Moros y Cristianos (DECLARADAS FIESTAS DE INTERES TURISTICO) EL D A, de l 1 al 4 de J u n io d e 1984 Joyería RAFA Plaza Sagasta, 15 - Teif. 391392 Foto • Cine F ^ AFA LABORATORIOS GOLOR Juan Carlos I, 34 - Telf. 382859 ELDA Ĝ ^ ^ze^idexte úe ^a ^uxta ^ext2a^ de ^ox^pa2.^a,^ í^e C-/^o2oe r^ ^i.^tiaxo^ a^u^a a ^ ^t^:^^,y:^ ^^ ^.^ ^^ ^^^^^ ^^o ^^ q se complace en acompañarle un ejemplar de la Revista que hemoa editado, con motivo de nuestras próximas Fieatas de Moros y Cristianos. ^exa2o vve2a v^aaa22o aprovecha gustoso esta ocasión para reiterarle el testimonio de su consideración más distinguida. ELDA, Mayo 19__._.!J __,_ • sumarlo 5:11 .-^IOIO :1B:1D S:^LiDO DE LA JCT:^ CF.ATR^^L SALiDO DEL ALCALDE COYIISIO:^i DF.I.EGADA DI: GtFKKII.I.:1S ^ F.^IB.^JAD.^S 1983-1984 JttiT.^ CETK.^L DE CO^IP:^RS:1S DF. ^tOROS I CRIST[:^:^OS PKI-:G01 UE L:AS F1ESI•^S DI^: A^10RUS 1 (^RISI^l:AOS, por :1 ► -tt ► ro Rigel POES1.-^, por Iosé .^^. Sirve ►► t 2(III CU^iCiKSO V^:^CIOAL DE DIBL70S DE HC^IOR 1983 C-^^I.O :^L «C.-^B::1.L0 FESTERO», por Concepción QuE^ro Lacruz DE ^IOROS, CRISTI:1tiOS Y OTR:1S RF.AtI:^IBR:^V/.:^5 F.LDI^ASF.S, por ^ntonio Guillén Gómez L^ ^1t-IEK ^IOK.-^, IIISP.1:^0-ARABF., SE C^S.-^ ISIGLOS ^lII :^L XIII), por José a^^arro Pa}•á MO:^OI.OGO :^ DOS ^OCES, por Alfredo Rojas C0^1P.-^KSA DE I^:STiDI:^^TES, por ^ndrés :Vloreno :^ ► nat CO^]P:^KSA DE L11G:^ROS, por :^ndrés vloreno ^mat COVfR:^B:^DIST.-^S, por :^ndrés ^Ioreno Amat CRIS^I•I^:^OS, por Andrés ^Ioreno Amat PIR:IT.1S, por Andrés ^loreno :1mat ^10ROS Hl: FSI•I-:S DEL C.-^DI, por :lndrés ^oreno Amat MOROS ^1LSt^L^1:1ES, por Andrés ^loreno :1mat ^1AKKOQt^IES, por :1 ► ^drés tiloreno :1mat ^IOROS KI::^LIST:^S, por .^ndrés ^loreno Amat AB:^DER:^D:^S ti• C:1PIT:1ES 198^ HO^II:.^1JE :1 LESTKOS PKEGOEKOS LOS ^ERDES, por E^^aristo :1ce^edo «.., 1:^ S:1BES C0^10 ES», por F. García Pavón CO^III^.A1.0 DE1. PREGO DE JORGI^. LLOYIS, que pro ► ii ► nció en 1973 SOI^:I.O. por :1 ►► tonio Gala LO Qt•E Qi^ED:-1 DESPi-ES DI^. L:^ I^IEST.-1, po ► • Alfrc^do Rojas PKI^:GOI^:RO DE LA FIESI•:1 E I^L:^.A`O 197^, por Jenaro Vera EL i•VII^:KO XX^, por José :^. Sir^^ent .-^ ELD:^ I SC I^IESI:-^ DE ^IOROS ^ CRISTIANOS, por Co ► ^cepción Quero Lacruz 25 •^^IEROS DEL BOLF.TI FESIF.RO, por Vliguel Cantó I•I:OKIA ^ PR.^CTICA DEL F[EGO, por F. Vizcaíno Casas FI:1L DEI. PREGO DE 1982, pronunciado por :1 ► uonio ^^Iingote C^RI^:^ .1BII:RI.^ .-^ JIS .-^JiIGOS DE F.LD.^, por ^rtu ► •o Kigel LAS VEKD.^DI:RAS CAUSAS DE LA I^IVASION AR^BE A ESPAIA (Aunque parezca mentiral, por J. Tomás ^lguado ^. FIF.SI•.^1 DI: VIOKOS ^ CKISTI:1OS, por Paqt ► ita Díaz de Sáez [.^ ^I:JE1. ^ L.1 FIESIA, por Joaquín Camare ► ia FI^:S^I^ERO ^ CO^JPARSIST:^, por Sal^^ador poménech Llorens E^:I. SI::^TI^4IE IO ATA^ICO DEI. FESI^I^.RO, por José B. Blanes L:^ FIEST.1 CO^10 PROBLF.^i:^ I:COO^IICO, por ^^. ^tallebrera RESC^IF.:^ DE C :^O DE I^ II:SIAS, por Jt ► an Deltell Jo^^or JlVI^:1S DIRECI•I^:^S DI:I. B:^DO CRISI^I:1O ^ 10K0 Edita: 1CTA CF.ATR.1L DF. ^10ROS ^ CRISTIA^OS Imprime: GR:II^IC.^S DI:^L, S.L. :^Iarte, 6 - :Uica ► ite Depósito IegaL• A.^03-1984 ^ SAN ANTON 10 ABAD Ba^o cuye edvocaclón se celebran las Flestae de Moroe y Crietlanos en E^DA Saludo de lá Junta Central De manera inexurable nos ^^amos aeercando a una fecha que debe marcar un importante hito en nuestras celebraciones festeras. Debemos de recordar, todos los festeros en acti^^o e inculcar a los de nue^^as generaciones, que muchos de ellos aleanzarán su mayoría de edad, festera elaro es, en el año 1994, que todos tendremos, ojalá entre ellos e5temos incluidcs, la obligaeibn de celebrar como se mere cen esas •F3odas de Oro=, que están, aunque parezcan lejanas, al al cance de la mano. Tenemos que ir preparando, sin prisas pero sin pausas, las Fies tas de ese año para que sean lo más lucidas posibles, y ce^mo es 1Ggi c^, habrá que ir aportando ideas y derrochando esfuerzos para que cada Escuadra con su iniciati^•a particular ayude a la Comparsa a que pertenece a su mayor esplendor, y cada Comparsa enriqueeida por el entusiatimo de sus componentes colabore, con Su mayor dedi cación, a. la c,rganización de ]c^s actos que se puedan lle^^ar a cab^^ en h^^nor dc San Ant^ín, y por un aiio seamos capaccs de realizar una Fiesta que a propioti y extratic^s les parezca todc^ lc, espléndida y ma jestuosa como todos deseamos. uestra dedicación, hasta el límite que podamos alcanzar para ccinseguirlo, no ha de faltar, la colabc^ración del festero contemplativo está asegurada, ]a proteccion de San Antcín contamos con ella, y el esfuerzo de nuestsas primeras ^utoridades para ayudarnos a hacer realidad nuestros propositos, hemc^s de conseguirlo con el ejemplo de nuestro buen hacer. Esperemos que lus actc^res de la representacicín se aprendan bien su papel, y el éxito tie podrá alcanzar pleno y rotundo, para mayor gloria de nuestra Fiesta de i^loros y Cristianos y mayor esplendor de nuestro Puebl^^. I,:1 JLTA ^^E^TK:1I, A l ca ld ía Una nueva cita con nuestras Fiestas de Moros y Cristianos, una apuesta ganada de antemano a la alegría y a la tradición,que se vuelve esplendor cotidiano porque la convivencia alcanza su máxima expresión: la Fiesta, que tiene mucho de inspiración primaveral, cuando no de alegoría total de la participación. Nuestras Fiestas de Moros y Cristianos no serían lo mismo sin esa luz tan particular que nos deja a las puertas del verano, pero tampoco sin esos reflejos festivos de calles iluminadas, indumenta rias gozosas y pupilas hospitalarias. Experimentamos entonces la sensación de que ha valido la pena este año de espera y preparati vos, de que todos, propios y extraños, dejamos de indagar el sentido de la mutación puntual que precipita esos días devorados intensa mente, con la misma generosidad año tras año, pero siempre distin tos, como peldaños que vamos ascendiendo en una lucha desigual en la que al final de la escalera esperamos reencontrarnos con el Tiempo, revestido de belleza y comunicación. Un fuerteabrazo para todos, ROBERTO GARCIA BLANES Junta Central de Comparsas de l^Ioros y Cristianos Iresidentc: JE^:^R() ^I;R:^ :^^:^RRO ^ice-Presidente ^^ Contador: JLA ^I ^RTIEl, CAL^O Tesorero: ^ICF,TE ^ICET ^ID:^L Dele^ado de Prensa ^^ Radio: JL:1 DI;LTI;LL JO^ER Dclc^ado dcl Escmo. Ayuntamiento: D. LLI^ G:^I3RIEL TORREGROS:^ ^IIRA Sr. Conrcjal de FieStas Delc^ado dc Folol;rafía: FR:1CISCO S:^TOS GO7,ALI;1, ^ccretario dc :lctas: KO^Ii:1LD0 GLALL.^RI^ (RI;^I:IDES ^ocales ^atos: ^ICEVII? QLITAILLA COI,O^II:^ FRACISCO DI:^Z CHICO .IOAQLI PLCHI; II3^I;7, RI;GIO II;KI;7, ^^IARHiEDA :1VIOIO ^IIGULI, LUCAS bIA7. :^VIUIO I3:1RCI;LU ^I:1RC0 JOSI: I3I,:1I;S II;IADO ^ItA P:^1:^ ^IL^I;STRI; RLI3E ^I:^I2III;7, I:1^:1 JI:11OIZDO^IIA DE S:1^ :^^7O^ Presidcnte: :1VIOIU I3,^KCELO JI:1RC0 ^ocales: FRACISCO DI:^l, CHICO JL:1 CAL.-^T:11LD I3EITO JOSI; RA^IO GAG.1 GO^%:^LE7, JL A C:IRLOS S.-^CHE7, LOIE7, IZI;IKI;SE^I`:1^II;^ llI; I,:15 CO^IP:1K^:1S Dc los Cristianos: JOSI; G:1^II3I ROC:I^IORA PEDRO I3L:1I:^ :^^IAT Dc los Piralas: FK:^CISCO ^ID:11, SI;RIl:^O III;LIOS ^I;R:1 I3( ^II^,I,I,.A Dc los Contrabandistas: :1TOIO :1^I:1I` ^:A(III,l, R:1^I( IzI(O ^IOl,i;l^O Dc loti /,ín^arc ► s: CA^IILO V:^LnR GO^IE7, SAL^ADOR (.:1S:1I;7, JL:^^ De los Estudiantcs: JOSE ^I:1RIII;! KIQL`EL:^IE I,UIS ^IL:^ILA^ GOVI,ALE7, De Iluestes del Cadí: :1TOIO CASTELI,AOS ARIAS R:^^IO^ AL13FR0 GOVI,ALF7, XIII Concurso Naeional Dibujos de I-Iumor 1983 Primer Premio MIGUEL GERIQUE ZIPPEL Segundo Premio CHE FERNANDO ^Fernando Fuster Villanueva) Tercer Premio CARLOS VERA GRIJALBA Accésito Local FCO. JAVIER IZQUIERDO CARRILLO ^ Las calles de Elda se inundan de colores ^^ de amor, pasa el desfile infantil, cn las caras ilusi6n. 1 a ^^iene mi abanderada caball;ando sin temor sin que ^-ele sti s^^nrisa a^n ninguna desazóu. Aprendires de festeroti la ac^mpaiian, ^^ ^^an cou tin entiisiasm^^ que en^^idia ya unicha gente mayor. Un rí^^ de aplausos brota a su paso con tesón y tina lágrima furti^^a refleja un rayo de sol de l^^s abuel^^s o padres ^tue n^^ aguantan su emoción. «Todas con bonitos nombres^ aprendí en una canci6n pero ^^erla cs más bonito, se ^^e con el corazón mi abanderada infantil de eolores una flor, majestuosa como reina, ale^re cual día de sol, sc^nrisas cla^^el y plata, risas rojas y alcanfor. 1 más aplaii5c^5, y más, y más música, ilusión de ^^er que la Fiesta sigtie, ticne un futuro mejor, ^Ii abanderada infantil pasa, colores y atnor, re^^italizando al ^^erla en todos nuestra ilusión. José A.Sirvent ZINGARO MULLOR XIV Concurso de Fotografías y Transparencias Tema: MOROS Y CRISTIANOS • Color PRIMER PREMIO Autor: VICENTE HERNANDEZ GIL - Titulo: «Disparo• Lema: FIESTA TERCER PREMIO Auta: ALBERTO NAVARRO SANES - Titulo: «La danza de la huri. Lema: SAN CRISPIN SEGUNDO PREMIO Autor: MANUEL MOYA CALLEJA - Título: «Babuchas en el aire. Lema: NEOFITO ACCESIT VIVIP Autor: AGUSTIN MATEO BRAVO - Título: «Velos al aire• Lerrta: PRIMER PREMIO Autor: HELIODORO CORBI SIRVENT Titulo: «No tiene• Lema: LASER SEGUNDO PREMIO TERCER PREMIO Autor: NICOLAS MUNUZ - rtulo: «Moro y barba• - Lema: MAR Autor: ENRIOUE PERr? PENEDO - TAub: «Hombne pájA10• Lema: ARCABUZ Tema: ELDA PRIMER PREMIO Autor: VICENTE ALIAGA MORELL Trtulo: «Castelar aguaniando tempestadesy Lema: DRAGON SEGUNDO PREMIO Autor: VICENTE BUSOUIERE GARCIA rtulo: «Nocturno• Lema: NATIVO TERCER PREMIO ACCESIT Autor: VICENTE HERNANDEZ GIL - Título: «Paloma• Lema: ELDA-83 Autora: M. LUISA LUOUE LUOUE - Trtub: •Estudiante eldense• Lema: VISON Canto al «eaballo festero» Ottirru dc^kranar cn tu h^^nur, ^tnti}^tt rul^all^^, run la ^•cnia dc l^ts ltt^nthres, ttnas }talahrus siytticra, aun^{uc nttnra tc ctttcrcti dc cllas, rn las yttr dcscu }xtttcr dc manifirstu rucín títil n^,s cres, nu s^ílt, rn 1t ^•idu luht^ral ^- dcp^rti^•a sinu tam i^i^n ctt la frsicra. l- r^ ^n rstu fa^•^tu u lu c{ttr tnr c{uirr^, rclcrir, }• tnás r^tncrctantrntc a lu innunsu }^arcrlct dc lu Picsta dc ^lur^s ^• (ristiuuus. Inas ^-^crs Ilc^•as la dclirada rurgu d^ ^il};íut nitit,, srtuilla ^• futurt dc lu Fictita, c^ ul^una hcllu jcnrn ntuj^r cngalanada rt^n Is atrihuttts dc su rurku, ^• tít, nti hucnu c intclikrntc umi^^^, c^^mct si 1^ su}tirras, ri^tuu si tu finu ulfatu te htr hicra susurrud^^ ul ttídt^ ul^nnas }talahras, r^uninas mujcstu^tsu, run {tustt firnic }^cru sin harrr rahrittlas }taru quc aqttclltt, yuc tc hatt runfiadu, ha};a stt rccttrridtt c^m ^l lurimi^nt^^ {uc tnd^^s descauuts ^• nadic ^•ea en ti ^tl n^tble hrut^^ quc }ntedc rs}tautars^ ^- drrrihur tiu }^rinturctsu rurg^i. Otras ^-r^cs tus l^^ntus sttpurtan la majcstut^su rar};a de Itts (aítitancs Jitro ^t Cristian^^, dr I^ts Stiltancs }• Pa^•^tritas, dc lus hcllas :1maz^tnas rara^•ayuctias } dc nucstras iurunt{tarahlcs :lhandcradati, ^• cntunres tú, rabulltt tiicntprc ficl, tc rtnt^ntcas, tc crcccs, ^• c^a ductlidad }^rs^^ua-rahalltt f^trman lu mús hclla cstam pa fetitcru yttc itnaginarsr }tucda. Ycr^t nntrhus ^-cres, nti yurrid^^ rahull^t, n^ts^ttr^ts l^^s hutnan^^s tc a^-asalla nus ^- ^hustuuus dc ti. I^c hr ^•istt^ rcitcldc, ^• ctn raztín, nc};ándcttc a^thcdcccr la tututtt dttra ^• I^i fitsta dcl jittrtr yttc, }t^^r ^n^sinta ^•cz, yucría ttbli};urtr a qttc te arrudillarus ^^ dcnu^struras qur sahcs huccr un sinfín dc rusas buuitas ^{uc tan tits uplatts^s ^u•r^utrun ^tl cs}tcrtud^^r, r^m^•irtirnd^t cl dcsfilc dc ^l^trus }• (ristia nt^s cn una cspcric dc cttuctn-s^ ^^ cshihici^ín rah^llístira. i•Ou^ ^irntcs ttí antc t{tti^n lc rusti};a ^^1^•idattdtt qtt^ cstás rattsadu }• sttdort su, dcs}nt^s dr hub^n c^rh^ tuídti}tles c^•ttluciunes, r^hritlas ^• gcnuflrsiunes a lo larg^^ ^• aurhu dcl rcc^n•rid^^ cn rualquicr dcsfilc: Hc crcídc^ csrurhar u ^•cces, en mi fucr^^ intcrnu, un rclinrhu dc prutcstu antr la inruntprcnsiítn humanu quc no sc da cttcnta dc quc ^-as a}tttnt^t dc rr^•cutar, cttattd^t cl rcr^rrid^^ cs lar};^ ^• tc hun ttbli^udtt a tantas cc^sus yu^ tu sudt^r }• tu baha salpiran la calzudu, ^• cuan du lus cs}tttclas tc han }^i^•adt^ tunt^t qur ^n tus i-jar^ti brt^tan dos rutius rtjas qttc urrauran }^ar^i ti }tttlahrus dc runtp^siín ^- afcct^t. (abull^t fc^tcru, }t^tr t^tdu cst^t ^• por nti curitio haria l^s anintalcs, dcsdc h^tt. hucicndct míus lus }tuluhrus d^ Franrisr^t dc :^sís, tc llunru-^ ^hcrmun^^ raballu.. (^^ttnccpcibn (,^ucro •^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^• De Moros, Cristianos y otras remembranzas e l denses . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . , Son las seis de la tarde de un 5 de Junio bru moso y caliente. El cielo amenaza lluvias, por reta guardia. La Plaza de Castelar -corazón de la nueva Elda- se ha venido llenando de algarabías, hasta quedar transformada en un abigarrado bazar asiáti co, o, lo que es igual, en un espejeante calidoscopio de fanfarria y color, preludio inequívoco de una ce remonia de excepción. Se diría que todo está pre parado, para que un gran realizador hollywooden se, a lo Cecil B. De Mille, emita la consabida orden de «Silencio: se rueda». Entretanto, y por doquier, músicos que empujan rodantes timbales mudos; negrazos de insólitas y malencaradas tribus africanas; meditabundos camellos; centenares de bellísi mas bayaderas, envueltas en los más exóticos ata víos, importados de quién sabe yué califato, aboli do e irreal; penachos de plumas verdes, rojas, pláteadas; caballos que inflan, con su pizyuita de co queteo, una hermosa pechera de madroños encar nados... Y, sobre la propia dinámica del paroxismo, un altavoz, que trata de ordenar -^quién lo diría? el desparramado puzzle de esta locura colectiva: «iAtención! Moros Realistas, preparados en calle de Juan Carlos L E^altan cinco minutos, para co menzar el de^sfile»... ^ se multiplican las últimas correrías moras, sorteando el contrapunto impuesto por un grupo de contrabandistas rondeños, cuyas patillas de ha cha y sombrero calañés, dejarían boquiabierto al mismísimo don Próspero Merimée. Por aquí, zínga ros camineros, de los de caravana y manta al hom bro. Más allá, bajo la sombra generosa de los pinos, puñados de estudiantes de gola y capisallo, que ses tean } comentan, tal vez, la penítltima barrabasada del colega don Pablos, más conocido por Buscón... «iHuestes del Cadí!»... -de nuevo mete baza el altavoz-. Tengan la bondad de agruparse... Pero, ^y Barceló`?, ^,dónde está Barceló?»... Por fin, cuando la tarde ronda las seis y media, todavía incubando el malfario de posibles lluvias antagónicas, el altavoz consigue lo que parecía el ma}or milagro del mundo: yue aquel variopinto festín adquiriera ribetes de orden y concierto; que cada pieza ocupase su lugar correspondiente, para que la gran prueba de uno de los espectáculos más insólitos y enervantes de la España lúdica se hicie se realidad. ;Moros y Cristianos en Elda! Adelante, y no se hable más. Y no se hable más, en efecto. Porque ver avan zar, por las calles iluminadas de la ciudad, las dis ciplinadas escuadras de Moros Realistas, del Cadí, Marroquíes o Musulmanes («Los Musulmanes, es la comparsa valiente», dice una hermosa canción); de Zíngaros; de Piratas; de Contrabandistas; de Es tudiantes o de Cristianos antañones -más de ocho mil personas, en total-, constituye todo un regalo para la vista y para la emoción estética. Solemne y pesante, la morería. Bulliciosa y cantarina, la cana lla estudiantil. Cantos y risas, en la zingarada. Una ^incuentena de bandas comarcanas de música mar carán el ritmo adecuado, hasta convertir las calles, pletóricas de entusiasmo y gentío, en una ondulan te riada multicolor, sensual, y, ^por qué, no?, lalu cinante! Sin embargo, la fiesta tiene sus detractores subterráneos. ^No podían faltar! Son los que no perdonan a esta celebración eldense, el haberse en- caramado, en muy poco tiempo -merced a una per sonalidad propia, libre de trabas y convencionalis mos- en uno de los primeros lugares, si no en el primero, entre los desfiles de su clase y condición. Pero, yo pregunto: ^hay alguien que ignore, toda vía, que así fue Elda, desde que el mundo es mundo? Quiero decir, y digo, que esta ciudad, con una visión increíble de futuro, con personalidad y arra sando escollos, se fue abriendo camino en el tiem po, hasta desembocar en lo que hoy es: uno de los centros más prósperos de España (tallericos clandestinos, incluidos, naturalmente). Que todo lo consiguió, por sí misma, y sin ayudas exógenas. Que la cosa, por tanto, no es nueva; sino que de casta le viene al galgo. Y, si va de incrédulos, oído al parche: pasen y vean lo que escribía, allá por 1804, D. Juan Sempere y Guarinos, uno de los tres economistas más lúcidos del despotismo ilustrado español. (Los otros dos, ni que decir tiene, son el Conde de Campomanes y D. Gaspar Melchor de Jo vellanos, grandes amigos, por cierto, de nuestro au tor). Refiriéndose Sempere al carácter industrioso de sus paisanos, al perfecto maridaje entre su agri culttira y su industria, aspecto no demasiado fre cuc nte en otras geografías coetáneas, predicaba, con cierto orgullo: «Se verá en mi patria Elda, un terreno de menos de una legua, poco fértil por su naturaleza, convertido en un Jardín ameno, y po blado de más de 4.000 personas, por la agregación de l^^s fábricas de aguardiente, Jabón, lienzo, papel, tej^^ ^ esparto, a la agricultura» (Real Academia de la líistoria. Legajo 9/5.208. Folio 301). El juicio de Sempere es todo un retrato, a la vez que toda una premonición. Desde luego, no todo fue un camiuo de rosas. Pero, el resultado, a la vista está. Por eso, uno, mientras contemplaba el desfile del día 5, no podía dejar de evocar la estampa del viejo amigo, D. 1^ran Sempere -amigo, por cuanto llevo ya mu cho tiempo investigando su obra y su vida apasio nantc , estampa sorprendida ante la contemplación del ^ivance demográfico de aquella Elda diecioches ca; de aquella artesanía manufacturera, convertida, ho}, en toda una pujante industria de renombre universal; de aquellas fiestas, un tanto cutres, de antaño, transmutadas, hogaño, en un espectáculo delirante... (Es de advertir, que cuando utilizamos el gistado adjetivo «universal», lo hacemos en su más puro e íntegro sentido envolvente y totaliza do^^, sin el menor asomo de hipérbole. Si para muc^stra, basta un botón, permítaseme traer a cola ción la reconfortante sorpresa, que me salió al ca mino, a muchos miles de kilómetros de aquí, hace cinco años, y al pie mismo de la cordillera andina: paseaba yo, una tarde de domingo, por un barrio de segundo orden, de la ciudad de Santiago, en Chile, cuando, al doblar una «cuadra», quedé sorprendido -y puede que estremecido- ante el fogonazo impen sable de un rótulo, que machaconeaba al viandante con sus guiños de neón. «Lapatos Elda, Zapatos Elda, Zapatos Elda», repetía, intermitente, una y otra vez, hasta el infinito. Algo similar vino a ocu rrirme, visitando el estado brasileño de Río Grande do Sul: ahora, en la exuberante y pulida ciudad de Novo Hamburgo. Estos ejemplos, en fin, podrían surgir en cualquier parte del globo...). Pero, volvamos a lo nuestro. ^A quién se ha de imputar este envidiable despegue económico, esta sabia conjugación de lo laboral y lo lúdico? Sin duda alguna, al esfuerzo colectivo de todo un pue blo. Los eldenses son conscientes de su protagonis mo mancomunado, en esta equilibrada alternancia de trabajo y fiestas. Así me lo hacía ver otro amigo del lugar -éste, de carne y hueso-, en plena Plaza de la Farola, mientras se desvanecían los restos del desfile; mientras las íiltimas luces de una jornada memorable se agarraban con fuerza a la testa cicló pea y petrificada del omnipresente Cid, allá al fon do, siempre más alto que el más alto de los «rasCa cielos»: «^ pensár -^lecía nuestro amigo- que todo esto viene del zapato»... La verdad no tiene más que un camino. Rom pamos, pues, una lanza -y todas las lanzas de un ejército de lanceros bengalíes, si fuese necesario-, porque la prosperidad, ganada a pulso, siga pla neando sobre esta modélica ciudad (modélica, en tantos y tantos aspectos); y, consecuentemente, porque la maravilla de sus «Moros y Cristianos» continúe sorprendiendo, a propios y extraños, por mucho tiempo. Que los detractores ortodoxos pro sigan con sus diatribas, buena señal será. Porque, mucha verdad y mucho saber se encerraban en la pluma cervantina, cuando escribía aquello de «^La dran, Sancho?... Luego, cabalgamos». Antonio Guillén Gómez Madrid, Junio de 1983 ^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^ La muj e r mora , hi s pano-árab e, se c a s a (S i g lo s V III a l X III ) **,******************************************************************** Veamos el procedimiento. PETICION DE MANO: E1 hombre, al pedir la marro de una doncella, foriualiza un acto civil, que no es un acto religioso, mediante el cual se asegura el disfrute físico de aquélla que ha sido objeto de su elección. En com pensación tiene que pagar una cantidad y adquirir el firme compromiso de alimentarla. La madre del árabe aspirante es quien se en carga, gracias a la libertad que tiene para visitar a sus amigas y vecinas, de seleccionar a la muchacha más conveniente para su retoño. Ella es la única que ha tenido oportunidad de conocer a las candi datas en sus continuas relaciones sociales. Una vez decidida por una doncella, se encarga de resaltar sus cualidades ante su marido, propo niéndole que la pida en matrimonio para su queri do vástago ( sin consultar con éste). La petición de mano se hace al padre, y éste tiene que declarar los defectos de su hija. F.ntre tanto, al novio, y hasta el mismo momen to del compromiso, se le permite ver el rostro y las manos de la novia, siempre y cuando ella consien ta, lo que no es muy frecuente. En este caso el pre tendiente debe recurrir a toda clase de subterfu gios para conseguirlo, por medio de las mujeres de la casa de la novia, o a través de las numerosas ce lesti ► las de la ciudad. VIRGINIDAD: La virginidad era estimadísima, y su pérdida se consideraba como la más grave de las desgracias. Cuando el daiio era voluntario podía ser terrible mente castigada por padres y hermanos. Y cuando una niña la perdía por accidente, debido a una caí da u otro acto involuntario, su padre se hallaba obligado a denunciarlo a los cuatro vientos, haciendo levantar un acta notarial, o por medio de un cer tificado médico. LA CASTIDAD: La castidad femenina es sobrevalorada, tanto en las casas aristocráticas como en las más humil des cabañas: pureza matrimonial y fidelidad conyu gal constituyen el honor y el orgullo del varón, ya sea padre o marido. Por eso, entre los árabes, esta ba muy extendido el fenómeno de los celos, puesto que el adulterio de la mujer incide en el honor fa miliar. La conducta sexual femenina debe estar guiada por la decencia. Para evitar tentaciones, se pide a las mujeres que no salgan a la calle solas, ni sigan a un entierro, ni visiten el cementerio. En cuanto a bodas u otras reuniones, se les aconseja que procuren estar separadas de los varones. Se recomienda que los alguaciles que tuviesen a su cargo el hablar con mujeres, fuesen reconoci dos como hombres de bien, y que fuesen viejos. EL INCERMEDIARIO EN LAS BODAS: En las ceremonias prenupciales representa a la mujer un intermediario; desempeñando este car go los parientes masculinos, según estén ordenados en la herencia. Pero si la novia es «virgen de edad» (mayor de catorce años), entonces el padre puede concertar libremente el matrimonio, si ella está conforme; aunque se halle ya nombrado el intermediario de la boda, al que nos acabamos de referir. Si es viuda o divorciada será ella la que mani fieste si está conforme con el nuevo marido, y con lo que le paga por este otro matrimonio. _lunque la muchacha puede rechazar la elec ción paterna, esta negativa estaría mal vista, constituyendo un acto de mala educación. CONTRATO :^ UPCIAL: Una vez que se otorga el beneplácito se reali zan ceremonias que solemnizan los pactos; entre ellas la oración y el convite nupcial, en presencia de los testigos que justifican la validez del contrato. Pronto se pone de moda lo de escribir el con sentimiento, a lo que se obligan los contrayentes, respecto a dote, condiciones, etc. Había que hacer constar el pago, imprescindible en el matrimonio, que lo abonaba el novio y futuro marido. Sin este requisito carecía de validez la boda, entregándose la cantidad a la nwjer personalmente como símbolo de los derechos adquiridos por el varón. El importe no podía ser menos de tres dirhemes de plata o un cuarto de dinar de oro, aunque sin límite máximo, dependiendo de la generosidad y la fortuna del contra}ente masculino. Además de este dinero en metálico, existía la dote estimada, que era «compostura de cama, de ropa y de vestidos», siendo obligación del esposo dar a la desposada cama }^ ajuar con cumplimiento de casa. A continuación el novio puede enviar a su pro metida varios presentes «propter nuptias», consis tentes en joyas de más o menos valor. Después se verifica la unión, sin rito religioso alguno, condu ciéndose a la novia, con toda solemnidad y gran co mitiva, hasta la casa del novio. E1 día anterior se ha preparado a la novia según unas tradiciones anti quísimas. Por la maiiana temprano se presenta en la casa de la novia una esteticista, cuya pri ► nera misión es preparar una pasta, compuesta con azúcar y otros ingredientes que servirán para la depilación. Hay c}ue presentarse ante el esposo sin sombra de vello superfluo. El depilatorio se aplica por todo el cuer po de la joven, produciéndole un agudo dolor. Des pués se procede a la purificación de la desposada mediante un baño ritual. Seguidamente se le sumi nistra un relajante masaje para conducirla de in mediato hasta el lecho, que no abandona hasta la mañana siguiente. A1 mediodía de la fecha fijada para conducirla a la casa del esposo, la experta da los últimos to ques a la fisonomía de la desposada, con procedi ► nientos muy originales. I. A CEREMONIA: La doncella, ya casada y no conocida aún por su esposo, se dirige a la casa de éste con los ojos cerrados y sin mover los pies, sentada sobre las manos unidas de dos jóvenes parientes, que la con ducen; pues, según costumbre del país, debe ser Ilc^^ada la doncella para contraer matrimonio y no se I^^ permite levantar los ojos ni tocar el suelo con los pies. Transportada a la casa del esposo, se la in troduce en ella empezando con el pie derecho, para que todo acontezca derechamente. ^ después de ser recibida a los acordes de la música y trasladada al preparado tálamo, se sienta en compatiía de todas las damas que la acompañan, descansa un tanto y se posesiona de su nueva casa conforme al rito arábigo; después es conducida pomposamente a un aposento ricamente decorado con preciosos paños y asientos, precediéndole gran cortejo de mujeres, en medio del sonido de flautas, cítaras y- mandolinas. Entretanto los varones se di ri^^cn con el esposo a otro salón. Cuando ya ha ocupado el tálamo, cúbrese por sus propias manos con una sábana blanca, y mien tras a las mujeres allí presentes se les permite acercarse a la esposa y ofrecerle regalos, a ésta se le prohíbe hablar y abrir los ojos. Mas, a fin de evi tar el más leve yerro en la observancia de tales ce remonias, tiene a ambos lados a dos maestras con pleno conocimiento de aquellos ritos. A continua ción, son llamados los varones para que hagan aportación de dinero, que la esposa transmite, como regalo, a las maestras en premio de su trabajo, por lo que tal entrega suele ser módica. A los parientes e invitados que han contribuido se les permite ver el rostro de la desposada, a la cual feli citan por su nuevo estado, haciendo votos por su prosperidad y la de su esposo. De inmediato es adornada por las maestras con muy preciosos verti dos, para que se levante a cenar con las mujeres, siguiendo ella sin hablar. Entonces se preparan dos espléndidas cenas: una diurna y otra nocturna. En el centro de la mesa para comer, se suelen colocar pasteles de miel, racimos de uvas cuando las hay, así como pa sas e higos secos. Está prohibido comer carne o grasa de cerdo, y beber vino. Al acercarse la hora de la noche, la esposa, sin despegar aun los labios, desciende al lecho conyu gal. Cuando aparece la luz del nuevo día, se levanta el marido que toma un cántaro y una cesta para traer agua y alimento; cosa que a él entonces le in cumbe. Tan pronto como regresa, golpea con una piedra la puerta cerrada de la habitación y la mujer le responde, y por primera vez le dirige la palabra con afecto conyugal; y colocando ella en su lugar los alimentos y el agua, comienza a gobernar su casa. Las maestras acuden enseguida, la felicitan y, cumpliendo su oficio, cortan a nivel del cuello los cabellos de la desposada, que hasta entonces pendían por la espalda. A continuación, viste por pri mera vez su traje de desposada. Sin embargo, a pesar de tanto aparato, los mu sulmanes practican la poligamia, como sabemos. Se pueden casar con varias mujeres ahora y entonces, y pueden tener concubinas sin tasa, según las posi bilidades económicas y los deseos del interesado. Dejamos el comentario a los lectores. José Navarro Payá (Bibliografía: Datos én la obra de Enrique Prieto) t Monólogo a 2 dos voces 1- tnatiana, htncs. Icrrt c^tr ltntcs ntt cs rtttttu ltts dctttús, pttrtlttc tttr qucdan cuatru díus dr rurrur, {ttr ^l ^•icrncs ^•u ntt d^t^- ^^tl{tc. ^I^icnc mi ntadr^ raztíu, uunyur }vt lc di,^a yu^ nt^; ctiUt^• n^r^insu, irnktt tutu cnt{ta nada t{u^ n^t m^ urlurtt, yuc aítn fil ttut rualrtt díus _^• ^•a ntt {tu^du rtt^cr rl sttctitt, ^•^t qttc ntc ducrnut sictn{trc tl tuinttttt dc ntrtcrntc cn I^t r^unu ^ csta nttrhr ^-u csttt^- mrdi^t h^trt dán dulr ^•ttclitts a cuarcnta rttsas. ^ttc si rl trujr,^yttc rtm ut^i trajc dr zín};^tr^t ntr ^•u u falt^u- rallr: c{u^ cuundtt ^l m^ ^•ru ^•u u s^thrr c{ui^n su^• ^•ct, lu {trtmt^ltt. l^ t{u^ tut tinE;tt ^tt };anuti dc {tttncrntc d^ltuu^ dc ^I, así, hucicndrt ^•ttnut t{ur utt Itt ^•ctt, d^ tttcdiu ludu, t{uc sru ^l t{uicn mc lluntr. Our a tní ntr ltarcrc qur lc cxigtt hicn, ^-untuti, rrctt ^tt. 1 ^^t^ u sah^r d^índ^ sr ntctr, cl títt, t{uc ntc Itt cnrucntr^t rn lu (um{ru-su ^• lturc u^trd dr runtar. I)rtidc Fic^IUS lu hc ^•istu tt-^s ^-ri^^: dtts ltttr lu r^tllr, c{ur tnr it^u-u, sr {t^^tt^ así, un íwrct rhtil^tu, ^• ntr dicr sirnt IIrC ltl ITliSttUt, t2Utt^1 liCm(w Íuhil, ntt5 ^-^rrntcts rstus Firstas, ^- s^ ^-^t, cluc ^•tt crrtt t{uc sr ^-tt tut ltttr fult^t dr ^;n nus ni dr intrr^s, ^in^t {tttryur Ir da ttlntr^^, yttr 5c uzuru, ^•ant^ts, ctnntt si ^r yncduru rnrtudn. Lu tttrct ^•rz fur cn ^I tr^ttrtt, ruwtdtt rl ^l^^nttri^t d^ la .Ittntu (^rntrul, u últintus dr atitt, {tcrtt ntr ^-ict r^^n tni ntudrr, ^• rl tt^ntu, c{tt^ ^u ^^uíu, ntr huir a^í r^tn la utunu ^ sul^ t•^n-tand^t. (I^u-tt. wm lu^ sulidu^ tlur ^^n hu,:;t^ tantltnt•tt htt^ ^^rusinn^^. llr^ar la^ t^u-^tti tt ltt 1•últrir^t. cl^^s ^urltas rtm mi ln-imu 1uu-ct ^• sr uru hií lu {u^ sc duh^t. S^^urti ytt: í•I ^r ^•^t dc ltlctncti ^- diticutrcus ltts fin^s dc ^rnt^tn^t ^• trndrú l^ts t{ttc c{tti^ru, ^- _^-ct, tuús tuntu t{ur .1ltundiu, {tcnsundtt cn ^I ^• {tas^índulus cunutus. Ouc lc rac ^l trujc dc zín,^urt, c{ttr du ^usitt ^^rrlct, c{ur estú c{ur sc rum{tc, cl trr,nrct, run ntás rti{taldus yu^• uu cttn-^lrrct. 1- a ltt tn^jttr ltt cs: ^•ctr ^t suhcr yu^ hacc, ^• dtíttdr ^•i^•r; lu t{uc dnc^ suhcrltt cs lu rtthia, hurntt ^^u d^ rtthiu tirn^ 1t {ttc ^•tt d^ ntttttjtt, ruhiu dc {clutíttcría, yur nu lu {tu^dtt ^•cr ni cu itintura, lu tnu^• ctsc{ttcrtts^t, t{ttc sc lr {tcgu ^• sr lc cucl^u dcl ltrazu ^• lct suhu, ^- ^-cngu a r^írtic sitt tuttti^-tt rtnnt ttna inth^ril. (^l^u-u t{uc u ^su tnc lu quittt }•u dc dc luntc ruuudu yuicr^t, qu^ utt ticnr mús que rucntt, c{uc cs ítccíuctiillu ^ d^ (ustclltín dc la Planu, yu^ rstít má^ li^u {ur la {turcd dc tutu ^^t^•inu. (uuttdu ĉ l tttc ^•cu cttn cl trujr t{ttc nns hcnus hcnc^t sc cuc dc culu, ^• cl {tcltt, cíttc ncs ^•tttuos a tirur tctda la tard^ dcl ^•icrncs ctt la {tcluqttcría, ^• cl súhudt pttr lu matiana cl maquill^ j^. Tcngct que a};arrartnc utaitana tcnt{truntt a la tnáyttina ^• tirar fuera tureus c^ttntt ttna lttra, ítero el jtte^•es uruhtt, ^•u^•a si acabo, aunyuc seu a las dts dc la tuatlattu. 1 unda qtte tttc ducrmtr, t{uc ^-a ntt s^ qu^ hura cs ni d^ tlu^ ludtt {tutt^rtuc 1 lttda la ^ttl ítu, dil ^^^Iftt ísc, qu^ ^stas Pi^^tus s^ ^u-ranr^t, mira si sc urranclt, yur ^ a hur^ ^•t^ ltt quc sca. 1 si ntt, m^ urruttrtt ^•tt ^• lc di{;tt {xtr bajittcs t{ttC mc ]lc^•c a bailar, tt a ttnnar rctpus, u ltt quc sc mc ^trurra cn csc monunto. I;ual lc di{;tt yuc tcnktt tnurcu ^• t{tte ntr trtttttpaCtr ^t rasa. 1- u lu nt ĉ jctr ntc culuntpict, {uc ntc salc lu sictttn, ntc cstá cs{tcrundtt una amiga, a^•cr si {ntcdt un día dc csttts, ^rira ^•cz scrá, mttnada. iQu^ ^•cr^iicnza!, t ntíts si sc ^ntcrara tni tuadrr, sicnt}trc ^•ctn cl misnut rttllu: K na, llc^•a más ruidadu quc nin,^una, yuc tít nt lic ncs {tadre ni hcrnt^uttts nta}•ctres {ttc ^uyucn la cctra {tttr tiU, ^• ^•tt cremallc nt, c{uc así m^ ^•an las cttsas, yu^ rasi tut sal{;u, t• {wr ^titt tut ltt ^-rtt, ni s^ ytti^n cs, ^• nu It^ ^•u a t{ttitur la {tri mcra {ur llc,^uc si uu ntc lu hun qui tadtt ^•a. ^[i^ucl mc {turccc quc sc Ilumu, ^lii;ucl lc diju cl rahtt cl díu dc la l^rnrrsitín, mi ntudre sicm{tr^ ittn cl ntisnttt rtttncrttrtts. ^latianet tuc Ic ^untu, ntc la^•tt lu ruru ^• a la ntát{tti nu. i( )u^ ^anas lrtt^tt dc yuc Ilc,^u^n, ruatrrt días titiltt!, ^- mi tra,jc dc zín^a r^t, int^tdre ntía t{uc truj^!, ^c ^•u ^t ^{urdur rtm lu httca ultirrtu, dc ^stas I^irstus n^t {tusa. I,a tarca, rl ^•icrncs, iyu^ suctlt^, tuuh-c!, tttetñanu... IIt^^• hc lcnidt^ cl dumin^n turri dtt: I)tts dcsttlludttras cn las tuun^ts ^• rl {tir a la ^-iruli, yur al cucr nu hu ru^idct tnul ctilut•adtt ^• ntc cítulc. 1 ^ rr^ ^ c{uc sc ntc rsta hinchundn: ^•a ^^rní. runut^r^m cl culttr dr la r.unu nt^ cítt^lr ntás. 1 ^•tt ntc Ir^-ttntu ntra ^•cz ^ ntc arucst^^ cn cl suclct cttritnu tic una tuanta. Jlcuc^s mal quc nti ntadre ncc ntc ha ^•istct las ntuucts; si nct, sc cntc^llu ^- ^a tcttl;u disr^ tctda la rcnu. ^li lrtdre nada, rctnforwc. haz lc^ quc yuicras, csu cs sancr }tcrc^ clla sicmltn cíi^icndct quc utt día tur iracu run ^dgc^ rc^tc^ u tucdic^ utucrtt. Iara dnrlc t;ustu, cn ^-cz dc mctermc u mcnuaticru mc tcníu yuc hahcr }tucstct u cctlcrriunar scll^ti. I3uutc^, runto atín qucdan^ cuatrct días ltaru Picstas, cl ^•irrncs fct^n. 1 lus Fics las yuc tuc ^•ct^• u sc^lilar, qttc cstc atict d•atuus cl ^ulp^ lcti /,íttl;arcts, qttc sct ntts lcts nt ĉ jctres, ^• ^•crí u la chiquilla cttra ^•cz, yuc nct sí: dí,ndc sc mctc. Dchc ^-i^•ir lx^r cl quintct ltinct, ntunc^t ntás ahajc^ dc la Firia, {ur dcts ^•cccs nte la hc cnccutrudu ltur allí. 1 cti alt^trudctru, t•a^i ti^l;urci, l^cirqu^ la ^•i run la tarca. 1,o quc utc l^ztsa cc^u ^lla cs dcutasi ĉ , quc ^°c^ q tc encucntrc^ a la ^Iuaui, ct a la hcrntuua dc Kuutirt ^^ ^•enga brctmas, ^• batallitas, ^- h^bla mos de todo }- hasta lcs dc^_^• una pal utada en cl culu, ^° cctn ella nc^ sé qué derirle ni me atre^•t a nadu, quc me parece que es una estrccha. 1 está comc^ quiere, la tía, uunque lo que ^nás nte I;usta es la sonrisa que tiene, ron los dientes tan blanats ^^ entor naudo lcts c^jos, que sieutpre está sonriendo. Siempre que me acuerdo dc ellu la ^•eo así, riéndose. 1 di que me la quito de la cabeza. Lo que te nía que haber hecho }•o es ir un día a la Comparsa }- ^^er los fieheros, }• en terarnte de quiétt es }• dbttde ^^i^^e, ^• buscarla. Esto^• deseando que llegue cl ^•icrucs, ^• si nct, cl 5ábudct, quc cu el dcsfilc scguru quc mc juntu run ella. Ahctra quc mc sal^u rcn quc ^u con tntu, ^• la rullu ntía, pur d ĉ jttr quc mc la quitcn. Ac^, si ^-u a tcncr raz^m Kamirc^, yuc sc trctucha dr risu run lc, dcl tncmtuitisntu, quc dicc yuc sumus más siml^lcs yuc cl ntc^-tutis mo de un hc^tiju. 1 si a nc^sc^trc,s nus I;usta, lu^. (inru días dr rurrclu tnctntundc^ zulutc^ti a Ituutu ltatltt ^• dos en la ntutttati^c. (lurc^, ltctr esc^ nctla ^^c^, se^;ttrc^ quc clla salc lc^s ^-irr ttes t- Ins sáhacíc^s ^- sc ^u ^d ^•inc, c^ dc discc,tcrus, ^ sc I^t c^tú hcucfi ciandc^ alí;ítn dcs^rttriadu. 1 ^-c^ acctstúndccmc a lus dicz l^ara lc^-an tarmc euín dc nc^chc, ^- a la sicrra. .^hí ticncs a K^unirc^, qttc csc sí quc lo ticnc ^larc^, yuc rucnta }• nct acaha, quc si con unas ^- ^cm tras, aunyuc a suhrr si cs ^-crdad. (,^uc cl tíc^ sc lc^ mctnta a ntc^dct, tir^utdct dc ruhatas ^cc,l^irhuclas, Ilc^•andu la nu^ln a tc^da {tastilla }- ccm algtutu dc ltaqucic. 1 cl fulunct, curiuta, sc rír ruandct ucts .ltnntunus cn cl har^antcs dc ccnar, u qucdur rn lus cscursicmcs ^- las suli das, ct cl matcrial quc ha^• yuc llr^•ur sc, quc dirc yuc ncs iutlantc^s dc tcí nicas ^• dr zunu^s dc mclurc^icín ^• cíc tcttnatc; sc 1unc, sc^is unc^s ntucrmcts, t-uis tt scr la sal^-ariim d^ la hucrtu dc ^lurria, quc cstáis chalultati. I3uc txt, a^^rr ^i mc ducnnc^ yu^ m^titunu tcmltrau^^ t. la fáhrira, cl h^u-und^t cíirc yu^^ ltt^• yuc sarar cn ru^ur^c díus ltts xis hc^ras dcl ^•icrncs, nu ^•a a huktcn c^cccu ni pura ^•cntilartir rl hc^cuta. íuatnt días, quc sc ltasan cn un sctlilc^, ^- lus I^i^slas. Ottc tnc ^-istct dc /,ínt^arct ^- ntc rctntct cl muudct, quc ^^^tru ^sc^ sc^tncts Iccs tu ĉ jc^r^s, Csu CS intl^cl^inahlc. 1 cstc aitc^ rctju a la ntc^ rcna ^sa ^- ntc la llc^•u ^^u sc^lc^ dc^ndc ntc d^ la gan^, }- si ha^- c^trc^ pctr cu ntrdict a ísc Ict ^chantu ^-ct ^• Ic rhafc^ la guitarra, sca qui^n sc^, ^• salc cchandct lcchcs a las bucuas t a las tualus. Dc cstas Ficstas nc Itusu, ^^tt nct sc escapa, a ^^cr si sc tuc quita la ntauía dc la chiyuilla, que a lct m ĉ jctr no eti ntúti qttc csct, una tnanía, ^ cuandct la ctnctzca ^° la tratc ^•a ^-rrc ntcts, igual sc tnc pas^. I?titc dctntiul;ct nct ha^- ntctutatia, quc ha^• %íngarcts ^ ha^^ Fiestas, ^• lct ^^atncts ^ ltasar dc l^clícttia, quc para csc^ ^•icttcn una ^•cz al aitct, fxltan ruatrc, díati, csc^ cstít «^hup^ct•, matiana ^^anxts a ir dc crá ncu cn la fáhrira, a^•cr qui restilta rcm la rhiquilla, cl ^•ierncs el dcsnta dre... .1I,hRI?I)O ROJ:1S BAN DO M 0 RO Abanderadas 1984 ISABEL TOMAS PORTILLO Comparsa Moros Realistas TERESA GIL VERDU Comparsa Moros Marroquíes ANA ISABEL AMANTE LLOPIS Comparsa Moros Musulmanes INMACULADA ARACIL SANCHEZ Comparsa Moros Huestes del Cadí BAN DO M 0 RO Capitanes y Abanderadas Infantiles 1984 Comparsa MOROS HUESTES DEL CADI M. Isabel Bonilla Martínez y José Manuel Bonilla Gavilanes Comparsa MOROS MARRO^UIES Judith París Maestre y José Sarabia Justamante Comparsa MOROS MUSULMANES Sonia Roda Pérez y Javier Sellés Pérez Comparsa MOROS REALISTAS Ana Belén Roig Juan y Alejandro Guax Gil BANDO CRISTIANO Abanderadas 1984 ROSABEL PEREZ AGUILERA Comparsa Zíngaros MARIA TERESA ESTEBAN VILAR Comparsa Contrabandistas ► ^ ^^ ^o , ^o ^ D^SI^ á^á ^t^d^an^^ ComP ENCARNITA BUSQUIER ^^ Comparsa Piratas BANDO CRISTIANO Capitane s y Abanderada s Infantile s 1984 Comparsa de ZINGAROS Carmen Mellado Vera y Salvador Casáñez Madrid Comparsa de PIRATAS Ana Belén Díaz Bonete y Enrique Deltell Bonete Comparsa de CRISTIANOS Raquel Gambín Rocamora y Pedro José Blanes Crespo Comparsa de ESTUDIANTES Comparsa de CONTRABANDISTAS Clara Isabel Verdú Llorca y M.a Teresa Puche Herrero y Francisco M. Martínez Sánchez José Enrique Navarro Pascual Hace cuurcnta aitc^s {ttc rer^rrcn lus calles cld^ttscs ^,n stt rc^}tilla nr^ra, ^círgctla hlanra, ^• su iicc^rttic^ dicric^chcscc^. (•cnultarsa d^ I;studian tcs, una de las ^•etcranas dc la Ficsta, 1crc^ que a iesar dc stts rttarettta atics, rctmc^ cuarenta sc^les, si^;ttc cc^scchattdc, tucmtttttcntalcs ralaltazas ett lc^s c^ámcnes anuales dc disril^lina }• seriedad en cl desfilc. I;n lc^s I;stttdiantcs, la tnistita I3atida dc ^Itítii^a ri^•aliia ^cm 1ti ^ctttl^ar^i^tuti en in^•cntar ictíditas cahriulati ^ regc^cijantes de^files clttc urranran atrcinadures uitlauscts a lcs es{tertadu rrs, lu luc c^intititti^•r ttnc^ de 1^s ttta^•c^res íxit^,s uuu^tl^^ dc ^stu (c^ml^arsa. [ita c^lcadu de sanc^ ^• lttlliric^sc^ c^ltitnisntc^ in^•udc cl anthicntc al Iutic^ dc la (•cttiilturstt dc I;s tudiuntcti; lu i;raria, cl dcmuire, el in^cnic^, la fiuu intencicín salpirada dc htttnur, a^•eres l^iraresrc^, rul^rirun su ln•escttri^i rc,ml^icndo cl cquilihri cc remc^uic^tici dc lc^s dc^filrs. Han sal^idc^ ictrcirlxrur lu cscnriu ^• cl ^•it^crr dc sus moredades, u^•ucltus run el lil^rc^ ^• la l^lumu. I;n tins muncs cl lúliiz sc rctn^•ierie ctt hatutu ^• lu r•^tEi^i rc^•ulcttct rcro stts lanccs ^• ltarc^diu^ chir hacctt Itrc^tar eslxntáitcatncnt^ la car^ajada ^• el al^lattsc ^. :1 tt^ta dc las ntás hcllas .1h^utdcradas de csta Ccmtltarsa, ccntrrctamcntc ^a :An^elita ^cra ^Iase ^ctsa, qttc lc fue en cl añct 19^F^, le dedicarctti lcts I;studiantes unc^s, ^•crscts que cc^pic^ a cc^ntiuua ricín: I^ttistc clcs;icia abandrrada ttttestra ^• cn ti, nucstra cnsr^ia sc ^•ic^ enjc^^-ada cngarzandci ^in hilc^s de ltluta ^• scda ttt di^•ina graeia dc alandcrada. i el rlu^•cl, tti la rc^sa, ni cl•jaztuín, ni la azucena, rc^n su nítida hlancura, lntdierc^tt igualarse a tu l^clleza; stts lítalos rc^tiser^•arc^n ttt hcrtucisttra, ^• en stt cáliz guardaron ttt l^ttreza. 1 así te qttis, Dic^s desde stt altttra ltara ctitttdic^ de lintc^reti ^• lxetuti que pla5ttiandct el cctlor de tiu5 amctres, sotiaron eti ti, iIctlreti scttiadores! rc^n la titnidez de la casta ^•ic^lettt. Yor la tranticripcibn: :1^I)KES ^IOKI;^O :1^I:1T Ia^t scílct tres atic,s, cctntuba la Fiesta, ruand^ lus 7,íngarcts irrnntlticron cn clla, con stt nuc^-c rittut dc Iandcrctas ^• la al^gre llantarada dc sus trajcs ^•istcscts v ntnlticlc^res. Iní:dita en cl ántbitc fcstcro, hacc stt alari cií^u eu cl ^alle de I;lda ascnnbrandct a las monta tias ccm lcs crc^s dc sus risas ^• sus canricmcs. I,c^s tilticis sc^lcs cíc ^[u}^c^, sc hicicrc^n ardctrct scti para attrazar lu Ilund^ra inntu^•ttlucia, cluc lx^r ^•ez 1rimcra flctrccía rtt las r^tllcs cldeuscs, ^• ^^tas sc llenarcm dc uu ruiuc^r casralt^linc^ ^• un cstrucn dct dc ultlausc^s qttc fucrn _^•a, l^ara tiicntltrc, sn tra^^^rtcn-ia en Ic^s dc^filcs. Rcrucrdct dc tm Iuchlu crrulntndct ^• a^•cntu rerc,. 1•a ihan dcsdc fincs dcl siglc .AIII, dandc^ tunth^^s pc^r esc^s mtutdc^s dc Dic^s. tnc^s dircu Inc salicrun dcl [aís dc lc^s I^aruc,ncs, utrc^s ytt^ lc^ hi cieron dcsdc lu India. I,ci rirrto ^• ^•crdad cs quc cn e1 éjidct de la (^iudad cstat^lcricrcin sn rannc^t. Yc^ licrctntíu de Icrralcs, hrillc^s tnctálicus dc llantas de histttcría, carrcnatc^s d^s^•^nrijudus, .lant^l};c^s parejcts de rc,ri^tantc run ^natudttrus, ctrejas larias y ctjos dc u^cmíu, }• al^tín }^llinu distraídc^. ^a cst^ín ahí. I?llas, rc^strus n•^aladts Irrfcr tos, ccm c^jus nc^rc^s dc los yttc ^natan; lx^ras cic fi nc^s laltic^s rctn inci^i^,n dc rurntín, alt^is rc^n stt matu dc Iclc^ al ^•icntc^, undares ^• rcnttrsicmcs cluc sun ^raria ^• salcrc^. I;llc^s, fins dc lar^us rc mcts; rc^strc^ l^irarrsrc^ rcn la frcntc fcstcmcada ^wr tttcnc^ntcs d^ 1clc^ uci;t•ct ^• Ittstt•usct. I;n la huca, una runtita dc alhahara, ct tal ^•cz uu rc^jc rla^•cl cn la c^rrju. Pacinclc^ dc scda a] cticllu, ^• cn uut ^nanc^ uit•jttnctuillc^ c^ unu ^•arita. ticnt lc^ti /,íni;arc^ti, lc^ti ^ituncti c{uc tracn su fantusía a la Ficsta dc ^Ictrc^s ^ (^rititiancts. Su :Ahandcradu hicn ltudicru scr frcricsu, aquella i;i tunilla crcuda ixn• ^Ii^;url -sin din ^• sin dcnt-, ucíurl hucn ^Ii^;ucl tan su}^cdc^r dc la rcmdiricín htuttuna -si dc ^Ic^rus o(ristiancts sc trataru-tctdct ixtndud, rc^razcín ^• cntrnditnientcr I;lc,ri^t Lni^•cr tial dc las icttus csliaitulas. V•cd retnti, untigos 7,íngarc^ti, ^•u^^tra hntnct rada iruc a cstas 1ái;inas cl rccucrdc^ dc ^Ii^;ucl de Ccn•antcs -sin dctn ^• sin din- cn cl I^• rcntcnarict de sn utttrrtr. ^•(,^ncr^is tná^ hc^nrc^sa l^icn^•cnida• ^•On^ cti ttua 7,ín^;ura ^Ic di^cs, ntirntras rla^-ati cn ntis c^_jcts dr ^Ictrct, tu lntltila azul. ^•^né cs tuta 7,ín^;ara? •l• tít mr lct ltrcgttntas? Lna `/,íngara, :lcaria, cres ttí. P^^r la transcipción: :1^I)RI;S ^IOIZI?^O :^L1I , / / , • , , • , • , ^ue con trabucos de utitrida iiituiiciótl, lar^a^ l^atillas ^• gesto retad^r, Ixmen en :a pc^licr^nnía de la I^ie^ta su estampa atra^•ente ^• ^•i^r^^sa. C^bra la figttra del Cc^ntrabatidista ttn hal^^ de admiraeión ^^ temor a la ^-ez. ^ la usanza de leja nas épocas, cuando campaha el libre albedrío ^• sc itnp^^uía la ]c^• de l^^s putios o dc las na^•ajas dc sonoros tnuellcs, rienc csta scmblanza ]c^cndaria a pmer una ntta dc flamenquism^^ ^-iril sobre la farsa Csistian^^-^Iorisca, parccc c^^ntr^ si dc ttita película, ^•al^rizada Ix^r mi cincmasc^^lc cc^l^^rista, salierait stts I^crs^ntajcs a la ^•ida rcal, iit^^adicnd^, las calles eldenses, sc^mctiéud^la5 a 5us bandida .lcs. :1si 5c agigattta la bizarría, cl adcmán rciad^^r ^• cl cshihici^^ttisin^^ dc riqt^czas l^asadas, quc I^a rccc I^rc^^mar cl gcst^^ cnsa^•ad^ dc cst^^^ c^ntra battdistas. 1 ctt inaridajc dc ant^^r ^• a^•cntttras, a la grtil^a del bri^^s^^ c^^rccl, lx^nc cl c^^nU-a}^tutt dc sti hcllcza la itntjcr esi^aii^la, ^Itic u^^ sabc dc l^cli }^r^^s• cttando es cl c^^razótt cl qtic ntattda. :1sí lc ac^^mlaña cu ^u ruta, c^ntt^ cl m^ís ^•ali^^s^^ c^^ntra baudc, inientra5 cndulia tiuti tcntc^rcti c iitcluictti dcs, c^^n cl alicnt^^ hcch^^ armta dc su sunri^a. Dcsdc la iniciación dc la Ficsta, ^•icitc Ixmicn dc^ csta (^ml^arsa sti I^ccttliar c^^l^rid^ cn cl c^ i^cctáctil^^ uittltif^rittc dc luti dcsfilcs dc ^I^^r^^s ^^ (^ristian^^ti. I^icitc l^crs^malidad ir^^l^ia, incintftiit diblc: ^• cttand^^ cl I^riutcr •jinctc (^^^utrabandista ul^u•crc, anttnciandu la llc^ada dc 1^^^ sti^•us, cl lníilii^^ ^iuc c^mtctttl^la la cntrada sabc ^{uc n^ ha dc ^^^r^.• ^lrf•raudad^^. I^ras stt :lbaiidcrada ^• Cal^itán, ^•an aIarc cicnd^^; priutcr^^, las hilcras de la gcntc de a pic, ^^nt cl trajc clásicu dcl baudidc^ andaluz, tocadas c^m cl catitc tradici^^nal, cciiida la ancha faja de ^•i^•u c^lir, la chaqttctilla dc tcrci^^l^cl^^ ^• cl ajusta du calzóit, rcmatad cu la Iulaina dc cucr^^. I?^hi bcn fcn^nncnalc^ ^•cgucr^^s, quc nr^ han saludado ]a adtiana ni dc lcj^^s, ^• a^•attzatt bizarrt^s, ^rl;ttll^t s^is, tal ^•ez {^urquc cstán sc^ur^^s dc quc nu ha dc s^ilirlcs al I^as^^, ttn ittal carabittcr^^ quc Ics 1ida cncnta dc sus andanzas. ^• tras ell^^s ciuicnza cl dcsfilc dc las ituntc r„sas cahalgaduras, quc lle^•au a 1nttt^s cl aliju. iPcr^^ ^Itt^ alij^^! (^undttcida^ }^ur I^atillud^^s m^cc tc^ncs, lati I^acicntcti mulati, lic^^an a la ^;rupa cl l^cs^t li^•ian^^ dc I;tial^as audaltizas, cspl^^si^•^s de ^racia, dc ^^^^lantcs itttilticultres ^• dc sal incridi^ nal; majcres andaccs cluc no ^-acilan eu unir su sucrtc a la azar^sa a^•cntura de sus ficr^s ac^^m I^atiantcs. (.icrra cl dcsfilc tttta fcn^^ntc^tal Carr^ za, trasunt^^ dc la alc^;ría andaluza; zambra ainhu l^uttc, l^alillos ^• coplas al ^•icnt^^ _^• tacotie^ tter^•i^^ ^^, dc l^s hailaores. S^m muchos 1os arios al ser^•icio dc la Fic^ta. ^• dc alcgría popular ett el haber de esta (^^itniat ^a, ^• aunquc ha}• m^^tneut^^s dc aptu^^s -también ha^^ épocas de crisis e^i el uoble ejercicio del c^tt trabattd^r, de td^s han salid^, c^^n cntttsiasm^ ^ dccisión. ii.^rriba COTR:^I3:1DI^T:1S!! :^^^^IZLS ^c^K^.^c^ :^^^:^^r Hc,tnhres de (^ristct ^• de lu Iatriu; ser^•idc,rr^ dr lc,s más n,blr^ idcales sittthc,lizudc,s cn la (^ruz }• ett lu c^I,adu. Cristiunos cruzadc,s cc,n lu fucrzu urrc,lladora entre su amctr a I;ti}atia i• a tiu fe, rcl,resentan a la I;tiJ,utia (^rititiuttu, a tc,dc, tttt Puchlc, qttc ^ttpct ltt chur ^• ^•cnrcr. Cc,.tnJtar^a int},resrittdiltle ett la Ficsta, si nc, exititicra, huin-ía yu^ in^•^nturla. I;titu c^ la prim^ ra Corn}tarsa; lu Itic,nera; la clue iniricí ]c,s dcsfilcs en lcrti ^•a ]r,junc,s atic,s rtturrttta. Fttr ti^s;ttidu dr^clc cl }trin^•iIic, l,c,r rttatrc, Ccnnitarsas ^• cs ttuturic, ^n su histc,riu la curJ;u yuc lc,s ccrmJur^ititas dc cntc,n^•cs llc^•ahan, rn cttuntc, a ilttsicín ^• rntttsiustttc, f^strru se refier^. La dencnnitturicín dc lu (c,mJ,arsu cti sufirien tetttrnte exl,resi^•a. I?]la runtJrrndr el scntidc, dr lu Ficstu, ^nanc^,lundc, lu I3^cttdrra hujc, rtt}•c,s uzu leti plics;urti ^c ugrultan lc,ti ^cnnJtartii^tati en d^ frnsa dc la Patria. I,u (utnl,arsa ttttís };cnuinu ^• dr ntás rattJ;^, fc^tcro, sus ^•istc,^c,ti trujr^, nr,ti hahlun de unu ép,c^ hcrc,iru ral,ullcresru ^• ltrillutttc. cblcti Dutnati cic (u^tilla. Iírrtnc,tiu^ dc,n^^ llas, Ilcinas ^• Itrudcnirs. I;l rc,saric, adntiruhlc cíc la^ tnttj^r^ti ^a^trllunu^ ^• ara};c,nc5ati, atitttriattu^ i na^•arrati, c}ttc cíirrc,n itttí,tilscr ittrc,ttlrttii,lr u l^c Il^t•c,nyui^tu, rn^•iandc, u tiu^ muricíc,ti, ^• a tiu^ hi jus, a cttsanrhar las frunteras dc la I;sIutia (^ris tiuna. Cttancíc, Ix,r lu^ rallcs cldcttscs ^•^tnct^ d^^ filur cl rurtcjc, dc las h^nnc,sas (^ristiunus, }tarcr^ quc rt ► da una dc ellu^ lta rctmido cu sí, las ^•irtu dc^ ^ttl,lintcti de Dc,ita .Iittt^na, la Iruci^n^ia dc Dcnia [3luttru, la ca},aricíad d^ ^arrifi^ic, dc Dc,tia Sanrha dr I,ara, rl dunaire _^• lu J;rariu de Dctiu •iulante, ^• cn fitt tc,dus las rttulidad^s yttc h^r nu,ticatt u lu uuijcr c^J,aticla dcsdc lc,s ticntpos he rc,i^•c,s dc lu [lcrcnu}uistu dc la Putriu. utilcs (uJtitun^ti (^xi^tianuti, itcllas ^• gcntilcs :Al,attdcrudas qttc tic,is arertadu rc,ujtntricín de la fl„r ^•c,n la ticda, I,uru Itts qu^ ttu s^ Int^ci^u t^ttrr tuúti yttc I,ulal,ra^ d^ clc,^;ic, ^• udtttir^ ► ^icín, Jtucs ^ruciati u ^llu5 ti^ hu r^^•alc,riiadc, lu Fic^ta. Lna ttutridu lista dc cnrantudc,ras mujcrrs yuc dcsdc I,ulitu •idal, pritttrru :1i,attderudu dc cstu csfc,rzada (c,m}ursu hasta : tgclita .Ia^•alo^•cs, yuc cste utic, srrá lu cttrars;acía dc lttrir lu flatttatttc ctt^ctia, }• u lu c{ttc ui la hcrntc,su Dc,ita .Iitttctta }x,drá ctt tic,tttl,r^^cr el ^n^untc, dc^ sttti };^^tc,ti dc Itrittc^tia. iilluctitcs rristianus!. I,cc,tt^s d^ Dic,s ^tt el duru ^c^tttbat^ furia cast^llana quc scílc, se abatc Jiadctsa ^• galatttc, brictsa ^• lozanu ^ctttc tttt halrcín fluridc^ d^ rc,sas tcntl,rattas ^^ utttc un nli};i„^c, ^lamc,r dc ^ant},anati. Por la transcripción: ANDRES MORENO AMAT Piratas de corazón jii^•enil, propensos a la ca inaradería ^• al btien hiunor, saben lle^•ar a la Ficsta el clima que c^rresponde a su caracteriza ciín. Yasau ^•a nnestr^^s Yiratas, alegres, bullan gneros, lej^s de ser los Piratas fieros que nos re lata la ]e^•enda. Perfectamente encajados en la Fiesta de ^I^^ros ^• C^ristianos, com^^ se deduce de l^^s escrit^^s de la Ilist^^ria. Pasan ^•a nnestr^^s Piratas, con su enseiia re laciouada con la muerte ^• que tartt^ contrasta con la ^•ida qne esta (^mparsa da a la Fiesta, ^• c^^n la qne nos delcita, a su pasu, en nuestr^^s desfiles. Sns r^^l^^res, amarillo, r^^jo ^• negro, c^^ntrastand^^ con cl aznl sua^-e qtic se ^nez^la en el hriz^^nte c^m el del rielc^, c^m ese azul, de lc^ que ellos lla ^nan su Patria, c^n el itiar, r^ni las Ilancas espu ^nas de las la^ rizadas, qne ron perfecto c^»nl^ás aztan sus harr^^s haci^ndoles halaurear, al igual que haren c^m sus I: ŝ ruadras an el estruend^^ de sus I^andas de ^Iiísica: lalance^^ ale^re ^• desenfa dad^^ cnt 1^^ que 1„s (^atx^s ^frecen sus Escuadra^ al ^^íil^lic^^, qne le cc^rresp^^nde con calnr^^s^^5 u^^latiti^^. l;s n^rtable el eutusiasin^^ de sus ^rgauizadu rc^, tratand^^ sicinpre dc rnidar c^^n ^^rgtill^ ^• esmer^^, el iuej^^r tesor^^ qne le^ fne legad^^ tx^r l^^s fttndad^^res dc ^sta, h^^_^^ ^sl^l^ndida, l^^^m}^arsa dc 1irat a^. ^ r^^m^, punt^^ final, un^^s ^•crss a la .^haude ruda dc esta (^ml^arsa en el ari^ 1977, ETF,I,^I _1 GO7._^I,E7, I;SII;^E. i(,^uí ^anas tiene la niña de ser nia^-or _^• abanderada! ^• la niiia, r^^n esa fija idea, la Fiesta, atenta admiraba sienilre junto a su inadre, ^ a 1ti l^liegues de su falda. S^^iiaba ron brios^ corcel que a sns lornos la portaba, ^ st^jctand^^ nin^- fuerte, r^^n fina man^ en^tiantada, la handera de Piratas. ^ la uiiia suspiraba run ser ma^•^r, ^- abanderada. 1 lle^í nna prima^-era. ^ cual flor fresca ^- l^zana, con esultante alegría esta auténtica festera junt^^ a los su}-os salía. 1 rotno ra^•^s de sles destell^s en su mirada s^mreía crnplacida pc^r su ilusibn alcanzada. Ser ma^-or, ^- abanderada. iI3ien te lo ^anaste niiia! iBien lo lograste muchacha! Que p^^r ser fie] a una idea llegó la fecha s^^iiada, ^• al frente de sus piratas, fue, Etel^•ina, abanderada. Por la transcripción: ANDRES MORENO AMAT Entrat^ a f^^rmar I^arte de la Ficstu cn Octui^rc dc 1976. I;1 16 de Encr^ dcl si^uicntc añ^^, ct^inridicu dc^ cc^n la rclcl,rari^ín de la ^I^dia Ficsta, 1cndiccn su ^•erde I3audera. Aerdc eslcranza al ^^iento ^• l^i ilusi^ín, dcl nacin^ieut^^ dc tui ait, dc t^na Ficst^^ de tina C^^ntlarsa. Fieles ^uardiaucs dcl (^.adí, I^atian r^^n cl I3an d^ JI^r^, ^- cl amlticntc se llcitu dc adar^as c^^it ntedias ltinus, ^• cn l^^s r^rtiz^^ncs rc^-i^•ctt ttn ltutiti d^^ gl^ri^^s. Es r^^m^^ una afirm^icim triunfal ^• ]]cna de ^^rgtill^^, dc una Ficsta quc n^^ m^^rirá ja más. Yero una ^^ ^^tra ^-cz, cn nucstra Firsta s^n dc rr^tad^^s, ]xryt^c así l^^ rcltiicrr la I Iitit^^ria, ^- í sc es stt dcstin,; ^• cl íuilctt^ ^ticrrcr^t ccdc, al l^as^ de ráfagas d^ilc^ridus, cl ardicntc l^csar dr estc puchl^, nticiiur». ^Iuc ]lura rer^^rdand^^ la n^^tul^ia dc tin iien I^crdid^^. iSal^•c Sauttiuri^^ dcl (adí!, cnsuc^i^^ ^• st^sl^ir^, dcl crc^-cntc ^ ^cr^•id^^r dc :Alít. ^I^uti d^stcr-rad^ti hij^is, cntrc trunslwrtcs dc adn^irariú^t ^• lá^rimas dc amur^tira, te ^aludainc^ti. S^^n luti Ilnctilcs dCl (•adí, l^crlu dc lus ut^^ris cas l;alati; llc^tu-á la h^^ra d^ tu rc^iirrc^•ri^ín, ^• cl p^^l^^^, dc tns anrianus ^un^iu^ l^ruttu•uu cn^•^ndi dus r^^mu ru^•i^s dc t^na ntic^-u cda^í dc ^^n^, _^^ tti nu^nl^rc (^idí, ti^rá arltin^ud^^ l^^^r ^ticrr^rc^ti ^• ut hulcs, ^^ n^^l^^di^,sas ^uzitis, ^lur huríu^ l^^^sill^ rl ^luc ^^ucl^•an a scr^•irtc tudas las mujcst^idrs d^ lti t icrra. i At^c^-c I3andcras al airc! I^csl^icrtun ^idmiraci^ín a^;itadas c^m d^^niirc f•ucrza, hrí^, ^- r^^razún. Prrdio cl cicl^ nuc^:c cstrcllas ^lt^c ahura lnrcu n^ás ^luc cl ^^^I llc^-uudu nucstr^ts I3andcras, ^^ ul dc^filur t^tu air^sas, t^^d^^s l^un^n a sti l^as^^, lx^r f^cllus ^- l^ri^n^r^^sas, ri^•a^ ulfiiinl^ras dc al^lausus rum^^ si tucran dc r^^sas. i^Iujcres ]xmit^ts! i:11andcrudas! Ouc ^-tt^str I^i^^s ^^s c^^uccda 1 mcj^^r c{u^ l^ticda dar^^s, rual ^•^^s^rirati a csta ^ctita, lu har^is ruu t^^tal cutrc^a cuaud^^ Ixrtúis lu I3^iudcra, ^ dais cntl^a^Iuc u la Ficsta dcsfilandu, la printcra. Ouc ^^s colmc dc lcndiri^^ucs. Otte ^,s c^^nscr^•c la I^tircza, la ]ntreza dc intcnri^^ncs, ^• tcn^áis tan it^cua estrclla, qtte al conquistar r^^raz^^nes, sea, p^^r b^ndad^^sas ^ hcllas. Ic^r la transcripcicín: :1^I)RI;^ ^IOKt;^O :1JI:1I• ^ I,a Huc^tc ^Iusulntanu, cs u^°cccs ficl trasun tct, ^•i^•a rcln-rsctriaciún dc la quc cn cl mrdic^•c, iu ^•adicra nttcstra Putri^t: sctltcrhia, a^resi^•a, }trrt alc^rr; la ltreseu^ia dc icts ^Iusultnaucs ccro su rit- ntct acttntlrtsadtt ^• stts uttísirus tnttrtntas, c}ttc lcs acumltait.zn, amlirntun lu csccna ltara darlc nta^•ctr rcalisutct. ^ttti I?5c•ttadrati, i^trltttduti, ittfrancltt^ultlcti, ltarcccn c}ttc fucran a rcitti^iur la lttcha ntcdic^•ul, rcmqtti5tattd^^ tir ttuc^-tt a lc,s }tuchlct^ cn dtmdc nct dctntiu^t l^t ntcdia Ltnt^t. I;l a}l^tustt cícl }ttíhli^•t^ cs cl ltrcntiu a tiu mar ^ialidad u^ajcstu^sa. Lcts htmtln-c^ t}uc cn ayucl ^Ia^•c dcl ^7, sc lauzurcm a la a^•rnturu, lu rccurr duu uhctr^t cutt tut rr^ttsttt cntr^uiuhlc, clttc tictlc, }tartt clltts, mar^tt c1C ^nu ctt tiu cttraztín. i•^ lu^ :Airutdcradas: f Iahría cluc ordcnar a la^ flctres {uc inrlitturun sus tallcts a su }usct. Iía hrí^t c}nr },tmcr u^us },ics tcd^t la intn^nsct ^tdntir^t ritíu cír nnrstrati alma^. IIahría yuc rcndir. ^t su }tasct, tttdct cl t^ttnillctc dc }titu}xri ^ fratics rittthu hantrs tlnr ^u^u-d^t }tara cstcts rastts ^1 idittma ras t^llanct. (nundt, 5c auun^•ia la }trc^rlam^tri^nt dc un^t dc ttuc^tras :lhuttdcradas, sc c}ucja rl Irc^fcta dr hahcrl^ rctladtt ttu átt^cl }ttra cntlttui^u• la hatt cícra cíc l^t (^tnt}t^u-sa ^Iu^ulm^uta. .^ l^ (:11II:1^ ^IlSlI,^1.1 ^^^ t}uirrct scr ^•a}tit^ín. ^u}titáu cíc l^t ^•^tnt}ru-sa tttás ln-ill^ttttc ^^ tuúti ruuthutia yuc cualyui^ra iut^t^iuaru. ^ 1^^ c}uirrct scr ra}titán cl^ lu tru}ta ntutittltnana. l;n ttu itrictst^ raiallct {ttc «I3ahiccau lct cn^•idiara, círsfilar^ }^ur las ^allcti rttu la ctttiu^ntc ^trrct^tut^ia dc tttt tittltátt. (cttt tttiti ^tjc,rcati, ccnt tuis ltaltuchas hctrdadas, ^•im mi ttu-ltantc dc scda, ^ mi f^tja dc csntcralda; rcttt tttis ^alzcntcs iutnha^hcts, ^• nti chalc^•ct dc ^rana. ^lás alti^•ct clu^ tut califa tnú^ fcliz t}ttc tuta ullturacía llr^•^utdct ttl ladt, una httrí rcdi^•i^•a ^u rarnc httntana, ^u^t}tu ^• ^cntil cutntt ttn tallct dc frrsra Ilata lunada. ^u }tticrtt scr raltitátt dr la trct}a musulmatta. ^Ic cu^•idiarán lcts attti^cts; ntc hala^;arátt las tuu^ha^ha5, ^ scr^ la admiraricín dr ^sta ficsta schcruna, }tttuicttdct ^tt ^llct ^ctrajc, cntttsiasntct, ^sttsttt ^- gatta. 1 u cltticrtt scr ra}tiítt dc la hurstc ntnsulmana. Ior la tr^nscripción: :1^I)I2I;S ^IORI;^O :1JL1I ^ ^. . ^ ^^^ F^^rj^id^^res de un Iml^eri^^ de grandeza bajo e] sign^^ mah^^mctan^^. _lrtífices de la guerra Sa^rta dcl Prufeta, itnhuidcis Ix^r la ^^bsesi^ín de lle^•arla en tritiiifi p^^r t^^das lus latitt^dcs. Ai l^^s ardores dcl S^1, ni la rrtidcza dc t^d^s lr^s ele^itcntos, iti la sangre n^anaiid^^ a h^irlx^t^^ncs dc stis hcridas, ]ii cicr^^n u^clla cu su áiiiiuu, f^^ijad^^ cu hierr^ c^ii teml^l^ de la mcjcn• clatie. ^Iarcada dcsdc cl a^i^^ 1951 c^ni la iml^r^^nta dc uit Pas^d^^hlc fcstcrc^, rutn ntcrccid^^ h^n»cna jc a sti iiiás i^izarr^ (a}^itán t• a st^ ^;cntil :1laiide ruda, nadic Iucdc ^,1^•idar, si ^^a cra Fcster^^ cu ayt^cl cnt^mccs, Iue las n^^tas dcl Pcdr Díaz -más quc c^ri^inal, uri^inulísiin^^ Ixr su insl^ira ci^íu ^^ nluncr^i dc s^r ^^lasinudu I^ara sti i»tcrl^rc taci^ín- fiicr^m diiru»tc mu^hc^ti uñ^^ti c] mcjc^r Pr^};ín dc nucstru Pic^ta. .I^^aquín ^lacstrc, «I?1 Tut^^^, ^ititisiast^i ^Iarr^xltií, sti^^^^ ^lasmar, c^^i^ n^rias hrilluntcs su iniiata ius}^ir^i^i^ín ^• d^dirarla sin titulc^^s a^^tr^^ ma^nífir^ ^Iarr^xluí ^Iuc f•uc alma dc lu (^^ml^arsa dtirautc mnrh^^^ aii^^s. ^iah^miu drsdc ^n tuuil^a in^;rá^^ida, dchi^í cu ^•iar tin s^,I^l^, dc ins}irari^íit al atit^^r dcl i^izarr^^ cántic^, I^^rquc s^^l^ isí se es^^lica la crcuci^ín dc csic I^as^id^^l^lc, ^{tic r^^t^licttc cn stis r^^ntl^ascs la ^;allardía dc lu C^^mtarsu dc ^l^,rus ^Iarr^xliiícs.La ^uarrialidad dc su^ c^•^^luri^^nrs, cii lus cicsfi lcs, lu Iarliri^^ari^íi^ fcu^citina, qiir u}^^rla su-jii^-c nil ^^ hala^aduru t^rescuria, la l^rilluntc iutisir^ili dad quc murrui^ tiu ritii^^^, tudc, runtrihu^^c a rcal zar lu adiuiraci^m h^iriu csta (uml^arsa ^^ctcrana }• cntusiustti. (^^i,i tititi ,-ir^^s ata,•i^^s _.° stiti ntinitt»tcs ca^^as, sus turha^^tc^ ritj^^^°ud^^ti ^^ sus l^u-^^is h^u• has, f^^rinan t^n s;riilx^ in^tislittiihlc c» l^^s dcsfilc^ ^i l^^s ^Iuc dun nt^i^;^tifircnria ^° ]^rillunicz. (^t^and^^ r^t^i (untl^arsa llcna nucstras rallcs, ^•^nt stts I?s ru^idra^, flamca^^^íu ul ^•icutu la haiid^ia dc la mc dia ltiu^t, c^ cuii^^^ iiit ir^^zu ^•i^•^^ ciel r^^tna»rcr^ de rtiai^d^^ h^^n^hres ^ic faz harV^acia ^- niurcna, Ic^•ai^ t^^V^au :1lceízar^s ^• ^Icz^^uitus ^n las ciudadcs deuucstra Iucrida I?sl^aiia. 1 tcru^inu ruii la s^iiililaiiza dc csta (^^mlar su, rcr^^rd^uid^^ I^aric dc iin^is ^-crs^^s qu^, cii aquc ]l^^s aii^s rinruci^ta, lc dcdirar^^n a:1n^^lita Díuz, cntrai^ul^lc fcstcra, quc tan i;rat^,s rc^•ucr^í^» ^uar du ^^^m^^ :^handcr^lda ^[arr^xttií. f Icruíitu sii^^ttlar: taru tu t;r^lria fcstrra ^•^i tc cntrc^u la I3andcra dc lu I^icsta ^^^^^^ttlar. Si si^ flan^antc ^^^^dcar te ^•cr^ue fas^inadura, dam^ la n^^stal^iu ui^^ra dc tu mirada dc huri ^^ csc suciiu ^larru^itií hcch^^ dc ^•cr^u ^• ain-^n-a. ^cr^^] dc ilutii^íu tcnti^rana ic di cl cicl^^ dc lu ticrra c^^n iiiia r^^sa dc giicrra csIaii^^la ^• musulmana. I;res niusa ^- (^alitana ei^trc iti csc^lta dc hnc^r. Si I;sl^a^ia tc da cl ^•al^^r, Elda tc dará su hist^^ria, Iucs t.ti bcll^za t^ tti gl^^ria t i^ric^i ^•a stt t ru^•ad^^r. Por la lraiiscripcicín: :1^UKI;S ^IOI2I;^O .1^I:^T I;stami^as de hunda fiterza esj^resi^•a u lati ^iuc lu intísira murtma tcrminu p^r dar el más uu t^ntirc, rculism^. (.i^mltarsa ^•etcrana etttre lus ^•ctera^ias, pri mcra cntre lus I^rimeras, en aquel aur^ral año I^)44. Desde sti apariri^ín cu nt^estras ralles, gan^í la ad ► nirari^íu del iníhlir^^, rcut su autenticidad realistu, r^^n stts uhigurrad^^s atncnd^s _^• la niur cialidud cn tiu^ dcsfiles. I,a ntás artisada faceta de esta Comparsu del I3aitd^^ ^I^^r^^, es su «pcrsnialidad». Con la d^^mi nantc azttl de st^ ata^•í^^, stts r^^lgantes hlatead^s, el altc^ r^ii^cte dc sus zaitatc^s ^• su escud^^, r^m lu mcdia luna tres ^•cres rstrcllada. G,n el azul dcl cicl^^ i^ur distinti^•^^, ficlc^ hcrcderus dc una grzin dczu rrcudu ix^r 1ts (alifa^ dc C^írd^^la cu^•^^s cu lures Iticen, pati^^ firnte al ritnt^^ de l^^s tintt^ales. I;nam^^radc^s del arte ^• la p^^esía, dc uua ur yuiterlura ge^métrira s^rj^rcudcntc, ^Iuc denuu riai,u cl ingriti^^ }• talcntc^, farultadcs yuc sul^icr^^n íwncr tauthi^^t, al scr^•iri^ dc una c{uimeru dc glu ria. f Ian incstt st^ 1rillant.e alurdc de scdas, aztt ]cs ^• hlunras, cn cl j^^^lírr^^mu lienz^^ dc la Fiestu cldcnse, ^• s^n ui^lat^didas a su Ias^^ las niarrialcs I;sruadra^, al igual yuc 1^ han sid^ sus :^hundc radas. I:n a}rctadus I;s^•nudras a^•anzan hierátir^s ^• estrciuerrd^^res r^^m^, tii fi^cran u iniritir l^ eix^ i^c^•u ^^ ^i sujnzgar a nn i^t^ril^^ ^•alcrcsc. Su^ ntctúlir^^s I;srud^s, s^^ste^iid^^s p^^r hra zus ft^crtcs, ^•tn•tid^^s cn el }^a[allur dc la ^^ida r^^ti diana, gnardun síl^i 1^s grandcs ^^raz^^ncs dcl u^und^, del trahuj^^, clue sc aIrestan a rc^•i^•ir las cstunt}^us de la Ilisturia, al ntisniu tie ► np^ qne disfrutan de tuta sana alegría c^mtenida baj^ sn tu^ifurme. 1 así l^^s ^I^^rus Rcalistas, nus l^arrreu uu }^u^^^ l^^s guardiuucs dc las i^t^•i^lublcs esenrius de la Fiesta, ^^ del a^uhiente nt^rtuto, qtte nn día a] canzí sus ma^•^^res fast^s en esta nuestra Yatria chira, yne es I;I,D:^. :^ la :lbandcrada de l^^s Realistas dc 1^s u^ittti 1982 ^• 19H^: se^i^trita :^L^I:1GR0 OKIEG:^, atttt`ntira ^I^,ra de lus :11l^ujarras. Scílc^ etitciti mc^rc^s festeros, qtie ix^r llamarse realistas s^íl^^ ^•i^^en realidudes, puedcu l^resumir goz^^sos de ser ell^^s 1^s printeros, ^• l^ur cll^^ son famos^^s en I^^s ántbit^^s fester^^s, qtte a la fiestu en general ^• a la mtestru, la primera trajer^^n al desfilar, la recia estirpe agarena, la esencia de lo real, ^^ a una bella abanderada arrancada, sin ^•ic^lencias, de las tierras de Granada, }^ cu^•^ nombre es Pilar. Yor la transcripción: :1DRES ^IOKE^O A^I:1T • 1 . 1 . 1 . . 1 . • ^ ^ ^ Bando Cristiano COMPARSA DE ESTUDIANTES Mayores: DESIREE AGUADO RICO ISIDRO AGUADO SANCHEZ Infantiles: CLARA ISABEL VERDL LLORCA FCO. MIGUEL MARTI:^EZ SANCIIE1. COMPARSA DE ZINGAROS ^Iayores: ROSABEL PEREZ AGUILERA RAUL PEREL LALIGA Infantiles: CARMEN MELLADO VERA SALVADOR CASA:VF.7. MADRID COMPARSA DE CONTRABANDISTAS ^tayores: ^1ARIA TERESA ESTEBAN VILAR JOSE MIGUEL HERRERO CUENCA Infantiles: MARIA TERESA PUCHE HERRERO JOSE F.NRIQUE NAVARRO PASCUAL COMPARSA DE CRISTIANOS Mayores: M a ANGELES JA^:^LO1I:S GIRONES LUIS JAVALOYES SEBASTIA Infantiles: RAQUEL GAMBIN ROCA110RA PEDRO JOSE BLANES CRI.SPO COMPARSA DE PIRATAS Mayores: ENCARNITA BUSQUIER RICO ANTONIO MARTINEZ BERNABEU Bando Moro COMPARSA HUESTES DEL CADI Mayores: INMACUL:ID:^ ARACIL SANCHEZ VIANUEI. AR:^CIL SANCHEZ Infantiles: MARIA TERES:1 BONILLA MARTINEL JOSE ti1ANUEL B011LLA GAVILANES COMPARSA DE MUSULMANES Mayores: ANA ISABEL :^^4:^:VTE LLOPIS MANiEL AM:^NCE LLOPIS Infantiles: SONIA RODA PERI:!. JAVIF,R SF.LLES PF.RE^:7. COMPARSA DE MARROQUIES Mayores: TERESA GIL VERDU PF.DRO GRAS CHINCHILI,A Infantiles: JUDITH PARIS MAESTRE JOSE SAR.ABIA JUSTAMANTE COMPARSA DE REALISTAS Mayores: ISABEL TOMAS PORTILLO BENJAMIN RLF.DA CATALAN Infantiles: ANA BELEN ROIG JUAN ALEJADRO GUAX GIL [nfantiles: ANA BELEN DIAZ BONETE ENRIQUE DELTELL BONETE Comparsa ESTUDIANTES FRANCISCA MORAN GONZALEZ C.7 .. ^ ^ ^ r . ^1,^J ABANDERADAS 1983 ARANZAZU ROMAN ROMERO (Infantil) CANDELARIA SANCHEZ MORENO GEMAPUCHE HERRERO (Infantil) Comparsa CONTRABANDISTAS ABANDER.ADAS 1983 LAURA AMAT GALIANO AQUITA M_IRA VERDU Comparsa CRISTIANOS ABANDERADAS 1983 M.a ADELA YAÑ EZ AMOROS (Infantil) MERCEDES ANDRES ALORAS Comparsa PIR.ATAS ABANDERADAS 1988 SONIA JUAN ORTUÑO /Infantil) Comparsa HUESTES DEL CADI ABANDERADAS 1983 INMACULADA ARACIL SANCHEZ MARI-SOL MARTINEZ PAYA (Infantil) Comparsa MUSULMANES ABANDERADAS 1983 M.a JOSE MARTINEZ TORREGROSA l ill4!!!^l^Ini ^ ► ^ .. „.: 1i ► rl ► ► ► ^ v ^ ► . ► ^ ► ^ ► ^ ► ^ ► t ► ^ ► ^ ► ^^^^^^i^ ^ e^ ^ ^^^^^^aoo^^^^c, ► ;ae^ ^^^®^^^ ^^^^^^^, t^ñi M.a TERESA NAVARRO BEL (Infantil) SANDRA SEDANO MARTINEZ (Infantil ) Comparsa MOROS MARROQUIES ABANDERADAS 1983 MARIELA AMAT JUAN SALUD ANA MORENO LOPEZ (Infantil) Comparsa REALISTAS ABANDER.ADAS 1983 MARIA PILAR ALMAGRO ORTEGA Homenaj e a nuestros pregoneros Con moti^^o de eumplir este año, nuestra Fiesta, su Cuarenta ani^^ersario desde su reinicia ción, y haber aleanzado nuestro I3oletín Festero el n.^ 25, hemos querido rendir un modesto ho menaje a todos aquellos que ocu paron nuestra Tribuna de Prego neros, y que con palabra eálida, cariñosa y aleccionadora supie ron cantar nuestra dedicación festera para intentar hacer algo positi^o por nuestras tradicio nes, y recordar aquellas efemérides gloriosas y el deseo de nues tros antepasados, bien es verdad que no todos, por eonseguir la unificaci6n de nuestros Pueblos. SERAFIN ROJO CAAMAÑO Pregonero de la Fiesta 1976 Para conmemorar esta efemé rides, solicitamos su colabora cibn, a la quc han correspondido de manera unánime, y a conti nuación iiisertamos los trabajos que cada uno de ellos nos han en^^iado. A todos v cada uno, desde las páginas de esta Revis ta, a la que este año le han dado un prestigio encomiable, les damos las más expresi^^as gracias, porque han demostrado que es tamos presentes en su reeuerdo al igual que ellos permanecen ^^i ^^os en el nuestro. Empezamos con el dibujo de SERAFI, nuestro Pregonero del año 1976, que ocupa la portada del 13oletín, y autor, como todos saben, desde el aiio 1971, de todas las portadas de nuestras Re ^^istas de Fiestas. 1 a continua ción ^^ por orden cronológico, in scrtacnos los trabajos del resto dc los Pregoneros. EVARISTO ACEVEDO GUERRA Pregonero de la Fiesta 1971 LO S V ERD ES F1 concepto de «verde» no está bien visto en este país donde la Academia llega a definirlo como «indecente, obsceno». Ampliando el concepto en su «Enciclopedia del erotismo», Camilo José Cela menciona esta expresión: «DARSE O PEGARSE UN VERDF». «Magrearse, darse el lote». ^Quiere esto decir que los llama dos «VERDES», triunfantes en las recientes elecciones alemanas, pues consiguieron Ilevar diversos diputados al Parlamento, son partidarios de pasarse la existencia trajinando sobre colchones? En absoluto. Su programa es restablecer la ecología, propugnando una «repoblación forestal» que dé al campo los árboles necesarios ya que en un campo sin árboles, las aguas y los vientos se llevan trocitos de arena; trocitos de piedra. Los árboles, constituyen la muralla que lo impide. Si no fuera por los árboles, el campo acabaría desapareciendo, víctima de la erosión. Pues bien: el hombre, es como el campo. La psicología humana también puede erosionarse víctima de las aguas de las adversidades y de los vientos de la tristeza. Para evitar esa erosión y seguir resistiendo, el hom bre necesita contar con los árboles de la alegría. Ya Cervantes, en el capítulo XI del «Quijote», advertía: «Las tristezas no se hicieron para las bestias, sino para los hombres; pero si los hombres las sienten demasiado, se vuelven bestias». Alerta contra el peligro de la tristeza. En tus manos tienes el extraordinario con el cual el Boletín de In forinación Festera alcanza su número 25. Son años informando de la Fiesta inherente a las famosas Compar sas de Moros y Cristianos; de organizar los actos que acompañan a una Fiesta ya tradicional. Veinticinco números, en una palabra, fomentando esa alegría que todos necesitamos en estos tiempos en que tanto se habla de instalación de «misiles», conflictos bélicos, posibles holocaustos nucleares... Junto a los «VERDES», de fensores de la «repoblación forestal» para salvar el campo y la ecología, formemos cuanto antes el grupo de los «FESTEROS», partidarios de las Fiestas, para conseguir la «repoblación psicológica del optimismo» y lo grar que crezcan, en todos nosotros, los árboles de la alegría. Esa alegria que nos ayude a tener fe en el porvenir; esa alegría que nos haga trabajar sin desmayo en el presente, para conseguir un futuro mejor. IAdelante la FIESTAI ^Vivan «LOS FESTEROS»I Evaristo Acevedo «... Ya sabes como es...» FRANCISCO GARCIA PAVON Pregonero de la Fiesta 1972 Era la única risa clara, sabrosísima y contagiosa que yo oía en aquellosdías terribles, cuando empezó la gue rra. Parece que la veo en la esquina de la Plaza, dándose manotaditas en los muslos v cabeceando con la risa en tre los bucles de su melena clara... Y por lo que supe en seguida, no tenía motivos para estar contenta con aquella tragedia que en toda España enterraba corazones. ... Sí, creo que fue el contraste de su ^isa con aquel entonces, aparte, claro, de su hermosura deportiva, de su andar prisoso, del meneo de sus talones y de su espalda, lo yue me hicieron echar tras élla. Y paseábamos por aquel Parque de árboles olvida dos, haciéndoles recordar, con las cosas de ella, la paz recién ida. Qué cortos se me hacían junto a ella aquellos paseus de moreras, que durante mi infancia, recién pasa da, me parecían larguísimos. Qué rápida me llegaba la hora de volver a casa, al caer la tarde, cuando ella se iba con los suyos a preparar la cena. No he vuelto a sentir aletear junto a mi cara y junto a mi oído, parpadeos tan contentos como los de sus ojos clarísimos; ni risas como las suyas que parecían dar be sos de sonido y prometer días diferentes. Pero ahí terminaba todo. :Vo había manera de besarla, ni de hablarle de amor, en serio... Se escapaba. Mientras nos referíamos a otros, a cosas que pasaron, o vidas paralelas del tiempo y de la calle, ella era un festín de manos en el aire, de párpados rebotasoles, de cortinas de palabras de risa que no te de jabui escuchar a los pájaros... Pero así que le alargabas el labio, buscándole la cara u otro labio, o le ponías enci ma la mano, aunque sólo fuese en la suya, se te escurría en I,^ ^^s^^uridad como si t^ivic^ra los hon^hros d^ r•^^rti, s^^ meii,^ d^^trás de los evónimr^s r•omo si fu^^ti^^ .r ha^•er aguas, o echaba carreras infantiles, pero sin dejar de reír... Como si jugase «a que no quería». Y pasadas unas semanas, sin una sola caricia, un beso o un calor, sin más recuerdos que sus palabras y ri sotadas revoloteras, empe ĉ é a dejar de verla, como se deja todo en esta vida cansina. Mientras duró la guerra, después y después, la vería con unos y con otros en el pueblo, en la capitaleja donde casi siempre vivía, y en Madrid, pero sólo así, moviéndose y sonándose en el aire. Si pasaba algún tiempo sin encontrarla y preguntaba por ella a sus familiares o amigos comunes, me decían siempre igual: -Que no había envejecido. Que estaba como siem pre. -Que seguía soltera. -Que «ya sabes como es». (Algunas primaveras coincidimos en viajes a Italia que organizaba el Instituto de Cultura. Y Siempre en el avión, en coches, .góndolas y museos, la veía con sus mis mos manoteos y gozos de toda la vida. Pero eso sí, cada viaje con un hombre diferente. Y no fallaba: me saludaba désde lejos, con su boca, sus ojos, su melena y su cadera contentísimas). Ya se quedó sola -me dijeron otro día mucho des pués-. Y vive sin nadie, pero nadie en su casa... «ya sa bes...». -Algunas veces la veía con hombres ya muy mayo res, hasta la hora de la cena que siempre volvía a casa, aunque no tuviera a quién prepararle. Hasta que ayer mismo supe que había muerto... Y como no me la podía imaginar callada, sin dar un paso, sin mover la cabeza, y sin brillarle los ojos, cogí el coche y me planté en su casa. En medio de una habitación muy grande, entre un sudario blanco, de monja veraniega, estaba echada cara al techo. Seria, muy seria (pues no quiero mentir).... Pero a través de sus párpados y en las aletas de su nariz, se le notaba como un amago de risa, de una risa que podría estallar unas horas más tarde, cuando sólo la escucharan los que nada cuentan. Y cuando me puse de rodillas pegado al ataud para darle en la frente un beso de despedida, sin pensar, bien lo sabe Dios, que era el beso que no pude darle nunca, una sobrina suya que rezaba entre las velas me tocó en el hombro: -Por favor, no se acerque. Es lo único que ha dejado dispuesto: «Qiie no me toque ni me bese nadie, por Dios». «Ya sabe usted como era» -me dijo la sobrina con voz de rezo y los ojos alzados como si escuchara todavía a su tía muerta-. ... Ganas me dieron de quedarme toda la noche ante el cuerpo presente. Pero no me atreví a verla, durante tanto tiempo tan callada. Y pensé lo hermoso que debe ser morir dejando sólo el recuerdo de unas sonrisas y de unos ojos alegrísimos, sin caricias, sin besos, sin carne tocada. Sin más. F. García Pavón Pre^^oncro 1972 Del festivo PREGO que Jorge Llopis pro nuneió en el año 1973 hemos elegido la «letrillap con la que empezó el misr,io, y que dice así: Fabio, escuha mi cantar: Si alguno por jorobar cuco, te intenta engañar con naranjas de la China, ichúpate esa mandarina! Si ^^es, buen amigo Fabio, que hoy se tiene por un sabio al que mo^•ió bien el labio para dar la coba fina, iehírpate esa mandarina! Si publica un tabarrón un poetastro de figón, que nutre a sus musas con aceite de trementina, ichúpate esa mandarina! Si el ricachón zurumbático, antipático }^ asmático, se fuma el puro aromátieo ^^ trí, la ^•il tagarnina, ichrípate esa mandarina! Si se alaba al que es un cero, }^ ^es que bulle, rastrero, ^^ que pasa por acero lo que sólo es eartulina, ichírpate esa mandarina! Si ^•es que estamos eauti^^os, de miles de ejecuti^-os que succionan corno chi^•os las ubres de la rutina, ichírpate esa mandarina! Si triunfa de sopetón el astuto lagartón, que pasa por Cicerón ^• es menos que Catilina, ichúpate esa mandarina! Si compruebas que grotescos, formando mil aral^escos, ha^• en Esparia más frescos que en la Capilla Sixtina, ichúpate esa mandarina! Si ^^es que en T.^.E. trabaja un sansirolé sin otros méritos que ser natural de Argentina, ichúpate esa mandarina! Y si me ves con mandanga, hacer un corte de manga, a esta letrilla de ganga, que aquí mismo se termina,ichúpate esa mandarina! JORGE LLOPIS ESTABLIER Pregonero de la Fiesta 1973 Y terminó el Pregón con este Soneto dicó a ELDA: ació sobre los sólidos ^^eneros de una tierra de fuego ^- sed vetusta: tierra apreLada, pálida e injusta, refugio v barbacana de halconeros. Pareeió que se hundía en los esteros de elásica pereza, pero, augusta, se desnudó, y ninguno se disgusta, porque útil y capaz, trabaje en cueros. Si su aridez apenas le da flores se fabrica con piel su Califato se ríe de los peces de eolores, y se deja en^•idiar sin arrebato porque el zapato de sus detractores no le llega a la suela del zapato. que de ANTONIO GALA Pregonero de la Fiesta 1974 // ^`, ^ - I SO1 ETO Por saber tuyo el ^^aso en que bebías, una tarde de Junio lo rompiste. Bebió la tierra el agua, limpia y triste, y ahora tienes la sed que no tenías. Quizá otra ^^ez ^^endrán los buenos días y bebas sin mirar, como bebiste. O quizá el ^^aso en el que te ofreciste otras manos lo quiebren, no las mías. Igual que el que de noche se despierta y busca cerca el agua preparada, te buscó a ti mi ^^oz y no escuchaste. Pon a tu corazón desde hov alerta: no nieguen a tu sed enamorada el mismo sorbo aquél que derramaste. Antonio Gala ALFREDO ROJAS NAVARRO Pregonero de la Fiesta 1975 Lo que queda después de la Fiesta Preguntémonos, con ocasión del veinticinco aniversario de esta publicación, sobre la utilidad de un boletín festero en una pobla ción determinada; sobre las razo nes que justifican o invalidan su existencia. Veamos: Una publicación de este tipo posee unos cometidos básicos que son comunes a muchas otras: re señar lo acaecido para conoci miento de sus naturales destinata rios; informarles de lo que está previsto que suceda; recoger la voz, las opiniones de los mismos lectores; y asimismo, la voz, las opiniones y las directrices del or ganismo editor. En este caso concreto, el de una publicación que edita la Junta Central de Comparsas de Elda, ciudad cuyo elevado censo de po blación obra para que las noticias no puedan Ilegar a conocimiento de todos por transmisión oral, conducto a veces suficiente en pe queñas poblaciones, la necesidad de un boletín de información es evidente. Las Comparsas tienen en él un vehículo para la difusión de sus actividades, de sus proyec tos; los festeros, no obstante que una pasividad censurable obre para que apenas hagan uso de él, pueden canalizar a través de sus páginas aquello que muchas veces opinan «sotto voce» entre unos cuantos, o en la barra del bar, y que en no pocas ocasiones puede ser útil y constructivo. Sin descartar tampoco aquello que pueda su poner censura, desacuerdos que deben manifestarse y son conve nientes para corregir pautas de conducta. La Junta Central, el or ganismo que edita el boletín, es indispensable que dé cuenta en él de su labor, de sus decisiones, de todo cuanto constituye su activi dad. Y de algo más importante to davía: de sus directrices, de su fi losofía acerca de la Fiesta local en una tarea de formación del feste ro con el fin de rectificar actuaciones, depurarlas, de mostrar los mejores caminos. Labor que con frecuencia se olvida. Los órganos rectores, casi siempre, no son más que simples administradores, efi cientes organizadores y puntuales fijadores de horarios y otras cir cunstancias de índole exclusiva mente práctica. Y algo más es un boletín feste ro local, muy importante para la Fiesta a que se dedica. Es el cro nista fiel, el historiador infatiga ble. Episodios, datos, fechas, nom bres, sucesos, proyectos -unas ve ces fallidos, otras llevados a feliz término- encuentran en el boletín el más adecuado, fijo e indestruc tible continente. Es, en suma, la historia de la Fiesta. Un solo nú mero no es nada; pero todos ellos juntos, al cabo de los años, son todo cuanto queda de la Fiesta. Porque ésta, no obstante la pa sión, el gozo, la vitalidad de la que está impregnada, pasa; y al cabo, transcurridos los años, se diluye en la memoria. Y esa gran lección que el estudio de la historia trae consigo en cualquier actividad hu mana, puede aprenderse, y aplicar sus consecuencias, en las páginas de un modesto boletín, con solo que éste haya sido tenaz, incansa ble, perenne. ^Cuánto daríamos hoy, en cualquier población feste ra, por poseer un boletín periódi co que arrancara de los comien zos de la Fiesta hasta la actuali dad! Sería una joya inapreciable para la población y la Fiesta en cuestión. Y esto se consigue sin desmayar en la tarea, con sólo es tas simples hojitas volanderas, siempre que no falten a la cita pe riódica. Una a una, harán la gran obra. Dicen los chinos que el ca mino más largo empieza con un solo paso. Alfredo JENARO VERA NAVARRO Pregonero de la Fiesta 1977 Por circunstancias especiales que a ello me obligaron, formo parte de la baraja de Pregoneros de nuestra Fiesta. Sin duda alguna la carta de me nos valor del conjunto que hasta ahora logramos reunir, y que en lo único que quizás les aventaje a todos es en el número de años que tengo acumula dos. Pero aunque no fuera así, por servidumbre del cargo, y por haber contribuido al nacimiento de este Boletín Festero, me vería obligado a colaborar en él en ésta su 25 edición. Este Boletín, que nació en el mes de Enero de 1979, fue pensado para que a través de sus publica ciones fueran apareciendo de una manera periódi ca el conjunto de noticias, muchas veces intrascen dentes, que nos darán, el día de mañana, el pulso de todo lo acaecido, y que junto con la Revista de Fiesta, conformarán la pequeña Historia de la mis ma. Me gustaría que su publicación no se viera in terrumpida, ni por la dejadez, ni por el desánimo, no ya de los que hoy componen el pequeño grupo de Redacción, sino por todos los que lógicamente habrán de sustituirlos, y que esperamos lleguen a él imbuidos de la necesidad de ir reflejando, de ma nera fehaciente, todos los acontecimientos, por muy insignificantes que parezcan, para que, al cabo de los años, se pueda recopilar la Historia, de la que en la actualidad carecemos, de lo que ha sido nuestra FIESTA desde su reiniciación. Este año cumplimos los CUARENTA de nues tra existencia Festera, y la demostración de que ya somos alguien, es la espontánea colaboración que tenemos el honor de publicar de casi todos los que pasaron por nuestra Tribuna de Pregoneros, que han respondido de manera efectiva y afectiva a nuestra petición de colaboración para conmemorar el número 25 del Boletín y nuestro flamante cum pleaños. Solamente falta a nuestra cita, quizá el más festivo de los que ocuparon dicha Tribuna, el por desgracia ya desaparecido e inolvidable Jorge LLO PIS, y como grato recuerdo de su aquella magnífica actuació ► i, insertamos una parte del Pregón que pronunció el 14 de Abril de 1973. No pretendemos en la Fiesta ser los mejores, pero nuestra dedicación y entusiasmo, el de todos, para mejorarla y engrar^decerla se ve coronado, en la presente ocasión, por estas muestras de afecto y de cariñoso recuerdo de todos y cada uno de aque llos que pasaron unos momentos entre nosotros y para siempre quedaron prendidos en los lazos de una AMISTAD que esperamos sea tan duradera como la vida misma. Jenaro Vera E l núm er o XXV JOSE A. SIRVENT Pregonero de la Fiesta 1978 Cuando empezamos con este Boletín Festero, teníamos más entusiasmo que conocimientos de cómo hacerlo, pero la idea fue bien acogida, ha sido luego bien divulgada por muchos, y menos reconocida por otros, y hoy con mayor entusiasmo si cabe y ĉ on idénticos conocimientos a los de antes nos encontramos con unas bodas de pla±a, que está bamos seguros de alcanzar pero que nos auguraban inás difíciles de lo que en verdad han sido. 1^Iientras, nuestra Fiesta ha ido evolucionando a mejor, los festeros van consolidando su espíritu festivo y también festero, y se ha alcanzado el ran go de Fiestas de Interés Turístico, con lo que ello supone de reconocimiento a una labor de unos cuantos y de todo un pueblo respaldándolos en los momentos claves de nuestras celebraciones. Hemos tenido muchas satisfacciones y también algunos desalientos. Nos han faltado apoyos y nos han sobrado consejos, aunque éstos también han sido pocos. Pero nos queda la alegría de seguir an dando, de dar cumplida noticia de la Fiesta de Elda, de llevar ecos de la misma a muchos eldenses ausentes, de dar noticia de ella a muchos festeros de otros pueblos unidos a nosotros por el espíritu común del amor a los Moros y Cristianos, y tam bién tenemos la satisfacción de que vayan quedan do escritos algunos datos de nuestra pequeña histo ria, para que nunca se pierdan en los vericuetos del recuerdo. Hemos de dejar constancia también aquí, de nuestro agradecimiento a todos los pregoneros de la Fiesta de Moros y Cristianos, porque han acudido con sus escritos a darle mayor realce a este ani versario, al igual que en los diferentes años, acu dieron a darle más realce con su palabra al acto de proclamación de abanderadas y capitanes, para cada uno de ellos, con el testimonio de afecto de este pueblo al que ellos no olvidan, y desde el cual no se les olvida tampoco, y la palabra gracias, así, sin adornos como corresponde a la sinceridad y a la verdad que no necesita de ropajes ni aditamen tos para ser buena. Y finalmente, quisiera, al igual que hacen nuestros cabos de escuadra en los desfiles, abrir los brazos en un saludo a todos, y en una invitación a los que quieran colaborar para que no sólo sea un hecho cierto el número 26, sino todos los demás para alcanzar como un nuevo punto de partida el número 50, en unas simbólicas bodas de oro, por Elda y por su Fiesta de Moros y Cristianos. José A. Sirvent ZItiGARO MULLOR t^`^ I ` at ^ A Elda y su Fiesta de Moros v Cristianos Elda es citidad hcrmc^sa, con ^^ sin Fiesta. Elda: armcmía ^^ arte, histc^ria ^^ gesta. A las Fiestas de Elda llegué tin biien día y quedé ccmtagiada de su alegría. .lunio }^ Fictitas de I;lda tan hiilliric^sas, repletas de mujeres, flc^res hcrmosati. De Alcc^^- cl Capitán, de Sax los Pajes, de Elda la fantasía para lc^s trajcs. Salen ^^a lc,s festcros con San Ant^n a reec^rrer las calles en prc^ccsi^u. I,le^^a el calzad^ de I;lda al ttti^itdo entcrc^ noticias }^ el bucn gusto del za1atero. En ruinas el Castillo un día herntc^so, i(,^uií:n tc pudicra ^^er ^wc^^c^ ^^ fart^c^su! Seráfico 1oeta, te has i^ticstc^ seri^ Cn lc^ti hrllnti ix^ctnas dcl (cn^ciitrric^. Castclar ^^ :^zc^ríu -1alahra ^^ 1lumu con Elda cn cl ramin^^ dc su f^^rtuna. inidc^s ett la Fiesta, juntas las rnanos, ^^art alegres los :^Iorc^s ^^ los Cristianos. Acabada lu Ficsta nos marcharemc^s perc^ al ano sigtiiente ya vol^^eremos. Conccpcicín Qucro Lacruz MIGUEL CANTO CASTELLO Pregonero de la Fiesta 1980 25 números del Boletín Festero Si cumplir años es siempre un acuntecimiento importante, excepto en las mujeres cuando pa san el •Rubicón• de una edad siempre indefinida, el llegar a los ^^einticinco números del boletín fes tero de la Junta Central de ^loros y Cristianos, es una efemérides que bien ^^ale la pena festejar. Posiblemente desde el prisma de Elda, no sé si le dará la importancia que se merece, pero des de la lejanía que supone la distancia física que nos separa, a mí me in^^ade un sentimiento de sana en^^idia, con esta publicación, que para mi pueblo y su Junta de Fiestas quisiera. Pienso que a los viejos pueblos festeros, se nos va cayendo el pelo, con uu vivir de renta y de historia, anquilosados en una tradicibn, a^^eces, inmo^^ilista, que cree estar de ^-uelta de todo y que ya ha toeado techo. 1 como un siempre mira la Fiesta de las diferentes poblaciones que forman la U:^DEF con ánimo de aprender, en ^^uestro F3ole tín he encontrado el espejo de esa sa^^ia nue^•a y reno^^adora que el mundo de la fiesta necesita. Y si hay un refrán ^^alenciano que dice que ^tota pedra fa paretn (perdón, Jenaro, por el inci so vernáculo), la historia de la fiesta eldense, a través de su Boletín, se va haciendo muro roque ño, piedra a piedra, con la sencillez y htunildad -sin espeetáculcr de esas noticias entrañables, desde las letras de luto, los reeuadros, las poe sías, los cortos festeros llenos de noticia de enor me actualidad, para coneertirse en la Historia con mayúscula, que el paso de los años, como en los buenos vinos, se encargará de madurar ^- de ha cerle la justicia y el honor que se merece. Las veinticinco ^^elitas de esta tarta literario festera merecen esta ^^ez un cirio pascual como el ruedo de un coso taurino, y al felicitar a la Junta Central, y en especial al equipo de redacción, me permito cambiar la música del consabido •iCum pleaños feliz!^, por el de la •Elda ^Iusulmana•, que siempre sonará mejor... ^Ii^uel Cantó FERNANDO VIZCAINO CASAS Pregonero de la Fiesta 1981 Teoría y práctica de l fuego Por F. VIZCAINO CASAS Las antiguas civilizaciones le consideraron uno de los cuatro elementos de la naturaleza. El diccionario lo define como calórico y luz produci dos por la combustión. Pero es mucho más que eso; porque real o metafóricamente, el fuego aparece de continuo en la vida humana. Fuego en la sangre, se dice para significar ardores sentimentales. Manifes tación de la divinidad, creían los persas; y le rindieron culto en Grecia y en Roma, y las vestales se encargaban de mantener siempre viva la llama votiva. Como se mantiene en monumentos contemporá neos, tales como los dedicados al Soldado Desconocido, en prueba de que su recuerdo permanece inalterable para la Patria. ^Fuego! así, con admiraciones: apártense, que disparan. Fuegos fatuos, que asustan a los supersti ciosos, pues aunque sean consecuencias de la infla mación de sustancias vegetales o minerales, tal mente parece allá, en los cementerios pueblerinos, que se trate de un desfile de almas en pena. A san gre y fuego: como funcionan hoy ciertas gentes mal vadas, empecinadas en sembrar terror. El fuego de San Antón fue enfermedad maligna en los siglos X a XVI, una especie de gangrena, que producía an gustiosos ardores. Atízar el fuego, es azuzar los ren cores, incrementar las diferencias: no es recomen dable, pues. Jugar con fuego; ya saben, lo que hacen los imprudentes, los osados, los poco juiciosos; tampoco se recomienda. Fuego del infierno: el que debemos procurar no conocer nunca, aunque los modernos teólogos hayan aclarado que se trata de unas llamas simbólicas, de un quemarse en desazones espirituales. Y los fuegos artificiales, que son los fetén, oi gan, a ver quién osa discutirlo. Esos que montan en el cielo su escenografía multicolor, lo mismo que a ras de tierra corren los cohetes y los masclets y las tracas. Es la orgía de la pólvora, matrimoniada con el fuego. Uno de los alicientes esplendorosos de las fiestas de Moros y Cristianos. iQué fiestas, Dios mío! Moros suntuosos, embutidos en trajes de seda, terciopelo y raso; arcabuces relucientes; bar bas perfiladas; turbantes como amapolas sobre el campo de la teórica batalla. Enfrente, los cristia nos, también compitiendo en elegancia, en marcialidad y en orden. Todos van unidos estrechamente, pegados unos con otros, como deben ir los pueblos que quieren llegar a la prosperidad. Luchan las comparsas entre sí a bombazo limpio; fuego y pól vora, una vez más como protagonistas supremos del festejo. Las hermosas mujeres asisten, entre di vertidas y asustadas, a la sin par confrontación. Elda se estremece de ruidos y de alegría, de rivalidad noble y sano júbilo. Después de la incruen ta guerra, moros y cristianos, tan amigos, confra ternizan frente a la paella; aquí traemos a Hassan II y se arregla en un periquete el problema de la pesca. Porque esta fiesta es una hermosa lección de armonía y convivencia, un ejemplo de humana solidaridad en el regocijo. Por encima de otras y muy solemnes motivaciones históricas, tengo para mí que lo mejor de los Moros y Cristianos es que fomentan la cordialidad y el recíproco afecto. Fijáos en esta trascendental cuestión: la pólvo ra, que tantos, en el mundo, utilizan para destrui ► - y sembrar dolores, vosotros la usáis para divertiros. Y que sea por muchos años. ANTONIO MINGOTE, nuestro excelente Pregonero de 1982, al que le co pio a continuación el final de su magnífico Pregón. «Tengamos bien presentes que los ocho siglos que duró aquella guerra civil llamada Reconquista, no fueron ocho siglos de lucha constante. Durante muy largas temporadas reinaba la paz entre Moros y Cristianos, convivían, negocia ban, se copiaban las modas y costumbres, intercambiaban mercancías, libros, conocimientos, herramientas. Se toleraban y respetaban. ^Se enamoraban! Es decir, vivían civilizadamente. ^Hasta qué punto éramos distintos los Moros y los Cristianos? Cuando el Rey Moro de Granada se despidió de sus súbditos, les dijo: CRISTIANOS FUIS TEIS Y CRISTIANOS VOLVEREIS A SER. Era una sencilla manera de definir la situación de quienes, aparte el accidente religioso, nunca habían dejado de ser lo que fueron. ^Ha hecho la unidad religiosa _ e^ño^ks nos peleemos ahora t^.^1ies que antes? Ahoraque sólo nos di erechas e izquierd rios de este o aquel Clu , e peat ovilistas, a mos menos que cuagc^ó^e os la n s y la mita r ^ Que cada ctt^i;^^^ida a rocuremo parecer, irremediahles enfrentamient , civiies ^n ta hermosa Fiesta c^tie hoy preg^^uamos, l^[n.^é ningún río. .-. Y que el glorioso ^,1 Lillt ps bc^ndiga a todc^) ^ ^ ARTURO RIGEL Pregonero de la Fiesta 1983 Carta abierta a mis amigos de Elda Iengo el hoiuoso encargo de escribir, para el Bole tín Festero o Revista cie Fiestas de 1!)fi-i, cie E•:Ida, un ar tículo. La Delegación de Yrensa de vuestra lunta (•entral, me lo pide, con la pretendida justificac•ión de yue clará «más realce al nínnero por haber sido vo el íiltimu prego nero^. Es una manera, una más, dc halagar al yue ^a ha bíais halagado en demasía, porque vuestréi boletín -lleno en sus páginas de las bellexas de vuestras capita nas- no nec•esita de mis palabras para realzarlo. ^ no sólo de la bellera de vuesUas mu;eres sino también cíe las rimas de vuestros vates }• de la huena sintazis } estilo de cuestros reporteros. 10, por todo cso -que, para mí tiene más impor[ancia que la yue vosotros le dais- no quiero escribir un ar tículo. i;n artículo me parece dernasiado impersonal v distante para lo yuc }^o quisiera enviar a mis amigos de Elda. 1e preferiría una carta, pero una carta dirigida a todos, a los que vinieron hasta mi casa a comprometer me para ir de pregonero, pasando por aquellos yue me recogieron a mi llegada en aquel día inolvidable }^ me acompañaron en la generosa vuelta por la ciudad, ense ñándome sus fábricas y sus complejos cíeportivos, sir viéndome de cicerones entrariables v avudándome a re- bajar los kilos yue me sobran, hasta^ayuellos ouos que, en la noche alegre }^ jaranera de Santa Pola, enue aplau sos inmerecidos y abrazos y apretones de manos, me hi cieron el honor de considerarme su amigo. yo podría decir como el poeta: ^^... poryue cscribí c•on fer^or, mas nunc•a c•omo csta vez é^ito de ta) jaez ha sorprendido a su autor...^. y no sería completamente cierto poryue haría de menos a otras gentes que también supieron Ilenar mi vanidad en otros tiempos y por otros logros. Lo que me ha dacío Elda, con profusión }• con desinterés ha sido su amistad, en todas y en cada una de sus gentes. Creo yue la amistad es el mejor amor yue puede surgir entre los hombres, poryue es cl amor dcl reposo, de la convivencia y de la fraternidad. La amistad es el amor de la permanencia y del desinterés. Los demás amores pueden ser víctimas de la pasión }• como ésta es enloyuec•ida, el amor pucde ser perdurable mientras yue la amistad no es yuebradiza porque no está sujeta a los vientos de los celos ni al capricho de la vulnerabilidad de la fe. Creemos en los amigos aunque, en muchas oca siones nos desesNeren y nos decepcionen, pero en los amigos se asienta ese otro }^o yue nos mueve a la confi dencia, al consejo y al reencuentro con nosotros mismos. Yo fui a Elda por un compromiso de principio }• es cribí con amor porque los encargados de comprometer me lo habían hecho con amór también }• amor con amor debe pagarse. Y amor me dieron mis amigos desde que Ilegué a esa tierra de artesanos y de locos. De locos, sí, poryue de lu cos es lo yue formáis }- tramáis para esos primeros días de lunio en que toda la ciudad se echa a la calle con la sola intención de olvidar lo malo yue nos rodea para vi vir sólo lo bueno que lleváis dentro. iBendita sea la locu ra cuando se asienta en cerebros tan sensatos como los vuestros! ^ benditos, vosotros, amigos de Elda, yue sa béis recibir al forastero con los brazos abiertos de vues tra amistad desinteresada y altruista. Vaya mi carta, con los pliegos extendidos también, como símbolo de la cruz que forman mis brazos para traeros hacia mí en la intención de estrecharos a todos, como signo de perenne gratitud por vuestro recibo y por vuestra despedida, por el recuerdo de ayuella pleamar de aplausos que me otorgásteis por escuchar unas cuan tas cosas que os sabíais de antemano y, sobre todo, por la amistad que me brindásteis con vuestras manos y vuestra sonrisa. Vaya mi carta con el sello de urgencia de llegar cuanto antes y a todas vuestras casas. Vaya mi carta abierta y sin nombre, porque los sentimientos no deben encerrarse y todos } cualquiera debéis leerla, por que es ilimitada en su destino y ancha como la vega que riega vuesu•u río. ^a}^a mi carta con la esperanza de reencontraros en las mismas fechas y con la seguridad de yue allá donde vo csté en esa noche, os seguiré escu chando }^ sintiendo denuo de mí los aplausos y con ellos la emoción c1e los amigos yue me estaban naciendo. Va}•a mi carta, amigos, con el deseo mejor } más sin cero de yue este año, si es posible, aún sea mejor vuestra fiesta y aún más alegrc vuestra alegría. Aa^•a mi carta, al fin, con la pena de yue al escuchar a vuesuo nuevo pre gonero, que sin duda será mejor que el último, os podáis olvidar del yue en el• año anterior dejó parte de su cora zcín en conquistaros. Nada importa para mí, de que os olvidéis del prego nero. Lo que me importaría }^ mucho, es que os olvidéis del amigo yue hicísteis en un día, en una noche. Noryue el amigo yucda aquí, plantado como un árbol, fijo } per manente, decidido por siempre a daros su modesta savia }• su canijo frtrto. y os envía a todos, ;a todos!, su voz de un día } su abraro }• su amistad dc siemprc. Arturo Rigel «la lulinu^^. (^aracu^•x. 17 F.nr•ru 1984 Las verdaderas causas de la invasión árabe a España (Aunque parezca mentira) La culpa de todo la tuvo el dichoso D. Rodrigo, que era un descuidado y no sabía nadar y guardar la ropa. Aunque en este caso el asunto es más gra ve. La ropa se puede perder de vista si te alejas mu cho, o si la tapa una piedra o unas matas de alpico ces u otro vegetal; o se la puede llevar el viento, o un perro vagabundo o un delincuente habitual. Pero perder, mientras uno se baña, la península Ibérica entera ya es de ser un despreocupado de miedo. Si no ^cómo es posible que en el tiempo que se zambullía con sus amigos en el río, no viera a los primeros moros que desembarcaban en la playa, casi en la misma desembocadura del Guada lete, y tan sólo a unos metros de ellos? Claro que no eran muchos, apenas unos setecientos. Tampoco venían abiertamente en son de guerra. Tal vez ve nían a inspeccionar la Costa del Sol, buscando alguna parcela en Marbella o en Torremolinos para que invirtieran en ella sus sucesores, cuando en contraran petróleo. Pero por lo visto, como no se entendían, ni D. Rodrigo tenía visión de futuro, em pezaron a discutir; la cosa fue subiendo de tono y llegaron a las manos. Como los moros eran más fuertes, porque comían muchos dátiles, ganaron. Dice el Romancero, -los españoles no seremos mu cho, pero romanceros de toda la vida hemos sido un rato largo-, que D. Rodrigo lloró mientras huía con los suyos. A veces nuestra Edad Media parece un serial radiofónico: empieza con los lloros del rey cristiano el primer día de la invasión árabe, y termina con los lloros del rey moro en el último día de la reconquista. No cabe duda de que ninguno de los dos era buen perdedor. Aunque a D. Rodrigo le quedó el consuelo de saber que el que llorara el úl timo lloraría más fuerte. Claro, que ésta es la historia que nos enseña ban de pequeños en el colegio, donde querían de mostrarnos que los reyes cristianos nunca eran malos, y a lo sumo podrían ser distraídos. Y como ejemplo, en los libros de literatura sólo se publica ba el trozo del romance en el que el rey se veía solo, lloroso, comiendo el pan negro de un pastor. Que por cierto, hasta entonces el buen rey no debía saber que los pobres comían pan negro, acostum brado a sus ricos yantares, ... El pan era muy moreno, al rey muy mal le sabía; las lágrimas se le salen, detener no las podía, acordándose en un tiempo los manjares que comía... ^^ seguro que el pastor, para animarle le diría: -^Venga, hombre, que para el buen hambre no hay pan duro! 0 a lo mejor el pastor era un cristiano de iz quierdas, como los cristianos de ahora, y en su in terior le decía: -^Chínchate! 0 vete tú a saber qué pensaba el pastor. Si eso ^^o iba a cambiar el rumbo de la historia. Entonces todos nos compadeciamos de este rey yue, ... muerto va de sed y hambre, que de velle era mancilla;... y le tomamos cariño. Pero la historia es muy distin ta. Este rey fue un sinvergiienza, un abusón, y un cochino. D. Rodrigo tenía a su cuidado, como dama de la reina, a la hija del gobernador de Ceuta, el conde I). Julián. Era ésta una niña agraciada, vivaracha y por lo visto algo coqueta, que provocaba al monarca con sus travesuras. La llamaban la Cava. Un día la niña llegó muy lejos. ^Y es que se le ocurría cada cosa! ... Sentadas a la redonda la Cava a todas les dijo que se midiesen las piernas con un listón amarillo... Amarillo ^eh! amarillo. No era blanco el tal lis tón, ni negro, ni rojo, ni azul, ni verde. Era a-ma-ri llo. iGran enigma en uno de los más oscuros puntos de toda nuestra historia medieval. ^Por qué eligió este color? ^Fue al azar o tal vez con premedita c•i^n y alevosía? ... Midiéronse las doncellas, la Cava lo mismo hizo, y en blancura y lo demás grandes ventajas les hizo... iCómo sabía la muy pícara que ganaba a todas en blancura, pero sobre todo en lo demás! ^Cómo sería lo demás de la Cava? Más grande que lo demás de las otras tendría que ser para ganarlas. De eso no hay duda. Pero hete aquí que el destino jugó una mala pasada a la ingenua doncella, ... Pensó la Cava estar sola; pero la ventura quiso que por una celosía mirase el Rey don Rodrigo... ^A otro chino con ese cuento! IPues no sabía ella cuándo era observada por el rey! ^Si era una provocadora que como una araña mala pasaba el día tejiendo su tela frente a los ojos de D. Rodrigo! ^Tendría que ver en este juego algo el que el listón fuese amarillo? Lo cierto es que pasó lo que tenía que pasar, ... Puso la ocasión al fuego y sacola cuando quiso, y amor batiendo las alas abrasole de improviso... E1 rey no pudiendo resistir a los encantos de la doncella, y como era un romántico, buscó un idíli co lugar para perderla, y ... luego la Ilamó al retrete y estas palabras le dijo: -Sabrás, mi florida Cava, que de ayer acá no vivo, si me quieres dar remedio... Y aquí le ofreció el oro y el moro. Ella parece ser que se resistió, no sé si tal vez influyó el lugar, pero al final como buena vasalla se rindió a su se ñor, ... Dicen que no respondió y que se enojó al príncipio; pero al fin de aquesta plática lo que se mandaba, se hizo... Y a fe que D. Rodrigo cumplió como un rey. Porque cuando salió al jardín, ... después que en confusos pasos dio vuelta al alegre sitio arrimose a un duro tronco de un inútil roble antiguo... ... y él más flaco y amarillo con claros y humildes ojos de un ardiente amor vencido... Así es como quedó él: debilucho, hasta el pun to de tener que apoyarse en un tronco. Y encima flaco y amarillo como el listón. ^Fue eso lo que pícaramente quiso darle a entender la doncella cuando se media con el listón amarillo? Pero dejemos a un lado los enigmas y veamos en que estado quedó la bella niña, sola y abandonada a su suerte en el retrete, ... revuelta en sudor y llanto, desmelenado el cabello, el rostro blanco encendido de dolor, verg ŭ enza y miedo;... Pero no fue ésta la primera vez que aquel mal vado rey hizo fuerza de su poder con la hija de uno de sus vasallos más fieles. iQué lejos estaba D. Ju lián, allá en Ceuta, de imaginar las vejaciones de la que la niña de sus ojos era objeto. ^El rey sigue es piándola, acosándola, prometiéndole más cosas, engatusándola con halagos. Pero ella no quiere volver con él al retrete. Por cierto que es curiosa la afición de este D. Rodrigo por tan variopinto lugar. Debe ser obse sión, porque vuelve a él en los momentos más ines perados. ... El rey va a tener la siesta y en un retrete se ha entrado... pero él allí no piensa como hacen algunos, ni lee alguna revista atrasada, ni escribe poesías en las paredes ni pensamientos filosóficos, ni pinta dibu jos obscenos. A él, hasta en la plácida hora de la siesta, aquel lugar debe despertarle los más bajos instintos. ... con un paje de los suyos por la Cava ha enviado... ^La habrá tomado por un papel higiénico? La niña, inocente ella, y sin acordarse de mo mento del peligro que corre, ... la Cava muy descuidada, cumplió luego su mandato... y claro, como es natural, una vez dentro y a solas, ... EI rey, luego que la vido, hale de recio apretado, haciéndole mil ofertas, si ella hacía su rogado... Ella se resiste, implora, suplica, intenta huir, pero el rey tiene las piernas muy largas, y sentado como está con la corona que casi se le cae en el for cejeo, con su pie, impide que la doncella abra la puerta que se abre hacia adentro. Son momeiitos dramáticos, terribles: el rey poderoso y la niña in defensa. Pero como siempre, vence el poder y la fuerza, ... ella nunca hacerlo quiso, por cuanto él le ha mandado, y así el rey lo hizo por fuerza con ella, y contra su agrado... Y, como era de esperar, ... la Cava se fue enojada y en su cámara ha entrado... Los días que siguieron a esto debieron ser muy tristes para la hija de D. Julián, pues pasaba el día llorando por los rincones y haciendo, por miedo, sus necesidades en el campo. Otra doncella amiga suya, sospechando que algo le ocurría ante tan anormal conducta, la convenció para que le abriera sus confidencias y se desahogara con ella. Y ella le contó lo ocurrido. ^Vaya si se lo contó! ^Con pelos y señales y todo! ... dice como el rey Rodrigo la ha por fuerza deshonrado y porque más bien la crea haselo luego mostrado... Y aquí empieza la perdición del rey, de todo el pueblo cristiano, y de la península entera. Boquiabierta debió quedar la amiga. Y con sano juicio logró convencer a la Cava que escribie ra a sus padres contándoselo todo, -Pero a mí me da no sé qué decirle a mi mamá, que ha sido en el retrete -alegaría la cándida niña. -El lugar no tiene tanta importancia -razonó la amiga, que por dentro estaba muerta de risa-. Dó rales un poco la píldora. Pero ellos deben saberlo. Y así les escribió a sus padres, ... No después de días muchos que esta plática sería, sin saberlo yo, ^cuitada!, entró donde yo dormía, y con fuerza muy forzosa me quitó la honra mía... El conde Julián, aquel leal caballero que había puesto su vida y su hacienda al servicio de su se ñor, quedó estupefacto al leer la carta y exclamó, -iArrea! Y acto seguido le contó todo a su mujer que empezó a llorar ante tamaña afrenta. Y entonces fraguaron la venganza. Don Julián hace un pacto con el rey moro, ... las cartas van al rey moro, en las ^•uales le juraba que si le daba aparejo le dará por suya a España... El rey moro, al que siempre le había gustado España, aceptó encantado. D. Julián que era muy cuco, se las arregló para facilitarle al moro el cami no. Fingiendo no saber nada de lo ocurrido en el retrete, convenció a D. Rodrigo con el pretexto de ahorrar, porque no había moros en la costa, que debía licenciar a sus mesnadas. D. Rodigo, aparte de cochino era ambicioso. Todos los sueldos que hasta ahora pagaba a las tropas serían para él. De todos modos le daba un poco de miedo tomar esta decisión. -Escúchame D. Rodrigo -le dijo D. Julián, como un Solchaga cualquiera-. Esto será como la reconversión industrial de Sagunto. E1 ejército ya no es rentable: es un muerto y una carga para Es paña. Hay que eliminar esos cincuenta mil sueldos que sangran la economía. -^Pero qué van a hacer para comer si ^io en cuentran empleo? -en medio de todo, le preocupa ba la suerte de sus hombres. -De momento al paro. Después crearemos nue vos puestos de trabajo. Lo menos ochocientos mil. De momento no podemos pensar en todo al mismo tiempo. En aquella época ya debía existir algún sindi cato con ganas de armar camorra así porque sí, desconfiando de la buena voluntad del gobierno que... ... Todos maldicen al rey y al que el consejo fue a dar porque óien ven que no puede si no en granmal redundar... Pero el final, ante la amenaza d^ .. que nadie allí en un mes pueda las armas tomar so pena de que por traidor lo mandaran ahorcar... ^ triunfando la razón del gobierno, ... todos deshacen las armas, nadie las osa guardar, las espadas hacen sierras para madera cortar, los yelmos y los escudos hacen rejas para arar, de las otras armas hacen azadas pa^a cavar... ;Pero vaya si había moros en la costa! Había más moros en la Costa del Sol que ahora. Pero más pobres. En un abrir y cerrar de ojos, tan pronto los cristianos se quedaron sin ejército, invadieron la península cogiendo por sorpresa a D. Rodrigo. Este derrotado ipso facto, pues estaba más solo que la una, huyó perdiéndose como un cobarde entre las malezas del bosque. Entonces teníamos bosques. Sabemos del final de D. Rodrigo por el mismo Romancero. Fue un fin trágico, digno de su maldad. El pastor que compartió con él su pan negro, le re comendó a un ermitaño que podría consolarle en aquellas horas de triste ocaso. En uno de sus éxta sis, el buen ermitaño le preguntó al Señor qué de bía hacer D. Rodrigo para recobrar la paz, y el Se ñor le dijo que para ir al cielo el rey tendría que hacer como los faquires. A saber, ... que le meta en una tumba con una culebra viva... D. Rodrigo, obediente, así lo hizo. Y allí, en la tumba fría, esperó paciente la muerte. Pasaron tres días, tras los cuales el ermitaño, que debía ser un cachondo, le preguntaba con lágrimas en los ojos, ... ^cómo os va, buen rey? ^ Vaos bien con la compañía...? Pero isi quieres arroz, Catalina!, la culebra no mordía. Y al final Dios tuvo piedad de aquel rey. Cuan do el ermitaño volvió por la tumba y le preguntó cómo iba la cosa, ... Dios es en la ayuda mía, respondió el buen reyRodrigo: la culebra me comía; comeme ya por la parte que todo lo merecía... ^Chúpate esa! Y se murió. J. Tomás Aguado V. Mayo, 1984 tiOTA DEL AUTOR: Todos los textos en verso están copiados del Romancero Español, publicado por Editorial Aguilar en la 5.° edición, encuadernada en piel de 1942. La primera parte anónima, la seguda atribuida a Juan de Timoneda, y la tercera a Lorenzo de Sepúlveda. Los moros y los cristianos desfilan con armonía, van por las calles de Elda con elegancia tan fina cual gentiles caballeros soñadores de poesía. Carrozas llenas de flores, caramelos, peladillas, niños serios eomo hombres, niñas llenas de alegría; gentiles Abanderadas, que recuerdan a las ninfas. Panderetas v tambores luces por calles y esquinas, es algo maravilloso que yo contemplé aquel día pues no cunoeía esa fiesta que en las almas va fundida. Los moros v los cristianos con la gracia y la sonrisa marcando el paso parecen tm algo de nuestra dicha un ensueño de le}^enda, un algo que nos da vida. Cada comparsa es un verso todos forman una línea saludos maravillosos un sítnbolo, una caricia, todo el pueblo se desborda ante la suave brisa. Tradieiones y leyendas misterio, magia fundida piearesca deslumbrante traspasan la noche tibia serpentinas y confetis, sortilegio, maravilla. Los moros v los cristianos desfilan con armonía van por las calles de Elda con elegancia tan fina cual gentiles caballeros soñadores de poesía. Entre encajes, entre sedas, los tules y las mantillas, banderas que al aire flotan v toda su fantasía. Me despido de vosotros y os digo: iHasta la vista! Paquita Díaz de Sáez ^iesta de 1^Ioros y Cristianos A mi sobrino Antonio ^I^liguel Lucas Díaz y para todos los eldenses. La ve j ez y l a F i esta. En las colaboraciones que estos últimos años he redactado para vuestra bien cuidada Revista de Fiestas, he venido comentando algunos de los pro blemas que, a mi modo de parecer, tiene nuestra Fiesta, con la sana intención de que todo ello me sirviera de apuntes de cara a un nuevo Congreso que se venía venir, motivado por los cambios y las circunstancias. En vuestra Revista de 1983, decíamos que «Es tábamos entre Congresos» puesto que la Sociedad de Festeros del Stmo. Cristo de la Agonía de Onte niente, había dado un paso de gigante al compro meterse a organizarlo y llevarlo a buen fin. EI día que vuestro Presidente me pidió una nueva colaboración, teníamos la dicha de asistir a la presentación del II Congreso de la Fiesta de Moros y Cristianos. Por lo que hemos visto y oído en On teniente, podemos anunciar que en el Congreso van a tratarse toda una serie de problemas. Y pro blemas tenemos, con los niños, con las mujeres, con los hombres y con los viejos. . . . Lo que pretendo en este escrito es exponer el problema de estos últimos: los de la tercera edad y de los jubilados prematuramente por enfermedad. No trato de hacer ninguna comunicación. Tiempo tendremos para ello, simplemente unas considera ciones, por si todo ello causa mella en nosotros y loplanteamos, aunque sólo sea de «pasada», en la ponencia correspondiente. Empezaré por rni caso. Soy un jubilado prema turo por gracia de una «moderna» enfermedad, y estoy completamente convencido de que si los fes teros de mi pueblo, alegando esta circunstancia me hubieran jubilado «festivamente», es posible que hoy no estuviera en disposición de sentarme ante la máquina de escribir. Puede que lo mío sea un caso de excepción; pero para mí el «milagro» lo ha he cho la Fiesta, y dentro de ella todas esas personas de dentro y fuera que me han animado a seguir lu chando y colaborando en la misma, demostrándo me su confianza al designarme para cargos de mayor responsabilidad. Hay excepciones en la re gla y mi caso no es singular. Sé de otros festeros que jubilados para cargos de responsabilidad si guen en la brecha, y que incluso, unu de ellos, ha publicado recientemente un libro sobre la Fiesta de su pueblo. Pero esto no es lo normal. Los más están «arrinconados» y muchos ni tan siquiera han reci bido el homenaje que la dedicación tenaz y cons tante les hace merecedores. Existen casos de auto jubilación festiva por no poder continuar con la fuerza de años antes; pero lo más cierto es que los vamos, como digo, arrinconando, sin dejarles ni tan siquiera opinar y darnos consejos. Sé también que éste no es el caso de Elda. Ahí se trata bien a los jubilados, a lo mejor por el hecho de que vuestro Presidente, lo es. Y a propósito me pregunto: -^Qué sería de Jenaro sin la presidencia de vuestra Junta?... También es un caso excepcional, por su eterna juventud. Muchos de estos hombres, festeros en este caso, se vienen preguntando: -^Qué hago yo de mi tiempo libre? Y se desconciertan al no tener nada que hacer, porque también en otras facetas de la vida tampoco les dejan hacer nada. Es justo el des canso después de una vida de trabajos y sinsabo res. Pero no es menos cierto que la jubilación, sin más, les lleva a acortar sus días. En el caso del hombre festero que ha dedicado la mayoría de su tiempo de ocio a la actividad feste ra, a nuestra Fiesta de Moros y Cristianos, la inac tividad forzada le lleva a morir festivamente... No quiero terminar esta colaboración sin relatar, brevemente, lo que ocurrió en el pueblo donde resido: con motivo de ostentar una comparsa la ca pitanía de un bando, pensaron en sacar en la entrada una escuadra de viejos. Les animaron, cuidaron y, finalizaron, como si de jóvenes se tratara, el re corrido. Y para ellos fueron los aplausos más sona dos. Estaban retirados de la Fiesta y hoy forman con orgullo una escuadra más. Ante todas estas consideraciones y muchas más que podríamos exponer si el espacio lo permi tiera, debemos preguntarnos: -^Qué hacemos con los festeros viejos?... Si de verdad ya no están para estos «trotes», hay que retirarles dignamente sin apartarles totalmente de la Fiesta. Un quehacer para la vejez festera siempre lo hay en la comparsa. Sus consejos siempre serán buenos para los direc tivos. La ĉ rónica de la Fiesta, etc. Algo habrá que inventar. Los que lo tienen inventado deben poner lo en conocimiento de los que no saben qué hacer. Esta es una misión del Congreso. Hay que consu mir el tiempo libre del festero, y el jubilado tiene mucho. Cuidemos, mimemos incluso, a estos hombres q^ie nacieron festeros y quieren morir en este «es pecial» estado de gracia. Joaquín Camarena Festero y comparsista . En mis andanzas por tantos y tantos pueblos he podido consta tar el empleo de dos vocablos para designar al elemento prota gonista esencial: unos le llaman festero y otros comparsista. Se utilizan como sinónimos pero en realidad no lo son exactamente. Comparsista no existe en ningún diccionario corriente y una defini ción genérica y aceptable de feste ro = fiestero es «amigo de fiestas». Y ello sucede así porque ambos términos los empleamos en esta tierra de Moros y Cristianos con unas acepciones o significados propios y concretos, y tan peculia res y exclusivos que los redacto res de diccionarios generales to davía no se han enterado. Aunque no se puede afirmar de forma categórica, porque ello exigiría ur^a previa indagación ex haustiva, en líneas generales usan la palabra comparsista las pobla ciones noveles en cuanto a la adopción de la Fiesta, mientras utilizan festero las antiguas con solera de más de 50 años cele brando Fiestas de Moros y Cris tianos. ^Cuál de los dos vocablos es más exacto y apropiado? Compar sista es un adjetivo sustantivado que indica la vinculación o depen dencia de una persona respecto a la comparsa, tejido básico en la estructura orgánica ^^ vital de las Fiestas de un pueblo. En cambio la palabra festero tiene dos fun ciones realmente distiutas: una, como adjetivo calificativo señalan do la relación entre algo o alguien con una fiesta, la yue sea; y otra, como sustantivo apuntando al actor que se integra, vive y desarro lla la fiesta como elemento esen cial en las de Moros y Cristianos. Etimológicamente ambos voca blos son correctos, y gráficamente son asépticos; fonéticamente, fes tero es mucho más agradable y ex presivo, y semánticamente com parsista es harto menguado y res tringido. Sicológicamente contras ta la fría rigidez de comparsista frente a la cálida viveza de feste ro. Es, pues, en los ámbitos de la semántica y la psicología donde radican las mayores diferencias entre ambos términos. Ante la relación inversamente proporcional que existe entre comprensión y extensión en el campo de los atributos, se da el caso paradójico de que festero tie ne más cuantía de comprensión y de extensión que comparsista. En cuanto a la extensión, comparsis ta abarca una zona concreta alre dedor de un elemento funcional en la estructura de la organiza ción como es la comparsa, mien tras que festero se expande por un ámbito mucho más amplio al referirse a todos los elementos y partes integrantes del complejo orgánico de la Fiesta. Respecto a la comprensión es más difícil aquilatar sus valores y especificar su cuantía, pero, aun suponiendo que ambos vocablos tuviesen en su entraña igual índice de energía y actividad potenciales, el de fes tero multiplicaría mucho más su rendimiento efectivo que el de comparsista, al verse ambos afec tados por el coeficiente respectivo de extensión. ^,Y por qué los pueblos bisoños suelen emplear comparsista mien tras los veteranos prefieren feste ro? Una explicación más o menos razonable puede ser la siguiente: la población que adopta las Fies tas de Moros y Cristianos recurre a importar, seleccionar, adaptar y asimilar las ideas, elementos y ac tos fundamentales e imprescindi bles, pero, carente de tradición y aplicando la lógica, deriva com parsista del sustantivo comparsa. Sólo con el paso del tiempo, cuan do el pueblo adquiere la madurez y solera suficientes en el mundillo de los Moros y Cristianos, cuando la savia de la Fiesta fluye pujante por las venas de varias generaciones, sólo entonces es posible calar en su trascendencia, inclinarse por festero y desdeñar comparsis ta. Pero esta explicación acepta ble no resulta plenamente satisfactoria por la sencilla razón de que los defectos de dicción y de acepción que tenga una comuni dad -y más la urbana de toda una población son extraordinariamente difíciles de corregir o desa rraigar, salvo como fruto y secue la de una amplia tarea de cateque- sis ling ŭ ística. Por ello es más ló gico suponer que los pueblos que dicen festero tal vez jamás ern plearon comparsista; y, paralela mente, las noveles poblaciones que ahora utilizan comparsista, es difícil que algún día digan festero. En apoyo de esta última teoría puedo aducir que en Alcoy, y en el siglo pasado, es posible que se hablara de «filá» y de «fester» en el lenguaje coloquial, pero se ^s cribía comparsa e individuo a hi vel oficial de actas y reglamentos. Por todo ello sería interesante una investigación amplia entre las poblaciones veteranas sobre este aspecto de la ling ŭ ística, que es uno de tantos fenómenos y curio sicíades que se dan en el mundo y en la tierra de Moros y Cristianos. SALVADOR DOMENECH LLORENS El sentimiento atávico del festero Quienes nos sentimos inmersos en este mundo maravilloso y ciertamente atractivo de los Moros y Cristianos, nos habremos preguntado infinidad de veces sobre ese sentimiento que en el festero como tal surge durante su participación en la Fiesta. Yo, con todos los respetos y condicionamientos previsi bles, me he permitido traer a colación algunos as pectos relacionados con ese sentimiento que aflora cada Primavera en nuestros festeros (léase «feste ros», y no personas que «participan» solamente en la Fiesta). Desde tiempos inmemoriales en toda Fiesta rittial -y la nuestra, qué duda cabe, lo es- los partici pantes, los que sustentaban tal manifestación, el pueblo entero en muchas ocasiones, se han carac terizado por reflejar ese sentimiento solidario y exultante que, cual arrebato místico, les sacaba del mundo para elevarlos a un nivel superior y así el hombre ^1 festero, en este caso- mediante la Fies ta, mediante el rito, se elevaba a lo «divino», alcan zaba metas superiores prohibidas para el común de las gentes. Es preciso recordar aquí las tradiciona les fiestas de la Grecia preclásica en honor a Dioni sos -por ejemplo- o las fiestas que los romanos ce lebraban en honor a Flora, en honor a Baco, e igualmente las inanifestaciones festeras de índole agraria que se suceden, hoy día incluso, a lo largo de nuestra geografía hispana. Nuestros festeros participan del mismo modo de ese sentimiento atávico de la Fiesta. Ese senti miento de carácter lúdico que caracteriza tan esen cialmente a nuestros hombres y mujeres cuañdo visten sus trajes festeros y participan -al son de músicas, atabales y estampidos de la pólvora- en los actos de Moros y Cristianos. Todo influye para que ese sentimiento de exultación aflore: la músi ca, el ambiente, la vestimenta característica, los atavismos ancestrales que nos legaron nuestros mayores. Surge así un hombre nuevo, distinto de ese personaje cotidiano que se caracteriza por la «aurea mediocritas» horaciana; se llega a la alta va loración de participar en esas fuerzas sobrenatura les, superiores en fin, que en estos momentos ple tóricos de alegría, fervor, entusiasmo se vislum- bran como un sentimiento tan característico, tan inmerso en la personalidad del festero que cambia por completo su actitud ante la sociedad, sus rela ciones con los demás, su «psique» en definitiva. Sin duda, para muchos estudiosos de la Fiesta de otras poblaciones de nuestra área festera, ese sentimiento atávico no será otra cosa que el fervor y el culto que el festero ofrece al patrono o patrona respectivo y que se manifiesta en todos los actos de sus respectivas representaciones de Moros y Cris tianos. Es muy posible que sean así en muchos de estos pueblos festeros. Sin embargo, en el caso de la Fiesta de Elda, sería bastante discutible realizar tal asertación pues, al contrario que en otras mani festaciones festeras moro-cristianas donde se afir ma sin rubor que no hay Fiesta sin patrono, aquí creo que es más lógico pensar que la Fiesta sin San Antón es factible, lo que ya creo que sería más pro blemático es lo contrario, ya que San Antón sin la Fiesta de Moros y Cristianos quedaría como un tí pico y tradicional festejo totalmente obsoleto. José B. Blanes ii q ^. nn q ^ n i q ` nn q ^ nn q ^. nn ^_ n i q ^ .. :: ^^ .. ^o .. :ó .. 00 L a F iesta c omo p r obl ema . . economlco La Fiesta, como problema económico, es una manera de enfocarla, que creo errónea, remitiéndonos claro está, a su aspecto puramente económico, sin tener en cuenta su significado de fiesta propiamente dicho. Pero está claro que el problema económico existe, aunque no debamos nunca colocarlo en lugar preponderante, y sí seguir mirando a nuestra Fiesta pura e inmaculada, desde una perspectiva totalmente ideológica, tradicionalista, amorosa, o como se le quiera llamar, a pesar de que no olvidemos nunca que tenemos la necesidad de un buen puñado de dinero para llevarla adelante. Lógicamente la Fiesta ha perdido algo de su pureza, pureza de nacimiento, desde el momento en que a su alrededor se le van anexionando satélites que la utilizan como fuente de energía. Y no es que yo esté en contra de esos señores que se dedican, con o sin exclusividad, a negociar con la Fiesta desde su puesto de trabajo, pues se están ganando la vida digna y honradamente como cualesquiera otros comer ciantes o industriales. Lo que sí es cierto, es que todo este tipo de negocios que van marcando su órbita teniendo a la Fiesta como planeta, hacen que ésta, muchas veces se sienta contagiada por ese tipo de interés, y piense más de lo debido en el dinero, olvidando algunas veces aspectos primordiales que la hacen o podrían hacer eterna y siempre atractiva. Y en este último caso cuando hablo de Fiesta, por necesidad me refiero a sus dirigen tes, pues son ellos quienes la hacen posible año tras año, y deben recoger con igual aceptación, tanto los fracasos como los éxitos que de su gestión emanen. Y los dirigentes de la Fiesta deben pensar en el dinero, pero únicamente como el medio necesario para cubrir las necesidades que la misma tiene. La misión de estas personas, o mejor, su fin primordial, es dar vida a la Fiesta, para lo cual, entre otras cosas, se cuenta con la mediación del dinero, pero únicamen te con su mediación. No hemos de caer en el error de convertirlo en el fin a perseguir durante nuestro tiempo de inandato al frente de cualquier comparsa. La categoríade lascomparsas no viene dada por su potencial económico, sino que los valores humanos de sus componentes son los que las llevan al más alto nivel posible. Por tanto, lo primero en que deben pensar estos dirigentes de comparsa o entidad rectora, ante el irricio de un próximo ejercicio, es sin lugar a dudas, y en lo tocante a dinero, en confeccionar un presupuesto de gastos con el mayor realismo posible. Partiendo de ese cálculo podremos realizar un correcto presupuesto de ingresos, en base únicamente a los gastos, y al mantenimiento, ampliación o creación de un patrimonio, cuando esto sea posible. No podemos programar nuestro trabajo partiendo de unos supuestos o calculados ingresos, y adaptan do a ellos los gastos. Fstamos en este caso rebajando el potencial categórico de nuestra Fiesta, ya que no procuramos si quiera, cubrir sus necesidades, y para justificarnos la adaptamos a nuestra conveniente posibilidad, sin darnos cuenta que la estamos mutilando, quizás en algunos aspectos de suma importancia, y eso no es bueno. La Fiesta en base a cada comparsa u órgano rector de las mismas, puede tener, y de hecho tiene, unas necesidades muy distintas en cada caso, lo que sí está claro es que de cualquier forma, hemos de lu char por cubrir esas necesidades, con los medios de que podamos disponer, pero siempre sin pensar en re ducir aquéllas, total o parcialmente, porque a partir de ese momento estamos viendo única y exclusiva mente a la Fiesta, como problema económico. ii qq nn qq nn qq nn qq nn qq nn qq nn qq ^^ .. 00 .. :: :^ 00 A. MALLEBRERA Relación de Juntas Directivas de las Comparsas del Bando Moro MOROS MUSULMANES Presidente: Vice-Presidente 1 °: Vice-Presidente 2P: VicePresidente 3 : Secretario: Vice-Secretario: Tesorero: Secretario de Actas: Contador: Cronista Oficial: Vocales: JOSE BLANES PEINADO PEDRO PRADAS PEREZ ROBERTO NAVARRO CANDELAS ISIDRO CALVO JUAN OSCAR ORGILES BARCELO VICENTE MALLEBRERA COPETE ANTONIO MALLEBRERA COPETE JOSE B. ^IUÑOZ MIRALLES JAIME BELLOT CHIQUILLO JOSE BLA^IES PEINADO MANUEL SELLES OLIVER JULIAN MAESTRE DELTELL ANTONIO HER^;ANDEZ VERDU HERMELANDO AMAT PEREZ MIGUEL A. ALONSO BELLON JOSE IBAÑEZ LEAL JOAQUIN J. MARCO FERRIZ MOROS HUESTES DEL CADI Presidente: AT01I0 BARCELO MARCO Vice-Presidente: JORGE BELLOD LOPEZ Secretario: MANUEL AMAT YAGO Tesorero: FRACISCO JUSTAMENTE GRAN Vocales: JOSF. MAtiUEL LOPEZ ALCARAZ. M.a DEL CARMEN JUSTAMANTE MARILUZ RLZAFA SALVADOR GARCIA CUENCA FRACISCO SOGORB GOMEZ MOROS REALISTAS Presidente de Honor: RAFAEL SILVES7RE MARIN Presidente: JUAV PAYA SILVESTRE Vice-Presidente 1.°: JOSE SERRANO PALAO Vice-Presidente 2°: JOSE ANDRES BELTRAN Secretario: MANUEL AMAT PIQUERAS Vice-Secretario: ENRIQUE NAVARRO PAYA Tesorero: BENJAMIN RUEDA CATALAN Delegado Loterías: PEDRO JORDA VIDAL Vocales de Honor a Título Póstumo: JOSE VILAR ALBA ARTLRO BERENGUER QUILES MANUEL MORENO GONZALEZ Vocales: HIPOLITO JUAN BUENDIA JOSEPOVEDAPAYA ELOY ROIG MARTINEZ MOROS MARROQUIES Presidente de Honor: EDUARDO GRAS PASCUAL Presidente: RUBEN MARTINEZ PAYA Vice-Presidentes: ANTONIO VALIENTE LLORET ANTONIO HERNANDEZ PLANELLES Secretario: LUIS CARRASCO MAESTRE Tesorero: RAFAEL PARREÑO PAREDES Vocales: JAVIER GOMEZ ENGUIDANOS FLORENCIO PEREL MARTINEZ GERARDO CERDA JOVER JOAQUIN MAESTRE NAVARRO EDUARDO GRAS VILLAR Relación de J^untas Directivas de las Comparsas del Bando Cristiano ESTUDIANTES Festera de Honor: Presidente: Vice-Presidente: Secretario: Vice-Secretario: Tcsorero: ^ocales: VICTORIA E. GARCIA CASAÑEZ ANTONIO M. LUCAS DIAZ JOSE VERA JUAN JOSE MARTINEZ RIQUELME JOSE J. GRACIA BARCELO TOMAS PAYA BARRACHINA JUAN BELTR.A CREMADES JOSE A. GONLALVEZ AMAT FCO. MARTINEZ RIQUELME JUAN JOSE MEJIAS DIAZ JUAN VERDU CORBI ZINGAROS Presidente: Vice-Presidente: Tesorero: Secretario: Cronista: Vocales: REGINO PEREZ MARHiF.NDA CAMILO VALOR GO?vIE7_ JOSE M.e ROMAN CREMADES M.e TERESA RIVERA ESCRIBANO JOSF, A. SIRVENT MULLOR JOSE A. MARTIN RIOS RAUL PEREZ LALIGA RAMON NAVARRO PLA ANGEL VERA GUARINOS EMILIANO GONZALEZ MARTIN JOSE M.e HUMARAN NAVARRO VICENTE PEREZ GALIANO ACACIA VERA GUARINOS SALVADOR CASA:VEZ JUAN JOSE PASCUAL CASAÑEZ BAÑON IAVIER RIVERA ESCRIBANO CONTRABANDISTAS Presidente de Honor: VICENTE VICENT VIDAL Presidente: JOA,QUIN PUCHE IBAÑEZ. Tesorero: JUAN ESPAÑOL VIDAL Contador: FRANCISCO GANDIA LOPEZ Secretario: ANTONIO AMAT SANCHEZ Vice-Secretario: FRANCISCO VERA BEI,TRAN Delegado de Actos: ALBERTO GALIANO SANTOS Delegado de Cobro: BERNARDO REQUENA SANCHEZ Vocales: JUAN SANCHEZ MIRALLES JOSE MALLEBRERA PERF.Z FRANCISCO SIMON LOPEZ JOSE GONLALEZ VERA FRANCISCO CORREOSO PINA PIRATAS Presidente: Vice-Presidente: Tesorero: Secretario: Secretario de Actas: Cronista: Vocales: FRANCISCO DIAZ CHICO FRANCISCO VIDAL SERRANO JOSE M.a SIRVENT MARTINEZ ANTONIO MARTINEZ BERNABEU SALVADOR FELIPE SAPENA JUAN GOMEZ RICO MIGUEL GOMEZ RIVAS BENJAMIN ORTUÑO ESTEBAN JOSE REQUENA TORNERO MIGUEL PEREZ SANCHEZ JOSE ORTUÑO FALCO ENCARNITA BUSQUIER RICO ENRIQUE PINA ROMERO PASCUAL PEREZ MARTINEZ VIARISA PARDO BERNAL vIANUEL VERA GI?vIF.NEZ CRISTIANOS Presidente: VICENTE QUINTANILLA COLOMINA Vice-Presidentes: JOSE GAMBIN ROCA^IORA ALFONSO BROTONS ROvIERO Secretario: PEDRO BLANES AMAT Tesorero: LL`IS JAVALOFES SEBASTIA Vocales: EMILIO GIMENEZ MONZO FIDEL SANTOS PIÑEIRO MANUEL GAMBIN ROCAtiIORA JOSE IBAÑEZ MARTINEZ JOSE M.a ESTEVE GUILL R es um e n d e un a ño d e F i esta El último de los actos que reseñamos en la Re^ ista de Fiesta del año 83, fue el Concierto de ^tí^ sica Festera, que interpretó la Unión Musi^^al de Petrc^l, bajo la dirección de Bartolomé ^1^iestre Reus. Por tanto corresponde en la actual Re^^ista, hacer el resumen cronológico desde Abril del 83 hasta Febrero de 1984. ABRIL - 1983 Día 6. Fallo del XIII Concurso :^acio nal de Humor. Obtuvo el Primer Premio, VII GUEL GERIQUE; el Segundo Premio, FFRtiANDU FUSTF.R; }^ el Tercer Premio, CARLOS ^ERA, los tres de Valencia. E1 Premio Local fue para FRA^1 CISCO JAVIER ILQUIERllO CARRILLO. Formú como Presidente del Jurado el bilbaíno, EDUAR UU (1ATE, Primer Premio del Concurso de 1982. Día 9. F.n el Aula de Cultura de la Caja de Ahorros Provincial tiene lugar la inauguración del Concurso a que nos referimos anteriormente. Día 16. Con la asistencia del Alcalde, Roberto García Blanes y el Concejal de Cultura, Luis G. To rregrosa Mira, se hace entrega de los Premios a los ganadores }^ se clausura la Exposición. Día 23. F,n el Restaurante de Ficia, la Com parsa de Moros Marroquíes, celebra su habitual cena de Hermandad Festera para presentar a la Coinparsa a su nuevo Capitán y Abanderada. C^^rca de trescientos comensales asistieron a este acto fc^st^^ro que estuvo presidido por las autoridades lo ^•ales, así como el Presidente de la Junta Central y los de las nueve Comparsas que configuran la Fies ta. A1 final del acto se le tributó un cariñoso }^ me recido homenaje al que casi durante treinta años ha ostentado el cargo de Presidente de los Marro quíes, Eduardo Gras Pascual. ^ Día 30. En el Restaurante de Ficia, a las seis de la tarde, tiene lugar el acto que la Coutparsa de Musulmanes celebra todos los años, como homena je a los pequeños festeros de esta Comparsa Mora. Se entregaron muchos regalos, y toda la grey infan til lo pasó en grande contemplando en directo «EN EL PAIS DE LA RAllIU» prutagonizado por el equi po de Radio ELDA. MAYO - 1983 Día 7.- Por la tarde se celebra la E^resentación de Abanderadas y Capitanes Infantiles de nuestra Fiesta. Presidido por nuestras primeras Autorida des, los cerca de cuatrocientos pequeños que acu dieron al acto festero, lo pasaron en grande. Se hi cieron varios sorteos entre la gente menuda, con Pntrega de profusión de regalos otorgados por la lunta Central. Por la noche, la Comparsa de Piratas, celebra su cena anual para rendir homenaje a su Capitán y Abanderada, la asistencia es masiva y en este^ acto entregó dicha Comparsa, el emblema de oro a uno dP sus más distinguidos festeros, BENJAMIN OR IUÑO ESTEBAN, con la natural complacencia de todos los asistentes. Día 14.- La Comparsa de Moros Musulmanes celebra su acto festero en el Restaurante de la Fi cia, al que asisten más de trescientas personas, y durante el cual se rinde homenaje a las Escuadras que la Comparsa tiene por norma premiar todos los años. También fueron agasajados el Capitán y la Abanderada del año 1982. Día 21.- E1 Restaurante tifiramar de Santa Pola se viste de gala, y su recinto se transforma to talmente en eldense, para recibir a la gran Embaja da Festera, con motivo de la proclamación de Abanderadas y Capitanes y la actuación del Prego nero de la Fiesta. Fue este año nuestro pregonc^ro el magnífico escritor ARTURO RIGEL. Por primera vez, el acto de presentación de Abanderadas y Capitanes gozó de un extraordina rio ambiente Festero y transformó dicho acto en una entusiasta y mágica noche. E1 acierto en la elección de la música adecuada para el nombra miento de cada Abanderada, fue caldeando el am biente que tuvo su momento más álgido en el espe rado Pregón, uno de los más brillantes y celebra dos de los pronunciados. Los casi cuatrocientos co mensales que llenaban a rebosar el local, manifes taron su natural en^usiasmo de manera correcta v digna de alabanza, con una ausencia total de inci dentes desagradables que dice mucho y bueno de la compostura de todos los asistentes. Si a todo esto le añadimos el aliciente de la entrega de las distincio nes que la Junta Central hace todos los años y que la Presidencia fue ocupada por los Presidentes de cada Comparsa, incluido el de lunta Central, que ^^estían sus mejores galas festeras, tenemos el cua dro completo de la mágica noche de que antes os hablaba. F.l acto fue retransmitido por Radio Elda y las distinciones otorgadas lo fueron a: JOSF. KAMON GA:^iGA GONLALE1., de los ^Ioros Kealistas; AL FONSO BROTONS ROMF.RO, írltimo Presidente yue tuvieron los Caballeros del Cid, y hoy enrola do en la Comparsa de Cristianos; :VIIGUF.I. BAR (:^LA VILCAI:^IO, de la Comparsa Huestes del ( aclí y Embajador del Bando Moro; y JOSF. ANI^O Ir )^IR^EVI v1ULLOR, de la Contparsa de l.ínga rOS. Uía 20. En el 1eatro Castelar, por el (;rupo de Ac•tores de la Junta Central, se pone en esc•°ua la c•c^media de Alfonso Paso, «Usted puede ser rur asesino». Un éxito más de todos los que intervinic^ ron en su representación que tuvo que ser aplazada por el inesperado fallecimiento del que fue Di rector del Grupo, Antonio Juan Romero. Día 27.- Por la noche, la Comparsa Huestes del Cadí, celebra su acto festero en la Ficia. Cena de hermandad a la cual acuden unas doscientas personas y en cuyo acto fueron entregados los pre mios a los ganadores del Concurso Provincial de i^Iiniscuadros yue organiza esta Comparsa. Como es costumbre fue presidido por las primeras autori dades y los Presidentes de las demás Comparsas el denses. Día 28. Como todos los años, la Comparsa de /.íngaros celebra su gran noche zíngara. Noche yue es c^sperada con gran ilusión por los componentes de csta ruidosa Comparsa por lo emotiva que resul ta. El «suspense» de esta noche es la entrega de la famoza «Z» de oro que es otorgada todos los años. Esta llamativa distinción este año, fue para el gran comediógrafo y magnífico escritor, ANTONIO GALA, que en el año 1974 fue Pregonero de nues tr,c t i^^^r,r. ^ic^ndo l.c ^^^^^^^nda distinción para nues trr^ Delegado de Prensa y Radio y además Embaja dor Cristiano de esta Iunta Central, IUAN DEL TEI-L JOVER. Causas de fuerza mayor impidieron a GALA recoger este emblema, que celosameute lo guarda la Directiva zíngara hasta que haya oportu nidad de entregárselo. JL ^1I0 - 1983 Día 1. Coincidiendo con la víspera de la festi vidad del Corpus, la Abanderada y el Capitán de la Comparsa de Contrabandistas en su categorí^i de Infantiles, ofrecen una cena a Presidentes y Dire^c tivos de la Fiesta de Moros y Cristianos de Elda, acto que resultó extraordinariamente emotivo. Día 3. A pesar de ser día laborable, desde muy temprano, empieza a flotar en el ambiente la proximidad de la Fiesta. E1 temido y siempre im previsible fantasma de la lluvia parece que este año no va a aparecer, pues luce un cielo brillante y todo presagia, que por lo menos el estado del tiem po nos va a ser favorable para el normal desarrollo de todos los actos. Por la tarde y a la hora marcada empiezan a concentrarse en los alrededores de la Plaza Castelar cerca de unos mil festeros con las músicas, para marchar a la Ermita de San Antón y desde allí se verifica el traslado del Santo hasta la Iglesia de Santa Ana, en donde permanecerá hasta el lunes, en que será de nuevo devuelto a su Ermita en Procesión. E1 traslado del Santo resulta brillan te v la asistencia de festeros más numerosa que ningún año. La totalidad de las Comparsas llc^van Escuadras ataviadas con su traje de Fiesta. Por la noche, prácticamente todo el Pueblo, se calculan más de veinticinco mil personas, acnd^^ a presenciar el acto de la Retreta y Cabalgat,^ ^ i [lumor, que partiendo de la Plaza Castelar ^^^ gui^^ndo el recorrido de los desfiles, eu medio dc^ un ^•xtraordinario ambiente, fue la admiración d^^ propios y extraños. Más orden y mejor disciplina que en años anteriores fueron la tónica impernite, I^, que dice mucho en favor de la Fiesta y de loti ^^u^^ tomaron parte en este acto. Un magnífico Cas tillo de Fuegos Artificiales puso punto final al acto de la uoche. Día 4. Por la mañana, se celebrau norinal meutc: los actos previstos. Guerrilla y Embaj^+da Mora celebrada en el recinto anexo al F.stadio ^1 u nicipal por imposibilidad de hacer uso del Campo de Fútbol, como en años anteriores. Participación masiva de arcabuceros, y brillante acto el de la Em bajada que mejora año tras ano. Por la tarde, desde tempranas horás, la Ciudad está en pie. Las calles por donde han de discurrir los desfiles se encuentran abarrotadas de miles y miles de personas, llegadas desde los más distintos lugares, ávidas de presenciar lo que constitu^^e sin duda, un magnífico espectáculo, el más llamativo de todos cuantos se celebran. Lus casi cinco mil festeros, acompañados de sus Bandas de Música, son los auténticos protago nistas de este desfile, iniciado por el Bando Cristia no a las seis y media de la tarde, finaliza, seguido por el Bando Moro, muy cerca de las once de la no che. Día 5.- El acto de la Ofrenda y Misa en honor de San Antón se hace por primera vez de manera diferente a como se veuía celebrando. Todas las C^mparsas completas acompañadas por sus respe^c tivas Bandas de Música se concentran en la calle Juan Carlos I y formadas por orden de desfile se dirigen a la Iglesia de Santa Ana, en donde tiene lu= gar la Misa Festera en honor del Santo. Esta Misa fue interpretada por la Banda Unión Musical de Peu•el y.cantada por la masa coral de dicha Socie dad. El Templo parroquial resultó insuficiente para albergar la gran afluencia de público que pudo go zar por primera vez de un acto en honor de Sar^ Antón de auténtica c3tegoría. La vlisa fue oficiada por el Director de los Padres Claretianos de ali cante, Rvdo. D. José María García. A las dos de la tarde, tiene lugar en la Ficia t ► comida de Hermandad para agasajar a los pueblos Fesieros invitados y Autoridades. da de un Castillo de Fuegos Aéreos, entre los aplausos de la mtiltitud y en algunos rostros apare cieron unas lágrinras yue le daban al acto más en ► o ción y w ► entusiasmo inusitado en nuestro Pueblo, como p ► mto final a la Fiesta de 1983. SEPTIEMBRE - 1983 En los primeros días de este mes, celebran sus primeras reuniones las Comparsas de Piratas y ^Iusulmanes. La primera cambia de Presidente, y Francisco Díaz Chico sustituye en el cargo a Fran cisco Vidal Serrano. E1 actual Presidente de los Musulmanes anuncia que seguramente en una pró xima reunión habrá variación en el mandatario de dicha Comparsa. OCTUBRE - 1983 _y finales cie este mes, la Comparsa Huestes del Cadí confirma en el cargo a su actual Presidente, que había anunciado sus deseos de dimitir. ^1o es aceptada la dimisión y Antonio Barceló Marco si gtte al frente de dicha Comparsa, como Presidente. A las cinco de la tarde, con una puntualidad casi británica, tiene lugar el principio de la 1•:ntra da Vlora. Vliles y miles de personas, todavía más yuf^ en la tarde del sábado, se dan cita en el amplio re^corrido de] desfile para contemplar el sin par c^s pectáculo del paso de las Comparsas. Se comentaba que era imposible lo que se estaba viendo, que en una sola Comparsa había cotttado más de sesenta Es cuadras y que todas ellas, con gran número de fes teros, lograran hacer el desfile en 4 horas. Día 6. Este día, al igual que los anteriores, amaneció con un sol radiante. El ambiente que se respiraba era de Fiesta total, pese a haber transcu rrido cerca de setenta y dos horas. Se celebra por la mañana el Alardo y Embajada, yue al igual ync^ la del sábado, resulta un acto extraordinario con una participación de cerca de quinientos arcabuce ros. A la una del mediodía se celebró el desfile In fantiL Ln acto que año tras año va calando lo suyo entre los peques de nuestra Fiesta. ^tuchos de los que en él toman parte, le ponen tanto arte y entu siasmo que Ilegan a hacerlo mejor que algunas de ias Escuadras mayores. El número de espectadores para este desfile también va en alza. A partir de las siete de la tarde, tiene lugar el acto de la Procesión, en la que también este ailo ha sido superaclo el nunlP.rO de asistentes. Tocías las Comparsas desfilan más nutridas y el número de espectadores ocupa, casi al lleno, todo el largo re corrido, contenrplando con veneración y respeto el paso de la Imagen de nuestro Patrón, yue de esta n^anera sale cíe la Iglesia de Santa Ana y es devuel to a su Ermita. i^:n el momento de entrar el Santo a su 1•:rn ► ita, se disparó una magnífica }• ruidosa mascletá, se^gui ^10VIEMBRE - 1983 Se empiezart los ensayos por el Grupo de Actores de la Junta Central, de la famosa tragedia cómi co-arrevistada, original del inolvidable Emilio Rico Albert, «EL SE1^iOR DON JLAN TENORIO O DOS TUBOS li:^; REAL», que este año cuenta con nue vos elementos para su puesta en escena. En efecto, la Comparsa de :^foros :^Iusulmanes cambia de Presidente, cesa en el cargo, Gabriel Arenas Puche y le sustituye, José Blanes Peinado. DICIEMBRE - 1983 Se empieza a preparar la Media Fiesta de San .^ntón. Se inician las gestiones para conseguir que el Ilustre Dr. en Vledicina, D. 10SE ANTONIO VA LLEJO-NAJERA, pueda serel Pregonero de la pró xima Fiesta de 1984. Nos pide esperemos hasta el mes de Febrero,en cuya fecha nos dará una cun testación definitiva ya que le hace ilusión co ► npla c^^rnos, pues tiene muy buenas referencia^ de nu^^stro buen comportamiento. I:I día 28, tal y como estaba anunciado, el l ^^a tro t•^ ► stelar se vuelve a vestir de gala para la repre sentación de nuestro Tenorio. Una vez más, en la función de noche, se pone el consabido cartel de «no hay entradas» , y el éxito más rotundo acompaña a la celebrada actuación de todos y cada uno de los actores. Se rindió un cálido homenaje de recuerdo piadoso a los dos componentes del Grupo fallecidos en el mes de Febrero de este año, Antonio Juan Ro n^^^ro y Pedro Requena Cantó. También en este mes, la Comparsa de Moros R^^alistas celebra su acto festero. Se reúnen en una ,.. , I^ ^ ^ ^ ,^ ^ ^ i ^ ^^ . ^ céntrica Discoteca de Biar, y a la terminación de la cena tiene lugar la presentación de Abanderada y Capitán para la Fiesta de 1984. Se hace también en trega de las insignias de Oro a dos festeros ejemplares y estas distinciones recalleron en: José Se rrano Palao y en Juan Carlos Sánchez López. ENERO - 1984 Día 14.- En el Aula de Cultura de la Caja de Ahorros Provincial, tiene lugar el acto de inaugura ció ► i del Concurso de Fotografías y Transparencias, que en su XIV edición, celebra y organiza la Junta Central en colaboración con diferentes entidades y el patrocinio del Excmo. Ayuntamiento. En el Grupo de Fotografías en Blanco y Negro, los premios fueron declarados desiertos. En los Grupos de Fotografías, Tema Elda y Tema Moros y Cristianos, fueron premiados, Vicente Hernández Gil, Manuel Moya Calleja, Alberto Navarro Sanes, Vicente Aliaga Morell, Vicente Busquier García, María Luisa Luque Luque y Agustín Mateo Bravo, todos ellos de Elda. En el Grupo de Transparencias los premios fueron para Heliodoro Corbí Sirvent, Nicolás Muñoz, ambos de Petrel, y Enrique Pérez Penedo de Alicante. Fueron entregados los premios por el Sr. Alcalde y Concejal de Cultura de nuestro Excmo. Ayuntamiento. Día 21.- Empieza la Media Fiesta en honor de San Antón. A1 mediodía y con la Ermita a rebosai•. es oficiada la Misa del Santo y la bendición del pan. La Mayordomía, que es la organizadora de es tos actos, se vio y se deseo para poder atender la enorme cola que se formó para la recogida del pan bendecido. Por la tarde, desde la Plaza Castelar, las Com parsas, acompañadas por la Banda de Cornetas y Tambores de la Cruz Roja y la Unión Musical de Petrel, se dirigieron a la Ermita de San Antón para verificar el traslado del Santo a la Iglesia de Santa Ana. Un frío intenso no fue obstáculo para que la afluencia de festeros y espectadores fuera notable. Este mismo día, por la noche, la Comparsa de Estudiantes celebra su acto festero. En el mismo son presentados a la Comparsa la Abanderada y el nuevo Capitán para la próxima Fiesta de Junio. Los cargos recayeron en Desirée Aguado Rico e Isidro Aguado Sánchez. También se rindió homenaje, con entrega de trofeos, a la Escuadra «Las Filósofas», que había sido premiada por la Comparsa en las pasadas Fiestas. Día 22. Amanece este día con el cielo cubier to de nubes que amenazan, si no lluvia, sí chubas cos que pueden deslucir los actos que tenemos pro gramados pa ra celebrar la festividad de San Antón. No pasó, por suerte, de ser tan sólo una amenaza y todo discurrió como lo teníamos previsto. A las diez y media, desde la puerta de la Junta Central partieron las Comparsas acompañadas por las Bandas de Música de Antella, Petrel y Elda, en correcta formación hacia la Iglesia de Santa Ana, en don de se ofició una Misa en honor del Santo. Termina da la misma, y acompañado con disparos de arca bucería, es trasladado San Antón a su Ermita. :1 la llegada, es despedido con una extraordinaria mas cletá y las salvas de arcabuz reglamentarias, este año más ruidosas y nutridas que nunca. A la una del mediodía y partiendo como siem pre, desde los alrededores de la Plaza de Castelar, empieza el Desfile de la Media Fiesta. A pesar ciel frío iritenso de la mañana, las calles del recorrido se encuentran saturadas de espectadores interesa dos en contemplar lo que podríamos llamar un aperitivo de la Fiesta, ya que este desfile, en el que tan sólo toman parte además de las Escuadras premia das en el año anterior, una más en el Ban do Moro y el vistoso y espléndido Grupo de Aban deradas y Capitanes de todas las Comparsas y algu nos Capitanes y Abanderadas Infantiles, consiguen hacer un conjunto homogéneo y de gran vistosidad, que este año precisamente por su buen hacer, con siguieron en su desfile un éxito como ningún año se había logrado. A las dos y media de la tarde, se celebra en el Restaurante de la Feria la comida hornenaje a las Escuadras premiadas en la pasada Fiesta del 83. Asisten las primeras Autoridades de nuestra Ciu dad, y la entrega de Premios resultó todo lo perfec ta que se le puede pedir a estos actos multitudina rios animados, además, por una Banda de Música. FEBRERO - 1984 Se empiezan a programar los actos para la Fiesta del mes de Junio. Los Marroquíes, Piratas, Contrabandistas y Musulmanes, dan a conocer las fechas para la celebración de sus actos festeros. La Junta Central prepara con mucho cariño la confección del número 25 de su Boletín Festero, en el que aparecerán las colaboraciones desinteresa das de todos los Pregoneros de la Fiesta desde el año 1970. El Dr. D. JUAN ANTONIO VALLEJO NAGERA en atento escrito y eludiendo compromi sos, que nosotros creíamos inaplazables, acepta el compromiso de ser el Pregonero de nuestra Fiesta en el presente año. Esperemos que no surjan im ponderables yue oscurezcan esta buena estrella de la Fiesta eldense, y que todo resulte a la medicía de nuestros deseos. . . . Esto es todo a grandes rasgos. Hemos intenta do recordar los hechos más sobresalientes acaecidos por lo que a Fiesta se refiere, desde el mes de Abril del 83 hasta Febrero del actual 84. Si hemos omitido algo que debíamos de haber hecho cons tancia de ello, al igual yue al final de aquellos sai netes de la época de nuestros abuelos, debemos de rogar «que perdonéis nuestras faltas^ y para el año 1985 intentaremos que todo quede plasmado en este Resumen de un Año de Fiesta. Juan Deltell Jover