FIESTAS MAYORES ELDA-1.990 *#2 H’é FIESTAS MAYORES Número 7 Septiembre de 1990 Revista anual que la Cofradía de los Santos Patronos edita enhonor de la Virgen de la Salud y del Cristo del BuenSuceso. para mayor exaltación y memoria de los valores eidenses. Textos: FRANCISCO MOLLA MONTESINOS PEDRO MAESTRE GUARINOS JOVERGONZÁLEZ DE LA HORTETA FRANCISCO CRESPO JOSÉ MIGUEL BAÑON ALONSO ERNESTO GARCÍA LLOBREGAT ÓSCAR L. ORTEGA ALBERTO NAVARRO PASTOR ENRIQUEA. LLOBREGAT JOAQUÍN SAMPERALCÁZAR JUANANTONIO MARTICEBRIAN MANUEL SERRANO GONZÁLEZ ANDRÉS LLORET MARTI JOSÉLUIS BAZAN LÓPEZ JOSÉMARÍA AMAT AMER VICENTE VALERO BELLOT ANTONIO DIEZ MEDIAVILLA RAMÓN CANDELAS ORGILES CONCEPCIÓN GRAS VALERO LUIS ROMAY G. ARIAS MANUEL VERDU JUAN ENRIQUE GARRIGOS RAFAEL MAESTRE MIGUEL CONEJERO PÉREZ SECCIÓN FILATÉLICA C.E.E. RINCÓN DE LOS POETAS Portada: Composición de RAMÓNCANDELAS Fotografías patronos: NORBERTO NAVARRO Dibujos: GABRIEL POVEDA RICO RAMÓN CANDELAS ARSENIO Fotos: JOSÉ MIGUEL BAÑON ARSENIO MARTÍNEZ GARCÍA MANUEL SERRANO GONZÁLEZ yARCHIVO Coordinación: JOSÉ MIGUEL Maqueta: ERNESTO TIEMPO DE FIESTA De nuevo, eldense, otravez, las Fiestas Mayores llamando con acordes de aleluyas ala puerta donde moran los más puros y fir mes sentimientos de nuestra trayectoria por este valle. No precisamente ese común «va lle de lágrimas» que todos ycada uno de no sotros tenemos trazado en la vida, sino ese otro Valle, con mayúscula, referido ala tie rra donde desarrollamos movimientos, anhe los y cotidianas realidades. Este Valle que, alo largo y a lo ancho, ycruzado por el escuálido aunque también temperamental padre Vinalopó, parece mos trarse en estos días repleto de inefables sen saciones. Déla Sierra del Cid, hasta el monte Bolón, unhálito sutil esparce en el ambiente un conjunto de ideas florecientes —como nue va y espontánea prima vera en estos dorados otoños eidenses— que nos habla ynos va re señando delicados perfiles de cosas y he chos, de tradiciones ydevoción, de bondad y recompensas íntimas. Sentimos entonces como una gran eclosión de campanas que, repicando primero en los corazones, se ma terializan después en la mágica noche de laALBORADA, llevando su mensaje hasta los más recónditos aledaños del Valle. Es tiempo de fiesta, fiesta para los senti dos ylos sentimientos. Como tal hagamos una pausa en el quehacer cotidiano para entre garnos aesta entrañable celebración popu lar que, desde hace casi cuatrocientos años, Elda viene conmemorando en honor de sus Santos yCelestiales Patronos. Es intención de esta Cofradía manifestar nuestros mejores deseos, tanto a nativos como avisitantes, en estos memorables días, como también dedi car un emocionado recuerdo aaquellos que nos precedieron, especialmente, y en esta ocasión, a dos amigos ycolaboradores en es tas páginas fallecidos en este intervalo anual: Francisco Molla y Francisco Crespo. Segu ro que laVirgen, bajo nuestra eldense ad vocación de la Salud, les habrá sonreído amigablemente ytendido la mano por las mu chas molestias que se tomaron durante tan tos años para que esta revista tuviese un feliz y normal seguimiento. Que así sea. La Mayordomía A la Santísima Virgen de la Salud ¡Virgen de la Salud! Miraestahora satánica de frío y violencia... Ten piedad de nosotros, ten clemencia, y ampárenos tuGracia redentora. Tú eres en nuestra vida eterna Aurora. La perenne esperanza en florescencia. El grito medular de laconciencia... Brújula que nos guía salvadora... Alumbra con tu luz la noche oscura, y puedan nuestras almas vislumbrar la Verdad _de la Vida en su grandeza. Extiéndenos tu manto de ternura que podamos en Cristo realizar todo el inmenso amor con su belleza. Autor: PACO MOLLA A LA SANTÍSIMA VIRGEN DE LA SALUD Deslumhrado en tu luz(no es laceguera que el deslumbre me da, sino un vislumbre más claro que del sol lainmensa lumbre que mundos sustentando, vida crea...). Es la luz que tu gracia reverbera emanada de Dios, la excelsa cumbre de todos los poderes, sintechumbre, sinlímites posibles, sinfrontera... ¡Oh Madre del Señor!... Si por Ti aflora en surtidor de gracia el Plan Divino y por piedad y amor nos lo derramas... Tú eres con ¡esús nuestro camino. La constancia en querer, consoladora... ¡Si amándote y no amándote nos amas! f / IiEc*j Al Santísimo Cristo del Buen Suceso SI no fuera por Ti, dulce Rabino, nuestra vida sería a ras del suelo; sinposible esperanza, sin consuelo, caminando con tino y desatino. MAS Tú dijiste: «Yo soy el Camino». Y Tu Camino alenta nuestro anhelo: la Aurora permanente en áureo cielo. El Norte salvador en lo divino... POR Ti, Señor, se aclara nuestra suerte: esplendes a la Vida tras laMuerte, elevando el Amor y el Padecer... Y nos das alegría en la certeza de ser en la Armonía y la Belleza inmortal yglorioso nuestro Ser. Autor: PACO MOLLA A NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO Al sentirte, Señor, aquí en mi adentro Es tanta la bonanza y la alegría Que creo que la cósmica Armonía Imprégname divina, afuera y dentro. Tú vienes —todo Amor— siempre al encuentro Del alma que se te abre... Como el día, En su abismo fulgura tu luz pía, Haciendo de bondad y gracia, cumbre. Cuánta dicha, Señor, el alma siente Al saberse por Ti, tan bien amado... ¡Tú, que por mísufriste horriblemente! Queriéndote por siempre, a Ti entregado, No empezaré a pagarte, ¡oh, Dios clemente! Los dones que a mi espíritu has donado. % Hfe FTim^ CRÓNICA PARA EL RECUERDO fl Fotografíarealizadaeldía 6 de septiembre de 1940por Vicente Berenguer, a la edad de 15 años El día 6 deseptiembre, hacecincuenta años, fueron reconstruidos nuestros Santos Patronos, la Virgen de la Sa lud y el Cristodel Buen Suceso, y al cumplirse en esta fe cha su CINCUENTENARIO hacemos una reseña de los actos que con talmotivo secelebraron. En el año 1939 se constituye en Eldauna Junta deno minada «Reconstrucción denuestros SantosPatronos», siendo cura de la parroquia provisionalde Santa Ana, ins talada en el anexodel Cine Coliseo, D. Vicente Juan Fe rrando, siendo integrada la citada Juntapor el Muy lltmo. Sr. D. José CoronelRico,Canónigo-Arcipreste deSegorbe, que ostentaba lapresidencia, y siendo vocales los se ñores D. Juan de Dios GarcíaVera, D. José Romero Ro denas, D. Rafael Gras Anaya y D. Manuel y D. Francisco Pérez Martínez. Se abrió una suscripción popular para la confección de las nuevas imágenes, que fueron encargadas al artista imaginerodeValencia D. PíoMolla. El día 6 de septiembre de 1940, a las 9 de la mañana y a la salida del pueblo en el paraje denominado «Cruz de San Blas»(carreteraMadrid-Alicante), secelebró con ex traordinaria solemnidad, el acto simbólico de la entrega de dichas imágenes por la ComisiónReconstructora al Excmo. Ayuntamiento y autoridades eclesiásticas. Fueron bendecidas las imágenes por el Rvdmo.y Exc mo. Sr. D. José María Alcaraz Alenda, Obispo de Bada joz,celebrando la Misa dePontificalel Ilustre Sr. D. José CoronelRico; D. Francisco MaestrePérez,Cura-Párroco de la Misericordia de Alicante;D. José María AmatMar tínez,Cura-Arcipreste deMonóvar, y elReverendo Clero Parroquial, siendoexplicada la misa ante el micrófono por el señor Coadjutor encargado, D. TomásRocamora García. Entrelasautoridades existentesalacto, se encontra ban el Excmo. Sr. Gobernador Civil de la Provincia y je rarquías provinciales, el Excmo. Ayuntamientode Elda con su Alcalde-Presidente, D. J osé María Batllés Juan y pue blo en general que acompañarona los Santos Patronos, aclamándolos engrandiosa Procesión a la Iglesia Parro quial. Selevantó un actanotarial del acto de entrega de nues tros Patronos por el Sr. Notariode estaciudad, D. Mar cial Meleiro Fernández, cuyo texto fue el siguiente: «En Elda, a seis de septiembrede mil novecientos cua renta. Ante mi, MARCIAL MELEIRO YFERNANDEZ, Abogado, Notario del Ilustre Colegio de Valencia, con re sidencia en estaCiudad del Distrito deMonóvar, com parecen: Los que constituyen la Comisión de Reconstrucción de los Santos Patrones de esta Ciudad de Elda que son ¡os siguientes: Presidente, D.José Coronel Rico; Tesorero, D. Rafael GrasAnaya; Secretario, D. José Romero Rodenas, y vocales, D. Manuel PérezMartínez,D. Juan de Dios Gar cía Vera y D. Francisco Pérez Martínez, ycon interés legí timo ami juicio para este acto me requierenpara que haga constar por medio de la presenteActala entrega que ha cen a las Autoridades EclesiásticasyCiviles de esta po blación, representadas en este acto por el Sr. Cura-Párroco, D. Tomás Rocamora García yel Sr. Alcalde-Presidente de este Excmo. Ayuntamiento, D. José M.aBatllés Juan, de las siguientes imágenes: Imagen de la Santísima Virgen de la Salud e Imagen del Santísimo Cristo del Buen Suceso con sus andas res pectivas: Estandarte de la Santísima Virgen y el tradicio nal barco que les acompaña en la Procesión. Y realizada ami presencia y de los testigos que conmi go firmaran la presente dicha entrega levanto de ella esta Acta siendo las diez ynueve horasde este día, la cual, des pués de leída y encontrándola conforme la firman conmi go que doy fe de todo lo que queda consignado en este instrumentopúblico, que va extendido en este solo pliego de la clase onceava, número veinte ydos mil quinientos veinte ycinco, debidamente reintegrado.—JoséCoronel, Rafael G Anaya, José Romero, Manuel Pérez, Juan de Dios García Vera,FranciscoPérezMartínez, TomásRocamora García, José M.’ Batllés, José M.a, Obispo de Badajoz. Hay otra firma ilegible. Signado: Marcial Meleiro Fernán dez. Rubricados. Nota: libré copia arequerimiento de D. José Coronel Rico, como Presidentede la Comisión, en unpliego de cla se 11.:l, número 22.558, debidamente reintegrado. Elda, al día siguiente de su otorgamiento. Doy Fe. Meleiro. Ru bricado». En laGaceta de Alicante de esas fechas sedio cuenta detallada de todos estos actos. P.M. Pero... ¿de verdadseencendían 12.000 velitas? (De la serie «Recuerdos gratísimos de la Elda de ayer») No se trato de laimposibilidad material de hacerlo,sino del tiempo que transcurría desde que empezaba el encendido hasta la llegada de las imágenes al templo, pues hoy que te ner en cuenta que cuando empezaba elcita do encendido, laprocesión ya había llegado o la esquina de la tía María los Platos. Es decir, a unos pocosmetros de la entrada de Santa Ana. Sin embargo, como durante muchos años, reiteradamente se leía en los programas de fies tas aquello de... «A la entrada de las imáge nes al templo, éste lucirá una iluminación de doce mil velitas». Damos por bueno, por lo tonto, lo posibili dad de tal acontecimiento, aunque tengo po ra mí que algo tendrían que ver SanJuan, San Marcos, San Mateo ySan Lucas, los cuatro Evan gelistas que enmarcaban la media naranja que era donde con más densidad se producía la fies ta de encender velas, yecharían su mano ce lestial, claro. Pero no adelantemos acontecimientos. Va mos oceñirnos al guión del asunto, y o empe zar por elprincipio de nuestros FiestasMayores en cualquier año de hace muchos. Llegaba el día ó de septiembre yaunque lafiesta no empezaba hasta la Alborada de las 12 de la noche, ya estaba en el ambiente el perfume de tan gratos días. Ya se colocaban en las paredes de las ca lles por donde discurría laprocesión, las verdes cañas yolorosos romos de taray. Las diligentes amas de casa se apresura ban a lo confección de losrollicos, torticas yde más bastimentos de ton señalados días. Tam bién se veía alguna llanda de almendros alpi- cosencos camino del horno. En fin, pora no con sarles,lo que decía mi abuelo José, «El Pájaro ySeñor de loHorteta»: estos son tropezones de fiestas. Por cierto, que al recordar estas cosas yso bre todo los tropezones de mi abuelo, sale de lorecóndito de mi memoria uno muchacho que vendía por los callespanecillos, postas ydemás. Sin embargo, lo importante de tal recuerdo no es lo mercancía que vendía sino un sonsonete que cantaba para atraer a losclientes, que ha hecho en mi interior uno revolución que sólo Dios sabe dónde llevaráa los generaciones veni deros. ¡Sí, señor!¡He inventado sin darme cuenta la«literatura músico-vocal imaginativa». Es de cir, que estás leyendo una novela ypuedes con tar una canción de la prosa que contenga lo tal novela. Aclaro que tal facilidad sólo se da de momento a los que son músicos osepan los ru dimentos del solfeo. Yvamos con lo adoración del misterio. Laletra del sonsonete que a voz en grito repartía por lascalles de Elda la moza que he citado, decía: «¡Panadera! ¡Labollera!». Pues bien: ahora ellector inteligente (que sepa mú sica) tiene que imaginar un pentagrama en cla ve de sol con dos compases en compasillo y cuatro notas negras en cada uno yque son sol, do, si, do, do, sol, do, si, do. Estorepetido. Como hemos dicho, es compás de compa sillo y el airees una especie de andante «maes- toso ma non troppo». Más o menos parecido al Andante de la Quinta Sinfonía de Deethoven y que Dios me perdone el atrevimiento. La verdad de todo esto, es que se me han cruzado los ideas de losfiestas de mi pueblo con mis tiempos de educando con el querido maestro que tuve pora aprender atocar el trom bón, don José Estruch, y que ton alto llevó a nuestra Santa Cecilia. Recuerdo que un día en laclase me dijo: «¡Las notas hay que darlos prie tas ysonoras yque no salgan como morcillas de flojas a fuertes!». Pues bien, así ha quedado la ideo de mi invento. Ha quedado olfinal co mo una morcillo, pues pensaba marcharme a Madrid para registrar elinvento y olconsultor con lofamilia taldisposición me han dicho: «Pero, hombre, no digas tonterías. ¿No comprendes que sivas aMadrid con ese asunto van acreer que todavía está en Eldael Manicomio Provin cial?¿Cómo vasaconvencerlos de que se pue de meter en un libro un pentagrama con sus bemoles, sostenidos ydemás mecánico de la música? Nada, nada; olvídate del asunto yde dicóte a la cría de pájaros cantores que es lo tuyo. Pues nada, así lo hogo yde momento vuel vo a contar lo de los velitas que se encendían en Santa Ana. Había quedado en la narración del día ó de septiembre cuando me vino la malhadada idea del invento, pero nada. Cambio de plu maje mi espíritu y prosigo con la idea que se anota en el enunciado de este trabajito. Estamos en el día 7 y ya se va notando más lafiesta, pues además de nuestra banda que ya había hecho el gasto del día anterior en la Alborada, llegaban a Elda casi todos los años una Agrupación de Infantería de Marino de Car tagena yuna de las dos maravillosas bandos de música de Liria, Lo Unión Musical o La Primi tiva, con locual ya estaba la fiesta al completo. El día siguiente era el día. Muy temprano despertaba el tío Machuca a los eidenses con sus morteretes ydemás trastos ruidosos, mien tras que las campanitos de la torre desgrana ban por el valle su conocida armonía. La «din» mirando para laEstación; la «dan» para la Jaud, y la «don» para Bolón,lostres juntas en rabioso competencia para alegrar a los eidenses. Bueno, pues ahí va el tan señalado acon tecimiento. No sé quién sería el autor o auto res del invento. Algo me sueno de mis tiempos juveniles, pero noquiero dar nombres, pues fue ron eidenses de pro yalguien podría molestar se sicaía en elolvido alguno de sus antepasa dos. Así que honor oellos que lo inventaron pa ra mayor gloria de nuestras fiestas. Síque lo haré, sin embargo, con los prota gonistas que ejecutaban año tras año el pro yecto de iluminar la iglesiaen los tan señalados días 8y 9. A éstos sí que los vi muchos veces yaún hoy me hago cruces de su enorme sacrifi cio y voluntad pora dar realidad al espectáculo luminoso. El dio de lo Virgen del año que nos ocupa, andaba yo por los alrededores de Santo Ana y Plazo de Arribo, pues ero mi campo de espar cimiento, ya que vivía muy cerca de allí. Ade más, por tener bastante amistad con el hijo pequeño del companero, oquien llamábamos «Aretime» y con quien muchas tardes me reu nía en los bajos de lotorre, cuando éste toca ba avísperas con unas cuerdas que bajaban desde las campanas. Al entrar en el templo yo noté granmovi miento de gente preparando seguramente lo próxima salida de la procesión, pero sin fijarme mucho en pormenores, me dirigí en busco de mi amigúete, aquien encontré, como siempre, cerca de sus instrumentos musicales, es decir, las cuerdos de las campanas. Al decirle yo si le ayudaba como otros ve ces, me dijo: «¡Hoy, no, hombre! Hoy tenemos que subir al campanario para voltear las cam panas cuando entro laprocesión. Además te nemos mucho trabajo con lasvelas, así que lárgate por ahí a ver lasalida de lo Virgen!». Salí un poco mohíno del cuartucho aquel, pero no quiero dejar pasar el momento sin de dicar uncariñoso recuerdo a quien, no sé por qué, llamábamos «Aretime»y sobre todo ol es pectáculo que era verle maniobrar con las cuer das que bajaban del campanario. Sobre todo en la atardecida, cuando tocaba a vísperas. Sentado en un escalón donde arrancaba la es calera que subía o latorre, maniobraba con los tres cuerdas. Una en coda mono, y la tercera con el pie derecho. Esta cuerda del pie derecho es donde yo colaboraba algunos veces, pues sentado cer ca de él daba un tirón fuerte a la cuerda cuan do me hacía una seña, ysalía la melodía com pleta. Yo supongo que algún eldense omuchos, recordarán estos sones de nuestros companitas al atardecer. Sobre todo sise encontraban por los alrededores de la población. ¡Qué poesía en el aire del valle! Claro que también sonaban cuando había algún difunto. Entonces parece que sonaban más tristes, porque así es la vida. Losefluvios que te llenan de alegría son los mismos que lle van la tristeza. Sólo oestos los cambian el mo mento que vivimos. Hecho el recordatorio del artista de las cuer das y la humilde digresión filosofal,prosigo. Así que, como ero algotemprano para ver salir o la Solutica nuestro, me dediqué a algo más prosaico por el momento: ¡me fui a me rendar! Yde regreso o las inmediaciones de lo Igle sia, donde durante muchos años vi salir a lo pro cesión de los días 8 y 9. Me gustaba, sobre to do, seguir en ello hasta el cruce con la calle In dependencia, donde se hacía la primero para da, para que un nutrido coro de voces eidenses acompañados de varios músicos dedicaran a Nuestro Señora los primeros motetes yalaban zas musicales. Por si algunas personas mayores, o carro zas como yo, llegan a leer este trobajito, cita ré algunos de los protagonistas de éstas para mídelicias musicales, para que quede constan cia del hecho yse recuerden siempre los felices tiempos pasados. En mi memoria tengo ahora grabados los rostros de casi todos los componentes que ac tuaban en estas parados de lo procesión. Los nombres se me escapan yentre los cantores re cuerdo al señor Poveda (barítono), odon José Amot Sanchís (bajo) y o un tal Ferminico, tiple. Yentre los músicos recuerdo sobre todo al se ñorOlmos, que tocaba el contrabajo y al señor Gros que tocaba elviolín. Estos son los nombres que han quedado en mi memoria, ycomo es de suponer, alguno o algunos de ellos yo no están con nosotros; pues que sigan desde el más allá tocando ycontan do alabanzas a lo Virgen de laSalud en su día. Vuelta a la calle Purísima arribo para ver lo entrado de lo procesión, que como tenía que dar la vuelta por lo calle Nueva Arriba, calle del Médico Beltrán pora bajar por Son Francisco a laiglesia, aún tardaría lo suyo. Eldía que nos ocupa en estos recuerdos lle gué oSanta Ana y, como siempre, estoban las puertos de par en par hosta la llegado de la pro cesión. Entré en el templo donde yo habían bas tantes personas esperando lo entrada yme dis traje curioseando los ornamentos yluces que habían. También me extasiaba oliendo lo sal via que todos los años llenaba los suelos en grandes cantidades. Seguramente paro el acon tecimiento de todos los oños quedaban bastan te mermados los montes del valle. De repente oigo unos murmullos, veo en trar a Dionisio, el sacristán, seguido de un co mando bien nutrido de personas. Entreellas, alguno de sus hermanos. El «tío Aúja» con sus hijos y otras a los que conocía. Pero el que más me llamó la atención fue el que en el andar de los tiempos sería mi particular amigo Eduardico Gros. Sí, hombre, el que más tarde seríaun gran interior en el Elda C.F. En su honor y recuerdo anoto parte del estribillo de una canción que se contaba en sus tiempos de jugador. Decía al co mienzo: «Gros, Chorlo y Siki; Puche yPepito...» yterminaba: «... Ya se acabaron losglorias; se acabaron lasvictorias, del gran jugador Capó». Esto se cantaba porque éste último juga dor estaba en el Elda C.F. cuando vino de su tierra (laisla de Menorca, creo), pero luego pasó al C.D. Eldense, yde ahí la tal canción. Cruzó el comando lo iglesia ydesapareció hacia lasacristía, pero enseguida vi aparecer parte de ellos por lacornisa de la medio naran ja. Aotros por encima de los altares yhasta al guno por encimo del pulpito. Todos portaban en las monos racimos de colgantes. Una especie de pentágonos con una vela en cada esquina. Los iban encendiendo y los dejaban caer sujetos con su correspondien te hilo en no sé donde. Era sobre todo admirable ver a los que esto ban en la alta cornisa trabajar en aquellos altu ras. Tengo para mí que losSontos Evangelistas, que los veían pasar rateando o su lado, estarían pensando: ¿de dónde han salido estos locos? Locos, sí, sí... Aquellosluces se multiplicaban y cuando apareció la Virgen o la entrado del templo parecía elinterior de un ascua de luz. Yo no sé sihabrían doce mil velitas a su regre so o la cosa, pero a mí me parecieron un millón. A pesar la negativo de mi amigo de que no subiera ese día al campanario, síque lo hi ce cuando entraba la procesión y, desde los úl timos escalones me regodeaba viendo al tío Aújo y a sus hijos manejando los campanas que tan grandes recuerdos tienen pora mí. Jover González de la Horteta UNA MUERTE SENTIDA Cuando un amigo muere, algo de noso tros muere con él. Ño hayépocani espacio relativo de tiempo que no tengamos que con tar con entrañables ydefinitivas ausencias. Ley de vida, te dicen siempre, pero de ver dad que es una ley rigurosamente amarga, que llena de dolorosas nostalgias tus entra ñas. Cuando un amigo se va, algo nuestro se marcha también con él. Este año, 1990, entre otros muchos, le ha tocado escuchar la llamada de Dios ypartir hacia un mundo mejor, a Paco Crespo. So braría que yo en este sentido recuerdo ínti mo que le dedico, os hiciera una semblanza o breve biografía del amigo muerto. Nada más lejos de mí. Quiero, solamente, glosar en el recuerdo este último tiempo vivido, con una relación amistosa intensa, incrementada, si cabe, con su colaboración incondicional en nuestra revista Fiestas Mayores. Nos veíamos muy amenudo ysiempre, antes de que le preguntara me decía: «Ya tengo el trabajo hecho. Te va agustar. Son, como siempre, cosas de Elda. Ya sabes que tratándose de la Virgen de la Salud yel Cris to del Buen Suceso, quiero que mis artículos sean los primeros, no puedo fallar». Y así era en verdad. Sus artículos nos llegaban ala re dacción de esta revista, aveces con casi un año de anticipación. En las seis ediciones que ha visto la luz esta revista, no han faltado nun ca sus deliciosas colaboraciones, siempre, siempre, aireando nuestra pequeña historia ydesmenuzando yrefiriendo sucesos entra ñables, ilustrados con abundantes datos que tan felices hacían a sus lectores. Cuando hoy, con pulso tembloroso e in cierto por la emoción de haber perdido un gran amigo, redacto estas breves líneas, dos artículos suyos preparados con todo el amor por su pueblo y sus patronos, verán su pu blicación atítulo postumo. Este será el me jor homenaje que le podamos rendir, aunque si no nos bastaría con la sombra inolvidable y amable de su recuerdo... Muy tristes ysolos se quedan los muer tos, pero más solos ytristes quedamos quie nes en el tiempo y siempre fuimos, de ver dad, sus verdaderos amigos. José M. Bañón El baúl de los recuerdos En elconstante eininterrumpido bucear, esdecir,indagar entrelaspublicaciones locales —periódicos, revistas, semanario, etc.—, he podido, casi sin proponérmelo, averiguar un buen número de cosas, cositas y cosazas, que estoyseguro, aldarlas aconocer de nuevo, servirán de recuerdonostálgico paramuchos ynovedosa noticia para otros quepor su juventud no llegaron a conocerlostemas que ahora, de pasada, vamosa relatar, basándonos en la fiabilidad de lasfuentes en las que hemos bebido, para poder ofrecera los amables lectores de FiestasMayo res1990, unaserie deanécdotas, personajesysucedidos, de todo aquello que puede ydebe comentarse, aunque ello sea con carácter retrospectivo. No ha sidotarea fácil reunir nada más ni nada menosquecasi un millar de alias, apodos, motesysobrenom bres, con los quepodía identificar a los moradoresdenuestra ciudad, a principios del siglo y añossiguientes, con mayor facilidad que por susnombres propiosy apellidos. De la larga lista y con todoslosrespetos a lasperso nas así rebautizadas, heseleccionado algunos,aunqueha estado en mi ánimo darlosa conocer en sutotalidad, eso sí. manteniendo el secreto de las perso nas a quienes por razones ocircunstancias lesfueron aplicados esos sobre nombres. Puede que muchos ya no se encuentren en el mundo de los vivos; otros pueden que aún estén entre nosotros. Vaya para unos nuestro recuerdo; para otros nuestro mayor respeto. He aquícomoejemplo algunos de losmotes que identificaban apersonas muy dignas, quegozaron de cierta popularidad: «Antima»,«Barrabás», «Cuqui llo». «Chema», «Duque», «Farana». «Gavilán». «Huevo». «)otín». «Lagartija», «Ma- hera», «Nata», «Organista», «Perlasia», «Rosco», «Solaje», «Trapella», «Vela», «Yaya» y «Zapaterico», entreotros, siguiendo unriguroso orden alfabético. En la recopilación de esos casi mil apodos o motes, hancolaborado mu chas personas,a las que desde aquí les damos lasgracias másefusivas. Dibujo: ARSENIO Unsegundo temaquevamos adesarrollar es elreferido a lospersonajes populares eidenses.y bienestá, como escribía Eduardo Gras, «que se hable y se escriba sobre la vida y los hechos de lospersonajes que por algún motivo honran alpueblo queles vio nacer. Es un homenaje que se les debe y no po demos negarles. Todo nos obliga, pues, a escribirsus biografías, dando cuenta de sus creaciones, de susméritos, de lainfluencia que ejercieron sobre sus contemporáneos ysobre la sociedad de su tiempo». Y vamos con esos intentos de retratos, que tal vez no merezcanmás nom bre que el de sombras imprecisas ydesdibujadas. Teníamos al famoso tío Isidro, alque recordamos sentado tras su«carrico», unas veces emplazado en laesquina queforman las calles Nueva y Mola y otras en los aledaños del Teatro Castelar. Su «establecimiento» era una verdadera institución,aureoladacon elprestigio de muchos años de existencia. Para la chiquillería de entonces,entrela que meencontraba, era todo un símbolo, el «non plus ultra» de nuestros deseos yambiciones. Enaquella Caja de Pandora, cada uno de los compartimentos en los que estaba divididoel tenderete de marras,había de todo un poco como enbotica, pero en este caso de golosinas bebestibles ycomestibles, desde los «tramusos». laschufas enremojo, la «llan da» de las manzanas endulce, el«mesclao»; cacahuetes, habas duras, pasas, torraos, semillas de girasol, la caja con las «bolicas»,no faltando la parte litera ria, con un inmensosurtido de cuentos de Calleja,colecciones de estampas, calcomanías, cartulinas recortables y comocomplemento indispensablelos «mis tos» de trueno,laspiedras detonantes yotros muchos artículos que convertían aquello en uncolmado ambulante, almacén trashumante, en elque podían en contrar las cosas más heterogéneas, los objetos másincongruentes, sin otro nexode unión queel de procurar la felicidad de la chiquillería de entonces, adultos hoyque aún recuerdan concierta nostalgia altío Isidro, el de los «lidones...». Estamos segurosqueestas figuras folklóricas, como deotras de las que leshablaré enotro momento, noencajan ennuestra Elda de hoy. yaunque su recuerdo perdura,lo es tan vagamente, que los chiquillos de entonces, en su mayoría, los han olvidadocasi por completo, aunque no podemos evitar que exclamemos: ¡quiénpudiera volver a vivir aquellostiempos...! PACO CRESPO Últimos poemas de Molla Francisco Molla Montesinos fue durante muchos años un activo colaborador de esta revista. Desde el número 2, en el año1956,en la publicación anual dedicada aexaltar las fiestas de los Santos Patronos y que fue bautizada con elnombre de «Alborada», corno dedicación yefecto de ese momento tan se ñalado de nuestrasfiestasseptembrinas, hasta esta otra revista de «Fiestas Mayores», fiel y legítima sucesora de aquélla, la pluma de Mollaha venido siendo siempre una importante aportación,que se conver tía un tanto esencial al cubrir año tras año ese espa cio espiritual con sus versos dedicados a la Virgen de la Salud y alCristo delBuen Suceso. Para estas páginas trabajó siempre con especial dedicación, ya que además deencontrar motivo de inspiración y calurosa acogida de amistad y admira ción,especialmente en sus días aciagos de hombre repudiado, halló también la satisfacción plena, inhe rente a todo escritor, de ver publicados sus poemas. Esto quiere decir, y decimos sin reservas, que la re vista «Alborada» y los amigos que en ella encontró, dieron en aquellos tiempos, y en cierto modo, el aire necesario parapoder proseguir con su vuelo poético. La mejor parte de su obra está alentadapor es tos encuentros, iniciándose apartir de entonces una época fecunda para él, que ha llegado hasta nues tros días. Hombre deexquisita sensibilidad y de un gran humanismo, ponía en su poesía mística,aque lla quededicaba a los Santos Patronos, el reflejo de su propia místicadehombre bueno,y encuanto a susCanciones del Valle, no son más que resultados de largas caminatas buscandoplasmaciones coloris tas opoéticas con que adornar larevista. Insistimos en la gran influencia ejercida por la revista «Albora da» de los primeros tiempos, en donde encontró el ambiente propicio para elnormal desarrollo de su actividad poética. De entonces radica su mejor épo cacreadora, sus libros estánnutridos en gran parte de poemas pensadosy publicados en esta publica ción,«Alborada», y sugenuina continuadora, «Fies tas Mayores». Mollatuvo una dilatada vida. Nacido en la veci nalocalidad de Petrer, murióa los 87 años en di ciembre del pasado año en laResidencia de la S.S. de Elda. La muertede la que fuera inolvidablecom pañera yabnegada esposa —«Dos racimos para un solo vino»— fue undurogolpe en elocaso de su vi da que apenas pudo superar. Pero seguía siendo fiel a la cita anual con esta revista, siempre mandaba sus trabajos con el tiempo suficiente para su publicación. Pero el añopasadono fue así, por motivos de una mala salud arrastrada, yagravada por el peso de los añosy lasoledad, llegaronconretraso, cuando esta revistaestabaya en prensa yhubo querecurrir a dos viejos sonetos suyos para cubrir el hueco habitual dedicado alos Santos Patronos. En nuestras manos, pues, nos encontramos con este legado postumodel poeta para esta publicación. Son dos sonetos al Cristo del Buen Suceso y otros dos a la Virgen de la Salud. Y tres poemas además: «No cantarélo que sé», «Perderlo todo» y «Otro can to a la Silla del Cid». Lector amigo de Paco Molla an te tus ojos tieneslo que seguramente serán sus últimospensamientos poéticos, aunque él ya pensó, para instante, aquello de: «Cuando yo vaya a morir, o momento, momento. / Y me vaya a esparcirpor las ondas azules del viento...». E.G.LL. PERDERLO TODO... Perderlo todo, para asíencontrarme libre y auténtico en raíz de puro; ser luz y viento y ascenderseguro en logro y voluntad de superarme. Eljúbilo sentir de liberarme por los mundos armónicos que auguro del lastre dominante, terco y duro queno cesa jamás desubyugarme. Perderlo todo...¿peroyo he tenido algo que fuera mío en esta vida, si hasta ignorante de ellasiempre he sido? ¿Por qué —aun no siendo nada— yo me encuentro? ¿Por qué tanta verdad desconocida quenosafirma eternos, fuera ydentro? P. Molla NO CANTARE LO QUE SE No cantaré lo que sé porque no llega de adentro; lo de dentro es de muy alto y me lo dicta elMisterio. No cantaré lo que sé porque no me llega en vuelo; mi canción ha de ser pájaro libre en la fronda y el viento. He de aprender a cantar mirando nubes del cielo; oyendo baladas verdes adormeciendo los vésperos... He de aprender a cantar del cristal del arroyuelo; de las alondras celestes, de los silentes almendros. (Y, elsecreto esdesandar mis pasos en el desierto; regresar al mundo niño por loazul ydulce ynuevo). No buscaré la raíz del árbol del pensamiento: las hojas sólo y las flores, cual la abeja y eljilguero. No cantaré lo que sé porque es acíbar del tiempo... (Aunque el tallotiernoyverde es renuevo de árbol viejo, auscultaré los caminos misteriosos delSilencio...). Latidos del corazón hasta al lenguaje ascendiendo (como lasavia delárbol sube a ser flor a los vientos...). Esos versos que no sé serán tan sólo mis versos. OTRO CANTO A LA SILLA DEL CID ¡Oh,Silla del Cid! Clamor de silencios. Letanía pétrea Sumida en el Tiempo... ¡Oh, Cid! Estallido De rocas y tiempo: Clamor permanente En pos de lo inmenso. Cristal de distancias Cortando los vientos. Parábola azul Bebiendo los cielos. Truncada pirámide Clamando sin ecos. Vértice inquietante Rayando el Misterio. Altar permanente Alzando a los cielos Fervores arcanos, Telúricos rezos... ¡Oh,Silla del Cid! Ciclópeo aliento... ¿Recuerdas los saurios? ¿Los bosques de heléchos? También fuiste mar... Entonces el flémito Salado del agua Hendía los tétricos Abismos oscuros... Batía roquedos Al sol y a la niebla, La espuma y los vientos, Formando armonías De encanto y misterio... ¡Oh,Silla del Cid! En ti vive el tiempo Latente, oprimido Vibrando lo Eterno. Conozco de tiempootraslo admiración que Paco Molió sentía por Wagner. Puedo afirmar por algunas confesiones que olrespecto me hizo por entonces, que laactitud con que se aprestaba pa ro las audiciones del inmortal maestro, eran de una devoción subliminol, rayando entre lo ritual y lo místico. Yo también admiraba aWagner, y confieso que nosobria distinguir con exactitudcromática cuál de las dosemociones producíauna mayor repercusión en mi pobre sensibilidad: lasoníricos yentusiastas disertaciones que el poeta hacíadel músico, o escuchar Porsifol, solo, abstraído en esa soledad profunda que aveces nos invade, em bebidoen esomajestuoso concepción que el compositor ha imprimidoa suobra, dándole, qui zá sin pretenderlo, quizáporque estaba así pre determinado en su propioestigma,un carácter divinaly sobredimensionado, invitando ol hom bre a mirar al Cielo descongestionado de lo in mundacotidianidad en que por logeneral nos encontramos sumergidos, sublimizando el espíri tu y elevando el ánimo aun en los corazones más insensibles.(Comopodríaser micaso,no estoy seguro). Pero creo que obien fruto de lo casualidad, o tal vez que miadmiración por Liszt es aún ma yor que por Wagner, que estando en cierto oca sión leyendo algunos poemas del libro ALMA de Molla, sonaba en mitocadiscos loRapsodia n. ° 5de Liszt yme produjo talimpresión losensación que estaba percibiendo que sin pensarlo más de cidí insertar varios de estos poemas en la Rapso dia. No estoy convencido de que técnicamente sea unhallazgo. Sípuedo asegurar que en mi in terior esto simbiosis resulta altamente gratifican te, ycomo mis pretensiones en este sentido son siempre suscitadas por eso suerte de inquietudre vulsiva (a la única que por otra parte me debo especialmente), cuandoestocircunstancia se pro A mi hijo M. °Jacinto ducepongo en ello todoel interés y acopio que mi voluntad dispone. A los que conocen los obras de ambos mi in tención puede porecerlesatrevimiento,- o los que los conocen en profundidad: locura. También a mí me lo pareció en principiool planteármelo racio nalmente. Pero también escierto que pocas de estas actividades se llevarían a cobo si hubiéra mos de someter lovoluntad a losdisciplinas que el raciocinio enuncia. Sin embargo, éste se mues tra de suma utilidad en el proceso creativo, cuan do o través de sujurisdicción son pasados en diferentes ycombinados órdenes los distintos ele mentos emocionales ysensitivos que configuran la obra artística; en este caso lo obro resultante del tratamiento de fusión de los creaciones de dos artistas, diferenciados ol menos por suactividad creadora. Vistos desde un punto de visto trivial pueden parecer tan distintos entre sí Liszt y Molla, como en realidad cada uno de ellos en relación a su me dioambiente, a susociedad y a sutiempo. Po dría parecer absurdo buscarparalelismos coinci dentes entreunorealización personal tan brillan te como la de Liszt (caracterizado porgozor de losgrandes atributos que elmecenazgo al uso le depara) yuna trayectoria como la de Molió, mor cada por unesplritualismo entre ascético y mo nástico. No, no ha sido por esos cominos por donde han deambulado miintuición y mi sensibilidad pa ra llegar a lo conclusión de que existen ciertos gra dos de identidad poético en las motricidades originarias de la creación de ambos obras. He bus cado apartir de la poesía de Molió en lo única dirección en que su lírico es inequívoco en cuanto aclaves en origen: sentido popular (sentimiento popular que provoca la acción de crear). A partir de aquí no me fue difícil conectar és tas a lo obro de Liszt, sobre todo en los rapsodias, j te Utico» { piezas que como es sabido deben su carácter ori ginal al folklorepopularhúngaro, patrianataldel músico. Engastar losdiamantinos versos de Mollaso bre la base orífeo de las rapsodias 4.a y5.a del inmortal músico,revisteno pocos dificultades ni pequeñas, yrequiere muchashoras de lecturay muchas de audición, pero lo grandeza de dos ar tistas..., poetas, líricos...? de su tolla bienlo mere cen. Se podría afirmar, en cuanto al destino uni versal de la calidad artística que ambos obras ha brían de tener, que ninguno de sus progenitores probablemente tuviera conciencio exacta de la dimensión de los mismas en los sucesivos momen tos de sucomposición, en que según parece sólo son capaces de intuir la futura inmortalidad de las mismos,sin plantearse en algunos casos su pos terior ydefinitivo reconocimiento. Parece ser esta una cuestión inherente ato do grancreador; que lasenormes dimensiones de suspropios obras losobnubilan de tolformo que difícilmente pueden voloror con precisión medi da su verdadero alcance. ¿Pvadicaráahí precisamente la grandeza hu mana del «genio»? Esta falto de autovaloración ¿no será propi ciada en algunoscasospor lo escasa o nulo com prensión que el artista recibe de la sociedad de su tiempo? No creo que seo éste el espacio más apro piado para abundar en esta suerte de divagacio nes, por lo que con lo expuesto hasta ahora sobra para dar una idea de la finalidad de este traba jo, yo que por otra parte no ero mi objetivo ini cial entrar en este tipo de disquisiciones concep tuales, aunque aveces necesarias. Creo que ha quedado claro que he intenta do, alrealizar el trabajo aludido, fundir en un so loconcepto lapoesía de Molla y lo música de Liszt, puescreo sinceramente que entre ambos y sus res pectivas obras hay varios puntos de conexión..., algunos aspectos en común..., connotaciones in dudables entre dos virtuosos del arte. Sihe acer tado, dar losgracias a ellos que han creado obras magníficas. Sino, no hay lugar paralapérdida de vuestro tiempo, ya que yo no he escatimado el mío, mucho ilusión, voluntad yesfuerzo. Han transcurrido más de dos años ytenido lu gar varios pruebas desde entonces en este senti do hasta concretar la selección de poemas y el orden de incrustación de los mismos en los dife rentes compases de la obro musical. Visité aMolla en su última estancia en el hos pital, y a pesor de miintención de querer sorpren derle con el trabajouna vez concluido, me produjo tol desasosiego el estado de abatimiento aními co en que lo encontré, que, aunque no era mi in tención, le hablé del proyecto que tenía en mar cho o fin de procurar animarle. Presentí que mi sos pecha seconfirmaba y más tranquilo me marché prometiéndole volver unos días después.Tenía lo esperanza de verle más recuperado. Transcurridos dos días me comunicaron el fa tal desenlace, yuna vez más sentí traicionada la confianza que siempre he depositado en la Pro videncia en casos extremos. Me hirió fotalmente mi excesiva fe. Me dolió como una fría puñalada la muerte del poeta. Mi corazónmaltrecho, lloro pora sus adentros lo muerte del amigo. No sé sieste trabajo habría sido de su ente rasatisfacción, pero de cualquier manera tengo el convencimiento que lo estrecho del mismo hu biera gozado, cuando menos, de lo aprobación de su holgada benevolencia, en consideración si quiera ol esfuerzo realizado. Osear L. Ortega Ilustración: ARSENIO Preguntassobreuna hipotética influencia del poeta cubano «Plácido» en «El Seráfico» í ftu*I!rL,M Francisco Ganga Ao«r ^ ’EL SER APICO’ & 1812 tan * 4 7-14 8ER% A D. Juan A. Ríos, de la Universidad de Alicante, en agradecimiento por su excelente prólogo auna nonata 2.’edición de mi «Vida yversos de El Seráfico», Laajetreada yerrabunda existencia del popular versificador eldensedel pasado siglo, Francisco Gan ga Ager, más conocido por su sobrenombre de «El Se ráfico», continúa ofreciendo zonas oscuras que apesar del interés puesto por diversos autores locales yforá neos por esclarecerlas continúanen sombras o, in cluso, seoscurecen todavíamás. De lavidade «El Seráfico» conocemos dos ver siones, la publicada por Lamberto Amaten la obra de Manuel Rico García «Ensayo bipgráfico-bibliográ- fico de escritores deAlicante ysu provincia», edita da en 1888 (tomo I, 346-50) ylas breVés’notas in cluidas por Emilio Vicedo en su librito «Poesías de El Seráfico», publicado en 1902 (Novelda);.resultan do evidente que éste se basó en Amat ySempere pa rasu trabajo, al igual que ha sido lafuente bibliográfica principal para mi recopilación «Vida yversos de El Seráfico», publicadapor el Ayuntamiento de Elda en 1982. Las dos fases de la vida de «El Seráfico» que pre sentan más lagunas eincluso contradicciones, son las de sus estancias en Cuba y en Madrid, especialmen te ésta última, aunque de ella no voy aocuparme en este trabajo, limitado exclusivamente al período cu bano de Ganga, cuyos datos exactos de localización, cronología y hechos dudamos puedan serconocidos algún día por haber transcurrido más de siglo yme dio de ellos y por la condición de soldado raso de nues tro paisano, poco o nada reflejada en los archivos mi litares. Leemos en Lamberto Amat: Se ignora por qué éste (ElSeráfico) pasó a La Habana, que debió ser por los años 1828 al 30, dondesinduda sen tó plaza de voluntario en el ejército y sirvió has ta 1840, regresando a supueblo en el 1841. Sin embargo, hay unacircunstancia que parece determinarque laestancia de El Seráfico en Cuba se prolongó, por lo menos, hasta 1844, por un moti vo íntimamente relacionado con su poema «El Padre nuestro», que presenta variosinterrogantes, siendouno de ellos la fiabilidad de los datos que tenemos para poder valorar conexactitud la dimensión poética de nuestro vate. En el año mencionado, 1844, ocurrió en Matan zas (Cuba) el dramático episodio del fusilamiento, el día 25 de junio, del poeta cubano Gabriel de la Con cepción Valdés, conocido por «Plácido», condenado a la última pena por su implicaciónen lainsurrec ción de aquella población en el citado año. «Plácido» es uno de los poetas más populares de Cuba, si no el que más, por su poesía sencilla y de granmusicalidad, de profunda raíz popular. Muerto a los 35 años en tan trágicas circunstancias, se con virtió en un mártir de la libertad de la patria para los cubanos que anhelaban la independenciade la isla, ysus poesías, ya famosas en vida,adquirieron aún ma yor resonancia y popularidad después de su muerte. Según susbiógrafos, sus mejorespoesíasson las titu ladas «La flor de la caña», «La flor del café», el romance «Jicotencal» y, sobre todas ellas, su «Plegaria», com puesta según unos en capilla y según otros improvi sada ypronunciada en el camino desde lacapilla hasta el fatídico lugar de la ejecución. Algunas de estas poesías,incluyendo la citada «Plegaria», fueron publicadas en Elda por el periódi co «El Bien General» en 1886, no resultando una in congruencia esta atencióndel periódico eldense hacia el poeta cubano conociendo que su director, don Agustín María Tato —padre losperiodistas Miguel yEmigdio Tato y Amat, eidenses— había nacido tam bién en Matanzas, en la que nació, vivió ymurió «Plá cido», y que se sentía vinculado entrañablementecon su isla natal,colaborando enperiódicos de allá como «La Aurora del Ymurí», ya desde España, así como en otros. Se ha llegado a asegurar que la causa de su muerte en 1899 fue el hondo pesar que le produjo la pérdida de la isla para España. Toda esta larga digresiónsobre el poeta «Pláci do» tienerelación connuestro Seráfico por una coin cidencia de versos entre la citada «Plegaria» y el «Pa drenuestro» del bohemio eldense, coincidencia que difícilmente podíahaberocurrido de no haberse cru zado en algún punto las vidas de los dos hombres, tal vez en el dramático episodio de 1844, en Matanzas. Porque la cuestión es que si «El Seráfico» salió de Cuba en 1841 y la Plegaria se pronunció en 1844, publicándose en Elda en 1886, quince años después de la muerte del poeta andariego eldense, ¿cómo pu do ésteintroducir varios versos de «Plácido»en su Pa drenuestro? LambertoAmatmanifiesta que esta úl tima poesía fue improvisada por Ganga en la posa Seüo emitido por Cuba en1944, conmemorando elcentenario de la muerte dePlácido, ••Gloria deh patria cubana, mártir de la libertad». da de Elda, a petición del comerciante eldense Gas par Santo, que pagó una «micheta» de vino al Seráfi co para que éste le «dijera» el Padrenuestro y el Ave María. Comparemos partes de las dos composiciones para hacer notar mejor las coincidencias a que aludimos: ElPadrenuestro de «El Seráfico», improvisado aproximadamente en 1850, dice así: Padre Nuestro y SeñorDiospoderoso que en el Cielo habitáis dulce y clemente, extendedvuestro brazo omnipotente, dadmearrepentimiento doloroso y libradme del sello ignominioso con que el pecado vil marcó mi frente. Santificado sea tu santo nombre Rey de los Reyes, Dios de mis abuelos... Tu santa voluntad sea bendecida en la Tierra y en el Cielo sin segundo Todo lo puede quien al globo mundo aves y peces dio, luz, norte, vida; fuego al sol,giro al aire en su subida ymovimiento almar bravo y profundo... Y la poesía de «Plácido», improvisada, como he mos dicho, en la capilla de los condenados a muerte o en camino hacia el lugar del fusilamiento, dice así, en los fragmentos que nos interesa reproducir para estetrabajo: Ser de inmensa bondad, Diospoderoso, aVos acudo en mi dolor vehemente. Rasgad de la calumnia el velo odioso y arrancad este sello ignominioso con que el mundo manchar quiere mi frente. Rey de losReyes, Dios de mis abuelos, Vos sois mi defensor, Dios mío, Todo lopuede quien al mar sombrío olas y peces dio, luza los cielos, fuego al sol, giro al aire, al Norte hielos, vida a las plantas, movimiento al río... Las frases coincidentes en una yotra composi ción sondemasiadas para poder aceptar la interven ción de la casualidad, y puesto que «Plácido» no pudo ^mmmwmm copiarpárrafos de una composición de «El Seráfico», es lógico pensar que fue éste quien, impresionado y conmovido por las circunstancias en que se creó la Plegaria, retuvo grabadas en su mente frases de ella y tal vez subconscientemente incorporó a su propia Plegaria versos de la que en su última hora pronun ció el desdichado «Plácido». Por ello no podemos aceptar la fecha de 1841 co mo la del regreso de «El Seráfico» de Cuba y supone mos que nuestro poeta continuó allí cuando menos hasta 1844, con lo cual se planteanotrosinterrogan tes, siendo uno de ellos cómo conoció «El Seráfico» el inspirado «adiós a la vida» de «Plácido», ya que es de suponer que la prensa no lo recogeríahasta des pués de conseguida la independencia. Matanzas está aunos ochenta kilómetros de La Habana. Nadaobsta—salvo la evidencia, que des conocemos— a que la fuerza militar a la que pertene cía Ganga fuera enviada a Matanzas para combatir lainsurrección, y que tal vez «El Seráfico» tuviera al guna relación con «Plácido» por su respectiva afición a la poesía. Quizá que en la prisión donde estuviera encerrado el poeta matancero con los demás presos por el movimiento insurreccional,le tocara de vez en cuando guardia al Seráfico», e incluso que... Perotodoesto son vuelosde laimaginación, aun que posibles, como también podrían haber ocurrido que alguien copiara la Plegariade «Plácido» e hiciera copias pararepartirlas entre loscubanos,conmovi dos por la ejecución de su compatriota, llegandoal guna de estas hojas al soldado Ganga, en alguna de sus frecuentes yvoluntarias guardias en el Teatro de La Habana cuandoserepresentaba ópera. Son interrogantes que quedan en el aire y que nos hablan, con cierto misterio, de un cruce en la vida de ambos poetas, cuya verdadera dimensión ig noramos, que posiblemente causó una influencia de Gabriel de la Concepción Valdés, «Plácido», en el es píritu y en el intuitivo concepto poético de «El Se ráfico». (Porque ¿acaso el apodo de «El Seráfico» —pobre, humilde, bueno— no tienelas mismas amables reso nancias que el de «Plácido» —quieto, sosegado, apa- iblícióle ALBERTO NAVARRO PASTOR EL MONASTILY LA SEDE EPISCOPAL VISIGODA DE ELO Hace ya bastantes años que defendí la atribución de la sede episcopal visigoda de Elo como perteneciente al territorio de la actual Elda. En aquel momento no se po día precisar con exactitud cuál era el em plazamiento exacto, pero había fuertes ra zones de carácter textual para abonar la identificación. No obstante había ciertos pequeños problemas toponímicos, movidos por el desconocimiento de las reglas gra maticales ylingüísticas ala hora de formar un gentilicio. Hubo quien llamó Elota aes ta sede apoyándose de una parte en la subscripción que su obispo utilizaba al fir mar las de los sínodos toledanos: TV.TV. ec- clesiae elotanae episcopus subscripsi (Fu lano, obispo de laiglesia de Elo, firmé). A esa denominación ayudaba la existencia de unas monedas de época islámica cuya ceca aparecía como Al-Wata (que se pue de leer como Elota, ya que las vocales no se indican en árabe y la letra w puede en ocasiones sonar o). El tiempo ha venido a curar poco apoco estos desvarios fruto de la buena voluntad de algunos investigado res yahora estamos en condiciones de po der explicar el tema un poco mejor gracias al único medio verdaderamente eficaz en estos casos: la excavación yel estudio ar queológico. Pero, en primer lugar, quiero poner de relieve la continuidad del topó nimo Elo. Un estudio que he tenido que ha cer por otros motivos me ha llevado a re buscar en latoponimia alicantina prerroma na. En ella hay una raíz, muy estudiada por losfilólogos y conocida de antiguo, en cu ya interpretación hay unanimidad por más que el conocimiento de las lenguas ibéri cas sea altamente exiguo. Se trata de la raíz ili- oílu-, que significa villa, ciudad. Los compuestos formados por esta raíz y un complemento (Ilíberri = ciudad nueva; Ili- turgi,Iltirda, ymuchos otrosmás) se extien den por las fachadas oriental ymeridional de la península Ibérica todavía hoy. Sólo falta reconocerlos. Pues bien, en Alicante y su provincia tenemos detectados varios yel primero de ellos, el más evidente, es Elo, nombre de la ciudad ibérica que se emplaza en ElMonastil y que en época ro mana toma el nombre de Ad Elo, que se daba alas postas de carretera cuando no estaban inmediatamente al lado de la cal zada romana, sino a cierta distancia a la que se llegaba por un ramal secundario. Este Elo no es otra cosa que el ilu, cuya pro nunciación ibérica nos es desconocida. En la baja romanidad el gentilicio que nace rá de este topónimo será lógicamente Elo- tanus, osea, elotano, como se denomina a símismo el obispo de la sede creada por Toledo en tiempos bizantinos. Para quien tenga un poco más de cu riosidad se puede añadir que acompañan a Elo (que significa «laciudad») Alón(San ta Pola); Ilici(La Alcudia de Elche); Lucen- tum, reconstruible como Ilucant, «la ciudad de lapeña»; L’Alberri, monte en que hay un poblado ibérico en término de Cocen- taina que es un Ilíberri, «la ciudad nueva»; ycon más dudas Altea, yAlécua en térmi no de Xixona, cerca de La Carrasqueta, donde hay un poblado ibérico. ¡No vamal acompañado el Elo eldense! Se hacía preciso hablar de todo esto porque el emplazamiento de la ciudad de Elo hay definitivamente que colocarlo en el yacimiento ibérico y romano de El Mo nastil. En sus excavaciones se ha podido identificar un ábside de planta de herra dura, típico de épocas cercanas al momen tovisigodo. Ya hace años había publicado yo en Alborada (1977) un altar paleocris- tiano de ElMonastil. Efectivamente, la la bor infatigable de los miembros del Centro Excursionista Eldense dedicados a la pros pección arqueológica proporcionó una gran cantidad de información, que las re cientes excavaciones han acrecentado y completado. La pieza que permitía pensar en una sede episcopal era un «altar sigmá tico», o sea, con un lado plano yel resto en semicírculo prolongado. Se conservan tres fragmentos y por la cara superior se ad vierte que el mármol en el que se labró tie ne una serie de rebajes amodo de un fes ton de ondas que sigue por toda la parte semicircular de la pieza. Esta tabla de una masa de piedra puede tener el papel de un altar, y en cada alveolo se deposita el pan sacramental obien hay ejemplos más tardíos —que aún están en uso en los mo nasterios del Monte Athos, en Grecia sep tentrional—, en los que se emplea como mesa de refectorio. En cualquier caso se trata de un mueble semilitúrgico cuando menos, y si lo identificamos como mesa de monasterio no nos podrá extrañar el topó nimo Monastil del yacimiento en que apa reció, por más que a menudo lo veamos ligado a las rábitas musulmanas. Que había cristianos ricos en Elo en el siglo IV de nuestra Era lo revela el frag mento de tapa de sarcófago que también tuve ocasión de dar a conocer en Albora da (1981). Es posiblemente la pieza paleo- cristiana más antigua de todo el País Va lenciano, anterior al fragmento de Denia y al sarcófago de San Vicente de Valencia. Pero lo que ha venido amostrar con to da evidencia que Elo era el yacimiento ac tual del Monastil ha sido la aparición de los restos de un ábside de que se ha hecho mención al principio, con lo que se puede afirmar la existencia de un templo cristia no en el lugar, basílica que pudo ser de los obispos de Elo, ya que su fecha es nece sariamente avanzada por el paralelo con el ábside aparecido en las excavaciones de La Almoina, en el centro urbano de Va lencia, pero podría colocarse en el paso del siglo VI al VII, justamente cuando su primer obispo, Sanable {Sanabilis) acudió a la Sínodo fraudulenta de Gundemaro, provocada para quitar la primacía a Car tagena, que era entonces bizantina, ydár sela aToledo, que a partir de entonces la ha detentado, incluso hasta hoy. El obispa do fantasma de Elo ahora cobra una resta llante realidad. Enrique A. Llobregat Ruinas de «La Tórrela», toponímico que ha dado nombre a ¡aparteizquierda del yacimiento arqueo lógico «El Monastil», y donde se supone erradicaba la sede episcopal visigoda de Elo. Sellos de los señores jurisdiccionales de Elda Los sellos señoriales aparecen en los nombramientos anuales de los vecinos que ejerceránlos Oficios de Justiciade la Villa (Alcalde ordinario, Regidores, Procurador Síndico General, Alguacil Mayor y Alcalde de la Hermandad),efec tuados por el señor jurisdiccional. Se encuentran a lo largo de un períodocomprendido entre 1726,un año más tardede larestitución delcondado de Elda a la Casa Coloma después de la Guerra deSucesión, y1811, añoen que lasCortes de Cádiz declararon abolidos los señoríos jurisdiccionales. A lo largo de esos años,la jurisdicción señorialsobrela villa de Elda fue ejer cida por los nobles cuyos sellos presentamos: SELLO DEL CONDE DE BAÑOS Aparece en los nombramientos efectua dos para los años 1727-28-29, siendo se ñor de Elda D.Francisco de Leyva y Co loma, de la Cerda,Borja, Rocabentí y Gamboa, condede Elda, Petrer y Salinas, y de Anna, marqués de Leyva y de No guera1,hijo de D.Francisco Coloma Pu- jades, VConde de Elda y de D.aMariana de la Cerda y Leyva, V Condesa de Ba- ’’’V. ^ SELLO DE LA MARQUESA DE VILLENA Y ESTEPA El 10 de diciembre de 1785 muere elanterior conde de Puñon- rostro, heredando susEstados su hija, doña María Luisa Centu rión yVelasco, Ursino, López de Ayala, Cárdenas, Zapata, Fer nández de Córdova, Arias Dávila, Portocarrero, Carrillo de Albor noz, Mendoza, La Cueva y Benavides, Ximénez de Cisneros, Pu- jades, Borja, Coloma, Pérez Calvillo, Centelles de Alpont, Melgarejo y Roelas,marquesa de Villena y Estepa, condesa de Fuensalida, Colmenar, Puñonrostro... Elda y Anna, etc., etc. Entre 1785-1789, Apoderadageneral de su marido, el Excmo. Sr. D. Felipe López Pacheco,Acuña, Téllez, Girón, Portocarrero, Fernández Pache co yToledo, La Cueva y Benavides, CabrerayBobadilla, Luna, Gómez de Silva, Mendoza, Carrillo de Albornoz, marqués de Vi- llena y Estepa, duquede Escalona..., marquésde Moya, de Vi- llanuevadel Fresno..., condede San Estevan de Gormaz,etc., etc.6. En 1789, el nombramiento de Oficiales deJusticia para el año 1799, lo efectúa D.a María Luisa Centurión, pero ya no en poder de su marido, sin usar el título de marquesa de Villena yfiguran do el sello en negro7. *’^ -----i,. !_’’- .mi.-* ’í^Cail-ff* ^ rlé SELLO DEL CONDE DE PUÑONROSTRO Muertosin descendencia el conde de Baños en julio de 1729, se hace cargo de sus Estados como here dero su primo, D. Gonzalo AriasDávila y Coloma, conde Puñonrostro2, y,posteriormente, D. Diego Lu cas Arias, quien ostenta lajurisdicción sobre Elda hasta el 27 de octubre de 17473, fecha en que otorga po deres para la administración de sus Estados ynom bramiento de Oficiales de Justicia a su esposa, D.a Leonor Centurión Fernández de Córdova, quien los ejerceconjuntamente con su hijo D. Francisco Javier Arias Dávila, CroyyCenturión, marqués de Casaso- la4, que a partir de 1751, yhasta 1783ostenta la ti tularidad de los Estados firmando como D. Francisco Javier Arias Centurión, Dávila, Croy,Allubín, Pache co, Coloma y Borja, Pérez Calvillo, Dalpont, Fernán dez de Espinosa, Marcov, Pujades de Benegas, conde de Puñonrostro, EldayAnna, marqués de Noguera. Le sucede hasta 1785 D. Juan Bautista Centurión, Fer nández de Córdova, Ursino, Velasco, Arias de Avila, Carrillo de Albornoz, Mendoza, López de Ayala, Pa checo, Zapata, Cárdenas, Portocarrero, Roelas,Mel garejo,Ximénez de Cisneros, marqués de Estepa, conde de Fuensalida, conde de Puñonrostro, Elda y Anna, marqués de Noguera yCasasola5. Si ’V # SELLO DEL CONDE DE CERVELLON En mayo de 1799, el nombramiento de Oficiosloefectúa D. Felipe Carlos Osorio, Castelví, Guz- mán,Mercader, Espinóla,Palafox, Coloma, Borja, Centelles, Sentllir, PérezCalvillo, Mascó,Delpont, Martí, Pons, Vives del Vergel, Vique, Menchaca,Benegas, conde de Cervellon, de Elda y Anna,marqués deVillatorcas, de Nules, de Quirra y de Noguera8. Ejerce la jurisdicción hastala abolición de losseñoríos porDecreto de lasCortes de Cádiz de 6de agosto de 18119. NOTAS ’Archivo Municipal de Elda (A.M.E.). «Libro de Acuerdos 1710-1748», fols. 21, 51 y 89. L’lbídem, fol.122. 3Aunque entre 1729y1748 no hay documentos de nombramiento de Ofi ciales de Justicia en elA.M.E., tenemos constancia de este conde atra vés de distintos asientos del Clavario entre 1730 y1747. !Op. cit.,nota 1, fols. 188-189.5A.M.E. «Mano de Cabildos 1752-1761»; «... 1762-1770»; «... 1771-1780»; «... 1781-1790». CA.M.E. «Mano de Cabildos 1781-1790», fols. 165, 194, 294, 333. Y «Ma no de Cabildos 1791-1799», fols. 4, 31, 48, 78. ’Ibídem, fol. 102. 8A.M.E. «Mano de Cabildos 1791-1799»; «... 1801-1810»; «... 1811-1819». 9A.M.E. «Mano de Cabildos 1811-1819», fols. 21 y 22. Joaquín Samper Alcázar Fotos de ARSENIOMARTÍNEZ GARCÍA 1A ERMITA DE1 CHORRILLO Elparajeconocido popularmente por ElCho rrillo, compartidoen laactualidad por los térmi nos municipales de Elda y Sax, atravesado por la vía del ferrocarril y la pequeña corriente de agua que de norte a sur acarrea con dificultad el río Vi- nalopó,va hoy a ocuparnos este pequeño estu dio,ya que en esa partida rural se encuentra lo calizada una antigua ermita. Hoy día casi desa parecida yolvidada por la mayoría de gente,no por ello su estudio carece de interés. Desde aquí queremos darla aconocer yrescatar su recuerdo delpasado para los que amanestas tierras y po damos sentirnos más unidos a ellas aunque,a ve ces, su historia sea fuente de contradicciones. En definitiva, se trata de acercarnosen lo posible a nuestras raíces. En este lugar de «El Chorrillo» sitúa el historia dor eldense Lamberto Amat una ermita. Una er mita ocapilla que al parecer estaba dedicado a Santa Teresa y que tuvo cierta importancia en la segunda mitad del siglo XVIII y principios del si guiente. En su «Historia de Elda» dice.- «También hoy otros tres hermitos en este término, lode... en el partido del Chorrillo, bastante anti guo. Lo de los Dolores en elde losCañadas; y la de laConcepción en elde loJaud, estas dos mo dernos,-sostenidos los tres por la piedadydevoción de los dueños de sus respectivos haciendas» (1). Que nuestro historiador omitiera el nombre nodejo de ser un pequeño misterio en persona tanmeticulosa ybien informada, puesto que, sin duda, debía conocer el libro de la Visita realiza da a la Iglesia de Santa Ana en 1816 por el Deán yCanónigo de la Insigne Iglesia Colegial de Ali cante, Dr. D. Diego Flores Abellán, en delegación del Obispo de laDiócesis de Orihuela el lltmo. Sr. D. Simón López Dionisio, y en el que selee: «Hermita de Sonta Teresa. Se hallo esta hermita como ouna ora de esto vi llahacia la parte Norte en elpartido llamado del Chorrillo, y es de lopertenencia deldoctor Don Luis Bartolomé Rico de Petrel y de JuonFrancisco e Isa belMaría Ana García, y de los hijos y herederos de sudifunto hermano Joaquín García; está ane xa a la caso de campo que poseen dichos her manos, yprocediendo el señor visitador acom pañado deldoctor Don Miguel Sempere,y de mí el infrascrito Secretorio o la visito de inspección de ello se hallólosiguiente: —El cuadro o lienzo de SontaTeresa de Jesús que es elque forma elAltar, descortezado, remenda do eindecentísimo» (2). Últimamente hemos realizado varias visitas aeste lugar intentando localizar dicha ermita, o lo que pudiera quedar de ella, y hemos encon trado unvestigio arquitectónico con indudable ca rácter religioso que nos permite afirmar, con es caso porcentaje de error, que corresponden a la ermitabuscada. Aanálogos conclusiones llega Vi cente Vázquez Hernández en un pequeño estu diopublicado en Sax (0). Como hemos señalado, de dicha ermita que da muy poco y todo ello adosado ymezclado con los también restos de uno antigua caso de labran za. Junto aotros escasos yaislados vestigios, que se destacan como ajenos a laconstrucción rural, queda, fundamentalmente, una torrecilla que su ponemos hacíalas funciones de campanario olin terna de una cúpula, y que, impasible, se empeña en desafiar el paso del tiempo, como único su perviviente de aquella época. Tal reliquia fue construido de ladrilloamarillo yenlucida con yeso. Posee cuatro ventanas con molduras de yeso yestá coronada por una pe queña cúpula de tejacurva. En su ápice se asien to una veleta de hierro terminada en una cruz. A su vez esta torrecilla se asienta sobre parte de untejado curvo que fácilmente se identifica con la cúpula de una capilla. Los actuales propietarios delcaserón se han brindado amablemente a mostrarnos el interior de la vivienda. Quedan también algunos restos, trozos de grandes arcos, molduras, quicios, etc., que pudieronpertenecer a laermita. Lahabita ción sobre la que descansa la torrecilla no presenta particularidad alguna,pordentro nada hace su poner lo que sustenta. Nos comentan que habían oído decir a los másviejos del lugar que laermita, la casona y lastierras de los alrededores pertenecían a un clé rigo de importancia, quien daba trabajoen el compo avarias familias (*). La campana servía, no sólo para llamar a misa, rezarelÁngelus, etc., sino también de reloj para avisara losjornaleros el fin de lajornada. También nos cuentan que en uno de los muros de la ermita existía un peque ño hueco en forma de estrella y que por la ma ñano, al dar el sol, los rayos entraban en elrecinto iluminando la imagen de la patrono. Hacepocos años, en la parte sur del edificio el suelocedió apareciendo un pequeño subterráneo, perofue ocluido sin realizar investigación alguna. Ya en la época de la citada visita, en 1816, la ermita estaba en mal estado general, por lo que el Sr. Visitador mandó el cierre de la misma, decidiendo nohabilitarla hasta que todo estuviera con la debida decencia. El texto dice literalmente: «Se cierre esta hermita, prohibiéndose su uso pú blico, y oun privado, hasta que se hago constar hallarse todo con lodebida decencia, ysurtida de campana de que carece, condenando lohabita ción que contra derecho se ha construido sobrelo hermita misma, recogiéndoselosornamentos, Aro y demás enseres de ello por el Dr. D. Miguel Sem- pere Prbo. en quien permaneceráencalidad de depósitos, hosta que se halle aquelloen el esta do debido, sin tenerse por habilitado en manera algunasin previo conocimiento y permiso del Prelado Diocesano». Parece ser que se debieron seguirlos reque rimientos del señor visitador yrealizar cierto remo zo, pues existe una referencia del año 1846 en el que se cuenta que la ermita estaba en activi dad. Así vemos en elDiccionario Geográfico-Esta- dístico-Histórico, de Pascual Madoz, que dice-. «El Chorrillo es un caserío de loprovincia de Ali cante, partido judicial de Monóvar, términojuris diccional de Elda, situado ol norte de lo misma y comprende diez casas diseminados yuno ermi ta, en la que se celebra miso algunas tempora das poreclesiásticos que nombran ypagan los moradores. Pora su gobierno hoy una especie de alcalde pedáneo llamadodiputado de justicio. Po blación en 1846, 10 vecinos y38 olmas» (4). Desgraciadamente elarreglo no fue lo sufi cientemente duradero y la demolición por las in clemencias del tiempo y la alevosa mano del hombre la fue llevando a su destrucción. Ya en 1914, en laGeografía General del Reino de Va lencia, Figueras Pachecono lanombra, dándose porpérdida de un modo documental (5). Sabemos que existió una visitaepiscopal, si milar a lareferida, ya en el año 1777, pues el ma nuscrito consultado de 181 ósuele citarla con fre cuencia.Desgraciadamente no se hapodidolo calizar documentos alguno, por lo que no pode mos acceder aotros detalles no sólo de esta er mita, sino de todas las edificaciones de carácter religioso que existían en Elda y en su término du ranteel siglo XVIII, del cual los restos de la ermi ta de Santa Teresa en El Chorrillo y la ermita de Los Dolores en La Cañada son los únicos supervi vientes. Juan Antonio Martí Cebrión Ramón Candelas Orgilés (*) Nota:ya hemos visto cómo Lamberto Amot cito o este pro pietario y Vázquez Hernández en su trabajo aportoeldatointeresantísimo de que el mismo figura inscrito en 1816 en el libro de contribuciones de lovilla de Sax como terrateniente que lecorresponden pagar 350 reales. Con este doto se con firmo que poseía tierras en el término de Sax, pero nadaper mite deducir que lacasa de la ermita perteneciera o dicho término, siendo, en cambio, muy explícitos los testimonios de los otros escritos que la vinculan al término de Eldo. BIBLIOGRAFÍA (1) LAMBERTO AMAT Y SEMPERE: «Historio de Elda». Manus crito. Tomo I,capítulo VI, págs. 42 y43. Excmo.Ayunta miento de Elda. Edic.Facsímil. Elda, 1983. (2) Dr. D. DIEGO FLORES ABELLÁN: «Visito a la villa de Elda. 181 ó». Libro de Visito, manuscrito, folios 54 y55. Archi vo Parroquial de la Iglesia de Santa Ana de Elda. Elda. (3) VICENTE VÁZQUEZ HERNÁNDEZ: «La antigua ermita del Chorrillo». Revisto de Moros yCristianos. Sax, febrero de 1986. (4) PASCUAL MADOZ: «Diccionario Geográfico-Estadístico-His- tórico». Edición de 1846. Tomo I,pág. 311. Institución «Alfonso elMagnánimo», Ed. facsímil. Valencia, 1982. (5) FRANCISCO FIGUERAS PACHECO: «Geografía General del Reino de Valencia». Tomo de loprovincia de Alicante. Ed. Alberto Martín. Barcelona, 1914. cartografía antigua de elda Los mapas antiguos que se editaron en España o en países extranjeros, tienen a veces una serie decuriosidades cual es la de poder descubrir todos oalgunos de los nombres que se dieron alos pueblos yciudades de España en la Antigüedad, Edad Media osiglos posteriores, y en concreto al nuestro de Elda, por ello hemos hecho un segui miento a estos mapas antiguos y vamos a reseñar aquellos mapas que contieneno donde aparece Elda. Hay que tener en cuenta los condicionantes, limitacionesy reservas de todacartografía antigua, ya que se usaba para su confección el método planimétrico, osea, que sólo se tenía en cuenta la latitudy longitud, nunca la altitud hasta la fase moderna ymucho menos la fotografía aérea y el fotografiado delterreno y las costas desde el aire, como hoy se realiza ellevantamiento de los mapas con modernas tecnologías. En los mapas estudiados al parecer hay tres grandes grupos: uno en base a la cartografía, procedente de la Penín sula Ibérica, en la época que fue dependiente ycolonia romana con la división en las provincias ya clásicas en que los romanos dividieron el territorio peninsular. Otro segundo grupo que es cartografía de la antigua división de España ysus territorios en los antiguos reinos de taifas árabes. Yfinalmente una serie de mapas ygrabados en ladivisión de España en la época de la cristianizacióno reinos cristianos,que como se sabe se unificanal unirse Castilla yAragón. Los hemos clasificado cronológicamente según elaño de laedición, comenzando por los de fechas más bajas, así: (1) Mapa «Hispaniae Antiquae Tabulae», éste fue publi cado en París en1641. Su autor fue Nicholas Sansón. El título va inscrito en una concha marina como ele mento decorativo. Nos muestra laPenínsula Ibérica durante ladomina ción romana con la división en las tres grandes pro vincias: Lusitánica, Baética y Tarraconensis. Contiene Elda con ladenominación Ad-Ellum. Para mejor comprensión einterpretaciónintercalamos una foto a color del mapa y una parcial de parte de la ac tual provincia de Alicante que comprende a Elda. (2) Mapa titulado «Castillenouvelle, Andalusie, Grenade et Murcie» (Castilla la Nueva, Andalucía,Grana da y Murcia). Lo introducimos porque pensamos que elantiguo reino árabede Tuchsmir, fue posteriormen te el reino de Murcia y comprendió a Elda en la fase árabe. Su autor es Nicholas Sansón. Fue publicado en Parísel año 1652. Va coloreado amano. Reinos de Castilla, Andalucía, Granada y Murcia. Contienea Elda dentro delantiguo reino árabe de Murcia ode Tuchsmir. !:: --::: Losreinos deEspaña yPortugal. Contienea Elda. El mapa: Iberia Sive Hispania Vetus. Contiene Elda con el topónimoAD-ELLUM. (3) El mapagrabado enAmsterdam en 1690 por Nicholas Vissher y titulado «Hispania etPortugale Regna» (Los reinos de España y Portugal). Lleva una cartela bellamente decorada. Contiene Elda. (4) El «Spain and Portugal distinguished into their king- dons» (España y Portugal dividido en sus reinos) fue grabado por el inglés John Senex y publicadoen Lon dres en 1719. Es un grabado en cobre a color. (5) El mapa titulado «L’Espagne divisée en tous Royau- meset Principantes» (España dividida en todos sus rei nos y principados) es un mapa francés. Fue publicado en París yfechadoen1762. El grabado está hecho sobre lámina de cobre, lleva textos en ambos lados del mapa, así como una carte la decorativa y a color. (6) El mapa «Les Royaumes d’Espagne et de Portugal- (Los Reinos de España y Portugal), publicado en París en 1770, grabado por Sieur Janvier. Tieneunacartela muy decorativa. (7) El mapa «Iberia sive Hispania Vetus» es del siglo XVIII, fue su autor John Blair, publicado en 1770. Contiene a Elda con el topónimo Ad-Ellum. Del ma pa original es dueño el autor de este trabajo. Yfue cedido para laportada de la revista cultural Ad-Ellum, n.°1,editada por la desaparecidaAsociaciónCultural «El Seráfico». Mapa de Tomás López grabado en Nuremberg, contiene a Elda. • Mapa Spain andPortugal.Contiene a Elda Contiene numerosos detalles descriptivos y a Elda Detalle del mapa n.° 7 de nuestra muestra, tomando parte de laprovincia actual de Alicante. Contiene aElda como Ad-Ellum. (8) El mapa «RegnorumHispaniae et Portugalliae»(De los reinos de España y Portugal) fue grabado en Nu remberg por TomásLópez con fecha de 1782. Va co loreado amano. (9) El mapa titulado «L’Espagne divisée en ses Royaumes et Grandes Provinces»(Españadividida en sus Rei nos y Grandes Provincias), es un mapa francés con texto en ambos márgenes, obra de Jean Batiste Nolin, publicado en París el año 1785. ContieneElda. (10) El mapa «Spain and Portugal» (España yPortugal) es un mapa del inglés J. Robinson, fue publicadoen Lon dres en 1799. Está coloreado amano. (11)El mapa «A New mapofSpain and Portugal», es un grabado inglés del autor John Cary.Fechado el año 1819.Lleva un contorno de color de época posterior. Contiene numerosos detallesdescriptivos. Como conclusión y consideración final de este trabajo, qui siera decir que si bien han existido a lo largo de su historia 22 denominaciones para Elda, según las épocas y culturas, la más abundante que hemos encontradohasta la fecha ha sido Ad-Ellum en la época antigua y Elda en la moder nidad. Al mismo tiempo quiero hacer una llamada a las personas que tengan afición a la cartografíaantigua y a profundizar en las raíces culturales de Elda, ya que medianteeste artí culo he pretendido divulgar el amor hacia el mundo de los mapas y cartografía antigua, elementos valiosísimos para poder interpretar las raíces del pasado de nuestra querida Elda. Manuel Serrano González Doctor en Farmacia (Fotos del autor) m ü J^H^fiM^.H¿ ^amn el yiilat;yvllGdria’ Tyik Portada del Libro Giradora del año 1716. A.M.E. ?: ;:• Estudio aproximativo a losestatutos y ordenaciones de Elda en el siglo XVIII lotepV Guarí*íno^s loícph,;j ’’’’jqvuil Bernabé ¿^¿Sindico O™ ’as- 2r pabe ¿ViSindico CírWlua 8 í- • »C escriii}oS i celo’, (2oladoa; MqÍGia tabi*rcl Gúái-íiiosHífo dedfcjiayft M|¡ En el año 1702,Elda era una villa cuya población ascen día a unos 441 vecinos, aproximadamenteunos 1.764 habi tantes (1). En mayo, las potenciasde laGran Alianza, encabezadas porInglaterra y las Provincias Unidas, declaraban la guerra a Franciay a España, con lo que la Guerra de Sucesión espa ñola comenzó en su faceta internacional. Aún deberían trans currir tres años hasta que se introdujera la guerra civil en España con el levantamiento de Valencia y Cataluña en fa vor del pretendiente austríaco, el archiduque Carlos. Era señor de Elda don Francisco Coloma Pujades, Alpont y Borja, V conde de Elda, casado con doña Mariana de la Cer da y Leyva, V condesa de Baños, y que por entonces tenía fijada suresidencia en la Corte, siéndonosconocidasu malasituación económica a través de la correspondenciamantenida entre la villa y don Carlos Coloma, tío del conde y a la sazónsuprocurador generalen el reino de Valencia. Escribe don Carlos Coloma el 8 de junio de 1702:«...te niendo tan conocido elafecto yfineza que siempre ha puesto tan apreciable comunidad en atender a mi sobrino y a todos nosotros y assi la reduzco a los aogos del Conde como per sona que vive en la Corte (...) necesita de que la villa dispon ga que las 1.000 libras de debe Josef Marti (...) sirvan para mi sobrino (...) para que con esas 1.000 libras y las de En guera pueda permanecer en Madrid un año y a lo más dos, y así ha de deber el Conde a todos nosotros el que tan honra dos vasallos no le dejen benir por pobre mendigo a sus Esta dos» (2). De la malasituación económica de la Casa Coloma tene mos noticia desde añosatrás, siendo frecuentes las ocasio nes en que el señor de Elda recurría a la villa con pretensiones de conseguir dinero (3). Además, tenemos confirmación en larelación debienes confiscados a los nobles que en 1706juraron fidelidad aiar chiduque Carlos, y que para don Francisco Coloma, de sus propiedades en Aragón, ofrecían un saldodeficitario: 5.022reales de plata doble de renta anual y7.280 de gastos (4). El 28 de mayo de 1702,don Carlos Coloma, Arcediano Mayor de la ciudad de Xátiva, como procurador general del conde de Elda «nuestro sobrino» (5), firma en la ciudad de Valencia los «ESTATUTOS Y ORDINACIONES PARA EL BUEN GOVIERNO DE LA VILLA DE ELDA» (6), ya que según se dice en su preámbulo: «Por quanto los Oficiales, yConsejo de dicha Villa de Elda, hasta aora se han governadosolo por sus dictámenes, por no tener Estatutos,ni norma, que pudie ra conducirles alacierto; de que se han seguido algunos in convenientes: y deseandola dicha Villa el que se hiziera por Nos nueva planta, y disposición para los Oficios, ysaber ca da uno lo que le toca, como nos lo ha suplicado: Y atendien do a la dicha Súplica, y a que con los dichos Estatutos estarámas biengovernada aquella Villa, lo hemos tenido por bien». La anterior regulación para la provisión de cargos u Ofi cios municipales, se encuentrarecogida en la Carta Puebla, publicadael11 de noviembre de1611, corregida y comple tada el 21 de octubre de 1612(7). Estos Estatutos vienen a complementar y concretar, 100años después, las funcionesdegobierno de la villa de Elda. Llama la atención en los Estatutos el primer apartado,ti tulado «De los impedimentos para ser insaculados», ya que lavilla de Elda no contaba con el privilegio de la insacula ción, y la provisión de Oficiosse hacía por propuesta de los cargos salientes (8). Creemos sencillamente que se trata de los impedimentos legales para ser propuestos, y que en los Estatutos son: no tener25años cumplidos; no estar casado por la Iglesia; no tener unpatrimoniode al menos 300 libras, sin la dote de su mujer; haberhecho cesión de sus bienes a su esposa; haber sido condenadopor delito «que conduzca a infamia»; y «los que sehabránvalido de la exenciónde la Corona». Dichos impedimentossecomplementaban con los que incapacitan para los Oficios: ser deudorde la villa; ser arrendador, administrador o fiador de las Regalías, DerechosySisas; y no poder ostentar más de un Oficio a la vez. Estos Oficios, cuyas competencias se describen en los Estatutos, son: JUSTICIA. Es la máxima autoridad municipal, ejerciendo las funciones de juez en las causas civiles ycriminales (9). PresidíalosConsejos y lasSitiadas, con voz y con voto, siendonulas cuantas se celebrasen sin él, o en sudefecto, su re gente (sustituto), cargo que, junto con dos lugartenientes, estaba facultado para nombrar. Era responsabilidadsuya el mantenimientodel orden público en la villa y en la huerta «pa ra que las personas,ganados,nicavalgaduras no hagan da ño», pudiendo paraeste fin nombrar «juramentados, procu randoqueestos sean deaquellas primeras personas dedicha Villa». Es elegido por el señoro por su representante, el Bay le, entre 5 individuos (10)propuestos por su antecesor,ju rando su cargo ante el Bayle en día de Navidad (11).En cuanto a susalario, se leasignan 10 libras, más los tercios de las multas impuestas«de sesenta sueldosabaxo». JURADOS. «Padresde laRepública» loscalifican los Es tatutos. Forman el órganodecisorio del municipio, y sobreellos recaía casi todo el peso del gobierno municipal. Administranlasrentas ybienes propios de la villa; controlanla calidad de los productos que se venden en las regalías señoriales, con la obligacióndeverificarlas dos veces al año para procurar que «estén bien proveídasdebastimentos, y que no vendan cosassofisticadas, ni mezcladas». El incumplimiento de esta obligación llevabaaparejada una multa a ellos de 5 libras. Cuidan que se paguenpuntualmente losarrendamien tos, bajo pena de pagar ellos de su bolsillo, obligando a los arrendadores aentregar las fianzas en el plazo de 3 días desde que les sea adjudicadasuexplotación. Nopodían hacer gas tos superiores a 5 libras sin laautorización delConsejo, ex cepto para asuntosrelacionados con lasaguasdel riego. Ejercían el control sobrelosprecios de lasmercancías que se vendían en la villa, y custodiabanlospatrones de pesos ymedidas para comprobar los del Almotacén. Sus reuniones sedenominan Sitiadas, sus decisiones eran colegiadasy se necesitaban almenos 3 de los 4 para quefuesen válidas. Al término de su año de Regimiento, debíanrendircuentas a sus sucesores en el plazo de 20 días. Eranelegidos por la señoría apropuesta de lossalientes, quepresentaban a 2 su jetos paracadapuesto (12).Una vez elegidos, jurabanante elBayle el día de Pascua de Pentecostés (13). Los Estatutos lesasignan unsalario de 10 libras anuales. CONSEJEROS. Propuestospor los Jurados después de su toma deposesión, y por elJusticia, que les tomaba juramento (14). Eran 24, incluidos el Justicia, el Síndico, el Almota cén y elSobrecequiero, queiban los primeros de la lista. La señoría podía quitar a dos, en cuyo casola villa podía poner otros tantos. Formaban«el Consell particularde lapresente villa de Elda» (15),eran el órgano de la expresión popular yrepresentaban alpueblo. Reunidos mediante convocatoria por el Justicia, Juradosy Síndico, convocados «porCampana, Pregón o Boleta», teníanobligación, bajo multa de una libra de cera, de acudiral Consejo, cuya ordendel día era prepa rada por el Jurado primero (Jurat en Cap), y en su ausencia,por el segundo. Una vezreunidoelConsejo, nadie se podía ausentar de él sin licenciadelJusticia. Para tener validez sus resoluciones, se requerían al menos 13votos (mayoría sim ple). El último punto salvaguardalaindependencia del votode cadaconsejero bajo multa de 5 librasa quien intente impedir su derecho dedisentir oprotestar. Para asuntos como el cargamiento de Censos onuevos impuestos, era necesa ria la convocatoria del Consell General, con licencia señorial y asistencia del Bayle (16). SINDICO. Estecargo es nuevo con respectoa los esta blecidos en la Carta Puebla (17).Su nombramiento corresponde alConsejo, del que forma parte. Debe ser convocado a todos losConsejos,SitiadasyJuntas, donde tiene voz y vo to, siendo suprincipal cometido el de cuidar de la observan ciadelos Estatutos y del beneficio de la villa, estandofacultado paraelevar instancias a lasautoridades superioresen Valen cia, en cuyo casotenía asignada una dieta de 10 reales. CLAVARIO COMÚN. Era el depositario de las rentas y propiosde la villa. Cobrabalas deudas y fianzas, debiendo tener lascuentas hechas20 días después dePascua del Es píritu Santo. Pagabalaspartidas ordenadas por los Jurados, queademás eran quienes lo nombraban,asignándoleun salario de 15 libras, complementadocon laadministración deltrigo y de la carnicería. En caso de enfermedad,estabaprevisto que pudiera tener un sustituto. ALMOTACÉN. En los Estatutos «Amotazén». Era elMus- tacaf de la Carta Puebla. Sus competencias eran muy amplias.Abarcaban losámbitos delurbanismo, salubridadymercados. En materia urbanística ejercía labor de vigilancia,tenien do«conocimiento sumario,y sinescritos, en todas las causas deobras, portales, ventanas, lumbreras, estilicidios, paredes,medieras,callesy otras semejantes, haziendo derribar las obras que son hechas contra fueros». Cuidaba asimismo del buenestado de loscaminos de lahuerta, pudiendo imponermultas de hasta 5libras alos infractores. También entraban dentrode suscompetencias aspectosreferidosa la limpieza y salubridad, debiendocuidar«que las calles no se estrechen ni empeoren, nipongan en ellasuciedades, ni gatos ni pe rros muertos». En materiademercados «conocerá depesos y medidas falsas y no buenas,y demercaderías yotras co sas sofisticadas», tomando medidas alrespecto, rompiendo los pesos falsos e imponiendo multas. Sus decisiones tenían recurso ante los jurados, aunque ningún Oficial podíaimpe dir que cumpliera sus obligaciones. En caso de impedimen to, sus funciones eran ocupadas por el Jurado primero (encap). No tenía asignadosalario alguno, pero tenía derechoacobrar «por el derecho de peso omedida, una libra de las vituallas que se traxeren a vender (...), quatro dineros de cadapersona que losconduxere. (...) Y de tozino y carne devenado cobre solo ocho onzas». Su nombramiento loefectuaba laseñoría de una listade5individuos confeccionada por el Justicia y los jurados, yjuraba el cargo ante el Bayle el día de San Miguel (29 de septiembre). SOBRECEQUIERO. Este oficiomunicipalteníajurisdic ción sobre todo lo relacionado con las aguas del riego, aun quedelegada, ya que «por privilegios particulares,tienenlos Jurados y Consejo», que eran los «Juezes superintendentes». La importancia que tenía elaguade riego quedademanifies to en la cantidad de multas que se preveentantoparalos in fractores y desobedientes en materia de riego, como al mismoSobrecequiero si era negligente: por el mal estado oroturas en la acequia principal, por malalimpieza en las acequias y brazales, por hurtar agua, por no cerrar lospartidores, por romper azudes, etc. Era propuesto por elJusticia y los Jura dos en una lista de 5 individuos entre los queelegíaelseñor. Juraba su cargo anteel Bayle el mismodía que el Almotacén (18). ESCRIBANO DE SALA Y CONTADOR. La provisiónde este Oficio era una Regalía señorial,siendola villa la encar gada de pagarle susalario, noespecificado en losEstatutos. Su función era doble, como Escribano teníaquellevar el Li bro de los Acuerdosdel Consejo, llevar las cuentasde los Ju rados y del Clavario, y asistira lasSitiadas yJuntas, dando fe de los acuerdos. Ycomo Contador, llevabaellibro-registrode las propiedades y riqueza de los vecinos (Giradora), parasacar las cuentas de lo que debían tributar alseñor. Por este trabajo cobraba 10 libras desalario. ALCAIDE DEL PANTANO. Es un cargo menor, de corta tradición teniendoencuenta que elpantano se terminó de construir en 1698.Su nombramiento correspondía a la villa, y juraba ante el Justicia. Debía atender a lavigilancia del pan tano al menos dos días por semana, con especial atención a los díasde tormenta oriesgo deavenida, para proceder a desaguar. Asimismo, con orden del Justicia, Jurados ySíndi co debía proceder a vigilar el agua concedida para los rie gos, cuidando que no se sacara más de la autorizada. El documento concluye con un apartado deEstatutos Ge nerales, en los que se especifica: la forma de repartode las multas impuestas por faltar a los mismos:«...un tercio a Nos, el otro alJuez,que los executará, y el otro al Acusadorsi lo huviere; y en casoque no, se apliquen los dos a Nos»; la obli gación de que los cargosincluyan en la fórmula de su jura mento «... que observaranyguardaran los furs y Privilegis y Estatuts de lapresente Vila»; laprohibición de prestar apar ticularesuOficiales dinero municipal, asícomo derecibirlo de los arrendadores odeudores de la villa. Siguecon el apar tado de sujetosque deben ir en las propuestas, y los días de sus juramentos ytoma deposesión. Yconcluye: «Añadiendo por último, quepor los sobredichos, en general, yparticular, no se entienda abdicada nuestra Jurisdicción suprema, y el último recurso a Nos, y a nuestrosSucessores, en caso de cualquier agravio de dichosOficiales, porqueestequeremos que se entienda reservado siempre a Nos y a nuestrosMinis tros. Datis en la Ciudad deValencia, a los 28 dias del mes de Mayo, del año mil setecientos y dos». Fimiado por don CarlosColoma, y «Pormandato de dicho Egregio Señor,Vicente Salazar, Notario, y Escribano público». Con arreglo aestos Estatutos, el 28 de mayo se procedió alnombramiento denuevos cargosquejuraron con la nuevafórmula. Dichos nombramientos los efectuó elProcurador Ge neraldel conde, su tío don Carlos Coloma, firmantede los Estatutos(19),quien hace también los nombramientos en losaños 1703-1704-1705 y1706, según consta en los corres pondientes libros «Ma de Cabildos». Cuandoel 29 de junio de 1707 se promulgó el Decreto de Nueva Planta. La organizaciónforaldesapareció oficial mente, dejando pasoa un tipo de organización municipal ba sada en el modelo de Castilla. JOAQUÍN SAMPER ALCÁZAR (1) A.M.E. (Archivo Municipal de Elda), «Repartiment y derramapara pagar el Real de sal en esleany 1702 en 1703», en «Clavarías de los años 1702 y 1703», caja 88/89/90,s.f. (2) A.M.E. «Libro de Consejos de los años1686-1704», caja 29/30, fol.170.Estas 1.000 libras serán objeto de negociación en laspropuestas de Consejeros que la villa hizo al procurador del conde en años posteriores, yque son comentadas encartas del mismo. Ibídem fols. 171 y 172. (3) El 30 de marzo de 1691,elentonces condede Elda. donjuán An drés Coloma, padre de don Francisco, escribe a la villa: «Haunque los empeños de mi casa son tales que podréis tener al guna noticia de ellos,no la que me precisa abuscar forma de de sempeño; yaunque hediscurrido variamente, no encuentro arbitrio ninguno que no sea a costa de tan largas excusas quepueda que dar sin la duda de entrar enmayores obligaciones, si no es la de Valerme de Vtra. buena ley, que afianzada esta con elcrédito que esta Villatiene en todo el Reyno, pueda sacarme delhaogo en que me hallo (...). El caso es que según arbitrio, en poca diferencia,necesito (...) de ocho mil ducados...». Esle préstamo propone de volverlo a cuenta de la percepción desus rentas, a razón de 1.000 libras alaño. Ibídem fol. 77. Sobreesta petición se redactóun «Memorial de los censoscargados por la villa de Elda para subvenir los empeños yahogos del Conde mi señor deElda». A.M.E. «Libro de las Pensiones que la villa de Elda paga cada año. N.° 2», caja 3/4, fol. 38. (4) KAMEN, II.: «La Guerra de SucesiónenEspaña, 1700-1715». Bar celona, 1974, p.384. (5) DonFrancisco Colomaostentaba solamenle el título de condedeElda, ya que el de marqués deNoguera lo heredó suhermane, don JosefColoma y Borja, quien entre1697-1702 ejerció las funcionesdeprocurador general de su hermano elconde, ensus estados de Elda y Anna. Op. cit.nota 2, fols. 142, 150, 151 y 179 v. Y en A.M.E. «Process 1681», caja 28/15,s.f. (6) Estedocumento seencuentra en el A.M.E., libro «Estalutos y Ordenaciones, 1502 a1866», s.f. (7) Documento que seencuentra en el A.M.E. en el libro «Processo alaSeñoría Directa», fols. 150 v-169, habiendo sido transcrito y ana lizado por GLICERIO SÁNCHEZRECIO enpublicación delExcmo. Ayuntamiento de Elda, en conmemoración del LXXVaniversario de laconversión de la Villa en Ciudad. 1904-1979. Elda, 1979. (8) Ibídem cap. III«ítemque aixi mateixper a la elecció de ditsofficis bajen losafficials que han de exir de son Régimen! una memoria depersones honrades ybenemerites (...) y lamemoria de aquellsseclone al dit Señor Conté o a son procurador general». (9) «Ciutada Justicia de CausesCivils y Crimináis de lapresente vilade Elda». Es la fórmula empleada para encabezar los actos presidi dos por elJusticia. A.M.E. op. cit. nota 2. (10) En la Carta Puebla se presentaban6 individuos: «... co es sis pera el offici de Justicia...».Op. cit. nota 7, cap. III. (11) «En ma y poder delnoble (...),Batle y Procurador General de la presente Vila y condal de Elda». A.M.E. op. cit., nota 2. (12) En la Carta Puebla,el número de candidatos era de 3 para cada puesto:«... e per el offici dejurats dotce co es tres cascom Jurats...». Op. cit. nota 7, cap. III. (13) Vid. nota11. (14)«...juren en ma y poder de (...), Ciutada yjusticiaen lo civil y crimi nal dela presente Vila de Elda». A.M.E. op. cit. nota 2. (15) A.M.E. op. cit. nota 2, fol. 66. (16) Segúnrecuento hechoen losConsejos Generales de1692, son entre166 y 168 los que «forman el Concell General de la presente vila de Elda». A.M.E. op. cit. nota 2. (17) SÁNCHEZ RECIO, G.: «Elda en 1812. Laelección del primer Ayuntamiento constitucional». Alborada,XXVI. Elda, 1980, nota 3. (18) En la Carta Puebla no se especificaelnúmero de individuos quedeben ser propuestos para los oficios de MustacafySobrecequier. (19) «... nomenats per lolite.Sr. D. Carlos Coloma del Conceli de saMagt. en la Real Audiencia de Valencia en nom de Proc. Gen. del Exmo. Sr. Conde de Elda y de Ana monseñor». A.M.E. op. cit. nota 2, fol. 183. ’X ém dcfJfcujtacafáfa ’Vífa Á £iÁ ’7u„ áfi& /&- 4¿^^Í^¿ ^¿w¿^C ^í &cr¿u¿L X^imújMm^no^í^ nos, Encabezamiento de! Libro del Mustacaf del año 1703. A.M.E. %%&V¡»c Deayer a hoy En otro tiempo, recostado en la pared del portal de su casa, aquel eldense madrugador podía echar una placentera mirada al frente rugoso del monte Bolón. Esto sucedía en esa hora en la que al recibir el monte Bolón el saludo del sol daba gozo contemplar aquel encuentro. Hoy, en este tiempo, las casas gigantes que se han levantado en el suelo de Elda hacen de telón de ladrillos yya no dejan ver ese mon te, ¡y hasta borran el recuerdo de su recia imagen! Y era entonces cuando el reloj de la torre de la iglesia de Santa Ana, que cumplidor de su oficio, ala hora en punto, con su voz de bronce ordenabaa las sirenas de la mañana a que echaran al aire su largo ulular para así avisar alos adormilados zapateros a que entraran en las fábricas a empezar la faena de aquel día. Con aquellaclara diana, Elda era el animoso obrador en el que se reunía aefectuar su labor un hor miguero humano formado por loszapateros eidensesy poraquellos otros que también acudían desde el pueblo de Sax dejándose ver por los alcoresde La Torreta, y de los que bajaban de Petrerpor la cuesta del Camino Viejo de Elda, que une aestas dos poblaciones en un entramado de calles. Salvando mayor distancia también hacían sujornalero caminar los zapateros y las aparadoras de Monóvar. Y agradaba entonces ver aquella afluencia de gente obrera que llegaba alas fábricas en hora temprana portandoen una cestilla de palma elyantar quecomerían en eldescanso delmediodía. Y aunque el sol que pone luz de oro en las calles y en los tejados de Elda es el mismo que lucía ayer, sucede hoy que por imperativos de acomodación en los sistemas de trabajo, de aquella estampa artesana yfamiliar sólo queda el recuerdo de borroso colorido de los antiguos pasos de la gente zapatera y el de las fachadas de las fábricas, ahora en buena parte todo ello concentrado en los aledaños de Bolón, zona con el nombre propio de Polígono Industrial de Campo Alto, animada con pasos de signo moder no. Y es que al correr del tiempo todo se transforma, todo toma nueva presencia. Sabido es que la vida zapatera en Elda, ayer yhoy, obliga acada operario aponer una delicada aten ción a la hora de manipular el perfilado de cada pieza en el acabado del zapato, también en su parte artística, yasí ocurre que de manera imperceptible, en algún caso, se pueda producir una atracción de simpatía entre la persona artesana yla fina labor que está manipulando yque sea también por la inquie tud que trasciende de esa influencia, por lo que esa persona pueda sentir una favorable disposición para entrar en un mundo de más ricavida. Yserá dejándose llevar de la mano de esa situación, por lo que se pueda añadir la singular circuns tancia de que en Elda, animado de buenos deseos, en aquel tiempo, nace ycrece un grupo de jóvenes capaces de quitarle horas asu sueño y de poner en juego su voluntad para cultivar ypropagar los valores culturales yartísticos con los que el hombre adorna ymejora su existencia. Y en ese empeño yjunto después a la notable compañía de otros jóvenes que vieron su primera luz bajo otros cielos yhan queri do enramarse en el árbol de la vida de Elda, que publican libros de ciencia, de poesía, de historia, desa rrollan ciclos deconferencias, exponen sus cuadrosde pintura, obras y memorias todas ellas que van alegar alas futuras generaciones. Yes por ventura que este buen hacer sale de las manos de estos jóve nes, agrupados aquí bajo el sol de este señalado lugar respaldado por los montes cimeros de Bolón y de El Cid, desde los que se alcanza a ver la raya azul del mar Mediterráneo, cuna de sueños yodiseas. También al paso de los días el hombre ha alcanzado beneficiosas cimas valiéndose de los descubri mientos de la ciencia, del poder de la máquina,para con esa ayuda mejorar y preservar su existencia, para favorecer sus necesidadescon el menor esfuerzo. Conseguido ese bien yvista despuéssuconducta bajo el extenso arco de épocas ylugares distintos, obliga areflexión observar que en las relaciones que ese hombre mantiene con sus semejantes no llega acuajar una convivencia en completa armonía, lo que tal vez explique que por desventura y desde el principio de los tiempos permanezca su egocentris mo, y sea la principal causa por la que se deja llevar de sus impulsos dominadores, de esos impulsos que lo enemistan con su vecino, ¡y hasta con el grano de su misma espiga! Con esa presencia, con esa andadura,sería lo bueno que llegara la hora en la que se estableciera unparéntesis en el que el hombre pudiera encontrarla claridad que en ocasiones le falta a su mente, de que lograra curar la enfermedad que ayer yhoy lo enemista con su semejante, de que descubra la fuente en la que pueda beber el agua de sabias sentencias que tantos males remedia.Y era a solas, que con todo ese pensar, en otro tiempo seentretenía aquel eldense de joven mirada cuando sentado sobre un ribazosoleado del monte Bolón contemplaba a sualrededor laarmonía del paisaje, laarmonía que en algunas ocasiones el hombre necesita. Es cierto que cada día con el rodar de la máquina elhombre ha alcanzado mejores condiciones de vida y vence enormes distanciasen pocas horas, sin fatiga, pero también sucede que ayer aún veíamos pasar a la figura lenta y rústica del burro con pelaje gris que formaba parte del cuadro casero del hombre y lo acompañaba en sus faenas. Hoy son otros los cuadros. Aquel burro que al oír su mote altísimo de «Emperador...» obedecía a la orden de su amo portando sobre su lomo una pesada carga con paciente yfilosófico cabeceo, esa figura mansa, esa herramienta de sangre caliente casi se ha borrado de la vista del acontecer de los pueblos. Su presencia ayer necesaria,hoy ha sido sustituidaen los caminos y en las callespor el automóvil relumbrón que con su resuello metálico, con suorganismo de acero,desarro lla energía artificial y ciega. Pero es seguro aunque la flecha del progreso llegue hasta el más lejano hori zonte, que siemprey en algún lugar apartado de la Tierra, acompañando al hombre,la figura del burro seguirá dándole vida al paisaje, ganándole en atractivo con su presencia ala aparatosa figura cíe la máquina. A hombros con estos contrastes desde siempre se ha podido observar que en el vivir de cada tiempo el ser humano está expuesto a inevitablescambios, y por lo generala adquirir un mejor conocimiento de la vida sobre sí mismo y sobre los demás, y de seguido,amodificar el giro y la razón de sus acciones según se lo permita el entorno de su circunstancia.Y será por consecuencia que repasando las páginas que relatan los acontecimientos y costumbresque se producen en toda época bajo distintos cielos por lo que conocemos las situaciones que viven los pueblos, de cómo se levantany se hunden murallasy muros para implantar nuevas normas y modos de convivencia, y que sea por unas u otras causas por lo que el hombrede siempre no consiguedescansar en la tarea de un continuo tejer y destejer el manto de su existencia en busca de un quimérico y feliz acierto. Y es ahora, en este pueblo inquieto, movido por los episodios de un sentir y de un hacer laborioso, y bajo el mismo sol de otros tiempos, que aquel eldense contemplativo recuerda el vuelo de su mirada que desde la atalaya del monte Bolón, entonces podía extender por encima de los campos lejanos vesti dos de viñas verdes, cuajadas las cepas de racimos de uvas agridulces, de las que sin duda toman seme janza los racimosde las horas de ayer y de hoy, de esas horas también agridulcesque el hombre consume y se dan en la viña del vivir. Andrés Lloret Martí Primerafábrica de calzadodeElda, de Silvestre HernándezPoveda,ano 1892. La revolución industrial eldense Parece ser que la revolución industrial, comodis ciplina histórica, nació en el siglo pasado en un con texto cultural anglosajón. Es lógico que la pionera de este estudio haya sido GranBretaña, a la que po demos considerar como la sede privilegiada de la revolución industrial y, además, extremadamente rica en elementos como edificios, maquinaria einfraes tructura durante la época de laprimera industria. Estetrabajo sobre larevolución industrialeldense notiene como punto de partida una fecha simbóli ca, sería muy difícil y absurdo datar el inicio de di cha revolución, porque son muchos loselementos que intervienen, ya que se trata de una lenta evolu ción, en conjunto, de cambios socioeconómicos. Cuando el historiador Cavanilles vino aElda en elúltimo cuarto del siglo XV11I. se encontró con un ambiente agrícola e industrial que estabaen un cla ro proceso empobrecedor. Loseidenses de aquella época estaban buscando undesarrollo industrial y comercialen otros campos, porque el esparto esta badesapareciendo de nuestros montes,las10.000 arrobas que se majaban para la creaciónde diver sos objetos, principalmente para hacer alpargatas, progresivamente fuerondesapareciendo. Creemos que el proceso zapatero se inició co mo consecuencia del dominio en la elaboración de alpargatas (muy conocidas en toda la provincia),aun que dicho procesode industrialización fue algo len to y ocupó un largo período de años,noproducién dose elespaldarazo industrial hasta finales del si glo XIX. Año 1868 32 zapateros Año 1875 71 zapateros Año 1885 187 zapateros (1) A principios de siglo los fabricantestuvieron las ideas muy claras y concretasrespectoaldesarrollo de la industria zapatera. Elda fue la sede de aquel ámbito industrial progresivo para todos aquellos que con sus teorías ytrabajos buscaban unsignificativo empuje alos zapatos. Por estas fechas se inició la mecanización en al gunas empresas, una de ellas fue la de D. Rafael Ro mero Utrilles. que desde elprincipio instalóla ma quinaria necesaria para su gran desarrolloyproduc ción, incluso pareceser que fue el primer industrial zapatero que dotó a sufábrica de un aparato para que ficharan los obrerosa laentrada y a la salida. Lafábrica del Sr. Romero daba trabajo aunos cuatrocientos cincuentaempleados, produciendo unos ochocientos pares diarios (2). En1902 este fa bricante se marchó con sus muestrarios aunos cer támenes que se celebraron en París y Londres, donde logró, enambos,elprimer premio, que consistía en unasmedallas de oro con sus correspondientes di plomas. (Estoy convencido que de este triunfo consegui do por el industrial eldensedio pie a la creación de ese dicho: ELDA.PARÍSY LONDRES, y no a lo que algunos pretenden demostrar dandoun significado jocoso, que a la mayor parte de eidensesno les agrada). En los años quincealgunos eidenses deseaban potenciar la ruinosaeconomía agrícola haciendo ma nifestaciones, en las cuales pedían «cuantos sacrifi cios sean necesarios» apoyándose en que la agricul tura era «lariqueza madre,lariqueza poresencia, conservadora de todos los principios y de todas las instituciones sociales,sindetrimento o relajación de los cuales jamás se logra el progreso industrial» (3). Sinembargo, laindustria zapatera, con los co rrespondientes problemas de la primera guerra mun dial, superó dentro de lo que cabe la crisis como lo demuestralafabricación de calzados para militares. La empresa Eugenio H. Browne contó con lafábri ca del Sr. Tobar, con otra que estaba ubicadaen el Salón España, y la del Sr. Tudela.aparteotrasdos fábricas en Petrel y otra enMonóvar. Estasseisfá bricas producían alrededorde 2.000 pares diarios, con un número de obreros que superaba los1.500. Es obvio que la ciudad recibió unos buenos be neficios que paliaron los inconvenientesque la pri meraguerra trajoa esa industria eldense que de mostró estar en su mayoría de edad. A mediados de la década de los 10.Elda conta ba con más de cuatro mil obreros en la industria za patera, que consumían en materias primas más de seis millones y producían por valor de diez millo nes de pesetas. Las empresas más destacadas en 1915 fueron: FABRICAS DE CALZADO Sres.Antonio Pujol yCompañía D. Antonio Maestre D. Casto Peláez Sres. de laMaza yRosas D. Francisco Villar D. Francisco García D. losé Martínez Sánchez D. losé María Pérez D. losé María Busquier D. losé Romero D. luán losé Paya Sres. Maestre yPaya Sres. Escandell yCompañía } V-. D. Manuel Maestre Ferrando D. Marino Sempere D. Manuel Vera Pérez D. Pedro Ortín D. Santos Vera Sres. Sirvent. Beltrány Rosas D. Teófilo Romero Sra. Viuda de V. Vera Sres. Vera Hermanos D.Vicente Aguado D. Pablo Guarinos Juan Vda. de luán ).Guarinos D. Antonio Botella Vda. de Blas Amat Bellod Hermanos y Zaragoza Mondéjar yNavarro Pérez yAmat FABRICAS DE HORMAS D. Constantino Bañón D.Marino Aguado yHermanos FABRICAS DE CAJAS DE CARTÓN Sres. Maestre yHermano Sra. Vda. de Juan Sempere D. Francisco Santos D. Pascual Ortiz ALMACENES DE CURTIDOS Sra. Vda. de Alfonso Rosas D. Higinio Maestre D. Francisco Antonio Vera D. José Paya (4) José Luis Bazán López BIBLIOGRAFÍA (1) «Las transformaciones económicasen la Elda del siglo XIX). D. José Ramón Valero Escandell. Revista Alborada, 1980. (2) «Historia de Elda». D. Alberto Navarro. (3) D. Salvador Cañáis,«Liberal de Elda». Número extraordi nario dedicado a la Industria y el Comercio,1915. (4)«Liberal de Elda». Número extraordinario dedicado a la Industria y el Comercio,1915. ;/-.: I¡CANTE ) Fábrica de Rafael Romero, ¡897. Fotografía cedida alautor por D.Ángel Romero. MHbhMMMÍ Eldo pone o punto su MuseodelColzodo Los crónicas que hemos podido recoger re ferentes a los acontecimientos que se suceden en la industria del Calzado, hablan al menos desde el año 1950 y apartir de entonces se repiten ca side forma anual, de la necesidad de crear en el seno del Sector de Calzado, un Museo que re coja los elementos que tengan algo que decir y que merezcan ser conservados para admiración yestudio de todos los actuales yfuturos curiosos del tema. Han tenido que pasar cuarenta años para que en Elda se comience una decidida recopilación de enseres de todo tipo, relacionados con el Calza do, que abrirán las puertas atan deseado Museo. En todo este tiempo han desaparecido uno in mensa mayoría de zapatos ymáquinas junto con otros utensilios, que de haberse recopilado en su momento, hubiesen conformado un Museo ex traordinariamente dotado de piezas singulares y antiguas que hoy han desaparecido ose encuen tran en un estado de conservación lamentable. Sin embargo, debemos felicitarnos porque la des trucción se ha detenido y el Museo será pronto una realidad que dejaremos a futuras generaciones yque ellos conservarán ylegarán a otros. Son muchos los beneficios que aporta un Mu seo a la industria y a la comunidad que lo acoge. Museo es lugar de inspiración, centro de investi gacióny en nuestro caso ejemplo de abnegación ytrabajo. ElMuseo de Calzado de Elda cuenta entre sus elementos catalogados, piezas de gran valorhis tórico, artístico ycultural; entre sus vitrinas yes tanterías se experimenta un sentimiento peculiar, algo que te sobrecoge con una sensación de in significancia ante un pasado salpicado de brillan tez y sacrificio, en el que se habla de éxitos y fracasos. He pasado muchas horas en ese ambien te, leyendo documentos que se escribieron hace casi un siglo, que cuentan los problemas y las con quistas por las que laindustria ha pasado yque guardan una enorme similitud con los problemas que hoy todavía se encuentran en muchas de nuestras fábricas; con esa parte del Museo se aprende de los éxitos de los primeros momentos de encuentro con los mercados del exterior ytam bién se aprende de los fracasos, algunos de ellos repetidos hasta la saciedad. ElMuseo del Calzado será Centro de Investi gación generador de cultura. En él están traba jando casi un centenar de personas, en un trabajo callado yanónimo que trata de situar yreferen- ciar cada cosa en su tiempo. Sobre el cerca de un millar de piezas catalo gadas, se ha confeccionado una fichatécnica para cada una, que explica con detalle las caracterís ticas técnicas, año de fabricación ydemás datos de interés. Cuando se realiza una aportación, un equi po de alumnos del Instituto de F.P. «La Torreta», de Elda, se responsabiliza de la entrega ycon fecciona la ficha técnica correspondiente, abase de unanálisis detenido del objeto y un estudio riguroso de los documentos de la época que pue den aportar luz a la investigación. Con una cata logación precisayclara se trata de conseguir: 1. Promover la investigación en los futuros técnicos de la industria del calzado. 2. Documentar objetos de distinta naturale za relacionados con el calzado. 0. Enriquecer el patrimonio cultural del sector. 4. Conservar ypotenciar una suficiente ba se de datos sobre el calzado que promue va el interés por el sector. Esperamos poder abrirlas puertas del Museo del Calzado en un plazo breve ycon la dignidad que requiere un hecho de la mayor importancia ytrascendencia. José M.a Amat Amer Poemas de ANDRÉS LLORET MARTI ¡Que se hagaelmilagro! A L UICHI, por su ciara bondad ¡Que canten los arroyos y el agua de lafuente! ¡Y que canten los pájaros! Que en los jardines los niños al amparo de los árboles jueguen gritando. Que rodando por el cielo el sol con su luz de oro siga alumbrando. Que el hombre en su paraíso gane el pan de cada día con la gracia de sus manos. ¡Y por favor..., jardinero...! haz unrosal sin espinas para los enamorados. Y que la paloma blanca, ¡la paloma de la Paz siga volando yseaja^ reina del mi haga el mi DULCES MENTIRAS ¡Dulces mentiras de amor...! ¡Dulces mentiras envueltas en papel de seda y de sonrisas...! Entre las ramas del árbol con la mirada encendida, la serpiente, artista de la pasión, en el jardín de lacita hace sonar en su juego sus cascabeles de oro, y con el soplo agridulce de su boca, la serpiente... ondulada y atrevida regala promesas de maravilla, y engaña al sueño de los poetas, a la joven primavera y a las luces del día. En las playas de arena caliente yfina, ¡de amor...! ¡sin mentiras...! los anillos del sol brillan. PÁJAROSDEL CORAZÓN Encerrados en la jaula del corazón, los secretos... están mudos, sin palabras, y se dicen su sentir con el brillo que vuela de susmiradas. Pájaros del corazón los amorosos secretos..., quisieran salir a la luz y hacer un nido en sus ramas, pero no pueden volar porque los rayos delsol les queman sus finas alas. Esos secretos... para librarse de la luz que los descubre y a su riqueza amenazan, han de vivir en secreto... en eljardín sin colores de su jaula. Autor: ANDRÉS LLORET MARTI Espejo delagua En la glorieta del río desnuda ypura, Susana acariciada por laluz era la envidia del agua. Bajo el saucesorprendido ellaen su embeleso quiere mirar asolas susgracias, decirle cosas al río y sin dejar de ser casta ser manzana de deseo para las manosdel agua. En un reino de colores, Susana era la belleza elegida por elagua, en la que feliz y libre sucuerpo desnudo baña. La sombra del sauce cubre su inocencia, yconfiada se siente diosa en el río y rosa de espumablanca, y en su baño serecrea con el cantar del paisaje y de los corosdelagua. Los sátiros escondidos entre narcisos y cañas con su mirada torcida quieren herir elpudor de las rosas de Susana, perola virtud es fuerte y ella su imagen salva, yentroniza subelleza en el espejo del agua. Lapasión ciegade luces, brisa de nieve buscaba por los recodos del río entre el verdor de las cañas, mientras el sol rondador en señal de enamorado, joyas de oro regala a la belleza intocable de Susana idealizada y al paisaje reflejado en el espejo delagua. AZORIN, dramaturgo (i) En la década de losaños veinte, algunos dra maturgos disconformes con el teatro al uso se unen allamento crónico con que veníaincrepán dose lafalta de renovación de nuestra escena des de fina/e. Isiglo XIX. Entre ellos, y sólo por citar aunos de los más significativos, se encuentran R. del Valle-lnclán, M. de Unamuno y «Azorín». Si don Ramón lo intenta desde la versatilidad del tablado y laaplicación distorsionante del es pejo cóncavo (2), y don Miguel lo propugna des de elretorno a sus ancestros (a la vez que solicita una vigorización «historicista» de losclásicos y de búsqueda en sus coetáneos) (3), José Martínez Ruiz va a proponer para esta regeneración dra mática unaterapiasurrealista. Tanto el gallego co mo el vasco lo que pretenden es lalectura crítica en la puesta en escena; no del texto literario de la obra, sino de todos los textos que integran la representación, abriendouncamino que permi ta al actor y al espectáculo llegar a la necesaria conexión con elespectador-público-pueblo. Pe ro, si bienValle-lnclán y Unamuno trazan sus pie zas acordes a lateoría dramática que preconizan y cada una de ellas, en su realidadpráctica es cénica, se desarrolla armónicamente a los pos tulados de su correspondiente teorética,«Azorín» no consigue hacer lo mismo, a pesar de suafán de instalación en una de las corrientes innovado ras del momento, como él mismo dice: «El teatro de ahora es superrealista; desde lacopia minu ciosa, auténtica, prolija, de larealidad. Se desen vuelve en un ambiente de ensueño, de irrealidad» (4). Amén de otros factores, suincapacidad de reconversión de materias presentes en ellegado teatral de su momento se lo va a impedir. El efectismo con que el drama se reviste en la época romántica, especialmente amediados del XIX, y el carácter sentimental que le había acompañado delimitará su mejor marco en la al tacomedia, y elementos diluidos de él impregna rán otros géneros teatrales. Así, los últimos ester tores del Romanticismo se verán entremezclados con los inicios de unrealismo que pretende ser retrato de lascostumbres de lasociedad burguesa a la que acompaña (5). En este empeño el artificio se erige como ele mento caracterizador de lamayor parte de los es pectáculos escénicos, ya sean de naturaleza cos tumbrista urbana,rural ocómico-urbana, a los que nofaltará una fuerte dosis de idealismo, al igual que no estar exentos de la sátira o de laironía; campos en los que lasuperficialidad con que es tratadala sociedad sólo va a permitir un ligero pa rodiar de la vida cotidiana (6). También en elmismo panorama, pero por distintos caminos, se desplazará el drama en su afán de ofrecer una visión crítica de la sociedad delmomento, através de analizar el comporta miento del hombrey suverdad humana, paralo que intenta evitar la deformidad. De este modo, la sociedad burguesa va acolocar en la escena, entre otros,los arquetipos representativos de los estamentos más sobresalientes de sus clases so ciales. Igualmente coloca la familia, el idealismo moral, elpositivismo naturalistaenantagonismo, etc., todo locual, por su acusado sentimentalis mo, cae en la ñoñez o se adentra en lavulgar sen siblería. Tal falsedad escénica busca perfiles que consideraauténticos overdaderos con los que im pactar la conciencia del espectador, para lo que no obvia en ningún momento su objetivoideoló gico a fin de corregir osubsanar los males que afectan altejido social (7). El grueso de la producción dramática azoriniana se localiza en el período que se extiende desde 1926 a1931; años en que publica oes trena Oíd Spain (1926), Brandy, mucho brandy (1927),la trilogía Lo invisible (1928), Angelita (1930)yCervantes o La Casa Encantada (1931); pero es quizá el 1928 el año en que goza de más favor en las carteleras madrileñas, pues consigue que se le estrenen parte de latrilogía (solamente el título Doctor Death de 5 a 7,por la Cía. de Ro sarioPino) y Eldoctor Frégoli oLa Comedia de laFelicidad (8), por la Cía. de Juan Bonafé.Dos años después, Lola Membrives escenifica una tra ducción suya: Maya de Simón de Gantillón. Presumiblemente ésta sea lapieza, El doc tor Frégoli, donde aparecen los rasgos, unos con solidados yotros pergeñados, más caracteriza- dores delteatro de «Azorín». Desde ella podemos ejemplificar su dramaturgia. Estructurada en tres actos, la comedia se abre con un primer cuadro de clara ejecución sim bolista(9); tal es la desnudez y el claro-oscuro con que se reviste la escena para mostrar aun Fré goli travestido en quiromántica. Las seis escenas que lo integran son un desfile de personajes cu ya nota dominante es la impersonalidad ycuya ejecución podría ser válida desde el punto de vista numérico, ya que elautor no los ha creado ni enunciado siquiera con arreglo a tipo, pues laaco tación y la didascalia implícita brillan por su ausen cia.Es precisamente en la tercera de éstas en la que «Azorín», además de en otras, vierte sus opi niones sobre el teatro al uso; como indica la bai larinaal doctor Frégoli (echadora de cartas): «¿No salió usted asqueada delteatro, de la escena, de laobra, de las decoraciones, de los trajes, de to dos nosotros? Ech.— Es un teatro como los de más» (10).Tales personajes exponen sus proble mas a laquiromántica: suicidio,trigamia, soledad, etc., quien les promete solución. Previamente a sucesos posteriores el protagonista ya ha traza do suproyecto salvador, pues uncontrato secreto (establecido antes de alzarse eltelón) va a per mitir la puesta en marcha de su fábrica de felici dad. De ahí que en la escena no acontezca nada yque en la pieza noexista laacción, porque no hay decisión de conflicto interior del personaje, por lo que tampoco hay diálogo dramático, sino monólogos yuxtapuestos. Todo será una suce sión, más omenos afortunada, de lances (en oca siones inefizcamente resueltos ymuy mal traba dos); como es el caso de las escenas V: en la se cuencia delhipnotismo de la hija, en el desde- dentro, y VI: eldestravestimiento de la echadora de cartas (Frégoli), en el a-vista.El acto segundo es un nítido paralelo de este cuadro, al ser otro desfile, pero a diferencia de que sucede en una pensión o casa de huéspedes. En el segundo cuadro, declarado el enigma, situado en un teatro donde los actores ensayan Quo Vadis con un foro desnudo, el doctor Fré goli, quien piensa que «El hombre prefiere la men tira agradable a la verdad cruel»(11), contrata a los actores- obreros de su teatro-a-domicilio-de- la-felicidad. Ellos llevaránalhabitat de los que des filaron en el cuadro primero: suicida,solitaria, etc., la solución de los problemas; siempre bajo la di rección del proteico yfilantrópico doctor. Puesto en marcha el mecanismo un trastrueque de situa ciones hará que las parejas se alternen, yen un último día de carnaval, donde el dramaturgo em plea efectos romántico-simbolistas: apariciones y desapariciones, la pensión, convertida en vulgar remedo de la comedia del arte italiano, dará lu gar auna serie de juegos yequívocos que ofre cerá de manera aparentemente abierta para que el espectador determine el final de la comedia; falacia real, por cuanto que un fin de fiestablo quea esa posibilidad. La comedia, extrapolada al espacio (transpo sición del tiempo en un juego inespacial delibera do:pensión, Rusia, etc.) y realizadabajo el prisma de alcanzar lafantasía, se presenta bajo las coor denadas propias de la comedia burguesa de in fluencia francesa. Con ella, los parámetros realis tas, la tendencia modernista (por vía del simbolis mo) y la inclinación naturalista (aunque laintente rechazar en pro del superrealismo) para la inter pretación (baste con apreciar las indicaciones del director de escena durante los ensayos de Quo Vadis) consolidan esa expresión. Asínaturalismo y simbolismo dominan en esta trayectoria que se aboca al realismo, en la que no hayestructura dra mática ni personajes. «Azorín» no escribe teatro desde las artes de la representación, redacta una literatura dramática para laidiotización. Rafael Maestre Paya Doctoren Filología HispánicadelI.B. «Azorín», Elda-Petrer NOTAS (1) El presente trabajo es un aspecto sintetizado de miinterven ción, más amplia yextensa, en lamesa redonda «’Azorín’ en lanovela y en la escena», que tuvolugar en Elda en marzo de 1990. (2) R.Maestre: «Aspectos visualesen el espejo cóncavo» enQui mera, cántico. Buscayrebusca de Valle-lnclán, (ed. de J.A. Hormigón),vol.2, Ministerio de Cultura, Madrid, 1989, págs.67-73. (3) Mi participación en«Homenaje aUnamuno», A.A.V.V.: Mitoclá sico ypensamiento contemporáneo, (ed. de J. Monleón),Ma rida, 1987, págs. 146-55. (4) «Azorín»: Obrascompletas, vol. IV, Madrid,1956, pág. 926. (5) R. Maestre: «La escena en Antonio Machado»en A.A.V.V.: An tonio Machado hoy,vol. II, Sevilla, 1990, págs. 127-33. (6) Mi artículo «Notas sobre elsainete» en«Canelobre», n.° 3, Ali cante, 1985, págs. 18-24. (7) R.Maestre: «La escena en José FolaIgúrbide», Excma.Dipu tación Provincial, Alicante(en prensa). (8) Paratodoloreferente a esta comedia ver por esta edición«Azo rín»: Eldoctor Frégoli, col. Elteatro moderno, prensa moder na,Madrid, 1928, págs. 1-70. (9) Sobre esta corriente, ver mi artículo: «La escena en Antonio...», op. cit. (10) «Azorín»: Eldoctor..., op. cit. (11) Ibídem. Matadeesparto de Bolón. Hace tiempo en uno de mis artículos publicados en laprensa de Alicante decía de esta importante planta que era como labisabuela de los zapatos. También dije que en Elda si se hiciese unmonumento a una planta debía sin ningún género de duda hacérsele al esparto. Que es casi tan antigua como el hombre en Elda lo demuestra la pieza del museo municipal. Dicen del Bron ce I que es una espardeñacalcinada de esparto;que la em pleita fue durante mucho tiempo base de la economía local es de todos conocido, y que de la espardeña alos zapatos, pasando de la suela de esparto a otros materiales, formas y modas, es todo una dinámica de la vieja artesanía a las producciones masivas que el progreso y la tecnología han hechoevolucionar. Por ello y por la trascendencia socio lógica yeconómica que esta planta ha supuesto para laeco nomía del Valle del Vinalopó ymás concretamente para Elda, al ESPARTO dedico miestudio. Sabido es que para los botánicos es la STIPATENA- CISSIMA, que es una planta herbácea y perenne de las Gramíneas. Su nombre viene del griego STYPE, es decir, bilaza, ya que desde antiguo se utilizó para obtener fibras ypro- vecbo. Se utilizó para fibras textiles, cordelería, esteras, sero nes, empleita, suela de espardeñas ypara obtener papel, por ello no es raro en antiguas impresiones de libros yaún hoy en las ediciones facsímiles leer «ejemplares numera dos eimpresos en papel Alfa», es decir, de fibra de hojas del esparto. Ya que el nombre árabe de la planta es HALFA,el pueblo árabe la empleó mucho y la sigue empleando aún hoy en objetos diversos. Encastellano se ledenomina también atocha, raigón yatochón. En inglés: Alfa, papers grass y esparto grass. En francés: Alfa, spart y sparte. En alemán: Esparto, espartogras. El esparto crece de forma espontánea en suelos secos y áridos. Descripción Es una planta que en la floracióntiene sus espiguillas con unasola flor pedicelada, protegidas de dos glumas acu minadas globosas y una glumilla interior globosa en la ba se rematada en una arista muy larga, retorcida en su basey acodada. Los espártales eneclosión son de una gran belleza, al moverlos el aire o la bruma dan la impresión de un mar de plumas y sedas por su brillo tan característico. Haces de hojas de esparto. EL ESPARTO Aunque relícticos se pueden ver algunos espártalesen las cimas de la Sierra del Cid, Solana de Monóvar,Garra ma (Petrer), Rincónde la Bola (Rabosa C.E.E.),así como en Bolón, Bateig y Loma Bada.Disperso en Cámara y en general en todos los montes de los pueblos del valle. Fue muy utilizado ysaqueado, de ahí lodisminuido que hoy le encontramos. AntonioJoséCavanilles (1), sin duda el mejor botá nico de la ilustración española, nos describe la producción en su época de esparto en Elda, el año 1795, dice que los montes estaban entoncesrepletos de esparto, obteniéndose por los locales diez mil arrobas anuales, afirmando que la mayoría servía para fabricar felpudos,que había que «ma jarle deantemano» por lo que JosefJuan y Anaya de Elda ideó una máquina para este fin. Por su parte, Pascual Madoz(2) dice que «en Elda se ocupan muchos brazos para la elaboración del esparto» (1802). Si bien hemos observado que toma como fuentes aotros autores anteriores a su época. Por su parte AlbertoNavarro (3), ese investigador in fatigable, en la estupenda biografíaque hizo de Francisco Ganga Ager, «El Seráfico», afinnaque aquél aprendió a trabajar el esparto, la empleita y la confección de esteras, oficio que por nuestros datos era muy común en los eiden ses de aquel siglo (XIX). Como conclusión final de mi trabajo, mi simpatía y agradecimiento a esta sencilla planta que tanto represen tó para la economía doméstica antigua de Elda y para su cultura local(4). MANUEL SERRANO GONZÁLEZ Doctor en Farmacia (Fotos delautor) Bibliografía (1) CAVANILLES, Antonio José: ..Observacionessobrela Historia Na tural, Geografía, Agricultura, Población y frutos del Reino de Va lencia’,Imprenta Real, Madrid, 1795. (2) MADOZ, Pascual: Diccionario Gcogrático-Estadistico-Histórico de España y sus posesiones de ultramar», 16, T. Madrid, 1845-1850. Textos de Valencia, Alicante y Castellón. Ed. facsimilar, Ed. Instituto ’Alfonso elMagnánimo», Valencia, 1987. (3) NAVARRO PASTOR, Alberto: ..Vida yversos de (El Seráfico)», Ed. Excmo. Ayuntamiento de Elda, 1983. (4) TUTIN, T.G.: «Flora europea», 7, T. Cambrigde University Press, Cambridge, 1980. Dos palabrassobre«Coturno» Una de las formas de expresión literaria que más influjo ha ejercido en el desarrollo cultural de los pueblos es, sin lugar a dudas, el teatro en cualquiera de sus modos de ma nifestación. Renunciaré, en la brevedad de estas líneas, a referirme a la multitud de ejem plos que podrían citarse paraavalar la afir mación, por lo demás aceptada de manera general en nuestros días. En el ámbito de nuestra cultura más reciente es sobradamente conocida la poderosa influencia que duran te los años sesenta y setenta han ejercido los que se llamaron «grupos independientesde teatro». Frente al oficialismoreticente y controlador,significaron estos grupos una ven tanaabierta alespíritu de lavanguardia tea tral y, en la mayor partede los casos, la úni ca vía de plasmación escénica de autoresy obras que, por razones que no hace falta se ñalar,notenían cabida en los escenarios co mercialesde España. Muchos de esos grupos fueron apagando su actividad hasta desapa recer; otros, profesionalizados o apoyados en una política de subvenciones, siguen una trayectoria más o menos brillanteennuestros días. «Coturno» nació en Elda en 1966. De la mano de Rafael Maestre lleva casi veinticin co años de andadurapor el difícil, pero apa sionante, vericueto de nuestro entramado teatral.No resulta difícil paraquien hayase guido su andadura evaluar la importanciade su trayectoria. Incluso en losmomentos de mayor dificultad, desdelaincomprensión o, incluso,desdela ignorancia peorintenciona da, hasabido remontar obstáculos parase guiradelante. Durante todos estos años ha sido «Coturno» el animador teatral de su ciu dad, de susesfuerzos se han beneficiado to dos aquellos que han tenido oportunidad de admirar,en losescenarios de Elda, los me jores montajes de las mejores compañías,de los más distinguidos grupos;sus «Mosaicos Teatrales», su «Aula de Teatro Coturno»,su «Entorno a...», ofrecenunamuestra suficien te de la actividad del grupo durante los años setentay los primeros ochenta. Pero es, sobretodo, lalarga lista de es pectáculos ofrecidos por el grupo a lo largo de su trayectoria el mejor aval de la impor tancia objetiva del grupo: setentay cinco montajes tiene «Coturno»en su haber. Lope, Calderón, Valle, Casona, Buero Vallejo,Car los Muñiz, Brecht, Chejov,Coceau, Dürrenmat, Weis, Diderot, entre otros integran la nómina de autores cuyos textos han traba jado. Pero a estos hay que añadir lo que, po siblemente, sea la más trascendente aporta ción del grupo: la pasión por la literaturadra mática clásica; el esfuerzoporofrecer en los escenarios españoleslatragedia griega,Só focles, Eurípides, Esquilo,en su más pura y perfecta realización supone la aportaciónde un mayorempeño del grupo y de su direc tor, Rafael Maestre. En los últimos años«Coturno» ha langui decido en su actividad. El aire nuevo de cul tura, con la «c» minúscula, quenos envuelve hace más difícil el camino de ungrupo inde pendiente yaficionado de teatro. «Coturno» es un «lujo» para Elda,- laciudad en que ha desarrollado su actividad, a la que ha dedi cado sus mejores esfuerzos, es un lujo escon dido, incomprensiblemente arrinconado,pe ro vivo. Debe seguir«Coturno»su actividad porque, por encima de silencios, incompren siones y dificultades, tiene «Coturno»la ina preciablevirtud de lacategoría y de la ca lidadcontrastadas: no es sólo un «grupo de teatro»,es, sobretodo, unaescuela, una es cuela del mejor teatro,unespejo en el que debe reflejarse el latido cultural más firme que seamos capaces de impulsar. ANTONIO DIEZ MEDIAVILLA Doctor en Filología Hispánica del 1.8. «Virgen del Remedio», Alicante Yo di los primeros pasos en pintura de la mano de una mujer singular: RAFAELA. Fue la consecuencia de contemplar una yotra vez como ella manejaba diestra mente el pincel, como realizaba las mez clas de color hasta conseguir la tonalidad justa, como añadía la cantidad adecuada de medio odisolvente hasta obtener el em paste deseado y como luego lo aplicaba con un toque certero que le llevaría a la obra maestra: un zapato impecablemente terminado. Sí, porque Rafaela era quien daba el ajuste finalo «terminado» alos zapatos des pués de su largo peregrinar por toda la fá brica ypoco antes de ser «metidos en caja». El zapato inicia y acaba su periplo fa bril de la mano de dos artistas: el modelis ta que lo concibe yél ola almacenista, ge neralmente mujer, que lo termina. Comien za su recorrido por la geografía de la fá brica en la mesa del cortador y luego en un incesante subir ybajar de ese tren que es el «carretillo» —hoy cadena— al ampa ro de diferentes, pero siempre amorosas manos, hasta que llega a esa estación de término que es la mesa del almacén. Casi todas las tardes, poco después de las cinco, recién salido del «colé» y provis to de un crujiente rosco rociado de aceite y una onza de chocolate, yo me acomoda- RAFAELA ba en una butaca de primera fila —léase viejo taburete— frente por frente aRafae la, dispuesto aobservar con renovada ad miración el rito casi mágico de su faena. Cien y un tarros, botes, tintas, repara dores, disolventes, brillantinas, ceras, lijas, raspadores, planchas, flejes, tijeras, baye tas, suaves lienzos, amén de un hornillo de alcohol creaban una atmósfera especial en la que intuía lo que más tarde, en el recuer do, he comparado con lo que tenía que ser el taller de su homónimo RAFAEL, el pin tor italiano de Sanzio. Había que lavar, limpiar, alisar, plan char, flamear, retocar, igualar, acicalar, abrillantar yno recuerdo cuantas operacio nes más. La destreza en restaurar las pe queñas heridas de mordazas, clavos, lijas yflejes sólo era igualada por la de borrar, quitar y cubrir inoportunos restos y man chas. Pero en lo que Rafaela llegaba ala cús pide de su buen hacer era en el arte de mezclar colores. No había para ella obstá culo alguno. Partiendo de unas tintas muy primarias: negro, blanco, rojo, ocre y po cos más, conseguía las más variadas yde licadas tonalidades y matices de rubinas, burdeos, corintos, cremas, marfiles, etc. No existía dóngola, molleta, box-calf otafilete que resistiera a su reparación. Por fin la «partida» quedaba terminada: limpia, uniformada, alineada ybrillante co mo una parada militar. Y con un perfume, cálido y profundo, atinta, cera y brillanti na esperando la suave caricia del papel de seda antes de entrar en su estuche de car tón. Y Rafaela, como Teresa, Fidela, Inés, Asunción..., plegaba su mandil o guarda polvo y salía al fresco aire del anochecer mientras que yo, embebidos los sentidos de tan fascinantes aromas, tonalidades y brillos, iba forjando quimeras de pintor. Garabateaba manchas yfiguras en una ta pa de cartón con las mismas tintas yceras que Rafaela había usado en su quehacer, hasta que mi padre, revisada toda la fábri ca, apagaba la última bombilla y cogién dome de la mano subíamos a cenar. Elisa y Ramón Candelas Orgilés En 1884 las fiestas se celebraronennoviembre En el discurrir de lostiempos loshistoriadores loca les nos han tenido en todo momento al corriente de lo acontecidoennuestro pueblo, de ahí que una de las pri meras versiones que hanllegado anuestro conocimiento se refiera a que, según la tradición, en el año 1604llega ron a Elda las imágenes de sus actuales patronos, el Santí simo Cristo del Buen Suceso y la Santísima Virgen de la Salud, procedentes deCerdeña. Una vezconcluido su em pleo de virrey al embarcarsepara España, don Antonio Co loma, recibió el encargodedos peregrinos de hacerse cargo dedos arcones, que abiertos a su llegada a la bahía de Alicante se vio que conteníanlas dosimágenes de Je sús y María y un rótulo que decía:«Para Elda». De aquella fecha hasta nuestros días se han venido celebrando los consabidos centenarios en 1704, 1804y 1904, correspondiendo al 2004 laconmemoración del que será en el ordencronológico elcuarto, que salvo impon derables verán los que aún disfruten de suexistencia en este valle de lágrimas... Y hablando deimponderables bueno será recordar a los amantes seguidoresde estoseventosque las fiestas de la Virgen de la Salud se celebraronen el mes de noviem bre por una razón de peso, ya que elcólera merodeaba la entonces villa y a partir de los primerosdíasdeseptiem bre Elda fue acordonada para prevenir laenfermedad de Cólera Morbo que azotaba a toda la comarca, y lógico es pensar que bajo estas perspectivas no quedaban ganas y bolsillosparaalegrías. La Madre Concepción enlas vacaciones pasadas en Elda en 1989. Desde Japón una hija de Elda, Concepción Gras Valero, se hace presente en España y de una manera especial en su querido pueblo, evocando el recuerdo de sus años de niñez y adolescencia vividos siempre bajo la mirada de nuestros San tos Patronos, el Cristo del Buen Suceso y la Santísima Virgende laSalud. Leí en la revista anual de Fiestas Mayoresde ELDA, sep tiembrede1989, unartículo «CRÓNICA PARA UN RECUER DO» sobre la llegada a Elda dela imagen de la Santísima Hemos tenidoacceso a lapáginas de «El Graduador» que en relación con este acontecimientopublicabalo si guiente: «FESTEJOS SUSPENDIDOS.— Los que debíancele brarse en Elda los días 7, 8 y 9 del corrienteenhonor de la Virgen de la Salud se han aplazado,según acuerdo de la Junta deSanidad, ya que elestado actual de los ánimos así lo exige». Es de rigorpoderasegurar que los devotos echaron muy de menos este año lasuntuosidad de las fiestas religio sas de Elda, pero la Virgen que no quiso que sus hijos deja ran dehonrarla hizo elmilagro y llevó el convencimiento al Ayuntamiento para que acordaseque la festividad de la Santísima Virgen se celebrara en los días 13,14,15y16 de noviembre, cosa que asíocurrió, acrecentándose aún más si cabe el fervor de los moradoresde la villa que poraquél entonces contaba con un censo de población que hoy nos parece irrisorio, habidacuenta que Elda, según nos revelan las estadísticas, ha sido elpuebloociudad que más ha cre cido de la provincia, ya que en la actualidadocupaun cuar to puesto detrás deAlicante, Elche y Alcoy,todo ello de bido al denominador comúndefuturo y su innegable espí ritu emprendedor de sus habitantes siempreinquietos... Lamento no podermás detalles de aquella suspensión, pues es casi seguro que no seeditara ningún programa de fiestas. FRANCISCO CRESPO QUERIDO ELDA: ¡ENHORABUENA! Virgen de la Salud, tras un corto período de ausencia para ser restaurada, y el recibimiento que le hicieron los fieles, etc. Yo no estaba presente en esos momentos,mayo de1989,pero sí lo estuve cuando hace 50 años volvían a Elda las nuevas imágenes de nuestro Cristo del Buen Suceso y la Santísima Vir gendela Salud. Su entrada al pueblo se hizo por lo que hoy es Avda. de Chapí, lo recuerdo perfectamente a pesar de los años transcurridos. A lo largo de esta avenida se había congregadounagran multitud de fieles, entre los que yo me encontraba con alguien de mi familia.Después deacabada la guerra y vien do que todo iba volviendo a su cauce sentimos también que algo faltaba en Elda, en su iglesia, en su camerín. Todos cuantos vivieron los momentos de emoción latar de del 7 de mayo de1989,podrán imaginarse lo que fue pa ra nosotros, los que la recibimos por primera vez después de su desaparición en 1936, aquella tarde del año 1940. Desde aquí a miles de kilómetros de distancia demi que rida Elda, pero que la siento muy cerca de mí, me uno a la alegría de todos en la celebracióndeeste cincuentenario. Lepido siga bendiciendo a cada uno de sus hijos y fortalezca nuestra fe para que sigamos viviendo como verdaderos cris tianos,imitando susvirtudes. ¡ENHORABUENA! Desdeel fondo de mi corazónun ¡VI VA! a nuestros santos patronos. Concepción Gras Valero EL RINCÓN DE LOS POETAS Elda, amiga Horma, escofina, fieles compañeras de esta aplicadaniña alicantina. El rayo de sol es color resina al besar la tela de sus banderas. Vosotras tenéis palabras sinceras en vuestro espíritu de flor de harina. Os presta frescura toda colina y su latido elfragor de las eras. Cuando vayáis por elvirginal mundo, cogedla delbrazo, llevadla en medio. Que toda fuente, toda boca diga con afán melodioso y rotundo: ¡Hay amores que no tienen remedio! ¡La villa de Elda sí que es una amiga! Luis Romay G. Arias Canto de fe De tu GRACIA vine y a tuGRACIA voy, porque en este mundo no sé lo que soy. Nos diste la rosa, te dimos la CRUZ, CORONA de ESPINAS a cambio de LUZ. Yo quiero contarte, que mi vida ha sido milagro constante porque TU has querido. Mi temor se fue, estoy convencido, que TU sólo sabes lo que yo he sufrido. Por eso estas FIESTAS me ves sonriente, ya subí la cuesta y espero la muerte. Tengo la FEfirme, estoy convencido, que si aún estoy vivo es que lo has querido. Sé que mi dolor nunca es comparable, al que TUsufriste por nosotros, PADRE. Vaya a mis PATRONOS en FIESTAS MAYORES, mi canto de FE cubierto de AMORES. AMOR a la VIRGEN, AMOR al SEÑOR, y que nuestras FIESTAS todas sean AMOR. Manuel Verdú Juan El día 2 de octubre fue donado a la Cofradía de los Santos Patronos, por lafamilia Aguado Rico, elmanto que ilustra esta página. Solemnes cultos en honor del STMO. CRISTO DEL BUEN SUCESO y de la STMA. VIRGEN DE LA SALUD Del 6 al 18 de septiembre de 1990 JUEVES, día6 Canto de la Salve A las 24’00 horas: Saludo de los eidenses a los Santos Patronos en elTemplo Arciprestal de Santa Ana. VIERNES, día 7 A las 8’00 y20’00 horas: Santa Misa. A las 20’30 horas: Salve Solemne. SÁBADO, día8 Día dedicado a la Santa Virgen de la Salud A las 8’00, 9’00 yÍO’OO horas: Santa Misa. A lasll’OO horas: Misa solemne concelebrada, presidi rá la Eucaristía y proclamará la palabra D. RAMÓN EGIO MARCOS, DelegadodeEducación en la Fe y Enseñanza. En el Ofertoriosecantará la plegaria del maestro Gorgé «Virgen Purísima». A las 13’00 horas: Santa Misa. A las 19’00 horas: Santa Misa. A las 19’30 horas: SalveSolemne y acontinuación Procesión de laStma. Virgen de la Salud DOMINGO, día9 Dedicado al Stmo. Cristo del Buen Suceso A las 8’00, 9’00 y ÍO’OO horas: SantaMisa. A las 1 l’OO horas: Misa solemne concelebrada, presidi rá laEucaristía yproclamará lapalabra el Excmo. y Rvdmo. Sr. Dr. D. FRANCISCO ALVAREZ MAR TÍNEZ, ObispodeOrihuela-Alicante. En elOferto rio se cantará elvillancico delmaestro Gorgé «Al Cristo del Buen Suceso».Esta misa será televisada por TELE-ELDA, ofrecida por la Cofradía a los enfermos. A las 13’00 horas: Santa Misa. A las 19’00 horas: Santa Misa. A las 19’30 horas: Salve Solemne y a continuaciónPro cesión del Stmo. Cristo del Buen Suceso. De los días 10 al 18 Solemne Novenario LUNES, día 10 A las 20’00 horas:Misa y proclamará la palabra D. FRANCISCO BROTONSPÉREZ,párroco de San tiago, de La Albufereta. MARTES, día 11 A las 20’00 horas:Misa y proclamará la palabra don FRANCISCO BROTONS PÉREZ, párrocode San tiago, de La Albufereta. MIÉRCOLES, día 12 A las 20’00 horas: Santa Misa yproclamará lapalabra D. JÓSE ANTONIO MOYA, cura-párroco de la In maculada, de Torrevieja. JUEVES, día13 A las 20’00 horas: SantaMisa y proclamará la palabra D.JOSÉ ANTONIO MOYA, cura-párroco de la In maculada, de Torrevieja. VIERNES, día 14 A las 19’00 horas: Santa Misa yproclamará lapalabra D. ANTONIO RIQUELME, párroco de San Pedro, de La Romana. A las 20’00 horas: Gran conciertopor laOrquesta de Cámara «Ciudad de Elche», dirigidapor D. Alfonso Saura, patrocinado por la C.A.P.A.y el Excmo. Ayun tamiento de Elda. SÁBADO, día15 A las 20’00 horas: SantaMisa y proclamará la palabra D. MANUEL BERENGUER JUAN,párroco de San JoséObrero, de Elda. DOMINGO, día 16 Tradicional homenaje de los eidenses a los Santos Patronos A las 8’00 horas: Misa Solemne. A las 12’30 horas:SantaMisa y proclamará la palabra D. ANTONIO RIQUELME, párrocode San Pedro, de La Romana. Alas 20’00 horas: Misa en sufragio por los miembros difuntos de laCongregación de losSantos Patronos. En todas las misas del día se ofrecerá a los fieles, para besarlo, el Escapulario-Medalla de los Santos Patronos. LUNES, día17 A las 20’00 horas: SantaMisa y proclamará la palabra D. MIGUEL ÁNGEL CREMADES, Licenciado en Derecbo Canónico por la Universidad dePamplona. MARTES, día 18 A las 20’00 horas: Santa Misa y proclamará la palabra D. MIGUEL ÁNGEL CREMADES, Licenciadoen Derecbo Canónico por la Universidad dePamplona. entro Excur- usquicr.Templo Pa NOTAS: Tosionista apolifonía de:aEldense, Orquesta de Cámara de San Vicente ycomo orgai Por la Comisión deFiestas del Excmo. Ayuntamiento, el día 7, a las 2l’OO horas, setirará una mascletá, así como a la entrada de rroquial de los Santos Patronos, ttacasde colores. los actos litúrgicos de los días 7, 8 y 9 serainterpretada por el Orfeón Polifónico «Amigos de la Música», del Ce míoorganista M.del Carmen Segura, dirigidospor D. Gerardo Pérez Bi A nuestros patronos y su trono Los patronos de mi pueblo son figuras celestiales, juntos están en su trono a los pies dos ángeles. Muy alto la Virgen colocan para que su majestad realce, abajo el Santo Cristo, como Hijo y como Padre. Arriba está la paloma que sus blancos olas obre, para que ya en este trono de la Santísima Trinidad noda falte. Luces y flores lo adornan puestas con tal donaire, que parecen estar diciendo: ¡Madre nuestra! ¡¡SALVE!! Blanco dosel por fondo bordeado de granate, que piadosos manos colocan llenas de amor y arte. Ante tamaña belleza imágenes, luces, flores, arte, no tienes más remedio que tú, eldense, POSTRARTE. F. Dusquier A LA VIRGEN Virgen Sonta de la Salud que fuiste madre elegida, que desde Cerdeña a esta villa llegastes como peregrina. Elda te abrió los brazos como madre celestial, porque sabía que venías a protegernos de todo mal. No seamos hijos ingratos ayudémosle con nuestra fe, porque es fuente inagotable y en ella tenemos que beber. Hoy saldrás en procesión por esta villa centenaria, la que fue, es y será nuestra guía de esperanza. Alegremos nuestro corazón y gritemos satisfechos: ¡Viva la Virgen de la Salud y el Cristo del Buen Suceso! Una eldense A la Virgen de la Salud y al Cristo del Duen Suceso o su llegada a Elda en 1940 En recuerdo de aquel día de vuestra llegado o Elda, a vosotros quiero daros mi alma en este poema. Fue un día seis de septiembre, fue un día de gozo yfiesta, cuando salió todo el pueblo a esperaros o sus puertas. ¡Que viene elCristo y laVirgen! ¡qué ya están llegando a Elda!, que ya tenemos patronos otra vez en nuestra tierra, aunque en nuestra alma de eidenses siempre estuvisteis en ella. Y fue un día de esperanza, y fue un día sin tristezas, y fue un día de esplendor en nuestro valle de Elda. Os esperamos con gozo, con alegría sincera, pensando que con vosotros llegaba la paz a Elda. Trajisteis vida y trabajo, trajisteis prosperidad a Elda, y Elda creció como espuma y se hizo grande, inmensa, y acogió o los forasteros que pronto sus hijos eran. ¡Ay! Virgen de la Salud que con tu manto turquesa y tu Hijo del Buen Suceso estáis otra vez en Elda. Hace cincuenta años, Madre, que llegasteis a sus puertas, hace cincuenta años yo que llegó lo vida a Elda. I. Arráez A la Virgen de la Salud Todo el año pensamos en ti. ¡Oh Virgen bella! Pero el ocho de septiembre que es tu fiesta, te vemos radiante como una estrella. Y todos pedimos con tanto amor, que nunca nos olvides danos tu amor. Que tu pueblo te adoro tanto, que esconde las penas bajo tu manto. ¡Oh Virgen mío! ¡Oh Madre nuestra! eres la estrella radiante de nuestra fiesta. Lola Gómez Las imágenes en el culto católico Las imágenes del Santísimo Cristo del Buen Suce so yde la Virgen de laSalud, réplicas exactas de aqué llas que un día nos mandaron dos misteriosos personajes desde el virreynato de Cerdeña —para Elda—, llevan cincuenta años centrando nuestra fe ymostrándonosel camino del amor en su más profunda manifestación:la entrega de uno a los demás hasta elolvido total de sí mis mo. No es deextrañarque los eidenses llevemos estas imágenes en lo más hondo de nuestras almas, porque en ellas se conjuga la tradición —casi cuatro veces ya centenaria— de su presencia entre nosotros, con la mi rada acogedora de la Madre y ciencia sublime de la cruz. Esa ciencia que hace surgir la vida allí mismo donde los hombres sembramos indiferencia, odio,eincluso, la misma muerte. La alegría que nos invade al festejar a nuestros San tos Patronos nosignifica que ellos nos alejende nues traresponsabilidad cristianaparadistraernos con una piedad externa, superficial y poco comprometida,sino que logran crear tal estado de ánimo en nuestro inte rior que nos elevan y favorecen nuestra unión con Dios. En efecto, las mismas llagas de Jesús que fueron fuente de nuestra salvación y que ahora permanecen impresas en su humanidad gloriosa nos son recordadas, y hasta nos unen al amor que aquellas expresan estas otras lla gas, abiertas también, en la imagen del Santísimo Cris to del Buen Suceso. Digamos otro tantode la mirada que la Virgen de la Salud dirige con ternura al Niño Jesús, en quien nos vemos representados todos y cada uno de nosotros a par tir de esa verdad revelada de que somos miembros de su cuerpo místico. No tendría sentidoque nos recreáramos en esa mi radade María si no nos conectara, de alguna forma, con una de las cláusulas más tiernas del Testamento de Je sús: «¡Mujer, ahí tienes a tu hijo!». Imagen, a su vez, de otra verdad más profunda que podríamos enmarcar en estos oparecidos términos: «Mujer, te anuncio ¡ya! algo que comprenderás más tarde: vas a ser madre de un nuevo cuerpo al que estamos engendrando con mi Muerte y Resurrección». Contempladas las imágenes religiosas desde esta perspectiva noble y limpia, ellas mismas despiertan en nosotros el respeto y la veneración que se merecen al introducirnos en esa zona misteriosa ysagrada que nos facilita el acceso al mundo de laoración y del encuen tro con Dios. Es cierto que el tema de las imágenes, como ele mento cultural, ha tenido sus graves problemas en el transcurso de los siglos para el Pueblo de Dios, en su doble realidad de pueblo de Israel eIglesia de Cristo. Y así nos encontramos con que Israel rechazó siempre el culto a las imágenes, porque éstas iban cargadas de un gran peligro deidolatría, a causa de lainterpretación religiosa que se les daba en los pueblos de su entorno. Por citar algún ejemplo, recordemos que lacultura egip cia, con la que tanto se relacionó Israel, tenía con las imágenes sagradas las mismas atenciones que con una persona viva. Yla cultura griega consideraba que la di vinidad se transparentaba yse hacía presente, de algu na forma, en la misma perfección de la imagen, por lo que adoraban en ellas lo que la misma imagen signifi caba. Ante este contexto, y para salvar aIsrael de tales abominaciones, el mismo Dios prohibió su representa ción y culto en Ex. 20,4 y Dt. 5,8. En cuanto a la Iglesia de Cristo, superada y conde nada la herejía iconoclasta de los siglos VII y VIH en el II Concilio de Niceay los errores de la reforma pro testante del siglo XVI en el Concilio de Trento, la ve neración de las imágenes entra de lleno (desde los inicios delcristianismo) en esos signos de libertad que Jesús nos ha traído y que nos permiten usar de ellas sin caer por ello en la idolatría. Sin pretender forzar argumentos podemos decir que es el mismo Jesús quienda validez, en su propia perso na, a la figura de la imagen como elemento de cone xión con Dios cuandoafirma: «El que me ha visto a mí, ha visto al Padre». YSan Pablo insistirá en el tema de Cristo-imagen en varios pasajes de su doctrina,concre tamente, en Cl. 1,15: «El (Jesús) es imagen de Dios in visible, primogénito de toda criatura». Pero Jesús es imagen espiritual del Padre, por eso no nos interesa tantosu persona, si era de mayor o me nor estatura, por decir algo; sino su vida, su amor al Pa dre, su entrega a los demás y todo el cúmulo de actitudes espirituales y morales que le constituyen en punto de referencia para el hombre: imagen imperfecta y necesi tada de esta otra imagen que es Cristo. Así nos enseña a trascender toda imagen paraquedarnos en lo que ellas significan. Nopretendo comparar a lahumanidad sacratísima de Jesús con las imágenes religiosas,hechura de manos humanas, pero deseo reafirmar, una vez más, la gran li bertad que nos ha traído y que la iglesia ha vivido a lo largo de su historia. A loscincuenta años de aquella efemérides de la llegada de los Santos Patronos a Elda —en este septiem bre de 1990— al hacer balance de nuestra religiosidad nossorprendemos a nosotros mismos implicadosen un movimiento de vaivén semejante al de las algas mari nas que, en su eterno y rítmico balanceo, abrensus ho jas en todas direcciones hasta fonnarsobre el azul marino amplias y pomposas flores, para cerrarse al instante so bre sí mismas en la figura alargada y ceremoniosa de un imaginario capullo. Así los eidenses,a la vez que nos abrimos hacia infinidad de países para llevarles nuestra artesanía, nos replegamos sobre nosotros mismos, de jando de lado esos mismos quehaceres de la vida, atraí dos por el rostro paciente y misericordioso del Santísimo Cristo del Buen Suceso y la mirada maternal de la Vir gen de la Salud. ENRIQUE GARRIGOS Cura de Santa Ana LAS COSAS DE MI PUEBLO VillancicosparaelCentenario Una de las facetas que desconocíamos de nuestro poco recordado boticario de Elda, Maximiliano García Soriano, dentro de su actividad literaria ypoética era lade villancicos; es necesario leer yreleer «El Centenario» cuantas veces quiera’uno re crearse con su lectura ypasar, como eldense, uno de los ratos más felices para percatarse de esta nueva faceta que en elorden musical ha quedado inédita, puesto que al final de los villancicos que vamos atranscribir acontinuación leemos «actualmente le está poniendo música elinspirado maestro D. Ramón Gorgé, director de la laureada banda de esta villa». Ydesde este modes totrabajo hacemos un llamamiento alos familiares de este ilustre eldense por sientre las joyas musicales que todavía inéditas, como decimos anteriormente, guarda esta familia existiera lamúsica de estos villancicos que en 1903 ó1904 inspirara laprovi dencia aMaximiliano para ensalzar el amor yladevoción que este pueblo, que era suyo, sentía por los Santos Patronos de la ciudad, el Cristo del Buen Suceso y la Virgen de la Salud. Lamento mucho no haber hojeado antes «El Centenario», pues quizás hubiéramos tenido el tiempo suficiente para que en laconmemoración de esta inmediata efemérides del 50 aniversario de lallegada alaciudad de las veneradas nuevas imágenes de los Santos Patronos hubiera constituido uno de los actos extraordinarios que lacongregación desea ofrecer alpueblo eldense. Pero pensemos ya en el cuarto centenario —recuerdoal lector mi anterior trabajo publicado en esta revista FIESTAS MAYO RES del año1985titulado «Pensando en el cuarto centenario»— del que solamente nos separan 14 años y éste podía ser uno de los actos que podían darse a conocer entonces, al no poder ser por la premura de tiempo en estas próximas fiestas. Estos son los villancicos que nos dejara escritos Maximiliano: Trescientos años hace, Virgen bendita, de Cerdeña vinisteis para solaz de Elda que tanto os quiere, y que palpita por Vos que sois su encanto,sudicha y paz. Por eso en estas fiestas del centenario quiere, como losiente su corazón, el amor demostrarte este vecindario a la par que susanta veneración. Virgen amada, perlaquerida tú eres lavida, salud yamor. Madre adorada, calma el anhelo y el desconsuelo delpecador. En la vega esplendorosa se yerguen las bellas flores, yemanan gratosoloresen vuestra entrada triunfal. Forman música armoniosa auras, trinos, arroyuelos,que se elevan hasta los cieloscomo arpegiocelestial. Ynuestros sueños, Virgenpía, en que todo lo anhelamos, son por Ti... Al tenernos por tus dueños, Madre mía, te queremos yadoramos con amor y frenesí. Trescientos años, Señora, que vinisteis a esta villa,donde sois la maravilla deeste pueblo que osadora. Hace, pues, que nuestro duelo setorna en dulce alegría, y sé amparo, faro y guíadesde tu mansión del cielo. Elda, fervorosa, llena de alegría a su templo hermoso vienepor María. Virgen Santa, Virgen Pura,es tanto nuestro fervor que la más grande ventura estenerte fe y amor. ElCristo del Buen Suceso y Virgen de la Salud,han sido nuestro embeleso y nuestra solicitud. Hoy quiere este vecindario demostrar su santo amor celebrando el centenario tercero, con esplendor. Siempre fuisteis nuestro encanto y las más grata ilusión,yenjugasteis nuestrollantoen instantes de aflicción. Ytodos los corazones palpitan de amorhenchidos y sienten milemociones por sus Patronos queridos. Madre querida, luz de la aurora, dulce consuelo del pecador, con fe que alienta mi alma os adora con el más puro, sublimeamor. En las crueldades de mis dolores tunombre imploroconansiedad...Haz que se vuelvan mis días mejores, ¡que hacerlo puedes con tu bondad! Madre mía, imagen tan bella, Virgen adorada, mi constante amor, sé Tú nuestro guía, refulgenteestrella,pura, inmaculada, llena de candor. De las más preciadasflores de esta huerta que es vergel, vamos aformar amantes para ofrecerte unbouquet. Y los pájaros cantores gratos trinos lanzarán,viéndonos tan anhelantes nuestra obra al realizar. El pueblo entero, decorazón pide sincero tu protección. Todo lo damos, todo por Ti y teadoramos con frenesí. Ved a un pueblo fervorosoque os implora Madremía, la celeste protección, y a tus plantas, con sus males gime yllora porque Vos sois su refugio y salvación. No loolvides, Madremía, ni un instante, pues que viene con gran solicituda tus plantas a rendirse, tierno amante...¡No le olvides, puesto que eres la Salud! Es tan grande tuhermosura, como las rosas de abril, yaún más grata tu ternura que la de querubes mil. Por eso en nuestra memoria tu imagen grabada está;Túconstituyes la gloriaen que Elda soñará. VICENTE VALERO BELLOT CAMPANAS Y SIRENAS La piedad ylaboriosidad de unpueblo seadvierte al vivir unos años en él. Cada día ymuy temprano so naba eltoque grave yacompasado de una campana in vitando a la oración del Ángelus. Acontinuación otra campana con sonido más argentino avisaba con su pri mer toque para la «Misa del Alba». Empieza el pueblo abullir. Son los vendedores de las plazas de «arriba» y de «abajo» que con sus carretas, carrosycarretillas traen sus mercancías para exponerlas al público en sus puestos bien abastecidos. De los hornos salían los re partidores de pan caliente, tierno ycrujiente, para dis tribuirlos en las panaderías ytiendas opara vender entre dos plazas. Se oyen los vendedores ambulantes pregonando sus artículos ymercancías; el lechero, el vendedor de periódicos, el carbonero, etc. Yentre tan taactividad ycomo invitando o celebrando algúnacon tecimiento a lassiete ytreinta, simultáneamente, se oía por los cuatro puntos cardinales el sonido de las sire nas de las grandes empresas. Un buen músico hubiera definido cada sonido, puestodos erandistintos y todos formaban unarmónico conjunto dando a laciudad, sien do días laborables, un aire festivo y alegre. Comienza la jornada laboral, pues a las ocho en punto cada uno estabaen su puesto de trabajo, ya que la sirena advertía cuando sólo faltaban cinco minutos y todos aligeraban elpaso paranoperder media hora. En eltemplo de Santa Ana se celebraban losactos de culto a la misma hora. Misas, exequias, ceremonias, CR^ FIESTAS MAYORES Desde hace 23 años se viene efectuando la Expo sición Filatélica EXFIELDA y los sobres emitidos por la Sección Filatélicadel C.E.E. siempre han sido moti voseidenses, y este año al cumplirse el 50 aniversario de la llegada de las nuevas imágenes de los Santos Pa tronos,estaSección Filatélica ha querido ensalzaresta entrañable efemérides insertando nuestras veneradas imágenes en los sobres que emitenaño tras año. Con tal motivo se ha conseguido también un mata sellos especial con la imagen de la Virgen de la Salud, yalrededor de las diez de la mañanauna alegre cam panaavisaba que algo importante iba asuceder. Era en lacelebración de la misa mayor laelevación de la SagradaHostia, «alzar a Dios», que lo indicabael soni do grave de una campanagrande.Un breve silencio sehacía en toda la ciudad...,y luego todo seguíaigual hasta las once de mediodía que volvía a tocar la cam pana paraelrezo delÁngelus, y las sirenas avisaban que había que dar de mano airse acomer. En las cálidas tardes del mes de mayo, un alegre repicarde campanas invitaba a los fieles a asistir al ejer ciciodel mes de María, que con gran solemnidad se celebraba en lacapilla de la Virgen de laSalud. Las grandes solemnidades se anunciaban ycele braban con volteo general de campanas. Yeran las cam panasel lenguaje convencional de losvecinos delalegre valle de Elda. Una invitación a la oración, una acción de gracias por las buenas cosechas, unaugurio ahu yentado de tormenta, unsufragio por los fieles difun tos, una plegaria por losagonizantes. La jornada terminaba con el toque y rezo de las áni mas. La tía Salutica y el tío Manolico rezabancon gran devoción y al terminar decían: «Animasde los fieles di funtos en el Cielo, que nos veamos juntos»; apagaban el candil, o la vela, o el carburero, o el quinqué, según lostiempos, y se iban adescansar. Miguel Conejero Pérez XXIII Exposición Filatélica EXFIELDA-90 Elda, 4-10 de septiembre de 1990 que seusaráen la Estafeta de Correosque se instala en laexposición que se monta en la Casa de Cultura del 4 al 10 de septiembre. El Presidente de la Sección Filatélica del C.E.E. fM-ATfr, * Virgen de laSalud P -?ose*’ k° r r iJ a. Ni a ralWiSrcT nadie. Desde lascienciasa las ar tes, a la educación, pasando por las tareas más cotidianas. Apo yando, en cada momento, las ini ciativas que sirvan para enriquecer nuestracultura. CAJA DE AHORROS i H ’V’. v •.ki -’-• SalvadorPoveda,S.A MONÓVAR (Alicante) - a-»? 4 ’W—an !ffi ’X ls; !WlW-’:V». ’.yrw^í ’-7-1 ; ? :’WW. *!5.!¡r# :WÍ?^^K ’,,«aeo -.’twír i-.i’Wf^ ’,tmwx ~ 31B5S ’~-tR B¡iS¡fC ’«*tS awa«!*r2!5^e* i’*»! *:«ífi8’ -.^i t^ «JII-PÍI?. ’’i^v# ,H]¡i.nn’ nWl^; 3,é¿^’S^| n^w- -¡^H ’^j^^^i -’^*Taii ,t!»’-7WE*’ r:BSSBBi:- Jp srsfaMWSp* jp.£g§1IBrgf; RESIDENCIAL MA SOR .qihocioac IJy sra b ¡355-^’ _ ^gggegk ollrillo CENTRAL: Pí yMargall, 38 -Entlo. 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