jueves, 28 de marzo de 2024

Tres mujeres en una sociedad que no pone fácil la conciliación de la vida laboral y familiar

Mujeres emprendedoras, profesionales liberales o trabajadoras del calzado, relatan su propia historia y su afán de superación en un mundo que no pone fácil la conciliación de la vida familiar y laboral. Además, la brecha entre hombres y mujeres es todavía enorme en la sociedad actual, tal y como se nos recuerda cada 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer.
Marta Ortega/ Julia Moraga
10 marzo 2019
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Tres mujeres en una sociedad que no pone fácil la conciliación de la vida laboral y familiar
Virtudes Martínez, Virginia Sánchez y Maite Rodríguez.

Mujeres emprendedoras, profesionales liberales o trabajadoras del calzado, relatan su propia historia y su afán de superación en un mundo que no pone fácil la conciliación de la vida familiar y laboral. Además, la brecha entre hombres y mujeres es todavía enorme en la sociedad actual, tal y como se nos recuerda cada 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer.

Virtudes Martínez ha creado una empresa solo de mujeres

Mavi Martínez creó la primera empresa de rotulación de mujeres de España.

La eldense Virtudes Martínez, "Mavi", es un ejemplo de emprendedurismo y esfuerzo. En 2009, tras tres décadas como trabajadora en el sector de la rotulación, decidió dar un paso adelante y crear su propia empresa, Nova Rotulación. Y se rodeó de mujeres, por lo que consiguió ser propietaria de la que fue la primera empresa del sector conformada solo por mujeres.

Primero se instaló en la calle la Cruz y con la crisis se vio obligada a cambiar a Reina Victoria. Fue un momento duro porque creía que tendría que cerrar, pero buscó la manera de persistir y consiguió abaratar todo lo posible sus precios y mantenerse "gracias a los clientes fieles". El pasado año amplió su negocio y se trasladó a la calle Pablo Iglesias, 25, a un local grande en el que pueden rotular vehículos integrales.

Ella misma ha formado a las mujeres que trabajan con ella. Asegura que quería para su empresa a dos compañeras porque en su opinión, son más perfeccionistas y tienen una sensibilidad especial: "Las mujeres podemos hacer lo mismo que los hombres, desde crear los diseños hasta subirnos a 20 metros de altura a colocar los rótulos". Afirma que nunca ha notado machismo en este sector, ni entre compañeros ni con clientes.

A sus 56 años reflexiona sobre el papel de la mujer y asegura que "la mayoría de las mujeres que trabajan por cuenta propia lo tienen más difícil, pues deben conciliar una responsabilidad laboral con la del hogar". Por suerte, su pareja la apoya "pues yo trabajo doce horas al día, y sola no podría sacar adelante el negocio".

Concluye que "lo que me hace levantarme cada día es estar satisfecha con los trabajos de rotulación que hacemos y que a los clientes les guste el resultado".

Virginia Sánchez es autónoma y abogada de oficio

Virginia Sánchez es economista y abogada.

Virginia Sánchez es Licenciada en Derecho y Administración y Dirección de Empresas. Tiene 30 años y es madre de un niño y una niña de 2 años y 8 meses, respectivamente. En la actualidad compagina su vida familiar con su trabajo como abogada y economista, en Conter Consultores, una consultoría de empresas familiar fundada en los años 90 por sus padres, Virginia Romero y Luis Sánchez, y Mercedes Zanón.

Es una mujer tenaz y segura de sí misma que desde la adolescencia tuvo claro que quería seguir los pasos de sus padres, así que optó por estudiar ambas carreras, pues se complementan y se refuerzan entre sí.

Terminada su doble licenciatura en 2012, continuó su formación con un máster en Asesoría Jurídica de Empresas y posteriormente un máster de Auditoría en cuentas. Su formación le permitió iniciar su vida laboral en un despacho de abogados londinense, y posteriormente en despachos de Alicante y providencia tanto como abogada como de economista.

Hasta que en 2015 decidió incorporarse al equipo de "Conter Consultores", donde se apuesta por la conciliación familiar y laboral lo que le permite poder organizarse para disfrutar de sus hijos y trabajar de forma eficaz desarrollando su carrera profesional.

En su opinión, y desde su experiencia laboral, ella afirma que no ha sentido desigualdad en su sector, siempre que se pueda conciliar la vida familiar con la vida laboral, lo que no ocurre en todas las empresas.

En un futuro le gustaría compaginar su faceta actual de abogada y economista con la docencia y lo que tiene claro es que su profesión le apasiona y que seguirá formándose para continuar creciendo.

Maite Rodríguez reivindica los derechos de las aparadoras

Maite Rodríguez, a la izquierda, es la presidenta de la asociación de aparadoras.

La presidenta de la Asociación de Aparadoras de Elda y Petrer, Maite Rodríguez, decidió ser la representante de un colectivo que lucha por una reivindicación laboral histórica en el sector del calzado, la de estar dadas de alta por las empresas. Su caso es el de muchas mujeres trabajadoras del calzado que ven que su vida laboral culmina sin contar con la cotización necesaria que les permita retirarse dignamente.

Treinta y seis años como aparadora, casada y con hijos, solo ocasionalmente ha estado dada de alta por las empresas para las que ha trabajado, ya fuese en una fábrica o en su propia casa. "Mi situación es igual a la de otras mujeres aparadoras de la zona, aunque hay casos peores en los que tienen pocos años cotizados. El problema es que las empresas no nos hacen contratos. Ahora que se va cerrando el cerco y tienen miedo a las denuncias, nos contratan a media jornada, cuando en realidad hacemos diez horas, de forma que cobramos nóminas inferiores a las que nos corresponden. Y no hablemos de vacaciones ni pagas extras, e incluso la mayoría desconocen los términos del convenio laboral del calzado".

Las aparadoras están cansadas de años sin regulación laboral y por ello, agrega "exigimos nuestros derechos, pero muchas tienen miedo, pues cuando reivindicas lo que te corresponde te hacen acoso y cuando pasan unos años te dicen que no cumples los objetivos. La igualdad entre hombres y mujeres en el sector del calzado no existe porque nuestro trabajo se contempla como una mera ayuda doméstica, incluso en el Museo del Calzado tenemos poca visibilidad. Olvidan que con nuestro trabajo".

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