f EI^yNKO MONT^ BLANC O WATERMAN ^ PARKER SHEAFFER CR^SS _ _ SELECCIÓ N ronnBO n ANTONIO MIRO A6ATNA R U IZ DE I. A PRADA S A R A N AVA RRO CERRUTI 1881 EL MUNDO DE LA ESCRITURA - OBJETOS DE ESCRITORIO PLAZAMAYOR-96 538 05 75-ELDA ^ Centro Médico ^ ^ Los Ángeles, s.l. Joaquín Coronel, 39 (Frente a Plaza Castelar) Teléfonos: 965 39 42 62 - 965 39 51 06 • MEDICINA GENERAL • SERVICIO ATS • URGENCIAS 24 H. • ANÁLISIS CLÍNICOS • RADIOLOGÍA • ECOGRAFÍA • LOGOPEDIA • DERMATOLOGIA • TRAUMATOLOGÍA • REUMATOLOGÍA • PSIQUTATRÍA • ALERGIA Y ASMA • MEDICINA ESTÉTICA • PODOLOGÍA • GINECOLOGÍA • CARDIOLOGÍA • UROLOGÍA ELDA .. . CONCERTADO CON TODAS LAS COMPANIAS SANITARIAS ^ E L ^ A ^ ^ . I. . C/ JOSÉ MARÍA PEMÁN, 14 C/ MARÍA GUERRERO, 19-21 CAMINO VIEJO DE ELDA Telf. 96 539 10 49 Telf. 96 538 12 22 Telf. 96 695 30 54 ELDA ELDAPETRER ^it^ri^®ér^^ri^rlre^ ^^^^ .7 ^ ^ ^^ ® ^ ^. a I Ipl 1 ^ COORDINACIÓN GENERAL Vicente Deltell Valera APOYO DE REDACCIÓN Rafael Juan Ortega y Rafael Hernández Pérez COORDINACIÓN DOSIER SIGLO XX Consuelo Poveda Poveda, Joaquín Samper Alcázar y José Joaquín Martínez Egido. FOTOGRAFÍA Francisco Javier Pérez Avilés EDITAN Ayuntamiento de Elda y EMIDESA (Empresa Municipal de Información S.A.) Jardín de la Música, s/n. 03600 ELDA. Tlfno. 965392577. Fax 965394433. E-mail: Vivir3l @teleline.es. CIF A-03272598. DISEÑO Y FOTOCOMPOSICIÓN Estudio DAC, s.l. - Petrer IMPRIME Quinta Impresión, DEPÓSITO LEGAL A-1197-1996 s. I. - Alicante TIRADA 2.500 ejemplares AGRADECIMIENTOS alborada agradece a todas las perso nas que han donado material gráfico para la confección de la revista: Amanda Sirvent, An toñita Bertomeu, Adolfo Cifuentes, Paqui Ri co, José Juan Pomares, Encarnación Var gués, Esperancita Alonso, José Vicedo, Dorita García Bañón, José Antonio Oliver, Ro dolfo Amat Sirvent, Felicidad Vera Busquier, Josefa Anaya, Juan Marhuenda y Grupo Mo saico. Este agradecimiento se hace extensi vo a aquellas personas que, por olvido invo luntario, no hayan sido citadas, asi como a los fotógrafos profesionales y aficionados que realizaron algunas de.las fotografías publicadas: Berenguer, Sirvent, Carlson, Héctor Leite, J.J. Pagán, Ernes, Vicedo, Carmen Conca y Susi Escolano, entre las firmas que se han podido reconocer. 1 . .. - • . ... .. • . . .. . . -. . . . ... .. ... . .. . ... . . . . . . - •P- . .. .... . . .-. ^• .•. ... ... . .• - .. - . . .• . . • . . . _.^ . • • • . • i . • • • . • i • • f ° • i ii• ^• i i• i •• • • • i • i • ,• • • • a• •. •• . • • • .• ••. • • • • •• •. •. •- ° o •. , • ° es • li° • - s , .• • •- •• • . • • •. ° .• •• .f• •• • • • s • • • • ♦ •. • . • • •• .. p^ B1 ^ __,_,.,,-a ^ ^ ^ . M yA ^ 1^i ^ ^^ ^ ., ^- ... ^1 ^ Ri .. . ., . . . .. . a. . ^e .,.^.-^. • . • • • • • • • • • •. • • •° • •• _-s • • • x ` •° • . s e • ..• . • • .•• • •. • °•- • ^,^ • • • • . • • • . • • . • • • .• • .•- •, ••• • • • • • • • - •- • • -• ,R . • ^ . •• ^^. . • F. M . 90. S C I^ ^ JUfl^ ^• .11f RnflnDf I C U R T I D O S Curtidos Juan Hernández Gran e Hijas, S.L. C/. Hilarión Eslava, 10 Teléfono: 96 539 82 87* Fax: 96 539 83 59 E-mail: cur.juanher@inescop.es E L D A lo +^ ^7 Cien años prodigiosos para Elda 12 EI siglo de los zapateros 17 Los alcaldes de Elda: un siglo de gobierno municipal 24 Evolución urbanística. Historia, desarrollo y futuro 34 EI sector servicios. Un gigante con pies de barro 37 Panorama cultural (1900-1950) 40 La Guerra Civil en Elda 43 La implantación del franquismo en Elda 47 La lucha de un pueblo en la Transición: el Movimiento Asambleario 59 La actividad cultural en Elda en la segunda mitad de siglo 63 Hitos del deporte eldense 69 Concesión del Laurel de Oro a Ana María Sánchez 74 Pregón Fiestas Mayores del año 2000 76 Nuevos espacios para la cultura Teatro Castelar 78 Museo del Calzado 80 Auditorio de ADOC 82 Museo Etnológico 84 ^ ^ Nuevos impulsos en la Asociación Fotográfica Elda ^ ^^^^^^x^ ^^^^^^^^: Caracterización actual del español de Elda 86 103 ^~ EI Pizarro sentó cátedra en Elda 106 Carambolas con historia 773 Orígenes y trayectoria del billar de competición en Elda 114 Algunos apuntes sobre el juego del billar 116 José Albert, la referencia del billar en Elda 118 EI gran momento de Rafa García 121 Los billares del Coliseo 126 Aport^IGi+Drte^ a lai hiistor^^i Excavaciones arqueológicas en el Castillo de Elda 128 Honor y reputación. La historia de Carlos Coloma en cómic 131 La Milicia Nacional. EI caso de Elda. 138 Poesía palaciega de Rico y Amat 142 EI Casino Eldense: Una sociedad centenaria 147 EI Casino Eldense y la reforma no realizada de 1926 157 Aproximación a la historia de la masonería eldense 160 En torno a la propaganda de ideas en Idella 163 Devoción por Unamuno 167 ^^^ ^.^ . ^ „ , r ,.fi _. Las primeras gasolíneras de Elda ^ ^Cualquier tiempo pasado fue mejor? Semblanza de Antonio «EI Papero» Las otras burbujas Locuras a lomos de una Vespa La Escudería Elda: gincanas y rallies de coches 170 178 180 182 184 186 ► Practicando el golf en La Almafrá. Principios de los años 70. it be ^ F A EI^LA L^ E ^.^ ► . Ortega y Gasset, 10 - ELDA Teléfono 96 539 80 92 ^^^óri be BAR RESTAU R ANTE Plaza Mayor, 7 - ELDA Teléfono 96 538 06 03 ^ ^., w^^ •: . . .., r.., , ^k. A,_. _x ^, . ^w. ^ ^^,^,^n ^ _ . _ ^^ ,^:; ^ _ o mismo da que ésta sea la última ALBORA DA del siglo XX, qae la primera del XXI. La cuestión es que el siglo se ha esfumado y pare cía apropiado elaborar, como caer po central del número, un dosier re ílejando el gran mosaico de la vida eldense a lo largo de los cien últi mos años. La oportunidad de la fecha mart caba un leit motiv testimonial, ya que, como se puede comprender, un proyecto más ambicioso requeriría otro planteamiento de mucha más envergadura.Tampoco se desecha la idea, como ha ocurrido otras ve ces, de inclnir en un próximo nú mero nuevas aportaciones que sur jan al calor de esta propuesta. No estamos ante un tema cerrado, ni mucho menos, y tenemos otro siglo por delante para hacerlo. El planteamiento inicial de este dosier era más bien dejar constan cia, de una forma sintetizada, de al gunos de los aspectos más significativos del siglo en Elda, siempre wn el condicionamiento que marca la decisión de los autores, qae han abordado el tema que se les ha propuesto con la única recomendación de la brevedad, criterio que no siempre se ha seguido. Cada autor ha desarrollado sn colaboración cómo ha creído conveniente, lo que quizá haya creado una cierta descompensación en la profundidad y enfoque utilizados. Esa diversidad de resaltados, que algunos verán -y están en su derecho-- como un detecto, también puede entenderse co mo una muestra de la libertad con que cada autor ha trabajado y que beneficia en conjunto al dosier haciéndolo más variado y divulgativo. Una última observación atañe a las imágenes empleadas para ilustrar el dosier. Ante la posibilidad de utilizar fotos muy significativas, pero también más conocidas, se ha optado finalmente por darle mayor protagonismo a las fotografías inéditas que se han podido re coger, algunas de ellas muy valiosas, donadas por diferentes personas a las que ALBORADA nunca agradecerá lo suficiente su gesto. ^j E lsi g lo XX: c i e n a ño s p r odi g io s o s para E lda ► Antigaa Plaza de Topete, hoy Plaza Sagrado Corazón. Años 30. n los siglos transcurridos desde la constitución del primer núcleo ha bitado a La sombra del peñón del castillo, o tal vez en la misma cima de este peñón -cuyos vestigios ha bría hecho desaparecer la obra medievaL del castiLLo fortaleza allí levantado-, y en la curva de un río probablemente más caudaLoso de Lo que hemos conocido los que hemos vivido en este siglo XX, pues no a la ligera lo adjetivaría Avieno como «el sonoro ALebus», no ha habido uno entre estos si glos que haya significado tanto para el desarrollo y crecimiento de nuestra población como eL que pa rece haber fenecido con los últimos estertores deL d o pasado año 1999 o aún continuará hasta agotar los días del presente año 2000. Si a los siglos anteriores a éste se les de nominó con nombres característicos de Lo que ha bían representado en la historia de la Humanidad, apodándosete el Barroco al siglo XVII, de la Itus tración al XVIII y de las Luces aL XIX, no se ha hallado aún sobrenombre adecuado a nuestro siglo, tal vez porque hay muchos que le vendrían muy acertados, como el del Átomo, el de las Guerras Mundiales, el de los Adelantos Científicos, del do minio del Espacio, de los trasplantes y la Clonación y, tal vez más adecuadamente, de la Informática y la Electrónica. s i e r ^igl® XX ,A 9 ® ^i ^ I^ ® Pero ésta es una referencia a nivel universaL, y a nosotros nos importa únicamente lo que ha repre sentado este siglo a nivel local y, en este aspecto, debemos reiterar lo apuntado antes de que el siglo XX es el más trascendental de todos los transcurridos en la vida de nuestro pueblo por eL enqrandecimiento, en todos los órdenes, de nuestra ciudad, que pre cisamente a principios de este siglo obtuvo esta honorable categoría urbana por concesión real, dejando de ser villa como lo había sido desde La creación de su Concejo. Y no sólo eL siglo XX es el más importante pa ra Elda en la comparación con cada uno de Los anteriores, sino que lo es comparándolo con todos los de más en su conjunto. Su población, que suma poco más de 6.000 habitantes at comenzar el siglo, aLcanza un máximo de 56.000 moradores en el año 1986 y, aunque con unos periodos de estancamiento, su crecimiento urbanísti co, idustrial y comercial hace suponer que esta cifra volverá a ser superada. En el urbanístico, ha cuadru- plicado los estrechos límites del año 1900, poco ma yores que los de los siqlos inmediatamente anteriores, con la creación de sociedades o cooperativas de vi viendas que Levantaron barriadas tan extensas y po pulosas como las de La Prosperidad, EL Progreso, La Fra ternidad, La Nueva Fraternidad, la Ciudad Vergel, Las Trescientas y San Francisco de SaLes. La única pLaza ajardinada que había aL principio del siglo, la de Sagasta, ha quedado minimizada en su extensión por las grandes zonas verdes de CasteLar, Zapatero, San Crispín, Jardines deL Vinalopó y otras muchas más, aunque más reducidas, que dan variedad y amenidad al cemento del casco urbano. También se establecieron un sinnúmero de instalaciones deportivas y recreativas, como el antiguo Li do, la Ciudad Deportiva del C.E.E., el Club de Campo y los Polideportivos municipales, eL Estadio Municipal, eL Parque de San Crispín, etc..., entre las primeras, y el Teatro Castelar, el Coliseo España, el Cervantes y otras salas de espectáculos en Las segundas, que ade más de ensanchar los límites de La urbe edificada han LLenado de contenido, variedad y amplitud de hori zontes la vida de nuestros conciudadanos, facilitando a unos la diversión y la asistencia a actos culturales, musicales, de espectáculos, etc..., y a otros la prácti ca de deportes como el excursionismo, alpinismo, na tación, tenis, frontenis, fútbol, balonmano y muchos otros, consiguiendo en algunos de ellos títulos inter nacionales. Igual puede decirse deL aspecto industrial, su perada la época legendaria y heroica de los «tallericos», siguiendo el impulso dado a la misma, al final del XIX ► Ambiente en la calle Naeva con motivo de los festejos del III Centenario. 1904. y principios de este siglo, por aquelLos capitanes de in dustria que se llamaron Rafael Romero, Silvestre Hernández, Isidro Aguado, Blas Amat, Vera Hermanos, Bellod Hermanos y otros muchos que, con la grande y perfecta producción de calzados finos de señora o de artículos básicos para su fabricación, abrieron los mer cados extranjeros a nuestros caLzados, en cuya empresa expansionista tiene un papel de admiración y rele vancia Lo realizado por la Feria lnternacional del Cal zado e Industrias Afines (FICIA) durante los años de su funcionamiento en Elda y que, aunque hoy física mente desterrada de nuestro pueblo, su impulso de sig no expansionista sigue prevaleciendo en el espíritu de las industrias eldenses y constituye el principaL motor de la economía de la ciudad. En el aspecto político, es indudable que Elda ha adquirido mayor importancia en La reaLidad comarcaL con la creación, en los primeros años 50, del Partido Judicial, el establecimiento de la primera Mancomu nidad Intermunicipal Elda-Petrer, también en los 50 ó 60, y más tarde la instalación en Elda de la sede de la Mancomunidad Intermunicipal del Vinalopó, en la cual están integradas, junto con Elda, las poblaciones de ► Fnerzas vivas de la cindad en la casa del alcalde Francisco Alonso (caarto por la derecha). A la derecha del alcalde aparece el industrial Pedro Amat. Finales de los años 20. Petrer, Monóvar y Sax, realizando acciones e iniciati vas de gran importancia en los aspectos que afectan por igual a las cuatro poblaciones en un ambiente cordial y responsable que, tal vez, fuera increíble lle gara a ser reaL aLguna vez para los vecinos de cada po blación en el pasado sigLo, por las rencilLas, diferen cias, roces y rencores que venían arrastrándose de otros tiempos más oscuros. Un aspecto en el que Elda ha dado grandes pa sos es en el de la Sanidad, limitada en Los principios de sigLo a la práctica en su domicilio o en visita de los médicos establecidos aquí, sin horario alguno ni limitación de especialidad médica y sin más centros que alguna Mutualidad Médico Quirúrgica, situación ali viada progresivamente, en bien de los enfermos y de los médicos, con la instalación del Hospital Municipal, Ambulatorios y centros sanitarios especializados en la capital de la provincia. La ampliación de ambula torios o Centros de Salud ha facilitado una mejor asis tencia a los enfermos, pero, sobre todo, el más bene ficioso logro en este importante aspecto de la salud púbtica ha sido el establecimiento deL HospitaL Comarcal de Elda, que ha facilitado grandemente el acerca miento delenfermo de estos pueblos a altos niveles de asistencia en la atención médico-quirúrgica que, hasta ahora, requería eL desplazamiento a Residen cias Sanitarias solamente existentes en capitaLes de provi ncia. De los pintorescos mercados de Las plazas de Arriba y Abajo, escenario de al gunos de los más divertidos relatos de Jover González de la Horteta, únicos a primeros de siglo en la población, se ha pasado al mo numental Mercado Central y al moderno de San Francisco de Sales, con gran comodi dad y beneficio para los comerciantes y las amas de casa, además de la ampliación de la oferta y servicios que suponen los numero sos supermercados instalados en diferentes lugares de la población. De las pequeñas y oscuras escuelas en las que probos y sacrificados maestros y maestras se esforzaban en ilustrar a los ni ños y niñas, se dio el gran salto a Las Es cuelas Graduadas de Padre Manjón y sucesi vamente se han ido construyendo nuevos qrupos escolares e Institutos de Enseñanza Media, ya con adeLantos técnicos y docentes, alcanzando altos niveles en la formación con Ia creación de extensiones universitarias en nuestra ciudad que, a la vez, van abriendo camino a La instalación de un «campus» universitario en nuestro valle, necesario para una juventud que cada año que pasa requiere una mayor y más actualizada capacitación en las disciplinas tecno lógicas para aumentar su capacidad científica y cuLtural. Y Lo que decimos de estas disciplinas científicas, en otro orden de formación artística, podríamos am pliarlo a las enseñanzas musicales, con la actividad de sarrolLada por eL Conservatorio Profesional, en el que es tudian este arte en sus diversas facetas un buen núme- ro de jóvenes eldenses, con extraordinarios resultados, hasta La creación de este centro limitados a las ense ñanzas musicales impartidas en las Academias de Edu candos de las Bandas de Música locales, en las que se for maron profesionales de gran altura, algunos de Los cua les formaron y forman parte de Orquestas de primera ca tegoría de La capital de España o de otras capitales. Un dato sobre esta mayor elevación y amplitud de la formación cultural, técnica y científica de las juventudes eldenses actuales -al igual que ocurre en la generalidad de la nación- es la comparación con la profesión en la que se consideraba habían triunfa do eldenses del siglo XIX y hasta casi mediados del XX, en Los que se comentaba con elogio y admiración la gran carrera del algún profesional eldense, resaltando su situación en La capital de España o en otras im portantes poblaciones donde ejercía una profesión li beral (jueces, abogados, catedráticos, profesores, pe riodistas, médicos, etc...) o un puesto político de im ► En el centro de la foto, el presidente de la República, Niceto Alcalá Zamora, dnrante la visita a la fábrica de calzado de Francisco Ribas. Enero de 1932. portancia, como gobernador civil de alguna provin cia, secretario de ministerio, alto funcionario de la Administración o destino similar. Hoy, el buen número de eldenses que, por su ca pacidad inteLectual y et rigor y profundidad de sus es tudios, ocupa puestos como los que hemos mencionado es mucho mayor que hace tiempo, pero ello, por su ha bitualidad y frecuencia, no llama tanto la atención de sus paisanos como se hacía antes. Porque ahora, además de seguir existiendo profesionales de alta ca tegoría en el ejercicio de Las funciones antes señata das, los halLamos también ejerciendo eL profesorado en universidades americanas y europeas, como técnicos en las instaLaciones espaciales en España y Estados Unidos, como médicos de reconocido prestigio en hos pitales nacionaLes y extranjeros, como capitanes de in dustrias de alta tecnoLogía y, en fin, en el desempe ño de actividades que hace casi cincuenta años eran casi imposibLe de imaginar por la elevación actuaL del techo universitario para los ciudadanos y por la so fisticada tecnología que el campo de la electrónica e informática ha introducido casi de golpe. Otro signo de vitaLidad ciudadana, que forma un gran contraste entre el inicio de siglo y la época ac tual, es el relativo a las fiestas, contrapeso indispensable a la intensidad del trabajo que realiza este La borioso pueblo. Entre las fiestas de San Antón, de Septiembre y otras que se realizaban en los princi pios de siglo y las que, con su mismo motivo, se ce lebran hoy existe un abismo en cuanto a resonancia, participación, vistosidad e importancia, y ello es tan patente que no hace falta entrar en más detalles. Y no digamos nada de la fiesta de Moros y Cristianos, re sucitada en los años 40 tras unos sesenta de oLvido, que ha sabido ganarse un señalado puesto entre las mejores, más brillantes y multitudinarias que se celebran en nuestra región. Casi lo mismo podríamos de cir de la fiesta fallera, que ha adquirido también una gran importancia de participación, de vistosidad y de arte en sus diversas manifestaciones. Durante más de cuatrocientos años, la antigua iglesia de Santa Ana sirvió en solitario de guía, orien tación y culto de la reliqiosidad de nuestro pueblo. Hoy, son cinco las parroquias existentes, incluida la re ^ ► Ambiente en la Avenida de Chapí dnrante las fiestas de Moros y Cristianos. Principios de los años 70. cién creada de San Pascual Bailón, índice revelador to do elLo del desarrollo de nuestra población en esta última centena de años. En otro orden, el de la información, siempre re firiéndonos a nuestra pobLación, la diferencia actual con la existente hasta casi mediados de siglo anterior ha sido asombrosa, pasando de carecer de más pren sa local que la de Los semanarios -casi siempre con una ideología política determinada-, que aparecían y desaparecían apenas pubLicados unos pocos núme ros, y las revistas literarias y culturales anuales -las llamadas «intermitentes» o las de un único número a una prensa semanal de información local con dos ca beceras y una aceptación pública que las hace durar muchos años -casi el medio sigLo Lleva el Va((e de E( da y aún está en la brecha-, otra mensual, Vivir en E(da, de edición municipal, con también bastantes años de existencia, y unas revistas culturales, creadas a impulsos de unas fiestas, como Alborada, Fiestas Mayores, Moros y Cristianos y Fa(las, o por una activi dad científica e historiográfica de todo punto tras cendente y bien apreciada fuera de nuestros límites, como Adellum y A(ebus. ALgo parecido ha ocurrido en cuanto a La publicación de libros de interés local, a principios y más que mediados de estos ciento años limitada a mo destos folletos de escasa difusión y hoy con una abun dante cantidad de títulos y calidad de temas que ya componen una extensa biblioteca de temas eldenses, con abundante, cuidada y documentada información de todos los aspectos que nos pueden interesar de nues tra ciudad: históricos, arqueológicos, geográficos, cut turales, biográficos, literarios, industriales y un largo e importante etcétera. Y, en consonancia con esta valoración del libro como máximo exponente de la cul tura en todas sus facetas, desde mediados de este si glo XX en el que se fundó la primera Biblioteca Pública MunicipaL -en el edificio de la escuela Padre Man jón-, se ha ido creando una importante red biblio tecaria, centralizada en la Casa de Cultura y extendida a otras zonas más alejadas para acercar mejor el li bro y su mensaje cultural a sus posibles lectores. Otra destacada muestra de este tirón de nues tra ciudad en el aspecto cultural ha sido La acepta- ción generalizada de la necesidad de Museos y Archivos como exponentes de los aspectos más des tacados de una población, superando la Larga etapa negativa en la que innumerables documentos, ob jetos, instrumentos, testimonios y eLementos propios del pasado de nuestro pueblo, inapreciables para La recuperación del conocimiento de aquellos tiempos, fueron simplemente arrojados como desperdicios o trastos inútiles. Hoy, un magnífico Museo del Cal zado, brilLante muestra de este histórico arte suto rio y de su decisiva influencia en el desarrollo de nuestra ciudad; otro importante museo zapatero, el Kurhapiés, con un valioso contenido de gran interés testimonial de la evolución de una pequeña empre sa familiar desde un pequeño núcleo iniciaL hasta su engrandecimiento; un Museo Arqueológico en el que figuran piezas de gran categoría, requeridas para su exposición en muestras monográficas en diversas capitales; y un Museo Etnológico que todavía no ha mostrado cuánto puede ofrecer como testimonio de las actividades y quehaceres de nuestro pueblo, pe ro ya en vías de su instalación adecuada en un ex celente locaL, son cuatro ejemplos destacados de la evolución entre Los eldenses del concepto de la es timación de sus propios valores, recuperando su pa sado y valorando lo actual como documento vivo para eLfuturo. Tal es, a grandes rasgos, lo que nos ha traído el siglo XX, superando en una galopada de pocas dé cadas una situación que se mantenía con tímidos y dis tanciados pasos adelante durante años y años y has ta siglos. Del gran empuje dado en estos últimos años a las estructuras que sostienen el entramado urbano, industrial y humano de nuestra ciudad, cabe esperar que lo conseguido en en estos cien prodigiosos años continúe aLcanzando nuevas metas, mejoras y logros, que hagan asombrosa la comparación que se haga o que pueda hacerse dentro de otros cien años, como he mos hecho ahora. E 1 si g lo d e lo s z apa te ro s ► Comisión del Gremio de los Zapateros, iotografiada delante de la verja del jardín del Casino Eldense. 1904. 1 XX será en la historia de esta cindad el siglo de los zapateros, si entendemos como tales a empresarios, obreros, técnicos y trabajadores de las indnstrias anxiliares: la indnstria del calzado ha encabezado a lo largo de estos cien últimos años el desarrollo económico, la evolnción social y las transformaciones ideológicas de los habitantes de Elda. El siglo XIX, en sn conjnnto, mantnvo el tradicional predominio de las actividades agrarias. El siglo qne vamos a iniciar vendrá marcado por tan fnertes cambios en el sistema prodnctivo qne parece poco arriesgado aventnrar qne -annqne sigan siendo parte esencial de nnestra economía a medio plazo no van a ser las ocnpaciones indnstriales mannfactnreras, al menos tal como hoy las concebimos, las qne capitalicen los nnevos empleos o asnman la dirección de las transforr.naciones necesarias para asegnrar el desarrollo sostenible de estas tierras. 17 d o s i e r ^iglo XX o s i e r ® ĉ ^l® X^C n 1901 Elda era ya una villa esencial mente zapatera. Aunque la agricultura todavía ocupaba a buena parte de los jornaleros de edad madura, la indus tria deL calzado empleaba a la mayoría de los jóvenes, ejercía una discreta pero creciente atracción sobre gentes de la comarca o procedentes de pueblos relacionados con la fabricación de zapa tos, había comenzado La sustitución de los viejos tallericos iniciales del barrio antiguo por modernas factorías crecientemente mecanizadas, contaba ya con alguna industria auxiliar esenciaL para La insta- lación de nuevas empresas -como la fábrica de hor mas-, permitía que las mujeres pudiesen acceder al mercado laboral de manera generalizada y era la mayor fuente de ingresos local; crecía el espacio ur bano, con la creación de un área industrial más allá de la Calle Nueva y de un barrio de expansión resi dencial, la Prosperidad. En torno a 1904, coincidiendo con la conce sión det título de ciudad, una nueva clase social en ascenso, la empresarial ligada al calzado, toma con ciencia de su papel dirigente y desbanca definitiva mente a los viejos terratenientes agrarios venidos a menos. La construcción del Teatro Castelar -sin el Lujo actual, pero con un aforo superior para un pue blo de menos de siete mil habitantes-, y deL Casino Eldense, junto con el papel destacado asumido en los actos religiosos del Centenario, son ejemplos nítidos del poder de esta nueva burguesía. En aquellos primeros años del ŝ igLo, la in dustria eldense aumentó su producción y ganó cuo ta de mercado gracias a la fabricación de un calza do barato y competitivo. Como el coste de la mano de obra era determinante para eLLo, los salarios eran bajos, sobre todo entre Las mujeres, y se recurrió en exceso al trabajo infantil y domiciliario; las jor nadas eran Largas y las temporadas sin trabajo frecuentes. Estas condiciones motivaron que los obreros se preocupasen desde muy pronto por la defen sa de sus intereses colectivos; desde 1898 comen zaron a sustituir sus viejas simpatías por los parti- dos burgueses progresistas -demócratas, republi canos...- por el apoyo a las consignas anarquistas: con La huelga de 1899 se inició una etapa -hasta el final de la Guerra Civil- en la que los obreros el denses de la industria del calzado apoyaron de for ma mayoritaria, entusiástica en ocasiones, unas rei vindicaciones anarquistas fundamentadas en la ac ción directa, la huelga, La insurrección revolucio naria, el anticlericalismo, eL apoliticismo y unas formas de cultura alternativa que configuraron en bue na medida la forma de ser de esta ciudad. Desde 1908 también el socialismo consiguió instalarse só lidamente entre los trabajadores eldenses, en bue na medida sustentado en Los inmigrantes que co menzaban a Llegar de Yecla, Almansa o El Pinós, Lo calidades en las que PSOE o UGT ya estaban bien arraigados; el socialismo eldense conseguiría en po cos años afianzarse entre albañiles, agricultores o en fermeros del manicomio y poseer una fuerza electo ral más que notable, pero nunca consiguió sustituir la utopía anarquista entre unos zapateros que, en Las décadas iniciales del siglo, gozaron de una curiosa variedad de semana inglesa, puesto que además deL descanso dominical solían aprovechar los Lunes pa ra salir al campo y compartir comida y vino en fran ca camaradería con sus compañeros de fábrica, co mo atestiguan algunas fotografías. Casi siempre eran hombres solos, porque las mujeres, aunque trabaja sen, seguían aferradas al ámbito familiar y sus obli gaciones, hasta taL punto que una de las primeras huelgas Lo fue para defender su derecho aL trabajo domiciliario, cuando se trató de obligarlas a acudir de forma regular a las fábricas. Los años anteriores a 1914 fueron un mo mento difíciL para la industria eldense, pero el inicio de la Gran Guerra supuso un momento de euforia productiva, pues la neutralidad española y las ne cesidades de todo tipo en los países beligerantes hi cieron posible una coyuntura exportadora, con pre sencia de capital extranjero incluida; por ejemplo, La empresa de E.H.Browne -la lLamada fábrica de Los belgas- produjo botas militares en varias fábricas que empleaban a un millar y medio de trabajadores de los alrededor de cuatro mil que se calculan que tra bajaban en La industria en 1915. Los años bélicos, junto con el aumento de las ventas, trajeron consi go fuertes aumentos de las materias primas y del coste de la vida. Por eso, hubo continuas huelgas específicas -zapateros, aparadoras, cortadores, por ejemplo- y aLgunas de excepcional importancia, co mo la revolucionaria de 1917, con muchos obreros de tenidos, y aquella en que se reclamaba que las em presas abonasen a Las aparadoras el hilo y las agu jas que gastaban y que para trabajar hubiese que estar afiliado al naciente Sindicato Único del Ramo de la Piel, integrado en CNT. Aquellos años fueron la edad de oro deL anarquismo en Elda: dirigieron las rei vindicaciones de Los zapateros, crearon su ateneo popular y su escuela racionalista en la que maestros de la talla de AlberoLa y Antonia Maymón educaron a numerosos niños y mayores, e implantaron una cultura alternativa, con grupos culturales, ideas na ► Ambiente de trabajo en la fábrica de serie y chicarro de Mannel Sirvent Amat, apodado «Gnachanda», qne estaba en la actual calle Antonino Vera, frente al Jardín de la Mñsica. 1930. turistas y niños de nombres ajenos al santoraL cris tiano. En aquellos años también surgieron o se de sarrollaron pLenamente muchas de Las empresas pun teras de los años centrales del siglo, Las de los Gua rinos, Vera, Bellod, Maestre o Porta. En los años veinte, el fin de la exportación del período bético no redujo la producción pues se am plió el mercado interior, debido al aumento del con sumo de un país en fase de modernización y a la de manda del ejército. Fue un momento de creación de empresas, aunque eran Las grandes fábricas las que concentraban la mayoría de obreros, unos once mil en torno a 1930, buena parte de ellos trabajando en su domicilio o residiendo en otros municipios. Elda era ya en aquellos años el principal núcleo de la in dustria zapatera española; había fábricas de señora, niño y caballero, artesanales o fuertemente mecanizadas, productoras de calzado económico o de lujo; una ciudad en la que era posible el ascenso deL za patero emprendedor pero donde unas pocas familias emparentadas entre sí controlaban la parte del león. En las grandes fábricas, la fuerte mecanización generó una fuerte dependencia de la USMC yanqui (La Uni ted, en Elda), que alquilaba pero no vendía las me ► Grupo de militantes de la CNT-FAI, antes de la Gnerra Civil. Años 30. jores máquinas. Ya había en Elda fábricas de tacones, de maquinaria sencilla, de cajas de cartón o los pri meros talleres de patronaje, mientras que las grandes fábricas contaban con redes de venta bien estruc turadas e incluso tiendas o almacenes en ciudades im portantes. Se fomentó la calidad del producto y los empresarios crearon su primera federación patronal, en la que trabajó como empleado Enric Valor. Los salarios obreros, sin ser altos, ya eran mejores que en los pueblos de.la zona, gracias al desarraLlo industrial y a las reivindicaciones anarquistas, aunque la CNT perdió muchísima fuerza en los años de la Dictadu ra, por el cansancio ante las huelgas y el apoyo ofi cial a la UGT, que aquí constituyó la Federación Obre ra de la Industria del CaLzado; fue una época en la que Elda tuvo el mayor crecimiento demográfico de la provincia, con la llegada de miles de personas desde El Pinós, Yecla, Almansa, Monóver, Villena, Petrer y otros muchos municipios cercanos. El proble ma de La vivienda -con alquileres altos y escasos, pese a que en 1926 había 1.120 viviendas en alqui ler- parecía imposible de solucionar ni siquiera con la lenta construcción de los barrios de El Progreso y La Fraternidad. La caída de la Dictadura y el crac de 1929 su puso la vuelta a una época de fuertes huelgas y el re nacimiento del sindicalismo anarquista. Aunque CNT predicaba el abstencionismo electoral a Los obreros, la verdad es que en pocas ciudades españolas se im plantó con tanto entusiasmo la II República como en Elda, donde La tradición castelariana, casi idolatría en aquellos años, hizo posible que hasta la mayoría de empresarios apoyasen el cambio. Los años de paz republicanos fueron una época entusiasta en una ciudad que crecía por momentos -unas mil personas más por año-, recibía orgullosa al presidente es pañol -que inauguró la plaza de Castelar y visitó una fábrica fuertemente mecanizada- y fomentaba to do tipo de iniciativas culturales -de las que son ejemplo algunas bellísimas revistas- y económicas -como el Banco de Elda, puesto en marcha por em presarios progresistas vincutados a la masonería y a la izquierda republicana-. Fue un tiempo de cons trucción de escuelas, de afición al cine y a Los bai les de salón, de fomento de la práctica del deporte, de surtidores de gasolina y prostíbulos, de aparición de la cerveza en los bares y de lenta despoblación de las viejas calles, de canciones con música ajena y letras locaLes. Sin embargo, las tensiones sociales aumentaron rápidamente en una ciudad en que las masas anarquistas no parecían dispuestas a aceptar la moderación del gobierno Azaña: sus invocaciones a la revolución social a través de continuas huelgas, que eran capaces de emprender incluso sin el apoyo de los socialistas, su fuerte anticlericalismo o el apoyo a grupos como la F.A.I., partidaria de actuaciones violentas, hicieron de ELda el principal foco revolu cionario de la provincia en esos años. En el lado opuesto, la fuerte hostilidad antirrepubLicana de al gunos sectores clericaLes y el creciente apoyo de al gunos jóvenes burgueses a grupos como Falange tam poco ayudaban a sosegar la situación. El alzamiento militar -que Elda vivió en me dio de una huelga- desató en sus primeros días una situación de fuerte violencia, con huida de empresarios, saqueo de alguna vivienda, represión in controlada y asesinato de guardias civiles. Poco des pués, la cuestión se centró en cómo organizar la producción zapatera en un sistema económico dife rente, en el que Las organizaciones obreras habían to mado el control efectivo de las principales fábricas, mediante fórmulas como La incautación o La sociali zación. Verdaderamente, la fórmula utilizada en EL da fue bastante efectiva y sistemática, con dos organizaciones fundamentales: el Sindicato de la In dustria del calzado de Elda y Petrel (SICEP) y la Co operativa Obrera de la Industria del Calzado y Simi lares (COICS). La SICEP fue en su origen un consor cio de 23 empresas con problemas de financiación y suministro, que se asociaron para poder subsistir y se organizaron a través de un consejo inicialmente pa ritario de obreros y empresarios, aunque estos pron to fueron sustituidos; Tomás Guarinos, su secreta o s i e r ^iglo • - • - • . • Z ► ^ rio, convirtió a la SICEP en un modelo de gestión en la España republicana, aunque pronto fue absor bido por la COICS. Esta última fue una cooperativa, resultante de la agrupación de Las cinco principales empresas de la ciudad, las más capitalizadas, que fueron socializadas al comienzo de La contienda. También la industria auxiliar se incautó y transformó. Las fábricas eldenses se beneficiaron de que la gue rra faciLitó un mercado poderoso, orientado al calzado militar y similares, por lo que su situación fue es pléndida mientras pudo disponer de suministros re gulares, aunque siempre supeditada al resultado de la guerra, puesto que era eL Estado su principaL clien te. EL control obrero -capitalizado por CNT- supo poner en marcha iniciativas como la Escuela de Ar tes y Oficios -factoría n°6 de la COICS-, vincula da a los modelistas y patronistas, que se habían con centrado en la factoría de Rodolfo Guarinos; entre sus aspectos negativos, no fue capaz de superar los pro blemas de indiscipLina y baja productividad de al gunas fábricas. El nivel de vida no mejoró durante la guerra, especialmente porque a Elda no se le asignó un ra cionamiento total, como a Alicante, sino comple mentario e inctuso inferior al de Villena, agraria y con menor población. Ello originó un comercio miserable, de gentes intercambiando productos en pueblos cer canos e incluso en La Mancha. La zona, acogedora, aLbergó a centenares de refugiados y heridos del frente y, aunque no fue muy consciente de eLLo, al propio Gobierno de España durante unos días. La victoria franquista supuso el inicio de una gravísima crisis para Elda, que afectó a todos los as pectos de La vida cotidiana. La represión fue durísi ma, muy superior en número a la vivida al comienzo de la contienda: los consejos de guerra afectaron a decenas de obreros sindicalistas y a algunos res ponsables de las empresas, militantes de partidos de izquierda; como ejemplos de hasta qué detaLles Lle gó la represión, se cambió el nombre de la calle de La Paz por el de Victoria y se sustituyeron nombres el denses tan poco sospechosos de revolucionarios co mo eL fabricante Pablo Guarinos o el médico Beltrán, por el de generales de la calaña de Aranda o Mola. En La economía, el hambre generalizado hizo que au mentasen momentáneamente los agricultores. La in dustria zapatera vivió hasta mediados de los cin cuenta uno de sus peores momentos: eL consumo era escaso en aquellos años de alpargata; una serie de normas rígidas atenazaba a las grandes empresas, aunque tenían preferencia para acceder a Las esca sísimas materias primas; las faltas de fluido eLéctri BANCO DE ELDA. S. A. ,,.-^.,... Ef3s.3Sl4 Mc.:o ^rn9ll .l ti. ^_, ► Emisión de acciones del Banco de Elda. 1933. co eran constantes; la productividad, ruinosa; la re novación de La maquinaria, extranjera y pagable en divisas, imposible. La política social del nuevo régi men, más allá de su hueca palabrería, se reducía a ba jísimos salarios que no aseguraban una subsisten cia mínimamente digna y a un fuerte control sindi caL de los obreros; siguieron subsistiendo el trabajo infantil -apoyado en un absentismo escolar enor me- o la sobreexplotación de unas mujeres que di fícilmente podían encontrar un empleo alternativo. Los empresarios que intentaron influir en la política económica constituyeron en 1946, con escaso éxito, la Agrupación de Fabricantes de Calzado de Levante. En los años cincuenta, poco a poco, fueron que brando casi todas las grandes fábricas, mientras en 1951 el Banco de Elda perdía su autonomía. La úni ca iniciativa cultural significativa, la construcción de la plaza de toros. A finales de los años cincuenta, la situación cambió rápidamente -antes del plan de estabiliza ción de 1959: no fue gracias al gobierno, sino a pesar suyo- y La industria del calzado vivió dos déca ACCION,USERfEc6,N°ENEL^ ,, ^ i^r. :, ^ ^^ ^t acrtr^t. DE t00 PESETAS, E^Ewure uEa^ das de fortísimo desarrollo, que trajeron consigo un intenso crecimiento urbanístico, una rápida moder nización y una riada de inmigrantes procedentes en esta ocasión de varias provincias. Aunque el consu mo español seguía siendo bajo, el incremento rapi dísimo de la exportación -especialmente a Los EE.UU.- permitió un desarrollo industrial creciente y prolongado. Las empresas, muy pequeñas tras la cri sis de los cincuenta, aumentan su. tamaño medio, tienden a mecanizarse y tecnificarse, racionalizan su proceso productivo; con el fin de la autarquía se legalizaron las importaciones de maquinaria y hubo facilidades crediticias; también alguna ayuda oficial, escasa si pensamos que el calzado llegaría a ser la pri mera exportación industrial del país y ELda su centro más notable. Los últimos años cincuenta, escasamente considerados hasta ahora, son cruciales para en tender estas transformaciones: fue entonces -no en los años sesenta, como sucedió en casi toda Espa ña- cuando comenzó un nuevo período de inmi gración y de rápida construcción de viviendas, ma yoritariamente baratas y con escasas exigencias, para unos trabajadores que llegaban atraídos por un empLeo abundante que -con destajos, horarios excesivos y trabajo de toda la familia- podía ofre cer unos salarios inconcebibles en otros lugares. Fue entonces cuando algunos empresarios avispados comenzaron a acudir a certámenes comerciales en Europa y América y cuando se pone en marcha la Fe ria, una iniciativa comercial autóctona, t^ue nació en septiembre de 1959 casi como un concurso local y en octubre de 1961 veía aprobarse su carácter internacional. Los años siguientes fueron de crecimiento continuo, al menos hasta la crisis de 1973, maL Llamada del petróleo. Son años de creación de nuevas fábricas, de fuerte dependencia deL mercado ameri cano, de renovación de La maquinaria, de ministros clausurando una FICIA que pronto contó con edificio propio. Son años de fuerte necesidad de mano de obra: a Las puertas de las fábricas los pizarrines avi saban que «se necesitan aprendices» o«se da apa rado a La calle», mientras el Taller-Escuela sindical im partía cursos intensivos de formación al tiempo que sus mejores alumnos ganaban casi siempre los con- cursos nacionates de formación profesional en la es pecialidad zapatera. La FICIA desdoblaba certámenes, impulsaba exposiciones externas (a través del CE PEX) y creaba el primer instituto tecnológico pro vincial (el INESCOOP, en 1971). Fueron años en que los trabajadores eldenses accedieron a la llamada sociedad de consumo, generalizándose los automó viles y los más variados electrodomésticos, las va caciones estivales -que alrededor de 1968 se con siguió disfrutar simultáneamente en todas las fábri cas- y en muchos casos La segunda residencia, con la contrapartida de destajos y jornadas prolongadas. No obstante, algunas zonas, como Bolón o Tafalera, constituyeron bolsas de pobreza. Por supuesto, La bonanza económica, La escasa aceptación de Las ins tituciones franquistas y la represión contra todo ti po de oposición hicieron que pocos trabajadores mi litasen políticamente en aquelLos años, salvo un pu ñado de comunistas o algún sindicalista; tampoco Los empresarios se entusiasmaron demasiado con la par ticipación política activa en un régimen que consi deró a Elda un ejemplo industrial. Fue una época de masiva asistencia a Los cines, aunque de escasez de actividades culturales de otro tipo y fuerte carencia de puestos escolares, aunque poco a poco se fueron generalizando los estudios no obligatorios; Elda cam biaba su fisonomía con la construcción de bloques elevados que aumentaron la densidad urbana y con gestionaron el tráfico en eL centro, mientras se con vertía en cabeza de partido judicial, no se consolidaba eL primer intento de emisora Local y desaparecía de finitivamente et Banco de ELda. A mediados de los años setenta aparecieron serios problemas para la supervivencia de la indus tria. La crisis económica posterior a 1973 y la de valuación del dólar fueron obstáculos durísimos pa ra una industria centrada en la exportación aL mercado americano; desde 1974 se multiplican los cie rres de empresas y las reducciones de personal mien tras La Administración promete (o amenaza con) un plan de reestructuración del sector que debía afron tar fuertes cambios estructurales a fin de adaptar la industria a las nuevas circunstancias de cambios tecnológicos rápidos y creciente competencia de paí ses del Tercer Mundo. Tras la muerte de Franco, los obreros cuestionan masivamente las estructuras ver ticalistas y asumen formas de organización propias, que afrontan durísimas luchas en defensa de mejo ras Laborales, como las vividas en febrero de 1976, con masivas manifestaciones cuya represión produ jo la muerte de un joven por disparos de la policía, y en el verano de 1977, cuando el Movimiento Asam bleario paraliza totalmente la actividad durante dos semanas; al poco de acabar la huelga, los principa les dirigentes y miles de obreros se afilian a un sin dicato minoritario, la USO, que alcanza en Elda su máxima fuerza en todo el Estado. Mientras, los em presarios crearon su propia patronal comarcaL, ger í , • ^ _ w.,.^,E^ f1 ® ® t^ O -_ _..t^ ! ^ I. ► Antigaa postal de las instalaciones de FICIA, adornadas con carteles alusivos a los 25 años de paz. 1964. men de La futura Federación de Industrias del Calzado de España, que desde sus comienzos chocó con los dirigentes de FICIA -sólo teóricamente dependiente del ayuntamiento- en un enfrentamiento que, sin duda, no ayudó en nada a La supervivencia de la institución. En esos años, se frenó la inmigración masiva y se trató de poner coto al crecimiento urbanístico incontrolado, por medio de un novedoso plan de urbanismo que fue apoyado por las organi zaciones ciudadanas y muy criticado por quienes te nían fuertes intereses inmobiliarios; entre otras cuestiones trataba de reguLar la descontrolada ubi cación de industrias en todo el casco urbano. En las primeras elecciones de la restauración democrá tica, Locales y generales, se comprueba que Elda se guía fiel a su tradicional ideología izquierdista y que eL PSOE era ahora el partido de mayor arraigo; el nuevo alcalde. como en la mayoría del período alfonsino, repubLicano o franquista, era un empre sario vinculado al caLzado. Las dos úLtimas décadas están todavía dema siado próximas para estabtecer sobre ellas un juicio imparcial y desapasionado; sin embargo, parece evi dente constatar una pérdida de influencia de la in dustria eldense. EL calzado sigue siendo todavía el mo tor de la actividad económica, pero ELda ha dejado de liderar el sector: La industria ilicitana parece acre centar su peso relativo y gozar de un mayor dina mismo, Las decisiones patronales ya no se adoptan inequívocamente desde Elda, la FICIA abandona su se de de la Avenida de Chapí con la ridícuLa pretensión de que un emplazamiento a pocos kilómetros del an terior servirá para afrontar mejor Los nuevos hábitos comerciales que la globalización impone. En eL pLa-no laboral, pronto se diluyó el predominio sindical de la USO, aunque La afiliación entre los zapateros alcanzó mínimos históricos, en un momento de pérdi da de puestos de trabajo, contratos temporales y empleo irregular, especiatmente entre Las mujeres; mientras, crece el empleo terciario, especiatmente en sanidad, educación y comercio. El crecimiento demográfico se ralentiza e incluso decae, debido al final de la inmigración masiva, a la drástica reducción de la fecundidad y a numerosos cambios de residen cia hacia Petrel, debido a la construcción masiva en espacios más cercanos al centro de Elda que algunos barrios de la propia ciudad. Elda ha padecido en estos últimos años una crisis industrial bastante similar a La de algunas zo nas europeas de industrialización madura. Espero que, como ha sucedido tantas veces en nuestra his toria, la necesidad agudice el ingenio y nuevas ini ciativas continúen impulsando la vida de esta ciudad progresista, optimista, tolerante y confiada. Lo s al ca ld es d e E lda UN SIGLO DE GOBIERNO MUNICIPAL (1901-2000) ► Fachada del Ayantamiento adornada con tarays con motivo de las Fiestas de Septiembre.1923. n handicap en el que habituaLmente caemos, tanto historiadores como ciu dadanos, a la hora de emitir juicios de valor sobre el análisis de la vida municipaL de un periodo concreto de gobierno municipaL es el focalizar en el alcalde, como máxima figura institucional que preside una cor poración local, los logros y aciertos realizados du rante el mandato, pero también los errores cometidos y torpezas demostradas. Opiniones u observaciones en las que pocas veces se tiene en cuenta que el alcalde nunca ha estado solo en una corporación munici pal, sino que Los concejales, ediles, síndicos, regi dores o jurados también detentan una responsabili dad en el ejercicio de la res pub(ica anivel locaL. Responsabilidad que, por otra parte, y en directa re lación con la primera apreciación, pocas veces la his toria o los historiadores les exigimos. Sin embargo, no es éste el espacio ni el tiem po de enjuiciar las labores de gobierno de los ediles mu d o s i e r siglo XX a o s i e r sigio -• --• --• 25 nicipaLes, ni pretendemos con este trabajo el biografiar a todos y cada uno de Los alcaldes de Elda en el siglo XX, ni hacer un repaso crítico por su gestión al frente de La alcaldía eldense, sino el glosar brevemente y de modo ge nérico La figura de Los alcaldes, las circunstancias políti cas y sociales en las que desempeñaron el cargo, curio sidades en torno a Los mismos, principales hechos acon tecidos en nuestra población en relación con La participación directa o indirecta de quien ocupara entonces el siLLón municipaL, similitudes y relaciones de unos con otros, etc. Tres fuentes documentales se convierten en base fundamentaL a la hora de configurar el listado de alcal- des vigesimónicos: la documentación oficiaL generada por el propio Ayuntamiento como son Las actas de los ple nos municipales y dos Libros: La Historia de Elda, de A. Na varro Pastor (1981) y el libro Elda: Urbanismo, Toponimia y Miscelánea, de J. Rodríguez Campillo (1999). No ha biendo acudido a las fuentes originales por falta de tiem po materiaL, se ha recurrido a Los dos trabajos citados pa ra confeccionar un listado exhaustivo de Las primeras au toridades. Si bien ambos realizan una enumeración ex haustiva, mantienen sensibles diferencias en la inclu sión de unos u otros nombre. Desigualdad originada por La inclusión o no de los llamados alcaldes accidentales, aqueLLos concejales que, durante días, semanas o algún mes, ocuparon el sillón presidencial deL municipio de for ma interina, por cese, fallecimiento o renuncia al cargo del titular, hasta La designación o elección plenaria del su cesor. A este respecto, a la hora de redactar el presente trabajo se han tenido en cuenta a aquéllos que ocuparon el cargo provisionaLmente entre el cese de uno y la elección de otro, mientras que no se ha contemplado a aque llos ediles que por su condición de teniente-alcaLde ejer cieron la máxima magistratura municipaL por ausencia del titular. Se hace extremadamente difícil realizar en breves páginas una síntesis acerca de todos los alcaldes, tanto de su faceta política y pública como personal y privada; de las circunstancias y trayectoria política que Les per mitieron llegar a La aLcaldía eldense; de su nombramien to o elección y de su cese; de su afiliación política; etc. La disparidad de regímenes poLíticos que el siglo XX ha co nocido en España, la heterogeneidad de Las circunstan cias políticas y la diferente normativa Legal reguladora de la administración local, así como la propia evolución y de sarroLlo de la propia ciudad, imposibilitan el poder com parar a unos con otros, pues ni el marco legat en eL cual ejercieron su cargo ni la ciudad a gobernar han sido los mismos a lo Largo de cien años. En un siglo, se ha pasa do de una política municipal caciquiL imperante durante el reinado de ALfonso XIII, donde el gobierno municipal era trasunto del gobierno nacional con la alternancia pactada entre liberales y conservadores, a una situación de plena democracia representativa bajo la monarquía parlamentaria actual, pasando por el breve experimento democrático de la II República (1931-1936), abortado con el amargo episodio de La Guerra Civil (1936-1939), y por un amplio periodo de autoridades designadas por el Gobierno Civil provincial, como representante deL estado autoritario implantado por el general Franco (1939-1975). Del mismo modo, poco tiene que ver La ELda in dustrial y terciaria de finales del año 2000, con 54.025 habitantes, con aquella villa agrícola del año 1900, que contaba con 6.131 habitantes y cuyo perímetro urbano tímidamente había sobrepasado Los límites existentes desde mediados del siglo XVII; y que veía cómo desde 1890-1895 empezaban a proLiferar en su periferia Las fábricas de zapatos. Cotejando Las fuentes citadas hemos contabiliza do un total de 42 personas que han ejercido la alcaldía eldense a Los largo del siglo XX, de las cuales 34 lo fue ron en condición de cargos electos mientras que Las res tantes 8 la desempeñaron de forma interina o accidental. A título anecdótico decir que el primer alcalde del siglo fue Manuel Tordera y Juan, que venía desempeñando el cargo desde 1899, finalizando su mandato eL 12 de di ciembre de 1901, y habiéndolo ejercido con anteriori dad durante los años 1867, 1876-1879, 1891-1892; y el alcalde que cierra el siglo es Juan PascuaL Azorín Soria no, actuaL primer edil desde el 5 de junio de 1996. R^u^rano nE Ar.FONSO XIII ( 1901-1931) Alcaldes electos: Manuel Tordera Juan, Manuel Beltrán Ara vid, José Joaquín González Amat, Roque González Amat, José Joaquín González Payá, Francisco Alonso Rico, José Catalán Gras, Emérito Maestre Pérez, Manuel Bel trán Olcina, Joaquín Coronel Rico y José Martinez Sán chez. DICTADURA DE PRIMO RIVERA (1923-1930): Enrique Vera Gras, Francisco López Pérez, Pablo Maeste Sirvent y Francisco Alonso Rico. Alcaldes interinos: Vicente Maestre Sempere. Durante la parte que nos atañe del reinado de este monarca y en eL marco de La Constitución de 1876, se sucedieron once alcaldes titulares y uno interino, mientras que en el periodo de la dictadura del general Pri mo de Rivera (1923-1930) cuatro alcaldes fueron designados y dos ocuparon el sillón accidentalmente. Durante este reinado, y como consecuencia del sis tema político bipartidista alternante implantado durante la Restauración, fue frecuente que una persona os o s i e r ^i^l^ tentara la alcaldía en varias ocasiones pero sin continuidad entre eLlas. Así, vemos cómo Jo sé Joaquín González Payá y Francisco Alonso Rico son designados en cuatro ocasiones ca da uno; Manuel Beltrán Aravid, José Catalán Gras y Joaquín Coronel Rico, en tres ocasio nes; y José Joaquín González Amat y Manuel Beltrán Olcina, en dos. Del mismo modo, y dado el carácter oli gárquico deL sistema potítico, donde las prácticas caciquiles estaban a La orden del día, fue frecuente que, a lo largo de ► produjeran hasta cuatro cambios de alcaldía, con la participación de dos y tres alcaldes, respectivamente, que eran cesados y repuestos en el cargo tras un corto espacio de tiem po. Práctica política que facilitó que hubieran alcaldes que ejercieran como tales du rante 5 días, caso de Francisco Alonso Rico (01-01-1914 / 06-01-1914), e incluso, 3 días, caso de José Catalán Gras (06-01-1914 / 09 Mannel Beltrán Aravid. años y décadas, determinadas familias se perpetuasen en el poder municipal, unos veces como edi les y otras como alcaldes. EjempLos de este fe nómeno Lo encontramos tanto en el Partido Conservador, con la saga familiar de los Ma estre, cuyo representante en este periodo fue Emérito Maestre Pérez (1914), padre, hijo, nieto y sobrino de alcaldes de Elda en el si glo XIX; como en el Partido Liberal con la familia de los González, que ostentó la aLcatdía con José Joaquín González Amat (1904-1909, 1912-1914), José Joa quín González Payá, hijo del anterior, tiempo, permitiendo una inusitada estabilidad en la política municipal. Entre éstos sobresalen las dos ocasiones en las que José Joaquín González Amat estuvo al frente del consis torio etdense, la primera durante cinco años y seis meses (01-01-1904 / 01-07-1909) y la segunda durante dos años (1912-1913). A éste, le siguen, por permanencia en el cargo, su hijo José Joaquín Gonzátez Amat, con dos ► José Joaquín González Amat. (1910, 1910-1912, 1916-1917, 1917-1918) y Roque González Amat (1909-1910), hermano y tío de los anteriores. De familia liberal también fueron los Beltrán, dos de cuyos miembros, padre e hijo, Manuel BeLtrán Aravid (1872-1873, 1898, 1902-1903, 1910) y Manuel Beltrán Olcina (1916), respectivamente, también fueron al caldes de ELda. Será en este periodo cuando el 24 de agosto de 1904, bajo la corporación municipal presidida por José Joaquín González Amat, el gobierno presidido por eL conservador Antonio Maura le conceda a la villa de Elda el título de ciudad en reco Primo de Rivera (1923-1930). Gobierno que, con el apoyo del monarca, suspendió las garantías constitucionales y vino a imponer corporaciones municipales afectas al régimen, donde quedaron representados aquellos sectores sociales y económicos mas interesados en eL mantenimiento del orden sociat y político. Así, lLegaron al consistorio nuevas caras de la mano de Enrique Vera Gras, que ejer ► José Joaqnín Gonzálea Payá. nocimiento a los logros económicos y demográficos conseguidos. A pesar de la alternancia consensuada entre conservadores y liberales, y fruto de la le gislación que regulaba la poLítica municipal permitiendo una continua injerencia de los gobiernos civiles, durante las tres primeras décadas del sigto fueron frecuentes las desti tuciones de alcaldes por orden gubernativa. Ceses que, con frecuencia, fueron seguidos de reposiciones en el cargo de Los depuestos, originando algunos años un baile de al caldes. Así, en años como 1910 y 1914 se vent, fabricante, alcalde durante el año 1927; siendo, Francisco Alonso, de nuevo, el último alcalde del régimen primoriverista, durante dos años y dos meses. Será bajo la alcaldía de Francisco López Pérez cuando, por medio de ReaL Decre to de 9 de junio de 1926, et gobierno conceda al Ayuntamiento de Etda el tratamiento de «Excelentísimo» en sustitución del «Muy Ilus ► Francisco Alonso Rico. 01-1914). Frente a mandatos de meses, se manas, e incluso días, destacan aquellos otros que, superando et año, se prolongaron en el años y Joaquín Coronel Rico, con dos años y dos meses. El agotamiento político del sis tema de alternancia entre conservadores y liberales provocó la proclamación de la dictadura del general ció durante cuatro meses y trece días; Francisco López Pérez, teniente coroneL retirado que asumió la al caldía durante casi tres años; Pablo Maestre Sir tre» empleado hasta entonces. Con la dimisión de Primo de Rive ra, se vuelven a constituir los ayunta o s i e r ^iglo XX mientos constitucionales, siendo elegido alcal de José Martínez Sánchez, que ejerció duran te un mes y siete días y que fue sustituido por Joaquín Coronel Rico, que ocupaba el sillón municipal por tercera vez, en esta ocasión por el periodo de un año, siendo eL último alcal de de la monarquía de Alfonso XIII, puesto que en la elecciones municipales celebradas el 14 de abril de 1931, y ante la descomposición de los partidos políticos que sostenían al monarca, los partidos republicanos con siguieron alzarse con la alcaldía de Elda. ► José Catalán Gras. Proclamada la República el 16 de abril de 1931, y a tenor de Los resultados electo rales locales el ayuntamiento eldense quedó constituido con una mayoría republica no-radical-socialista, siendo elegido como primer alcalde repubticano Emérito Maes tre Maestre, industrial del calzado. Hijo, nie to, bisnieto y sobrino de alcaldes del Parti do Conservador durante La monarquía derro cada, Emérito Maestre, repubLicano mo derado y correligionario de Alcalá Za mora, presidente de la República, apenas Resultados que, repetidos a nivet nacional en Las capitales de provincias y principales ciudades del país, precipitaron La caída del rey y la procla mación de la República. II REPÚSI.ICa (1931-1936) Alcaldes electos: Emérito Maestre Maestre, Vi cente Gil Navarro, Aquilino Bañón Sáez, Joaquín Vera Pérez, Enrique Puigcerver Fo glietti, Juan Lorenzo Calpena y Fran cisco Botella Payá. Alcaldes interinos: Vicente Gil Navarro, Aqui duró tres meses en el cargo, dimitiendo el seis de juLio de 1931. Siete fueron los alcaldes republica nos que tuvo Elda hasta eL inicio de la Gue rra Civil. La inestabilidad política nacio I nal y la ruptura de pactos motivaron que los mandatos fueran cortos, pues ninguno de ellos alcanzó Los dos años de gobierno municipal. Joaquín Vera Pérez, adscrito at Partido Radical-Socialista, ostentó la aLcaL día en dos ocasiones, La primera du rante dieciocho meses y La segunda du rante tres meses y doce días; Aquilino ► Emérito Maestre Pérea. Bañón Sáez, jefe del Partido Radical, ejerció durante un año y siete días; Enrique Puigcerver Fo lino Bañón Sáez, Juan Lorenzo Calpena y Martín Llo pis Taltavull. Las elecciones municipales permiti rán la llegada de nuevos rostros a La políti ca municipal que permanecerán en activo mientras dure el régimen republicano. Nom bres como Emérito Maestre Maestre, con 845 votos obtenidos; José Ruano López, con 839; Joaquín Vera Pérez, con 833; Aqui lino Bañón Sáez, con 830; Martín Llopis Tal tavull, con 820; Juan Lorenzo CaLpena, con 776; y Vicente Gil Navarro, con 768 votos, participarán activamente en los glietti, casi nueve meses; Juan Lorenzo Cal pena, cinco meses y diez días; etc. Al igual que sucedía durante La mo narquía alfonsina, los acontecimientos poLí ticos nacionales tuvieron su repercusión en la vida local, tal y como se puede observar cuando, a finales de octubre de 1934, y ante la rebelión obrera de Asturias, el gobernador ci vil de Alicante cesa a toda la corporación lo cal, con Joaquín Vera Pérez a la cabeza. Destitución que se volverá a repetir el 6 de enero de 1936, cuando Juan Lorenzo ► Joaqnín Coronel Rico. sucesivos ayuntamientos republicanos entre 1931 y 1936, casi todos como concejales y cuatro de ellos como alcaldes. Hombres de hones tos y convencidos ideales republicanos, la mayor parte de ellos industriales del calzado, poco pudieron hacer ante los extremis mos a Los que se dio rienda suetta durante la II República, viéndose envueltos en una espiral incontrolable que Les LLevó, a muchos de ellos, a abandonar la política activa y a no sentirse identificados con Los caminos que seguía la República por la que tan to habían luchado. ración. La sublevación militar de Marruecos en julio de 1936 y eL inicio de la Guerra Ci vil ocurrieron siendo aLcaLde, por segunda vez, Vicente Gil Navarro, quién desbordado por la actuación de las organizaciones políticas, sindicates y revolucionarias, y una vez pasados los alterados y confusos primeros días, presentó su dimisión al go bierno civil de Alicante, que dictó la orden para la constitución deL Consejo Municipal Antifascista. ► Pablo Maestre Sirvent. CaLpena es cesado como alcalde con toda la corpo d o s i e r ^igl® G[rExRA Civn. (193f^1939) Alcaldes electos: Manuel Bellot Orgilés, Manuel Vera Rico y Manuel Alberola Castelló Alcaldes interinos: José Ruano López. Durante el trágico episodio de la Guerra Civil la presidencia del Consejo Mu nicipat Antifascista, como se pasó a denomi nar la corporación municipaL, será ejer cida por tres «consejeros» con eL mis mo nombre: Manuel BeLlot Orgilés, Ma La implantación de una concepción au toritaria del Estado por parte deL general Fran co, bajo un régimen caracterizado por La ausencia de libertades democráticas, vino a ses-gar la autonomía municipaL en cuanto que los alcaldes eran nombrados directamente por el gobernador civil, permitiendo de este mo do un férreo controL estatal sobre La vida mu nicipal. Mecanismo político que, en el caso de ELda, aseguró La continuidad de Los al caldes al frente del gobierno municipal durante más tiempo del que se estaba ► Emérito Maestre Maestre. nuel Vera Rico, obreros de la industria del calza do, y Manuel Alberola Castelló; ocupando el sillón presidencial, de forma interina, José Ruano López en 1938, entre M. Bellot y M. Vera. Tras La constitución, el 26 de agos to de 1936, del Consejo Municipal Anti fascista encargado de organizar La vida municipal durante el período béLico, fue elegido Manuel Bellot OrgiLés como primer consejero, permaneciendo en el cargo hasta 1938. Durante su gobierno, además de proceder a disponer todas las medidas socia ► Aqailino Bañón Sáez. les y económicas necesarias para afrontar La excep cionaL situación bélica e intentar hacerse con el control de La situación, y ante las fuertes pre siones anarquistas, se procedió al derribo de La iglesia parroquial de Santa Ana. Mo tivo que originaría, terminada La contieri da, su posterior fusilamiento contra las ta pias del cementerio a manos de los ven por José Ma Batllés Juan y éste, a su vez, por José Martínez González, también in dustrial del calzado, quien durante trece años (1943-1956) ejercerá de alcalde de ELda, acome tiéndose durante su largo mandato una gran can .^ ^ ^ cedores. Perdida La guerra por la República, cuando las tropas nacionales llegaron a Elda ^ L d e ia 29 de marzo de 1939, Manuel Al berola, después de permanecer solo en el Ayuntamiento los días 27 y 28, hizo entrega del mismo como primera autoridad cipal. DzcrAnuBA nsr. cErtEERAi. FRArtco (1939-1975) Alcaldes electos: Francisco Vera Santos, Maria no Segura Martínez, José Ma Batllés Juan, José Martínez González, Joaquín Campos Fernández y Antonio Porta Vera. Alcaldes interinos: Marcelino Ortín Bañón, José Sirvent Sempere, Vicente Esteve Pérez y Pedro Gras Vera. ► Joaqnín Vera Pérez. muni acostumbrado a ver, pues en Los treinta y seis años de dictadura se sucedieron seis alcaldes tituLares y tres accidentales. EL primer alcalde franquista de Elda, designado el día 21 de abril de 1939, fue Francisco Vera Santos, industriaL del calza do, que desempeñó eL cargo, con carácter provisional, durante seis meses y diecisiete dí as, hasta eL nombramiento de Mariano Segu ra Martínez, el 8 de noviembre. Sucedido éste tidad de actuaciones urbanísticas y mejoras so- ciales que vinieron a transformar ELda, adap tándoLa a Los nuevos tiempos y sentando Las bases para su futuro desarrollo. Fallecido trágicamente en accidente de circulación el 14 de enero de 1956, fue sucedido brevemente por Joaquín Campos Fernández, quien estuvo al frente de La alcaldía durante dos años. durante el periodo de gobierno municipal mas largo deL siglo XX y de la historia de Elda. Diecisiete años (1959-1976) a lo Largo de cuales se vino a culminar el camino em prendido por J. Martínez González. Al igual que sucede en el caso del gobierno de és te último, larga sería la lista de aconteci mientos, Logros y construcciones realizadas durante el mandato de A. Porta. Propósito ► Francisco Vera Santos. Por renuncia del alcalde, y tras La inte rinidad de Pedro Gras Vera, el 6 de mar zo de 1959 accedía a La alcaldía de El da Antonio Porta Vera, industrial del cal zado, que se mantuvo en el gobierno municipal que no es el fin de este trabajo, sino el de un estudio serio y riguroso sobre es tas dos alcaldías que marcaron profun _-- d o s i e r sigla XX • --. --. Zg damente la historia de Elda, tanto por sus lar gos mandatos (30 años conjuntamente at frente del ayuntamiento eldense), como por la gestión realizada. Hechos y periodo de tiempo que supusieron la transformación de la ciudad, su desarrollo industrial, de mográfico y urbanístico, sin los cuales no se ría posible entender La Elda de principios del siglo XXI. El fallecimiento del general Fran co y el ascenso a la jefatura del Estado del rey Juan Carlos I, en noviembre de ciales y, sobre todo, por la voluntad y la impo sibilidad material de hacer frente a todas las deficiencias y carencias de tipo urbanístico, económico, social, educativo y cultural, que la ciudad de Elda había ido acumulando du rante las dos últimas décadas y a las que no se les había dado solución por el propio ago tamiento vital del régimen dictatoriaL. ► José Martínez González. 1975, fueron entendidos por el último alcalde fran quista, con el buen olfato político que le ca racterizó durante su largo mandanto, como un indicador de la llegada de nuevos aires en la política y del cambio del panorama que hasta entonces había imperado en España. Así, al mes exacto de la proclamación de Juan Carlos I como rey, Antonio Porta anun ciaba públicamente su intención de no pre sentarse a la reelección. RsiNAno nE JuAN CARr.os I (1975-2^^ ► supusieron la recuperación de la vida democráti ca en el Ayuntamiento de Elda. Los resultados electorales propiciaron la necesaria alternan cia ideológica en el gobierno municipal, que quedó presidido por Roberto García Blanes, como miembro del Partido Socialista Obrero Español, que fue el partido mas votado. Apo yado, durante su primera legislatura (1979 1983) por los votos del Partido Comunista de Es Joaqaín Campos Fernández. Alcaldes electos : Antonio Porta Vera. TRANSICIÓN DEMOCRÁTICA (1976-1978): Francisco Sogorb Gómez. DEMOCRACIA (1978-2000): Roberto García Blanes, Camilo Valor Gómez y Juan Pascual Azorín Soriano. Alcaldes interinos: José Luis Martínez Lázaro. El reinado en curso de Juan Carlos I viene caracterizado por tres etapas políticas en las que de un régimen dictatoriaL here dado del franquismo, y a través de una modélica transición democrática, se al ► Antonio Porta Vera. canza un régimen plenamente democrático basado en la Constitución de 1978. Con la renuncia expresa de Antonio Porta a la re elección, el gobernador civil, haciendo uso de su potestad legal, designa a Francisco Sogorb Gómez como aL calde, quien el 1 de febrero de 1976 tomaba posesión co mo tal. Nombramiento que, en directa relación con la evolución política española, supuso un soplo de aire fres co en la política municipal. Su mandato de tres años, dos meses y quince días vino a representar en Elda el proceso de transición hacia la democracia emprendido a nivel nacional. Mandato intenso, lleno de incertidumbres y esperanzas, marcado por trágicos acontecimientos so La finalización del proceso constituyente con la aprobación en referéndum, el 6 de diciembre de 1978, de la Constitución Española y la celebración de las primeras elecciones municipales libres, el 3 de abril de 1979, paña, Roberto García, consiguió revalidar en tres nuevos comicios electorales (1983, 1987 y 1991) el gobierno so cialista. Durante su gestión al frente de la alcaldía, durante dieciséis años (1979-1995) (el segundo ciudad, que posibilitaron ir cubriendo to das las carencias existentes antes comentadas. La consolidación plena del sistema democrático, eL cambio de coyuntura política nacional, las disensiones entre los socios de gobierno y el agotamiento de ideas y personas provocó que, como resultado de Las elecciones municipales del 28 de mayo de 1995, de nuevo se produjera la siempre beneficiosa alternancia política, sien do elegido, el 17 de junio, alcalde Camilo Valor Gómez, del Partido Popular, quien ya había desempañado el car go de edil en el ayuntamiento eldense desde 1970 has ta 1979. Sin embargo, tras un breve mandato de once me ses y seis días, la aplicación de las reglas del juego de mocrático con el planteamiento de una moción de censura por parte de la oposición, que no llegó a materiali mandato mas largo de la historia de Elda), y al frente de un, entonces,joven y entusiasta equipo de concejales, Elda experimentó una gran transformación en todos los ordenes. La nueva coyuntura política creada con las transferencias a las comunidades autónomas y la evolución favorable de la economía per mitieron incrementar a límites no vistos has ta entonces las inversiones económicas en la zarse, indujo a su renuncia al cargo el 23 de mayo, para evitar la moción. Hasta ta convo catoria del pleno para la elección de nuevo al calde el cargo fue desempañado accidentalmente por José Luis Martínez Lázaro, del Par tido Popular, por ser primer teniente-alcalde. En el pleno del día 5 de junio de 1996 ta correlación de fuerzas políticas permitió la elección como alcalde de Juan Pascual Azo rín Soriano, cuyo mandato se vió reva lidado por Las urnas en las pasadas elec ciones municipales deL 13 de junio de de escarnio público contra su persona por par te de los sectores mas exaltados de los sin dicatos y organizaciones políticas del mo mento. Más numeroso y menos trágico ha sido el grupo de alcaldes que fueron cesados de sus puestos por orden gubernativa: Ma nuel Beltrán Aravid, en 1910; José Catalán Gras, en 1914; Emérito Maestre Pérez, en 1914; José Joaquín González Payá, en 1917; Joaquín Coronel Rico, en 1921; Joaquín Vera Pérez, en 1934; Juan Loren ► Francisco Sogorb Gómez. 1999, con la obtención de la mayoría absoluta. La valoración histórica de estos últimos dos al caldes la dejamos para futuros historiadores, quienes con la necesaria perspectiva crítica y mayor o menor grado de objetividad que concede el tiempo, puedan valorar la gestión de las corporaciones municipales eldenses de la úttima década del siglo XX y las figuras de los alcaldes al frente de las mismas. Para finalizar, y tras haber realizado un zo Carpena, en 1936; Francisco Vera Santos, en 1939; y, José Ma Batllés Juan, en 1942. Algunos de etlos serían posteriormente re puestos en el cargo, caso del primero, se-gundo, cuarto y sexto y quinto. Caso distinto fueron Manuel Betlot Orgilés y Manuel Vera Rico, alcaldes duran te la contienda civil, que cesaron en el car go por la movilización de sus quintas como re servistas para el frente de batalla, en 1938 y repaso por las figuras de los alcaldes ha ► Roberto García Blanes. 1939, respectivamente. Al igual que le bidos bajo los diversos regímenes polí sucedió a Mariano Segura Martínez, inticos que se dieron en la España del siglo XX, permita corporado al servicio militar en 1940. me el lector realizar unos breves comentarios sobre pun Grupos a los que hay que añadir aquetlos al tos de unión, quizás anecdóticos pero también perso caldes que dimitieron del carqo por voluntad propia: nales, e incluso tristes y lamentables, que unen a unos Manuel Beltrán Aravid, quién tras ser cesado y re alcaldes con otros, independientemente del color polí puesto dimitió en el mismo pleno en que se le repo tico o del régimen bajo el cual qobernaron los destinos nía como primera autoridad local, el 12 de agosto de de nuestro pueblo. ^ 1910; Francisco Alonso Rico, en 1919; Emérito Maes De Los treinta y cuatro alcaldes electos que ha co tre Maestre, primer alcalde republicano, que dimitió el nocido el siglo XX, varios de ellos murieron en el ejer 6 de julio de 1931, «hasta que se firme y aclare fa si cicio de la máxima magistratura municipal: Francisco tuación de la República», según palabras textuales su López Pérez, alcalde durante la dictadura de Primo de Ri yas; Vicente Gil Navarro dimitió en las dos ocasiones vera, el 29 de enero de 1927; Joaquín Vera Pérez, alcalde en la que estuvo al frente de la alcaldía, en 1931 y en republicano, el 17 de mayo de 1936; y, José Martínez 1936, tras iniciarse la Guerra Civil; Enrique Puigcerver González, alcalde franquista, el 14 de enero de 1956. Flogietti, quien dimitió el 27 de julio de 1935 por A este respecto, la mayoría fallecieron por cau- abandonar su vecindad en Elda; Francisco Botella Pa sas naturales en diversos momentos, aunque es necesario yá, el 5 de febrero de 1936; José Ma Batllés Juan, que traer a colación el empleo de la violencia contra algu dejó la alcaldía por voluntad propia en octubre de nos de los alcaldes, con posterioridad al desempeño de 1942 ; Joaquín Campos Fernández, maestro nacional su cargo, Llegando a ocasionarles la muerte. Es el caso que, debido al cambio de destino profesional a tierras de Manuel Bellot Orgilés, primer alcalde durante la Gue granadinas, dejó vacante la alcaldía el 19 de sep rra CiviL que, como ya hemos comentado, fue fusilado al tiembre de 1958. final de la contienda contra las tapias del cementerio mu Sin mediar dimisión personal al cargo, Anto nicipal por miembros del bando vencedor, sin juicio pre nio Porta Vera y Roberto García Blanes renunciaron, por vio ni posibilidad de defensa. motivos distintos y en circunstancias personales y po Sin llegar a ese extremo, también hay que re líticas diferentes, a su reelección como alcaldes, el cordar a Francisco Alonso Rico, alcalde en tres ocasio primero en 1976 y el segundo en 1995. Alcaldes que nes, y víctima, el 12 de mayo de 1936, en el preludio de vienen a constituirse en el récord de permanencia al la Guerra Civil, de un lamentable y vergonzante suceso frente del ayuntamiento eldense, el primero con die cisiete años y el segundo con dieciséis, se guidos a corta distancia por José Martínez González, con trece años. Mandatos longevos que contrastan con los tres días de Jo sé Catalán Gras y los cinco de Francisco Alonso Rico, en 1914. Finalmente, solo dos alcalde eldenses han compatibilizado su cargo con una pro yección política nacional: José Martínez Gon zález, como procurador en Cortes desde 1949 hasta su fallecimiento; y el actual alcalde, Juan P. Azorín, quien fue dipu ► Camilo Valor Gómez. Rotulación de calles dedicada a alcaLdes que debería ser una práctica habitual a la hora de conceder denominación a los viales de nueva creación. Todos aquéllos que hayan servido al pueblo de Elda con su paso por la atcaldía merecen, tarde o temprano, que se les dedique una calle, como recuerdo público y forma de asumir nuestra propia historia como pueblo. Del mismo modo, sería deseable que el presente equipo de gobierno o fu turas corporaciones municipales se plan tado en la Cámara Baja durante los años 1998 y 1999. Al respecto, Roberto García Blanes, tras su retirada de la política municipal, fue ele gido miembro de los Cortes Vatencianas en La legislatura 1995-1999. Independientemente de su ideología ^ y de las circunstancias históricas y políti cas que les tocaron vivir, los treinta y cua tro alcaldes electos mas los ocho acciden tales habidos a Lo largo deL siglo XX son me recedores deL respecto y reconoci miento público por parte de todos Los ciudadanos y partidos políticos, tearan La confección de la que se podría denominar «Galería de Alcaldes de Elda». Iniciativa ya planteada por el cronista oficial de la ciudad (Navarro Pastor, 1964; 2000, 385) y a la que, desde aquí, nos sumamos, dada la necesidad de recuperar nuestra historia reciente. Co Lección de fotoqrafías o retratos, que debería quedar expuesta en la propia Casa Consistorial, donde todos ellos ejercieron el cargo, y donde, al iguaL que ocurre en otros ayuntamiento de la ► Juan Pascual Azorín Soriano. como parte integrante de la historia de Elda. A este respecto, y si bien en alguna ocasión se ha producido el tan merecido reconocimiento y home naje por parte de Las corporaciones, caso de la conce sión del título de Hijo Predilecto de la Ciudad de Efda a los alcaldes Joaquín Coronel Rico (1913), Vicente Maestre Sempere (1913), José Joaquín González Payá (1914) y Manuel Beltrán Aravid (1915), sólo un reducido núme ro de alcaldes ha tenido eL honor de ser homenajeado de forma permanente para conocimiento de generaciones fu turas, con la rotulación de atgunas caLles con su nom bre. Únicamente, cuatro de ellos han gozado de tal ho nor y privilegio, a saber: Francisco ALonso Rico, en pa go aL injusto y deshonroso trato recibido de Los etdenses; Emérito Maestre Maestre, respetado y honrado industrial de ideas republicanas moderadas; Manuel Bel trán Aravid, con cuyo apellido se rotuló en 1915 la an tigua calLe del Val, donde residía, actuaL calLe Ortega y Gasset; y José Martínez González, quizás eL mas popu lar, querido y recordado atcalde que ha tenido Elda en el siglo XX, cuyo buen gobierno fue justamente reco nocido con diversos actos de homenaje como la rotula ción de una avenida con su nombre, que injustamente es silenciado en beneficio de la denominación popular y oficiosa de Gran Avenida; o la erección, en mayo de 1957, de un busto de bronce en los jardines de la pla za Castelar, donde todavía puede ser contemplado. BIBLIOGRAFÍA provincia y de España, o en otras ins tituciones, queda condensando un si glo de historia de un pueblo. JUAN VERA, C. 1996 :«D. 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Elda. w^ ^, ui•. ^ ^ ^ e t e • i _ F. 17 7] i Ti T i 71 ^ i T 7: f. • ^ ^ • i ` ^ • ^ e iliiiiiiii n o ^ e ^ o r re t^.. so 0 ao. Ev olu c ión u r b a ní st i ca HISTORIA, DESARROLLO Y FUTURO ► Alrededores del antigno Mercado Central. A1 fondo, la torre Dos de Mayo en constrncción. Años 60. a década que inicia el cambio aL siglo XX marca definitivamente la vocación in dustrial de la ciudad de Elda. La extinción de las primeras industrias de ma terias primas naturales (esparto, salitre, etc...) reclama una alternativa que se presenta con la reconversión de los talleres artesanales de calzado en grandes fábricas. El censo de población se dobla en consecuen cia debido a la inmigración, la densificación del cas co urbano se hace extrema y la promoción de nuevas viviendas se produce de inmediato. Son los fabrican tes los que construyen grupos de casas para los operarios sin un proyecto urbano global que planifique eL crecimiento mediantes los instrumentos usuales que utiliza la administración en otros municipios (planes geométricos y de alineaciones o los trazados de en sanche con previsión de servicios públicos), todo ello debido a la inmediatez de la realidad socioeconómica, que presiona y obtiene la solución de urgencia. Es así como aparecen diversas pautas morfo lógicas que van desde parcelaciones en hilera o pe d o s i e r siglo XX d o s i e r ► A la izquierda, presumiblemente, fiesta campestre el día que se puso la primera piedra del barrio de casas baratas del Progreso. A la derecha, imagen de un bloque de casas recién construido. queñas mallas en retícula inconexas con la trama ba se de la ciudad. En este contexto y con La afirmación de la nue va dinámica industrial y demográfica que nace, el he cho diferencial que define la pauta del mayor creci- miento relativo de la ciudad con toda la historia son las Cooperativas Obreras: -La Prosperidad (1899). 112 viviendas. -La Sociedad de Casas Baratas «El Progreso» (1916). 950 viviendas. -La Fraternidad (1922), que extiende la ciu dad hacia Petrer en base a una trama en retícula de manzanas rectangulares compactas con parcelación regular. La ordenación del crecimiento ha pasado por la creación de paquetes de ciudad con morfologías au tónomas que tan sólo garantizan una conexión a la ciu dad por trazas preexistentes, dejando grandes vacíos urbanos que planes de alineación posteriores inten tarán estructurar en nuevas manzanas sin una idea específica de caracterizar morfológicamente la ciudad en la localización específica de actividades, expli cando así la compleja imbricación de unas tipologías que se encuentran en las tramas de sutura entre el centro viejo y estos nuevos «ensanches». La ciudad estabi(iza sus (ímites y se recafifica de (os años 20 a los años 40. Aparecen a(gunos edificios púbficos significativos como e( co(egio Padre Manjón, el Matadero, el Hospita( de Monte Ca(vario, el puente de Sax... que son (os hitos urbanos que articufan (a trama urbana de (a ciudad actuaf. Una nueva etapa de crecimiento tiene su ori gen en e( despegue económico de los años 50. En effa se definen nuevos tipos edificatorios que, en un prin cipio, deben soportar la antigua trama no colmata da de fos trazados anteriores, como en fa Nueva Fra ternidad, poniéndose de manifiesto tanto esas cons trucciones sobre sue(o aún vacante, como (as que se rea(izan transformando los antiguos tipos, graves in compatibilidades contra una malla soporte que ad mite tan só(o bajas densidades y la nueva morfo(o gía de la ciudad configurada por casas de renta pfu rifami(iares en a(tura. Esta situación, que se com pfejiza af hacer aparición los fenómenos de tráfico ro dado masivo, la revisión de fos techos de equipa miento sociaf o el deseo colectivo de recuperar una ciudad más habitable, ((evan a rec(amar una ciudad que resue(va desde su planificación estos conffictos. La respuesta a( desarro((o económico que con ((eva el de (a ciudad será el P(an Genera( de Alineacio nes, que deja exp(ícito tan só(o la forma final del te rritorio y, por ende, trata de provocar (a sutura entre te jidos urbanos desconexos. La presión de crecimiento urbano es tan fuer te que se precisan nuevos terrenos para su expan sión. La huerta, con la crisis de (a economía agraria ya manifestada muchos años antes, propicia (a ocu pación de unos terrenos flanos idóneos para el crecimiento urbano. Anteriormente, a principios de sig(o, ya ha permitido con ella la insta(ación de viviendas de temporada para las c(ases acomodadas de la ciu dad. Ahora se ocupa para ef desarroflo urbano masi vo. La ciudad se extiende sobre ella por medio de una vo(untariedad de trazado propiciada por e( Pfan de Alineaciones. La propuesta era inmediata, el sur y e( suroeste de la ciudad son una zona urbana inaca bada y e( mencionado Pfan, auténtico pfan-norma, concibe e( refleno de estas maffas suturando fos di versos «finales» que históricamente se han produci do. E( fin de la ciudad queda ya delimitado y hasta 35 ► Vista aérea de Las Trescientas al poco de sn finalización, rodeadas de campo. Finales de los años 50. ahora inamovible sa(vo en lo que se refiere a( po(ígono de La.Almafrá. Para cerrar este capítu(o, sólo hay que hacer una especiaf referencia al área de fa Torreta que, pro mocionada por e( Sindicato de (a Pie( y e( propio Ayuntamiento de Efda en su parte norte, en e( año 56 queda definitivamente incorporada a( Plan de Afine aciones superándose por vez primera fa vía del fe rrocarril en un proceso urbanizador. (De La Diagnosis del PGOU-1985) El rápido crecimiento de los siguientes años (1960-1970) desbordó el Plan de ALineaciones plan teándose la Corporación municipal la redacción de una Normas Subsidiarias que verían la Luz en el año 1976. Previamente, en Los años 60-70, el aluvión de inmigración que llegó a Elda dio lugar a un po tente crecimiento edificatorio que se concentró mayoritariamente en el barrio de la Nueva Fraternidad y en la zona de la Feria. En la década de los 70 80, sobre todo en la primera mitad, continúa prácticamen te el mismo crecimiento si bien, más que plantear un «crecimiento en extensión» de la ciudad, tienen lugar unas actuaciones puntuales colma tando y saturando los solares que todavía quedaban en el tejido urbano, tendencia que continuará hasta la entrada en vigor del Plan General de Or denación Urbana en 1986. Las premisas que plan tea la Memoria de dicho Plan se basan en la necesidad de ab sorber unos 20.000 habitantes en su periodo de vigencia, obli gando a plantear la necesidad de nuevos suelos. El colapso de dichas previsiones en cuanto a po blación potencial, ya que los habitantes de 1980 (53.117) son idénticos a los del año 2000, ha propiciado el des plazamiento de la población de unos barrios a otros adqui riendo viviendas por «sustitu ción» y propiciando un gran parque de vivienda deshabitada. Por otro tado, el suelo calificado por el Plan no ha sido desarrollado hasta la entrada en vigor de La Ley Reguladora de la Actividad Urbanística de la Comunidad Valenciana del año 1994, propiciando la aparición del Urbanizador o agente propicio pa ra desarrollar suelo, carencia que tradicionalmente ha tenido Etda al no existir grandes promotores capa ces de gestionar suelo. Es a partir del año 1995 cuando se gestionan los Planes Parciales de La Al mafrá y el desarrollo de la Avenida de Ronda, ya in mersos en la figura del Urbanizador como agente colaborador con la Administración. Actualmente, se pretende realizar un nuevo Plan General que, desde las nuevas políticas liberalizadoras de suelo, conjugue ese difícil equilibrio entre crecimiento cero y expansión de la ciudad o, lo que es lo mismo, la contradicción entre la ciudad capitalista, difusa, o el modelo de ciudad mediterránea, compacta. La correcta elección del modelo a definir mar cará definitivamente la ciudad del siglo XXI. E l sect o r serv i c io s. U n g i ga n te c on pi es d e b arr o ara entender el momento actual de la situación económica eldense hay que arrancar de los años 60, con el Plan de Estabilización de la econo mía española y la apertura al exte rior de nuestras relaciones comerciales. En esta dé cada y en la siguiente, se implantan en Elda y co marca sociedades americanas que comercializan el calzado fabricado aquí. La producción se estanda riza y aparecen grandes empresas industriales a la sombra de las sociedades americanas que suminis tran los pedidos. En este periodo, las crisis del sector van pa rejas a las oscilaciones de la cotización del dólar. Cuando el dolar se deprecia, se encarecen las ex portaciones a EEUU y Las sociedades americanas, im plantadas en nuestra comarca, reducen sus compras de forma generalizada, hasta que, de nuevo, el dóLar se aprecia con respecto a la peseta y resurgen Los pedidos. Es, en una de estas crisis, La que se inició en 1986, con una depreciación del dólar que duró más de tres años, cuando, ante la necesidad, la estruc tura productiva de la comarca da un giro trascen dental con respecto a los 25 años anteriores, en dos vertientes: Por un lado, con la entrada de España en la Comunidad Económica Europea (CEE), las ex portaciones comienzan un lento camino de diver sificación hacia nuestro mercado natural europeo. De exportar el 51% a EEUU, en valor en pesetas, de la producción española en 1985, en 1988 la pro porción había bajado al 31,7%, mientras las ex portaciones a la CEE pasaron, en el mismo período, deL 49% al 64%. En la actualidad, según las cifras de 1999, eLaboradas por INESCOP-FICE, el porcen taje de exportaciones a EEUU es del 16%, y el de La Unión Europea (UE) del 70%. Y del otro, la co mercialización pasa de ser un servicio exterior, re alizado por empresas extranjeras, a ser parte de Las estructuras productivas de las empresas de la co marca zapatera. Este segundo cambio tiene una gran im portancia. Desde la crisis de 1986, la comercialización propia del calzado se convierte en un objetivo primordial y, poco a poco, se rompe La de pendencia de las empresas extranjeras especiali zadas en La comercialización del calzado. De esta forma, La estructura productiva del sector adopta una mayor solidez económica, tanto para la po blación de Elda-Petrel, como para el resto de po blaciones limítrofes que, también, han viyido de la expansión espaciaL del sector. No obstante, aún 37 es mejorable el sistema de comercialización. El Ayuntamiento de Elda, a comienzos de Los 90, puso en marcha eL proyecto de denominación de productos locales Elda-Pres tigio. Sin embargo, diez años después, no se ha podido implicar en este proyecto a las empresas más emblemáticas det calzado lo cal. Sin poderse aprovechar la proyección de la imagen a través del equipo de balon mano femenino de Etda que tan brillante mente ha paseado esta denominación den tro y fuera de nuestras fronteras. Pero, el proyecto de Efda-Prestigio todavía no ha ^^ muerto y seguirá vivo mientras exista una justificación de su existencia. En un mer cado globalizado, La competencia llega des de cualquier punto del mundo y para prote gerse existen en lo básico tres estrategias: Reducir costes, diferenciar el producto 0 segmentar el mercado. Elda-Prestigio pro yecta sus objetivos en esta dirección. Si se Logra una imagen reconocida en el mercado nacionaL, en un principio, e internacional, con posterioridad, del calzado de señora de caLidad media-alta con denominación local, el paraguas de Efda-Prestigio, con una ade cuada planificación y organización, debe protegernos de la competencia, tanto na cional como exterior, cada vez más impor tante. Aunque Los avances en la comerciaLi zación deL calzado son importantes, en la situación actual se presentan otros retos que hay que afrontar. En la década de los 90, con las de ocio, etc.) que los gobiernos democráticos locamejoras de las infraestructuras públicas (parques y les han ejecutado y una mayor movilidad de la pojardines, planes urbanísticos, zonas comerciales y blación, propiciada por una mejora de las comuni ^^: ^^ • ^^ ^^^ ^^ ^^ ^ ^ ^ ^^: ^ ^ i. b ^ R ^ k r f:...4^^. ^,^ a ,;,::,.@.. ^..¢^ . ._ ó i a ., o s i e r ^®glo -•_ ^ 9 ^ ^^: ^ ^ ^^ ^^ ^• ^ ^ ^ ^ ^ caciones viarias, hacen que Elda-Petrel se convier ta en un núcleo de población de referencia para el resto de pueblos y ciudades deL entorno. Y es, en es te nuevo contexto, de terciarización de la estructu ra económica de Elda-PetreL, donde debemos inser tar la actual evolución del sector calzado LocaL. EL sector calzado está necesitado de forma urgente de mayores innovaciones tecnológicas que rom pan la tradicional consideración de sector intensivo en trabajo, si no queremos que su importancia eco nómica se reduzca, poniendo en peligro el equilibrio de la estructura económica local. Y ante esta nece sidad, tiene un importante papeL que jugar INESCOP, con sede en nuestra ciudad. En este sentido, son de agradecer Las recientes innovaciones de aplicaciones industriales del diseño de hormas y tacones por ordenador para el ajuste informatizado de contrafuer tes, plantillas y demás componentes del calzado, rom piendo su tradicional y meritoria trayectoria de in novaciones de productos, con las mejoras del pegado y resistencia de los materiales, que inciden en la ca lidad, pero que no incrementan, de forma sustancial, la productividad de las empresas. La producción de cal zado es un sistema complejo con multitud de tareas que deben ser estudiadas para ver en qué fases se pueden implantar procesos robotizadas, informatiza dos o mejoras en las máquinas actuales que incre menten La productividad del trabajo, siendo la base pa ra aumentar la remuneración de la mano de obra em pleada en el sector. Además, con ello se fomenta La demanda de trabajo de mayor calidad y cualificación como la de los especialistas e ingenieros en física, electrónica, informática y teLecomunicaciones. Si las innovaciones de los procesos de producción no llegan o se dilatan mucho en eL tiempo, nos podremos en contrar con un desmantelamiento de la industria lo cal por falta de mano de obra cualificada que ha hui do de la industria hacia los servicios en busca de mayores salarios. Con Las consecuencias negativas que tendría para el conjunto del sector servicios, un de rrumbamiento del sector calzado local. Por tanto, es prioritario acrecentar las inversiones en recursos hu manos y financieros que acercen el crecimiento de los servicios tecnológicos a los demás subsectores de servicios. Se puede argumentar que esta visión pesimista nunca tendrá las consecuencias señaladas, puesto que el sector calzado siempre ha demostrado su capacidad de respuesta ante situaciones límite. Y en efecto, así ha sido, pero si no sabemos seguir aprovechando las ventajas competitivas de economí as de enlace entre el entramado de pequeñas y me dianas empresas que nos permiten obtener un pro ducto final de coste eficiente (dada la tecnología disponible) de amplia aceptación en eL mercado y dejamos que se diluya de una forma natural, por ser un sector intensivo en mano de obra no compatible con un país desarrolLado, el futuro será desatenta dor para todos. Como ya se ha apuntado, Elda-Petrel se está convirtiendo en uno de Los más importantes núcleos de población de la Comunidad Valenciana con un incremento considerable de las inversiones en zonas comerciales, de ocio, culturales, instalaciones deportivas, servicios a la comunidad, etc. que incre mentan el bienestar de la población. Pero, con un dé ficit en empresas de servicios especializados en de sarrollos tecnológicos, informáticos, comunicacio nes y comerciales aplicables al sector industrial del calzado que, hoy por hoy, son los que más vaLor añadido generan y que dan, realmente, la medida del nivel de desarrollo y estabilidad futura de la so ciedad. P a nor a m a c ultural ^Z9oo-19so^ 40 E s nuestro propósito en estas pá ginas dibujar un panorama cla ro y amplio de lo que fueron Las cinco primeras décadas del si glo XX en nuestra ciudad de El da, con el convencimiento de que -aunque sabemos que no podemos abarcar, ni mucho menos desarrollar, cincuenta años de nuestra historia culturaL en esta ocasión- cualquier persona que se acerque a estas páginas obtenga un conocimiento objetivo de lo que fue esa franja de tiempo que cada vez queda másLejana, pero no por etlo menos viva. El proce dimiento que vamos a seguir es muy sencillo, ya que ofreceremos los datos agrupados se gún las diferentes materias que componen eL panorama cuLturaL, como son las manifesta ciones periodísticas, literarias -con la poesía, eL teatro, la novela y los juegos florales-, pictóricas y musicaLes, así como los actos cul turales celebrados por el Círculo SociaLista (Idella, 24-3-1928, n° 109, pág. 3); dando unas breves pinceladas sobre ellos y aten diendo a las personalidades que los hicieron posible. En primer lugar nos acercaremos a la fuente principal de toda actividad cultural: la prensa, espejo del inquieto mundo cultural el dense. En esta época de comienzos del siglo XX, la actividad periodística es ingente en toda España (Seoane 1996), fruto del gran proceso ^a ^ ^^ ^ ^ ^^ ^ ^^ ^ .; ^ ^^^ ^ ,^ ^^, : ©^^J© ^;3^`l7 y;r73:?3 u^l i 93 5J99yu73S9^30^3 ^ @? 593Jt ,B ^ ^ ^ ^ .^! ^^ a ^ _^é ^ .^^ ^^ :^^ ^^ ^^ ^ nu^t^u^^ ExTt^Aí^uD{NAU^o^ â ¢dicado a Ia Indus^ria y Comercio. ► Portada del número extraordinario de El liberal de Elda. 1915. que se dieron en la ciudad de Elda en el periodo que estamos contemplando. EjempLo de elLo es el variado y numeroso catálogo de prensa eldense: El Re formista, Ef Centenario, La Bandera Radicaf, El Tije retazo, E( Criterio, E( Heraldo de E(da, Amanecer, El Re formista, Ef Liberal de Efda, Idella, La Lucha, Cuftu ra, E( Tirapié, Proa, ;Rebe(ión!, Efda Extraordinario, El Cronista, Albor, Peregrinación, Dahel(os, entre otros, de transformación sociocuLtural, política y econó mica. No olvidemos La reciente crisis de 1898. El al borear del nuevo siglo da luz a una serie de co rrientes de pensamiento que realizaban su propa ganda de ideas a través de la prensa periódica. Son conocidos gracias a la excelente investigación de don Alberto Navarro Pastor (1997) tanto el número de pubLicaciones periódicas como sus características d o ► Participantes en la obra Los grannjas, representada en el Teatro Castelar. 1920-21. todos ellos concentrados en el primer tercio del siglo, ya que desde la guerra civil hasta el año 1956, fecha de aparición del Va((e de Efda nuestra población care ció de prensa periódica que podamos considerar de producción propia. Lo que caracteriza a este tipo de prensa, en general, es la escasa continuidad de nú- meros, alguno de ellos con solamente uno; por otra parte, es común La aparición de notas locales sobre te mas de la industria zapatera, notas de sociedad, co mentarios y noticias de carácter nacionaL o extranje ro, refLexiones de carácter político con objeto de crear opinión y poLémica, etc... y curiosísimos anuncios. Todo esto, lejos de ser un elemento negativo, mues tra la inquietud del pueblo de Elda, incansable en la creación de nuevos medios de comunicación, aunque no todos ellos fraguaran. Destaca entre todos ellos la publicación Ide((a (1926-1939), que contiene publi caciones de Azorín, Miró, Rafael Altamira, Eduardo Zamacois, Pío Baroja, Eugenio DOrs, Gregorio Mara ñón..., como vemos, todos figuras relevantes de la cultura española (Ap., Navarro 1997). Junto a ellos debemos destacar como integran tes de la prensa eLdense de esta época a Maximiliano Gar cía Soriano, José CapiLLa Beltrán, Agustín Cavero Casá ñez, Ventura Pastor Martínez, Antonio Escribano Bel monte, Teófilo Romero Juan, y a tantos otros que con su buen hacer llenaron las páginas de todas estas publi caciones, las cuales también recogieron la producción po ética de esta época, tanto la de Maximiliano García So riano, Francisco Maestre Pérez como de otros autores consagrados, como Rubén Darío. Otra manifestación de la poesía en ELda se pone de manifiesto con la convo catoria de los Juegos Florales de 1920 y 1930 -tan en boga en su época-, convocados con motivo de las Fiestas Mayores de nuestra ciudad. A todo ello debe mos añadir Lo referente a la obra gráfica, cuyo máximo exponente fue Óscar Porta Carbonell tanto en su labor de dibujante como de fotógrafo, colaborando con pu blicaciones como Idella, y fundando en 1928 E(da Grá fico (Ap., Navarro 1980, p. 46-47). Dentro del panorama estrictamente literario debemos hablar del género teatral, pues aunque ca recemos de datos sobre La producción de teatro el dense, solamente por el éxito que ha tenido en el tiempo cabe nombrar la obra El Señor pon Juan Teno rio o Dos Tubos Un Real, original de Emilio Rico Atbert -.. - . ► Milagrito Gorgé dnrante nn ensayo. (Foto extraída del libro Milagrfto Gorgé;La peqaeña Pattí?^. pero patrimonio del pueblo de Elda, ya que a lo largo de los años ha ido recogiendo variantes, modificacio nes, añadidos, etc. por parte de los que cada año, el 28 de diciembre -día de los Santos Inocentes- re presentan la obra. Evidentemente, se realizaban re presentaciones por parte de aficionados eldenses (Ap., Navarro 1980, p. 47). Con respecto a la producción novelística, hemos de citar la novela histórica Santa España, que recoge como marco la ciudad de Elda, publicada en 1950 (Ap., Castell 1987, pp. 59-62). En cuanto a la pintura, debemos destacar la fi gura de don Gabriel Poveda Rico, que cuenta entre sus obras pictóricas más destacadas el óleo de El Seráfico y un retrato de don Emilio Castelar. Junto a las pinturas que decoraban el cine Cervantes hasta la guerra civil, también realizó un dibujo para el billete de veinticinco céntimos emitido en 1937 por el Ayuntamiento de Elda. Destaca la creación por parte de él y de otros como Óscar Porta, Felipe Navarro, Margarita Pertejo, Ernesto García, Joaquín Planelles y Rigoberto Román Pellín, de la Asociación Amigos del Arte, que propugnó diferentes exposiciones pictóricas en nuestra ciudad (Ap., Navarro Pastor 2000, pp. 713-725). o s i e r ^®alo XX La actividad musical de Elda durante la prime ra mitad del siglo XX viene representada por la crea ción de diferentes bandas de música, actividad ésta muy arraigada en nuestra ciudad, junto con la figura excepcional de doña Milagrito Gorgé. En 1900 se crea la Banda dirigida por don Ramón Gorgé que pronto se verá escindida en dos diferentes, una de ellas dirigida por el propio Gorgé y la otra por don Natalio Ga rrido. Posteriormente, aparecieron también la Ins tructiva MusicaL, dirigida por don Enrique Almiñana, y la Banda Santa Cecilia, dirigida por José Estruch. Jun to a esta actividad, entre 1932 y 1935 se creó el Or feón Sinfónico, el cual estrenó el Himno a Efda, letra de don Teófilo Romero, música de don Francisco San tos, compositor de Vi((ancicos y Safves a Los Patronos de Elda. Milagrito Gorgé Borrás, hija de don Ramón Gor gé, afamada cantante que actuó ante la Reina Regente doña María Cristina en 1891 y en teatros im portantes de capitales europeas como París, San Pe tersburgo, Madrid, Alicante ..., fue La figura indivi dual más importante de la Elda de principios de siglo (Ap., Navarro 2000, pp. 465-471). Como vemos, y tal y como anunciábamos al principio de nuestro artículo, la actividad cultural de Elda en el espacio de tiempo que nos ocupa fue flo reciente, muestra del interés por la cultura que todo pueblo debe poseer. No queremos entrar en una valo ración cualitativa de todo lo que hemos recogido, ya que ésta siempre se hace mediante la comparación con todo lo producido por una nación, y no nos de bemos olvidar de que estamos hablando de una po blación que durante toda esta época era bastante reducida, pero muy activa e inquieta. Recordamos aquí el concepto de intrahistoria, ya que sin ella no exis tiría la Historia; sin duda alguna, sin todos estos acontecimientos culturales tampoco existiría la Cultura. BIBLIOGRAFÍA CASTELL CATALÁN, José. 1987. «Elda en Santa España. Novela histórica» en, A(borada, n° 34, Elda, EMIDESA. NAVARRO PASTOR, Alberto. 1980. E(da durante el pri mer tercio def sig(o XX, Novelda, CAAM. • 1997. La prensa periódica en E(da, (1866-1992), Ali cante, Instituto de Cultura Juan Gil-Albert. • 2000. Eldenses notab(es, Elda, Alberto Navarro Pas tor. SEOANE, Ma Cruz y SÁIZ, Ma Dolores. 1996. Historia de( periodismo en España. El siglo XX: 1898-1936, Madrid, Alianza Universidad. La G u erra C i v il e n E ld a ► Almm^os en el colegio de D. Pascnal. Años 30. a guerra civil española fue un fenómeno histórico muy complejo que pre senta todavía serias dificultades para su comprensión. Una vez comenzado el conflicto, el enconamiento de las posiciones impuso la lógica de los acontecimien tos que marcaron la trayectoria a lo largo de los ca si tres años de duración. Pero la dificultad princi pal se halla en La percepción det ambiente social y político en el que se hizo inviable la conviven cia de dos sectores de la población española has ta tal punto que se produjo una rebelión militar pa ra reducir a uno de los sectores en liza y destruir el régimen republicano, al que consideraban la causa del enfrentamiento que existía en el seno de la sociedad española. Desde los primeros años del siglo XX, en España se había dado un proceso de modernización económica y social que requería, asimismo, una reforma política en sentido democrático; es decir, 43 d o s i e r ^c^l® ^4 ^- • d o ŝ i e r siglo ^C^C Núm-^^^.... _........ ^ ^^ ^ Apellidos nombr .. ^2^Y^!t.1.v-. . ^^,7 ^^^%^i ^^^- .:;.^.: ^ _^ y n /^ .. . .. .. .. . ...... ..... : Domiciiic.L.^,; :.:.. r^^--^.. ........................................ ................................................. .......... , , ` _ `? * ^ ^ Edata . :L^.`^... ^-^^ ^:_?^ ....................... t^$^^% i sl .. .. :. ....::............y............._....-.... 1 ^ - _ - , . --, ^^, ^ ........ . Prcfesió^ ,^/ ^r `^ ^.F^:^°:^ ........................................................................................... _ /; ^ j^ _T_ ^ 3 V ^ani^Cio1T :........................r.........._---------..............---...... % árn^t....../..S..P,^........ nrol,^o desde el..,,.^:...:..a:1. ^? ^ ^y ^:.^t . ................................ ^ ^ ......,.^ 1,^. ^ :^. .. .. ? ........ ^1.,^_t^.u:^-t.^ .:................1............. de ...........{:.^.. `^:^::^.^,....... de 19ó ^ (tomandaoeia Cet Regimiento) Batallón^..:::Y.{.?F^^^y . . :. . . t::..:..n^......^........- _ , ,z. , ; Compania ...Z .................................................................. .. a Secc^on .........^.-----_ ...................._.....-........---..... --.... _--.. Escuadra ..^..:^` ............................................................. Grado ..............------------------------.......................................... Destinos especiales ................................................. (Firma del ioteresado,) ^- i^ ^ .. ^ _ `^atci7cr^ C-^ ^ c2t ^^y#? ^ ► Ficha de encnadramiento militar de an soldado repablicano eldense. que supusiera eL ensanchamiento de los cauces de la participación política de Los ciudadanos y el establecimiento de los mecanismos que iriipidieran La falsificación de la voluntad popular por la gestión de Los profesionales de la política y del medro social. El régimen republicano se había comprometido e ini ciado el proceso de cambio político y social, pero es to produjo la división de la sociedad española entre los partidarios del proyecto republicano, que su pondría a corto plazo cambios en el reparto det po der, y aquéllos que se oponían a Las reformas o que, incluso, siendo partidarios de ellas, preferían su adopción a un ritmo lento; es decir, que intenta ban mantener el control del poder el mayor tiempo posibLe. Las elecciones de febrero de 1936 marcaron el punto de no retorno ya que el radicalismo de las organizaciones de la izquierda y la intransigencia de las de La derecha dejaron innane a un gobierno de repubLicanos moderados que vieron como el poder político se les escapaba de las manos hasta el pun to de que se hallaron sin respuesta cuando estalló la rebelión militar en julio de 1936. El análisis de la guerra civil en Elda, o en cualquier otro medio local o regional, debe efec- tuarse en un marco de estas características y sólo te niendo en cuenta este planteamiento pueden preci sarse los elementos que intervinieron, las organi zaciones políticas y sociales que llevaron la inicia tiva, los acontecimientos que sucedieron y, lo que es más importante, las repercusiones de tipo personal y familiar que afectaron a La población. En primer lugar, se ha de tener en cuenta que La ciudad de Elda estuvo durante todo el conflicto en la zona leal a la República y, dadas su situación geográfica y la le janía de los frentes de combate, formó parte de la retaguardia más segura. Esto hizo que se convirtie ra en un lugar de asilo, lo mismo que otros muchos municipios de las provincias del sureste peninsular, y se acrecentara su población con Los numerosos re fugiados deL centro trasladados por et gobierno, principaLmente niños, lo que contribuyó a agravar más aún el problema del abastecimiento de produc tos de primera necesidad, sobre todo a partir de los primeros meses de 1937. La escasez Llegó a tal pun to que la ocultación y acumulación de bienes se convirtió en un delito muy grave por lo que el go bierno creó juzgados y tribunales especiales para perseguirLos. El enclave de la ciudad, asimismo, con o s i e r siglo XX ; ^_ ^;,,^;,,^^ - ^_^• 4 5 dicionó su actividad económica y su industria estu vo dedicada en parte a la producción de calzado y prendas de cuero para el ejército y, lo que también es muy significativo, algunas de sus empresas me talúrgicas se reconvirtieron en industrias de arma mento desde mediados de 1938, según los estudios del profesor Santacreu Soler. Una muestra de la se guridad del enclave es que cerca de Elda, en la fin ca de Ef Poblet (Petrer), estuviera trabajando unos días, a principios de marzo de 1939, el gobierno del Dr. Negrín y que para su seguridad se habilitara el ae ródromo de E( Manyd (Monóver). En los años treinta, Elda era ya una ciudad in dustrial, su población estaba dedicada mayori tariamente a la fabricación de calzado y a las industrias conexas. La agricultu ra era un recuerdo del pa sado y, en el mejor de los casos, una ac tividad econó mica comple mentaria. Du rante la guerra civil la población de Elda superó los veinte mil habitantes y junto a los del vecino Petrer es tuvieron por encima de los treinta mil. La importancia numérica de esta población y su empuje productivo convir tieron a Elda-Petrer en un centro económico muy notable, en el que se puso en práctica, ade más, un órgano administrativo de coordinación de la producción de calzado: el Sindicato de la industria del calzado de Elda y Petrel (SICEP), que constitu yó una iniciativa de gestión económica muy rele vante en toda la zona republicana. Una vez estalla da la rebelión militar e iniciado el proceso revolu cionario, las centrales sindicales CNT y UGT intervi nieron las empresas industriales de acuerdo con sus fórmulas respectivas, la colectivización y la sociali zación. Sin embargo, el intervencionismo sindical no fue suficiente para superar la crisis que afecta ba a la industria del calzado y relanzar la actividad; por lo que, contando con el Comité Antifascista lo cal, una comisión sindical se puso en contacto con el ministerio de Industria y Comercio y se lleqó al acuerdo de formar aquel órgano de coordinación. El SICEP se estructuró como una central de compra venta de calzado, regido por un consejo de admi nistración en el que, en los primeros meses, estu vieron representados también los patronos. Gestio nó la producción de unas ochenta fábricas, que man tuvieron su autonomía administrativa y productiva y conservaron en muchos casos a los antiguos em- presarios como gerentes o técnicos, y dio trabajo a más de diez mil trabajadores. De esta forma, el centro de producción de Elda-Petrer, según los estudios de los profesores Santacreu y Qui lis, ejerció su actividad durante toda la guerra, a pesar de las dificultades del terias primas y de las ventas en el interior ► Gennino pañnelo anarqnista de la época. y en el exterior, aunque la pro ducción destinada al ejército republicano fue aumentando hasta convertirse en el prin cipal cliente. A pesar de la anormalidad cívica que supuso una guerra tan prolongada, la vida en Elda transcurrió según los patrones impuestos en la retaguardia repu blicana: el gobierno municipal y toda la actividad pú blica, política, económica y culturaL, fueron ejercidos mayoritariamente por las centrales sindicales y los partidos de la izquierda. Pero después del descon cierto inicial y de las medidas de urgencia tomadas por el Comité del Frente Popular, en las primeras semanas, para restablecer el funcionamiento de las institucio nes y controlar la población, ejercicio en el que se produjeron graves excesos contra la vida y Las pro piedades de algunos ciudadanos de la derecha elden aprovisionamiento de ma ^:.;::...^..E :.....::: d o s i e r se, los órganos de gobierno, desde el otoño de 1936, se adaptaron a la normativa Legal dictada por el go bierno de Largo Caballero. Sin embargo, en aquellas se manas de desconcierto se produjo un suceso indicati vo deL profundo dramatismo político y social que im plicaba la guerra civil y que representaban cada uno de sus componentes. Este hecho afectó intensamen te a la población y fue un referente de La represión en la inmediata postguerra. El 13 de agosto, la guarnición de la guardia civil, compuesta por un suboficial y cuatro números, iba a ser trasladada junto a otras al fren te, y en el acto de despedida se atribuyó a uno de ellos haber dicho que al llegar a Madrid se sublevarí an. El comentario llegó a oidos de los miLicianos quie- nes, primero, los desarmaron y, después, en respuesta a los disparos de un guardia que llevaba una pistola ocuLta, los fusilaron. Entre los guardias muertos estaba Manuel Manresa, futuro suegro del poeta Miguel Her nández. EL suceso anterior nos da paso a los aspectos humanos que son los más sensibles de la guerra ci vil: ELda, en primer lugar, pagó su cuota de sacrifi cio y de sangre enviando a los frentes de combate a los hombres que estaban en edad de empuñar Las ar mas; pero al ser una guerra civiL, en el frente no sólo luchaban enemigos sino también convecinos. El profesor Valero Escandell constata que en combate murieron, al menos, sesenta soldados republicanos y cinco franquistas, aunque aLguno de éstos lo fue al intentar abandonar el campo republicano. Sin em bargo, los sucesos más lamentables se produjeron en la tarea de controlar la retaguardia en las semanas siguientes aL estaLlido de la rebelión miLitar, opera ción en la que se cometieron excesos y arbitrarie dades contra la vida de varios ciudadanos. En Elda fueron asesinadas 9 personas en las cercanías de la ciudad, según el estudio de Valero, y 35 en total, se gún Ors Montenegro, entre los que se incluyen Lasnueve anteriores, los cinco guardias civiles, tres en el frente y el resto en otros lugares de la provincia y de España. Al final de la guerra la represión ma nifestó su otra cara y los anteriormente perseguidos se convirtieron en perseguidores y aportaron también su cuota de muerte y de terror. Los vecinos de Elda ejecutados después de la guerra ascendieron a 22; y a los detenidos y juzgados por desafección a la República se sumaron ahora los expedientados y juz gados por desafección al Movimiento Nacional. Las autoridades locales y judiciales de Elda mostraron un celo especial en la aplicación de las leyes franquistas de responsabi(idades pofíticas y represión de fa masonería y el comunismo, por las que fueron ex pedientados 223 ciudadanos. A pesar de ello, la re presión de guerra y postguerra en Elda fue menos in tensa que en otras Locatidades próximas, como Mo nóvar y PetreL. EL dolor, más o menos manifiesto, la desconfianza y la división entre vencedores y ven cidos se mantuvo en Elda varias décadas después de la guerra, sentimientos que los historiadores pue den desvelar actuatmente mediante técnicas apro piadas, y que constituyeron un elemento destacable deL ambiente social del franquismo. Aparte de estas repercusiones humanas de la querra civil, el profe sor Valero detecta otros efectos derivados de las di fíciles condiciones en Las que se vivió durante aque lLos años, como fueron la perceptible caída de los na cimientos y el aumento de la mortalidad. Éstos son, a mi juicio, los aspectos más des tacables de la ciudadanía de Elda durante la guerra civiL. Probablemente este ligero repaso incite a aL gún joven historiador a revisar o profundizar algún aspecto; o quizá alguien se sienta motivado a sis tematizar el conocimiento que se posee sobre La guerra civil en Elda; o lo que sería más deseable, que alguien esté dispuesto a estudiar la guerra civiL des de perspectivas nuevas, sociales, culturales y an tropológicas, sin olvidar el marco general y sin de jar de lado lo que sucedía en Los pueblos próximos deL valle del Vinalopó. BIBLIOGRAFIA «La guerra civil en Elda». A(borada, N° 33, Elda, 1986. ORS MONTENEGRO, Miguel, La represión de guerra y posguerra en A(icante (1936-1945), Instituto de Cultura «Juan Gil-Albert», Alicante, 1995 QUILIS TAURIZ, Fernando, Revolución y guerra civil. Las co(ectividades obreras en (a provincia de A(icante, 1936-1939, Instituto de Cultura «Juan Gil-Albert», ALicante, 1992 SÁNCHEZ RECIO, Glicerio, Las responsabilidades pofíticas en (a posguerra españofa. El partido ju dicial de Monóvar, Universidad de Alicante, 1984 SANTACREU SOLER, José MigueL, Leconomia valen ciana durant la guerra civif (protagonisme in dustriaf i estancament agrari), Atfons el Magnánim, Valencia, 1992 •«La economía productiva de Elda durante la guerra civil», en La guerra civi( en E(da, pp. 28-34 VALERO ESCANDELL, José Ramón, «Las pérdidas hu manas», en La guerra civif en Efda, pp. 66-76 . La implantación del franquismo en Elda PODER LOCAL Y ACTITUDES PfJLÍTICAS ► La Crnz de los Caídos (hoy Plaza de la Concordia) al poco de sn inangnración. Año 43-44. uando las tropas del general Franco ocuparon los municipios de la pro vincia de Alicante, a finales de mar zo de 1939, cayeron los últimos te rritorios de la retaguardia republi cana. Detrás quedaban tres años de guerra civil, cu yo desenlace significó el final de una experiencia democrática y de legalidad que intentó abrir un proceso de modernización sin precedentes en una sociedad históricamente estancada como era la española y acabar con su secular retraso. Este pro ceso pasaba por una reforma agraria, reforma del ejército, modificación de las relaciones Iglesia Estado, taicización en materia educativa, cuestión estatutaria, reformas sociolaborales etc... Reformas todas ellas que chocaban con los intereses de la antigua oligarquía que había detentado el poder en España. Lo que comenzó a partir de entonces fue el establecimiento de un régimen que se procla maba defensor de los valores tradicionales de Es paña y que acabó con las posibilidades de desa rrollo que la democracia había vivido durante los años de la II República. Frente a las libertades ejercidas en el periodo anterior, el franquismo opu so un régimen de dictadura que, a nivel local, vio cómo los ayuntamientos, en los que se asentaban los cimientos de la democracia, quedaron en un se 47 d o s i e r iglo XX 4^ = d o s i e r siglo XX Campos de Concentración áe Prisioneros y Presentados de Santoña En virtud de las Instrucciones dictadas por S. E. el Generalísimo, el 12 de Abzil de 1939, y por delegación del Sr. Coronel Inspector de los Campos de Concentración de Prisioneros, concedo ...a,:. ^...:--.,..:„_^:....._ provisional al concentrado en estos Campos : Nombre _ _?.... ^ . :., . ` .. . ..._. _._._ .............__....._._..._.__..._...._....._ _. _..........__... Edad . ^.S . ___ __ _ _ __.._ _ _ Estado..._ _ ^s...;^ :_o.-. _ ...._....... _.... .__........._ ......._ . . ^ - ., • Naturaleza .. _.__ ^.. Ŝ .._... ......._......... . _.......... PIOV1nCla .__.- ............._.-.ih^^^ :.^..?^.!v.w.............._......._____ ___ (1) Domicilio __ _ _.._ __ Pueblo .. .. ..-. i.:..::.-^ _ . ...........__ ........_Provincia ---^-.i..t -+^$.f~._.... Fecha en que se pasó a la zona Nacional-.-------._ i?.....:. E ^;a^^.^_ ::_^ . +y._1.....-_ .i^!.L_ .. ..........-_ Tiempo que ha permanecido concentrado-^,^^--^ ^-^^- _ -_ - ,--^--^--. ° Concepto que ha merecido a la Jefatura _._..........-.._ .............._._......_......_.----..._...._........._._.__.-.----.__........----..^_---._.._.....__._._._.._... Servicios destac^dos o beneméritos que ha realizado _._ ...................._...._._..............................._......... ............_............._....-.............. ....._...._..._...._._......_....._ ..............._._................................_......_............. .._........_.......- Santot^a ^ .. de .»::.: ^ ^ ..............._.._ ....... de 1939. ^ ^ ARO DE LA VICTOAIA ^_ EI Tenienle Goronel J^ r^ a.^v ars.*l (1) Se entiende por domicilio el que tenfa el 18 de Julio^9^6. NOTA : EI individuo al que afecta el presente doeumento deberá presentarse inmediatamente de su llegada ► Docamento de concesión de libertad provisional. 1939. gundo plano, estando su labor supeditada y casi di rigida por el Gobierno Civil de la provincia, que nom braba a su personal político y fiscalizába su actuación. Respecto al ejercicio deL poder, los falangistas pretendían con el «nuevo estado» llevar a cabo su programa Nacional-Sindicalista, mientras que los mo nárquicos creían ver en Franco et restaurador de la monarquía de D. Juan de Borbón, algo que no entraba en los planes del general. La implantación del franquismo en Elda exige preguntarse por el personal político que apoyó al ré gimen para desarrollar su política a nivel local, qué orí genes políticos e ideológicos tenía y, a partir de ello, inferir qué grupos sociales apoyaron al franquismo y hasta qué punto se beneficiaron de la implantación del nuevo régimen. LOS INICIOS DEL CONSENSO. POLÍTICA DE ADHESIÓN Y EXCLUSIÓN. La primera cuestión a responder es cómo el régimen se aseguró el apoyo de los hombres que debían desarrollar su política a nivel local y provincial. La respuesta quizá esté en la capacidad que tuvo el ré gimen para castigar a unos y premiar a otros. Para los primeros, el régimen no dudó en utilizar la carta que le proporcionaba la utilización sistemática de la violencia y el terror, con lo que no sólo depuraba la so ciedad, sino que, al mismo tiempo, aumentaba la desmoralización y el miedo entre la población disidente, a la vez que ganaba el agradecimiento de los que que rían el orden social sobre todas las cosas. Sin embargo, la dictadura no sólo se mantuvo con La institucionalización de la violencia, sino que ar bitró un conjunto de medidas encaminadas a premiar a otros, haciéndoles partícipes, de alguna forma, de los beneficios de la victoria militar, con lo que el régimen pretendía ampliar la base de su consenso, entendido éste como intercambio de intereses entre la cúpula dirigente del régimen y determinados grupos sociales que son los principales beneficiados y que tienen una fuerte capacidad de influencia sobre el resto de la so ciedad2. La distinción entre vencedores y vencidos la vamos a encontrar en tres niveles: i. En el espacio público: Tan sólo había tras currido un mes cuando la comisión gestora3 trataba de d o s i e r a XX dar muestras de ruptura totaL con eL periodo anterior. El 9 de mayo se creaba un servicio de inspección de bares y establecimientos públicos encargado de supervisar «fa colocación obfigatoria en los mismos de banderas nacionales y retratos de( Caudilfo y José Antonio»`. Otras decisiones no se hicieron esperar y el 5 de julio se pedía autorización al Gobierno Civil para proceder aL cambio de un gran número de nombres de calles, que se designarían con los nombres propios de la Cruzada y el recuerdo a Los caídoss. Quizá la más importante, por eL fuerte conte nido simbólico que implicó, fue La construcción de La Cruz de los Caídos, fundamental en eL aparato ideoló gico del régimen, para recordar el espíritu deL 18 de jutio y Los valores de servicio y abnegación hacia la pa tria, a la vez que se acallaba a los otros caídos, a los que no Les quedaba más que el oLvido y la culpa. Im portante en este punto es no olvidar el papel que ju gó la Iglesia en la justificación deL nuevo régimen, al desnaturalizar eL concepto de querra civil para con vertirlo en el de una Cruzada de Liberación Nacional, con lo que justificaba el alzamiento militar y el régi men que se implantaba tras la victoria. 2. En la actitud de la Iglesia: Durante el fran quismo el espacio público se sacraliza y vuelve a ser ocupado por la iglesiab, un espacio púbLico organiza do por un sector de la sociedad para someter a otro. No podemos olvidar que en la percepción cotidiana, ese espacio era visto de distinta forma por unos y otros, ya desde su posición de vencedores o vencidos, o des de su mentalidad de clase. El poder político se encargó de satisfacer las de mandas de la Iglesia y realizó una potítica de sub venciones destinada a facilitar su Labor. En los pri meros meses el nuevo ayuntamiento comenzó a plan tear la reconstrucción deL templo parroquial de Santa Ana, proyectando la «urbanización de la zona urbana lindante con la p(aza donde ha de ser reconstruida la Ig(esia Parroquial, al objeto de que ésta tenga en su día un emplazamiento digno de (a misión divina»8, y ce diendo gratuitamente el valor de la enajenación de ^ccinco solares edificados con una so(a pfanta ...cuyas edificaciones se realizaron con fondos municipales en época roja»9. Con elLo eL ayuntamiento promovía una suscripción para la reconstrucción del templo, que encabezaron Los principales industriales de La ciudad, a lo que se añadía La donación por el Estado de 500.000 pesetas°. En sesión del 15 de febrero de 1940, también se decidía La reconstrucción de La Er mita de San Antón, «en contraposición y para reparar (a ofensa cometida por e( primer ayuntamiento repu b(icano a fos sentimientos cató(icos de la ciudad a( ► Vista aérea de la reconstrncción de la Iglesia de Santa Ana. Principios de los años 40. acordar demofer por supuesta ruina la Ermita de San An tónv. Y más adelante se destinaban 20.000 pesetas pa ra subvencionar la ornamentación del Altar Mayor de La Iglesia Santa Ana El predominio del nacional-catolicismo en un pueblo todavía conmovido y conmocionado por la tragedia de la guerra y las luchas fraticidas, logró que la gente no opusiera resistencia a volver a las cos tumbres conservadoras, pero siempre ocupando la posición tradicional que le había sido encomendada en el sistema. En este sentido, la celebración de Las fiestas populares supuso un instrumento desde eL que la élite local se proyectaba sobre el conjunto de la poblaciónZ. Las procesiones, y el lugar que se ocupaba en etlas, servían para poner a cada uno en su sitio, para ver qué lugar debían ocupar en la es tructura sociaL, de la que las procesiones oficiali zadas por la Iglesia eran una dura alegoría. Un ejem plo de la fuerte connivencia entre Iglesia y poder lo cal fue la bendición, en el proceso de reconstrucción del templo de Santa Ana, de las nuevas campanas, que fueron apadrinadas por alcalde, gestores y au 49 ► Fachada del Ayuntamiento hasta 1945. toridades del Movimiento ante la jerarquía eclesiás tica y la multitud13 ^ La iglesia respondió al poder local, pues, co mo corresporidía y proyectó la figura de los princi pales hombres auspiciando su papel social al distin guirlos del resto de vecinos. Lo espacios públicos fueron diseñados no só lo para los vivos, sino también para los muertos, es tableciendo distinciones que no podía pasar por al to el nacional-catolicismo. La comisión gestora apro bó que el nuevo cementerio «conste de un recinto principaf destinado a( enterramiento de (os católicos y otro de menor extensión destinado a(a sepu(tura de (os restos de (as personas que no tuvieran aque((a condición...Ambos recintos permanecerán debidamente separados con pared que (os independice y con puer tas de entrada distintas»° 3. En el trabajo: En una posguerra marcada por la explotación, el paro y una profunda hambre, se desarrolló una política Legislativa destinada a fa vorecer en el empleo a los que habían defendido la «causa nacional». Los Gobiernos Civiles enviaron ór denes a los ayuntamientos encaminadas a lograr la plena colocación de mutilados de guerra, excomba tientes, excautivos e hijos de caídos. En Elda fueron estos sectores los que ocuparon la mayoría de las va cantes que habían quedado en el ayuntamiento, como consecuencia del proceso de depuración de los fun cionarios del mismo15. Lo cierto es que Las medidas tuvieron efecto en la provincia y en mayo de 1941 no sólo no existían problemas de paro entre los ex combatientes de la provincia, sino que se había colo cado a 600 que procedían de otras provinciasb. A través de la instrumentación que hicieron de Los sindicatos verticales, Los empresarios actuaron como auténticos jefes de empresa y se beneficiaron de una legislación que permitió la explotación obre ra a unos niveles inimaginables. Las comidas de em presas organizadas por los sindicatos verticales, ca da 18 de Julio, fiesta nacional del trabajo, y de ca rácter obligatorio, debieron suponer una humilla ción para muchos obreros, que debían desfilar ante la Cruz de los Caídos, en formación y con el empresario al frente, para rendir homenaje a los caídos de un bando, mientras callaban en su interior los gritos de hijos, padres, amigos, que habían caído en el otro lado. Con todo ello el nuevo régimen pretendía re cuperar el status quo anterior a la II República, poniendo gran interés en la restauración del viejo or den social18. Es muy significativo que los quintaco lumnistas que ocuparon el ayuntamiento de Elda a la espera de la llegada de las tropas franquistas, José Martínez González, Ernesto Ortín, Julio Beneit y Pe dro Bellod, eran industriales y derechistas, con unos intereses muy particulares en el triunfo del nuevo régimen, ya que habían visto incautadas sus pro piedades durante la guerra civil. El régimen no dudó en acercarse a esta clase social y desde el principio la hizo partícipe de los be neficios de la victoria militar, no sólo devolviéndo les a su posición de privilegio, sino devolviéndoles las propiedades que habían sido socializadas e incauta das durante la guerra civil. Para ello se crearon las Co misiones de Incorporación Industrial y Mercantil (CIIMs) y el Servicio de Recuperación Agrícola (SRA), que tuvieron su homólogo a escala local en la crea ción en todos los ayuntamientos de «una Comisión Delegada y encargada...de (a recuperación de (os ob jetos arrebatados ifega(mente a sus dueños durante e( periodo rojo...y de custodiar en (as debidas garantías estos objetos y devo(vérse(os a sus (egítimos due ños»19. El sentido restaurador del régimen franquis ta queda puesto de manifiesto desde las primeras medidas tomadas por el régimen. dosier ^igloXX ^-•••• 51 ► Celebración del 18 de julio, pasando por la esqnina de Casa Pepe. 1945. LOS MECANISMOS DE IMPLANTACIÓN DEL RÉGIMEN. El régimen, desde el principio, persiguió la depuración de la sociedad, para lo que contó con un aparato represivo que comenzaba en La labor de los ayuntamientos, donde se nombró por la autoridad de ocupación militar un Juez Instructor que se había de encargar de recoger informes de la Columna de Or den y Policía de ocupación y del partido único, FET y de las JONS. En esta labor actuaron algunos hom bres que luego ocuparon cargos de responsabilidad como gestores, de quienes se destacó en los informes personales que FET y de las JONS enviaba al gobernador civil para su elección, el «haber co(a borado en la denuncia y detención de los e(ementos rojos de fa loca(idad^, o el hecho de haberse desta cado como «el principa( anti-masón de la locali dad.»Z°. De esta forma, los tribunales militares se lle naron de informes procedentes de las autoridades municipales de los pueblos de origen de los incul pados. EL alcalde pidió e intercambió informes con sus homólogos de otras provincias sobre los ante cedentes políticos y sociales de vecinos y funcio narios del ayuntamiento, entre los que supo distin guir a los que, como un agente de policía, habían co laborado con la falange tocal «en la (impieza de ele mentos peliqrosos que el más que nadie conocía»21. Como consecuencia de este proceso, 22 el denses fueron conducidos hasta los pelotones de fusilamiento y ejecutados, además de 9 penas de muerte que fueron conmutadas2z. Por otra parte, 128 vecinos fueron condenados a diferentes penas de prisión, que oscilaban entre los 30 años de reclusión mayor y los seis meses de prisión menorZ3. Para quienes hubieran escapado de los tribu nales militares, el régimen articuló dos cuerpos le gales encaminados a seguir la labor de depuración. Se trata de la Ley de Responsabilidades Políticas (LRP), por La que pasaron al menos 210 eldenses y la Ley para la Represión de la Masonería y el Comu nismo (LRMC), por la que fueron condenados 15 el denses con penas de reclusión e inhabilitación. Para todo el que hubiera escapado de la le gislación represiva franquista quedaban las Comi siones de Depuración. Por supuesto, todos los par tidos del frente popular fueron prohibidos, al igual que los sindicatos de clase, pero nos importa la de puración que se dio a nivel local dentro del perso naL del ayuntamiento, para lo que se creó una co misión que apartó, el 26 de abril, a más de una veintena de funcionarios, que fueron excluidos de sus o s i e r ^^ ^ ^ ^^ ^ ^ ^^ ,, ^ ^ , ^ f ; ^ ^ ^^ e ^^ ^^%^f^^ k^;, t t^ ^^d^^r ^^1 4^k^rs `^*f?rero^^ ^`^jt ^t^^i5^.^^ ^„ ,:^, ç ^ ^, P a ^^ ^ S^N^u,.^.^k@^p1^é ^^^n ^^^}á.^ :^a^á^,^á Ĉ .A ^_ a puestos de trabajo24. Además, los que quedaron fue ron obligados a afiliarse a FET y de las JONS, tal y como se refleja en un pleno municipal en el que, a petición de la Sección Femenina, se obliga a afi liarse a una empleada de la limpieza bajo pena de perder su puesto de trabajoz5. Tras la represión y la depuración llegó la ho ra de la reconstrucción de las conciencias, papel que fue asignado a FET y de las JONS y a la Igtesia. A menudo se ha minusvalorado el papel de FET y de las JONS en el régimen franquista; sin embargo, si bien es cierto que quedó marginado del poder, tuvo una labor importante en las funciones de control y encuadramiento de la sociedad, papel ^que desarro lló desde el ^Frente de Juventudes y la Sección Fe menina, con lo que se aseguraba cierta influencia so bre las futuras generaciones. Ambas contaron con el apoyo económico del ayuntamiento, que destinaba a estas instituciones una parte del presupuesto. LA ARTICULACIÓN DEL PODER. DIVERSIDAD DE ORIGEN Y I.UCHAS POR EL PODER. Se tratará aquí de la articulación del poder a es cala local y su evolución en los primeros años de con figuración del franquismo, hasta las primeras elec ciones municipales, con las que comenzaba de una manera oficial la institucionalización del régimen a nivel local, que no culminará hasta 1967. EL estudio del personal político ha de hacerse desde un doble análisis de sus antecedentes político ideológicos y desde sus centros de extracción social, lo que nos ha de permitir una visión de la clase a la que se acercó el franquismo y en la que se apoyó pa ra desarrollar el consenso. Hay que tener en cuenta, además, que el par tido único dependió desde sus orígenes del Estado, ya que había sido formado desde el poder, a partir de la unión de FE y CT, a los que se unían todos los parti dos políticos de la derecha tradicional que habían participado en el golpe de estado. Esta diversidad de origen fue causa de conflictos entre los principales grupos que formaron la coalición reaccionaria26 y que podemos simplificar en dos tendencias -falangistas y derechistas- que reprodujeron en toda la provincia los enfrentamientos que se daban entre las figuras políticas más visibles de ésta: Gobierno Civil y JefaturaProvincial de FET y de las JONS27. No obstante, estos conflictos se redujeron a una mera lucha por el poder y nunca cuestionaron el sistema28. d o s i e r sic „^lo XX ^-• • ^ . •• 53 El cuadro I nos permite conocer la ideología de los cargos políticos antes del estallido de la guerra civil, lo que de muestra la diversidad de origen de la coalición reaccionaria. Ob servamos cómo el 77% de los cargos fueron presididos por los derechistas, entre quienes in cluimos a los que procedían del Partido Radical, de la Derecha Regional Valenciana o los que simplemente eran conceptuados como de derechas. El grupo fa langista, representado por los partidos que originariamente ^ ^ i ^ ^^ ^ ^^ ^ i ^^ 100 ^ 90 so ^o so 50 40 30 zo 10 o• 1939 ^ 1940 Gráfico 1. DERECHAS FALANGISTAS 1941 1942 1943 formaron el partido único, Falange Española y Comu nión Tradicionalista, tan sólo ocupó un 16% de los car gos en las gestoras; sin embargo, es algo que no hay que despreciar ya que la llegada de los falangistas se sitúa en un momento muy concreto, en el que serán el grupo más fuerte de Elda durante dos años y medio, tal y como se puede ver en el cuadro II y en el gráfi- co I. La insignificante implantación de falange en Elda, y a nivel provincial, explica la escasa influencia del personal político falangista entre los poderes tradi cionales, lo que constituyó un permanente punto de fricción con los sectores sociales domi nantes que tradicionalmente ha bían detentado el poder y que no estaban dispuestos a que un grupo con escaso arraigo en la política local los apartara de sus puestos de privilegio. Los datos nos demuestran cómo los gru pos de derechas se hicieron con la mayoría del poder, que consi guieron monopolizar tras la fase de dominio falangista entre 1940 y 1943. EL régimen, pues, optó en 1943 por restaurar en el po der a una derecha política que se correspondía con el perfil so cioeconómico de las élites tra dicionales. Una clase política que estaría indudablemente agradecida por su «liberación». Este proceso no sólo se dio en Elda, sino que fue desarrollado a Franco quiso siempre que e( régimen se extendiera más a((á de (os (ímites de( partido; de ahí que, desde e( principio, captó a(os co(aboradores de (a amp(ia gama de organizaciones y grupos conservadores y antirrepu b(icanos»29. En el análisis de la evolución de la composición política de la gestoras distinguimos tres fases: Jutio de 1939-aqosto de 1940, agosto 1940-enero de 1943 y fe brero 1943-1948. La primera etapa estuvo caracterizada por la inestabilidad respecto a la formación de los ayuntaV^ L ^ A p a r a .....^vv^r^,^... _..^^.%z An^,ce^ .. ........ tl^4i c o n d o rn i c 1 i o e n ----^Q^.^, ŭ ^o.... ^Y^^L^ry-^. ú m.....^........... 2R;27 ^6 25:2^2i 22 21^ ........ ....._.. ; _ . - ... ._ __ _ _ ^ 18 1? l615`14 l`3.1? il^ ^S 7 I^n ca^ia^ ^t^c.^ ^^^ t.^ta^lrar.^ cl númcr^^ corrc^s^:^^,n^li^^n;r. nivel nacional pues «e( propio ► Tarjeta para el racionamiento del tabaco dnrante la posgnerra. vés de un a(to sentido de fa autoridad y de fa jerar quía, con el cua( se compa decen muy poco esas rui dosas y enervantes mani fr i ^ `^ ► Masivo recibimiento a los excombatientes eldenses de la División Azul. 1954. mientos que, como mucho, contó con cinco gestores, lle gando incluso a estar dirigido por sólo dos30, que susti tuyeron a una primera comisión nombrada por el co mandante militar de ocupación el 6 de abril de 193931 y que no renovó el gobernador civil 16 días después. La segunda etapa fue la de dominio falangis ta, encabezada por el alcalde y Jefe Local de FET y de las JONS José María Batllés. Hermano de Luis Batllés, consejero nacional de la falange asesinado en 1936, Batllés intentó monopolizar los cargos con falangistas y tradicionalistas, lo que le resultó imposible. Numéricamente éste era el tope de la influencia falangista en Elda; sin embargo, hay que tener en cuenta la pre ponderancia de la figura del alcalde en el desarrollo de la política local franquista para entender la impor tancia del peso falangista durante estos años. La ter- cera etapa es la del definitivo triunfo del sector de los derechistas, con lo que la clase tradicional había vuel to a recuperar el poder. Estas dos últimas etapas se entienden mejor teniendo en cuenta la preponderancia de los alcaldes entre los políticos locales durante el franquismo. El propio Director General de Administración Local insistía en 1940 en la necesidad de «robustecer fas funciones def a( ca(de, en los que se van a concentrar poderes, funciones y responsabifidades adecuadas a fa misión de dirigir fa ad ministración de fos asuntos ordinarios de fas (oca(ida des... tanto en su cargo de Jefe de (a Administración mu nicipa(, como en (os de Presidente de fa Carporación y De fegado def Gobierno...con la finalidad de conseguir fa eficacia en fa gestión de fos intereses municipa(es a tra festaciones edilicias que so fían tener fugar en fos safo nes de sesiones de (as Corporaciones de nuestros pue b(os»32. En ambas etapas van a ser alcaldes dos po líticos que definen com pletamente a los dos gru pos que lucharon por ha cerse con el poder, José María Batllés y José Mar tínez González. José María Batllés, según los informes de FET, era «e( único camarada en esta ciudad que puede encauzar y regir, dentro de( nue vo estifo, fos verdaderos destinos de nuestra organiza ción»33. Durante su mandato las sesiones del ayunta miento comenzaban al grito de ;José Antonio Primo de Rivera! ; Presente! y se cerraban con el Cara a( so(. Fue ron los años de retórica falangista y manifestaciones del ritual fascista en un ayuntamiento en cuya fachada predominaban los signos externos de la «revolución na cional sindicalista», apareciendo adornado con el yugo y las flechas y por las banderas de FE y la CT. En su primer pleno como alcalde35 tomó tres me didas que demuestran el nuevo espíritu que quiso dar a la corporación, acordando la adquisición de una lápida «con una cruz de mármo( en fa que figuren (os nombres de fos caídos por Dios y por España encabezados por ef de José Antonio que será co(ocada en (a fachada def ayun tamiento hasta que haya Igfesia». Decretó también «que fos vecinos engafanen sus ba(cones con cofgaduras na ciona(es de ob(igación ine(udibfe observación por fos vecinos de fas ca(fes principafes». Y nombró a José Seda no Serna, primer teniente de alcalde y delegado de In formación e Investigación de FET y de las JONS, como asesor de información de la alcaldía, con lo que se pro ducía una imbricación total entre el partido y el ayun tamiento, ambos comandados por Batllés, quien recibió la alcaldía por parte del gobernador civil «so(icitando e( servicio y e( sacrificio necesarios a España, procurando que (a Comisión Gestora constituida actúe como órgano con su(tivo y conciencia de partido único por deber a(a FET y de fas JONS, evitando toda c(ase de rozamientos y de fectos def sistema parlamentario» 36. o s i e r ^igio ^-• •^ •• 55 En el pleno siguiente, Batllés consiguió que la corporación le autorizase para llevar a cabo una nue va revisión «de todo ef personaf dependiente de( ayun tamiento en cuanto a su depuración y afección a( Mo vimiento», además de proponer la revisión de un nú mero de calles «para roturarlas con nombres de h^os del pueblo preferentemente caídos de fa revolución»37. Como consecuencia de la política llevada a cabo por Batllés, dos gestores, industriales y derechistas, abandonaron la comisión gestora «por desavenencias con (a po(ítica locaU^38. Pero_ el hecho más característico de los conflictos que se sucedieron en Elda durante La im pLantación del régimen ocurrió bajo su mandato cuando, en agosto de 1941, denunció ante el Gobierno Civil una campaña de difamación contra su persona y otras au toridades «camaradas jóvenes de las Falanges combatientes que no entienden de caciquismos ni conocen los procedimientos rastreros....que intentan reafizar por el único camino que nos marca e( caudil(o la revolución na cionaU39. Las difamaciones estaban hechas por unas «autoridades caciqui(es indignas, profesiona(es de (a pofítica, representantes de los intereses creados y de( capi talismo judío». Pese a La fraseología falangista, tan al gusto de la época, hay que tener en cuenta que eL ca ciquismo, como sistema político, hacía tiempo que ha bía sido sellado en España, por lo que no hay que dar más contenido a Las palabras que pura retórica, y no ver más en el conflicto que la lucha por el poder. Como consecuencia, se produjo la detención y arresto en el retén municipal de hombres como Julio Beneit, quien tras la caída de los falangistas ocupará el cargo de primer teniente de alcalde, curiosamente en una nueva comisión gestora de La que formaron parte Los dos gestores que la habían abandonado ba jo el mandato de Batllés. Lo cierto es que José María BatLtés fue denun ciado un mes después por la Fiscalía de Tasas por De comiso ILegal y condenado a pagar 200 pesetas de multa, al tiempo que el Gobernador Civil ordenaba la puesta en libertad de los arrestados. La llegada aL Gobierno Civil, a fines de 1942, de José María Paternina, como secretario, significó un du ro golpe para los falanqistas de toda la provincia°°. En los primeros meses de su actuación realizó una labor de depuración dentro deL partido encaminada a anular po líticamente a los eLementos más combativos y molestos. Tan sólo dos meses después de su llegada, desde el Go bierno Civit se renovaba completamente la comisión gestora de Elda, que quedó formada por un personaL político en su totalidad de derechas encabezado por José Martínez González y que, socialmente, tuvo en los industriates el grupo más influyente con diferencia, tanto cuantitativa como cualitativamente, constituyendo un 50% del personal político, entre Los que destacan los car gos de alcalde y tenientes de alcalde. La figura de José Martínez González ilustra el personal político por el que el régimen optó final mente y los nexos que existieron entre el poder polí tico y el mundo económico. Procedente de las filas de la D.R.V., fue nombrado alcalde en 1943 y ratificado por el gobernador civit en las elecciones de 1948, fue procurador en Cortes en representación de los ayuntamientos de La provincia en 1946, siéndole concedi da la Medalla de Oro de la Orden de Cisneros en 1949. Se encargó también desde el principio de La Delegación de Auxilio Social de Elda, cargo que compaginó con una activa labor en el sindicato de la Piel. Su carrera económica fue tan fulgurante como la política: al finali zar La guerra se convirtió en presidente de la recien transformada sociedad anónima Rodo(fo Guarinos, una 56 0 1948 Indnstriales r ® ^oc cuadro 4 cómo la base social de los falangistas es el sector ter 1939 Falangistas i e Gráfico 2. ciario,mientras entre los dere 0 ^ ^-ru-^--r^ 1941 Derechistas 0 j-r--r 1943 o s y^-t 194s Otras profesiones de Las fábricas más importantes del sector en la pro vincia, cuyo capital desembolsado en 1939 ascendía a 3.000.000 de pesetas. Además, formó parte del con sejo asesor del Banco de Elda° Quizá el único punto en común que tuvo con el anterior alcalde es que también fue denunciado por la Fiscalía de Tasas, esta vez por autorización de precios abusivos; por lo que tan sólo fue advertido por el Go bernador Civil, lo que demuestra la fuente de corrupción que supusieron los ayuntamientos durante los años cua renta y la inoperancia de las autoridades ante ella`Z. Las elecciones de 194843 no produjeron cambios cualitativos, simplemente ratificaron en sus cargos al al calde a y sus hombres de confianza, permaneciendo cin co gestores de la anterior corporación. No es hasta 1955 cuando se produce en Elda el relevo generacional. El estudio de la profesión de Los cargos políticos que ocuparon las gestoras entre 1939 y 1948 nos con firma cuál fue la base social sobre la que se apoyó el ré gimen44. Hay que destacar en primer lugar, como vemos en el cuadro III, el hecho de que en 1943, en época de dificultades extremas, la posición económica de los ges tores no era lo más representativa de ta sociedad del mo mento. Los sectores con mayor actividad entre los ges tores fueron el terciario y el secundario, destacando la exigua importancia del sector primario, propio de una zona que había alcanzado la modernización económica por medio del desarrollo industrial como era Elda. Mien tras en el sector terciario destaca la presencia de em pleados y comerciantes, la profesión de industrial domina en todo el espectro político, constituyendo a partir de 1943, tras la caída de los falangistas, el 50% de los cargos45. Este es un indicativo más del papel de los nue vos sectores falangistas, alejados de las profesiones que detentaban el poder tradicionalmente. Observamos en el chistas hay una abrumadora presencia de industriales que, como observamos en el gráfico 2, sólo representaron una minoría en Las gestoras durante el periodo de influencia falangista. Los falangistas sucum bieron, pues, ante los poderes tradicionales locales, que no sólo dominaron los consistorios sino que se hicieron con la dirección del partido único. En 1949 el Jefe Local ya no te nía antecedentes falangistas, como sus anteceso res, sino que procedía de la D.R.V.46 La base social sobre la que el régimen extrajo su personal político fue, pues, la de las clases tradicionalmente dominantes, que se habían identificado siempre con la derecha política, lo que demuestra las conse cuencias restauracionistas a nivel social y político del ré gimen franquista. El hecho de que el régimen optara por personalidades con influencias en la localidad y re presentantes de las clases sociales tradicionales am pliaba el grado de posibilidad de consenso que busca ba para implantarse a nivel local. En última instancia, los derechistas se hicieron con el poder, pero no por motivos ideológicos sino socioeconómicos. Se trataba de grupos que habían visto peligrar su situación de privi legio durante el periodo republicano y que ahora iban a estar agradecidos al régimen por devolverles a esta si tuación, pero sabiendo además, que ésta dependía de su adhesión y afección a la «Causa Nacional», en definitiva de su fidelidad al régimen, o sea, a Franco. NoTns 1 SANZ ALBEROLA, Daniel. La implantación def franquismo en Aficante. Ef papef def Gobierno Ci vif (1939-1946). Universidad de Alicante, Ali cante, 1999, pág. 49 y ss. 2 SÁNCHEZ RECIO, Glicerio. Los cuadros pofíticos intermedios def régimen franquista, 1936-1959. Diversidad de origen e identidad de intereses. Instituto de Cultura Juan Gil-Albert,. Alican te,1996,.pág. 31. Sobre el desarrollo del con senso en la dictadura de Franco ver SEVILLANO CALERO, Francisco. Propaganda y medios de co municación en e( Franquismo. Universidad de Alicante, 1998. Y, del mismo autor, Ecos de Pa d o s i e r ^igto XX -^• ... S^ pe(. La opinión de los españofes en (a época de Franco. Biblioteca Nueva, Madrid, 2000. 3 Las Comisiones Gestoras que dirigieron los ayuntamientos del régimen franquista entre 1939 y 1948 eran nombradas por el gobernador civil de cada provincia y su duración dependía exclusivamente de éste. Normalmente «E( go bernador civi( nombraba personas afectas a é(, y éstas quedaban unidas a su persona no só(o porque (e debían e( cargo, sino porque podía cesar(as cuando quisiera. Por tanto, e( e(emento humano de (os ayuntamientos estaba ente ramente a su disposición». SANZ ALBEROLA, Daniel. La impfantación..., pág. 113. 4 Archivo Municipal de Elda (A.M.E.), caja 241/43. 5 A.M.E. Libros de Plenos. Acta del 5 de julio de 1939. 6 Para una visión de las relaciones entre la Iqle sia y el régimen franquista en la provincia de Alicante ver SECO MORENO, Mónica. La quie bra de la unidad. Naciona(-catoficismo y Uaticano II en (a diócesis de Orihuela-A(icante, 1939 1975. Instituto de Cultura «Juan Gil-Albert». Alicante, 1999. 7 Una visión de la organización del espacio pú blico, como instrumento para someter a una parte de la sociedad y proyectar a otra en DEL GADO RUIZ, Manuel. «Anticlericalismo, espacio y poder. La destrucción de los riruales católi cos, 1931-1939», en Ayer n° 27, 1997, págs. 149-180. 8 A.M.E. Libros de Plenos. Acta del 15 de sep tiembre de 1939. 9 Idem. Acta del 15 de marzo de 1940. 10 Ver las distintas aportaciones en Alborada N° 39, págs. 53-55. Ver también referencia al Ac ta de la reunión del Consejo Parroquial de El da, por la que los empresarios zapateros se comprometían a pagar un impuesto especial para la reconstrucción del templo parroquial de Santa Ana, en VALERO ESCANDELL, J. R. y Otros. Elda, 1832-1980. Industria del ca(zado y transformación socia(. 11 A.M.E. Libros de Plenos. Acta deL 14 de febre ro de 1949. 12 CENARRO LAGUNAS, Ángela. Cruzados y camisas azu(es. Los orígenes del franquismo en Aragón, 1936-1945, pág. 282. 13 La referencia al acto de bendición de las cam panas en NAVARRO PASTOR, Alberto. Historia de E(da. Vol. III, pág. 30, Alicante, 1981. 14 A.M.E. Libros de Plenos. Acta de 24 de octubre de 1949. 15 Idem. Acta del 16 de enero de 1940 16 Archivo Generat de la Administración, Secre taría General del Movimiento, Delegación Na- cional de Provincias. Caja 12, Carpeta 19. En adelante A.G.A. S.G.M D.N.P 17 Ver MORENO FONSERET, Roque. «Burguesía y nacionalsindicalismo. Control obrero, benefi cio económico y poder político en la organi zación sindical alicantina (1939-1952). En Ana (es de fa Universidad de A(icante. Historia con temporánea. N° 8-9, 1991-92. 18 Para el proceso restaurador en la provincia de Alicante ver MORENO FONSERET, Roque. «Eco nomía y poder local en Alicante (1939-1948). La función restauradora del régimen». En Tusell, J. Y Otros (Edit.) E( régimen de Franco (1936 1975). Vol. I, págs. 99-114. UNED, 1993. 19 A.M.E. Libros de Plenos. Acta del 26 de abril de 1939. 20 Archivo Histórico Provincial de Alicante. (A.H.P.A.) Sección Gobierno Civil. Expedientes personales. 21 A.M.E. Sig. 241/43 y 241/44 22 La comisión gestora intentó influir en este sentido y acordó en sesión del 30 de agosto de 1940 que «se so(icite con motivo de (as fiestas próximas e( indu(to de los vecinos e hijos de es ta pob(ación que se ha(laren condenados a muer te». A.M.E. Libros de Plenos. 23 Para la represión en Elda y en la provincia de Alicante ver SÁNCHEZ RECIO, Glicerio. Las res ponsabifidades po(íticas en (a posguerra espa ñola. E( partido judicia( de Monóvar. Universi dad de Alicante, 1984. ORS MONTENEGRO, Mi guel. La represión de guerra y posguerra en A(i cante (1936-1945). Instituto de cultura Juan Gil-Albert, 1995. 24 A.M.E. Libros de Plenos. 25 A.M.E. Libros de Plenos. Acta del 16 de enero de 1940. 26 Entendemos por coa(ición reaccionaria la con junción de los grupos políticos de derecha y ex trema derecha definidos por su carácter anti rrepublicano y antidemocrático, que colabora ron con el régimen franquista desde sus orí genes, uniéndose a los militares rebeldes para derrotar al gobierno republicano, y que juntos conformaron eL partido único. Un análisis del concepto de coalición reaccionaria en SÁNCHEZ RECIO, Glicerio. «La coalición reaccionaria y la o s i e r ^íiglo XX confrontación política dentro del régimen fran quista». En Tusell, J. (Edit.), Estudios sobre fa derecha españofa contemporánea, Madrid, UNED, 1993, págs. 551-562. 27 SANZ ALBEROLA, Daniel. Op. Cit. Pág.85 28 Sobre la diversidad de origen de los grupos que conformaron el partido único y los con fLictos que se produjeron en su interior como consecuencia de ésta, ver SÁNCHEZ RECIO, GLi cerio. Los cuadros pofíticos... 29 SÁNCHEZ RECIO, Glicerio. Los cuadros pofíticos..., pág. 117 30 Así lo denunciaba la Jefatura Provincial de FET y de Las JONS a la Secretaría General deL Movimiento. A.G.A. S.G.M. D.N.P. Caja 13, carpeta 38. 31 A.M.E. Sig 241/43 32 Texto taquigráfico de la conferencia pronun ciada por el Ilmo. Sr. Director General de Administración Local, en el SaLón de Actos de La Exposición de la reconstrucción de España, eL día 17 de julio de 1940. BibLioteca Nacional. VC/1221/52. El subrayado es nuestro. 33 A.H.P.A. Sección Gobierno CiviL. Expedientes personales. 34 A.M.E. Libros de Plenos. Ver las sesiones entre agosto de 1940 y enero de 1943. 35 Idem. Acta del 16 de agosto de 1940. 36 Idem. Acta del 13 de agosto de 1940. 37 Idem. Acta del 30 de agosto de 1940. 38 A.H.P.A. Sección Gobierno Civil. Expedientes personales. ^ 39 SANZ ALBEROLA, Daniel. «Poder pofítico y con ffictividad en la posguerra Aficantina». En pren sa. 40 SANZ ALBEROLA, Daniel. La impfantación..., pág. 104. 41 MORENO FONSERET, Roque. «Actividades fi nancieras y relaciones políticas de Los empre sarios alicantinos (1939-1960)». En II En cuentro de Investigadores del Franquismo en Aficante. Vol. I, págs. 161-170. 42 Sobre esta cuestión ver Sanz Alberola, DanieL. La impfantación... especialmente págs. 48-79. Sobre la corrupción en el franquismo ver BAR CIELA LÓPEZ, Carlos. «Franquismo y corrupción económica». En Historia Socia(, N° 30,1998, págs. 83-96. 43 A partir de noviembre de 1948 y cada trienio se celebraron unas elecciones que renovaron por mitades los representantes det tercio familiar, sindical y corporativo. El cargo de alcalde y el tercio corporativo siguieron siendo nombrados directamente por eL gobernador civil. Los otros dos tercios fueron elegidos por los sindicatos verticales y por los cabezas de familia, aun que eran el alcalde y eL gobernador civil quienes decidían los resultados, de ahí que la ma nipulación de las elecciones estuviera encami nada a mantener en sus puestos a los conce jales anteriores. Para las elecciones municipa les durante el régimen franquista ver MORENO FONSERET, Roque. «La presencia de los grupos políticos en el régimen de Franco a través de las elecciones municipales de 1948». En Tusell, J y Otros, Estudios sobre..., págs 613-626. 44 Hay que entender apoyo social como «una re lación diaféctica entre ef régimen político y fas instituciones y organizaciones sociales de manera que éstas soficitan de aquéf determinadas fun ciones o servicios políticos cuya concesión pro duce o fortafece fa adhesión o la confianza de ampfios sectores sociafes en ef régimen pofítico por lo que, en este proceso, el personaf pofítico focaf debía cumplir fa dobfe función de gestio nar los intereses pofíticos y administrativos def régimen y de ejercer fa mediación entre ef réqi men franquista y fos distintos cofectivos y or ganizaciones sociales» SÁNCHEZ RECIO, GLicerio. Los cuadros pofíticos..., pág. 9. 45 Elda no era en este sentido ninguna excep ción, en las demás localidades industriales deL Vinalopó encontramos copando los consisto rios a los empresarios fabriles del calzado: ocho concejales en Elche, nueve en Crevillente, seis en PetreL y cuatro en Monóvar. MORENO FON SERET, Roque. La autarquía en Aficante (1939 1952). Escasez de productos y acumulación de beneficios. Pag. 91. Instituto de Cultura Juan Gil-Albert. Alicante, 1994. 46 A.G.A. S.G.M D.N.P. Caja 201. A nivel estatat, la evoLución del régimen de Franco coincidió con la lenta pérdida de poder del aparato falangista. Este proceso se aceleró a partir del cambio de rumbo de la II Guerra MundiaL, que anunciaba la futura derrota de las potencias fascistas. Desde entonces el régimen de Franco se vio en la ne cesidad de cambiar su imagen y comenzó a soltar amarras de la retórica fascista, por Lo que se produjo desde entonces un proceso de evolu ción y sustitución de los falangistas, mayorita rios en los primeros años, por políticos perte necientes a otros grupos que podían actuar más fácilmente entre el franquismo y los regímenes democráticos occidentales. UNA EXPERIENCIA A RECORDAR Y UNOS VALORES A IMITAR L a lu c h a d e un pu e blo e n l a Tra n sic ión : e l M o v imi e n t o Asa mbl ea rio ^^^ ► Concentración en el estadio mnnicipal. Septiembre de 1977. e puede decir que el Movimiento Asam bleario ha sido la más original e impor tante acción de masas de la historia obre ra de Elda junto con la de otras muchas ciudades zapateras -casos de Elche, Pe trer, Monóvar, Villena e, incluso, Almansa-. Fue una huelga convocada en septiembre del 77 que surgió en torno a la negociación del convenio de la industria del calzado. Duró dos semanas y, en ella, se movilizó la casi totalidad de obreros de las grandes ciudades zapateras, siendo un acontecimiento que, por uno u otro motivo, afectó al conjunto de la población de las mismas y que tuvo eco, por sus repercusiones, en todo el Estado Español. Efectivamente. Entre el 24 de agosto y el 5 de septiembre de 1977, millares de trabajadores del cal zado de las comarcas del Vinalopó (posteriormente fue ron secundados por otras regiones del Estado) se lan zaron a una huelga unitaria que colapsó la vida económica y social de esta ciudad hasta el punto de po derse afirmar que apenas se fabricó zapato alguno. Sin ninguna duda, se puede decir que Elda fue, en esta ocasión, el epicentro de una gran convuLsión so cial o, en otras palabras, de aquel terremoto social, d o s i e r iglcd ^ICX _ -__ - _, ► Asistencia mnltitndinaria al entierro de Teófilo del Valle, cnya mnerte tnvo gran repercusión a escala nacional. Febrero de 1976. como se podría definir el hecho si nos atenemos a su fuerte intensidad y a su corta duración. Por una parte fue la cuna del Movimiento Asambleario, sistema organiza tivo que, si en algunas localidades se implantó casi de re pente, en Elda llevaba muchos meses gestándose. Por otro lado, ninguna población fue tan fuertemente afec tada en su economía como esta localidad de monoculti vo industrial zapatero. Además, su posición central en el conflicto estaba bien clara: bisagra entre Elche y Villena Almansa, entre Petrer y Monóvar, punto de encuentro entre los trabajadores de los distintos pueblos (cabe re cordar, a título de ejemplo, las reuniones habidas en la Asociación de Vecinos de La Tafalera). De aquí, de Elda, surgieron los líderes más representativos, tanto obreros como patronales, y gran parte de las propuestas más debatidas. LOS VALORES DEL MOVIMISNTO ASAMBLEARIO Hoy, cuando los valores están de capa caída y só lo está de moda lo productivo, lo rentable, lo pragmático, está muy bien recordar cómo la población eldense en ge neral y, de una manera especial, su clase trabajadora, fue capaz de poner en práctica valores y actitudes que, en la actualidad, apenas se aprecian y menos se practican. Y de eso no hace mucho tiempo. Sólo 23 años. Efectivamente. Estamos hablando de una lucha que fue especial y digna de traerla a la memoria histórica por tres razones fundamentales: PRIMERA: Porque implicó a muchas ciudades im portantes, como tas ya citadas al principio. SEGUNDA: Porque movilizó a toda la clase obrera de dichas ciudades y despertó la solidaridad de los obreros del resto de España, que vieron con admi ración esa lucha. TERCERA: Porque fue una experiencia ltena de creatividad, enormemente participativa y vivida con mucho espíritu solidario. Se impone aclarar este último razonamiento por eL hecho de que en él están condensados los valores a los que antes hacíamos alusión. A saber, su talante original y creativo, su carácter participativo y su aspecto solidario. Profundicemos algo más acerca de ellos. 1.- La creatividad: ^En dónde radica la origina lidad de esta huelga? Fundamentalmente, en dos cosas: Una, en cómo se planificó. La organización de es ta huetga se articuló, básicamente, sobre dos ejes: la Asam blea y las Comisiones. La ASAMBLEA era la pieza fundamental sobre la que descansaba y pivotaba toda la vida de este Movimiento, por eso se le llamó «asambleario», Movimiento Asamblea rio. Había Asambleas de Empresas, en las que los repre sentantes de los obreros de las mismas discutían los pro btemas que iban surgiendo. Había, igualmente, Asamb(eas de Delegados de los diferentes pueblos afectados, que se reu nían normalmente en Elda -en el local de la Asociación de Vecinos de La Tafalera- con el fin de coordinar la marcha de la huelga. Pero, sobre todo, existía -y eso es lo más sig nificativo y original- una Asamblea General, de carácter abierto y muy dinámica, enormemente concurrida -se ha bla de más de diez mil personas-, en la que se votaban a mano alzada todas las decisiones después de haber es cuchado las intervenciones de cuantos asistentes quisieran sugerir algo. Las Asambleas Generales se celebraban dia riamente en el Polideportivo Municipal de Elda o en el campo de fútbol de esta misma localidad. Otro rasgo que definía su estilo original de orga nización consistía en la creación de unas COMISIONES, a las que se apuntaban todas aquellas personas que es taban dispuestas a colaborar de forma generosa y vo luntaria. Había de diferentes tipos, pero aquéllas en las que se percibía una mayor dosis de creatividad, por la ma nera de funcionar y por el cometido que tenían, eran las Comisiones de Trabajo, encargadas de múltiples y varia das responsabilidades. Entre ellas, éstas son las más dig- nas de recuerdo: • Comisión de Información y Propaganda. Sumisión era confeccionar e imprimir diariamen te una especie de boletín informativo que, pos teriormente, se repartía a la gente y a través del cual se iba informando sobre la marcha y evo lución del conflicto. Era un ejemplo de «pren sa obrera» puesta al servicio de la clase obre- ra en lucha a través de una huelga. • Comisión de la Caja de Resistencia. Estaba for mada por aquellas personas que, voluntariamen te, se prestaban a recorrer toda la geografía es pañola, en concreto las regiones zapateras más afectadas por ta huelga -Vall de Uxó (Caste llón), Yecla (Murcia), La Rioja o Zaragoza, como más representativas-, con el fin de aportar información y recaudar fondos para el manteni miento de los huelguistas. A estos fondos de di nero, orientados a este fin, se les llamaba y se les sigue denominando Caja de Resistencia. • Comisión de Fiestas. Se encargaba de organi zar festivales para recaudar fondos y mantener a la gente distraída mientras estaba reunida en asamblea en el campo de deportes espe rando noticias acerca de la marcha de las ne gociaciones del convenio. Organizaba partidos de fútbol, atracciones o actuaciones de aficionados. Contribuyó a dar un tono festivo a una continuada jornada de lucha. Era una forma de dar vida a lo que en la historia del siglo XIX ha bía sido la «cultura popular». Existían otras Comisiones, como la de Solidaridad o ayuda a las familias, la de Transportes o la de Limpie za, encargada de limpiar cada día el estadio de fútbol una vez celebradas y concluidas las Asambleas Generales. Es importante tener en cuenta que quienes forma ban parte de estas Comisiones no cobraban nada, lo ha cían voluntaria y gratuitamente, únicamente guiados por el deseo de colaborar en la medida de sus posibilidades. 2.- La participación. Además de su carácter asambleario, este Movimiento fue muy participativo en el sentido de que inten tó funcionar buscando siempre el máximo de participación y protagonismo de las personas con el fin de hacerlo lo más democrático posible. iCompañeros! Ante la indiferencia y la falta de respon sabilidad de los empresarios, nó queda más remedio que hacerles entrar en razón con nuestra fuerza la unidad, tras ella la Huelga. Miércoles 22 a las 8.30 en el Estadio Munícipal, tenemos que estar todos porque la responsabilidad es detodos. i Lucha por tu convenio! Acudid al estadio con respuestas de las fábricas ASAMBLEA DE TRABAJADORES DEL tAlIADO Estadio Municipal - Miércoles 2Z • 8.30 no faltes ► Octavilla convocando a nna asamblea en los momentos más elervescentes del Movimiento Asambleario. He aquí algunos ejemplos concretos de ese espíri tu de participación: • Para elaborar la plataforma reivindicativa del convenio, se hicieron y se recogieron unas 1.500 encuestas que expresaban la opinión de las di ferentes empresas, que aglutinaban a cerca de 40.000 trabajadores del sector. • Los representantes de las empresas eran elegidos de entre los trabajadores de las mismas y de ellos, también por votación, salían los delegados de los pueblos. • La Comisión Negociadora del Convenio, es decir, las personas que tenían que reunirse con la par te empresarial para la elaboración de los acuer dos, era elegida por las Asambleas de Represen tantes en proporción al número de trabajadores de cada localidad. • En las Asambleas Generales, todo aquel que lo deseara podía salir y expresar lo que estimara oportuno. • Las decisiones que se tomaban en las Asam bleas se tomaban con la votación de todos los presentes, a mano alzada. • Las personas que querían podían participar en cualquiera de las muchas Comisiones que existían. 62 3.- La solidaridad. Este movimiento social, aparte de ser asamblea rio -de aquí el nombre con el que se le conoce histó ricamente- y de ser participativo, fue un movimiento profundamente solidario. Se trata de una experiencia de lucha en la que se vivió, de una manera plena, la soli daridad. ^En qué se notó?. En múltiples aspectos, de los que destacamos algunos a título de recuerdo y de ejem plo: • En la colaboración generosa y desinteresada de muchas personas que ofrecieron su tiempo y sus bienes en favor de la lucha. Cabe mencio nar a aquellos voluntarios que aportaron sus propios vehículos para recoger ayudas por las distintas casas y los distintos pueblos con el fin de constituir fondos con los que sostener a las familias más necesitadas. • En las donaciones que se hicieron por parte de bastante gente -incluso dueños de tiendas y comercios- para contribuir a la ayuda a las familias. ^Cómo se planificaba esta tarea de ayuda?. A través de dos Comisiones cuya finalidad era, precisamente, organizar el reparto entre las personas y familias que más lo nece sitaran. Estas Comisiones eran: • La Comisión de Solidaridad: Se respon sabilizaba de proporcionar ayuda econó mica a las familias más necesitadas. El trabajador escaso de recursos económi cos -hay que recordar que se está en huelga y no se gana dinero= comunica ba su situación a su delegado de fábrica que, a su vez, lo notificaba a esta Comi sión. Los miembros de la misma visita- ban eL domicilio del trabajador y le en tregaban no dinero ni alimentos, sino un bono que podía canjear por alimentos en los sitios adecuados para tal fin, como los locales de las Asociaciones de Veci nos u otros habilitados al efecto. Se pro curaba, por parte de la Comisión, de re coger La suficiente información para con firmar si la situación de esas familias era de necesidad o si se trataba, más bien, de una treta o engaño para acumular más. • La Comisión de Transportes: Estaba for mada por personas voluntarias que -co mo se ha dicho antes- aportaban sus propios coches con el fin de ir a recoger las diferentes ayudas que se ofrecían. Unas eran en metálico, otras lo eran en especie (arroz, patatas, pollos...). Una vez las re d o s i e r ^iglo XX cogían, las llevaban a un almacén cen tral -una especie de economato-, don de las depositaban debidamente ordena das y registradas. Desde allí se distri buían a los diferentes almacenes situa dos en los barrios, normalmente en los locales de las Asociaciones de Vecinos. Los trabajadores y las familias necesitadas que disponían de los bonos iban a estos almacenes para canjearlos por los dife rentes productos. • En la colaboración que ofrecieron muchos tra bajadores y trabajadoras de los diferentes pue blos y ciudades de España. Estas tres cualidades señaladas hacen del Movi miento Asambleario una experiencia singular en la his toria del movimiento obrero de Elda constituyendo un mo delo especial de lucha obrera, circunstancias éstas que conviene recordar hoy no sólo como recuerdo histórico, sino también como lección a aprender y, especialmente, en las circunstancias actuales, en las que predominan bastante más la apatía, el conformismo y las actitudes egoístas e insolidarias. CoNCi.usto^s Como colofón de esta reflexión, quisiera termi nar con estas dos ideas: Una: el reconocimiento y el recuerdo respetuoso para tantas personas -muchas siguen viviendo- que no se conformaron ni se resignaron a la situación de in justicia y de falta de libertades aún existente en aquel momento, sino que hicieron frente a los problemas de su tiempo y de su localidad luchando con todas sus fuerzas -antes y durante el transcurso del Movimien to Asambleario- para dejar a los que iban a venir des pués un legado de democracia y participación y un ejemplo de compromiso con la justicia y con la solida ridad. Dos: la validez para hoy -época de conformis mo, de individualismo y de afán desmedido de enri quecimiento- de muchos de los valores que se vivie ron durante el Movimiento Asambleario: el compromi so con la realidad social y política, la participación, la unidad -aunque no fuera perfecta y estuviera plagada de tensiones-, la solidaridad, la preocupación por los otros, la conciencia de ser obrero, el espíritu de lucha, la rebeldía contra lo injusto, el riesgo y tantas cosas de las que la realidad actual tiene tanta falta y necesidad. Coronaré este escrito con el mismo slogan que he utilizado para título del mismo: UNA EXPERIENCIA PA RA RECORDAR Y UNOS VALORES A IMITAR. La a c ti v id a d c ultural e n E ld a e n l a seg und a mi t ad d e s i g lo ► Pedrito Rico, cnando contaba nnos 15 años, en la carnicería de sn padre, qne estaba sitnada en la misma calle qne hoy lleva el nombre del cantante desaparecido. 1948. a segunda mitad del siglo XX se carac teriza por el cambio que atraviesa la sociedad española. Se pasa de un régimen dictatorial a una época de tran sición y de ésta a los inicios y plenitud de la democracia. Estas circunstancias repercuten de una manera muy notable en la vida y cultura de la población, teniendo en cuenta además que en el caso de Elda se produce una afluencia masiva de gente de otras provincias y un aumento del índice de natalidad que hacen que la ciudad esté más pen diente det desarrollo urbanístico e industrial que de continuar la línea ilustrada de la primera mitad de si glo. No obstante, consideramos que Elda mantiene un nivel cultural aceptable dentro de esas circunstan cias aludidas e incluso algunas situaciones políticas que se dan durante los últimos años del franquismo e inicio de la democracia son el germen de un mo vimiento cultural que alcanzará su plenitud en tor no a los años 80. Si tuviésemos que destacar un organismo 0 agrupación que actuó como propulsor de la cultura 63 d o s i e r ^iglo ^I:X 64 -- d o s i e r ^iglo XX ^^ , ► El poeta José Hierro en la entrega de premios del concnrso de poesía organizado por la Asociación Cnltnral uEl Seráfico».1982. en La década de los 60 éste es, sin lu gar a dudas, el Centro Excursionista ELdense. Parece ser que al abrigo deL Centro surgen una series de secciones que sentaron las bases del hacer cul turaL en los últimos años del franquis mo, de las cuales habLaremos más ade Lante. Otras agrupaciones, como el Cen tro Cultural ELdense y el Aula de Cultura de la Caja de Ahorros deL Sureste de Es paña, desarrollaron una gran activi dad cultural. EL 5 de mayo de 1960 la caja de Ahorros del Sureste de España inau guró su Aula de Cultura con un concierto a cargo de la violinista Josefina Salvador. Este Aula funcionó a lo lar go de tres décadas ofreciendo a La po Fue aLma del Centro Cultural Eldense la inolvidable Carola Gonzálvez y también eL desaparecido poeta Paco MoLlá, que utilizaron, cómo no, el semanario Ef Vaffe para hacer una llamada cultural a la ciudadanía, pues ellos, inquietos y sensibles con su pueblo, no podían ni querían vivir en el desierto cultural que era nuestra ciu dad en aquellos difíciles años de posguerra. Nos cons ta que la primera actividad culturaL que organizaron (no podía ser de otra manera) fue una charla que versó so bre eL también pintor Diego de Velázquez y su obra, y que tuvo lugar en el salón de actos de la Caja de Ahorros del Sureste de España hacia Julio de 1960. Sabemos que di cho centro organizó diversas charlas, audiciones y a lo largo de más de cuatro años de existencia del Centro se abordaron por socios del mismo y personalidades invi tadas una gran diversidad de temas det más aLto interés, tratados de una forma amena, coloquiat, que hacía gra tas todas estas sesiones2. La actividad del Centro no se ciñó a La organi zación de conferencias semanaLes, sino que fue pro motora de otras actividades como la Semana de Arte Sacro que tuvo lugar en La Semana Santa del año 1961. También realizó durante tiempo un espacio semanal en la emisora Radio Efda, titulado «Hori zonte», que estuvo bajo la dirección de Diego Íñiguez. EL Centro estableció re Laciones de coordinación con otras aso ciaciones que también promovían ac tividades culturaLes, tales como el Cen tro Excursionista Eldense y fuera de nuestra ciudad con eL Círculo de Bellas Artes de Novelda. A lo Largo de su efímera vida este Centro Cultural tuvo diferentes directivas, siendo Carola Gonzálvez quien asumiese la primera dirección. Le sucedieron, por este orden: Carlos Pas tor Poveda, Cartos González Gordillo y Juan Martí Poveda. El Centro Cultural ► Carola Gonzálvez, hace nn par de años, en la presentación de sn libro de poesía. blación eLdense una nutrida programación cultural: conciertos, recitaLes, exposiciones de pintura etc., co laborando además con otras instituciones culturales de Elda. Aunque sea a nivel anecdótico, no podemos de jar de señalar que el lunes 23 de febrero de 1981, fe- cha del intento de golpe de estado, en este lugar ha bía organizada una charla a cargo de la actriz Nuria Es pert que, evidentemente, no se llegó a celebrar. Ocho años más tarde, el 20 de abril de 1968, fue inaugurada la Galería de Arte de La que fuese Ca ja de Ahorros Provincial en la que se celebraron nu merosas actividades artísticas y culturales. Eldense se extingue a mitad del año 1964. Por Lo que respecta aL Centro Excursionista El dense, destacaremos su contribución fundamental a la cultura de Elda desde su fundación allá por el año 1956, siendo una de sus mayores aportaciones culturales el haber sido promotor del Museo Arqueológico de la ciudad, hoy MunicipaL, por esfuerzo personal deunos entusiastas aficionados. Pero también podemos destacar que, al abrigo de este organismo y dado que de otra forma era casi imposible, se crea en el año 1974 la Sección de Juventud, integrada por una serie de jóvenes con inquietudes culturates entre los que po d o s í e r ^C^C demos citar a Alberto y Jorge Bettrán Llo rens, Emilio Guinea Sáez, José Guardiola, Manuel Juan, José Joaquín CandeL y Cle mente Martínez, quienes, en colaboración con la Comisión Municipal de Fiestas, pre sidida por José Amat, orqanizarían el I Fes tival de la Juventud, con ocasión de Las Fiestas Mayores, en la pista polideportiva. Actuaron los artistas Cecilia, Hermanos Ca latrava y los conjuntos Supers y Mafil, pe ro como actividad paralela a este Festival se organiza la I Feria del Libro a la que asis ten como invitados los escritores alicanti nos Enrique Cerdán Tato y Vicente Ramos y el autor eldense Ernesto Alba con su libro Garabatos. A raíz de esta iniciativa y con los beneficios obtenidos, la misma Sección or ganiza en la discoteca La Playa un recital de los cantautores Elisa Serna y Luis Pastor que, a pesar de contar con La pertinente autorización del delegado del Información y Turismo, horas antes del comienzo det ^ - ^ ^ •^. ^ •^. ^ ^^• ► La soprano Ana María Sánchez cuando añn formaba parte del Orfeón Amigos de la Mñsica. 1986. mismo se prohibió dando lugar a una manifestación de protesta por parte de los frustrados asistentes al concierto. Una sección muy destacada que a lo largo de su trayectoria reatizó numerosas actividades culturales, constituyéndose, en muchas ocasiones, en mecenas del Centro, fue la de Amigos de la Música3, que reali zó una magnífica labor de difusión de la música, ha ciendo actuar en Elda a conjuntos de cámara y or questas sinfónicas de categoría internacional y que gracias al empuje del prestigioso músico Antonio Ballester Bonilla, fue artífice de la Coraly Rondalla, pro motora de la Escuela de Música que se ubicó en la calle San Roque (actualmente Conservatorio Comar cal) y asesora técnica de los Festivales de Ópera que se celebraron en Elda durante los años 1972 a 1975 y que fueron todo un hito en la ciudad, con represen taciones operísticas de gran caLidad y las mejores vo ces de la lírica española. Precisamente no podemos ol vidar que esta Agrupación colaboró con la soprano Ana María Sánchez, que formaba parte de la Coral, en los inicios de su carrera artística, organizando un re cital de la cantante en el Teatro Castelar, en 1985, cuyos beneficios sirvieron para que pudiera despla zarse durante una larga temporada a Madrid y estudiar bajo la batuta de Isabel Penagos que fue quien real mente intuyó las inmensas posibilidades de su voz. En el momento actuaL, Ana María Sánchez es una de las voces más destacadas de la lírica a nivel internacio nat. ALgunos componentes de Amigos de la Música, varios años más tarde de la desaparición de este co lectivo, se volvieron a unir para crear el grupo ADOC, Asociación de Amigos de la Ópera y Conciertos, cuya acción más destacada, al margen de promover alguna actividad musical, es la adquisición del antiguo cine Cantó para su rehabilitación y posterior conversión en una sala de audiciones, proyecto que se halla actualmente en fase de ejecución. Dos figuras destacadas en el terreno musical son los hermanos Pérez Busquier, José María y Gerardo, el primero de ellos tenor solista de la Ópera de Gatz (Austria) durante la década de los setenta; y Gerardo, director titular de las Orquestas de Palma de Mallorca y Valencia y del Liceo de Barcelona. En la actualidad ambos se dedican a la docencia. También debemos hablar de la banda de músi ca que, aunque viene funcionando desde 1900 y a partir de 1907 es bautizada como «Santa Cecilia» ba jo la dirección de José Estruch, ha sido siempre pa trimonio cultural de la ciudad, teniendo como cimientos el apoyo popular de todos los eldenses y, a pe sar de la vicisitudes por Las que ha atravesado, siem pre nos ha representado dentro y fuera de Elda de una forma brillante a lo largo de cien años°. No podemos concluir este apartado dedicado a La música sin hacer una mención especial al más famoso e internacional ar tista nacido en Elda: Pedrito Rico, «EL Ángel de Espa ña», quién desarrolló una fulqurante carrera en Espa ña y Latinoamérica a comienzos de la década de los 60, convirtiéndose en la máxima estrella de la copla en 65 66 •- d o s i e r ^iglo XX ► El grnpo Els Joglars en el montaje Olimpic Man Movement, qae se representó en el Teatro Castelar en 1982. países tales como Cuba, Argentina, Perú y Estados Unidos. Su inesperada muerte dejó a ELda sin uno de sus más fieles embajadores pues siempre tuvo pre sente el nombre de su ciudad allí donde actuaba. Un artista de primera categoría en los escenarios, en es te caso como bailarín, es Antonio Esteve conocido artísticamente como Antonio Gades quien, última mente, parece que se ha reencontrado con su ciudad (el Ayuntamiento le dedicó una plaza con su nombre que el mismo Gades vino a inaugurar hace dos años es casos). No obstante, no podemos decir que Elda sea una ciudad con escasa afición a este género artístico y prueba de ello es la existencia de algún que otro grupo de baile consoLidado y con una reguLar trayectoria. Una trayectoria extensa es la del grupo de tea tro Carasses. Creado en et año 1985 como grupo amateur, sus componentes han pisado los más variados escena rios como aficionados, logrando numerosos premios y dis tinciones en certámenes de teatro de ámbito nacionaL e internacional. En la actualidad continúan su trabajo si bien el no haber dado el salto a profesionales ha con dicionado que sus componentes hayan tenido que bus carse otro modo de vida al margen del teatro, aunque el grupo haya servido de plataforma para que algunos de sus actores y actrices estén trabajando en compañías pro fesionales. No pasaron de aficionados los miembros deL grupo Coturno. Sin embargo, bajo la dirección del siem pre polémico y tristemente de saparecido Rafael Maestre, lo graron poner en escena piezas clásicas con una calidad que su peraba el amateurismo. Rafael Maestre dirigió obras clásicas pa ra el teatro profesional con ar tistas de la talla de José María Rodero. Realmente de aficiona dos y sin otras pretensiones que las de divertir y perpetuar una tradición es el grupo de teatro de la Junta Central de Moros y Cris tianos cuya representación del Don Juan Tenorio o Dos Tubos un rea( se viene celebrando en Elda el día de los Santos Inocentes desde principios de siglo con un paréntesis por el cierre del Tea tro Castelar, constituyendo un acontecimiento anual de qran calado en la sociedad etdense. Respecto alteatro profe sional, Elda tuvo unos años do rados en La década de los 80, siendo la plaza donde estrenaban compañías teatrales de primer orden: JogLars, Dagoll Dagom, etc. Sin embargo, a raíz de la programación de aquellos montajes del Cir cuito Teatral de la Generalidad, el público empezó a perder interés, a lo que contribuyó el cierre del teatro Castetar y La menguada infraestructura del salón de ac tos de la Casa de Cultura donde se reanudaron las ac tuaciones teatrales. En La actualidad, y una vez abierto el teatro de nuevo, las expectativas en torno al mismo, de momento, siguen siendo eso, expectativas, con ac tuaciones y representaciones de un nivel aceptable que no alcanzan La taLLa de la década de los 80. Una men ción especial merece, por su continuidad en el tiempo, la Semana de Títeres y Marionetas organizada por la ConcejaLía de Cultura que se inició en eL año 1983 pocos días después de la inauguración de la Casa de Cul tura. Este centro cultural se abrió en abril de ese año y, pese a algunas voces críticas que le vaticinaban, a priori, un fracaso, Lo cierto es que la misma ha tenido una gran transcendencia como foco de La cultura en Elda, con una programación más rompedora, con tendencias a Lo que fueron Las nuevas vanguardias en los años 80 y más conservadora y populista en la última década. Durante muchos años, hasta su traslado al Jar dín de la Música, la sala de exposiciones de la Casa de Cultura acogió, dentro de sus Limitadas posibilidades, muestras de artistas de La talla de Arcadio Blasco, Ou d o s i e r ka Lele, Dionisio Gázquez, Ma ría Chana, Messa, etc. y por supuesto a Los artistas del co lectivo local Casica del Artista y también a otros autores lo cales como Miguel Ángel Ma estre Yago, Maite Carpena, Carmen Castaño, Yolanda Pérez o Miguel Ángel Esteve, este úl timo propietario de la Sala So rolla, una galería de arte que supo atraer a lo largo de die cisiete años a destacados ar tistas, contribuyendo a crear una afición por la pintura de calidad entre el público el dense, lo cual, tratándose de una iniciativa privada, no de ja de ser encomiable. Si esta ciudad ha sido cuna de pintores destacados, en la rama de las letras lo cier to es que no sólo no queda atrás sino que incluso el nivel es brillante. Desde el famosí ► ^ • ^ ^ •^. ^ •^. ^ ^^ Una escena de Mirandolina, el último montaje de Carasses con el que el grupo de teatro local ha celebrado sus qnince años de existencia este año 2000. simo Antonio Porpetta pasando por nombres como Sacra Leal, Andrés Lloret o Carolina Gonzálvez, la ac tividad poética en Elda siempre ha estado en un lugar preponderante, pues no queda muy lejos en el tiem po el concurso de poesía El Seráfico que contaba en tre los miembros de su jurado nada más y nada menos que a José Hierro o el concurso de poesía organizado por el colegio público Miguel Hernández que este año alcanzará la décimo primera edición. Sin embargo, es en el campo de la narrativa en eL que jóvenes autores locales están cosechando éxitos importantes. Tal es el caso de Elia Barceló, toda una experta en literatura de ciencia ficción y de Pedro Maestre, Premio NadaL del año 1996 con la novela Matando dinosaurios con tirachinas sin olvidar a Antonio Peñalver quien obtuvo en el año 1986 el premio Joven y Brillante con su novela Más faLso que Judas. Sin ninguna duda una cita destacada en el campo de la narrativa es La convocatoria anual del antes Concurso «Príncipe de Asturias, 40», actual mente «Ciudad de Elda», en el que han resultado premiados escritores como Juan Manuel de Prada o José Antonio Panero. Continuamos este repaso por la actividad cultural de Elda en esta segunda mitad de siglo hablan do del séptimo arte, que siempre ha tenido grandes adeptos en la ciudad. Muestra de ello es la gran pro liferación de salas cinematográficas en torno a los años 60, década en la que, paralelamente a la exhi bición de películas casi siempre americanas, en salas comerciales surgieron cineclubes como el Bergman que, precisamente al abrigo del Centro Excursionista Eldense, comenzó a funcionar con la proyección de la pe lícula Ef l/erdugo de Berlanga en 1976, y en el que participaban nombres que luego han destacado en la vida socio-política de la ciudad tales como Luis To rregrosa Mira, Fernando Belmonte, Felipe Tornero o el que fuera cura párroco de San Francisco de Sales, Fran cisco Coello Cabrera. Para finalizar, hablaremos de las publicaciones periódicass, aunque debemos decir que, así como en la primera mitad de siglo éstas proliferaron, después de la guerra civil se inicia un período de decadencia sub sanado por la aparición de algunas publicaciones co mo es el caso de Peregrinación, cuyo primer número, aparecido en 1948, sólo lo integraba una modesta ho ja y era el pretexto con el que la Juventud de Acción Católica anunciaba la gran peregrinación nacional a Santiago de Compostela al año siguiente. Lo que na ció con tan concreto objetivo fue poco a poco am pliando sus secciones. La falta de apoyo económico, una vez realizada la peregrinación jacobea, truncó las esperanzas de su fundador y director, José Amat Jo ver, de proseguir la publicación e incluso de conver 67 68 ... tirla en semanal, y con el número 12 se despidió de sus lectores. Pocos meses después, como consecuencia de las sesiones literarias que, en círculo restringido, iba realizando eL grupo Literario Dahellos, que se reunía en la Academia de don Juan Madrona, surgió la idea de realizar unos cuadernos literarios con el mismo título del grupo, lo que se LLevó a cabo en septiem bre de 1949. La revista, que se inició como exclusi vamente poética y de literatura de ficción, pronto fue abordando temas más prácticos: deportes, acti vidades municipaLes etc. Esta publicación se mantu vo hasta comienzos del año 1953, más de cuatro años, y pubLicó quince números. Aparte de Dahe(los, en estos años cincuenta las únicas pubLicaciones existentes fueron Las dos revis tas anuales, dedicadas a fiestas, Fiestas Mayores, des pués Afborada y Moros y Cristianos, y los libretos de FaLlas que de forma irregular editaban las comisiones falleras en eL mes de junio de cada año. En cuanto a semanarios, no se editaba ninguno en Etda desde que en 1939 había dejado de exis tir;Rebelión! hasta que, en septiembre de 1956, apa reció Valle de E(da que, a lo largo de cuarenta y cua tro años sin interrupción, nos da la crónica fiel de to do aquello que acontece en el valle gracias a La cons tante dedicación de Alberto Navarro Pastor, cronista oficial de la ciudad y autor de una obra fundamental para cualquier investigador de la historia Local como es su Historia de E(da publicación en tres volúmenes editada en 1982 por la Caja de Ahorros ProvinciaL. A finales de La década de los cincuenta apareció una nueva pubticación festera, la editada por la Junta Central de Fallas de San Pedro, que precisamente se denominó de esta forma Fa(las de San Pedro para des pués llamarse Fallas de E(da. Con la LLegada de la de mocracia, se puso en práctica una actuación, que no era una primicia, pues ya la había experimentado eL alcalde Joaquín Coronel en 1930 y continuado el pri mer alcalde republicano en 1931: la confección de un boletín de información municipal, cuya misión era dar cuenta de todo Lo proyectado o ejecutado por eL Ayuntamiento. Así surgió el Boletín Municipal Vi vir en E(da que, desde sus comienzos, adoptó un ta lante abierto a todos los aspectos de La vida Local, ac tuando como una verdadera revista de información general aunque Limitada a la Localidad y a su perio dicidad mensual. En 1984 el Ayuntamiento asumió la cabecera de La revista A(borada, que desde 1957 había sido el nombre de la revista dedicada a fiestas de septiem bre, que pasó a denominarse de nuevo Fiestas Mayod o s i e r ^iglo XX res bajo los auspicios de la Cofradía de los Santos Patronos. La revista Alborada, en esta nueva época, no tiene periodicidad fija ni vinculación a las fiestas que le habían dado origen, sino un claro propósito de extensión cultural y de recuperación de todos aque llos aspectosinteresantes para el pueblo de Elda. En esta apartado de publicaciones, sólo nos resta comentar la aparición en 1987 de la revista Adelfum como cauce de las aspiraciones literarias de la sociedad cultural «El Seráfico», de la que sólo se pu bLicaron dos números y comentar que a comienzos de la década de Los noventa surgió la revista Alebus, creada por el Museo Arqueológico Municipal y dedi cada a trabajos de investigación y erudición sobre historia antigua y moderna firmados por personas vinculadas, en su mayoría, a la Universidad de Ali cante. Para terminar nos gustaría señalar que es evi dente la omisión de numerosas personas, activida des, acontecimientos o colectivos que han partici pado en la vida cultural eldense durante los últimos cincuenta años, algunas veces por olvido y otras por una cuestión evidente de espacio, siendo obvio que cada uno de estos apartados mencionados sería, por sí mismo, susceptible de un artículo similar o incLu so más amplio que el presente. AGRADECIMIENTOS Queremos expresar nuestra gratitud a José Es pinosa, Alberto y Armando Beltrán Sempere («Ami gos de la Música») por sus valiosas aportaciones en la confección de este artículo. NOTAS 1. SAMPER ALCÁZAR, Joaquín. E(da a través de la historia. Comunidad humana y territorio. ELda, Ayuntamiento, 1995. 2. NAVARRO PASTOR, Alberto. «El Centro CulturaL Eldense, un fecundo impuLso cuttural en los años sesenta», en Los Críticos, 1994. 3. ESTEVE POVEDA, Daniel. Memorias de un presidente: Historia del Centro Excursionista Eldense 1956-1981. Petrer, Caja de Crédito; Elda, Ayun tamiento, 1999. 4. NAVARRO PASTOR, Alberto. Las bandas de mú sica en Elda (1852-1995). Elda, 1985. 5. NAVARRO PASTOR, ALberto. La prensa periódica en E(da (1866-1922). Alicante, Instituto de Cuttura Juan GiL-Albert. Diputación Provincial, 1997 Hi t o s d e l d e por te e ld e n se l deporte en El da carece de in terés antes de 1900. Justo al iniciarse el siglo XX, los barcos ingleses traen el Fútbol hasta Santa Pola. Sin embargo, el deporte rey tarda unos años en llegar a Etda y no se juega en nuestra ciudad el primer partido hasta que lle gan las Fiestas Mayores de 1912, según relata el cronista local Alberto Navarro en su His toria de Elda. Fue un partido amistoso entre el Victoria de Elda y el Calatrava de Petrel. EL partido se jugó en los terre nos donde en la actualidad se levanta la plaza Sagasta, aun que se desconoce el resultado del referido derbi. ► Eqnipo del Deportivo Eldense en 1923. De izquierda a derecha, de pie: Pérez, León, Candelas, Bonifacio, Paquito, Ródenas, Capó, Juan Pons, Prats y Antonio Pons. Sentado: Gómez. Arrodillado con el balón: el entrenador Cubells. Con la llegada de 1920, la supremacía del ba lompié la ostentaba el Elda Fútbol Club hasta que en 1921 nace el Club Deportivo Eldense, convirtiéndose po co después en el primer equipo de la población. Los me jores tiempos para el fútbol Local llegarían precisa mente por medio del Deportivo Eldense, que militó durante cinco temporadas en Segunda División abso luta, britlando también los azulgranas en la Copa de Es paña, donde se enfrentaron a equipos históricos como Athletic de Bilbao, Valencia o Real Betis de Sevilla. Otra gesta relacionada con el balompié local que no puede dejar de citarse es el campeonato de España amateur conseguido por el Pizarro en 1951. En Balonmano destaca la andadura deL Pizarro, que militó en División de Honor masculina, ahora de nominada Liga Asobal, durante 11 temporadas. El Pi zarro fue campeón del X Campeonato de España, de pri mera categoría, que se disputó en la cancha det Obras del Puerto de Alicante. Tras once temporadas en la élite del balonmano masculino español, el Pizarro de sapareció por las sanciones disciplinarias que le impuso la Federación Española de Balonmano, que protegió más al entonces poderoso Atlético de Madrid. EL equipo femenino del Alsa Elda Prestigio ha si do el que realmente ha llevado a la cúspide del éxito al balonmano eldense. Tras su histórico ascenso, a principios de los noventa, a la División de Honor, el conjunto blanquiazul hizo historia al proclamarse cam peón de Liga de la máxima categoría femenina des bancando al mítico Iber, actualmente denominado Osi to LEliana. El ALsa Elda Prestigio también obtuvo un subcampeonato de Copa y ha participado en todas las competiciones continentales: Liga de Campeones, Re copa, City Cup y Copa EHF, donde llegó a disputar una semifinal. E9 d o s i e r i_ 1 ► Recibimiento al Deportivo Eldense, tras lograr en Torrelavega el áltimo ascenso a Segnnda División. 22 de mayo de 1962. En Alpinismo muchas fueron Las alegrías que Club Alpino Eldense y Centro Excursionista han dado a los amantes de la montaña en las últimas décadas, con varias expediciones de envergadura, entre ellas, Acon cagua-77, Kimake-80, Cordillera Blanca-83 e Himalaya 83, Ruwenzori-84, Pamir-88, Karakorum-92 o Kiliman jaro-97, por citar aLgunas. Sin embargo, la ascensión a La cima del Chou-Oyu, de 8.201 metros de altitud, la sex ta montaña más alta del mundo, fue la gesta más im portante del Club Alpino para eL montañismo eldense. Una gesta que estuvo a punto de alcanzar en solitario otra montañera deL CEE, Lina Montesinos, el pasado ► El eqnipo del Elda Prestigio celebrando sn ascenso a División de Honor en Bilbao. Marao de 1992. mes de septiembre de este mismo año 2000, al quedar a tan sólo 100 metros de La cima. Aunque hubo muchos atletas locales que a Lo largo del siglo se esforzaron en lograr subir a lo más alto del podium, ha tenido que ser Hipólito Montesinos Verdú, un ex jugador de baloncesto, el que ha conseguido los me jores resultados para el Atletismo eldense al estar entre Los mejores corredores de los 110 metros vallas, conseguir proclamarse en 1999 campeón de España absoluto en los 60 metros vallas e intervenir en las pruebas internacionales más importantes, incluido el último campeona to del mundo, celebrado en Sevilla. En eL mundo del motor, los pilotos Pablo Colo mina Alpuente y Alejandro Pérez Mataix lograron di versos títulos nacionales en motocross y supercross, cuatro en el caso de Colomina y dos en el de Pérez Ma taix. También permanece en el recuerdo de La gran ma sa de aficionados que arropó los triunfos del moto cross eldense La constante actividad que tuvo el circuito de La Melva, escenario de muchas pruebas del cam peonato de España, desde 1976, fecha en que se fun dó el Club Motociclista Eldense Idella, hasta La última carrera, que se disputó en 1993. En otro deporte de mo tor, hay que reseñar a Juan Martínez Campos, que tam bién fue campeón nacional en Aviación deportiva. En Baloncesto, los equipos locaLes no consi guieron títulos nacionales pero una jugadora, ALicia López Verdú, ha llegado a la élite del basket femenino español al haber sido campeona de Liga y de Copa con el equipo valenciano deL Godella. Elda ha sido generosa en títulos con el Billar porque ha dado diferentes campeones nacionales a lo largo de las tres últimas décadas, aunque por encima de todo destacan dos jugadores: Rafael García Poveda y el veterano José Albert Vidal, quienes han enarbolado los mayores éxito nacionales y europeos para el club «Vi cente Baeza», el cLub de billar español más laureado por el número de campeonatos conseguidos a título indi vidual que, además, ha organizado en Etda numerosas ediciones deL campeonato de España y dos campeona tos de Europa. En Ciclismo muchos fueron Los corredores sur gidos de La cantera local, aunque quien más lejos lle gó fue un muchacho nacido en Casteldefells pero cria do en Elda, Joaquín Hernández «Quino», que llegó al ci clismo profesional y consiguió vencer en una etapa de la Vuelta Ciclista a España. En la especialidad de Frontenis, pelota olímpi ca, eL equipo del Centro Excursionista Eldense ha bri LLado con luz propia en la década de los noventa, pro clamándose campeón de España y de Europa. Desta can sus dos jugadores más emblemáticos: Francisco d o s i e r ^iglo XX Miñano Jiménez y Juan Gabriel Iranzo Escolano, que también se proclamaron subcampeones deL mundo con la setección española de Frontenis. Los orígenes de la Petanca hay que buscarlos en sueto francés pero, tras implantarse este deporte en Elda por medio del veterano Santiago Chorro, se crearon diferentes clubes Locales y surgieron destacados pe tanquistas que lograron diversos títutos nacionales e incluso llegaron a brillar a gran altura en campeonatos del mundo y otros torneos internacionales. Entre to dos, sobresalen Agustín Hernández y María Teresa Soler. En otros deportes como las Artes Marciales tam bién llegaron, desde los años ochenta, diversos títulos nacionales e internacionales en distintas modalidades y versiones. Hay que resaltar los éxitos de MigueL Ánget Soriano, Octavio Moreno, Antonio Murcia, el malogrado Hans Pinilla, Juan José Peinado, Jon Peinado, Juan Martínez, Carlos Navalón y Rafael Martínez. Mientras que en Culturismo, por encima del resto, sobresalen los nombres de Benito González Marín y José ManueL Es padas, quienes han obtenido los resultados más rele vantes al esi:ar en^tre los mejores de España y de otras competiciones internacionales. El Tiro Olímpico también ha sido una discipli na que ha dado éxitos al deporte eldense desde que se fundó, a mediados de los sesenta, la Sociedad de Tiro Olímpico de Precisión de Elda. Sin duda, han sido mu chos Los tiradores que ha tenido la referida sociedad, pe ro destacan por encima del resto Francisco BañuLs Amat que ganó la Copa del Campeonato de España, modali dad pistola neumática, y José Miguel Tornero, que se proclamó campeón nacional, modalidad arma corta de grueso calibre. El arte de la Ornitología, considerado también un deporte, es entretenido, gratificante e incluso has ta apasionante. En ELda existen muchos ornitólogos con un nivel de los más altos de mundo como Luis Mi guel Pérez Castaño, campeón mundial, José María Crespo, subcampeón del mundo y Antonio Cruzado Oncina, ya fallecido, que logró un tercer puesto en el cam peonato del mundo con un canario de canto. CURIOSIDADES CON EL STICK EN LA MANO. Es curioso que aunque no se practique ya el Hockey hierba en Elda, este deporte fue de los más antiguos en implantarse en nuestra ciudad pese a la carencia de un terreno de jue go idóneo para practicarlo. Corría el año 1933 cuando nació en Elda el Ulises Hockey Club, equipo formado por un grupo de amigos que disputaban sus partidos en el desaparecido campo de deportes El Parque. El Ulises ► Jnan Antonio Serrano ( izqnierda) y Mignel Martínez, montañeros del Clnb Alpino Eldense, en el Hospital Clínico de Zaragoza, tras ascender al Cho-0yá e110 de septiembre de 1993. acabó desapareciendo en 1942 y desde entonces nin gún otro equipo de la ciudad recogió eL testigo de unos muchachos que hace 58 años empuñaron sus viejos sticks jugando en Elda y en poblaciones de Murcia, Alicante, Valencia y Castellón. COMO LOS TOPOS. A mediados de los años no venta comenzó a funcionar en nuestra ciudad EL Club De portivo de Actividades de Montaña Valls del Vinalopó. Desde entonces han ido descubriendo nuevas cavidades bajo tierra. Sin embargo, La diferencia entre una mon taña y las entrañas de la tierras es bien sencilla de comprender. A la montaña se le ve antes de escalarla pero cuando se meten bajo tierra no saben lo que pueden encontrarse. También han reaLizado simulacros de aler ► Panorámica del circnito de la Melva en nna de las últ ŭ nas prnebas dispntadas del campeonato de España, ya en los años 90. 71 ^^^ ► Recibimiento a Pablo Colomina, tras proclamarse por primera vez campeón de España, en 1984. Está acompañado de sn amigo y rival Lnisake. ta y rescate de heridos, aunque el referido club siem pre ha lamentado la falta de jóvenes que se incorporen a este deporte de riesgo, como es la Espeleología. JUGANDO A LAS BOLAS. Un deporte que ya se practicaba siglos atrás es la Bola a brazo. Fue en Cas talla, en el año 1587, aunque no se sabe quién inven tó esa modalidad que consiste en lanzar con mucha fuerza pesadas bolas de hierro macizo ganando quien recorre, en el menor número de lanzamientos, el recorrido establecido en cada partida. Las velocidades que alcanzan las bolas oscilan entre los 50 ylos 60 kiLó ► Formación del Ulises Hockey Clnb antes de disputar nn partido en el estadio murciano de La Condomina. 1933. metros por hora. Esta disciplina deportiva llegó a Elda hace cien años y las primeras partidas se jugaron en la rambla de La Melva y aún sigue practicándose en los ca minos de Campo Alto. COMO ROMEO Y JULIETA. Las flechas son las protagonistas del Tiro con Arco, una modalidad depor tiva arraigada en nuestra ciudad. Lo suelen practicar, generalmente, los componentes de la sección de Tiro con Arco del Centro Excursionista Eldense, quienes in tervienen en los distintos campeonatos provinciales, au tonómicos y nacionales. Algunos de sus practicantes han destacado en los campeonatos de España. Ése fue el caso de Suny Ferrándiz que, a finales de los años ochen ta y principio de los noventa, conquistó la medalla de bronce nacional en el tiro instintivo, modalidad campo. A PUÑETAZOS. El deporte del Boxeo en Elda disfrutó de una época especialmente relevante en las dé cadas de los años 30 y 40. Todo surgió de la apertura en 1931 del Gimnasio Boxing Club que, ubicado en la Plaza Sagasta, canatizó las inquietudes pugilísticas de muchos jóvenes, aLgunos de los cuaLes conseguirían proclamarse campeones de Levante. En el recuerdo que dan nombres como Jesús García Calpena «Segarra», Marcelino Hernández del Valle, Tebar Hernández o Je sús Burgos. BUSCANDO LOS HOYOS. Aunque no hay un so lo terreno en Elda para practicarlo, el Golf es otro de porte que apasiona a un buen número de eldenses des de principios de la década de los noventa. Afortunada mente, cuentan con el cercano campo ALenda de Mon forte del Cid donde suele jugar, aunque en la provincia se han ido creando más terrenos de juego que permiten su práctica. Pilar Amores es una jugadora que Llegó a ga nar, en su categoría, un torneo internacional que se disputó en la localidad alemana de Stuttgart. Sin em bargo, entre la savia nueva destaca el jóven Nino Andrés. Tiene buena pegada y disfruta de un buen hándicap. IMITANDO A LOS PÁJAROS. Desde siempre el hombre quiso volar inventando diversos artilugios, algunos rudimentarios y otros complicados de construir y de dirigir. EL Parapente es una forma de volar, a unos 400 metros de altura, sin necesidad de utilizar motor. El viento es eL protagonista del éxito y, algunas veces, de accidentes graves, aunque Los especialistas asegu ran que sabiendo utilizar este artilugio y respetando Las horas punta y las adversas condiciones atmosféricas, el riesgo disminuye considerablemente. En Elda se utiliza el monte de Bolón como lanzadera para sobrevolar la ciudad y ver, a vista de pájaro, cómo transcurre la vi da cotidiana de Los eLdenses desde el cielo. En compe ticiones, la altura máxima que suele coger un para pente es de unos 3.500 metros. 1 Z ^ ^ I ^ ^ I NCE RA P TI ó p t i c o s Padre Manjón,8 Elda i a i in , a r^ n ^^^. .,^.^. ^^^ ^ ^.^,.,^ ^^.,^ . ,. PRONUNCIADA POR D. GABINO PONCE HERRERO EN EL ACTO DE ENTREGA DEL LAUREL DE ORO AL MÉRITO ARTÍSTICO DE LA UNIVERSIDAD DE ALICANTE A DÑA. ANA MARÍA SÁNCHEZ AGNÍFICO Y EXCELENiÍSIMO SEÑOR RECTOR DE lA UNNERSIDADDE ALICANTE, EXCELENTÍSIMOS E ILUSTRÍSIMOS SEÑORES, SE ÑORAS Y SEÑORES, como Director del Secretariado de Cultura y como profesor, resulta para mí un honor ser el portavoz de esta iniciativa universitaria, tla do el rango del personaje que recibe la laudatio, y al mismo tiempo me com place el realce y magnificencia del acto, convertido por su trascendencia y sig nificación en hito singular en la vida académica, especialmente relevante por cuanto supone de reconocimiento de una trayectoria vital en el difícil y selec tivo ámbito de la Ópera, acompañatla de un cúmulo de valores humanos igual mente sobresalientes y ejemplarizantes. Puetle afirmarse, sin ningún género de dutlas, que la entrega tlel Laurel de Oro de nuestra Universidad supone, en el ámbito de la actividad cul tural, el mismo reconocimiento que la concesión del Doctorado Honoris Cau sa en el campo de la activitlad científica. Esto es, se premia las circunstancias profesionales que concurren en una persona porque la Universidad de Ali cante reconoce su magisterio, se ve reflejada en los valores que ese personaje encarna, o bien aspira a conseguirlos, a hacerlos suyos por su alto significa do humanístico y profesional. Supone, en definítiva, incorporar al acervo acatlémico la figura tle una persona, cuyo trabajo y tesón le han permitido destacar en una profesián, tan dura y sacrificada como es la de esta delicadísima disciplina artística, forjando a la vez una personalidatl motlélica. Tales son los atributos que ornan la figura de Daña Ana María Sán chez. Por ello y por el excepcional momento artístico que atraviesa, la elección tle la primera figura tle la cultura acreedora de este reconocimiento universitario ha resultado muy fácil. En efecto, no hubo más que proponer una serie de personalidades del muntlo tle la cultura y las artes a la Comisión de Cultura de la Universitlatl para que, al instante, sobresaliese el nombre tle Ana María. Había otros candidatos, totlos ellos merecedores de tan alta distinción, con sobresalientes curricula y excepcionales méritos, pero la extraordi naria y meteórica trayectoria de Ana en los últimos años, no dejaba lugar a tlu da y, de inmediato, se elevó a la Junta de Gobierno tle la Universidad la pro puesta, siendo de igual manera apreciada y aceptada con especial júbilo y, por ello, resuelta la concesión del laurel de Oro con absoluta satisfacción de to dos los estamentos universitarios, en la reunión celebrada el 17 de marzo tlel año 2000. Expuestos los trámites seguitlos, y la feliz aceptación de la comuni datl universitaria por la entidad de la galardonada, permítanme señalar mi más sentida y particular satisfacción por cuanto me siento emotivamente vin culatlo a Doña Ana María Sánchez, desde aquellos años en el Instituto Nacio nal de Enseñanza MediaAzorín, centro en el que ambos compartimos prime ro juegos y riñas infantiles, durante el bachillerato elemental; y más tartle la tlis ciplina y el rigor de los estutlios en el bachillerato superior. En general, fuimos agraciatlos por los conocimientos de un plantel de jóvenes y bien preparatlos profesores, que forjaron nuestros primeros pa sos académicos y modelaron ese proyecto como persona y profesional, que des pués Doña Ana María Sánchez ha sabido culminar de manera sobresaliente. Muchos han sitlo pues los motivos por los cuales la Junta tle Gobiemo de la Universidad ha acogido con gran entusiasmo la propuesta del Secreta riado de Cultura, tle conceder el Laurel de Oro de nuestra Universidad a Dña. Ana María Sánchez. Además de los incuestionables méritos artísticos, de los que ya ha sitlo testigo el público operístico europeo y a los que luego me referiré, existen otras vinculaciones afectivas y entrañables entre la galardona da y esta Universitlad, que le confieren a este acto una especial significación. En este sentitlo, ésta es la primera vez que se hace entrega de es te galardón a un personaje alicantino. Nacida en Eltla, se ha convertido en embajatlora de excepción de su ciudad y motivo de orgullo para los eldenses. EI hecho de que una alicantina coseche tan destacados éxitos en los más grandes escenarios operísticos europeos constituye un inusitatlo fenómeno, muestra del progreso de estas tierras. Y más allá de otros parámetros economicistas utilizados para establecer esos niveles, su destacada presencia en el muntlo del bel canto es indicatlor mucho más válitlo del desarrollo socioeconómico alcanzado por nuestros pueblos y ciudades. Tal circunstancia, motivo de alegría y satisfacción general, bastaría por sí sola para hacer a Doña Ana María Sánchez acreedora al mérito que ahora se le concede. Pero es que, además, entre Ana María y esta Universidatl existe un vínculo muy especial, forjado durante sus estudios en la facultad de Filosofía y Letras. Formó parte de la primera promoción de Flología Hispánica, licenciatla en el año 1981, que cursó estudios en aquellos viejos edificios, herencia del campamento militar de Rabasa, hoy insertos en un moderno campus, a la altura de los más prestigiados del mundo, que tiene la excelencia como premi sa en su gestión, docencia e investigación, y premia a los profesionales en los que reconoce iguales virtudes, como es el caso que nos ocupa. Por ello, para la Universidad de Alicante es un timbre tle honor y un valor de cualificación añatlitlo que Doña Ana María Sánchez Ileve en su curriculum, por los grandes escenarios del mundo, el nombre de esta su Universidatl. De esta Universitlad que la formó como tlocente, empeño profesional al que dedicó siete años, ejerciendo su magisterio en el Liceo Francés de Alicante, centro docente tle reconocido prestigio. Con la entrega del Laurel de Oro se quiere reconocer a una mujer in teligente, trabajadora, de carácter abierto y alegre, que no ha perdido su gran naturalidad y simpatía pese a codearse con los más afamados artistas del mundo tle la lírica, y conocida es la presencia del divismo entre tan selecto co lectivo. Ana es, efectivamente, una Diva, pero no en esa aparente vacuidad del concepto, sino, al contrario, porque ha aprovechatlo al máximo las posibilida des que la vida le ha ofrecido, como mujer, como profesora, como madre y co mo profesional, con una voz que aúna expresividad y técnica, sutiles herra ► Ana María Sánchez saluda al público después del recital que siguió a la concesión del Laurel de Oro de la Universidad de Alicante el pasado 5 de abríl de este año 2000. Gamo siempre, la soprano estuvo acompañada al piana por Mari Carmen S+egura. (Foto Susi Escolanoj. mientas con las que ha alcanzatlo los primeros puestos de la lírica española e internacional. , Expondré a continuación algunas breves referencias de su ya tlila tatla trayectoria: Ana María Sánchez Ilegó al mundo tle la Música a través de la po lifonía, formando parte del Orfeón del Centro Excursionista Eldense, que diri gió Antonio Ballester Estudió la Carrera tle Canto en el Conservatorio Superior de Música Óscar Esplá tle Alicante, con la soprano Dolores Pérez, conocitla en su carrera artística como Lily Berchmann. En Valencia siguió cursos tle per feccionamiento con el tenor José María Pérez Busquier. Con posterioridad, y mercetl a una beca del Centro Excursionista Eldense, continuó estudios en la Escuela Superior de Canto tle Matlrid, natla menos que con Isabel Penagos y Miguel Zanetti. Asistió también a clases magistrales impartitlas por Ana María Olaria, Jaume Aragall e Ileana Cotrubas. Su formación lírica se vio jalonatla por importantes éxitos en diversos concursos. Entre ellos destaca, en 1992, el Premio a la mejor interpretación de música en euskera, recibido en el IV Concurso Internacional tle Can to tle Bilbao. En 1993 alcanzó el seguntlo premio en el Concurso Internacio nal de Canto «Cittá di Enna», en Italia. Puede tlecirse que con este éxíto comenzó su carrera artística internacional. Después de ofrecer diversos conciertos en Francia y Alemania, tle butó en un escenario tle ópera, en Palma tle Mallorca, con Abigaille tle Nabucco, la hermosa ópera verdiana. EI debut operístico supuso el origen de dos rela ciones que han marcatlo su carrera: Por un latlo, a raíz de esa actuación en Palma de Mallorca, ha Ilegado a establecer una estrecha línea tle colaboración y trabajo con el Teatre Prin cipal tle la capital balear, tlonde ha interpretado Don Giovanní, Don Carlo y Adriana Lecouvreur. Por otro lado, también en ese escenario se forjá su vinculación con la obra de Verdi, cuyos principales papeles femeninos son los que han eleva do a categoría de estrella de la lírica a las grandes sopranos. Con ellos, Ana Ma ría ha alcanzatlo la perfección vocal e interpretativa y, gracias a ellos, ha sido aclamada por el público y la crítica en los grandes escenarios europeos. En diciembre de 1994 obtuvo un éxito extraortlinario en el Teatro Sao Carlo de Lisboa, con su interpretación de Mathiltle en Guillermo Tell de Rossini, éxito que supuso el origen de numerosas invitaciones para cantar en tliversos teatros tle ópera. Es necesario hacer mención de sus magistrales interpretacio nes de Leonora en La forza del Destino (papel que interpretará en el Te atro Real de Madrid el próximo mes) y en II Trovatore, en Aida, y como Isabel tle Valois en Don Carlo (ópera que acaba tle interpretar en el Liceo tle Barcelona con gran éxito). Deben ser tlestacadas también sus próximas interpretaciones en Simon Boccanegra y en Un Ballo in Máschera, ópe ra con la que hará su presentación en el Metropolitan tle Nueva York, uno tle los templos de la ópera en el Mundo. Como puede observarse, se multiplican sus actuaciones dentro y fuera tle nuestras fronteras. En España, además tle las efectuatlas en Palma de Mallorca, han sitlo extraordinarias sus actuaciones en Valencia, Bilbao, Teatro Real de Madritl, Festival Internacional tle Perelatla, Ovietlo y Gran Teatre tlel Liceu tle Barcelona, dontle la semana pasada in terpretó los Cuatro últimos lieders, de Strauss. En los últimos años ha paseatlo su voz y su maestría por Euro pa. Ha actuado en la Staatsoper tle Hamburgo, Ópera de Zurich, Ópera de Estrasburgo, Staatsoper tle Munich, Ópera tle Marsella, Teatro Comunale de Florencia y Deutsche Oper tle Berlín. Pero también ha datlo el salto a América, tlontle ha triunfado con su interpretación tlel Réquiem,de Verdi, en el Teatro Colón de Buenos Ai res. En ese continente seguirá su ascentlente carrera con su próximo debut en el Metropolitan de Nueva York. Sobre escenarios de metlio muntlo ha interpretado Don Gio vanni, Tannháuser, Adriana Lecouvreur, Los Hugonotes, Turandot(en las funciones inaugurales tlel Liceu), Elektra y los grandes papeles verdia nos que son, en opinión generalizada, los que forjan a las grandes so pranos. Además de su activitlad como intérprete de ópera, merecen especial mención sus actuaciones en conciertos y recitales, entre los que sobresale su refinatla interpretación de Lieder, de canción francesa y de música española. Dentro tle unos instantes tendremos el honor y el placer tle po tler disfrutar tle su hermosa voz, tle su interpretación y de su personal re gistro, en el recital con que nos obsequiará esta tartle. Por totlo ello, por los altos valores que atesora como profesio nal y como persona, que ha tle ser ejemplo para los universitarios, esta su Universidad tle Alicante se complace en otorgarle el LAUREL DE ORO, máximo galardón en el ámbito de la cultura y las artes. Muchas gracias Ana, muchas gracias a todos ustetles por acom pañarnos en este emblemático acto y en el recital de Doña Ana María, que nos Ilena tle orgullo y hace ilustre a la Universidad de Alicante. T ^ F ^ ` ^ t -^ °^. JN^! ^ l 1.Y^ ^Y ` ^J ^ EL PASADO 6 DE SEPTIEMBRE DESDE EL BALC6N DELAYUNTAMIENTO POR LA ESCRITORA ELDENSE ELIA BARCEL Ó ESTEVAN , PREGONERA DE LAS FIESTAS MAYORES DEL AÑO 2000. eñor alcalde, señoras y señores tle la Corporación Mu nicipal, queridos conciudadanos, buenas noches. Suena a espantosamente manitlo tlecir que es un honor haber sitlo elegida para pregonar las Fiestas Patronales delaño 200Q, pero no puedo dejar de hacerlo porque de verdad me siento agratlecida y honrada por ello. Por tanto, lo primero: gra cias. Otros pregoneros de estas fiestas han potlitlo decir que su medio tle expresión no es la palabra, lo que puede ser una suerte. Yo no les voy a negar que el mío sí lo es; pero no es mi intención hacer literatura, ni retra sar el comienzo tle las fiestas ensartantlo palabras elegantes. Quiero sólo hablar tle Elda tlurante unos minutos, hablar de mi amor por el pueblo en que nací y me crié hasta que la vida se encargó tle Ilevarme lejos de aquí, a otro país, a otra lengua, de tlarme hijos que también son tiroleses sin tlejar de ser eltlenses. Yo ya no vivo, por desgracia, el día a día de esta ciudad, pero quizá por ello sea más fácil verla destle fuera. Es muy adecuado, además, a mi es tilo y mi forma tle pensar el haber sido elegida para tlirigirles estas palabras precisamente en el año tle cambio entre un siglo y otro, entre un mi lenio y otro. Todos nosotros somos gente tle fin de siglo, como los españoles que nos precetlieron cien años atrás, la famosa Generación del 98, el año del tlesastre, de la pérdida de nuestras últimas colonias ultramarinas, de la desintegración del gran imperio español. Esta noche, sin embargo, no voy a referirme al pasado remoto, si no solamente al siglo que ahora termina, el siglo que vio nacer a la mayor parte de los que estamos aquí, esperando que comience la fiesta. Voy a hablar, sobre todo, del futuro porque Eltla siempre ha sido un pueblo claramente orientado al futuro, al progreso, con una decitlitla vocación de cambio. Nunca hemos tenitlo miedo, ni pereza, ni prejuicios pa ra probar las técnicas más innovadoras, los más modernos conceptos, pa ra reformar o reconvertir lo que va quedando obsoleto. Todos sabemos que hay pueblos más bonitos, más artísticos, más orientados a tlefentler y conservar lo que les legó la historia. No hay mucho que podamos enseñar con orgullo de propietario a un visitante. EI Monas til da fe de nuestros orígenes, las ruinas del Castillo de nuestra historia metlieval, el pequeño casco antiguo de lo que fue nuestro pueblo cien años atrás. No nos quedan apenas testimonios de nuestra trayectoria histórica. Pero tenemos algo que nos hace únicos: nuestra capacidad tle so ñar y de convertir nuestros sueños en realitlatles, nuestra vocación de futuro. Porque lo fundamental en Eltla no es el pasado, no es lo que ya fue, sino su gente y el hecho de que del sueño de totla su gente ha surgido la realitlad que nos rodea. Para muchos, durante mucho tiempo, Elda representó algo así como una tierra prometitla, el lugar tlontle quizá fuera posible salir tle la mi seria, prosperar, labrarse un porvenir. A lo largo de este siglo, gentes de todas partes acudieron a Elda cuantlo, a pesar tle su título de «ciudatl», no era más que un pueblecito del valle del Vinalopó, para convertirla en la florenciente ciudad intlustrial que ahora conocemos. Gentes que venían de pueblos agrícolas, arrancados tle sus tierras y sus tratliciones, forasteros que venían con la esperanza de hacer tle Elda su hogar y ofrecer a sus hijos todo lo que ellos no habían po dido tener: biénestar económico, seguridad laboral, etlucación, formación, progreso. Eltla los acogió con los brazos abiertos y al cabo de unos años ya no se sabía quién era tle aquí y quién no. Nadie era forastero, nadie tenía que sufrir durante varias generaciones el estigma de no haber nacido en esta tierra. Totlos eran eldenses, orgullo sos de serlo. Nuestro orgullo ciutladano no se ci fra, como en otros lugares, en las glorias pasatlas, sino en la vibrante realidad tlel presente y la fe com partida en un futuro común. Cuando pienso en qué distingue a la gente tle Eltla tle la de otros lugares tengo que plantearme cómo somos realmente, qué palabras usa ría para definirnos: Trabajatlores, emprendetlores, hospitalarios, abiertos, fes teros, alegres, generosos, son las que me vienen a la cabeza. En una época donde los problemas de integración son tan gran des, tlontle la atlaptación al vertiginoso ritmo tlel avance social se hace tan difícil, Elda es un ejemplo de lo que se puede hacer, si uno quiere, si en lu gar de apegarse a lo antiguo por simple inercia, se decitle a mantener lo bue no de lo antiguo pero aceptantlo lo bueno de lo moderno. Los eldenses somos gente abierta, amantes de nuestra tierra pe ro dispuestos a integrar como propio todo 1o que el progreso puede ofrecer y sin olvidar por ello que áun quetla gente en tantos lugares que no ha te nido nuestra suerte. Eltla se abre al mundo para dar y para recibir; técnica, cultura, civilización, y para ofrecer apoyo, tlinero, consuelo a los más ne cesitados, para que participen también de nuestra riqueza. Es un pueblo que se vuelca en las colectas, que acoge a los niños saharauis, que tla a ma nos Ilenas cuando sabe que hace falta. Y como estamos contentos con lo nuestro, se nos sale la alegría en fiestas, músicas, tracas y buen humor que compartimos con cualquier forastero que se acerque a nuestro pueblo por Moros y Cristianos, por la Pas cua, por Fallas, por estas solemnes Fiestas Patronales que celebramos pa ra honrar a la Santísima Virgen tle la Salud y al Santísimo Cristo tlel Buen Suceso, protectores de nuestra ciutlad y a quienes tantos hombres y mu jeres ofrecen sus desvelos en forma de cantos corales, de bordatlos, tle arre glos florales, de amor y ayuda a los menos favorecitlos tle entre nosotros. Y no, como se hacía en otros tiempos, para asegurarse un puesto en el Cielo después de esta vitla terrena, sino por caritlatl cristiana. Caridad -caritas en latín-, al fin y al cabo, significa simplemente amor, sin tleseo. Pero no quisiera que mis palabras fueran sólo consitleraciones generales y por eso me gustaría recortlar a tres eldenses que, además tle haber sitlo un motlelo de vida para mí, son un ejemplo tle lo que estoy tra tando de explicar: D. José Pertejo, métlico, D. Pablo Zavala, maestro, y Sal- vatlor Barceló, industrial, mi patlre. Los tres eran forasteros, los tres Ilegaron a este pueblo con mu cho que dar y con la incertitlumbre de si lo que encontrarían aquí com pensaría lo que tlejaban atrás. Eltla los acogió y les tlio un trabajo, un ho gar y una mujer buena y valiente que no los abantlonaría a lo largo de su vitla. Llegaron como forasteros, murieron como el denses. Generaciones de eldenses fueron curatlas por don José que, con sus conocimientos médi cos y con su sensatez básica, ayudó, como pala tlín del progreso, a tlesterrar gran parte tle los pre juicios y supersticiones que tanta gente había he- retlado de tiempos menos ilustrados. EI colegio tle don Pablo formó año tras año eltlenses abiertos, valientes, curiosos frente a totlo lo que el mundo potlía ofrecerles. Era un hom bre bueno que amaba a los niños y tenía fe en lo que podían alcanzar pon Pablo nos enseñó -mu chos de los que me escuchan estarán de acuerdo, si tuvieron la suerte de ser alumnos suyos- el valor de la palabra datla, el sentido tlel honor personal, la responsabilitlad civil y humana, la valentía de decir lo que uno piensa -en una época en la que aún había tanto prohibido-, el derecho de todos los seres humanos sin distinción de sexo, raza, religión o estatus social, a la etlucación, a la fe licitlad, al respeto. Y si esos tlos grandes hombres miraban a la tierra, mi patlre mi raba al cielo y al futuro. ÉI fue el primero en tener un observatorio astronómico con una cúpula construitla por él mismo; participá activamente en el de saparecitlo Centro Cultural Eldense, ayudó con sus palabras, sus consejos y su trabajo directo a totlo el que lo necesitó para cualquier cosa. Era un hom bre bueno, íntegro, trabajador, un eldense tle pro, aunque hubiera nacido en Valencia. Del ejemplo tle personas como ellos han surgido generaciones de eldenses modernos, formados, gente que destaca en todas las ra mas -no sólo la que ha hecho famosa a Elda, la intlustria zapatera-. Eltla puede sentirse orgullosa tle sus profesionales: médicos, profesores, can tantes, bailarines, pintores, escritores, músicos, científicos... gente que, criada aquí, no tiene miedo de salir al muntlo y pasear el nombre de nuestro pueblo por totlos los países. Pero no totlo se tlebe al trabajo de los hombres y quiero dedicar unas palabras a las mujeres de Elda, a todas las mujeres, pero sobre todo a las tle la generación anterior a la mía, madres y abuelas tle Elda que con su fuerza, su valor y su alegría hicieron tle nuestro pueblo lo que ahora es. Mujeres que con una mano sacaban adelante a la familia mientras que con la otra trabajaban en el taller y en la fábrica hasta la metlianoche, que cuitlaban a sus enfermos, a sus ancianos, a sus nietos, que se privaban de totlo tipo tle lujos para que sus hijos putlieran estutliar, putlieran Ilegar más alto, más lejos que ellas. En Elda el trabajo femenino fue muy temprano y nunca se trató de una reivintlicación feminista, sino de un acto tle amor. Quiero tlar las gracias a las mujeres tle mi pueblo, a mi madre co mo ejemplo tle todas las matlres que nos han allanado el camino para que podamos seguir hacientlo el futuro para nuestros hijos e hijas. EI sueño de aquellos pobres inmigrantes que fueron Ilegantlo a EI da a lo largo tlel siglo se ha hecho realidad: las calles tle tierra con una bom billa colgada en metlio han sitlo sustituitlas por grandes avenidas ajartlinatlas, deslumbrantes tle luz, los talleres tle las plantas bajas han cedido el paso a fábricas modernas, las pobres escuelas de bancos de matlera se han convertido en magníficos centros de etlucacián donde nuestros niños aprenden lenguas extranjeras y se convierten en ciudadanos tlel mundo, los ancianos que se sentaban a tomar el sol a la puerta tle sus casas mientras sus mujeres, viejas antes de tiempo, vestidas tle negro y con el moño gris, iban al mercatlo tle carros en la plaza, son ahora hombres y mujeres fuertes, sanos y activos, que sa len de viaje, cantan en coros, hacen obras tle teatro y viven una vida intensa adaptántlose a un fu turo que Ilega cada vez más tleprisa pero que a los eltlenses nunca nos coge desprevenidos. Porque somos un pueblo que mira hacia tlelante, que siempre va un paso más allá que otros, sin pertler por ello nuestras tradiciones, la devoción a nuestros Santos Patronos bajo cuya atlvocación se celebran estas Festas Ma yores que este año, el último del milenio, he tenido el honor tle pregonar. Elda seguirá avanzantlo firmemente hacia el futuro, haciéntlose más grande y más bella, cumpliendo su vocación tle urbe moderna, ocupando su justo lugar en Europa, tlantlo al mundo generaciones tle eltlenses brillantes. No se tlescolgará tlel avance de la técnica y tlel pro greso en totlos los campos porque los eldenses siguen soñando y saben realizar sus sueños. Dentro tle unos momentos el cielo tle Elda se atlornará tle estre Ilas tle colores, volarán las campanas tle nuestras iglesias y la pólvora, el olor tle la fiesta, perfumará el aire. Un año más, nuestro pueblo honrará a su Virgen y su Cristo, agratlecitlo por lo que fue, lo que es, y lo que será en el milenio que comienza. Con todo el orgullo y el agradecimiento tle haber nacitlo aquí, en Elda, en el valle tlel Vinalopó, a unos kilómetros del Metliterráneo que fue camino y puerta para las grandes civilizaciones que nos hicieron ciudada nos tlel mundo, en este año del Señor tlel 2000 tleclaro abiertas las Fies tas Mayores. Gracias por haberme escuchado. iQue empiece la fiesta! iViva Elda! Así que p as en ,:^ veinte añbs ^cti r^ I jueves 9 de noviembre de 1989 hacía frío en Elda. ^ Faltaba media hora para abrir las puertas del Teatro r matla ara ese día era Se ^ C t l L b as ar. a o ra prog a p e parados y estaba interpretada por José Luis López U ^ ,^ = Vázquez y Ana Marzoa. EI aforo tlel teatro, unas 1.200 localitlatles, se había agotado un par de días antes. La costumbre, an tes de bajar el telón y abrir las puertas de sala, es dar un último re paso al escenario. En ese preciso momento, precedido de un crujido, se precipita tlestle el telar una vara cargada de focos y se estrella con tra un polvoriento escenario con casi noventa años de historia, pero que guardaba en su recuertlo los mejores momentos de la cultura tle nuestro pueblo. Esa noche se realizó la función, pero fue la última. Po co después, un decreto tle Alcaltlía con fecha 30 de agosto de 1990 cerraría una página de la historia eldense. Nueve años antes tle producirse ese cierre, en septiembre tle 1980, con motivo de las fiestas patronales, la concejalía tle Cul tura del primer Ayuntamiento socialista programa por primera vez una semana de teatro en el Castelar con el título genérico de En cuentro tle Teatro Eltla-80 para el que se contratan algunas tle las mejores compañías teatrales del país en ese momento. La actividad resultó un tlesastre económico para la época, pero sentó los prece dentes para seguir programando teatro, porque fue respaldada por un gran número tle jóvenes espectadores que buscaban en el teatro un nuevo orden social y cultural. Con este respaltlo social empezó una programación teatral todos los meses. Los años que siguieron fueron de Ilenos completos en el patio de butacas del Castelar. Por su escenario pasaron compañías que forman parte de la historia teatral de este país: Joglars, Tricicle, Dagoll Dagom, Carrusel, Teatro tlel Aire, etc. con espectácu los que permanecen en el recuerdo colectivo de las personas que vivimos aquella época. Quién no recuertla La noche de San Juan con las canciones tle Jaume Sisa, Glups o EI Mikado de Dagoll Dagom, Te ledeum, Los virtuosos de Fointenebleau o Gabinete Liberman tle Jo glars, Manicomic, Exít y Slastic tle Tricicle... Los espectadores que Ilenaban el Castelar rio sólo eran tle Elda. Venían de Petrer, Monóvar, Sax, Villena e Ibi, y el vestíbulo del teatro era un lugar de encuentro social dontle se intercambiaban itleas políticas y culturales. Durante unos años, Elda fue la única población tle la Comunitlatl Valenciana que tlisponía de una programación y un pro gramador teatral, pero, paradójicamente, carecía de un teatro muni cipal. EI Teatro Castelar era de propiedad privada y se tletlicaba a la exhibición de cine tlurante los fines de semana. EI Ayuntamiento lo al quilaba un jueves al mes para programar teatro. La nula inversión de la empresa propietaria tlel teatro en su mantenimiento propició su pro gresivo deterioro en todas sus instalaciones, lo que desembocó en su cierre por falta de seguridad en el año 1990. Casi diez larguísimos años después, el 7 tle abril de 1999, a las 8 tle la tartle y tras una frenética rehabilitación que duró once meses, se reinaugura el Teatro Castelar en una gran noche car gatla tle nervios y de glamour. En el escenario, la extraordinaria voz de Ana María Sánchez, acompañada por la Orquesta Sinfónica de Murcia. En el patio tle butacas, repleto tle invitatlos, se encuentran el presidente del gobierno autonómico, acompañado por el alcalde y el equipo de gobierno municipal en pleno. Y como gran tle corado, una acertatla combinación tle moquetas, terciopelos y do rados. Una gran noche de gala como correspondia al aconteci miento. En los meses que siguieron a la reinauguración, tlía a día y uno tras otro pasaron por el escenario del Teatro Castelar todos los colectivos culturales, sociales y festivos tle la ciudad, que han recuperado al gunas tradiciones locales pertlidas en los últimos años como los Con ciertos de Ópera, el Don Juan Tenorio o dos tubos un real, la Zarzuela y otras. La curiositlatl de la mayoría de los eldenses por pisar la mo queta roja y sentarse en un palco de la platea, como si tlel Teatro Real se tratara, ha Ilevado en muchas actuaciones a Ilenos absolutos de la sala, con un público entregado y entendido que ha premiado con su presencia y aplausos el buen hacer de los artistas de nuestro pueblo. La Ilegada del nuevo milenio ha supuesto la normalización del Teatro Castelar: la programación regular de compañías teatrales, ballets, óperas y conciertos; la entrada en vigor del reglamento de uso del Teatro, que regula la cesión a los colectivos culturales, sociales y fes tivos locales; del uso y disfrute del Castelar; y la contratación tle personal fijo para los trabajos de tramoya e iluminación, lo que garantiza un uso profesional tlel Teatro Castelar para los próximos años. Pero, sobre todo, el futuro del Teatro Castelar está garantiza do en la firme convicción de que nuestros gobernantes sabrán valorar positivamente el gran potencial que supone disponer en Elda de un es tupendo teatro y, sobre todo, de unos ciudatlanos deseosos tle manifestar con su multitudinaria asistencia que quieren ser más libres y disfrutar de la cultura y de su teatro. Dos anos del nuevo Museo del Calzado I Museo tlel Calzado de Elda cumplirá dos años en febrero tlel 2001, dos años tlesde que fuese inaugurado por S.A.R. la Infanta Dña. Elena el 4 de febrero de 1999. Han si ^^3w ^^.= do dos años muy intensos en los que los acontecimientos se han multiplicado y, naturalmente, las activitlatles en torno al Museo se han consolidado. ^uetla algo lejano aquel año 1992, cuando se inau guró un Museo del Calzado que, de forma provisional, estaría albergado en los an tiguos cometlores y cocinas del IFP La Torreta. Sin embargo, causó un gran im pacto ya entonces y durante los años siguientes hasta el tlesalojo de 1996. EI Museo fue muy visitado y se reali zaron muchas activitlades que sirvieron para enriquecer nuestras experiencias de ca ra a esta nueva etapa. En la actualidad te nemos un Museo muy tligno que es causa tle atlmiración y respeto por todo aquél que nos visita y motivo tle orgullo para las personas que esta mos trabajando en el sector del calzado. Nuestro Museo es un reflejo entrañable de una industria ejemplar y de una ciudad que creó una im portante actividad económi ca, saliendo así de una arrui nada situación agrícola, a mediados del siglo XIX. Pero si es importante la recopila ción de nuestra histora reciente, que nos habla de sacrificios, triunfos y fracasos, lo es tanto o más por el valor añadido que supone para el sector actual y futuro. EI Museo tlel Calzado nos tlescubre las tendencias que vuelven y se reciclan, en nuestras salas se vive ese espíritu emprentledcr que carac teriza al eltlense, se comprenden muchas de las vicisitudes por las que atravesó la industria en tleterminados momen 2000 USEU UI:.I. ALZAllO tos, se conoce la tecnología cambiante y comparada con sus orígenes, se aprecia el desarrollo del diseño confrontatlo con los diseños de otros países y, en definitiva, es una fuente de información permanente que está al servicio del sector tlel calzado y que, naturalmente, es utilizado de forma continua por estudiosos tle estudiosos de la fabricación del calzatlo. Pero, atlemás, el Museo tlel Calzado tle Elda interviene acti vamente en el tlesarrollo y potenciación de nuestro calzado y esto es lo que, desgracia tlamente, no han podido des cubrir algunos miembros de la comunidad zapatera. De ahí que nuestro mensaje no haya Ilegado con suficiente claritlatl a todas aquellas per sonas que tienen la capaci tlad de decisión en las direc tivas del sector, que poten cian las Ferias para promo cionar nuestro calzado o que diseñan estrategias para cap tar compradores. EI Museo también está con ellos y nuestra imagen no puede ni tlebe interpretarse solamen te como una exposición per manente de añoranzas de otros tiempos. EI Museo está ac tuando de plataforma de pro moción de la creativitlad, la calidad y el tliseño de nues tros zapatos a través de to das las actividatles que plan tea. Si nos paramos a pensar en cómo realiza la tlivulga ción tle sus fondos y de las actividades programadas, observaremos inmediatamente que el Museo del Calzado es un pozo sin fondo del que se pueden sacar frutos tle for ma permanente para aplicarlos en beneficio tle la industria tlel calzado. En las aulas tlel Museo tlel Calzado tle Elda se im parten anualmente cursos que contribuyen a extender la calidad de un determinado tipo de zapato. Uno tle ellos es el tle Zapatero Artesano y Ortopédico, que pretende formar a zapateros para calzar pies con grandes deformaciones o malformaciones. Esto es rodear la industria tlel calzatlo tle nuestra ciudad de una aureola tle zapateros de calidatl que ya tuvo a lo largo de su pasado histórico. Por éste y otros ca- minos se puetle mantener el prestigio de los zapateros de es ta zona, un prestigio que, en definitiva, retlunda en benefi cio de nuestro calzado. También se realizan cursos tle inglés productivo, es decir, un inglés más en contacto con la fa bricación y con las primeras materias, algo diferente al tra dicional inglés comercial. Anualmente se convoca el Concurso Luis García Berlanga de artículos periotlísticos que traten sobre el cal zado femenino en sentido positivo. Este concurso, que es tá patrocinado por la empresa local Textilín, está dotatlo con un premio directo de 500.000 pesetas y Ileva aparejada una concentración, en Elda y alrededor del calzatlo, de perso nalitlades muy relevantes de la vida cultural del país. También se ha creado el Premio a la Mujer Mejor Calzada, que cada año se otorga a una personalidad pública y que con tribuye a reafirmar la calitlad y el diseño tlel zapato con un claro mensaje emitido tlestle Elda, la ciudad zapatera de calzatlo femenino por excelencia. La Fundación del Museo, además, convoca cada año la Semana tle la Artesanía, tlon de se otorgan reconocimientos a antiguos trabajadores de la intlustria del calzatlo y que son recogidos por ancianos cu yo mayor mérito fue trabajar para esta intlustria. ^Acaso esto no habla tle nuestro prestigio como ciudad y como in dustria?. Y está la figura del Colaborador del Museo del Cal zado, que se está difuntlientlo por todo el ámbito nacional y que pretentle no sólo recaudar fondos para hacer funcional el Museo, sino agrupar alrededor de nuestra Funtlación a unas personas que sientan el mismo cariño y entusiasmo que nosotros por este Museo. Tenemos una presencia perma nente en las Ferias a las que nos invitan a participar, hablando con nuestro lenguaje de todo esto que estamos exponientlo y también tle la ciudatl de Elda, que nos cobija. Convocamos Concursos de Artesanía para los zapateros artesanos de todo el país, quienes reconocen a la ciudad de Elda como cu na del calzado y sede tlel prestigio tlel zapato tle calidad y diseño. Y catla año nos visitan miles de personas, contem plan totlo esto y lo difunden por el mundo entero. Con los es colares más pequeños realizamos programas tle tlifusión y aprentlizaje sobre el calzado, enseñántloles el amor a una profesión y el entusiasmo tle una industria. Destle el Museo difuntlimos publicaciones relacionadas con la Tecnología y con la Artesanía y hacemos un sinfín de cosas más que, natlie puede dudarlo, sirven para ese gran esfuerzo común que es conseguir que el calzado español en general y la in tlustria del calzatlo de nuestra zona y tle Elda en especial destaquen y se reafirmen con una señas de identitlatl que no tleben abandonarnos: el diseño y la calidad. Un a u d i tor i o pa r a El da as grantles ciutlades, y consideramos que Elda lo es, van au mentantlo progresiva mente su infraestruc tura cultural para que sea acortle con sus necesitlatles, siempre pensando en el futuro y en las nuevas genera ciones. Los ayuntamientos son los promotores más obligatlos para esta tarea y el de Eltla actuó así reciente mente al atlquirir y construir el em blemático Teatro Castelar. Hasta la inauguración del teatro, en abril tle 1999, Elda contaba solamente con una Casa tle Cultura y un edificio en clavado en el Ilamado Jartlín tle la Música (no sabemos por qué) y bau tizatlo con el sobrenombre de Casa Grande, destinatlo a exposiciones. f^. ► Estado de las obras del Auditorio de ADOC a finales de noviembre de 2000. Vista desde el anfiteatro hacia el escenario. En el ámbito de la música existen también dos institu ciones. Una de ella está tlestinatla a Acatlemia tle la histórica banda de música Santa Cecilia y la otra, tle mayor rango, es el Conservatorio de Música «Ruperto Chapí», de carácter comar cal, ubicado en un etlificio que anteriormente fue un colegio, cu ya labor es muy encomiable. Hasta aquí, ésta era la infraestructura cultural exis tente en Eltla para promover totla la actividatl musical, lírica, teatral, etc..., en su mayor parte subvencionada por el Ayunta miento y por la Generalitat Valenciana. EI Auditorio y la Generalitat Antes de inaugurarse el Teatro Castelar, IaAsociación de Ópera y Conciertos (ADOC) vio la posibilitlad tle atlquirir el anti guo cine Cantó para su reconversión en un Auditorio (un teatro con escenario sin caja escénica) y, para ello, solicitó ayudas a la Generalitat. De esta forma, ADOC recibió una subvención tle 100 millones tle pesetas para este proyecto. Con dicha cantidatl se compró el etlificio y se han iniciatlo las obras tle remodelación pa ra convertirlo en una sala para conciertos y activitlatles afines. En concreto, se tlispontlrá tle una sala con una aforo pa ra 600 personas, otra sala menor para unas 100 personas, una sala dedicada exposiciones, servicios tle cafetería pública, ca merinos, aseos... Además, al existir un anfiteatro capaz para 200 personas, habrá un ascensor para personas mayores y minusválidos, cabinas para megafonía, cine... La aportación del Ayuntamiento EI proyecto de atlquisición del antiguo cine Cantó y su reconversión en Autlitorio necesitaban de la plena colabo ración tlel Ayuntamiento de Eltla, sobre todo para la modifi cación tlel PGOU (Plan General de Ordenación Urbana), ya que la manzana tlonde está el Cantó forma parte tle una Unitlad tle Actuación urbanística, la número 21, que tenía que ser reca lificada tanto para la ubicación tlel Autlitorio como por la exis tencia tle una zona edificable y de otra zona vertle. EI proce so tle tramitación del preceptivo expediente terminó cuando fue aprobatlo favorablemente por unanimidatl tle totlos los grupos políticos municipales y por la Comisión Territorial de Urbanismo de la Generalitat. Pero la aportación del Ayuntamiento no se ha limita tlo a lo expuesto, sino que el tleseo de sus rectores es la eli minación tle las tasas municipales al considerar que ADOC es una entitlatl sin ánimo tle lucro. Hay que subrayar que la Ge neralitat exigió a la Asociación que en sus Estatutos debía constar que, en caso tle disolución tle la misma, su patrimo nio pasaría a ser propietlatl del Ayuntamiento. Es obvio que, conforme se vayan Ilevando a la prác tica las modificaciones urbanísticas aprobatlas, el Ayunta miento podrá habilitar una zona de equipamiento cultural que complete el proyecto tlel Autlitorio y que mejore los servicios auxiliares que éste necesita. ► Vista general desde el escenario hacia el anfiteatro. La aportación de ADOC Además de los fines para los que se funtló ADOC, que no son otros que la difusión tle la música en totlas sus fa cetas, es evitlente que la existencia de un Auditorio con ca racterísticas muy específicas viene a incrementar la infra estructura cultural de la ciudad. EI colectivo de socios de ADOC y su Junta Rectora, que vienen arropantlo.este pro yecto hasta que sea una realidad, son conscientes de que es te Auditorio es para Elda y su comarca. Los pueblos que, por su importancia tlemográfica, su industria y su progreso, son merecedores de un mínimo tle infraestructura cultural (un teatro, una Casa de Cultura, un Conservatorio, una setle para su banda tle música...) aspiran a más y necesitan que se construyan edificios destinatlos exclusivamente al bello arte tle la música en todas sus facetas, esto es, un Autlito rio. Así lo ententlió la Directora General de Promoción Cul tural, Consuelo Ciscar, al apoyar la petición de ADOC y con ceder una importante subvención para Ilevar a buen fin el proyecto. Pero ADOC aspira a más. Después tle la puesta en marcha tlel Autlitorio, la Asociación quiere ponerlo a dispo sición de las instituciones musicales y tlel Ayuntamiento para engrosar la infraestructura cultural tle Elda, todo ello con fórmula atlecuatlas para facilitar la actividatl propia tle ca da centro y, así, evitar competencias no tleseables y coin citlencias en actos que pudieran malograr los fines tle ca da institución. EI Instituto Valeinciano de la M^siCa La GeneralitatValenciana ha creatlo recientemente el Instituto Valenciano de la Música, algo necesario en una co munitlatl tan adicta a la música como la valenciana, en tlon tle están encuadradas todas las instituciones oficiales y privatlas que trabajan en este campo. Entre ellas figura ADOC, que pronto recibirá los apoyos económicos necesarios para de sarrollar su labor en esta comarca. Ententlemos que una de las principales misiones tlel I.V.M. es aglutinar a totlas las agrupaciones musicales, corales, solistas... que existen en la Comunitlatl Valenciana. En este contexto, ADOC pondrá el Au tlitorio al servicio tlel Instituto y del pueblo tle Elda y su comarca. Pero los espectáculos líricos que requieran un montaje especial se presentarán en el Teatro Castelar, que dispone tle caja escénica y foso de orquesta atlecuatlos. Por estos moti vos, ADOC continuará organizando estos actos, funtlamentalmente Ópera y Zarzuela, en el Castelar. MUSEO ETIVOL4GIC0 C ^_O Ŭ ^ Ŭ N ^ Un M useo del s i glo X X estle que el 13 de mayo tle 1995 abrió sus puertas al público en un pequeño local de Las Trescientas, el Museo Etnológico ha crecitlo y se ha afianzatlo merced al es fuerzo de Mosaico, un colectivo dedicado a la defensa del patrimonio histórico y cultural tle Eltla. Pero, prácticamente desde su apertura, el Museo Etnológico se que dó pequeño, con un espacio insuficiente para acoger las cre cientes donaciones de numerosos particulares. Después de mucho insistir, Mosaico consiguió tlel Ayuntamiento un local mucho más amplio para el Museo, ubicado en el edificio que alberga actualmente el Museo tlel Calzatlo y la Funtlación FI CIA. No es el espacio idóneo para un museo (en principio es taba tlestinado a restaurante), pero sí es el mejor local posi ble, ahora mismo, para el Museo Etnológico de Eltla. EI mon taje se ha realizatlo bajo la coortlinación tlel arqueólogo Gabriel Segura y se pretentle inaugurar las instalaciones a lo largo del próximo mes de enero. De cualquier forma, el nuevo Mu seo Etnológico tle Eltla es ya una realitlad y se añatle a los otros Museos Etnológicos de la provincia con la particularidad de que la mayor parte tle los objetos tlel Museo eltlense estén rela cionatlos con la industria y el comercio, reflejantlo así la pe- queña historia, la vitla cotitliana tle los eldenses a lo largo tle todo el siglo XX. No obstante, también se han recuperatlo bas tantes útiles agrícolas, sobre todo los relacionados con las caballerías, trillo, carros... Y es que sin esta microhistoria no hay Historia con mayúsculas que valga. Separados por telas y tabiques, en el nuevo Museo Etnológico se han habilitado tliversos espacios temáticos y catla objeto tiene su correspontliente cartel con la identificación tle la pieza y el nombre tle la persona que la ha tlonatlo. De hecho, el primer trabajo que se realizá después del trasla do tlesde Las Trescientas fue la clasificación de las piezas por grupos, «sobre todo para tener una itlea de cuál era el conte nido real tle la colección de Mosaico», aclara Segura. Así, se pudo organizar una sección de Comercio con pesas y medidas tlonde hay un sistema de pesas circulares con distintos tipos de pesos. En tlefinitiva, «totlo lo que se necesitaba para pesar y metlir en los comercios». También hay un Taller de Carpin tería creado a partir de las donaciones tle varios carpinteros el denses, que contará con un espacio dedicado a la carpintería manual. Otra sección es una panatlería montada con las tlonaciones de varios hornos que ya han cerratlo o que han re novatlo su maquinaria. Según Gabriel Segura, en esta sec ción «se intenta reproducir tanto el proceso ar tesanal tle la confección del pan como ese mis mo proceso con las primeras máquinas que se introtlujeron». No falta una sección tle agricul tura y transformación tle productos agrícolas donde se puede ver cómo se realizaba la co secha de los cereales y su transformación me diante la siega, el trillado y la molientla. Un úl timo apartatlo está tletlicado a los objetos do mésticos, a totlos los utensilios que se han uti lizado en los hogares a lo largo del siglo XX an tes tle que apareciesen los electrodomésticos. Además, hay numerosos objetos sueltos tle pe queño tamaño, como cantliles, relojes..., que se exponen en las vitrinas. arc^^aniza^ión ► Los objetos que no están integrados en ningún apartado concreto se expondrán en vitrinas. EI Museo Etnológico se ha organizatlo espacialmente para facilitar un recorrido por el perímetro de la sala. En el centro están todas las secciones temáticas y en el exterior están las vi trinas y los objetos que no tienen cabida en las secciones, como algunas máquinas tle aparar, algún que otro retablo devocional y otros objetos «que no tienen familias a las que ser adscritos». También se recrea una cabina cine matográfica tle la época «gloriosa» tlel cine en nuestra ciudad con los tres proyectores tle arco voltaico, uno que servía para proyectar cine en la Plaza de Toros y otros dos en el Itleal. Esta cabina tle proyec ciones, completatla con otros ĉ omplementos, tla paso al espacio dedicatlo al cantante Pedrito Ri co, de tal forma que «el cine, relacionado con el espectáculo, sirva tle hall». Ped1it0 RiC+C^ Y es que hay un espacio para la Colec ción Pedrito Rico en el corazón del Museo Etno lógico. Forman parte de esta colección museo gráfica las contlecoraciones, los trajes, los tliscos de oro y otros recuertlos tlel cantante eltlense, ceditlos al Ayuntamiento por sus hermanas y herederas universales. Todo está en una sala tliferenciatla para que la Colección Petlrito Rico no distorsione la visión del Museo Etnológico y ► Parte de la obra discográfica de Pedrito Rico que, junto al resto de recuerdos relacionados con el artista, podrán ser contemplados en el Museo Etnolágico. viceversa. En tlefinitiva, «el que vea los recuertlos tle Petlrito Rico no los asociará con un trillo, un pilón de carnicero o un yun que de herrero». Inventario De forma paralela al montaje de la sala, y financia tlo por la Consellería de Cultura, se está realizando el in ventario de los fontlos del Museo Etnológico. La subvención para esta tarea fue posible pedirla y obtenerla porque el Museo goza de la categoría de Colección Museográfica Per manente. Este inventario tle fondos podrá ser consultado a través de Internet, algo que se suele hacer en otros muse os como en el del Juguete. Además, es a través de estas con sultas como se montan exposiciones. Hay que tener en cuenta que una tle las condiciones que pone la Consellería a la hora de reconocer una colección museográfica es «que se puedan prestar píezas para exposiciones previo el pago del correspontliente seguro^. Heterogeneidad Gabriel Segura no manifiesta tludas a la hora de afir mar que «el valor tlel Museo Etnológico de Eltla es su hetero geneitlatl frente al Museo Etnológico de Petrer o al Museo de Artes y Oficios de Monóvar, por ejemplo, que se centran en la vitla rural tle esas poblaciones». En este sentitlo, hay que te ner en cuenta que el de Elda tiene la dificultad de que «hace mucho tiempo que la vitla rural dejó de tener un peso impor ► Proyectores del cine Ideal. tante en la ciudad, por lo que éste es un Museo Etnológico tlel siglo XX» en el que abundan los aspectos relacionados con la industria, el comercio y la vitla doméstica. En cuanto a sus fondos, «no hay piezas de valor artístico o económico, pero sí hay un valor cultural que se irá incrementando conforme pa sen los años». Así, lo que se pretende es que el Museo Etno- lógico de Elda sea un resumen de la forma de vida domésti ca en el siglo XX, «de su evolución, tlestle la agricultura, has ta la actualitlatl». A juicio tle Segura, «el valor tlel Museo re side en la heterogeneidad de la colección». Sin tlutla, contribuirán a esta heterogeneidad las últimas tlonaciones recibitlas: una antigua mesa tle la Alcaldía y la vieja mesa de Plenos tlel Ayuntamiento de Elda. ^ Espacios nuevos para la Cultura Nuevos impulsos en l a Asociac i ón Fotog r áfica Elda c ^_o Ŭ U ct3 ^ a^ ^ 86^ I sentido de estas páginas es el de ofrecer una muestra de lo que hacen con una cámara en la mano y los dos pies en el laboratorio los miembros de la Asociación Fotográfica Elda. De paso, se quería reflejar ti a^ fi^ ^ ^^^ los nuevos proyectos que está impulsando la Asociación. Para darle un hilo argumental a la propuesta, ALBORADA planteó la posibilidad de que las fotografías estuvieran relacionadas con Elda y que se hicieran exprofeso para la ocasión. La primera condición se ha cumplido, con un predominio claro del Casco Antiguo en la elección de los encuadres. Pero la segunda recomendación se ha seguido menos, ya que se entremezclan imágenes muy recientes con otras más antiguas. Finalmente, han aportado imágenes para este trabajo diez fotógrafos de la Asociación. : estle hace cuatro años, la afició^l a la fotografía en nuestra ciudatl se canaliza a través de la Asociación Fo tográfica Eltla, entidad que agrupa a fotográfos profesio nales y aficionatlos en el empeño básico de fomentar la afición a la fotografía a través tle su conocimiento teóri co y práctico, sobre totlo en la vertiente del blanco y negro, que es la que se considera la más creativa o artística, y que la propia actividad fotográfica putliera ser un pretexto para la con vivencia y la relación entre los socios. De ahí que las activitla tles que han dado vida a la asociación en estos años hayan si tlo funtlamentalmente las tertulias semanales, las salitlas or ganizadas los fines tle semana, punto de partida de las liguillas internas, y la contemplación y valoración posterior de las fotografías realizatlas. Con el paso del tiempo, el número de socios se ha es tabilizado en unas treinta personas y de ellas un núcleo tle al retletlor de quince, que no son siempre los mismas, acutlen habitualmente a las reuniones semanales y siguen más tlirec tamente en relación. De cara el exterior, la activitlatl más relevante tle la Asociación es la exposición colectiva anual que se hace en la segunda quincena tle febrero en la sala tle exposiciones del Jardín de la Música, que se complementa con la muestra «Fo tógrafos tle nuestra Tierra», en la que cada año se invita a un fotógrafo cualificado tle nuestra zona para que presente su obra. Otra faceta tle la Asociación tiene que ver con la colaboración con entidades o colectivos ciudadanos que solicitan su colaboracion. En este sentitlo, hay que citar la masiva partici pación tle socios en el concurso-exposición fotográfico que organiza anualmente la Junta Central tle los Moros y Cristianos y los cursos impartidos al profesorado a través del CEFIRE, en es te caso también como agratlecimiento por el uso de las insta laciones tlel Centro tle Profesores que, a falta tle una sede pro pia, ha permitido a la Asociación poder tlesarrollar allí tleter minadas actividatles, incluyentlo el uso del laboratorio. Sin em bargo, cuando la cita tiene carácter tle tertulia instructiva, el Ca fé La Matlrassa se convierte en el punto tle reunión totlos los martes por la noche. Tampoco se pueden dejar tle citar otras fa cetas punteras tle la Asociación como la participación tle algu nos tle sus miembros en los jurados de certámenes fotográfi cos que convocan otras Asociaciones, con las que se colabora también en la realización tle talleres, exposiciones, tertulias... o las compras tle material que se realizan en conjunto para abaratar costes. Dentro tle la Asociación también se aprecian o t g 0 r a f í a ► Componentes de la Asociación Fotográfica Elda en una de sus salidas fotográficas. Falta Ernesto Navarro, que es el que está detrás del objetivo. corrientes tlistintas según se trate tle gente interesatla más en los procesos antiguos, los que se tlecantan por el coleccionismo, los que gustan más de utilizar el color o incluso los que quieren in trotlucirse en la fotografía digital. Aunque la reina en la Asociación es la fotografía en blanco y negro (las tres sesiones teórico-prác ticas tlesarrolladas tlurante este otoño han versado precisamen te sobre el tratamiento del negativo) y el conocimiento y la prác tica de los procesos antiguos. Porque como tlice el presitlente tle la Asociación, Ernesto Ortiz Arteaga, «los que somos fotógra fos clásicos donde nos divertimos es realmente en el laboratorio. Es otro placer tlistinto y lo que más entretiene, porque el blanco y negro es más creativo y artístico que el color, cuyo único secreto es que se reproduzcan fielmente los colores». Tras el paréntesis y«la desgana propia del verano», la Aso ciación Fotográfica ha recibido un impulso importante al poner en marcha nuevos planteamientos que pasan, funtlamentalmente, por la captación de nuevos socios. Por primera vez se ha organizatlo un cursillo tle iniciación a la fotografía en blanco y negro abierto a totlo tipo de aficionados y de carácter gratuito, que ha recibitlo una respuesta masiva de solicitantes, más de cincuenta. Aunque eso suponga afrontar el cursillo en varios turnos o en varios gru pos de trabajo, «ha sitlo una sorpresa muy agratlable que haya tan ta gente interesada», dice Ernesto. Otra sorpresa agratlable ha si do la alta participación de los socios a la contestación de una encuesta, cuyo objetivo es centrar las activitlatles tle acuertlo con el gusto general. Esta encuesta confirma que las predilecciones tle la gente siguen sientlo la reunión semanal con salitlas el fin tle semana y el visionado frecuente de fotografías. AI mismo tiempo, los componentes de la Asociación también se han manifestatlo a favor tle organizar una Semana de la Fotografía como las que se hacen en otras ciutlades, concentrantlo concursos, presencia tle fotógrafos famosos y otras activitlatles relacionatlas con la foto grafía. Este deseo lo interpreta Ernesto Navarro, el vocal de acti vidades de la Asociación, como que «hay ganas de hacer activitlades tle más calatlo». En este punto, los tlirectivos tle la Asociación Fotográfica muestran una cierta decepción por la respuesta obtenida a su pe tición de apoyo económico a la Mancomunidatl del Vinalopó, que ha sitlo «el silencio atlministrativo». Lo que la Asociación proponía era la organización tle un concurso tle carácter nacional cuyo tema serían los cuatro municipios, contando con que las asociaciones fotográficas o grupos de aficionatlos de los otros tres municipios participaran también activamente en la organización y que luego, con el resultado, se pudiera montar una exposición itinerante. Todo ese montaje, con buenos premios para el concurso, se valoró en 1.600.000 ptas, que es la cantidad que se pitlió tle subvención tlentro de la convocatoria anual de ayutlas para activitlatles culturales. La Mancomunitlatl sólo concetlió la mitatl del dinero pedido, que úni camente alcanzaba para los premios. Esta tlecisión fue recurritla por la Asociación, obtenientlo por respuesta el silencio administra tivo. «No sé cómo podemos pagar eso con 500 ptas. tle cuota al mes siendo 30 socios», tlice el presitlente. De totlas formas, la economía no es un problema en la Asociación Fotográfica Elda. Sus socios tienen claro que la fotografía «como cualquier hobbycuesta dinero» y para las activitlatles normales se las apañan con la subvención del Ayuntamiento o la ayuda de alguna entidatl bancaria, pudiendo per mitirse el lujo incluso de organizar, como han hecho, un cursillo de iniciación gratuito. Lo que sí anhelan los miembros tle la sociación, como ocu rre en cualquier colectivo, es poder disponer algún tlía de un local pro pio, un sitio tlonde pudieran tener «una barra tle bar, un laboratorio, una sala tle exposición permanente...». De todos motlos, están agra tlecitlos por potler utilizar las instalaciones tlel CEFIRE, lo que no im pitle sentir una cierta envitlia por el local que el Ayuntamiento tle Petrer ha ceditlo a la asociación fotográfica petrerense en el centro cultural de Las Chimeneas. Quizá ese deseo, el tle contar con un espacio propio, puetla verse satisfecho cuando se reparta el pastel tlel Centro Cívico que se tiene que construir en el solar tle la FICIA. Por ahí van los tiros, aunque los tlirectivos tle IaAsociación Fotográfica tie nen muy claro que la cola de solicitantes puetle ser muy larga. ► Paco Albert. EI relojero de Santa Ana. ► Paco Albert. Campanario. ► .lose nnana ^aionso ^4zonn. La tugaz pasion. ► Adoración P. Rico. Calle Colón. ► Ramán Candelas. Día gris para un hombre gris. ► Ramón Candelas. Farolicos y bombillicas, ► Francisco Miguel González Azorín. Plaza Mayor. ► Francisco Miguel González Azorin. T ŭ nel, ► Vicente Juan Pina. Estudio de Mateo, el pintor. ► Vicente Juan Pina. Ermíta de San Antón. ► Ernesto López Amat. Hogar de la Tercera Edad. ► Ernesto López Amat. Hogar de la Tercera Edad. ► Ernesto Ortiz Arteaga. Casco ^e ĵ o I y ll. ► Ernesto Navarro Alba. Castillo bajo el paraguas l. ► Ernesto Navarro Alba. Castillo bajo el paraguas ll. ► Manuel Vera Moreno. Atardecer. ► Manuel Vera Moreno. Tafalera. Caracterización actual del español de Elda ^Existe realmente un espa ñol propio o típico de la ciu dad de Elda? Esta pregunta, formulada de esta forma tan direc ta, seguramente, aunque no lo pa rezca, tiene una respuesta difícil, ya que dependerá de los paráme tros que estipulemos para dar car ta de naturaleza a la existencia de un habla independiente del resto (Vid, Romaine, 1996), ya que una realidad es lo estrictamente lin g ŭ ístico y otra, no siempre concor dante con ella, el deseo de quie nes quieren y desean una respues ta afirmativa a la pregunta inicial, postura que resulta totalmente legítima ya que no cabe duda de que cuando un pueblo quiere establecer sus señas de ídentidad, tanto para definirse a sí mismo y desde sí mismo, como para contraponerse a los de al lado, uno de los elementos principales para su caracterización es, sin duda alguna, la lengua que hablan sus ha bitantes (Uid, Alvar, 1962, Zamora Vicente, 1970, Gimeno Menéndez, 1990). Esta afirmación se torna básica cuando ese pueblo habla una len gua diferente al de su vecino, pero es mucho más difícil el tratar de diferenciarse de otras lo calidades que hablan su misma lengua, es de cir, cuanto más pequeño es el ámbito de desa rrollo ling ŭ ístico más arduo es establecer dife rencias idiomáticas que lo singularicen del res to de lugares y que, a su vez, sean compartidas estas diferencias por la práctica totalidad de los hablantes de esa misma localidad que trata de significarse lingiiísticamente. Con este preámbulo queremos deterrar, ya desde el principio, aunque esto a los «luga reños» no les va a gustar, que nuestro pueblo no tiene tantas característi cas ling ŭ ísticas que lo estigmaticen con respecto a otros pueblos castellano hablantes. Ahora bien, no se asusten los defensores del eldense como ha bla, que, aunque no hay un número masi vo de rasgos singulares, sí que es posible el apoyar la tesis de que en Elda se habla un español diferente, un español con unas ca racterísticas que lo pueden singularizar, si bien es cierto que esa tesis nunca coincidirá con lo que en boca de algunos es Ilamado «español elderico», ya que para demostrar totalmente esa afirmación siempre deberemos caer en el he cho de elevar a norma general lo que es parti cular, es decir, exagerar los rasgos y darles tal identidad que creemos algo más o menos ficti cio y que, al final, encima nos lo creamos; tal y como ha ocurrido con la supuesta «habla madrileña», la cual fue confeccionada no por los madrileños desde sus orígenes, como podría ser previsible y sobre todo normal, sino dentro del ámbito de lo literario por otros personajes muy distintos, como fue el caso de nuestro pai sano el alicantino Carlos Arniches (Seco, 1970). Lo primero que tenemos que constatar para defender la idea de la no singula ridad ling ŭ ística en la actualidad de nuestra ciudad son dos hechos sociológicos ocurridos en los últimos tiempos: a) nuestro pueblo ha incrementado su población en este último siglo con personas IO3 CARACTERIZACIÓN ACTLJAL DEL ESPANOL DE ELDA de diferentes procedencias geográficas y por tanto lingi^ísticas que han enriquecido y, se guramente, cambiado la manera de hablar en Elda; b) la igualación idiomática que se da, en principio, en la escuela con una enseñan za reglada y uniformemente IingGística, y pos teriormente o a la vez en todos los medios de comunicación audiovisuales, televisión, pren sa, radio, etc., destacando lo que son progra-mas más divulgativos y por lo tanto más vis tos y escuchados por todos nosotros, especialmente por los niños, los cuales por estar en plena fase de aprendizaje lingi^ístico todavía nivelan y normalizan más su manera de hablar. / De esta manera, por estos dos factores en principio contra rios, como son la diferente proce dencia y los medios de comuni cación, ya que uno diversifica y el otro aglutina, el resultado será el entrar en una vía común que pueda ser compartida por todos, aunque en este proceso puedan desaparecer esas características que en principio caracterizarían el habla de una localidad que se hubiera mantenido concentrada y alejada de cualquier contacto masivo con el exterior, y se perderían por tanto las carac terísticas IingGísticas locales y, como resultado, nos acercaríamos cada vez más al español es tándar. Pero aún así vamos a tratar de cons tatar en este artículo algunos rasgos IingGísticos que sí que podemos en contrar en el habla cotidiana en cualquier campo de actuación y que no dependen de la formación cultural, de la edad, del sexo, de la profesión, del ámbito de uso o contexto, etc., es decir, rasgos que cualquier eldense, formado en Elda, pueda poseer y que lo identifique como hablante de es te pueblo, aunque para ello lo primero que no po demos contemplar es todo lo relativo al léxico, ya que esas palabras que tradicionalmente se han considerado «eldenses» como algo pareci do a arrunsaera o gobanilla, tienen su explicación por otros motivos y no precisamente muy ele gantes ni de orgullo para el pueblo. Por el con trario, sí que puede existir un léxico específico dentro de nuestro español, pero siempre será el concerniente a las actividades económicas que haya desarrollado o desarrolle, como por ejemplo el calzado, y éste será seguramente compartido por otros muchos pueblos que se dedican a es ta misma actividad; aunque esta cuestión debe ría ser tratada de una forma exhaustiva por con traste con esas otras localidades para estable cer realmente las posibles diferencias o seme janzas léxicas que pudieran constatarse. Es en terrenos menos Ilamativos que en el léxico donde sí que podemos en ^ contrar algunos rasgos más o ^1 dif i d d l h menos erenc a ores e a bla local actual, como puede ser la pronunciación de algún sonido (fonética), en la cons trucción de palabras (morfolo gía) y en el orden del discurso (sintaxis). Por ejemplo, en el apartado referido a la pronunciación, tendemos a velarizar la /s/ en posición implosiva (Vid, Qui lis y Fernández, 1982), no decimos «pescado», si no que pronunciamos «pej cado»; si bien es cierto que esa pronunciación es más relajada que lo que puede parecer a pri mera vista con esta transcripción ortográfica que hemos hecho. Velarízamos por tanto esa pro nunciación realizando una pequeña aspiración. También, en el aspecto morfológico debemos destacar que de todas las posibilidades con su fijo que ofrece el español para construir el dimi nutivo (Vid, Alvar Ezquerra, 1996) , es decir, -ito, -illo, e-ico, en Elda se ha elegido y estandariza do la tercera (Vid, Bernabé y Martínez, 1988), una forma que, aunque completamente normativa y por lo tanto correcta, está connotada con los rasgos de popular, coloquial y, sobre todo, de marca diatópica, es decir, circunscrita a una zo na geográfica determinada; pero solamente lo utilizamos en el habla, y más específicamente en un registro coloquial o familiar, ya que en la es critura siempre predomina el uso de -ito, como tendencia general en el español común y están dar. Por último, en esta pequeña caracterización, y ya dentro del ámbito sintáctico, tenemos que re señar que se. nos plantean problemas con algu Í Í n g l^ Í S t Í C a José Joaquín Martínez Egido ^ 0 5 nas de las construcciones que realizamos con el verbo «haber», en concreto con las imperso nales (Vid, Fernández y Táboas, 1999); es habi tual el oír expresiones como: «habían muchas personas interesadas en...», o«hubieron muchos que se fueron». Tendemos a concertar el número del verbo con el del complemento directo, ya que lo sentimos como si fuera el sujeto. Lo co rrecto sería decir siempre: «había muchas per sonas», o«hubo muchos que se fueron». En es ta ocasión, más que un rasgo de habla positivo, nos encontraríamos con una vulneración de la norma ling ŭ ística del español y, por tanto, con un vulgarismo que todos debemos evitar. Estos tres rasgos que hemos señalado co mo característicos del habla del español de Elda no son, ni mucho menos, exclusivos de esta ciudad, ya que son compartidos por otros hablantes de español de otras localidades próximas tam bién castellano-hablantes así como en otras diferentes comunidades españolas; pero en nues tro caso sí que son marcas de diferenciación con respecto al español que se habla en otros lugares más o menos próximos a nosotros, pues aunque no son exclusivos sí que en su combinación nos hacen singulares como zona de habla de transi ción que comparte rasgos de varias tendencias. Así, la no normativa en la construcción de las im personales con el verbo «haber» es un rasgo característico del español hablado en zonas de do minio o influencia del catalán; la preponderancia del sufijo «-ico» en la construcción del diminutivo es un rasgo del español de Aragón; mientras que la aspiración de la «s» en posición implosiva es una característica que comparten en mayor o me nor intensidad todas las hablas meridionales del español del sur de España. Llegados a este punto, podemos con testar con más argumentos la pregun ta que iniciaba este artículo, y la respuesta a ella es afirmativa: sí que existe un es pañol característico de los habitantes de Elda. No obstante, esta respuesta debe ser entendida según los términos en los que se han venido ex presando las diferentes observaciones aquí rea lizadas, es decir, no exagerar el uso de estos ras gos ni singularizar el empleo de otros como nor ma general, por ejemplo, y para ilustrar este aspecto podemos decir que la gente toma «cerve cica» pero lo singulariza como «servesica» te niendo muy claro el matiz de aproximación y co loquialidad con nuestros interlocutores que el empleo de esta forma conlleva. Es evidentemente constable que en Elda no se sesea en la actua lidad, pero sí que hay alguna evidencia de lo que pudo ser en el pasado como zona meridional que es. Ahora bien, partir de ese vocablo o de al guno más para elevar el seseo a norma general de todos los hablantes y en cualquier circuns tancia es exagerado y no real. Sirva, pues, este ejemplo para que tengamos muy claro lo que no debemos hacer, elevar algo particular y sesgado a norma general. Sin embargo, por el contrario sí que debe ríamos estudiar correctamente nuestro español hablado mediante la observación de cómo pro nunciamos, cómo construimos, qué tipo de léxi co utilizamos según en qué circunstancias... Y a partir de datos reales y contrastados, mediante grabaciones reales en cualquier contexto comu nicativo y encuestas lingiáísticas conociendo los datos sociolingGísticos mínimos y necesarios de los hablantes, extraer las conclusiones que nos Ile ven a determinar realmente cuál es el español que habla Elda, sin nunca dejarnos Ilevar por los tópicos y las costumbres que, aunque sí que ten gan ese halo de romanticismo y de casticismo, no puedan ser aplicados o constatados en la actua lidad de nuestro hacer ling ŭ ístico. Bibliografia ALVAR, Manuel, Dialectología española, CSIC, Madrid,1962. ALVAR EZOUERRA, Manuel, La formación de palabras en español, Arco Libros, Madritl, 1996 3 BERNABÉ PONS, L.F., MARTÍNEZ EGIDO, «Observaciones so cioling ŭ ísticas sobre el uso tlel sufijo tliminutivo» en Alborada, n° 35,1988, págs. 63 - 73. FERNÁNDEZ SORIANO, 0., TÁBOAS BAYLÍN, «Construcciones impersonales no reflejas», en BOSOUE, I, DEMONTE, V., Gramática descriptiva de la Lengua Española, to mo 2, Espasa Calpe, Matlrid, 1999, págs. 1723 1805. GIMENO MENÉNDEZ, Dialectología y Sociloling ŭ ística es pañolas, Universidad de Alicante,1990. QUILIS, Antonio, y FERNÁNDEZ, Joseph, Curso de fonética y fonología españolas, CSIC, Madrid,1982 10. ROMAINE, Suzanne, EI lenguaje en la sociedad, Ariel Lin giiística, Barcelona,1996. SECO, Manuel, Arniches y el habla de Madrid, Alfagiiara, Madrid,1970. ZAMORA VICENTE, A., Dialectogía española, Gredos, Ma dritl,1970 F L EQ ^P I UL EL BAL ANQ Y, ^ LAS T ES aÉ^ADA ]^ ^ SAPARICIC)N, PE^, All1ECE iTIV L ,^^^^^^.^.^..^. ^.^....,^,,.,..^ EI Pizarro sentó cátedra en Elda ► Una de las formaciones clásicas del Pizarro. De izquierda a derecha, plantados: Laureano, Ríos, Ángel, Martínez, Julián, Arráez, Pepico Amat (entrenador). Agachados: Sácrates, Busquier, Fernando Tomás, Gili, Quique, Maestro e Isidro Rico (delegado}. 11 de febrero de 1968. I acabar la guerra civil española floreció el Frente de Juventudes, de cuyo organismo emanaron conjuntos de baloncesto, fútbol y balonmano masculino. Este último deporte despertaría inusitadas pasiones entre los aficionados gracias al impulso que aportó un grupo de entusiastas eldenses quienes, bajo el nombre del Pizarro Frente de Juventudes, ensamblaron un equipo que sentó cátedra en la ciudad y pese a su desaparición, hace casi 30 años, han brotado nuevas raíces para que Elda continúe siendo baluarte del balonmano español. 106 g^e^tas ^ d e p o r t e I iniciarse los años cuarenta, la práctica del baloncesto, el balonmano y el fút bol comenzó a ex tenderse entre los jóvenes de la ciudad. EI basket fue un de porte que arraigó en Elda y, fru to de esa afición, proliferaron equipos locales como el Coco, Ancla, Propano, Bahía, Yola o el equipo del Frente de Juven tudes. Pese a la precariedad de instalaciones deportivas que entonces tenía Elda, se apro vechaba cualquier terreno para «remozarlo» y convertirlo en una improvisada cancha. Así las co sas, en un solar ubicado junto a la fábrica de «Los Vacíos», si tuada detrás del cine Lis, co menzaron a jugarse partidos de baloncesto. AI lado de una de las canastas existía un refugio construido durante la contienda civil. Muchas veces el balón se ► Equipo de fútbol del Pizarro que se proclamó en Teruel campeón de España amateur venciendo en la finalísima al Santander por 2-O. De izquierda a derecha, plantados: Asensi, Román, Oriente, Escultia, Emiliano, Felete y Mateo. Agachados: Barbe, Capó, Charles, Tacón y Calvo. 1951. alojaba en él y había que bajar las escaleras pa ra recuperarlo. Por aquellos años, destacaban jugadores que después dejarían el baloncesto para jugar al balonmano con el Pizarro, casos de: Julián, Miró, Moreno y Escámez, entre otros. Llegan los éxitos A finales de la década de los cuarenta, el Frente de Juventudes impulsa el balompié. Na ció el Pizarro de fútbol y consiguió buenos re sultados. Pero fue la tarde del 8 de abril de 1951, en el rectángulo de juego del campo de Teruel, cuando un grupo de jóvenes eldenses se batían el cobre defendiendo los colores rojiblancos del Pizarro. EI equipo de Elda representaba a la provincia alicantina y en la final del Campeonato de España amateur doblegó, en un soberbio parti do, a la selección de Santander por 2-0, con go les de Escutia y Oriente. La gesta tuvo una gran repercusión y el equipo eldense fue recibido in cluso por el Gobernador Civil, Jesús Aramburu. La Ilegada del autocar a Elda fue apoteósica y los jugadores, sacados por las ventanillas del au tobús, fueron trasladados a hombros hasta la iglesia de Santa Ana. Ese mismo año de 1951 sería el último del Pizarro como equipo de fútbol. «Nos dijeron que debíamos ser de Falange y no sotros contestamos que sólo queríamos fútbol, sin política», recuerda uno de los jugadores de en tonces. La extinción del Pizarro dio origen al na cimiento de la Unión Deportiva Elda, que se nu trió de él y de otros equipos de la ciudad. Eclosión del balonmano Poco tiempo después, tomó el testigo el equipo de balonmano masculino Pizarro Frente de Juventudes con varios jugadores que habían de jado el basket. La denominación de Pizarro vino porque el Frente de Juventudes concedía un nombre de «conquistador» a cada centuria que tenía. Por esa razón el nombre del equipo pro cedia del conquistador Francisco Pizarro. EI balonmano comenzó a disputarse en el campo de deportes EI Parque, lugar donde ac tuaban el Eldense, La Unión y, con anterioridad, el Ulises Hockey Club. En un campo de tierra se limitaban las dimensiones de una cancha de ba lonmano y los aficionados se situaban en las es casas gradas existentes y en sillas que también se colocaban para presenciar los partidos. io^ O$ EL PIZARRD SENTÓ CÁTEDRA EN ELDA d e p o r t e que medirse en una liguilla con el EI che y Ciudad Jardín de Alicante, de Li- ga provincial. EI Obras del Puerto permaneció en la categoría, pero el Pi zarro descendió en favor del Elche. La pista Paz ► Quique lanzando a puerta en un partido contra el Altos Hornos disputado en la Písta Paz. 9 de octubre de ysss. Primer ascenso EI primer éxito del equipo de balonmano masculino Pizarro Frente de Juventudes Ilegó en el año 1959, tras disputar una liguilla de ascen so ante el Elche y el Obras del Puerto de Alican te. Los alicantinos se proclamaron campeones provinciales y ascendieron, mientras los ilicita nos no se presentaron a jugar en Elda. Eso otor gó el subcampeonato provincial al Pizarro, lo que le valió para ascender a la División de Honor del balonmano masculino español. Su debut en la II Liga nacional de máxima categoría fue en casa. EI 18 de octubre de 1959, a las doce de la ma ñana, el Pizarro debutó en la División de Honor frente al equipo que años después le empujaría a su desaparición, el Club Atlético de Madrid. Ganaron los colchoneros por un ajustado 10-11 que agradó mucho al numeroso público que se dio cita en EI Parque. Aquel día el Pizarro formó con Vicente y Coppi; Emilio, Ramón, Sócrates (2), Gómez, Carcase (2), Julián (4), Zahonero, Pa co y Quique (2). EI Atlético de Madrid alineó a Espinosa y Gonzalo; Góngora (3), Hernández, Bravo (2), Maestre, Harguinday (1), Medina (4), Villita, Tato (1) y Neila. En aquella temporada, la de 1959-60, el Pizarro se vio obligado a disputar una promo ción de permanencia en División de Honorjunto al Obras del Puerto. Los dos equipos tuvieron Poco tiempo después, el Piza rro se vio obligado a jugar en suelo de cemento y utilizó el cine Gloria de verano, (frente al ambulatorio de la calle Padre Manjón). Sin embargo, al caerse la pantalla cinematográfica, este recinto cambió de nombre pa sando a denominarse cine Paz. AI ju garse los partidos de balonmano en invierno se podía utilizar el patio de butacas como cancha. Una de las porterías estaba colocada bajo de la pantalla del cine y la otra delante mis mo de la cabina de proyección. En un lateral se construyeron gradas de madera y durante los partidos se colocaban sillas alrededor de todo el rectángulo de juego. Segundo ascenso EI segundo ascenso del Pizarro a la Divi sión de Honor fue en el mes de abril de 1961 cuando, después de acabar invicto en la Liga provincial, ganó las doce jornadas de Liga. Dis putó el décimo campeonato de España de pri mera categoría ante el Atlético de Córdoba, Le vante de Valencia, OAR Gracia de Sabadell y el Anoeta de San Sebastián. Se jugó, del 5 al 9 de abril, en la cancha del Obras del Puerto de Ali cante y el Pizarro logró un éxito absoluto al superar esa fase de ascenso a División de Honor sin perder un solo encuentro. De esa forma tan brillante, el Pi zarro retornó, en la temporada 1960-61, a la élite del balonmano español, actualmente denominada Liga Asobal. Aquel equipo que logró el segundo ascenso estuvo compuesto por Vicente y Coppi; Ramón, Julián, Paco, Lloréns, Martínez. Sócrates, Escámez, Gómez y Quique, La afición Cada domingo que el Pizarro jugaba en EI da estaba arropado por una fiel afición que se con vertía en el jugador número ocho. Con los gritos de ánimo y al estar tan encima de la can cha la atmósfera para los equipos vi sitantes se hacía poco menos que irrespirable. Los obuses de Julián, las palomitas de Laureano, la contunden cia de Sócrates, la habilidad de Arraéz y los vuelos rasantes de Pepe Martínez, entre otros, eran letales para los con juntos que pretendían sacar puntos de la pista Paz. Los grandes expresos del balonmano español de aquella época sucumbieron en cancha eldense. Gra nollers, Atlético de Madrid, Barcelona, Altos Hornos de Sagunto, Salleko de San Sebastián... regresaban a su punto de origen con la impotencia de ver como un grupo de jugadores aficio nados les daban todo un repaso de fuerza y coraje, únicas armas que tenía el equipo que entrenaba el inolvidable Pepico Amat para frenar a aquellos tra satlánticos que tenían más calidad y técnica que el Pizarro. Curiosidades ► Sarabia lanza a puerta en un partido contra el Sabadell, que ganó el Pizarro por un apretado 11-10. EI partido se jugó en la pista polideportiva, entonces descubierta. Hoy en las categorías superiores ya no se permite jugar al aire libre. 9 de tebrero de 1969. En el transcurrir del tiempo, según el le gendario Julián Lloréns, el Pizarro tuvo otros nombres como Pizarro Antiguos Miembros del Frente de Juventudes, Club Balonmano Pizarro y el cuarto y último nombre del equipo en el mo mento de su desaparición, fue el de la Sociedad Cultural y Deportiva Pizarro. Los presidentes que tuvo la entidad piza rrista fueron Francisco Miró Cremades, Lorenzo Lorenzo Lorenzo, que después sería edil de De portes, Alonso González Gordillo y el cuarto y último presidente fue Fernando Tomás Martínez. Tres fueron los entrenadores que tuvo el Pizarro. Primero comenzó el inolvidable José Amat Cer dán, Pepico Amat. Le siguió Antonio Berenguer Valero, que residía en Alicante y sólo ponía el carnet para evitar sanciones. Y, finalmente, el propio Julián Lloréns Amat que, según su pro pia versión, «desempeñaba las funciones de téc nico y jugador». EI Atlético de Madrid A buen seguro que nadie Ilegó a pensar que todo un club histórico en el deporte español provocaría la desaparición del Pizarro como equi po de balonmano. EI Atlético de Madrid y la Fe deración Española de Balonmano de aquellos años se bastaron para terminar de hundir a un modesto conjunto que estaba muy bien arropa do por una afición que soportó las injusticias de una ley que, todavía muchas veces, continúa fa voreciendo que el pez grande se coma al chico. «Aquello fue una tropelía del Atlético de Madrid y de la Federación Española porque el Pizarro era un equipo incómodo y no podían con noso tros», comenta Jullián Lloréns al tiempo que re cuerda el poderío del club madrileño. «EI Atléti co de Madrid era el soporte de la selección na cional. Salvador Santos Campano, su vicepresi dente, desempeñaba ese mismo cargo en la Fe deración Española y su entrenador, Domingo Bár cenas, también era el seleccionador nacional. Y, por si faltaba poco, había generales que proce dían del Atlético Aviación. Todo eso jugó un pa pel decisivo en contra el Pizarro, equipo que, al ser de un pueblo, molestaba en Madrid», aseve ra Lloréns. Sin embargo, las relaciones entre el Pi zarro y el cuadro colchonero fueron, en sus ini cios, de lo más cordiales. Lógicamente, siem pre ganaban los madrileños y no pasaba na iio ► Los capitanes del Atlético de Madrid, Medina, y del Pizarro, Laureano, con el árbitro, el valenciano Cots. Ese día ganó el Atletico de Madrid 10-17 y se armá una gorda como consecuencia de lás decisiones arbitrales. 24 de octubre de 1965. da. EI problema Ilegó cuando los eldenses co menzaron a derrotar a los chicos de la capital de España. Cierto es que también perdían en EI da otros favoritos como Granollers o Barcelo na, pero sabían perder y no sucedía nada ex tradeportivo, ya que los catalanes asimilaban las derrotas con deportividad. Pero el Atlético de Madrid nunca Ilegó a entender que un conjun to de un municipio no capital de provincia les superara y complicara el título de Liga con las únicas armas posibles: ganas y pundonor en busca del triunfo. Primera derrota colchonera EI Atlético de Madrid perdió su primer encuentro en Elda después de cinco visitas. Fue en la temporada 1964-65 cuando el Piza rro dio todo un recital y goleó a los colchone ros por 15-6. En esa campaña los eldenses no cedieron un solo punto en casa en toda la com petición. Pero en Madrid el Pizarro siempre su cumbía, «porque los arbitrajes que sufríamos eran descaradamente parciales, expulsando a nuestros jugadores de dos en dos y de tres en tres», recuerda Julián. En la temporada 1966-67 el Pizarro sólo cedió un empate en casa ante el Grupo Seat de Barcelona, pero se proclamó campeón de invierno y al final de la Liga obtu vo la mejor clasificación de toda su historia al conseguir el cuarto puesto. En la campaña 1967-68 se produjeron lamentables incidentes. Fue el 28 de enero de 1968 cuando se jugó el último Pizarro-Atlético de Madrid en la pista Paz. No cabía un alfiler y a primeras horas del domingo había Ilovido, lo que motivo que varios aficionados acudieran al balonmano provistos de paraguas. EI juego resultó nivelado, pero controlado por el Pizarro. Sin embargo, a falta de escasos segundos y con un angustioso 14-13, el balón estaba en posesión de los madrileños que al contragolpe crearon la última jugada del encuentro. Pero de momento se frenó el ataque rojiblanco al aparecer un paraguas que despejó el esférico casi al mismo tiempo que finalizaba el tiempo reglamentario. Incidentes y sanciones Los balonmanistas atléticos rodearon al árbitro leonés, Gutiérrez, y se Ilevaron las ma nos a la cabeza al comprobar que el partido acabó de esa forma. En la calle los jugadores in ternacionales como Alcalde y Medina insultaron a la afición eldense, produciéndose lamenta bles incidentes como la rotura de cristales en al gún automóvil de los madrileños. EI 31 de enero de 1968 el Comité de Competición condenó al Pizarro a satisfacer una multa de 8.000 pesetas y tres partidos sin poder jugar en Elda. EI equipo eldense recu rrió y al final se mantuvo la sanción económica, pero los de Elda siguieron actuando en casa, aunque sin poder utilizar ya la pista Paz. Menos mal que la polideportiva estaba casi ultimada y el Pizarro pudo cambiar de cancha sin salir de la ciudad. , Ultima visita atlética EI Pizarro continuaba ha ciéndole sombra a los madrile ños en la lucha por el Campeo nato Nacional de Liga estando en juego el Trofeo Carlos Albert. En los enfrentamientos ligueros se sucedían las tensiones, ma rrullerías y actos extradeportivos que desencadenaron la pe nosa actitud del Atlético de Ma drid. Nadie olvidará aquel 7 de marzo de 1971 cuando los col choneros perdieron contra el Pi zarro por 16-6, encuentro sus pendido a los 14 minutos y 32 segundos de la segunda parte por los colegiados catalanes Jo sé Álvarez García y Ramón Franch Ribas, indicando éstos en el acta del partido que «el cuadro madrileño evidenció fal ta de combatividad y renunció a toda acción ofensiva». ► Incidentes en un partido en Elda contra el Atlético de Madrid, que ganá el Pizarro por un ajustado 14-13. 1968. En las gradas estuvo presente Roberto Ten dero, vicepresídente de la Territorial Catalana, que actuó de delegado federativo solicitado por el Atlé tico de Madrid. Se depositaron muchas esperan zas en él esperando que su testimonio sirviera pa ra sancionar al cuadro madrileño por su pasividad total, pero no fue así. Injustas sanciones EI 18 de marzo de 1971 se reunió en Ma drid el Comité de Competición que adoptó la medida de decretar la nulidad del partido, el cual debería disputarse a puerta cerrada y en cancha neutral. Asímismo, aplicando el artículo 115 del re glamento, entonces en vigor, se ordenaba que todos los partidos Pizarro-Atlétíco de Madrid se deberían jugar en campo neutral en lugar de dis putarse en suelo eldense. Además, se sancionó al club con 500 pesetas y a los jugadores Rafa el Martí con cuatro partidos y a Laureano García con tres. EI colmo de la manipulación federativa desembocó en la sanción que también aplica ron sobre los colegiados al inhabilitarlos por seis meses con la pérdida de sus correspondientes derechos de arbitraje. Descalificacián pizarrista EI Pizarro recibió todas las muestras de so lidaridad de diferentes clubes y organismos, pero no pudo admitir aquellas injustas sanciones. Por si faltaba poco, no pudo jugarse el partido Pizarro-Pi cadero de Barcelona por decreto de Antonio Por ta Vera, alcalde de Elda, quien desde el Ayunta miento, el 20 de marzo de 1971, remitió escrito al Pizarro prohibiendo la celebración de cualquier partido de balonmano en la polideportiva munici pal, lo que originó otra sanción para el cuadro el dense por no disputarse, el 21 de marzo, el en cuentro ante el Picadero. Pese a todos los avatares, el Pizarro si guió jugando en Elda y su último partido lo dis putó el 2 de mayo de 1971 ante el líder invicto Granollers, que luego sería el campeón de Liga y que casi pierde su imbatibilidad en la polide- portiva eldense, donde finalmente hubo empa te a 14 goles. EI 9 de mayo el Pizarro no se presentó en San Sebastián para medirse al Eguía Schottis y tampoco se pudo cerrar la Li ga en Elda, en la última jornada del 16 de ma yo, frente al Barcelona, porque el Pizarro fue descalificado del XI torneo liguero por la se TE^ = ^ ^1, ^^ ELDt^ 506oR3MfiC ..:. l11fá Df iflkTtl^i ^0 vf?E ::^ i: il LD^? :^:-_^ lQR_ z ^;...,... ^^^ ► 12 EL PIZARRO SENTÓ CÁTEDRA EN ELDA e;5 ► `tas ^^^ a e p C1 r t e ^ , ^^ Partido de homenaje al Pizarro en el que tomaron parte algunos antiguos jugadores. Enero de 1997. gunda incomparecencia. De esa forma tan tris te acabó su andadura el conjunto eldense des pués de militar once temporadas, diez de for ma consecutiva, en la División de Honor. EI ŭ ltimo homenaje Un cuarto de siglo después de su desa parición volvió a florecer el Pizarro: Con su clá sica elástica roja, calzón blanco y algunos kilos de más el mítico Pizarro volvió a presentarse ante su afición el 4 de enero de 1997, con an terioridad habían jugado un encuentro a bene ficio del hospital en el año 1975. Un millar de afi cionados ovacionó largamente a los Julián Llorens, Pepe Martínez, Laureano García, Octavio Arráez, Sócrates de la Encarnación, Francisco Miró, primer presidente del Pizarro, etcétera. Hubo momentos de recuerdo para quienes ha bían fallecido, siendo el más recordado el inol vidable Pepico Amat, entusiasta entrenador del Pizarro. En las gradas el comentario era las buenas mañanas balonmanísticas que el con junto eldense brindó a sus seguidores en EI Parque, la pista Paz y la polideportiva munici pal, pero también se comentó aquella injusticia deportiva donde se puso punto y final a una dilatada trayectoria deportiva que no perduró porque un modesto equipo de Elda incordiaba a un poderoso club de Madrid. SU ANUNCIO miger: Aaui ._^^e^c^, i EI presente Las raíces que dejó el Pizarro aportaron su fruto porque se potenció el balonmano desde los centros escola res y un equipo del Centro Excursionis ta Eldense, que ya jugaba a nivel pro vincial cuando los pizarristas actuaban en División de Honor, absorbió en el año 1973 al Juventud de Petrer siguiendo la estela dejada por aquellos legendarios jugadores que actuaban sólo por hacer deporte y por auténtico amor a los colores de un club que representó al ba lonmano masculino eldense por toda la geografía nacional. Después de aque Ila fusión, Ilegaron a actuar jugadores del extinguido Pizarro y, posteriormen te, otros de procedencia extranjera. Pe- ro en lo deportivo, el equipo masculino del CEE no supo recoger el testigo de jado por el Pizarro, pese a intentarlo en varias ocasiones. Sólo Ilegó hasta la División de Honor B, antesala de la Liga Asobal, pero no pudo mantener esa categoría y, actualmente, milita en Primera División. En 1992, otro equipo eldense, pero de chi cas, el Club Balonmano Femenino Elda Presti gio, logró ascender a la División de Honor, Ile gando a codearse con los grandes equipos fe meninos españoles y europeos. AI principio, la única ilusión era poder permanecer en la cate goría; luego, poder jugar la Copa de la Reina. Con el paso de los años, el equipo ve la posibi lidad de afrontar alguna competición europea. Después, el poder luchar por el segundo y tercer puesto de la competición liguera. Nadie se lo creía, pero en 1999 desbanca al poderoso Milar LEliana y se Ileva a sus vitrinas su primer título na cional: la Liga. En Europa, el ahora denominado Alsa Elda también pisa fuerte al conseguir Ilegar a semifinales de la Copa EHF. Poco a poco, el equipo eldense se ha convertido, junto a los po tentes equipos valencianos del Osito y Ferrobús, en un conjunto que ha tomado parte en todas las competiciones europeas. Además, en mayo de 1997, Elda organizaba la XVIII edición de la Copa de la Reina, que discurrió en el mismo es cenario que un triste 7 de marzo de 1971, el Club Atlético de Madrid, antes de diluirse su equipo de balonmano, hizo desparecer al Pizarro de la faz balonmanística. Carambolas a/ V z_ ^ ^r ra ura^a^isa, ILLAR EN ELDA con historia ste trabajo es producto de la curiosidad de un aficionado al billar, jugador mediocre con algún que otro momento inspirado, por conocer más cosas de un deporte de competición que desde hace tres décadas tiene en Elda un feudo natural, con dos nombres que sobresalen por encima de todos los demás: José Albert y Rafa García. EI «Vicente Baeza^ ► es el club más laureado de España del último cuarto de siglo dado el número de títulos conseguidos por sus miembros a título individual en prácticamente todas las categorías, pero sorprende que siga siendo un deporte, no ya minoritario, sino desconocido para una gran mayoría de la población. Y no es de extrañar porque, con el paso del tiempo, la práctica del billar en Elda se ha hecho cada vez más difícil al desaparecer del mapa las salas y mesas de billar, excepto las magníficas instalaciones que posee el club en la Ciudad Deportiva del Centro Excursionista. De tres salas de billar que Ilegaron a funcionar simultáneamente, hace muchos años que ya no queda rastro y así es difícil que se despierte la afición. En consecuencia, todo el nivel alcanzado por el billar local puede convertirse con el paso del tiempo en una colección de bonitos recuerdos porque, al contrario de otros países europeos o de algunas federaciones territoriales de nuestro país, Elda no se ha preocupado de su futuro billarístico. No se está facilitando el relevo generacional. A diferencia de hace tres décadas, hoy los jóvenes jugadores salen de las academias y ya no hace falta, aunque sea conveniente, tener una habilidad innata para manejarse con el taco y las tres bolas. Los secretos de este deporte arte-ciencia ya no se adquieren de forma autodidacta como se formaron Albert o, en menor medida, Rafa García. Hoy los grandes jugadores no aparecen por generación espontánea: se forman. Y en eso lo tenemos crudo. g^^t^s ^+^1 d e p o r t e 114 bill^r de competición en Elda adie más indicado que José Albert para adentrarse en los orígenes del billar de competición en EI da, que datan del año 1969. Ese año se jugó un campeonato de billar artístico en Alicante. José Albert conoció allí al que unos meses después se convertiría en el promotor del billar en Elda, Vicente Baeza, que era presi dente de la Federación Valen ciana de Billar y que daría nom bre al club posteriormente. EI club se denominó primeramen te «Joaquín Domingo», en ho nor del gran billarista español que consiguió proclamarse tres veces campeón mundial en la modalidad de billar artístico. ► Ambiente en las instalaciones de la Feria del Calzado durante la disputa del campeonato de Europa cuadro 47/2 el año 1974. Vicente Baeza fue, billarísticamente ha blando, el padre de todos los jugadores eldenses, en opinión de Albert. «Hizo mucho por mi, luego por mis hijos, por Rafa, por todoslos que han jugado al billar en Elda». Y es que en ese cam peonato de Alicante, Baeza se enteró de que en Elda había un buen jugador. «ÉI se interesó, vino por aquí, hicimos amistad y enseguida comen zamos a montar competiciones». De esa manera, en abril del 70 ya se jugó en Elda un campeonato de España de 2a cate goría, modalidad libre. «Desde entonces todos los años hemos estado compitiendo, hasta aho ra». Después de ese primer campeonato, empezó a jugarse a la banda y a los cuadros. Las tres bandas fue un poco posterior. Es decir, que se ju gaban las modalidades de juego corto, que son todas las modalidades excepto las tres bandas «En Elda se han organizado campeonatos de Es paña en todas las modalidades de juego corto, in cluso de billar artístico. También se han organi zado dos campeonatos de Europa, que han sido en la misma modalidad, el cuadro 47/2.» EI gusanillo del billar anidaba en alguna de las diferentes salas de billar con las que Ilegó a contar Elda hace tres décadas, todas ellas en la calle Jardines: Ivory, Lara y Monumental y, an teriormente, los Ilamados billares del Coliseo, adosados al cine del mismo nombre, donde hoy está situada la Plaza Mayor. Albert jugaba al billar desde la época en la que trabajaba en la fábrica de Vicente Esteve con otro chico que trabajaba en la oficina. «Yo no té que aquello me atraía y rápidamente me ilu- sionó». Eran mesas pequeñas. Había una mesa de competición, pero allí no jugaba nadie. «Siendo un crío, aquella mesa me parecía una plaza de toros». Según recuerda Albert, en los billares del Coliseo se jugaba mucho al juego de los palos o a las 41. «Pero a mi me gustaba más jugar a las ca rambolas y, de hecho, siempre estaba solo. EI due ño, Ortega, al ver mi lusión con el billar, incluso me dejó un libro para aprender y yo me tiraba allí ho ras y horas sin que me cobrara nada y Ilegó un momento en que empecé a despuntar». En aque Ila época había en Elda dos o tres buenos juga dores ya mayores: «el que fuera dueño del bar Ideal, Miguel Ceferino, y Manuel Verdú, Manolito. Cuando yo era aún un chaval, empecé a jugar con ellos, pero jugábamos un billar anticuado». g+estas d^^ d e p O r t e Vicente Deltell Valera Coincidiendo con la última época de los billares del Coliseo, también abre el Salón ivory. «Su due ño trajo una mesa gran match de competición que inauguramos con una partida entre Joaquín Domingo y yo». Luego, a partir del campeo nato de Europa que se hizo en Elda en el año 74, Ilevando mesas a la Feria, el club se trasladó al Casino. «Allí estuvimos unos siete u ocho años». Hasta entonces, ocasional mente se había organizado en el Ca sino algún campeonato de España instalando las mesas, porque allí no se practicaba el billar. La iniciativa en la organización de aquel primer campeonato de Europa la Ilevó el presidente de entonces, Fernando Álvarez, y «nosotros colaborába mos». José Albert recuerda tam bién como «en principio, en Elda había mucha afición. Luego des punté yo y posteriormente salieron ► Partido de liga de División de Honor de billar a tres bandas que disputaron en Elda el Club «Vicente Baeza» y el Club Billar Gandía el 6 de diciembre de y997, que fue retransmitido por el segundo canal de Televisión Española. otros jugadores como Vicente Vera u otros bue nos jugadores que también competían, aunque fuera en un nivel más bajo como Francisco Gar cía Morcillo o Juan García Muro. Más tarde apa recieron mi hijo mayor (José Albert Tornero), Rafa García y mi hijo pequeño (Miguel Ángel Albert Tornero). «La mayoría hemos sido campeones de España. O sea, que para un club con tan po cos jugadores, el nivel ha sido muy fuerte». Capacidad organizadora Después de pasar por el Casino, el club se trasladó a la Ciudad Deportiva del Centro Excursionista Eldense, donde también se han seguido organizando competiciones relevan tes, la última de ellas, el campeonato de Es paña modalidad libre organizado el año pasa do, que se adjudicó el catalán Jordi Amell. Y es que, además de por su nivel competitivo, a Elda también se la reconoce fuera por su ca pacida organizadora, aunque «a la hora de or ganizar somos muy poca gente. A veces nos cuesta solicitar un campeonato de España por que sabemos que van a ser tres o cuatro los que se van a encargar de todo. No es que no tengamos labor de equipo, es que somos po cos. La gente que ha venido aqui a disputar al gún campeonato se ha ido muy satisfecha, por que se le ha tratado muy bien. Porque sabe mos de qué va la cosa. Lo primero para que la gente esté a gusto es tener un buen material de portivo. Y eso lo tenemos, un material de lo mejor que hay en España». Albert se refiere a las mesas belgas que se compraron «hace 8 ó 9 años por 600.000 ptas. cada una y que hoy valen más de un millón. Las compró el club pero son propiedad del Centro Excursionista. Esas mesas «son de las mejores que hay en España» Aunque la calidad individual de los billa ristas eldenses está fuera de toda duda, no pa rece que el equipo que disputa la Liga nacional a tres bandas esté en sus mejores momentos, algo que desmiente José Albert, para el que hay que distinguir lo que es el equipo de lo que son las modalidades de juego corto, que se juegan in dividualmente. «Este año pasado se ha descen- dido a 1a División, pero hemos tenido un buen equipo. EI equipo estaba muy bien para mante nerse en la División de Honor, pero las circunstancias lo han impedido. A pesar de haber baja do, hay más nivel que nunca. Lo que ocurre es que la gente está más centrada en el juego cor to y se juega menos a tres bandas». 115 116 CARAMBOLAS CON HISTORIA Al^unos a^ unt es ^ o^ el ^uego del billar uegos de billar hay muchos (chino, in la referencia mundial del billar sigue siendo el glés-americano, holandés, romano, ru belga Raymond Ceulemans cuyo palmarés so...) pero el billar por excelencia, el (campeón de Europa y del mundo en todas las también Ilamado billar francés por su modalidades) y promedios siguen pesando en origen, es el que se juega con tres bo el billar actual^ las sobre una mesa rectangular y sin agujeros. Se sabe que existían mesas de billar ya en el siglo XVI, aunque no se popularizó el jue go hasta principios del siglo XVIII al autorízar se los billares públicos. En 1751 un francés, Henri de Vigne, fabricó billares de piedra recu biertos de tela y bandas elásticas. Medio siglo después, nuevamente fueron los franceses los que introdujeron la tercera bola, eliminaron los agujeros y crearon así el principio básico del billar: la carambola, nombre que, por tradición procede de Carambolle, un billarista famoso por su habilidad para hacer chocar su bola con las otras dos. Hacia 1818 se empezó a frotar con tiza el extremo del taco. Sauret descubrió los efectos laterales y su respuesta en las ban das. Mingot introdujo la suela de cuero en la punta del taco, cuya mejor adhesión le permi tió inventar el retroceso ( su nombre quedó in corporado al billlar al denominarse la bola roja como `mingo ). Hacia 1850, Michel Phelan in trodujo la banda de caucho y, veinte años des pués, se descubre la Ilamada «serie americana»; ya no sólo se hace la carambola, sino que se prepara la siguiente, posibilitando grandes ta cadas. Esta innovación se atribuye a los her manos americanos Cyrill y Joseph Dion, si bien la mejoró otro billarista francés, Vignaux. Para evitar la rutina con que la serie americana ma taba el espectáculo, Edmond Graveleuse ima ginó y creó el juego del cuadro. A partir de en tonces merecen mención también el billarista francés Roger Conti, padre de la concepción racional y moderna del billar, que ha permitido alcanzar los fantásticos promedios actuales, y el español Isidro Ribas, que por su imagina ción y portentosas facultades puede conside rarse uno de los pioneros del billar artístico o de fantasía. Si hablamos de las últimas décadas y aunque hace ya mucho tiempo que se retiró, M ESA Aunque las dimensiones de la mesa de bi Ilar pueden ser variables, siempre se guarda la proporcionalidad de ser el doble de larga que de ancha. Las medidas reglamentarias de la mesa de competición, también Ilamada de gran match, es de 284 metros de larga por 142 metros de an cha. Las mesas de calidad o de competición Ile van un sistema para climatizar la superficie a una temperatura sobre los 34-35°, que evita la hu medad y facilita un mejor deslizamiento de las bolas sobre el tapete. MODALIDADES Básicamente, en el billar hay que diferen ciar las cinco modalidades de juego corto: a la banda (la bola del jugador tiene que tocar una banda antes de hacer carambola), libre y los cua dros 47/1, 47/2 y 71 /2, de las tres bandas. Las modalidades de juego corto se disputan indivi dualmente y las tres bandas (la bola del jugador tiene que tocar tres bandas antes de hacer la ca rambola) se presta mas para la competición por equipos. Se considera erróneamente esta última la modalidad «reina» del billar simplemente por que hay más practicantes y es la más especta cular. De hecho, si el billar fuera considerado de porte olímpico, posiblemente sería ésta la mo dalidad elegida para competir, desestimando las del juego corto. En cualquier caso, la tensión del jugador es distinta si se trata del juego corto o de las tres bandas. Tanto el billar libre como los cuadros son modalidades de grandes series (en la modalidad libre se han Ilegado a superar las 11.000 caram bolas de una sola tacada). Aunque los cuadros crean una dificultad añadida en la ejecución de la e p O r t e Vicente Deltell Valera ► Cuadros 4711 y 4712: ► Cuadro 71/2. DIVISIONES DE LA MESA DE BILLAR PARA JUGAR LOS CUADROS. ► Según se trate de los cuadros 47/1 y 47l2 y 71/2, la mesa de billar se marca de manera diferente. Para Ias dos primeras modalidades, se divide en nueve cuadros, tal y como muestra el dibujo. Con un trazo fino, para el que se utiliza una tiza de sastre, se trazan dos lineas paralelas a 47 cros. de los extremos de la mesa, tanto a lo largo como a lo ancho.Y en cada uno de los extremos se dibujan, a caballo sobre éstos, otros ocho cuadros más pequeños, que tienen la misma función que los mayores. En la modalidad 7112, la mesa se divide en seis cuadros más grandes al trazar una linea central a lo larga y dos lineas a lo ancho a 71 cros de los extremos, con cuadros más pequeños también en los extremos de las líneas. ► La diferencia entre el cuadro 47/1 y el cuadro 47/2 es que mientras en 47/1 el jugador no puede realizar una carambola sin que alguna de las dos bolas contrarias salga del cuadro en el que está, en el cuadro 47l2 el jugador puede hacer una dentro del mismo cuadro. En la modalidad de cuadro 71/2, similar en el planteamiento con el cuadro 47/2, la diferencia es que, al ser los cuadros mayores, se crea una mayor dificultad. En las tres modalidades del cuadro el reglamento permite que tras efectuar el recorrido de salida, se retorne de nuevo al mismo cuadro anterior, posibilitando el hacer series notables. Las modalidades al cuadro requieren un gran grado de técnica, además de ser más amena para el jugador alcanzando también, en razón de las dificultades, la máxima ciencia del billar. carambola, igualmente se pueden conseguir va rios cientos de carambolas de una sola tacada. También existe la modalidad del billar ar tístico, si bien es bastante diferente de las anteriores ya que la competición consiste exclusivamente en realizar una serie de figuras sobre la mesa y el jugador tiene tres intentos para hacer la. No se improvisa nada. Según Albert, «es bo nito verlo una vez, pero Ilega un momento en que cansa». Otra modalidad muy popular en Elda en su época fue el juego de las 41, hoy en desuso. Se jugaba por interés. Cada uno de los jugado res ponía una cantidad de dinero fija ( un duro por ejemplo) y el que ganaba se Ilevaba todo el dinero, menos el 20% que se quedaba la casa. Se ponían 10 palitos numerados dando la vuelta a la mesa. Cada palito tenía un valor. EI jugador tira ba con su bola golpeando otra para derribar pa litos hasta sumar 41. Según Albert «era un juego muy bonito que se ha perdido, aunque también era muy vicioso, porque empezabas jugándote un duro y acababas jugándote la casá». INDUMENTARIA EI uniforme de competición en el billar con siste en pantalón negro, calcetines y zapatos ne gros. Camisa de color liso o blanca, un chaleco de fantasía y pajarita. En la Liga, aunque no es obligatorio, «a veces jugamos así también», dice José Albert. TACOS Un buen taco puede costar entre 90 y 120.000 ptas. Hay fetichismo con el taco, según AI bert. «Rafa García siempre juega en el juego corto con uno que le regaló un amigo valenciano. Yo jue go con dos: uno que me costó 120.000 ptas. y con el que estoy jugando ahora, que me costó 30.000 y es un buen taco». EI hecho de que sea más caro se debe a que es mejor madera, o está mejor terminado. De todas formas, para Albert, «el taco hay que sentirlo», eso es lo importante. ` Datos extraídos de la Enciclopedia Salvat de los Deportes. 117 la referencia de osé Abert ha sido la referencia del billar el dense. Fue el primero que se introdujo en el billar de alta competición y, además, muy pronto comenzó a ganar campeo natos nacionales. Una docena de títulos de primera categoría y tres de segunda engrosan su impresionante palmarés. Más conocido en Elda por E/ Yuli, Albert ha sido el espejo en el que se han mirado las sucesivas generaciones de billaristas, in cluidos sus dos hijos, que también han conseguido proclamarse campeones de España. A sus 63 años, Albert no renuncia a seguir jugando al billar de alta competición, aunque en la actualidad, al haber perdido un puesto en el ranking, tenga que bregar en las primeras eliminatorias de los campeonatos nacionales para poder acceder a las fases finales (en el último campeonato de Es paña al cuadro 47/2 disputa do en Barcelona a finales de noviembre ha quedado 4°). Y es que como él dice, «mien tras tenga ilusión y hasta que pueda, lo haré, porque no sé lo que es perder la ilusión por jugar al billar en toda mi vida». iEn qué modalidad te sientes más cómodo? Me gustan todas las moda lidades. En juego corto, la más sacrificada es la libre, porque es muy pesado entrenar, quizá es la que me nos me gusta. Luego, las modali dades de cuadros le gustan a to do el mundo. Y a la banda, yo diría que es la modalidad reina del billar. Yo me defiendo bien a todas, pero creo que lo hago mejor a la banda. iQué cualidades debe tener un jngador de billar? billar en Elda Como en todo, hay que tener una predispo sición.Y si se tiene un jugador experimentado al la do, mejor. También hay que tener mucha ilusión por jugar y fuerza para superar los momentos de desgana que aparecen tarde o temprano por dis tintos motivos. Igualmente, es fundamental la ex periencia, saber que una partida la puedes ganar o perder por una carambola. Luego está el poder, la juventud, la vista y el nivel. Tú puedes tener segu ridad, aplomo, pero si te faIla la vista... iQué proporción de ciencia, arte y de porte dirías que hay en el billar? Yo diría que tiene mucho de deporte, estar físicamente bien te ayuda, y más en el juego corto, en el que continuamente te tienes que estar estirando en la mesa. No es sólo aguantar la presión de una partida de dos o tres horas. A veces, una persona que es más alta que yo no Ilega donde yo Ilego. A base de jugar uno se crea sus propias habilidades y, aunque uno no se dé cuenta, hace ejercicio. Y luego, además, tie nes que aguantar la presión de la competición. iDónde está la magia del billar? En que es un juego muy bonito, de habi lidad y de conocimientos. Es un conjunto de cosas muy difíciles. Creo que es más difícil que el ajedrez, en comparación con otro de porte `mental. Tienes que tener coco, sensibi lidad en las manos, dominio de los nervios. Creo que hasta educa en la manera de vivir. Pero hay que cuidarse, porque es muy importante encontrarse bien física y mentalmente. Para jugar bien y aguan- tar en lo alto hay que Ilevar una vida or denada. iEn qné consiste básicamente el entrenamiento de un billarista? Lo que más hacemos es sobre todo práctica, según la modalidad que vayamos a jugar, estudiar las dudas o problemas que uno tiene con cierto tipo de jugadas. ^Hasta qué punto in fluye tener un mal día en el resnltado de una competi ción? Un buen resultado de pende mucho del día y del mo mento. Se da mucho la cir cunstancia de que empiezas una partida de maravilla y a fal ta de una carambola, no eres capaz de acabarla y la pierdes. EI juego no está siempre igual, así como tampoco uno mismo. A veces, la disposición del jue go te anima, te ayuda a estar más centrado y, al revés, cuan do el juego se queda negativo, empiezas a mosquearte y te desconciertas. Y el contrario también influye. Si un jugador fuerte te mete una tacada de 100 carambolas en una parti da al cuadro eso pica mucho y te hace jugar con más tensión y más nervios. Pero el nivel se (primera por fa izquierda) y José Albert, en el estreno de la rnesa gran match que trajo el dueño del Ivory. Abril de 1969. aprecia en los promedios de cada jugador. La suer te sólo influye cuando hay igualdad entre los ju gadores. La suerte forma parte del billar, pero por encima de todo está el nivel del jugador, sus pro medios. iEn qué medida ha perjudicado al billar clásico el hecho de que en bares y salones re creativos sólo hayan ya mesas de billar ameri cano? La mala imagen del billar le viene por la que ha tenido en las películas (vasos de whiski, peleas, mal ambiente...), pero ese billar no tiene nada que ver con el nuestro, que es puramente deportivo. No hay mayor interés que el que uno vaya mejorando de promedio. Es poco probable que los jóvenes se aficionen, además de por no haber sitios donde jugar, porque tienen muchas cosas para divertirse y es difícil que sean capaces de encerrarse a practicar cuatro o cin co horas diarias sin ver el sol. También es difícil porque jugar al billar cuesta dinero.Tiene que ser donde haya un club, tienen que haber unas con diciones. También influye en la falta de populari dad del billar el que cueste tanto que se retrans mita alguna partida por televisión. Sólo de vez en cuando se televisa alguna partida a tres ban das, la modalidad, por otro lado, más aceptable para la tele. Con ese panorama, la conclusión es qne el billar en Elda no tiene relevo generacional... Hay varios jugadores jóvenes en la moda lidad de juego corto que son mis hijos o amigos de mis hijos. Pero es muy difícil que salgan otros. En tres bandas sí que hay más posibilidades, por que no hay que estar años. Por ejemplo, Tino Callado si no jugara a tres bandas no jugaría al bi Ilar. Para jugar al juego cor to al nivel de un campeonato de España, hay que empezar joven y sacrificarte muchos años. Hay que estar continuamente jugando y se acu sa más la falta de práctica. Estar dos días sin ju gar se nota mucho. iEcháis en falta en el club más apoyo de la afición o de las instancias deportivas? La situación del billar en Elda es parecida a como está en el resto de España. Hoy por hoy en 119 120 el juego corto no sé qué pasa. Pienso que los dirigentes no están motivados con las modalidades de juego corto, que es la madre del billar, lo difícil. Porque en las tres bandas un jugador mediocre pue de pasar más depercibi do. Lo que lamentamos es que con el nivel que hay en Elda (en una final del campeonato de España, de los seis finalistas, tres hemos sido de Elda y he mos quedado incluso pri Jordi Amell perdió la final del campeonato de Eu ropa por una carambola. España ya cuenta con varios jugadores de nivel mundial en varias mo dalidades. gHay algo qne aynde a enfrentarse a la tensión de nn campeo nato? Hay que comer po co. Rafa García, por ejem plo, cuando tiene una par tida importante no come. Yo no soy de esa opinión. . ._.. •._ ._. . .. • • . . . • _ ^ • ^ • ^ • . . . _ .. mero, segundo y tercero), la gente o está muy can sada de vernos o no sé qué será, pero hay veces que jugamos aquí y no viene nadie a vernos, cuan do en otros clubes de la Comunidad les gustaría vernos jugar allí todos los días. iCómo se aficionaron tns hijos al billar? Yo no he obligado a ninguno de ellos, pe ro han vivido el ambiente, han venido mucho conmigo y el mayor, ya con 15 años, fue campeón de España junior. Y el pequeño igual. En el cam peonato de Europa del 83, tenía ocho años y ya venía vestido de billarista, con su taquito y to do, y le faltaba tiempo, entre partida y partida, para cogerlo y aún no Ilegaba a la mesa. iCómo ves el nivel del billar español res pecto Bélgica o Holanda, los países reyes de es te deporte ? España últimamente ha subido mucho. Hemos tenido suerte en tener grandes billaris tas. Primero con Joaquín Domingo en juego cor to. Joaquín Domingo fue el primer gran jugador que vino a Elda. Vino a montar mesas de billar. Por aquella época quedó campeón de Europa en Alicante. Y también fue campeón del mundo. Luego Pepe Gálvez, que ha sido campeón del mundo y de Europa. Pe ro eran jugadores que salían de tanto en tanto. Luego ha habido algún campeón del mundo en billar artístico. Después de un tiempo salió otro catalán, Dani Sánchez, Hay que comer al menos un poco, no mucho, por que entonces la presión se te sube al cuello. iLas relaciones entre los billaristas sne len ser bnenas? Las relaciones son sanas, aunque hay sus cosas. Yo he estado en un campeonato de Eru ropa y viendo hacer maravillas a un jugador bel ga, no podía por menos que admirar como le so naban a música las bolas. En cambio, un jugador catalán se fue de mi lado porque no lo aguanta ba. La envidia deportiva es mala. Para jugar al billar hay que saber aguantar, si hace falta, dos horas en la silla viendo como el contrario te ha ce cuatrocientas carambolas seguidas. Ha cambiado mncho la competición respecto a cnando tú empezaste? Antes, los campeonatos de España eran cerrados a ocho jugadores, los campeones de cada zona y ése iba con los gastos pagados. Últimamente hay unos premios establecidos y, cuando no son campeonatos cerrados, en los que se seleccionan los participantes por rán king, tienes que ir por tu cuenta. Para que no te resulte muy costoso, si pierdes el primer día te vuelves, como en el te nis. Yo he perdido un puesto en el ránking y ahora tengo que pasar una eliminatoria el jue ves. Antes siempre se ju gaba el viernes la prime ra partida. Si pasas esa eliminatoria, ya cobras un poco. En juego corto, .. ._ ._ . . . . . . . - - ^ - ^ . . . . que es de la edad de mi hijo y que es campeón del mundo a tres bandas. A sus 26 años, es to da una figura. Ahora hay dos o tres jugadores catalanes muy fuertes, lo mismo que está muy fuerte Rafa García.Y de hecho, recientemente, el campeón de España cobra 100.000 0 130.000 ptas. En tres bandas, el premio es mayor, unas 350.000 ptas. Luego hay premios a la mejor ta cada, el mejor promedio, etc. Pero no se pasan con los premios. e p O r t e Vicente Deltell Valera EI gran momento de a última temporada ha sido, seguramente, la más exitosa de Rafa García, de las veinticinco que Ileva en la alta competición. A la consecución de un nuevo título nacional en el cuadro 47/2, veinticuatro títulos en total cubriendo las cinco modalidades del juego corto, hay que añadir las medallas de bronce conseguidas en los campe onatos europeos y mundial en el cuadro 71/2, triunfos que le han aupado al tercer lugar del ran king europeo. Este palmarés que Rafa García ci ta con orgullo es el fruto de una dedicación ab soluta al billar. Para un jugador que cuenta con 41 años («creo que tengo una edad estupenda y aún me queda mucho») el nivel y el momento de forma demostrado este año augura logros ma yores, algo que, por otro lado, no le preocupa mucho a Rafa. Después de haber tomado parte, sin demasiada suerte -todo hay que decirlo- en el campeonato de Europa libre celebrado en Ho landa a principios del pasado mes de noviem bre, Rafa García ha comenzado una nueva tem porada cargada de competiciones, entre las que destacan la par ticipación en los cinco campeo natos de Es paña (el primero de ellos, nuevamente al cuadro 47/2 se lo acaba de adjudicar), otros tres campeonatos europeos y una más que posible participación en un cam peonato del mundo de pentlaton (las cinco modalidades a la vez), al que se accederá por invi tación de la Unión Mundial del Billar. «Tengo la es peranza de que me inviten», dice ilusionado ^Cómo recuerdas tas inicios en el billar? Fue en los primeros años 70, con 10-11 años. En aquella época yo estudiaba en Ali cante y jugaba al billar lo mismo que jugaba al ping-pong o al futbolín, ya que estaba todo mezclado. A partir del año 75, mis amigos Jo sé Albert Tornero y Salvador Lacárcel me dije ron: si quieres jugar al billar vente al Casíno. Allí está el club y está José Albert. Asi que con 16 años me inscribí en el club como jugador junior y me di cuenta de que el billar me gustaba mucho más que para pasar el rato. Desde en tonces, han sido veinticinco años de muchas competiciones. iPensabas entonces que el billar iba a ser tu mnndo y qne podías llegar a conseguir lo qne has consegnido? Han habido jugadores en España que me han dicho últimamente que cuando empecé a jugar al billar yo ya quería ser campeón de Es paña. Pero eso no tiene ningún sentido. Quizá lo dicen porque he conseguido Ilegar a serlo, pero cuando uno tiene 16 años, y más jugando al nivel primitivo con el que yo jugaba, no pen saba ni siquiera ser campeón de Elda. Jugaba al billar porque me gustaba. 121 CARAMBOLAS CON HISTORIA iPero te verías al menos con unas con diciones innatas, o tn progresión ha sido fruto más de la práctica? Más que nada era una sensación particu lar, yo veía que se me daba bien, que tenía facilidad, pero sobre todo veía que sabía interpretar el billar, el movimiento de las bolas. iTu formación billarística ha sido anto didacta o le debes algo a alguien en ese senti do, por ejemplo a Albert? Creo que todo el mundo le debe algo a al guien, aunque seamos todos autodidactas. Qui zá yo he tenido la suerte en una época más mo derna de poder recibir clases, incluso en Bélgi ca, donde estuve hace nueve años. EI gran va lor de Albert es que él era la referencia para to dos los que estábamos por detrás. EI hacía un juego más aventajado, era ya campeón de Es paña de segunda categoría, ya jugaba en pri mera categoría cuando yo empecé y era una refe rencia muy válida. iNo has tenido en tonces nadie que te guia ra en los primeros pasos? Creo que nadie puede decir que haya habido maestros en Es paña. De hecho, la figu ra del maestro no exis te. Ahora quieren im plantarla y hasta parece que el billar va a ser de porte olímpico, aunque yo no me lo creo. La verdad es que en países como Holanda, Bélgi ca, Alemania o Francia el papel del profesor está muchos años implantado. Hay academias y salen jugadores por un progreso federativo, no surgen por generación espontánea como en España o como en Elda. Tú has sido campeón de España de las cinco modalidades, pero ^en cuál de ellas te sientes más cómodo y cuál consideras qne es la más difícil? Cuando alguien empieza siempre lo ha ce jugando a las carambolas, la modalidad libre, aunque en España los comienzos ahora no son muy correctos, ya que la gente empieza ju gando a las tres bandas, pero eso es otra cues tión más complicada. En el caso mío, yo siem pre he jugado a todas las modalidades, sólo que quizá lo que mejor se me dé son las mo dalidades de reunión de tacadas muy largas: libre, las tres modalidades de cuadro y a la ban da, modalidades que tienden a la reunión y a hacer grandes series. La modalidad de las tres bandas requiere menos sacrificio y no me gus ta excesivamente, pero es la que se presta a la competición por clubes. Yo me he volcado más en las competiciones de tipo individual. iUn jugador de billar tiene que tener unas cualidades determinadas? AI ser los jugadores autodidactas, en España siempre ha existido la idea del jugador de billar asociado a la destreza, a la habilidad. Pero al visitar otros países, me he dado cuenta de que cualquier persona puede jugar al billar si le enseñan, si hay academias y profesores, que es lo que no hay en este país. Por eso han desta cado los que han sido habilidosos.. iQué proporción dirías que tiene el bi llar de ciencia, arte y deporte? •. _ . . • . • •• . . • • _ a • • _ • • _ a • . .• Pienso que el billar es un arte, evidentemen te, pero también doy vo tos porque la gente en tienda que esto es un de porte en el sentido de que hay jugadores que aca ban una competición y pierden kilos, quizá pro ducto de los nervios tam bién. ^Hasta qué punto es arte o deporte? Creo que combinando ambos conceptos compren deríamos lo que es realmente el billar, un arte deporte. ^Crees que en Elda está valorado el ni vel de sus billaristas iCómo ves la afición al billar y qué tipo de apoyos necesitaría? Toda España sabe que el club de Elda es el club más laureado de los últimos veinticinco años. A nivel individual, cuatro o cinco jugadores hemos conseguido más de 40 campeona tos de España, con jugadores internacionales. Eso debería implicar el que fuéramos popula res, pero no sé por qué causas mucha gente de Elda lo ignora. Quizá sea falta de promoción, no lo sé. Lo cierto es que el hecho de que haya fan cionado un club ha servido para qae el billar despuntara como deporte pero, paradójicamente, ha desaparecido como práctica popular. Es muy cierto que se ha perdido la afición a jugar al billar. También han cambiado los tiem e p O r t@ Vicente Deltell Valera pos y hay más opciones de divertimento. En cualquier caso, todo el mundo sabe que el club de billar está en el Cen tro Excursionista Elden se ya catorce años. En tiendo que hay que ser socio del CEE para po der entrar, pero quizá haya otras causas que hayan influido en la dis minución de practicantes, aunque no doy con ellas. iEn ta caso, lle gar más lejos de lo qne has llegado depende de ana mayor dedicación o más sacrificio? A mi el billar me divierte, lo que pasa es que Ilego hasta donde Ilego. Cada cual tiene su tope. No creo que haya Ilegado aún a mi tope, ni mucho menos, por que a mí edad es mag nífico lo que me espe ra. Pero para mi el billar nunca ha sido un sacri ficio, siempre me ha di vertido. Disfruto incluso en las competiciones. A partir de ahí, a jugar al billar y lo que venga, venga. No creo que ha ga falta un sacrificio es 80. También recuerdo el primer campeonato absoluto en el 88 o el subcampeonato de Europa del año 93. A partir de ahí, han habido otros campeonatos de España que he ganado, veinticuatro en total. Hay unos que recuerdo más que otros, como recuerdo haber hecho quintos y sextos puestos en Europa, que ya es importante. Aunque, la hora de valorar, se va loran las medallas y conseguir en una misma temporada como ésta un bronce europeo, un bronce mundial y un tercer puesto en el rán king europeo al final de temporada, pienso que es un año bastante redondo y para recordar. Va a ser difícil que lo iguale. 0 0 0 pecial para conseguir más cosas. De hecho, este año he conseguido unas buenas medallas a nivel europeo y mundial y no es porque haya hecho un sacrificio previo. Hay que competir y el que compite puede ganar a perder. No creo que haya que sacrificarse mucho más. Yo en treno dos horas diarias. En este momento no pretendo entrenar muchas horas, sino aprove charlas bien. De todos tus éxitos, icnáles recnerdas con más satisfacción? iQnizá los de este año? Uno siempre recuerda el primer campe onato que gana, que para mi fue el campeo nato de España juvenil que conseguí en el año 123 124 iEn el billar existen los momentos de gracia, las malas rachas y la mala snerte o to do billarista juega acorde con el puesto que ocnpa en el ránking? Sí que existen. Ha habido temporadas in cluso habiendo quedado campeón de España, que no me encontraba a gusto, no disfrutaba. Sólo que, a la hora de competir, ganaba, tenía esa suerte. Pienso que es te año, aparte de los triunfos que he conse guido, realmente me he encontrado a gusto y en estado de gracia. Y en tonces la suerte también tefavorece. ^Por qué te mar chasta a Alicante? iNo estabas a gnsto en el equipo del CEE? Porque, de hecho, tu sigues entrenando aqní... Ha ocurrido lo mismo que en la tempo rada 92-93, que me fui a Lérida. Simplemente porque me ficharon en la Federación Catalana y el año pasado el Alicante Billar Club quería fi charme y me fichó. Y esta temporada también me voy a quedar en Alicante porque me interesa lo que me ofrecen. EI hecho de haberme ido a Alicante no tiene que ver nada con haberme ido de Elda. A efectos de competición, yo ten go licencia federativa por Alicante simplemente por un fichaje. ^ iEn el billar existen los fichajes como en el fútbol n otros deportes annqne sea a menor es cala? En España, el billar se va acercando al pro fesionalismo. EI movi miento de fichajes hace tiempo que funciona. ^Eres de los pocos que vives del billar? Dejémoslo en que más que vivir del billar, vivo para el billar. Annqne has dicho que estás bien como estás, los éxitos de este año van a influir en tu carrera? iHasta cuándo piensas seguir jngando al billar? Ponerse metas en el deporte de alta com petición, que es como yo interpreto el billar, es complicado y no es beneficioso, porque implica mucha presión a la hora de competir. Todo el mundo hemos pasado etapas malas por poner nos metas que, de no conseguirlas, hace que nos vengamos abajo. En ese sentido, yo me de jo Ilevar por la competición. A mi lo que me en canta es competir,. Me siento más a gusto in cluso que entrenando y luego ganás, pierdes o empatas, es decir, que nadie sabe lo que va a pasar. En este momento de mi vida deportiva puedo decir claramente que pretendo estar igual de contento cuando gano que cuando pierdo. Di gamos que me dejo Ile var por la competencia. Tn otra faceta como billarista está ligada a la enseñanza. ^Si, la verdad es que hace muchos años que doy cursillos. ^Cómo ves el relevo generacional del bi llar en Elda, se va a poder seguir mantenien do el nivel? Cuando voy por España me preguntan que a qué es debido que Elda sea el club más laureado. No tengo contestación a eso, no sé los motivos por qué salieron tantos jugadores en aquel momento. EI caso es que han habido temporadas en las que hemos ganado los cinco campeonatos de España miembros del club. Creo que es una generación espontánea y la realidad es que no hay relevos. Desde que salió el hijo pequeño de Albert, Miguel Ángel, no ha salido nadie más. Quizá falte una estructura de cursillos, de propiciar la en señanza...No sé porqué no se ha incentivado la enseñanza. iVes como nna utopía el que algún día en Elda pudiera funcio nar nna escuela de billar? Una escuela de billar puede funcionar siempre y cuando se ponga en marcha. EI pro blema en este caso es que ni siquiera en nues tro club funciona. Yo me he prestado siempre a dar cursillos por toda España, pero en Elda no ha surgido la historia. Es un sitio muy adecua do pero, por las razones que sean, nunca ha habido una escuela y eso implica que no se produzca el relevo generacional. En España ha ce años que la Federación, a través de las fe 125 ► Rafa García en el podium del campeonato del mundo al cuadro 71l2 celebrado el pasado mes de marzo en la localidad francesa de Albert, donde consiguió la medalla de bronce. deraciones territoriales, ha implantado muchos cursillos y últimamente ha salido gente joven producto de ellos. La Federación Catalana ha hecho una labor muy interesante. AI nivel de Elda se planteó alguna vez, pero no pasó de ahí. iTienes la esperanza de poder repre sentar alguna vez a España en nna olimpia da? Si algún día el billar es deporte olímpico y hubiera que representar a España, lo más probable es que no sea yo el que lo haga. Aun que fuera en el 2004, lo más probable es que sólo lo sea en la modalidad de las tres bandas, que es en la que yo tengo menos nivel, soy uno del montón. No tengo ninguna esperanza. Por el nivel de los billaristas que hayas podido ver, ^es factible que puedas conseguir algún dia un oro europeo o mundial? Quizá hace unos años veía más difícil avanzar, pero te das cuenta de que todo pue de cambiar. Este año no jugué una final del campeonato de Europa por una desgracia. No dependió de mi, dependió de la fortuna. Y en el campeonato del mundo también lo hice bien, quedé tercero. Por qué no pensar que puedo ganar un campeonato de Europa, Creo que es posible. Estoy en un momento ideal y lo único que hay que hacer es competir y esperar que la suerte me acompañe. Pero tampoco lo persigo desesperadamente. Si viene, bien. iCómo está considerada España en estos momentos comparada con los monstruos de Holanda o Bélgica? Este año, aparte de mi, otro jugador ca talán también fue subcampeón de Europa a la banda y quedó 7° en el ránking. Que entre los diez mejores estemos dos españoles, aparte de Dani Sánchez, campeón de Europa a las tres bandas hace unos meses en Madrid, sig nifica que estamos muy considerados a nivel de jugadores de élite, no al nivel de las grandes masas, de escuelas o de relevo generacional. ^Por qué? Porque en el extranjero ves cons tantemente saliendo chavales jóvenes y eso España no se ve. Aquí el que sale es por ge neración espontánea, producto de la habilidad de cada uno. CARAMBOLA5 CON HISTORIA i H O R M A S MAESTRE C /. Pablo Iglesia s,100 $ 965 393 626 ELDA i o In strial an^pa Ita /. It li ^ p r la 1 L Excavaciones arqueológicas en el Castillo de Elda ► Vista general de la necrópolis bajomedieval del Castillo de Elda. I articulo que presentamos no pretende ser un estudio exhaustivo, sino que presenta de forma divulgativa y a modo de avance, los resultados de las últimas excavaciones arqueológicas realizadas en el Castillo de Elda. !28 ^^ ► ort2^oior^s a la^ h i s t o r i a iIÍStOf Í^ Tomás Palau Escarabajal c on motivo de las obras de recons trucción del antemural o muralla ex terior del Castillo de Elda, realizadas por la Escuela Taller Elda III, y por encargo de I.D.E.L.S.A. y de la Con cejalía de Patrimonio Histórico del Ayunta miento de Elda, hemos Ilevado a cabo una se rie de actuaciones arqueológicas en aquellos lugares que iban a ser afectados por dichas obras. Intervenciones encaminadas a docu mentar los restos arqueológicos existentes y a obtener la información necesaria para abordar la reconstrucción de la muralla. Para ello solicitamos la correspondiente autorización de la Dirección General de Pro- moción Cultural y Patrimonio Artístico de la Consellería de Cultura, Educación y Ciencia, que con fecha de octubre de 1999 aprobó di cha excavación. La primera de estas actuaciones se cen tró en la zona de la base de la muralla y ha permitido conocer, a través de los restos exhumados, el trazado por donde discurría, así como su volumen y forma, que están permi tiendo reconstruirla con características seme jantes a como fue en origen. Además, el es tudio que estamos realizando de los materia les hallados, entre los que se encuentran ce rámicas finas de Paterna y Manises y un gran número de cerámicas comunes, de cocina y de uso doméstico, acompañadas de otros utensilios, van a permitir atribuir una cronolo gía precisa para esta construcción. Una nueva actuación, en el denomina do espacio de liza o entremurallas, ha propor cionado el descubrimiento de una necrópolis o cementerio bajomedieval. En la superficie que se Ileva excavada se han localizado una trein tena de tumbas que contenían alrededor de 60 individuos. Se trata de fosas simples excavadas en la tierra y que eran rellenadas con la misma tierra extraída al hacer la fosa. En el in terior aparecen el o los esqueletos de indivi duos depositados en decúbito supino (acos tados sobre su espalda), las piernas estiradas y los brazos flexionados sobre el pecho o la ► Detalle de una de tas tumbas donde se observa un individuo adulto, depositado en dec ŭ bito supino con los brazos flexionados sobre el pecho. pelvis. La orientación de todas estas tumbas es la típica de las sepulturas cristianas medievales. Los pies se hallan al este, mientras que la cabeza se coloca al oeste, mirando hacia la salida del sol, a Tierra Santa. Existen, sin em bargo, pequeñas variaciones dependiendo de la estación del año en que se practicó la inhumación (la salida del sol varia unos grados en función de la estación del año) o del espacio disponible. Como es común en este tipo de sepul turas no solemos encontrar elementos de ajuar pero sí algunos objetos de uso personal tales como hebillas de cinturón, anillos, pendientes, colgantes, etc. Cabe destacar la aparición en uno de los individuos de tres vieiras o conchas de peregrino que Ilevaría colgadas en un cor dón que rodearía la cintura. Además en la ma yoría de los casos encontramos fragmentos de tela que se ponen en relación con el suda rio que envolvería a los difuntos. También es frecuente la aparición de clavos y restos de madera que formarían parte de los ataúdes. La aparición de monedas en algunas de estas tumbas nos atestigua la pervivencia de un rito pagano existente desde época clásica, que consiste en colocar una moneda junto al di funto, para que en su viaje al mas allá pueda pagar al barquero Caronte que es el encarga do de cruzar la Laguna Estigia. La existencia de este rito nos indica que nos encóntramos an te una comunidad cristianizada, en la que se detecta la pervivencia de ritos paganos. Contexto histórico EI Castillo de Elda es una fortaleza de origen almohade construida a finales del s.Xll, sin embargo poco duró en manos islámicas ya que a mediados del s. XIII se produce la con quista castellana del valle de Elda, que supo ne el paso de la fortaleza eldense de manos de los musulmanes a los conquistadores cristianos. Creándose de esta forma dos comuni dades claramente diferenciadas: una minori taria, la cristiana, compuesta por una pequeña guarnición militar y sus familias, que estaría asentada en el castillo; y la mudéjar, mucho más numerosa, que es obligada a dejar la fortaleza y asentarse en la ladera del cerro sobre el que se asienta el castillo. Por tanto, fortale za con una doble funcionalidad: el castillo co aportaciones a la historia mo recinto castral desempeñaba funciones de defensa y control del territorio, y por otro, co mo núcleo de hábitat de la población cristiana. En 1296 se produce la conquista del rei no de Murcia por Jaime II, rey de Aragón, pa sando, de este modo, todas las villas y casti Ilos del Vinalopó a la órbita aragonesa. Será la situación de frontera entre los reinos cristianos de Castilla y Aragón lo que marcará la vida del Valle del Vinalopó durante el s. XIV. Siglo caracterizado por la inestabilidad política y económica como consecuencia de los continuos enfrentamientos bélicos entre ambas coronas y con epidemias como la de Peste Negra de 1348, con la consiguiente pér dida de cosechas, hambre, enfermedades y muerte. Frente a esta inestabilidad, el final de si glo y principios del s. XV vendrá caracterizado por la recuperación integral de la zona, favo recida por la pertenencia de Elda al patrimonio real de la corona de Aragón. Potenciándose la seguridad militar de la zona, mediante la rea lización de obras de refuerzo y reforma en el castillo, incrementando su escasa guarnición, e iniciando su conversión en residencia aris tocrática que será completada, primero por el conde de Cocentaina, y de los Coloma con posterioridad. Es en este contexto histórico y cronoló gico que va desde la conquista cristiana del castillo, sucedida a mediados del s. XIII, has ta el inicio de su conversión en recinto pala ciego, donde debemos encuadrar la utilización de esta necrópolis como lugar de enterramiento de la población cristiana de la Elda medieval. Datos a completar y confirmar una vez se reanuden dichas excavaciones que permitirán co nocerlo en toda su extensión. Bibliografía NAVARRO POVEDA, C. (1994): «Los castillos y el pobla miento en época bajomedieval en los valles del Vi nalopó (Alicante)». Fortificaciones y Castillos deAli cante. Petrer, 103-165. POVEDA NAVARRO, A. (1986): «Villa et Castiello de Ella (EI da, Alicante) en el siglo XIII». Anales de Ha Medieval de la Universidad de Alicante, n° 4-5, 67 98. SEGURA HERRERO, G. (1994): « EI Castillo-Palacio tle EI da». Programa de Fiestas de Septiembre. Elda ^ ,;!wik;^^^^^ Gvión y dibvios M. A. Gvill EiVBGfsGff DEffDii/DP yPEPGfTffG/diV, PE,PPETGIfi^i/DDL^ E^i/sG^sESCk/TDS^ PGfES^ fiCffslJ ND Esfis%^G^E S^LlI PE,^iLlfíiUEGELD ^GfESEESBiP/BE.? GfNSE^GJiUDdiV DELff B^sff DEELDfi, DESDEEL /LIED/TE,P,Pffii/ED EiVBGISBff DE. , , ^tii^^yi^1`ili^`i^ 11^^i1 ^^;^;^^^t`;;,, ► !^s ,`^ ^,^,,, . ^1^; ^^^ ^^^^^^^1t mr^i^^^ ^ ^^I^Illi^`^y^i^ ^ i ^ ^,^ ^^l;^ii;^^ i^^^^^^w^^ ^ ^^^^i^^^ ^; ^:.^ l = 7 ^:. t^:. .,r^., ,k;-. sE,P%^íL1Gf^/^TDI/E^i/GGJfí^i/DDGDíLIENZ^Lff GffPkEPff DEL ytilGfyPkDiVTD TGfI/d EL ffDii/diPDESE^PffEP/DD. Al pasar de Audenburg, alistando la voz de que el enemigo seguía la retaguardia....vino un mosquetazo de una manga de mosquetería desmandada y estropeó una mano a don Carlos Porque, roto por mil partes y desaparejado de velas y jarcias, a fuerza de cañonazos peleó seis horas con la armada de Holanda... _,.L _ , _ __^ ... y muertos y heridos casi todos se dio a la fuerza y porfía de treinta naves vendiendo tan caras las vidas y sus libertades los españoles que quedará (,.1,..r,a }iPrmann ^1P Í rnn ^lP ^1P Rl^la TE,PG/DSDEFL^fNDES ^C/íLIENT^DDSPdkEL DkD DEL^s/ND/fís^ ffDNDP %^GJ/Ñ^ D^Lff íLJDNffk^G1/ff ff/sPffN/G^, ^ PEPD GÚí^1D s/NIl sEPDD%ff ylffNTENEPEL ENDiPíLlE/tiIPE^P/Il EsPffii/DL?^ ^/^ffNTEGDN LDSP/ESDEBffiPiPD. ^;;^r ^ ^ i ^. ^#^ ^ :;^` ^ ,` ^ I: ^f.. . ^ ^ t^^,:.. r3,..t^su^_.^ ..!^.n^.. - ^ ^- _ I ^ ^^^I II ^ ^•^^_.^^ ^,1 ; ; ^^^^ GDNz ^i!/DSfEL/PE//LEfisGEND/^ ff GffP/TfíNDEG1Nfi GDíLJPffÑ%^ DEGffBfíLLEP%^ GDít9ENZffNDD^fs%sGIíLIETEdk/G^íGfi^P,PEkffíLl/L/T^iPENLDSGffíLIPDSDEBffT^LC^f DE FLffNDES ^/F,PffNG/^J. Hacía la caballería ligera grandes salidas, y en particular la de don Carlos Coloma como más cercana al campo enemigo, le daba todos los días golpes de importancia, en una degolló dos compañías de infantería francesa (...) y en lo restante a aquel mes, sin muchos que se mataron; se tomaron en prisión al pie de trescientos franceses de a pie y de a caballo. PDGDff PDGD sEfGfE^ffNffNDDLfi f^fiLJff DEUffLEkDSD ^/ENTEND/DD G^P/TffiV,• ^fGfiLlEL, DDGfLLEN^P, GffL^/s ff,PD^PES CDiL1DNT, ffG1CS kGf^fN. .. TP/NGf/EP^fs ti1/Nffs CDNTPffiL!/Nffs físED/DS P/Gffs ffkGfiBG^GES ti1DS^GfETES .. TDDD Pff^P^í s^LU^^G^^fPDff^PEL ffDNDkDEESP^Ñff. EN^,s9^ sELECdNCEDEEL ff^B/TD DESffNT/^i^I^ GDi^ld PPEíl9/Dff sGf UffLdP ^GI^Pfí^TE/CGJffNTfí N/PdGPES%ff,! ^ Es^GfEfiCfisll TEN%ffsL/íLJP/EZ^f DES^N^,^E.? ^ ND TEf^CdiPDffBlfsDETG^B/s^fBG^ELff? í^lffiP%fí PÉPEZG^iLI//LL^ DE^PCEND/ENTEDEGfNff DEL^isFffiL1/L/ffsG^lNl/E^sffsíLlfísP/G^sDEff,P^^dN n s LLE^ffPfi Lff TkE^G1f1 DE^6o9 ^/sEPfí NdíLIBPffDd ^ENEkfíL DELffs ^^:^nr^^t ^ _=_,^^-_ PEkl^LfiT^PE^G^ffffGffBffPff ^/SEkffNao^i!/dsDE^G^E^kffsDEPEL/^/dN P^kff sffLUff^G^^f^Df^kLfi FEGffTÓL/Gff,^^ Es^G1E^fGffslNd EsEL kE/Nd DE D/DSEL ^PE/Nd Pdic^EL ^G/EylffssffN^iPESEffff DEPP^í^1fiD1^? PEkDfíG^NLE^G/EDfiBff sGf GffkPEPff GDiL1Il D/PLDiLIffT/G^ EyIB^JfíDDkEN LDNDkES P^PlITDGDLDS f/kif9ffsDEPffZ, PGfBL/GffPSGJL/BPII. ..^/Lff l/G/ELTff ff Lff ^G^EPkff, Lfí ^LDP/ff DEL^ TDiLI^ DEBPEDf^ sfiN^kE, íLIG/EPTDS. ..^/ (/ELfíZ^G^EZ, ESE^EN/D. . . ESGP/TDk D/PLDif9ffT/GI^ íL!/L/Tfi^P, ffiGffBfiPfí sG/ U/D^i ENLff DEG^fDENTECDPTEDEFEL/PE/l/, í19/EyIB^PD DEL GDNSE^TD DE^G^Ekkfí. y^L F/NSGfPEGDí19PENSff, tiJffP^G^ÉSDEL EsP/Nfi^P, s% TGfLD 1ffiB%^fs GDN^PE^Gf/D^• DESE^G1NDIlNDEL^ Gffsff DEELDff ^ Lff ^LT^i L / /C/^/Y!/ ® La Mili c i a N ac i o n a l . Una f uer z a a r mada a l serv i cio de l L ibera l is m o. EI caso de El da. 138 I siglo XIX fue un periodo de grandes transformaciones políticas, sociales y económicas, cuyo resultado fue la suplantación de las viejas estructuras del Antiguo Régimen por un nuevo sistema liberal-burgués. Políticamente es un siglo en el que se produce una fuerte ► La provincia de Alicante fue escenario de múltíples enfrentamientos entre las tropas carlistas y los ejércitos isabelinos o cristinos. esposa del rey y madre de Isabel II buscara apoyo en los liberales para hacer frente a la resistencia carlista, cuestión que se dirimió con una guerra civil (la primera guerra carlista que duró desde 1833 a 1840) y que consolidó en el trono español a Isabel II y en el poder a los liberales. La búsqueda de apoyo en los liberales por parte de Ma Cristina es un hecho fundamental y de enorme trascendencia para el total desmantelamiento del Antiguo Régimen en España y la progresiva consolidación del sistema liberal constitucional. Las tensiones políticas durante el periodo 1833-1840, a pesar de los avatares de la guerra, fueron importantes. Un elemento importante fue el del orden público, que junto con el control de los Ayuntamientos supuso un enfrentamiento constante entre moderados y progresistas, pues su organizacíón y control eran de suma importancia para alcanzar el poder. Los progresistas confiaron estas funciones a los alcaldes, que utilizaron un cuerpo de ciudadanos armados: la^ Milicia Nacional. confrontación entre el absolutismo monárquico y el sistema constitucional liberal, cuya manifestación más significativa son las tres guerras civiles carlistas que sumen al país en un sangriento enfrentamiento bélico a partir de 1833. Tras la muerte de Fernando VII en 1833 se origina un importante problema sucesorio derivado de la condición de mujer y menor de edad de la hija del rey y heredera: la futura Isabel II. Las pretensiones al trono del Infante D. Carlos María Isidro, hermano de Fernando VII, hicieron que la Regente, Ma Cristina de Borbón, última ^^®rt^^ia®r^^^ ^ 1^ h i s t o r i a historia José Manuel Guardia Villar La Milicía Nacional La Constitución de 1812, de corte liberal, pre veía la creación de un cuerpo de Milicias Nacionales con el fin de defender la Constitución, cuidar del or den público y la defensa de los hogares y términos de los pueblos. Su reglamento, aprobado en 1814, dis ponía su composición en dos armas: infantería y ca ballería, y la misma tenía carácter provincial. Sus fuer zas se reclutaban entre varones de 30 a 50 años, que debían servir obligatoriamente en ella durante ocho años. EI contingente de fuerzas se fijó en 30 milicianos por ca da 1500 habitantes Durante el Trienio Liberal, la Mi licia Nacional fue la fuerza armada en la que se apoyó la burguesía contra el absolutismo. La derrota liberal por el apoyo de la Santa Alianza y la inter vención armada de los Cien mil hijos de San Luis en favor de Fernando VII supuso la vuelta al poder de modo ab solutista del monarca, que creó en tonces los Voluntarios Realistas con el cometido de vigilar a los enemigos del Régimen, es decir, un cometido semejante al que anteriormente había desempeñado la Milicia, pero con un contenido ideológico totalmente di ferente. A partir de la muerte de Fer nando VII, en 1833, la Reina Gober nadora (nombre con el que también era conocida Ma Cristina), con el fin de derrotar a las facciones carlistas, or denó a principios de 1834 se alistase ► momento la Milicia Urbana y posteriormente la Milicia Nacional. Tras varias fases Ilegó a contar con más de 400 hombres, formando un batallón con 5 com pañías mandadas por el alcalde de Elda don José Amat y Amat, que participó en varios hechos de ar mas contra partidas carlistas que habían penetrado en la provincia. EI primer intento de formación de la Milicia Ur bana en Elda tiene lugar a comienzos del año 1834. Con fecha 4 de enero se recibe un oficio en el Ayun tamiento de la villa procedente del Gobierno Militar y Político de Orihue la en el que se le insta para que pro ceda, según las instrucciones que se adjuntan al oficio, a la formación del cuerpo de voluntarios de la Milicia Urbana. En acta de cabildo de fecha 9 de enero de 1934 se da cumpli mento a la orden. EI alistamiento pa ra la Milicia Urbana de Elda comenzó el día 10 de enero de 1834 y fina lizó el 16 del mismo mes. En el trans curso de estos días se produjeron 179 alistamientos según consta en las listas elaboradas para tal fin. Es de destacar que en el lis tado los nueve primeros nombres ins critos como voluntarios para formar parte de la Milicia Urbana corres ponden a miembros de la Corpora ción Municipal. Haciendo un estudio por profesiones se observa que la mayoría de ellos son labradores (73), seguidos por los tratantes (28). EI resto está formado por profesio Imagen de Isabel II niña. Por defender sus derechos al trono, España se vió envuelta en un conflicto sucesorio que desembocó en las Guerras Carlistas. la Milicia Urbana, con carácter voluntario, que ten dría por misión la defensa de los pueblos, sin tener atri buciones para actuar fuera de sus límites municipa les. Para dar mayor movilidad y campo de acción a es tas verdaderas mílicias populares, en noviembre del mismo año ordenó se crearan Milicias Urbanas mó viles, que estarían a disposición de las autoridades mi litares para ser empleadas donde éstas tuvieran por conveniente. La formación de la Milicia Nacional en Elda La villa de Elda, que por el año 1834 contaba con poco más de 3.500 habitantes, formó un nutrido grupo de milicianos que compusieron en un primer nes como comerciantes, fabricantes, carpinteros, tejedores, barberos, arrieros, herreros, etc. Es de des tacar que entre los inscritos aparecen 8 zapateros (quizá el germen de la industria zapatera eldense). Según datos consultados del Padrón Municipal de 1835 vemos que hay 149 personas que son labra dores-propietarios, y según los datos del alistamien to, son 73 los labradores que se alistan, es decir ca si el 50% de estas personas se inscriben en la Milicia Urbana. Sin embargo, en el censo aparecen unas 550 personas con la condición de braceros, a los cuales el artículo 4° del Reglamento les vetaba. De estos datos, y aunque no disponemos de un estudio económico fiable, y a pesar de que el Re glamento recibido dice que se haga un informe sobre cada una de las personas alistadas, éste no se Ileva 139 historia a cabo en el acta de alistamiento, y por otra parte el hecho de que el citado Reglamento diga «EI vecino propietario y el industriado, no el jornalero, tendrá entrada en la Mili cia Urbana» nos Ileva pensar que todas las personas alistadas son propietarias de sus tierras y de sus propios negocios, por lo tanto, ca si podemos afirmar que se trata de una burguesía terrateniente de ca rácter rural, y también de clases medias, dedicadas al comercio o a la industria, más o menos acomo dadas, y que todos ellos conectan con el pensamiento liberal de la época. Según el acta de cabildo de fecha 17 de enero de 1834, la Mili cia Urbana de Elda aparece ya for mada, y debido al elevado núme ro de voluntarios, 176, se forma ron dos compañías. Los avatares políticos, y sobre todo la contienda bélica que se está librando en este momen to en España, la guerra carlista, hacen necesaria una mayor ope ratividad en las fuerzas liberales, ► Ma Cristina de BorbcSn, esposa de Fernando VII y Regente de Esparia durante 1a minoria de edad de Isabe! IL En 1840 se vio obiigada a exiliarse y su puesto de Regente fue ocupado por el General Espar#ero. lo que Ileva a que con fecha 20 de octubre de 1834 se regule la creación de la Milicia Urb^na Movible, que según su reglamento se organizará por tercios, mitades, compañías, medios batallones y batallones donde el número de voluntarios lo permita. EI 1 de noviembre de 1834 se recibe en el Ayuntamiento de la Villa de Elda un oficio remitido desde el Gobierno Militar y Político de Orihuela co municando la orden de movilización de la «benemé rita Milicia Urbana que voluntariamente represente a ello, para que se haga pública y promueva a su exe cucióm. La creación de la Milicia Urbana Móvil quería responder a una necesidad de aumentar el número de hombres disponibles en el ejército para hacer frente a la guerra, pero la Milicia Móvil no se creó en todo el país, sino que su formación quedó a juicio del Minis terio de la Guerra, y de acuerdo a las necesidades bélicas. En la provincia de Alicante se produjo esta mo vilización, pues las incursiones de partidas carlistas fueron importantes durante el periodo 1834-37. EI 13 de abril de 1835 el Ayuntamiento Real, presidido por don José María Franco, Alcalde Ma- yor, cumpliendo órdenes superio res redacta un decreto de la alcal día para aumentar cuanto seapo sible la fuerza urbana de esta po blación con aquellos vecinos que por su arraigo, patriotismo, lealtad y acreditada conducta merezcan ser parte de tan honroso cuerpo. Cabe destacar el párrafo de «tan honroso cuerpo», pues la Milicia Urbana no percibía ningún haber por sus servicios, es más, éstos eran considerados como una obli gación ciudadana. EI resultado del decreto del 13 de abril tiene de nuevo un profundo eco entre la población, y de nuevo se produce un elevado alis tamiento, en esta ocasión son 64 las personas que pasan a formar parte de la Milicia. Por primera vez aparecen reflejadas las con tribuciones que pagan todos ellos, cumpliendo estrechamente el Re glamento de la Milicia, pues to dos son «vecinos propietarios o industriados, no jornaleros». Ve mos con ello el carácter liberal de la Milicia, pues la misma ofrece un marcado carácter restrictivo y censitario, y los de seos de la superioridad de que sólo formen parte de la defensa del orden público aquéllos que tienen algo que defender, y que realmente son los que tie nen derechos políticos. Cabe destacar el oficio que con fecha 24 de abril de 1835 se recibe en el Ayuntamiento de Elda procedente de la vecina villa de Petrel en el que se dice: «Según el tenor y espíritu de la ley sanciona da por S.M. la Reina Gobernadorapara la organi zación de la Milicia Urbana (..........) entiendo que la compañía formada en esta villa, que consta de 120 plazas, podria hacerse parte del8atallon que co rresponde organizarse en esa según la fuerza alis tada, con lo cual se lograria los deseos de estos benemeritos urbanos y en todo caso se haria mejor y mas cumplido servicio con la reunion del mayor nu mero bajo un solo mando; ...». Con esta unión de fuerzas se formó un batallón compuesto de tres compañías de Elda, una de Fusileros, otra de Gra naderos y otra de Tiradores; una compañía de Pe trel, denominada «4a Compañía» y la 5a de la que for maban parte algunos voluntarios procedentes del lu historia José Manuel Guardia Villar gar de Salinasz, aunque res pecto a los milicianos de esta localidad no hay constancia escrita en el AME. A propuesta del Ayunta miento, y ratificado por la vo tación de los miembros de la Milicia, es nombrado coman dante D. José Amat y Amat, se cretario del Ayuntamiento. Posteriormente, la Mili cia va a perder su denomina ción de Urbana y va a pasar a Ilamarse Milicia Nacional, de acuerdo con la circular remitida por el Gobierno civil de la pro vincia, el cual da curso a un Real Decreto por la que los ofi ciales y demás clases de la Guardia Nacional sean elegidos a pluralidad de votos por los in dividuos de sus respectivas compañías. Por primera vez se habla de Guardia Nacional, por lo que la denominación de Mi licia Urbana ha desaparecido ► Juan Alvarez Mendizábal, Primer Minístra en uno de los gobiernos de la Regencia de Mt^ ^ristina y areador de la Miiieia Nacional. y se transformará en Milicia Nacional. En la documentación existente en el AME re ferido a la Milicia Nacional se conserva todo el proceso electoral, y es curioso el comprobar como se Ileva a cabo la «votada», pues se cumple la disposición que dice que ^da elección se hará a viva voz», pues aparece el nombre del elector, y al lado el de la persona ele gida. EI 7 de octubre, de acuerdo al proceso electoral Ilevado a cabo, los mandos de la Milicia Nacional son renovados, aunque continúa de comandante don Jo sé Amat y Amat, el cual es elegido por unanimidad por todos los oficiales del la Milicia. EI cargo de Abande rado recaerá sobre su hijo, el que después sería his toriador de Elda, don Lamberto Amat y Sempere. En la plana mayor se encuentran don Luis Bernabé y Sempere y don José Vidal y Amat, todos los cuales tendrían una activa participación en el pequeño «gol pe de estado»3 que se produjo en Elda en 1837, que cambiaría el Ayuntamiento y Ilevaría al puesto de AI calde de la villa al comandante de la Milicia Nacional de Elda, D. José Amat y Amat, y como secretario a su hijo Lamberto Amat. A la vista de todos los datos anteriores vemos que en la villa de Elda se forma un numeroso grupo de voluntarios de la Milicia Nacional, con más de 400 hombres, los cuales participa ron en varios hechos de armas contra las partidas carlistas que operaron durante estos años en la provincia de Alicante. En la villa nunca Ilegaron a entrar los carlistas, posiblemente debido al número y calidad de la fuer za popular que habían creado los eldenses y petrelenses en su deseo de rechazar a unas facciones cuyos ideales no ha Ilaban ningún eco entre los hombres de ambas villas. Fuentes (A)rchivo ( M)unicipal (E)Ida. La documentación básica de la investigación ha si do un legajo existente en el AME referente a la formación de la Milicia Nacional 1834 1841, en el que se incluyen to dos los expedientes, manos de cabildos, oficios de la superioridad y actas de elección de jefes y oficiales. Bibliografia AMAT SEMPERE, Lamberto: Elda. Su antig ŭ edad, su historia. .. Etli ción Facsímil. Elda 1983. NAVARRO PASTOR, Alberto. Historia de EldaTomo I. De la Prehis toria al siglo XIX. pp 297-300. SAMPER ALCÁZAR, Joaquín. Elda a través de la Historia. Comunidad humana y territorio. Elda, Emidesa,1995. pp 111 134. SÁNCHEZ MANTERO, V. y otros. Manual de Historia de España, Vol. 5. Siglo XIX, Madrid, Historia 16,1990. pp 155-199. VALERO ESCANDELL, José Ramón. «Las transformaciones eco nómicas de la Elda tle! siglo XIX», Alborada XXVI, Elda, 1980. Notas 1. VALERO ESCANDELL, José R. «Las transformaciones económieas en la Elda del siglo XIX». 2. NAVARRO PASTOR, Alberto. «Historia de Elda». 3. AMAT Y SEMPERE, Lamberto «Elda. Su antig ŭ edad, su historia...». 4. NAVARRO PASTOR, Alberto. «Historia de Elda». 141 Poesía palaciega de Rico y Amat 142 ^ to que sus comienzos riodística, no es menos cier i bien la labor literaria de D. Juan Rico y Amat (1821-1870) es más cono cida por su faceta dramática y pe como escritor los realizó de la mano de la poesía. Sus com posiciones fundamentales fueron recogidas en un vo lumen titulado Poesías sé rias y satíricas, obra que supuso su irrupción en el panorama literario madri leño cuando aún no ha bía terminado los estudios de Derecho, y en varias obras conmemorativas en las que participó el autor eldense entre 1846 y 1853. Asimismo, se serviría del ver so para realizar sus coplas y la mayor parte de sus comedias, ahora bien, como matiza A. Nava rro PastorZ, Rico y Amat hizo muchos versos pero poca poesía. Su desapasionado amigo Juan Eugenio Hartzenbusch ya se lo indicó de forma expresa en el prólogo al libro que hemos mencionado: las poesías con sideradas serias eran «harto paso por la poesía seria como un «pecado de ju ventud». Bajo ese prisma hemos de contemplar homenajes líricos dedicados por los poetas de la Villa y Corte a la Familia Real con motivo del na ^^ talicio de la infanta Isabel en 18515 y que Ileva por título Corona poética ofrecida á SS.MM. la Reina doña Isa bel ll y el rey don Francis co de Asís Maías, con mo tivo del nacimiento de su augusta hija S.A.R. la Ser ma. Sra. Princesa doña María Isabe/ Francisca de Borbón, en nombre de los poetas españo/es, por D. Manue/ Ovilo y Otero... y pre sentada a SS.MM. por e/ Exc mo. Señor Conde de Pinoher mosos. En ella tomó parte un hete rogéneo grupo de autores, entre los que destacan figuras consa gradas del romanticismo español como el Duque de Ri vas o Mariano Roca de To gores (Marqués de Molins) y otras de gran relieve en los ámbitos intelectuales de la ► D. Juan Rico y Amat (Elda, 182^-Madrid, 1870), según eI conocido grabado que aparece en el tomo 1 de su Historia política y parlamentaria de España. flojas por cierto», en cambio Rico estaba espe cialmente dotado para las composiciones festi vas y satíricas en las que «luce soltura en el uso del metro, espontaneidad en la espresión y gra cejo urbano; y á solo este género parece que de beria dedicarse en los sucesivo»3. De ahí que coincidamos con el profesor J.A. Ríos Carrata lá cuando afirma que se ha de considerar su época como el actor Julián Romea, el erudito Jo sé Amador de los Ríos, Juan Vila y Blanco, Ila mado el «Milton alicantino», el historiador Vi cente Boix y otros que sería prolijo enumerar. A la altura de mediados de siglo, Rico había acreditado sobradamente su fidelidad a la monarquía isabelina, no sólo en sus escritos sino también mediante el desempeño de cargos el altisonante poema que presentamos a ^^_ continuación, recogido en uno de los r°t ^i^r^^ ^ 1 h i s t o r i a ° historia Fernando Matallana Hervás ► Fragmento de la «Alegoría de la monarquía de Isabel 11» {Museo Romántico. Madrid). gubernamentales tanto en el Consejo Provincial de Alicante como en la Jefatura Civil del Distrito de Alcoy, siendo distinguido con los nombra mientos de Secretario Honorario de S.M. y Co mendador de la R.O. Americana de Isabel la Ca tólica. Dispuesto siempre a poner su poesía al servicio de su ideario político y a acudir presto a cuantas convocatorias fuera necesario en apoyo de la Real Familia, D. Juan cautivó un tipo de poesía que podemos Ilamar palaciega o corte sana, la cual, bajo una apariencia solemne, no tenía más finalidad que la mera propaganda pa ra ensalzamiento y mayor gloria de la soberana y su entorno. La colaboración de Juan Rico y Amat apa rece en las páginas 42 y 43 de dicha obra bajo la denominación «A S.M. la Reina doña Isabel ll en el natalicio de la Infanta». Se trata de un poema escrito en octavas realese que consta de ocho estrofas, valorado por L. Amat y Sempere -qui zá su mejor biógrafo y su más rendido admira dor- como una entusiasta y patriótica compo sición (...) con que ce/ebró el fausto aconteci miento, augurando días de paz y ventura9 y es que en ella menudean los elogios desmedidos, los juicios hiperbólicos y los beneméritos deseos que la convierten en una oda patriótica más cer cana, estéticamente, a los modelos neoclásicos que a los postulados del romanticismo. EI poema comienza con una invocación a las deidades que habitan las aguas y los bos ques para que vengan a oír los elevados versos que ha compuesto el poeta con ocasión del na cimiento de la infanta de Castilla, noticia que por sí sola conjura todos los pesares, y con el obje to de que rindan el pertinente homenaje a la re cién nacida. A continuación, Rico y Amat realiza un obligado ejercicio de técnica metaliteraria al aludir al instrumento musical que tradicional mente ha ayudado al estro de los poetas: la lira (instrumento que en la ficción clásica el poeta lí rico tañe mientras entona sus cantos), aunque si bien, en este caso, sus cuerdas rotas están, en cambio su mente arde de inspiración, estado espiritual que irradia sobre la real cuna e insufla aliento para elevar sus versos hasta el trono. La tercera estrofa es de clara intención maternal. Rico hace votos por la salud de la jo ven reina, la cual ha visto colmados sus deseos de maternidad°, y, como buen isabelino, une las 143 144 POESÍA PALACIEGA DE RICO Y AMAT ► isabal il y su hlja la Infanta Isabel, Princ®sa de Asturias, según un áleo de F, X, Winterhaltar, ratratista de moda en las aartes ourapeas a mediados d®1 s. XIX (Palacio Real. Madrid). ansias maternales de Isabel II con el futuro polí tico de la patria, en tanto en cuanto quedaba ga rantizada la continuidad de la Corona en un des cendiente suyo en primer grado. Si bien no era la preferida sucesión masculina, el nacimiento de la infanta Isabel12 venía a poner fin a la zozobra que produjo la muerte, al poco de nacer, de los dos primeros hijos de la reina, anteponiéndose en el orden sucesorio a los derechos de la infanta Ma Luisa Fernanda, hermana de la reina, y desva necía cualquier reivindicación carlista13. Nuestro autor parece ver en este hecho, de forma volun tarista y aduladora, el aglutinante de la unidad del pueblo español en torno a la soberana para mantenerla con fraternal encono al frente de los destinos de la nación. En ese contexto, alude a la sangre vertida en el alumbramiento como un acto de servicio a España y recurre a la consabida invocación de que ésta fuera la última sangre de rramada en territorio español. historia La referencia a las dos primeras guerras carlistas, todavía recientes en esos años, está presente cuando escribe que el sueño de la pe queña Isabel no se vea turbado por el rumor de otra pelea, deseo vehemente de que un hipoté tico reinado de la Princesa de Asturias no se vie ra envuelto en otro conflicto civil. La estrofa quinta es tal vez la que posee mayor contenido político, donde queda patente la actitud desdeñosa de Rico hacia el proletaria do y en la que subyace el principal temor de la burguesía conservadora: la revolución. Rico se refiere a los acontecimientos ocurridos en Fran cia (vecina nación) en 1848, donde turbulenta p/ebe (...) furiosa grita buscando con decisión y rapidez el triunfo revolucionario, masas de tra bajadores que ven en la institución monárquica uno de sus principales enemigos. A su juicio, es tas hordas sólo representan un pueblo estravia do que no respeta la ley y además es manipula do por vanas promesas y falsos errores; este pueblo enfervorizado, bajo su punto de vista, se transforma de víctima en verdugo, con lo cual no deja de reconocer tanto el estado de injusti cia y explotación del que se parte, como los ex cesos que se pueden cometer en estos procesos revolucionarios. Alude Rico al origen divino de la monarquía para tranquilizar a la reina y recor darle que dispone de la protección del Supremo para evitar que se produzcan tales actos, con fiando, por otra parte, en el carácter prudente y agradecido del pueblo español. Rico y Amat vuelve a mostrar la contian za que, según él, España tiene en la futura he redera: días de ventura se entrevén en el hori zonte personificados en una frágil niña que go zará, asimismo, de la protección divina. Por eso la infanta será grande y fuerte y con ella se lo grará la ansiada unidad de los españoles: un muro (...) de los partidos entre el vil encono. Es tal el punto de exageración y el tono de ala banza empleados por nuestro autor que Ilega a decir que por ella se conseguirá la unión san ta del rey y los súbditos, concepto más propio del Antiguo Régimen que de la época constitu cional, el pueblo logrará su dicha y la monar quía su momento de esplendor. EI último pareado de la estrofa, que cierra el poema a modo de remate, constituye una no menos pretenciosa alu sión a las supuestas connotaciones positivas que el nombre de Isabel ha tenido en la historia de España. - -_ aportac^ones a 1 historia Fernando Matallana Hervás A S.M. la Reina doña Isabel II en el natalicio de la Infanta I. Ninfas gentiles, que pisais la orilla Del perezoso y lento Manzanares; Venid á oir de inspiración sencilla Nobles y patrióticos cantares. Hoy que nace la Infanta de Castilla Justo es ahogar del alma los pesares: Venid ninfas, venid llenas de flores Y verted en su cuna las mejores. II. Mientras con ellas coronais su frente Yo pulsaré las cuerdas de mi lira, Que aunque rotas están, hoy en mi mente De sacra inspiración arde la pira, Cuando guardado en cuna refulgente El bello porvenir de España mira; Y á mi voz la esperanza dando aliento, Quiero hasta el trono remontar mi acento. III. Salud bella Isabel! ya de ventura Tu pecho maternal se encuentra henchido. Madre eres ya; tus votos de ternura Para bien de tu patria se han cumplido. Hoy el pueblo español firme asegura El fruto de la sangre que ha vertido Acariciando el fraternal encono, Por sostenerte en tu heredado trono. IV. Pleg ŭ e á Dios que esa sangre derramada En el suelo español, la última sea, Y en el sueño infantil de tu hija amada No te turbe el rumor de otra pelea; Que de sangre española salpicada Su corona real nunca se vea, Porque la sangre que hasta el trono sube Su brillo empaña como el sol la nube. V. Si oyes la voz de turbulenta plebe Que en vecina nación furiosa grita, Buscando con afán y en tiempo breve La realidad de un sueño que la agita; Si sabes que frenética se atreve A luchar con el trono que la irrita, Destrozando en la lucha con sus brazos La vieja monarquSa en mil pedazos; VI. Si te cuentan que un pueblo estraviado Atropella la ley que juzga un yugo, Y de falsos errores fascinado, Se convierte de víctima en verdugo, ► Ma Isabel Francisca de Asís, por Federico Madrazo (Palacio Real. Madrid). No temas por el cetro venerado Que al Rey de reyes con fiarte plugo; Para evitar tan torpe y vil hazaña Cordura y gratitud sobran á España. VII. Del trono espera dias de ventura Que tu vista descubre en lontananza; Y aunque una tierna niña los augura, No por eso desmaya su esperanza; A veces Dios en débil criatura De su poder coloca la balanza, Y mas grande y magnífico se ostenta Cuanto mas débil sér lo representa. VIII. Grande y fuerte será la tierna infanta Si el auxilio de Dios tiene en su abono; Hoy un muro con ella se levanta De los partidos entre el vil encono. Por ella lograrán en union santa Su dicha el pueblo, su esplendor el trono; Pues siempre ha sido en la española historia El nombre de ISABEL anuncio de gloria. Juan RICO Y AMAT 145 PDESIA PALACIEGA DE RICO Y AMAT 146 historia Notas 1. RICO Y AMAT, J., Poesías sérias y satíricas. Matlrid, Imp. tle Repu Ilés, 1842. 2. NAVARRO PASTOR, A., «Evo cación a Rico y Amat en su centenario». En Alborada, XVI, 1970; Eldenses no tables. Eltla, 2000, p. 213-233. 3. RICO Y AMAT, J., op. cit., p. VII y IX. 4. RÍOS CARRA TALÁ, J.A., Ro mánticos y pro vincianos (La lite ratura en Alican te, 1839-1886). Alicante, Univer sidad, 1986, p. 120. ^u^^t^^^.^^t^^ ► Rico y Amat, según una carícatura de Óscar Porta. 5. Otro libro honorífico aparecido para significar este evento fue la Corona poética en conmemoración del fausto natalicio de la Princesa de Asturias. Ma drid, Soler,1851. 6. Madrid, Imprenta que fué tle Operarios á cargo de D. Francisco R. Del Castillo, 1851. 7. Véanse sus aportaciones en obras colectivas co mo Corona poética a S.M. yA. en su feliz enlace con sus augustos primos los... Duques de Cádiz y de Montpensier Madrid, Imp. M. Rivadeneyra, 1846; Poesías escritas con motivo de la inauguración del Teatro Real por varios ingenios españoles. Madrid, Imp. Saavetlra y Cía., 1850; Corona poética. Las Musas Españolas A la Emperatriz de los France ses. Madritl,1853; y en otra intlividual: Lágrimas de España por el trágico suceso ocurrido en el Real Palacio el día 2 de Febrero de 1852. Vmprovisa ción poética dedicada á S.M. la Reyna Doña Ysabel ll, y su augusta Real Familia en nombre del pueblo Español. Por D. Juan Rico y Amat. Madrid, Imp. de Díaz y Comp.,1852. 8. La octava real es un metro de origen italiano intro tlucitlo en España por J. Boscán en el siglo XV que con el tiempo adquiriría carácter de clasicismo y solemnidad, siendo muy utilizada por los románti cos españoles para las consitleradas modalidatles nobles, como parece ser esta oportunidad. La com posición, técnicamente, consta de ocho versos en decasílabos en los que los primeros seis tienen ri te pausa establecida al final del cuarto verso, la cual divide la estrofa en tlos par tes. 9. AMAT Y SEMPE RE, L., Elda. Su anti g ŭ edad, su historia... Elda, Universitlad tle Ali cante-Ayuntamiento de Elda, 1983. Tomo II, p. 416. 10. Evitlentemente, Rico no iba alutlir en caso alguno a las tlesavenencias con yugales o a la aza rosa vitla sentimental de la reina, pero sí hemos tle recordar que Isabel II tuvo diez hijos: Luis, Fer nantlo, Isabel, Ma Cristina, Ma Concepción, Alfon so, Ma Pilar, Ma Paz, Eulalia y Francisco de Asís. Vé ase Historia de España, Barcelona, Instituto Ga Ilach, 1975. Tomo V, p. 316 y AGUADO BLEYE, P. y ALCÁZAR MOLINA, C., Manual de historia de España. Madrid, Espasa-Calpe, 1981. Tomo III, p. 669 672. 11. Léase el artículo 50 de la Constitución tle la mo narquía española, de 1845, muy similar al art. 57.1 tle la actual Constitución española, en Las constituciones de España. Madrid, Taurus, 1982. 12. María Isabel Francisca de Asís de Borbón y Borbón (Madrid, 1851-París, 1931), La Chata, sería Prin cesa tle Asturias en dos ocasiones: tlesde su naci miento hasta el de su hermano Alfonso (XII) en 1857 y destle la toma tle posesión tle éste como rey has ta 1880. Consúltese bibliogr. citada en nota 10. 13. Rico y Amat, a este propósito, escribiría años des pués en su Historia política y parlamentaria de Es paña, (desde los tiempos más remotos hastanues tros días): «EI nacimiento de una princesa de Astu rias, de una heredera directa de la corona de Es paña, al paso de una prenda de estabilidad para la monarquía era un lazo tle unión para las fracciones liberales, y un tlique insuperable para las esperan zas y pretensiones del bantlo carlista». Madrid, Imp. de las Escuelas Pías,1862. Tomo III, p. 549. mas alternas (ABABAB), formando los dos últimos un pareado con un nuevo elemento (CC). Véase BAEHR, R., Ma nual de versificación española. Ma drid, Gredos, 1973, p. 287 y ss. Nótese, en este caso, la fuer EI Casino Eldense: Una sociedad centenaria (1901-2000) n la España de finales del siglo XIX, todo pueblo de provincias que se preciara de su desarrollo económico, demográfico y urbano aspiraba a al canzar, como signo externo del mismo, dos ele mentos que le concedieran prestigio social fren te a los pueblos de alrededor, a saber: • EI título de ciudad, concesión administrativa heredada de siglos anteriores que, si bien ya no garantizaba como antaño toda una serie de pri vilegios y exenciones fiscales, sí venía a san cionar una realidad económica y demográfica ^ que diferenciaba social y políticamente a la población agraciada de las villas agrícolas circundantes. • Y la existencia de un casino 0 círculo social, Asociación con fines re creativos y culturales donde tenían ca bida las personas más relevantes de la población: empresarios, profesionales li berales, zapateros, etc., todos amantes de su pueblo que, constituidos en socios, fundaban un club de amigos en el que reunirse. En este sentido, la villa de Elda alcanzó en pocos años los dos ele mentos. EI rango de ciudad lo ^ disfrutó desde el 24 de agos to de 1904, cuando el gobierno conservador presidido por Antonio Maura, en reconocimien to a los logros económi cos y demográficos con seguidos2, concedió el tí tulo de ciudad a la hasta entonces villa de Elda. ► Exterior del edificio del Casino Eldense en los años 20, Detalle: el tubo de la estufa a modo de mástil. ^ , ^ .. ^ . ^ ^ ^^^, ^^g EL CA51N0 ELDENSE. UNA 5OCIEDAD CENTENARIA ^h^st^rla ..^^- _^..^..^^ ^^^ _,,,:_:,,,_,,, $E^LAMEJVTO PA^jA Eli T ^ asino ^ Cdense REFORMA D^ I.OS ^^^.^^U^^^ y ^^^G^^^^í^G ^a si o o El da^se APROi3ADn en J2a^aGca Ge^a^r•al e.zt^^ao^rc^i^^^a^•i^a Sesión del 6 de Agosto de 1944. V ILLENA ^ij^s d¢ ^t^^oz, ic^pnesor¢s. 1901 _ ---- __ ---- _ I / / / / / / ^ // / / / / ^ 9 / y / ^ H / / / / ^ / /• f %/ / / / / / / / / / / H / / / / / / b i ^ // / y/ ^ / /! /O / ^^ ^ T 11, :: :: Pocos años antes, nada más empezar el si glo XX, dos décadas por detrás de la fundación de los casinos de las ciudades más cercanas, caso de Monóvar (1880) y Novelda (1888), y a instancias de la burguesía zapatera eldense, se procedió a la fundación del Casino Eldense. So ciedad cuyos orígenes, gestación y primeros años de vida presentan numerosas lagunas pa ra su conocimiento exacto, no concordando en tre sí todos los datos que poseemos. Así, para su fundación manejamos dos fe chas, la del viernes 1 de febrero de 19013, que hay que tomarla como la fecha en que de manera in formal una peña de amigos tomó el acuerdo de fundar un Casino y la del miércoles 6 de marzo de 1901, cuando, de forma legal, se procede a la aprobación del Reglamento para el Casino EI dense, documento que viene a constituir el acta fundacional de la sociedad, que es inscrita en el Gobierno Civil de Alicante el día 9 de marzo de 1901. Como viene a comentar A. Navarro Pastor (1981 II, 27-29), el Casino debió tener su origen ^^^GIiNrE,--1^P4 .7`mp. de ,7 Itovira aCópex Plnz^ de Iswbal II, ntím. 29 en un grupo de amigos, todos varones, que se reunían asiduamente en una casa de la calle Co lón, y que al igual que en la poblaciones cerca nas ya comentadas, desearon y constituyeron «con el objeto de estab/ecer y fomentar un Círculo para instrucción y recreo, de quienes a él perte nezcan ... la Sociedad denominada Casino EI dense», cuya primera sede social quedó radi cada en la calle Colón esquina a la calle del Caballero de Rodass, actual calle Santa Ana. Una vez inscrita oficialmente y aprobados los estatutos se constituyó la primera Junta Direc tiva de la Sociedad «Casino Eldense», quedando in tegrada por los siguientes socios: Juan Vidal Veras, presidente de la Sociedad, Ventura Vera García, presidenté de la Junta Directiva; Vicente Nogueroles García, vicepresidente; Joaquín Coronel Ricoa, Antonio Rico Lloret, José Payá Vidal9, Hilario Amat Vera, Hipólito Juan Sánchez, Emilio Rosas Coronel y Roque Gozálvez Amat, vocales; y Ventura Pastor Martínez, secretario10. Los estatutos quedan organizados en diez bases constitutivas y treinta y nueve an:ículos, historia Juan Marhuenda Soler y Gabriel Segura Navarro donde quedan recogidos todos aquellos as pectos básicos para el funcionamiento de la so ciedad. Vienen a reflejar el espíritu de la época y de esta clase de iniciativas burguesas ten dentes a la formación de una sociedad selecta, restringida a los de una misma condición so cial y económica, convirtiéndose en la mani festación colectiva de una clase social, que les permite diferenciarse del resto de la clase obre ra. Así, se establece como segundo precepto base que el ingreso en la sociedad queda re servado a los varones; del mismo modo que se fijan cuotas de entrada de 5 ptas. para los socios fundadores y de 15 ptas. para los socios de número, siendo esta última cantidad la es tablecida como cuota mensual (base tercera); se prohibe en el local de la Sociedad todo juego de azar, hablar con voz alta y discutir sobre temas de actualidad política o religiosa (base octava); haber cumplido los dieciocho años, saber leer y escribir y ser de buenos antecedentes perso nales (art. 2); etc. Desde sus inicios, entre los objetivos prin cipales de esta junta figuró el lograr un inmueble propio donde establecer el domicilio social adecuado a los fines propuestos y dotado de jar dín para el recreo personal y esparcimiento fa miliar. Con tal fin, y queriendo hacer coincidir la inauguración de la nueva sede de la sociedad con la conmemoración del tercer centenario de la Ilegada de los patronos eclesiásticos a Elda, el día 5 de septiembre de 1903 la Sociedad «Ca sino Eldense» pidió un préstamo económico con el fin de poder adquirir un inmueble en el que poder ubicar el Casino y varias fincas ane xas donde establecer el jardín. Estas necesida des quedaron cubiertas en 1904, cuando el 10 de febrero se adquiere por compra a Vicente Cabanes Sempere12, tres fincas, recayentes a la calle Nueva, dos de las cuales eran terrenos y en la tercera había una edificación. Inmueble que debió ser acondicionado, tal y como relata el cronista oficial de Elda «... a gran ritmo, emi tiéndose 50 acciones a 100 pesetas cada una, reintegrab/es, y una cuota de 1S0 pesetas men suales ...», firmándose contrato con un maestro de obras para que adecuase el edificio a los nuevos usos (Navarro Pastor, 1981 II, 29). Ape nas un mes y medio después de su compra, eran cursadas, con fecha 28 de marzo de 1904, las invitaciones al acto de inauguración del Ca sino : ► Juan ^dal Vera, primer presidente de la entídad. Se invita a V. Para el acto de la Inau guración de/ Casino, situado en la Calle Nueva, nums. 38 y 40, que tendrá lugar el día 30 de Abril próximo, a la una de la tarde. Elda, 28 de marzo de 190413. Inaugurado el sábado 30 de abril, y según se desprende de los datos notariales, el Casino estaba «....compuesto de dos pisos, situado en la calle Nueva de la ciudad de Elda, número trein- ta y ocho de policía, cuya superficie es de 248 m2; con una delantera sin edificar que mide 168 m2 y a la parte posterior, un jardín (...) de flores y ár boles propios, el cual tiene una cabida de 1.404S0 m2, cercado por una verja de madera; lin dante el edificio y delantera que está sin edificar, por derecha entrando, casa deVicente Maestre Sempere, izquierdo otra casa de Luis Amat y Maestre y espaldas con el jardín antes indicado, acequia en medio; y la finca rústica linda por Este, con terrenos de la fábrica de calzado de Don 149 150 EL CASINO ELDENSE. UNA SOCIEDAD CENTENARIA ► Salón del Casino, tal como se conserva en la actualidad, con su balconada para la orquesta al fondo y sus artísticos artesonados en escayola, entre otras detalles. Casto Peláez; Sur con la calle de Jardines, Oes te camino de servidumbre de Silvestre Hernández y Vicente Maestre, y por Norte e/ edificio expre sado al principio, acequia de en medio.». Pocos meses mas tarde, el sábado 6 de agosto de 1904, reunida la Junta General extra ordinaria de la sociedad, se aprobó la reforma de los estatutos del Casino Eldense. Estatutos que venían a sustituir a los fundacionales, modi ficando tanto aspectos formales como de fon do, y cubriendo lagunas que habían quedado sin especificar en los anteriores. Así, se establecen ahora unos estatutos constituidos por veintiuna bases, divididas en tres capítulos y un reglamento de funcionamiento interno, con sesenta y dos artículos divididos en once capítulos, quedando definido el objeto del Casino por la siguiente frase, del todo significativa, recogida en la base pri mera : «EI Círculo constituido en esta ciu dad, denominado caswo E^oENSE, es una reunión de amigos, cuyo objeto es proporcionar los goces y recreos que autoriza la buena sociedad» Como se puede observar de su detenido análisis, y en consonancia con los tiempos que corrían, siguió siendo una sociedad clasista pues en ella «...no podrán ingresar...más que los va rones de 17 años cumplidos, hijos de socios, y de 20 años, los que carezcan de esta condición...» (base segunda); dividiéndose los socios en fun dadores, fundadores accionistas, numerarios fun dadores, numerarios, transeúntes, honorarios y de mérito (base tercera), siendo socios honorarios el alcalde y el juez municipal de la población (base cuarta) y perteneciendo todos los objetos y bie nes del Casino a los socios fundadores y funda dores accionistas (base novena); eliminada la fi gura del Presidente de la Sociedad, la dirección del casino se organiza mediante una Junta de Gobierno, compuesta de un presidente, vice presidente, tesorero, contador, tres directores y dos secretarios (base sexta) ; estableciéndose la cuota anual para toda clase de socios, ex cepto los honorarios, de mérito y transeúntes, de 18 pesetas, pagaderas en doce mensualida des a razón de 15 ptas. al mes (base vigésima). Del reglamento de régimen interior, además de las disposiciones orgánicas normales en este tipo de asociaciones, y tendentes a regular el correcto funcionamiento de los órganos de dirección y derechos y obligaciones de los diferentes socios, cabe destacar aquellos artículos que ponen especial énfasis en aspectos como el juego, la vestimenta, el comportamiento, etc. Así, se dispone que queda a cargo de la Junta de gobierno «...el proporcionar todos los recreos, juegos, comodi dades y diversiones que autorice la buena so ciedad; y sobre los juegos que haya estableci dos ó se establezcan, imponer arbitrios...» (art. 27); del mismo modo «Queda al cuidado de dicha Junta de gobierno, el fijar e/ número de criados, atender á su admisión, expu/sión y reprender y castigar sus faltas, así como designar y pagar el sueldo que juzgue oportuno.» (art. 28). Respec to a la vestimenta se establece que «Para la ma yor compostura en el local Casino, se prohibe á todo socio ó transeunte, concurrir á él con b/usa o cualquiera otra prenda que revele falta de ar monía en la buena presentación social; así co mo discutir en alta voz sobre todos los temas en general y sobre /os políticos ó religiosos en par ticular» (art. 61). historia Juan Marhuenda Soler y Gabriel Segura Navarro La Junta Directiva que aprobó los nuevos estatutos estaba compuesta por Manuel Vera, presidente, y Antonio Rico, Juan Guarinos, Emi lio Rosas, Dionisio Martínez, Gabriel Vera, Eduar do Gras, Luis Amat y Francisco Ferrando15, como secretario. Durante los años siguientes el Casino EIdense fue experimentado un auge social que de bió repercutir en el número de socios y en los gastos de mantenimiento y acondicionamiento del Casino. Gastos que originaron, en marzo de 1910, siendo miembros integrantes de la Junta Di rectiva Pedro Amat Pomares, Luis Amat Berna bé, José Joaquín González Payá16, Marino Sem pere Maestre y José Payá Vidal «Payá Lira», la for malización de un préstamo de 30.000 pesetas a diez años y al 8% de interés anual pagadero en mensualidades vencidas. Empréstito concedido, el jueves día 24 de marzo, por Gonzalo Soriano Calatayud, comerciante, vecino de Onteniente, a favor de la Sociedad, quien tuvo que proceder a imponer una hipoteca sobre el inmueble y jardín de su propiedad como garantía del mismo, sien do tasados para la ocasión en 40.000 pesetas. EI proceso de desarrollo y presencia del Casino en la «buena sociedad e/dense» irá acom pañado de un evidente incremento de las nece sidades de espacio para satisfacer las necesi dades recreativas de los socios. En ese proceso de ampliación de las instalaciones, vemos como el día 22 de abril de 1918, siendo presiden te Manuel Maestre Payá y José Ma Gras Amat, se cretario, la sociedad adquiere por compra a Ma Salud Amat Alonso la casa de la calle Alfonso XIII18, n° 42, situada junto al Casino, por el precio de 5.000 pesetas, abonando dicha cantidad en un plazo de cinco años, con un interés anual del 2%, y con la condición de que los vendedores se reservaban el derecho a habitar los altos de la casa durante el mencionado periodo de pago. Adquisición que debió conllevar un incre mento de los gastos como se desprende de la ampliación de la responsabilidad hipotecaria so bre el Casino, con un nuevo préstamo de 10.000 pesetas que la sociedad presidida ahora por Joaquín Coronel Rico se ve obligada a solicitar, en febrero de 1919, al mismo Gonzalo Soriano Calatayud. Financiación a diez años ( 1919-1928) que se viene a sumar en capital y en tiempo al préstamo hipotecario que pesaba sobre el Casi no. Transacción que, por otra parte, permitió re ducir los intereses pagados del primer préstamo 71^ ► Socios del Casino en el Chorrico de la Almadraba. Abril de 1928. al 6% anual, al igual que los del segundo, pa gaderos por trimestres vencidos. Hipotecas que fueron canceladas antes del plazo previsto, satisfaciendo las cantidades adeudadas a Gonzalo Soriano en junio de 1926, mediante la imposición de otro préstamo hipotecario en marzo de 1924. Las sucesivas juntas generales celebradas los días 28 de noviembre de 1923, 11 de enero y 29 de febrero de 1924 acor daron, por unanimidad, el gestionar para la so ciedad un préstamo hipotecario de 100.000 pe setas. Concertada tal operación en Junta cele brada el día 20 de marzo de 1924, se autorizó al presidente José Justamante Vera para formali zar la operación financiera con establecimiento de hipoteca a favor de Salvador Amorós Martínez, de Villena, por un plazo de diez años (1924-1934), con un interés anual del 7%19. Sin embargo, la década de los años vein te supondrá el período de consolidación del Ca sino Eldense. Periodo en el que destaca la figu ra de Arturo Sempere Juan ( h. 1926-1927), bajo cuya presidencia se instaló un salón de juego. 151 152 EL CA51ND ELDENSE. UNA SOCIEDAD CENTENARIA aportaciones a ^a historia ► Arranque de la escalera que conduce al primer piso. La intensa y próspera actividad económica de Elda favorecerá su desarrollo y el incremento en el número de socios, lo que Ilevará a la Junta Di rectiva a encargar, en 1924-1925, y contando con el capital del préstamo económico financiado, la redacción de un proyecto de reforma al arquitecto AI fonso Jimeno, quién en febrero de 1926 hará en trega del mismo a la Sociedad. Proyecto con el que se quería igualar, e incluso superar, la categoría arquitectónica y artística del Casino Eldense con la de los restantes casinos y círculos burgueses de Monóvar, Novelda, Elche, Villena, Torrevieja, AI coy o Alicante20. Sin embargo, las grandes pre tensiones del proyecto no se vieron plasmadas sobre el edificio existente que, a pesar de todo, y en el último lustro de los años 20, debió ser pro fundamente reformado, amalgamando en un edi ficio los diversos inmuebles de que constaba el Casino, y adquiriendo la fisonomía que presenta en la actualidad. Siguiendo la descripción del mismo reco gida en la Guía de la arquitectura de /a provincia de Alicante, se puede decir que el edificio pre senta dos plantas con cubierta de teja y un jardín posterior. La fachada, con balcones en el primer piso, es típica de la arquitectura burguesa desti nada a viviendas del cambio de siglo, sin grandes compromisos formales. Como es habitual en es te tipo de edificaciones, y en Elda en especial, hay ligeras resonancias modernistas en la ornamen tación de balcones, recercados y carpinterías. En el interior presenta un especial interés la es calera principal y algunos artesonados de los te chos de los salones, que permite relacionarlo con algunos de los casinos ya mencionados (Jaén et alii, 1999, 182). La década de los años veinte y la II Repú blica (1931-1936) vinieron caracterizadas por el aumento de socios, ya no sólo miembros de la burguesía eldense e industriales del calzado, si no también por los cada vez mas abundantes profesionales liberales, comerciantes, miembros de la banca, empleados, propietarios, etc. AI so caire de las nuevas corrientes intelectuales li brepensadoras, filosóficas y políticas, algunos de los socios ingresaron en la logia masónica el dense Amor, fundada en 1927 e integrada en la Gran Logia Regional del Levante de España, con sede en Alicante. Entre los socios masones del Casino Eldense, y adscritos a la mencionada lo gia, cabe destacar a Ángel Vera CoronelZ «Plutarco», Jenaro Vera Coronel «Estrella», José Ca pilla Beltrán22 «Platóm^, Cándido Amat Casáñez «Progreso», José Tomás Sánchez «Pestalozzi», Joaquín Porta Rausa «Actividad», José Verdú Cuenca «Pascal» y Juan José Aguado. Relacionadas tanto con el Casino como con la masonería, por la pertenencia y adscripción de sus miembros a unas y otras, las peñas de amigos -los Chamorros, los Indios, del Agua, etc.- fueron elementos singulares en la vida co tidiana de Elda, siendo tramadas en los salones del Casino muchas de las bromas realizadas, al gunas de las cuales, dada la originalidad y tras cendencia tenida, han logrado traspasar la barrera del tiempo, Ilegando a nosotros, circulando de forma oral entre quienes de niños o jóvenes las presenciaron. Muestra del auge experimentado por la sociedad recreativa eldense durante las déca das de los años veinte y treinta es el número de socios, que ha sido estimado en 1.135 con an terioridad al estallido del conflicto bélico de 1936. La Guerra Civil vino a suponer una brusca inte rrupción de la vida del Casino Eldense, pues la al aportaciones a la historia Juan Marhuenda Soler y Gabriel Segura Navarro __ __ ^ ► Esta foto, tomada en las escaleras del Casino Eldense en 1958, recoge a un grupo de socios dei Casino que, además, eran amigos y entre los cuales aparecen varios protagonis#as de la popular canción eldense « Escuchen esta triste historia», una saeta burlesca que cantaron desde ei baicán de la Chiqueta en los años 30 y que costó una noche de calabozo a sus autores. En ia foto están Ramán Navarro «Nano» (i); Elías Vera {2); Alfonso Navarro (3); Amador Vera (4); José María Mellado (5}; Pedro Payá (6); Santiago Bellod (7); Salvador Sapena (8); Joaquin Romero «Quinato» (9); Ismael Sirvent (10); Octavia Vera (11); Luis Cremades (12); Pepín Sirvent «Nene 11» {i3); Emilio Martínez «EI Duque de la Tartana», del Hotel Sandalio (14); Ramán Gorgé (15); Francisco Crespo «Canutito» (16); Juan Verdú (17); José María Vila (18); José González «Gonzalito» {79); Juan Cabrera (20); Joaquín Guijarro «Matri» {21); Antonio Sirvent «Mondonguito» (22); Juan Guarinos {23); Leopoldo Merino {24); Vicente Sirvent «Nene 1» (25); e Isidro Aguado (2&). teración de la vida pública también se de jó sentir tanto en la sociedad como en los uso del inmueble del Casino. Requisado al inicio de la contienda, las autoridades re publicanas, dadas sus características ar quitectónicas, con espaciosos salones don de albergar hiladas de camas en batería, facilidad para el mantenimiento del orden y la higiene, fácil acceso desde la calle y amplio y soleado jardín, establecieron en él un Hospital de Sangre, destinado a albergar a los soldados heridos y convalecientes pro cedentes del frente. Periodo durante el cual hay que señalar la pérdida de la mayor parte de las obras completas del gran tribuno eldense los volúmenes de la biblioteca del Casino, don Emilio Castelar. de entre otras joyas bibliográficas recogidas des En abril de 1939, al termino del conflicto de la fundación de la sociedad, se encontraban bélico, el Casino fue restituido a la sociedad 153 S4 EL CASIND ELDENSE. UNA SOCIEDAD CENTENARIA ; ^ portacioe^es a i-^.: historia € -+Y^ -+:, 3 ^ ^^...^ - ^^ ^^ .. ^ t^.,: }; ^ : ^ illfUd^ ► Vista del jardín del Casino en los años 70, tal como se editó en una postal. Detalle: los artísticos bancos de azulejos que ya no existen. propietaria, recobrando su uso como lugar de esparcimiento y distracción, ahora, de la clase social vencedora. A los escasos seis años de finalizar la gue rra, y durante el ejercicio como presidente de Manuel Tamayo, el Casino Eldense solicita un préstamo económico de 125.000 pesetas a Ma ría Ibáñez Lloret, vecina de Alicante. Empréstito a cinco años y a un interés del 5% anual, paga dero por trimestres anticipados, que fue proto colizado por medio de escritura otorgada en Ali cante el 28 de septiembre de 1945, ante el notario José González-Román y González-Elipe, que dando obligado el Casino a tener aseguradas contra incendios las fincas hipotecadas. En junio de 1946, bajo la presidencia de M. Tamayo y siendo Vicente Mateo Luengo23, secretario-contador de la Junta de Gobierno, se procedió a levantar la hipoteca que, desde 1924, pesaba sobre las fincas que componían el Casino, mediante el pago de las cantidades adeudadas a los herederos de Salvador Amo rós. Del mismo modo en febrero de 1953, tras haber satisfecho la cantidades adeudadas, también quedaba cancelada la hipoteca a favor de María Ibáñez Lloret, recuperando la sociedad Casino Eldense la total propiedad legal del inmueble. Las décadas de los años cin cuenta, sesenta y setenta supusieron una segunda Edad de Oro del Casi no Eldense y de sus instalaciones. Du rante esos años el Casino fue el lugar de diversión mejor considerado por la «buena sociedad eldense». Sus bai les y verbenas durante las Fiestas Ma yores de septiembre eran verdaderos acontecimientos sociales. Eventos so ciales y lúdicos que, sabiamente, fue ron complementados por las sucesi vas juntas de gobierno con una ofer ta cultural atractiva, celebrándose en sus salones exposiciones de pintura, fotografía, conferencias, etc. Actos que, durante casi tres décadas, con virtieron al Casino en referencia de la vida cultural de Elda. Muestra de ello es el cambio de denominación de la misma con la aprobación del nuevo reglamento de régimen interno24. Así, en su primer artículo se establece que «La Socie dad....Se denomina SOCIEDAD ARTÍSTICO CULTURAL CA slrvo ELDENSE». Espíritu recalcado en el artículo se gundo, donde se especifica que «Los fines ... son propagar la cultura y el arte en todassus manifes taciones y al mismo tiempo proporcionar a sus competentes las distracciones y recreos que au torizan las buenas costumbres y sean propias de personas cultas...». Del mismo modo, en el décimo segundo artículo se establece la creación de la Ilamada «Sección de Asociados Jóvenes», como instrumento de nutrir a la sociedad de futuros so cios. Pero los tiempos corrían y lo hacía más rápido fuera que dentro del Casino. Las décadas de los años ochenta y noventa han supues to para el Casino Eldense el alejamiento de su seno de la savia mas joven y su conversión en salón de nostálgicas reuniones de los socios más veteranos. Las nuevas generaciones de elden ses no encontraron en el Casino ni la motivación cultural, ni la diversión lúdica ni el ambiente so cial más adecuado a sus inquietudes e iniciativas. EI Casino Eldense, perdido todo su dinamismo, adquiere entonces el espíritu venerable que le confiere la edad centenaria. Durante la década de los noventa, tanto la sociedad como el edificio que la alberga han co nocido varias tentativas para devolverle la actividad historia Juan Marhuenda Soler y Gabriel Segura Navarro pasada. Iniciativas encaminadas a la revitalízación del uso del Ca sino, especialmente de sus jar dines. La primera de ellas con el montaje de un catering de banquetes y celebraciones me diante la instalación de unas car pas prefabricadas para la cele bración de bodas, comuniones, bautizos, etc. Sus jardines, antaño lu gar de paseo y mágico encuen tro de jóvenes enamorados ba jo la sombra de sus árboles y rodeados del perfume de sus flores en las cálidas noches de verano, fueron reformados de sapareciendo en pro de la mo dernidad los maceteros que re mataban los pináculos del va Ilado y sus artísticos bancos ali catados con azulejos, a lo que se sumó la reciente reforma del vallado perimetral, tanto en la fa ► Fachada actual del Casino a la calle Nueva, tras eI remozamiento general que se le hizo al edificio en 1998. chada que da a la calle Jardines como en la actual Plaza Princesa, mediante el retranqueo de la valla siguiendo las nuevas alineaciones de los mencio nados espacios urbanos. A juicio de los autores, que en este momento abando namos la cómoda posición de historiadores para pasar a expo ner nuestra opinión como ciu dadanos eldenses a los que les importa, y mucho, la supervi vencia del Casino y su buena sa lud, sólo un cambio de timón que sepa dirigir el barco de esta institución centenaria por las trepi dantes y cambiantes aguas delnuevo siglo, adaptándola a las nuevas necesidades exigidas por la sociedad, permitirá que esta institución recupere su dinamis mo social. Cambio de rumbo que, sin perder el primigenio es píritu de la sociedad, deberá ser realizado a base de soltar los las tres que anclan el Casino en el pasado, para poder permitir en rolar en el barco a los «jóvenes navegantes eldenses». Por último, quisiéramos agradecer a Juan Maestre Pérez, actual presidente del Casino EIdense, y a Manuel Sirvent Martínez, socio de la sociedad, la información facilitada para la re ► Fachada interior del edificio. AI fondo, Ia carpa para celebraciones que ocupa parte del jardín. 156 EL CASINO ELDENSE. UNA SOCIEDAD CENTENARIA dacción de este trabajo, así como todas las fa cilidades dadas para el acceso y consulta de cuanto material ha sido necesario. Del mismo modo, queremos mostrar nuestra gratitud a Ma Josefa Anaya Anaya, hija de Manuel Anaya García, socio fundador que fue del Casino, por haber donado al Museo Etnológico de Elda los sucesi vos estatutos y reglamentos que tuvo el Casino Eldense. Bibliografia -(1901): Reglamento para el Casino Eldense. Hijos tle Mu ñoz, impresores. Villena. -(1904): Reforma de los Estatutos y Reglamento del Casi no Eldense, aprobado en Junta General Extraordi naria. Sesión del 6 de agosto de 1904. Imp. tle J. Rovira López. Alicante. -(1966). Reglamento del Casino Eldense. Tip. Motlerna. Elda. JAÉN, G. (dir.) Etalii.1999: Guía deArquitectura de la provincia deAlicante. Instituto tle Estutlios «Juan Gil-Albert».Ali cante. MARTÍNEZ MEDINA, A. 2000: La arquitectura de la ciudad deAlicante, 1923-1943. La aventura de la moderni dad. Instituto tle Cultura «Juan Gil-Albert». Alicante. NAVARRO PASTOR, A.1981: Historia de E/da. 3 vol. Alican te. - 2000: Eldenses Notables. Eltla. REQUENA SAEZ, Ma.C. 1987: «Masonería en Elda (1886 1937).Alborada, n° 34, pp. 7-11. Ayunfamiento tle EI tla. Notas 1. Presidente del Consejo tle Ministros entre el 5 de tlí ciembre tle 1903 y el 16 tle tliciembre de 1904. 2. En 1900 la población de Elda era tle 6.131 habitantes, siendo en 1910 tle 8.028 habitantes (Valero Es candell,1986,12). 3. Procedente de unos apuntes manuscritos sobre la his toria tlel Casino existente en la Sala de Juntas de la misma Societlatl, enmarcatlos por J. Payá Sánchez el día 1 tle mayo de 1922, y donde quetlan recogi dos los principales acontecimientos 4. Base Primera tlel Reglamento para el Casino E/den se. Hijos tle Muñoz, impresores. Villena,1901. 5. Artículo 1° tlel «Reglamento para e/ Casino Elden se». 6. Para datos biográficos ver Navarro Pastor, 2000, 363-365. 7. Según recoge el artículo 14 del Reglamento tle 1901 el Presitlente tlel Casino constituye un cargo inde pendiente de la Junta directiva, siendo elegido en la misma forma y sesión que los miembros de ésta. 8. Para tlatos biográficos ver Navarro Pastor, 2000, 367-374. 9. Para tlatos biográficos ver Navarro Pastor, 2000, 375-377. 10. Para tlatos biográficos ver Navarro Pastor, 2000, 387-388. 11. Base Cuarta de la Reforma de los Estatutos y Re glamento del Casino Eldense. Imp. de J. Rovira-Ló pez. Alicante,1904. 12. Y no a Vicente Maestre Sempere, como se ha veni . do afirmando ( Navarro Pastor,1981 II, 27) 13. Invitación cursada a nombre de José Payá Vitlal, mas conocitlo como «Payá Lira», y conservatla en la Sala de Juntas tlel Casino Eldense. 14. Reforma de los Estatutos y Reglamento del Casino EI dense aprobatlo en Junta General e^,^traordinaria. Se sión tlel 6 tle agosto de 1904. Imp. de J. Rovira-Ló pez. Plaza tle Isabel II. Alicante,1904. 15. Para datos biográficos ver Navarro Pastor, 2000, 155-156. 16. Para tlatos biográficos ver Navarro Pastor, 2000, 489-496. 17. Casatla con Luis Amat y Maestre, e hija de Miguel Amat y Sempere y de TeresaAlonso y Juez, tle quién recibió la finca como herencia materna. 18. Calle conocida anteriormente como «Nueva», y que en septiembre de 1917 fue rotulada con el nombre tlel monarca reinante ( Navarro Pastor,1981 II, 86-87). 19. Escritura de hipoteca tlatla el 31 tle marzo tle 1924, ante el notario de Villena, don Antonio Tovar Núñez. A(rchivo) P(rotocolos) N(otariales) U(illena). 20. Este proyecto es objeto tle un tletenido análisis en es ta misma revista por parte tle A. Martínez Metlina y M. Guill Gran, arquitectos. 21. Para datos biográficos ver Navarro Pastor, 2000, 599-605. 22. Para datos biográficos ver Navarro Pastor, 2000, 591-597. 23. Jefe local del Movimiento Nacional y concejal tlel Ayuntamiento tle Elda, en representación tlel tercio tle representación de entitlatles profesionales, en la corporación municipal tle 1949-1952. 24. Reglamento del Casino Eldense, Tip. Motlerna.-El tla. Estatutos aprobatlos por la Junta General Extra ortlinaria celebrada el 17 tle diciembre tle 1965, siendo presitlente Eustaquio Cantó y secretario Vi cente Mateo, y visados y legalizatlos por la Direc ción General de Política Interior del Ministerio de la Gobernación el día 30 de abril de 1966. EI Casino Eldense y la reforma no realizada de 1926 omo se puede obser var en el artículo de G. Segura y J. Mar huenda sobre la his toria del Casino EI dense que acompaña al pre sente en este número de la re vista A/borada, en 1926 destaca la reforma propuesta por el ar quitecto Alfonso Jimeno Pérez. La referencia de este arquitecto nos la da la tesis doctoral de A. Martínez Medina, publicada con el título La Arquitectura de la Ciu dad de Alicante 1923-1943. La aventura de la modernidad. De aquí obtenemos datos de su pa so por la ciudad de Alicante. Alfonso Jimeno Pérez (7898 1927-1966) I. Formación, estudios y escuela. ► Arriba: alzado del edificio Reyes Catálicos. Abajo: alzado de una casa de alquiler, ambos en Alicante. Proyectos de Alfonso Jimeno de 1925. Nace en Guadalajara el 23 de enero de 1898. Se desplaza a Madrid para cursar los es tudios de arquitectura, y se gradúa con la pro moción de 1921. EI título se le expide por esta Escuela en junio de 1922. En sus años de es tudiante coincidió con Fernando García Mer cadal, y entre sus compañeros figuran Luis La casa, José María Rivas Fulate y Manuel Sánchez Arcas. Es posible que conociera en este mismo ambiente a los hermanos Cort Botí, tanto a Jo sé Francisco como a César. II. Familia y contactos culturales. Persona bastante inquieta en el mundo de la arquitectura, estuvo bastante bien relacionado en los circulos de la profesión de la capital de España. Tras sus años de arquitecto municipal en Alicante (1924-1927) vuelve a Madrid, en don de desarrolla una gran actividad. En 1930 se presenta al concurso de la Universidad de La Laguna. Ese mismo año ga na el Concurso Nacional de Arte Decorativo con un grupo de faroles para la fachada prin cipal del Ministerio de Instrucción Pública. En 1934 participa, junto a César Cort, José Paz Morato y José Ma Soroa -ingenieros-, en el concurso de anteproyectos de «Poblados en el Valle inferior del Guadalquivir y la Zona de Guadalmellato». Una de sus actividades más 157 al^ort^^ior^^^ ^ 1 h i s t o r i a 158 EL CASINO Y LA REFORMA NO REALIZADA DE 1 926 destacadas es su labor de crítica arquitectóni ca. Así, en 1928 pronuncia una conferencia titu lada «Orientaciones estéticas en arquitectura», sobre arquitectura contemporánea holandesa; más tarde, en 1933, publica el artículo «Cómo entienden los italianos la arquitectura moderna». Por último, en 1935, publica dos artículos en las páginas de la revista Arquitectura titulados «Cues tiones Estéticas: Cáceres la Ignorada» y«Cues tiones Estéticas. Concepto de la Arquitectura Nueva». En este último efectúa un repaso a la situación arquitectónica del momento. Citemos también que participó en el Congreso Nacional de Sanidad de 1934 al que presentó una ponencia junto a dos compañeros. No se dispone de información de su fami lia. Se sabe que vivió muchos años en Puerto Rico, donde ejerció la profesión. Falleció el 3 de marzo de 1966 en España. III. Actividad laboral y profesional. Desconocemos su andadura en los tres años que distan entre la obtención del título y su toma de posesión en Alicante. En la ciudad ocupa la plaza de arquitecto municipal, puesto que dejó vacante Juan Vidal a finales de 1923. En estas oficinas se le localiza desde mediados de 1924 hasta el 24 de marzo de 1927, siendo el ar quitecto afecto a la zona del Ensanche, com partiendo la oficina con Francisco Fajardo. Su permanencia en la ciudad se prolonga hasta finales de dicho año, coincidiendo párcialmente con la estancia de José Cort. Durante estos tres años compagina su trabajo al frente de los servicios técnicos con el ejercicio libre de la profesión. Dado el corto período que residió en la ciudad, sus encargos pro fesionales de índole privada no fueron cuantio sos, principalmente redactó proyectos de esca sa entidad: viviendas de planta baja, algunas elevaciones de pisos y un par de edificios de casas de alquiler. AI frente de la oficina munici pal redactó algunos proyectos de alcantarillado de vías principales y mobiliario de paseos y pla zas. Alfonso Jimeno Ilegó al ayuntamiento en un momento de intensa actividad en el sector in mobiliario, ya que en el bienio 1924-1925 se concedió el mayor número de licencias de obras de la década. Su marcha de la plaza coincide con el inicio del descenso de solicitud de per misos de construcción. Su cese como arquitec to municipal afecto a la zona del Ensanche lo fue a propuesta de la Alcaldía. De vuelta a Madrid retoma su actividad presentándose a múltiples concursos de arqui tectura y urbanismo, como ya se ha detallado, integrándose en 1931 en el Colegio de Arqui tectos de Madrid. Tras la guerra de 1936-39, sufrió el exilio. IV. Despacho, colaboradores y obra. Se desconoce su domicilio profesional a su paso por la ciudad, así como si dispuso de co laboradores en su estudio para la redacción de los proyectos. EI conjunto de su obra privada localizada se fecha en el período de 1925 a 1927. De esta producción, en la ciudad de Alicante merecen destacarse los Edificios de Viviendas de la calle Reyes Católicos (antes Joaquín Costa) esquina a Alemania (antes Quiroga) y el sito en las calles Poeta Zorrilla-Padré Esplá (antes Avda. de la Li bertad), ambas de 1925; el primero de los edifi cios quizás sea la única obra de este arquitecto que aún queda en pie. También se incluyen una serie de viviendas unifamiliares emplazadas en el extrarradio, en La Florida y la ladera de San Fer nando. En su quehacer municipal destacan sus trabajos de amueblamiento urbano, como las pérgolas de Gabriel Miró (1924), los kioscos, bancos y carteles luminosos de la Rambla (1924) y un templete de la Explanada (1926). También de ben mencionarse sus proyectos de urbanización, alcantarillado y pavimentación de distintas ca Iles y zonas de la ciudad, entre las que citare mos las actuaciones en Alfonso el Sabio (1925), en la Pza. de Sta. Teresa y Pza. España, así co mo en parte de la calle Reyes Católicos (1926), esta última sobre proyectos de J. Vidal. Alfonso Jimeno y Elda: la reforma del Casino Eldense En mayo de 1926, Alfonso Jimeno redac ta un proyecto de reforma sobre el Casino EI dense. Si bien no se ha conseguido toda la documentación gráfica, podemos proceder al es tudio y análisis de la obra de reforma. Ésta debe analizarse desde el conocimiento de los planos de fachada, sección y cubiertas, ya que nada se conoce de los planos de plantas propuestos. En primer lugar destacaremos el acceso tangencial que se produce a través del pórtico de entrada desde la calle Alfonso XIII, dato curioso hÍSt01Ía Andrés Martínez Medina y Manuel Guill Gran al no potenciar ni enfatizar el acceso directo en función de la categoría de la calle. Este acceso sería objeto de reforma en el año 1955 (arqui tecto, Juan Antonio García Solera), al colocar una puerta giratoria que daría acceso directo desde la calle Generalísimo. EI acceso propues to por Alfonso Jimeno, como se deduce del pla no de cubiertas y de sección, se efectuaría a tra vés de un pasaje cubierto a doble espacio libe- rando un patio en la primera planta y teniendo como destino el patio abierto del jardín. Este ac ceso noble se enfatiza con el diseño del hueco 0 puerta de acceso que se aprecia en la fachada la teral y que forma parte del lenguaje al que va destinada tal reforma siendo, posiblemente, una excepción en el conjunto de la obra de este ar quitecto, más dedicado a obras carentes de sun tuosidades que a edificíos de tipo burgués. Como antecedente de esta obra se puede citar el edificio Reyes Católicos (1925), ya que la fachada del Casino vuelve a recuperar el criterio de simetría parcial rematada con el volumen de «torreón» como pórtico de acceso, aunque sal vando las distancias entre un edificio dedicado a viviendas frente al usuario del Casino Eldense. Los elementos comunes que se detectan respecto del edificio precedente se concretan en los aspectos formales tales como el despiece de zócalo, el alero sostenido por ménsulas, su ritmo en cuanto al pretil sinusoide ocultando el tejado y la coronación con pináculos del pórtico de en trada. La proporción vertical del hueco, con un especial énfasis en el diseño de la carpintería de lo que se suponen zonas nobles, es un elemen to común que se rompe en el tratamiento en plan ta baja con el remate en arco de medio punto, en contraposición a la planta piso más austera en su diseño. Toda la intervención, que se proponía y di bujaba con mucho esmero y detalle, aunque no se Ilevó a la práctica, puede encuadrarse den tro de las tendencias historicistas y eclécticas tan del gusto de la sociedad burguesa. Mucho más entendibles en una pequeña ciudad de pro vincias que pretendía verse reflejada en su capi tal y en otras metrópolis nacionales. EI nivel, el es tatus, el reconocimiento de la sociedad cultural del Casino Eldense se manifestaban en una pretendida reforma de su sede social, la cual se po nía al día con los lenguajes arquitectónicos que reflejaban el lujo y el gusto cosmopolita. ► Aizados de la reforma proyectada para ei Casino en 1926, según ei proyecto del arquitecto Alfonso Jímeno. Arríba: fachada a la caile Nueva {entonces Alfonso XIII}. Abajo: fachada al interior del jardín. Hacer constar, por último, de esta breve reseña que el coste estimado de la reforma as cendía a 16.518,72 ptas., según consta en el «Presupuesto para la obra parcial de reforma en el Casino de Elda» 159 ® Aproximación a la historia de la masonería eldense ► Grupo de masones (entre ellos varios eldenses) en la prisión de Burgos (1943}. I periodo de la II República en la his toria de la masonería española es uno de los menos conocido, por la desa parición de una parte muy importan te de documentos originales durante la guerra civil. Aun así, la mayoría de los auto res que han estudiado este periodo coinciden en afirmar que el número de masones activos gi raba alrededor de cinco mil miembros. Bien es verdad que esta cifra es muy baja si la com paramos con la de otros países. En la Comunidad Valenciana el mayor es plendor masónico fue en el periodo correspondiente desde la década de los años veinte hasta el golpe de estado del general Franco. Aunque la abundante documentación de los organismos masones valencianos fue destruida casi total mente, D. Vicente Sampedro Ramo, en su libro ti tulado La Masonería Ualenciana nos da el registro oficial de las logias que dependían del Gran Oriente Español, y de la Gran Logia Regional de Levante, y.el número de miembros: ^^^rt^^i+c^r^^s ^ 1 h i s t o r i a 161 Constante Alona de Alicante . . . . . . . . . . . . .34 obreros. Federación Valenciana de Valencia . . . . . . . .36 obreros. Numancia tle Alicante . . . . . . . . . . . . . . . . . .46 obreros. Patria Nueva tle Valencia . . . . . . . . . . . . . . . 12 obreros. Diana de Denia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13 obreros. Las Germanías de Valencia . . . . . . . . . . . . . 10 obreros. Ilice Constante de Elche . . . . . . . . . . . . . . . 10 obreros. En Alicante las logias masónicas eran muy activas y desarrollaban su programación con el máximo interés, y a ellas pertenecían personas muy conocidas dentro de los distin tos ambientes, siendo la mayo ría de Izquierda Republicana. La logia Constante Alona N° 1 estuvo activa desde 1878 a 1939, y la logia Numancia N° 3, que era el taller de la capital, na ció en 1882. Aunque tuvo dis tintos altibajos estuvo funcio nando hasta poco tiempo antes de la guerra civil española. Elda fue una de las pri meras poblaciones alicantinas que contó con una logia en el último tercio del siglo XIX, se denominaba Fidelísima y se creó en 1886. No tenemos mu chos datos de este núcleo ma sónico, lo que si sabemos es que tenía muy pocos miembros y escaso interés. Sin embargo, a finales de la década de los veinte (septiembre de 1927) se creó la logia Amor N° 9, previa autorización de la logia Nu mancia N° 3 de Alicante. Los siete miembros fundadores se detallan en la tabla 1. Entre los años 1930 a 1936 la logia eldense tuvo una notable actividad destacando sobre otras de la provincia, y te niendo una estrecha relación con logias de distintos puntos de España. Llegó a superar los cuarenta componentes, entre los cuales se encontraban algunos vecinos de la ciudad manchega de Almansa. Gracias al Fondo del Ar chivo Histórico Nacional de Sa lamanca (Sección Guerra Civil. Masonería) hemos podido conocer la mayoría de los miembros que formaban esta logia (ver tabla 2). En esta relación nos aparecen personas muy destacadas de la vida cultural eldense, como José Tomás, maestro del Colegio Públi co Padre Manjón, donde desarrolló una es pléndida labor como profesor diurno y noctur no. ÉI creó unas clases para adultos que tu vieron mucho éxito, además era un gran cola borador de periódicos y revistas de la época. •^ ^^^^• ^i ,, Venerable Maestro ...........José Tomás Sánchez . . . . . . . .Pestalozzi Primer Vigilante ................Cándido Amat Casañez . . . . . . .Progreso Segundo Vigilante ............Joaquín Porta Rausa . . . . . . . . .Activitlatl Oratlor .............................José Vertlú Cuenca . . . . . . . . . .Pascal Secretario ........................Ángel Vera Coronel . . . . . . . . . .Plutarco Experto ............................José Capilla Beltrán . . . . . . . . .Platón Tesorero ...........................Jenaro Vera Coronel . . . . . . . . .Estrella 1 ^_ .,t_ ^ 7^T^TT^s:^ ^.^ Elías Jover Sánchez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Sencillo Jesús Sáez Cuenca . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .C. Marx Lorenzo Navarro Richarte Gerónimo Galipienso Ruesca . . . . . . . . . . . . .Andrenio Vicente Gil Navarro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Cafiero Marcelo Lillo Catalán . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Zorrilla. Miguel Caturla García . . . . . . . . . . . . . . . . . .Pi y Margall Antonio Juan Busquier . . . . . . . . . . . . . . . . . .V. Hugo Ángel Jiménez García . . . . . . . . . . . . . . . . . .Pérez Galdós Francisco Amat Busquíer . . . . . . . . . . . . . . . .J. Costa Segismundo Falcó Picó . . . . . . . . . . . . . . . . .P. Iglesias Delfín Coloma Garijo . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Tolstoy Viriato Coloma Gantlel . . . . . . . . . . . . . . . . . .Caballero tle la Verdad Fernando Sampere García . . . . . . . . . . . . . . .Pitágoras Rotlolfo Coloma Candel . . . . . . . . . . . . . . . . .Tom Luis Nieto García . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Hipócrates Manuel González González . . . . . . . . . . . . . .Rousseau Emérito Maestre Maestre . . . . . . . . . . . . . . .Castelar José Deltell Antlreu . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Jaures Aurelio Villaescusa Bueno . . . . . . . . . . . . . . .Washington Martín Llopis Taltabull . . . . . . . . . . . . . . . . . .Cervantes Sebastián Rosas del Bosque . . . . . . . . . . . . .Elda Petlro García Martínez Emiliano Vera Gamales . . . . . . . . . . . . . . . . .Sócrates Tomás Guarinos Maestre . . . . . . . . . . . . . . . .Newton yAbrhan Luis Herráez Martínez . . . . . . . . . . . . . . . . . .Bebel José María Pérez Gras . . . . . . . . . . . . . . . . . .Linares Rivas Joaquín Ferrer Pérez . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Blasco Ibáñez Juan García Berenguer . . . . . . . . . . . . . . . . .Franklin Pedro Santos Amores . . . . . . . . . . . . . . . . . .M. Gorki José María Gil Esteve . . . . . . . . . . . . . . . . . .Unamuno - 62 APROXIMACION A LA HISTORIA DE LA MASONERÍA... ^:.^= ^ortaciones a ia historia Otro personaje muy conocido y carismático fue José Capilla, un hombre apasionado por la cultura, amigo de Azorín, Miró y otros muchos, fue el alma mater del semanario elden se Idella, en el cual realizó un trabajo que en la actuali dad valoramos plenamente. Los demás compo nentes fueron personas muy conocidas en determinados ambientes económicos y so ciales. La principal figura de la logia Amor de Elda fue Ángel Vera Coronel, funda dor del Comité Republica no; Presidente del Consejo de Administración del Banco de Elda y Gobernador Civil de Cáceres, Cádiz y Zara goza. En esta última ciudad tuvo que sufrir las conse cuencias del golpe de esta do franquista. Lógicamente fueron momentos muy deli cados para Vera Coronel, aunque demostró unas di mensiones humanas muy destacables. A pesar de sus ante riores relaciones con el ge neral Cabanellas Ferrer, re publicano y masón, fue de tenido, y tal vez no le mata ron enseguida por indicación del general. Estuvo preso al rededor de un año y fue fu silado el 20 de julio de 1937. ^ ^ ^h7^s^ 1^^ .x Ca^n` : cp. V H,tC ^ is`;+axv: -^ ^ {^ /J ^ ^ ^ ^ ^ `^ f^ ` - --... ^^S^. ,. A L.. G.. D.. a.: A:. D.. U:. Llbertad Igualdad. Brataraidaa A ^^i^c 1 Oradqr mea dv ► Documento de la constitución en Elda de la logia Amor. La actuación de este personaje resultó muy atípica ya que no estableció ningún con tacto con los talleres de Zaragoza, incluso en la documentación requisada a los masones en to do Aragón no aparece ninguna referencia a su persona. La política represiva en contra de los ma sones continuó durante los años de la guerra ci vil española, y culminó el 11 de marzo de 1940 con la promulgación de una Ley que reprimía a la masonería y al comunismo. Fue como conse la ComialÓa Yvrmanvat• de ^ dvl iliS ^,en^ ^e fe ootubra del año l:qz7. ( o:. v.•.) E.1_YH3^, maoat , raapetuota oxprael n dv nuaetra Yratvrnalas avntlmlvntos, Trazado pn lod^I/a11.; da Elda a Soa +1eta.4lae 4e1 I1uat.•. ^% SC^`si:^`` , -.L.. 3w... ^ . :^;: ^a aR., Log,, dal Lavanta ao Eapai aranda oriaatv 8epañol, Yall,; dv Alioante, BALIID PIIERZA OHIOñ araa YeaOtra y VY:, HH.; Consv^vroa.. Lo3 maaoave qua aueoribva, dasaoa0a 4a 1a proaperidad de la Yranomaeonvria y dv oontriDuir al bivn dv la humanldad hamoa raa 4 vlt0 astablvoar provlalonalmvnta uria Log:, alm„ dvl RltO Ee^ oo08e Antigu ç y Aoeptado vn loa aall:. de Elda, provinmla da Alic, tv ooa al tltulo dlaLintivo dv u A 3d C R`^°^ a fa auai oa.rqgamoa.admitais aa^T4R4Taolón QQ la ar.. Log „ a . Lavnntv, otorg9ndolv la oorraspondianta 9arta aonatltutiva que re= gularloe loa traba^oa dv eatv Tallvr, ouyo3 obroroa haa 0legido it tarlnamrnte las Dlgnld^dve quv alguen: YaA,. 3[aaat:, Jqab Tom a 8áaohgz, aim.: Pvatalozzi, _.... Prlm,; Ylg:, CandlQo Amat Caaañv2 sim,•, Progrea0, evg,; Yig,; Joaquín Pgrta Rauaa, aim,; Aotividad. Or,: Jos3 VvrdU Cuanaa, sim,, PsaOal, 8rio,: Ang Q 1 Yvra Coronel a1m.; P1uta^ao, . Exp., Josó papSlla Baltr^II, sim.; Platon, Taro:. Cenaro vara Ooronal, eim,; Estralla. Con dicno ob^ato hc^mos oplabrado las^trea tenidas proparato^ riaa qua 3on da 7cey, avgun lo aored;La lea coyl;^^ oertliioádaa de lae aotaa qua oar remStimoe, en unlon dv loa dvmaa documentoe y requlaitod exlgidoe por laa Eatntutoa y Aaglamonros Geaoralea, Unidoa a voaotroa pgr los iaz ç a dv ia_iratvrnidad, ov aaegu= ramoe nuaatra lval adhasioa, eeSOrz3ndonoa por maraoer 31 ravor qu^ solialtamoa. A1 miamó tlempo prometemos por nuvstro honor.permaneaar in= violablamaata ualdoe a^aaa aráII^LS$1a Aogional^8ímbólioa-de3 aran6 Orlanta^Eaapañol, obvd^ovry aoatar Sla;m^ató su Conet tuolon, ga= ; tatutoa y 8vgiamvntoa aonvralea^ lvyvs, daoratos y dem^a diapcai^ aionaa, y cum p Lir oon axaatituC ias obligacioaea.quv imponen a los Tallarae y a loa maaoaaa, Raaibid, I1y9t;a ardn Yaaatra y VV,: H}[:: Conav^oroe, la . cuencia de otra Ley de Responsabilidad Política del 9 de febrero de 1939, en la cual fueron declaradas ilegales todas las organizaciones masónicas, además de la confiscación de sus bie-nes y durísimas penas. Los masones quedaron automáticamente separados de cualquier traba jo público, incluso los parientes con un segundo grado de consanguinidad. Las cárceles y los destierros fueron los lu gares donde se asentaron los eldenses que configuraban la logia Amor. En torno a la propaganda de ideas en Idella A mi padre, Alberto Requena Sánchez, y a Juan Sánchez Soria, «Josanso», In memoriam. I interés de la prensa periódica como fuente de conocimiento de nuestro pasado más inme diato es innegable y, en el caso de nuestra ciudad, resulta evi dente la utilidad del semanario Idella como uno de los puntos de partida que han de ser consultados para poder interpretar con corrección el corto, pero intenso, periodo de su existencia: 1926-1930. En este tra bajo se intenta precisar cómo el naci miento de Idella podría atender a la inten ción propagandística de un ideario políti co y moral como fue el regeneracionismo y que, además, podría estar vinculado a la masonería española. Creemos conveniente realizar, en este punto, una breve referencia a los cir cunstancias históricas del momento. En primer lugar, se ha de decir que uno de los objetivos de los regeneracionistas era que la «masa neutra» (en palabras de ► Caricaturas de los redactores de Idella, por bscar Porta. (^) Manuel Maestre; (2) José Capilla; (3) Maximiliano García Soriano; (4) Antonio Gonzálvez; (5) Martí Llopis; (6) Ángel Vera; (7) Eloy Catalán; (8) Cándido Amat y(9) José Francés. Joaquín Costa); es decir, la gran mayoría del pueblo español, se implicara en la acción polí tica y social que haría posible la regeneración de España y que estaría regida o liderada por un grupo selecto de hombres de valía intelectual, moral y política; los denominados «intelectuales» que deseaban realizar un cambio político y social «desde arriba», esto es, una oligarquía intelectual que se alzará como elemento de di rector de los destinos de España. EI auge de es tas ideas tuvo su momento cenital a finales de siglo XIX y comienzos del XX, pero la proyección de este programa político y social alcanza hasta la guerra civil española. Uno de los frutos de esta conciencia y necesidad de regeneración (con la que no to dos los regeneracionistas estaban de acuer do) fue la dictadura de Miguel Primo de Ri vera, el dictador regeneracionista, que se au toconvirtió en el «cirujano de hierro» del que hablaba Joaquín Costa. Sobre este hecho hay que decir que se faltaría a la verdad si no se diese cuenta de que la dictadura fue ampa rada por el rey Alfonso XIII, y que, en un pri 163 ^^ ► ®rt^^^^ns^s ^ 1 h i s t o r i a 164 EN TORND A LA PROPAGANDA DE IDEA5 EN IDELLA ► Rafael Altamira, colaborador honorario de Idella desde su fundación. mer momento, fue recibida por la opinión pú blica con un entusiasmo sólo comparable al que años más tarde mostraría el pueblo espa ñol con el advenimiento de la II República (Vid., Queipo de Llano s./f.). EI general Primo de Ri vera siempre rechazó el calificativo de dictato riál atribuido a su régimen pues, según él, «no había existido nunca un poder personal pro piamente dicho; incluso Ilegó a denominarlo como una dictadura democrática. [...] Su ges tión gubernamental fue arbitraria [...]. En su ac tuación mezclaba de manera confusa la moral con la política y, finalmente, acababa por no solucionar de manera efectiva casi nada. Primo de Rivera consideraba que era suficiente la bondad, la sinceridad, la laboriosidad y la pro pia experiencia de la vida para poder enfren tarse con éxito a los problemas del país. EI dic tador [...] pensaba que como los españoles, en el fondo eran buenos, todo lo malo que existiera en España desaparecería en muy poco tiempo mediante sencillas soluciones; [...] preconizaba una regeneración de la vida política española, algo que no era ajeno al propio sistema de la Restauración sino que, por el contrario, toda la sociedad española de su tiempo propugna ba, tanto los políticos como los intelectuales e incluso los mismos conspiradores militares que habían formado parte en el golpe de Estado del 13 de septiembre de 1923» (Queipo de Lla no s./f., p. 100). AI relacionar la situación de España, en general, con la de nuestra ciudad, en particular, se podría sugerir que dadas las circunstancias, el semanario Idella había nacido bajo la égida de la dictadura regeneracionista vigente en el momento histórico que le tocó vivir, con el objeto de propagar ideas afines al libre pensamiento, este hecho podría explicar, al menos en parte, la aparición de la revista Idella en plena dicta dura, pues, en principio, parece impensable, absolutamente ilógico y absurdo, la publicación de una revista de «clara profesión de fe republicana [...] en plena Dictadura», tal y como afirma don Alberto Navarro (1997, p. 253). Ide lla salió a la luz el 8 de febrero de 1926 a pesar de la «vigencia de una rígida censura política y [...] si no se expresaba más claramente era por que las circunstancias del momento no eran favorables para tomas de posición contrarias al régimen establecido» (Ibid., p. 252). A pesar de esta afirmación, podríamos sugerir una nueva interpretación sobre la fundación de Idella por que, aunque pueda parecer paradójico, el re generacionismo era absolutamente compatible con las ideas republicanas y socialistas. EI na cimiento de Idella podría haber sido debido una clara intención, por parte de sus redactores, de propagar un determinado ideario político y moral, éste podría tener su base en ideas re generacionistas a las que son afines sus re dactores, ejemplo de ello son las colaboracio nes honorarias de don Rafael Altamira, una de las figuras más significativas de esta corriente junto con don Joaquín Costa (Vid., Cheyne 1992), ambos vinculados a la Institución Libre de Enseñanza y partícipes del ideario krausis ta, una de cuyas máximas era la liberta^i de pensamiento. Estamos viendo cómo en plena dictadura y, de un modo atípico, aparece el semanario Ide lla, pero lo que resulta admirable es que el equi po direccional del semanario fuese todavía más allá en su afán de lucha por sus ideales, quizá debido a ello se vinculó a la masonería españo la, siendo algunos de los fundadores de la revis ta en 1926 los que se constituyeron en la logia masónica Amor en 1927. Así, de los siete fun c^^ialtta^10^1@S c^ 1 historia María del Corpus Requena Sáez 16 5 _.___ ___ _ ► Marcelino Domínguez, destacada personalidad política, que sería Ministro de Instrucción Pública en el primer gobierno de la República, visitó Elda en 1928. En la foto, figura con un grupo del Círculo Republicano Eldense. dadores iniciales de la logia, cuatro formaban parte del equipo direccional de Idella, tal es el caso de Cándido Amat Casáñez, de nombre sim bólico Progreso (director y redactor), José Capi Ila Beltrán adoptó el nombre de Platón (director y redactor), Joaquín Porta Rausa abrazó el seu dónimo de Actividad (redactor), Ángel Vera Co ronel (redactor) fue conocido en la logia con el alias de Plutarco. Respecto a los otros miem bros del conciliábulo, hasta este momento, ca recemos de datos que confirmen la colabora ción en la revista de el Uenerable Maestro de la lo gia: don José Tomás Sánchez, denominado Pes talozzi; del Orador de la misma don José Verdú Cuenca designado Pascal, y de su Tesorero: don Jenaro Vera Coronel cuyo nombre simbólico era el de Estrella. (Requena 1987). Hasta ahora hemos visto el atípico naci miento de Idella en 1926, su vinculación con la masonería en 1927, queda pues por atender al carácter independiente del semanario en 1928: En el editorial publicado el 18 de febrero de 1928, el equipo de redacción se desmarcaba tanto de la prensa del escarnio y como de la prensa elogiosamente hipócrita: «hemos huido de la información baja y rastrera, en sentido de censura descarnada o de lacayuna adulación, que nada dice del alto concepto del periodismo, ni beneficia al ambiente de que se nutre, el libelo que tantos confunden con la digna y santa fun ción periodística.» Idella recibía el apoyo de prestigiosos e importantes intelectuales espa ñoles, muestra de ello es que el 18 de febrero de 1928, en el segundo aniversario de la publica ción eldense aparecen unas «Palabras de oro en el aniversario de Idella» que marcan la importancia del evento, además del prestigio y con sideración que conlleva que: «Los preclaros maestros Altamira, Gómez Baquero y Miró han tenido la delicadeza de remitirnos unas palabras de comprensión y bondad que expresan conceptos altamente honrosos para una publi cación como la nuestra. Ellas dignifican nuestra tarea de periodistas pueblerinos. No hallamos cumplida expresión de gratitud a tan eminentes figuras de las letras españolas. Solamente di remos que sus palabras constituyen la más pre clara ejecutoria de la vida del semanario Ide Ila». EI balance de la redacción es, como el título del editorial indica «Un poco dolidos, pero sin I66 EN TORNO A LA PROPAGANDA DE IDEAS EN IDELLA ^.;^ ortaciones a 1 desfallecimiento»: «Con la pluma en suspenso ante las cuartillas repasamos la vida de nuestra publicación en su segundo año. No hallamos en este periodo que comprende otros cincuen ta y dos números de Idella nada que traicione, desfigure o adultere el lema que nació ha dos años. Todo nuestro programa se halla sinteti zado en la expresión POR ELDA Y PARA ELDA. ^Hemos sido fieles y consecuentes? Estima mos que sí». EI apoyo explícito de don Rafael AI tamira, colaborador honorario de la revista des de su fundación, a la cual favoreció con su pres tigio fue muestra de orgullo del equipo de re dacción de Idella, por esta razón, se le dedica ron estas palabras el 18 de febrero de 1928: «Una de las figuras más eminentes de la inte lectualidad española, considerada y respetada universalmente, quizá el único prestigio español que América acepta sin reservas; catedrático de la Universidad de Madrid, donde explica Historia Contemporánea de América; el Tribunal de Justicia lnternacional de La Haya le cuenta en tre sus once jueces; en fin, pensador profundo e investigador de amplia visión histórica. Su Historia de la Civilización Española y su recien te Epítome de /a Historia de España, entre sus producciones más divulgadas, dicen el alto va lor de este ilustre alicantino». Con esta intro ducción se da paso al texto de don Rafael AI tamira en el que se conmina a los redactores de Idella a persistir en su labor pePiodística, el ejercicio de la acción constante para cambiar los vicios políticos y sociales de la sociedad es pañola, así lo dice el titular del artículo de don Rafael Altamira: «NO BASTA HACER, HAY QUE PERDURAR»: «IDELLA ha hecho eso y algo más, porque el presente número indica que no sólo perdura, sino que conserva los mismos bríos y las mismas animadoras ilusiones del día de su nacimiento. Que eso constituya un milagro en cual quier lugar de la tierra en que se produzca, bien lo sabemos todos, porque no es tan frecuente como lo necesitan las buenas causas espiritua les que las acompañe la gran virtud de los ro manos: la firme y perpetua voluntad que engen dra la perseverancia. Pero confesemos que es más milagro en nuestra tierra; no porque la gen te que en ella nace sea incapaz por naturaleza de perseverancia, sino porque en el dulce ambien te, donde todo induce a la contemplación y arro bamiento ante las bellezas del suelo y el cielo, son historia muchos y muy amables losenemigos de la iner cia de la acción y más aún los solicitadores en la inercia del no hacer. Gracias, pues, sean dadas al milagro de IDELLA, y por luengos años perdure. Yo, que vengo predicando desde hace mucho que el mundo no es de los inteligentes, sino de los te naces, calcúlese cómo me regocijaré. Y si el te naz es por añadidura inteligente .... imiel sobre ho juelas!». EI semanario Idella fue espejo de las in quietudes de los hombres que lo hicieron posible, difusor de ideas políticas o, dicho de otro mo do, vehículo de propaganda y, sobre todo, creador de opinión en los lectores, pero se ha de señalar, igualmente, que durante el final agónico de la dictadura sufrió «una suspensión guberna tiva de tres meses, entre el número 173 (13-VII 1929) y el 174 (19-X-1929) por motivos que no aclara el periódico» (Navarro Pastor 1997, p. 249), pero que imaginamos políticos o quizá debidos a la vinculación de parte de la redacción a la ma sonería. En cualquier caso, la prensa se consti tuye en un vehículo eficaz de información, y de formación de opinión en los lectores, el denomi nado «cuarto poder» está ejercitándose con to das sus consecuencias, porque las noticias Ilegan a los lectores y su lectura y comentario era fuen te de debate en lugares de reunión públicos o privados. La prensa, la opinión pública que en ella se manifiesta, responde así a la decrépita si tuación de nuestro país, y trata de dar alcance a otra de las metas establecidas por los regenera cionistas: el dar una respuesta efectiva a«los males de la patria». Institucionismo, krausismo, re generacionismo y masonería parecen ir de la ma no en este periodo de la historia de Elda, en par ticular, y de España, en general. Bibliografia CHEYNE, G.C.J.1992. E/ Renacimiento ideal: Epistolario de Joaquín Costa y Rafael Altamira (1888-1911), I ns tituto de Cultura «Juan Gil-Albert», Alicante. GARCÍA QUEIPO DE LLANO, Genoveva. s./f. EI reinado deAl fonso X/ll. La modernización fallida, en Historia de España, Historia 16, Matlrid. NAVARRO PASTOR, Alberto.1997. La prensa periódica en EI da (1866-1992), Instituto de Cultura «Juan GiI-AI bert», Alicante. REQUENA SÁEZ, María del Corpus. 1987. «Masonería en Eltla (1•886-1937)», en Alborada, n° 34, Emitlesa, D evoc i ó n por Un amu n o a desde su moce dad, entre las lectu ras predilectas de José Capilla destacaban los libros de don Miguel de Unamuno. Sus obras influyeron en el pensa miento de las jóvenes genera ciones, en especial entre los universitarios de los años de la Dictadura del general Primo de Rivera. En el escritor vasco se encarnaba el espíritu de noble rebeldía en oposición al régi men dictatorial. Unamuno se proclamó abiertamente belige rante en la lucha por las libertades suprimidas. A poco de iniciarse la Dictadura, surge el enfrenta miento entre el bilbaíno Miguel de Unamuno y el alavés Rami ro de Maeztu a causa de sus diferentes posiciones políticas respecto al nuevo sistema im puesto por el golpe militar. Es tos dos notables escritores, fi guras destacadas de la Gene ración del 98, se hostilizaron con sus plumas a través de las páginas de la prensa a causa de su ideología. Maeztu, de ta lante ultraconservador, en de fensa de la Dictadura, y Una . ^-``^J^ ^^^.,^r^ ^ ^^.^ l/ ^^ ^ ^ C^a.^^r-.-.c^, muno, de tendencia liberal, en tenaz oposición. A raíz de un polémico artículo publica do en el diario madrileño EI Liberal, en el cual Unamuno pretende que Maeztu de defina pú blicamente sobre su posición política respecto i ^ -G.,Í ^^^^^ ^^^ /^/^Z ^ ^ G^ ^ : _ _ _ ._.^ ^ _ _ a la recién implantada Dictadura, éste elude el desafío yéndose por los cerros de Úbeda en su réplica, ublicada en el diario EI Sol y José Capilla, impulsado por su admiración al autor de la obra Uida de Don Quijote y Sancho, su maes ^67 ^^r#^^i^^^^ ^ 1 h i s t o r i a DEVOCIÓN POR UNAMUNO 168 ^A R G;-i t V t^ ^J. Ca^illa - ` ^ v-u.^ ,T t,. ^^^ Q,ée -^r^.^a--:^ . a^^.- .^^ ^-^^ ^Z^ G.C^ (JZ ^l. u^^ : mC^^ ^-^t. ^,..u-i-.,^ ^ _.^ cet^c^--t r / t.^--^--^^ ^ ^^ Ref.°_ ^^Cz^ e,c-a_ ^--e^ . Y añade: «Parece que mortifica al señor Maeztu la admiración y cariño que la mayoría de los jóvenes de nuestros días profesan al maestro que ha puesto en sus espíritus la fecunda rebeldía intelectual y la amplia y le jana visión de la Humanidad. Una muno ha ensanchado el horizonte espiritual de nuestra juventud y los miopes, los sin alas, que tienen por cenit la veleta de su campanario pa rroquial, diéronle el espaldarazo de genio al Ilamarle loco». EI joven autor envía un ejem plar del diario alicantino El Lucha dor a don Miguel de Unamuno, a sus señas de Salamanca, acompa- ñado del siguiente escrito a modo de carta de presentación: «Sr. D. Miguel de Unamuno Salamanca. ^yo.^-z . Querido maestro; Permitid que, sin más razón que /a de lector vuestro, me pre sente acompañado de unas cuarti llas. Podrán e//as herir vuestra mo destia, pero satisfásceme por cuan to son la confesión y defensa que aun e/ más modesto discípulo está obligado a hacer de su maestro. Leí vuestro artícu/o en EI Li beral y luego he /eído /as pedantes cas garru/erías de Maeztu. Con es ^ c^^ ^ d^-tf^c^ ./c..1o ^ ` Gu..^^s-^ ^, . ^ e^ c ° r^ V ^^-^.. .oCr ^c.. ^!^.c^ ^^-^,. . ► Parte del escrito dirigido el 22 de octubre de 1923 por José Capilla a Unamuno. (Original archivado en la Casa-Museo Unamuno en Salamanca). tro Miguel de Unamuno, envía al periódico ali cantino E/ Luchador, dirigido por los hermanos Juan y Álvaro Botella, fervientes republicanos, un artículo con el título de «Unamuno y Maez tu», publicado el 19 de octubre de 1923 y del cual transcribimos lo más esencial de su texto: «..,Unamuno, con gran perspicacia, quiso estimular a Maeztu para que declarara, clara y paladinamente, sus ideas políticas despojándo las de toda ambig ŭ edad; pero Maeztu, espíritu prudente, reflexivo, el pensador de Rodin hecho carne, ha medido cuál aventurado es en estos momentos declararse tirio o troyano y ha des viado el golpe certero de Unamuno hacia el te rreno de las lenguas clásicas». te motivo, emborroné unas cuarti llas para este diario -el que man do- alicantino que honra mis pri meros pasos en el noviciado de escritor. Como ve réis, maestro, ni el periódico ni la firma ni el tra bajo valen nada; mas hay fe en aquél, vo/untad en ésa, nob/e intención y agradecimiento en éste. Antes de terminar, quiero aprovechar /a ocasión para suplicaros una fotografía que honre mi cuartito de estudio y me aliente en mi inci piente /abor. Besando vuestra mano, no al dictado de la cortesía, sino del corazón, quedo vuestro incon dicional». A don Miguel, vicerrector de la Universi dad de Salamanca, debió satisfacerle el entu siasmo y admiración que le profesaba un joven anónimo afincado en un pueblo de la provincia de historia Julio Capilla Bellot Alicante y la respuesta no se hizo espe rar. A los pocos días, José Capilla recibía una entrañable y extensa misiva de Unamuno, junto con una fotografía su ya dedicada. La carta, toda, es una crí tica mordaz contra la Dictadura del ge neral Primo de Rivera, al que califica de «lobo carnicero». Don Miguel de Una muno no se resigna a morderse la len gua, no se la mordió nunca, no deja tí tere con cabeza y proclama su agresi vidad contra la Monarquía y los militares que sustentan la Dictadura. Apenas transcurridos unos meses de haber es crito esta carta, el agresivo Unamuno sería desterrado y confinado en la isla de Fuerteventura, la isla canaria de arenas y camellos rodeada de aguas de inten so azul, como castigo a las insolencias contenidas en una carta publicada en la prensa de Buenos Aires sin el con sentimiento de Unamuno y dirigida al historiador español Américo Castro. EI contenido de esta carta era de la misma tendencia que la dirigida al joven José Capilla: una feroz catilinaria contra la Dictadura y su instaurador, Primo de Ri vera. Unamuno no escatima motes ve jatorios y Ilamaba al dictador «ganso real», «tonto de capirote» y «botarate», entre otros epítetos utilizados frecuen temente por don Miguel en su tenaz hos tigamiento contra la persona del gene ral Primo de Rivera. Transcurrió el tiempo y hubo mu ► Unamuno visto por Bagaria. taciones en España en el ámbito político. Fene ció la Dictadura y su instaurador murió en el destierro, en París. AI caer la Dictadura, arrastró tras sí la depauperada Monarquía y el Rey, don AI fonso XIII de Borbón, partió hacia un definitivo exilio. Fue proclamada la II República, que nació pletórica de euforia y entusiasmo, destinada a marchitarse muy pronto. En el año 1932, la Elda republicana celebra con brillantez el primer cen tenario del natalicio de don Emilio Castelar y, en esta efemérides, Unamuno es protagonista. Por iniciativa de José Capilla, la Comisión Ejecutiva del Monumento a Castelar de Elda invita al entonces rector de la Universidad de Salamanca y diputado de las Cortes Constituyentes a actuar como mantenedor en el Certamen Literario a ce lebrar en el Teatro Castelar. Unamuno aceptó la invitación y estuvo presente en todos los actos celebrados aquel 7 de septiembre en Elda. EI discurso de presentación de Unamuno en Elda lo pronunció José Capilla. Una tarde de la primavera de 1939, a fi nales de marzo, tiempo de temores e incerti dumbres para los que perdieron en la apuesta del dramático cara o cruz de aquella guerra fra tricida que Ilegaba a su fin con la victoria del ge neral Franco, mi padre, de pie ante su mesa es critorio, con gesto preocupado, leía por última vez las cartas de Unamuno. Yo, su hijo, con ape nas doce años, fui testigo presencial de la des trucción de aquellas cuartillas comprometedo ras entonces, escritas con letra menuda de firmes rasgos por la mano del genial creador de inquietudes: Miguel de Unamuno. 169 ! t .e, li t!° !e t. t.i, , t !to ° 4! t; t t! ° ^`t . t°t tt a! t• t 1 t t.^! t t ! t ,. ^t !. B, , 8 ° t°, t! , t I 1 ! t t 1, 1 1 t i° 1 ! ! , t-a i ° 1 ! ! , I ! 1 ( 1 r .+. i -1 , ! , arqueología industrial HéctorLeiteGarcía ara 1921, Alicante capital contaba con 259 vehículos automóviles, aunque se guía siendo un bien de consumo al al cance de unos pocos. Hacia 1925, el aumento constante del número de co ches, «...debido a las necesidades de la vida mo derna»2, también provocó el incremento de ga rajes particulares que almacenaban bidones de un líquido tan combustible como la gasolina. Ésta fue una de las razones que motivaron la aparición de aparatos surtidores en plena vía pública para el suministro rápido, limpio y seguro de los au tomóviles (ver Cuadro 1). Los primeros surtidores: caracter^sticas En 1932, los surtidores de gasolina eran considerados como aparatos automáticos me didores de capacidad para expender porcio nes fijas y limitadas de un líquido. EI aparato surtidor o bomba de gasolina va a eliminar la antigua costumbre de repostar gasolina mediante bidones. Los primeros sur tidores de gasolina que se conocen en la pro vincia de Alicante eran de unas dimensiones considerables. Medían más de dos metros de altura, a lo que se añadía un globo luminoso publicitario que coronaba el surtidor. Estaban pintados de rojo fuego y su funcionamiento era, en los primeros momentos, completamente ma nual. A base de accionar una manivela se bom beaba la gasolina desde un depósito subterrá neo hasta el surtidor. La característica esencial de los primeros surtidores, y en la que se basa su originalidad, era la de estar provistos de dos vasos o viso res de cristal con una capacidad de cinco li tros cada uno de ellos. La gasolina Ilenaba el vaso de entrada desde el tanque subterráneo AÑO NÚMERO 1923 ........................2 1924 ........................9 1925 .......................43 1926 .......................37 1927 .......................30 Fuente: Archivo CompaAía Logística de Hidrocarburos ( Madrid) y elaboración propia. ► Caja de madera conteniendo bidones de 5 litros de gasolina marca «EI Clavileño». Antes de la aparicián de los surtidores de gasolina, el suministro de combustible se hacía mediante estos bidoncitos de 0,55 metros. (Garage familia Torregrosa, Novelda, Héctor Leite). hasta el máximo de su capacidad; automáti camente, se vaciaba en el visor de al lado y desde aquí iba al depósito de vehículos a tra vés de una manguera de trasiego (estas últi mas se fabricaban en Palamós). Los surtidores eran fabricados en una doble vertiente: los de tipo fijo (para vías pú blicas) y los de tipo móvil (especial para gara jes). Los gestores del petráleo: del régimen de competencia al monopolio de CAMPSA EI petróleo es una mezcla de varios cen tenares de hidrocarburos en los que predomina el componente carbono, además de pequeñas LAS PRIMERAS GASOLINERAS DE ELDA ► EI típico surtidor de gasolina marca Hardoll. cantidades de azufre, oxígeno, nitrógeno y otros elementos. Después de la I Guerra Mundial (1914-1918), donde quedó patente la importancia de este elemento, comienzan a aparecer en la provincia de Alicante una serie de compañías petroleras, de capital enteramente privado, dedicadas al nego cio de la venta de gasolina para vehículos a mo tor. Las primeras compañías petrolíferas que se conocen tenían nombres como Petróleos Porto Pí; Shell; Industrias Babel y Nervión C.A. (cuya exis tencia data de 1900 con la denominación de Fourcade et Próvot); Uribe o Deustch y Cía (ver Cuadro 2). Estas compañías entran en el merca do del petróleo compitiendo para instalar sus arqueología industrial I^h 1 ^ I ^ 1 1 ^I., ^ .i^ .. ^ T ^^i ^ i I 1 I I ^h ^ . 1 .r Shell Petróleos Porto Pí, S. A. Industrias Babel y Nervión C. A. Uribe S. A. Deustch y Cía. - S. A. EI León Elaboración propia aparatos surtidores en los municipios alicanti nos. También competían por introducir sus pro ductos: es el caso del petróleo marca «Diaman tina» o de la gasolina marca «EI Clavileño» que la compañía Fourcade et Pr6vot vendía a sus clien tes, muy utilizada en la provincia de Alicante. Los surtidores de gasolina que ofertaba el mercado en es^ta época se fabricaban principal mente en Francia: las principales marcas eran Bowser; S.A.T.A.M. (representada por un diabli Ilo); Boutillon o el americano Milwaukee, cons truido por la Milwaukee Tanks Works. Pero esta situación va a cambiar radi calmente a partir de 1927. Los enormes bene ficios que comportaba la venta de gasolina y sus derivados año tras año no pasaron desa percibidos para el gobierno de la época, el cual tomó inmediatamente cartas en el asunto. EI 28 de junio, un Real Decreto-Ley del ministro de Hacienda, José Calvo Sotelo (1893-1936), es tableció el monopolio del petróleo en todo el Estado español, en plena dictadura del general Primo de Rivera. EI 24 de octubre de 1927 se creaba la Compañía Arrendataria del Monopo lio de Petróleos Sociedad Anónima, más co nocida como CAMPSA, con la función de ges tionar el servicio y la recaudación de la venta de gasolina, cuyas rentas se ingresaban anualmente en el Tesoro Público. Esto significó el fin de las compañías privadas, cuyas propiedades fueron expropiadas a partir del 1 de enero de 1928, pasando a manos de CAMPSA, incluidos todos los aparatos surtidores. Pero el periodo de 1928 a 1931, el precio de la gasolina fluctuó entre las 053 y las 064 pesetas por litro. Este precio variaba según la zona del país, dividido en cuatro zonas «petrole- ras». EI 5 de noviembre de 1931 se estableció el precio único de la gasolina para todo el territorio nacional, quedando fijado en 066 pesetas. AI año siguiente, concretamente el 17 de marzo de 1932, se decretó el primer impuesto a la arqueologla InauStrial HéctorLeiteGarcía ► Fernando Castro en el punto donde se encontraba el surtidor 1.390 a cargo de su padre, D. Brigido. (Héctor Leite). gasolina. EI gobierno gravó la gasolina con un im puesto de 010 pesetas, calificado entonces de «transitorio». La gasolina pasó a costar, desde el 1 de abril de ese año, la cantidad de 076 pesetas. Los surtidores de gasolina de Elda Consolidado el monopolio del petróleo, CAMPSA va a iniciar, a partir de 1929, un expediente para la reorganización de los aparatos sur tidores en España. En este expediente se realiza un concienzudo estudio de todos los surtidores que habían dejado las compañías privadas en cada provincia, observando sobre todo el pro medio mensual de ventas. En el expediente elaborado para la reor ganización de la red de surtidores en la provincia de Alicante (1929-30), los técnicos de CAMPSA localizaron hasta tres surtidores de gasolina pa ra Elda: uno de tipo móvil y dos surtidores de ti po fijo. EI primero de ellos era un aparato Satam móvil de dos vasos de cristal con 5 litros de ca pacidad cada uno. EI propietario de este surtidor era la mercantil Petróleos Porto Pí (uno de los principales accionistas de esta compañía fue el multimillonario mallorquín Juan March). Este surtidor (A.S. 1.392) estaba instala do, desde abril del año 1927, a la entrada del garaje Villenense, en la calle Maura. Por regla ge neral, el surtidor móvil era el utilizado en todos los garajes. Estaba administrado por D. José Men diola Perona, vendedor por cuenta propia a 54 céntimos el litro. En la página novena del expediente de reorganización de CAMPSA, se alude al despla zamiento o desaparición de este surtidor según expediente abierto número 381/163, con lo que Elda contó hasta la guerra civil de 1936 con dos surtidores de tipo fijo. Estos dos aparatos eran su ficientes, a criterio de los delegados de CAMPSA, para abastecer a la localidad. De este modo, un surtidor de la marca Har doll, de tipo fijo, estaba instalado en la carretera de Alicante a Ocaña, a la altura del Km. 374 H.8. EI Aparato Surtidor A.S. 1.390 fue instalado el 4 de febrero de 1925 y era propiedad de la socie 173 174 LAS PRIMERAS GASOLINERAS DE ELDA dad anónima Deustch y Cía. Estaba dotado, ade más, con un tanque subterráneo de 5.000 litros de capacidad. Su administración estaba a cargo de D. Francisco Alonso Rico, vendedor de gasolina por cuenta propia. EI depósito subterrá neo de este surtidor, en la calle General Aranda (hoy Pedrito Rico), permanece enterrado en la actualidad, anegado de cemento. Otros agentes del A.S. 1.390 fueron el ya referido D. José Men diola y D. Brígido Castro. EI tercer aparato surtidor de Elda, también de tipo fijo, era un modelo Satam tipo G.12 (nú mero de fábrica 4.533), instalado el 18 de sep tiembre de 1926, propiedad de la compañía Shell. EI A.S. 1.393 contaba con un tanque o depósito subterráneo de 5.000 litros de capacidad. Su lo calización lo sitúa cerca del anterior: en la misma carretera Ocaña-Alicante Km. 375 H.3. Estaba administrado por D. Norberto Vera Santos, ven dedor por cuenta propia. Este aparato Ilegó a vender, de enero a octubre de 1927, hasta 12.300 litros de gasolina, cifra importante para la época. EI expediente 381/163, mencionado ante riormente, propuso el cambio de situación de es te surtidor ante la proximidad del A.S. 1.390. Después de la guerra civil estuvo a cargo de D. Isidro Colomer, que vendía gasolina súper para tu arqueología industrial rismos. EI cargo de agente del surtidor se daba, a partir de 1939, mediante concurso entre ex combatientes y mutilados de guerra3. En 1942, el agente del A.S. 1.393 era D. Je sús Serrano Saradiel. La gasolina alcanzaba ya el precio de 275 pesetas. EI primer surtidor Satam fue sustituido por otro de la marca Hardoll modelo 6.33 (número de fábrica 10.778). Anécdotas EI A.S. número 1.390 estuvo a cargo, en su última etapa, de D. Brígido Castro Márquez, que tra bajaba la mezcla para motos. A este surtidor se le apodaba popularmente «el abrevadero de las mo tos». Durante sus años de servicio, el surtidor abría oficialmente desde las 8 de la mañana hasta las 8 de la tarde, inclusive sábados y domingos. Varias anécdotas de este surtidor las aporta D. Fernando Castro, hijo de uno de los agentes CAMPSA de Elda°. Una noche, hacia las cuatro o cinco de la mañana, la Guardia Civil Ilamó al señor Castro a su domicilio. La sorpresa y el susto de D. Brígido fue- ron mayúsculos ante la aparición de los guardias en plena noche. EI motivo no era otro que el de aten der al Gobernador Civil de Alicante quien, en di rección a una cacería en Albacete, había hecho una parada en Elda y des pertaron al señor Castro para poner gasolina a los vehículos de la comitiva oficial. Otra anécdota tuvo lu gar durante las fiestas de EI da. Los festeros no tuvieron otra idea que la de colocar una traca colgada de la en trada del tubo de ventilación del surtidor que servía para la salida de gases desde el depósito subterráneo. AI ex plotar la traca, al contacto con los gases emergentes, se ini ciaron unas Ilamaradas es pectaculares, no exentas de cierto riesgo, que no Ilegaron a mayores. De los años de servi cio en el surtidor, el señor Castro conserva uno de los ® trajes de faena que la empre ► A esta altura de la Avenida de Chapí de Elda estaba el A. S. 1393. (Héctor Leite). sa entregaba a sus emplea dos (tres por año) y una Ilave arqueología industria ^, . ! r . , r 5 ^ ^ G^bierno civil de .`l^^,_^ ^. ^.í.^_:.:.s^.^:-^ NútneT:, del . permiso: i ^ :^.... i:._9.^. ^oTA. Este permi so autcrza al titular psr.i conducir ce hict:Ios de motor • ^^c?r?ro de estas caiegorias y ,ueda^^ s^n cfecto en [cs ca ^os pre^•is;os pot cl Rc^tamanto. EL r.rEVt:saço, Héctor Leite García Muchas veces, el pedido de ga solina para Elda se entregaba en un sobre a los chóferes de la línea regular de autobuses La Noveldense. EI pedi do solía tardar de dos a cinco días (ofi cialmente, el máximo tiempo de espe ra era de setenta y dos horas). Debía esperarse a que el camión cisterna vi niera Ileno para atender a todos los mu nicipios de la comarca (Monóvar, Sax, Novelda). La combinación de atender en un solo viaje a varias localidades podía ser perjudicial para el agente ven dedor, que veía mermar sus existen cias de gasolina y no ver Ilegar el re parto a tiempo. Hacia los años 50, el reparto de gasolina se efectuaba totalmente mediante camiones cisterna. En verano, el peligro de evaporación se manifestaba en cuanto el camión cisterna Ile vaba la gasolina muy caliente. EI com bustible, al entrar en el depósito sub terráneo, cambiaba bruscamente de temperatura y la evaporación era gran de. Se podía Ilegar a perder hasta 15 li tros de combustible por este efecto. Sin embargo, CAMPSA no se respon sabilizaba de esta pérdida, lo que se traducía en una pérdida para el encar gado del surtidor. :^. (; _ `i : ^1 7 7 Permiso para conouct,, ^ ^ por todas las vias ;^tib^ieas de España, vehicuios dc mo tor mecánico de Ia tercera y cuarta categ,eria EI Gobcrnador civil de la provincia: tristo el Re^lenre.•zlo para la circulación de vehlcu los dc motor mecánicu por las vtas p ŭ b!icas de ^sr^a iza, de 23 de julio dc i91S. Constazytio en el in oí nze del Irr r %^ /` f g.,:t^ q .. ^ ...........^..: ^ 7 ` -.^s.%t__.__^t:__..^_-^- D. ..L?Zsr..ir.¢.._.....fi.:.k -_ ..: -^.C.^._J4r......la.4.G^...cÑ..^.:.?.k.c^......... ...... ....... ........... Qrre ^ i ^y p L. ?:^1..:P..R. j . ^ 11_^.:._ .:;_ `.--- ^ ^ ^ dr.4^.^?.^-.T..4:. sabe condlz^r esta clos^ de ^hftiúos v cumpte Ins dc mzis^requisitos cxigici ^ por los arts. r^.° y 7.° de! ci::r do Regtarnenfc, expi :o el presente perr,ziso al ^rJ:- EL lyqE^tlF.fo fEFE. DE OBRAS PUBLICdS, ^ i.^i;^ • ^/r i*r vehtcuto: de esas cateeo;ias. L y` de ...^ Ĵ c?..^f^.c^r..Q.. _. de 19.f^-:y _^ ► Permiso de conducir de la época. inglesa para desenroscar y apretar la manguera de trasiego al surtidor. Con el paso de los años, el número de ve hículos en circulación iba en aumento. Así, el de pósito inicial de 5.000 litros quedó insuficiente pa ra la demanda que debía atender el surtidor. Mu chas veces se quedaba literalmente sin gasolina pa ra el servicio. EI agente debía acudir entonces a la oficina central de CAMPSA en Alicante. Todos los pedidos debían tramitarse en la oficina de la calle Calderón de la Barca. EI agente pagaba por ade lantado la gasolina que se precisaba para dar un servicio adecuado. Posteriormente, CAMPSA enviaba el pedi do en camiones cisterna. Eran muy populares los conductores de estos camiones. Nombres como «Canario» o «Boxeador» se identificaban enseguida con los transportistas que periódicamente abas tecían de gasolina a los surtidores eldenses. In cluso se les daba propina. ► Fachada del antiguo local de la empresa de transportes de viajeros La Noveldense. EI pedido del agente encargado del surtidor iba en los autobuses de la compañía hacia Alicante. (Héctor Leite). 1/7 176 LAS PRIMERAS GASDLINERAS DE ELDA arqueología industrial vo sanciones por parte de la inspección de CAMP SA, muy estricta en este aspecto. Su final La sustitución total de los antiguos surti dores con visores de cristal por otros más mo dernos se produce a lo largo de la década de los años 60. En la primera mitad de esta década, los viejos y nuevos surtidores vienen coexistir dentro de lo que podríamos denominar «periodo transitorio». Los conductores de aquellos tiempos, sin embargo, iban buscando afanosamente las estaciones de servicio con surtidores de visores, porque en ellos «veían» literalmente la gasolina que entraba desde el vaso o visor de cristal. No se fíaban del contador de litros y pesetas que presentaban los nuevos aparatos surtidores. Fi nalmente, la nueva tecnología se impuso sobre el sistema inicial. Notas ► Uniforme de servicio del agente encargado del surtidor A. S. 1.390 de Elda. (Héctor Leite). AI igual que los demás surtidores de otros municipios, los de Elda trabajaban mucho con vales. Sin embargo, la comisión que se ganaba era irrisoria. EI aparato daba lo justo para vivir. EI cliente firmaba el vale y el agente lo conservaba. A los pocos días se cobraba el vale en metálico y se entregaba el vale al cliente como recibo. Donde se conseguía más beneficio era con la venta de lubricantes. D. Brígido se especializó en aceites de 1a calidad. Para hacer la mezcla aceite-gasolina usaba lubricantes de las marcas existentes en la época: 40-50 de REPSOL (refinería de Escombreras) o de la CS (Calvo Sotelo) de las refinerías de Puertollano y Ciudad Real. EI fraude se realizaba mezclando petróleo con gasolina. La mezcla se hacía con cinco litros de gasolina y 1/4 de aceite. Después de su jubi lación, D. Brígido Castro Márquez recibió un ho menaje de la Asociación Nacional de Expende dores de Productos Petrolíferos en Surtidor en Vía Pública, con el reconocimiento de sus vecinos por su honradez y calidad en el servicio. Nunca tu 1. EI presente artículo es un extracto del trabajo mono gráfico titulado «Hasta la última gota...» Los primeros surtidores de gasolina en la provincia de Alicante (1921-1936), realizado por el autor gracias a IasAyu tlas a la Investigación 1998 conceditlas por la Excma. Diputación de Alicante a través tlel Instituto tle Estu tlios Juan Gil-Albert. 2. Una coletilla muy frecuente en las Memorias tle ins talación tle surtitlores tle aquella época. 3. AI finalizar la guerra civil de 1936-1939, la atljutli cación tlel servicio de los aparatos surtitlores se hacía metliante concurso entre los ex-combatien tes que no pertenecían al Cuerpo de Mutilatlos por la Patria. En Carmelo SANZ SAINZ: La ciudad de Monóvar. Memoria sobre la administración /ocal. 1947, p. 58. 4. Agratlezco a D. Fernando Castro, hijo tlel agente tle CAMPSA D. Brígitlo Castro Márquez, los testimonios y anécdotas datlos para Eltla (entrevista tle 30 tle mayo tle 1999). Bibliografia Anuarios CAMPSA 1929 a 1936. Gaceta de Madrid (años 1921 a 1926). W.AA. Enciclopedia Ualenciana deArqueología Industrial. Diputación Provincial de Valencia,1995. WAA. Historia deAlicante. Tomo 11,1990. Ayuntamiento de Alicánte. TRANSPORTE, ALMACENAJE Y DISTRIBUCIÓN (^o^t ^e•fo^r,e^ deQ,ea^ ^,ana 2001 ELDA TRANS, S.L. Presbiterio Conrado Poveda, 2-A Telf.: 96 537 04 23 - 96 537 68 86 Fax: 96 537 02 78 03610 PETRER (Alicante) ^C UA LQ UIE R T I EM P O P ASA D O FUE MEJOR ? s frecuen te, entre personas mayores, escuchar aquello de «iqué bien se vivía en mis tiem pos!» o «iaquéllos sí que eran buenos tiempos!». Científica mente, está estudia do este fenómeno: se Ilama la Ley del Olvi do Activo de Richter. Según ella, nuestra memoria de fijación tiende a rechazar, de forma inconsciente, aquellos hechos o acontecimientos que no fueron gratos en su momento. También es de aplicación la Ley de Ribot, según la cual los recuerdos no caen en el olvido en una sucesión cual quiera, sino en un or den inverso al de su adquisición. Es decir, olvidamos antes los ► EI autor del artículo subido en la falsa pimienta centenaria que todavía existe en la Huerta Nueva. 1945. sucesos más recientes mientras que los más antiguos quedan firmemente sujetos en la me- moria. Viene todo esto a cuento de un comentario que se hizo en la tertulia de media maña na, que se celebra todos los días en el bar AI hambra (benditas tertulias de café y tostada que, según el Dr. López Ibor, ilustre psiquiatra, sirven de psicoterapia casera), en el sentido de que la juventud actual no sabe divertirse «como antes». Forzando mi memoria, recuerdo mi ni ñez, cuando vivíamos en lo que hoy es el barrio de la Estación. Allá por el año 1945 era fre cuente, en verano, ir a bañarse a la «rafa», po za de agua que se formaba en el río, frente al castillo, un poco antes del puen te de la Estación. Desde allí, los chiqui Ilos veíamos pasar, renqueante, el «coche del Liebre», autobús que subía a la esta ción de tren, bambo leando su panzuda carrocería de madera al tomar la curva del puente mientras ha cía sonar la enorma bocina de goma y la tón. Los domingos se solía comer un arroz debajo de un árbol de falsa pimienta que to davía existe en lo que hoy es el cruce de las calles Río Vinalopó y Río Salado (desde luego, tiene más de cien años). Luego, es perábamos que su biera desde el pueblo «EI Papero», que traía en el transportín de su bicicleta una heladera con «limón helao». Si no subía, había que darle a la manivela de la he ladera de madera al mismo tiempo que se echaba sal al hielo. Por las tardes, era frecuente ir al río a pescar. Sí, he dicho a pescar en el Vina lopó. Y no era raro sacar algunas carpas de buen tamaño sirviéndonos de un aro de made ra, sacado de una caja de sardinas de bota, y un pedazo de red. Ya por los años 50, se bajaba al pueblo por la noche, al cine de verano, a ver alguna película de Fumanchú o a la Plaza de Toros, a ver un combate de lucha libre entre Aledo y Pi zarro. Tarnbién se organizaban en la calle ter tulias vecinales interminables a la luz de los «carbureros». En oca siones, un veterano de la Guerra de Cuba, el tío Vila, nos enseña ba a coger «cagarneras» con el red en el Pocico Alonso, a enviscar y, muy de madrugada, a coger go rriones con mochuelo mientras nos contaba historias de la campaña guerrera en aquella isla. Por Pas cua, cómo no, se cumplía el ritual de comer la mona en el Arenal, la Tía Gervasia y el Santo Negro. En este último sitio recuerdo a un ex traño personaje que iba con un pa raguas abierto del que colgaban caramelos. Lo subía y bajaba mientras la chiquillería saltaba y cantaba aquello de «con la boca sí, con la mano no...». En invierno, F al salir del cole provistos con una ► En el Pocico Alonso, en 1950. onza de chocolate de Marcos Ton da y un pedazo de pan, saltába mos la valla de las Escuelas Na cionales (hoy colegio público Padre Manjón) para dar patadas a una pelota hasta que el conserje, pro visto de un monumental garrote, nos «convencía» de que el depor te era cosa mala y era mejor sus pender el partido. Llegado a este punto, uno re flexiona y trata de comparar aquel rústico «limonhelao» con la heladería «de marca» actual; la «rafa» con las pulcras piscinas de PH y cloro controlados; la flora y fauna con la moderna contaminación, las urba nizaciones y los chalets pareados; los tradicionales sitios moneros con las escapadas pascuales a la pla ya y otros destinos, etc...; y me pre gunto: ^será que mi memoria me está haciendo olvidar lo malo de «mis tiempos»? o ^será verdad que aquel tiempo fue mejor?. Dice el profesor de Psiquiatría de Tubinga, Dr. Kretshmer: «EI grado de defor ► En el Arenal, en Pascua de 1952. mación catatímica de los contenidos mnésicos pias reflexiones y, según sus recuerdos, saque sus suele ser proporcional a la intensidad de los sen conclusiones. A fin de cuentas, lo que importa timientos». O sea, que él tampoco se aclara. Creo es que cada uno se sienta feliz con sus recuerdos. que lo mejor será que cada lector haga sus pro ^O no?. ^ ^ ^ S EMBLANZA DE ANTONIO «EL P APERO» ntonio Rico Berenguer, Anto nio «EI Papero», fue y es, aho ra tiene 82 años, un persona ; je muy popular en Elda, entre k otras cosas por su dedicación a la elaboración y venta de «papas», ha bas hervidas y helados. Cuando Elda era más pueblo que ciudad, cuando casi todos los cines, ba res y comercios estaban concentrados en un circuito por el que la gente acostumbraba a pasear, la presencia de An tonio daba color y calor a la frialdad y oscuridad de cualquier calle de enton ces. Aunque natural de Castalla, An tonio, como tantos otros, vino a Elda a la brarse un porvenir atraído por su fama de ciudad abierta y con poder adquisiti vo. Corría el año 1935 y sólo la inminen te guerra civil puso freno a esas ganas ► Antonio, con sólo 7 años, era un torbellino que en el Casco Antiguo anunciaba a su clientela que había Ilegado la hora de refrescarse: «Y cuidao con irse sin pagar». de hacer cosas que se tienen a los 18 años de edad. Conoció a una eldense de puPa cepa, Con suelo Juan Olcina, en la década de los 40. Con ella contrajo matrimonio y con ella tuvo cua tro hijos, dos chicos y dos chicas. Em pezaron desde cero y lograron sacar adelante un pequeño negocio familiar de pa tatas fritas («papas»), que vendían en vueltas en aquellos populares cartuchos de papel de estraza, en su domicilio de la calle Garrido Lestache, muy próximo a la Plaza de Toros, lo que les ayudaba a in crementar sus ventas los días de cine, toros o «varietés». Con la Ilegada de los hijos, diver sificaron y ampliaron la oferta de pro ductos. Para los niños, Antonio y Pepe, que entonces apenas tenían 8 ó 9 años, la década de los 50 sería testigo de su de ambular por las todavía polvorientas ca Iles eldenses ofreciendo su mercancía en carritos al grito de «iAgua cebada y li món helado!». Y es así como tenemos a toda la familia, in cluido el abuelo, ocupada en la elaboración de productos diversos según la estación del año. Pero, sin ► Los Paperos también disfrutaban de un día de playa cada verano. En la foto, disfrutando en la playa de Alicante. ^ ► Un día de trabajo en la Tía Gervasia con la familia al completo. Consuelo, la madre, nunca se olvidaba de la tradicional mona para sus hijos. De izquierda a derecha: Antonio, Antonio hijo, Paqui, Consuelo, Ana, Pepe y el abuelo Francisco. duda alguna, la postal más conocida era la de Anto nio «EI Papero» con su carro tirado por un burrito y, posteriormente, con un motocarro que todos nos acostumbramos a ver aparcado frente a la puerta del cine Ideal. Cuando el frío arreciaba, Antonio nos ca lentaba el cuerpo y las manos en aquella especie de bar ambulante no sólo con sus deliciosas habas acompañadas con un chato de vino, sino también con el caldo algo picante que también ofrecía en aquella barra improvisada. Como tantas cosas, los años 70 se encarga rían de quitar de nuestras calles a uno de sus más pe culiares y queridos personajes del que muchas ge neraciones se acuerdan: Antonio «EI Papero». A sus hijos y nietas se les conoce como Los Paperos, lo que es un motivo de orgullo para ellos. ► EI abuelo siempre ayudó al negocio familiar y cuidó de los nietos. Fue una persona ŭ til y querida por todos los Paperos, que nunca se permitió el lujo de tener una depresión. ^ ^, ► Los pioneros del negocio familiar: Antonio Rico y Consuelo Juan. ► La familia al completo en el Santo Negro el 8 de abril de 1958. Antonio y Consuelo comenzaron Ilevando las garrafas a cuestas y después adquirieron este borrico platero para tirar de un carrito que también utilizaban para Ilevar a sus hijos. ► Tobias Vergara con todos los operarios de su fábrica. 2 de junio de 7947. LAS OTRAS BURBUJAS ice el diccionario que gaseosa es una bebida dulce y efervescente a causa del gas carbónico di suelto a presión en el agua, que se toma como refresco. Y aña de: «Casera, seltz, soda». Pero, para nosotros, la gaseosa tam bién se denominaba «limonada» aunque fue se transparente como el agua. A veces se daba la curíosa situación de pedir una limo nada de fresa o de limón sin pensar en lo contradictorio o lo redundante de estos tér minos. AI margen de estas denominaciones, Elda tiene una larga tradición, ya perdida, en la elaboración de gaseosas y sifones. Ya en 1909 se anunciaba de esta forma don José Pérez Deltell, con domicilio en la calle Horno de San Antón n° 2: «... 12 botellas, 1 LA PEI^LA ^, .:^ =Fábrica de Hielo y Gaseosas ► Operarios de la fábrica de sifones con Tobias al fondo. Año 1954. peseta; 12 sifones, 2 pesetas; o un sifón de 3/4, 15 del mercado local, tales como Carbónicas Herrero 0 céntimos». Todo ello repartido a domicilio. J. Pérez Cañizares, el que alcanzó la categoría de Pero, sin duda, fue Tobías Vergara, junto a al institución en la fabricación de gaseosas, sifones y las gunos otros con los que competía por la supremacía populares barras de hielo, que se utilizaban para re ® ^ ^ frescar y conservar todo tipo de bebidas y alimentos cuando los frigoríficos, en la autárquica España de los 40 y 50, eran visiones casi fantásticas que sólo existían en las películas americanas. Encarnación Vargués Busquier, que, aun que sobrina de Tobías, fue criada como hija de la fa milia, recuerda que su tío, procedente de Yecla, «em pezó con esto de los sifones, antes de la guerra» en un local de la calle Jardines, frente al estanco de Tor dera, y posteriormente compró un solar en la actual calle Mariana Pineda sobre el que edificó una majes tuosa fábrica, adosada a un hermoso huerto, con la pretensión de ampliar el negocio de la fabricación de hielo. Respecto al hielo, Encarnación subraya que «los moldes se rellenaban de agua corriente y luego se introducían en salmuera para su congelación. EI ca racterístico olor a amoníaco provenía de los tubos que había en la balsa donde se metían los moldes». Más tarde, a caballo de los años 50 y 60, crearía lo que sería la joya de la corona: gaseosas de un litro marca La Perla, que Ilegarían a competir, nada más y nada menos, con marcas nacionales co mo La Goleta, La Casera y La Pitusa, con una pre sentación y un sabor parecidos. También abastecía el mercado de botellas pequeñas, denominadas limo nadas, que se solían consumir en la repostería de los cines y en Pascua de Monas y que se fabricaban de una forma más bien rudimentaria: una sola máquina rellenaba las botellas y les ponía la chapa una a una. Todos los productos que salían de la fábrica de Tobías Vergara se repartían a domicilio gracias a una flotilla de media docena de triciclos. Pero la gente también acudía directamente a la fábrica a refrescar se cuando entraba o salía del fútbol o los toros. Pero los tiempos cambian y, mientras La Per la funcionaba sin publicidad, sus competidoras nun ca olvidaron este aspecto comercial. Así, el popular programa radiofónico de La Voz de Alicante «Cante ra de Artistas», que condujo Pepe Mira Galiana durante más de diez años, estaba patrocinado por La Case ra. Y hubo un slogan que se emitía por las principa les radios de la época que Ilegó a ser interiorizado por todo el mundo: «Antes, las goletas conquistaron los mares. Ahora, La Goleta conquista los palada res». Todo esto, la aparición de las neveras y frigo ríficos, la jubilación del creador de la empresa y la presión urbanística propiciaron la desaparición, en la década de los 70, de la fábrica de hielo y sifones de Tobías Vergara, que en sus últimos tiempos se de nominó Espumosos Boix y cuyo solar está ocupado en la actualidad por un edificio de pisos. ► De izquierda a derecha, Tobías Vergara Carpena (fallecido en 1975), Encarnación Vargués Busquier e Higinia Busquier Micó, esposa de Tobias. Año 1943. ► Encarnación junto a su esposo, Antonio Gras, Tobías e Higinia. Año 1954. LOCURAS A LOMOS DE UNA VESPA urante el Ilamado «desa rrollismo nacional», simbo lizado por los flamantes y numerosos Seat 600 que surcaban nuestra principal arteria, la calle Jardines, que era también la carretera nacional Madrid-Alicante, la vida cotidiana de los eldenses se iba transformando rápidamente en todos los aspectos, ya fueran urbanísticos, indus triales, deportivos... Pero lo más Ilamativo de la dé cada de los 60 fue la proliferación de motos, sim bolizada por la elegante Vespa y su réplica, la Lam bretta, y acompañada por la creación de clubes re lacionados con las actividades moteras, como el Moto Club, el Vespa Club y el Lambretta Club. EI Moto Club destacó en la organizaciór} de pruebas motoristas, que puntuaban para el campeonato de España, en las Fiestas de Septiem bre. EI Vespa Club, a su vez, desarro Iló una serie de actividades culturales y deportivas, incluyendo excursiones y visitas a otros clubes de España. Dentro de estas actividades, lo más sonado fue la organización de unas pruebas de habilidad, Ilamadas gin canas, que acapararon la atención de chicos y mayores. Parte de este éxito se debió a que la asistencia era gra tuita. Las pruebas se realizaban al ai re libre y en lugares como la Plaza del Ayuntamiento, la Plaza Castelar y la fachada de la Plaza de Toros, delante de la sede del Vespa Club. Adolfo Ci fuentes fue una de las personas implicadas en la organización de estas gincanas, en las que también fue pro tagonísta en numerosas ocasiones. Cifuentes recuerda que «a mediados de los 60, casi todos los domingos había alguna actividad local o comarcal y esto se alternaba con pruebas vale deras para el campeonato de España». Así, un público ávido de nuevas emocio nes y poco avezado en aquellas lides contem plaba incrédulo a auténticos malabaristas de la moto, capaces de girar sobre sí mismos en pe queños círculos de un metro. Habilidad y veloci dad puntuaban en aquellas carreras de obstácu los en zig-zag sobre circuitos delimitados por bo tellas de Coca-Cola que sorprendían con tram ► Adolfo Cifuentes haciendo la prueba de equilibrio en otra gincana celebrada con motivo de las Fiestas Mayores, esta vez frente a la Plaza de Toros. 1967. ^ ^ ^ ► Distintos aspectos de la participación de Adolfo Cifuentes en una gincana realizada en la Plaza del Ayuntamiento con motivo de las Fiestas de Septiembre. 1966. polines que catapultaban a los participantes ha cia otros circuitos. Había carreras por debajo de pequeños «palios», con inesperadas y diminutas porterías o canastas de baloncesto en las que había que meter un gol o encestar un balón desde la moto sin poner pie en el suelo. Y, además, había que ganar segundos a records anteriores. EI entrenamiento y la afición a la mecánica eran fac tores esenciales para estar en forma. Y, por su puesto, el elemento indispensable era la Vespa, la única moto que se utilizaba. Hazañas como Ilevar en la Vespa a catorce personas «de paquete» Ilenan de satisfacción a Adol fo Cifuentes, que evoca como sólo unos profesiona les de Barcelona, que se hacían Ilamar los Diablos Rojos, habían sido capaces de superar este registro consiguiendo Ilevar de paquete a dieciséis personas. De todas formas, «aquí en Elda fracasaron en eso y en otras facetas en que fuimos capaces de ganar les, tal vez porque jugábamos en casa». Además del propio Cifuentes, los artífices de aquellas gincanas, que proporcionaron gran no toriedad a Elda en esta especie de deporte-espectáculo, fueron, entre otros, el ya desaparecido Jo sé Soler, Biscúter, Aracena y Cielo. Casi todos ellos eran mecánicos, capaces de manipular las motos y adaptarlas. Se consiguieron bastantes trofeos en el ámbito nacional, como el primer puesto en los Juegos de Cartagena, conseguido por Adolfo, que también copaba los trofeos comarcales y locales. EI declive de estas pruebas Ilegó en la dé cada de los 70. Fue entonces cuando se organi zaron competiciones similares, pero esta vez en coche. Algunas de ellas se Ilevaron a cabo en el en tonces despoblado Polígono Almafrá y Adolfo Ci fuentes también logró algún que otro trofeo en es ta modalidad. Una década después, ya nada sería lo mismo. La carretera nacional, que acabaría transfor mándose en una moderna autovía, ya no pasaba por el centro de la ciudad, convertido ahora en un labe rinto de obstáculos con coches aparcados y camio nes de reparto que había que sortear con la misma ha bilidad que en la más peliaguda de las gincanas jamás imaginada. Los antiguos ases de la Vespa habían de jado de ser jóvenes y el relevo generacional había Ile gado con nuevos y versátiles ciclomotores capaces de hacer asombrosos alardes de maniobrabilidad y prestaciones en cualquier semáforo. EI progreso o, simplemente, el paso del tiempo, dio la puntilla a unas competiciones que fueron seguidas de forma apasionada y donde la Vespa y sus habilidosos conductores fueron los protagonistas. Hoy, aunque del Vespa Club de EI da sólo quedan el bar, unas ajadas fotografías y el recuerdo de unos tiempos gloriosos, su espíritu si gue vivo en el corazón de aquellos motoristas, que todavía se reúnen a menudo y que nunca se re signaron a dejar de hacer locuras a lomos de sus Vespas. ► Diversas imágenes de las gincanas de coches realizadas en el Poligono Almafrá a principios de los años 70. _^ ^O Ú U cd ^ N (r L A E SCUDER I A ELDA: GINCANAS Y RALLIES DE COC H ES a Escudería Elda se creó en 1970 con la intención de agrupar a todos los aficionados al motor de la ciudad y organizar pruebas automovílísticas como ginkanas y rallies. Suprimer presidente fue José Luis Tapia Valdés y formaban parte de la directiva Antonio Porta González, José Luis González Juan, M. actividades de la aso ciación automovilística servirían para paliar la ausencia de éstas en el propio Moto Club. Según José Luis Tapia, «la fusión no prosperó al pretender que los socios pagaran una cuota demasiado ele vada». Más tarde, Ta pia cedió los derechos ^ Vr de la escudería a unos ► Isidro Gallardo «Chamorro» participando en el rally Almendros en flor. González, Isidro Gallardo «Chamorro», Daniel Po veda, E. Poveda, J. Amat, Francisco Román y Pedro Pomares Torres. La experiencia apenas duró año y medio. La primera gran prueba organizada por la flamante escudería eldense fue la Gincana Au tomovilística Fallas, celebrada en la Gran Aveni da el 27 de junio de 1971. La escudería organizó dos ginkanas más y desapareció cuando pro yectaba una prueba de más envergadura: un rally. Pese a que contaba con unos setenta so cios, «no encontré colaboración para Ilevar ade lante el equipo», se lamentaba Tapia por enton ces. De todas formas, el Moto Club pretendió in tegrar a la Escudería Elda al entender que las amigos, entre ellos So ria y Antonio González. A pesar de todo, los pilotos de la Escudería Elda participaron en varios rallies. Así, en el Rally FICIA, celebrado en EI da 1970 ( la única prueba de estas características organizada en nuestra ciudad, aunque por la Escudería de Alicante), participó José Luis Gonzá lez Juan con un Seat 850 Coupé preparado. Gon zález Juan también intervino en las tres ginca- nas organizadas por la escudería en Elda y fue una muestra de la gran afición al automovilismo que había en la ciudad, donde destacaron otros pilotos. Por ejemplo, Carlos Bonilla, que comenzó a correr como copiloto de su hermano Manuel. Su bautismo de gasolina y rugidos fue el Rally de Alicante de • 1969 y, ya como piloto, siguió co .xq r rriendo a lo largo de diez años hasta su retirada, en 1979. Su hermano, Manuel Bonilla, siempre corrió con la Escudería Alicante y se retiró en 1977 después de haber participado en varios ra Ilies, primero con un Seat 600 preparado y luego con un Alpine 1.300 subido a 1.400. Otro aficio nado eldense al automovilismo fue Francisco Ro mán Cremades, que en 1971 tomó parte en la primera gincana celebrada en Elda con un Seat 600 preparado por «Chamorro». Román intervino en dos pruebas más y también fue director de la Escudería Elda. Ya en 1980, hubo otro piloto el dense, José Yáñez Tortosa, que corrió con la Es cudería de Alcoy. Todos estos pilotos eldenses, los que co rrían con la Escudería Elda o con equipos de fue ra, eran aficionados y, según Tapia, «competían por el placer de hacer el salvaje» con coches normales que se trucaban para las pruebas y sin las medidas de seguridad que existen en la ac tualidad. Ahora son otros los tiempos y otros los coches y«hacer el salvaje» con un volante entre las manos está al alcance de pocos bolsillos. No obstante, la tradición de pilotos locales ha proseguido en el tiempo y, a la lista de nom bres reseñados hay que añadir los de Leopoldo Asencio, que consiguió en 1996 su mayor éxito al ganar la Copa Autonómica Clio y que actual-mente forma parte del equipo Metal Lube, en el que también se integraron los hermanos José y Enrique Martin Tomás, aunque éstos se han re tirado de la competición; o Alejandro Pérez Ma taix quien, tras abandonar la práctica del moto cross, ha elegido la especialidad de los rallies de coches para seguir en contacto con el mun do del motor. Pero estas historias están más re cientes y aún no han acabado. La historia de la Escudería Elda, sí. ► Cuatro hermanas disfrazados en el patio de una casa de la calle Linares. De izquierda a derecha: Teresa Martinez Amat (esposa del pintor Pedro Carpena), Manuel (Manolo el de la tienda de ultramarinos de la Plaza de Arriba), Pepico, el del estanco que había enfrente de Santa Ana y Salud. Principios de siglo. ► Cuatro señoras de Elda. La primera por la izquierda es Antonia Ma Martínez Amat, abuela de Antonio Gades. 1890. ► Cuatro eldenses ataviadas con genuinos mantones de Manila.1898-99. ► Músicos de Elda comiendo buñuelos, probablemente por San José.1899-1901. , ALBUN uchas de las fotografías que en principio estaban destinadas a este apartado se han desvíado hacia otros contenidos de la revista, empleándose especialmente para ilustrar el Dosier Siglo XX. Sin embargo, y aunque más menguado que en otros números anteriores de ALBORADA, se vuelven a presentar, en forma de Álbum, un puñado de imágenes retrospectivas cargadas de sabor (^puede una fotografía tener sabor?). EI que podamos contemplarlas sigue siendo posible porque hay unos donantes detrás, que siguen alimentando la voracidad de este capítulo. Suyo es el mérito para que podamos seguir compartiendo imágenes reveladoras de nuestra memoria común, con el deseo añadido de que sigan aflorando nuevos hallazgos. ► Pandilla de jóvenes en la antigua estación del ferrocarril. Fecha sin determinar. ► Plantilla de empleados del Ferrocarril, fotografiados en la antigua estación, que estaba sitiuada al lado contrario de la actual y sólo tenía el cartel de Elda. Entre otras personas, se reconoce a Luis Oliver Vera (1° por la derecha plantado). EI que está sentado con su hija Pepita en brazos fue consuegro de D. Emérito Maestre Pérez. Su otra hija, Consuelo, sentada en el suelo, sería con el tiempo la esposa de Emérito Maestre Maestre, que también Ilegó a ser alcalde de Elda como su padre. Principios de sigla. ^.,. ^ . ► Grupo de amigas retratadas en estudia: De derecha a izquierda: Clotilde Guarinos, Antonieta Amat, Salud González, Josefa Martínez, Aurorita Maestre, Lolita Santos e Isabelita Guarinos.1918-20. ► Expectación creada delante de un automóvil. Detalle: calle engalanada con tarays con motivo de las Fiestas de Septiembre.1932. ► Asistentes a un acto celebrado en el Teatro Castelar. Años 30. ► En los orígenes de la Ciudad Vergel. Fecha sin determinar. ► Panorámica de la calle Nueva. En primer plano, la casa de la Viuda de Rosas. Años 30. ► Alumnas del colegio de las Hermanas Carmelitas, cuando estaba en la calle Antonio Maura, esquina San Roque.1922. ► Plaza de las Monjas, al principio de la calle San Roque. Años 20. ► Panorámica de la antigua calle de Pablo Guarinos (Hoy Pedrito Rico). La casa de la izquierda que hace esquina es la que ha rehabilitado como cuartelillo la escuadra «^os Carrozas^, de la comparsa de Estudantes. Antes de la esquina, en primer término, antiguo bar Tebeo. Años 20. ► Magnífica imagen del antiguo Manicomio Provincial, que se ubicaba en lo que hoy es el barrio Virgen de la Cabeza. Años 20. ► Antigua Plaza Sagasta. Años 20. ► En la Cruz del Convento. Años 20. ► Mujeres lavando en el río Vinalopó. Años 20. ► EI equipo del Deportiva Eldense a punto de coger un avión para afrontar un partido contra el Mallorca, que acabó en empate (2-2).1955. ► Amanda Sirvent en la sala de baile Yola recibiendo un premio por ganar un concurso de baile.1947-48. ► Varias imágenes de la actuación de Sansón, «el del siglo XX^ en el Parque. EI forzudo sólo vino una vez a EIda.1957. ► Venta de flores en la víspera de Todos los Santos frente al antiguo Mercado Centra1.1970-71. ► Ambiente en el bar Manolín.1970-71. ► Faena de trilla mecanizada en la era de «Perico Fardos^, en el antiguo Camino Carril. Años 50. ► Panorámica de la Avenida Novo Hamburgo con la calle sin asfaltar. AI ► En la antigua fuente, en la replaceta existente al principio fondo, la ermita de San Antón. Fecha sin determinar. de la calle Dos de Mayo. Fecha sin determinar. ► Fiestas de Moros y Cristianos de 1957. Desfilando improvisademente por la calle Jardines, delante del Banco Popular Español. ► Niño de la familia de los Vera vestido de moro.1925. ► Niña vestida de Pirata en el jardín del ► Escuadra de «indias^ de la comparsa de Moras Realistas. Finales de los 60. Casino.l 946-47. J ► Grupo de amigas delante de la Falla Gral. Aranda. La primera por la derecha es Pepita Muñoz, que fuera locutora de la antigua Radio Elda. 1959. ► Panorámica de la calle Trinquete. Nevada de 1960. ► Fallera Mayor del barrio Trinquete fotografiada en el interior del frontón.1958.