles, que él mismo terminó por caer en ellas. Aquí entran (risotada va, risotada viene), ya lo creo que entran. iPorque lo digo yo! Y puso un cartel de que se regalaba el género. Ya sólo quedaría perderlo de vista. pero no entró nadie. Debieron creer que era una estrategia comer cial. No fue ni en un día ni en dos, pero empezó a acariciar la idea del suicidio (y una soga que guardaba en un cajón) y sonó la campanilla de la puerta. Allí estaba él, con los zapatos enchar cados y sin paraguas, buscando refugio, con cara de no saber muy bien dónde se metía. -Tengo lo que necesita- casi imploró, y le puso bajo la nariz el primer par de zapatos que pilló a mano. -iAh! bien, pero yo no tengo dinero. Llevo todo el día buscando trabajo. -De eso no tengo. no necesito dependientes. No tengo aún clientela hecha. Se lo digo al pie de la letra: no he vendido un zapato en dos meses. -Pues entonces, sí que me necesita. Déjeme ayudarle. Está bien claro que es usted nuevo en el negocio. -2Por qué lo dice? -Porque yo tengo un tipo de pie románico, y el modelo que me ha sacado le iría mejor a un pie de planta egipcia. Y, el muy cabronazo, antes de que acabara el día, había vendido media estanteria. Incluso le vendió un zapato cojo. Cierra los ojos y puede verlo, arrodillado casi siempre, humilde pero no humillado. iCómo lo consigue? Si, lo sabe, sabe que vale Siempre con su sonrisa de felicidad en los labios. iSi es que daban ganas de borrársela de la cara de un buen zapatazo en los dientes! Cierto que había sido providencial, el muy capullo, que lo había salvado de la ruina pero... ya iba siendo hora de que se fuera a salvar a otro. -Cuando vuelva Angel, que venga a hahlar conmigo. AI Ilegar a su casa le preguntaron: -zQué tal? Angel. -iNo te Ilegan, Señor, a la altura de los zapa tos! Me han despedido. Por cierto, te he traído de recuerdo unos zapatos, cosa guay. Conoz co al modelista y hemos hecho unos ajustes... -iAngel! -Lo sé, Señor, lo sé. Tendré que volver. -Las probabilidades de suicidio dentro de los próximos doce meses han aumentado tan alta mente que no me atrevo a mirar. zQué te pasó, Angel? -No sé, Señor, no sé. Desde aquí arriba todo parecía muy fácil, pero, en cuanto tomé cuerpo, había tanto por hacer que... -zQué? -Que... se me olvidó cuál era mi vardadero trabajo. Lydia Sanchís Pérez a hv^^iu d^ dv^t ]Ka^t MadNVna ontealegre del Castillo es un pueblecito de la provincia de Albacete que hoy apenas tiene 3.000 habitantes, la mitad de los que tenía a principios de siglo, cuando sus moradores vivían de la agricultura. Allí, en ese pueblo que al decir de nuestro autor, ni está en el monte ni tiene castillo ni es alegre, nació Juan Madrona Ibáñez el 21 de diciembre de 1903. Castillo de Montealegre, ruina de ruinas; tristeza de siglos desangelados en la Ilanura irredenta. Montealegre del Castillo, iqué irónica suerte llevas! Huérfano de tu castillo, tan solamente te queda ^ un nombre que no te cuadra y un hueco que sí te apena. (Castillo de Montealegre) Juan fue el décimo hijo de una familia muy pobre; su padre, hojalatero de profesión y campesino, hacía cualquier trabajo para poder alimentar a una prole de 13 hijos, de los cuales sólo dos superarían los 25 años. Aquel hojalatero sin apenas formación ense ñó a leer a todos sus hijos, incluso a las niñas, que según la tradi ción rural no debían tener estudios. Todavía hoy don Juan recuerda con orgullo que una Madrona era reco nocida en el pueblo porque sabía leer y escribir. La madre, nacida en 1867, era una mujer marcada por las privaciones; padeció desde joven frecuentes y crueles ataques de epilepsia, unas veces motivadas por las cosas más peregrinas, como el tañir de las campanas, otras por las circunstancias más dolorosas por las que puede pasar una madre, como es la muerte, en un plazo de ocho meses, de tres de sus hijos, de 14, 21 y 25 años, respectiva mente. Se fue al caerel día, con las últimas brisas de la tarde. Porque ni el día claro ni la noche querían ver su adiós... Hubo en el aire sólo un temblor de labios infantiles que Ilamaban, sin ecos, a la madre. Su inocencia, una brisa juguetona que se fi^e con las bris as de la tarde. (Elegía por Albertín) A los cuatro años, Juanico, que ya sabía leer, ingresó en la escuela, donde iniciaban su aprendiza je los mayores de 6 años. Un día de mayo de 1913 Ilegó al pueblo el obispo de la diócesis, entró en la escuela y el pequeñín, que aún no había cumplido los diez años, leyó unas cuarti- Ilas escritas por el maestro para tal oca sión. La gracia y la desenvoltura del niño ganaron al obispo, que se interesó ^^or él, habló con la familia y determinaron la entrada del muchacho en el seminario de Murcia. Allí permanecerá durante los diez años sií;uientes hasta que, casi a punto de ser ordenado diácono, abandona el seminario. Su pasión por los idio mas ha truncado su sacerdocio: el obispo, por reincidente, le expul sa. EI regreso al pueblo es triste. Pronto será Ilamado a filas. Mien tras tanto da clases particulares y allí, entre sus alumnos, está Anita Navarro Gallar, hija de una de las dos familias más ricas de Mon tealegre. Surge así el comienzo de algo que durará para siem pre. Una muchacha morena es la mejor medicina para quitarse las penas. (Desahoguillos) En 1925 Juan está en África; durante tres años sirve a la patria en el Cuerpo de Sanidad y recorre un país en guerra contra España, aunque en su último año de servicio Marruecos está pacificado y su estan cia en Ceuta, Tetuán y las montañas del Rif ya no suponen el peligro de los primeros meses. A su vuel ta prepara oposiciones para el Seminario de Maestros Ca(cílicos de Murcia, que eran los profesores de la Institución Lourdes para niños huérfanos y, ya en 1^)?^), lo encontramos dando clases de idiomas en dicho colegio, donde al mismo tiempo termina magisterio y peritaje mercantil. A fines de 1935 Ilega a Elda; aquí había venido unos años antes Anita con su madre, su hermana y una tía, tras la muerte del padre y el acortamiento de la hacienda. Anita, que había hecho Corte y Confec ción en Albacete, abrió aquí una academia en tanto que él, a principios de 1936, inició en la plaza de Sagasta la enseñanza de los cursos de peritaje y pro fesorado mercantil. La academia funcionó muy bien desde su inicio. Don Juan cuenta una anécdota para explicar tal éxito: dice que todas las mañanas, para ir desde su casa a la academia, tenía que pasar por delante de la iglesia de Santa Ana, justo a la salida de la misa. Una señora muy influyente, de las de misa diaria, supuso que don Juan era también asiduo, por lo que hizo de él la mejor publicidad. A los pocos días tenía como alumnos a los hijos de las familias eldenses más acomodadas. Fuere así o no, y habría que recordar que estábamos en los revueltos meses anteriores a la guerra, la academia de don Juan, en la que él era el único profesor de todas las materias, tue prontamente conocida y valorada en toda la comarca. Está la tarde gris, tuberculosa. En las estanterías los libros bostezando en larga espera, esperándote a ti. César y Catilina, rumiando infinitivos y ^;erundios, consultan sus relojes; porque ya es tu hora... i y tú no estás aquí! (Tu ausencia) De pronto, el zarpazo de la violencia y la guerra. De ella escapa con algún que otro susto, como aquel que le sucedió cuando, paseando con sus alumnos hacia el pantano, encontró en un montón de basura hojas de papel a medio quemar, retazos de un lihro sobre la vida de una mujer de Bocairente muerta con fama de santidad, y que él había escrito en 1935 para que pudiera servir en Roma en el proceso de beatifi cación. Pero ni ese libro ni los dos anteriores, tam bién de temática religiosa, supusieron realmente ^m peligro inmediato. A últimos de 1938 su quinta es Ila mada a filas y es enviado al frente de Badajoz. Allí, en Hinojosa, conoce al poeta Miguel Hernández y nace su poesía social, allí es reconocido por sus dotes de escritor y organizador. Tanto que, en marzo de 1939, a punto de acahar la guerra es enviado a Cuenca para dirigir un periódico de combate pero, ya de camino a la ciudad, ésta cae en poder de las tropas franquistas y él marcha hacia su pueblo, donde Ilega el 2 de abril, un día después de que su madre, de 72 años, haya sido enterrada. Acabada la guerra, el matrimonio vuelve a Elda, ya con la academia en la plaza de Castelar. Por aque Ila casita de dos pisos, por la planta baja de lo que hoy es el «Edificio Madrona», han pasado muchas generaciones de eldenses que han aprendido de don Juan a mirar el mundo. En esa casa nació su única hija y allí murió, en 1981, su inolvidable Anita. En esa habitación, sobre una mesa larga hecha de sueños y esperanzas, hasta hace muy poco seguía don Juan traduciendo y escribiendo cartas comerciales en inglés, francés, alemán e italiano para las empresas de calzado eldenses, seguía enseñando lenguas clá sicas a alumnos que hoy son profesores universitarios, sigue siendo guía intelectual para muchos jóve nes que «quieren escribir» y que aún le Ilaman para presidir actos poéticos y concursos literarios. Con mi pasión inseparable y mi paso torpón, noventañero,yo iba a cruzar la enmarañada calle. Y una joven mujer (no sé quién era, sólo sé que era guapa y sandunguera) se me acercó diciendo: -Don /uan, deme «usté» el brazo. Y de^;ustando tan graciosa oferta crucé la hirsuta calle, sonrisa y alma en plenitud abiertas... (Alegrías cotidianas) Hace poco, este joven de 93 años que sólo tiene disminuida la audición de los sonidos innecesarios de fuera, que sigue siendo en el fondo de su alma aquel Juanico, el chiquitín, de los años infantiles de su colegio de Montealegre del Castillo, que mantiene el mismo brillo pícaro en los ojos y sigue creyendo en el hombre a pesar de tantos inviernos, publicó su primer libro de poesía; ha recogido en él 74 poemas de los que ha ido escribiendo y publicando en perió dicos y revistas desde hace mucho tiempo. En Dahe llos, Ualle de Elda, Alborada..., pueden leerse algu nos de estos poemas que vienen rodando desde los años cuarenta. Los reunió sin orden cronológico ni mayor indicación que la de decirnos que no tenía estos versos destinados a la publicación sino al archi vo de la intimidad, y la Caja de Crédito de Petrer ha hecho posible la edición de mil ejemplares, en lo que puede considerarse un acto de gratitud hacia el hombre que ha pregonado siempre su amor por el pueblo hermano y su íntima amistad con el poeta Paco Mollá. Es realmente su primer libro de creación. Duran te su estancia en Murcia como profesor en el internado de Lourdes, es decir, en el orfana to creado por el sacerdote Antonio de la Concepción Gallego Alvarado, publicó dos libros. EI primero, escrito en 1929 y publicado en 1930, es una biografía de San Jerónimo Emiliano, escrita en italiano por el P. Bartolomé Segalla. San Jerónimo, el santo vene ciano del siglo XVI, fue el fundador de los orfanato rios en Italia. EI libro, por lo tanto, respondía a un interés de proyección de la institución murciana. Ese mismo año de 1930, la misma imprenta del orfanato rio, que había publicado su traducción y .a^„^„^^ que tenía un importante catálogo de publicaciones, le editó su segundo libro: Lourdes en Murcia 1905-1930. Lleva el subtítulo de «Impresio nes de mi estancia en el internado central que tiene en Murcia la Institución de Nuestra Señora de Lour des». En 200 apretadas páginas, el autor, con un len guaje lírico y apasionado, exalta la labor del sacer dote fundador del orfanatorio murciano y da cuenta de las actividades que desarrolla el centro en favor de los jóvenes marginados. EI libro, muy ilustrado, refleja una avanzada pedagogía, siguiendo la línea de las escuelas del «Ave María» del P. Manjón. Se editaron 35.000 ejemplares para distribuirlos en His panoamérica como ayuda para la institución. EI ter cero fue el intento, abortado por la guerra, del que antes he hablado. Y ahora, en la hora del crepúsculo, nos Ilega ale teando esta paloma de alas extendidas sobre un mundo en brumas. Esa es la portada y el título, tan simbólicos y tan precisos, que ha escogido don Juan Madrona para su libro. EI vuelo de su poesía lo ha querido simbolizar el autor con el vuelo de una palo ma sobre un amanecer crepusculado -o sobre un crepúsculo que renace-. Es una paloma aleteante, vivaz, que emprende airosa la ascensión. En sus alas Ileva 74 poemas que hablan, sobre todo, del amor; del amor a la vida, a la mujer, a la belleza, a la poe sía. Yo te di mi verso (no tengo yo te di mi verso, limpio, mi verso que hilaba, feliz, su (otra cosa); (cristalino; (destino de ser a tu gracia mi ofrenda (humildosa. Y tú con tu gracia gentil, (deliciosa, trucaste mi verso con garbo y (con tino ` quitando una letra de son ^^í^ (peregrino, ^ la que hace la rima, la risa y la rosa. A otra letra enana que inicia la vida le pusiste altura, querencia de cielo, dejando mi estrofa trucada y mordi da. Y me devolviste mi verso de encaje con tan exquisito y amable desvelo que otra vez quisiera tan lindo truca je. (Soneto con intringulis) No, yo no creo que estos poemas sean un vuelo raso sobre vulgares tejados cotidianos y, en todo caso, si los ámbitos sobre los que vuela extendida la paloma-inspiración son vulgares, han quedado transfigurados por el majestuoso aleteo de la poesía de don Juan Madrona en este crepúsculo de amanecida. Estos poemas tienen la fuerza y la espe ranza de un joven de 93 años que aún tiene bastan te que decir, aunque lo diga con la humildad con que se expresa en el prólogo: Aleteando no es el vuelo de un águila ni de un cóndor; es una sucesión de alete os familiares, desde^el tejado al jardín y desde el jar dín a otros tejados algo más señoriales; aleteando, aleteando siempre con el afán de elevarse un poco sobre la vulgaridad de nuestro ambiente. Ni águila ni cóndor, como dice con modestia, pero con más altos vuelos que los de los gorriones con que se com para y, sin duda, no de menos valor que el de muchos poetas cuyos nombres Ilevan nuestras calles. «Con un poco de estudio puede hacer versos cual quier persona que se lo proponga, pero la poesía sólo se deja elaborar por quienes están dotados para sen tir y expresar la belleza». Pues bien, sólo un verda dero poeta es capaz de sentir así la Ilamada de la belleza y expresarlo de esta manera: Una noche fatal volcó la vida sobre mi sien las heces de sus vinos, y me lanzó a los ásperos caminos de una santa quimera incomprendida. Busqué la cumbre lírica encendida de fúl^;idos penachos diamantinos sin ver que, agironada en los espinos, se quedaba, al subir, mi entraña ardida. De la vida vulgar sobre el abismo con la cauda luz de mi optimismo voy encendiendo extraña lucería; le sonrío a la pena, indiferente, y es mi orgullo llevar sobre mi frente la hermosa maldición de mi poesía. (Un alto en la senda) Los poemas de este libro han sido compuestos a lo largo de una vida muy dilatada, de ahí que se noten las diferencias de metro, ritmo, estilo y hálito vital. Ya estando en el seminario, a los 14 años le pre miaron en un concurso literario convocado en Léri da; curiosamente, en 1979, de nuevo fue a esa ciu dad a recoger otro premio con el que la misma enti dad, 62 años después, le había vuelto a distinguir. También escribió mucha poesía durante su estancia como profesor en el orfanato de Murcia y, durante la guerra, su poesía siguió una línea de compromiso social. Ya en Elda, en los años 40, sus poemas se difundieron en los períódicos y revistas de la comar ca; son de carácter laudatorio para las gentes y pue blos de esta zona, pero son los menos personales, los de circunstancias. Con ellos ganó algunos concursos literarios: San Sebastián, Lérida, Alicante..., pero el verdadero don Juan está en los poemas dedicados a la mujer y en aquellos en los que está Dios de fondo. No puedo decir que aquellos sean exactamente de tema amoroso, pero sí que rebosan gracia sensual. Algunos no desmerecerían en la mejor antología de la lírica amorosa: Merche estrena zapatos nuevos, Por ti, Tener 16 años... Los de temática religiosa, o quizá sea mejor decir los que recogen una visión trascendente de la reali dad, son también numerosos, a veces de extrema dureza, como esa Oración por Shopenhauer, y otros en los que prima su gratitud a la vida, su comunión con el universo. Buscando a Dios es un buen ejem plo de esta poesía panteísta, tan cercana en muchos aspectos a la de Pacó Mollá. Para quienes conoce mos algo de las duras vicisitudes por las que ha pasa- do don Juan en su larga vida, puede sorprendernos el que no haya un solo poema que rememore alguno de esos momentos cruciales; quizás, a lo más, algún verso esconcido pero no queda ningún poso amargo, ninguna herida abierta. Su poesía es esencialmente un canto de júbilo con, eso sí, alt;unas a^udas notas de melancolía o de preocupación por lo que el hom bre ha hecho con la naturaleza. Es significativo, en ese sentido el largo y angustioso poema titulado ^Han llegado los cuatro jinetes del Apocalipsis? Los 74 poemas recogidos en su libro es una mínima parte de los que guarda en el arcón; estos tampoco pensa ba publicarlos pero las circunstancias lo han propi ciado. Quizás don Juan sólo estuviera dispuesto el poema con el que quiero cerrar este pequeño home- naje a un hombre que ha significado tanto en la cul tura de la comarca: Ya sé que estoy muy cerca de la meta -dos suspiros apenas de distancia=: ya sé que esta temblona lucecilla del vivir, fu^^itiva, se me escapa. Por eso quiero, ante el premioso trance, sin el cristal siquiera de una lágrima, dictar mi voluntad a las estrellas que aguardan el susurro de mis alas. Os dejo sólo la mezquina alforja de mis versos sin gloria y sin prosapia y esa humilde y copiosa sementera que prodigué en mi vida oscura y larga. Para mí me reservo este descielo de haber tenido un corazón y un alma tan ansiosos de luz y de aleteos que nunca conseguí que se saciaran. Sólo quiero gritaros un deseo: amigos, cuando acabe mi jornada y os musite mi adiós definitivo, hundid mis huesos y mi carne ingrávida bajo un rosal ubérrimo y fragante que enamore a la luz de la alboráda. (Testamento) Hoy don Juan sigue escribiendo y estudiando. Cuando hace unos días fui a verlo estaba estudian do... iárabe! Me decía que así se preparaba para escribir un artículo sobre la lengua de Elda a través de la historia, artículo que le había pedido su amigo Ernesto para la próxima revista de fiestas. Así es este hombre, este joven de 93 años que ha sido maestro de muchas generaciones eldenses. Salvador Pavía A Mao, ami^a en el latido y la luz ^ ^ ^^ ^ / raía el viento el elixir de tu nombre, la t^iá fragancia de Castilla germinada en sus surcos de trigo y de historia, desbordada en su vientre de amapola creciente al perfil del mediodía. Y tú venías oreando la seda del fugaz horizonte que arropa la noche con su pálpito puro de rasos y lunas, de estrellas que buscan la tibia primavera en los inocentes dactilares de la aurora. Ya ves, amiga, hoy es la brisa, hija pródiga de la esperanza, hoy es la luz, en tus ojos, hoy es ese instante último y primero del amor concebido al calor de las lágrimas, por eso, no abandones al fuego fugaz de un (minuto este abrazo sin pausa que nos brinda el destino. ^^os hemos quedado solos tu corazón y yo con el balcón abierto y la vida desnuda por ^primera vez mientras, la voz de nuestros amigos muertos cantaban nanas para mantenernos alertas, alertas y despiertos, por si volvías pronto y contigo traías la luz, la luz y el amor en tus bosillos... ! / )s turnáis, el mar y tú, ^ para traerme gaviotas de sal hasta mi pecho descalzo donde liban las sirenas su polen de amarantos, a la vez que inventan un íntimo horizonte de espejos, un nuevo poblado de imágenes y besos en la étnia frutal de los abrazos. ^ ^ ^^ esprendiéndome del día ^ ^ desciendo todas las cremalleras que se abren como autovías de acero dejando al intemperie el deseo. La brisa del oxígeno avanza barcos por los atolones húmedos de los cuerpos hechos vida, hechos luz, hechos fuego, pasillo donde el sueño espera tejiendo vida más allá de los ojos abiertos. ^^ Y ^ ^ a verás cuando nazcan de nuevo ^ los muertos que nos aman, aquellos a los que Ilevamos caudalosos ríos de guijarros y flores, aquellos a los que perdiendo encontramos en los infinitos valles de la ternura. Ya verás, amor, asistiremos a su nacin^iento y haremos del munclo un parto jubiloso de vientres lumínicos de esperanza. Autora: SACRA LEAL Pertenece al libro de poesía que escribí en 1989. EI libro, inédito, se Ilama Soliloquio. POEM A ^ ^ ^ ^^esnúdame, sí tú, que tampoco sabes mi [nombre y mi antifaz te recuerda la nostalgia corrompida. Muérdeme para salvarme, para que tu cuello no sea como los otros pisado con repugnancia devota. Oríname y no dejes de hablarme, pues han tapizado mi cabeza y me desangro en las calles como alguien que nadie conoce. Pedro Maestre (f ragmentos) La necedad, el hierro, la culpa, la codicia, ocupan nuestro espíritu, trabajan nuestro [cuerpo, y como los mendigos se nutren de miseria, nosotros nos nutrimos de los remordimientos. Ch. Baudelaire La luz del poeta es la contradicción. Desde luego no he pretendido convencer a ^nadie. Sería indigno de la poesía siadoptara esa [posición. La poesía no quiere adeptos sino amantes. F.G. Lorca ^^^ste largo poema, dotado de varios conte nidos, pero unidos por un mismo hilo conductor, está dedicado a mi generación. En especial a aquellos con los que pasé inolvi dables y agradables momentos de bran parte de mi infancia y adolescencia. Estos versos desde las tinieblas brotan de lo más hondo, más humano y más tenebroso de mi alma. tened: ésta es mi mente. I inconaclo mi dolor, mi odio, mi nécedad y mi pasión. Considerando que toda alba es bella. He de deciros. Comunicaros: Que el mundo es mío porque el mundo es de todos. Yo vi mejor que nadie como se filtraba la luz como una hérnia en las casa humilc^es donde los jornaleros beben buen vino y la tierra tiembla en los párpados. Vi el cielo romperse en violetas destellos mientras la Iluvia azotaba húmeda v eléctrica mente los pastos y los valles. Vastas extensiones desérlicas también [erosionadas por el canto del pájaro azul estallaron como fuegos de artificio en mi !mirada! Vi crepúsculos caer sobre el horizonte descuartizando el silbido vercle de las [montañas mientras las alimañas nocturnas destripaban a [las víctimas más precoces del manto de la noche. Abismos tenebrosos y oscuros como grietas. (creí estar en la más grande de las tinieblas)Puentes en ruinas. Casas deshabitadas. Calles inundadas de orín y de vómitos lamarillos. Las grandes ciudades estrellándose va en la ^noche como las luces del faro contra el inmenso [océano. iAh la ciudad! Los coches atraviesan extasiados las grandes • [avenidas; con su vértigo, con sus luces, con sus ruidos [metálicos. De madrugada hay sombras en las grietas de [los callejones, de madrul;ada hay sombras en las plazas mayores, de madrugada hay sombras y silencio sobre el asfalto de los soburbios. EI escalofrío está en las jeringuillas. EI escalofrío está en las botellas de licor [adulterado; botellas de vino fermentado y de aguardiente, botellas de ginebra seca y de orujo, botellas de astenta y de wiski de garrafa. EI escalofrío está en la nuca del mendigo, y en sus sueños; escalofrío, v al alba; ^escalofrío. Cuando la multitucl amanece y se agolpa a las calles céntricas y el sol filtra sus tibios rayos por las ventanas: En los sobúrbios sigue gobernando el escalofrío como un rey asqueroso y enfermizo r--^ ^^n las grandes barriadas el viento sacude [las hojas secas y el anciano que juega al ajedrez en el parque ha olvidado su zapato. En su zapato guarda escondida como un gran ^tesoro toda su magia. Su fortuna es grande porque toda su fortuna puede caber en el hueco de su zapato. Su fortuna es grande porque toda su fortuna radica en saber hablar con los pájaros, en ^beber vino bajo el sol, en deleitarse simplemente contemplando en ^noche despejada el centelleante brillo de las estrellas. Una mariposa adulta se ha posado en sus Ihombros v él disfruta haciéndola con los dedos volar sobre su rostro. iAh residuos de niñez, delirante desfortunio de los viejos lobos de ^mar...! III mi generación ) ^ ^onviví junto a ellos. Fum^amos hachís y bebiamos cerveza. Cada uno hablaba de sus ilusiones con vistas ^al futuro. Cada uno soñaba a su manera porque cada [uno era un dantesco continente de luz, de ideas y de formas. Llegaba como un mujer desnuda la noche sorprendiéndonos a todos ciegos y borrachos: [y a nadie se le ocurría hacer poesía. Teníamos quince años. La poesía estaba en las estrellas azules, en el impenetrable aroma que enlazaba nues tra profunda amistad. ^osotros, mi generación, eramos la mejor poe sía del momento; de un momento complicado para cada uno [de nosotros por las facilidades de la época. De un momento intenso solamente por su levedad. ;Qué deciros! os amo a todos con resentimiento EI tiempo se desvanece como la luz de rma IcStrella en la noche. EI agua de un rio nunca es la misma. Los cometas giran sobre los astros atrapándose la cola a dentelladas y nunca se detienen frenando su belleza. A cada segundo el estremecimiento del locéano sobre la bahía es distinto. Las olas no se repiten. tvo existe una sombre idéntica a otra. Ni ^ma estela en el cielo que nos libere del suave peso que nos Somos prisioneros del tiempo. Como hogueras en la lava del volcán. Como gotas de Iluvia en (a tormenta. IV [aplasta. ^^ ^^os hombres que vinieron del desierto tratican en las calles con relojes, con pulseras, con figuras de porcelana, con amuletos de plara, con cachimbas de Imarfil, con sedas de variados colores, con Iventiladores, con alfombras de Pérsia, con linternas, con [encendedores, y con un sinfín de artilugios más que [almaceno en la memoria. Son nómadas que ataviesan nuestro país durante el tedioso verano, durante el [contundente invierno, durante la estación [de las Iluvias. E) hachís, dios primordial de esas gentes les traslada a la garganta el sabor de sus ^tierras; áridas y secas como un continente de paja. Viven en carabanas, en sus coches, en casas [deshabitadas, entre ruinas... Se alimentan de nuestra caridad. Nuestra caridad los convierte en esclavos de [este capitalismo injusto y pestilente. Nuestra caridad son sus imperios. A cientos de kilómetros al sur están sus hogares. Sus hijas lavan y tejen (a ropa de los [caciques. Los buitres rondan las chavolas y los militares [atemorizan con presión de chacal. Brillan sus fusiles al alba como resplandecen el vaho de la muerte en sus ojos, en sus ojos y desorbitados, en sus ojos sísmicos y sanguinários. las esposas danzan en la oscuridad de la Inoche sobre estrellas muertas en la arena del (desierto. Los mitos se desvanecen con la misma [tragilidad que el rocio en la mañan. Son tiempos de cólera v de silencio. Es la tierra del espanto. EI hambre le devora el rostro a los niños y todos los ángeles están (destrozados. V ^^ 1 ^^a belleza siempre se contempla con Ilos ojos del alma EI hombre azul camina sobre los contornos Idel abismo. EI pájaro de fuego surca los rascacielos tiñendo de color purpúero la tonalidad de las sombras del puerto. En el centro del templo la estinge de bronce brilla como un trozo de sol patinado de saliva. Como sabéis: La imaginación simbólica está ornada de asco y de belleza. Todo son símbolos. Realidades v símbolos nos circundan. Realidades y símbolos se contornean sobre el delgado alambre de la verdad. Porque la verdad al fin y al cabo, es un delgado alambre que mantiene en equi librio la gravedad, la contundencia, el peso y el contraste del Universo. En la gravedad encontraréis el tedio, en la tonalidad la lujuria o lo libidinoso, en el peso camuflada la levedad, y en el contraste la belleza. En cuanto a la belleza: Es la principal droga del alma. Lo humano se retuerce de placer. Se estremece como el océano. Estalla como el amor. Mientras lo mecánico nos embrutece hasta [extremos tenebrosos y macabros. Sólo el ser humano posee el don de distinguir el asco de la belleza, el cuerpo del alma, [el abismo de la Ilanura. VI h la soledad! prosti úido templo de cenizas Las horas son de piedra. Los minutos virutas de mármol. Solemos recrearnos en los subúrbios, en los [cadáveres, en las tragedias, en el vacio, en los lupanares del vicio, en los [campos de batalla... ^ti1ás lejos todavía está la muerte. rYtás allá no hay nada. Sólo silencio. VII % ^ ^ lí^,`^,elámpagos sobre la niebla iluminaban ^un horizonte hostil. EI mar bramaba como un Dios asmático y [encolerizado. EI diluvio borraba las huellas en la arena. EI viento arrastraba espanto y terror. Congregaciones de mujeres y niños esperaban Ilorando en el puerto. La Iluvia les mojaba la espalda, mientras; los marinos del escualido pesquero se debatían en aguas trías y oscuras. AI alba, apareció flotando en la orilla, como un corcho el primer muerto. José Mira Torregrosa Í^ e sabido cle amor , ^ _ y so re el agua que alimenta las hojas de mi alma, me he sentido... pequeña, no encontrada. Me he sentido, tan torpe y diminuta que, de vuelta el cauda hacia lo solo de mí misma sentí pena tan ancha que fui ocaso, después luz, después reposo. Vislumbré completa paz, para el que alcanza desde el tedio del dolor: fuente de vida. Se hizo cierto que, el que ama todo tiene, aunque ascienda ante los otros conf^mdida, y la luz, no es de aquel que se cree grande... Es del pobre que en el Ilanto ve su causa, se mutila, y muriendo se levanta, renaciendo sobre el centro de su herida. Es de aquel, que si se pierde no reposa hasta hallarse con «EI Todo» semejante. Del que amando, cede el agua de su alma confundida sobre el agua que la nace. Amor, Ilega la noche otra vez donde yo estoy sentada entre flores que no han sido. Yo, busco la razón de mi existir -que no es vivir igual que busca el niño en los sentidos. Te miro. Está tan lejos tu mirar que, tras de ti muriendo soy latido, corazón... que ya tan sólo sabe amar, amor... que tras la luz está dormido. Abro ventanas ciertas, itú no estis! Invento nuevas noches dondE: asirnos y la distancia se levanta cual altar en el que tú y yo nos confundimos. Tal vez será mejor no preguntar... seguir velada en ti; ser un suspiro, que nada más nacer muriendo está, pero dejó constancia de que ha sido. iYa sé! Ya no pretendo nada más... La noche es mi aliada, en lo infinito alguna estrella empieza a pulular. Mañana, el sol radiante, virginal, me mostrará otro día para andar, y en el andar, amor... hacer camino. Y0, QUISIERA... l i ^ ^a sé que tú te confundes con imprecisiones mías... Que quieres ver en mi mundo por sostenerme un instante, que cuando casi lo alcanzas me oscurezco y me clistancio. Yo quisiera, ir contigo más allá de tanta lágrim,^, gastarme la voz amante en lo atento de tu oído; por rescatarme del sueño quisiera romper la noche y cabalgar sobre tu alma: derramada y extendida. Quisiera ser el perfume de ese cielo que te envuelve. Atreverme con la luz, ser tu isla, ser tu historia... Pero sucede que el día me dispone desde el miedo y cierro todas las puertas... Sólo yo, me quedo dentro. CALLADO MAR r-^ ^ ^^^e va callando mi mar... Hoy el sueño me viste de caracola. Son tus ojos océanos donde arribar. No preciso arrecifes, ni singladuras, solamente silencio... icallado mar! Detenidos azules, espumas blancas y dulcísimas barcas en donde amar. Ser caricia, ser beso, ser despertar. Ser prcludio, ser cielo, ser campanario, ser centella, ser trueno, ser tempestad... y al final de la entrega casi nacida ser tan sólo silencio... ;callado mar! ^ ^ oy he vuelto de nucvo a caminar. Ha sonaclo la vida y tengo miedo. Hoy, la niña que fuera abandonada despojada de asombros abre su cielo. iVen, camina! me dice multiplicada... Atrévete con la luz y con los sueños. Atrévete con el Ilanto de alegría: una noche rizada de espuma y besos. Atrévete con el duende ^^ de las manos. Atrévete a que los ojos prendan fuego. Atrévete a que la boca se precipite y te deje en los labios sabor eterno. iAtrévete a gritar con fuerza nueva, que la vida sin vida es sólo un infierno, que es preciso que el alma en vuelo libre, derramada y eterna halle su centro. A mi hija, Laura ^^(1 (^abía de ser mujer para que en ella me hallara, para madurar a un tiempo y ser espejos de Dios. En ella se abriga el alma, se comprende el sentimiento; y las voces del silencio son cantos para el amor... Me traía de su mano esa flor que yo esperaba. Ella, era yo inmantada en camafeo divino, era vuelo intenso, trino; oración silente; calma... Era la sutil mirada que se recrea en misterios y así rompimos el tedio de nuestra razón cansada. iMujer, lo mismo que yo para que en ella me hallara! Autora: EVANGELINA LORENZO El jct .e yv d e la ^ or mí estupendo, dijo An drés, el padre de Rosa en cuanto que se enteró que su hija estaba saliendo con un chico de su pandilla. Un tal Berto. AI parecer muy buen muchacho y aprendiz de fontanero. EI caso es que duraron; y digo duraron porque, siendo como eran los únicos de la pandilla que habían quedado desparejados, con el paso de los años acabaron por serlos únicos que Ilegarían junticos a viejos. Rosa, que había estao tonteando un tiempo con el Toni, tuvo que abandonar por kao. Bueno, real mente la cosa acabó de mutuo acuerdo. Y es que los cien kilos del muchacho desbordaban los treintai cinco de ella. Toni terminaría por lamentar su decisión. AI menos eso fue lo que le comentó a Fernan en el últi mo cumpleaños de Erica, en el Capitán Tan. Sí, le dijo el Toni cuando se metieron en el vater a vomi tar, tenía buenas tetas, aunque paresca que no... Pero el Fernan, como siempre, iba a lo suyo y esta ba más pendiente de no erguitarse en los sapatos que de otra cosa. Sí, ahora que recuerdo, ésa fue la noche que fue ron a cenar al chino del Jardín de la Música y la Erica se puso ciega a licor de lagarto, que empezó a meterle mano a Omar por debajo de la mesa. Omar tuvo paciencia. Pero cuando trajeron el kebaw apro vechó el escándalo que forma el maiz al caer en la sartén para montar él otro. Erica, le dijo empasible el ademán, Ilévate cuidadico, porque creo que tu pie se está metiendo entre mis muslos. A Marta aquellos prontos de su novio no le cogí an de sorpresa. Llevaban saliendo desde hace seis meses pero, como bien le dijo una noche de eclipse, parese que te conosca de toa la vida, tío. En cambio la Yesica y el Fernan nunca se decían cosas así. Alguna vez, en plena faena, se le ha esca- pado a él un tíatequiero, o un cómotequierotía o así. Omar Eriea ^a Ne ja ^ Berto ^ernan Toni Marta Rosa Yesica Pero eso a ella no incita ni excita, porque Yesica está más pendiente de que no le pase lo que a su prima Monse, la pobre. En realidad Yesica sólo ve lucesitas cuando está desahogándose a solas. Ahí es cuando está más tranquila y puede imaginarse que está en la cama con Omar. Así se lo contó una tarde en casa de Rosa mientras esperaban a las otras. Y entoces fue cuando Rosa le confió un secreto. La tiene pequeña, le confesó. Y es que parece ser que tenía la informa ción de buena mano, pues una vez que se quedaron solos arreglando el cuartelillo, Rosa se la meneó a Omar. Omar, por su parte, Ilevaba buen rollo con Marta. Era guapetona y tenía carácter, como le gus taba a él. Pero últimamente, menos mal que cada vez menos..., Omar se despierta a media noche empapado de sudor y con el corazón en la boca. Y es que son tan terribles las pesadillas que se le vie nen repitiendo que cualquier día se va a tener uqe pasar a ver qué le cuenta la sicóloga del ayunta miento. Y es que noche tras noche sueña que van él y Berto en un ascensor que se para de repente. Y entonces se sientan en el suelo y comienzan a sen tirse tan a gusto que él se la chupa a su amigo mien tras que éste se limita a gemir y a mesarle los rizos de su cabeza. Esto, como es de suponer, no se lo ha contado Omar a nadie. Tú no eres nadie para sacarle motes a tol mundo, le dijo una vez Marta al Fernan. Y es que el Fernan tenía el don de saberle sacar los defectos a toda la peña y concretarlos después en motes. Veamos, a Omar lo Ilamaba EI Tentetieso, a Erica La Taponico, a Toni EI Leoncio, o EI Joer, a Berto EI Sebolleta, y a su novia Yesica La Pipi. Así que cuando Marta se enteró de que la empezaba a Ilamar La Heidi a escondidas, lo arrinconó una noche en el Tacón y le cantó las cuarenta. Tú no eres nadie para sacar motes a tol mundo, Lagartija, le dijo. Y con Lagartija se quedó el motero. Las peores borracheras sin duda las tenía Marta. Nunca bebía, pero cuando lo hacía temblaban los camareros sólo de mirarla beberse los chupitos de seaofuera. Y después, claro venían los ataques de baile y los de Ilanto. No, no quiero ir a mi casa, le susurró durante una borrachera a la Erica, que mi padre se me mete en mi cama. Pero Erica hizo todo lo posible por olvidar lo que acababa de escuchar. Andrés, el padre de Rosa, que montó una tienda de TODO A CIEN en la que no encuentras nada más barato de trescientas, en cuanto que se enteró de que su hiia salía con un muchacho. que tenía fama de trabajador y de buen muchacho, le dijo a su mujer, por mí estupendo, mujer. Si se quieren... Pero, al principio, Berto no estaba muy seguro de atarse. Yo estoy muy bien así, tío, le comentó al Toni una tarde que se bajaron a pillar costo, Ztú sabes lo bien que estoy yo así...? Que si un día me apetese, porque estoy a gusto, me apetese, cuando sierren tó, coger el coche y tirar pa Bigastro, pa la Metro, pos pallá que tiro. A ver si me entiendes lo que te quiero desir... iY no tengo después que darle explicasiones a nadie! ZEs o no es, Leonsio?. Sí, sí, vamos... sí. Eso fue justo antes de que pasara lo de Marta. Una noche Marta se presentó Ilorando. Y como no iba borracha se empezó tol mundo a preocupar. Omar estaba pálido. Llevaban ya casi dos años saliendo. Y entonces entre todos reunieron el dinero suficiente y Marta se bajó a Murcia con su hermana y, cuando regresó, ya nunca fue la misma de antes. Ya no volvió a reirse a cliillidos ni a hacer temblar a los camareros. quieren... Por mí estupendo, le comentó Andrés, el padre de Rosa, a un vecino que se le cruzó un mar tes por la escalera y que le saludó con un menterao quetuhijasecasa. Madre mía cómo pasa el tiempo de deprisa. Ayer eran unos críos, y hoy ya los ves... Ellos van pa arriba y nosotros vamos para abajo. Nadie se esperaba lo de Toni. Erica no paraba de repetirle últimamente que qué le pasaba, que lo veía muy tristecico. Pero él levantaba los hombros. Y al final tuvo que enterarse por medio de Yesica, que su hermana era cuñá de Toni, que al Leonsio lo estaban puteando en el instituto. Que había una cabronaza que daba latín que le había cogido manía y lo saca ba todos los días a la pizarra a humillarlo delante de todos los de la clase. Cuando Rosa escuchó la noti cia se quedó de piedra. Primero quiso pensar que se trataba de una de esas bromas que a veces hacen por la radio. Pero no. A consecuencia de aquello Erica dejó de salir y adelgazó casi veinte kilos en muy poco tiempo. Una tarde Yesica telefoneó a Marta y le dijo que se había enterao que la Erica se mete droga, tía. La visto el Fernan con los yonquis del río... Ya la ha visto varias veces, pero no ha querido decirnos na pa no preocuparnos. Podíamos ir, tía y hablar con ella. No sé, a mí me da un poco de miedo... No, si no digo ir al río, digo Ilamarla a su casa y quedar para tomar café o algo. Llamaron, pero Erica ya no quería saber nada de la gente de la pandilla; sí, se tomó el café con ellas, y hablaron un poco de los viejos tiempos y todo eso. Pero nada más. Erica pagó su café y se largó. Ni siquiera permitió que Marta y Yesica la invitaran. AI verla marchar, tan delgada, Marta se echó a Ilorar; en cambio a Yesi ca se le escapó un puesamímedaunpocodeenvidia, Mari, tan delgá que se quedao. Si no fuera por lo que es... Lo que soy yo no pienso inmiscuirme en su vida. Si ellos se quieren... Pues adelante. Sólo se vive una ves... zNo dise eso la cansión...?. Andrés, el padre de Rosa, conforme se iba acercando la boda de su hija comenzaba a chochear por momentos. Además, parece que la responsabilidad de ser el padrino le revestía de un halo de sabiduría que le impedía callarse las opiniones sobre todo y todos. Un viernes por la tarde, en Ca Costa, viendo el fút bol, se le ocurrió decir en voz alta que mi chiquilla sí, mi chiquilla va virgen al altar. Como Dios manda, vamos. AI menos po lo que sé yo.... Pues sí, le dijo el camarero, que aprovechó el impás pa cogerle un sigarro del paquete. Lo importante es que ellos se quieran. Si ellos se Antonio Peñalver aNau ^^, c ^ a veaae e n^^ n^ N VR espués de haber intentado con tar su vida más de una docena de veces, sin encontrar oídos que quisieran escucharlo, su estado de ebriedad era más patente que otras noches y Braulio lo echó del local, como casi siempre. EI amanecer lo encontró yaciendo sobre sus pro pios vómitos, soñando que nacía y Iloraba. Pero ni sus gritos soñados, ni el escándalo, real, de los gatos que acuchillaban el alba, ni el hedor de pescado podrido, ni el frío reinante consiguieron sacarlo de su estupor, mientras seguía soñando que un pájaro se había escapado. Y hubiera seguido soñando para siempre, porque a la muerte le gustan los borrachos dormidos a la intemperie, si una caricia, por inesperada, no lo hubiera despertado. Entonces la vió. Estaba muy cerca de él, caída entre las mismas basuras de las que él pugnaba por levantarse. Un ligero viento agitaba sus largos cabeIlos, pero era lo único que se movía en ella. Conocía a las de su clase. Las traían de fuera, de paises exóticos donde el sol sonríe todo el año y el aire huele a frutas. Las traían desnudas: sin amigos, sin papeles, sin derechos, sin idioma. Una trata inno ble que no valoraba sino sus cuerpos, y sólo mientras se conservasen hermosos. Bien sabe Dios que no era ya una hermosura aquel ser que se desmadejaba en la acera. Los ambientes cerrados y la mala vida le habían arreba tado el brillo de sus ojos y, aunque los tenía a abiertos, no parecían ver nada. Pero no fué hasta coronar el altico de S. Miguel que el sol se asomó y el viejo músico pudo ver la tez macilenta y sentir los pulmones devastados de la forastera que Ilevaba a cuestas. La subida, sin embargo, fué mucho más larga y más lenta de lo que se tarda en contarlo y, tratando de que le aguantara el aliento, el maldiciente se olvi dó de maldecir primero y de murmurar después y hasta casi de respirar, como en aquellos momentos en que el aire le parecía un animal vivo, y él no encontraba manera de que quisiera meterse dentro de su garganta. Cuando los alcanzó el sol en lo alto de la cuesta les nacieron las sombras y todo fué más facil. A par tir de allí era terreno Ilano y las sombras se adelanta ban, animando los ojos, o se atrasaban, apuntalando las espaldas. No fué hasta avistar su casa que cayó en la cuen ta de que no le había dicho nada de su vida. Ni tan sólo le había preguntado si quería ir con él. Simplemente, ella no estaba en condiciones y él la había cargado. Así, sin palabras. Nunca le pareció tan importante una casa como cuando por fín abrió la boca y dijo: tengo una habi tación con sol, será para tí. Y se sintió realmente rico, con un lugar bajo el sol. Pero el sol de invierno no calienta mucho, y menos la luna, sobre todo si no hay cristales en las ventanas. Así que desembarazó de trastos viejos la única habitación que todavía los conservaba y, supe rado por los acontecimientos, se tenció junto a la recien Ilegada y se permitió a sí mismo el sueño, que Ilegó como un suspiro, murmurando y mañana. Dios dirá. Sin embargo, fueron necesarias las mañanas y las noches dé muchos días para que pudiera observarse algún cambio en sus vidas. Don Genaro, el párroco de S. Francisco de Sales, fué el primero en darse cuenta, cuando, al terminar el ultimo ejercicio dominical y en el acto de cerrar los postigos, una ráfaga de música le saltó a los ojos, con un aroma insoportable de niñez, y se los volvió tiernos y mojados como el musgo, y, en una lanzada insoslayable, se le arrolló a las piernas; y cayó al suelo D. Genaro como caen los árboles en el bosque. Después se encontró, sin saber cómo, con la nariz metida entre la hierba de su Norte natal, oyendo los cencerros lejanos y oliendo a leche. Y se estuvo así, con las rodillas peladas y los ojos mojados, hasta que oyó el Ilamado de su madre y se dirigió a una de esas casas de techo gris pizarra que guardan con igual amor al arado y los remos. En el jardín de enfrente, el viejo músico seguía tocando, los parroquianos se habían vuelto niños, los niños mariposas, las mariposas flores, y así andaba toda la Naturaleza revuelta, que daba gozo sentirla. Mucho después de haberse marchado el último dominguero, seguía el cura escuchando, desde un banco cercano, al violinista que, cada cierto tiempo, se interrumpía murmurando: nó, así no es, y reco menzaba en una nueva variante que hacía temblar las hojas más tiernas de las mimosas y le arrancaba ecos al agua de la fuente. Cuando la música calló fué como si alguien cesa ra de reir, y D. Genaro tuvo que romper el silencio: -zHas desempeñado el violín? -Y se respondió a sí mismo: -;Ya iba siendo hora! Hoy has tocado como nunca. Mientras recogía las monedas de un público generoso, respondió despacio el músico: -No estaba tocando, sólo ensayaba. -ZPara tocar dónde? -Siguió curiosos el cura. -Para tocar en mi casa. -Respondió el músico. -iVenga, hombre, no me digas que te vas! Te invito a un trago y así hablamos. Hace siglos que no te veía por aquí -Insistía el sacerdote. -No puedo, me esperan. -zEn el bar de Braulio? -Aludió, malicioso, D. Genaro. -No, en mi casa. Vivo con una amiga. -iPillín, pillín! Tráela un día y me la presentas -Y no había ahora malicia en el cura, sino la seguridad de que había dado con el quid que había operado el milagro de convertir a una piltrafa, no ya en un hombre, sino en un artista. Pero, difícilmente podía el músico presentarla a nadie cuando a él mismo no se la habían presentado. Ya desde los primeros días de su encuentro resul tó un fracaso cualquier intento de comunicación entre la pareja. La barrera del idioma resultó infran queable, y así, ella no comprendió nada y ni se inmutó cuando, al fin, él le soltó todas las patrañas que les contaba a todos y que nadie creía, salvo él mismo cuando estaba ebrio. Ni se inmutó por eso, ni por nada pues, además de su cuerpo, traía el alma herida, y sólo quería estarse al sol, como una planta. Un día, mientras la lavaba como a una niña, él la bautizó: -Hasta que sepa tu nombre, te Ilamaré Cecilia. Cecilia y la propia casa salieron muy lentamente de un frío y peli^roso letargo, acabando por no ser insensibles a las atenciones del músico. Las ventanas parcheadas y el alma remendada las hermanaron en el intento. Pronto quedó de manifiesto que Cecilia, no sólo no era sorda, sino que entendía el lenguaje de los pájaros. Ésto hizo concebir al músico la mas deliran te de las ideas: rescataría su violín y usaría la música para contarle su vida. Mientras tanto, un lenguaje crecía ante ellos, sua vemente, como crece una brizna de hierba; un len guaje del corazón, hecho de gestos y caricias; y Ceci lia se descubrió un día con los ojos ansiosos en la puerta, esperando oir los pasos, cada día menos tam baleantes, de su compañero. Cuando el músico descubrió que ya tenía toda su infancia metida en el violín, se dirigió definitivamen te a su casa. iba transportado por la propia música y subió la cuesta de San Miguel como si la bajara; mas, sin más, ni más, fué un niño con una bolsa de cani cas el que Ilegó junto a Cecilia. Dios estaba Ilorando y no pudo verlo, pero, una mañana de Primavera, dos niños junto a un riachue lo rememoraban, con sus canicas, la danza de los mundos. Allá iban rodando los colores sobre el verde brillante de la hierba y, al más mínimo contacto, bro taba la música argentina que, con un lenguaje ama ble, explicaba, por sí sola, a los dos niños, las graves arideces del volumen y la masa. Pronto un niño descrube que ha jugado y perdi do todos sus planetas, menos el que le sirve de amu leto, el que es capaz de dar siempre la vuelta a las peores situaciones. Lo saca y lo resaca muchas veces, pero el miedo de su mano lo atenaza, le hace dudar de la velocidad y del impuso y, en la angustia de per derlo, decide no exponerlo. -Los hombres no Iloran-, le dijo su madre sacu diendole el traser, cuando lo encontró, tras mucho buscarlo, Ileno de barro hasta los ojos y de lágrimas hasta el cuello. En su mucho trajinar, dentro y fuera de la mano, acabó por meter la canica en ese bolsillo roto que tienen todos los niños del mundo y, aunque estuvo buscándolo hasta que el tiempo perdió el significado, no pudo saber si estaría en el lodo o si la corriente se la habría Ilevado río abajo. Y aunque Dios no podía escuchar los sollozos del niño, porque ÉI mismo seguía Ilorando por aquel hijo perdido en algún ignorado planeta y en algún momento de un tiempo, con seres quizá de fieras entrañas, Cecilia sí los oyó, y lo entendió todo como si lo supiera. En el río del tiempo los hombres, a veces, hacen como los salmones; así lo hizo el músico y allí, en la propia cuna, desovó su violín para Cecilia las más infantiles sensaciones. Le explicó cómo el mundo no es siempre el mismo sino que nace de nuevo para cada niño, se renueva en los ojos que lo miran y devuelve, como un espejo, el propio candor con que es mirado. Cantó el violín la canción del agua entre las pie dras y la verde cabellera de las cañas bailaba con su sombra y con el viento. Fué por eso que Cecilia, días más tarde, le dijo a la muerte, cuando la oyó, con sus alas de cuervo, esperando en la ventana, que allí no vivía ningún borracho, sino un gran artista. Y fué tan sincera que la muerte supo que se había equivocado y se mar chó, perpleja. EI segundo en notar que algo pasaba fué Braulio. Era viernes por la tarde, como todas las tardes de todos los viernes. Los altavoces se desgañitaban hasta el punto de protestar varios vecinos, pero el local estaba más vacío que el vaso de un borracho. En el jardín de enfrente el violinista ensayaba y, sentados en la hierba, en los bancos, apoyados en los árboles, bailando, paseando, todos los jóvenes del pueblo estaban allí, y los que no lo eran, lo fueron. No tardó en agregárseles un autobús de turistas, todos yes verigGel, que había Ilegado para admirar el pórtico de la iglesia de San Francisco. Braulio quiso salir, pero al peso de su barriga se le doblaron las rodillas y rodó Braulio como ruedan los toneles. De improviso se vió a sí mismo, vestido de príncipe, con un traje hecho con el sol y con la luna, con el cuerpo esbelto y tenso como el arco de un violín, rodar, en un momento, delante de los cuernos asesinos del toro y de los ojos inmensos y mara villosos de la morena, en los que se hubiera estado toda su vida mirando. A pesar del peligroso revolcón no le quedó nin guna cicatriz para enseñar, pero perdió el valor y a la mujer. Y el público no le perdonó nunca que, no la sangre, sino un reguera de caca fuera rebosando de sus bordadas zapatillas. De esta sencilla manera desapareció el niño del Minotauro y apareció Braulio: EI tabernero, el comer ciante, el que vá a lo seguro. Había perdido su valor, pero aprendió el valor de las cuentas. se le empe queñeció el corazón, pero le creció la barriga. Una sirena de alarma, en lo más profundo de su calculadora mente, lo trajo de vuelta a su cotidiana realidad y Braulio, observando el gentío que se con gregaba junto al músico, tomó una decisión empre sarial. En una pausa del violín, se acercó al músico y le dijo: -iBien acompañado que vas!, pero ya vá hacien do fresco y ya sabes que el reuma es traicionero como un toro: ataca cuando más te le confías. Entra te conmigo y toca caliente que las copas van por cuenta de la casa. Fueron más palabras seguidas que las que habría dicho Braulio en un mes. Ésto ya era, por sí solo, sor prendente. Además, eran mayoría los que habían oido al tabernero, no hacía tanto, invitar al músico a beber, si éste dejaba arrancar maullidos al maldito instrumento. Incluso cuando no se caía de puro borracho, al principio de Ilegar al pueblo, haría unos diez años, nunca nadie lo oyó tocar así. Pero si la proposición de Braulio los cogió por sorpresa, la respuesta del músico los pilló como un toro, confiados: -Nunca más tocaré, ni dejaré de tocar, por tomar o no tomar unas copas- y sus palabras no hedían ni salpicaban saliva. -Además, no estoy tocando, sólo ensayo. Bueno, bueno, todo ésto es muy raro pensaba Braulio. Pero ya los engranajes de su mente multipli caban y dividían y, echando una rápida mirada a la recaudación del músico, hizo los últimos ajustes y se lanzó: -Ya entiendo, hombre, ya entiendo. Si lo que quieres es cobrar, haberlo dicho antes. Hablando se entiende la gente, y, si es de guita, antes. zHacen mil duros los viernes y tocas dentro? -No tocaré para ti por menos de diez mil. -Eso ya es pasarse. Te pagaré siete y no se hable más -, y levantó los billetes con leve movimiento de abanico. -Si quieres pagar por oir cómo ensayo en tu local allá tú, pero dáme sólo cinco hasta que toque, por que ahora sólo estoy ensayando y te cobro la mitad. Recogió Braulio con infinita desconfianza los dos billetes que le devolvia el músico y, ya en sus manos, no fueron bienvenidos; sus bolsillos los recibieron como un par de banderillas y, por un momento, estu vo Braulio a un paao de sentir el desconcierto del toro que lo retiró y su angustia por no romperse las patas, antes de saltar sobre aquel trompo viviente. Retrocedió otro paso más y todo encajó de nuevo. Estaba clarísimo: el músico se habia vuelto loco y yo más, que lo he contratado. Pero se con soló: un músico genial y encima tonto, mejor que mejor. Muy pronto la caja registradora vino a darle la razón y, cuando alboreaba mayo, ya el violinista ensayaba también para Braulio el sábado y el domingo, y éste había sacado a la calle las mesas, a la vera del jardín, vibrante de palomas y de rosas. Sólo Don Genaro, solitario en la iglesia vecina, se volvía triste y macilento y, mientras todo cantaba al amor, él revivía los muros del seminario, con su patio de naranjos: un universo de soles, y aquella hiedra trepadora que consiguió escapar, como esca pan los ríos, presos por los pies. EI amor era para él, por aquel entonces, un canto de sirena que se cobraba sus presas en las aulas de los seminaristas. Pasaba como un rojo viento de poniente, y, a su paso, se quebraban las voluntades y los hábitos. Había visto cómo, uno tras otro, habían caído los mejores, después de horribles dudas y sufrimientos, mientras él, sin sufrir ninguna seria tentación, se mantenía imbatible. Pero aquella música de amor le había trepado bajo la sotana, entre las piernas, y se había topado con una rama seca que ni siquiera la Primavera puede hacer brotar. Fué entonces cuando su tristeza se enconó, y de tánto ser tristeza, un día se le volvió ira, y allí, delante del altar, donde se desangraba un ramo de rosas, levantó el puño al crucifijo: -iSeñor! iSeñor! zPor qué a mí nó? zPor qué yo nó? zPor qué no me pusiste a prueba? Probaste el temple de los que necesitabas, y a mí me olvidaste por inútil, y ahora, que ya no tengo elección, des piertas en mí el ansia de lo que ya no puede ser. -zDónde están los hijos que nunca tendré? zDónde la mujer que me ha ido buscando, de sangre en sangre, desde el principio de los tiempos? Y los ramos de lirios se le volvían penes horrible mente mutilados, mientras todos los demonios que ha inventado el románico y el gótico se le sentaban encima del pecho. En el artesonado del techo, animales monstruo sos copulaban como locos, en tanto un viento del Norte mataba de frío a las cigiáeñas. Un viento diferente soplaba, en cambio, en casa del músico, y por fin, cantó el violín para Cecilia la canción del amor. Creció la música como un torrente, y el músico se quedó contando cómo un día nació un violín entre las piernas y amó, y amó, y amó, y nunca era ella. Le dijo que, aunque era un viejo, si ella lo amaba, no sería tarde para los dos, porque el tiempo del amor es infinito, y que todos sus anteriores ante riores fracasos no habían hecho sino prepararlo para el hecho monumental de conocerla y amarla. Y así como cuando dos seres humanos concuer dan en su íntimo corazón quiebran la fortaleza aun del hierro o del bronce, cuando dos seres se entienden plenamente en lo más hondo de su alma sus palabras son dulces y fuertes como aroma de orquideas. EI aire temblaba de candencias capaces de que brar las cadenas de lo imposible y entonces, pro pimera vez, el músico entendió que ella le hablaba, sin palabras: -Te quiero más que al agua, que es la sangre de la Tierra y el vestido de su cielo. Yo misma te daría el aire de mi boca. Antes quiero estar muerta que sen tirte lejano, pero ahora márchate porque te necesitan. En efecto, desde la iglesia, distorsionados y horrí sonos, comenzaban a Ilegar los sones del órgano. Era una música poderosa pero enferma de dolor y sole dad, que se agazapaba en las esquinas y te saltaba a los ojos como un tigre, desde las sombras. Era un ave maligna y monstruosa que anidó en el cerbro del artista y que lo Ilevó a revivir sus más infernales deliriums tremens. Finalmente, cada nota era una rata, y todas jun tas comenzaron a devorarlo por los pies. Sólo su corazón, como una perla, se les quedó brillando ante los ojos hambrientos. Cuando cesó de sonar fué como si amaneciera y Braulio, que subía en su busca, apenas tuvo tiempo de esquivar el cuerpo del músico que bajaba rodan do desde el alto de San Miguel. Mucho le costó rea nimarlo pero, al fín, le contó que Don Genaro se había vuelto loco y, después de tocar el órgano como un loco, se había subido desnudo al campanario, como un loco. Más amarga que la hiel era aquella noche para el sacerdote. Allá en el campanario, con su badajo muerto entre las piernas y obscurecida la luz de su mente, librada por su alma durísima batalla: -iSi es verdad que me has elegido entre los demás hombres para ser tu sacerdote, entonces me tiraré y Tú no dejarás que muera!- y en su demencia pensaba que así se aclararían sus dudas. -iMándame tan sólo una señal que me indique que mi vida no ha sido inútil!-, gemía. Fué entonces cuando Ilegaron Braulio y el músi co a los piés de la torre, y éste pidió a gritos ser oído en confensión: -iBusco al sacerdote! -Ilamó hacia lo alto, y su voz reververaba en las campanas. -iAquí lo tienes!- parecieron responder las gár golas monstruosas. -Yo no veo a ningún sacerdote. Sólo veo a Don Genaro, desnudo y viejo. -tA qué vienes? -Necesito hablar con Dios, y usted sabe su len guaje. -zY el violín, hoy no lo Ilevas? -No, hoy tiene que ser usted mi violín. Y, auque parezca mentira, el cura lo entendió y empezó a regresar a sus propios ojos, desde extrañas y lejanas dimensiones. -Quiero que Dios me perdone porque he sufrido mucho. -Querrás decir porque has pecado mucho -corrigió el sacerdote. -No, quiero decir lo que he dicho. Le fallé, me dio una gran sensibilidad para que cantara a la vida y yo la desperdicié usándola para sufrir. También quiero hablarle de Cecilia. Así que recoja sus arreos de cura y baje al confesionario. Horas más tarde, ya a solas don Genaro ante el altar donde daban, gustosas, su sangre las rosas, se reventó como un caqui maduro, todo dulzor. Allí, sin manípulos, ni cíngulos, ni estolas, se olvidó del latín, el vasco, el valenciano, el castellano, el inglés, el chino, el marciano. Se colgó de los hilos de araña de la luz y, abriéndose paso entre las esferas de los mun dos, encontró como el que no sabe cómo, el sonido universal y entendió que Dios le hablaba, como un bálsamo: -Tú eres mi elección. Lo que elegiste ser habría estado bien de todas formas porque, hombres como tú, los necesito en todas partes. Mientras tanto Braulio, que no podía dormir, se paseaba por el pueblo dormido tropezando con interminables bolsas de basura: -iJoder, y yo tanta mierda por una cagada! -se preguntaba también si la valía de un hombre estaba en los intestinos, o en los huevos, o en el bolsillo. -Tendré que pensarlo, tendré que pensarlo. Para el pueblo aquella fué una noche como miles de noches. Nadie, salvo Braulio y el músico, había visto desnudo a don Genaro. En cuanto a su serena ta nocturna, se saldó con una ayuda de la Diputa ción para reparar el órgano. ^ Sin embargo, para nuestros amigos aquella noche supuso la primera nota en la canción de la amistad, en que siendo todos ellos, todos se vuelve, un poco, los otros. Así al músico, el pueblo acabó por Ilamarlo don Geranio, porque siempre estaba en el jardín, con D. Genaro. En cuanto a Braulio, se convirtió en el Minotauro que siempre fué cuando se lanzó, hombre y toro, contra el maleante que, pitón en mano, por robarle el violín, le había robado la vida a su amigo. A don Geranio lo enterraron en la fosa común. Lloraban las campanas como nadie. en el último momento la muerte le había dicho: lo siento, ya no venía a por tí. Nadie sabía mejor que don Genaro lo mucho que Braulio había Ilegado a querer al músico, por eso no se preocupó cuando, a las tres de la madrugada, pala en mano, lo sorprendió la voz de Braulio con los piés hundido hasta los tobillos en aquella tierra acei tosa y gusaneante. -iJoder! iEl último sitio donde esperaba verlo! -Chissst, calla -dijo el cura- zVienes por lo mismo? -Por lo mismo -respondió Braulio bajando a la fosa. -Necesitaré tu ayuda para saltar la tapia. -zQuién habló de saltar tapias? -y agitó en las manos un manojo de Ilaves agregando: Hay que tener amigos hasta en el infierno. Bajaron la cuesta de San Miguel como si la subie ran, agárrados a un barril, como dós borrachos. Den tro del tonel bajaban definitivamente la cuesta los restos del músico, rumbo al jardín. Cruces de metal surcaban los cielos rumbo al aeropuerto. AI Ilegar al jardín los alcanzó la luna, toda vesti da de duelo, toda vestida de novia, y les crecieron las sombras, gigantescas y Iloronas. Después de enterrar al músico, don Genaro le plantó encima un bello arbuso que había extraído ex profeso. Una lágrima toreaba la luz en la meji Ila de Braulio cuando dijo: -Si yo no lo hubiera ayudado, usted solo no habría podido. -También -respondió el cura. -Debe ser una real hemba esa Cecilia -siguió Braulio. -Tú mismo lo puedes ver -asintió don Genaro, y miró a Cecilia, que estaba allí, maravillosa criatura, toda ojos, verdes, infinitos. -iDios mío! -dijo Braulio- iPero si es una planta! -y miró a Cecilia, toda hojas, verdes, infinitas. -iQué pasa! iRediez! ÉI ya lo sabe -soltó don Genaro presionando la tierra sobre los piés de Ceci lia. -Nada, nada -pero rezongaba: ni tan sólo es tie rra sagrada. -2Y quién ha dicho que nó? -respondió el cura, pero ya su voz se elevaba: -Por los poderes que me han sido conferidos, yo os declaro unidos en santo matrimonio- y mirando a Braulio a los ojos añadió: Si alguien tiene algo que objetar, que hable ahora o calle para siempre. Pero Braulio, pasada la primera sorpresa, no callaba: -Desde luego, serrana no es. ^^ALEGORIA DE LA NOCHE BUENA» (Reproducción M.S.G.) Vida I^atNvc%n.i.v NavaNNV ^KVz ^^^ntvN^ atrocinio, o Patro para los amigos, nace en Ontur (AI bacete), el 1944. Desde hace un montón de años reside en Elda y se considera un eldense y eldensista de corazón y afecto. Es en esta ciudad donde se forma y desarolla toda su capacidad creado ra en la pintura, en este arte ha desarrollado todo su buen hacer pictórico, tratando un variado abanico de técnicas y temas, y haciéndose acreedor de un mere cido prestigio como pintor. Inició sus primeras exposiciones con acuarelas, de temas paisajistas y de medio ambiente rústico o urba no de Elda y Elche de la Sierra, sus pueblos del alma, así como de los rincones antiguos románticos y nos tálgicos hoy ya casi desaparecidos, para proseguir con interminables exposiciones de lienzos muy naturalis tas, continuando con experiencias de investigación pictórico en cuadros de gran inspiraeión surrealista, y abstractos, así como retratos de personas y jóvenes donde consigue puntos muy importantes. Son de des tacar, a nuestro juicio, sus excelentes interiores de mesa camilla y bodegones, donde consigue dominar la luz y la sombra con sus constantes claroscuros rotos por su peculiar manera de tratar esos temas y compo siciones. En la actualidad trabaja sus obras con la técnica de pintura al óleo sobre superficie cuarteada y con textura gruesa, donde consigue sus objetivos artísticos propuestos tanto con el juego de colores como con las formas, y escribe con su pincel, una poesía en cada tema que toca con esa nueva y sugestiva técnica. PREMIOS RECIBIDOS POR PATRO • Primer Premio del II Concurso Comarcal de E. y D. (Elda). • Mención Honorífica del X Concurso Provincial de San Juan. • Primer Premio Acuarela del III Concurso de E. y D. (Elda). • Tercer Premio Nacional de Pintura (Madrid). • Tercer Premio Club de Campo (Elda). • Segundo Premio Provincial de San Juan. • Segundo Premio Provincial de Alicante. • Premio de Honor del Club de Campo (Elda). • Primer Premio País Valenciá (Crevillente). • Primer Premio Club de Campo (Elda). • Mención Honorífica Concurso Huestes del Cadí (Elda). • Mención Honorífica Concurso Pintor Sorolla (Elda). • Seleccionada en Salón Nacional de Pintura (Mur cia). • Primer Premio Concurso Pintor Sorolla (Elda). • Mención Honorífica Concurso Villa de Finestrat. • Mención Honorífica Concurso Pintor Sorolla (Elda). • Primer Premio Provincial de Minicuadros. • Mención Honorífica Concurso Fachada Mercado Central (Elda). EXPOSICIONES • Caja de Sax (Sax). • Casa de Cultura (1985), Elda. • Club de Campo (Elda). • Galería Artis (Valencia). • Bienal «Elisa Tomás Yusti» (Alicante). • Fundación FICIA (Alicante). • Concurso Nacional Durán (Madrid). • Centro Excursionista Eldense (Elda). • Lietor (Albacete). • Casa Grande Jardín de la Música (Elda). • Minicuadros de la Comunidad Europea (Primer Pre mio) Huestes del Cadí (Elda). • Caja de Crédito de Petrer (Petrer). • Casino Costa Blanca (Villajoyosa). • Expo-Equipa (Elda). • Casa Grande Jardín de la Música (óleos sobre textu ra cuarteada) (Elda). Manuel Serrano González Retrato de Genaro Vera, el pintor realiza un estupendo primer plano de Genaro Vera q ue forma parte de la historia viva de Elda por su aporte personal en pro del desarro Ilo y pervivencia de las Fiestas de Moros y Cristianos. (Óleo sobre superficie cuarleada y textura gruesa). (Foto del autor). Retrato de «EI Seráfico», importante personaje popular eldense, autor en su momento de trovos, dichos y poesía popular. (Foto del autor). EI pintor comenzando una de sus obras en la Rambla de Caprala. (FOto del autor). EI pintor ante su retrato sobre «EI Seráfico»en la puerta de la Casa Grande del Jardín de la Música. (Foto del autor). ^ Acuarela preciosa del antiguo templete de la música en la antigua plaza del Corazón de Jesús, hoy plaza de Castelac (Foto del autor). Acuarela de un paisaje urbano de la C/. Médico Beltrán, luego General Mola y actualmente Ortega y Gasset, con vista del antiguo hotel Sandalio. (Foto del autor). Desnudo femenino por la espalda, técnica óleo en teztura gruesa sobre superficie cuarte ada. (Foto del autor). Óleo sobre superficie cuarteada con imagen de la antigua calle del Castillo de Elda con las torres de Santa Ana al fondo. (Foto del autor). EI zapatero de silla o artesano trabajando en un antiguo taller personal en el barrio Mesa camilla e interior de una habitación con un tratamiento y muy suelto del tema, con un fondo de antiguo de Elda. AI fondo la Iglesia de Santa Ana. (Foto del autor), una ventana poco iluminada. Sobre la mesa un bodegón de frutas. (Foto del autor). Bodegón dc interior con un jarro, una jabonera, una taza y un vaso. Así como uvas, rosas y peras dispersas. (Foto del autor) Preciosa acuarela con el pilar de la salida del pueblo Elche de la Sierra en otoño. (Foto del autor). Mesa camilla e interior de una habitación con un tratamiento y muy suelto del tema, con un fondo de una ventana poco iluminada. Sobre la mesa un bodegón de fruta. (Foto del autor) Óleo de un interior de una antigua salita clásica con espejo, cuadros, cómoda y mesa camilla, con silla y florero. (Foto del autor) Óleo con la Iglesia de Santa Ana vista desde la plaza de Arriba. (Foto del autor). Gradas de subida al castillo desde la Avda. Novo-Hamburgo, o anti gua calle de los Clérigos.(Foto del autor). Óleo replaceta antigua de San Pascual del barrio antiguo de Elda. (Foto del autor). La antigua Iglesia de Santa Ana desde la antigua plaza de Abajo. (Foto del autor). La vbNa f vtv yráf ica de Erne^tv (^rtiZ ^Irteaya ernesto Ortiz Ar teaga goza de un merecido presti gio ganado a pul so como abogado laboralista en nuestra ciudad. Pero no es menor el prestigio y éxito logrado con sus fotos y realizadas en su laboratorio de blanco y negro, y en cuyo campo ha conseguido importan tes y valiosos premios. Ernesto es hijo de y nieto de elden ses y vivió en Granada hasta la termi nación de sus estudios universitarios. En el año 1973 se estableció Elda, justamente en ese año se compró su primera ampliadora fotográfica e ins taló en su casa el correspondiente laboratorio para procesar fotografías. Es un fotógrafo de gusto clásico y perfeccionista. Pertenece al grupo de aquellos que piensan que las partes más importantes de la cáma ra son el trípode y el fotómetro de mano. No obstante, interesado por las tendencias y corrientes vigentes en cada momento en el mundillo de la fotografía. Le gusta estar a la última en tecnología de cámaras y demás material, a la vez F°t° Rafa. siente ternura por cada vieja cámara de fuelle o placas que cae en sus manos y de las que con todo cari ño va formando una interesante colección. Participa en todas las asociaciones fotograficas de la comarca, tales como la de Villena, Novelda, Petrer y Alicante. En la actualidad es presidente de la Asociación Fotográfica de Elda, habiendo sido, junto con el autor de estas líneas, cofundador de la misma. No es amigo de participar en los concursos fotográficos, no obstante, obtuvo, en la pasada edición, el primer y segundo premios del tema «Elda», patrocinado por la Junta Central de Comparsas y el Excmo. Ayuntamiento de Elda. Practica la fotografía para su propio deleite, como puro hobby y a la vez disfruta interesando a otros, a los que sin reserva está dispuesto a enseñar cuanto sabe. Manuel Serrano González «PLAZA MAYOR». Es una panorámica a blanco y negro muy bien conseguida, tanto en su composición como en las luces, el paisaje urbano y nocturno está tomado de la entrada de la popular y bella plaza eldense. «DEPORTE ELDENSE: ARQUEROS». Es una foto realizada en «Rabosa» a plena luz en el reciente campeonato de tiro con arco, con dos figuras humanas y en el momento de efectuarse el disparo. La nitidez, profundidad y perspectiva del enfoque se aprecia tanto en el primer plano como en el infinito. uASTUCIA: MONTAJE». En esta foto, Ernesto demuestra su dominio en la técnica del montaje y revelado al utilizar y refundir tres negativos, para conseguir esa imagen, que aparenta el dios Eolo, arrojando agua del cielo sobre el puerto y la playa. «AMBERES: CATEDRAL». En ella recoge la imagen de la catedral gótica de Amberes, tan famosa por sus célebres vidrieras, desde el angulo de una plaza próxima, aprovechando el primer plano de la estatua muy contrastada, así como de los tres faroles para enmarcar y componer, el fondo donde consigue un efecto de distanciamiento y profundidad mediante la romántica neblina que rodea a la catedral en lontananza. «LAGO ANNA». Es una foto del otoño en la orilla del lago Anna (Valencia). La foto está virada a sepia, recoge el momento instantáneo, en que se produce la diáspora de los patos en vuelo al verse sorprendidos por el disparo de un tiro en los alrededores del lago. Está muy conseguido el efecto del Sol entre las ramas y el movimiento dinámico de los patos en el vuelo, que contrastan con la serenidad de la ribera y los árboles de la parte derecha de la foto. «TRENZA». Es un retrato por la espalda de una estudiante de esta comparsa, en el desfile de la fiesta de Moros y Cristianos. Pese a lo sencilla, es una foto Ilena de frescura, belleza, espontaneidad y con una ambientación de tonos muy conseguida. «FAROS». En esta foto el autor hace un alarde de recreación, mediante la fotografía de un plano de ramas de árboles reflejados en el capot de un coche, pare ciendo una foto-ficción o la imagen de una radiografía visualizada, observada desde un primer plano con los dos faros de ese coche fantasmagórico y abstracto. « HERRERO». En esta foto de un primer plano de un herrero artesano de Sax, trabajando y forjando el hierro con el martillo casi etéreo sobre el yunque, Ernes to consigue en la negritud de la fragua, un ambiente general que se sale de la foto y donde la acción de la mano derecha se percibe en su virtualidad. «BODEGÓN AL SOL». Esta foto es casi un apunte de la luz de exterior, manifestada por el autor mediante los claros y los oscuros de la muñeca, del espe jo, la taza, la olla, el tarro o el oscuro cajón. «CARRETAS DE PETRER». Recoge esta foto una instantánea de la romería a la ermita de Catí, que cada año sale desde Petrer, observándose un carro, la mula desde sus patas traseras y los carreteros. FE^icidnd ^ MUC II A fE ^ IC Id Ad^ EN ES T AS FI ES T AS TAN EN TR ANAÚ ^ ES. El Epuipo dE CANAL 25 Ó ESE A A TOdOS ^OS ^ ECTORES dE ALBORADA FEL I CES NAV I DADES. «EL PAVO Y EL GALLO SON ELEMENTOS IMPRESCINDIBLES EN LA MESA NAVIDEÑA» (Reproducción M.S.G.) El e^piritu de un para je mentos, parece que se empeña en Ilevarnos la contraria, espe cialmente si nosotros vamos contra natura. Hay árboles que, cuando parece que han sido extirpados, retoñan mismo donde estuvieron o unos metros más allá; usurpar los cauces, cegarlos o desviarlos, no pocas veces es causa de infortunios. La Naturaleza se rebela, vuelve a su raiz, vuelve a su ser y estar, y hay, indudablemente, un espí ritu de las cosas, un espíritu de los seres, incluso los más infe riores. A veces, es un espíritu burlón; otras, parece, un espíri tu vengativo. Digo esto a tenor de lo que está pasando en las Salinetas de Novelda. Este paraje, es hoy de sobra conocido porque en él han aflorado unas aguas de gran salinidad y a las que se atribu yen virtudes terapéuticas. Am bas condiciones han dado ori gen a un contencioso, entre los que desean explotar la primera condición para extraerle la sal y los que quieren aprovechar la segunda para remediar algunos de sus males. No deja de ser ajeno el problema financiero, para unos, porque quieren ganar a Natu raleza, en algu nos mo dinero a costa de las aguas, los otros, proque no desean gastar lo en costosos balnearios, ya que de momento la entrada y disfrute de tales aguas es gratis. Cerca de dondo hoy surge el manantial estuvo ubicado un Balneario. Tenemos a mano una descripción del mismo debida a Figueras Pacheco, y que copia mos al pie de la letra pues no tiene desperdicio: Salinetas de Novelda.- Há llanse situadas en el término municipal de esta ciudad, a 6 kilómetros de la misma, y a 390 metros sobre el nivel del mar, distando a 3 kilómetros por buena carretera de la estación de ferrocarril. EI país es seco y ventilado, rodeado de montes, donde crecen multitud de plan- tas aromáticas que perfuman y purifican los aires, siendo, en fin, lugar muy adecuado para una vida de plácido sosiego que haga recuperar las energías consumidas. EI manantial de Salinetas emerge dentro de una gruta bien acondicionada, y se sirve por medio de dos grifos, que dan cada uno un caudal de 9,22 litros por minuto, a 20`- de temperatura. Estas aguas son: cloruradosódicas sulforosas, y su composición por litro es la siguiente: Acido sulfhídrico 31 c.c. Sulfato cácico 1,052 gr. Carbonato cálcico 0,198 gr. Carbonato magnésico 0,139 gr. Cloruro sódico 25,916 gr. Cloruro potásico 0,027 gr. Cloruro lítico Indicios Cloruro magnésico 0,613 gr. EI a^ua mineral es transpa rente e incolora, oliendo a hue vos podridos, y es de sabor muy salado. EI caudal de agua medi cinal, es fijo y bastante para lle nar todas la necesidades, sin que lo modifique ni alteren las épocas de lluvia y sequía. Estas aguas, consideradas como medicamente esencial mente específico, alterante, tónico fundente y resolutivo, obran al interior como diuréti cas, desobstruentes y purgantes, y en general curan radicalmen te las enfermedades herpéticas, escrofulosas, reumáticas, de la matriz y todas las dermatosis. También estan indicadas para las enfermedades de los ojos, los catarros naso-faringeos y propensión a erisipelas. EI establecimiento balneario está muy bien montado, habiendo buena fonda y varias casitas independientes para vida familiar, entre las cuales se levanta una ermita dedicada a y el balneario en su esplendor. Personalmente, en las ruinas existentes, he identificado todos los edificios descritos y alguna de las pilas, dignas pie zas de unas termas romanas, que existián esparcidas por los restos del jardín. Queda en pie, aunque en completo estado de abandono, la fila de casas y la ermita. Ermita de Ntra. Sra. de los Dolores, en las Salinetas de Novelda. Ruinas de un antiguo balneario. (Foto del autor). la Virgen de los Dolores. EI pabellón de baños, hállase emplazado frente al hotel, y tiene buen número de pilas de mármol y excelentes instalacio nes de duchas, y otros aparatos. Contiguo a este pabellón, encuentrase el edificio de las calderas, que elevan la tempe ratura de las aguas medicinales. Hay, además, una instalación destinada a los pobres, a quie nes también se les facilita hos pedaje en casitas adecuadas. EI balneario de las Salinetas de Novelda, se inauguró el día 3 de Marzo de 1858, y su tem porada oficial es de 15 de Junio a 15 de Septiembre. Esta descripción, realizada a principios del presente siglo, ha sido corroborada por familiartes que Ilegaron a conocer el lugar Nos queda por conocer las causas por lo que este, en su día, apacible y bello rincón deviniera en ruina. zSe agotaron las aguas?. zLas cegaron?. zDejó de ser rentable?. Fuera por lo que fuera, un día el balneario no sabemos en que fecha- cerró sus puertas y la inclemencia del tiempo y de los hombres hizo el resto. Ahora, en la vertiente opuesta del pequeño montícu lo, empieza a manar una fuente y, no se como, la gente empezó a refrescarse y a contar maravi Ilas curativas, y surgen, como no, atisbos de especulación Si no son las mismas aguas, pueden ser sus primas herma nas. zSe burlan del hombre que las abandonó? Ramón Candelas Orgilés NOTAS: Figueras Pacheco, F. Geografía General del Reino de Valencia. Provincia de Ali cante. Ed. Alberto Martín. Barcelona, 1911 ^ La hidroterápia forma parte de la cien cia de curar, pero ni las indicaciones ni su aplicación se realiza hoy igual que hace noventa años. 1 ti ► teraNiv^ del valle a excursión la iniciamos un domingo a las ocho de la mañana desde la Churrería Albacete. Sabido es que al Panta no de Elda se puede ir en coche o bien andando. En la excursión a pie tardaremos aproxi madamente una hora. Para hacerla se puede seguir el itinerario de la carretera a Sax, por la Torreta y pasado el Depósito de Aguas y Parque de San Crispín, desviarnos hacia la cumbre de la Torreta y desde ésta por una senda descenderemos al Pantano. La senda termina en la vía y puente del ferrocarril, por lo que si se va con niños, han de mantenerse las lógicas precauciones. Otro itinerario a pie es seguir desde la Churrería Albacete, la anti gua carretera de Madrid hasta el Guirney, tomar la autovía de Madrid hasta los antiguos puentes y depósitos semidestruidos del Canto y de aquí, por una senda que sigue el desfi ladero, introducirnos hasta el Pantano de Elda. Si se quiere ir en coche, se puede hacer por otros dos itinerarios; uno que es el más antiguo, por la autovía, por la autovía de Madrid en dirección a Sax Ilegar a la subes tación de la Hidroeléctica y aquí se desvía a la izquierda de la carretera y se sigue una pista de tierra^que va a cruzar la vía del ferro carril Ilegando al mal Ilamado puente de los belgas que realmente es un acueducto, vién EXCURSIÓN AL PANTANO DE ELDA Montañeros contemplandola Sierra del Cid desde el Rincón Bello. (Foto del autor). dose de aquí ya el bosque del Pantano de Elda. EI otro es por la Torreta y pista nueva abierta, después de superar la cumbre en dirección a Sax. EI bosque del Pantano de Elda es lo más interesante de la región en cuanto que el TARAY, que es la planta que más abunda, forma una gran comunidad, ha crecido hasta transformarse en árboles, este bosque hay que preservar y conservar pues como digo es único en nuestra región. No se debe arrancar, ni cortar para leña de hogueras. Esta planta se Ilama botánicamente TAMARIX GALLICA y pertenece a la Familia de las Tamaricaceas. Este verano lo visité con unos amigos botáni cos de Alicante y la Sorbona de París y que daron muy sorprendidos y valoraron con grandes elogios este bosque de TARAY, TA RAJE, TAMARIZ, ATARFE ó TAMARISCO, que es como también se la Ilama. Antigua mente esta planta se le usó como astringente, por su contenido en principios TANICOS (Ac. ELAGICO y Ac. GALICO) y eter metil quercetínico, pero esta hoy en desuso. Flore ce en primavera y principios de verano y su floración es de una gran belleza. De esta planta nos habla Plinio el Viejo en su Histo ria Natural libro 20, cap. 16, así como, Dioscarides y Andrés Laguna. Pero zpara qué sirvió el Pantano de Elda? Evidentemente Elda en otras épocas tenía una economía agricola y necesitaba un depósito para las aguas del río Vinalopó y las procedentes de Fuentes de Villena, que sirvieran para regar la Huerta de Elda, Novelda y Sax, y las de todo el valle, con este fin se construyó el Pantano, no sin pro blemas por parte de los agricultores de Elche, que también se disputaron el derecho de las aguas del río y con cuyo Ayunta miento, tuvieron los de Elda serios proble mas y contenciosos, para que no se pudiese construir el Pantano de Elda; como lo demuestra la obra de Lamberto Amat y Sempere editada por el Excmo. Ayuntamiento de Elda en su pag. 55 cuando nos habla del Pleito de Elda con Elche, oponiéndose este a que Elda construya su Pantano que soli citó el Duque de Elche y a los que se opu sieron los de Elda representados por Juan Bautista Segarra y Matías Albiñana. Elda basó sus derechos en un documento del año 1392, en el que el Rey Juan I de Ara gón concedía a Elda las aguas provinientes de Villena, así como, en un Decreto Imperial del Emperador Carlos V de España y I de Alemania, de fecha de 1536 en que aprobó la venta de aguas provinientes de Villena, por parte de este pueblo, a los de Elda; ganando el contencioso Elda y pudiendo construir su pantano de piedra, que es todo monumento en arquitectrua hidráulica, digna de todo elogio y como se puede ver, resistente a la prueba de siglos. Panorámica de la Sierra del Cid desde Rabosa. (Foto del autor). Cavanilles nos describe todos los pueblos de la Comarca diciendo que que Elda en 1794 tenía de censo 1.000 vecinos y Petrel 500, así como que en Elda se hablaba en Castellano y en Petrel hablaban el Valencia no cerrado. Nos dice que la principal fuente de riqueza para el pueblo de Elda era la manufactura del esparto obtenido de sus montes, produciendose 10.000 arrobas A continuación nos narra el Pantano de Elda que hoy visitamos diciendo: Entre la garganta estrecha y cauce de la rambla yace el pantano entre dos cerros donde levantaron un murallón de 56 palmos de altura y 40 de gruesos en la parte supérior, donde queda una larga terraza, igual a la dis tancia entre los cerros que le sierven de apoyo. Es obra sólida, toda de sillares de media vara, bien unidos y capaz de contener las aguas. Como las más que allí acuden, son de mantiales perennes, casi suficientes para fertilizar las huertas, no fue necesario dar mucha extensión a la balsa, para acopiar las de Iluvias. Después da una serie de consejos para la buena conservación de la obra. Respecto a la conservación ecológica de la zona, tenemos noticias que el Excmo. Ayuntamiento de Elda va a iniciar un ambicioso proyecto de zona de reserva, para disfrute de los visitantes del Pantano, de lo cual nos alegramos mucho, pues sin duda, puede ser un pulmón para la ciudad y una seguridad para preservar este ecosistema. Como peticiones a todos los visi tantes al Pantano, es que respeten la comuni dad de TARAY y que no hagan fuego dentro del boque, por un riesgo de incendio, y por que si utilizan los troncos, el bosque se puede extinguir. En mi última visita vi varios pajarillos muertos por escopetas de aire comprimido, evitemos estos excesos, evitando su uso 0 prohibiéndolo. Otro tema es el de la limpieza, rogamos a todos los excrusionistas reco jan papeles, botellas, bolsas de plástico y envases para tirar en caso en la basura. No convirtamos la zona del pantano en un ver tedero, que a todos sería perjudicial. EXCURSIÓN AL CID Hemos quedado a las ocho con un grupo de amantes de la naturaleza. La excursión se puede hacer a pie para los que sean monta ñeros veteranos con unas dos horas de dura ción, o en vehículo, deteniendose en los lugares que señalamos a continuación. Subi ^ Vista de la Silla del Cid desde el Trinitario. (Foto del autor). mos por la carretera a Petrer y desde el cen tro del pueblo nos desviamos hacia la gasolinera que está a la salida en la orilla de la lautovía Madrid-Alicante, justamente al final de la Avda. Salinetas y comienzo de la Avda. de la Libertad. En este punto se encuentra una isleta y pasaremos por un puente debajo de la autovía. Una vez salimos del puente torceremos hacia la izquierda (existente una señal metálica y otra de madera linstalada por montañeros que nos indica la dirección hacia el Cid), seguiremos a pie o en vehículo por carretera asfaltada en una continua ascensión que es la más Ilevadera en su primera parte, haciéndose más dura en las últi mas pendientes hasta Ilegar a la Caseta de Forestal, que está en la misma base de la Silla del Cid que es el monte tan familiar y con un gran parecido en su morfología a una silla de montar. En la caseta del forestal ha cemos una parada para contemplar Elda y Petrer en un soberbio conjunto urbano, vere mos en primer plano el Castillo de Petrer res taurado y a lo lejos el Valle del Vinalopó en toda su extensión. AI fondo se ve Monóvar y a la derecha cerrando el horizonte, la Sierra de Salinas. Desde la caseta del forestal se puede seguir por la pista de tierra hacia la cima del Cid o a la derecha por la carretera asfaltada en dirección a los Chaparrales. Nosotros pro seguimos a pie por la pista de tierra y segui damente a la derecha cogeremos una senda que está señalizada con las marcas amarilla y blancas que se utilizan para indicar los sen deros de pequeño recorrido, iniciando la ascensión en zig-zag o carenando que es como se denomina en términos montañeros. Así Ilegamos a la cima de la silla del Cid en donde encontraremos pegada a una roca una pequeña placa de latón que nos indica su altura, 1 .127 m. Los excursionistas que lo deseen, pueden seguir desde la casa del forestal hacia la derecha por carretera asfaltada hasta Ilegar a los Chaparrales, donde en su algibe pueden observar el paisaje y almozar. Nosotros, desde la cima de la silla del Cid divisamos una amplia panorámica: AI Norte y a nuestros pies, el Valle de Catí, I!enos de barrancos y verdes de pino piñonero, carrasco, enebros, sabinas y tojos; en medio de este paisaje, el parque de mon taño Daniel Esteve del Centro Excursionis ta Eldense. AI Oeste y Suroeste, observamos Elda, Petrer, Monóvar, Monforte y Aspe. Novelda no se observa porque la tapa el monte Ilama do Monteagudo de Novelda. AI Noroeste se ve Sax y Salinas, y en el horizonte, Peñarru bia de Villena, Sierra de Cabreras y la Sierra de Salinas. AI Sur la Sierra de S. Julián de Crevillente y Callosa de Segura, y si el día está claro, se observan las casas de Elche. AI Sudeste, se ve la Sierra de Aguilas y Fonca lent en Rebolledo, así como el mar y algo de Alicante. AI este, vemos en nuestras inme diaciones la Sierra de los Chaparrales y detrás de ellas, la Sierra del Ventós y las cor dilleras de Agost. Los excursionistas que hicieron la ruta de los Chaparrales a pie, pueden regresar a Elda por la pista forestal que va bordeando las montañas en que están los repetidores de radio y t.v., hasta la urbanización Loma-Badá y de aquí a Elda. Nosotros, desde la cumbre, iniciaremos el descenso hasta Elda por el mismo itinerario de la ascensión. EI pantano de Elda visto desde el camino de la Fuente del Canto. (Foto del autor). EXCURSION A LOS RASOS DE CATI EI Valle de CATÍ está situado al Noroeste de Petrer. Es un escalón entre las zonas altas del interior y el Valle del Vinalopó, presen tando un paisaje apretado y bravío. EI Valle está formado por la Sierra del Fraile al Norte. AI Este, las Chimeneas, la Forada y los Carrascalets. AI Sur las Peñas Montesas o Rasos de Catí. AI Sudeste la Sie rra de los Castellerets. Este Valle está situado a unos 800 m. de altitud sobre el nivel del mar. En el centro del valle se halla el Parque de Montaña Daniel Esteve del Centro Excursionista Eldense. La excursión esta vez la haremos en vehí culo saliendo a las 8 de la mañana. Conti nuaremos por la antigua carretera de Madrid, en dirección al cementerio de Elda, sobrepa saremos el cementerio de Petrer, tras rebasar la autovía de Alicante-Madrid por debajo del puente, nos encontramos con tres carreteras, tomaremos con la que tiene la indicación de PARTIDA DE CATI (también existe otra indi cación que dice: Hotel Chorret de Cati), con tinuaremos por carretera asfaltada en buen estado en continua ascensión pasando por el bar restaurante Molino de la Reja, segui mos subiendo hasta encontrarnos con una bifurcación, a la izquierda se continua hacia el hotel Chorret de Cati, nosotros torcere mos a la derecha en dirección aRabosa hasta Ilegar a la casa del Parque de Montaña Daniel Esteve, donde existe servicios de bar y restaurante y en su aparcamiento dejamos el vehículo y desde aquí, subiremos por la finca denominada Calafate hacia los Rasos de CATI. Los Rasos de CATI constituyen el remate de las Peñas Montesas. Las Peñas Montesas se levantan en la Partida de Rabosa y delan te del RECLOT de CATI. La vertiente Norte de La presa pétrea del Pantano de Elda. (Foto del autor). los Rasos de CATI que mira a Rabosa y Reclot es de pinos y vegetación. La vertiente que da al término municipal de Agost y la Sierra del Cid, es más áspera, seca y poblada de mato rrales. Los Rasos de CATI están a más de 1.000 m. sobre el nivel del mar. En la excursión a los Rasos de CATI, andando y partiendo de la casda del parque Daniel Esteve se tarda aproximadamente hora y cuarto. Tomamos el camino que sale frente a la casa, en dirección al Cabezo Alto de la Bassa o BALSA. Este camino se bifurca, por lo que nosotros tomaremos Ila Isenda Ique baja, continuaremos hasta el fondo del pequeño barranco y seguiremos por el cauce del mismo. En frente veremos una peña muy erguida Ilamada CANTAL DEL MORO. Des pués dejamos el cauce del barranco y nos desviamos a mano derecha para ascender por una senda, por la que caminaremos observando a nuestra izquierda y al fondo el CANTAL del Moro, desde aquí se puede observar al fondo de la vista panorámica, la ermita de CATI, así como el ALTO DE GUIS SOT, la Sierra de las Planicies y a la derecha la Sierra de la FORADADA que quiere decir AGUJEREADA, por el agujero que atraviesa la Peña. Continuaremos a través de los bancales de la finca CALAFATE, no pasamos por la casa de la misma, sino por un camino para lelo que que va a la casa pero más alto, para lelo a la dirección de nuestra marcha vemos Is Sierra del FRAILE. La Foradada desde la carretera que sube al hotel de Catí. (Foto de Antonio Mira). EI sendero sigue subiendo a través de una vegetación repleta de arbustos, ya nos encontramos en la vertiente de Peñas Monte sas. Después el camino se hace cada vez más empinado, observándose al fondo del hori zonte el Maigmó, así como las Sierras de las Planicies y el Empenyador, sale el sendero a una carretera que continuaremos en sentido paralelo a la Sierra del Alto de GUISSOT. AI terminarse la carretera tomaremos un camino que sube directamente a los RASOS de CATI, frente a estos se observa empinado el monte Los pasos de CatL (Foto de Antonio Mira). MAIGMO, al Norte, con el Alto de GUIS SOT, Planicies, Forada, Portillo de Cati, LEmpenyador y Sierra del Fraile. AI Noroeste, Replanada de la Fuente del Lobo, Alto de Peret, Fermoses y Chocolate. AI Oeste, Sierra del Caballo y Alto de Carde nas. AI Sur, Sierra del Cid. AI este, Sierras de Agost: Ventos, Castellar y Cordilleras. AI Sureste, campos bajos secos, que permiten la obsevación del mar y Alicante. Manuel Serrano González Doctor en Farmacia ^ s JOYERIA RELOJERIA Jf5]JS]JJ^ ^ ^ ] .J .^ ^ ^115 S1^^5 r ^ ^^1J]5]^^ :^ í^^] ^ ^^^ ^ ;] ^ ^ ^^^] ; j^!^ ^^^j ^a .^.rs]J.J Ĵ J J^ Ĵ ^ J^^ Ĵ J ^:.iJ Plaza Mayor, Local 15 Teléfono 538 03 37 ELDA ESTAMOS RA D IO EN ^ 7 COMUNICACION VIVIR • I v r ^ ELDA EMIDESA Jardín de la Música, s/n. ELDA Telfs. 539 25 77 539 44 63 (estudio) Fax 539 44 37 LA ANTIGUA CALLE LA PURÍSIMA DE ELDA. (Reproducción: Manuel Serrano González). ert ^u 75 ^Iniver^ariv EL FÚTBOL HA CAMBIADO I a ñ o 1 9 9 6 pasará a la historia les como Athletic Club de Bilbao, Sporting de Gijón, Valencia, Real Betis Balompié de Sevilla y un largo rosario de equipos. En tres cuartos de siglo el cuadro zapatero ha gene rado tal magnitud de cifras y efemé rides como para realizar una míni ma muestra de la riqueza que atesora en sus entrañas. los aparatos para observar el eclip se, la marinería británica disputó un partido de footbaal que causó auténtica sensación. del deporte local por los tres cuartos de siglo que cumplieron los azulgra nas y por el debut europeo del Balonmano Femenino Elda Presti gio. Sin embargo, centrándonos en el fútbol comprobamos que este deporte ha cambiado la manera de dirigirlo. Todo comenzó hace 75 años en el Casino Eldense de la popular calle Nueva. Fue el sábado 17 de septiembre de 1921 cuando, por parte de la Peña Los Cabezotas, cobró vida una entidad deportiva que, con el transcurrir del tiempo, se convirtió en la más representativa y añeja de la ciudad, el CLUB DE PORTIVO ELDENSE. No se trata de florecer los acon tecimientos más gloriosos que el conjunto deportivista escribió con letras mayúsculas en un pasado que, pese a los años transcurridos, toda vía se recuerda con cierto cariño y nostalgia. Gráficamente, de las Bo das de Platino azulgranas, comen taremos la otra historia que dejaron plasmada fundadores, presidentes, directivos, técnicos y jugadores. Aquellas eliminatorias de ascenso frente al poderío madridista del Plus Ultra. Las hazañas de remontar mar cadores adversos ante conjuntos aguerridos como el Calvo Sotelo de Puertollano, la Sociedad Deportiva Eibar y la Zambra que se organizó en Elda cuando el Deportivo ascendió a Segunda División en el mítico campo EI Malecón de Torrelavega. Tampoco bucearemos en evocar ve tustas escaramuzas por la Copa de España ante trasatlánticos naciona LLEGADA A ELDA LA ECLOSIÓN EI fútbol en España se fundamen tó como consecuencia de la venta de las minas onubenses de Río Tinto a una empresa inglesa. Fue en el año 1872 y a partir de entonces co menzó a arribar a Huelva un impor tante contingente de trabajadores británicos. Tras ellos Ilegaron tam bién los balones para practicar uno de sus deportes favoritos, el foot ball. Luego, vinieron las botas, los uniformes, rodilleras y guantes. EI balompié, de los orígenes onubenses, se extendió en segundo lugar por Barcelona, Bilbao y Ma drid. Después, el resto del país comenzó a darle puntapié a un balón. No obstante, en la provincia de Alicante fue el 2 de junio de 1900 cuando apareció, por vez pri mera, la palabra football en un diario capitalino, EI Liberal. Como consecuencia de un hecho impen sado sucedió que un redactor de esa publicación se desplazó a Santa Pola para informar de la presencia del buque inglés Theseus. A bordo de este barco se hallaba un impor tante grupo de astrónomos, quienes esperaban contemplar un eclipse solar cuyo punto de máxima visión se situaria en torno a la indicada población marinera. Sin embargo, después de instalar en tierra todos Los primeros balbuceos de fútbol en Elda, según contempla en una de sus obras Alberto Navarro Pastor, sitúan el primer partido en el año 1912. Fue coincidiendo con las Fies tas Mayores cuando el sábado 7 de septiembre, a las cinco de la tarde, se disputó un derbi entre eldenses y petrelenses. EI improvisado terreno de juego estaba situado en el solar que, con el paso de los años, acogió la actual Plaza de Sagasta. La organi zación de éste, se supone, primer encuentro balompédico en Elda, corrió a cargo de la Sociedad Juven tud Sport Eldense y midió al Victorio de Elda contra el Calatrava de Petrel. Vencieron los del Victoria, pero se desconoce el resultado de un partido calificado de fogoso. A este primer escarceo le siguie ron otros con los conjuntos que a nivel local iban floreciendo pausa damente hasta arribar al año 1920. La década de los años veinte vio brotar, con gran fuerza, el empuje y la consolidación del fútbol nacio nal. Sin duda, la excelente actua ción de la Selección Española consiguiendo, en terreno belgas, la meda Ila de plata, correspondiente a la VII edición de los luegos Olímpicos de Amberes. LA RIVALIDAD Por entonces, se produjo el naci miento del Elda Fútbol Club, que campó a sus anchas, convirtiéndose en el campeón local sin tener nin gún directo rival. Poco tiempo después, la situación comenzó a tener tintes de rivalidad. Se estaba fra ^uando una alternativa de poder que rondaba la mente de quienes integraban la denominada Peña de Los Cabezotas, simpatizantes del Fútbol Club Barcelona. NACIMIENTO AZULGRANA Casi sin darse cuenta, en el vera no de 1921, Los Cabezotas dieron vida a un equipo que, vestido de azulgrana, terminó de fundarse el sábado 17 de septiembre del referi do 1921 en el Casino Eldense. Poco tiempo después, y tras varios parti dos contra el Elda Fútbol Club, la balanza se decantó de lado del Deportivo Eldense, que desde entonces se convirtió en el primer club local y segundo de nuestra pro vincia: el primero fue el Alicante, en cuanto a antig ŭ edad se refiere. Tras militar por los grupos de Regional, el Deportivo debutó en categoría nacional de Tercera Divi sión en la temporada 43-44 hasta que, a la conclusión de la tempora da 1950-51, y tras una liguilla de permanencia, descendió nuevamen te. Sin embargo, se le invitó a conti- nuar en Tercera División por renun cia de otros conjuntos, pero al no hacer efectivas las deudas que man tenía con algunos jugadores el club acabó pordesaparecer. EL RESURGIMIENTO Durante dos temporadas el Deportivo Eldense no existió como club organizado. Fueron las campañas 1951-52 y 1952-53 las más tris tes para los aficionados eldenses porque, mientras el Fútbol Club Bar celona lograba el doblete al con quistar en esas dos campañas, Liga y Copa de la mano del magiar Ladis lao Kubala, en Elda, los seguidores azulgranas se quedaron sin fútbol, hasta que en el mes de mayo de 1953 se realizaron gestiones con Nazario Belmar Martínez, jugador eldense que tenía vinculos en la Federación Española de Fútbol al haber jugado en las filas del Real Madrid. Se debían 25.000 pesetas de la época a varios jugadores y hasta que se cumplió ese requisito no admitieron al Deportivo Eldense en la Tercera División. La década de los cincuenta, pese al lunar de las dos campañas indi cadas, fueron años de esplendor azulgrana porque se ascendió a Segunda División. Lo mismo sucedió en las primeras temporadas de los sesenta con otro ascenso a la división de plata, categoría donde permaneció cinco campañas. promociones de ascenso y perma nencia, pero también ha dirimido interesantes encuentros de carácter amistoso con conocidos conjuntos en el contexto nacional e interna cional. Por Elda pasaron conjuntos como el Club Atlético de Madrid, que cayó por 3-1. La misma suerte corrió el Real Club Celta de Vigo al perder por 1-0. Uno de los grandes del fútbol españos como el Valencia Club de Fútbol, con todas sus figu ras, conoció la humillación ante el Eldense, que le vapuleó por 3-0. Sin embargo, otros equipos que enton Formación del Eldense que se midió al Alcodián de Alcoy en EI Parque el 10 de agosto de 1924. De izquierda a derecha: Capó, León, Candelas, Pérez, Davó, Juan Pons, Prats, Antonio Pons, Cubells y Paquito. De rodillas, Ródenas y sentado Gómez. También hubo otra temporada aciaga para la escuadra azulgrana. Sucedió a la conclusión de la Liga 1969-70 cuando volvió a descender a Primera Regional. Fue como con secuencia de una amplia reestructu ración que sufrió la Tercera Divi sión. Categoría que, de ocho grupos que tenía, pasó a tener sólo la mitad. Pero en la campaña siguiente 1970-71 se proclamó campeón de Regional y retornó a Tercera. Más tarde, militó siete temporadas en Segunda División B. Actualmente, juega en Tercera División, categoría donde ha competido durante treinta y nueve campeonatos de Liga. ces no eran de los grandes vencieron en Elda, como el Real Club Deporti vo de La Coruña, que se impuso por la mínima 1-2. Igualmente, el Castilla Club de Fútbol, en la actualidad Real Madrid B, superó a los azulgranas con un ajustado 3-4. En el contexto internacional, el Deportivo no pudo con los nortea mericanos del Cleveland Stokers, que triunfaron por 2-4. EI Oriental de Lisboa cayó por 2-0. EI Educho austríaco sucumbió por 3-1. Estos son algunso de los eventos de carác ter amistoso disputados por el Eldense en 75 años de existencia. LOS AMISTOSOS En los 75 años de existencia, el Eldense ha afrontado Liga, Copa y LOS EXTRANJEROS EI ELDENSE se ha visto reforzado por varios jugadores nacidos fuera de nuestras fronteras. La mayoría de ellos pudieron actuar con los azul granas, sin ocupar plaza de extran jero, al ser hijos de padres españoles o al contraer matrimonio en España. De haber continuado el Deporti vo en Segunda División hubieran sido muchos más los extranjeros que defendieran los colores azulgra nas, porque la Liga de Fútbol Profe sional sólo autoriza a los clubes, de Primera y Segunda División, a incorporar jugadores denominados comunitarios y extranjeros ampa rándose en la Ilamada ley Bosman que se aplicó debido a la demanda que formuló, en el Tribunal de Luxemburgo, el jugador belga de fútbol Jean Marc Bosman y que sir vió para reconocer la libre circula ción de deportistas por los países de la Comunidad Europea. Volviendo a los jugadores forá neos del Deportivo, la mayoría de ellos poco o nada aportaron al fút bol eldense y pasaron con más pena que gloria luciendo la indu mentaria azulgrana. Entre los fut bolistas foráneos recordamos nom bres como Oriente, Dutra, Leardi, CREACIÓN DEL BINGO Hablar de la historia del Club Deportivo Eldense y omitir el área económica es dejar páginas en blan co en la trayectoria deportivista. Uno de los temas más tormentosos en el pasado del conjunto azulgrana fue, sin lugar a dudas, el bingo. Esta fuente de ingresos se creó para fomentar el fútbol base, pero el di nero que entraba al Eldense se utili zó en fichajes de jugadores profesionales, pagar nóminas de la primera plantilla azulgrana y atender números rojos en la contabilidad del club. Cuando a mediados de los años setenta se autorizó el juego en Espa ña, fueron muchos clubes que soli citaron una sala de juego con el pre texto de fomentar equipos de juve niles, infantiles, etcétera. EI Deporti vo Eldense, amparándose en promo cionar el fútbol en esas categorías, obtuvo la correspondiente licencia de la Comisión Técnica del Juego dependiente de la Conselleria de Economía y Hacienda de Valencia. Fue durante el mandato presidencial Recibimiento al Eldense tras ascender por segunda vez en Torrelavega, martes, 22 de mayo de 1962, calle Jardines, confluencia con calle Petrer y Antonino Vera. (Foto Maestre). Makoli, Lezcano, Orellana y Ra mas, entre otros. Los últimos en actuar con el Eldense fueron el his pano-holandés Francisco Martín Ramos y el hispano-argentino Ale jandro Altamirano Sandroni, quie nes han jugado parte de la campa ña 1996-97, en el grupo sexto de Tercera División. de Francisco Pérez López, conocido con el apelativo cariñoso de EI Bomba, cuando el 28 de diciembre de 1977 el bingo azulgrana abrió sus puertas para cerrarlas, definitiva mente, en el último trimestre de 1989. No obstante, en esos caso doce años de vida que tuvo el bingo sucedieron varias cosas, la mayoría adversas para los intereses del Deportivo. EI bingo fue de mano en mano, la mayoría de las veces sin ser responsable directo el club. En algunas ocasiones se paralizó su actividad por orden de (a Conselle ría, al detectarse presuntas irregula ridades en su gestión. EI club sólo percibía una cantidad fija mensual y la mayoría de los beneficios de la sala de juego tuvieron un rumbo distinto al de las arcas deportivistas. Incluso Joaquín Bañón Orgilés, socio azulgrana, se atrevió a decir cuando conoció las cifras vendidas en la sal de juego que con el dine ro que dejó el bingo el fútbol en Elda podría haber salido gratis para todos los aficionados. Pero aquello aún tuvo una segunda parte. CRISIS Y SECUELAS Los mejores años del bingo fue ron los comprendidos entre 1985, 1986 y 1987, en los que la sala de juego vendió más de tres mil millo nes de pesetas, exactamente 3.220.224.000, según los datos ofi ciales facilitados en 1988 por la sec ción de juego y lujo de los Servicios Territoriales de Alicante, dependien te de la Consellería de Economía y Hacienda. Esas ventas dejaron un beneficio neto de más de 160 millo nes de pesetas que no Ilegaron al Eldense, al ser el particular Cayeta no García Ayala quien regentaba el referido bingo mediante contrato privado realizado por Juan José Loperana Gárate, por entences pre sidente azulgrana. EI Deportivo, en esos tres años reflejados anterior- mente, percibía del bingo 600.000 pesetas mensuales, que al año sumaban 7.200.000 pesetas, o lo que es lo mismo, sobre 22 millones de pesetas de beneficio por los tres años indicados. Sin embargo, el Eldense fue el responsable fiscal del bingo a efectos oficiales. La licencia de explotación estuvo a nombre del Deportivo, pero la utilizó García Ayala con la permisibilidad de Loperana. Después, aparecieron las inevitables secuelas. Prueba de ello es que, al cerrar la sala de juegos, todos los impuestos y tributos pendientes de liquidación fueron recla mados al club azulgrana. Lo más reciente en el tema de conflictos económicos es el embar go de 15 millones de pesetas que la Seguridad Social trata de recuperar por la vía de apremio sobre la póli za de crédito de 50 millones de pesetas que, aprobada en un pleno por toda la Coorporación Municipal de la Ciudad, amortiza el Consisto rio anualmente. PASADO, PRESENTE Y FUTURO Ya se ha comentado hasta la saciedad que la década de los años cincuenta y sesenta fueron los más gloriosos para el Eldense. En esas etapas se pudo intentar el ascenso a Primera División y la adquisición de terrenos para que el Deportivo pudiera ser propietario de un campo de fútbol, ya siempre actuó en terrenos de juego públicos. Sin embargo, los rectores azulgranas dejaron pasar esas dos grandes oportunidades y la historia del club se detuvo en el tiempo. Años más tarde, hubo escarceos por la Copa de España y la Liga, Tercera y Segunda División B°, pero el equi po ya no salió de ese hoyo. Actual mente, deambula por la cuarta categoría del fútbol nacional, sin pena ni gloria, y lo peor, con una corta afición que hace inevitable lo que pudo lograrse entre 1955 y 1964. Pero se dejó pasar la oportu nidad cuando la afición estaba vol cada con el equipo y acudía en masa al campo de deportes EI Par que. Sobre el futuro azulgrana mejor no hablar, porque entre la evolución de la sociedad española, la fuerza de las televisiones públicas y priva das, así como la influencia de la Liga de Fútbol Profesional, no que dan resquicios para moverse. Y sirva este modesto ejemplo: no hace demasido tiempo, el fútbol era para la gente del fútbol. Y esa gente for maba la clase dirit;ente. Hombres de reconocida solvencia cuya principal virtud era el exceso de tiempo libre para dedicarlo a la gestión del club de la localidad. Había, en su acti tud, un altruismo un tanto hipócrita: invertían su tiempo y obtenían reco nocimiento sociaL EI riesgo econó mico era tan relativo que, a finales 4 EI bingo del Eldense abrió sus puertas el 28 de diciembre de 1977 y las cerró definitivamente el 4 de octubre de 1989.(Foto Cruces-Ernes). de los años ochenta, el diagnóstico del fútbol español era el propio de un enfermo terminal, con más deu das que patrimonio y todo tipo de amenazas de embargo. Esto provo có la intervención del Gobierno que primero aplicó una medicina deno minada plan de saneamiento y más tarde creó la ley que obliga a los clubes a convertirse en sociedades anónimas. De esta forma, dirigir un equipo dejó de ser un pasatiempo para convertirse en un negocio que mueve miles de millones de pesetas. EI Deportivo, que está en la actua lidad, fuera de la Liga de Fútbol Profesional y carece de la suficien te liquidez para autofinanciarse, no tiene otra opción que nutrirse de la base, si es que de verdad la ha cuidado, le importan los jóve nes de la cantera y el futuro del fútbol eldense. Antonio Juan /^la2a de TvNV^ SeptiewtbNe 1996 PRIMERA MUESTRA SELECTIVA Motivos histórico-culturales de la tauromaquía eldense Exposición «ELDA Y LOS TOROS» del ciclo «ELDA RECUPERA SU IDENTIDAD HISTÓRICA», celebrada durante las Fiestas Patronales de 1996 1. Dos documentos valiosos, 1644 y cieguecitas de la Torreta, torean her 1904. manos Cocharito y aEl Exquisito». 2. Dos carteles de 1911 y otro de 1924. 14. Cartel de 1969, hermanos Peralta; 3. Cartel inaugural de la actual Plaza cartel de 1973, Dámaso y Niño de la de Toros, 14 de julio de 1946. Capea. 4. Cartel de octubre de 1946. 15. Beneficio de Fontilles, 1968, cartel 5. Cartel de 1947 (Sergio del Castillo) de seda. y cartel de 1950. 16. Dos carteles de 1970, EI Cordobés y alternativa de Jesús Narváez 6. Cartel de 1948 Luis Miguel Domin . , guín y cartel de 1949 17. Un cartel de 1970, a beneficio de . Fontilles con Antonio Bienvenida y 7. Cartel de octubre de 1948. Gregorio Sánchez. 8. Cartel de 1949, el «Exquisito» y car 18. Un cartel de 1972 EI Caracol como tel de 1952. , único matador. Cartel de seda. 9. Dos carteles de 1950. 19. Cartel de 1975, Gómez Jae aEl Catra 10. Dos carteles, 1954 y 1994. leño», herido grave. 11. Cartel de 1965 y otro. 1968, presen 20. Cartel femenino de 1976 y cartel tación de «Velita». benéfico de 1983 por las inundacio 12. Cartel de 1996 con asistencia a la nes en Elda. plaza de Yul Brynner y cartel de 21. Poesías taurinas de autores eldenses. 1972 con Paquirri. 22. Cartel de 1974 con Manzanares. 13. Cartel áe junio de 1959, en beneficio de las hermanas Muñoz Puche, las 23. Cartel de 1975 con Lázaro Carmona en solitario. 24. Cartel de 1977, presentación de «EI Renco» como rejoneador. 25. Cartel de 1978 con Ángel Peralta y Curro Jiménez. 26. Año 1980, cartel jocoso comparsa de Estudiantes. 27. Cartel cómico taurino, Galas de Arte. 28. Cartel de 1984, corrida que fue tele visada. 29. Cartel a beneficio de Fontilles, 1986. 30. Cartel a beneficio de Fontilles con Espartaco, 1987. 31. Cartel de 1987, presentación de Juan Rivera como matador. 32. Cartel de 1991, suelta de vaquillas del 6 al 9 de junio. 33. Cartel de 1991, suelta de vaquillas del 8 al 15 de septiembre. 34. Cartel de 1994, novillada presenta ción de aEl Renco». 35. 1995, becerrada y suelta de vaqui I las. 36. 1996, Rafael Serrano, rejoneador eldense. 37. Pintura de D. Alvaro Carpena, la pintó su padre, D. Pedro Carpena Tolsada el año 1916. 38. Dibujo a grafito del autor, D. José Espín Moreno, socio de la Peña Cul tural Taurina Eldense. 39. Fotografías donadas a la Peña Tauri- na por Paquito Bru, uno de los novi Ileros que inauguró la Plaza de To ros. 40. Plano de la Plaza de Toros y fotogra fías taurinas. 41. Documentto autorizando una gana- dería de reses bravas con domicilio social en Elda y el ganado en la finca «Pino Verde» del término municipal de Sax. Propiedad de D. Daniel Gar cía Martínez. 42. Fundón y cartel del novillero eldense Antonio Rocamora. 43. Otra muestra de fotos taurinas. Becerrada: óleo de Pedro Carpena. NeI11eSÍ0 RdnlÍreZ PdStOr ^ I n NU n U ^ l .t U C^ e I^GiC^N . I t U 1 3 NN , a q u i t o plida respuesta a D.` Milagros mos a color, así como el primer Bru junto Bru. Ella también envió el retra cartel inaugural de la plaza de con Ser- to pintado a su padre por el Elda de 14 de julio del año gio del Castillo, fueron los tore eldense Juan Mira que inserta 1946 que se cita en la carta. ros del cartel con que se inau- ^ guró la plaza de toros de Elda en el año 1946, lidiándose los novillos de Zeballos, como acredita el cartel del festejo tau rino. La revista «Alborada» en su número 35, publicó una historia de la plaza de toros de Elda, donde erróneamente se publicó que Sergio del Castillo era de Sevilla y Paquito Bru también de Sevilla. Para mayor transparencia informativa de nuestra revista, insertamos en este número y ahora que celebramos el 50 ani versario de la plaza de toros de Elda, la carta que la hija de Bru, D. Milagros Bru Díaz, escribió en su día a José Manuel Orovio, pidiendo se aclarara ese error en las páginas de «Alborada» y donde, como se deduce del texto de la carta, que el torero Sergio del Castillo erade Madrid y Paquito Bru de Ali cante. Con la publicación del texto íntegro de la carta damos cum Retrato de Paquito Brú realizado por ^uan Mira de Elda en 1946, propiedad de José Manuel Orovio. ^^ ^^#^ S 7 ^*STT^^ ^^ V^._S Y t^7^ • ^ Y i A T J a s.^T ^ F i=•^ :;^i c,, r i i 2 É 7 F: er..v^^•. r.. ewpto ^ .. . _ .. ._..._ ,._ -....o-r.:*-..^^-.. ..c^. ... -..,^*..eca^ E: PROXIMO DOMIN60 dfa 1! de Julio de 1946 :a INAUGURARÁ ^o,^ una ^ ^- Bf^f^VOS NO^/ILLO^, 4 ^ ^... -,eo. çanacer,a o u. nqui uw^w^. a _aun•enu. on nn^u arci ^ nr ^„e,o ..oPrr^ 5a.r.r^ . Em.edv Generui . i Med^^e enirudo pe.c n^ri t ^^iNhlll I iN PGC I II I II 9 ^ ^, ..ermuo o re t:rtrWaG y kI HmPV na b impiCe• K Ildiaren, panCar:^krn ñ ^:nas e n:x^+s. l^q^ ^ -- _ _._ __ ^, I^ ^ ^; r1a• MADR10_ v ^ lu Ia brillame Nzr.^ ae Pdus^ca `;^N0. f£f,UA i^ . r ^ ee v d G.,. 9. a v ne^oerndc 35 . . . 30 . . , . 7i • E-irodc Ger.e.vi IB . Med^_ e.treec Para r.inGS . 4. ^nU....m,,..,do:^..*.r,a..._.,,r. i 4sa.r ..,v.«m^ue^ . •.wo,..,M, ^ ^ ,; ^ j ^ ^ , ,,, 6^ ^ ; A ^. ^ ^^r.. a.^c^: ^ d ..w. ^: ^ ts3^a^ .14^^^:^d.^]^^^ii^?^^^_^^4^i^,A^1_?^^ ^^4^.^`^.^.+%^^^^-nr^y^^9 Cartel de toros de la corrida celebrada en Elda, el 74 de julio de 7946. Día quc se inauguró la plaza de toros de esta ciudad. TEXTO INTEGRO DE LA CARTA DE D.° MILAGROS BRU DIAZ A D. ^OSE MANUEL OROVIO LOPEZ-PASTOR Estimado Sr: Sevilla, 73 de marzo de 1995 Antes de nada agradecerle profundamente su interés y el envío de la revista «Alborada» (n.`- 35), en la que se refiere la historia de la Plaza de Toros de Elda. Para colaborar en la verdad histórica de la inau guración de dicha plaza, le envío foto y fotocopia del primer cartel de la inauguración, en el que como verá, figura como primer espada Sergio del Castillo, de Madrid, no de Sevilla, como dice la revista «Alborada», y Paquito Bru, de Sevilla, como segun do espada. La primera oreja que se cortó le fue concedida a «Paquito Bru» en su primer toro, segundo de la corri da, y Sergio del Castillo cortó orejas en el segundo de su lote, tercero de la corrida (de donde puede emanar el error). También «Paquito Bru» inauguró la enfermería de la plaza, por una voltereta en el tercer toro, afor tunadamente sólo para cortar la hemorragia nasal por un golpe en la cara. Le remito la reseña de la corrida recogida por la Agencia Cifra en la Hoja del Lunes de fecha 15 de julio de 1946. También y según relató D. Matías Prats en la retransmisión de la corrida celebrada el año 1984, que fue televisada, dijo que hay un azu lejo en la plaza donde consta que la primera oreja que se concedió en la plaza de toros de Elda, fue a mi padre, «Paquito Bru». También le remito dos fotocopias de fotos de mi padre en su debut en la Maestranza de Sevilla, donde corto oreja y fue sacado a hombros. Así mismo le envío un dibujo de mi padre realizado en Elda en aquellas fechas de la inauguración de la plaza, por D. Juan Mira, natural y vecino de Elda, quien también le hizo la música para banda del pasodoble «Paquito Bru». Mi padre conserva un gratísimo recuerdo de su estancia en su ciudad y también de sus gentes, espe cialmente de la familia Cantó, de D. Juan Mira y otros que conoció en el magnífico Casino, que mi padre recuerda como uno de los más bonitos y de más ambiente de España. Me sería muy f,Trato que para la verdadera histo ria de la inau^uración de la Plaza de Toros de Elda la espléndida revista «Alborada» hiciera algún repor taje corrigiendo el error de su número 35 y donde conste lo que le expongo. También quiero manifes tarle que aunque mi padre «Paquito Bru» se anun ciaba como sevillano, ya que en Sevilla vivió desde los dos meses de edaad, él nació en Alicante, ciudad por la que siente un gran cariño, aunque se sienta muy sevillano. Reiterándole mi agradecimiento por su interés, que denota que de verdad se preocupa por la «pequeña historia» de Elda, reciba el más cordial saludo de su affma. ^ Fdo.: MILAGROS BRU DIAZ TauNVwtaquia e ld e K , una aventu N a cua^i ^eculaN JUSTIFICACION I cuerpo de este artículo tiene su base en el texto que conforma el guión del documental 50AÑ05 DE EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE LA TAUROMAQUTA que, TAUROFILIA A.C.E. (Asociación Cultural Eldense) presentó el pasado 1 de octubre en la Casa Grande del Jardín de la Música ante representantes de instituciones (Excmo. Sr. Alcalde, Sres. delegados de Cultura y de Fiestas, así como representantes del Partido Popular y EU). También se halla ban presentes personalidades de todas las esferas culturales de la ciudad y público aficionado en general que, con su presencia, confirió al acto la consideración y dignidad que siempre merecen los que son de naturaleza cultural. Éste se enmarca dentro de la serie de actividades que configuran la II SEMANA TAURO-CULTURAL ELDENSE, dedicada este año a la conmemoración del cincuenta aniversario de la construcción de nuestra plaza de toros. INTROITO Desde dos enfoques hemos estudiado algunas de las incidencias que la tauromaquia tiene en la vida social espa ñola (que por extensión antonomásica es la nuestra) en el foro de las tertulias taurinas Hablemos de toros, organizadas por la TAUROFILIA A.C.E. Uno, en el orden antropológico, en que estudiamos el origen de las corridas de toros como fiesta regia en la Alta Edad Media -de carácter puramente descriptivo-, y, cómo después, en el siglo XVI se inicia su transformación en espectáculo, influyendo decisivamente en esas fases de la evolución social -ésta de carácter socio lógico experimental-. EI otro enfoque lo planteamos en el orden estético, en que tratamos de reseñar y describir, así mismo, el estado de la tauromaquia cuando surgen las cir cunstancias en que se gesta la idea y realización de nuestra plaza de toros. Pretendiendo una primera aproximación hacia las cau sas que determinaron la evolución de las corridas de toros, Ilevamos a cabo nuestro empeño desde una concepción de la tauromaquia como el culto público de orden litúrgico que eran las fiestas reales y basado en un mecanismo de ejecu ción lúdico como es la esquiva del toro (recuérdese que torear significa originariamente burlar) pasando después a una concepción en que predomine en ella la concepción estética del mismo, basándose ahora, en un mecanismo de burla sustentado en la configuración de la idea de belleza basada, a su vez, en la forma que adquiere la quietud y la conformación de un porte estético en el transcurso de la lidia. Para esta ocasión, dado que nos proponíamos una incursión en el segundo enfoque, aplicaremos un tipo de análiis sincrónico y transversal, es decir, estudiaremos las causas y tenómenos intervinientes en nuestro fenómeno en esa época en particular y la contrastaremos con elementos concomitantes con el mismo, en igual momento y circuns tancias, al objeto de obtener conclusiones específicas. EN LOS CONFINES DEL TOREO MODERNO Atendiendo a nuestro intento de reseñar con algunas precisiones históricas el contexto en que se gestó la idea y construcción de nuestra plaza de toros, hemos de situarnos, necesariamente, en plena Edad de Plata del toreo, enten diendo por tal la posteriormente inmediata a la muerte de José Ortega Gómez (Gallito) que, como se recordará, tuvo lugar en Talavera de la Reina, en 1920. Ya se había gestado, sin embargo, la disyuntiva que daría lugar al toreo moderno, en el seno de la Edad de Oro, comprendida entre los límites de tiempo en que permaneció vigente la rivalidad de los dos grandes monstruos del toreo universal, coincidentes, de forma excepcional, en un mismo período de la historia de la tauromaquia: Gallito, como el máximo exponente del toreo tradicional, caracterizado por su poderoso dominio en todas las suertes de la lidia; y, Juan Belmonte, que con su nueva concepción del toreo, basada también en un fundamento de dominio -pero desde un planteamiento totalmente opuesto al anterior. Este nuevo planteamiento que suponía nada menos que pararse (cosa insólita en esos momentos) en el transcurso de la lidia, consiguió cambiar el canon fundamental del toreo, de forma tan radical, que permitió la fundamentación estética del mismo, hasta ese momento insospechada. Desde ese momento hasta ahora comprendida por muy pocos. Más adelante tendremos ocasión de comprobar, mediante la definición de estos conceptos, cómo, en la tau romaquia de Belmonte, no solamente había dominio, sino que en realidad, era y es en la única que había y sigue habiendo dominio. Ya, en nuestra revisión del concepto de poder, en la tauromaquia, en oposición a José Bergamín, desde un punto de vista eminentemente lógico, aducíamos, que el poderes consecuencia de la autoridad y a ésta puede accederse por tres vías diferentes según la definición de Max Weber: por vía racional (la autoridad que ostenta un líder carismático); la autoridad que se obtiene por vía legal (mediante unas elecciones); y, la tradicional (que se corres ponde con la forma de poder monárquico y que se obtiene por herencia -sin más-). A nosotros nos interesa aquí única mente el último de ellos, dado que en términos de estética Corrida de toros ( novillos) lidiados por «EI Renco» de Elda en la plaza de esta ciudad en octubre pasado. (Foto M.S.G.). los ámbitos de lo legal y lo racional se quedan fuera de la órbita de nuestros juicios, para evaluar dichas cuestiones. Esta larga explicación, aparentemente sin sentido, nos va a permitir comprender mejor algunos funda ĉ nentos esenciales en la historia de la tauromaquia. EI dominio, por ejemplo, que acabamos de citar y, del que tanto se habla, para caracterizar erróneamente a la tau romaquia clásica, en nuestro criterio, es consecuencia del poder y, el poder, lo ejerce quien tiene la autoridad -como queda dicho-. Volviendo ahora a la tauromaquia estricta entendemos que, solamente tiene poder, el torero que se para y, desde una posición de quietud (que él decide en el momento de citar) manda sobre la embestida del toro, decidiendo en todo momento por dónde ha de transcurrir aquella. No quien, estando dotado de mejores facultades físicas, tiene capacidad para domeñar a bestia sin razón que es el toro en virtud de unas prestancias y cualidades que así lo requieran. Por esta razón la tauromaquia no podía estancarse en el antiguo concepto de poder derivado de esa portentosidad en las facultades físicas que preconizaba Francisco Montes (Paquiro) a principios del siglo XIX, y cuyo mayor exponen te es, sin duda, el menor de los Gallos. Hasta aquí no encontramos ninguna diferencia sustan cial, en el tema que nos atañe, que separe la tauromaquia antigua de la moderna, pero hemos de precisar que, si bien es cierto que, en realidad, en el toreo moderno se encuen tran también en movimiento ambos elementos, hay en este último, una característica o variable que diferencia a éste del toreo clásico que consiste, precisamente, en la innovación aportada por Belmonte, esto es, el concepto de parar. Pero no en la acepción de parar al toro cuando sale a la arena en estado levantado, en que se precisa reducir sus bríos descompuestos fijando las condiciones de su embesti da por primera vez; sino, pararse el torero y, ejecutar la lidia, desde una posición estable (que no estática) que le confiera cualidad estética, tras haber conseguido generalizar las con diciones de forma y«elegancia» a las tareas o suertes fun damentales del toreo, consiguiendo a su vez, una belleza plástica y visual que hasta entonces sólo se había consegui do en el transcurso del paseíllo -y poco mas-. En algunos diestros de aquella época -ni siquiera en el paseíllo-. Con el término de «elegancia» se refiere Cossio a estos primeros esbozos de estética cuando señala a Lagartijo como «el pri mero con el que se empieza a hablar de arte en el toreo». La verdadera diferencia, pues, del toreo moderno sobre el toreo antiguo radica, como hemos dicho, en parar. Resu mimos las definiciones conceptuales más importantes repi tiendo que, entendemos por parar, el hecho de pararse el torero y realizar las suertes haciendo que pase el toro por su circunscripción o dominio (terreno) en una acción sincróni ca en que se intercambian las posiciones de ambos (permu ta de terrenos) siendo el torero el que decide y ordena a su voluntad cuándo ha de tener lugar dicho intercambio. AI momento en que se produce la permuta de terrenos entre el sujeto-torero y el objeto-toro se le conoce con el nombre de embroque; al momento en que se inicia el viaje, arrancada; y a la finalización del viaje de la embestida, que coincide con el de la suerte, remate. Por lo tanto estos son los tres momentos o fases en que transcurre la acción de torear en la concepción belmontiana, es decir, en la concepción moderna del arte de torear. Las mediciones en tauromaquia habrá que hacerlas, a partir de ese momento, en términos de desplazamiento del objeto-toro. Por el contrario, el sujeto-torero, se mantiene hierático en su parte inferior troncal mientras transcurre la acción dando forma estética a su figura inmóvil y coheren cia lógica, a uno de los dos principios básicos que, como decíamos, rigen la acción de torear (que el toro obvia o elude aquel objeto que se mantiene inmóvil, que es lo mismo que decir, que acude con prontitud al objeto que se pone en movimiento). Pero no es aquí donde radica la mayor importancia de la concepción belmontiana del arte de torear, sino en el hecho de mantenerse ingrávido duran te el recorrido de la embestida y decidir, así (desde esa posi ción de perfecta armonía estatutaria y forma esbelta) que sea el objeto-toro quien se desplace mandado por ell verdadero señor de la acción. De esta forma el sujeto-torero es quien decide cuándo ha de producirse la acción, es decir, se con vierte en actor, y como sabemos actor proviene de autor. Luego el autor, cuando crea o actúa es quien manda. Y, ya dijimos, que quien manda es porque ostenta el poder; y el poder lo tiene quien ha recibido la autoridad. Si volvemos a aplicar este esquema teórico a la tauro maquia, encontramos que, de nuevo, el viejo concepto apli cado a la concepción clásica de Joselito, en detrimento de la concepción moderna de Belmonte de «torero poderoso», tan al uso (sirva como ejemplo más notorio, las diatribas lan zadas contra éste por Bergamín en su Arte de Birlibirloque) no son más que meras falacias sin más justificación lógica -ni teórica- que la de simples juicios de valor sustentados en un mero sentido del gusto. Diremos, pues, que el toreo moderno derivado de la concepción belmontiana, fija sus fueros en un nuevo orden: el orden estético. Pues cobra carta de naturaleza a partir de una relación dialéctica entre la acción dinámica del objetotoro que se desplaza en su recorrido mecánico, y la acción, doblemente dialéctica, del sujeto-torero, ya que en éste, una parte de él (la tronca) estática y erguida, confiere a la esce na la forma que determina su composición estética; mien tras otra parte (cualesquiera de las dos extremidades supe riores) ordena la acción al objeto-toro. Los más notables representantes de la corriente bel montiana, Cayetano Ordóñez, EI Niño de la Palma, que junto a Dominguín, Antonio Márquez y Victoriano de la Serna, van a continuar la línea marcada por Juan Belmonte. Si hasta la Ilegada de Belmonte el toreo consistía en burlar al toro sin hacerle pasar, quiere esto decir que no había permuta de terrenos y, por consiguiente, la acción de torear no pasaba de ser un simple ardid con la pretensión de agotar al toro para hacer posible la ejecución de la muerte, suerte que hasta entonces fue fundamental, como decimos en otro lugar. Parar conlleva necesariamente el siguiente concepto de la tauromaquia belmontiana, que es decisivo en el toreo moderno, una vez admitido el hecho de parar como el ver daderamente revolucionario. Nos referimos a mandary con él al término que define el toreo moderno. Mandar implica ostentar autoridad, y, poseer autoridad es sinónimo de poder siguiendo la definición de Weber. En nuestra concepción del toreo moderno, éste comienza su evolución hacia el arte -y deja de ser un mero juego- a partir de que el torero impone su «voluntad de poder» parándose y, tras ello, imponiendo su voluntad de dominio en el ejercicio del mando. Es a esto a lo que Domingo Ortega Ilama cargar la suerte. Ternplar (acelerar o frenar la embestida del toro acom pasando ésta al engaño) complementa la triada de esta con cepción tauromáquica en que se sustenta el arte de torear actual -aunque, en nuestra consideración, no la determina substancialmente, al menos desde un punto de vista teórico. Templar, por tanto, es un concepto de orden secundario, en el toreo moderno, ya que no interviene más que de forma subsidiaria, al servicio de la cargazón de la suerte que, en nuestra opinión, es el sinónimo que introduce Domingo Ortega para definir el concepto de Mandar que había desa rrollado Belmonte. «Cargar la suerte es Ilevar al toro a donde él no quiere ir». Nos dirá el maestro de Bórox, con una con cisión impecable, en su Arte de torear, presentado en el Ate neo de Madrid y prologado con profusión académica por José Ortega y Gasset. La cargazón de la suerte en la más pura denominación orteguiana (nos referimos al matador de toros, no al filósofo, gran aficionado, empero) es el más representativo de los conceptos que pueden definir el arte de torear moderno. En él se contempla la posición del torero, situada en la trayec toria misma de la embestida, como la máxima cualidad que tiene el arte de torear. A ello hay que añadirle la firme dis posición y decisión que el ejecutante debe mantener a tra vés de todos los momentos de la ejecución de la suerte, sobre todo en el momento del embroque, o cruce de tra yectorias, momento decisivo en el que se verifica el mayor contenido emocional de la suerte, cualesquiera que ésta sea. En la inferencia que el torero hace de la precisa trayec toria que ha de describir la embestida del toro (que los afi cionados definen como viaje) se encuentra la medida de la capacidad artística de aquél; y en la capacidad de aguantar impasible el transcurso de todo el viaje o recorrido: el valor, así mismo, del torero. Tras la muerte de Gallito, deciamos, se consolidan, decididamente las dos corrientes que en la Edad de Oro se habían gestado, quedando, en la Edad de Plata, claramente desbordada la concepción del toreo basada en la lidia como resorte fundamental, imponiéndose de forma rotunda la línea marcada por Belmonte. Que esto haya ocurrido así, como algunos críticos han señalado, por el infortunio ocu rrido al joven Gallo, es una hipótesis poco probable, y menos aún, posible de confirmar, a la vista de la forma en que ha evolucionado el toreo posteriormente. Cabe pensar, en todo caso, que la no ocurrencia del fatídico suceso, no hubiera hecho sino retrasar algún tiempo lo inevitable: que la nueva lógica impuesta por el torero de Triana hacía deri var a la tauromaquia hacia unos esquemas estéticos no conocidos ni imaginados en la antigiiedad, más acordes con el gusto de un público que a su vez también evolucionaba con ellos. En plena ebullición de ese quehacer que hasta entonces había sido lidia con toros (un juego consistente en una serie de técnicas o ardides más o menos ordenadas y cuya finali dad última era, todavía, la del sacrificio del toro -de ahí que la suerte fundamental, hasta entonces, fuera la suerte de matar-) y que, desde ese momento crucial, pasara a funda mentarse en un auténtico arte, como hemos visto, por la ingente aportación de hombres que con su talento lo hicie ron posible. La dimensión de dicho talento a veces desborda los cánones más faústicos de una máxima filosófica: «Se torea como se es», alcanzó a prescribir con la rotundidad dogmá tica del que ha penetrado en las más densas profundidades del mundo solitario de la creación artística. Óscar L. Ortega Flijv PNedilectv de Elda I a ñ o 1904 fue sin duda de gran des acontecimientos históricos para el pueblo de Elda. Alcalde a la sazón D. José Joaquín Gonzá lez Amat, perteneciente al partido liberal de D. Emilio Castelar y amigo personal del mismo, es el que vivió estos acontecimientos durante su mandato. Por aquel entonces, D. Antonio Maura, jefe del partido conservador y presidente del Consejo de Ministros, realizaba un viaje Alicante Madrid por ferrocarril, siendo acogido en todas las estaciones del trayecto de formal hostil al grito de a iMaura no!». Normal mente los pueblos levantinos eran liberales. En cambio, al Ile^ar a Elda el día 17 de mayo de 1904, el alcal de D. José Joaquín González Amat salió a la estación al frente de la Corporación Municipal, pueblo en general y banda de música a recibir y saludar a tan ilustre per sonaje y ofrecerle honores corres pondientes a su rango, gesto que Maura agradeció profundamente. EI alcalde, que estaba deseoso de que Elda fuese ciudad, se lo refirió a D. Antonio en una con versación que mantuvieron, y el 26 de agosto del mismo año se recibía en la alcaldía un Real Decreto dirigido al Sr. Alcalde que Su Majestad el Rey D. Alfonso XIII dictó al entonces Ministro de la Gobernación, D. José Sánchez Guerra y que decía así: Gobierno de la Nación. Minis terio de la Gobernación, Madrid. Su Majestad el Rey (q.D.gJ se ha dignado expedir por este Minis terio el Real Decreto siguiente: Queriendo dar una prueba de mi Real aprecio a la Villa de Elda, provincia de Alicante, y en aten ción al aumento de su población , importancia industrial y comercial y su constante adhesión a la Monarquía Constitucional, vengo en concederle a dicha villa el títu lo de ciudad. Dado en San Sebastián, a 24 de agosto de mil novecientos cuatro. AL FONSO EI Ministro de la Gobernación don José Sánchez Guerra. De Real Orden lo digo a Vd. para su conocimiento y demás efectos, lo que tengo el gusto de trasladar a Vd. y a la Corporación de su Presidencia. Dios guarde a Vd. muchos años. Sr. Alcalde del Ayuntamiento de Elda. También se construyó bajo su mandato el Hospital Municipal, que cumplió una gran función sanitaria y social para Elda (que no disponía de nada parecido) en aquella y posteriores épocas, donde tantos eldenses nacieron. Este hospital estaba regido por las religiosas Carmelitas, que con su entrega y amor tan bien Ilevaron a cabo durante muchos años esta ^;ran labor. Otra de sus obras fue la traída de las Aguas del Canto o Canto de Domingo como agua potable, que entonces no existía en Elda. Asimismo, se aprobó durante su legislatura el proyecto del puente sobre el río Vinalopó en el camino de Elda a Monóvar, hasta entonces de muy poca consisten cia, argumentando para dicha aprobaciónn el gran trasiego que había de un pueblo a otro por ser Monóvar cabeza de partido y tener que desplazarse desde Elda para todos los trámites al vecino pueblo. Y tantas y tantas cosas más que hizo, aunque me he remitido a las más sobresalientes. En sesión plenaria de 20 de junio de 1914, siendo alcalde don Francisco Alonso Rico, se presen tó la proposición de rendir home- naje corporativo a don José Joa quín González Amat, para testi moniarle la gratitud que Elda le debía por su incansable labor en defensa de los intereses de su pue- blo. Totalmente de acuerdo todos los concejales, decidieron conce derle el título de « Hijo Predilecto de la Ciudad de Elda». Cuanto me hubiese gustado conocer a este alcalde, pero, muy anciano, murió tres años antes de naceryo. Era mi bisabuelo. Concepción Juan Vera %^ .-:.7.^.=.: L -. ..G `.Gr._.,`_ ^.^.a.,-.^--_^-..^..--_ ^,.^ ,^^` ,,,^.^,n^. ^`.^1..^ . .^,^^..^ ^-YS..^..^ ^ , ^ ,^^^, , ^ ,^ ^_ .t ^ ^ r ^ .^r ,^x^^^r°. ^^- ^ ^.^_ ,^^., ,^ ^^,^, Er^^f.^^ ^,_ ,r^^ _^_ ^ --r, ^^^, --^^^_. _^^_ ^^^,^.^^ _^- ^^ ^. ^^,^.-,-. ^^_^. ^._ % ^!. . ^^a^^ ^ ^-^ ^^_^,.._ ^ ^^-. -^^..^^^ ,x^G`^^__ .^.( ,. ^!^:^r .^ . ^^° -^- a^_ ^.^.^^^^_^ .^ .. f^^ ,^ ^^_^ ^a^ ^ ^ .^^ ^ ^ : _ ^^_^^-- ^ = , ^ r;..^. ^ ^^^ ^ ;^ ^ ^,^_ ^, ^zz^ -i,^:.f `^ ^ ./ Resumen cle la ex^osición «ELDA Y LA MONTAÑA» celebracla elentro del ciclo de las 10 exposiciones «Elda recupera su identidad histórica» durante las Fiestas Patronales. SECCION DE MONTAÑA I Centro Excursionista EIdense, colaborando con la serie de exposiciones programadas con motivo de las Fiestas Mayores de nuestra ciudad, por la Concejalía de Cultura del Excmo. Ayuntamiento, ha realizado con el nombre de «ELDA Y LA MONTAÑA», la siguiente exposición: Han participado los tres grupos de los que se com pone la Sección de Montaña: Montaña, Escalada y Campamentos. Lo expuesto ha sido basándose principalmente en fotografías históricas de nuestro Centro y documentos propios del mismo, ocupándose prácticamente con paneles, todas las. paredes que componen los tres locales que utiliza la Sección de Montaña. Se montó también una vitrina donde se exponían los principales documentos que han formado la histo ria escrita de nuestro Centro Excursionista. La exposición se montó como a continuación se detalla: MONTAÑA Se utilizaron 4 paneles de 4x2 en los que se colo caron 200 fotografías. Varias fotografías enmarcadas. Diverso material de montaña. Una VITRINA en la que se mostraban documentos históricos de nuestro Centro, entre los que figuraban: el primer Libro de Actas; el primer Libro de Inscrip ción de Socios; el inventario del Museo Arqueológico, cedido a nuestro Ayuntamiento: Varios libros escritos por socios de nuestro Centro. EI Trofeo «Julián Delgado Ubeda», máximo galar dón que concede, en rarísimas ocasiones la Federa ción Española de Montaña. ESCALADA Montó tres grandes paneles donde se expusieron 150 fotografías de actividades de escaladas de alto riesgo. Y una magnífica exposición del material de esca lada del que normalmente se suele utilizar en las esca ladas de máxima graduación. CAMPAMENTOS Utilizó cinco paneles para montar 480 fotografías de archivo de sus normales actividades. Montaron dos tiendas de Campaña con los utensi lios propios que se suelen utilizar en los campamen tos, como son los faroles, mesas, sillas, hamacas e incluso arena de la playa de Guardamar donde mon tan el Campamento de verano. Montaron una mesa con alimentos (frutos) naturales, que los visitantes fueron degustando. En conjunto se montaron un total de 830 fotogra fías. Y enmarcadas fueron 48. COLABORARON Y EXPUSIERON Por montaña: JOSE MIGUEL RICO, OCTAVIO IUSTAMANTE, FRANCISCO MEDINA TOBARRA, MANUEL MARTINEZ LLEDO, JUAN MORENO. Escalada: MANUEL AMAT CASTILLO, LINO PAR DINES, DOMINGO BOTELLA, LINA MONTESINOS, RAFAEL ARENAS, PASCUAL LOPEZ. Campamentos: VICENTE PUJALTE, SANTIAGO PINA, EMILIO SANCHEZ, JOSE VERDU, JOSE ROME RO, GONZALO TALAYA. des. Se recibieron varias visitas de nuestras autorida Un vigilante estuvo durante todos los días que duró la exposición, al cuidado de la misma. Manuel Martínez Lledó Vicepresidente J^ ^ + PeN^vKal, l^NVf e^iv ► taC y Fawtiliar t uando ganaste la Gran Carrera, todo el pueblo salió a aclamarte, jóve- nes y ancianos te vitoreaban, mientras te Ilevábamos a hombros Sabio aquél, que pronto escapa de allí donde la gloria no perdura, puesto que aunque pronto crece el laurel, antes que la rosa se marchita. Pero Tú, no serás como esos corredores, cuya fama se extinguió mucho antes que ellos, este Valle te recordará siempre y contemplará tu cuerpo inerte, descubriendo sobre tu joven cabeza lau reada una guirnalda aún sin marchitar. Rafael, te quisimos mucho mientras te tuvimos entre nosotros y nunca te olvidaremos, dejaste una pro funda huella en tu paso por la vida y nos enseñaste a dejar espacios en nuestras vidas, espacios para que dancen los vientos del amor, el cariño, la ter nura, la comprensión y el diálogo entre noso tros» . Gracias por tu humanidad. Agrupación Médico Quirúrgica de Elda y Comarca Elda, julio de 1996 2.° Aniversario Ausencia Dr. RAFAEL REINA Lve pre nt io^ M ^ IDRA SS A la 7áladrassa 11 otenciar a nuevos artistas locales ha sido nuestro prin cipal objetivo durante este primer año de trabajo. Para muchas de las personas que se inician en los distintos campos de las artes, poner el pie sobre un escenario ante un gran número de espectadores o colgar sus obras en salas de renombre, supone dar un gran paso en el que predomina un sentimiento de temor al poder enfrentarse de Ileno con el fracaso. La Madrassa ha intentado ocupar ese espacio intermedio y necesario en sus vidas rompiendo esa barrera entre obra y público intentando sacar a la luz muchos de nuestros valores ocultos. Un pequeño escenario y un marco acoge dor han sido nuestras herra mientas para impulsar a muchos de nuestros artistas a coger la lanza por primera vez y a motivarlos para que ascien dan un peldaño en sus carre ras. Poetas, músicos, cantan tes, actores, pintores y fotógrafos han desfilado por esta sala obte niendo muchas de las veces un reco nocimiento a su labor que no espera ban. Con el fin de que sus méritos no se reconociesen solamente con pala bras o aplausos se decidió dar un modesto pero ambicioso paso en esta nueva trayectoria que se plasmó en la creación de los Premios Madrassa. La primera Gala se celebró en la Casa de Cultura y en ella recibieron un cálido homenaje y un galardón cinco de los artistas que durante este año participaron en los actos culturales que tuvieron lugar en el Café La Madrassa. La poetisa Sacra Leal, el fotógrafo luan José Pagán, la pintora Rosa Soriano, el cantautor Vicente Llorente, y la actriz Pepa Sarrió, son los nombres que ya han quedado grabados en sus premios y en nuestro recuer do. Nuestra intención es mantener el esfuerzo en este camino hasta lograr que los Premios Madrassa se con soliden y supongan un acontecimiento destacado en la vida cultural de Elda. Otra de nuestras metas es homenajear a aquellos de nuestros artistas cuya labor haya supuesto una importante aportación al mundo de la cultura. EI poeta Antonio Por petta fue el protagonista de nuestro pri mer homenaje, aunque pensamos seguir rescatando a muchas de nuestras figuras célebres con el fin de que el dulce sabor del éxito no les haga perder el vínculo con esta ^ nuestra ciudad. Este artículo no se podría con clurr sm dar antes las gracras a todos los amigos, medios de comu nicación y entidades como el ayun tamiento, que desinteresadamente han colaborado con el Café La Madras sa apostando por un mismo sueño. Heinrich Sánchez y Ma I. Sánchez. LA ZAMBOMBA ES EL INSTRUMENTO NAVIDENO POR EXCELENCIA. (Reproducción M.S.G.). P aquitv U rte ya, xew t pre e ntNe tabla^ ació en 1.923 en Yecla (la ciu dad de los muebles). Vino a Elda dos años antes de estallar la guerra civil. Lo de vender comestibles fue para su madre y sus hermanos. AI peque ño de seis hijos le gustaba la canción y, con 18 años, se fue a Valencia. AI poco tiempo era conocido en toda España como EI Príncipe de Sacramonte, un príncipe joven que, como otros muchos de su quinta, hizo las maletas y se fué a París. Ganó mucho dinero, tanto como gastó. Se Ilevó bien con militares, republicanos o gober nadores civiles. A todos dió de beber en sus famosos locales de Francia y, posteriormente, Elda. Pero como el espectáculo es incompatible con la vida conyugal aban donó el teatro y la música, que no las tablas. A ellas, pués, ha dedicado casi 65 años de su vida. Pero parece querer recordar solo las planas, las largas, unas veces estrechas y otras de mucho grueso. Las de decoración, en definitiva, ya que no conserva vestuario ni material de una época Ilena de lentejuelas y colorido. Sí hay recuerdo gráfico, el poco del que, celosamente, se ha encarga do su mujer, con la que ha tenido tres hijos que le han dado varios nietos. Con ellos comparte su tiempo, con un apreciable rostro de abuelo feliz, mientras atiende cor tésmente a quien le busca en la tienda que su hijo falta ningún sofá para sentir la comodidad de una charla que duró horas. De haberlo hecho, creería haber visto una película. Pregunta: Parece que en Elda había oro. ZPorqué se vino su familia aquí? Respuesta: A1 morir mi padre, tras una larga enfer medad, mi madre se trasladó a Elda por vínculos con mucha gente de Yecla que ya aquí vivía. Antes ya había venido y le gustó el pueblo. Montó un puesto de comes tibles en el mercadillo que se instalaba en la plaza del ayuntamiento y, después, una pequeña tienda. P. ZRecuerda su primera impresión a su Ilegada?. R. La primera imag=en de Elda fue fantástica. Yo vine con diez años y, por tanto, soy yeclano. Pero me consi dero eldense. Siempre he querido estar aquí y, al final, lo he conseguido. P. zCómo se metió en el mundo del espe ĉ táculo? R. Todo empezó de manera muy circustancial, con mis amigos, en la casa de don Enrique 1/era, que en paz descanse. Este deseo lo voy a repetir mucho porque casi todas las personalidades de entonces ya han desaparecido. Una de las hijas de don Enrique, Angelita 1/era Mase gosa, nos inició en el teatro. Ella nos acogía y se encar gaba de montar obricas que representábamos en el patio de su casa donde también cantábamos, bailábamos ... Hasta que creamos una compañía infantil que llama mos La Improvisada. P. zCómo empezó a actuar solo? R. Pues fue en el final de la guerra. Un coronel nos vio actuar en el teatro Principal de Alicante y, como yo despuntaba, solicitó mis actuaciones para batallones de los rojos, como los de Altea, de donde me traía pescado Paquito Ortega, ese joven que está recogiendo éxitos por tierras norte ñas decía una revista de actualidad valenciana, Candilejas, que lo Ilevó en su portada. y algún chusco que hacía falta, Alicante o Alcoy. Este último estaba al mando de un eldense y, en un recital en Villena para él, nos llegó la noticia del fin de la guerra. P. Esto me suena a AY, Carmela. Pero, zpara quién actuarían sus cómicos al no existir los dos bandos?. R. Yo continué porque aqul en Elda, hubo otro bata llón dirigido por un teniente coronel que tenía una hija a la que quería enseñar a bailac En una de mis actuaciones en el Casino solicitó mis servicios. Como agradecimien to este hombre me facilitaba las visitas a uno de mis her manos, que estaba prisionero en la plaza de toros de Monóvar. Tanto es así que luna tarde estuve cantando para todos los encarcelados en la plaza. Era el año 40. P. Siendo de familia numerosa, znadie le acompaña ba en sus espectáculos? R. En mi familia no hubo antecedentes artísticos aún que me contaron que un hermano mío podía haberlo sido. Se fue a la guerra voluntario y, con 18 años, lo mataron a los cuatro días. P. 1Ya no paró su carrera?. (Todo lo contado le suce dió con sólo 17 años). R. No, fue muy continuada. En el pueblo actué bas tante y se hablaba mucho de mí, lo que me dió fuerza artística. Muy a pesar de mi madre, mis hermanas la convencieron para enviarme a estudiar y formarme en Ualen cia. Un tal Jiménez, que ya había oído algo de mi, me acogió y empecé a trabajar para su empresa de espectá culos hasta que salí de gira nacional. Fué la primera y, tras dos o tres años más, un cubano -señor Córdoba- que presentaba la revista Cabalgata, me contrató. Era muy joven y dí todos los poderes a ese señor, hasta el punto de que repartía los derechos económicos y de exclusivi dad, así que me hice el enfermeo para^ rescindir el acuer do. P. Y quién le controlaba. tSu madre?. R. No, mi madre bastante tenía con su negocio y sus hijos y no podía venirse por ahí conmigo. P. zAyudó usted económicamente a su familia? R. En mi casa no hacía falta dinero, no sobraba, pero no vivió economía mala. Mi familia era una de las aco modadas del pueblo. Además, al principio no podía aportar nada. había que hacerse trajes, botas ... En el tea tro de entonces no se podía actuar con el mismo vestua rio, si salías cuatro veces en la misma función, eran cuatro trajes y pares de botas que sacabas. Lue^o había un maestro que te componía, arreglaba y orquestaba las canciones. Y todo eso valía bastente dinero. ñía? P. Pero, zle dío de sí para montar su propia compa R. Sí. Fue tras actuar en Tetuán. Monté, con decora dos alquilados, mi primera compañía con la obra °Luz a la batería. Con este montaje actuamos en el teatro Cal derón de Madrid. Te hablo de 1944. Aquél verano, cuando tampoco en esa época programaban nada en la capital, me vine aquí y me contrató Alfonso Guixot, empresario taurino. Este hombre regentaba las plazas de toros de Elda, Alicante y Murcia. Mi espectáculo consistía en poner el final a las proyecciones de películas, y lo hacía acompañado de una bailarina. Imagínate el aforo de la plaza, con sillas en el ruedo, todo lleno, con la Paquito Ortega conoció a Pedrito Rico cuando ya se instaló en Elda. Con él coincidió al acudir al camerino de su amigo. Rafaél Earina, en una actua ción en la ciudad en los sesenta. banda de música en el escenario y cantan do sin micrófono. Así estuve trabajando todos los días durante mes y medio. Acabé muy mermado pero fue mi con firmación artística. P. Sería entonces cuándo comenzó a ganar dinero de verdad. R. A mí no me ha faltado nunca un duro, pero piense que, al final de una tourne había que pagar, además de los trajes, decorados, repertorios... Pero no parabas porque, como no había tele ... P. Gracias a la tele, ahora, usted puede volver a ver las revistas. Sin los medios actuales, itendría el mismo nivel que las de antes? R. No ni muchísimo menos. Sin micrófonos, aúnque esté feo que yo lo diL;a, el noventa por ciento no estaría. P. A todo ésto, zcuál fue su rela ción en este tiempo con Angelita Vera?. R. Esa familia fue muy especial para mí. Hasta donde llega el aprecio que Carmen, hija de Angelita y mujer de luan 1/erdú, está haciendo recitales y cosas parecida en la Casa de Cultura y aún viene a pedirme trabajos y poesías. P. O sea, zqué aún canta, aúnque sea a los nietos?. R. No, no hago nada. EI que Car men me copie poesías es por quien es, porque no he hecho nada para nadie. P. zCon qué artistas coincidió en su momento más brillante?. R. Carmen Morell, Pepe Blanco, Juani ta Reina, gran amiga mia ... En persona coincidí con muchos amigos y en los carte les, con más artístas todavía. Con Toni Leblanc hice muchísima amistad y estuvimos mucho juntos. P. zY con Pedrito Rico? zQué diferencias había entre él ly usted? R. Pues hombre, los dos cantábamos, bai lábamos y, en fin ... Era muy decidido y no voy a descubrir ahora las condiciones que reunía. Pero cuando más en alza estaba yo ya me había retirado. Era un chaval que empezó a hacer sus pinitos cuando yo me encontraba fuera. Incluso le pasó lo mismo que a mí. Se marchó al extranjero en el mejor momento de su carrera en España. P. zNo fueron profetas en su tierra? R. Yo creo que sí. Yo actuaba aquí todos los años dos o tres veces y, gracias a Dios, el teatro Castelar se Ilena ba. Raro era cuando una persona no me saludaba, me daba un abrazo, en fin... era bastante mimado. Pedrito Rico triunfó enormemente en Sudamérica, sobre todo en Argentina, pero aquí se le cortó la trayectoria. Fijate, a mí me contrataron para ir a Argentina con la comedia Esca- lera de color. Era uno de los primero en salir de la Espa ña de Franco y los refugiados políticos españoles nos esperaban un poco así ... (Paco nos muestra las manos en forma de garras). Pero actuando se evitaron todas las sus picacias. Fue la época del Calderón, el Price ... P. zY qué hizo entonces? R. zDespués de estar en Argentina, Uru^^uay, Brasil ... ?. Pués irme difiniti vamente. Pero a París ... a París. P. Pero usted no se fue a la aven tura cómo otros, zNo?. zCómo le conocieron allí?. R. Sí, yo también me fuí a la aventura. La historia se remonta a antes de salir a Argentina. En aquel verano que estuve día tras día actuando en la plaza de toros de Elda, el señor Guixot me invi- tó a su casa de la playa, en Mur cia (Los Alcázares), para descan sar Conocí a su hija, Conchita, y la estancia se hizo más larga. Total, que aquella pianista y yo fuimos novios y, después, pareja artística. Recuerdo que nos fuimos a Madrid a visitar al maestro Quiroga. Y allí terminó de formarse ella. Pasado un tiempo, Conchita y yo estábamos lanza dos con Escalera de color. Esto sirvió par darnos a conocer fuera e irnos a América. Estuvimos a punto de quedarnos allí a vivir y, lo que son las cosas, al regreso a España reñi mos y, para ovidarme de todo, me marché a Francia, porque primero estuve en un pueble cito cercano a París. Estuve tres o cuatro meses contactando, mientras ensayaba, hasta que me contrataron para una obra benéfica. Tras eso vinieron m^s actuaciones y, finalmente, el con trato de un cabaret que se Ilamaba La Puerta del Sol. Así actué de continuidad mientras también ofrecía mis espectaculos en el casino de París. P. Y hasta enconces, zde qué comió?. R. Pues un poco de aquí, un poco de allá ... Había que ser ingenioso. Por ejemplo, las clases Un serio y delgado Paquito Ortega posa para la promoción de sus actuaciones. un año y medio estuve fuera. Pués bien, ese tiempo bastó para qu en España se olvidaran de uno. ELDA, PARIS Y... Momentos antes de actuar en la sala parisina de nombre tan madrileño e imagen tan española entonces. del idioma francés me costaban a mí mil quinientos francos, tres horas. Pués yo pensé que a alguno le podía inte resar el español. Y así fue. Empecé a dar lecciones para ganarme un dinero. P. Y zen qué docencia lingiiistica se basaba?. R. Daba las dases hablando de mis ciudades, Elda, Murcia, Madrid... De lo que aquí había y qué se hacía. Me Ilamaban el profesor. P. Por cierto zno tuvo usted ningún mote o nombre artístico?. R. Hubo un tiempo en que creían que yo era gitano porque, en Jerez, había una familia Ortega a la cuál per tenecia Manolo Caracol. Aproveché su gran difusión artística paa dejar daro que él era el auténtico Príncipe gitano y no yo. Tras este sobrenombre se me lanzó como el Príncipe de Sacramonte. P. zCuál fué su mejor época?. R. La que pasé con Conchita fue muy bonita, pero en París resultó extraordinaria. Yo trabajé en el mismo espectáculo que una tal Edith Piaff, participé en pelí culas de difusión de Francia y estuve mucho tiempo en Radio Montecarlo, para oyentes hispano-hablantes. La puerta del sol se Ilenaba cada día. Pero no era fácil, no. Tres años en el cabaret, actuando a la una y medio o dos de la madrugada, fue duro. Era muy distinto al teatro. Pero ganaba cuatro mil francos diarios, además de actuar en Embajadas, y, cuando no quise continuar, me subie ron el sueldo el doble iocho mil francos al día!. (En aque Ila época, 1948-49, un franco eran unas doce pesetas). P. O sea, que dejó de dar clases. Que ya era usted un adinerado, vamos. R. Sí, ganaba bastante dinero. Fíjate que el dueño del cabaret compró un restaurante italiano y me ofreció aso ciarme con éL Lo cambiamos y lo llamamos Manolete. Fue todo un éxito. Yo ofrecía actuaciones en los postres, la poesía el Uanto a la muerte de Manuel Rodríguez, Manolete se conoció (y dió a conocer el restaurante) en toda Francia. Allí vino a cenar Ryta Haywoord, que probó la paella, como la que comieron Carmen Sevilla y Luís Mariano cuando viajaron juntos aParís. P.zY cuál era el contacto con su familia?. R. Yo visitaba Elda con mi pripio coche. Llegaba a la ciudad con alguna novia, cosa ^que mi madre no veía con buenos ojos. AI final, me la Ilevé a París. Vivíamos encima del restaurante y, aúnque no dejaban de agasa jarla mientras yo trabajaba, ella no estaba a gusto. No le gustaba ver a las mujeres darme besos. Demasiada liber tad ... La nostalgia pudo con ella e, incluso, enfermó. La tuve que traer de nuevo a Elda. P. zCuándo sentó usted la cabeza?. zTuvo una novia en cada tablao?. (Su mujer está delante). R. Contabilizadas, dieciocho. P. zY fue la decimoctava la que le retiró?. R. No del espectáculo. Yo me volví de Francia por que mi madre siguió enferma y el doctor Pertejo me dijo ^.r.^,^ .. 4,^ Una revista alemana recogió en sus páginas esta actuación en el Kaabarett La puerta del Sol besteht vorwiegend aus spaniers. Paquito Ortega ... hymne auf den tod cines Matadors. que el antibiótico era yo. También influyó el dinero. Yo hice un donativo, en francos a una familia eldense que vino a verme. Tengo que reconocer que lo estudié todo bien, incluso no pagué los impuestos de los lúltimos tres meses (se pagaban muchas tasas) y me volví a Elda. P. iQué hizo aquí?. R. Alquilé el solar que había al lado de la Icasa de Las Beltranas y abrí una sala de fiestas, Las Palmeras. Ahí empezó mi verdadera retirada, además de que conocí a la que hoy es mi mujer. P. zQué pasó, no le fue bien después su éxito empre sarial?. R. No. no fue bien. Nunca he visto Ilover tanto en esta zona. Espectáculo que contrataba, agua que caía. Era un jardín de verano en el que hice una fuerte linver sión para acondicionarlo. Pero las pérdidas materiales fueron aumentando. P. O sea, que de nada sirvió su contacto con artistas par haber traído aquí los mejores. R. Sí, si que sirvió, incluso para conocer nuevos nombres. A Lolita Caballero, por ejemplo, la Ilevé yo a Madrid. zSabes quién es Lolita Caballero?. Dolores Abril. P. zQué pasó finalmente?. R. Pués que traspasé Las Palmeras en 1956 por cien to cincuenta mil pesetas para casarme. P. O sea, zqué sí le retiró la novia del último puerto, que también fue el primero?. R. EI teatro es incompatible con la mujer y la familia. Los celos ... Pero de verdad que fueron otras circunstan cias las que me obligaron a olvidarme del espectáculo. Ten en cuenta que me salió una representación de mue bles en Yecla y, entre buscar novios, Ilevarlos allí, mos trarles los muebles de moda, etcétera, pues no podía pensar en nada más. P. De donde salió volvió a entrar usted, zno?. zFue así Solían visitarme buenos amigos de Elda. Con la presencia de un cantante italiano, a su izquierda, recibió en el restaurant a Pedro Hernández Lajara y su mujer. La vida empieza a ser más real, con momentos de felicidad y con situaciones duras, duras de verdad. Uno de esos momentos los vivió la familia Ortega cuando el ayuntamiento le expropió unos terrenos en los que se había hecho una casa de campo. Fue en las afueras de Elda y los perdí porque iba a construirse el estadio muni cipal de fútbol. Mi propiedad estaba justo donde se rea- liza el saque inicial de un partido. Más recientemente, en 1983, tuvo lun accidente de tráfico al venir de Mála ga. En la venta del olivo le atropelló un coche. Quiso la desgraciada casualidad que el otro implicado, que falleció a los diez minutos, también fuese eldense. Feliz- mente recuperado, este embajador de Elda -que tambiénlo fue del bando cristiano en nuestras fiestas- sigue con servando el arte de la elegancia hasta, con 73 años, cuando se enciende un pitillo, no sin haber ofrecido antes, claro. No gracias, que en la sala de cine no se puede fumar. Víctor Santos En la barra del restaurant Manolete. A su izquierda, Fenoy, campeón de Europa de boxeo y, a su derecha, un refugiado político español al que con trató como cocinero. cómo empezó con los muebles?. R. No, fue por la madre de mi mujer. A mi sue^ra, que era viuda, un fabricante le ofreció montar un negocio de vajillas y cristalerías. Y ocurrió que abrimos una tienda en la Calle Nueva donde también vendíamos muebles. ® La ku e U del wta e^ t N V R e qu e na osé María Requena Gosalbez. Tuve la suerte de conocerle personalmente y disfrutar de su arte como director úsica, en la época de aquellas zarzuelas en los años 60 se montaron en Elda, con gran sacrifi cio por parte del grupo de aficionados de la época que formaban el elenco y sobre todo por su durísima labor como maestro-director, que con gran paciencia, tesón y profundo empeño didáctico, al final se materilizaba en un gran éxito, que muchos sin duda todavía recor darán. EI Teatro Castelar, ese sagrado recinto que duer me sus sueños de gloria en cada rincón de sus paredes en su hoy obscuro y callado auditorio. Desde que en él se hizo el silen cio, cuando uno pasa ante sus puertas, por unos instantes fluyen por la mente infinidad de recuerdos. Aquellos tiempos de funcio nes cinematográficas de sesión numerada y abonos, y después de sesión contínua, que tras el cierre, dejaron de iluminar tenue mente, al compás de la intensidad de los cla rosocuros de las imágenes, las caras de varias generacones que en la penumbra de la sala vivimos durante años muy distintas sensa ciones. Aquel Teatro Circo que nació en 1.904, el denominado para los eldenses año de los prodigios, o de las luces que coincide con el año en que Elda adquirió el rango de ciudad. EI Castelar, que tanto ha deleitado con espectáculos variopintos en mani festaciones tan dispa res como el propio Los guapos,La del manojo de rosas, y Katiuska EI maestro Requena. género puramente teatral, pasando por recitales, revis tas, varietés y nuestra entranable zarzuela. Tras seis años de silencio, es toda una fuente de inspi ración, de recuerdos que sin duda permanecen vivos e impregnados en sus paredes. No ha ĉ e mucho al pasar ante la fachada del teatro, en ocasión a que esta ba una de sus puertas abiertas, no pude evitar aso marme al interior. AI ver su hoy desnudo patio de butacas, por mi mente pasaron en un momento infini dad de recuerdos. Mil acontecimientos, pero sobre todo la evocación de eldenses, unos de nacimiento, otros de adopción, que hicieron cosas muy importan tes en la vida cultural local, y que por desgracia han pasado no desapercibidos, pero sí sin el reconocimiento que sus obras sin duda merecen. Y me acordé de una de aquellas zarzuelas, Katiuska de pablo Sorozabal. Y me í pareció que veía al maestro Requena levantar la batuta, en el foso de la orquesta, dirigiendo a aquellos músicos de distinta procedencia, y dar entrada al barítono con un chas quido a modo de señal emitía con los labios. (sin duda la de mayor dificultad), fueron de las que recuerdo fueron dirigidas por el maestro Requena en aquellos años 60 y, que significa ron un auténtico reto para aquel grupo de aficionados que logra ron tras muchos meses de ensayo rayar a gran altura. La tarea no era fácil. La zarzuela impli ca dirección escénica: parte hablada; direc ción musical: parte orquestal, con la dificultad que conlleva conjuntar músicos procedentes de distintos lugares; y parte cantada y coros (recuerdo se hizo un Ilamamiento a la población a través de la antigua Radio Elda y de la prensa de entonces para reclutar voluntarios para cantar en el mismo). Todo ello con venientemente coordinado. En definitiva, una empre sa dificil Muchos personajes en escena en cada cometido ... y mucha gente a la hora de concurrir a los TEATRO IiASTELAR VIERNES. 1^ DE MAYO DE 1.963 A LAS 7^15 TARDE Y 10^45 NOCHE GRAN ACONTECIMIENTO ARTISTICO ^ Katiuska Zarzuela en dos actos. Libro de G, dei Castillo y Martí Aionso. Musica del maes.ro P. Sorozába! Maestro Dlrutor. Maestro Concer!ador, D^ Jose Maria Requena Gosalbez Sria. Josefina Perez Fastor Maestro de Coros, D. V:cer.te Casañez Es;eve Direcmr Escénico. D. Francisco Cande;a Carratala R E P A R T O KATIUSKA . . - . . . G O R O G E N E R A L Pac.me M.Ovirant oLGA . . ^ carmae vera TIPL`5 TATIANA . . . . . . Ln!a Tomero MaPda aasqa^.e^ ^ An9ei^,a A^reón MISKA . . . . Consuelo Naverra Manolita Prats ^ Cecilia Marco ^ 44ería PEDRO STAKOFF . . . . Oscar Poveda Tere a Amat M,aribel Garcla ^laríe PRINCIPE SERG10, .. Enr^que Vern Luise Gull; Mercedes y lot. Uiañas BRUNO BRU^tiO VICH .. Emlllo Rico M3noli Amet I.saoetifa Amat - Vwenia AMADEO PICH . . . . SaMalio Requena Pbraz - Maria Lulsa Monzó re Navarto BONI . . . Jo^ge Bellotl Cherito Matarredona Angelita Monzb CONDE IVAN . . . . . Fraccisco Candales Merfe de los Anpelns Oncina y Laura Mora KOSKA . _ . . Jos3 Muñoz TENORES COMISARIO DE }(1EW . . SalvadorLézerc JUAN VIDA_ - ANTON^..G JUAN CAMPESINO FRIUERO . Antanio Juen JOAOUIN L DE LA OSA - MANUEL CAMPESINO SEGUNDO . . co Sorieno $IRVENT Joaquln GII Alberto Navarro SOLDADO PR^Iv?ERO _ _ . Enrlque Gull Gonzelo Domenech Eduardo Estellés SOLDADO $EGUNDO . . Pescual Abellén Luls Oonzález ^ Roqua ftubio ^ José Meria BAILARiNES. Carmen Vera y José Mer^ino Casafiez. BAJOS. ^. ve Gull - José Merino - Selvecor .e Pascuel Abelián - Joaquln SoBOrb ^r,q = $OLDADOS: JOSE 6ARCIA, FRANCISCO POVEDA y ROOELIO BOTELLA. Frimer Apan!e, Romualdo Gaatlar Segundo Apunte, Pedro Requena NONLES^ CAMPESINOS^ SOLOA00S, E7lPATNIA00S Decorado: Vda. de Pastor Valenc:a LA ACCÍON EN UCRANIA EN LA POST - GUERNA Sasvería Casa MeÍias - Valeneia ii 25 PROPESORES DE OROUESTA, 25 !. ^ TELEVISORES AL ALCANCE DE TODOS V.., iA SU JU5T0 PREC101 PONGASE VD. EL PLAZO PIDA DEMOSTRACION SIN COMPROMI50 EN ESTABLECIMIENTOS DOMENECH LA CASA OE LOS TELEVISORES OE MARCA Programa de representación de Katiuska. ensayos. La cosa se complica quizás cuando van transcurrien do los meses y la afluencia a los ensayos se ve men guada en asistencia. Los nervios afloran. EI maestro Requena era muy exigente y riguroso. No admitía fal tas ni murmullos en los ensayos. Más de una vez habia cerrado de un fuerte golpe el piano, abando nando el lugar indignado por lo que él consideraba falta de responsabilidad, respeto y amor a la música. Por eso tenía una cierta fama de mal genio, y no era otra cosa más que el maestro era un autentico perfec cionista, y reaccionaba como tal. Aquellos ensayos, la mayoría realizados en casa de uno de los integrantes del elenco, en cá Angelita Masegosa, como se cono cía cariñosamente aquella emblemática casa, lugar donde se fraguaron muchos proyectos culturales eldenses, y donde su esposo Enrique Vera, conocido industrial y amante de la escena y del canto intervino como tenro en alguno de aquellos eventos, como Katiuska, así como su hija Carmen deliciosa e inolvidable en Iso duos cómicos que compartía formando pareja con Jorge Bellod (Katiuska yLa del manojo de Rosas). Aquellos ensayos desembocaban al final en un éxito artístico el día del estreno en el Castelar, cosa Ique durante meses atrás parecía que no iba a Ile gar nunca. Si observamos el reparto de uno de los carteles que ilustran éste escrito, observaremos nombres sobrada mente significativos en la vida cultural eldense. La mayoría merecen sin duda capitulo aparte, como es el caso de Emilio Rico, autor de EI Señor pon Juan Tenorio o dos tubos un real; Oscar Poveda Cuquillo, barítono extraordinario que todavía nos deleita con sus romanzas; Francisco Candelas, direc tor de escena, que Ilevaba el teatro dentro y así magis tralmente lo transmitía (memorable Don Mendo, fantástico Conde Iván); Jenaro Vera que aunque no apa rece en el reparto estuvo muy vinculado en aquellos movimientos y con anterioridad había intervenido en Los Guapos, zarzuela que por cierto, fue represen tada por el grupo eldense en 1.957 y que se realizó en homenaje a la insigne Milagritos Gorgé, pocos años antes de su fallecimiento en 1.959, quien emocionada estuvo presente en la representación recibiendo al final de la misma, antes del fin de fiesta, el reconoci miento de todo el público que en pié le tributó una cerrada ovación, mientras que Milagritos recibía en el escenario unos obsequios y sendos ramos de flores que le entregaron sus nietas. Y otros muchos nombres que ahí están en el reparto y que, como digo, merecen también capitulo personal aparte. EI maestro Requeno que tenía un tic nervioso bastante acusado, cuando dirigía era todo genio y coordina ción, y si había algún fallo no disimulaba en regañar al músico, aunque fuese en plena representación. Esta fue una etapa de su vida, la de las zarzuelas, qui zás la más conocida popularmente. Es probable sin embargo que poca gente sepa que fue el lautor de dos composiciones dedicadas a Elda: ELDA BELLA, y EL HIMNO DEL HOGAR DEL PENSIONISTA. Su pasión por la música y el amor que sentía por Elda fueron los Irasgos más significativos de su vida. Nacido en San Juan de Alicante, el 22 de Mayo de 1.901, desde muy joven, en aquellos años en que la influencia familiar era a menudó determinante a la hora de enfocar el futuro, le correspondió la inclina ción por la música, ser músico. Y así desde muy joven cursó sus estudios de solfeo y armonía en Alicante. Pronto descubrió su instrumento favorito, el piano, Dirigiendo Katiuska. muy a pesar de que, por influencias de un tio suyo músico, le impusieron el violín. Cuentan que tal aver sión sentía por ese instrumento que un buen día, des pués de una sesión de estudio, sintió un arranque de ira y rompióel violín con el propósito de no tocarlo jamás. Sin embargo su tio, que era muy obstinado, hizo reparar el instrumento para que prosiguiese con las clases. EI piano fue después de todo su gran pasión continuando sus estudios hasta alcanzar composición y dirección en Madrid. Conciertos, acompañamientos al piano, dirección, enseñanza, giras por toda la geografía nacional con compañias de zarzuela y de las denominadas de varietés, fraguaron en él una solida experiencia. Cuentan que en una de esas giras Ilegó a actuar con el mítico Ramper, famoso payaso español, célebre por sus extraordinarias parodias musicales. Y también con el no menos legendario Miguel Molina, quien a menu do le tatareaba alguna que otra canción para que el maestro hiciese el correspondiente arreglo musical. Para los músicos, y sobre todo en aquella época, la vida resultaba realmente dura, y el maestro Requena no veía con claridad el futuro en esa profesión, tal fue así que cuando la aparición del cine sonoro, que dejó sin trabajo a muchos pianistas y el fonógrafo con aquellos discos de baquelita que iban imponiendose cada vez más en la vida cotidiana, el maestro pensó que aquello perjudicaría a los espectáculos en vivo y decidió buscar una alternativa profesional marchán dose a Alicante a estudiar contabilidad en la Academia Cots, cuyo director Manuel Ripollés con el que entabló gran amistad y que años más tarde pres taría una gran ayuda al maestro. Su Ilegada a Elda, a finales del año 1.933, vino propi ciada por su matrimonio con una maestra nacional, Doña Elvira Rodriguez que sin duda estará en el recuerdo de muchos eldenses ya que durante muchos años lejerció sus labores de docencia en el colegio Padre Manjón, si bien en principio estuvo destinada en Petrel. Mientras, él se colocó de contable en la fábrica de calzado de Felipe Garcia, sin abandonar en absoluto sus actividades musicales, ya que por encima de todo era músico. Así, en aquellos tiempos antes de la guerra, se encontró con unas grandes inquietudes musico-culturales, y pronto comenzó a impartir sus enseñanzas y dirigien do los coros que en aquellos años había en la ciudad. Las centrales sindicales U.G.T. Y C.N.T. tenían sus correspondientes grupos teatrales y líricos, y eran habituales los ensayos en torno a los coros de zarzue la. Cuando alguna compañia nacional Ilegaba a Elda contratada para actuar, con el fin de economizar, soli ^^ Recibiendo los aplausos después de la representación. citaban los coros de la población, que se sabían per fectamente la letra y música de la mayoria de las zar zuelas. Estalló la guerra civil, y aunque con anterioridad habia quedado exento del servicio militar por estrecho de pecho, fue movilizado por el comite cultural para acompañar espectaculos musicales y dar moral a la tropa y a la sufrida población. Tras la contienda, continuó ejerciendo su profesión de contable con espíritu de pluriempleo. Por las mañanas Ilevaba la contabilidad de la fábrica de Manuel Pérez Martinez Calzados Lacasta, más conocida por la fábrica de Los Sacristanes que estaba situada en la calle de EI Cid (Barberán y Collar) esquina a Jardines. Por la tarde iba a hacer lo propio en la fábrica de calzado de Enrique Guil Moran, con el que estuvo trabajando durante muchos años, casi hasta el final de su vida. Toda ésta actividad la completaba diario con sus clases de piano y sus ensayos como director, para después los fines de semana tocar en alguna orquesta en cualquier punto de la provincia, o en cualquiera de las salas de baile eldenses de enton ces: La Playa, Yola, EI Casino. También en EI Negresco, el popular café-bar de la calle Nueva donde había un pequeño escenario, en el que se rea lizaban actuaciones musicales para amenizar a los clientes. Y allí tocaba el piano, en sesión café y en la tarde-noche formando trio junto con dos conocidos músicos eldenses de la época, Galiana al violín y Angel Guardiola EI Piti que tocaba el saxo. La vida familiar se le complicaría sin embargo en aquellos años de la postguerra. Sucedió que su espo sa que ejercía de maestra nacional destinada en Petrel, un día castigó a una alumna que resultó ser hija de un alto cargo político de entonces, lo que le supuso un expediente sancionador cargado de falsedades, siendo trasladada a Pego. Mientras, el maestro perma necía viviendo en Elda donde tenía su medio de vida. Después su esposa, consiguió plaza en Muro de ^1tT. ^o y., ^ ^: ^ i 3 ^ 4Aá ^ _ _ ^ ;= T= ^^ ti ^^ ^ ^n ^^ ^T ., Alcoy. Los años iban pasando y la situación se hacía insostenible viviendo cada uno en un lugar. Fue Manuel Ripollés, el que le habia enseñado contabilidad años atrás, el que propuso a él y a su esposa que se marcharan a Cartagena contratados los dos para dar clases de contabilidad en la Academia Almi, de la que era propietario. Era el año 1.942. Allí permanecieron algo más de un año, hasta que Doña Elvira pudo con seguir plaza en la estación de Novelda, y al año siguiente consiguió la plaza definitiva en Padre Manjón, donde ejerció hasta su jubilación. En el año 1.948, el maestro compuso una marcha pasodoble dedicada a la mujer eldense bajo el título de Elda Bella, a quien puso letra Santiago Sierras Gómez. EI maestro Requena dirigió durante muchos años, hasta bien entrados los años setenta, el coro de la Iglesia de Santa Ana interpretando las misas cantadas de los Santos Patronos, así como las Salves que en principio se cantaban dos diferentes en días distintos, de los maestros Hilarión Eslava y Agapito Sancho, y que posteriormente y hasta ahora se interpreta unica mente la Salve de Eslava. Oscar Poveda Cuquillo cantó durante muchos años, bajo su batuta, el bajo solista de ésta Salve. Con anterioridad el honor habia correspondido aCuquillo padre, que era un bajo fuéra de serie. Después Enrique Guil Guiloche fue también uno de los cantantes de ésta salve tradicional en fiestas mayores, con gran satisfacción para éste por el hecho de que durante muchos años estuvieron tra bajando juntos en la fábrica, de la que era hijo del propietario sientiendo un profundo aprecio por el maestro. En cierta ocasión en que Guiloche se quedó afónico, cantó también como sólista por empeño del maestro, Salvador Lázaro Minuto, a quien conocía muy bien por haber sido integrante del coro años atrás cuando la representación de Katiuska, donde además interpretó el papel de Comisario de Kiew. Fue en la década de los 70 cuando el maestro com puso el HIMNO DEL HOGAR DEL PENSIONISTA, con letra del poeta eldense Manuel Verdú Juan. Tanto ésta como ELDA BELLA son dos piezas que merecerí an tener una mayor atención, tanto por la belleza de su música, como el contenido profundo de sus letras. EI maestro Requena, fumador empedernido, falleció como consecuencia de un enfisema pulmonar com plicado con problemas de corazón, a los 79 años de edad en Murcia, siendo trasladado a Elda donde fue enterrado el 31 de Agosto de 1.980. Así fue a grandes rasgos la andadura de un hombre, enamorado de Elda, que amaba, sentía y enseñaba la música. Me ha parecido oportuno sintetizar la vida y obra de un eldense de corazón que realizó una destacada labor como músico, situándonos además en una época de inquietudes zarzuelisticas inolvidables en EI maestro Requena dando una clase de solfeo. aquellos años 60. EI maestro Requena pese a mere cerlo, nunca fue objeto de homenaje o reconocimien to institucional. EI Teatro Castelar me inspiró su recuerdo, y el capítu lo puede quizás quedar abierto hacia otros entraña bles eldenses, que también merecen ser tenidos en cuenta por sus labores desarrolladas. Miguel Barcala Vizcaino. U K pre^ti yiv yaKadv a pu^^v. orría el año 1973 y en la directiva de la sección Amigos de la Música del Centro Excursionis ta Eldense, cuyas actividades principales consistían en la organización de sesiones de discoforum, charlas musicales y viajes a los distintos foros de ópera y conciertos, surgió la lidea de dar forma a una serie de actividades musicales acti vas que permitieran a distintos colectivos participar directa mente en la interpretación musical de distintas formas. Así nacieron casi simultáneamente dos formaciones que a través del tiempo fueron consolidan dose y adquiriendo un relevan te papel en la escena musical eldense: La Rondalla Juvenil y el Orfeón Polifónico. Fué Juan Martín, componente de la directiva y gran amante de la música, el encargado de dar cuerpo a la lidea. Se reunió con un pequeño grupo de niños del Colegio Padre Manjón cuyas edades oscilaban entre 9 y 16 años y contactó con el presti gioso profesor de guitarra D. Carlos Bernabé Llopis, bajo cuya dirección comenzaron su aprendizaje musical. Su gran entusiasmo repercutió en otros chicos, por lo que el pequeño grupo inicial fué aumentando considerablemente para con vertirse en la numerosa Rodalla Juvenil, así como la creación de un aula dedicada a los nuevos educandos que poco a poco fueron uniéndose a la misma. Pasados unos años de contin muo y constante trabajo, la Rondalla ya se encontraba en condiciones de hacer su presen tación pública. Esto ocurría en 1.977 y fué en el Cine Rex y en un acto organizado en campaña contra el hambre. Los días de obscuro trabajo tenían su recompensa por la gran acogida dispensada a cargo del público que abarrotaba la sala. Y a par tir de este momento y ya de forma ininterrumpida, fueron sucediéndose las actuaciones allá donde fué requerida su pre sencia, siempre con el deseo de divulgar el precioso arte de la música. En este mismo años 1.977, se constituye en Vocalía dentro de la sección de Cultura del Centro Excursionista Eldense pasando a ser su primer Vocal Presidente D. José Ruzafa Almendros. Así mismo, se produce un relevo en la dirección de la Rondalla, por la dimisión por motivos de tra bajo de D. Carlos Bernabé, siendo sustituido en la misma por D. Luis Esteve Lledó. A partir de este momento, comienza un periplo por la mayoría de las poblaciones cer canas participando en festiva les, homenajes y actuaciones en Hogares del Pensionista, Aso ciaciones de Vecinos e incluso un Concurso de Rondallas cele brado en el Teatro Principal de Alicante organizado por Radio Alicante y todo un largo etcéte ra que resultaría bastante exten so de enumerar. La incorporación de D. Luis Esteve, supuso nuevamente una forma distinta de funcionar ya que se comenzó a trabajar con solfeo y los resultados positivos no se hicieron esperar. La escuela de educandos fué cre ciendo paulatinamente yu la instrumentación se fue enrique ciendo, hasta el punto que la composición de la Rondalla en este momento estaba formada por una guitarra baja, siete gui tarras españolas, seis laúdes, siete bandurrias, tres acordeo nes, una bateria, unos timbales y percusión varia (maracas, triángulo, palillos, etc.). Y otra nueva variante viene a incorporarse a ésta consolidada Rondalla Juvenil. La dirección y la Junta directiva observa que la juventud retrae su asistencia a los conciertos clásicos de ron dallas, y por ello, tratando de captar a la más amplia gama de público, se crea el conjunto de Ritmos y Melodías compuesto por diez chicos de los más jóvenes con una instrumentación de tres guitarras eléctricas, tres acordeones, una batería, percu sión y una cantante deiete años Ilamada Maribel que, además de tener una voz con muchas posibilidades, baila estupenda mente el rock. Con la incorpo ración de un repertorio moder no con arreglos en las partitutas del propio director, comienza la andadura de este conjunto infantil que en los años sucesi vos haría furor por su simpatía en las actuaciones siempre con juntas con la Rondalla )uvenil. En junio de 1.979, fueron invi tados, junto con el Orfeón Poli fónico, por el alclalde (eldense de nacimiento) de Bobadilla del Monte (Madrid) a participar en las Fiestas de la citada pobla ción, obteniendo un gran éxito ambas agrupaciones que deja ron el pabellón eldense alta mente situado. Las actuaciones se suceden por toda la provincia de Alicante y parte de Valencia, siempre bien acogidas por un público diverso que sabe premiar el buen hacer de la Rondalla Juvenil y que queda gratamente impresiona do por la simpatía, singularidad y juventud de un conjunto como el de Ritmos y Melodías que a la sazón incorpora un nuevo cantante también de seis años -Roberto-, con lo que se afianza más todavía el atractivo de sus actuaciones en los más variados escenarios. Pero los años no pasan en balde y ya en 1.985 la frescura y pue rilidad de los componentes de ambas secciones, Rondalla y Conjunto, no es la misma que años anteriores. La Rondalla Juvenil se ve mermada en sus instrumentos clásicos, y son sustituidos por acordeones, que si bien rellenan melódicamente el grupo, también desvirtuan en alto grado la concepción origi nal de lo que debe ser una Ron dalla. Así mismo, el Conjunto Ritmos y Melodías, que siem pre había Una actuación de la Agrupación de Pulso y Púa del GE.E. atraído al público por la extre ma juventud de sus componen tes, pierde lentamente esta face ta y deriva hacia unos cauces que no fueron los originalmente planeados.En este momento, interviene la junta Directiva del Centro Excursionista Eldense y exige la reconversión de ambos grupos a la fórmula de Rondalla Juvenil pura ideada desde un principio. Esta decisión provoca cambios en la directiva de la Sección, dimitiendo el Sr. Ruza fa Almendros, siendo sustituido por su actual Vocal D. Pedro Rubio López, que solicita a la Dirección el citado cambio de rumbo en la Rondalla y la supresión del Conjunto Ritmos y Melodias, no siendo bien acogida por D. Luis Esteve que en 1.986 presenta su dimisión. Partiendo de ésta situación, se abre una nueva trayectoria en la Rondalla Juvenil pasando a adoptar su actual denomina ción de Agrupación de Pulso y Púa del Centro Excursionista Eldense y se pone al frente de la dirección D. Juan José Jordá Micó, que inmediata mente La Rondalla juvenil, primera época. comienza a implantar unas bases de formación musical, como es la aplicación total del solfeo en el Grupo y en la escuela de educandos y la supresión de cualquier limitación de edad de los miembros de la orquesta, pudiendose Ile gar a edades tan dispares como los 12 años de los más peque ños y la jubilación del mayor. Esto permitió elevar la calidad musical y una mayor participación popular en la Orquesta. En 1.989 cesa en el cargo de director el Sr. Jordá Micó por motivos de trabajo, haciendose cargo de la batuta el actual director de la Agrupación D. Francisco Albert Ricote, que eleva más todavía el nivel de calidad de la Agrupación alen tando a sus miembros a conti nuar el estudio profesional de la música en el Conservatorio Ruperto Chapí de Elda y en el Municipal de Villena del que es profesor de guitarra. Desde ese momento, son muy numerosos los conciertos, festi vales, certámenes y concursos en los que ha intervenido la orquesta, demostrando en todos ellos su gran preparación que, pese a la juventud de la mayo ría de sus componentes, pode mos asegurar la gran profesio nalidad de los mismos, fruto del trabajo y el gran amor que sien ten por este modo de linterpre tación. En la actualidad, componen la Agrupación de Pulso y Púa el Centro Excursionista Eldense treinta músicos con los instru mentos siguientes: Bandurrias, laúdes españoles, guitarras españolas, guitarra baja y laúd bajo. Y como colofón a esta danda dura tan Ilena de ilusiones, rea lidades y esperanzas, viene a sumarse la aprobación por parte de las Autoridades docentes autonómicas de una Escuela de Música de grado elemental con cedida a ésta Sección para impartir clases de Solfeo, Ban durria, Laúd, Guitarra y Piano sin limite de edad, que viene a potenciar más si cabe las posi bilidades de formación y de calidad musical ya atesoradas por esta prestigiosa Agrupación. José Luis Sáez Navarro Vicepresidente de Cultura del Centro Excursionista Eldense. principio de la década de los ochenta, la fiesta de Moros y Cristianos gozaba de una excelente salud festera, al margen del explendor de los actos oficiales, había una inquietud festera-festiva, en las calurosas noches de junio. Debido a esa inquietud, un grupo de festeros reducidos, con pocas dotes musicales, pero con una gran carga de ilusión, tanto por la fiesta como por la música, nos atrevimos a salir una noche de sábado de Moros con sus cuatro instrumentos musicales, Ramón González con la caja, José M Navarro, con el bombo, Ramón López con los platos y Andrés J. Jimezez con la trompeta, tan pronto sonó la primera nota, nos encontramos rodeados de gente dispuesta a bailar, todo aquello que nosotros tocaramos, sin darnos cuenta habiamos cubierto la etapa pseudo festera de las noches eldenses. AI año siguiente repetimos, con la incorporación de Vicente Pérez (Profesor Serruchini) y con nombre propio, con el que todavia de forma cariñosa nos relacionan, Rascayu, fueron varios años poniendo la nota musical y de color en las Bendición de la bandera 20/OS/95. noches festeras de Elda. Fue en el año 1.988 cuando con algo ya de experiencia en la música festera y la incorporación de algunos músicos más, debutamos de forma extraoficial el día de las bandera en Petrel, con el amigo Paco Sogorb. Desde ese momento se incre mento neustra actividad musical, ibamos participando en actos extraoficiales y alguna que otra fiesta parti cular. EI 21 de Julio de 1.989 fue nuestro debut oficial en las fiestas de Novelda, el día anterior habíamos estado con Paco Sogorb, en una comida en las que habían algunos representantes de comparsas, al oirnos, hubo un presidente que nos dijo que queria que tocasemos en la entrada del día 21 y 23 con su fila, perteneciente ala comparsa de Moros Damasquinados, y de esa forma nos vimos metidos en lo que hoy día, después de siete años, no lo hubiese mos creido. A partir de ese momento son muchos los pueblos festeros, que nos Ilaman para participar en sus fiestas, creciendo de una forma alarmante para noso tros, nuestros compromisos, durante algún tiempo Ile vamos en el bombo aquello de Rascayu, más tarde pusimos Grupo Musical Elda, hasta que en febrero de 1.991 se crea la Asociación Musical Virgen de la Salud de Elda, de esta forma nos garantizabamos el poder actuar tranquilamente. Gracias al desinteresado esfuerzo del amigo Paco Cabrera, Abogado, obtuvi mos personalidad jurídica, Ilegando incluso a estar reconocidos por el Ministerio del Interior, para poder actuar en todo el territorio Nacional. Eueron 18 los miebros fundadores de esta Asociación: Ramón González Amat Presidente Caja Juan Bta. Pérez Navarro Vicepresidente Clarinete Ramón López Moreno Secretario Platos José Pérez López Tesorero Bombo Emilio Sánchez Serrano Vocal musical Bajo Angel A. Quintillana Sáez Vocal Trompeta Pedro Sanchez Serrano Vocal Trombon Alfonso Martinez Mancebo VocalTrompeta Fulgencio Guardiola Garrido Vocal Trompeta José T. Exposito González Vocal Trompeta Pedro José Rico Bernabé Vocal Trompeta F°° Gonzalez Rodriguez Vocal Bombardino Vicente Pérez Fernández Vocal Saxo Alto Victor Vicedo Quiles Vocal Saxo Alto Jerónimo Fernández Gimenez Vocal Saxo Tenor losé 1. Palao Navarro Vocal Clarinete Vicente Martinez Mancebo Vocal Clarinete Antonio Martinez Rodriguez Vocal Clarinete Tras la obtención de-Ja personalidad jurídica, conse guimos algunos logros importantes, como fue la com pra en mayo del 91 del vehículos autobús, con el que venimos desplazándonos, al realizar nuestra actividad musical, no solo por nuestra provincia, sino por todo el territorio nacional. Dejando en todos nuestros des plazamientos el nombre de nuestra copatrona la Virgen de la Salud y el de nuestra ciudad, Elda, en lo más alto del pabellón. En la noche del 19 de febrero de 1.994, se produjo un hecho histórico para nosotros, ya que en el transcurso de la cena anual de la Comparsa de Moros Marroquies, se nos entrego por medio de su presiden te D. Luis Carrasco Maestre una bandera, extraorina miamente bordada, con la Ifigura de la Virgen de la Salud por un extremo, y con el excudo de nuestra ciu dad por el otro, y figurando la leyenda; Asociación Musical Virgen de la Salud Elda 1.991, era deseo tanto de la Asociación Musical como de la Comprasa de Moros Marroquies, bendecirla cercana a la fiesta de ese año, ya quue se celegbraba el cincuentenario de la Ifiesta, por motivos familiares de lun miembro de la Asociación hubo de retrasar el acto, hasta que en la mañana del sabado día 20 de Mayo, y tras concen trarse en la Plaza Castelar, tanto la Asociación Musical como la Comparsa de Moros Marroquies, auroridades municipales, miembros de la Junta Central, así como demás invitados, se trasladaron en pasacalle hasta el templo de Santa Ana, donde a las 13,30 h. se proce dió a la Bendición de la Bandera, por parte del Sr. Parroco D. José Navarro, actuando de padrinos D. Luis Carrasco Maestre y su esposa, una vez realizado dicho acto nos trasladamos al cuartelillo de la escua dra Guardia Jalifiana, donde se ofreció un vino de honor. Ya son dos las entradas de bandas en Elda, donde ha estado presente dicha bandera, así como en el acto Ihomenaje, que en las Fallas de Valencia, se realiza el día de San José tras la mascletá. En la acltualidad hay un grupo de músicos que refuer zan las actuaciones de esta Asociación, cuando es necesario, algunos de ellos, lo hacen con bastante fre cuencia, cono son: David Sempere, Inocente López, Luis Payá, Joaquin Ruiz, Daniel Montesinos, Luis López, Antonio Brotons, Antonio Ruiz, Javier Torres, Roberto Cremades e Isabel. Hoy día son pocos los fines de semana que nos que dan libres, ya que la gran mayoría de nosotros dipo nemos de trabajo estable, por lo que dedicamos a la música, Sabados y Domingos, nuestros objetivos mar cados al principio se vienen cumpliendo, ya que nos marcamos tan sólo ser un colectivo musical y de ami gos, dispuestos a pasarlo bien con nuestra actividad, y procurar transmitir al público la chispa musical de color, que en esta ciudad se respira. Asoc. Musical Virgen de la Salud. Ramón González Amat Presidente. La wtú^ica e^ ^v ú Kicv que wte iwt pvNta. Mi agradecimiento a Encarni Soler por acercarme hasta esa gran mujer que es Maiilde Insa. ue la organista de la Iglesia de ^anta Ana durante un par de décadas, entre los años 40 y 60, y la directora de un sin fin de actuaciones benéficas en el Teatro Castelar para la construcción y mantenimiento de la famosa Casa del Niño, además de colaboradora en fun ciones de aficionados de gran éxito en aquellos años, pero, sobre todo, ha sido la profesora de piano de varias genera ciones de jóvenes eldenses que luego eligieron la música como profesión con resultados más que óptimos: Mari Carmen Segura, Isabel Brazal, Paquita Cabrera, Jesús Rodriguez ... A sus 90 años conserva intactas la cualidades para la interpretación musical, y también una bella sonrisa que le sale del alma, de alquien con un bagaje personal y profesional que le impide, quizá muy a su pesar, ser sólo una anciana. Monóvar, Elda, M e d e I I í n, Barcelona, y otra vez Monóvar. Porque fue aquí donde nació en el año 6 la hija menor del jefe de Telégrafos. Matildita, que ya desde muy pequeña daba muestras de sus cualidades para la música (posiblemente heredadas de su padre con una voz de bajo increiblemente buena), interpretando las canciones de moda que oía en el teatro (sobre todo fragmentos de zar zuela), tenía sólo siete años cuando sorpren dió a todos en una reunión familiar típica de una noche de verano, tocando el acordeón con tal per fección, y sin más aprendizaje que el haber escucha do, muy atentamente, las enseñanzas que un profesor particular daba a su hermana, que su padre decidió que recibiera clases de piano con don Manuel Tomé. Su padre, al que, evidentemente, oído no le faltaba, acertó con la decisión ya que, en un tiempo récord y con sólo 13 años, la niña tenía el título. Contaba Matilde quince años de edad cuando don Manuel tiene que marcharse fuera de Monóvar y éste piensa que su alumna más aventajada podría sustituirlo. Don Manuel le dijo a mi padre, que esta ría a prueba un mes, antes de tomar una decisión definitiva, ya que mi padre tenía dudas de que yo lo pudiera hacer bien, pero a los 15 días vino a decirle que no hacía falta pro bar mís. Según Matilde, sus alumnas eran todas chicas bien del pue blo, pero su carácter disciplinado, del que ya daba mues tras entonces, pese a su juventud, le crea ciertos proble mas con algún que otro padre empeñado en que su hija aprendiera piano al pre cio que fuera. Cuando yo veía que una alumna no tenía cualidades lo decía cla ramente, porque no merece la pena perder el tiempo sino no se vale para la música. Así que mis alumnas Ilamaban la atención en los exámenes, tanto en Madrid como en Valencia. A los 16 años inicia sus pri mera actuaciones en públi co, en el Casino, donde a la hora del café deleitaba a las señoras con sus interpreta ciones. Matilde se aprendía muy bien las piezas que el auditorio le pedía y, de lunes a domingo, esa era otra de sus ocupaciones, pero una vez acababa la sesión-café me iba, como cualquier joven, de paseo, con mis amigas y mis amigos que me estaban esperando en la puerta. Así, entre clases particulares, el Casino y la Iglesia de San Juan Bautista, donde ejercía como organista, pasa su juventud hasta que, también muy joven, con 24 años, se casa y se traslada a Elda, a la calle Lope de Vega. Su marido Ramón Bellot, un hombre muy bueno que me quería mucho y siempre se portó muy bien con migo, entra a trabajar de contable en la empre sa de Rodolto Guarinos. EI caso es que, para evi tar los cuatro viajes en moto que debía hacer Ramón diariamente, deciden que lo mejor es venirse a Elda, pese a que ello suponía, entre otras cosas, que Matilde dejaba las clases de piano. Yo le dije t y mis clases? y mi marido contestó, pues iqué se le va hacer! las perdemos. Afortunadamente, en Elda no tardaría mucho en introducir se, otra vez, en el ambiente musical, gracias a don Francisco Vera Santos, profesor de música al que conoce cuando éste ya está bastante mayor para el ajetreo de los viajes con moti vo de los exámenes de los alumnos, por lo que, de nuevo, tiene la posibilidad de reiniciar su profesión. De aquella época recuerda a muchas alumnas como Maria lsabel Brazal, que hoy es la directora del Conservatorio Ruperto Chapí, a Paquita Cabrera, catedrática de piano en el Conservatorio de Sevilla, a Jesús Rodríguez, catedrático tam bién, en Santa Cruz de Tenerife, a Mari Carmen Segura (que luego ocuparía su puesto de organista en la iglesia) y a otras muchas que no ejercieron nunca pero a las que no les fal taban cualidades, como Amparín Vera, que hubiera podido Ilegar muy lejos. Amparín me ayudaba mucho con los trajes cuando decidíamos montar una función benéfica, que era cada dos por tres. No puede dejar de recordar, cuando se refiere a estas actuaciones, a Doña Carolina Amo y a sus hermanas, que en La Casa del Niño, la primera guarde ría que se recuerda, promovida por la parroquia de Santa Ana, cosían los trajes que luego lucían unos pequeños artis tas capaces de agotar las localidades del Teatro Castelar. Una de las representaciones de la CASA DEL NIÑO. Gustaban mucho y aunque esté mal decirlo, yo tenía una cualidad y es que nada más decidir la función que íbamos a montar ya me imaginaba como debían ser los trajes y el decorado. Hasta una vez vino don José Tamayo a Elda y vio una función nuestra, Tamayo dijo que era como uno de sus espectáculos pero en pequeño. No es difícil imaginar la perfección de esas funciones teniendo en cuenta el carácter perfeccionista y bastante exigente de Matilde. Doña Matilde quería mucha disciplina, dice Isabel Brazal, mucha constancia para que al Ilegar a los exámenes no tuviésemos ninguna dificultad. Yo recuerdo aquellos años como si no hiciese otra cosa que subir y bajar las escaleras de su casa, invierno y verano. Alguna lágrima y mucho tra bajo le costó a Mari Carmen Segura la carrera, porque era muy buena profesora, pero tenía mucho temperamenteo e imponía mucho, hasta el punto de que aprendías más por el miedo que por convicción. No obstante, Mari Carmen le reconoce un trato amable y dulce y una gran valentía Es una mujer que ha roto moldes, por su carácter y sobre todo porque era muy valiente. No le tenía miedo a nada. Ese contrapunto en su forma de ser, exigente pero muy agrada ble, lo recuerda a la perfección Cecilia Vera, una de las cantantes del coro de la Iglesia de Santa Ana al que Matilde dirigía en las celebraciones litúgicas de Navidad, Semana Santa o el Corpus, aunque durante las Eiestas Mayores, era don José Requena el director y Matilde estaba a sus órdenes. Sin embargo, de nuevo, y ya en la madurez, se iniciaba para Matilde Insa una nueva etapa en su vida, en este caso en Medellín y también por cuestiones profesionales de su espo so. Es el año 61 y el matrimonio tiene ya dos hijos crecidos, un chico y una chica, con los que se embarcan rumbo a Colombia, porque mi marido decide poner una fábrica de jabón de lavar, un producto que allí no se conocía. En Medellín, sin embargo, y una vez instalados logra, de nuevo, Ilevar una vida profesional muy similar a la de Elda: pronto comienza a dar clases en un colegio y a tocar en la liglesia de una orden religiosa e incluso a participar en el teatro. Todo ello con una vida social muy intensa que se antoja de película, porque mi marido era Jefe de la Casa de España en Medellín y teníamos mucha relación con el embajador. Mis hijos vivían muy bien e incluso cuando había Toros mi hija salía en carroza para recoger las Ilaves de la plaza. Diez años en Colombia le han dejado un pequeño acento y algunas expresiones que, una vez pro nunciadas, rectifica rápidamente porque esa forma de hablar no es de aquí. Diez años hasta que un día se plan tean que había Ilegado el momento de volver a España. Mis hijos estaban en una edad muy dificil. Allí las chicas se casan muy jóvenes, a los 18 años como mucho. Mi hija esta ba en edad casadera y tenía muchos pretendientes. EI telé fono no paraba de sonar y nos dio por pensar que si se casa ba allí ya nunca podríamos volver a España. Así que hicimos las maletas, vendimos la fabrica y nos vinimos para acá. En un principio piensan ir a Canarias, por el clima bastante parecido a Colombia, pero al final optan por Barcelona, lugar en el que, con un patrimonio importante para un reti ro de lujo, alquilan primero una casa y terminan compran do un enorme piso. Matilde, sin embargo, no se resigna a jubilarse y vuelve a ejercer de pianista en la Iglesia de los Salesianos, hasta que hace quince años murió mi marido. AI principio seguí tocando pero luego al ponerme delante del piano me acordaba de él , del lugar en el que se senta ba para escucharme y preferí dejarlo. Desde el falleci miento de su esposo hasta su retorno a Monóvar, hace tres años, donde ahora vive, alojada en la residencia de la Tercera Edad, se abre un paréntesis en el que da la impre sión de haber vivido momentos de gran incertidumbre hasta hallar, otra vez, su sitio en el mundo. Dice escuetamente que está en Monóvar porque me lo dijo el Sagrado Corazón de Jesús un día en el que no sabía cuál podía ser mi futuro. No se ha traído más que la maleta y el piano en el que todos los días toca algo más de una hora, en solitario. No quiere público porque mis compañeras de la residencia no me comprenden y prefiero estar sola con el piano, como si conversáramos los dos. Porque a estas alturas de mi vida puedo decir que la música es lo único que me importa. M Salud Sánchez EI lago de Anna (Valencia) (Foto Manuel Serrano González). sr E lda nv^ n ecexta a tvdv^. Ida se formó sobre la base de sucesivas agregaciones, sin perder por ello sus identidades originarias, identidades que se articularon creativamente con el enriquecimiento de tantos y tantos ciudadanos que vinieron a sumarse al proyecto eldense. Elda no ha sido sentida nunca por todos los eldenses como una ciudad encorsetada sino más bien suelta y Ilevadera y siempre a la última moda. Por ello necesitamos consolidar los grandes proyectos locales que la dinamicen y entusiasmen. Por lo que respecta en el ámbito colectivo no hay una tarea más alta y más noble, que la del servicio a los demás. Las identidades de mode ración, tolerancia, aceptación, rigor y austeridad, entendi da en un sentido originario como sobriedad, sencillez y ausencia de alardes, deben ser las características de nuestro comportamiento, por ello es necesario entre todos conseguir hacer la vida de los ciudadanos mejor, cultural, social y económicamente, recuperando el orgullo de ser eldenses, comprometiéndonos a hacer de la sencillez una señal distintiva de nuestro comportamiento. Si determina das pestaciones, subvenciones o ayudas aparecen a los ojos de los ciudadanos como generosas concesiones de los que ocupan el poder, se establece una red de depen cencia preocupante. EI Partido que promete todo al ciuda dano, y el ciudadano que exige todo al poder político han caído en un mortal círculo vicioso para una sociedad libre. Nuestra vida pública necesita que hombres y mujeres capaces, profesionalmente competentes se incorporen a ella y la enriquezcan, nuestra población necesita de cuan tas personas puedan dar su talento al interés general. No podemos construir una comunidad de hombres libres sin incorporar a ella el valor de la solidaridad, somos interde pendientes y nos necesitamos los unos a los otros y nues tro máximo esfuerzo debe ser dirigido en acudir en ayuda de los más necesitados. EI bienestar del individuo y la prosperidad de una ciudad, exigen mayores y mejores recursos, porque el cre cimiento económico, ni es un don del cielo, ni una fatalidad de la condición humana. No se debe contraponer lo públi co y lo privado, sino encontrar el mejor modo y más eco nómico de asegurar las prestaciones, sobre todo las socia les, por lo que entiendo que el que exista mayor libertad para elegir es siempre un factor decisivo de bienestar. Recobremos la confianza en nuestras propias fuer zas y posibilidades, seamos competitivos, que en definiti va, quiere decir que seamos los mejores y hagamos las cosas mejor. Tenemos que mejorar como trabajadores y como empresarios y mantener un esfuerzo sostenido, que nos haga superar nuestra actual crisis. Mientras no com prendamos que la solución de nuestros problemas econó ^^j ; EI Cid y Elda desde EI Trinitario (Fotografía M.S.G.). micos y la prosperidad de cada uno de los eldenses depende en gran parte de nosotros, esta anormalidad his tórica seguirá produciéndose. Pero con la misma rotundidad, quiero expresar mi rechazo con lo que se ha Ilamado la cultura del pelotazo, el enriquecimiento fácil y especula tivo a costa de abdicar de la verdadera condición de empresario. Hemos de estimular la competencia y la cali dad, y exigir eficacia y eficiencia en la utilización de los recursos públicos, así como racionalizar el conjunto de los sistemas de protección. No concibo otro sistema de valo res, ni modelo de sociedad y mercado, que el basado en el ideal de la libertad. Las lecciones de la historia, son para aprenderlas, no para repetir los mismos errores. Podemos superar nuestras dudas, recuperar la confianza en noso tros mismos, conseguir el respeto de los demás. Las nor mas que se necesitan están dictadas por el sentido común. Necesitamos el bienestar y el progreso para todos y a todos Ilamamos para colaborar con un proyecto que con todos cuenta, porque es realmente cierto que Elda depende de todos nosotros, estando convencido que los eldenses sabremos estar a la altura de esta realidad. Un futuro mejor para Elda requiere el esfuerzo de todos, para sustituir paro por empleo, desilusión por oportunidades y especulación por crecimiento. José Luís Martínez Lázaro. vbNe ^a ^upue^ta ae^KUwtaKiZac^vn de^ ^Iwte MvdeNKV. n el año 1 925 la Revista de Occidente publicó un ensayo de Ortega y Gas set que Ilegaría a ser famoso, La Deshumanización del arte. Tras casi setenta años todavía se lee con gusto; la gran facilidad de expresión del gran filósofo español hace que el lector siga como preso sus argumen tos, claros y sugestivos. No es filoso fía esotérica la suya; se preocupa de que sus disquisiciones sean como el agua clara, pero con el peligro de bebérsela sin reflexionar. Como él indicaba, su ensayo era una aproximación para comprender la actitud de rechazo de los artistas modernos a todo lo que representaba tradición. En este artículo me pro pongo discutir su tesis básica, la de que el arte moderno está deshumani zado. A poco de iniciar su ensayo hace una arriesgada afirmación; le gustaba hacerlas; sorprendía al lector, le irri taba y le hacía mantener su atención. Transcribo: el artista nuevo divide al público en dos clases de indivíduos: los que lo entienden y los que no lo entienden; esto es, los artistas y los que no lo son. Y así, sin darnos cuenta, nos mete un gazapo, dando por supuesto de que la segunda afir mación se deduce de la primera, confundiendo la capacidad creadora del artista con la intelección de su obra. Una obra artística es esencialmente una creación de belleza. Pero crea ción humana, lo que supone que no procede de la nada; tiene que partir forzosamente de lo ya conseguido por las generaciones precedentes de artistas. Claro que la postura del artista moderno no es el seguimiento de las tradiciones, no busca comple tar o perfeccionar el arte heredado. AI contrario, es de rechazo. Niega voluntaria, tozudamente, lo que era más característico del arte clásico: su naturalismo. Buscando formas y colores abstractos, ideativos, preocu pado en suprimir todo lo que haga referencia a las formas humanas o a sus sentimientos. Quiere convertir su quehacer en algo puro, autosufi ciente, sin referencias. Pero qué mayor referencia que su origen y su actitud negativa hacia lo que pretende olvidar. AI crear un arte nuevo con el negativo del anterior, éste se encuentra supuesto en el pri mero. En una obra de arte -musical, pintu ra, escultura, ...- hay dos aspectos siempre a considerar: el fondo y la forma, lo que dice y cómo lo dice. La genialidad del artista puede estar en ambas o sólo en la forma. Las obras de Cervantes, Shakespeare, Goethe, Beethoven son grandes porque tratan de temas profundos, universales, al tiempo expresados en formas mara villosas, a veces no comprensibles para muchos. Dije antes que no hay que confundir la intelección de la obra con la capa cidad creadora; es posible que la forma utilizada por el artista no sea comprendida, porque su metafórico lenguaje no sea compartido por el observador; éste podría también ser artista, pero en otra lengua. Es decir, que el artista moderno trabaja para iniciados, en clave esotérica. Y en esto ya no es tan moderno, sino que, sin darse cuenta, responde a claves muy tradicionales, olvidadas por antiguas, pero permanentemente actuantes en el inconsciente, me refiero al cabalismo. La cábala judía partía de la suposi ción de que los libros sagrados, escritos en hebreo, encerraban un mensaje secreto de Dios. Que, más allá de lo que contaban, el instru mento, las letras en que fueron escri tas, contenían por sí mismas un sen tido, el de la realidad auténtica de Dios. Aquí la forma, el instrumento, la letra adquiría valor por sí misma, independientemente de lo que narra ba. A través de múltiples combina ciones de las letras, los cabalistas pretendían Ilegar a conocer el verda dero Nombre de Dios. Era una acti tud de ansia de superación espiritual similar a la de los alquimistas; el conocer el nombre de la divinidad era semejante a conseguir la piedra filosofal de la retorta. Las letras, en la mirada hipnótica del cabalista, salta ban del texto, se unían de nuevo según reglas especiales que intenta ba escudriñar, para Ilegar a la auténtica Verdad Oculta. EI símbolo sería más real que la propia realidad. Pero el mundo cabalista no pasaba de ser una variante más de las corrientes neoplatónicas, por lo que, al ir buscando el ori^en de estas for mas de pensamiento, Ilegamos sin remedio a la gran fuente de las Ideas de PLATON. Para él el concepto de las cosas es la auténtica realidad, eterna, la que no sufre degradacio nes; la Naturaleza no sería sino apro ximaciones, concretizaciones de la inefable Idea. Y esta inspiración es la que está debajo de todo el arte moderno. La forma adquiere substancialidad pro pia. EI protagonista del cuadro ya no es una escena narrada, ni un paisaje; la pieza musical ya no quiere expre sar sentimientos, ni conmover. EI tema del cuadro es la línea y el color, la luz y la obscuridad. La herramienta se convierte en protago nista. La profusión de dibujos geo métricos, con sus claras delimitacio nes con su huída de la realidad real, son símbolos del mundo de las Ideas, puro, incontaminado. EI sonido no expresa sentimiento, sino simplemente sonido, vibración mate rial que contiene en sí su propio sig nificado. Por eso es muy difícil que el arte moderno conmueva. No lo pretende; simplemente muestra las entrelazadas relaciones de las letras artísticas. Además, en contra de lo que afirma ba ORTEGA, no hay que confundir la comprensión del arte con el goce de su contemplación. He indicado que el arte es una forma de lenguaje que supone comunicación, aunque sea sólo para los iniciados en el mismo. AI realizar su obra, el artista estable ce un diálogo con la obra, y su mente siempre alcanza más claridad al crearla; el esfuerzo le supone rea lización humana. Y esa vivencia es la que siente necesidad de comunicar. Pero ocurre que el artista genial siempre dice más que lo que preten de; al dar forma a su obra, ésta, de algún modo crea al creador, modi fica su personalidad, le hace sacar de sus entrañas verdades universales, lo convierte en sujeto pasivo y, como a un profeta, le hace decir lo recóndi to del hombre primordial, encerra do en el inconsciente colectivo. La gran obra conmueve de forma distin ta, y hace extraer, comprender, cosas distintas a cada espectador. Es como si, a un tiempo, estuviese escrita en forma cabalística, en múltiples idio mas simultáneos, que dicen cosas distintas a cada lector, a cada meló mano ... EI lenguaje del arte moderno es frío, claro, estereotipado; expresa con ceptos, ideas, no cosas ni personas. Se quiere bastar por sí, crear un nuevo lenguaje para tratar del mismo lenguaje. Que sería independiente de las cosas, de las personas. Una especie de realidad matemática. Insistiendo en lo dicho anteriormen te, el artista pretende crear belleza y gustar. Pero el concepto de bello y el de gustar son muy humanos. La belleza no lo es en sí, sino a los ojos de quien la contempla; es una forma de perfección, pero referida a unos cánones muy humanos, y no todo lo que gusta se comprende; es más, la comprensión no puede ser nunca completa; la sensación placentera ante la obra artística depende de unas instancias inconscientes que nos hacen vibrar al unísono de algo que no acertamos a interpretar muchas veces. EI arte no se vale del lenguaje racional, analítico, secuen cial, sino del intuitivo, místico, vivencial y visionario; que promueve una rápida respuesta de aceptación o rechazo. ORTEGA asigna al pintor, que pasa al lienzo un trozo de realidad, una acti tud puramente contemplativa, algo así como si hiciera una fotografía de la escena. Su grado de vivencia esta ría muy apartado de la de los prota gonistas de la situación. Sin embar go, no hay que olvidar dos aspectos fundamentales de la labor del artista: La realidad contemplada nunca es traducida literalmente sobre el lienzo, sino transformada, matizada, filtrada consciente o inconsciente mente por la humanidad del propio pintor. De manera que en la obra ter minada no está sólo la escena con templada, está también el mismo artista. Además, es también posible que el artista quiera traslucir activamente en la obra -especialmente en las cre aciones musicales- la emoción que viven los protagonistas. De esta manera la obra se humaniza a través de dos fuentes. Este sobreañadido que impone el artista es su aportación creativa. Y esta será tanto mayor cuanto menos tenga la obra de la original realidad y más de la inspiración. EI límite sería la creatividad pura, sin partir de materia prima ajena, una de carácter divino, a apartir de la nada. Sueño utópico que pretende alcanzar el arte moderno. Huir de la realidad para formar otra distinta. Misión imposible, se ha bus cado a través de la negación, pura y simple, de la realidad vigente. Pintar un hombre que se parezca lo menos posible a un hombre, dibujar un pai saje que no recuerde uno natural. Pero en esta huída hacia delante, el arte moderno no hace sino apoyarse en lo que quiere rechazar. Su creati vidad no puede pasar de ser una transformación, pero, no obstante, creativa a la que aporta las cualida des de su desdeñada humanidad. EI arte nuevo no quiere acudir a ins tancias inconscientes, no quiere que la obra sea un melodrama que, si hay habilidad en el artista, necesaria mente emocione al espectador. No quere valerse de artimañas psicológi cas, ni actuar sobre los condiciona mientos inconscientes del especta dor. Desea hacer una obra intelectiva, clara, que no emocione, pero si no emociona no puede gustar. Y, sin embargo, persiste en ser fundamentalmente antirromántico. En cierta forma, toda obra de arte es una metáfora, una sustitución de la realidad por una imagen, un símbo lo, una idea. Mediante la imagen semejante, transfiere el hecho a una nueva realidad que participa del pri mero, pero que ya no es él, ni es sim ple trazo, porque éste está referido al hecho. Cuando leemos en la Noche Oscura de S. JUAN DE LA CRUZ: En una noche oscura con ansias, en amores inflamada, ioh dichosa ventura!salí sin ser notada estando ya mi casa sosegada. En la situación metafórica creada ya la noche no es propiamente noche, ni la casa hogar; pero la noche y la casa reales son la referencia obligada para la comprensión de la situación espiritual, que precisa la referencia al fuego para comprender la inmersión en el amor del alma inspirada. Se ha creado una nueva realidad por la yuxtaposición de conceptos dife rentes, más distintivos que semejan tes, sin lógica, pero perfectamente comprensible la situación del espíri tu que, en medio de la obscuridad falta de referencias-, marcha espe ranzada en busca de la auténtica cla ridad. Aquí es ya necesario hacer hincapié en una característica esencial del arte: su irracionalidad. Su compren sión, la interiorización del mismo, no tiene lugar por vías lógicas -como un teorema matemático-, sino por otra vía más corta: la que se ha Ilamado intuición, en la que la verdad, el sen tido de lo que se presenta ante noso bros, se ve como evidente. En que la claridad es tanta que no hacen falta razones. Es el camino místico, que inspira al auténtico poeta, y que hace que al escucharle vibren las más íntimas fibras de nuestro ser. EI arte nos habla en un lenguaje de símbolos, como hace el profeta o el místico, para contarnos una realidad que trasciende de la habitual. Lo expresa maravillosamente también S. JUAN cuando escribía: Yo no supe dónde estaba, pero, cuando allí me ví, sin saber dónde me estaba, grandes cosas entendí; F. Plá. Fotografía manipulada. no diré lo que sentí, que me quedé no sabiendo toda ciencia trascendiendo. Por eso todo arte, cuanto más arte, es metafórico. Y, por eso, en el arte el mundo real sólo es un punto de refe rencia, lo esencial sería el mensaje que, inextricablemente, está unido a las mismas formas de comunicarlo. Como el camino que se hace al andar de MACHADO, el instrumento de expresión es parte, con el con tenido, el mensaje artístico. La belle za está, pues, en las cosas que son miradas por los ojos del que tiene sensibilidad artística. EI artista nos presta los ojos, la voz, el pensamien to que desempeña el cristal que cubría la belleza. Ese contacto entre el artista y los demás hombres se establece a través del lenguaje, el lenguaje artístico. EI primero, generalmente, no se limita a comunicar la realidad, sino que la estructura, la jerarquiza. Produce una nueva realidad, conmprensi ble, pensable. De forma que el mundo evoluciona al tiempo que lo hace el pensamiento. Por consi guiente, sólo tenemos acceso al mundo pensado y expresado por el lenguaje. Quiero decir con ello que el artista ha de usar su propio instrumento lin gúístico, dirigido a aquella parte de la mente humana donde tiene cabida la belleza, la comprensión emotiva de una melodía, de la metáfora del genio poético ... Este instrumento es especial; un cuadro no es una foto grafía, ni una sinfonía la grabación de los sonidos del campo. Son eso mismo pero transfigurado, estructu rado por la visión artística, por la que nos transfiere esa parcela del mundo recreada. Y nos hace comprensi bles ^^spectos insospechados de esa realid^id. De la misma manera, por ejemplo, que la teoría de la relatividad nos hizo captar algo insospechado, la existencia del espacio curvo, la mente y la habilidad del artista nos descubre bellezas ocultas, nos hace comprender que estábamos ciegos cuando creíamos ver. EI arte moderno ha querido transfor mar el maravilloso instrumento del lenguaje artístico, el sonido, el color, la luz y las sombras, en el propio objeto de la obra, una expresión de sí mismo. EI artista se nos comunica a través del estilo de su obra. En su visión, su punto de vista, el medio a través del cual des-realiza la naturaleza para formar y ofrecer la nueva realidad. EI estilo es algo personal, intransferible, porque la creación artística es pro ducto de la propia esencia del ser personal. Y, como he indicado, el estilo no es sólo comunicación, es también opus, realización. Esa mayor sustantividad es la que quiere cuidar el arte moderno. Cuando el arquitecto muestra, en su obra termi nada, el cemento desnudo, y los arbotantes y columnas sin abrigo, quiere decirnos que lo importante de su obra ha sido su forma de realizar la; nada de pinturas ni escayolas, la estructura sin cubrir se justifica por sí misma. EI estilo no es algo que se puede almacenar y asumirse dentro de un conocimiento progresivamente más completo. Es completamente distinta a la aportación científica. Ésta, aún siendo extraordinaria, será pronto integrada en el nuevo nivel de cono cimientos que se irá adquiriendo posteriormente. Por ejemplo, sabe mos la importante aportación de Darwin al conocimiento de la Natu raleza; pero, cuando un biólogo moderno ha adquirido los conoci mientos sobre la evolución actuali zados, no precisa leerse La evolu ción de las Especies del sabio inglés. Tiene esta obra asumida en el nivel actual de la ciencia. Pero las Traf;edias de Esquilo no las tiene asumidas el conocedor del Tea tro actual, ni el Quijote el lector de novela moderna. Y más aún la poe sía, o la pintura. La visión de los artistas hay que adquirirla siempre en las fuentes. Es única, la belleza que comunican sólo se contempla al mirar la obra original. Hay otro ensayo de Ortega, Sobre el punto de vista de las artes (Colec ción Austral, A-13), publicado en 1924, que es muy sugerente y complementa desde una visión alt;o dis tinta la que expone en La deshuma nización del arte. AI resumir la evo lución de la pintura desde el Renaci miento a la actualidad, hace notar la progresiva desrealización de este quehacer artístico. En el arte del Quatrocento las cosas tenían entidad en sí; la observación de cualquier obra de entonces puede apreciar la rotundidad de la cosa pintada, la visión estereoscópica, en relieve, de la misma. EI objeto lejano se sabe que lo es por su pequeño tamaño, pero hasta sus mínimos detalles están expresados con la misma claridad que las figuras más cercanas. EI pro tagonista es la figura, no el artista ni el espectador. Es como contemplar un paisaje natu ral, los primeros planos y los lejanos pudieran verse con claridad a un tiempo, sin acomodar el ojo. Los objetos lejanos y cercanos están en un mismo plano. La pintura de Rafael o de Leonardo apenas supuso una variación en esta forma de pintar. Sólo la estructura arquitectónica del cuadro, el orden de colocación de las fit;uras permite apreciar alguna novedad. Es Velázquez el que da el quiebro decisivo al interiorizar más la pintu ra. Ya no pinta lo que hay, sino lo que ve. En el cuadro las lanzas, los rostros cercanos están con dibujo preciso, mientras que los alejados lo están con uno difuminado. EI pintor empieza a alejarse de las cosas para centrarse más en sí. En el impresionismo, la pintura se convierte en una serie de manchas coloreadas, en las que la realidad parece verse a través de un cristal empañada EI color y la luz adquie ren una importancia superior al dibu jo. Pero Ilega un momento en que los ojos del artista se cierran y miran tras sí, a su propia intimidad y entonces el pincel ya no expone una realidad ajena, sino las ideas del artista, o sus sueños. Las ideas, como ideales, son exac tas, precisas, conceptuales, y dan lugar a estilos pictóricos como el cubismo, pero también pueden expresar sueños, muchas veces pesa dillas, surgiendo seres inventados, monstruos, que en su figura expresan ideas, sueños, amarguras ... Aquí podríamos incluir la pintura de Dalí o la de Francis Bacon. Pero este arte moderno que ha huído de la realidad externa, no se ha des humanizado. Más bien al contrario, pues el artista ha vertido en su obra todo su ser, su interioridad, todos los recovecos de su gloria y su miseria. Enrique Selva. el áNa be v u l ya N d el nv N t e d e Marru ec v a or la lógi ca y justi f i c a d a efervescencia de la Infor mática y el auge de las ciencias empíricas y tecnológicas en el curri culum del estudiante de hoy, poco tiempo queda para dedicarlo al pau sado estudio de la Etimología. Pero, si no hay palabras, no hay ciencia, investigación ni, en fin, cul tura. No ha existido una cultura del silencio en toda la historia de la humanidad puesto que la palabra, hablada o escrita, es el único vehículo que las ideas utilizan para darse a conocer y expansionarse. Andalucía nace como topónimo en el siglo VIII; concretamente, el pri mer testimonio escrito de AI-Andalus data del año 718, sobre un dinar con leyenda bilingiie. Autores, posterior mente, buscaron sus orígenes etimo lógicos en el vocablo Vandalia, y así, Andalucía la hicieron proceder gratuitamente de Vandalucía; es decir, la tierra de los vándalos, haciendo alusión al efímero paso de estos invasores por la antigua Bética. Incluso hubo autores de reconocida erudicciónyprestigio, como el Padre Rodrigo Caro, que no mostraban pudor (en su ignorancia del árabe) al afirmar que Andalucía significa el Occidente en la lengua de Mahoma. AI-Andalus, junto al actual Marrue cos, siempre fue el occidente del mundo islámico (AI garb al islami); quizá por ello confunda el erudito religioso la palabra Andalucía con occidente. Los oscuros orígenes del vocablo han Ilamado la atención de otros escrito res, haciendo notar que Andalucía incluye la raíz árabe dalas, cuyo significado viene a ser reverdecer al final del verano; agregándosele la partícula circustancial de lugar in (o an, para evitar cacofonía en la lengua árabe), viene a traducirse como el lugar donde reverdece al final del verano. Posible y primitivo significado del topónimo Andalucía. No son inusuales estos giros en cual quier idioma, pues en Irán, la antigua Persia, por ejemplo, es la abrevia ción de un término muy antiguo: Airania Vaeya, que significaba tie rra de los arios, aludiendo nada menos que a la migración prehistóri ca de los pueblos centroeuropeos hacia la península Indostánica. De hachis, esa tan perseguida planta (y, por ello, tan consumida) deriva la palabrahaxixiyun, que significa fumadores de hachis; más tarde, evolucionó al vocablo asesino, introduciéndose en el castellano con un significado totalmente ajeno al originario. Pongamos como último ejemplo la tan genuina paella levantina. EI nom bre de este exquisito plato, mundialmente conocido, posiblemente pro ceda de su sinónimo árabe baqueia, que significa resto o resi duo. Los habitantes musulmanes más desfavorecidos económicamente del antiguo reino de Valencia solían desarrollar sus artes culinarias mezclando sobras de comidas anteriores con el abundante arroz que cultiva Un centro español de enseñanza secundaria en Tetuan irradiando castellano a la juventud marroquí. (Foto del autor). ban, paliando así la insipidez de la gramínea. Cuando nos referimos a elementos arquitectónicos y de construcción pronunciamos zanjuán, azotea, ace quia, aljibe, alberca, almacén, alber ĝ ue, alacena, almazaras y alcoba; estamos hablando árabe sin saberlo. También, si enunciamos elementos, productos y enseres domésticos tales como alfombra, jarro, alfiler, sofá, almirez, almohada, talco, alcanfor, añil, tarima y un largo etcétera. Si recorremos el mercado, nos será muy familiar oir palabras como alba ricoques, acelgas, altramuces, alga rrobas, alcachofas, espinacas, aza frán, sandías, alubias, almíbar, alca parra, almejas, aceite, aceituna y arroz. No obstante, estamos escu chando árabe. Podemos insultar con palabras pro cedentes del árabe (asesino, mezqui no) y decirle a una mujer con una epidermis excesivamente arrugada que es una momia (embetunada en árabe), o tildar de papagayo (babagá) al parlanchín empedernido. En casa, vistiendo albornoz y calzando babuchas, podemos paladear un azucarado sorbete; pero si no nos encontramos bien, debemos tomar una cucharada de jarabe, un julepe o cualquier otro elixir. Libera do del malestar, nos pondremos el gabán y marcharemos al café (del turco khavé) próximo a la aduana para encontrarnos allí con el alcal de (al cadí) y jugar una partida de ajedrez (exetrench, en árabe); las piezas del tablero son de marfil (adm álfil; hueso de elefante), y es posible que le dé jaque (palabra turca), moviendo el álfil (el elefante). Con el párrafo anterior hemos pensa do en árabe, pues todos los vocablos entrecomillados porceden de este idioma; como si decimos que el albañil (al banaa) con su alcota na (al cotaa) levantará el tabique con ladrillos cocidos por el alfare ro; después vendrá el alicatador para alicatar la obra. Con frecuencia utilizaremos en nues tros cálculos matemáticos palabras como álgebra, guarismo, cifra y cero. Aún en las aldeas (al deya) españo las se pesa por quintales, arrobas y fanegas. En joyería, actualmente se utiliza el arabismo quilate. Son usuales en el argot militar las pala bras derivadas del árabe como alcá zar, almena, alcazaba y arsenal, y nos asombra saber que almirante procede de al emir, y significa el jefe, y alférez (alfériz), el jinete. Cénit, alquimia, alfiler (al quire), alquería (al carria), albeitar, alborotar (al boroz), alcayata (al jayata), algua cil (al uazir), almadraba, atarazana, alicate (al acat), alambique, alfojas (al jorche), alcohol, talismán, alzul (lazurd), jazmín y azahar son, entre otras muchas, palabras castellanas procedentes del árabe; así como albufera (al boeria), arrecife (ar racif), tambor, laud, atabales (at tabl), algo dón (al cotón), gacela jirafa, alacrán (al acrabá), aljofifa, ... Es numerosísima la toponimia árabe esparcida por toda la Península, desde el Algarve portugués (AI Garb, oeste) hasta la Alcarria septentrional (al caria; pueblo). Citemos como ejemplos más significativos Alcántara (el puente) en Cáceres, Alcázar en Ciudad Real, Alcocer (diminutivo de alcázar) en Cuenca, Alcalá en Madrid y Granada, Campo de Calatrava ( de Calat; castillo) en Ciudad Real; y diferentes medinas ( ciuda des): Medina de las Torres (Badajoz), Medina Azahara (Córdoba), Medina celi (Soria), Medina del Campo y Medina de Rioseco (Valladolid), Medina del Pomar (Burgos) y Medina Sidonia (Cádiz). Y no es menos numerosa la hidroni mia de muchas corrientes fluviales, especialmente en Andalucía y Levante: Guadalquivir (Wed el kebir o río grande), Guadiana (el antiguo río Anas de la España prerromana), Guadalentín, Guadalete, Guadalfeo, Guadalhorce, Guadalimar, Guadal mellato, Guadalope, Guadarrama, Guadarranque, Guadiato y Guadi lea. La interjección tan castellana como ihala!, procede del árabe (iY-alah!) que significa iOh, Dios!. Y los forofos de la tauromaquia deben saber que cuando vociferan su iOlé! en el graderío del ruedo, esa interjección procede también del árabe y es una abreviatura de la frase interjectiva iOh, Alá!. Y es que ocho siglos de duración de la Ilamada reconquista fue un perío do excesivamente largo que facilitó la masiva penetración de la cultura árabe por las fronteras peninsulares entre musulmanes y cristianos. Ocho siglos de convivencia pacífica e intercambio cultural, la mayoría de las veces, con escasos períodos de batallar contra el invasor sarraceno. Actualmente el veinticinco por cien to de las palabras que componen el castellano son de origen árabe, fren te al sesenta por ciento del latín; el resto, galicismos, anglicismos, de procedencia prerromana, modismos y, al presente, abundantes tecnicis mos. Podemos utilizar así, de esta manera, unos cuatro mil arabismos en nuestras conversaciones cotidia nas y profesionales. Por todos es conocida la existencia de diferentes dialectos dentro de la lengua común al mundo árabe. En el norte de Marruecos se habla un árabe vulgar, dialectal (el dariya) cuya frontera ling ŭ ística coincide con los antiguos límites geográficos del protectorado español. Tras una permanencia oficial de medio siglo y otra real, constante, representada por los españoles asen tados definitivamente en tierras marroquíes, el trasvase de vocablos castellanos al dariya ha sido enorme y aún aumenta de una manera natu ral, gracias a la cobertura de las dife rentes cadenas de televisión españo La pervivencia del castellano en el norte de Marruecos se evidencia aún por los anuncios y letreros existentes en las calles. (Foto del autor). las, cuya influencia se hace notar en los hogares magrebíes. Can shuf uajde lancha fplaia. De esta frase que podríamos oir acci dentalmente, nos serían sumamente familiares dos vocablos castellanos y casi comprenderíamos el total signi ficado por simple deducción: Veo una lancha en la playa. Apenas que nos esforcemos, recono ceremos multitud de vocablos caste Ilanos (muchos deformados) si pase amos con apariencia indolente pero disimuladamente atento, por cual quier calle de una ciudad norteña marroquí (elíjase Tetuán, Larache, Alhucema u otra cualquiera). Llega rán a nuestros oídos palabras como: sera (acera), caretera (carretera), bis cleta (bicicleta), tomobil (automóvil), camión, mótor (motocicleta), morta (multa), poste, plassa (plaza), pilar ruido, bendera (bandera), oio (hoyo), bomberos, cabaiero (caballero), poli sía (policía), curva, flecha, y papeleia (papelera) entre un sinfín de voca blos árabes. En el mercado y tiendas al por menor nuestros oídos se acostumbrarán a oír: regalo, tarifa, mostrador, subasta, contrabando, pipas, pistachos, siiu (sello), sobre, timbre (póliza), iabero (Ilavero), galletas, mancha, moda y sobre todo, una palabra aún muy uti lizada: rial (el real o antigua moneda española, cuarta parte de la peseta cuando ésta se equiparaba al dirham, la moneda oficial de Marruecos). Próximos a la frutería oiremos entre otras palabras extrañas a nuestro idioma, frutas, fresas, pinia (piña), remolacha, chirimoia (chirimoya), coco, ... y, acercándonos a la carni cería, nos asombrará oir a una mujer marroquí pidiendo solomiio (solomi Ilo), chuletas o filetes. Panadería y pastelería son palabras españolas introducidas en el árabe vulgar de total vigencia en la actuali dad, así como los siguientes voca blos relacionados con las primeras: tortas, pastel, tarta, buio (bollo), ban deriia (banderilla; barra de pan). Pero es el argot relacionado con el pescado del que más vocablos ha tomado el dariya e, incluso, el árabe culto. No nos extrañará oir vocear al pescatero tras el mostrador de su pescadería, las excelencias y frescura de sus productos: iSarmunites! (salmonetes), thun (atún), besugo, bocrones (boquerones), caramares (calamares), chanquetes, gambas, joreres (jureles), lenguado, pulpo, serdinas (sardinas), sarmón (salmón), bonito, ... EI coche que nos ha trasladado a Marruecos (seiarat en árabe culto; tomobil, en árabe vulgar) se ha ave riado. En el taller escucharemos palabras tan familiares como prime ra, segunda, tercera, ... (refiriéndose a las marchas o velocidades), faro, ruida (rueda), bujía, mecánico, fre nos, enterna (linterna), ... No es difícil ver a los niños marro quíes en estas ciudades jugar con sus cometas, sus dados y boliches (canicas), y a las niñas, con sus muniecas (muñecas). Los mayores también pueden pasarlo bien en el baile y, sobre todo, con los juegos de naipes, utilizando todo el vocabu lario español relacionado con estos juegos de mesa: carta, as, baraja, buena, mala, sota, cabaio (caballo), rey, copas, oros, espadas, bastos, tute, subastao, brisca, ... La televisión y otros medios de comunicación han generalizado un numeroso vocabulario procedente del mundo de los deportes: balón (koratun en árabe culto), carrera, salto, scopeta (escopeta), trenador (entrenador), kepo (equipo), falta, taquiia (taquilla), mistoso (haciendo referencia a un partido amistoso), portero, quilibrio (equilibrio), palo (refiriéndose a uno de los tres postes de la portería), ... Siguiendo nuestro itinerario a la caza de vocablos castellanos introducidos en el dariya, podemos aproximarnos a una mádrasa maroquí. Con la necesaria paciencia y un clima apro piado oiremos por las ventanas abiertas del colegio las agudas voces de los escolares pronunciando goma (de borrar), lapis (lápiz; kalamun en árabe literal), carpeta, cartera, borra dor, cola, pluma, colores, bolígrafo, lista, cuento, secuela (escuela), fila, número, ... También nos serán muy familiares vocablos relacionados con la sani dad: camiia (camilla), farmacia, laboratorio, fermero y fermera (enfer mero/a), pomada, pastilla, bulansia (ambulancia). Y el fumador no tendrá dificultad en identificar garro (ciga rro), puro, mechiro (mechero, encen dedor) y colilla. sumo (zumo), camarero y, sobre todo, propina. Son las palabras castellanas relacio nadas con las dependencias de la casa y sus enseres las que más han influido en el árabe vulgar hablado en el norte de Marruecos: kusina (cocina), banio (cuarto de baño), salón, patio, pasiio (pasillo), dormito- rio, portal, piso, retrete (palabra cas tellana que se está arcaizando acele radamente mientras pervive en Marruecos), sala, habitación,sótano, garaje, chimenea, piscina, ... En el comedor podemos encontrar la missa (mesa), silias o sulias (sillas), serviietas (servilletas, mantel, tassas (tazas), vino (refiriéndose a cualquier bebida alcohólica). En el cuarto de baño hallaremos colonia, laca, masaje, baniera (bañera), ducha, lavabo, sponja (esponja) y chanpwan (el anglicismo shampoo castellaniza do en champú). En el salón hallaremos lámparas, bombilias (bombillas), reloj (de pared), plantas (de macetas), persia nas, la tilivisión (televisión), el tilifón (teléfono), un antiguo kankí (quin qué) e incluso un ordenador. En la cocina, el ama marroquí nos hablará de la salsa, sopa, tortilia (tor tilla), tostada, bocadiio (bocadillo), fideos, pastas, frito (como adjetivo), casuela (cazuela), casrola (cacerola), mango (asa, asidero), nevera, frigorí fico; y en el cuarto trastero hallare mos la lavadora, maletas, grifo, lejía, fregona, cepiio (cepillo), plancha, calendario, calentador, stufa (estufa), manaque (almanaque) y el pósito (depósito). Identificaremos muchos muebles propios de una casa si se nos enumeran en dariya: cama,catre, mario (armario), cuadro, marco, mesita, percha, betrina (vitrina) y consola, así como algunas ropas y telas propi^s del hogar: cortinas, cor chón (colchón), sac (saco) y malta (manta). les como botas, chanclas, sapatiias (zapatillas), subbat (zapato), tacón, ... pero es el vocabulario relacionado con el vestido el que más ha contri buido a enriquecer el árabe dialectal hablado en el norte de Marruecos. He aquí el ejemplo: lebrigo (abrigo), bata, babi, bofanda (bufanda), cami són, corbata, carsonsiios (calzonci Ilos), bragas, casadora (cazadora), camiseta, chaqueta, naguas (ena guas), falda, faja, kabardina (gabardi- na), jersey (anglicismo traido del cas tellano), lazo, pijama, rebeca, panuelo (pañuelo), salto de cama, gafas, pulsera, botón, uantes (guan tes), medias, chandal baniador (bañador), mericana (americana) y traje. Es normal que no aparezcan infiniti vos castellanos introducidos en el dariya, ya que éste carece de ellos y la conjugación árabe es distinta a la española. Es imposible traducir lite ralmente la perífrasis castellana al árabe, por lo que se utilizan otros procedimientos de traducción apro ximada. No obstante, sí podemos hallar algunos adjetivos castellanos introducidos en el árabe vulgar, utili zados esencialmente en el juego 0 para hacer referencia a personas: cojo, limpio, limpia, gordo, serio, tranquilo, ... e incluso podremos encontrar frases adverbiales transferi das por los españoles trasladados al Protectorado, tales como más o menos y isuiis (eso es). Hoy, la televisión española, sin pro ponérselo como objetivo, por ofertar programas de mayor calidad y varie dad que el ente marroquí y cubrir amplios espacios del territorio por vía satélite, está realizando una labor de castellanización en Marruecos evidente, y sus efectos pueden ser comparables o superiores a los reali zados por los centros de enseñanza y culturales establecidos en la nación vecina y, desde luego, mucho menos costosos. En la cafetería nos sonará muchísimo EI argot propio del calzado está Adriano Gómez Ruiz. oir chorros (churros), lado (helado), representado por vocablos tan usua E^ vi a je d e Fau ^ tv . n las palabras ante escritas zno nos vemos retrasados cada uno de nosotros?. zAcaso no es una característica básica del hombre la inquietud y la insatis facción?. Inquietos porque no estamos, sino que somos. Insatisfechos porque no nos basta mos, por incompletos. Constituimos perma nentemente un suceos en un proceso. Un acto en una aventura. Vivir la vida es hacer se y hacerla, por lo que la quietud es fruta prohibida. EI ser no es el estar; sino el hacer. La vida es inquietud porque es acto, y se la juzga por sus obras. Pero cada obra, cada instante de nuestro vivir, nos coloca en un grado de creación siempre incompleto, situándonos en la pos tura del caminante que no vislumbra nunca el final de su camino. Y razón tiene Mefistófeles, por desgracia, al decir que nuestro frenesí nos arrastra muy lejos, sin que la conciencia ilumine suficien temente el pensamiento. EI genio de GOET HE vislumbró la importancia del mundo inconsciente mucho antes que Freud. Asom bra el comprobar que ignoramos gran parte de nuestras motivaciones; que, inevitable mente, somos más inconscientes que responsables. Toda la obra FAUSTO que se puede interpretar como un viaje a lo hondo del inconsciente. EI conocimiento de esta parte fundamen tal, sostén de nuestro ser, fue intuída antes por los cultivadores del arte que por los psi coanalistas. Estos dieron marchamo científi Es un loco, cuyo frenesí le arrastra muy lejos, sin que la conciencia ilumine más que muy débilmente su pensamiento. Exige al Cielo sus más hermosas estrellas y a la Tierra sus mayores goces. No hay nada que baste a satisfacerle, y sufre cons tantemente su agitado corazód. (FAUSTO, de Goethe. Prólogo en el Cielo. Diálogo de Dios con Mefistófeles). co al descubrimiento previo hecho por el movimiento cultural romántico. La inclina ción de éste por el cultivo de la individuali dad y las motivaciones pasionales humanas, junto con su profunda atracción por la Natu raleza, con la íntima empatía del paisaje y la situación sentimental del que la vivencia como parte integrante de la misma, hizo profundizar en el estudio psicológico de los per sonajes de invención, y captaron un profun do abismo en nuestro interior: la presencia de la Bestia, usualmente quieta, pero con intermitentes y temibles apariciones por encima del umbral de la conciencia. Son dignas de destacarse en este sentido lass obras de LUDWIG TIECK, STHENDAL, HENRY JAMES y GUSTAV MEYRINK. Pero la visión primordial de nuestro ser ya fue intuida por EL PASTOR DE HERMES, por DANTE, en la visión dionisíaca de NIERZSCHE, en las obras de WAGNER, en la Hyp nerotomachia de FRANCISCO COLONNA (1, 2)• Fue fuente de linspiración para los profe tas. Es la que movía a S. AGUSTIN (3) a escribir: ... ascendemos aún más interior mente cogitando, hablando y mirando Tu obra, y venimos a nuestras mentes y las tras cendemos para alcanzar la región de la abundancia inagotable, donde tú, Israel, paces en eterno pábulo de verdad, y ahí está la sabiduría de la vida ... . Pero el camino que lleva a vivir el ins consciente está lleno de precipicios, en el que es fácil perderse por sendas de horror; los grandes dementes y genocidas siguieron y siguen esa senda equivocada, pués si no se lleva mucho tiento puede caerse en un abis mo infernal. Como se lee en ISAIAS (XXXIII, 14): Quien de vosotros podrá habitar en el fuego consumidor? zQuién de vosotros habi tará en el sempiterno ardor?. EI primitivo vivía casi permanentemente en ese mundo universal, en tiempo y multitud de pueblos, para el que constituían una realidad cotidiana. Nosotros, los modernos, lo hemos ocultado, viviendo aparentemente en un claro mundo consciente, mientras que lo que acecha debajo está tapado por el miedo y es el poeta el que preferentemente vislumbra esa otra realidad, por su especial sensibilidad que traduce en imágenes meta fóricas las verdades universales, las que remueven en todos sentimientos escondidos. EI poeta es el profeta de cada tiempo que nos grita la verdad que tememos oir, pero que nos ayuda a ser nosotros mismos, a ser lo que realmente podemos ser. Voz que al pare cer clama en el desierto, pero que da frutos. EI gran profeta, como vocero del hombre primordial; dice como intérprete siempre más que lo que quiere decir. Cada oyente encuentra fuentes de claridad que nunca sos pechó el autor; la gran obra supera al creador que pasa a ser en parte creado por su propia obra. Y para expresar la grandiosidad de las vivencias que siente se tiene Ique acoger a un conjunto de imágenes y simbolismos de significado ilimitado. DANTE tiene que caminar por el Infierno, el Purgatorio y el Cielo. Y GOETHE tiene que recurrir a las noches de Walpurgis, a la magia, al mundo de los fantasmas que nunca existieron y al Olimpo griego. La obra Fausto de GOETHE es la de un romántico pero con formato de obra clásica, impregnada y rebosante de la enorme cultu ra humanística de su autor. EI protagonista ve con tristeza que su ansia de saber no podrá verse colmada porque sus años ya son muchos. Y pacta con el Diablo para que le proporcione la posibilidad de vivir la vida en la totalidad que puede ser vivida, en la ple nitud de las experiencias que puede propor cionar. Inconsciente, se lanza en una loca aventura; y su corazón, ahora rejuvenecido, sentirá todas las emociones hasta terminar al fin agotado. Comienza su obra GOETHE con estas hermosas palabras (pg. 27): De nuevo som bras vacilantes os aproximáis a mi turbada vista. zOs retendré esta vez? zVolverá mi corazón a experimentar aquel delirio ... Sois las imágenes de hermosos días y con voso tras vienen muchas sombras amadas. Resurgen el primer amor y la primera amistad. Vuelve el dolor y, en el curso azaro so de la vida, se alza la voz que nombra todo cuanto quisimos, todo aquello en que fuimos engañados persiguiendo la fortuna, las ale gres horas, las que se han ido antes que yo ... EI inspirado siente despertar en sí lo que parecía muerto y estaba dormido. Se siente agobiado de sombras que siguen presentes. Tiene la impresión de pertenecer a otro mundo distinto al que está. Se le vuelve casi incomprensiobles las obras de los hombres que le rodean por su superficialidad, por su falta de sentido. Contempla al mundo en que está como el que mira desde una colina, y siente que no es el suyo. Tiene miedo de abrir la puerta del camino que lleva a su ver dadera patria; vive la angustia de perderse en los horrores del infierno. Atisba una luz entre la niebla, sabe que es la de su hogar, pero no encuentra la senda de vuelta. Y sufre en lo profundo de su ser el drama del desterrado. Pero cuando expresa con su obra creado ra esa íntima tragedia salen de su boca o de su mano verdades universales que van más allá de su intención. Son esa oscura luz que todos ansiamos ver y que nos trasmite el espejo del poeta, del profeta o el genio. Pero la calma de ese desgarramiento interior sólo podrá llegar si es capaz de mirar con amor al mundo en que está. Porque aunque éste camine como ciego, lleva en sí oculta la Verdad Absoluta. Cada flor, cada mariposa, la sonrisa del niño, el amor de la esposa, todos Itienen a Dios tras sí. No hay que pre tender salvar a nadie, ni imponer nuestra ver dad, sólo amar, amar ... También a nuestro propio dolor. Y se alcanzará la sublimación a través de los demás. Se descubrirá que el camino más corto es el más torcido, alcanzaremos la cla ridad abrazando lo que parecía más obscuro, aprendiendo a quitar la pátina que ocultaba el espejo escondido. Mientras que pretender hundirse en el propio interior sin una lámpara es arriesgarse a perder la consciencia y naufragar en un mar de fantasmas, en el que la mente se pier de, se aliena, sale fuera de sí, sin una boya en que sugetarse, siendo arrastrada por un vérti go infernal. Es preferible alumbrar, con la poca luz que dispongamos, poco a poco, las sombras que van aflorada y convertirlas en compañeras. Durante un paseo por el campo, en la fiesta de la aldea, dice Fausto, interpelando al discípulo Wagner,: el alma aspira a subir siempre más, a seguir adelante; la alondra canta para nosotros en el espacio azul, el águila nos da ejemplo volando sobre las montañas, lo mismo que la grulla cuando marcha gozosa al lugar donde nació. (pag. 59). Es una fuerza que brota de nuestro más profundo interior, que nos empuja a seguir adelante, pero esta fuerza tiene una paradó jica realidad; a la vez que nos empuja, nos aferra a lo más bajo de nuestro ser. Yo Ilevo en mi pecho dos almas, ambas forcejean. La una me aferra al mundo; la otra me eleva a las regiones puras de goces sublimes (pag. 60). Esa profunda energía, metabólica y psí quica, es una contínua aportación a nuestra estructura viviente, y que obliga a ésta a ir poco a poco complejizándose. Hablando en términos científicos evolucionistas, es la que hace que nuestra entropía -capacidad de igualación energética con nuestro medio cir cundante- sea cada vez más pequeña. Esa contínua aportación de energía externa es la que ha determinado la aparición de la vida en el curso evolutivo. Para posteriormente, y de forma cada vez más acelerada, dar lugar a la más alta creatividad humana. Pero esta fuerza tiene asismismo un com ponente de inercia, de atracción a los oríge nes. Es una tentación permanente a mirar hacia atrás, y en ocasiones regresar. Es una tentación permanente a mirar hacia atrás, y en ocasiones regresar. Es una actitu que se puede ejemplarizar en la vuelta a los lares de los antiguos luchadores; del sabio que mar chó a conquistar el mundo y que, en sus años otoñales, regresa a la tierra que le vio nacer, a su Madre Tierra en busca del calor que ha perdido; es el momento de la recapitulación. Y también el caso de los que, más jóvenes, adoptan una postura de pasotismo, dejan do que el Tiempo y la Historia pasen a su lado mientras ellos quedan quietos, sin áni mos de ocupar aquél o modificar ésta. En ese profundo abismo anida, dije, la Bestia, esa ansia loca de destrucción. En lo m ás hondo de la Vida acecha la Muerte. De vez en cuando se libera de su prisión y hace ver el negro fondo de nuestro ser. Locura momentánea, en ocasiones Ileva a socieda des enteras a la guerra. Este jinete apocalíti co arrastra todo a su paso, sembrando destrucción y muerte, pisoteando dignidad, honor, inocencia y libertad. Hasta que éstas, tras una repetida batalla de Armagedón, vuelven a encerrar a la Bestia en su antro y un nuevo horizonte de luz y esperanza rena ce una vez más. Es terrible comprobar que el Dragón no es nunca vencido definitivamente, que siempre estará al acecho. Y cando se libere de nuevo no mostrará su horrenda faz, sino que dirá hablar en nombre de Dios, de la dignidad humana, de la libertad; mientras alberga la intención de anegar en sangre lo más noble de nosotros mismos, con el más absoluto desprecio por la vida, la de los enemigos y la de sus propias huestes. Le dice Mefistófeles a Fausto (pag. 66-67): intento destruir el mundo grosero, en bene ficio de la Nada ... Pero todo acaba recupe rándose, quedando tranquilos al fin, el mar y la tierra. En cuanto a los hombres, he perdi do a muchos y los he enterrado a todos ... EI aire, el agua y la tierra, donde se halla lo húmedo, lo cálido y lo frío, y proliferan los gérmenes de vida, no me pertenece. Nada tendría sino fuera enteramente mío el fuego. A lo que responde Fausto: Eres, pues, la potencia que se opone a toda fuerza creado ra y vital ... siniestro hijo del Caos. Pone Fausto el dedo en la llaga, ya que el Bien se confunde con la Creación y la vida. La buena muerte no será nunca la destruc ción de la vida, sino la consumación de una existencia creadora, la que ha tenido la posi bilidad de ser ella misma. Y para serlo ha de vivir siempre alerta, temiendo constantemen te recaer en el Caos, mar del que salimos y nos sigue impregnando. Por ello la Bondad no es un estado; más bien una disposición a abrirse camino permanente hacia el bien. Para prevenir esa posible vuelta al Caos es preciso aumentar el conocimiento de la esencia histórica de la Vida. Que ésta es un proceso, no la cristalización de un momen to. Dice el ofuscado Fausto en su diálogo con el Diablo (pag. 73): No me inquieta el más allá. Este mundo es el que deseo. Es éste el sol que me alumbra y en este mundo radica toda la posibilidad de mis goces. Si algún día esto ermina, iqué me importa que ocurra!. Con arreglo a esta visión miope estaría mos condenados a repetir la historia eterna mente, a revivirla una y otra vez, al carecer de memoria. Es la misma visión que tuvieron los pueblos agrícolas, en los que el ciclo anual se repetiría ininterrumpidamente, no sólo en la Naturaleza, sino en su vida indivi dual, en la que cada liturgia del Año Nuevo sería un nuevo nacimiento. Sin embargo, la Vida es evolutiva, lo que quiere decir que es cambiante en el curso del tiempo, y hacia la creación de estructuras y relaciones vitales cada vez más complejas. Que la Historia debe consistir en recorrer una cuesta hacia los Cielos; camino entre precipicios en los que se puede caer, pero para levantarse de nuevo y seguir. zNo podrá alguna vez la memoria histórica evitar las grandes caídas? zPodrán las guerras ser un simple recuerdo y no un amargo presente? EI Ifuturo zse escapa de nuestras manos o, de algún modo, podemos prefigurarlo y abrirlo a los mejores horizontes?. La consideración detenida del proceso evolutivo en el que estamos inmersos (4) no abriga sino duc^as hacia esa posibilidad., Cada vez resulta más evidente que los cam bios históricos no son determinados por los hombres considerados individualmente, sino por las sociedades, por los grupos humanos dotados de afinidades entre sus miembros que, de manera más o menos espontánea, se han ido formando en el devenir histórico. La punta de lanza de la Evolución ya no es el hombre, son las sociedades humanas. Pero estas entidades, como tales, no tie nen consciencia que sí mismas, sus actuacio nes están motivadas por fuerzas esencialmente emotivas, no racionales, en las que afloran pulsiones nacidas del inconsciente colecltivo, acumulado por cientos de genera ciones. Ejemplo palpable son los movimientos de masas que se están registrando en el mundo islámico, arrastradas por consideraciones puramente emotivas, viscerales, con una acentuación del fundamentalismo religioso y el odio antisemita; mientras por debajo se oculta un mar de discrepancias. Movimien tos poco racionales y, por ello, de difícil comprensión e impredecible comportamien to. Reagudizados en la reciente guerra iraquí, constituyen unfactor de enrome incertidum bre, en el que las actuaciones individuales de los dirigentes son poco decisivas. EI peligro, pues, de vuelta al Caos, es evidente; trance catastrófico en la nomenclatura evolucio nista, abierto a posibilidades ignotas. Porque el hombre no se mueve única mente por saberes; también por pasiones e inquietudes que, como he indicado, son en sí irracionales. Dice Fausto (pag. 75): La sabiduría no me ha dado la tranquilidad. Quiero sentir la pasión ardiente y saciaria; alzar el velo a todas las maravillas; entregar me a los torbellinos del mundo, aun cuando alternen la suerte próspera y la adversa, pero con el resultado de la incesante actividad, que es como verdaderamente se realiza el hombre. iRealizarse el hombre! Ser auténticamen te para lo que se es capaz. Conseguirse. Lle gar a ser él mismo. Por supuesto que no se conseguirá sólo con conocimmiento. No hay nada que sea verdaderamente humano si falta el senti miento, la emoción. Estas capacidades psí quicas son las que nos hacer sentirnos vivos, integrados en la vida de los demás. Y es que, aparte nuestro racionalismo, hay otra forma de acercarse a la Verdad. Más que camino es un atajo, una visión intuitiva, convincente, que vincula nuestro hacer en algo Trascen dente. Conduce a certezas no explicables pero vivibles; que se comunican más por la conducta, por la forma de vivir que por la palabra. La manera del buen vivir se adquie re mejor por el ejemplo que por el consejo. Saber y sentimiento son las caras opuestas de la misma moneda. Que si se desbordan terminarán en el orgullo y en la pasión; en una caída al Caos. Decía el filósofo SCIACCA que el hombre peca cuando sale de sus límites, que es dentro de los mismos cuando le es dable alcanzar la perfección. EI orgullo y la pasión son enajenaciones, abandonos del ser de su propia realidad. Enajenaciones bien distintas del éxtasis místico, en el que todo el ser, consciente de sus limitaciones, entra en contacto, se comunica con la Ver dad Trascendente, con Dios. EI éxtasis es el camino opuesto al que emprendiera Fausto. Este, acompañado de Mefistófeles, ahon dará en las profundidades. En el primero -el éxtasis- se alcanzará una situación interme dia entre el Cielo y la Tierra, en el que el con suelo de arriba es pena al no estar en él, es un gozo doloroso por el bien que se intuye aún falta. Es una pena querida, dolor sabro so, ... atisbo de miedo al sentir tan cerca la muerte. Es como un camino de cruz. (5). Viaje dichoso, del que vuelve renovado, pues como decía IBN ATA ALLAH (6): Oh , Dios mío. Me has mandado volver a las cosas. Pero vuélveme revestido con las luces y guíado por la intuición, a fin de que así vuelva a Tí de nuevo en ellas, tal y como entré a Tí desde ellas, es decir, guardándome de poner en ellas mis ojos y sin aspirar a poner en ellas mi apoyo. Decía Fausto en la cita ya indicada que sólo se realiza el hombre si está en una cons tante actividad. Error que sólo comprenderá al final de su vida. Es una actitud de dejarse arrastrar por el mundo en lugar de dirigir el trayecto por él. Ir a remolque de las circuns tancias a falta de aprovechar sus oportunida des; no ser nada, semejante a la hoja arras- trada por el viento, olvidando crear la propia consistencia. Para esto último hay que estar en el mundo porque hemos de ser en él, pero sabiendo apartarse y meditar desde fuera del mismo. Ser sujero de la actividad, pero saber, de vez en cuando, ser observador; actuar, según el momento, como artista y como espectador. Mefistófeles pone las cosas en su sitio cuando, interpelando a Fausto, le dice que el hombre aspira a todo y ese Todo sólo se ha hecho para Dios. EI es la Luz, como yo las Tinieblas; para vosotros queda el Día y la Noche. Y esa Noche y ese Día, limitados como todo lo humano, conviven en nuestro interior, traducidos en inconsciente y claridad. Pero que no pueden derivarse directamente en lo negativo y positivo de nosostros mis mos, sino más bien en lo oculto y lo mani fiesto. De lo primero surgirá esa energía ancestral que podrá llevar a conductas depravadas o a la obra de arte. Esta lo será tanto más cuanto acierte a traducir en formas plásticas, literarias, musicales ... los arqueti pos más básicos de la humanidad y, por ello mismo, cuanto sea más universal. Obra artistica será, como la de Goethe que estoy comentando, aquélla que sea capaz de moti var sentimentalmente al espectador o al lector. La que sea capaz de traer a la luz lo que está más oculto. Pero al hacerlo precisa el autor, como ya indiqué anteriormente, para expresar la ver dad que siente, más que palabras imágenes, figuras arquetípicas con significados múlti ples y opuestos que, al tiempo, tienen reali dad simultánea. Cuando el primitivo utiliza ba la simbología de la Luna, por ej., expresa ba por analogía de las fases de la misma, con apariencias tan distintas como la luna creciente y menguante, la llena y la nueva, la sucesión de la muerte y la vida; símbolo de resurrección y de fecundidad. Por ello, la obra de arte debe tener una significación caleidoscópica, en la que cada destinatario sienta vibrar cuerdas de emoción en su inte rior, en las que cada uno acertará a encontrar parte de su verdad. La obra artística, repito, supera a su autor, que no ha sido más que el transmisor a la conciencia de todos de con tenidos inconscientes universales. Es un parto en que muestra a la lluz lo que estaba oculto, algo que metafóricamente realizó Fausto en su viaje a las profundidades del ser. Como decía ^UNG (7): La obra creativa crece hacia arriba desde profundidades inconscientes, muy en realidad desde el reino de las madres. Si prepondera lo creati vo, prepondera lo inconsciente como fuerza conformadora de vida y destino frente a la voluntad consciente, y la consciencia es arrastrada por la violencia de una corriente subterránea, espectador a menudo sin recur sos de los acontecimientos. La obra en creci miento es el delstino del poeta, y determinar su psicología. Burlándose de Fausto, dice el Diablo que el pobre desdeña la razón y la sabiduría que son las grandes fuerzas del hombre y prefie re dejarse llevar por la ilusión, la fantasía y la aventura. Pero es que Fausto quiere vivir la Totalidad; él, que fuera un científico, quiere saber también del mundo de la ilusión, de la fantasía. Sabiduría e ilusión viven juntas, pero de espaldas; la fantasía es la sombra de la razón, unidas y casi siempre ignorándose; la mayor profundidad de nuestros pensa mientos más diáfanos siempre viene de la zona obscura. Como decia JUNG, siempre vamos acompañados de nuestrb animus/a, nuestro propio yo, pareja que ha dado lugar a los mitos de los hermanos gemelos, los Dioscuros en el mundo griego, o el paralelo indio de la pareja de amigos. Dos amigos unidos, bellamente alados, abrazan uno y el mismo árbol; uno come de las dulce bayas, el otro, sin comer, mira sólo hacia abajo. A tal árbol el espíritu, hundido, en su impotencia se aflige, cautivo de la ilusión, mas cuando honra y contempla del otro la omnipotencia y majestad, se aparta de él la desdicha. (8). La totalidad del ser, lo que JUNG llamaría el si-mismo, no sería la persona en lo que su etimología significa (máscara a través de la cual cada uno recita -per sonare- su papel en la comunidad), sino ese punto medio entre dos martes en el que está el elquilibrio, el del animus/a y el yoico; esa isla entre dos mares (entre el mar Rojo y el Mediterráneo en que se colocaba el pez Chadir en la hermosa leyenda coránica sobre Moisés). (9). Es el Centro simbolizado desde los más remotos tiempos por las figuras sobre piedra de los mandala; o la piedra filosofal de los alquímicos; el agua de la vida evangélica, en suma, la perfección. EI perfecto matrimonio de las dos partes de nuestro híbrido. ... Y Fausto arrostra la gran aventura, el tenebroso viaje; entremos, dice Mefistófe les, en el mundo de los sueños y la magia (pg. 138). EI viaje hacia el pasado, el mundo ovidado, la Icaverna de nuestros origenes, la matriz de la Humanidad. Para expresar las contradictorias experiencias vitales que GOETHE siente, tiene que valerse de perso najes simnbólicos, los que mejor explecitan los arcanos de nuestro ser; escoge los mitos que cualquier occidental tiene escondidos en los recovecos de su interior: los mitos grie gos. Fausto revive el mundo de los fantasmas universales que siempre están al acecho, prontos a asomar en las razonables formas de vida de cada cual. Viaje terrible que puede terminar en locura; tan dificil es asumir al dragón o el ángel que llevamos dentro, hacen falta agallas para afrontar la Luz y las Tinieblas; nos sentimos más cómodos en la tibia luz o en la penumbra. Y, sin embargo, la realización humana completa está en resistir la obscuridad y los destellos de la Claridad del éxtasis-. La verdad individual está destrás de un encuentro de Damasco, una nueva vivencia paulina, en ver de nuevo tras ser cegado por la Luz. La primera hora nueva será precedida por un huracán. Vela para que no te sorprenda dormido, porque los que entren en el nuevo día con los ojos cerrados seguirán siendo las mismas bestias de antes y nunca ya despertarán. Existe un equinocio espiritual. La prime ra hora nueva ... es un punto de inversión a partir del cual la Iluz se coloca en equilibrio con la obscuridad. Durante otro milenio más los hombres aprendieron a dominar la naturaleza y a des cifrar sus leyes. Bienaventurados aquellos que comprendieron el sentido de tal trabajo, los que captaron que la ley interior es igual a la exterior, pero una octava más alta. Estos son los llamados a la cosecha, los demás son siervos que labran la tierra con la vista incli nada al suelo. Desde el Diluvio está oxidada la llave que abre nuestra naturaleza interior ... De nada está más convencido el hombre que de estar despierto. Pero en realidad se halla preso en una red de ensueños que él mismo ha tejido. (10). Como en un nuevo descenso a los infier nos, Fausto ahonda a lo más profundo del abismo de lo que después se llamará el inconsciente colectivo. Descendiente -le dice el Diablo-, pues ... Podría decir también asciende. Es lo mismo. Los ilimitados espacios de fuera de la reali dad carecen de direcciones. Uerás lo que no existe. Llegará a la zona que nadie conoce ni los dioses del Olimpo-, sólo el Diablo. A la región donde habitan las diosas ciegas, las desconocidas, las Madres. EI nombre escogido por GOETHE conlleva múltiples significados. Es el antiguo nom bre de la matriz: y trae a la mente el mito pla tónico de la caverna, de sus habitantes que nunca vieron la luz, que de la realidad sólo saben por las sombras que oscilan en las paredes de la gruta. Para PLATON lo que estimamos como real sólo sería la sombra de las Ideas, eternas e inmutables. También lo que sabemos es sólo la punta del iceberg de lo que desconocemos. La Madre es también la Tierra, la gran Diosa -Isthar, Anat, ...- de las civilizaciones matriarcales; o el Dragón de las patriarcales que las siguieron. EI Dragón que, vencido y despedazado por el héroe o el dios -Marduk, S. Jorge, ...- sería el origen de la Creación a partir de sus despojos. En suma, las IMadres son, pues el símbolo de la fecundidad. Y son ciegas. Su reino es la Obscuridad. No precisan ver. Están ignoradas por todos. Pero son la base de todo, de ellas brota la energía ancestral, lo que la psicología moderna llama las pulsiones. Allí se guardan los arquetipos. Allí bajará Fausto a rescatar los fantasmas míticos de la Bellelza -a Hele na y a Paris-. Solitarias y a la vez juntas vivís, ioh, Madres!, en el espacio donde flotan las imá genes de lo que un día existió e intenta vivir eternamente. Y bajo la bóveda nocturna jo a la luz del día vosotras, Madres, lo regís como potestades omnipotentes. (pg. 200). Considerada la realidad que está detrás del simbolismo de estos fantasmas, resulta más comprensible del simbolismo de estos fantasmas, resulta más comprensible que para ciertas civilizaciones la metemsícosis o transmigración de las almas sea algo lógi co. Si en nuestro interior llevamos la Historia de la Humanidad, oculta pero actuante, no es aberración pensar que, si sentimos y pen samos como nuestros antepasados, bien podemos ser reencarnación de los mismos. Ocurre que vivimos simultáneamente nues tra propia vida y la de los que nos precedie ron. Estos resucitan en nosotros a través de las verdades fundamentales. Lo que nos tie nen que decir no suele poder expresarse con palabras, ya que su contenido ha de ser ante todo sentido; por eso se revela en las imáge nes de nuestros sueños y en los éxtasis de los escogidos. Ese contenido común a todos los hom bres, el llamado inconsciente colectivo, que rezuma en todos los textos sagrados de todas las religiones, que inspiró a todos los profe tas, que atrajo irresistiblemente a los román ticos y los psicoanalistas dieron marchamo científico, ese hombre primordial zqué es?. Para intentar aproximarnos a.una respues ta válida, hay que considerar que ese incons ciente colelctivo es, ante todo, cultura y, por tanto, creación y alimento de y para el hom bre. zCultura heredable? Genéticamente por supuesto que no; tiempo hace ya que fueron abandonadas las teorías de LAMARK de la herencia de los caracteres adquiridos. Ha de ser, pues, una transmisión compartida por todos, por supuesto inconscientemente; con tinuamente estamos encontrando lo ya des cubierto. Ese hombre primordial^^es similar a las Ideas eternas de PLATON; de la misma manera que cada cuerpo triangular es copia imperfecta del concepto, de la Idea del Trián gulo, el hombre eterno está detrás de cada uno de nosotros, que somos manifestaciones perecederas de lo intan^ible. En escritos recientes (4), referidos a la situación actual del fenómeno evolucionista, se kinsiste en que la proa de la Evolución ya no es el Hombre. Que es la comunidad, manifestada a través de las distintas civiliza ciones. Pero a esta comunidad no se la puede llamar ser, pues no tiene concien cia; sólo la tienen cada uno de sus compo nentes, cada hombre. Y lo más interesante es considerar que este conjunto civilizado tiene un tiempo de evolución distinto a cada uno de sus componentes; es lo que se ha llamado el signo de los tiempos; el curso de la His toria . Ha y momentos en que una ma yoría de hombres piensa y siente lo mismo; cuan do imperios aparentemente estables se hun den en contados días. Instantes milagrosos en que el pensamiento de casi todos los hom bres es el mismo, ignorando cada uno en qué repara la mente de los demás. Por cada hombre pasa el alma de toda la Humani dad y, como un Guadiana, sólo se advierte que fluía bajo la conciencia cuando aparece a la luz del sol. Es la inesperada aparición de una aurora que se suponía lejana. Inconsciente colectivo sería ese abigarra do conjunto de saberes y experiencias com partidos. De normas, tabúes, permisividades, sentimientos que vivenciamos en lo más pro fundo de nuestro ser y que, en una forma de contagio, transmitimos a las generaciones que nos siguen, como una forma de patrimo nio de toda la Humanidad. Riqueza que sólo da sus mejores frutos en la medida en que cada cual sea capaz de advertirla en su inte rior. De integrarla en sus decisiones cons cientes. Y ese patrimonio tiene miles de conteni dos, llamados mitos, representaciones sim bólicas de hondas verdades. Fausto se ve arrastrado a través de los mayores pelií,Jros en la búsqueda de uno de esos mitos, el de la Belleza, nombrada Helena; y no descansará hasta conseguirla. En su afanoso peregrinar pre^unta Fausto por ella, inquiriendo donde encontrarla. Es el homúnculo, creado en el alambique alquímico, quien le contesta: No lo sabemos; pero si preguntas por ella, en todas partes puede que la encuentres. (pg. 220). Es decir, el encontrar la Belleza en las cosas no depende de ellas, sino de nuestros ojos; que hemos de aprender a mirar; que está en todas partes la hermosura, que hay que saber retirar el plvo que la oculta. Todo lo creado es bello, y también bueno, porque al existir es verdadero; y la verdad es buena y bella. EI mal está en el velo que la oculta. La mayor dificultad está, pues, no en las cosas, sino en nosotros. Cuando Mefistófeles interpela a la Esfinge y la reta a que le pro ponga enigmas, ésta le contesta: Revélanos a tí mismo. ZTe parece poco enigma? Procu ra descifrarte en lo más íntimo de tu ser. (pg. 225). Así, paradógicamente, al adentrarnos en la obscuridad de nuestro interior, alcanzamos más claridad. Como bien se indic a en el pasaje en que Thales de Mileto, en pleno Océano -símbolo el agua de una de las gran des potencias del hombre primordial- excla ma: iComo nunca me siento penetrado de lo Bello y lo Uerdadero, pido al Océano su eterno favor pues todo es agua; por el agua se vive, y es ella el origen y el motor de todas las acciones. (p^. 255). Razón tenía la Esfinge porque, en efecto, zhay algo más difícil que conocerse a sí mismo?. Tenemos a la Historia de la Huma nidad y buena parte de la nuestra particular ocultas bajo un mar proceloso en el que la conciencia atisba poco más que la superficie. Y, sin embargo, es extraordinariamente importante conocer lo que tapa la obscuri dad para poder ser uno mismo. La clave de la realización personal estaría no en representar un papel en el teatro de la vida, el de un personaje ajeno; más bien estaría en desarrollar al máximo las propias potencialidades, vaciar el propio contenido al mundo para, de alguna manera, transformarlo. Aprender a disponer del entero patrimonio personal para entregarlo a los demás. Entrega en la que el que da surge enriquecido; manantial que se alimenta de la misma agua que de él fluye. Tras el largo camino, exhausto ya Fausto, capta la irónica sonrisa de Mefistófeles, satis fecho de la presa conseguida, y, lleno de melancolia exclama: iSiempre tú en mi pre sencia, maldito! Tu mirada se ha posado como en un campo inmenso para ver cuanto realicé y comprobar como en el seno de la mayor grandeza falta o que, no por más humilde, necesita el alma: el paraje querido, el sonido de la esquila, el perfume de los tilos que envolvieron la cuna y se hacen sentir de nuevo al borde de la tumba. Es la vivencia profunda de la linsuficien cia total del hombre en cuanto valor absolu to. Ante la proximidad de la muerte se expe rimenta la mayor soledad posible. Siempre se muere solo. Tal vez en ningún momento se puede comprender con tal claridad que la verdad y la humildad son una misma cosa. Y es en esa humildad profunda, en el conoci miento capital de la incapacidad de perdurar, cuando el hombre puede alcanzar su mayor grandeza y conseguir, así, la eternidad con Dios. Esa ansia de volver, al término del cami no, a los comienzos de que partimos es como cumplir un deseo de recapitulación. La vida es como una pieza musical que, tras múltiples variaciones, momentos de esplen dor, períodos de silencio y meditación, vuelve al final a la nota por la que empezó. Y en ese momento el alama descansa junto al paraje querido y el perfume de los tilos. Es el eterno retorno, mito ancestral, que desde que aparecieron las sociedades matriarcales asimila el ritmo vital al año solar. La vida sería una prolongación de éste; y, como la fiesta del Año Nuevo, la muerte es en realidad una Resurrección. Hay que bajar al Hades para subir al Cielo; hay que com prender que no se es nada para poder llegar al Todo, verse rodeado de las cuatro viejas que atendía al Fausto moribundo -La Esca sez, la Duda, la Incapacidad y la Miseria. EI espacio de la Vida es el desarrollo de un drama que en el curso del tiempo se va estre chando, con el aumento de la necesidad de ese tiempo que se va consumiendo, hasta lle gar finalmente a la angustia mortal, en la que entra en crisis la existencia del propio ser. Tras la que surge, tras doloroso parto, la Resurrección y una nueva luz que ya no se apaga. A1 fin del relato Fausto no queda conde nado como era la intención de Mefistófeles al comprar su alma. En el camino a la obscu ridad y al abismo por el que condujo a su pupilo, éste, paradógicamente, adquirió la luz. En su afán soberbio de alcanzarlo todo, de saberlo todo, de vivir todas las dimensio nes del ser humano, alcanzó sin pretenderlola humildad y el triste reconocimiento de sus limitaciones. Y el único y auténtico amor del que gozó -el de Margarita-, aunque burlado, quiso buscar la intercesión de la Madre de Dios, símbolo máximo de la Vida y la Resu rrección, para que acogiera los despojos del hombre vencido al que amó. Y así quedó Fausto redimido por el conocimiento de la Verdad -la hulmidad-, y por el amor. Enrique Selva. BIBLIOGRAFIA *.- Los números de página transcritos entre paréntesis corresponden a la edición de FAUSTO del Circulo de Ami gos de la Historia. 1.- LINDA FIERZ-DAVID. Der Liebestraunsdes Pophilo. 1947. 2.- C.G. JUNG. Gestaltungen des Unbervussten. Zurich. Raschen Verlag. 1950. 3.- S. AGUSTIN. Confesiones. Libro XIX, c. X. 4.- ERVIN LAZLO. Evolución. La gran síntesis. Espasa Calpe. 1987. 5.- S. TERESA. Obras completas. Ed. Apostolado de la Prensa. 1951 . 6.M. ASIN PALACIOS. Sadilíes y alumbrados, pag. 296. Edit. Hiperion. 1990. 7.- C.G. JUNG. Formaciones del inconsciente. Ed. Pai dos, pg. 23. 1982. 8.- idem pa^. 32. 9.- Corán, Sura XVIII. 10.- G. MEYRINK. EI rostro verde. Ed. Sirio. 1989. El ^entiwtieKtv y ^a palabNa escendió del tren despacio, con trémula alegría, fue poco a poco contemplando el vasto paisaje que desde el altozano se divisaba. Era la primera vez que viajaba en tren, y la emo ción todavía latía permanentemente en su corazón. Todo era nuevo para él, ( escaleras viejas, raídas por el tiempo, calles intermina bles, tan largas como jamás él las había visto). Fue descendiendo peldaño a peldaño, sin prisa aparente iba a comenzar una nueva etapa de su vida, descubriendo algo que nunca había imaginado, ni bueno ni malo, sólo el paso del tiempo iría marcando su vida en la lejanía de aquel pequeño pueblo que le habia visto nacer. Cargado de ilusiones y con _ la maleta en su pequéña mano, fue descendiendo hasta Ilegar a contemplar el puente sobre el Río Vinalopó, ( imagen que quedaría imborrable con el paso del tiempo), con su pequeña cascada y el ruido del agua cantarina en el des censo a su paso por el pie del derrumbado Castillo. Contempló alzando la mirada, la almena que todavía con orgullo y entereza se mantenía erguida con el paso de los años, como si al construirla, el espíritu de alguien siguiera viviendo en la fantasía de su vida hecha realidad^ a pesar de su vejez entre expresión iQUE HERMOSO ERA TODO!. Iba tan absorto en su descubrimiento, que cualquier dirección le parecía buena, daba igual seguir recto, que a la derecha ó a la izquierda. iTODO ERA NUEVO! iTODO ERA VIDA! iTODO ERA DICHA! iTODO ERA FELICIDAD!. Su inexperiencia veía la realidad de sus sueños, podía haber sido cualquier otro lugar pero no, había puesto por primera vez sus piés en ELDA, un lugar del mundo que para él, era motivo de admiración y placer, era el paraíso que en sus fantasías había logrado ver y recorrer aquella tarde primaveral, en su corta vida, por primera vez. Y empezó a conocer el desvencijado Autobús amarillo que hacía el recorrido diario de la estación a la calle Jordana, dando aquellos vocinazos ronqueros que dis paraban nuestra hilaridad al sentirlos, y que hoy sería parte de la historia y pieza de museo. Y siguió descubriendo, el Templete de la Plaza Castelar, binomio de cultura por los conciertos que en él se daban y expansión de tiempo libre cuando en su semisótano, cer veza y chatos de vino con habicas en él se tomaban. La quietud y algarabía que allí rei naban, eran el centro de Elda, se paseaba con lentitud, sin prisas, se comentaban hechos actuales y cosas pasadas, entre mutis mo de unos y otros reinaban las palabras.Se convivía y se compartía todo aquello que era bueno ó malo que sin necesidad de las ondas de viva voz sabíamos o nos Ilegaba a través del sonido de aquellos que por nuestra Elda, se preocupaban. No había palomas, pero la fe en las personas, disminuía su falta. Y la Gran Avenida, espaciosa y tan amplia, con su Kiosko en el centro donde se compraban las pipas en un cucurucho de papel y que empezabas a comer calle arriba. Con sus árboles hermosos, sin asfaltar, pase ando hasta la Avenida de Madrid, que por aquel entonces ya estaba muy a las afueras de Elda y que parecía una distancia insalva ble. JHERMOSA Y GRAN AVENIDA!. Estaría Ilenando páginas enteras de tantos y tantos momentos vividos, unos con intensi La antigua calle Nueva de Elda. (Reproducción M. serrano González). dad y otros con sosiego, y aunque hoy la nostalgia es sinónimo de amargura oCualquier tiempo pasado, fue mejor, convivo y presu mo de CASTA ELDENSE, con mucho orgu Ilo, pero nunca olvido que en alguna parte de Elda, encontrarán las futuras generacio nes, ese pequeño grano de arena que al igual que yo, otros muchos han puesto con ilusión y sacrificio para que Elda, sea un poco nues tra imagen, que ellos continuarán mañana engrandeciendo aquello que algunos inicia ron, nosotros sus pasos seguimos y vosotros seguiréis construyendo, lucfiando porque nunca os falte la fe y el entusiasmo. Paso a paso, van desapareciendo sus fac ciones, unas veces por vejez y otras por fios sentimientos. Se va rompiendo su identidad y vamos guardando esos pequeños trozos en el desvencijado recuerdo de la memoria, que dando allí sepultados para sólo recomponer los en alguna tertulia, Ilenándola de nostal gia, antes vida y hoy, insalvables deseos. Pero no debemos de ahogar nuestra fragi lidad en el pasado, hay que mirar con anhe lo, trabajo y esfuerzo, ese mañana que en nuestro interior iremos recorriendo por un camino, que unidos por un fin común se irá construyendo en pro de una forma de vida, que no por diferente, tenemos el deber de hacerla mucho más humana, con más con cordia y permanente armonía. SEAMOS GLADIADORES DE ELDA. Joaquín Tenés. F.M. 90.2 S ^2 ~ A Z ^ ^ E a N ^-^^ /^ p ^ ^ s^d^ ` ^ ^^ / ^ PRINCIPALES 3 REPORTi^IES ^OTO-^DEO ^ ^ATERI^^ .. FOTOGR^^ICO 3 ^OTOGR^ ► F^^ DE ESTUDIO 3 FOTOGR^FI^ ^u^^^c^r^R^^ ^ c^^^^OGOs 3 REyEl^DO Rl^HCO l^ NEGRO Y C4^4R Padre Manjón, 28 - baj o- Teléfono 538 10 84 - ELDA . .