^ FIESTAS MAYORES ELDA SEPTIEMBRE, r956 EST^IBLECIIIIENTOS DOiIIENECH DISTRIBLJIDpR ^XCLLTSIV^: G^NERAL^SIMC^, 40 L.^ DOMENECH ^. T^L^FUNOS 111 y 400 ELDA L^l E(,1LTI7ATI^A, P. R. COMPANIA DE SEGUROS SOBRE VIDR, INCENDIOS Y RIESGOS DIV^RSOS Capitales y reservas técnicas y libres; 732.389,709 pesetas INSPECCION: TOMAS GUARINOS MAESTRE ARTURO ROSAS RICO - Generallslmo, 28 , 1.° - E L D A AGENTE GENERp L; E L.OY PASTO R Generalísimo, 20 Teléfonos 269, 389 y 198 E L D A ^a^ ^r t ej o ^es ( ^e^^e^a^ ,i^ ^ 11 ^^ C^^E DISTRIBLIIDOR EXCLLISIVO: ELOY PASTOR Teléfon®s 269, 389 y 198 ELDA ^^^^,^a^^ REVISTA OFICIAL EDITADA POR LA COMfSIÓN DE FIESTAS DEI. EXCMO., AYUNTAMIENTO DE ELDA, CON b[O11U0 DE LAS FIESTAS MAYORES EN HONOR DEL ^antí^imv t^µi9tv c^eQ ^uen Juceav Y LA JantíRínta ^Uiv^e+t c^e Qa JiaCuc^ SEPTIEMBRE, T956 DiRecTOR: _ALBERTO NAVARRO PASTOR Saludo y Diálogo, por don ` •}oaguúi Campos Fernández, Alcalde de Elda.-Carta abierta a un viejo sacerdote muerto, por RodolFo Guarinos Amat.-Elda, potencia futbolística -Procesión de la Patrona, por ` ,}oaguín Campos.-Cristo en la Cruz, por Francisco Laliga Gorgues j-.-Don Gonzalo Sempere y su «Noticia intere sante», por Alberto Navarro Pastor.-Motivos de Elda, por ` ,}. Madrona.-A la Santísima Virgen de la Salud, por Francisco Tetilla.-EI alma de la Ciudad, por `^osé Miguel Bañón - Elda Romántica, por Ra^ael González Bautista.-Juegos Florales 1955•-Canto a la mujer Eldense, por ` •}uan Madrona Ibáñez. Visión Lírica de Elda, por Antonio Porpeta Román.-Elda, un pueblo sin forasteros, por Eduardo Natiarro.-Viejas Postales de Elda. Hogueras de San Pedro.-Pequeños Poemas, por Fraiicisco Mollá.-Biblioteca Municipal, por A. Nawarro.-Manos ungidas, por Vicente Sanchis, Pbro.--EI arte en el calzado, por E. Gras. Elda y el Urbanismo, por Miguel López G.-La Virgen del Pueblo, por Rodolfo Guarinos Amat.-Sobre la reducción de Ello - Elota - Elda.-Extracto del Programa oficial. Portada: F. Natiarro Pastor Fotos: Basilio, Catalán, Berenguer y otros Dibujos: Alberto IMPRF.SO EN SLCE^OH DN: SUCH, SFRLLA ^ COMPAÑIA - 4LICASCL: Santísima `Uirgen de la Salud Santísimo Cristo del Buen Suceso S. E. el ` ,}efe del Estado, Excmo. Sr. D. Francisco Franco y Bahamonde Excmo. Sr. D. Evaristo Martín Freire.-Gobernador Civil de la Provincia J l Excmo. Sr. don Lwaristo Martín Freire, Gobernador Civil de la Pro^incia y el Iltvno. Sr. don Lavnberto García Atance, Presidente de la Excma. Dipu tación Protiincial de Alicante, a quienes este pueblo rinde en estas líneas el Homenaje de gratitud por su benétiolo y valioso apoyo a las necesidades de la localidad. Iltmo. Sr. D. Lamberto García Atance Presidente de la Excma. Diputación Provincial SALLJDO Y DI^LOGO Poe DoN jOAQUÍN CAMP05 FERNÁNDEZ Alcalde de Elda ^LDENSES: En el pórtico de nuestras Fiestas Mayores, rni voz y mi plegaria y mí anhelo mejor, os L invitan a la alegría, a la paz, a la concordia. El revuelo ^ozoso de las campanás, la loca al^arabía de la pólvora, la policromía deslumbrante de las calles, los ritmos vivaces de las bandas de música, nos llaman a la cita anual de nuestras fiestas reli^iosas y nos con^re^an en torno a las imás;enes de nues tros excelsos Patronos. Cesen, pues, nuestros desasosie^os cotidianos, nuestras inquíetudes, nuestras preocupaciones. 1Tregua, tregua en los afanes? j Tre^ua en las fábricasI 1Tre^ua en las vi^siliasl jY paz en las almasl 1 Hermandad en los corazonesl jPleitesía amorosa a la Vir^en de la Salud, nuestra Madre? IRendida adoración al Cristo del Buen Suceso, nuestro Redentorl Que mi Saludo sea cual lámpara votiva que urja permanentemente a los Patronos en pro de vues tra ventura personal y de la prosperidad y^randeza de F.Ida. Pero la cortesía de mi Saludo sé que no puede satísfaceros plenamer.te. Esperáis de mí el díálogo. Y no quiero, ni debo defraudaros. Sí, voy a hablaros ^ustosamente de nuestros problemas municipales, que son muchos. Pero nadie se asuste, porque los problemas que Elda plantea son problemas estimulan tes, esperanzadores. Son problemas de organización, de encuadrarniento, de configuracíón, de equilibrío,de armonización. Son, di^ámoslo de una vez, problemas de juventud, en^endrados en su mayor parte por ^la crisís de crecimiento que está atravesando. La decrepitud sólo presenta un problema: el de sobrevivir con dignidad o el de morir con honra. Es la vítalidad pujante de los pueblos la que nos cerca y la que nos acosa con mil exigencias renovadas día a día. Pero este acoso es siempre confortador, porque son ur^encias de vida las que nos constriñen y porque si el acierto de ]a ^estión municipal se hace patente, nos cabe la íntíma satisfacción de sentirnos algo padres en la configuración física y psíquica de estos pueblos jóvenes en trance de madurez de s;ran des ciudades. Y en esto estamos, queridos convecinos: soñando porque el crecimiento de nuestra ciudad no sea desgarbado. A toda Elda la queremos saber limpia, ^raciosa y ale^re en su fisonomía exterior; fiel, trabajadora, culta, religiosa y patríota, en su fisonomía interior. Los esfuerzos del Ayuntamiento han de centrarse en este menester, y sin prisas, pero sin pausas, vamos a dedicarnos a modelar nuestra futura gran cíudad y a embellecerla. Una advertencia, no obstaníe, para los impacientes: los proyectos municípales están sujetos, unas veces, a trámites reglamentarios insoslayables, y otras, supedítados a subvenciones oficíales. Quiere esto decir que desde el estudio y planteamiento de la obra a realizar hasta la ejecución material, es ineludible cierto lapso de tiempo que no debe irritar a los impetuosos He aquí someramente algunos de los proble mas municipales que el Ayuntamíento actual ha resuelto, ios que está intentando resolver en fecha breve y los que se planteará a continuación. Problemas resueltos: la ordenación del tráfico urbano.-Era imprescindible re^lamentar el trá fico rodado. La colocación de las señales indicadoras y la vigilancia de los ^uardias municipales, hasta tanto se cree en el próximo ejercicio la plantilla de ^uardias urbanos, impondrán a todos la precaución y la disciplína. Los esfuerzos del Ayuntamiento, además, no cesarán hasta conseguir el desvío de la carre tera ^SeneraL La Jefatura Provincial de Obras Públicas conoce este anhelo de la ciudad de Elda y ha prometido el desvío provisional hasta tanto el definitivo sea una realidad. Horario de apertura v cierre del comercio.-Los as;entes del Ayuntamiento seguirán velando porque las díversas actividades del comercio se ajusten al horario correspondiente aprobado para nuestra ciudad por el Ilmo. Sr. Delegado Provincial de Trabajo, comprobando, asimismo, si todos poseen la ma trícula industrial y la licencia municipal pertinentes. La Casa de Socorro.-Su funcionemíento se hacía sentir con carácter de urs;encia. De momento se ha instalado en el Hospital Municipal. Los doctores don Rafael Grau, don Die^o Cuenca y don Anto nio Pérez Rico, asistidos por los practicantes señores don Juan José Primo Guarinos, don Guillermo de Castell y don Braulio Martínez componen la plantilla facuitativa. Buzones de colúmna.-Por una gestión personal, a la que prestó eficacia una solicitud anterior en el mismo sentido, hecha por el Jefe de Correos de Elda, señor Azorín, se han conse^uido dos buzones de columna que se instalarán, uno en la plaza de Castelar y otro, en Avenida Chapí Nos ahorrarán muchos pasos y serán otra comodidad evídente para el vecindario. Parque del productor.-La implantación del horario de verano con descanso del sábado por la tarde en las fábricas agudizará más todavía el problema de la falta de un lugar adecuado destinado al esparcimíento, al deporte y a la higiene del trabajador y de su familia. EI Ayuntamiento ha adquirido en torno a la ermita de San Crispín, ochenta mil metros cuadrados. Ha puesto, por tanto, el primer jalón de lo que en su día puede ser una zona verde con instalaciones adecuadas para el descanso y el deporte del productor. Problemas de inmediata solución: arreglo de las aceras.-La ejecución material habrá de estar termínada, salvo dificultades imprevistas, antes de fin de año. La subasta ha sido adjudicada a la Cerá mica Duyos, de PetreL Adquisición de un auto-transporte de la carne.-La subasta ha sido adjudicada a Talleres Le vante, de Alicante. Se ha adquirido un automóvil DKV, carrozado exprofeso. Entrará en servicio antes de finalizar 195b. Recogida de basuras, barrido y baldeo de calles.-Los concesionarios del actual servicio de re cogida de basuras terminaron su contrato a primeros de año, advirtiendo al Ayuntamiento que no desea ban continuar prestando este servicio, estando en estudio la implantación del que ha de sustituirle, al que irá adjunto el de barrido y baldeo de calles. Para ello será preciso multiplicar las bocas de riego y adqui rir los terrenos destinados a vertederos de desperdicios, a cuadras, a limpieza de vehículos, etc. Plano general de urbanización.-Su confeccíón se hacía imprescindible para cortar la anarquía en materia de edificación y para refrenar las propias conveniencias en beneficio de ]a estética y de las conveniencias ^enerales de la poblacíón. Estará terminado en fecha breve. Problemas a resolver en el plazo previsible de dos años. Agua potable a domicilio.-EI plan teo acertadísimo de este problema vital para nuestra ciudad y que hace posible su solución definitiva, corresponde a don José Martínez (q. e. p. d.) y a cuantos Ayuntamientos con él colaboraron. Al adquirir ]os pozos de Salinas y montar la central térmica, ase^uraron para Elda, sin depender de nadie, un caudat de a^ua que cubre las necesidades de una población de cien mil habitantes. La tarea nuestra se centra en conseguir que el a^ua de esos seis pozos de Salinas y la de los que en su día pudíeran descubrirse en terrenos propiedad del Ayuntamiento, ven^a a nuestras ca sas en abundancia y en condi ciones hi^iénicas. Para ello es necesario un canal cubierto de Salinas a Santa Bárbara y cuyo proyecto ya ha sido redac tado por la Confederación Hi drográ(ica del Júcar y cambiar la tubería que desde Santa Bárbara, vierte el agua en los depósitos dístribuidores. Todo e(lo supone un presupuesto alrededor de los diez millones de pesetas. La ejecución de este canai, una vez adjudica da la subasta, durará no me nos de un año. EI afán del Auntamiento es conse^uir, lo antes posible, que los trámites a se^uir hasta que el Miníste rio de Obras Públicas nos con ceda la subvención del cin cuenta por ciento con destino al canal proyectado, se acele ren al máximo. Terminación del pavimen tado de calles.-Está supedi tado a la concesíón de un préstamo solicitado del Banco de Crédíto Local de España, y cuyos trámites procuraremos acortar. Casa de Correos y Telé grafos.-Han sido ofrecidos a la Dirección General varios solares, habiéndose reservado dicha Dirección la prerro^ativa de elegir el que ella crea más conveniente. Es de suponer que la ansiada casa de Correos y Telégrafos, di^na, capaz y cómoda, que Elda se merece, sea pronto une realidad. Servicio de incendios co q material eficiente.-Debemos prevenirnos contra el riess;o de incen díos, sin esperarlo todo de la Providencia, ya que en nuestra ciudad, por la índole de las sustancias que se manejan y almacenan en las fábricas de calz^do, pudíera tener consecuencies catastróficas. Procurare mos abordar este problema, y resolverlo, en el próximo ej^rcicio. Construcción de viviendas.- Por error en el anuncio de la subasta no ha comenzado la construc ción de 129 viviendas en lo que fueron terrenes del Manicomio. Subsanado ya el error, se nos ha prome tido que el anuncio de la nueva subasta saldrá inmediatamente en el B. O. del Estado. Asimismo espera mos que la Obra Sindical del Ho^ar nos adjudique 500 viviendas de renta limitada; para lo cual el Ayun tamiento ya tiene previstes los terrenos necesarios. Nuevo Matadero MunicipaL-Se hace nPCesario desplazar el actual, que ha quedado demasiado céntrico y, además, ínsuficiente. Transformación del alumbrado público. EI empaque que queremos dar a nuestra ciudad exije ya la iluminación moderna que realzará todas nuestras actividades, festejos y esparcimientos. Instituto Lahoral.-En su día se remitió a la Dirección General de Enseñanza Laboral el expe diente completo de soli ĉ itúd de creación del Instituto LBborai, de modalídad mecánica, de Elda. El Ayun tamiento ha suscrito cuantas obli^aciones le^ales eran precisas y ha accedido a cuantas otras se le han recomendado para su pronta creación. Todavía quedan por reseñar muchos problemas interesantes, sin^ularmente quaridos por mí, y que tarde o temprano hemos de plantearnos: el de la residencia sanitaria del Seguro de Enfermedad, el de la Casa de la Cultura, con su salón de biblioteca, sala de exposiciones, de conferencias, de cine-club, etc. Si estos problemas que he apuntado en las líneas que anteceden tíenen su expresión concreta, rela tivamente pronto, es posible que califiquéis a nuestro Ayuntamíento de bueno. Pe~o yo os he de decír que lo seríamos sólo a mediaG; porque nos habríamos dejado sin intentar solucionar otra cantidad de proble mas sin expresión tan^ible, pero tan vitales, mejor dicho, más vitales, más fundamentales que los ante riormente bosquejados: son los problemas de la educación y de la cultura, los problemas de la moralidad, de la cortesía y respeto mutuos. Los mercados, los puentes, los jardines, los monumentos, la industria, el progreso, la civilización... la hace el hombre y el hombre puede destruirla. Cultivemos, por tanto, en primer lu^ar, al hombre. Infundámosle conciencia de responsabilidad. Hagámosle sentirse eslabón entre el pasado y el futuro, entre la tradición y el progreso, para que las propias obras de sus manos nos hermanen y nos labren el mundo mejor que soñamos. Este cultivo del hombre se ]lama sencillamente: conocimiento y práctica del Evangelio; amor a la verdad y é la ciencia; entrega a los deberes familiares y profesionales. Por eso desertaríamos de nuestra obligación, sa^rada obligación, si no estimulásemos la enseñanza oficial y privada, si no fomentásemos las vocaciones sacerdotales, la dedicación a las bellas artes, la cor dialidad en las relaciones sociales, la justicia, en fin. Ambiciosos propósitos, ami^os míos. No sé a qué distancia de estas metas me encontrará el relevo del car^o de alcalde. Lo que sí puedo aseguraros es que el Ayuntamíento que presido se dispone a recorrer el camino trazado a la velocidad que las circunstancias le p rmitan. Y que para abreviar etapas vamos a poner a contribución toda nuestra capacidad de servicío y sacrificio. CA^TA ^B[E^TA A iIN VIEJU SACERDOTE MLlERTO POR RODOLFO GUARINOS AMAT 0 creo que te nos has muerto, mi querido don Ro que Sempere Vidal -y perdóname el tuteo, porque me resultaría muy raro tener que tratar de usted a los muertos tan. dulcemente como se aleja el paquebote de la orilla, entre agitar de blancos pañuelos. También hubo parauelos en tu muerte, pero éstos eran de lágrimas, que los que te rodeaban te querían de verdad, de ello puedes estar seguro También lloró la dulce mu chacha que te leía a ratos -cuando yo descansaba fu mando un cigarrillo-libros que no acababa de compren der del todo. Y yo no lloré porque no quise hacerlo, que ganas tuve de sobra. Me sé de memoria aquel día de tu muerte. Era la Pascua de Resurrección. Cuando el Señor regresaba a la vida, tú le saliste al encuentro por el camino di^ícil de la, muerte, como si al final te hubiesen entrado las prisas por entregarle tu alma. En tu casa, apenas abierta la puerta, nos encontra mos, antes que con nadie, con tu sillón vacío. lQué terrible fuerza simbólica tienen a veces las cosas! Tu viejo sillón de mimbre -vacío ya para siempre nos hablaba más alto que cualquier otra cosa de tu muerte. Luego te vi -yo sclo, porque la muchacha que te leía quiso conser varte vertical en el recuerdo --tendido en tu cama, afila do, inmóvil, convertido en un liviano bulto negro que apenas si hundía la colcha. Me pareció que más que haberte muerto, descansabas de tus noventa años de estar viviendo. Pero estos son recuerdos tristes y estoy seguro de que tú ahora has olvi.dado incluso el que la tristeza exista. Me gusta peusar más bien en los buenos ratos que hemos pasado juntos. Quiero que sepas que yo no te hacía favor alguno cuando, con un libro bajo el brazo, iba a tu casa a leerte un poco. Puedes creerme si te digo que yo disfrutaba leyéndote en voz alta, tanto como tú eseuchándome en silencio. Lo que quiero decirte -ahora que ya no tiene reme dio-es cuánto me reprocho no haber comenzado antes esas tardes de lectura que fueron costumbre entre nos otros durante el último año de tu vida Yo debí haber acudido antes en tu auxilio, haber adivinado antes la infcnita tragedia de tus ojos sin fuerzas, ávidos de lectura con que llenar tus )zoras largas, pero desarmados e im, potentes. Eras un viejecito pulcro, lleno de alegría y de agra decimiento. A nosotros nos abrumabas un poco con tus manifestaciones de agradecimiento. c+Recuerda.s que nos decías-textualmente que para ti había vuelto a salir el sol y que hacíamos una doble obra de caridad: visitar al en fermo y consolar al triste. Estas eran unas hermosas palaliras tuyas que difícil7nente podremos olvidar mien tras vivamos. Pero quiero dejar aquí bien sentada una cosa. Nosotros no hacíamos una obra de caridad contigo, por lo menos en el sentido corriente y actual de la pala bra, Lo nuestro era un acto de anaor -o de amistad, como quieras llanaarlo, bastante aléjado de la sensación de dar unas monedas a un mendigo o entregar un pantalón usado para que el hijo de la sirvienta acabe de rom perlo. No teníamos la noción de hacer una buena acción, sino la de hacer algo necesario y de nuestro mayor agra do, a lo que nos llevaba, simplemente, con la mayor naturalidad, la mutua estimación y el profundo afecto. En el pueblo se dejó sentir tu muerte. Se corrzentaba con un poco de incredulidad, de desencanto. Te habías convertido con los años en una institución y la gente empezaba a crear que eras inmortal, o poco menos. «que nos enterrarías a todos». Nos habíamos acostumbrado a verte cada domingo en la iglesia, ofcciando una misa de doce más corta que cualquier otra, por la sencilla razón de que tú ni podías ni tenías necesidad de leer los textos litúrgicos, que los retenías en la memoria impresos. Te encontrába^nos por la calle, caminando con tu paso ligero, sin ivuportarte los años ni la falta de luz de tus ojos en fermos Y eran muchos los que te tomaban del brazo con cariñosa solicitud, para a,yudarte a cruzar una calle o subir unos peldaños. Yo mismo lo hice en alguna ocasión - con anterioridad a nuestra intimidad de los últimos tiempos-sin darme a conocer siquiera, pero con la felicidad de poderte ayudar en algo. Ultimamente ya salías muy poco. Se iban agravando tus males, sentías en tus huesos la llamada apremiante de la tierra y cada año echaba diez sobre tus hombros valientes. Si acaso, hacías de vez en vez, alguna escapada a una reunión de viejas amistades. Allí decías sonriendo --tal era el placer que te producía el romper la diaria monotonía-que seguirías acudiendo aunque te obligaran a pagar un precio de entrada. Y forzoso es terminar, mi querido don. Roque, aun que yo seguiría largo rato contigo conversando. Esta carta la publico, abiertn, porque, aunque salida de mi humilde pluma, va a ti dirigida y habla de ti, y son mu chos los que querrán conmigo recordarte, porque son muchos los que en Elda te tenían en la mayor estima. Pero, más que nada, ha sido escrita pensando en nosotros dos, en ti y en mí, y también en la dulce mu chacha que te leía, cuando yo descansaba fumando un cigarrillo. Fstoy muy seguro de que estás ahora en el Cielo y has vuelto a tu antig^o oficio de organista. Y te ima gino acompañando con un órgano de plata, con el vigor y la maestría de antaño, los cánticos de un coro de arcángeles de inexpresable belleza. ELD^, POTEl^ICIA F[^TBOLISTIC^ ^./S ^a sabido de todos yue el fútbol ha dej^xdo de ser la distracción doming^tier^z de unos pocos afic^onados para convertirse en una arrolladora corrier^tc que domina con cada vez mayor ím^etu a las masas españolas. Ahí están los coiosales estadios de Chamarlín, Las Corts, Mestalla, etc.; abarrotá^^dose todos los domingos y cen trando la atención de u^í qran porcentaje d,e españoles, per^díemtes de lo que ocurr^^ en sus recintos, y ahí tene mos las enormes tiradas de la prensa deportiva y el ca-da vez ma^or espacio qwe esta especialidad ocupa en la Pren sa diaria restando páginas a otras noticias de contem^do ^ná,s trascende^^tal. En ^un editorial de la prestigiosa revista Ecclesia. que sólo se nutre de problemas profundos y excelsos se dic^: = Porque - querámoslo o no las manifestacio nes deportivas han llegado al primer plano de la vida nacional, tanto ^or las iragent^s masas que mueven cuanto po^• lo que influye en su modo de ser, por no ci^ar otros aspectos socíales, económicos ,y hasta políticos en la esfera de lo internacional^. E incluso el m^i^nao Papa felizrvee7^te 7•einante S. S Pío XII, lo defi^rae al deporte como •un fenómeno típico de la sociedad ar,tual. ^ Por todo ello podemos afirmur que al enor•gullecervcos como eldenses de los tri^wryifns obtenidos por nuestros equipos en esta tempora.da crucial de 1955-56 no incurrimos en u^na salisfucción pueril sino q^ue valoramos en su jus to alcance lo meritorio de los ascensos consegwidos por responder al esfuerzo unáni^r^e del pueblo eldense y por ser la nueva categoría adquirida una mueslra ^nás de la p©tencialidad local, tan patente hoy en las esferas econónaica, de^nográfica e industrial. El Club ^ Deportivo Eldense, tras una campaña tan rica en é xitos como en incertidumbres se ha ganado a pulso el ascenso a segunda Divis^-ón y lo ha hecho de la manera mcí^ directa que podía ser, esto es, enfrentándose en última instancia a un segunda División y arrebatándole su puesto en dos partidos a cara o cruz. A Plus Ultra muerto, El dense puesto. Escuetamente, sin que nrudie pueda pone^• pegas al triun fo, culmir^amdo unas largas aspiraciones que ya contaban con 35 años de madurez. Simultáneamente con el ascenso del Deportivo a Segunda, otro equipo local ha ocupado el puesto que su her mano mayor dejaba vacante en Tercera. Silenciosamente; casi sin enterarnos, apagados sus éxítos por los vaivenes de la clasificacióii del primer equi^o locai,, la Unión, Deportiva Elder^se se clasificó campeón de Primera Categoría Regional y obtuvo el ascenso a tercera División en la dura .liguilla de permanencia ^ desr,evaso en pugna con dos potenles Elche, Hellín, 1Vovelda, ( orcc^, CiPZa, etc. Para Elda es acn orgullo el que su nombre vaya icnido en la temporada pró^i^na al de tantas ciudades de superior categoría en unr^ moble y deportiva pugrea por lograr, si no el arvebicioso deseo manifestado por los directi vos del Eldense y plasmado en la consigrAa de =jA Prirraera!^, sí el m^zntenerse en lugar destacado de su nueva cate^oría. Para los directivos de ambos equipos, especialmente a sus Presidentes don Luis Cremades y don Emilio Ortiz, van los mejores deseos del pueblo eldense de que tengan é^ito en su delicada geslión, manterciendo el nombre deporti vo de Eldc^ en el privilegiado lugnr en que lo han color.ado. A. N. ^TRFI vez soberana en escabel de oro recorres nuestras calles, Uir^en de la Salud; y un cortejo de amores recónditos te si,ue vibrando emocionado de santa ^ratitud. PROC^,SION D,E LA PATRON A por `,}oaquín Campos La salve mayestáfica que añada tras añada de nuestras 6estas grandes fue el pórfico triunfaI llenó con sus acordes brillantes y armoniosos las anchurosas naves del templo parroquial. I ,J . a su conjuro mísfico, millares de hijos de Elda aferrados conscienfes a pía tradición, la Salve han escuchado, exulfanfe y alegre, que llenó de fervores su noble corazón. Después, de fu almo trono orlado de querubes, cuajado de las flores más bellas del pensil, los ojos extasiados bajar fe ven, Señora, nimbada de pureza y de hermosuras mil. IJ , un suspiro anhelanfe de lágrimas perlado se escapa de las almas y a fu presencia va; y Elda, a fus pies rendida, amanfe fervorosa, su efán y su esperanza y el corazón te da. LJ sales a la calle en pedestal triunfanfe a hombros humillados de recia iuventud, y un grifo de ternura unánime fe aclama, Reina de nuestro pueblo, Uirgen de la Salud. La procesión se alarga en filas paralelas que el público flanquea en apretado haz, hincando las rodillas a tu materno paso y alzando ]a mirada a tu adorable faz. Todos, todos los hijos de la indusfriosa Elda forman en tu corfejo y anhelan tu favor; los triste sólo falfan que gimen en silencio o viven prisioneros en lecho de dolor. jBendice, Madre mía, a los que ausenfes lloranl jBendice a los que sufren cruel entermedadl jBendice a los que rigen nuestros destinos patriosl jBendícenos a todosl jBendice a tu Ciudadi Que al regresar de nuevo al camarín sagrado fe lleves prisionera la inmensa mulfifud, y mientras ruede el mundo, Elda, gentil y ufana, te aclame por Patrona, Uirgen de la Salud. CONSUMATUM EST ^1 voz de los profetas allá en Sión retumba, ya el sacrificio santo a consumarse va; su velo rasga el templo, su seno abre la tumba, y en pálidas finieblas envuelto el cielo está. Del Gól^ota en la cumbre el serafín suspira cruzando su gernido los valles de Esdrelón, y el viento que hora azofa a la ciudad con ira tremendas voces ruge de eterna maldición. Sombrío y friste el cielo, la ve^a solitaria, la brisa adormecida, los bosques sin rumor, penumbras en el monte, la mar silenciaría; horas de horrible an^ustia, expectación, de horror, Flhi-ru^e el frueno,-tiembla, Jerusalén dPicída que muerte y odio en pago de amor das a Jesús; sacúdese a tus pasos la fierra estremecida, y ocúlfase a fus ojos, del Eter la alba luz. Dios te escogió entre todas las razas y naciones, fe insfifuyó señora fPliz de su heredad, y hoy con horror el Gólgota repite en roncos sones fu inexpiable crimen, tu torpe iniquidad. Mas es preciso: el alba que tras la noche oscura inundará mañana los cielos de esplendor, alumbrará a la tierra sonrienfe de venfara... y al puebto predilecto sin ley ni Redentor...! Perdona a sus verdugos JPSÚS en su agonía; el rnundo se con^rega de su suplicio al pie: y Cristo rasga el velo que la verdad cubría, y entona himnos eternosel arpa de la fe. Sus poderosos ecos despiertan al tirano que oye en su horror frases de amor y de igualdad; y de las Cafacumbas hasta el Circo Romano la túnica sangrienta rodó de la v^rdad. I ,a en vano el error se alza: sus huellas exfirpando para salvar al hombre murió Cristo en la Cruz; del figre y los esbirros triunfa el márf^r amando, que allá en la altura aguárdanle los brazos deJesás. De los pasados siglos la voz se oye en lo inerte, su cineraria urna veló la eternidad; se regenera el mundo, ^:caba en la cruz la muerte, y mira el cielo abrirse la errante humanidad. Dejad que lo repita gimiendo la campana, dPjad, ayl que lo sienta llorando el corazón; dejad que 1o pr•eludie la catedral cristiana con lento y grave y triste sublime y ronco son. Muere Jesús-Dios-Hombre: su sangre redentora en efernal misterio borró nuPstra maldad; ya el sol de la esperanza nuestro horizonte dora, y nace sobre el Gólgota la humana liberfad. Flmor, amor inmenso que abrasa tu alma santa llevándote al suplicio te levantó en la cruz; y repetida lue^o tu frase sacrosanta amor dio a los espíritus y a las concie^cias luz. Oh, Padrel Hoy a tus plantas mi cor^+zón suspira, tu cáliz de amargura gimiendo beheré: mueres y rofa salta mi desacorde ]ira, y canta eternos himnos el arpade la fel CR^STO EN LA CRUZ por• Francisco Lali^a Gorgues -^ .r^.....^^....^ __ í.AT.R. i _ ^ d ^ ^ ^ ----- _ ij^^^{ # _ - _ ^^ _ _ ^ _ _ - ,,;, = _ - ^ -_ _ _i --_^^ -I= I °-I = _ - , _= :_ __ _ / 4 ^ I=;=_ , - - = ^ - - _ I - -_ ^ l ^^^^^ ^^^^i^^^^^^^^^^^^^^^^^^^ ^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^ ;........ .. .......__....; ^ i D ON GONZALO SEMPERE Y SU `^NOTICIA INTERESANTE POR ALBERTO NAVARRO PASTOR Cronista Oficial de la Ciudad Amat mismo nos dirá más adelante. También destaca como cronista de la protección dispensada al pueblo su Augusta Patrona. NrRE los ilustres varones que en el síglo XIX honraron con su meritoria actividad al pueblo que los vio nacer merece figu rar el que fue Párroco y Cura Propío de Santa Ana don Gonzalo Sempere y Juan, tanto por la importante labor realizada en su miriisterio y en el mejoramiento de la Iglesia como por el fuerte estímulo que fue para el historiador local Lamberto Amat, pudíendo decir que sin el interés de aquél no hubiera éste, pru bablemente, redactado sus «Apuntes» como en Gonzalo Sempere y Juan su labor personal de Elda por la Santísima Virgen de la Salud, El retrato que pende de los muros de la sacristía de su Parroquia nos lo presenta grueso, con cabello blanco, la cara rubicunda y Ilena, nariz recta y prominente, boca y barbilla firmes y expresión bondadosa en sus ojos inteligentes; retrato que refleja su fuerte personalídad, amable y enérgica a la par, nobles cualidades que se rnanifiestan en todo cuanto emprendió. Gonzalo Sempere y Juan-no Amat como figura en el citado retrato-nació en Elda el 10 de Enero de 1804 y fallecíó en la misma población el 22 de Mayo de 1881, a las ocho y media de la noche y a los 77 años de edad, víctima de una cruel úlcera cancerosa. Nada sabemos de su infancia y juventud, primeros estudios, semínario donde obtuvo Orde nes Sagradas y demás datos que puedan orientarnos sobre su formación intelectual, pero el 19 de Febrero de 1834, a los 30 de edad, lo vemos ya de Fabriquero de la Parroquial de Santa Ana, y el 21 de Septiembre del mismo año como Vícario Ecónomo. Al fallecer el Cura Ecónomo don José Gomar en Diciembre de 1844 fue elegido para sucederle, pese a las sinceras protestas de incapacidad e indignidad para el puesto designado, protestas que le dictaba su natural modestia. Enteradas las autoridades y pueblo de esta renuncia consiguieron con sus insistentes súplicas accediera a desem peñar el alto cargo para el que había sído nombrado. Desde el mismo día 23 de Diciembre en que se posesionó del Curato comenzó a desplegar su intensa actívídad transformando en el ínterior de la Iglesia todo cuanto no satisfacía su exigente gusto estético. Resultaría pesado el detallar todas y cada una de las innovaciones y mejoras que Gonzalo Sempere y Juan introdujo en su Iglesia y sólo haremos mención de la renovación del vestuarío de la Vírgen, la colocación de valiosas pinturas en altares, capillas y muros y el dorado de todo el interior de la Iglesia desde el piso hasta la cúpula, por lo que-como dice Lamberto Amat en sus «Apuntes» Gonzalo Sempere y Juan quedó satisfecho «de ver mejora ^®^^^^ da, enaltecida y en tan brillante estado la Iglesia, realizado ^ ^^ DULGIS6^9A ^I^GtN ^^R9Ag BAJ@ I.A YNV@CACáON de Orihuela doctor don Pedro María Cubere ue no sólo ^ E ^ ^^^ ^^^ accedió a las deseos del buen párroco sino que anunció `rENERADA En°Sí7 PERGGIiINA iMAGEN en la Partornial iglesía do la villa áe Elda. todo por él mismo desde la cruz de la alta cúpula hasta el piso sin quedar nada en el Templo que no hubiere reto cado y ornado». Para dar mayor realce a la transformación experímentada por el Templo se acordó celebrar una so lemne fiesta de inauguración a la que se invitó al Obispo que oficiaría en ella de Pontifical, ceremonia que nunca se h^bía celebrado en Elda. Sucedió esta grandiosa fiesta en la Pascua de Pentecostés, 16 de Mayo de 1869, asistíendo l G b d C l l d l P C d G o erna orivi , oman ante enera ea rovincia i7z.Eia^esta por urz ^evoto, que ^ies^a e C^a SaévR@ ^te éU8 al7)las^ y^d af^n^ony o utras relevantes personalidades, constituyendo esta fiesta ^o de an drvoc2o^ f^ est^ un triunfo para el bondadoso Sempere al que todos felici ^2^^^ 19attd:-e• taron y elogiaron por su actívidad y celo por su Iglesia. ^ No concluyó con esto el desvelo de Gonzalo Sempere y ^ -o c^. ^5^ Juan por el adorno de su Parroquia sino que continuó me jorándola hasta que su enfermedad le obligó a abandonar las asuntos de su cargo el 25 de Marzo de 1881, recluyén A^cov _ í3^s: t«;,. a^ PAYA é Iiiíog. dose en el lecho del que ya no salió más que a hombros de sus fieles amigos para ser sepultado en el viejo y pe queño cementerio junto al camino real de Madrid. En Gonzalo Sempere y Juan, aparte de su especial dedícacíón a su Iglesia y a su Virgen como Párroco de la primera y Mayordomo nato de la segunda, destaca su raro interés por la historia de nuestro pueblo y de sus devocíones. Y digo raro porque con tantas personas ilustradas que han nacido en nuestra ciudad desde los siglos XVI hasta el XIX, con capacidad literaria e intelectual suficiente para ser cronistas de su época, no conocemos que nin guno acometiera tal empresa. Gonzalo Sempere y Juan exhortó a su gran amígo Lamberto Amat, en quien veía brillantes condiciones para llevar a cabo la hístoría de nuestro pueblo, insistiendo macha conamente sobre la rnodestia de éste que se conceptuaba inhábil para la empresa como él mismo dice al terminar su obra: «.,,a pesar de este síncero y des interesado deseo (de escribir la Hístoria) lleno de descon fianza por nuestra falta de conocimientos y poca dísposi ción, no hubiésemos nunca acometido esta empresa a no ^` °OQ^^3GS haber sido impelidos muchas veces por personas que nos han juzgado más bien por el prisma de su benévolo afecto 1 N^° E R E S A 111 T E que por el de nuestro escasísimo mérito.» El historíador recalca aún más la personalidad de que lo juzga «por el prisma de su benévolo afecto» al redactar la =Dedicatoria^ n10S de su obra y escribir: =A don Gonzalo Sempere y Juan. Mi DG Ln FIDCLLSIMA venerado Párroco y respetable amigo: Nuestro mutuo de seo de consignar los antecedentes antiguos del amado pue blo en que nacimos y de la Iglesia en que fuímos bautiza V(^ j^ ^Ol, ^) ^i,; ^t ^,, ]^,(^, dos está cumplido. Los apuntes que contiene este cuaderno se refieren exclusivamente a ambos objetos; verdad es que están expresados con poco o acaso sin orden ni concierto, pero lo es también que de cualquier modo constan y éste y no otro ha sido mi objeto para llenar el vacío acerca del particular al que sólo Vd. me ha estimulado facilitándome los datos que poseía...y Creo que estas palabras son suficientes para considerar a Gonzalo Sempere y Juan como eficaz colaborador en el valioso trabajo de Amat, que tal ONIHUELA : vez sin la insistente presión de aquél no hubiera realízado. lmprenta de Cornetio Payá, Sin embargo el propósito que guiaba a Gonzalo plaza oue^a ^3. Sempere y Juan quedó cumplido sólo a medias. Verdad es i87B que existía ya una Historia de Elda y de su Iglesia como él deseaba, pero también lo era que la obra permanecía in édita, en manuscrito, y por lo tanto ígnorada del pueblo y expuesta a la desaparición o destrucción del origínaL La excesiva modestia del autor impidió que su Historia se imprimiese a pesar de los ofrecimientos que se le hicieron por amigos íntimos que deseaban publicarla a sus expensas si él no quería arrostrar la costosa empresa, y por este motivo Elda siguió sin Historia, como sigue hoy a los 64 años de la muerte de Amat, destruida una dz las copias y sustraida la otra a la legítima curiosi dad de los eldenses interesados en su pasado. Probablemente esta situación índujo a don Gonzalo a tomar la pluma y pergeñar s^i librito que tituló «Noticia interesante para los hijos de Fidelísima Villa de Elda» y mandó imprimir a Cor nelio Payá, impresor de Orihuela. Es significativa la comparación de fechas entre este librito y el último tomo de los «Apun tes». Este fue terminado en 1875, y a fines de este mísmo año, el 30 de Octubre, sometía Sempere su obra a la aprobación eclesiástica, lo que indica una reacción inmediata al ver frustado su deseo de que las glorias de su pueblo, su Iglesia y los Santísimos Patr^nos fueran públicos y permanecie ran en el tiempo por medio de la letra de molde. La censura la ejerció su amigo y paisano Indalecio Ferrando, Canónigo Magistral de la Catedral de Orihuela, por lo que no sólo aprobó la obrita sino que le recomendó a S. I. para su definitiva decisión. El librito está dedicado exclusivamente a la exaltaciór. de los Patrones Celestiales y dividido en estos apartados: Venida de las Santas Imágenes; Advocación; Protección; Gratitud e Indulgencias. El pciriero relata la versión tradícional de la legen daria llegada de las Santas Figuras; el segundo historia las circunstancias en que se les concedió las advocaciones que hoy ostentan; el siguiente relata las distintas ocasiones en que se ha creído ver la inxereesión de los Patronos en situaciones apuradas para el pueblo; el cuarto trata de la forma gene- rosa en que el pueblo de Elda agradeció esta divina proteccibn, y el últímo de las distíntas indulgen cias que Papas, Arzobispos y Obispos han concedido a los visitantes de la Parroquia de Santa Ana. F.l motivo que indica el P. Sempere para dar a luz este libríto reafirma mi teoría manifestada más arriba, pues al aludir a la falta de noticias sobre este tema no hace mencíón alguna del manus crito que el mismo año le había sido dedicado por su amigo. Así dice: «Más de una vez he conce bido la idea de remediar esta falta redactando una sencilla memoria sobre sucesos que tanto interesa a esta villa no olvidar, y conociendo mi insuficiencia y temiendo la crítíca desistí de ello, mas en la actualidad que se multiplican los acontecimientos, parece me arguye la conciencia como Cura y Ca pellán Mayor de la Virgen por mi silencio.» Esta «Noticia* ofrece el interés de presentarnos una serie de estampas eldenses en las cuales se ha mezclado de tal modo la realidad con la leyenda que resulta difícil discernír a qué párrafos corresponde una u otra, lo que aunque merma su valor hístórico no le resta interés alguno «para los hijos de la Fidelísima Villa de Elda• como deseaba el buen Cura. El formato exterior del librito es de 14,5 x 9 cros. y consta de 24 páginas y la portadilla cuyo facsímil acompaño. Su circulación debió ser profusa, pero actualmente sólo conozco un ejen^plar, prapiedad de la ŝ eñora de don Antonio Porpeta, gracias a cuya amabilidad he podido obtener copia del texto y reproducción de las portadas como testimonio bibliográfico de esta pequeña joya de la reducida literatura eldense. Unida a la «Noticía» e incluída en la misma censura y aprobación eclesiástica va una «Novena a la Dulcísima Virgen María bajo la invocación de la Sa1ud» impresa en Alcoy en 1856 y que-sin base documental alguna -nos inclinamos a suponerla salida de las manos del mismo Gonzalo Sempere y Juan. En esta aNovena» se incluyen los conocidos «Gozos» a la Virgen de la Salud, procedentes probablemente del siglo XVIII. Tanto el citado librito de la =l^Ioticia» como el de la «Novena» constituyen una valiosa aportación de don Gonzalo Sempere a la biblíografía local y al conocimiento de las tradiciones religiosas de nuestros mayo res, hoy casi totalmente olvidadas. LIBÉLLILAS EN TOl^NO A LA FLIENTE POR J. MADRONA E LDA, obrera y proletaria, tlene su poqutto de lujo en un bello rincó q de su jardín; como esas guapas apara doras que bajo un vuelo garboso de humildes perca les lucen unos espléndtdos zapatos del mejor tafilete. 1Y no es conmovedor el lujo en la pobreza? Aliá los mora listas, los sociblogos, los dómines ergotizantes. A mí me encanta ver un detalle de lujo tmposible en un atuendo mo destísimo. Y sacudiéndome los moscardones que a mi alre dedor zumba q cr(ticas estólidas, yo he de declr que me gusta la fuente luminosa. Y me gusta más Elda con ese broche vivo sobre su verde pecha juvenil. Por eso como llbélulas zurcídoras de crepúsculos, se me escapan junto a la fuente luminosa un sartal de fáctles me táforas. Fondo: un enorme rubí, regazo incandescente de la pe drería líqutda en que se resuelve la fuente alborotada Es la noche de agosto al rojo vivo, que prende incendios en las vidrteras de las casas vecinas. Severos, esbeltos, guardia vegetalsensitiva y protectora, verde trasfondo en anslas cenltales, ttna breve fila de cipre ses extáticos, hipnotizados de tanto velar bajo la caricia bruñtdora de las estrellas. Blanca la ptedra, sabidora de suaves geometrías, enmar ca justa y precisa el infantil alborozo del agua hecha perlas. Un escorzo helénico, narciso Impenitente, quiere verse en el espejo conturbado del estanque. Orgía del agua, que nace en tallos de juncos argentados, y muere al instante, desmelenada e q fresco diluvio de per las. Org[a de la luz, nimbo de gloria roto en mil irisactones versátiles. Orgta de céfiros pasmados, que se enredan en la maraña turbadora de los rosales. Del estanque fastidiado de urbanismos surgen, gemelos, unánimes, dos vigorosos tallos de cristal. Aprendíces de cipreses, han soñado connubios siderales, y acaban desma yándose pronto- jcon qué femenina languidez!-en el impal pable regazo de la noche complaciente. Unos ojos de mujer joven se enredan y suben por la escalera genttl de los dos chorros cristallnos. Ella, tallo tambié q de vida en burbujeante lozanía, está aprendlendo conmovida y silente, esa bella lecdón de desmayarse stn desesperanza en el camtno ascenstonal de las tlusiones y renunciar con garbo y sonrtsa a esos claros sueños que surgieron vigorosos hacta un azul desvanecido ahora en oscuras melancolías Abajo en la líquida superficie jovtalmente diluvtada, anchos nenúfares velados juegan al sortilegio de su fresca policromía. Amattsta, Itla pálido, color de pubertad asom brada. Amarillo Itmón, color de nostalgias. Rojo transpa rente, inqutetudes mal sllenciadas. Verde, verde mar, color de quiere y no puedo .. En lenguaje sutil de colores habla la noche bruja, la noche renegada de prosas y de motores. IEI agua y el color, qué bien se entienden en su delicio so arrullo sentimental! Elda tiene una fuente luminosa, broche de fuego y crts tal sobre la esmeralda susurrante del jardín eternamente enjoyado. ^Poca cosa?.. Bueno; hoy es esto pero mañana serán las altas construccIones de doce pisos, los trolebuses inquietcs, los estadios inmensos, las bellas estatuas en las avenidas amplias y acogedoras. Sentaos a la vera de la fuente lumtnosa, y, con el alma limpia y bruñida de gratitudes a nuestro pueblo, veréis qué grato es recrearse en las incalculables posibiiidades de esta ciudad en juventud eterna que con tanta generosidad nos acogib a todos. Y brotará de vuestros labtos, como la mejor flor del jardín conmovido, esta breve oración: jBendita sea Elda! A LA SANTISIMA VIRGEN DE LA SALUD POR FRANC[SCO TECILLA DE tierras ignotas, surcando los mares, un barco de vela portó un cargamento. Decía: «Para Elda» y allí se encerraban esas dos relíquias: los Patronos nuestros: la Virgen bendita, la de la Salud; el Cristo clavado, el del B^ien Suceso, que al venir a Elda ya trajo, amoroso, los brazos abiertos. Mensaje divino que en aquel pasado Ilenó de alborozo, de piedad los pechos; agua cristalina que la sed calmara; remanso y albergue, alivio y consuelo. ........................ Pasaron 1os años y el dolor un día sus garras febriles clavó en nuestro pueblo; y las tempestades lanzaron sus olas contra el santo templo. Y llegó la noche de tristes presagios, de muertes, de hambre, de angustia, de fuego. Entre aquellas olas de incomprensión, entre los malvados instintos dispersos, la Virgen bendita, la de la Salud, habló a nuestro Cristo, el del Buen Suceso. Y aquPl Tiberiades amainó sus aguas que, si eran amargas, dulces se volvieron al dulce contacto con los pies benditos de nuestra Patrona, que unió Tierra y Cielo. Ella obró el milagro de hacer que los hombres todos fueran buenos, de que nuestra España volviera a las rutas de sus libertades, su engrandecimiento, y de que en las almas brotara un chíspazo de amor y de afecto. jVirgen milagrosa, la de la Salud! tus hijos eldenses jamás te ofendieron y si los dolores de la iniquidad sangraron tu pecho, hombres y mujeres, los pobres y ricos fuertemente unidos por amor fraterno, como desagravio para tus angustías te hicieron un templo. Y sobre los campos tranquilos de Elda dos torres gemelas, cual brazos abiertos, pregonan bondades, y fe, y armonía por los cuatro vientos. iVirgen mílagrosa, la de la Salud? yo sé que no olvidas a tu honrado pueblo y le das trabajo para que en sus casas reine la alegría, y le das alientos para que superen esas inquietudes que nos trae la vida, que nos traen los tíempos. Eres madre buena, dulce, comprensiva; tienes para todos el rostro sereno, con unas sonrisas como a flor de labio que son bendiciones henchidas de afecto. Desde tus dominios, allí en Santa Ana, la catedralicia mansión que te dieron tus amados hijos, ya ves que te ofrendan sus gotas de incienso, que Iloran sus penas y sus desventuras, sus enfermedades y sus desaciertos. Allí, madre santa, postrados de hinojos, nos ves cada día con el libro abierto de nuestras acciones, de nuestras flaquezas, hijas muchas veces del vivir incierto. Es para que arranques las hojas malditas y la luz que irradías encauce el cerebro para que el camíno, sembrado de espinas, no sea tan penoso, no sea tan molesto. Allí, Madre Santa, también se prosternan los que son dichosos y viven contentos. Todos te recuerdan en sus oraciones porque en Ti confían sus pobres anhelos. jVirgen mílagrosa, la de la Saludl Vela siempre, isiemprel, por tu honrado pueblo, cubre con tu manto, cuando sientan frío, tus hijos humildes, laboriosos, seríos, y dales trabajo, salud, esperanzas; que tengan un mutuo, cristíano respeto y así sera Elda la ciudad soñada que quiere el Caudillo, y España, y el Cielo. EL 1^LMA DE LA ^:ICJDAD POR JOSÉ MIGUEL BAÑÓN T RES elementos prineipales constítuyen lo que pudiéramos Ilamar alma del valle: la Ciudad, el Casti llo y el Río. Los tres diferenciados en sustancia, pero afines, terriblemante afines en darse razóa a su común existencia. EI Río fue sin duda el primer Señor del valle. Generoso y solemne deslizó sus a^uas si^los ha, dando frescura y fertilídad a sus márs;enes y vistió de esperanzado verdor las abrasa das tierras que regaba. Luego nacíó P I Castillo al exclusivo y poderoso amparo del Río, que le defendíó incontables veces de caer en manos extrañas. Comentan afortunados hístoriadores que era alfívo y seño rial, bizarro y orgullosamente erguido, y en sus almenas lloraron amores desesperanzados, no pocas y hermosas doncellas. Posteriormente al amable re^azo del Castíllo fue alumbrándose un tímido caserío. Era breve y minúsculo y se apretaba como si realmente recibiera el sustento de la descomunal vitalidad de la fortaleza. Todo, pienso, era felicidad en mi valle en aquel entonces: Elda, límpía y hermosamente blanca; el río viejo, pero que aún arrastraba a nuestra tierra copioso caudal, y el Castillo de nobles y atrevidos contornos, ^uardando en constante centinela, la s;rata paz que respiraba el valle. Hoy nostáls;ico y apesadumbrado observo que, de estos tres elementos que forman-aún hoy-y han formado siempre la médula del paisaje, dos se han quebrado para siempre ante el peso agobiador de los siglos: EI Castillo y el Río. Cie^o el hombre ha cercenado con sus manos impías la rica fortaleza a cuyo amable regazo se formó la Ciudad. Cayeron arrastrando tras sí, toda la honda lragedia de una época entre cruel y^enerosa, los recios torreones que coronaban sus murallas. Se abatieron como inmen sos cóndores que cansaron sus alas de volar. Y todo, todo, ha ido desapareciendo por la conjvnta acción del hombre y el tiempo. Igualmente ha fenecido el Río. Ya no es como insinuó alguien Hcinta de bruñida plata». Su cuenca, reseca y profunda, nos enfrenta con todo un pasado que nunca podremos ígnorar por más que pretenda mos dísimularlo. EI hombre ha accionado sobre la tierra. Su rnano las más de las veces experta ha logra do las transformaciones más inverosímiles y sorprendentes, pero no ha podído, y esto sí que le pesa, volver a dar vida a lo que el tiempo destruye con su paso. Así hoy nuestro Vínalapó ha quedado perdido en la senda retorcida de los si^los. Sus as;uas ya no bañan como antaño las orillas exuberantes del valle de Elda. No alimentan semillas que rompan en espléndído ^ranazón, ni rie^an hoy la selvática planta del taray. Solamente su cuenca desmesurada y pálida, con extravíos de muerte, ras^a el valle como profunda herida, separando las verdes entrañas de la ve^a. EI Río y el Castillo murieron, pero antes, con des esperado esfuerzo, dieron vida a una Cíudad: Elda. En la vejez de ambos íníció nuestro pueblo el tími do balbuceo de su niñez, junto a ellos dio sus prí meros pasos, y de ellos fue «luz de sus ojos». EI Río jadeante y fati^ado todavía vistió para ella la cam piña de rutilante verdor, y el Castillo también man tuvo sus últimos alientos hasta verla en el albor de su serena hermosura. Así entre el uno y el otro fue ron dando vida, razón y consejo a aquel breve ca serío. Debió ser. creo, como una transmisión de vida. Como ese tantas veces dicho «yo muero para que vivas tú». En la ilusión de ver a Elda cortejada y amada se les fue la vida. Hoy nuestra Ciudad es reina y señora del valle. Se extiende solemne par todo él, y lentamente con ademán ele^ante y preciso va tomando, para su exclusivo lucimiento, franda y flores de la ve^a. Tie ne limpios y transparentes perfiles que corona el oro del Sol; un manto azul celeste que envuelve su delicado talle y montes cárdenos y^raves que cons tantemente la requieren de amores. Tíene donaire y^racia que encanta y nos turba a la vez, mirada apasionada y corazón generoso y austero. Es risue ña y sabe amar y ser amada. Mas sobre todo es mí Ciudad delicadamente ^entil, y si la miras con mucho arrobamiento notarás en ella transparencias de ]irio. No es grave, pero sabe callar y sobre todo es muy laboriosa. Nunca ha sabido de ocios, y siem pre ha tenido a ors;ullo ser dili^ente. Por sus casas, sobre todo en la parte anti^ua, tradicionalcnente retorcida, resbala el color aviejado y rancio que los años van fijando en las cosas. Y sa liéndonos de esta porción, adquiere la perspectiva mejor y más abundante blancura, ^ozando la visual de una amplísima y moderna urbe. Pienso que hoy, esta es la verdad, no podemos sentir en sus calles la amable sombra de la acacia, cuya pompa melifIua, cayó estremecida para no le vantarse jamás, ante el empuje arrollador del pro greso, ni saludaremos tampoco a esos árboles, esté riles de frutos y de abundantz fronda que jamás he podido averis;uar el nombre. Las calles, despejadas y límpias, son hoy caminos de labor y trabajo. Elda sobrecoge e ímpone cuando se contempla desde la ma^nífica atalaya de Batei^; es entonces cuando nos damos perfecta cuenta de su asombroso crecimiento y de qué modo va enseñoreándose en el valle, hurtando verdor a la frondosa tierra. De aquí y de allá emers;en, sin orden ni cancierto, co mo azucenas nacídas al azar, albas y minúsculas casas... Se espiga mi Ciudad, y escucha amores de los montes, que eterno se lo juran... ]Elda? Resuena y rompe el silencio dormido una voz opaca, blanda, que se apaga lejana. jElda? jElda? jElda? Trasponen los ecos más allá del confin. Vuelto a]a realídad y pasada que me fue la impresión, cerré mi blok y no sin s;ran trabajo inicié el re^reso, sin dejar de pensar, lo confieso, quién pudo ser, si el Río o el Castillo, el que se llevó el alma apasionada de mi Ciudad querida. ...................................................................................................... ELDA ROMANTICA POR RAFAEL GCNZALEZ BAUTISTA escvsRtR en el bullicio la brisa eanora del viento. Buscar en el presente la nostal^ia trascendente del pasado, es harto difícil, máxime cuando ese presente se halla viciado, exhaustivamente viciado por las abrumadoras inquietudes de nuestros días. EI prosaico vivir de hoy induce a nues tro espíritu abatido a evocar esa Elda nos tálgica, que muere olvidada en tantos y tantos corazones atenazados por preocupaciones or dinarias. Y lo haremos sin hacer historia de ella, la historia actúa sobre cadáveres, sobre realidades muertas, y esa Elda de ayer, está simplemente dormida, olvidada. Por eso aho ra, cuando deseo descubrir en Elda, vanguar dia del futuro, nostalgias de su pasado, pre ciso destruir la frontera entre lo real y lo imaginativo, evocando su recuerdo en su pa sado mismo, visitando a esa Elda tan lejana hoy, no obstante real, preexistente, a fuerza de ser tan inconcreta, tan intangible, cubrién donos para ello de la máxima capacidad de poesía para soñar ese ayer, y vivir ese sueño. En efecto la Elda romántica existe. Exis te, sí, aunque lejana, como la más remota estrella que, sin embargo, está ahí presente en todos los atardeceres y en las noches apa cibles, en sus viejas plazas y en sus calles an tiguas. Nosotros encontramos esa Elda un día por sorpresa en los mismos lugares por donde tantas veces, indiferentes, habíamos transita do. Todo quedó transfigurado desde enton ces, lleno de sentido, plena de evidencias ra dicales nuestra vida y de recuerdos de hechos acaecidos en un pasado más allá de nosotros, en un pasado fuera del ciclo vital de nuestra existencia concreta. Materialmente la Elda romántica está ahí, todavía, como una concha de mar donde la perla se hubiera evaporado, en sus viejas casas, en las calles recoletas circundantes al castillo En su ámbito encantado, es fácil serenar se, reconciliar nuestra vida con las cosas fun damentales que se nos van marchitando en el corazón a fuerza de desatenderlas y poner, insensatamente, nuestro afán en la turbulen cia de lo cotidiano. :...................................................................... .............................. JUEGOS FLORALES DE 1955 ^^N la noche del 10 de septiembre de este año y como ^^ espléndido colofón a las suntuosas Fiestas en honor a los Excelsos Patronos, se celebraron en el Teatro Castelar de esta Ciudad, magní^icamente adornado su escenario por el gusto exquisito del artista alicantino señor Valcárcel, los solemnes Juegos I+lorales convocados por la Comisión de Fiestas con gran amplitud de temas y abundancia de premios, generosamente concedidos por distintas personalidades y entidades de la Capital de la provincia y de la localidad. El Jurado, compuesto por relevantes personalidades locales y presidido por el dis tinguido escritor comprovinciano don Francisco Bonma tí de Codecido, dietóse el siguiente Pallo: Flor Natural a- un poema dedicado a nuestra Excelsa Patrona la Virgen de la Salud. Al . Canto oración a la Santísima Virgen de la Salud de don Luis Pérez Beltrá, de Novelda. Tema L-Tríptico de sonetos de Fe, Patria y amor. A don José Ruiperez Peragón, de Cartagena. Tema IIL-Concedido al Canto a Elda de don José Villalta Hernández, de Alicante. Tema IV.-^Poesía de la Nueva España^. Concedido a don José Ruiperez Pera gón, de Cartagena. Tema VI. Te7na Boceto biográfico de un eldense ^ notable. Concedido a don Alberto 1Vavarro Pastor, de Elda, por su trabajo Lamberto Amat, un el dense éjemplar=. Tema VIL-2Visión Lírica de Elda. Otorgado a don Antonio Porpeta Román, de Elda, por su =Lírica de Elda.. Tema TrIIL-El orgullo de ser espa ñol=. A don Juan ltadrona Ibáñez, de Elda, por su poema del mismo títtclo. Tema IX.-Narración de algún acon tecimiento importante de la historia de Elda». Con cedido a don Alberto Navarro Pastor, de Elda, por su trabajo Del campo a la fábrica. Tema X.--KCanto a la mújer eldense. Otorgado al poema de dnn Juan Madro na Ibáñez, de Elda. Los temas 1I y V fueron declarados desiertos. El acto fue de una brillantez inigualable y única en los fastos de la historia local. Pue declarada Reina de la Fiesta la bella señorita Maribel Aguado Sánchez acom pañada por una rectilante Corte de Amor formada por lindas señoritas de la mejor sociodad eldense, actuando de Ma-ntenedor el renombrado escritor, Excelentísimo señor don Eduardo Aunós Pérez, que pronunció un elo cuente discurso h,enchido de brillcvntes y profundas imá genes. Fue larga y entusiásticamente aplaudido por la selecta y numerosa concurrencia. En resumen, los Juegos I+lorales de 1955 constituye ron un ma.gníftco expo^^ente d^ lacapacidad organizadora de Elda y de la maduraz de sus valores literarios que creemos merecen la co,lebración de estos u otros certáme nes culturales con alguna mayor frecuencia que la actual C A N T O A LA MUJER ELDENS E POR JUAN MADRONA IBAÑE Z Poesia que obtuvo el premio del Tema X M ujer, ¿de qué lejanía s llegaste a esta tierra, ingrávida ? ¿Qué viento de Dios te trajo , vilano de luz y gracia , a Elda, que en misa de afane s te tiene transustanciada , trigo de amor, que a sudore s te haces harina enmelada , y harina en albor de ensueños , por ser hostia desvelada ? ¿Viniste de las hirsuta s paramías de la Mancha , o de tierras lujuriante s en verdores de esmeralda ? ¡No sé! ¡No importa! Tu carn e junto a Bolón se ha hecho llama ; Elda, luz ; tú, mariposa , y en Elda quemas tus alas , fundiéndote en el hechiz o del valle impar .. . ¡Y eso basta ! Tú eres Elda fabulosa ; tú eres Elda abigarrada ; mujer eldense, amasij o de cien harinas doradas , espuma de cien espumas , albada de cien albadas , rosa plurívaga y fresc a de cien tallos injertada , que te unces al yugo eldens e sin merma de tus fragancias , bruñendo plata de ensueño s con reciuras espartanas . Mujer que has hecho de Eld a como una flor fecundada : al aire diez mil camino s mendigando a tu sandali a el polen de oro que esparce n las antaras de tus fábricas . Por eso víboras negra s de tu donaire encelada s te dicen que eres altiva , te escupen que eres liviana , y que al dolor y al cilici o tienes cenada la entraña . ¡Ay, palladas de calumnia ! ¡Ay, rejalgares de infamia ! Que yo te he visto en tu hoga r sembrando aljófar de lágrimas , y ante el altar hecha un cirio , y en el taller hecha un ascua . Y sé que apacientes sombras , porque yo he visto en tu cara dos arcángeles de lut o bajo las negras pestaña s cuando en lepra de silencio s se duermen, hoscas, las fábrica s y al aire azul las sirena s su alegría no desgranan . Yo sé la estrofa que grita n tus manos atormentadas ; palomas ahitas de afanes , tus manos, tus manos sabías , que bordan tiernos prodigio s en la sarga cotidiana , rimando fulgor de estrella s con arcillas franciscanas . Mujer de túrgidos pulso s ante la vida plantad a como un mármol ruboros o por cuyas venas se alzara n un tropel de primaveras , que a flor de labio te estallan . Mujer eldense, sufrida , firme, gozosa y honrad a que sabrías ser Jimena , si en Cardeña te dejaran , y Juana de Arco serías , si te dieran una espada . Pero eres más ; eres Elda ; Elda, que de ti se ufana ; Elda rotunda de logro s por tu ritmo y por tu gracia . Que no te muerda la envidia ; que no te escupa la infamia ; porque si, al fin mujer, tiene s en tu espejo alguna mácula , bien la redimes a sorbo s de lacerantes jornadas . Mujer tan dura en la breg a y en la caricia tan blanda , tú soliviaste cincele s que en celo te presagiaba n para en el escudo eldens e grabar una bella heráldica : tu frente, una flor de lis ; tu talle, torre en alarma ; ¡y un ancho campo de gule s tus ternuras desbordadas! VISIO LIRIC A DE E L D A POR ANTONIO PORPETA ROMA N Trabajo que obtuvo el Premio del Tem a VII, en los Juegos Florales del año 1955 . V ISbN lírica de Elda reza el tema, pero hay que pun tualizar primero la posición estética del fenómen o lírico, porque lo lírico habla de ámbito recogido, y con acento confidencial, y Elda está abierta a toda s las posibilidades, y mirando con fervor a horizontes de pro greso . Ya Azorín, en una de sus obras de juventud, hablan do de Elda, veía en ella una ciudad de ambiente polític o Años después, en unas declaraciones al semanario de grat a memoria Idellas, el ilustre maestro repetía el mismo con cepto, adensando su pensamiento con tenacidad al paso de l tiempo : Elda, ciudad de luchas, pueblo político ; y, amigo s míos, lo lírico y lo político no cantaron nunca un dúo i er fecto . La dinámica política y el arrobo lírico se excluyen, y no tienen de común más que el esdrújulo . Hay ciudades lí ricas por excelencia, donde el tiempo se remansa, y sobr e hombres y objetos se deposita un impalpable polvo de siglo s como pátina gloriosa . Así Santiago de Compostela, Medin a de Rioseco, Salamanca, Olmedo, Avila, y otras urbes d e Castilla, donde las horas tejen Impalpables tapices de silen cio ; donde la Fe y la Historia cristalizaron en monumento s eternos, a cuya sombra vegetan mansamente sus moradore s Pero Elda, con su vida fabril y sus costumbres joviales aureoladas de alegría pagana, ¿la creeis muy propicia a los lírico s deliquios? .. . Creemos sinceramente que no, en los momentos actuales ; perc si giramos espiritualmente, y volvemos la vist a atrás repasando épocas pretéritas, por la Elda vegetal y campesina, sahuma de Fe, y con candor de alma, habremos necesa riamente de ver algunos momentos de verdadera emoción lírica, y ciertas costumbres de singular rango emocional, de lo s que fluye generosamente el temblor estético . Y glosar esos momentos es mi propósito, para que podáis oír, aunque lejana mente, algunos latidos del corazón de aquella Elda idealizada por el recuerdo y la lejanía, como envuelta por los oros d e un atardecer .. Y así, en una tarde de invierno de 1880, cuando los latigazos del cólera amedrantan a la humilde villa, y no hay dí a sin diez o doce entierros, y el pueblo está sombrío y envuelto en los crespones del luto, y parece un cementerio sin lápidas , y se encienden hogueras en algunas calles con sahumarios para ahuyentar la peste devoradora, y sacan a la Virgen de l a Salud en rogativas por las calles, pidiendo con plañideros acentos que cese la epidemia, y que vuelva la paz a los hogares y a tan mutilados de seres queridos, y los vivas a la Virgen vuelan por el aire como encendidos claveles de misericordia, ha v alguien, de feliz iniciativa, que propone colgar el manto de la Virgen en lo alto del campanario como un recurso para impe trar la piedad del Cielo . Se entablan discusiones, se aducen razones contradictorias, pero el tiempo apremia pues la Muert e sigue segando vidas con fría seguridad . El señor cura cede, y el manto de la Patrona es izado y colocado por manos atrev í das y férvidas en la ve l eta de la torre . Allí ondula y se balancea al céfiro de tarde, y chispean al sol poniente el oro de su s bordados, y todo el mundo respira tranquilo amparado por aquel bendito manto que ha de traerles la ansiada salud . En una ventana humilde de una casa antigua veis a un viejo y a un niño mirando los dos con la misma inocencia e l suave ondular del raso azul, y murmura el abuelo : —Mira, querido, ¿ves aquello azul de lo alto de la torre? Es el manto de la Virgen de la Salud . Reza un Padrenuestr o por la mamá, que está en el Cielo, más arriba del manto, más arriba, para que ruegue por nosotros, hijo mío ... Y en la boca del niño se enredan las divinas palabras de la oración contemplando la sagrada tela, infantil en s u celeste lejanía . Y he aquí que el momento lírico tiene una feliz plenitud . En esta tarde de estío la llama del sol abrasa el pueblo . Las calles son ríos de luz, y los cristales gritan su implacabl e alerta de lumbre . Las chicharras subrayan la modorra poniendo su pespunte monorrítmico en la tirante y cálida tela vesper tina . Hay sombras azules sedantes, y se oyen gritos de melopea lejana en que se habla de jazmines en un dejo muy largo , y otro pregón de limón helado os trae la presentida dulzura, el regalo gratsimo, alivio de vuestra sed ardiente Van pasand o las horas con lentitud cansina, entre tolvaneras de polvo, píos de gorriones, y fragancias que llegan en ráfagas desde el cam po abrasado . La iglesia está abierta . Hora de vísperas . Desde el campanario caen con languidez las campanadas del repiqu e soñoliento y repetido . Dentro hay pocos fieles . El Clero entona el canto llano, alternando con el sochantre el diálogo monó tono . Hay una grata frescura en las naves del templo . Se respira paz y emoción litúrgica . ¿Quién es aquel viejecito que ora con fervor en la capilla de la Virgen? Está apoyado en su reclinatorio, y parec e embebido en sus meditaciones . Nos acercamos cautamente . con pasos tácitos, y vemos que es bajo de estatura, ancho de espaldas, de cráneo redondo, calvo, y en el rostro de ojos penetrantes en los que chispea sutll inteligencia, hay lágrimas que resbalan por sus mejtllas hasta Ilegar a su poblado bigote blanco, cuyas guías caen lacías por las amargas comisuras. E q su solapa brilla una lágrima, como un suelto diamante. Desde los vitrales de la cúpula de la Capilla caen luces rojas, azules, verdes, sobre aquel viejectro que rememora algo quizá hondemente emotivo. Se levanta con fatlgoso trabajo y en su mengua da estatura, y en su atuendo, hemos visto que Emilto Castelar estaba en la iglesia de su pueblo, arrodillado an la misma losa donde, stendo nido, oraba con su madre a su Virgen de la Salud. ^Podrá alguten dudar de la categoría lírica de este sublime momento? A pesar de la mañana nublada y fría, de aire transparente y helado, se nota el ambiente de día de fiesta. Alegría en las calles. Grupos bulliciosos, con trajes dominicales. Risas y holgorio... Se escucha a lo lajos una voz que pregona algo, y compases de un garboso pasodoble. Se oye ahora la voz más clara: jEl agutnaldo a la Virgen!... y la jovial comittva ya apa rece por la esqulna. Delante va el portero del Ayuntamiento, con su gorra de plateado ga1ón, lanzando a intervalos el pre gón, como un reto de alegría de festivaL Detrás, un carro con mula vistosamente enjaezada, y adornado de verde y bandero las Sigue el Ayuntamiento y Mayordcmía de la Virgen Después, varios empleados munictpales transportando bandejas con frutas y pastas y, por último, la Banda de música, con pantalones encarnados y guerreras azules de dorados botones, y ros charolado de plumero rojo. EI conjunto es vistoso, y de maravillosa poltcromía. Recordamos los jocundos henzos de los maestros holandeses. en que la felicidad es elocuenre en los rostros encendidos y en la manera graciosa y descuidada... Sigue el pregón tnfatlgable jEl agutnando a la Virgen! .. De algunas puerras salen mujeres con ob^equlos ya preparados: cestos con frutas doradas y colocadas con simetría, bandejas con toñas qce trascienden de gustoso aroma, magdalenas de ovalada forma tradicional con los surcos del molde marcados a la redondez, rollicos tiernos con sus manchas rubias del horno, mantecados, suspiros, torticas de aceite, almendrados de tosca forma, y exquisito sabor .. toda la gama de la repostería local, tan variada y tan fina de paladar. De otro sitto eneregan una caja cerrada y cruzada por una cinta azuL Es una sorpresa que no se sabrá hasta el momento del remate: quizás una paloma o un ratón que escapará entre el alborozo de los concurrentes. Más arrlba han entregado un par de pollos; allá, un conejo. .Todo es recogido y colocado con amor en el carro, ya pleno de regalos. Continúa la vistosa cabalgata seguida por muchos entusiastas Siembran alegria por la mañana decembrina, y recogen dádlvas para el remate de la tarde. Se entreabren un poco las nubes, y un rayo de sol hace brlllar los metales de la Banda, y en clende con intensidad los colores de las frutas apíñadas dentro del carro. jAdelante, comitiva fellz, recuerdo de los viejos, ilusión de los jóvenes! jEl aguinaldo a la Virgen!... 1a por la tarde, el momento del remate es un cuadro en que la gracia, la picardia y la donosura son duendes que animan el acto. Se subastan todos los regalos de la mañana, entre carcajadas que cruzan como serpentinas sonoras. En el escenario, las autoridades, colocadas tras una mesa adornada, prestden el acto, y los obsequlos se agrupan en otras laterales Están reunidos los pobres a un lado del escenario. Esperan los objetos de( remate que recibirán con gratitud y emo ción. Una bandeja de pastas surtidas ha stdo pujada en cincuenta pesetas, después de enconada controversia. Ordena el triunfador que sea entregada a una mujer famélica que-Ileva un niño en brázos. Antes de que la madre cogiera la bandeja, ya el niño había extendldo su mano abierta como una estrella, y apresando un rollico, lo devoraba con delicta. En muchos rostros había risas y lágrimas a la vez; y es que lo cómico y lo sublime catninan muchas veces juntos por los senderos de la vida... Me viene ahora a la pluma el recuerdo de un cuento con sabor de parábola que podrá servir de semejanza con lo que se ha de q arrar luego, pues los madrtgales brotan de la boca de los hombres, y, en ocasiones esmaltan también, inesperada mente los sucesos de la vtda cotidiana. Veréis: cuentan que una vez un joven ardía en pasión loca por una mujer Ella era hermosa, con hermosura sabta y perversa, dominadora, sádtca y fría. Tuvo un caprtcho cruel, y lo exigió con subyugante imperio: le propuso al dócíl amador que le arrancara el corazón a su madre para entregárselo a ella. El joven protestó con acrltnd, y estuvo a punro de marcharse, pero una mirada cuajada de promesas, y una sonrisa de singular hechizo, le hizo vacilar. Insiste ella en su pretensión, y el joven protestaba con menos energía. En días sucesivos, tan apremiantes son los deseos de la dtablesa, que el subyugado amante, enardectdo por el opto del amor, tucbador como la raíz de la mandrágora, sube a su casa, sorprende a la pobre madre durmtendo en paz, y la mata alevosamente... Le abre el pecho, le arranca el co razón, y vuela loco de dolor y de amor en satánica mezcla; y he aquí que bajando la escalera, con el corazón en la palma de la mano abierta, como si Ilevara un puñado de goteantes rubíes, tropteza en un escalón, y cae al suelo... y oye que aquel corazón le dice en voz baja y anhelante: -^Te has hecho daño, hijo mío? ^Qué tiene que ver esto con Elda?, dtréts. Aparentemente, lleváis razón. No tiene relación con nuestra Ciudad este patético relato, pero... ^no oís el golpe de los ptcos y el choque sordo de los escombros al caer desde la altura? Oid bten... Sigue, impacable la píqueta demoledora. Con frio sincrontsmo con férrea seguridad. Estamos en 1937. Están derribando la iglesia de Santa Ana. Ya la torre está semiderruida, y se ve su osamenta venerable al descubterto. Huecos antes tnvisibies se ofrece q a la vista; perspectivas tnverosímíles del edlftcio os ofenden, porque todo parecía inmutable y eterno. Pero el pico sigue, como una insaciable carcoma de la ptedra, hollando arcos, taladrando muros seculares. destruyendo adornos dorados y talladas testas de Evangelistas. Y, de pronto, unos hombres que empiezan a arrancar las tejas verdes de la cúpula mayor, de la media naranja, lanzan gestos de extrañeza primero y después, de alegre sorpresa. Llaman a sus compañeros y todos juntos encuentran panales de miel debajo de las tejas Es maravilloso. Panales de miel verdadera que brilla como oro mar chtto. Estaría allí mucho tiempo, y la Abuela Santa Ana, lo reservaba como suculento obsequlo para los verdugos que des trozaban su antigua iglesia. Inesperado regalo de una dolorida Madre, ofrecido entre sonrisas y lágrimas a los encarnizados enemígos de su Hijo. Y asf seguiría desgranando ante vosotros este joyel de recuerdos, esta sucesión de viñetas románticas de acentuado aroma lírico... pero sería interminable, porque el archivo senttmental de Elda está repleto de situaciones emotivas de alta calidad y, de puros qutlates... y aunque veáis ahora esta Elda embriagada de jocunda paganía y de aturdido alborozo, des pertando todas las mañanas a la Ilamada poderosa de sus sirenas, verdadera Ciudad alegre y conftada, cuando llega la oca sión sabe apreciar los sublimes momentos, y sabe sentir toda la gama sutíl de las emociones del alma, y ríe, y Ilora, para volver a relr, como cuando sale el sol después de una tempestad, porque el verdadero eldense se slente muy español, y ya sabéis que español qutere dectr noble, gran señor y poeta, soñador y aventurero, como el ingeníoso Hidalgo. ELDA, CIN PUEBLO SIN FORASTEROS POR EDUARDO NAVARRO DIVINO el gesto de extrañeza de los que han leído la frase que encabeza este artículo. Pero me rati^ico en ella: Elda es un pueblo sin forastPros. Y ahora. lo aclararé. Lugares acogedores y hospitalarios hay muchos, pero pocos lo son con la sinceridad y la generosidad de nuestro pueblo Los que han estado en Madrid, en el simpático y cordial Madrid, saben lo que tardan en dejar de ser .provincianos•. Más tardan aún en Cataluña en dejar de ser .castellás•, y tarde o n.unca se pierde en Mallorca la condición de •peninsulares.. Ron todas tierras hospitalarias, pero en las que se mantiene por más o menos tienapo una sutil diferenciación entre el indígena y el foráneo, que sin llegar a sentirse molesto, sí hace notar al forastero que resi^le en tierra que no es la suya. Por ello es tanto más de adnairar -y de alabar--esta condición que tiene Elda de asim.ilar, casi a las pocas horas, a cuantos forasteros se avecindan en ella. No ya sólo es que su profunda vitalidad dé cobijo y medios de vida a la cada vez mayor corriente inmigratoria que experimenta, sino que lo haga con tal naturalidad, nobleza e hidal guía, que, salvando el natural cariño de cada uno a su tierra, convierta en poco tiempo a esos yeclanos, alperinos, bonelenses, petrelenses, alicantinos, etc., etc., en unos eldenses más. Si estudiáramos el censo de nuestra población, quizá hallaríamos que no llega^rz sus naturales al 30 por ciento de e1la. Y vemos, sin embargo, cómo el carácter eldense abierto, alegre y°trabajador, espontáneo, un poco fanfa rrón si se quiere-Elda, Paris, Londres-, pero noble y desprendido, se adueña de los nuevos vecinos, y al poco tiempo los vemos vociferar en el Parque en pro de rsu• Deportivo, y pasear por playas y pueblos con el inconfundible aire jactancioso y jaranero, como dicienda .Somos los de Elda. Por eso a mí, eldense desde no sé cuántas generaciones, me disgusta y me subleva el solo pensamiento de que un día llegaran a ponerse trabas a la inmigración. Si no obrara en mí el carácter eldense, franco y sincero de bra zos abiertos, para oponerme a tal medida, bastaría la mera consideración de que España es una y de todos los espa ñoles, sin que seamos nosotros quién para levantar fronteras arti^iciales. Y si tampoco pesara esta razón de patrio tismo, estaría la egoísta de saber,que todas lás grandes ciudades-Madrid, Barcelona, Buenos Aires, Nueva York, y mil más-se han hecho grandes, ricas y prósperas precisamente gracias a las aportaciones foráneas que han tenido. Pero no son necesarias tales razones, ni egoístas ni de confraternidad patria. Me basta con las que me dicta mi carácter eldense para abrir las puertas de Elda a cuantos quieran venir a trabajar y a- vivir junto a nosotros, y quiero por todo premio sentir el orgullo de saber que cuando estas nuevos vecinos han de nombrar a su tierra dicen: :Somos de Elda.. . Y quiero tener el orgullo de saber que, siendo Elda el pueblo con más habitantes nacidos fuera de su término es un pueblo sin forasteros. Que somos todos eldenses. VIEjAS POSTALES DE ELDA... MOMENTOS pretéritos de nuestro pueblo, inmovilizados en la dimensión del tiempo por el audaz objetivo fotográfico... Añejas estampas que ya desaparecieron en el paso inperturbable del tiempo... La antigua Iglesia desaparecida... las ruinas del viejo Casti Ilo... los frondosos jardines del Casino, escenario antaño de primeros amores de eldenses que ya dejaron atrás su juventud... Calles Nueva y Maura pobladas de extrañas figuras de gorra, blusa y delantal... viejas estampos de lu Elda del 900, vosotras que fuísteis orgullo de nuestros abuelos, sois hoy ef recuerdo para unos y la curiosidad para otros, los eldenses que no os han conocido. LAS ^N el dfa de San Pedro, cuando aun el aire que nos llega vie ne impregnado del humo de la fogata que la noche mágica de San Juan ha encendido en Alicante,. florecen en distintas plazas o en crucijadas de Elda unaa imitacio nes más o menos acertadas de las Fogueres que con tanto arte se plantaron en la capital. No sabemos el origen de este traslado a tierras eldenses de la tfpica flesta levantina, ni sabemos el por qué se escogió a San Pedro como Patrono del Fuego en com petencia con el San José valencia no y el San Juan alicantino. Tal vez es que Elda, de entraña caste llana y siempre un poco a contra pelo de su geopolítica valencia na-la misma lengua es una de mostración inequfvoca de inadap tación-, se obstina en introducir en sus costumbres las tradiciona les del antiguo Reino Valenciano como ha hecho al resucitar las flestas de Moros y Cristianos, ge nuinamente levantinas y ahora las del Fuego. Lo cierto es que estas Hogueras cuentan ya con muchos años de historia. Porque todos loa años, el 29 de junio ve alzarse al gún armatoste de madera y cartón pintado, aunque no siempre on los mismos sitio^. Solamente la calle del General Saliquet, popular mente llamada •del Trinquete, mantiene impertérrita año tras año su tradición hogueril, des aflando las diflcultades para que ningfin dfa de San Pedro falte en el barrio la animación y alegrfa de la flesta. Junto a esta veterana de la Fiesta siempre se alza algu na otra, un año en el cruce Monas terio-Gorgé, otro en algCin punto del barrio de la Prosperidad, otro -como este año-en la plaza de la R. N. S. o«de Arriba^ y ofrecen al observador la repetida circuns tancia de que casi siempre la que se planta •además• de la del Trin quete es superior a esta en belleza,. altura y gracia, siendo por lo tan to más visitada y celebrada. Sin embargo estas pasan y no vuelven a plantarse y la del Trinquete siempre cumple su no manifes tada promesa de persistencia. Como digo antes, la hoguera de la Plaza de Arriba ha sido muy superior a la otra plantada como puede observarse por las fotos que publicamos De largo le viene a la Plaza su tradieión hugueril pues HOGLIERAS L)E SAN ya en 1936 plantó un hermoso monumento que no desdeñarfa algún barrio valenciano o alican tino, y el año pasado mismo plan tó una hoguera infantil que fue un verdadero espectáculo de gracia y colorido, aun estando basada en un tema tan ma^ido como el de la carestía de la vivienda. Del éxito de esta hoguerita nació el deseo de que la Plaza de Arriba volviera por sus fueros plantando una hoguera que como la de 1936 fuera admiración y regoci^^ de los visi tantes. La plantada en 1956, con el título de gLo que el viento se lle vó» está dedicada a rememorar melancólicamente la ya lejana época en la que las Plazas eran el centro vital del pueblo por estar allí establecido el mercado diario y tener gran pujanza. sus numero sos comercios. Efectivamente, la construcción del Mercado de Abastos en el Ba rrio del Progreso fue un golpe mortal para la Plaza de Arriba que vio cómo moría la animación co tidiana de su mercado y cómo el gentío que habitualmente pulula ba por su recinto, venido de todos los puntos de la Ciudad y llenaba sus comercios, desaparecía casi por completo, atraído por la nue va esiructura de cemento y hierro en ]a quo se albergaba el nuevo Meroado de la Ciudad. Así fue que dando la Plaza callada y conver tida en un rincón soñoliento v sin aliento vital. Otro goipe-también recordado en los paneles de la hoguera -fue la rectiflcación del secular y tradicional itinerario de la Procesión de los Santísimos Patronos en las Fiestas de Sep tiembre que antes cruzaba las dos Plazas y desde 19.52 sigue un ca mino de calles anchas del sector moderno olvidando el tradicional paso por las Plazas. Magníflca realmente la materialidad de la hoguera, como salida de las ma nos del artista valenciano don Manuel García Monfort y adornada con flguras o monigotes verda deramente artísticos como el gran Cronos que lo da remate. La Co misión editó un folleto, a modo de Ilibret o de «relasió i esplicasió de la falla con la diferencia que en este no hubo explicación y sí algunos versitos cojos o con más pies de lo corriente. También ob servamos en este folleto, como en general en los cuartetos que flgu ran para explicar la intención de las hogueras de todos los años nu merosos, mal empleadas y peor escritos valencianismos, naturales errores en quienes no conocen la gramática ni fonética valenciana y usan los adulterados dialectos que hablan en Petrel y Monóvar, focos más cercanos de valencianismo. En un pueblo de habla castellana no hay razón para escribir .cremá, .plantá., .ninot ni «falla», cuando sus equivalentes so q tan explícitos como «quema^, «planta ciónp, monigote^ y hoguera; de esta última nos da ejemplo el mis mo Alicanta que no utiliza la palabra «falla» típicamente valenciana sino la alicantina de «foguera» así como «foguerer» por «fallero». Si nos preciamos de hablar el espa ñol debemos emplearlo en todas las ocasiones que sea necesario sin inclinarnos por la fácil y cho carrera gracia de u q dialecto mal empleado. En cuanto a la hoguera del Trin quete, siempre de pretensiones más modestas, no dejaba de tener i^FUi^o su gracia pero sin 1:Pgar al acierto de otros años. Para ]a pequeña his toria de esta Fiesta quedará imbo rrable el gracio^o cuarteto de la hoguera de 1955 aludiendo a la fuerte corriente inmigratoria de familias enteras de la Mancha y que decfa: La invasíón de los marsianos es cosa que ha de venir pero la de los manchegos ya la tenemos aquí. No nos atrevemos a vatieinar sobro el porvenir de estas fiestas del Fnego en honor a San Pedro. Pero como en todo, en esta empre sa hacen falta los enamorados de ella, los que sobrellevan gustosos el peso de la organización ,y los que no descansan hasta ver ele var^e la roja llamarada que di suelve en humo y chispas la ilu• sión de todo el año, ilusión que c^mo el ave mítica, renace inme diatamente de las cenizas para con^ertirse en una nueva hoguera que a su vez engendrará otra por una eternidad. r PEQU E l^T OS P O E lVI ^^ S POR FRANCISCO MOLLA MONTESINOS ^1ALLE DE ELDA Amanecer A OSCAR PORTA SE va abriendo el día como una gran flor, pétalos de aurora anuncian al sol; júbilo radioso ganael corazón; el mundo se invade de gracia de Dios.. jLa Vida! jLa Vidai Asombro y Dolor... Se va abriendo el día como una gran flor. Tarde (Desde la cumbre del CId) TODO el valle se ha dormido en su lecho de paisajes, arrullado de silencios... joh, cuán místico este valle! Los pinares sueñan hondos plenos de sol de la tarde, sumergidos en misterios dulces y azules del aire. (Cuán distante de la lucha del dinero y de la sangre; de las presiones del hombre, cuán distante.) Cómo es grato sumergirse en ese mundo... sumarse a la ternura infinita ser conciencia en lo Inefable. Noche (Desde la huerta) SE asoma la luna al valle desde la Peña del Sol. EI silencio se hlanquea. Fluye un cándido palor... Todo duerme en lo impoluta -como saudade del sol-, sólo se oye ` éfi el mundo el latir del corazón. EL NIÑO EL niño lloraba con su tonadilla de pájaro y agua. Pocos advertían su gracia. Ya no llora el niño... el mundo ha quedado vacio. ^vIARTIRIO DEL AGUA (En la fuentecilla de Camara) YO sé el martirio del agua en abismos imposibles de la tierra sepultada. Cuántos eternos caminos en las tinieblas heladas soñando salir a luz... jser canción de una fontana! Dejar de ser tinta negra y ser miel y oración diáfana, y acaso ascender al sol tras su beso enamorada... Y, ser sinfonía, y ser en el azul nube blanca y riente frescor de lluvia y amapola y trigo y lágrima... Yo sé su martirio, hermanos, porque otro igual sufre mi alma. LA POESIA A ALBERTO NAVARRO LA Poesía es el rocío errante todo el rocío en cósmica belleza; mas el poema es sólo gota, caída en el vaso de1 Poeta. L ágrima milagrosa que puede ser estrella. Beber en ese cáliz es recibir la sangre de pureza, el pan del Infinito en comunión etérea. TI,,^ ME DIJISTE TU me dijiste:-Abrázate a la cruz como la madre al hijo que se muere. -lo demás, espejismo-, Sólo hay luz en besar el espino que nos hiere. Me dijiste:-No ves cómo la flor se abre al sol sonrisas de armonía? Abre tu alma al azul, llena de amor ese vaso... jy rebose de poesía! Aunque siglos eternos ha callaste un dulzor infinito me dejaste... CLIATRO AI^OS DE LABOR EN LA BIBLICITECA PLIBLICA MCINICIPAL POK ALRERTO í^TAVARHO PASTOR B I B L I O T E C A R I O H ISTORIA.-Los trabajos preparato rios de la fundacíón de la Biblíote ca comenzaron en 1950, en forma de consultas a organismos oficiales del ramo y a Bibliotecas establecidas en nues tra Re^ión. Todas las gestiones reali?adas fueron amablemente resueltas, dándosenos toda clase de información sobre los asun tos interesados, mereciendo especial ^rati tud los señores don Felipe Mateu Llopis, Director de la Biblíoteca Central de Bar celona, don Francisco Tolsada y Picazo, entonces secretario de la Junta de Adqui sición y Distribución de Publicaciones (hoy Servicio Nacional de Lectura) y de la seño rita Lidia Sarthou, Bibliotecaria de la Mu nicipal de Játiva, que con su entusiasmo y amor por su profesión me confirmaron lo imprescindible de las Bibliotecas en las comunidades modernas y me allanaron innumerables dificultades que mi desconocimiento de la Biblioteconomía me presen teba. Simultáneamente publicamos díver sos artículos y encuestas sobre ]a Biblíote ca en la revista local «Dahellos^, tanto para pulsar la opinión pública como para ir introduciendo la idea en los or^sanismos que finalmente habrían de aprobarla o des echarla. La empresa iniciada tuvo inmediatamen te el apoyo del inteli^ente y competentísi mo Secretario del Ayuntarniento local don Fernando Gil, y posteriormente la apro bación del fallecido Alcalde don José Mar tínez González (q. e. p. d.) con cuyos vale dores no se tardó poco en obtener un acuerdo municipal sobre creación de una Biblioteca Pública, acuerdo que figura en les actas de la sesíón del 20 de abríl de 1951, remitiéndose en julio siguiente la do cumentación necesaria a la citada Junta. Esta aprobó prontamente la solicitud y en enero de 1952 envió el espléndido lote fundacional compuesto por casi 900 volú menes de gran valor cultural y económico. Los necesarios trabajos de Catalogación, adaptación del local y construcción del mobiliario retrasaron la puesta en funcio namiento hasta el 10 de septiembre de 1952 en que fue solemnemente inau^urada, comenzando seguidamente su labor. Desde esta fausta fecha, hace cuatro años, hasta la de hoy, el rec-o rrido de la Biblioteca ha sido rectilíneo. Lentamente han ido aumentando los lectores, con mayor celerí dad han crecido sus fondos biblio^ráfieos y a los cuatro armarios con que se empezó se han unido otros cuatro. Este ritmo lento, pero insistente, de ens;randecirniento continúa, lo que nos da la certeza de que en pocos años fi^urará la Biblioteca Públi^a de Elde entre las mejores de la Región. PRESTAMO.-Han figurado en su lista de aco^idos al Préstamo 502 lectores, de los cuales 87 son señoras o señoritas. Sieodo la Tarjeta de Lector de carácter familiar hay que duplicar o tríplícar la cifra de lectores para que ésta esté más de acuerdo con la realidad. Permanentemente hay prestados, y por lo tanto fuera de la Biblioteca, unos mil volúmenes renovados continuamente, cifra que nos hace conside_ rarnos satisfechos de la labor realizada aun cuando nuestras aspiraciones sean mucho más ambiciosas. La cifra total de libros prestados hasta 1955-última estadística realizada-era de 2Z.853, cifra que a final de este año ascenderá hasta los 30.000 volúmenes. En ellos predomina la Literatura, si^uiéndole a distancia las Bios;rafías e Historia y después, por este orden, las Ciencias Aplicadas, Filosofía, Arte, Relis;ión, Ciencias Puras, Ciencias sociales y políticas, y por último Filolo^sía e Idiomas. Esta escala de preferencia se mantiene casi inalterdble a lo lar^o de los años y solamente cambia de lu^ares con poca diferencia en las últimas sí^las. ^OBRAS INGRESADAS.-EI número de volúmenes entrados en este período de cuatro años es sumamente satisfactorio, pues indica un ritmo dP crecimiento de 800 a 900 cbras anuales. En 195Z poseía 1849 obras que aumentaron a 2.73b en 1953, a 3 b19 en 1954 y a 4.426 a finales del pasado año, lo que realmente es un fuerte pro^reso. En este 195b ha descendido la cifra y probablemente terminaremos el año con unos 4.900 ó 5.000 vclúmenes re^istrados, debiéndose la disminución por una parte a haber adquirido obras de rnayor importancia y por lo tanto más elevado precio, y por otra al hecho de haber dejado parte del presupuesto de este año para contribuir a la adquisíción de la Enciclopedia Espasa para el año próximo, compra que contribuirá a avalorar más aún la importancia creciente de la Biblioteca. FONDOS BIBLIOGRAFICOS.-Como Biblioteca de recientísima formación, no cuenta ésta con joyas biblio^ráficas como incunables, ^óticos o ediciones raras por su anti^iiedad o:nérito, pese a lo cual no se limita solamente al libro moderno sino que intenta la constitución de un Fondo Anti^uo para el cual ya cuenta con varios volumenes editados en los si^los XVII y XVIII. Obras importantes que posee la Biblioteca son la «Summa Artis» de J. Pijoán, la «Historia de España» dirigida por Menéndez Pidal, en curso de adquisición y casi la totalidad del fondo editoríal del Instituto Gallach, ésto es: Geografía de España; Historia de España; Historia Universal; Las Razas Humanas; Mil figuras de la Historia; Mil aspectos de la Tierra y del Espacio; Mil lecciones de la Historia; Historia Natural, con un total de veinti siete espléndidos volúmenes. Con el fin de facilitar a los numerosos estudiantes de idiornas la lectura de obras er. los idiomas ori ^inales esta Biblioteca está formando un fondo de len^uas extranjeras que actualmente es todavía exiguo, estando constituído por seis obras en portugués, ocho en francés, seis en in^lés, y varias de fra^mentos árabes, rusos, latín y^riego con traducción castellana. También fi^uran varios volúmenes en catalán y valencíano. SECCION LOCAL.-Esta Sección que cuidamos con especíal cariño va respondiendo plenamznte a nuestros deseos de calidad, extensión e interés. Está formada, como ya he escrito otras veces, por estos apartados: a) Obras manuscritas o impresas de autores eldenses. b) Obras relacionadas con Elda. c). Periódicos y revistas locales. d) Pro^ramas de Fiestas. (Septiembre, Moros y Crístianos, Corpus, etc.) e) Hojas volantes. f) Estampas. (Postales, retratos, fotografías, etc.) ^) Cartografía local. En este año se han unido al ya cuantioso fondo de obras de Castelar, Rico y Amat, Sempere y Guarinos, «EI Seráfico» y otros, varias del doctor A^ustín Cavero Casañes y otras de don Lamberto Amat y Sempere. La Sección de Pro^ramas se ha incrementado con la valiosa donación de doña Antonia Amat, viuda de Bertomeu, consistente en ^ran número de pro^ramas de las fiestas septembrinas y otras muchas publicaciones de gran interés local. También la Cartografía local se ha enriquecido con los Mapas Topo ^ráficos de los términos municipales de Elda y Petrel a escala 1: 50.000 y los Bosquejos planímétricos de los r^ismos términos a la más reducida escala de 1: 25.000. PETREL.-La Biblioteca extiende su área cultural al vecino pueblo de Petrel con excelentes resulta dos pues son numerosos los petrelenses que por estar ínscrítos en el censo de Lectores pueden leer en sus casas obras que de otra forma difícilmente podrían conse^uir. También se quiere instalar una sección biblio^sráfica petrelense re^ida por las mismas normas que la Local y en ella han ingresado varios folletos petrelenses, pro^ramas de Fiestas y obras del célebre poeta don Miguel Amat y Maestre, siendo nuestro deseo que en esta sección se recoja toda la producción literaria petrelense así como todo cuanto ha^a referencia a la historia, la cultura o las tradiciones del pueblo hermano. Esta es la vida y la labor de la Biblioteca Pública de Elda. A todos cuantos han contribuído con su aportación personal acudiendo a su Sala de Lectura, a quienes han suscrito una Tarjeta de Lector favo reciéndonos económicamente y^ozando por ello del servicio de préstamo, les manífestamos nuestro a^radecimiento y les exhortamos a que continúen prestándonos su asistencia y calor. Y a los que todavfa no han establecido contacto con la Biblioteca sólo podemos decirles que ésta siempre está abierta para ellos y que su a!ta labor merece, realmente, el apoyo y el calor de todos los eldenses. MANOS L^NGIDAS YOIt N;L R. D. VICFn1E SANCHIS F Ŝ ATALLER % Ĵ UENTAN que un rey pre^untó a un sabio de la ^ antigiiedad pagana: =éQuién es Dios?». eDadme, señor; respondió el sabio, una semana para medi tar la respuesta. Transcurrida la semana volvió a interrogarle el augusto discípulo: .^Quién es Dios? Y segunda y tercera vez hubo de pedir prórroga el filó sofo a quien el mundo tenía por sabio, confesando al fin su ineptitud para dar una definición de la divinidad: •Señor, Dios es una cosa tan grande que cuanto más la considero, más difícil me parece dar de él una definición adecuada». Esto mismo pndemos decir de Jesucristo. Los filósofos más profundos, los genios más asombrosos, al querer hablar de Jesucristo han tenido que acabar diciendo que es más, inmensamente más, in finitamente más de lo que sus pobres y toscas palabras han querido expresar. Y son tantas y tan grandes las maravillas y porten tos obrados por él que al decir del Apóstol San Juan, no cupiera en el mundo el libro que tales sucesos relatara. Quiero por ende hacer resaltar solamente dos puntos básicos en la vida del Hombre Dios: el móvil que le in dujo a tomar la determinación de la Redención y el Sacerdocio y Víctima de que se valió para abonar el precio de nuestro rescate. Era inftnito el precio de nuestra Redención y Cristo lo adquirió sobradamente. 1Nas conociendo nuestra pas mosa facilidad e,n la ingratitud y en el olvido, y habien do de marchar al Padre, instituyó la Iglesia como con tinuadora de su misión a través de los siglos; instituyó el Sacerdocio para que se nos fuesen aplicando los méri tos del Calvario por su mediaci^ón .FIe aquí delineada con claridad meridiana la misión del sacerdocio, ministro y representante de Cristo: es el portador mejor, el distribuidor de los valores in finitos y de consecuencias eternas que el Dios Hombre adquirió con su muerte en la Cruz, para toda la humanidad. Por ello el sacerdote, otro Cristo con toda propiedad, es el hombre cuya familia no queda limitada con los vínculos de un parentesco sanguíneo, y cuya presencia, consuelo y amor, acompañan al hombre desde el amanecer hasta el ocaso de su vida. Es un hombre a quien los niños acostumbran a reverenciar y amar; a quien los mismos desconocidos apelladan con el dulce nombre de padre; es quien intercede ante Dios por el pueblo, el pro tector nato de los pobres, enfermos y afiigidos, el intermediario entre el rico y el pobre... Siganx^os con la imaginación, paso a paso, la vida de ese tierno niño que milita entre los predilectos de Cristo, que ha sentido la llamada de Jesús y la sigue con deci sión, sin volver la vista atrás: es un niño como tú y yo lo fuimos, como lo son tal vez tus hijos que te aman en trañablemente y que tienen que oprimir su corazoncito entre las manos y acallar los gritos de rebeldía o tenta ción, y enjugar disimuladamente esas lágrima^s que ocultamente surcan su rostro cuando han. de alejarse del regazo materno. Es un niño que reuniendo las condicio nes físi ĉ as, morales e intelectuales que el Sacerdocio re quiere, ha esczcchado en la intimidad de la oración esa voz dulce ,y enérgica a la vez, de Jesús, que le decía: aHijito mío, un nuevo mandamiento te doy; ven, penetra en mi corazón abierto por tu amor, in/lámate en mis i^leales divinos y serás sacerdote mío, otro Cristo, ungido s . Venid conmigo a contemplar el rostro risueño de aquella fam^ilia que sembró, tal vez desconfiada, el grano de trigo, y a la hora de la siega recogió abundante fruto. Venid a conlemplar a esa familia que con dolor pro fundo se desprendió de un hijo, de tantas de sus caricias y besos, y lo llevó al seminario. ^No lo estáis viendo? Una sonrisa tra^nsparenta el gozo de qne sus corazones están henchidos. Son tantas las bendiciones con que Dios les ha colmado... Su hija no es ya un hombre como los demás: murió para el mundo y con las manos ungidas derramó tantas bendiciones, tantos perdones, tanta feli cidad sobre las almas, sobre su familia y su pueblo... Y tú, Elda, que fuiste fecuuda en vocaciones sacerdo tales, tú, entre cuyos hijos puedes contar generaciones de sacerdotes ilustres; tú que al terminar la Revolución Nacional hiciste brotar con un soplo de vida sobrenatu ral de entre las cenizas qne la República déjara, cinco sacerdotes que son tu gloria, tú, de quien han sido extraí dos esos cinco granos, algunos ya próximos a fructificar en el Seminario, no puedes permanecer en esa especie de segunda somnolencia espiritual en que te has sumido. La mies es mucha y necesitas muchos operarios que con las manos ungidas cultiven la mies abudante que en ti cabijas. EL 1^RTF, EN EL CALZADO POR EDUARDO GRAS H AY una tendencia innata en el hombre a embellecer cuanto le rodea o usa, a iluminar con un toque de belleza los objetos sobre los que ha de posar su vista habitualmente. E1 calzado no podía, por su carácter, escapar a esta regla general de la conducta humana; y así, lo que en principio fuera ideado con una finalidad puramente utilitaria-preser var eI pie-pronto rebasó su mero objetivo material y, a través de las épocas, el zapatero se ingenió para que su obra, a más de útil, resultara agra dable a la vista, bella. Maravilla pensar cómo, partiendo de una misma base, a ĉ tuando-sobre una forma fija-la anatomía del pie-el ingenio humano ha podido crear toda la diversidad infinita de estilos y modalidades d^^calzado. En este aspeeto peculiar, la industria zapatera eldense ha alcanzado cimas de perfección prodigiosa, y sus pcoçluctos gozan por doquier de una bien ganáda auééóla de elegancia y bellezá.^^ ^ Consideremos un par de zapatos: admiremos su línea sugestiva, armo niosa, aérea. Ofrece a la vista un conjunto acabado de estilizado contorno, cuya contemplación agrada: es, ya, un objeto de arte. El hormero, verdadero escultor de formas anatómicas ideales, conjuga dos elementos de imposible-aparentemente-compatibilidad: forma bella y comodidad. Condiciones contradictorias, datos de un problema al pare cer sin solución, pero que el modelista hormero resuelve cada día, en su inacabable búsqueda de nuevos contornos de calzado. Sobre esta obra abstracta, el dibujante vestirá luego sus filigranas de líneas y adornos sin fin: y su labor creadora habrá de ser audaz, rápida, centelleante, porque la moda cambia sin cesar, y la apreciación de lo bello varía en una evolución ininterrumpida. La horma está lista; el dibujo ideado. Ahora es cuando, sobre la base de esos dos elementos, los restantes colaboradores en esta tarea, habrán de incorporar, cada uno, su personal habilidad. El patronista traduce en piezas el diseño del dibujante; el oficial cor tador las copiará en piel, escogiendo para cada una de ellas lo más adecua do; la aparadora unirá y adornará los trozos de piel, y la gracia de sus pespuntes y de sus perforados constituirá, por sí sola, una pequeña creación artesana en el conjunto de la obra; el zapatero montador moldeará sobre la horma el conjunto formado por Ias piezas de piel, dándole exactarnente el contorno terso, de curvas graciosas, de aquélla; y, en sucesivas faenas, añadiendo detalle tras detalle, surgirá, por fin, la obra terminada, radiante y atractiva. EI zapatero de vocación, consciente de su labor creadora, adquiere una sensibilidad especial: cualquier deficiencia, apenas perceptible para el profano, hiere su vista, como nota desa6nada en el conjunto armónico del zapato. Se complace, en cambio, en la contemplación de una obra bien ideada, realizada y terminada, en la que ha tomado parte. Porque, aunque el chiste y el buen humor popular llamen industria Karrastrada» a la nuestra-porque sus productos van por los suelos-nos otros, muy al contrario, queremos ver en esa delgada envoltura de piel curtida, cosida y moldeada, todo un símbolo del espíritu progresivo y civi lizador de la humanidad, que hasta en la satisfacción de esa rudimentaria ne.cesidad de proteger eI pie, hace gala de su tendencia estética, espiritua lizando y embelleciendo... ELI^^ Y EL tJRBANI^MO PoR MiGU^u LóPEZ G. Arquitec+o Municipol o por sabidas y repetidas por mi mismo, en anteriores y modestos artículos, puedo silenciar estas premisas de las que voy a tratar, por estimarlas precisas y fundamentales para el enfoque de estos temas tan complejos como este del urbanismo. Es forzoso interesar a las gentes en los problemas municipales v capacitar a quienes deban afrontarlos, en especial en lo que a urbanismo se reftere, que por su amplitud y variedad en cada caso, pueden dar lugar a errores que destruyau el crecimiento y porvenir de un pueblo. Deberán, por ello, amoldarse nuestras futuras ciudades a los imperativos de nuestro clima, usos y costumbres; deberán ser en nuestra Patria, ciudades para españoles, sin sumisión a módulos de importación; ciudades, en fin, aptas y agradables para los que en ellas vivan. En una agrupación urbana elemental, en la aldea surgida espontáneamente en un cruce de caminos, o en los aledaños de un manantial o accidente del terreno favorable, la estructura del conglomerada comienza siendo clara y definida, acordando con las funciones que debe cumplir. De su centro, la plaza, parten las calles y se prolongan por los caminos que penetran hacia los campos. En esta plaza se con densa la vida colectiva. Allí está la casa de la villa, necesaria representación de la autoridad y de la administración; allí estará también la iglesia, y muchas veces la escuela. Asimismo, la plaza y su calle mayor serán teatro de festividades de la vida social de la aldea en el orden político, comercial y espiritual. La torre de la iglesia se ofrece muchas veces como meta de los caminos que conducen al poblada y quizá estas torres sirvieron de guía para el trazado de esas veredas. _J e^ Este conjunto de la plaza, rodeada de los edificios que condensan la calles secundarias de i d ` id úbli ll d l i as con sus v en v a p ca oca , e as v acceso, de las vías de comunicación que unen los lugares de trabajo con las viviendas, constituyen el de la población elemental, la ^.cédula urbana» que, nacida con espontaneidad de una serie de funcio nes y necesidades, se ha resuelto de acuerdo con ellas, sin conven cionalismos ni prejuicios que desdibujen su claro trazado. Este proceso, pues, y no otro, es el natural y básico para todo plan de lógica trazado de ciudades. Dificultades a vencer.-En las ciudades no puede justificarse la carencia de espacios libres, en su interior, por el elevado precio de los terrenos; ^,acaso obedece éste a alguna ley inviolable? Es por completo necesario a toda política de ensanche en las poblaciones evitar la especulación injustificada del suelo por parte de entidades particulares y precisa, por tanto, formular y llevar a la práctica pro yectos con el espíritu de evitar que tales especulaciones tengarn consolidadas sus posiciones. Se hace negocio evidente al vender lo que llaman «parcelas» de terrenos, que realmente son agrícolas, sin más atisbos de urbaniza ción que unas mal trazadas líneas en papel tela y acaban de redon dearlo cuando la Corporación munici;pal establece los primeros signos de urbanización con sus encintados, aceras, alumbrado, etc. ^Sobre quién recaen estos primeros gastos? ^,Quiénes padecen los defectos de malos trazados? La comunidad, que con tal criterio, aparte de exten- derse en superficie desarticulada y con exceso, rara vez logra que su; alineaciones respondan a exigencias lógicas y armónicas, obtenién dose, por el contrario, conglomerados anárquicos dz barrios creades a medida y conveniencia de esa minoría de aprovechados negociantes,. y lo que es peor con tan escasa densidad, por las plantas bajas dise minadas, que hace imposible cualquier modesta obra de urbanización_ Afortunadamente en España, la previsión de nuestro Caudillo ha forjado la recientísima «Ley del suelo» que facilitará a nuestros Municipios posibilidades ilimitadas para superar tan lamentables y perjudiciales especulaciones. Algunas normas básicas.-Así, pues, la sola inspección del plano de un poblado nos ha de mostrar claramente su topografía y su circulación orgánica. Deberán acusarse con armonía sus dis tintas zonas, barrios de viviendas, comerciales, industriales, par ques de recreo, zonas de deporte, ete. No debemos trazar ciega mente calles a cordel, formando vías invertebradas, pues los tra zados a cuadrí^úla, que tantó han influenciado la mayoría de los proyectos de ensanche de nuestras ciudades y pueblos, deben des cartarse por arbitrarios si no responden a una lógica necesidad. Las calles pueden incluso seguir direcciones de viejos caminos, cuya orientación permita incorporarlas a la estructura general, ya que de esta manera se reducen naturalmente los gastos de expro piaciones y perjuicios a tercero; es más, en algunas ciudades bien resueltas se llega a la perpetuación de sendas, dejándolas convertidas en pasajes-jardín para peatones y ciclistas, pasando a través de las manzanas y acortando distancias entre sus centros vitales. Por último, las plazas y las calles deberán ser trazadas con atención y competencia, de acuerdo con las necesidades, función específica y edificios existentes, ya que entre ellas surgen motivos diferenciales que determinan su forma y estructura; por esta razón podrán ser monumentales cuando su fin sea realzar determinado edificio artístico o histórico, de cuyas dimensiones habrán de depender; de tráfico, cuando tiendan a su regularización; plazas jardín, comerciales o populares, representativas, etc. Plan local de ordenación.-Elda, que, aunque del más rancio abolerrga, estuvo durante siglos liiriirada° pore ŝ trecho reçinto; ha dado en estos últimos años uno de los pasos más gigantescos, en cuanto a crecimiento se refiere, llegando a mantener uno de los coe.fi.oientes más ^l^vados errtre last demá ŝ :. ciudades es^p,añolas. _ La laboriosidad de sus nativos y vecinos y evidente predisposición para la industria y el comercio han sido los motivos de este pro ceso, claro exponente de una potencialidad nada común. Lo expuesto ha evidenciado la necesidad de acometer. sin pérdida de tiempo la redacción de un previsor, y por tanto am bicioso, Plan de Ordenación de la futura ciudad, antes que„ inte reses particulares, por una parte, y falta de preparación por otra, la extiendan y formen un conjunto caótico de lo que puede ser bella y atractiva población. En este Plan, ya en estudio muy avanzado, se han aténdido preferentemente dos temas fundamentales, vías de tráfico y zoni ficación, dividiendo el conjunto en barrios según su función espe cífica, temas que muy esquemáticamente, por la falta de espacio, se exponen a continuación. Así pues, en cuanto a vías de tráfico se refiere se han pre visto claras y fáciles penetraciones desde el exterior, la de Alicante con ligera inflexión, aun en término de Petrel y antes de Ilegar a la Ciudad Vergel, para desembocar en la amplia avenida de la Reina Victoria pasando después por la calle del General Varela de fáeil ensariéliamieñfo, háéta uñir se ĝ úñ la míñíína distáñciá y máxima anchura con la penetración desde Madrid, en la calle del General Queipo de Llano, que a su vez, se propone ensan C4LLE BE iAN ROQUE CQ^^F GFNERAL1S1Md FRANCO char en su tramo angosto, comprendido entre la citada calle del General Varela y la de los Rey Católicos. Logradas dichas penetraciones no resta más para unir a Elda con su comarca, que tratar d mejorar la de Monóvar ( hoy desarrollada a través de rodeos y estrecheces^ con la sola prolongación de la calle del Padre Manjón por un puente sobre el río Vinalopó. Se da además la circunstancia favorable, fácilmente visible en el Plano de la Ciudad, que las tan precitadas penetraciones forman con la Gran Avenida una gran cruz base del tráfico de Elda, una de Norte a Sur la de Madrid a Alicante y otra Este-Oeste la de Petrel a Monóvar. También se preven todas las posibilidades de Ilegar a obtener una ronda para absorber el tráfico exterior aun cuando para su consecución definitiva sea necesario todavía resolver los problemas que presentan, por una parte, la falta de solución de continuidad con Petrel-que aunque diferenciada administrativamente de Elda, forma con ella un solo conjunto urbano-y por otra el trazado todavía en estudio de la carretera de circunvalación de Obras Públicas. Logradas las calles arteriales se han tenido en cuenta también los trazados de nuevas calles y plazas comerciales y residenciales, espacios verdes situados en los centros de gravedad de los distintos barrios -uno de los cuales bien pudiera situarse en el interior de la zona comprendida por las calles de Barberán y Collar, General Aranda, General Mola y General Queipo de Llano-y por último la reva lorización de callejuelas de los viejos núcleos comerciales, que como las de Colón y José Amat Sempere, -veánse figuras adjuntas-hacen necesaria la cirujía interior-no siempre aconsejable pero a veces necesaria-para dar apropiado acceso a núcleos cívico históricos tan importantes, como el formado por la Iglesia y el Ayuntamiento. Acabamos esta breve reseña indicando que poco o nada se consiguiría con un buen trazado viario si éste no se acompañase de unas estudiadas Ordenanzas y plano de zonificación, dilimitando claramente y uniéndolos a su vez, los distintos barrios que, formarán la futura gran Ciudad, el Histórico - artístico o cívico-en Elda son coincidentes-antes citado, el Comercial, en el que recaerán las principales activi dades mercantiles, los distintos barrios residenciales clasificados según la categoría de sus edificios hasta Ilegar a las Ciudades-jardín con edificaciones totalmente exentas, la Zona deportiva, Zona industrial formada por la agrupación de grandes factorías, Zona escolar, Zonas verdes o parques, tan característicos de los países civilizados en los que el árbol es objeto de devoción, y en fin cuantas haga considerar necesarias, el desarrollo futuro y conside rable avance, de esta ejemplar ciudad de^Elda. LA VI RGEN DEL PUEBLO POR RODOLFO GUARINOS ADIAT ncE ya mucho tiempo que quiero escribir algún trabajo sobre la Virgen del Pueblo. Acariciaba la idea, como se dice. Pero siempre lo he ido dejando para más tarde, probablemente porque lo cierto es que poco puedo decir que valga la pena. No quiero dilatarlo más. Mi amor hacia ella, la tradición que su nombre ha representado siempre en mi familia, y el culto que en su seno ha venido tribu tándosele a lo largo de los años, me mueven ahora in soslayablemente a rendirle el minúsculo homen^je que estas pobres líneas puedan representar. Por todo ello, escribo, no con el deseo de hacer líteratura más o menos florida, sino sencillamente, con la sola intención de dedicarle un encendido recuerdo, de traerla a la actualidad eldense en esta inmejorable ocasión de las Fiestas de Septiembre. La juventud de hoy no conoce a la Virgen del Pópulo. Es preciso pregonar su hermoso nombre, airearlo como una bandera de amor, volver a hablar de su delicada leyenda de Virgencita humilde. Era una Virgen eldense; de tan eldense so lera como la Virgen de la Salud. Yo la recuerdo confusamente en su altar de la vieja iglesia, junto a la capilla del agua bautismal El niño que yo entonces era la miraba con ojos curiosos cada domingo, al entrar por la Puerta de la Virgen, camino del catecismo de la misa de once. Envuelta en la semipenumbra de aquel altar, tras la crecida verja de hierro, era para mi fantasía la encarnación de lo maravi lloso y de lo irreal. Me forjaba mil leyendas sobre su posible origen, sobre su vinculación con los míos, sobre lo que su nombre, que me sonaba hermoso, quisiera en realidad significar. 1or una razón que todavía desconozco, se la nombraba siempre en latín: la Virgen del Pó pulo. Y no sabía yo cuánta inefable belleza, cuánta amorosa entrega ocultaba este latín, in traducible por aquel entonces. Mis recuerdos, borrosos y dispersos, los tengo que buscar entre nubes de algodón. Pero de una cosa, siquiera sea banal, conservo un recuerdo preciso y meridiano. Creía entonces con toda mi alma, tenía la ingenua sensación, de que aquella Virge q me pertenecía o algo pa recido. Y recuerdo nítidamente mi gran orgullo, mi inmensa satisfacción por poseer «una Virgen propia». Ya dije que poco podía escribir sobre este tema que resultase nuevo o interesante. Es mu cho lo que desconozco y no me decido a inventar nada, como viene siendo costumbre en estos casos. La Virgen del Pópulo, tal como yo la conocí hace años, era una antigua imagen de piedra labrada, incrustada a medias, por así de cirlo, en una hornacina que formaba con la imagen una sola pieza. La forma exterior de esta hornacina era rectangular y de unas dimensiones aproximadas de un metro por cincuenta centí metros. La superficie del conjunto estaba recu bierta de una capa dorada de extraordinaria belleza. Desconozco todo cuanto se pueda refe rir al origen o procedencia de la imagen- Tal vez alguno de los antiguos moradores del cas tillo la trajo de alguna parte en recuerdo de quién sabe qué memorable suceso. Lo cierto es que ya en tiempos de mis tatarabuelos formaba parte de la ornamentación externa de nuestro alcázar, empotrada en sus muros, por encima del arco de la puerta, situada junto al torreón que todavía hoy está en pie. En esta época, el castillo, largo tiempo aban donado, empezaba a desmoronarse lentamente entre la general indiferencia de las gentes. Se agrietaban sus cansados muros y se rendían sus orgullosas almenas ante eI paciente asedio del tiem po. Y la pobre Virgencita del Pópulo, abandonada a su suerte, debió padecer de soledad y desamparo entre las piedras inclementes. Pero un buen día, un esforzado miembro de la familia Amat-Quesada tuvo un hermoso gesto que lo enaltecerá para siempre en mi memoria. Lleno de decisión, arrancó la imagen de los muros del castillo y la llevó a su casa, haciéndola objeto de la mayor veneración y cariño y rescatándola del aban dono en que se encontraba. Esta casa era la número once de la antigua calle del Val-hoy General Mola-y sus dueños el matrimonio formado por don José Amat y doña Josefa Quesada, siendo pro bablemente este don José Amat el autor de la relatada hazaña. La acción de don José debió conmover grande mente la conciencia popular, resonando como un cañonazo en el reducido ámbito de la Elda de en tonces. Se debió pensar enseguida-y no sin razónque no se podía sustraer a la adoración del pueblo una imagen que al pueblo estaba dedicada. Her moso había sido el gesto y no debía ser, en ningún sentido, censurado, pero era necesario que la Vir gen del Pópulo estuviera en la iglesia, abierta al amor de los eldenses. Restaurada y dorada en Valencia por encargo de los señores Amat-Quesada, fue trasladada desde el domicilio de éstos a la iglesia, en solemne pro cesión que presidió el Ayuntamiento en pleno. Ya en la iglesia, fue colocada en el primer altar de la izquierda, construyendo los señores Amat-Quesada la magnífica reja labrada que, según costumbre de la época, cerraba el acceso al mismo. Pero no habían acabado las vicisitudes para la sufrida Virgencita. En el año i93i, con motivo del incendio de la iglesia durante una de las algaradas, quedó maltrecha y chamuscada, teniendo que ser reparada por un imaginero de Novelda. Más tarde, en ^936, iniciada la guerra civil y con ella la demolición de la iglesia, la Virgen del Pópulo volvió a ser objeto de malos tratos, y atentados desapareciendo sin dejar rastro. Transcurrido el obligado paréntesis de los tres años de guerra, renacida la paz, volvimos a tener noticias de ella. Estaba, como una piedra más, en el secadero de la fábrica de cartón de don Emérito Maestre. Y allá fue el que esto escribe, en compa ñía de un amigo, con la secreta esperanza de en contrarla todavía con vida, de que sus heridas pu dieran ser restañadas. Pero había sido despiadada mente mutilada y su celestial sonrisa borrada de la piedra. jElla que era todo amor, que se llamaba -en suprema entrega - del Pueblol Era una piedra más entre las piedras que la rodeaban, pero una piedra muy querida. De la piedra había salido y, sin una queja, había vuelto a la piedra. En una triste carretilla de mano, envuelta en un saco de arpillera, hizo la Virgencita del Pópulo su último viaje, su viaje de regreso. Aquello nos pareció un entierro un poco grotesco. Fue imposible pensar siquiera en su restaura ción. Esta vez estaba bien muerta y ya no volvió a la iglesia. Humilde, como siempre había sido, destrozada, quedó entre nosotros, como una som bra de la Virgencita pequeñita y bella que fue, dejando que su recuerdo se fuera insensiblemente perdiendo. Pero yo quiero decirle hoy que su recuerdo no ha perecido, que continúa vivo y palpitánte entre nosotros, como en los días de su maycr gloria, y que seguimos amándola como cuando su sonrisa era de oro y estaba triunfante en el templo que desapareció con ella. Y cuando en el segundo domingo de Mayo voy a su fiesta y oigo su misa, no necesito bus carla inutilmente por las paredes de la nueva igle sia, porque tiene ahora un altar en mi corazón,. que no ha sabido olvidarla. .................................................................................................................................................................................................................; SOBRE LA REDUCCION DE ELLO - ELOTA - ELDA (1 } L ARGOS años hace ya que Elda contempla pasivamente la polémica entablada entre ilustres investigadores y arqueólogos sobre la identificación actual de la antigua mansión romana Ello (de Adello), polémica en la cual a pesar de ser parte principal no ha terciado nunca. En mu ^ chas obras vemos apuntar tímidamente, sin hechos que la respalden, la teoría de que Elda es la : continuadora de la Ello del Itinerario de Antonio. Ya Escolano se saca de no sabemos dónde un topónímo: «Idella», al que clasifica como musulmán y que adjudica a Elda, favoreciendo la compara ción Elda-Ide1la-Adello. Lamberto Amat también indica en la misma dirección y Fi^ueras Pacheco añade la eonveniencia de insistir sobre esta teoría que puede tener éxito. EI Canóni^o Lozano apoya la identificacíón pero hace distinción entre Adello y Elota dando Elda para la primera y dejando sin . sucesora a la segunda. La prospección de las tierras de Elda, aunque fructífera en vesti^ios roma nos, no da el rnaterial suficiente para justificar la existencia de una gran ciudad o mansión. Sin em : bargo no hay que olvidar el hecho de que los lu^ares donde _se sospecha ,la exis:tencia de restos -Plaza de Santa Ana, los Corrales, Ilano entre el Mónastil y el Vinalopó-no han podido estudiarse por ser tierras de propíedad privada, edificadas o en lflboreo. De aquí que antes de pronunciarse en en uno u otro sentido habría que comprobsr lo que puede ofrecer una excavación sistemática y rigu ? rosa de! subsuelo posiblemente romano. A añadir su valiosa opinión a la de los numerosos investi^adores que se han mostrado favora = bles a la reducción Ello-Elda viene don Felipe Mateu y Llopis. erudíto numismático, profundo inves tigador del Medievo en la Corona de Ara^ón, Dírector de la Biblioteca Central de la Diputacíón de : Barcelona, Inspector de Bibliotecas de la Zona de Levante, etc., con su separata «Sobre la identifi^ cación toponímica de «ELOTA» en la que hace un detenido estudio de las posibilidades que arroja € la identificacíón de Ello o Elota a la luz de la Toponimia, la Numismática, la Historia y la Geogra fía, apoyando la tesis de que Elda, por su situación ^eos;ráfica, su topónimo cuya derivacíón no ; ofrece dudas, por las antigiiedades halladas en su término por su cercanía a Elche en lo referente a Ias Sedes Elotana e Illicitana y por las favorables opiniones de ]os investí^adores citados, es la : sucesora en el tiempo de la Elota que fue sede episcopal en la era visigoda y descendiente de la ? Ello romana de la Vía Pretoria. Es interesante en esta separata la parte referente a Elota como ceca de varios Reyes Taifas en : el siglo XI y desgraciadamente no podemos aportar dato algunu a esta hala^adora hipótesis por no : haberse hallado hasta hoy nin^una moneda arábi^sa en el término en contraste con la abundancia de piezas romanas e ibéricas. En resumen, el trabajo del señor Mateu y Llopis es una valiosa aportación a la tesis que ; defiende a Elda como heredera de Ello y Elota con valiosos datos que abren amplio y esperanzador ; camino a una investi^sación más profunda y probablemente más fructífera.-A. N. P. (1) Felipe Maleu y Llopis.-Sobre la identi^icación toponímica de Elota. -«Separata del «Xotnenaje a Millás-^állicrosa», Vol. IL-Barcelona.-C. S. L C.-1956. .»...........»»»....» ........................................................................................... . .. .................. .......................................................................: ^ ^,.^` ^. ^^ i ^ C ^^1,i_^ ^^^i._^^..^^^^.`^ ^^^ ^^ ^_^^^^ ^ _^ €_. de las solemnes fiestas que celebra ELDA en honor de sus patronos, el SANTÍSIMO CRISTO DEL BOEN SUCESO y la SANTÍSIMA VIRGEN DE LA SALUD organizadas por el Excmo. Ayuntamiento de esta Ciudad en los días del 6 al zo de Septiembre de r956 DIA 6 A las seis de la tarde, inauguración de la I Expo sición Foto^ráfica. A las ocho de la tarde, entrada de la Banda de Música de Beniaján. A]as doce, Alborada, traca y palrrreras. Finali zando con un CASTILLO DE FUEGOS ARTIFI CIALES. DIA ^ A las nueve y media, pasacalles por la Banda de Música y fallo del concurso de calles y escaparates. A las doce y media, concíertos por la Banda de Música. A la una y media, tracas. A las tres de la tarde, actuación de la orquesta Machín, en el Casino. A las seis, actuación de las Marionetas. A las siete, Solemnes Vísperas. A las ocho y media, Salve. Terminado este acto, disparo de una Traca. A las díez y media, Función de Marionetas. DIA 8 A las nueve, pasacalles por las Bandas de Música. A las díez, Solemne Misa Cantada. A las doce y media, Concíertos Musicales. A las dos de la tarde, Tracas. A las tr^s y tnedia, actuación de la Orquesta Machín, en el Casino. A las cinco, NOVILLADA, A las síete, actuación de las Marionetas. A las ocho, SOLEMNE SALVE Y PROCESION DE LA SANTISIMA VIRGEN DE LA SALUD. A las diez y media, Función de Marionetas. A las once de la noche, Concierto de la Orquesta Municipal de Valencia en la Plaza de Toros. A las once y rnedia, Conciertos Musicales y Globos. A la una y medía, Traca de Lujo. DIA y A las nueve, pasacalles por las Bandas de Música. A las diez, Solemne Misa Cantada. A la una, Concierto Musical por la Coral Polifó nica HSante Cecilia». A las dos de la tarde, Tracas. A las tres, actuacíón de la Orquesta Machín, en el Casino. A las cinco y medía, partido de Fútbol de Se^un da Divísión de Li^a. A las siete, actuación de las Marionetas. A las ocho, SOLEMNE SALVE Y PROCESION DEL SANTISIMO CRISTO DEL BUEN SUCESO. A las diez y media, Función de Marionetas.A las once y media, Conciertos Musicales. A la una y media, CastiNo de Fuegos Artificiales. DIA zo A las ocho y media, XII Vuelta Cíclista a Elda. A las nueve, pasacalles por las Bandas de Música. A las doce y media, Conciertos. A la una y media, Tracas. A las cuatro, Concurso de Palomas. A las siete, Conciertos de Orquestinas. A las once, Concierto por la Orquesta Machín en la plaza del Sa^rado Corazón. A la una, Tracas. EI Presidente de la Comisión de Fiestas, Pedro García Ámat EI Alcalde, EI Secretario, `,}oaquín Campos Fernández Fernando G,^ Merlo ^oaquín `ilDera i ^ ll ^aestre FABRICA DE CALZADO DE LUJO GRAN AVENIDA, 21 - TELEF. N.° 8 APARTADO DE CORREOS N.° 57 FA B RI CA DE H O RM AS, P E RNIT OS Y TA C ONE S D C MAD ER A c_ :l7lCCI / ELCHE S ^ ES^é^ CASA FUNDADA EN 1870 Calle Dr. Caro - Teléfono 1829 ELD/^ Camino Estación Teléfono 23 Correspo^doncia ^ ELDA (Central) - Apartado 44 Fábrica de teja plana roja - Tejas curvas de diferentes medídas - Plaquitas cara vísta y Prensados - Arquillos, etc. para edífícaciones modernas y acabados de chalets Ladrillo hueco y demás materiales de arcilla ferruginosa cocida. Fabrícados especial mente para zonas lluvic^sas y de bajas temperaturas Fábrica y Ofieinas: CARRETERA DE PETREL Teléfono tg a Il^I^^II^3,I^.IL. FABRICA DE TROQUELAR Estación F. C. 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TELEFONO 4 r^Err^EL (ALICANTE) Caja de A horros de1 Sureste de España Con motivo del XXXII Día Universal del Ahorro ^3r de octubre de z956) esta Institución celebrará tal e femérides distribuyendo, entre sus imponentesmediante sorteo, los objetos y útiles para el hogar que a continuación se especifican: 4 Motocicletas 8 Vajillas de loza 2 Cocinas eléctrícas 8 Juegos de cristalerla 4 Lavadoras electrícas 8 Baterías de alumínío 4 Máquinas de coser 8 Aparatos de radio 4 Neveras 10 Batidoras eléctricas 4 Bicicletas con motor 12 Obras completas de autores ilustres 4 Bicicletas de señora 10 Planchas eléctricas automáticas 4 Bicicletas de caballero 20 Planchas electricas 5 Hornillos eléctricos 10 Hornillos petróleo 20 Hornillos petróleo pequeños 25 Juegos de café 10 L^afeteras eléctricas 100 Piezas de lienzo blanco 2000 Juguetes La Caja de Ahorros del Sureste de Espaiia le invita a inscribir su nombre o el de sus hijos abriendo una libreta de ahorro, recordándole que al hacerlo se asocia a la gran familia del ahorro, coopera a los fines bené ficos de esta Institución y pone de mani fiesto su espíritu previsor, ya que con su aportación ayuda tam bien al fomento del bienestar. agrícola e industrial de su pueblo. ^ Casa ^ICO CuR TIDOS Distribuidor de RADIO IBERIA E^1^^O ^a S t^i l^ l^ y Máquinas de Coser SIGMA 1 ^ C Artículos para Regalos Instalactones eléctricas or^ e or Plaza de los Mártires de la R. N. S., 14 Fábrica: Teléfono 152 Almacén: » 148 E L D A E 1. D A `^ASFA^^A: Fáórlca de Calzado Cajas de cartón ondUlado y plano i Marca Regisirada i ................................... . / ^ o S e /^ FNVASES • , S^ rve11 t Pe rez TENDERO ELDA / Jaime Balmes, 6 Teléfono 573 E L D A Teléfono 58 Comesti6les Finos AZ1^IA CEIVES , • s ^oSe ^lra Tejidos - Confecciones - Génerns de Punto - Novedades. Plaza R. N. S., 4 PAÑERIA - SASTRERIA Téléfono 423 E L D A Teléfono 772 E L D A . m . ^ ^^ ^ os va^ ^o . . , E L ® A Teléfono 193 Apartado 10 ^1 ^ ^ . . I^ t e ^ 1c^. . -^s as -^. í o, (SUCESOhE3 DE HIJOS DE VICENTE VICEVT Y CIA.) 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Maura, 12 E L D A Teléfono 116 Calzado fino Concesionario Comarcal de TELEFUNKEN p a r a s e n o r a La felicidad de su hogar con... un Radia TELEFUNKEN CALIDAD - GARANTIA sólo con 1-ELEFUNKEN Apartado 51 La precursora de la Radio en el Mundo Teléfono 2 E L D A Pida una demostración de los nuevos modelos Temporada 1956 57 Calzados GIL - BE^ I ^ R^@al^@p ^c3^^ ^ ^^@ v g^ ^ ^ ^i ^^^^ (^O ^^ (Fundada 1880) Especialidades en artículos para el calzado Hojas y máquinas de afeitar MARAVILLA Especialidad2s nara el automóvil ^ (c7^í^ Casa Central en BARCELONA: ^ ^ cJ lS ^ Rosellón, 247 Teléfono 280147 y 280146 Dos de Ma o, 67 E L D A y Depósito en E L D A: General Mola, 24 - Teléfono 164 ^ 0 I ^C: ^ ► ^ ^ aC31^ ^^ó i ^ ^C 1^ ^C3pC^ 0 ^ ^ ► ^^ o 00^ ^0 o C^^ g p o I ŝ Q^C^^3C^C^ REPRESENTACIONES E N G E N E R A L Fábrica de calzado manual para Señora M.a Guerrero, 37 Teléfonos 633 y 634 ELDA • E L D A I ^ 1 ^ ^ Construcción de maquínaria y accesorios para la fabricación de calzado ^n,^ ^ , y^ Q OV^S ` :^^UIS ^ ^ $. ^. ^ ^^ ^^ ^ ^ ^^ Línea de Autobuses de Alicante a Villena y pueblos del trayecto o ^ ^ ^ ] ^ ^^ 0 ^ p Teléfono en E L D A: 263 Teléfono 42 E L D A ^^ ^0^ o C^ ^ oO^C^ JJ C^^C0^3^ ^^rt Ŝ C; ^3^^^ J o^ ^ o ^ ® ^ábrica de Calzado de Lujo para ^e^ora Te^é^ono 110^ Fábrica de Calzado de Señora Manua 1 J L^la ^ n3 L ^3 t ^^ Qt ^B C ^P ^ ^13^ General Jordana, 25 Teléfono 743 E L D A Fábrícas de Cartón y Cajas de Cartón ^^^o ^^ Lr- ^l^` irl Ŝ @P^^°Q ^^Q^^^i`C^ ts C^P@L3 Teléfono 10 E L D A ® ^ !_/ ^Q^ ^^^^ ^o^^ (a^ Picón Asentador de Frutas y Hortalízas Teléfonos: FLDA 605 - ASFE 101 E L Q ^ Fábríca de Hormas v Tacones . ^ ® ^ ^ ® ^^I ® C^^C^ C^ 0 ^^^^pQ^ ^eléfono 174 Dos de I^/layo, 32 1 3 ^., D A Q o Q^ ^Q^ ^ { ^QQ^Qi^^ó ^ `^ Re ostero: ^ Pedra Gi^ López Excelenfes Aperitivos y variados marrscos Café exprés y ^lelados varios Teléfono 12 E^. D A Fábrica de Híelo, Gaseosas y Sít.anes ^0^^ ^^^QÍ^O ^ ° p°^^ ^ (1i`dnrcca Re^istr^ada) L.egíonarío, 1 Teléfono ^lóF 1 3 1 3 D A 1 ^0^^^^^ccí01 •e^ ^ ^i O S FAB^ICA OE MOSAiCOS Materiales de Construcción ^ABRICA DE YE^O^ Avda. de Elda, b9 Lamberto Amat, 11 Carretera de Monóvar Teléfono 20 Teléfono , 74^ (Junto puente de salida a Monóvar) P E^ R E L E L D A íAlícanCe) I Tejidos - Confecciones Carnisería Maquinaria y Accesorios para la Fabricactón del Calzado dsd e e ^^dl^Ue^ Gran surtido en Fantasáas l `^dvd^^0 ^dVO para Señora Cuatro Esquinas Teléfono 166 - Cura Navarro, 14 y 16 Teléfono 534 E L D A Generalísimo, 39 - Teléfono 372 E L D A Mercería Perfumería I Trdnsporres P^ I^ Ĉ A i ^ Calle Falconde Teléfono 390 itd sd e dsd E L D A Gran surtido en hilos para el calzado Forrado de Botones Agel^Cld B^OTONS G. Franco, 41 Teléfono 1923 General Mola, 10 E L D A A L C O Y Ultramarinos I PANADERIA ci^ OSe ^nt0^^0 ^rdncisco ^O^d^ ^L1tl^^dS ^dvdrro SáncÍ^ez Especialidad en Pastas Ceneral Aranda, 3 E L D A Pedro Amat, 2 E L D A i . . , Calzados FEL.ISA Teléfor^o 527 E L D A PRODUCTOS QUIMICOS , ` ^ ll^^ ; ( /^ /^ / , ^ ^c^ua ► ^c^o ^or^ne^ JaCa[r¢r^t Especialidades Químicas para el Calzado Fábrica de Calzado Cuba, 8 y 10 de lujo para señora VALENCIA Donoso Cortés, 57 Zorrilla, 11 - Teléfono 57 ^L®^ E L D A ^roguería y Per^umería Anís ,La Hellinera» y«Chicuelo II» Licores - Cremas - Jarabes ^ . u^n er u i « es 1 erl^s a^ e I^^e^a Central: Purísíma, 5 Sucursal: Reyes Católicos, 6 ABILIO MARTINEZ TERCERO Teléfonos: 141 y 524 Representente: LUISGARCIA MARIN E L D A General Dávila, 44 E L D A ^a ae a uera Ora es ALMACEN D E CURTIDOS Martínez Anido, 44 ^ E L D A CARNICERIA I ^o ^o ^a ia ^ , ^ , ^ ^ ` ^^ ^ ® ^^i1; e ^ ^ , ^ LGO Plaza de Abastos Ceneralísimo, 25 Casetas 14 y 15 E L D A Teléfono 4Z8 E L D A ^ A ^ ^® ^C^ L ^ ^^ + ^^^^ ^^^^ CG ^C^ OS , ^ ^ ^^^^ Casa AMA!^EO APERITIVOS Teléfona 233 ^ L_ D,^ I E L D A FABRICA DE CALZADO ^ ; ^^^^ ^^^^^ cb aCel ^ ^ + , ^ *^ ^ ^ ^^i%^^ e ^JI e^ , , o e E ^ ^ .G ^í/ í^LL^ J LYLOS. Sistema de venta atentado con el núm. s .6 P 99 44 ,° • ` V• ^• OSe ^.^ LCL1^CtC^O ^Ct CL ^ ^ Teléfono 259 General Martínez Anido, rs Apartado, 8? E L D A ® ^ Teléfono 53z E L D A i I , Fábrica de Calzado ! ^^^^a. ^e ^ !/ di ^. ^r V b^L/ il ^ V ^^ / N o rti.^a o as an,ez SUC;ESOR G. Dávila, q,z Teléfono zq,z E L D A Por primera vez, y sin precedentes en todo el mundo; tenemos el placer de presentar a usted, el CREPP-ENI Porocreppé sintético español No es un sustituto, es un producto mejor ^esa la mítad 17ura más Se ^rabaja n^ejor 1^o se nlancha 1^lás bo^íto Precio estable ^lás económico Más versá^íl Normal y d uro 1 / n Laboratorios de Investigacíón de todo el mundo, han gastado enormes sumas de dinero en la consecución de un producto que sustituyera con ventaja, sí ello era posible, al creppé natural en hojas. Dios ha querido guardar para nos otros el logro de este prodigio técníco que es el CREPP-ENE^. Ramón Navarro Botella Doctor en Ciencias Químicas 2 Las pruebas prácticas realizadas con el CREPP - ENE, han confirmado que no hay ni un solo punto en el que no haya demostrado ser, con mucho, superior al creppé natural^. 1uan Colom Pizá Doctor en Ciencias Químicas V IU DA DE NOR B E R T O NAVAR RO Fábrica de Colas y Productos C^uímicos General Jordana, 7- Teléfono 143 - Apartado de Correos, 7 E L ^ A ( Alic2^nte) F A B R I CA DE C ALZ AD O ^ .^ n^.^^ ^ u ^ R ^iE1,-RIVAS ^A GENERAL VARELA, 24 TELEFONO 266 DIRECCION TELEGRAFICA: aJUGORI» l^ L V 1`1 E7, 1ua d^ 3uch, Serra o Comp. - Alice^b