alborada N¼ 45Otoo-Invierno 2001 COORDINACIîN GENERAL Vicente Deltell Valera APOYO DE REDACCIîN Rafael Juan Ortega, Fernando Matallana Hervs, Antonio Juan Muoz y Rafael Hernndez Prez FOTOGRAFêA Redaccin CONSEJO DE REDACCIîN Marif Obrador, Consuelo Poveda, Joaqun Samper, J.J. Martnez Egido, Fernando de la Torre, Rafael Juan y Vicente Deltell. EDITAN Ayuntamiento de Elda y Emidesa (Empresa Municipal de Informacin S.A.) Jardn de la Msica, s/n 03600 ELDA. Tlfno. 965 392 577. Fax 965 3944 33. E: mail: emidesa@emidesa.com - CIF A-03272598. DISEO Y PREIMPRESIîN Estudio DAC, s.l.- Petrer IMPRIME Quinta Impresin, s.l. -Alicante DEPîSITO LEGAL A-1197-1996 TIRADA 1.500 ejemplares AGRADECIMIENTOS alborada agradece a todas las personas que han donado material grfico para la confeccin de este nmero de la revista: Amanda Sirvent, Antoita Bertomeu, Jos Vicedo, Dorita Garca Ban, Francisco Novella, Asuncin Carpena, Miguel Izquierdo, Mara Salud Hernndez, Roberto Gonzlez, Museo Arqueolgico Municipal y A.V.V. La Fraternidad. Este agradecimiento se hace extensivo a aquellas personas que, por olvido involuntario no hayan sido citadas, as como a los fotgrafos profesionales y aficionados que realizaron algunas de las fotografas publicadas: Sirvent, Carlson, Penalva, J. Belda, F.J. Prez Avils, J.J. Pagn, Ernes, Vicedo y Jess Cruces, entre las firmas que se han podido reconocer. E l reencuentro de alborada con sus lectores el ao pasado estabiliz tambin una manera de entender esta revista anual, cuyas pautas se han mantenido en lneas generales en este nuevo nmero. As, el dosierque abre la revista, adems de capitalizar ms de la cuarta parte de las pginas, vuelve a reunir una coleccin de trabajos en torno a un tema relevante. La diferencia con respecto a ocasiones anteriores es que el tema elegido, el mundo de la moto en Elda, es, a priori, mucho ms ldico y popular y, en consonancia, est enfocado con un punto de vista ms ligero y desenfadado. Ha sido fundamentalmente un trabajo de investigacin oral de la propia redaccin de la revista ms que de sus colaboradores, aunque el objetivo sigue siendo el mismo de otros monogrficos realizados: abordar de una manera global fenmenos que han marcado, y en este caso siguen marcando, la evolucin de la ciudad y sus habitantes. El apartado Miscelnea 2001 se sigue manteniendo para dar cabida a trabajos breves que abordan distintos aspectos de la actualidad cultural del ao, ofreciendo de paso una ventana para la publicacin de textos significativos como el pregn de las Fiestas Mayores o, este ao por primera vez, el cuento ganador del Concurso ÇCiudad de EldaÈ. Algunas disciplinas acadmicas como la investigacin lingstica, representada en tres trabajos diferentes, o sociolgica, con otros dos, tambin cobran protagonismo en esta nueva etapa de alborada y nos sirven para descubrir, profundizar o reflexionar desde otra ptica sobre asuntos que nos ataen. Y en una ciudad tan deportiva como la nuestra, no poda faltar unas dosis extra de deporte y excursionismo documentado. Estos bloques temticos, al servicio de los colaboradores de la revista, se ven ampliados en lo que respecta a las secciones Aportaciones a la Historiay Usos y Costumbres . Tampoco poda faltar, como un elemento que ha marcado fuertemente la evolucin de la revista, un captulo exclusivamente fotogrfico, ese çlbumparticular que sigue rebuscando tesoros visuales en la memoria familiar y colectiva. En su lnea, intermitente pero recobrada el ao pasado, de ofrecer otro tipo de documentos, sonoros o visuales, que complementen la propia revista, este nmero de alborada regala a sus compradores un CD recopilatorio de Pedrito Rico . Es, pensamos, el mejor homenaje que se le poda hacer a alguien que triunf en el mundo gracias a su voz y sus canciones y cuyo valioso legado haca falta rescatar, al menos, para disfrute de sus admiradores y paisanos. En definitiva, las renovadas pretensiones de alborada no son otras que las de seguir sirviendo de vehculo, y nunca mejor empleado el trmino que en esta ocasin, para el conocimiento y la difusin de los mltiples aspectos que conforman la realidad local, no slo en el pasado, sino cada vez ms conectada con el presente. Presentacin Sumario Dosier El mundo de la moto en Elda . . . . . . . . . 12 Los comienzos de la moto de velocidad: los tiempos de Gonzlez y Albero ¥ La moto, reina de las calles ¥ Estampas moteras ¥ El Motoclub Elda ¥ Carreras de motos de velocidad disputadas en Elda ¥ Reencuentro y ocaso de la velocidad ¥ Antonio Maas vivi de cerca el Çcirco de la velocidadÈ ¥ Antonio Molina Gimnez, ÇdescuideroÈ de la velocidad ¥ Un accidente trunc la carrera deportiva de Francisco Jos Moreno Cayuela ¥ Corredores de velocidad, hoy ¥ Manolo Gmez: los tiempos de La Melva ¥ Colomina-Luisake: duelo en La Melva ¥ Alejandro Prez Mataix: del motocross a los rallyes ¥ çlvaro Lozano, la herencia de Colomina y Luisake ¥ Pedro Antonio y Alejandro Muoz, pasin por el motocross y mala suerte ¥ 1992: el ao del enduro ¥ çngel Romn Martnez destaca entre los pilotos actuales de motocross ¥ Moto, carretera y parche ¥ Vespa y Lambretta Club ¥ Los viejos moteros nunca desmontan ¥ Eplogo Miscelnea 2001 Pregn Fiestas Mayores 2001. Joaqun Planelles Guarinos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .64 El Centro de Estudios Locales (CEL). Gabriel Segura Herrero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .66 Nuevo espacio para el Museo Etnolgico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .69 Ya se puede ver la Coleccin Pedrito Rico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .70 Elda se queda sin cines . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .71 La Escuela Universitaria de Relaciones Laborales. Francisco Cabrera Toms . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .72 Las comparsas ocupan el Casco Antiguo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .74 Cambios en el XIX Premio de Pintura ÇPintor SorollaÈ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .75 Et in arcadia ego... , primer premio de la XVII edicin del ÇCiudad de EldaÈ de cuentos. Rafael Orihuel Iranzo y dibujos de DAVIA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .76 Lingstica Contribucin al estudio de la toponimia de Elda. Ana Eugenia Torregrosa Garca . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .81 Pasado y presente del Valenciano en Elda. Brauli Montoya Abat . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .85 El lenguaje de la industria zapatera como lenguaje de especialidad. J. Joaqun Martnez Egido . . . . . . . . . . . . . . .89 Sociologa Gobernabilidad local y ciudadana: nacimiento y declive de movimientos ciudadanos. M» Carmen Jurado Ugeda yCarlos G. Ortuo Falc . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .92 Lo ÇeldenseÈ visto por un ÇnoÈ eldense. Francisco Martnez Navarro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .99 alborada n¼ 45 Deporte Historia de los polideportivos eldenses. Antonio Juan Muoz . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .104 Excursionismo Bateig, una ruta desconocida con encanto. Miguel Izquierdo Lpez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .111 Aportaciones a la Historia El Monastil. Mil aos de importaciones de alimentos en el valle medio del Vinalop. Juan Carlos Mrquez Villora . . . .116 Negreros en el Valle de Elda. Miguel çngel Gonzlez Hernndez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .120 Dos eldenses en la Orden de Malta (I): Juan Valera Bernab. Vicente Vzquez Hernndez . . . . . . . . . . . . . . . . . . .124 El comercio de la nieve en la villa de Elda durante los siglos XVIII y XIX. Juan Antonio Mart Cebrin . . . . . . . . . . .131 A la luz de un quinqu: el falso ÇclizÈ de Las Caadas. Juan Marhuenda Soler . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .134 Elda por la Segunda Repblica. Miguel çngel Mateo Limiana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .136 La Seccin de Arqueologa del Centro Excursionista Eldense. Vicente Rico Prez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .140 Usos y costumbres Aspectos de la vida cotidiana en diversas pocas de Elda. Alberto Navarro Pastor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .147 La Publicidad eldense (1886-1920). Jos Luis Bazn Lpez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .155 Elda, en la dcada de los aos 20. Julio A. Capilla . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .159 Mi visin de nio del Barrio de La Fraternidad. Vicente Alarcn Juan . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .162 çlbum . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 165 ❿ Regresando a Elda a la altura de la curva de Idella, cuando la actual salida a la autova an era la carretera nacional Madrid-Alicante. Aos 70. ELDA MUNDO EL DE LA EN MOTO 12 DOSIER ELDA MUNDO EL DE LA EN MOTO TEXTOS: Vicente Deltell Valera Rafael Juan Ortega COLABORACIONES: Antonio Juan Muoz Rafael Hernndez Prez Jos Garca Berna FOTOGRAFêAS: Penalva, Carlson, Ernes, Vicedo, Avils y Pagn, entre otros fotgrafos. 13 L a exposicin antolgica que le dedic el Guggenheim el pasado ao 2000 ha venido a poner de manifiesto la importancia cultural de la moto, uno de los objetos que mejor simbolizan la evolucin tecnolgica, social y deportiva del siglo XX. Empezando por el Rey, que es un gran aficionado, hasta el ltimo vasallo, el virus de la moto est inoculado en una gran parte de la poblacin y Elda no iba a ser una excepcin, con los mritos aadidos de tener una importante historia que contar tanto en el aspecto de la competicin, especialmente en el motocross pero tambin en el mundo de la velocidad, como en el ocio y el excursionismo. El propsito de este trabajo monogrfico ha sido, pues, recuperar la historia a grandes rasgos del mundo de la moto en Elda, un fenmeno que aglutina medio siglo de experiencias: desde las aejas carreras motociclistas en el circuito urbano de Padre Manjn y los legendarios Vespa y Lambretta Club, a los grandes momentos que vivi el motocross en La Melva, donde la rivalidad Colomina-Luisake atraa a miles de aficionados, o a la cada vez mayornmero de moteros integrados en las peas excursionistas actuales. El trabajo se basa en un puado de entrevistas con gente que ha vivido de cerca las distintas pocas de la moto en Elda, sin renunciar a echarle un vistazo a la situacin actual. Una historia que, aunque se conoca en algunos aspectos parciales, los ms recientes, pensamos que invitaba a una visin de conjunto. Y como no poda ser de otra manera, el relato se ha ido engarzando sobre la marcha en conversaciones que remitan a otros interlocutores, que a su vez iban abriendo nuevos ngulos de inters en una investigacin que se ha prolongado a lo largo de este ao y que, a la postre, ha resultado ser casi detectivesca. Una reconstruccin periodstica basada en el olfato, pero tambin en la curiosidad del nefito, necesaria para entender y hacer entendible la dimensin del fenmeno. Para quienes no estn directamente involucrados en el asunto, se har difcil comprender tamao inters por la moto, algo que para otros es poco menos que un veneno o una droga. La esperanza es que, a tenor del inters y el valor de muchos de los documentos orales y visuales recogidos, se enganche tambin cualquier lector interesado en las cosas de Elda, as como las nuevas generaciones de aficionados que no vivieron muchos de aquellos momentos. Como siempre suele suceder en estas cosas, habr quien, despus de haber leido estas pginas, eche en falta otros protagonistas, recuerde entonces datos o ancdotas jugosas o detecte algn error de apreciacin. Detalles que podran haber enriquecido el trabajo, porque no toda la informacin de primera mano ha podido ser contrastada y en algunos casos los testimonios han sido contradictorios, habiendo optado por la versin que se crea ms acertada. Pero como en otros dosieres anteriores que ha presentado la revista, siempre queda la puerta abierta para que se pueda puntualizar o ampliar en el futuro la informacin que ahora se ofrece. Dicho esto, que comience la carrera. ❿ Tener moto con sidecar era casi tanto como tener coche, porque poda viajar toda la familia. ❿ Casco que el gran piloto cataln Ramn Torras regal a Antonio MuozAlzamora ÇPintoretÈcuando estuvo en Elda en los primerosaos 60. dosier 14 C omo en otros muchos lugares de Espaa, hablar de motos en Elda, no ya de carreras, sino simplemente de verlas circular por las calles, es remitirse a los aos 50 porque en los 40 Çaqu no haba nada, podra haber una moto y tres o cuatro coches a pedalesÈ, segn recuerda Roberto Gonzlez quien, con su socio Artemio Albero , fueron los dos pilotos locales que ms proyeccin tuvieron en las legendarias carreras que se organizaron en el circuito urbano de Padre Manjn desde 1956 a 1967. ÇAqu la aficin a las motos la sacamos Artemio y yoÈ, dice Roberto Gonzlez, Çporque nos hicimos con una Nortonde cinco caballos que cambiamos por zapatos a uno de Valencia, ya que tenamos un tallerico. Era una moto de la guerra porque entonces no se podan comprar motos extranjerasÈ. En aquellos primeros aos de la dcada de los cincuenta comenz a formarse en Elda un grupo de aficionados a las motos que, poco ms tarde se aglutinaran en el Motoclub de la calle Cervantes, que se constituy en marzo de 1954. Hay una ancdota que Roberto cuenta no sin cierta sorna y que remite a la primera carrera de motos que se organiz, el precedente de las que luego se haran, Çque sali de la Plaza Castelar y que bajaba por Martnez Anido (hoy Juan Carlos I) para coger la calle General Varela (hoy Antonino Vera). Pero al llegar al cruce, los corredores, Beloto, Batlls y unos cuantos aficionados ms que tenan moto, no res- Los comienzos de la moto de velocidad LOS TIEMPOS DE GONZÁLEZ Y ALBERO ❿ Dos tomas de ambiente en el circuito urbano de Padre Manjn durante la celebracin del la 5» edicin del Gran Premio ÇAyuntamiento de EldaÈ. 1960. 15 el mundo de la moto petaron el circuito y tir todo el mundo para abajo. Y el alcalde de entonces, Jos Martnez Gonzlez, la suspendiÈ. Poco tiempo despus de aquello, el Motoclub comenz a organizar carreras en toda regla. Las dos primeras fueron tipo rallye Elda-Villena-Elda, pero, a partir de 1958 comenzaron a disputarse en el circuito urbano de Padre Manjn ÇEran carreras de aficionados, aunque venan pilotos de todas partes: de Valencia, de Murcia... y algunas carreras eran tambin puntuables para el campeonato de EspaaÈ. Entonces se poda correr prcticamente con cualquier moto, segn puntualiza Roberto Gonzlez: ÇLa cilindrada oficial era 125 cc. pero entonces no se metan si llevabas un motor de 150 cc. Lo podas llevar trucado porque entonces todo era aficinÈ.Sabemos por la investigacin de Antonio Juan que del Gran Premio ÇAyuntamiento de EldaÈ, que asi se denominaba la prueba, se realizaron una docena de ediciones, la ltima de ellas, en 1967, ya en el circuito de la Gran Avenida. Era una carrera que se organizaba siempre con motivo de las Fiestas Mayores y se converta en una gran fiesta en la que se congregaba todo el pueblo y se cerraba todo el centro urbano. Con ligeras variantes el circuito lo formaban las calles Padre Manjn, Antonino Vera, Hilarin Es- lava, San Jos (en algunas ediciones se llegaba hasta la Avenida de Chap o se invirti el sentido del recorrido en otras) y de nuevo subida por Padre Manjn. Los boxes estaban situados en el interior del colegio. De todos los corredores locales que tomaron parte en aquellas carreras, los que mejores resultados consiguieron fueron Artemio Albero y Roberto Gonzlez, que adems se hicieron con la representacin de Bultaco a finales de los aos 50. ÇYo no he sido un gran corredorÈ, reconoce Roberto Gonzlez, Çgan en total 800 ptas. y dos copas, pero ese ambiente me entusiasmaba. Siempre costaba dinero correr, pero satisfacaÈ. Respecto a quin era mejor, si Artemio o l, Roberto Gonzlez no escabulle la pregunta: ÇUnas veces ganaba mi socio y otras veces ganaba yo, lo que pasa es que yo daba menos imagen, porque me gustaba pasar ms desapercibidoÈ. En cualquier caso, la aficin era lo que les motivaba a correr a ambos, no slo en Elda, sino en otras carreras en Cartagena, en Cieza, en Villena, en Alicante... ÇLa ltima carrera que corr en Elda fue en 1960. ramos 28 corredores y se hicieron dos mangas. En la primera me clasifiqu y luego qued segundo por culpa ma. Tena a todo el pueblo aclamndome pero me puse nervioso. Iba con una moto a la que le tena que ❿ De izquierda a derecha, los pilotos locales Roberto Gonzlez, Pascual Batlls, Artemio Albero y Elas Poveda. Estn en Alicante, do nde acudieron a participar en un rally. Febrero de 1960. dosier 16 quitar gas porque me sobraba motoÈ. Esta circunstancia, la cortedad del circuito y su peligrosidad hizo que algunos de los grandes corredores espaoles de la poca como el cataln Ramn Torras no llegaran a correr. Curiosamente, Torras se mat dos semanas despus de estar en Elda disputando una carrera en Comarruga, tambin en un circuito urbano. En la desaparicin del Gran Premio ÇAyuntamiento de EldaÈ en Padre Manjn influyeron varias circunstancias, como se cuenta en otro apartado de este trabajo, pero para Roberto Gonzlez hubo dos causas principales: ÇEl que las motos daban cada da ms y el circuito se quedaba pequeo y porque el Motoclub se hizo para las motos y los aficionados a las motos y a sos se les dio la espalda. Dijeron: aqu hay unos cuantos, pues que se dediquen a ello. Y nosotros no podamos porque haba que estar pendiente de un montn de cosas y adems vala mucho dineroÈ. Pero para la leyenda quedan grandes nombres del motociclismo espaol de la poca, muchos de ellos campeones de Espaa, que recorrieron con sus motos el asfalto de Padre Manjn. Nombres como los alicantinos Jos Medrano y Ramiro Blanco, los hermanos Sirera, el cartagenero Pedro Cegarra, el cataln Jos M» Busquets o el mismsimo çngel Nieto al comienzo de su carrera deportiva. Otros nombres mticos del motociclismo espaol como Ricardo Tormo, Benjamn Grau o Jorge Mart❿ Roberto Gonzlez pasando destacado por delante de la tribuna. 1958. ❿ Artemio Albero con los trofeos conseguidos en la edicin de 1959. 17 el mundo de la moto nez ÇAsparÈ, tambin corrieron despus en Elda, aunque mucho ms tarde y en otro circuito urbano, el de San Francisco de Sales, donde se disputaron dos carreras a principio de los aos 80 con el mismo espritu que las anteriores en Padre Manjn, aunque la cosa no lleg a cuajar.Roberto Gonzlez, que cuenta ahora con 65 aos, sigue apasionndose con las motos, aunque slo sea en el recuerdo. ÇYo he sido una enamorado de las motos y de las carreras. He ido a Barcelona y a Madrid en moto a ver las carreras. He tenido motos de todas las marcas. Yo cada ao estrenaba una moto porque las venda. A m me regal una moto la casa Bultaco que estaba preparada para correr el campeonato de Espaa, que no corr porque ya tena dos hijos. Cuando corra, mi mujer me deca todas las verdades del mundo y reconozco que las carreras han sido un riesgo intil y me poda haber quedado en una silla de ruedas, aunque nunca me caÈ. Y la nica vez que se cay, fue sonada: ÇFue una noche en un desafo, enfrente de Santa Ana, que entonces era una calle de tierra. Estbamos toda la pea y de ah salan los desafos. Una noche subimos hacia arriba y nos encontramos con el alcalde y el teniente de la Guardia Civil. No paramos y se tuvieron que apartar. Al da siguiente nos llamaron al cuartel y no nos quitaron el carnet de milagroÈ Aquellos tiempos heroicos en los que, como define tan bien Antonio Maas, otro pionero, Çel que tena una moto era capitn generalÈ, fueron evolucionando al comps del nivel de vida que, poco a poco permiti la generalizacin de la moto en muchos hogares. Roberto Gonzlez y Artemio Albero cogieron la re- presentacin de Bultacoa finales de los aos 50. ÇAquella representacin fue muy buena. Se vendan muchas motos en las tres cili ndradas-modelos que haba, a pesar de los precios, respetables para la poca, aunque nada comparado con lo que cuestan hoy. ÇHaba motos de 18.000, 22.000 y 27.000 ptas. La supermetralla de Bultaco llevaba cinco velocidades, andaba mucho, era una seora moto y de sas se fabricaban 30È. Pero el declive en la venta de motos comenz cuando irrumpi el 600, Çporque en la moto no podas llevar a la mujer ni a la suegra y un 600 vala 62.000 64.000 ptas. documentado. La consecuencia es que Bultaco desapareci y a Montesale paso casi igualÈ. ❿ En el centro de las respectivas fotos, Gonzlez y Albero, en la lnea de salida. dosier 18 Lo habitual en aquella poca era comprarla a plazos y firmando letras. ÇEn la venta de una moto se cargaba el 1% mensual desde la primera letra, que significa el 24% sobre su coste, un robo. Mientras tuve que valerme de las financieras no gan un duro. Luego ya negociaba directamente el papel con el banco, que me cobraba el 4% y ah es donde gan dinero, ms que con la fbricaÈ. Adems de Bultaco , se vendieron muchas Montesasy muchas Ossas y, en el caso concreto de Bultaco, la sociedad-Albero-Gonzlez vendi muchas motos por toda la comarca. Roberto Gonzlez guarda buen recuerdo de sus clientes de Petrel, de Monvar o Pinoso, pero no tanto de los morosos de Villena Çy de Elda, al 50%.È. Estamos hablando de las motos que se compraban para correr, otra cosa era el excursionismo, que entonces estaba monopolizado por las Vespasy Lambrettas , Çque era una cosa con mucha armona y ms de matrimonios, que salan de excursin a pasar el da. Nosotros no, nosotros salamos a correr, a disfrutar de la velocidad y haba bastantes accidentesÈ. La sociedad de Roberto Gonzlez con Artemio Albero venda, adems de motos, frigorficos y tambin tena una fbrica de calzado, pero se deshizo despus de 25 aos, Çlo que quiere decir que nos llevbamos muy bien. Y es que fueron muchos aos de amistad, desde los 6 7 aos en que empezamos a ir juntos a la escuela de la Fraternidad. Haba una amistad tremenda y nos llevbamos muy bienÈ. El fin de la sociedad vino Çporque cuando la familia se va ampliando empiezan a haber demasiados dueos. As que yo le di un dinero y me qued con el negocioÈ. Adems de los recuerdos y las viejas imgenes que resumen su carrera de piloto, muchas de ellas utilizadas en este trabajo, a Roberto Gonzlez tambin le da satisfaccin el hecho de que uno de sus nietos haya seguido su pasos. ÇEs Jos Francisco Moreno Gonzlez, ÔEl NaniÕ, tiene 18 aos y corre en scooter È. Lo cita con orgullo y tambin con un cierto desencanto porque, Çaunque ahora estn intentando hacer un motoclub, es una pena que aqu no pueda haber un circuitoÈ. Rafael Hernndez Prez L a visin de una moto aparcada en las polvorientas calles de aquella Elda de comienzo de los aos 50 era, sin duda, todo un atractivo espectculo, sobre todo para la chiquillera, que slo las conoca de referencia gracias al cine. Casi invariablemente, estaban aparcadas todos los das en los mismos lugares y sus coloristas y llamativos escudos de la marca hacan que pasramos por all, prcticamente en peregrinacin, para aprendernos de memoria todo lo que se vea: cunto marcaba el cuentakilmetros, si los cambios de marcha estaban en el puo o en el pie, los centmetros cbicos, el color... Eran pocas y no pasaban desapercibidas. Recuerdo la de Marcelino, que era lechero y la tena preparada para el reparto con unos cestos de esparto; la de Galileo, un seor que estaba cojo y llevaba un sidecar adosado, as como otras que conocamos con distintos detalles. Las marcas NORTON, SANGLAS , LUBE y la MOTO GUZZI HISPANIA юsta, de color rojo y con unos aparatosos y altsimos muelles, pareca estar diseada para hacer motocros sin que, a lo mejor, estuviera inventada la modalidadÑ eran las que ms se vean junto a marcas como OSSA, MONTESA , MV y la ÇbajitaÈ ISO, que tambin tuvo su versin en motocarro con parada de servicio pblico. Las scooter VESPAy LAMBRETTA entraron arrasando y acapararon la vida sociocultural de Elda con la creacin de sus respectivos clubes, que posibilitaron conocer la geografa espaola, de una manera organizada y segura, a cientos de eldenses. Vinieron a unirse al ya existente Moto-Club, que comenzaba a organizar carreras en el casco urbano en las fiestas de septiembre. Sin duda, la moto fue el vehculo de moda en los aos 60 y vino a enterrar a otro que tuvo su protagonismo en los aos 40 y 50, la bicicleta, que tambin tuvo sus dos versiones: la de caballero, con el cuadro cerrado, y la de seora, abierta, con redes en la rueda trasera para que no se enredaran las faldas en los radios. reina de las calles La moto , 19 el mundo de la moto La transicin de la bici a la moto se hizo con dos ÇinventosÈ curiosos: por una parte el rudimentario Mosquito , que no era otra cosa que una bicicleta con un pequeo motor adosado al cuadro, y la popular y prolfica VELO-SOLEX ORBEA , cuyo slogan era ÇLa bicicleta que rueda solaÈ y que sus usuarios trocaron por ÇSi quieres correr como un seor, pedalea como un cabrnÈ. La MOBILETTElleg a ser, en un momento dado, la ms extendida: no era muy cara, resultaba verstil y cmoda y no necesitaba cambios de marcha, ya que aceleraba con slo darle al puo. La meta de todo joven de entonces fue tener una moto Ñahora quizs sea un cocheÑ, si no de competicin, slo al alcance de unos pocos afortunados, s al menos un ciclomotor de 49 c.c. de las marcas DERBI , TORROT , DUCATI , PEUGEOT , GIMSON , PUCH , SETTER o RIEJU , pero siempre suspirando por tener una ÇgrandeÈ, sobre todo de las marcas MONTESAo BULTACO , que mantuvieron una pugna slo comparable a la que mantienen el Real Madrid y el Barcelona en el ftbol. Lo de las HARLEY DAVIDSON quedaba muy lejos, en la visin de las pelculas americanas con pilotos como Marlon Brando. Sin duda alguna, la moto fue, sociolgicamente hablando, un elemento liberador, ya que vino a relajar costumbres: permita el abrazo de tu chica por motivos de ÇseguridadÈ y te desplazaba fuera de la ciudad, por lo que empezamos a conocer playas y campos sin la mirada o compaa de los padres, que no caban en el vehculo. Afortuna-damente. ❿ Modelo de MV inmediatamente anterior a la primera. ❿ El autor del artculo y, la entonces su novia, estrenando una MV, todava sin matricular. 1965. dosier 20 Estampas L as fotos que se ofrecen aqu nos hablan de una poca en la que Espaa era lo que entonces se llamaba un pas en vas de desarrollo. La mayora de sus habitantes, eldenses incluidos, iban abandonando paulativamente las BHy Orbeas , aquellas pesadas bicicletas que llenaban las calles, para subirse a lomos de Vespas ,Bultacos y Ducatis compradas a costa de agotadores destajos. Pero, horas de curro y pares al margen, no era lo mismo ir a trabajar en bicicleta que hacerlo en una Lambretta, por ejemplo, y los que daban ese paso no slo ganaban en comodidad, sino que adquiran un cierto status, con la moto como smbolo, y eran objeto de admiracin y envidia por parte de los que todava tenan que recurrir al pedaleo. Fueron momentos de gloria para la motocicleta. moteras Dos chicas, ya con la falda ms corta, en una Vespa bien parada y con la Ciudad Vergel de fondo, la imagen, de 1962, podra pasar por un fotograma de una pelcula amable de la poca, dado lo idlico del conjunto. Esta foto, repescada del n¼ 36 de ALBORADA , necesitara un folio de literatura para explicar todos los detalles que contiene. Era el momento lgido del Vespa Club, cuyos componentes tomaban parte en la Cabalgata de Reyes. 21 el mundo de la moto ❿ Una muestra de quela moto era el vehculo rey era su capacidad de ser utilizada para casi todo, incluso en funciones que hoy en da cumple un monovolumen. En esta foto, tomada probablemente en unas Pascuas de Monas, resulta impagable la cara de velocidad del que va enmedio. Eran frecuentes en la poca las fotos en las que una chica posaba sobre una moto, aferrada al manillar. Luego, a la hora de ponerse en marcha, era el novio el que llevaba las riendas y ella pasaba a ir de paquete, sentada de lado, la falda bien bajada y las piernas ms que juntas para evitar miradas indiscretas y maledicencias. ➛ Si cualquier seora mayor se hubiera atrevido a circular en motocicleta, el escndalo y las cuchufletas hubieran sido maysculos. Pero fotografiarse al lado de la moto-ttem no pasaba de ser un pcaro atrevimiento a mediados de los aos 60. ❿ Viriato, el hijo de la pescatera, maqueado con su chupa de cuero, sus gafas de sol y su moto, unacombinacin irresistible. ➛ Abundaron las parejas que no quisieron aparcar la moto, ni siquiera el da de su boda. En esta foto de principios de los aos 60, el padrino monta a la novia en su flamante Montesa Impala . circuito en las afueras de Elda y parece ser que se baraj la zona de la Almafr, pero el proyecto se desech finalmente por su alto coste.En su mejores momentos, el Motoclub Elda tuvo ms de 200 socios. Hoy, aunque ya hace mucho tiempo que dej de estar vinculado a la organizacin de carreras, la sociedad sigue en activo en los mismos locales de la calle Cervantes donde se fund. Sin embargo, segn Garca Berna, Çlas motos siguen presentes en el espritu de la sociedadÈ. dosier 22 S egn comentarios generales, el principal promotor de la idea de crear un motoclub en Elda fue Gerardo Maestre Martnez y su creacin se fue gestando en el bar Negresco comentndolo con algunos de los que luego seran socios. El Motoclub Elda se constituy el 1 de marzo de 1954. La primera reunin se celebr en el bar Ivory. En esa primera reunin se nombr presidente a Emilio Ortiz Veray secretario a Eradio Pla Esteban , adems de aprobarse los estatutos de la sociedad por los 52 socios fundadores. En una segunda reunin, tambin celebrada en el bar Ivory el 8 de mayo de ese mismo ao, se aprob ubicar la sociedad en la calle Cervantes, n¼ 4 y 6, en unos locales de Toms Rico Barcel, socio del Motoclub tambin en aquellos momentos. La inauguracin de la sede se produjo el 27 de junio de 1954, amplindose posteriormente. Los estatutos fueron refrendados por el Gobierno Civil de Alicante con fecha 15 de noviembre de 1954. Catalogado como Sociedad Cultural Deportiva, el Motoclub Elda tuvo un papel protagonista en la organizacin de las doce ediciones del Gran Premio ÇAyuntamiento de EldaÈ, la ltima de ellas celebrada en la Gran Avenida, ya que el circuito de Padre Manjn no reuna condiciones para disputar este tipo de carreras. A lo largo del tiempo, la entidad ha contado con 16 presidentes y 9 secretarios. El actual secretario, Jos Garca Berna , lo es desde hace 26 aos, siendo el presidente actual Pablo Guarinos Calvo . Segn recuerda Garca Berna, los problemas tan grandes que haba para cerrar las calles del centro de la ciudad, por donde discurra el circuito; el que las motos cada vez corran ms, quedndose pequeo el trayecto; las cada vez mayores medidas de seguridad que exiga la autoridad gubernativa; la negativa de las compaas a suscribir los seguros prescriptivos; y la oposicin de la Federacin a conceder pruebas puntuables si no se hacan en circuitos reglamentarios, fueron las causas que provocaron la desaparicin del Gran Premio ÇCiudad de EldaÈ y, con ello, que la entidad dejara de organizar carreras. Hubo, no obstante, un intento, en el seno del Motoclub, de hacer un IMPULSÓ Y ORGANIZÓ LAS CARRERAS DE MOTOS EN EL CIRCUITO URBANO DE PADRE MANJÓN El Motoclub Elda ❿ Gincana en las proximidades de la ermita de San Antn, organizada por el Motoclub. La mayora de los participantes eran miembros de la entidad. 1959. ❿ Cross en La Torreta organizado por el Motoclub. 1955. 23 el mundo de la moto EDICIONES DEL GRAN PREMIO AYUNTAMIENTO DE ELDA 1ª EDICIÓN (9-9-1956) Fue una carrera de 48 kms. tipo rallye en el circuito Elda-VillenaElda. Comenz a las 11Õ30 horas. La guardia motorizada de entonces iba parando la circulacin de los vehculos que circulaban en sentido contrario a la carrera, convirtiendo en una proeza su realizacin. No hay datos de los ganadores, aunque los comentarios de varios socios del Motoclub es que participaron una docena de corredores. 2ª EDICIÓN (7-9-1957) Volvi a hacerse en el mismo circuito interurbano Elda-Villena con 48 kms. de recorrido. Comenz a las 11 de la maana. Slo participaron 8 corredores y gan Pablo Gadea. El primer corredor local clasificado fue Artemio Albero, aunque segn Roberto Gonzlez fue Pascual Batlls. 3ª EDICIÓN (7-9-1958) Fue la primera que se disput en el circuito de Padre Manjn, al que se le dieron 17 vueltas, totalizando 24 kms. de recorrido. Participaron 14 corredores y gan Csar Gracia, de Valencia, con un tiempo de 16Õ 17Ó. Segundo fue Ernesto Laguna a 2Ó y tercero Artemio Albero a 3Ó. Fue la primera prueba valedera para el campeonato de Espaa. Tambin corrieron otros corredores locales como Carrillo, Emilio Bellot ÇEl FrascoÈ, Pascual Batlls, ÇEl NegroÈ o Vicente Navarro Verd ÇEl BicarÈ. 4ª EDICIÓN (7-9-1959) Comenz a las 10 de la maana y se corrieron tres categoras: ¥ 75 cc. Veinte vueltas al circuito (20 kms.). El primer clasificado fue Jos Pascual, de Elche, seguido de Csar Gracia, de Valencia y Vicente Ortol, de Alicante. ¥ 125 cc. con 20 vueltas, totalizando 20 kms. de recorrido. Gan Francisco Gonzlez, vigente campen de Espaa, con Bultaco . Hizo un tiempo de 20Õ 26Ó. Segundo fue Ricardo Quintanilla y tercero Manuel Dato. ¥ Categora Fuerza Libre , con 45 vueltas al circuito. Gan Ricardo Fargas con Ducatiempleando un tiempo de 45Õ 56Ó. Segundo fue Csar Gracia, de Valencia, y tercero Manuel Blas. El primer clasificado local fue Artemio Albero, seguido de Roberto Gonzlez y Pascual Batlls. 5ª EDICIÓN (4-9-1960) La prueba dio comienzo a las 10 de la maana, disputndose tres categoras: ¥ 75 cc. Participaron 8 corredores sobre 20 kms. de recorrido. Gan Ramiro Blanco, con un tiempo de 18Õ 4Ó. Segundo fue Jos Pascual, a 16Ó y tercero Vicente Caturla a 22Ó. ¥ 125 cc. Prueba de carcter nacional con 10 corredores y 45 kms. de recorrido. Gan Ricardo Quintanilla con un tiempo de 46Õ 7Ó. Segundo fue Roberto Gonzlez a 6Ó y tercero Ramiro Blanco a 10Ó. ¥ 175 cc. Tomaron parte 28 corredores. Prueba de carcter regional sobre 35 kms. de recorrido. Gan Jos Alemn ( Montesa) con un tiempo de 26Õ 36Ó. Segundo fue Jos Masi ( Bultaco) a 8Ó y tercero Roberto Gonzlez ( Bultaco) a 35Ó. Quinto fue Artemio Albero ( Bultaco ) a 42Ó. (Segn CARRERAS DE MOTOS DE VELOCIDAD DISPUTADAS EN ELDA (DATOS RECOPILADOS POR ANTONIO JUAN) ❿ Ambiente frente al Jardn de la Msica en la 5» edicin Gran Premio Ayuntamiento de Elda. 1960. PRIMERA ETAPA dossier 24 Roberto Gonzlez l no fue tercero, sino segundo). 6ª EDICIÓN (24-9-1961) De nuevo tres categoras: ¥ 75cc. El primer clasificado fue Jos Pascual ( Setter), seguido de Rafael Fernndez ( Setter) y Jos Sanchiz ( Derbi). ¥ 125 cc. Gan Jos Medrano ( Bultaco ). Segundo fue Ramiro Blanco ( Bultaco ) y tercero Jos Masi ( Montesa ). ¥ 175cc. Gan Jorge Sirera al quedar descalificado Ramiro Blanco por hacer caer a Sirera. 7ª EDICIÓN (23-9-1962) La prueba comenz a las 10 de la maana, con tres categoras: ¥ 75cc. Veinte vueltas al circuito (20 kms.). Gan Jos Pascual ( Setter ) con un tiempo de 21Õ 51Ó, seguido de Vicente Vives ( Minsa ) y Jos Blanco ( Minsa). ¥ 125cc. Cuarenta vueltas al circuito (40 kms.). Gan Enrique Castillo ( Bultaco ) con un tiempo de 40Õ 30Ó. Segundo fue Antonio Botella ( Bultaco) y tercero Manuel Gracia ( Montesa). ¥ 250 cc. Por vez primera se disput una carrera en esta cili ndrada con 40 vueltas (40 kms.). Gan Jos Medrano ( Bultaco) con un tiempo de 38Õ 41Ó. Segundo fue Crescencio Bautista ( Bultaco) y tercero Antonio Botella ( Bultaco ). 8ª EDICIÓN (22-9-1963) La prueba comenz a las 10 de la maana con dos categoras: ¥ 125 cc. de carcter regional y 40 kms. de recorrido. Gan Antonio Botella ( Bultaco) con un tiempo de 30Õ 35Ó. Se- gundo fue Jos ManuelDomnguez ( Bulta- co ), tambin de Alicante como el anterior. Tercero fue Enrique Escudero ( Bultaco), de Castelln. ¥ 125 cc. de carcter nacional sobre 40 kms. Gan Csar Gracia ( LubeRenu ) con un tiempo de 28Õ 22Ó. Segundo fue Crescencio Bautista, de Alicante y tercero Francisco Zurita, de Valencia, a una vuelta del ganador. 9ª EDICIÓN (7-9-1964) La prueba comenz a las 9 de la maana con tres categoras: ¥ 75 cc. y 15 vueltas. Gan Crescencio Bautista ( Derbi) con un tiempo de 15Õ 45Ó. Segundo fue Pedro Cegarra ( Derbi) con 16Õ 21Ó. ¥ 125 cc. Prueba de carcter nacional con 30 kms. de recorrido. Gan Juan Snchez ( Bultaco) con un tiempo de 30Õ 30Ó, seguido de Jos Luis Gonzlez ( Bultaco) a 14 Ó y Miguel Blanco ( Bultaco) a 34Ó. ¥ 175 cc. Prueba de 40 kms. (40 vueltas). Gan Jorge Sirera ( Montesa ), con un tiempo de 28Õ 12Ó, seguido de Jos Medrano (Bultaco) con 29Õ 8Ó y tercero fue Ramiro Blanco ( Bultaco) con 29Õ 35Ó. 10ª EDICIÓN (8-9-1965) La prueba dio comienzo a las 9 de la maana con tres categoras: ¥ 75 cc. Prueba con 15 vueltas al circuito. Gan Jos M» Busquets ( Derbi ), seguido de Francisco Martn ( Derbi) y Cipriano Moreno ( Derbi ). ¥ 125 cc. Prueba sobre 25 kms. Gan çngel Lpez ( Bultaco) con un tiempo de 26Õ 2Ó. Segundo fue çngel Gonzlez ( Bultaco) a 28Ó y tercero Jos Luis Verd ( Ducati ) a 48Ó. ¥ 250 cc. Prueba sobre 35 kms. de recorrido. Gan Jos Medrano con un tiempo de 33Õ 33Ó. Segundo fue Ramiro Blanco a 1Õ 1Ó y tercero Enrique Escudero a 1Õ 17Ó. Todos con Bultaco. 11ª EDICIÓN (12-6-1966) Comenz la prueba a las 11 de la maana con un circuito ampliado a 1Õ5 kms. que inclua las calles Padre Manjn, Gral. Varela (hoy Antonino Vera), Jardines, Avda. Chap, Hilarin Eslava, San Jos y Padre Manjn. Se disputaron 4 categoras: ¥ 75 cc. Sobre 15 kms. Gan Manuel Barea con un tiempo de 13Õ 21Ó. Segundo fue Pascual Royo a 38Ó y tercero Jos Ruiz a 39Ó. ¥ 125 cc. Prueba de carcter regional sobre 30 kms. Gan Jos Medrano ( Bultaco ) con un tiempo de 25Õ 4Ó. Segundo fue Enrique Escudero ( Bultaco) a 1Ó y tercero Jos M» Busquets ( Montesa ) a 21Ó. ¥ 125 cc. Prueba de carcter nacional sobre 30 kms. Primero fue çngel Gonzlez ( Bultaco) con un tiempo de 27Õ 3Ó. Segundo fue Pascual Royo ( Ducati) a 10Ó y tercero Diego Agull ( Bultaco) a 41Ó. ¥ 175-250 cc. Prueba sobre 37Õ5 kms. Gan Francisco Zurita ( Bultaco) con un tiempo de 38Õ 5Ó. Segundo fue Jos Luis Gonzlez ( Bultaco ) a 1Õ 5Ó y tercero çngel Nieto ( Ducati). 12ª EDICIÓN (17-9-1967) Fue la ltima edicin y ya se hizo en el circuito de la Gran Avenida, con 1.600 metros de circuito en ambos sentidos. La salida y la meta estaba a la altura del Bar Arturo. Hubo diez mil espectadores. Se disputaron cuatro pruebas: ¥ 75 cc. Gan Manuel Barea, de Valencia, seguido de Pascual Royo y tercero fue çngel Gonzlez. ¥ 125-175 cc. sobre 32 kms. de recorrido. Gan Pascual Royo con un tiempo de 30Õ35Ó. ❿ Carrera en La Torreta. Mediados de los aos 60. 25 el mundo de la moto ¥ 200 cc. sobre 40 kms. de recorrido. Gan Jos Medrano con un tiempo de 34Õ59Ó. Segundo fue Francisco Zurita a 10Ó y tercero Ramiro Blanco a 34Ó. ¥ 250 cc. sobre 40 kms. de recorrido. Gan Jos Medrano ( Bultaco) con un tiempo de 32Õ 48Ó. Segundo fue Francisco Zurita a 25Ó y tercero Francisco Lpez a 1Õ 10Ó. NOTA CURIOSA Entre los participantes de las sucesivas ediciones del Gran Premio Ayuntamiento de Elda figuran nombres muy relevantes del motociclismo espaol de la poca, entre ellos varios campeones de Espaa como Jos Medrano (campen de 125 cc. los aos 65 y 70 y de 250 cc. en 1965); el alicantino Ramiro Blanco (campen de 250cc. en 1966); Ramn Torras (campen de 125 cc. en 1962 y 1964) que, aunque estuvo en Elda, no lleg a correr; el cartagenero Pedro Cegarra (campen de 125 cc. en 1982); Jos M» Busquets (campen de 75cc. y 125 cc. en 1966); çngel Nieto, en 1966, un ao antes de que se proclamara por primera vez campen de Espaa en 50/80 y 125cc.; y Jorge Sirera (eran dos hermanos los que corran) que, aunque no gan ningn campeonato nacional, era un piloto muy conocido. GRAN PREMIO AYUNTAMIENTO DE ELDA (31 de agosto de 1980) Esta carrera fue organizada por el C.M.E.I. ÇIdellaÈ en un circuito de 1.500 metros habilitado en la zona de la La Almafr-San Francisco de Sales. La prueba comenz a las 10 de la maana. ¥ 50 cc. Super Senior. Fueron 15 vueltas al circuito con 25 corredores. Gan Ricardo Tormo, con Kreidler, seguido de Vicente Ferrer, con Derbi , y Jos M» Baena, con Kreidler . El primer corredor local fue Antonio Molina, con Derbi. ¥ 125 cc. Junior. Tambin fueron 15 vueltas con 34 pilotos en competicin. Gan Rafael Tudela, con Montesa , seguido de Antonio Olmo, con Montesa, y Alberto Gisbert, con Bultaco. El primer corredor local fue Francisco Vliz, con Yamaha. ¥ 125 cc Senior. Se cubrieron 20 vueltas al circuito con 21 pilotos. Gan Vicente Linares, con Derbi. Segundo fue Jorge Martnez ÇAsparÈ, con Derbiy tercero Vicente Peir, con Montesa. ¥ 125 cc. Super Senior. Gan Ricardo Tormo, con Morbidelli, seguido de Pedro Cegarra, con Bultaco, y Benjamn Grau, con Derbi. NOTA CURIOSA Ese da se le tribut un homenaje a Artemio Albero . I TROFEO FIESTAS MAYORES (30 de agosto de 1981) Se disput en el circuito de La Torreta-San Crispn, organizado por el Motoclub Escudera Benacantil, de Alicante. Hubo 15.000 espectadores. El circuito, de 1.400 metros, pasaba por delante de la ermita. ¥ 125 cc. Junior. Se corri sobre 15 vueltas al circuito con la participacin de 17 corredores. Gan Ramn Abad, seguido de Lorenzo Casado y Jos Jimnez, los tres con Montesa. ¥ 125 cc. Senior. Fueron 15 vueltas al circuito con 16 corredores. Gan Vicente Peir, con MBA. Segundo fue Vicente Linares, con Percal y tercero Francisco Dav, con Alvian . ¥ 125 cc. Super Senior. Se corri la prueba sobre 20 vueltas al circuito y 18 corredores. Primero fue Jorge Martinez ÇAsparÈ, con Bultaco. Segundo fue Pedro Cegarra, tam- bin con Bultaco, y tercero Benjamn Grau, con Percal. Adems de las pruebas reseadas, se disputaron en Elda otras carreras por aquellos aos, como el I Trofeo Resistencia para Ciclomotores Automticos de Serie , patrocinado por la discoteca Mamma Luna, que se celebr el 19 de junio del 82 en un circuito urbano de los barrios de Caliu y Molinos de Flix. La prueba cont con una floja participacin y gan la pareja formada por los pilotos locales Antonio Molina y Francisco Vliz. En La Torreta tambin se organizaron otras dos carreras de mbito provincial: una el 4 de mayo de 1981 y otra el 28 de noviembre de 1982. Segn el testimonio de Antonio Molina, tambin se disput otra carrera, denominada Ç Trofeo Primavera È, en la Torreta en 1980, aunque no se han podido localizar ms datos en la prensa de aquellos das. La ltima carrera organizada fue en octubre del 83, en un circuito urbano de Petrel (los boxes estaban en la Explanada) en la que participaron, adems de los pilotos de la zona, algunos corredores destacados, como çngel del Pozo. Esa carrera, organizada por el nuevo Motoclub Elda, que dur poco tiempo, puso fin a ese motoclub y a las competiciones de velocidad hasta la fecha. ❿ Gran Premio Ayuntamiento de Elda en San Francisco de Sales. 1980. SEGUNDA ETAPA OTRAS CARRERAS dosier 26 DURANTE UNOS AÑOS, ENTRE FINALES DE LOS 70 Y PRINCIPIOS DE LOS 80, SE RECUPERARON LAS CARRERAS DE MOTOS EN CIRCUITO URBANO C on la desaparicin del Gran Premio ÇAyuntamiento de EldaÈ en 1967 se abri un vaco en las competiciones de velocidad, que se llenara, aunque de manera temporal, a finales de los 70 y principios de los 80, perdindose a partir de ahi definitivamente las carreras. El mayor aliciente para la organizacin de estas pruebas en circuito urbano era, como en las aejas competiciones motociclistas de Padre Manjn, ver en accin a los pilotos locales, dndoles tambin la posibilidad de codearse en su pueblo con algunos de los grandes pilotos del momento. En la dcada de los 70 surgi una nueva generacin de corredores locales que, a base ms de ilusin y voluntad que medios, consiguieron hacer realidad el sueo de convertirse en pilotos de competicin. Como recuerda Antonio Molina , uno de los pilotos que ms tiempo estuvo compitiendo y mejores resultados consigui, Çhaba gente que corra, pero fuera, y cuando se fund el Club Motociclista El- dense Idella, aunque estaba mas orientado al motocross, no- sotros acudimos a ellos porque las licencias a travs del motoclub costaban menos dinero y tambin nos res-paldaba con su nombre. Y cuando la velocidad empeza convocar a mucha ms gente, el motoclub tambinse atrevi a organizar carrerasÈ. Las dos competi- ciones ms importantes que se organizaron fue-ron El Gran Premio ÇAyuntamiento de EldaÈ,en 1980, en San Francisco de Sales, organi-zada por el C.M.E.I., y el I Trofeo Fiestas Ma- yores, organizado por el motoclub alicantino Escudera Benacantil en La Torreta, zona donde tambin si sitan algunas otras carreras de menor entidad. De la carrera de San Francisco de Sales, que permiti ver en accin a grandes figuras como Ricardo Tormo, Benjamn Grau, Pedro Cegarra o Jorge Martnez ÇAsparÈ (estos tres ltimos tambin corrieron el ao siguiente en La Torreta), Molina seala como alma de la organizacin a Francisco Amors ÇEl BarriÈ, que tambin fue corredor en aquella poca, y uno de los ms constantes, segn Molina. ÇEn la organizacin de las pruebas colaborbamos los pilotos, aunque poca cosa. Afortunadamente, los componentes del motoclub saban lo que se llevaban entre manos y eran carreras controladas por la federacin. En San Francisco, Amors era el alma de la organizacin y a l no haba que ensearle nada porque se ha arrastrado por todos los circuitos de Espaa y parte del extranjeroÈ Reencuentro y ocaso de la velocidad ❿ Panormica del Gran Premio ÇAyuntamiento de EldaÈ, celebrado en San Francisco de Sales el 30 de agosto de 1980. 27 el mundo de la moto Por aquella poca haba un ncleo definido de corredores locales, Çque nos veamos en todas las carrerasÈ, dice Molina, pilotos como Pedro Carbonell ÇPedro el MeneaÈ, Francisco Vliz ÇCaaaÈ, Jos Miguel Molina Garca ÇJose El PequeÈ, fallecido luego tristemente en un accidente de trfico, o Francisco Javier Moreno Cayuela ÇEl MaoÈ, que fue un poco posterior y estuvo menos tiempo corriendo. Hubo tambin por aquellos aos un intento de crear un motoclub para agrupar a los corredores de velocidad. Antonio Maas conserva el carnet de socio de un ÇMotoclub EldaÈ, en el que figura como Çfundado en 1981È, si bien, por los datos recogidos, la experiencia no dur mucho tiempo, ya que la ltima carrera que organiz este motoclub fue en Petrel, en octubre del 83, siendo sta tambin la ltima carrera de velocidad disputada hasta la fecha en nuestro entorno. Francisco Javier Moreno Cayuela apuntaba en este sentido que Çlos dos que llevaban el motoclub, Francisco Amors y Jose ÇEl PequeÈ se enfadaron, cada uno tir por su lado y el motoclub se lo qued ÇEl PequeÈ, que luego se integr en el C.M.E.I.È. En cualquier caso y, a falta de que algn interesado pueda arrojar ms luz sobre el asunto, lo importante es que durante unos aos, especialmente del 80 al 82, Elda volvi a vivir de cerca las carreras de velocidad, una modalidad que se vera relegada al olvido definitivamente en los aos siguientes por el auge del motocross y las grandes competiciones de La Melva, hacia donde deriv la atencin de pilotos y aficionados. Tambin influy, como apunta acertadamente Molina el que Ça finales de los 70 y principios de los 80, los circuitos que no eran permanentes, los circuitos urbanos como Cullera o Guadalajara, tenan muchos problemas para organizar carreras. Lo que no poda hacer la federacin era centralizar en el Jarama todas las carreras del campeonato de Espaa, porque entonces no haba otro. Luego ya se mont Calafat y se hacan en los dos, aunque no se poda consentir. Hoy, afortunadamente, ya hay media docena de grandes circuitos y an as son muy pocosÈ. ❿ El piloto local Francisco Amors ÇEl BarriÈ, de la Escudera Maas, tomando parte en esa misma carrera. ❿ En el centro de la foto, Artemio Albero, que recibi un homenaje en la carrera de San Francisco de Sales. dosier 28 Antonio Mañas vivió de cerca E n la actualidad, est totalmente desvinculado de las motos y Çaunque sea una cobarda por mi parteÈ, se cura la tentacin de la nostalgia recorriendo las carreteras de Europa con un gran trailer con el que se dedica a hacer transporte de Mercado. Antonio Maasse ha deshecho prcticamente de todo lo que le lig a las motos durante tantos aos. Lo nico que conserva con cario Çes la medalla de plata al mrito deportivo que me entreg la infanta Elena y otra medalla de bronce que me entreg Fraga en tiempos de FrancoÈ. Vivi a fondo el mundillo de las carreras de velocidad en la dcada de los 70, fundamentalmente como mnager, y tuvo mucho que ver con que Ricardo Tormo llegara a ser campen del mundo, algo que a la postre fue el motivo de su desapego de las motos. Tambin tuvo relacin en algn momento con la carrera deportiva de otros grandes pilotos como Vctor Palomo, çngel Nieto, Benjamn Grau, Miguel çngel Corts, Andrs Prez Rubio, Rafael Sans Toledo, Andrs Snchez Marn, Joaqun Orts Caizares, Pedro Cegarra... pilotos que marcaron una poca en el motociclismo espaol y, en algunos casos, mundial. Y tambin ayud, cuando pudo, a los pilotos locales trayendo a su tienda los adelantos del mercado, dejndoles motos, facilitndoles repuestos o acogindoles en su ÇescuderaÈ. Lo que hiciera falta. Con Antonio Maas pudo contactar la revista alborada en su refugio de la Huerta Nueva aprovechando una de sus espordicos descansos en Elda. Tras una hora de conversacin acelerada, cuesta creer todas las historias que se agolpan atropelladamente en la grabadora y en la mente de este hombre de 58 aos, cuyo conocimiento de los idiomas (habla cinco idiomas y escribe cuatro) le permiti desenvolverse por el extranjero, ya fuera viviendo a fondo Çel circo del mundialÈ, incluidas las grandes pruebas de Estados Unidos, entre ellas la mtica de Daytona, como yendo a buscar mecnicos, motos, motores o repuestos a Holanda, Alemania o Italia. Amante de las motos por encima de todo, como piloto no consigui nada, pero como mnager, amigo y aventurero de la velocidad lo fue todo. Conclusin: ÇA m me costaron mucho dinero las motos, pero he sido muy feliz y lo di todo por la aficinÈ. Çel circo de la velocidadÈ CONTRIBUYÓ DE MANERA DECISIVA A QUE RICARDO TORMO SE PROCLAMARA CAMPEÓN DEL MUNDO 29 el mundo de la moto Antonio Maas sigue fiel a su espritu nmada y los accidentes no han dejado de acosarle (en una segunda visita para recogerle algunas fotografas estaba esperando curarse pronto una nueva fractura de pierna, como consecuencia, esta vez, de un accidente con el camin para volver a salir a la carretera). Y es que sigue siendo consecuente con la decisin que tom de la noche a la maana un da. ÇMe dije que no segua ms en un trabajo fijo y sedentario, porque no me aguantaba ni yoÈ. Antonio Maas esconde una biografa de las que dan para escribir una novela o filmar una pelcula, dada la apabullante acumulacin de vivencias, lugares y personajes. Poner orden en toda esa avalancha de informacin necesitara de otro tipo de dedicacin y una mayor predisposicin por su parte, que no tiene por el momento. Habr que contentarse con algunas de las confesiones que dej caer en la entrevista. HERIDAS DE GUERRA. ÇYo llevo 27 operaciones en la pierna y tres prtesis de cadera y fmur y tibia y peron destrozados con 6 cms. menos de pie, porque se me astill todo y perd todo el hueso.Y tambin he sufrido dos operaciones de corazn porque en un piazo se me rompi una costilla y me produjo una insuficiencia mitralÈ. PILOTO PRECOZ. ÇComenc a correr a los catorce aos. Me dedicaba a bajar a Monvar para provocar a la Guardia Civil, que me tiraban el capote para que se me enganchara en la rueda y me cayera. En la Torreta tambin me daban el alto y no paraba. Era alguna de las cosas que hacamos. En las carreras de Padre Manjn corr dos aos con una Motovi, de las que distribua Ribera. Entonces haba uno en Elda que, como haba sido farmacutico, le decamos ÇEl bicarbonatoÈ y tena una droguera en la calle Martnez Anido. Tena una MV 400, de las primeras que salieron, y me met con l para repartirle las cosas de la droguera slo por coger la moto. Entonces habia una casa de mujeres pblicas, ÇLa JosefinaÈ, que estaba al lado del campo de ftbol, donde yo iba a llevarles todos los productos de higiene. Como corredor no llegu a nada, salvo a ganar alguna de las carreras que se hacan en los pueblosÈ. RELACIONES ARISTOCRÁTICAS. ÇHice mucha amistad con el Marqus de Salamanca, don Javier Tola, uno de los antiguos amigos de Franco, que era el distribuidor en Espaa de todos los vehculos ingleses y americanos. l tena una gama de motos muy grande, porque era muy aficionado. Otro marqus, Rodn del Valle, que era presidente de la Federacin Internacional de Motociclismo, hizo mucho por las motos. Fue cuando Nieto empez a correr. Entonces era fcil ganar un campeonato de Espaa porque no haba motos, haba que meter motos de otras cili ndradas porque no haba bastantes corredores. Tambin he estado muchas veces con el rey Juan Carlos, que es un gran aficionado. Tena una Honda Gold Wing que le regal Nieto. Yo tuve una ❿ Kreidler ÇVan BeenÈ de 50 c.c. con la que Tormo derrot a las Derbi de de NietoGrau-Pars. En la foto inferior, Ricardo Tormo corriendo en San Francisco de Sales la prueba de 125 c.c. con Morbidelli, prueba que gan. Agosto de 1980. dosier 30 Harley Sport 3.000que haba sido de Rodn del Valle y que le regal luego a Miguel çngel Rico Chico, que ahora est en Mjico, donde tiene dos o tres fbricas de zapatos. Tambin con una Triumphque compr, que haba sido de Fraga, nos bamos Pepe Vera y yo (l tena una Benelli Tornado), a ver todas las carrerasÈ. RELACIÓN CON ALGUNOS MITOS DEL MOTOCICLISMO. ÇHice una gran amistad tambin con Giancarlo Morbidelli. Luego, cuando Giancarlo ya no poda llevar el departamento de competicin se lo pas a Benelli Armi y se mont una fbrica para hacer la rplica de Morbidelli, que se llam MBA (Morbidelli Benelli Armi). Graziano Rossi (el padre de Valentino Rossi) tambin era ntimo amigo mo, como Eugenio Lazarini, Walter Villa o Giacomo Agostini, que se cas con una muchacha de Mlaga que le present yo. Tambin he ido mucho a Inglaterra a casa del padre de Barry Sheen y he conocido en persona a Mike HailwoodÈ. ¿MÁNAGER O PADRINO?. ÇLos pilotos acudan a m cuando necesitaban algo porque todo era hegemona: Derbi y tal. El que tena una moto poda optar a ir adelante, los dems eran comparsas. El equipo Avidesa lo llev seis aos. Unifiqu Avidesa con Gneros de Punto Ferrys porque unidos tenamos ms potencia. El presupuesto era entonces de 40 50 millones y haba que comprar los hierrosÈ. PILOTOS LOCALES. Ç El Mao era un chiquillo muy majo, tena muchas ganas de moto, vena por mi taller y como le cog aprecio empec a dejarle una Kreidler, una moto muy fuerte. Pero slo lleg a correr cinco o seis carreras, porque se ennovi y perdi la aficin. La bronca que tuve con l es porque se me hizo chupatierra. Para mi el cross nunca ha tenido inters, con los chupatierra nunca me he mezclado. Pedro ÇEl MeneaÈ y Rafael Sales Olmedo, que era de Elche y lleg a ser subcampen de Espaa de 125 cc., corrieron con mis motos. Estaba tambin Francisco Vliz ÇEl CaanaÈ, que corri tres o cuatro aos el campeonato de Espaa y que no hizo nada porque nunca tuvo hierros. Estaba tambin Francisco Amors ÇEl BarriÈ, Antonio Molina, un chico bastante reservado, y Cegarra, de Cartagena, que fue campen de Espaa porque le dej los mecnicos, aunque corra con motos derivadas de las de cross. Manolo Gmez fue el primero que compr una Tralla 102. Es una gran persona y me duele no haber podido ayudarle econmicamente cuando lo necesit. Como corredor de cross estaba tambin Jos Mara Gonzlez ÇEl ChurreroÈ, que tambin es camionero ahoraÈ. RUPTURA CON TORMO Y DESAPEGO DE LAS MOTOS. ÇRicardo Tormo estuvo conmigo desde que era un chiquillo y lo habamos hecho todo juntos. Yo le consegu sus motos y le hice campen del mundo. La gente aqu lo ha ignorado, pero es as. Tormo tuvo suerte en su vida profesional, al contrario que en su vida personal. Me pill a m y a unos cuantos que le ayudamos. El mundo de las motos me lo dej cuando dej a Tormo. Surgieron problemas porque nos quedamos sin motos y sin esponsors. Cuando l ya se hizo grande, Derbidijo que ellos ya tenan su mnager y que yo no poda estar con l. Yo le aconsej que cogiera aquello porque era su porvenir. Yo no poda retenerlo por egosmo propio, sobre todo, porque sin una casa comercial un corredor no poda ir para adelanteÈ. CONOCEDOR DE LOS HIERROS. ÇEspaa con sus motores de dos tiempos revolucion el motociclismo y luego los japoneses lo copiaron todo. Las marcas espaolas tuvieron tambin a los mejores pilotos del mundo. En la Transicin estuve a punto de montar una fbrica de motos en Albacete con motores italianos para fabricar la ÇponyÈ. Yo iba de jefe de ventas y de produccin. Pero despus de todas esas historias no he aprendido nada. Cualquier cro ahora me pega un jabn porque los procesos son tan diferentes, se fabrica tan rpido y los materiales evolucionan tanto... Entonces era todo mucho ms lento y los modelos duraban ms. Hoy un hierro cambia de un da para otro. Yo fui un pionero, nada msÈ. ❿ Morbidelli (MBA) que Antonio Maas trajo de Italia con la que Andrs Snchez Marn gan el campeonato de Espaa de 125cc. 31 el mundo de la moto DURANTE CUATRO AÑOS SE CLASIFICÓ 6º EN EL CAMPEONATO DE ESPAÑA DE 50 C.C. DURANTE CUATRO AÑOS SE CLASIFICÓ 6º EN EL CAMPEONATO DE ESPAÑA DE 50 C.C. L a carrera como piloto de Antonio Molina Gimnez ilustra la de cualquier otro piloto local de la poca, incluso se parece mucho a la de los jvenes pilotos de velocidad actuales, que deben ingenirselas con escasos medios, partiendo casi siempre de motos de serie, mucha voluntad y afn de aventura, para, despus de ganar alguna que otra carrera menor y despuntar como junior, intentar sobresalir a nivel nacional en las categoras absolutas. A diferencia del motocross donde, segn una opinin mayoritaria, no tiene tanta importancia la mquina como la destreza del piloto, en el mundo de la velocidad es fundamental la calidad y los adelantos tcnicos de la moto, adems de contar con el respaldo de un gran equipo para ser el mejor. Antonio Molina lo intent de francotirador durante diez aos, de 1974 a 1984. Lleg a ser el sexto piloto mejor de Espaa de 50 c.c. durante cuatro aos seguidos y tuvo que abandonar cuando necesitaba respaldo tcnico y econmico para superar el nivel alcanzado. sta es, resumida, su historia contada por l mismo: ÇMe inici en las carreras ÔpiratasÕ que se hacan en el Polgono Almafr, donde se juntaba todas las noches mucha gente aficionada a la moto. Ms que exhibir dotes de pilotaje lo que se pretenda era correr, sin ms miramientos. Recuerdo que la primera moto con la que corr era una Derbi normal de calle a la que le hicimos un invento. No se poda circular con ella, pero bamos. Tuve la suerte o la desgracia de que, al comprarle la moto a Carbonell (Pedro ÇEl MeneaÈ), empec a ganar algunas carreras y me dio la vena. Habl con el Maas porque quera una moto mejor para correr el nacional, que la compr en Alicante, a Galvn, pero an as era una moto obsoleta. Como todo el mundo me deca que me empease porque poda conseguir algo habl con el Maas y nos fuimos a Alemania. Nos llevamos dinero para traernos una moto y slo pudimos traernos un motor Kreidlery de los mediocres, porque all cada caballo vala un milln ms. Luego estuvimos seis meses yendo a Barcelona todos los fines de semana a que nos hiciesen el chasis, que nos lo hizo Tavi. Las horquillas las trajimos a travs de un camionero amigo de Antonio. Ese prototipo lo estren en Cdiz, en una carrera del campeonato de Espaa, donde hice cuarto. La prueba de la moto fue un xito y poco a poco la fuimos afinando. Es- tuve corriendo 3 4 aos ms el campeonato de Espaa. Slo tena una moto. Estaba recin casado y en vez de pagar los muebles compr la moto.Terminaba los viernes a medioda de trabajar y me montaba en un coche con los tres del equipo y la moto dentro. Nos bamos a correr con el sueldo de la semana, porque no tena otra cosa. Luego te pagaban la prima de desplazamiento, pero si te caas o no hacas el 75% de las vueltas del primer clasificado no la cobrabas. As que tena que andar con mucho cuidado de no caerme o no romper la moto, porque haba que volver. Y haba muchas veces que yo llegaba el lunes a las 6 o las 7 de la maana, descargaba y me iba a la fbrica a trabajar. Por suerte siempre conseguamos algo de dinero para llegar con el sueldo entero.Y aunque pueda parecer lo contrario, aquello no acab con mi matrimonio. Antonio Molina Giménez , un ÇdescuideroÈ de la velocidad ❿ Antonio Molina disputando el II Trofeo de Velocidad Campo de Gibraltar, prueba puntuable para el campeonato de Espaa en 1982, donde estren su prototipo Kreidler-Tavi que vena preparando desde 1980. dosier 32 Entonces eran ocho o nueve pruebas puntuables para el campeonato de Espaa. En los cuatro aos que corr el nacional de 50 c.c. siempre termin 6¼. ramos muy constantes e bamos a correr a donde hiciera falta, a Tarragona, a Sevilla, a Guadalajara, a Madrid. No tenamos medios pero tampoco temor a irnos como fuera. Te puedo decir que viajamos a Burgos en un 127 y yo hice todo el viaje con el manillar de la moto clavado en el cuello. Coincidi que conocimos en la carrera a un seor que tena relacin con Elda y no dej de tener atenciones con nosotros. Encima, aquella carrera la gan yo. Fue una emocin muy grande. Lo mximo que hice en una carrera puntuable para el campeonato de Espaa fue cuarto, pero me doy con un canto en los dientes por haberlo podido correr de punta a punta de ao cuatro aos seguidos y acabar entre los seis primeros, cuando haba una lista de 30 participantes inscritos. Correr de senior el campeonato de Espaa eran palabras mayores. Lo de competir en el campeonato de Europa fue, primero, porque yo no poda dejar pasar la oportunidad, ya que estaba en la lista de notoriedad y, en segundo lugar, porque te podas codear con gente que vena de Alemania o de Holanda, donde estaba la flor y nata del motociclismo. En el europeo, slamente corr la prueba del Jarama. En aquella prueba slo con terminar y no terminar el ltimo ya era bastante para m. Creo que una vez acab el sexto o el sptimo. El campeonato de Europa era paralelo a las pruebas del campeonato de Espaa. En el ao 82, tuve la suerte de que la discoteca Mamma Luna nos cedi la sala para hacer una fiesta. Conseguimos bastante dinero, pero no el suficiente, para poder terminar la moto porque me haba metido en mucho gasto y tampoco tena otras ayudas ( NZIme regal un casco, a veces Torrot me regalaba unos guantes, cosas sin importancia). Pero al menos aquello sirvi para demostrar que el mundo de la moto arrastraba a mucha gente. Pero ocurri que en el ao 84 hice los presupuestos para ir al mundial y ya me meta en 3 millones de pesetas y no consegu ni el 10% en ayudas. ÀDnde voy yo con esto si no pago ni los desplazamientos?, me dije. Haba conseguido un nivel que o iba a ms o tena que dejarlo. Y lo dej. Yo he acudido muchas veces a Ricardo Tormo o a otro para que me dejaran una buja porque tena que ir a comprarla a Alicante y vala 3.000 ptas. O las cubiertas que no iban a utilizar otros pilotos estaba encantado de que me las dieran. Yo no poda gastarme ese dinero para cada entrenamiento. Si entrenaba, lo que buscaba es que no se desgastaran mucho para que me duraran para la carrera y, si era posible, para el entrenamiento de la otra carrera. Y as una y otra vez, pero llega un momento en que ya no puedes ms. Compet con todas las figuras de la poca: Aspar, Grau, Tormo, Pedro Cegarra y los hermanos Escuder, con Ramiro Blanco... Nunca consegu ganarles, porque eran otros niveles. La gente que est por encima est por algo: tiene las mejores motos, tiene los mejores equipos, pero tambin tiene condiciones para exprimirlas al mximo. Nosotros ramos un grupo de enamorados de las carreras, con ms ilusin que posibilidades, aunque no nos cortbamos ni un pelo. Cada vez que se descuidaba alguien, le ganbamos, a gente como Crdenas, Baena o Ramiro Blanco, que tenan equipos muy fuertes. Nosotros estbamos ah, recogiendo lo que los dems no se daban cuenta y se despistaban. Nosotros ramos descuiderosÈ. ❿ Prototipo Kreidler-Tavi con la que Antonio Molina corri el campeonato de Espaa. En la foto inferior, el piloto con su equipo. De derecha a izquierda: Antonio Molina; Julin Prez Garca, mecnico; Luis Martnez Guill, ayudante mecnico; y Luis Prez Garca, ÇtorneroÈ. Ambas imgenes estn tomadas en una carrera en San Crispn en 1982, estn extraidas de la amplia entrevista que le dedic la revista Motociclismo con el titular: ÇAntonio Molina, la aventura de correr en EspaaÈ. 33 el mundo de la moto Un accidente truncó la carrera deportiva de F rancisco Jos Moreno Cayuela, ms conocido por su apodo, ÇEl MaoÈ, fue corredor de velocidad durante un par de aos, del 76 al 78, llegando a disputar alguna prueba puntuable para el campeonato de Espaa.. Empez a correr en 50 c.c., que luego pas a ser 80 c.c., y acab en 125 c.c. teniendo que dejarlo a raz de un accidente muy fuerte que, como a tantos corredores, le dej tocado fsicamente. ÇLlevo 18 operaciones en la pierna izquierdaÈ, dice, mientras muestra los dos dedos que le faltan tambin en una mano, otro accidente, debido esta vez a una imprudencia, pero que no le impidi hacer un tercer puesto en San Vicente, en una prueba puntuable para el campeonato de Espaa, su triunfo ms relevante. ÇCorr con los dos dedos sangrando, ya que me los haba cortado haca una semana. Si hubiera estado en condiciones podra haber entrado primeroÈ. Pero el accidente gordo, el de la pierna, fue determinante para dejar la competicin cuando se le presentaba una buena oportunidad, ya que Çentonces se estaba formando en Espaa el equipo Gimson, relevante en aquella poca y que contaba con unas motos punteras. Yo haba fichado con ellos cuando tuve el accidente. Esa temporada bamos a correr con la Gimsonoficial, con el Maas de mnager, pero se rompi todoÈ. Tras abandonar la velocidad, ÇEl MaoÈ se pas al motocross, especialidad que empezaba a estar en auge en aquellas fechas, corriendo algunas carreras. Sin embargo, sus posibilidades, que se truncaron, estaban en la velocidad, y en ese terreno, a pesar de contar con la proteccin de Antonio Maas, era muy dficil despuntar porque, al igual que ahora, todo dependa de las posibilidades econmicas. ÇEntonces el que ms corra era el que ms dinero tena para comprar una moto mejor. En velocidad, cuanto ms dinero tienes, ms alto llegas. A m me costaba dinero: mi padre pona algo, pero el Maas era el que me costeaba todo. En aquella poca ya haba que hablar de varios millones para una moto, aunque la moto con la que corr en Castelln me cost 350.000 ptas.È. ❿ Francisco Javier Moreno, rebasando por dentro a Baena en Castelln en el Gran Premio La Magdalena de 125 c.c., carrera en la que qued finalmente tercero. Francisco José Moreno Cayuela dosier 34 SE HA CREADO UN NUEVO MOTOCLUB CON EL OBJETIVO PRINCIPAL DE APOYAR A LOS PILOTOS LOCALES, AUNQUE NO ACABA DE ARRANCAR Corredores de velocidad, hoy L a cantera de la velocidad hoy vive un momento interesante, a pesar de que hace casi dos dcadas que no se celebra una carrera en Elda. Desde entonces han cambiado mucho las cosas, y los jvenes corredores hoy estn vinculados mayoritariamente a los talleres de motos. Algunos de ellos se han decantado por correr en scooter, una modalidad en auge en los ltimos aos, a la vez que se ha convertido en el ciclomotor ms popular y vendido en el mercado. Con la intencin primordial de apoyar a los pilotos locales, en la primavera pasada cuajaba el proyecto de un nuevo motoclub, que se puso en marcha con una directiva de una docena de personas, corredores en su mayora, figurando como presidente Antonio Arenas . Tras la formalizacin oficial y legalizacin del nuevo ÇMotoclub EldaÈ, las expectativas que se crearon al principio se han enfriado un tanto como consecuencia del Çvaco total que los pilotos le han hecho al motoclubÈ, segn se expresa el presidente, harto de convocar reuniones a las que solo acuden l y otro miembro de la junta directiva. La razn de este desinters de los pilotos por el motoclub parece clara: les obligara a estar federados en Alicante. ÇA los pilotosÈ, dice Arenas, Çles interesa ms estar federados en Murcia porque a lo largo del ao hay muchas ms carreras que aquÈ. Y claro, si estn federados en Alicante no pueden puntuar en Murcia, correr s. ÇHemos participado en las cuatro carreras de aqu y se nos ha dado bien, pero el nivel bueno est en MurciaÈ, reconoce Arenas. Eso no quita, en su opinin, para que su directiva le haya dejado en la estacada Çy eso que el nico que no corre soy yo, porque mi piloto, Juan Carlos Toral Arenas, que corra en scooter 80 cc., lleva varios meses sin hacerloÈ. Con este panorama, a Arenas se le estn quitando las ganas, harto de Çcomerse los marronesÈ, aunque de momento no va a abandonar. ÇEste ao por lo menos voy a tirar para alante, porque ya hay socios. El problema es que como a ellos ya no les interesa pues no quieren organizar alguna actividad como pueda ser un motoalmuerzoÈ. Se supona que este motoalmuerzo iba a servir para presentar pblicamente el motoclub. En otro sentido, Arenas tampoco se muestra muy animado con las esperanzas de apoyo por parte del Ayuntamiento, por ejemplo, para poder contar con un circuito. ÇEl concejal nos dijo que para eso tendra que haber una cantidad impresionante de pilotos, pero que con cua- ❿ En primer trmino, el corredor local de scooter 80 cc. Dani Snchez, corriendo en el circuito de Jumilla, carrera que gan. Este circuito se monta en las calles del polgono industrial. ❿ El mismo piloto, con su mecnico, Manoln Gimnez, a punto de iniciar otra carrera en Villafranqueza, que tambin gan. 35 el mundo de la moto tro o cinco no hay nada que hacer, en todo caso, si el motoclub organizara alguna carrera en Elda, el Ayuntamiento podra pagar los trofeosÈ. Aun contando con todas estas dificultades, Arenas no se rinde de momento. ÇPerpectivas hay y posibilidades de organizar alguna carrera tambinÈ, dice convencido. ÇHemos estado viendo sitios y el nuevo polgono que se est construyendo en La Torreta est bien para hacer una carrera, como est bien Campo Alto, pero si todo el peso cae en una persona y si los dems no apoyan, la cosa va lentaÈ, concluye. Entre todos los pilotos actuales de velocidad estn destacando especialmente dos: Dani Snchezen scooter 80 cc. y el jovencsimo Francisco Vliz, que lo hace en 125 cc. Gran Premio. DANI SÁNCHEZ Tiene 21 aos, corre en serio desde hace tres y est contento con su progresin como piloto, Çcon el mecnico y con todo en generalÈ. La temporada le ha ido bien hasta ltima hora en que rompi la moto en la carrera de Murcia despus de haber hecho el segundo mejor crono de 30 pilotos, pero no le dio tiempo a montar (le faltaba material) para participar en la carrera. En scooter 80 cc. ha disputado el territorial murciano y en Valencia ha hecho algunas carreras tambin, ganando la prueba de Villafranqueza, su mejor recuerdo porque fue la primera carrera que gan. Tambin gan en Jumilla y en Fortuna con bastante ventaja sobre el segundo. En conjunto, iba primero en la clasificacin de la territorial de Murcia. Su objetivo para la prxima temporada es, si coge patrocinadores, empezar haciendo un par de carreras de 49 cc. con velomotores en Cheste y, si va la cosa bien, empezar a correr tambin en 125 cc. Le cuesta dinero correr y entrenar (una tanda de entrenamiento le puede salir por 5.000 ptas. la hora ms el combustible de las motos que sale a 1.000 ptas. el litro, adems del desplazamiento a los circuitos), aunque le apoyan econmicamente Manuel Gimnez y Yamaha Motor. Para ir subiendo piensa que es fundamental tener un buen mnager, Çcon buenos contactos, que te d buenas motos y tenga un buen rinÈ. De momento lo de correr lo tiene como un hobby pero Çmirando para adelante porque hay que estar ah para que surja la posibilidadÈ. Su sueo sera poder correr en 125 cc. primero en Espaa y luego poder ir al mundial. Cree que podra conseguir mejores resultados si pudiera dedicarse ntegramente a la moto, ya que entrena solamente los sbados. ÇLos pilotos como çlvaro Lozano estn todo el da entrenando, hacen gimnasio... y yo no tengo tiempo ni para hacer deporteÈ. Dani no ha te- nido ningn accidente serio, algo que no le asusta ni piensa, slo piensa Çen tirar lo ms fuerte posible, tenerlo todo controlado y nunca arriesgar demasiadoÈ. dosier 36 MANOLO GÓMEZ IMPULSÓ EL MOTOCROSS EN ELDA Los tiempos dorados de La Melva 37 el mundo de la moto L a historia del motocross en Elda est ligada a dos fenmenos que coexistieron durante diecisiete aos, de 1976 a 1993: el Club Motociclista Eldense ÇIdellaÈ (hasta 1982, Club de Motocross Eldense) y el circuito de La Melva. En ambas circunstancias tuvo mucho que ver Manolo Gmez que, salvo un periodo de tres aos, de 1983 a 1985, en que fue sustituido por Salvador Monreal, presidi la entidad. Con un total conocimiento de causa, Manolo Gmez recuerda los orgenes del motocross en Elda, a mediados de los aos 70: ÇYo fui el primer corredor de motocross en Elda. Corra en los circuitos de la provincia, pero me haca ilusin correr en mi pueblo. Convenc a unos cuantos amigos para fundar un motoclub, hacer un circuito y empezar a montar carreras. Por aquella poca era alcalde Paco Sogorb y resulta que es primo mo. As que le coment la idea y le dije: si t pagas la mquina para hacer la pista, yo me encargo de poner el circuito y de organizar carreras, con lo cual tendramos un sitio para que entrenen todos los chavales que hay por ah corriendo por los campos. Le pareci bien la idea, pag la mquina, se fund el motoclub y, a partir de ah, empezaron a hacerse carreras.È Manolo Gmez reconoce que entonces ya haba aficin por las motos de campo, aunque an no estaba centralizado el fenmeno: ÇCuando empec a disputar carreras y cuando empezamos a organizarlas en La Melva es cuando se despert la aficin a la competicin, y de ah empezaron a salir las distintas figuras que ha tenido el motocross en Elda. Cuando yo corra, Colomina tena unos 15 aos y ya se vena conmigo a todas las carreras y me peda que le enseara a entrenar, hasta que me super. Yo llegu a un nivel medio, porque las veces que sal a competir fuera de la provincia no me fue muy bien. Gan tres carreras, hice muchos segundos, terceros, cuartos... Slo tuve cuatro aos de vida deportiva porque empec a correr muy tarde, con 29 aos y tres hijosÈ. Antes, segn apunta Gmez, no existan an los esponsors. Çlos que corramos ramos amigos que nos com- prbamos la moto con nuestro dinero. Entre semana trabajbamos y los fines de semana corramos si haba carreras y, si no, pues a entrenar por ah. se fue el principio del motocross en Elda. Ahora est demasiado profesionalizado yaÈ. El ncleo del C.M.E.I. era una pea de unos treinta amigos que se reuna en la planta de arriba del taller de Cams, que anteriormente tambin haba sido sede el Club Lambretta. ÇPepe Cams era el que ms metido estaba, ya que fue fundador del C.M.E. I. conmigo. Su hermano Miguel acompaabaÈ. Posteriormente, las reuniones se trasladaron al Vespa Club. La poca dorada del circuito de La Melva y del motocross en Elda coincidi con la rivalidad Colomina-Luisake, Çque es cuando se empezaron a hacer pruebas del campeonato de Espaa. Al ser los dos pilotos de aqu, tambin presionaban ellos a la Federacin Espaola para que nos dejaran organizarlas. Esas pruebas fueron las que levantaron la aficin porque venan los mejores pilotos de EspaaÈ. Cuando se le indaga a Manolo Gmez sobre la consideracin que tena el circuito de La Melva entre la lite de los pilotos espaoles, le sale el orgullo, aunque sea parte interesada. ÇCuando dej la competicin fui mnager de Colomina y recorr con l todas las pruebas del campeonato de Espaa y todas las carreras que hizo del mundial. Y puedo decir que en ningn circuito de Espaa, ni en Catalua, ni en Madrid, ni en Cantabria, ni en Sevilla he visto la aficin que haba en Elda. En cualquiera de esos circuitos podra haber la mitad del pblico que tenamos en Elda, donde en una carrera se podan jun tar entre 12.000 y 15.000 espectadoresÈ. Con estas cifras de asistencia podra pensarse que las carreras de motocross en Elda daban dinero, algo que desmiente totalmente Manolo Gmez. ÇUna carrera del campeonato de Espaa costaba entre 5 y 6 millones de pesetas y haba que moverse mucho para conseguir ese dinero porque con la taquilla no se cubra el montante total, que inclua los premios, derechos federativos, comi- ❿ Salida de pilotos en una de las ltimas carreras organizadas en La Melva. ❿ Salida de pilotos en una de las ltimas carreras organizadas en La Melva. dosier 38 sarios deportivos y todo el montaje. Tenamos que buscar esponsors con publicidad esttica en el circuito para cubrir el presupuesto y se contaba tambin con la ayuda del Ayuntamiento que, aunque no era muy all, 500.000 ptas, tampoco vena malÈ.La organizacin de carreras en La Melva no fue la nica actividad del C.M.E.I, ya que tambin se organiz alguna carrera de velocidad en La Torreta, una carrera de resistencia de enduro y, sobre todo, varias pruebas de supercross. ÇEsas carreras fueron paralelas a las de La Melva y tambin eran valederas para el campeonato de Espaa. El supercross es un espectculo diferente, porque se hace generalmente de noche, el circuito es ms recogido, hay gradas para los espectadores, es mucho ms espectculoÈ. De todas las carreras de supercross, Manolo Gmez recuerda especialmente la primera, que fue toda una odisea. ÇSe mont en un corraln pegado al colegio Sagrada Familia y fue un drama porque llovi. Nos reunimos para ver si la suspendamos porque lloviendo la gente no iba a ir. Pero sacamos cuentas y nos costaba el mismo dinero hacerla que suspenderla, as que la hicimos. El supercross es bonito si el piloto siente seguridad en los saltos, ya que se hacen saltos dobles y triples. Si hay barrizal, el piloto nota que resbala, se contiene ms en los saltos y se desluce mucho el espectculo. As que lo que hicimos fue comprar un camin de sacos de yeso y lo esparcimos por toda la pista, con lo que las motos ya no derrapaban tanto. Aquello fue efectivo y la carrera fue un xito totalÈ. Despus, el C.M.E.I. organiz un par de pruebas de supercross en lo que hoy es Carrefour y otras dos enfrente del colegio Virrey Poveda, en la zona de San Jernimo, tambin en trmino de Petrer. Una dcada despus de todo aquello y, Ça pesar del mal sabor de boca que nos qued por cmo acab todo, aunque tambin nos quedamos tranquilos al descansar de toda la historiaÈ, Manolo Gmez conserva unos recuerdos muy buenos de la poca de la Melva, Çsobre todo la satisfaccin de que te felicitaran porque todo haba salido bien y la gente te comentara que se haba divertidoÈ. Pero no siente nostalgia de volverlo a hacer, aunque le gustara que hubiera otra gente que moviera la historia del motocross en Elda. ÇLo que est claro es que si hay circuito hay pilotos. Hoy los pilotos de motocross tienen que entrenar en pequeos circuitos que se hacen en el campo con la oposicin y la denuncia de los ecologistasÈ. Y en este punto, le sale la vena reivindicativa: ÇVolver a contar con un circuito depende del grado de ilusin y del apoyo del Ayuntamiento. Igual que mantie- ne los campos de ftbol para que jueguen los juveniles, tambin podra dedicar un rengln al deporte del motociclismo cuando ha habido grandes ttulos conseguidos por pilotos de aqu. El Deportivo Eldense nunca ha jugado en Primera y Colomina ha jugado en Primera y ha sido el mejor de Espaa un huevo de aos. Lo mismo pasa con el balonmano, aunque est dando buenos resultados. Aqu ha habido tambin grandes campeones en las motos y podra seguir habindolos si hubiera condiciones. Eso s me dara satisfaccin: el que hubiera continuidad y que pudieran seguir saliendo segundos Colominas. Y profesores como Colomina hay pocos, porque los chavales acuden a l a que les ensee. ÀPor qu se ha hecho çlvaro Lozano? Porque estaba a la sombra de Colomina y Luisake o mi hijo, que era de una poca anterior a Mataix ❿ Ambiente en una de las pruebas de supercross organizadas por el C.M.E.I. en Petrel. Octubre del 92. ÇEn ningn circuito de Espaa he visto la aficin que haba en EldaÈ LA DESAPARICIÓN DE LA MELVA La multa pendiente L as condiciones del circuito de la Melva no eran las ms idneas para la prctica del motocross y, de hecho, fue una de las causas de su desaparicin y, con ello, de las carreras en Elda. sta es, en sntesis, la explicacin que da Manolo Gmez de lo sucedido: ÇLa Melva es un terreno muy arcilloso, con lo cual el agua corre por encima y no llega a filtrar. La solucin era regar muchas veces, no con mucha cantidad de agua. As que, una semana antes de cada carrera, regbamos todas las noches por turnos para que se mantuviera la humedad. Imagnate lo que llevaba todo ese trabajo, adems de clavar todas las estacas, colocar la cinta... En cada carrera haba que montar y desmontar todo el sistema. Era un gran trabajo que hacamos por aficin, fruto de la pasin por el deporte, ya que no sacaba nadie ningn beneficio de ah. Pero eran muchos aos haciendo lo mismo y estbamos un poco quemados, sobre todo cuando ves que no sale gente nueva con ganas de tomar el relevo, aunque fuera con nuestro apoyo. Asi que slo falt la puntilla de que la propia federacin que, con lo que sabe que cuesta montar una carrera, nos multase con dinero. La raz fue un plante de pilotos, en la ltima carrera disputada, el 30 de mayo de 1993. Aquello fue un desbarajuste, ya que nos equivocamos en la fecha de la carrera. Nos metimos muy en el verano y realmente sali polvo en la primera manga, a pesar de todo el trabajo de riego anterior. As que en la segunda manga los pilotos no queran correr porque les pareca peligroso. Convocamos una reunin con los cargos federativos de la carrera y una representacin de los pilotos y a m se me plante que s se les pagaba ms a los pilotos s que corran. Yo les razon que si realmente era peligroso correr no iba a dejar de serlo porque se les diera ms dinero y, en todo caso, si los pilotos queran ms dinero, pues que se lo plantearan a la federacin para que aumentara los premios. Finalmente dije que no, que no se corra, ni cobrando ni sin cobrar. Yo entenda que si haba habido un problema y ese problema era consecuencia de la dejadez de la directiva pues primero se comprueba y, si es as, pues lo lgico es que la federacin nos hubiera castigado con no darnos carrera del campeonato de Espaa al ao siguiente. Hasta ah lo entenda, pero que encima nos multasen con dinero, sabiendo lo que costaba montar una carrera, aquello me lleg al alma. As que dije: hasta aqu hemos llegado. Y la multa no lo pagamos. Somos morosos con la federacin, pero me importa un pitoÈ. LA DESAPARICIÓN DE LA MELVA La multa pendiente L as condiciones del circuito de la Melva no eran las ms idneas para la prctica del motocross y, de hecho, fue una de las causas de su desaparicin y, con ello, de las carreras en Elda. sta es, en sntesis, la explicacin que da Manolo Gmez de lo sucedido: ÇLa Melva es un terreno muy arcilloso, con lo cual el agua corre por encima y no llega a filtrar. La solucin era regar muchas veces, no con mucha cantidad de agua. As que, una semana antes de cada carrera, regbamos todas las noches por turnos para que se mantuviera la humedad. Imagnate lo que llevaba todo ese trabajo, adems de clavar todas las estacas, colocar la cinta... En cada carrera haba que montar y desmontar todo el sistema. Era un gran trabajo que hacamos por aficin, fruto de la pasin por el deporte, ya que no sacaba nadie ningn beneficio de ah. Pero eran muchos aos haciendo lo mismo y estbamos un poco quemados, sobre todo cuando ves que no sale gente nueva con ganas de tomar el relevo, aunque fuera con nuestro apoyo. Asi que slo falt la puntilla de que la propia federacin que, con lo que sabe que cuesta montar una carrera, nos multase con dinero. La raz fue un plante de pilotos, en la ltima carrera disputada, el 30 de mayo de 1993. Aquello fue un desbarajuste, ya que nos equivocamos en la fecha de la carrera. Nos metimos muy en el verano y realmente sali polvo en la primera manga, a pesar de todo el trabajo de riego anterior. As que en la segunda manga los pilotos no queran correr porque les pareca peligroso. Convocamos una reunin con los cargos federativos de la carrera y una representacin de los pilotos y a m se me plante que s se les pagaba ms a los pilotos s que corran. Yo les razon que si realmente era peligroso correr no iba a dejar de serlo porque se les diera ms dinero y, en todo caso, si los pilotos queran ms dinero, pues que se lo plantearan a la federacin para que aumentara los premios. Finalmente dije que no, que no se corra, ni cobrando ni sin cobrar. Yo entenda que si haba habido un problema y ese problema era consecuencia de la dejadez de la directiva pues primero se comprueba y, si es as, pues lo lgico es que la federacin nos hubiera castigado con no darnos carrera del campeonato de Espaa al ao siguiente. Hasta ah lo entenda, pero que encima nos multasen con dinero, sabiendo lo que costaba montar una carrera, aquello me lleg al alma. As que dije: hasta aqu hemos llegado. Y la multa no lo pagamos. Somos morosos con la federacin, pero me importa un pitoÈ. 39 el mundo de la moto y que lleg a ser campen regional y luego hizo un 8¼ de Espaa. Aunque tuvo un par de cadas fuertes y le cogi miedoÈ. La vinculacin ahora de Manolo Gmez con el mundo de la moto se reduce a las salidas al campo los fines de semana con su pea, Çque somos quince y todos venimos de aquella pocaÈ, incluidos Colomina o ÇEl MaoÈ. Lejos queda el recuerdo de las 40 motos que han pasado por sus manos o la evidencia de que Çyo he hecho verdaderas barbaridades encima de una motoÈ. Hoy el placer est en correr por el campo porque Çte da una sensacin de peligro grande yendo a 40 50 km./horaÈ. Y es que la bsqueda de sensaciones fuertes es algo innato a la moto, aunque esa sensacin sea muy diferente en los pilotos de moto de velocidad. ÇPara notar sensaciones fuertes en carretera, tienes que tomar las curvas a 180 o 200 km. hora y, a esa velocidad, si tienes un fallo, lo ms normal es que te matesÈ y pone como ejemplo la gente que se ha matado en la Carrasqueta, Ça donde iban a competir los quemaos de la competicin de velocidadÈ. Manolo Gmez no ha sido piloto de velocidad, pero s conoce a fondo el mundo del motocross y para l est claro donde est la satisfaccin: ÇEs dominar el peligro que ests provocando t. Es tener la tcnica para saber lo que tienes que hacer, lo que te da una satisfaccin tan enorme. Da lo mismo que saltes diez que veinte metros. Hay tcnica para saltar, para mantenerte en el aire, para caer. Lo importante es saber lo que ests haciendo. Indudablemente hay un riesgo, pero en ese riesgo est la satisfaccinÈ. Hoy Manolo Gmez reconoce estar muy alejado de la competicin (Çslo sigo a çlvaro por la amistad que tengo con l y con sus padresÈ), pero la sabidura acumulada no deja dudas sobre la principal cualidad que tiene que tener un corredor de motocross: la condicin fsica. ÇNo te imaginas la preparacin que hay que tener, porque en una carrera se pueden perder tres kilos slo en sudor. Siempre gana la carrera el que ms fuerte ha estado, porque se duermen las manos o se agarrotan y tienes que bajar el ritmo. En el caso de Colomina, que entrenaba durante toda la semana, tambin haba una estrategia previa segn el tipo de circuito y los rivalesÈ. Y quiz hay en el motocross, a juicio de Manolo Gmez, una excesiva agresividad, Çpero que no es premeditada, aunque pueda causar un accidente a otro pilotoÈ, cosa, por desgracia, muy habitual. S e disputaron la supremaca del motocross espaol en la segunda mitad de la dcada de los 80, coincidiendo con la mejor poca del circuito de La Melva, donde sus duelos atraan la atencin de miles de aficionados. Pablo Colomina tiene en la actualidad 40 aos y hace una dcada que dej la competicin, despus de haber sido campen de Espaa siete veces. Luis Lpez ÇLuisakeÈ tiene 39 aos, fue campen de Espaa seis veces y todava sigue corriendo alguna prueba de motocross y de supermotard (combinacin de motocross y circuito de velocidad), donde sigue ganando alguna carrera. Los dos estn tocados seriamente de la rodilla. Econmicamente a Pablo lefue muy bien, ya que conel dinero que sac de las carreras pudo montar una fbrica con otros socios, que tambin va bien. Est casado ycon una hija, Çqueahora tienecinco aos, muestra mucha soltura con el patinete y cuando la llevo en la moto me dice que le d caa, aunque espero que no se dedique a esoÈ. Luisake sac menos dinero de las motos, Çcon el que me compr mi casa y nada msÈ. Est casado, vende motos en plan autnomo e igualmente tiene un hijo, que s se ha contagiado del ambiente familiar y ya sabe lo que es disputar alguna con una moto pequeaÈ. Smbolo de la rivalidad Elda-Petrel, los dos siguen siendo igual de amigos que antes, si bien reconocen que Çentonces lo nuestro era mucho ms fuerteÈ. Como no poda ser de otra manera, un mano a mano, en la siguiente entrevista repasan juntos lo que significaron aquellos aos para ellos y para el motocross en el valle y los enfrentan con su visin actual del asunto, mucho ms distanciada por el paso del tiempo. dosier 40 duelo en La Melva Colomina Luisake VIDAS PARALELAS ❿ Colomina y Luisake, en la actualidad. 41 el mundo de la moto PREGUNTA.ÀQu recuerdos conservis de aquellos aos en que os disputbais la supremaca del motocross espaol? ÀCmo veis todo eso desde la distancia que da el tiempo transcurrido? PABLO. Cuando me encuentro a alguien por la calle y me dice Ách, campen!, me quedo as como pensando: Àcampen de qu?. Yo tengo tan lejano aquello que me parece la prehistoria. Aunque, por ejemplo, ayer, que cay un agua increble, lo primero que hice fue ponerme el casco, coger la moto e irme por los caminos. Llegu empapado y hecho un cristo a mi casa, pero cuando me quit el casco pens: ya s por qu me dediqu a correr durante quince aos, esto es lo ms grande que hay. En ese momento, abriendo gas a tope y rompiendo los charcos, piensas Áqu pasada de deporte!. Luego, cuando ya estoy metido en la vida diaria, se me olvida. Los sbados, cuando salimos los amigos del motoclub o cuando vamos de vez en cuando a alguna carrera del campeonato de Espaa, s que siento algo. Pero el resto del tiempo me olvido. Luisake s que sigue en contacto. Yo durante quince aos lo di todo y lo dej cuando tena que dejarlo. Cuando estaba metido en la competicin era diferente. Pero cuando dejas de hacerlo, el veneno se te va yendo. El primer ao no sabes qu hacer los domingos, tienes ganas de pegarte con alguien. Pero conforme van pasando los aos el ansia de darle gas a la moto se te va pasando. Ahora lo veo desde otro punto de vista, me gusta disfrutar un rato de la moto. Ten en cuenta que cuando llevas tiempo compitiendo, al final, de alguna manera, empiezan a salirte las cadas y las lesiones que has tenido. Los deportistas de lite, cuando se retiran, es porque les falla la rodilla o porque les falla un pie, o son los ligamentos. Las lesiones suelen poner fin a la carrera profesional. Hay pocos que hayan salido intactos, el nico, Toni Elas. Era tan pequeo que cuando se caa rulaba. LUISAKE. Yo aquella poca la tengo en la mente todava porque sigo compitiendo. Lo que he sabido me lo ha enseado Pablo y estoy por ello. Lo que pasa es que por la pierna, por los aos y por medios ya no se puede hacer nada. PREGUNTA. ÀHa cambiado mucho el mundo del motocross de vuestra poca a ahora? ÀSegus de cerca la competicin? ÀQu es lo que ms ha cambiado, la manera de pilotar o los avances tecnolgicos en las motos? LUISAKE. Pienso que nosotros ya corramos mucho entonces, tanto las motos como los pilotos. No quiere decir que les ganramos ahora, pero nosotros ya corramos mucho en nuestro tiempo. PABLO. No se puede comparar el nivel de ahora con el de entonces, tanto en motos como en pilotos, como no se puede comparar a çngel Nieto con Rossi. A cada piloto hay que situarlo en su poca. Ahora hay un piloto, Garca Vico, que lo est haciendo muy bien pero, aparte de l, todos los dems estn por un estilo. No han cambiado tanto las cosas. Lo que pasa es que Garca Vico ha entrado con un esponsor muy fuerte, est haciendo el mundial con Telfonica y tiene un equipo muy potente. Pero nosotros tambin cogimos buenos esponsors y, de hecho, los nicos que ganamos cuatro duros fuimos nosotros. Ahora, aparte de un par de pilotos a los que les est yendo bien, el resto estn muertos de hambre igual. PREGUNTA. A simple vista en las motos de cross no parece que haya habido tanta evolucin como en las de velocidad, Àno? LUISAKE. En las mquinas de motocross, ao tras ao, hay una evolucin muy grande. Lo que ocurre es que en motocross la primera vuelta la das muy rpido, pero luego pasan cuarenta por el mismo trazado y ya no puedes ir tan deprisa. Es el piloto el que tiene que trabajar. PABLO. En el motocross siempre ha sido ms importante el piloto que la mquina. Nadie te va a pasar en una recta como ocurre en la velocidad. Si eres bue- ❿ Mano a mano Colomina-Luisake en La Melva en una prueba puntuable para el campeonato de Espaa. dosier 42 no, con una moto de serie arreglada puedes estar delante. En velocidad eso es imposible.PREGUNTA. ÀCon la desaparicin del circuito de La Melva se acabaron las posibilidades del motocross en el valle? ÀCmo veis a çlvaro Lozano, que es un poco vuestro ahijado, y a otros jvenes pilotos que estn intentando abrirse camino en el motocross? ÀLes aconsejis o tenis alguna relacin con ellos? PABLO. El tema de La Melva es un tanto curioso porque cuando se hizo la ltima carrera yo ya estaba retirado y me met en la organizacin. Y me di cuenta de que esa gente,que durante tantos aos se haban pegado una paliza a trabajar por amor al arte, estaba como una cabra. Y les dije que se olvidaran de m. No slo era el papeleo, era buscar patrocinadores, era las horas que haba que dedicar al circuito y a dar la cara por ah, total, para acabar mosquendose con mucha gente. En cuanto a çlvaro, tuvo una lesin muy importante de ligamentos y se qued tocado. Ahora ya est a su ritmo. En las carreras en que le he visto le he notado falto de agresividad, aunque en Alhama de Murcia le dije que me haba gustado mucho cmo haba corrido, con ganas. çlvaro est entre los mejores de Espaa, lo que pasa es que tuvo mala suerte, se rompi la rodilla y est empezando a recuperarse ahora. Pero si Garca Vico no se constipa lo va a tener difcil para ganarle, porque es una diferencia muy grande. Entre Luis y yo no haba diferencia, un da ganaba yo y otro da l. Pero ahora hay una diferencia ms acusada y, salvo que cambien mucho las cosas, an no veo a çlvaro para ganarle a Vico. Es ms joven que l, tendr que pasar ms tiempo. LUISAKE. Lo de La Melva tena que acabar porque los circuitos se hacen viejos, y ms ese, que no daba ms de s porque sala la roca y ya no era una cosa cmoda. PREGUNTA. ÀPor qu, a diferencia de los plotos de velocidad, los mejores pilotos de motocross espaoles luego no conseguais buenos resultados en el europeo o en el mundial? PABLO. Yo tengo mi razn y es que empec a ir al mundial cuando tena veinticinco aos porque no tuve medios ni dinero para hacerlo antes. A esa edad tienes ya que ser campen del mundo, no puedes empezar a correrlo entonces. Yo puntu cuatro veces (dos novenos, un doce y un quince) y puntuaba siempre en terreno duro, que eran como los circuitos espaoles. Pero cuando me ponan arena, barro o terreno blando no tena nada que hacer porque no estaba acostumbrado. La primera vez se vino Luis conmigo al mundial en Suiza, estaba diluviando en los entrenamientos y Luis tard 45 minutos en sacar la moto de un agujero. LUISAKE. Y cuando consegu sacarla me ca por un ribazo... casi me muero. PABLO. Me acuerdo que estbamos los dos dentro del furgn, que se haba quedado de lado, todo lleno de goteras, los dos empapados de barro, hasta la perra. Se me PABLO: Durante quince aos lo di todo y lo dej cuando tena que dejarlo LUISAKE: Aquella poca la tengo en la mente todava porque sigo compitiendo ❿ Dos momentos del recibimiento a Colomina, acompaado por Luisake, al proclamarse campen de Espaa por primera vez en 1984. 43 el mundo de la moto queda mirando Luis y me dice: ÀCon que vente al mundial, eh?.LUISAKE. Yo he ido casi todas las veces al mundial con Pablo y me he quedado a dcimas de clasificarme para correr, pero con dcimas haba treinta tos. PREGUNTA. ÀCmo se explica que tuvirais tanta rivalidad entre vosotros y fuerais al mismo tiempo tan amigos? PABLO. Hubo una temporada en la que iba a muerte con Luisake y si hubiera podido arrancarle una pierna se la hubiera arrancado. Y l a m lo mismo. Hubo un momento en que estbamos muy picados. ramos amigos, pero de los que nos mirbamos de reojo. Haba bastante igualdad y, aunque ramos amigos, haba un odio a muerte. LUISAKE. Es bastante lgico que pasara eso. Realmente ramos amigos, pero ah siempre haba algo. Pablo fue el que me inici y el que me llev a todos los lados, lo que pasa es que dos gallos en el mismo gallinero siempre tienen que pelear. PREGUNTA. ÀCmo veis en la distancia la aficin que haba aqu al motocross en la poca de La Melva? ÀCuan- do hablis con al gente, qu os comentan? LUISAKE. Es que entonces se hacan las carreras para el pblico y coincida que haba dos corredores, campen y subcampen, de dos pueblos tan pegados. Esa rivalidad es como si hoy se juega un Madrid-Bara. La aficin se qued un poco hurfana cuando acab esa rivalidad. PABLO. Cuando veo a la gente los fines de semana o contentilla en Moros, me doy cuenta de que hay mucha nostalgia, de que se ha quedado un vaco. PREGUNTA. ÀVuestra manera de correr era muy distinta? LUISAKE. Siempre se ha dicho que Pablo era ms tcnico y yo le echaba ms corazn, pero Pablo daba todo lo que tena que dar. l tena un estilo ms fino y yo ms agresivo. PABLO. El tener un estilo diferente no quiere decir que se sea ms eficaz. Es ms eficaz el que gana. PREGUNTA. ÀY en cuanto a las motos que llevbais, cul era la mejor? LUISAKE. Pablo corri dos o tres aos con KTM y era una de las mejores motos. Lo que ocurre es que el material era muy blando, se rompa mucho y haba que estar cambiando piezas continuamente. Yo siempre he llevado Honda, que es donde me acopl y es una moto irrompible. Aparte, las Honda eran muy difciles de manejar y yo me gast mucho dinero para que siempre llevaran lo mejor en suspensiones, amortiguadores... El motor me lo hacan como haca falta. PREGUNTA. ÀHay que estar un poco loco para competir en moto? PABLO. Hay que tener un puntico de locura, porque hay momentos en que te la tienes que jugar porque si en ese momento no te la juegas no pasas delante y no ganas. Hay que tener un punto de locura dentro de la cordura. Si no tienes ese toque, de echarle ms huevos que el otro, no ganas. PABLO: Yo fui al mundial a los 25 aos y a esa edad ya tienes que ser campen LUISAKE: Lo de La Melva tena que acabar porque los circuitos se hacen viejos, y ms se dosier 44 LUISAKE.Loco es el que lo hace sin saber. De lo que se trata es de haber entrenado mucho y de saber hasta dnde llega tu cuerpo. Nunca te pasa por la cabeza que te puedas pegar una pia y quedarte parapljico. PABLO. Cuando te empieza a pasar eso por la cabeza es el momento de retirarse. Un piloto de competicin nunca mira las noticias trgicas relacionadas con los pilotos y es muy difcil que un piloto vaya a ver a otro al hospital si ha tenido un accidente. Es como un caparazn que te pones: s que eso est ah pero no est. Cuando ests en un salto de 30 metros con cuatro pilotos ms y piensas en esas cosas, lo mejor es que vendas la moto y te dediques a otra cosa. LUISAKE. Normalmente eso slo pasa en la cabeza de carrera. Yo ahora voy del diez para atrs y a lo mejor llevo el ritmo, pero prefiero ir detrs. PABLO. Cuando l era ÔEl rayo de PetrelÕ y yo el ÔEmperador de EldaÕ salamos a ganar. Ahora yo soy Ôel sardineta a la planchaÕ y l Ôel calambre de PetrelÕ. PREGUNTA. ÀEl inters por la moto se pierde con la edad, al no tener ya la tensin de la competicin, u os va a acompaar toda la vida? LUISAKE. Yo lo tengo presente porque estoy muy en contacto con la moto y me codeo con la gente que sigue activa haciendo carreras. Adems, me gusta salir en moto. Ponerte el casco es olvidarte de problemas familiares, de letras... es mirar solamente hacia adelante y dedicarte a hacer un buen derrapaje o un salto perfecto. Para m es como una droga. PABLO. Para m es algo diferente PREGUNTA. Junto con otros antiguos corredores tenis una pea con la que sals a campo los fines de semana, Àno? PABLO. Somos quince pero nunca salimos todos. Solemos salir casi todas las semanas seis o siete y hemos tenido que cambiar un poco el chip: llevamos todos seguro, la matrcula... Una vez me pararon los del Seprona cuando iba por delante para decirme que no podamos ir ms de cinco cuando iba solo. Es una lstima porque en nuestro grupo, que ya somos carrozas, Ádejaremos de saber cmo hay que hacer las cosas!. Pero en este tema pagan justos por pecadores y nos tratan igual que a un chaval joven que se mete por todos los lados. A los viejos rockeros como nosotros nos meten en el mismo saco. Pero eso siempre ha sido as tanto en el campo como en la ciudad, aunque hay zonas en Espaa donde el motero an lo tiene ms duro. PREGUNTA. ÀGuardis las motos con que corrais? ÀTenis motos nuevas ya sea de campo o de carretera? ÀSois coleccionistas? PABLO. Yo tengo una scooter y una moto de campo, que la cambio todos los aos por un modelo que me guste. La tengo por tener una moto para salir al campo. El caso de Luis es diferente porque l sigue haciendo carreras. LUISAKE. Con la ma hago carreras de cross y de asfalto. A lo mejor la cambio cada dos aos, porque tampoco la uso mucho. Y tampoco salgo mucho al campo, ya que el Seprona se est poniendo muy duro. Hay cosas que no se pueden hacer y nosotros estamos por la labor de respetar el monte, pero se pasan y hay veces que asusta salir al campo con la moto. Procuramos hacer las cosas como ellos dicen, pero al final siempre te sacan algo. PREGUNTA. ÀQu os queda, en definitva, de aquellos aos? PABLO. sos han sido los mejores aos de nuestra vida. ramos jvenes, ganbamos ms dinero del que podamos gastar y nos surgan ms novias de las que podamos atender. Encima eras una persona conocida. Recuerdo una vez que tena que coger un avin y por la carretera pis una raya continua. Cuando me par la Guardia Civil no slo no me mult, sino que me escolt hasta el aeropuerto. Hace poco me pararon por exceso de velocidad y me quitaron el carnet un mes. Ibas al mdico y no hacas cola... Todo aquello se acab, pero si me dieran a elegir, yo cambiaba diez aos de aqullos a cuarenta de stos. A ver, dnde hay que firmar. LUISAKE. A m si me ponen una rodilla nueva empiezo a entrenar otra vez. Lo que est claro es que ahora el mejor da de la semana es el sbado, que es cuando te subes en la moto. ❿ Foto de la poca alusiva a la rivalidad-amistad entre Colomina y Luisake. 45 el mundo de la moto H an pasado ms de dos aos desde que Alejandro Prez Mataix abandon el motocross. La causa directa fue una cada en un salto en la carrera de Alhama de Murcia, en el que volvi a lesionarse seriamente la rodilla cuando iba lder del campeonato de Espaa. Profesionalmente estaba en un gran momento: haba cambiado a Honda, tena grandes proyectos, incluso de correr un buen nmero de carreras internacionales, y en su palmars figuraban dos campeonatos de Espaa de 250 c.c. como junior y un tercer puesto en el europeo absoluto del cuarto de litro, adems de dos campeonatos nacionales de supercross y un subcampeonato en la misma cilindrada. 1999 era, por tanto, un ao clave, pero al romperse por tercera vez los ligamentos de la rodilla izquierda dijo Çse acabÈ. Y es que llova sobre mojado porque en la temporada anterior tambin estuvo acosado por las lesiones: ÇComenc la temporada del 98 con una lesin de rodilla, me fractur luego el ligamento en Portugal y estuve tres meses sin correrÈ. Slo pudo correr al completo el campeonato de supercross y en la ltima prueba, Çjugndome el campeonato, el piloto granadino Javier Macho, en una mala maniobra me rompi el pie faltando dos vueltas para acabar la carrera, relegndome al segundo puestoÈ. Pero como el propio Aleja ndro comenta, el motocross Çes un deporte que exige rendimiento fsico y los aos no pasan en balde. Puedes correr de los 15 a los 27 aos, hasta los 30 si eres un fuera de serie, porque el fsico se castiga muchoÈ. El cansancio y tantos percances acumulados cerraron una brillante carrera deportiva y una trayectoria que sigui manteniendo muy alto el pabelln del motocross local en la dcada de los 90. Mataix slo corri dos carreras en La Melva Çcuando era an un piloto CON DOS TÍTULOS DE ESPAÑA EN MOTOCROSS Y SUPERCROSS EN SU PALMARÉS, LAS LESIONES PUSIERON FIN A SU CARRERA DE PILOTO DE MOTOS Alejandro Pérez Mataix: del motocross a los rallyes ❿ Alejandro Prez Mataix, en su ltima temporada como piloto de motocross. dosier 46 inexpertoÈ, y todava lleg a correr con Colomina y Luisake Çcuando ellos se jugaban el campeonato de EspaaÈ. Piloto hecho a s mismo, reconoce que slo recibi algo de ayuda de Colomina, al que en el ao 92 le arrebat el campeonato nacional de supercross cuando Pablo se despidi de la competicin. Pero, curiosamente, nunca ha mantenido relacin con Luisake, con el que coincidi posteriormente en bastantes carreras. Despus del tiempo transcurrido desde que dej las motos, a Mataix se le siguen poniendo los pelos de punta (los que le quedan) cuando se le recuerda su etapa en el motocros, aunque su opinin sobre ese mundillo no sea muy edificante: ÇEl motocross ha sido mi vida desde nio y mi profesin, lo que pasa es que si lo bueno cansa, lo malo ms. Por lo que me comentan, porque estoy muy apartado de las motos, el tema est igual o peor a nivel econmico, de organizacin, de todo. Es una lstima porque es un deporte bonito y espectacular y, siendo un deporte de masas podra mover a ms gente de la que mueve, pero por intereses federativos o por lo que sea no est bien movido. Es as de triste. El motocross est igual que hace tres aos, ganan dinero dos y a los dems les cuesta muchoÈ. De todas formas, Aleja ndro encontr muy pronto un sustitutivo de su ansia de competicin y para seguir manteniendo su especial duelo con la velocidad: se pas a los rallyes de coches y, adems, de una manera inmediata: ÇCon una rotura de ligamentos puedes hacer una vida normal siempre que no hagas mucho esfuerzo fsico, as que a la semana siguiente de dejar las motos fui a ver un rallye a Alcoy. El ltimo coche que pas era un 127 de rallye y me dije que ese coche no deba valer muchas perras. Eso fue domingo y el martes me fui a ver a un piloto de aqu de Elda que me orient para comprar un coche barato, A la semana ya lo tena y lo compr a medias con un amigo por 400.000 ptas. Hicimos varios rallyes con l y en dos aos, adems de ese AX hemos tenido otros tres coches ms: un Peugeot 106, un Fiat Punto y un Renault Megane. Ahora tenemos un Renalut Clo con 240 caballos, un coche ya importanteÈ. Esta progresin con los coches de competicin no le hace olvidar a Alejandro que la situacin ahora es muy diferente a la poca en que era una figura de las motos, ya que Çahora mi medio de vida es el trabajo. El coche es un hobby, aunque nos gusta hacerlo bien. La prueba es que en dos aos ya hemos tenido cuatro coches y, de hecho, hemos ganado alguna carrera a nivel regionalÈ. Pero como reconoce, Çen el mundo de los coches no somos nadie, no tenemos patrocinadores, no hay una empresa detrs como yo tena con las motos, con su director deportivo y su departamento de publicidad. No tenemos otro objetivo que pasrnolo bien, porque nos gustaÈ. Y su nueva faceta de piloto de coches tambin tiene la ventaja de Çpoder dormir por las noches, cosa que no siempre ocurra con las motos, sobre todo cuando te estabas jugando un campeonato de Espaa. No quiero volver a esoÈ. ÇPor lo que me comentan, el motocross est igual o peor que hace tres aos. Por intereses federativos o por lo que sea no est bien movidoÈ ❿ El coche de Mataix en competicin. ❿ El coche de Mataix en competicin. 47 el mundo de la moto BUSCA GANAR COMO SENIOR LOS CAMPEONATOS NACIONALES QUE CONSIGUIÓ COMO JUNIOR Álvaro Lozano, la herencia de Colomina y Luisake A lvaro Lozanocomenz a correr a los 8 aos, amamantado por los conocimientos de Colomina y Luisake. Persever y creci como piloto de motocross consiguiendo, como junior, un campeonato de Espaa de 250 cc. corriendo con una moto de 125cc., cilindrada en la que tambin posee un ttulo nacional de supercross y un subcampeonato, tambin como junior. Hoy, a las 20 aos, se encuentra en un momento clave de su carrera deportiva. Despus de haber superado una grave lesin de rodilla (se parti el ligamento cruzado anterior, lo que le hizo perderse toda la temporada pasada), reinici en febrero de este ao la competicin con la esperanza de recuperar pronto el nivel de competicin y con la meta de revalidar como senior los ttulos que consigui como junior. Ahora corre en la categora open (250 cc./500 cc.) al haberse unificado las dos categoras en una, en unas condiciones buenas: ÇEconmicamente, siempres tiras por lo bajoÈ, deca el mes de mayo pasado, Çpero ahora mismo estoy viviendo de la moto. Tengo una moto muy buena, una KTMde fbrica con un buen material y un buen kit de preparacin. Y luego tengo dos motos ms, una est hecha por un preparador de Barcelona, que ser con la que seguramente corra el campeonato de Espaa de supercrossÈ. Esta esperanza de Lozano de hacer las cosas bien en el nacional de supercross, competicin que se disputa en me- dia docena de pruebas en verano haciendo un parn en el campeonato de Espaa de motocross, no ha resultado todo lo bien que esperaba: varias cadas le provocaron dao en la espalda y un pinchazo en el nervio citico. De ir segundo, con la lesin se perdi dos carrerasy finalmente ha quedado en quinta posi-cin. Algo mejor le ha ido en el na-cional de motocross donde ha po-dido subir al podio como tercer clasificado. Tal y como se han desarrollado las cosas, çlvaro considera esta clasificacin un triunfo, Çsiendo mi primer ao en esta categoraÈ. çlvaro tena tambin intencin deacudir al campeonato de Europa,algo que finalmente no ha he-cho Çpor decisin del equi-poÈ. S que iba a estar pre-sente, como colofn de la temporada, en el super- cross internacional delPalu Sant Jordi deBarcelona, Çdonde acuden los mejores pilotos del mundoÈ. Los resultados cosechados esta temporada, pero so- bre todo la buena recupe-racin de la rodilla, le han abierto buenas perspectivas al piloto para el ao que viene. çlvaro sabe de la difi- cultad que supone vencer aGarca Vico, el nmero 1 delmotocross espaol en la ac- tualidad, o de superar a ❿ çlvaro Lozano compitiendo el mes de agosto pasado en Algeciras, en una de las pruebas puntuables para el campeonato de Espaa de supercross. dosier 48 otros corredores que por el momento an estn por delante de l, pero no considera que haya ninguna bestia negra: ÇQu va, no hay nadie. Lo que pasa es que es difcil coger el ritmo despus de estar un ao parado y si en las primeras carreras estaba luchando por entrar entre los diez primeros, ahora ya estoy luchando por el cajn. No me veo inferior a nadieÈ. çlvaro no sabe si el ao que viene seguir con KTMfbrica o Çmejorar para hacer el campeonato de Espaa y el mundialÈ, que son sus objetivos. Aviso para navegantes con ruedas. Para un chaval de 20 aos como çlvaro, mantener un nivel de competicin alto es muy sacrificado, Çno slo por la competicin. Tienes que entrenar mucho, renunciar a divertirte, a novias. Tienes que cuidar el cuerpo, la alimentacin, renunciar a muchas cosas... tienes que dedicarte completamente a ello si quieres hacer algoÈ. l lo tiene mejor que otros pilotos que quieren abrirse camino, aunque tambin padece los inconvenientes de no tener donde entrenar cerca: Çcasi siempre entreno fuera porque los circuitos de por aqu estn muy estropeados. Si quieres aprender tienes que buscar circuitos grandes, con buenas trazadasÈ. En cambio, el entrenamiento del supercross es completamente distinto; ÇEl motocross funciona por tiempos y el supercross es a quince vueltas en un estadio, muy deprisa y con muchos obstculos. Cansa mucho y es muy distinto el entrenamiento, tanto fsico como en la moto. No hay circuitos de supercross, porque se hacen para una carrera y luego se desmontan. Hay algunos circuitos fijos como uno en Ahielo de Malferit, que es de mi mnager y all es donde ms me entrenoÈ. El mejor recuerdo que conserva çlvaro Lozano es cuando gan su primera carrera como senior en un campeonato de Espaa. Fue hace dos aos cuando an competa en 125 cc. ÇGan la primera manga con todos los pilotos, ya que entonces corramos todos juntos. Fue una alegra muy grande porque era una meta que vea imposible y, a partir de ah, empec a darme cuenta de que no es imposible nadaÈ. ÀNi siquiera ganarle a las motos de 500 cc. con las que tiene que competir ahora en la categora open?: ÇLas motos de 500 son de cuatro tiempos y con la que corro yo en 250 cc. es de dos tiempos. Las cuatro tiempos tienen mucha ms traccin y, aunque creamos que no iban a correr tanto, la verdad es que estn tirando fuerte, aunque no es muy difcil ganarles. El nico que est delante es Garca Vico, que lleva una 540È. çlvaro Lozano siempre ha vivido a caballo entre Elda y Petrel. Ahora tiene instalado el cuartel general en un campo de Elda, donde vive prcticamente todo el ao, si bien oficialmente est inscrito en el Motoclub de San Vicente, Çporque el motoclub que se ha creado en Elda an no est hechoÈ. Segn como madure y respiren los que lo llevan estara dispuesto a inscribirse aqu. Hoy por hoy, çlvaro Lozano tiene la moral alta para poder conseguir su sueo actual de ganar el campeonato de Espaa senior y lo nico que desea es que le respeten las lesiones: ÇYo quiero estar ah para ganar, no para chupar cola y de hecho es lo que estoy intentando. No puedo poner una fecha lmite, Voy a estar todos los aos que Dios quiera y aguanteÈ. No obstante, çlvaro se est buscando el futuro para cuando su carrera como piloto termine. Un futuro que, cmo no, est ligado al mundo del motor: ÇHe estudiado locomocin y seguro que voy a estar metido en ese mundo y, adems, me gusta mucho. Mi ilusin es montar algo relacionado con las motos, una tienda chula... y tener algn equipo con pilotos jvenes buenosÈ. De hecho, los pilotos jvenes que estn compitiendo estn entrenando con l. De todos ellos, çlvaro destaca a çngel Romn ÇEl ChinoÈ, Çque es el que ms en serio se lo ha tomado. Ya ha tomado parte en pruebas del campeonato de Espaa en 125 cc., se ha clasificado bien. Ahora va 5¼ en el territorial junior y puede ser que para el ao que viene fiche por KTMÈ. Adems de çngel Romn, est ÇPalazn, de Petrel y unos cuantos msÈ. En cualquier caso, lo importante es que la antorcha del motocross en el valle sigue encendida. ÇYo quiero estar ah para ganar, no para chupar cola. No puedo poner una fecha lmite, voy a estar todos los aos queaguanteÈ 49 el mundo de la moto Pedro Antonioy Alejandro Muñoz Pasin por el motocross y mala suerte N ombres como Pablo Colomina, Luisake o çlvaro Lozano ha eclipsado los de otros corredores de motocross que, si no han conseguido tantos triunfos como stos, s han derrochado la misma pasin en la prctica de un deporte tan arriesgado como espectacular. Es el caso de Pedro Antonio Muoz , que empez la prctica del motocross a los 16 aos, debutando en 1990 en el desaparecido circuito de La Melva. Y no estuvo mal su bautizo de barro, ya que hizo el 4¼ puesto en la primera manga y el 13¼ en la segunda. A partir de entonces, Pedro particip habitualmente en el campeonato de Espaa y en los territoriales valencianos y murcianos, ocupando casi siempre los primeros puestos, coincidiendo con corredores como Agapito Garca, que fue campen de Espaa, Alejandro Prez Mataix, Edgar Torrenteras, David Avils, que ahora est parapljico como consecuencia de un accidente, Luisake y Colomina. A finales de 1993, en Monvar y durante un entrenamiento, Pedro choc con otro motorista que haca el circuito en sentido contrario. Pedro se rompi el esternn y permaneci dos das en coma. Volvi a los circuitos en 1996, pero slo particip en algunas carreras, Çmientras me dur el presupuestoÈ, y lleg a hacer un 4¼ y un 7¼ puesto en Murcia corriendo Çcon todos los buenosÈ. Esa acuciante falta de presupuesto para continuar en la competicin y la necesidad de ganarse la vida provocaron su retirada en 1997. Ahora, con 26 aos, regenta un bar tan motero como el Daytona, es uno de los fundadores del motoclub Los Templarios y tiene dos motos, Çuna de custom y otra de crossÈ. Con esta ltima, todava se pierde por el campo para cultivar una pasin que nunca le ha abandonado. Mucho ms breve fue la carrera deportiva de su hermano Alejandro , que empez en el motocross cuando tena 7 aos de edad y que se retir a los 12 aos tras el grave accidente de Pedro. En este lapso de tiempo, Alejandro gan el campeonato murciano y el valenciano y sola estar entre los cinco o diez primeros en todas las carreras que disputaba. Entre otros, competa con çlvaro Lozano, Edgar Torrenteras, que ahora corre el campeonato del mundo de supercros, y Manuel Rivas. En la actua- lidad, Aleja ndro tiene 21 aos y trabaja con su hermano en el Daytona. Motero de pro, tambin es miembro de Los Templarios. ❿ Los hermanos Muoz descansando en una de las carreras. ❿ Pedro Antonio Muoz disputando una prueba puntuable para el campeonato de Espaa de 125 c.c. en San Fulgencio. 1992 dosier 50 1992:el año del enduro A l igual que en el motocross, ha habido pilotos de la zona que han destacado en la modalidad de enduro, como es el caso de Jos Fernando Chorro , que se proclam campen de Espaa en la categora trail (motos superiores a 500 c.c.) en 1992, despus de haberse sido tambin campen autonmico. Aquel ao fue especialmente brillante para los pilotos encuadrados en el C.M.E.I. porque, adems, Luisake consegua el campeonato de Espaa de motocross en 250 c.c. mientras que Alejandro Prez Mataix haca lo propio en el nacional de supercross en elcuarto de litro, con Colomina subcampen en sudespedida de la competicin. El enduro es una especialidad de la moto de campo, diferente al motocross porque cuentan muchas ms variantes, adems de la velocidad pura en mal terreno, segnapunta Manolo Gmez: ÇHay zonastrialeras ms difciles de pasar y elmrito est en pasarlas; es mu-cho menos popular porque nohay circuito, ya que una vuelta puede extenderse 100 kms. yse pierde de vista la carrera; las motos son parecidas a las de motocross, aunque tienen menos potencia y deben de ir legalizadas para poder andar por la calleÈ. Ese mismo ao, 1992, el C.M.E.I. organiz una prueba de en- duro en Elda. ÇMontamos una prueba de resistencia para los pilotos que ya nos habamos retiradoÈ, dice G- mez. Aquella prueba era puntua-ble para el campeonato autonmico y cont con la participacin de 67 pilotos repartidos en siete categoras, congregando a muchopblico en el jardn del Vinalop para ver la cronometrada y en las la- deras de Boln para seguir las tria-leras. El resultado de la experien-cia no pudo ser mejor ya que Pa-blo Colomina se adjudic el primer puesto en la categora supersenior y el petrerense Jos Fernando Chorro ocup la primera posicin en la categora trail. Ángel Román Martínez destaca entre los pilotos actuales de motocross L a cantera de pilotos de motocross que despunten actualmente no es muy abundante. El que mejor progresin lleva por el momento es çngel Romn Martnez Pea ÇEl ChinoÈ. Tiene 21 aos. Despus de dos aos de foguearse en la competicin, esta temporada ha sido su primera en serio al haber estado entrenando con çlvaro Lozano. Como junior, corriendo en la cilindrada de 125 cc. le ha ido Çbastante bienÈ. A falta de dos carreras, tena asegurado el tercer puesto en el campeonato territorial de la Comunidad Valenciana, con la esperanza de poder quedar finalmente segundo. Ha corrido tambin bastantes carreras en Murcia y, aunque son carreras donde no puede puntuar, siempre ha subido al podium (2¼ o 3¼). Tambin ha corrido este ao cuatro pruebas del campeonato de Espaa. En todas ha conseguido clasificarse y espera poder hacerlo tambin el ao que viene como senior. A parte de tener el apoyo de sus padres y la ayuda de Neumticos Gimnez, para las ruedas, y de Manuel Gimnez, en la mecnica, le cuesta dinero competir, ya que los premios en metlico (Çen Murcia son mayoresÈ) todava no le compensan. çngel Romn es consciente de que ha empezado tarde a correr. Eso tambin tiene la ventaja de que no ha sufrido lesiones graves, aparte de algn que otro esguince. En ese sentido, el ao que viene ser clave para saber si puede llegar ms lejos y cumplir su sueo de poder dedicarse ntegramente a correr. En la misma onda que çngel Romn, pero por detrs de l, Çporque yo soy tambin el que ms me he esforzadoÈ, hay algunos corredores como Ç Ivn Palazn , que es de Petrel, y Jos Luis Gil , que sale ms para pasar el ratoÈ. 51 el mundo de la moto VARIOS MOTOCLUBES PROMOCIONAN EL EXCURSIONISMO A BORDO DE UNA MOTO N o todos los moteros pierden el resuello por competir a toda mquina en pistas, circuitos o carreteras. Los hay que prefieren, como aquellos pioneros del Vespa Club, perderse en las carreteras a lomos de sus mquinas, el sol y el viento en la cara, en compaa de sus colegas, sin prisas y con alguna pausa, para disfrutar de paisajes y nuevos lugares y, de paso y si el calendario es propicio, participar en esas gigantescas concentraciones moteras que se celebran por toda la geografa ibrica. La Pea Uuuuuui , Los Templarios y el Custom Cadenas son los motoclubes de Elda que, de alguna forma y con ms o menos intensidad, han encarnado y encarnan en los ltimos tiempos esta especie de ÇmotoexcursionismoÈ organizado, con el parche del club como divisa y la moto como algo parecido al DNI, es decir, personal e intransferible. LA PEÑA UUUUUUUI La Pea Uuuui se dio a conocer en marzo de 1998 a raz de organizar un denominado I Almuerzo Motero ÇCiudad de EldaÈ. Concretamente, fue el 29 de marzo cuando acudieron al Parque de San Moto, carretera y parche ❿ Dos instantneas del II Almuerzo Motero, organizado por la Pea Uuuuuui en el Parque de San Crispn. Abril de 1999. dosier 52 Crispn ms de dos mil personas y entre ochocientas y mil motos procedentes en su mayora de las provincias de Alicante y Murcia, aunque tambin hubo moteros de Sevilla, Barcelona, Madrid, Zamora y otras zonas del pas. La Pea Uuuui, que aprovech la organizacin de este encuentro motero para darse a conocer ante los medios de comunicacin y la ciudad en general, se esmer en que todo saliera bien e hizo de tripas corazn ante la amenaza de lluvia, que no lleg a materializarse. Con la colaboracin de varias firmas comerciales y el apoyo logstico del Ayuntamiento, todo sali bien. Hubo actuaciones musicales y concursos, sorteos de regalos y comida comunitaria aportada por la organizacin e incluida en el ticket de acceso, que se vendi al precio de mil pesetas. El espectculo de verdad se vio cuando todos los moteros montaron en sus vehculos, algunos eran de pelcula, para hacer un recorrido por las calles de Elda.Despus de la experiencia, poco se supo de la pea Uuuui, aunque se supona que sus miembros, salan a otras concentraciones moteras en el resto de Espaa y que tambin organizaban excursiones en grupo. La pea motera volvi a la actualidad a raz del II Almuerzo Motero ÇCiudad de EldaÈ, celebrado el 18 de abril de 1999 en el mismo escenario que el anterior, el Parque de San Crispn. Las cifras de asistentes fueron similares a las del 98 y, como novedades, hubo una carpa con dos exposiciones: una de motos actuales y otra de clsicas. Por supuesto, no falt esa excursin por la ciudad con cientos de espectaculares motos, en perfecto orden de desfile, rugiendo por las calles. A partir de ese segundo encuentro motero, se le pierde la pista a la Pea Uuuui, que se fue disolviendo poco a poco al quedarse sin el local de reuniones que tena y tambin por diferencias entre algunos de sus miembros. Segn noticias recogidas de aqu y all, an quedan algunos moteros en la pea, aunque la mayora de ellos han recalado en el moto club Los Templarios. A pesar de una trayectoria relativamente breve, el balance de la Pea Uuuui es netamente positivo por una razn muy concreta: el nombre de Elda fue conocido en todos los ambientes moteros de Espaa gracias a esos dos almuerzos sobre ruedas que fueron difundidos en todas las revistas especializadas y a travs de Internet. Los costes econmicos fueron cuantiosos, tambin los personales, la organizacin muy complicada y los resultados, aunque buenos, no lo fueron tanto como se esperaba. Pero, gracias a la Pea Uuuui, Elda fue otro punto de referencia para los moteros de toda Espaa y la ciudad pudo mostrar la gran aficin al deporte de las dos ruedas que siempre la ha caracterizado. CADENAS Mucho ms radical en sus planteamientos, estrictamente moteros, por supuesto, es el Moto Club Custom Cadenas, con una decena de miembros, entre ellos una mujer, algo no muy usual en ambientes moteros, esencialmente masculinos. A diferencia de la Pea Uuuuy, que era de motos de carretera, el moto club, como su nombre indica, slo acepta motos custom, una palabra inglesa que segn Antonio Lled ÇLargoÈ, uno de los fundadores, quiere decir algo as como Ça tu maneraÈ. Es decir, son motos de serie, generalmente Harley Davidson, Shadow , Virago , Intruder , Vulcan ... adaptadas por los propios usuarios a su gusto y diferentes a las de carretera, conocidas en el ambiente como ÇerresÈ, que suelen ser de mayor cilindrada y mucho ms veloces. Entre las custom, ❿ Parche del Motoclub Cadenas Bikers. 53 el mundo de la moto la Harley es la reina indiscutible a pesar de la creciente competencia de otras marcas. La gestacin de este nuevo moto club ha durado bastantes aos, ya que, de hecho, aunque de manera informal, ya exista en cuanto la mayora de sus miembros se reunan y organizaban sus propias movidas. Era habitual que salieran a concentraciones y reuniones moteras o que organizaran sus propias excursiones y fiestas sin salir de Elda, todo muy en plan colega y nada ms. El propio Antonio y algunos moteros ms, a travs del pub El Paso, organizaron un Encuentro Custom el 11 de septiembre de 1993 en la Plaza de Toros de Elda. Acudieron motoclubes Custom de varias provincias y fue toda una exhibicin de espectaculares motos, cada una de ellas arreglada a la manera de su dueo y por l mismo porque, como dice Antonio, Çdentro de lo bueno y de lo malo, este tipo de moto est para eso, para exhibirseÈ. Por aquella poca, bares como El Paso o Mastaba (hoy lo son el Ataskas y el Daytona) eran un punto de referencia para la gente de Elda y de la comarca metida en el rollo custom, que tiene su propia parefernalia, en la que nunca faltan la bebida, cerveza sobre todo, y los conciertos de msica. Son particularidades de un espritu motero que, segn Antonio, Çtodos lo tenemos, desde un chaval que va en scooter hasta nosotros, con todo tipo de cilindradas y modelos. Pero los de las motos de carretera van ms a la velocidad y nosotros a ver quin tiene el manillar ms alto o hace ms ruido. Tambin nos diferencia el tipo de indumentaria: si yo entro en un bar, nadie se entera de si llevo moto o no llevo. A los de velocidad se les ve entrar y se nota enseguida, por el mono, por las botas...È. Tambin la forma de celebrar una fiesta marca las diferencias: ÇEn la ltima fiesta que hicimos, haba cerveza gratis en el bar y un concierto, algo que no se hubiera hecho en una fiesta de otro tipo de motos: se hubieran ido a subir la CarrasquetaÈ. Una excursin de motos custom incluye varias paradas, ya sea para tomar algo o para contemplar el paisaje. En las motos de carretera, se trata de llegar antes que los dems al punto de destino. Todos los Cadenas llevan en esto de la moto ms de diez aos y algunos mucho ms de diez. Antonio mismo perteneci a otro ilustre moto club de la pro❿ Moteros del Cadenas Bikers en el castillo de Novelda. Diciembre del ao 2000. dosier 54 vincia, los Falcons, radicados en Alicante. Pero fue en la primavera de 1997 cuando los primeros miembros del hoy legalizado moto club eldense comenzaron a salir por ah a lomos de sus vistosos vehculos. Algunas de estas salidas llegaron a convertirse en ÇclsicasÈ, ya que se repitieron todos los aos y, ms o menos, en las mismas fechas. En julio del 97 se organiz la primera de estas salidas clsicas, concretamente al ro Clariano. En diciembre del mismo ao, y de forma espontnea, entre msica, cerveza y risas, surgi la Salida del Fin de Ao, que se ha convertido en la fiesta anual del motoclub. Y en mayo del 99 se organiz la tercera de estas salidas anuales, la Salida Legionarios. Adems, los Cadenas no suelen faltar a las concentraciones moteras de Novelda, Alhama, Zaragoza... Su presentacin como motoclub, aunque todava se estaba en fase de papeleo para su legalizacin, fue hace unos meses en el bar Ataskas. Su propietario, Emilio Agull, que particip en bastantes salidas con algunos Cadenas a principios de los 90, cedi el local y puso la cerveza. Andrs Tercero, al frente de un grupo que haca versiones, puso la msica.Ahora, ya legalizados, los Cadenas pueden lucir sus insignias y su parche. Pero, en este mundillo, tal y como explica Antonio, la veterana es un grado: ÇHay unas normas de hace mucho tiempo, que tienen ms de simbolismo que de otra cosa y que no s de dnde vienen, seguramente de la poca de los Centuriones y de los çngeles del Infierno, que hay que cumplir para llevar un parche con las siglas MC. Pero hay gente con un cierto status o nivel que ya no aguanta eso, como pasar por un comit o hacer lo que le digan. El motorismo puede llegar a ser algo sectario por todo esoÈ. Y los Cadenas lucen ya su parche con un orgullo motero difcil de comprender para los no iniciados: ÇEl parche dice mucho en el mundo de la moto; es el santo y seaÈ. TEMPLARIOS Nada hay ms fcil que entrar en contacto con el Moto Club Los Templarios. Basta con acercarse al bar Daytona, la sede del club y donde surgi la idea. Muchos de los ahora Templarios salan a reuniones y concentraciones moteras donde daban premios al motoclub ms lejano, al ms cercano, al que tena mejor bandera, al que contaba con ms inscritos... y todos llevaban su parche, un dibujo que les iden tificaba. Armando Francs , el presidente del club, cuenta que Çnosotros, ya que acudamos veinte o treinta a esas concentraciones, tenamos ganas de tener un parche, un chaleco o lo que fuera, algo que nos identificaraÈ. Lo primero fue buscar un nombre, y ste fue el de los Templarios porque, segn Armando, Çrepresenta un poco a Elda y los moteros. Adems, la mayora de los directivos son policas, guardias civiles..., es decir, militares, como lo fueron los templarios. Tambin representa la fiesta de los Moros y Cristianos, donde hay alguna escuadra que lleva este ❿ Cartel de la reunin Custom celebrada en Elda el 11 de septiembre de 1993. 55 el mundo de la moto nombreÈ. Naturalmente, los Templarios tienen no slo un nombre, tambin disponen de chalecos, camisetas y parches identificativos.En el Moto Club Los Templarios se admiten todo tipo de motos, de carretera, de trial, de cross, custom... Antonio Toledo , el secretario de Los Templarios, es muy claro al respecto: ÇAdmitimos a todas las personas, lleven erre, lleven una custom o lleven una Mobylette . Cuando hacemos una salida, vamos esperando a la gente para que nadie se quede descolgadoÈ. Las relaciones con las otras agrupaciones moteras, segn Armando, son excelentes: ÇCon los de custom nos llevamos muy bien y, de hecho, cuando nos vamos a cualquier concentracin, vamos todos juntos. Y nosotros vamos a sus concentraciones y a las de cual- quier motoclub que vaya de custom.È Pedro Antonio Muoz , el vicepresidente, matiza por su parte que Çporque a uno le guste el cross y salir al monte y pegar saltos y a otro le guste salir con la custom a tomar una cerveza, por eso no vamos a dejar de juntarnos. La mo❿ Componentes del Motoclub Templarios en una salida reciente En la foto de arriba, haciendo una parada en Yecla. dosier 56 to es un trozo de hierro y no se puede catalogar a una persona por el tipo de moto que lleveÈ. Los Templarios, abiertos a todo el mundo en este sentido, han mantenido reuniones con motoclubes de Benidorm y Denia para ir a todas las actividades que stos organicen y viceversa. Tambin mantienen buenas relaciones con los moteros de Novelda y de Alhama de Murcia y, entre sus cuarenta miembros, hay moteros procedentes de Sax, Yecla, Helln... El pasado 27 de octubre, Templarios y Cadenas se juntaron para organizar una cena-fiesta motera denominada ÇAbierto hasta al amanecerÈ y en la que participaron alrededor de quinientas personas. Ms de doscientas motos hicieron un recorrido por la zona (Elda, Monvar, Aspe, Monforte y Agost) para recalar en un restaurante situado entre Agost y San Vicente, donde hubo cena, msica, baile y otras atracciones.Experiencia no les falta a los fundadores de Los Templarios, que estn metidos en el mundo de la moto desde hace muchos aos. Por ejemplo, Armando decoraba cascos y Pedro Antonio Muoz y su hermano fueron pilotos de motocross durante mucho tiempo. De hecho, segn Pedro, tambin hay salidas para ver alguna carrera de motocross: ÇCuando llegamos al circuito, la gente se deja la carrera y se viene porque llama mucho la atencin ver llegar treinta o cuarenta motos en grupoÈ. Las salidas y excursiones son la principal actividad de los Templarios, que lo mismo se van a Ro Mundo que a concentraciones moteras en lugares tan distantes como Lugo, Castelln o Cceres. Cuando hay concentracin motera en algn sitio, all estn los Templarios. Cuando no, organizan una salida de fin de semana. Como explica Muoz, Çla cuestin es disfrutar un poquito de la moto y luego parar, comer, disfrutar de los amigos y coger otra vez la moto y para acÈ. Tambin han organizado alguna que otra fiesta motera en el Daytona, aunque no todas con buenos resultados, segn el vicepresidente del club: Ç Se haba organizado una ruta por todo el pueblo, con la Polica Local delante y una ambulancia detrs. Vino la polica y se pir enseguida. Tuvimos que hacer la ruta nosotros con un gusano de doscientas motos que se rompi en dos o tres sitios: siete acabaron en el campo de ftbol, tres en Petrer, cuatro en La Torreta y as todos. Del Ayuntamiento, el nico que nos apoy fue el concejal Jos QulezÈ. Los Templarios, como ejemplo, ponen el ejemplo de Tordesillas, un pueblo de Valladolid donde se celebra una concentracin motera anual desde hace veinte aos: ÇAll, al principio, el Ayuntamiento puso las mismas trabas que ahora pone el Ayuntamiento de Elda. Ahora, el Ayuntamiento de Valladolid capital est de pelea con el de Tordesillas para quedarse la concentracin. Eso es un negocio. Se colapsan hoteles, restaurantes y gasolineras y se gana un pastn en el puebloÈ, apunta Muoz. Como proyectos de futuro, aparte de la asistencia a concentraciones moteras, los Templarios quieren organizar alguna carrera de supermotard, una mezcla de motocross y velocidad donde su utiliza moto de motocross y ruedas de carretera. Mientras tanto, y a falta de cualquier ayuda oficial, los Templarios se autofinancian con una cuota de 6.000 pesetas anuales y con rifas y venta de camisetas. ❿ Parche del Motoclub Templarios. 57 el mundo de la moto LOS ANTECEDENTES DEL EXCURSIONISMO EN MOTO LOS ANTECEDENTES DEL EXCURSIONISMO EN MOTO Club Club Vespa y Lambretta dosier 58 E l motociclismo de excursin en Elda, representado ahora por el Moto Club Custom Cadenas y Los Templarios, no es algo nuevo, ni mucho menos. Ya a finales de los 50 y en los 60 haba en Elda dos motoclubes duchos en excursiones de ms o menos recorrido y en las que no era raro que participaran treinta o cuarenta vehculos. Estas salidas se combinaban con pruebas de competicin, sobre todo gincanas, y ambos clubes, cada uno con su estilo, llegaron a ser verdaderas instituciones locales. Eran el Vespa Club y el Lambretta Club . El desarrollismo y el 600 casi acabaron con Vespas y Lambrettas , pero no con ese espritu motero que, hoy en da, est ms vivo que nunca. Aquellos intrpidos motoristas fueron los precursores. VESPA CLUB El Vespa Club de Elda se cre a principios de los 60 como consecuencia de la proliferacin de estas motocicletas italianas. En realidad, haba unos cincuenta Ves- pa Club en todo el pas, coordinados por el Vespa Club de Espaa, que conceda subvenciones e incentivaba excursiones y pruebas de competicin. Y es que, antes del 600, la Vespa, con una cili ndrada de 125 cc. que posteriormente se ampli a 150 cc., era el veh- culo rey a pesar de que costaba unas20.000 ptas. de las de entonces y de que tardaba meses en llegar al com-prador desde que ste la solicitaba. Como dependa organizativamente de la Federacin Motociclista, que obligaba a realizar, como mnimo, una o dos pruebas competitivas al ao, el Vespa Club de Elda orga- niz varias gincanas, unas pruebas de habilidad en las que los pilotos tenan que sorterar varios obstculos, incluido un aro de fuego. Adolfo Cifuentes fue uno de estos pilotos capaz de hacer todo tipo de malabarismos a lomos de su Vespa. Haba otras pruebas y exhibiciones, como aquella ocasin en que diecisiete personas montaron y circularon en una misma Vespa. ❿ Escudo del Vespa Club. ❿ Componentes del Vespa Club en una salida con motivo del dcimo aniversario. Aos 60. 59 el mundo de la moto El club eldense lleg a contar con unos doscientos socios varones y otras tantas mujeres, aunque eran los hombres los que siempre conducan las motos. Si no todos, s bastantes de ellos salan de excursin casi todos los fines de semana. En estas excursiones era casi obligatorio llevar un ÇpaqueteÈ (acompaante) en la moto, y haba puntos de bonificacin o de penalizacin, en este ltimo caso por infringir alguna norma de la circulacin en la carretera o causar algn tipo de disputa. Todos los pilotos iban uniformados con mono blanco y fajn negro. Las mujeres, con pantaln negro y blusa blanca. Las excursiones podan ser muy cortas, simplemente al campo, o muy largas, como las que se organizaron a Madrid. Otras excursiones lejanas fueron las organizadas a Granada, Zaragoza o a la costa mediterrnea, desde Torremolinos a Pescola, un recorrido que se realiz a lo largo de varios fines de semana. El Vespa Club de Elda adquiri tal entidad que se permiti el lujo de inaugurar su propia sede, que todava existe, en 1965. All se organizaron charlas, se proyectaron pelculas de las excursiones filmadas por los mismos miembros del club y eran frecuentes los actos sociales como aniversarios y entrega de trofeos. Tambin se realizaban muchas actividades benficas, con visitas a las monjas y a los guardias urbanos, con regalos para ellos, por Navidad. Adems, el Vespa Club de Elda abri paso a la Cabalgata de Reyes durante tres aos seguidos.Casi cuarenta aos despus, el Vespa Club de Elda sigue funcionando ms como bar que como otra cosa, pero todava cuenta con algo ms de medio centenar de socios que realizan alguna actividad ldica de carcter interno y que guardan memoria de aquellos tiempos de gloria. LAMBRETTA CLUB La Lambretta era la gran competidora de la Vespa en el mercado, aunque lleg despus a nuestro pas. Una de las diferencias, que se vendi como una ventaja, era que la Lambrettatena un motor central, mientras que la Vespa lo tena a un lado. La Lambretta tambin tena las ruedas ms altas. Las primeras Lambrettasllegaron directamente de Italia, aunque luego se mont una fbrica ❿ Motos en formacin del Vespa Club. ❿ Escudo del Lambretta Club. dosier 60 en el norte de Espaa. En Elda, algunos fundadores del Lambretta Club haban sido miembros del Vespa Club. ste fue el caso de Miguel Cams, que se qued la representacin de la Lambretta y, lgicamente, cambi de bando. En realidad, eran muchos los que cambiaban con facilidad de una marca a otra y, aunque hubo algo de rivalidad entre ambos clubes, sta nunca pas de las bromas. El Lambretta Club de Elda tuvo un periodo de auge comprendido entre los aos 1963 y 1970. Despus lleg la decadencia, que culmin con su desaparicin en 1973, cuando el boom del coche estaba en su apogeo y las ventas de motos haban experimentado un bajn ms que importante. Pero lleg a contar con unos 120 socios, la mayora de Elda, aunque tambin con gente de Petrer y Monvar, y organiz muchas excursiones, concursos de rampas en la Plaza de Castelar y gincanas. Estas ltimas se celebraban en las Fiestas ❿ Miembros del Lambretta Club en Playa Lisa. Principios de los aos 60. ❿ Comida comunitaria del Lambretta Club en el Peter Rives. Aos 60. 61 el mundo de la moto Mayores, alternndose con el Vespa Club, y contaban con la participacin de gente como Juan Garrigs, Çel de la TorreÈ, Vicente Gonzlez, Reyes... Tambin se sala a participar en gincanas de fuera de Elda, como las que se celebraban en Alcoy, Elche, Villajoyosa, Campello... En cuanto a las excursiones, entre otras, se hicieron dos a Murcia y se visit la fbrica de cerveza Estrella de Levante. Otros puntos de destino fueron la playa del Pinet, La Nuca..., hasta 26 motos en una ocasin. Viajaban juntos solteros, parejas de novios y casados, algunos de los cuales incluan a sus nios de ÇpaqueteÈ. El propio Cams viajaba con una furgoneta que haca las funciones de coche escoba en la que tambin viajaban algunos nios. No faltaban los que les incorporaban un sidecar a su Lambretta. Hubo accidentes, aunque ninguno fue grave. Cuantas ms veces se sala de excursin, ms puntos se conseguan. Tambin se conseguan puntos por las asistencias. A final de ao, se daban premios a los que ms puntos haban conseguido. Para darse una idea de la devocin y sensacin de pertenencia que daban la posesin de una moto de estas caractersticas y la afiliacin a un determinado club, basta mencionar que Jos Manuel Corredor , que fue miembro de la junta directiva del Lambretta Club, se cas, como no poda ser menos, montado en la moto de sus amores. Ahora, vuelven a estar de moda las scooters, pero ya nada es lo mismo. ❿ Componentes del Lambretta Club delante de la Seat de Villena. 1965. ❿ Jos Manuel Corredor participando en una gincana organizada por el Lambretta Club. 1965. E lda ha tenido una larga tradicin de moteros, cuyas andanzas se remontan muchos aos atrs, cuando empezaron a circular motos de gran cilindrada. No se trataba, como en los tiempos del Vespa o el Lambretta Club, de las breves y caractersticas excursiones en grupo y de carcter familiar. Era, ya, la fiebre por devorar kilmetros, por conocer otros paisajes y de juntarse con otros apasionados de la moto de otros puntos de Espaa y del extranjero. De todos los moteros locales que siguen en activo, el ms veterano quiz sea Pepe Vera. A sus 68 aos, lleva cuatro dcadas saliendo en moto y an hoy sigue subiendo casi todos los das, sin renunciar a algn gran viaje con su Yamaha 1.100 cuando la ocasin se lo permite, como a la concentracin de Los Pinginos, en Tordesillas el ao pasado (de los alrededor de 16.000 moteros se dan cita en esta concentracin clsica, Ç8 10 ramos de EldaÈ) y donde quiere volver el prximo mes de enero Çsi no hay enfermedadÈ. Un poco ms lejos quedan sus escapadas, en compaa de algn otro motero local, a Los Elefantes, la mtica concentracin europea, entre media docena de salidas al extranjero. Pepe Vera confiesa que le gustaba acudir especialmente a esa cita del mes de enero, luchando con el fro y la nieve, con ms de dos das de viaje para llegar al destino, ya fuera Alemania o Austria. Reconoce que disfrutaba, sobre todo, del momento de la llegada, en el que no poda reprimir unas lgrimas de emocin tras el esfuerzo realizado. Tambin le resultan familiares el circuito francs Paul Ricard, la concentracin de Andorra y, por supuesto, los desplazamientos sealados a los cicuitos de Jerez o El Jarama, aunque desde hace cinco aos ya no lo haga porque no le gusta la masificacin que se ha creado en torno a esas citas con las grandes carreras de velocidad. Tambin le ha frenado un poco para salir a la carretera como sala antes el hecho de que Çsalir en moto hoy en da, ya no sea barato, aunque no haya ya ninguna aficin barata, salvo andarÈ. Viaja solo en la moto, aunque al principio le acompaaba su mujer. Pese a la mala fama que tienen los moteros, Pepe Vera piensa que ellos fueron los primeros que dejaron de hacer el gamberro. Todo lo contrario. Para l viajar en moto ha sido siempre un deporte, que tiene el aliciente de Çconfraternizar con amigos de tu edadÈ. Y a pesar de que que hace ya mucho tiempo que se le pas la fiebre de velocidad, de Çhacer el bu- rroÈ con la moto, su cuerpo, como no poda ser de otra forma en alguien que ha pasado tanto tiempo rodando sobre dos ruedas, conserva las secuelas de varias cadas y percances que, aunque tuvieron alguna que otra consecuencia seria para su integridad fsica, todava no le han quitado las ganas de seguir disfrutando de la carretera. A ttulo de ejemplo, su colega de correras Antonio Maas recuerda cmo el regreso de una de las concentraciones de los Elefantes, en una rotonda de la ciudad francesa de Arls, Pepe Vera se cay y se rompi una pierna. ÇCogimos un BMV,le colocamos un remolqueÈ, cuenta Maas, Çy nos fuimos su hijo y yo a traernos a l, que estaba en el hospital, y a la moto, una Kawasakitransformada y bautizada como ÔLibrasakiÕ en honor de su mujer, que se quemÈ. Cosas que pasan cuando uno se va tan lejos. dosier 62 Pepe Vera: MÁS DE CUATRO DÉCADAS DE AFICIÓN A LAS MOTOS Los viejos moteros nunca desmontan ❿ Arriba, Pepe Vera en Salzburgo, en la concentracin de Los Elefantes. Abajo, con la misma moto, la Kawasaki con chasis especial, en la concentracin de Andorra. Mediados de la dcada de los 80. 63 el mundo de la moto T ener quince aos, gustarte las motos y soar con ser un Toni Elas debe ser algo bastante comn entre los adolescentes de hoy, especialmente en los del sexo masculino, si bien cada vez hay ms mujeres moteras y, si hablamos de usuarios de la scooter de paseo, la moto por antonomasia hoy, habr que reconocer que la cuestin de sexos est mucho ms equilibrada. Ms de 7.000 motos censadas el pasado ao en Elda (ms de 5.000 ciclomotores y casi otras 2000 motocicletas de distintas cilindradas) son, adems de una fuente de problemas urbanos (exceso de ruido, riesgo de accidentes...), un exponente de que no slo la moto no ha pasado a segundo plano por la generalizacin del coche, como ocurri en los sesenta con el Seat 600 y otros utilitarios posteriores, sino que hoy cada vez ms gente disfruta de los dos vehculos simultneamente. Adems, se ha rebajado ostensiblemente la edad para poder conducir ciclomotores a los 14 aos, a caballo de una cada vez mayor capacidad econmica familiar. Tener una moto tambin se ha convertido en un suplicio para sus propietarios que, o bien no encuentran una compaa aseguradora, o, cuando la encuentran, tienen que hacer frente muchas veces a un coste superior al seguro medio de un coche. As, no es de extraar que Ála Mutua de Panaderos! se est dedicando a asegurar motos porque las compaias del ramo se niegan. ÀTendr algo que ver esta situacin con aquello de confundir la velocidad con el tocino? Consecuencia: como recientemente publicaba un peridico de tirada nacional ( El Pas, 16 de septiembre, de 2001) ÇEl 24% de los Eplogo ciclomotores que circulan en Catalua no estn aseguradosÈ. Parece que quienes deben poner orden en este caos no estn por la labor de legalizar la seguridad de los usuarios y la cobertura de los daos que puedan ocasionar a terceros. Por otro lado, esta precocidad en la conduccin de motos se ha transmitido tambin al mundo de la competicin y hoy los grandes pilotos de relevancia mundial, incluidos los espaoles, consiguen llegar mucho antes a la meta que sus antecesores, contando claro est, con tener los mejores medios a su disposicin, lo que slo est al alcance de muy pocos. Son las estrellas de ese gran espectculo televisivo que se disfruta de forma masiva y a escala planetaria. Pero no hace falta ser un privilegiado para vivir el vrtigo de la velocidad, en tierra o asfalto, que sigue siendo, como hace un par de dcadas, una posibilidad abierta casi para cualquiera, siempre que se parta de objetivos modestos y se suee con que el mnager ideal se fije en uno. En nuestra zona: Alicante, Valencia, Albacete, Murcia... se siguen promoviendo carreras que permiten competir a cualquier piloto que se lo proponga. Tambin hoy hay muchas ms modalidades de competicin, algunas de ellas partiendo de motos de serie o de calle. En definitiva, con el circuito de La Melva convertido en un pedregal y con la carencia de un circuito de velocidad, aunque slo sirviera para entrenamiento, es dfcil que Elda vuelva a recuperar el protagonismo que tuvo en otros momentos en la moto de competicin. Sin embargo, nuevas generaciones de pilotos siguen prendidos de una aficin que no decae con el paso del tiempo. Como no decae la aficin a perderse por cualquier carretera o camino solitario. miscelnea 2001 64 B uenas noches, queridos paisanos y amables invitados a la Fiesta. Bienvenidos, un cordial saludo y gracias por vuestra presencia. Deseo que mis palabras sean obedientes al dictado de mi pensamiento. Si alguna de ellas se rompe al salir de mi garganta, perdn os pido, ser una travesura de alguna turbacin sin controlar en este momento tan emotivo para m. Plceme en gran manera el interpretar a este pintoresco personaje que cambi su tambor por el derecho a la libertad de expresin, dejando de ser su voz palabra ajena. Y obligado soy al seor Corregidor y a su Concejo agradecer este para m notable privilegio, sin olvidar a las personas que, seguro, con ms mrito que yo, quedaron postergadas en este menester. Agradecido a vosotros y a todos de doble manera, por vuestra cortesa y por vuestra paciencia si me la prestis, cosa que no merezco. Procurar, a cambio, no defraudar ni aburrir vuestra atencin. Y si la calidad le faltase a este Pregn, dispensadme, tratar de compensarla por la brevedad, que tambin es virtuosa condicin. Alzamos el teln y ponemos en escena una corta evocacin de nuestras fiestas patronales, donde tambin tienen su papel las aoranzas. El pasado y el presente van asidos de la mano en mi memoria y pasean sus emociones por el camino de la Fiesta. Un nio y un adulto se funden y confunden en un mismo personaje y comparten sus recuerdos, como actores en la misma fbula empleados. Imgenes lejanas, como fotos superpuestas, deterioran el recuerdo en ocasiones. El pregonero nio y el pregonero adulto que, en comn, slo les queda el alma y sus amores y de aquel paisaje que juntos han vivido slo resta la bella lejana, el inmutable, por ahora, familiar perfil de las montaas y el eterno escenario de la noche. Ni el templo, las ruinas del Castillo, el Consistorio y Casco Antiguo tienen ya la misma silueta; el ro cambi de lecho, se fueron el Pantano, la Rafa, el Lavadero y, hoy, engalanado de arboleda, nos va negando el agua y se oscurece en lgica respuesta. Son muchos septiembres en sus vidas y les asiste con ms fidelidad el corazn que los recuerdos, agrisados por la ptina del tiempo. Vivencias y ficciones forman una amalgama en este testimonio intemporal. Aparece en escena septiembre, el noveno vstago del ao, y con l acontecen nuestras Fiestas Mayores, el fervoroso homenaje al Cristo y a la Virgen, sus patronos. Con aquel entraable programa de bolsillo, que rezaba: Fiestas Cvico Religiosas, se presentaba el mensajero de las Fiestas Mayores, mayores por derecho y por razn, tradicionales, nicas en su esencia, distintas, amables, mgicas, diramos. Son fiestas mgicas las Fiestas de Septiembre, es una fiesta mgica esta fiesta. El nimo se tor- na ms amable, fraternales aromas del pasado nos envuelven, el alma se enamora del ambiente. Rondan traviesos duendecillos y ngeles juguetones, cmplices en sus juegos de lo invisible y la noche, fisgoneando lo religioso y lo profano cual nuestra propia esencia y la de ellos. Se despide el esto, pide turno el otoo, los rboles empiezan a desnudar tmidamente sus doradas y rugosas ropas, los primeros frescores en escena, los ltimos calores por el foro se retiran. Parpadean con ms brillo las estrellas, el cielo se muestra con el mejor de sus azules, sus mejores grises, las nubes, en sus antojos, dibujan un retablo y tintas rojas con oros se mezclan por la tarde. Taen con otro temple las campanas, suena a religioso el pasacalle, huele a cera quemada y a tierra mojada; tambin huele a pan y a pastas caseras cocidas a lea en el horno de la esquina. Todo parece motivarse, como si la naturaleza quisiera ser tambin protagonista para embellecer el escenario. Farolicos de colores, bombillas, bandericas de papel, con sus divisas, dan la bienvenida a la Alborada, columpindose de gozo. Las cucaas, el globo, la traca bajo el viejo paraguas del abuelo, la vaca, la Palmera de las 12, portadora de la antorcha de estos juegos. Habr muchas palmeras ejemplares que iluminan otros cielos y otras tierras, pero como la Palmera que abre las puertas de las fiestas de mi pueblo, ninguna levantar en m ms regocijo. Seguidamente, sanda en ristre, el Castillico, que nos cautiva la mirada hacia la oscura bveda celeste salpicndola de luces de artificio que ascienden y descienden sus caprichos. Y, tras los petardos del final, un aplauso a la destreza del cohetero cierra la funcin y los espectadores abandonan el descampado escenario sembrado de juncos de cohetes con sus cartuchos destripados, fugndose los humos y oliendo a plvora de paz. Es una noche mgica esta noche, no es noche de retiro tempranero, noche que propicia ms a soar despierto que dormido. Es noche de velada. La Alborada es noche de orquestica en las verbenas de los barrios. El albor de la Alborada se aproxima y, de su mano, las primeras luces de la vspera. Y las vsperas suelen ser, a veces, las horas ms felices de la vida. El da de la Virgen, tras la Despert, las salvas de rigor y los pasacalles maaneros son los avisadores del evento. Volteo de campanas, misa solemne. En el plpito, predicador ilustre. Alfombras aromticas tapizan los pasillos del templo. Incienso, velo y sus mejores galas las mujeres. Los hombres, con su mejor atuendo. Miles de velas la bveda iluminan. Devocin, bellas voces en el Coro, el rgano respira sus primeras notas, silencio con toses reprimidas, chirran sillas de enea y reclinatorios tapiza- TEXTO PRONUNCIADO EL PASADO 6 DE SEPTIEMBRE DESDE EL BALCîN DEL AYUNTAMIENTO POR EL INDUSTRIAL ELDENSE JOAQUêN PLANELLES GUARINOS , PREGONERO DE LAS FIESTAS MAYORES 2001 65 miscelnea 2001 dos. Villancico, corta y estridente traca de honor. Durante el ofertorio, tradicional plegaria. Y terminado el acto religioso, el pueblo eldea, eldea sus fiestas, aunque tambin es eldear ser acogedor, diligente y generoso. No cito aqu, para no ser petulante, otros contenidos de este carioso verbo. Y, en las razones en que estamos, el pueblo eldea sus fiestas. Es medioda. Conciertos con las bandas locales y las bandas invitadas. Tasquicas con sus mesas en la calle reciben a la clientela abanicada por los adornos colgantes de la calle. Se toma el ÇmezclaoÈ o la ÇpunticaÈ a la espera de los beneficios de los pucheros de la abuela. Y por la tarde, entre otras cosas, un Çblanco y negroÈ o un ÇrusoÈ y novillada, partido de pelota o balompi. Paseamos las calles y las plazas, sus fachadas sin rejas, pintadas en azules, ocres, bermellones, zcalos de taray, pino o baladre y se asoman de los patios un albaricoquero o una higuera a saludarnos. Los vecinos, sentados en la acera, compartan el botijo en sus charretas. Las calles, algunas tan estrechas que sus moradores intercambiaban de balcn a balcn sus tendederos, sus gozos, sus desdichas, sus lgrimas, el perejil y, quiz, sus amores. Quedaron vacos los tallericos, las sillas de enea quedaron solas, mquinas de aparar silencian sus labores, descansa el tirapi, queda colgado el delantal de dril a la espera del ltimo petardo. Las fbricas paran sus motores, acallan sus sirenas cediendo, por obligada cortesa, su sonido a las campanas. Procesin tras la Salve. Sale la imagen del templo bajando la escalera zozobrante, procurando mantener su vertical, con cientos de flores a sus pies. Con el Himno la recibe la banda y el pueblo la sigue desde adentro y la recibe el pueblo que est afuera. Relmpagos de flash, truenos de traca y comienza el recorrido. Precediendo a la imagen, clero, autoridad y la banda invitada. El asfalto, regado o mojado por la lluvia a falta de mar, riela en colores; el goteo de las velas pavimenta las calles con su cera; algunas golondrinas desveladas de gaviotas hacen y el barco San Bernardo navega, orgulloso de su empleo, en urbana singladura. Marineros custodios por la mar, marrones peregrinos, pardos por el polvo de las sendas, condecorados de veneras, compaeros de viaje del envo, apoyan su cansancio en sus garrotas llevando atada el agua del camino en secas calabazas. Y unos ngeles conducen las carretas y les muestran a los bueyes su destino. Callejero fervor, luces de velas, intercambio de llamas haciendo de cuenco con la mano, evitando que la brisa apague el fuego. A cambio, una sonrisa. Ritmo y vaivn de los portadores, que hacen vibrar la imagen y a los que la contemplan. Una ora- cin, un beso al aire, un ÇaÈ de un nio sealando hacia la luz de las tulipas, arrobo en las miradas y la gente se agolpa en las aceras. Al pasar junto al balcn, la imagen casi nos rozaba y, alargando la mano, se alcanzaba a tocar el manto de la Virgen o el madero del Cristo en sus paseos. Se agota el recorrido, se llega al templo, van cediendo las velas en sus luces y en sus ceras, escala la imagen la escalera, abandona las volandas y ocupa su trono en el altar a coro del famoso villancico. Y, tras la Procesin, la gente se dispersa en busca de otros regocijos. Permitidme, pacientes oidores, que utilice mi pregn, tambin, como oracin y manifiesto. Pido a Dios, por mediacin de los Patronos, que, en sus races, se devuelva a mi pueblo su entidad, tradiciones y fisonomas histricas perdidas. Mantenedlo protegido de codicias, apoyadlo en su camino, alejadlo de pestes, como antao, de estas pestes de hogao, de la violencia, del hambre, de las granizadas. De las guerras librad a todos los pueblos de la tierra y de esa cobarde epidemia: el terrorismo. Que no se apaguen otra vez las luces del sol, las de la lu- na, de las estrellas de los farolicos y el fulgor de la palmera, como entonces, en aquella injusta, estril y negra guerra nuestra, que nos dej el reloj parado tanto tiempo y sin Fiestas de Septiembre. Y a aqullos que alcanzaron la paz definitiva, desde el ms all permitidles, Seor, si te lo piden, asomarse a su pueblo para ver las bandericas de sus fiestas. Consuela a los ausentes, a los que no les faltarn sus aoranzas desde su lejana, y al forastero que, si descalzo viene, calzado marche, o que alguien, como es nuestro talante, le toque en el hombro y le diga: qudate.Salud y buenos sucesos a todos los eldenses nacidos aqu o no, porque el hogar no est donde se nace, sino donde se hace y se domicilia el corazn. Y cuando nos llegue el ltimo suceso, se nos agoten los septiembres y la salud del cuerpo nos deje para siempre, que la salud del alma nos acoja. Y quisiera, Virgen de la Salud, perdonad mi osada, en tu dorada desnudez, encontrar tus pies para calzarte en nombre de nuestro pueblo zapatero. Llega el ltimo da y los dos personajes de la fbula se miran a los ojos y coinciden al pensar que slo les queda en comn el alma y sus amores. Y el pregonero nio le pregunta al pregonero viejo: ÀPor qu tan breves las fiestas?, Àpor qu se van tan raudas?, Àse nos agotan los septiembres?. Y el pregonero viejo le responde: No te aflijas, compaero de pregn, porque estoy seguro de que tambin hay septiembres en el cielo. Salud y buen suceso, queridos paisanos y amables invitados. Y en nombre y por licencia del seor Corregidor pueden dar comienzo los festejos. Felices das del Cristo y de la Virgen. Muchas gracias. miscelnea 2001 66 Gabriel Segura Herrero L a desestructuracin comarcal de las tierras regadas por el Vinalop ha tenido un evidente reflejo secular en los procesos de investigacin histrica realizados desde los diversos pueblos que integran esta comarca natural. A pesar de la larga tradicin investigadora existente en muchos de sus pueblos, y que en algunos casos, como en el de Elda, podramos remontar a la segunda mitad del siglo XIX, en pocos casos se super, y casi siempre de la mano de autores forneos, la perspectiva estrictamente localista de investigar el pasado del pueblo. Prctica acompaada del olvido y la desatencin de la historia del pueblo vecino. Debido a esa desestructuracin y exceso de localismo, los pueblos del Vinalop no supieron engancharse al tren de la celebracin de congresos de estudios comarcales desarrollados a lo largo de toda la geografa valenciana y al amparo del proceso de autonoma y reafirmacin cultural de las seas de identidad. As, y por lo que atae a la provincia de Alicante, los celebrados de la Marina Alta (1982), lÕAlcoi-Comtat (1985) o del Camp dÕAlacant (1987) no tuvieron reflejo en la cuenca del Vinalop hasta junio de 1997, cuando en Petrel y en Villena se celebr el I Congreso de Estudios del Vinalop como homenaje a D. Jos M» Soler Garca, eminente historiador y arquelogo villenero fallecido. Reunin que supuso una inflexin en el panorama de la investigacin histrica en los pueblos de la cuenca del ro Vinalop, puesto que permiti poner en contacto a todas aquellas personas interesadas en la divulgacin de todos aquellos estudios sobre las facetas humanas que integran las llamadas Ciencias Sociales. De aquel primer congreso surgi Çel mandatoÈ implcito de crear un centro de estudios comarcales, semejante a los ya existentes en otras comarcas vecinas. As, y en torno al ya constituido Centro de Estudios Locales de Petrel se aglutin un grupo de investigadores y estudiosos del mbito local, comarcal y extracomarcal que, interesados en la idea, sintieron la necesidad de superar las fronteras culturales municipales. Grupo de amigos constituido en Consejo de Redaccin que, a finales de 1998 y tras muchos meses de trabajo y de bsqueda de financiacin, sac a la luz el primer nmero de la que se denomin Revista del Vinalop , publicacin de contenido he- terogneo estructurado en cuatro grande apartados: el Dossier, que agrupa diferentes artculos de dedicados a un tema monogrfico, y que en los tres nmeros hasta ahora publicados (hay un cuarto en imprenta) se ocupan de temas como la Cultura Popular (n¼ 1, 1998), la Toponimia (n¼ 2, 1999), la Organizacin y Ordenacin del Territorio (n¼ 3, 2000), y el Franquismo (n¼ 4, 2001); Variaes la seccin dedicada a las investigaciones de asuntos variados, no incluidos en el dossier; Documentaes una seccin dedicada a la divulgacin y anlisis de pequeos archivos y documentos histricos; y, Op. Cit.es una seccin destinada a la crtica y comentario, reseas y recensiones de libros, revistas y actividades culturales. Revista de periodicidad anual que, editada por el ya reconvertido Centro de Estudios Locales del Vinalop , quiere ❿Portada del n¼ 3 de la Revista del Vinalop. Centro de Estudios Locales del Vinalop cel , una iniciativa cultural comarcal 67 miscelnea 2001 ser una va de comunicacin e integracin de las comarcas del Vinalop, de todos los pueblos y colectivos que viven en las riberas de este ro rambla, desde las ciudades industriales (Elche, Elda o Villena) hasta los pequeos pueblos (Hondn de los Frailes, Hondn de las Nieves, Alguea, Romana, Salinas, Caada, Campo de Mirra o Benejama), pasando por las villas en crecimiento (Santa Pola, Crevillente, Aspe, Novelda, Petrel o Sax) y los pueblos agrarios en transformacin (Monvar, Monforte, Pinoso, Biar o Baeres). El objetivo del equipo de redaccin fue crear una plataforma de estudio y divulgacin que sirviese para aproximar las Ciencias Sociales a los problemas reales de la gente y del medio donde vive. Por ello, el medio local y comarcal es el espacio idneo para la prctica investigadora de las Ciencias Sociales en tanto que nos aproximan a una realidad colectiva vivida. Iniciativa cultural que, dada su evidente y demostrada proyeccin comarcal, cont con el apoyo econmico de la Mancomunidad Intermunicipal del Valle del Vinalop que, mediante subvenciones anuales, ha posibilitado el desarrollo de todos los proyectos planteados por el CEL. Apoyo institucional que, junto con el imprescindible respaldo del pblico manifestado tanto en la adquisicin de los sucesivos nmeros de la revista como en las suscripciones fijas, permiti lanzar otro proyecto editorial paralelo: una coleccin de estudios monogrficos que, bajo el ttulo de lÕAlgoleja (Agualejas, en castellano) ha recorrido, en los hasta ahora publicados cuatro volmenes, temticas tan diversas co- mo El poblamiento prehistrico en el Valle de Elda , de G. Segura y F. J. Jover (1998); Los molinos de aguas en las comarcas del Vinalop , de T. Prez Medina (1999); Lucha obrera en las comarcas del Vinalop. El Movimiento Asambleario de 1977 , de F. Martnez Navarro (2000); Castillos y torres en el Vinalop (2001). Actividad editorial que se ha visto complementada pe- ridicamente por la presentacin de cada una de las publicaciones en los distintos pueblos del Vinalop, contribuyendo a la dinamizacin cultural de los mismos.Por otra parte, y de forma conjunta con algunos ayuntamientos del Vinalop, el CEL viene organizando los congresos de estudios comarcales. El primero, ya comentado, se celebr en junio de 1997, bajo el patronazgo de los ayuntamientos de Petrel y Villena, junto con la Fundacin ÇJos M» SolerÈ, de Villena, viendo publicadas sus actas en diciembre de 1997. Por su parte, el II Congreso de Estudios del Vinalop se celebr en Monvar los das 23, 24 y 25 de marzo del presente ao 2001, pues la celebracin del congreso qued integrada en la programacin cultural de la concejala de Cultura del Excmo. Ayuntamiento de Monvar en conmemoracin del centenario del otorgamiento del ttulo de ciudad. Frente al ÇAgua y TerritorioÈ , tema central del primer congreso, las ponencias y artculos presentados a este segundo giraron en torno al ÇPatrimonio Histrico ComarcalÈ . Reconocidos especialistas expusieron el estado actual de las diversas facetas del patrimonio histrico: desde los museos a la cultura popular, pa- ❿ El CEL ha publicado cuatro libros hasta la fecha. miscelnea 2001 68 sando por el patrimonio inmueble y el patrimonio rural. Ponencias que enmarcaron un buen nmero de comunicaciones de estudiosos de la comarca que expusieron los resultados de sus ltimas investigaciones en los diversos campos del Patrimonio Histrico. A este respecto, cabe destacar las aportaciones realizadas por varios eldenses sobre diversos aspectos, caso de la ÇReligiosidad popular y el panten sagrado en la Elda de los siglos XVII-XVIIIÈ ,de J. Samper Alczar; ÇUna aproximacin a la Arqueologa industrial en el Vinalop: las fbricas de luzÈ ,de J.D. Busquier Corb ; ÇLa necrpolis bajomedieval del castillo de Elda (ss. XIII-XVI)È , de T. Palau Escarabajal ; ÇEl proceso de recuperacin de los centros histricos de ciudades en el curso del VinalopÈ , de J. Rodrguez Lorenzo; Patrimonio Histrico Lingstico: los refranes y frases hechasÈ , de J.J. Martnez Egido. Trabajos que evidencian un alto nivel y una variada temtica en la investigacin que se viene desarrollando sobre la historia de Elda. Del mismo modo, y como colofn del congreso, suscit inters de los asistentes el lugar de celebracin del prximo encuentro de estudios comarcales. A este respecto, durante el acto de clausura, tanto el concejal de Cultura de Monvar como el presidente del CEL, como asociacin promotora de los congresos comarcales, lanzaron el guante del III Congreso de Estudios del Vinalop encima de la mesa del Ayuntamiento de Elda, representado por su concejala de Cultura. Tercer encuentro cuya fecha ideal sera el 2004, hacindole coincidir con la doble celebracin del centenario de la concesin del ttulo de ciudad (1904-2004) y del IV centenario de la llegada de los Santos Patronos a Elda (1604-2004). Evento cultural de gran transcendencia que merece la confeccin de una programacin cultural de primer orden. A este respecto, el CEL ya manifest, y as lo vuelve a realizar, su disposicin a la colaboracin en la organizacin del tercer congreso comarcal en Elda, pues debemos tener en cuenta que el 2004 no slo posee una trascendencia local, ya que la concesin de ttulo de ciudad viene a refrendar una realidad socioeconmica basada en el desarrollo econmico y crecimiento demogrfico de una poblacin, o de una comarca, como en este caso fue el Medio Vinalop, donde en apenas un lustro, tres ciudades fueron elevadas de rango urbano, caso de Monvar (1900), Novelda (1902) y Elda (1904). Hecho comarcal que puede permitir configurar el hilo conductor de esa reunin, al tiempo que permita, junto a otras iniciativas, actualizar la historia de Elda y de las comarcas del Vinalop. ❿ Imagen de la cartelera con la que se difundi el II Congreso de Estudios del Vinalop, organizado por el CEL en Monvar. 69 miscelnea 2001 Redaccin D esde el pasado 27 de abril, da en que se inaugur, el Museo Etnolgico de Elda, que en realidad se denomina Coleccin Museogrfica Mosaico , tiene abiertas sus puertas en su nuevo emplazamiento, en el edificio de la Fundacin FICIA. La nueva sede tiene poco que ver con la antigua, situada en los bajos de una vivienda del barrio de Las Trescientas desde 1995. Los fondos musesticos recogidos a lo largo de muchos aos por Mosaico se exponen ahora de una manera diferente. Todo est organizado para realizar un recorrido perimetral por la sala. Con dos grandes fotos de la Elda de 1858 y de la actual, tomadas desde la misma perspectiva, y las maquetas del Casco Antiguo y la antigua Iglesia de Santa Ana, se puede observar cmo eran una vieja cabina de proyecciones de cine, una panadera, una antigua cocina de las de carbn o una carpintera. Un estand central est dedicado a la Elda agrcola de antes de la industrializacin. Por lo dems, son casi innumerables los objetos expuestos: pesos, medidas, expendedores de aceite, viejas calculadoras, candiles, clavijas de luz elctrica, planchas de carbn, relojes, cmaras fotogrficas, mquinas de escribir, viejos aparatos de radio, uno de los primeros televisores que se vieron en Elda, un silln de barbero, mquinas de escribir, viejas fotografas de la ciudad, documentos, monedas... En realidad, slo faltan elementos de la industria zapatera, suficientemente representada por el Museo del Calzado, que est pared con pared con el Etnolgico. La Coleccin Museogrfica Mosaico, reconocida por la Generalitat como Coleccin Museogrfica Permanente, se puede visitar de 16 a 20 h. de martes a viernes y de 17 a 20 h. los sbados. Tambin se pueden concertar visitas guiadas llamando a los telfonos 965 381 434 636 539 658. MUSEO ETNOLîGICO Un nuevo espacio para el miscelnea 2001 70 Ya se puede ver la COLECCIîN PEDRITO RICO E l recinto de la Fundacin FICIA que alberga el Museo Etnolgico tiene tambin un espacio, preservado por una vitrina de seguridad, reservado para la Coleccin Pedrito Rico . ste es el fruto de la donacin a perpetuidad que las hermanas del artista, Carmen y Soledad, hicieron al Ayuntamiento de todos los recuerdos de su hermano, que guardaban amorosamente en su domilicilio familiar. Gracias a ellas, todos los eldenses y no slo ellos Ñtodava hay clubes de admiradoras de Pedrito Rico por toda AmricaÑ podrn contemplar y admirar discos, trofeos, diplomas, fotografas, un disco de oro, trajes, caricaturas, galardones... de un cantante que pase el nombre de Elda por Espaa y Amrica a lo largo de una carrera repleta de xitos. De hecho, los viejos LPs de vinilo que guardan la memoria musical de Pedrito Rico han sido la base para la edicin de un CD recopilatorio que se regala con este nmero de la revista. El horario de visita para la Coleccin Pedrito Rico es el mismo que para el Museo Etnolgico. 71 miscelnea 2001 P ese a ser un ao muy cinematogrfico, el 2001 ha sido especialmente traicionero con las salas de cine locales. La demolicin del antiguo Cine Cervantes (en las fotografas) es toda una metfora del estado actual de la exhibicin cinematogrfica en Elda. De ser una de las salas con mayor aforo de toda la Comunidad Valenciana, el Teatro Cervantes ha pasado a ser un supermercado. Por las mismas fechas en que se demola el Cervantes, enfrente, por la parte de abajo, el Cine Rex, regentado por el mismo empresario, daba sus ltimos coletazos con Trafficpara dejar de existir sin hacer mayor ruido.Y el Cine Lis, reformado no ha mucho, hace meses que no proyecta una pelcula. Las nicas salas que quedan abiertas, los minicines Plaza de la Plaza Mayor (del mismo empresario que Cervantes y Rex), tambin dan muestras de estar seriamente amenazadas tras la puesta en marcha de los cines Yelmo Flex, el complejo con diez salas de Petrer. En esa tesitura, es posible que la anunciada apertura de ms salas de exhibicin en la ve- cina poblacin, muy cercanas al complejo de ocio de Carrefour, acabe por darle la puntilla a la exhibicin de cine en Elda.Y total, para ver en todos los cines las mismas pelculas. Lejos, muy lejos, quedan los tiempos en que haba en Elda catorce cines, todos con su propia oferta cinematogrfica. De seguir as las cosas, dentro de poco no quedar ninguno, slo un recuerdo que tambin se ir diluyendo conforme pasen los aos. ÀO no ser as? CINES Elda se queda sin miscelnea 2001 72 La Escuela Universitaria de Relaciones Laborales de Elda Una historia con futuro Francisco Cabrera Toms L a actual Escuela Universitaria de Relaciones Laborales de Elda , adscrita a la Universidad de Alicante, tiene su origen en el antiguo Seminario en Elda del Instituto de Servicios Sociales, con dependencia del que tena su sede en Valencia. Tal seminario empieza a funcionar en Elda en el ao 1964, contando, para su puesta en funcionamiento, con personas de raigambre en nuestra ciudad que desinteresadamente se ofrecieron a ayudar en su nacimiento y creacin, como D. Abel Sez Yez, D. Cndido Muoz Zafrilla, D» Mara Luisa Maestre, primeros directores del Seminario, y D. Pedro Comas Prez. Con escasos medios y debido a la labor, fundamentalmete desinteresada, de quienes ejercan la docencia en el Seminario, Elda cont con uno de los primeros centros de Espaa que impartan estudios socio-laborales propios de la titulacin de ÇGraduado SocialÈ, que entonces expeda el Ministerio de Trabajo. Gente de toda Espaa acuda al centro de Elda, se matriculaba y vena a nuestra ciudad a examinarse desde puntos tan distantes geogrficamente como Canarias o Andaluca. A finales de la dcada de los 70, el Ayuntamiento de Elda apost por el relanzamiento de estos estudios y tom decidido inters en su coordinacin. Los esfuerzos empiezan a tener sus frutos, incrementndose progresivamente el nmero de alumnos que se matriculaban, la dedicacin del profesorado y la ayuda econmica del Ayuntamiento. En el ao 1987, aprovechando la coyuntura creada por una normativa que obligaba a todos los centros de enseanza superior a depender de la Administracin educativa universitaria, el Ayuntamiento, con la unanimidad de todos los grupos polticos (actitud que ha sido permanente en toda la historia de la Escuela), decidi crear una Comisin que se encargara de dar los pasos necesarios para que el Seminario del Instituto de Servicios Sociales se transformara en Escuela Universitaria y se adscribiera a la Universidad de Alicante, comisin que estuvo formada por el entonces director, D. Francisco Justamante Gran, D. Mateo Snchez Solera y D. Gabriel Garca Cremades. Dos aos de intensas negociaciones, contactos con la Universidad y elaboracin de la normativa correspondiente, culminaron con la creacin de la Fundacin Benfico-Docente de la Escuela Universitaria de Graduados Sociales, entidad titular de la Escuela Universitaria Adscrita de Graduados Sociales. En el ao 1989, la Generalitat Valenciana autoriz la transformacin del antiguo Seminario en Escuela Universitaria y su adscripcin a la Universidad de Alicante, con la que se suscribi el oportuno convenio de colaboracin. Posteriormente, en el ao 1994, el antiguo Plan de Estudios de la Diplomatura de Graduados Sociales se cambia por el nuevo Plan de Estudios de Relaciones Laborales, pasando la Escuela Universitaria a denominarse Escuela Universitaria Adscrita de Relaciones Laborales. Comenz con la direccin de D. Francisco Justamante Gran hasta el ao 1990, en el que fue nombrado director por el Rector de la Universidad de Alicante D. Juan Jos Dez Snchez, catedrtico de Derecho Administrativo y actual Decano de la Facultad de Derecho. Posteriormente ocup el cargo D. Alberto Prez Viv, profesor de Derecho Romano de la Universidad, hasta el ao 1998, en el que fue nombrado el eldense D. Antonio Miguel Corb Bellot, actual director y profesor de Informtica de la Universidad de Alicante. Hasta la actualidad, y desde su creacin, han pasado por la Escuela Universitaria ms de cuatro mil alumnos. El alumnado era, en sus orgenes, y prcticamente hasta hace una dcada, personal integrado en empresas o con situacin laboral estable, cuya vocacin se centraba tanto en ampliar conocimientos como en mejorar su situacin de empleo. En la actualidad, es el tpico alumnado de cualquier centro universitario. En cuanto a su sede, la Escuela Universitaria ha sido itinerante desde sus orgenes, habiendo cambiado de ubicacin en varias ocasiones. As, en los aos sesenta se comenz a impartir la docencia en la antigua C.N.S., luego en el colegio Pblico Padre Manjn, posteriormente en el colegio Sagrada Familia y, actualmente, en el edificio sur del Instituto de Enseanza Secundaria La Torreta. La situacin a buen seguro cambiar cuando se haga realidad el CAMPUS UNIVERSITARIO. Efectivamente, la Escuela Universitaria de Relaciones Laborales de Elda que, desde aos atrs manifest la necesidad de que nuestra comarca contara con ms presencia universitaria, est participando en el proyecto de creacin de un Campus Universitario a partir de la iniciativa de los ayuntamientos de Elda, de Petrer y de nuestra Universidad de Alicante. Campus del que seramos autntico embrin para el posterior desarrollo de sta y otras carreras universitarias. Igualmente, esta Escuela no deja de mantener los contactos oportunos y efectuar las gestiones necesarias para que en un futuro muy prximo, que bien podra situarse en el curso acadmico 2002/2003, pueda impartir el Segundo Ciclo de esta enseanza universitaria, que culminara con la Licenciatura en Ciencias del Trabajo, segundo ciclo ya concedido este mismo ao por la autoridad educativa a la Universidad de Alicante. La Escuela Universitaria de Relaciones Laborales de Elda es el nico centro universitario de la Universidad de Alicante en Elda y el Alto Vinalop. Imparte una enseanza no masificada, con un ratio profesor-alumno que repercute en una excelente calidad docente. Orienta los estudios a la prctica profesional, principalmente en el asesoramiento laboral. Y centra sus esfuerzos en aproximar al alumno a la realidad empresarial y al mercado laboral. Todo ello, con la ayuda incondicional de Elda, nuestro pueblo, que, desde siempre, ha apoyado a esta Escuela, sigue luchando por ella y, a buen seguro, apostar fuerte en su proyeccin de futuro. 73 miscelnea 2001 ❿De izquierda a derecha y de arriba a bajo, las sucesivas sedes que ha tenido la Escuela Universitaria de Relaciones Laborales: Edificio de Sindicatos, Colegio Padre Manjn, Centro Sagrada Familia e I.E.S. La Torreta. miscelnea 2001 74 Las comparsas ocupan el CASCO ANTIGUO Redaccin L a inauguracin, el pasado 25 de mayo, de la sede de las Huestes del Cad , en pleno Casco Histrico, constituy el acto ms visible de un fenmeno, a mitad de camino entre lo festero y lo urbanstico, que se ha acentuado en los ltimos tiempos: la progresiva ocupacin del Casco Antiguo por parte de las comparsas de Moros y Cristianos. Adems de las Huestes del Cad, que invirtieron siete aos y cien millones de pesetas en un amplio edificio de tres plantas y stano, ya se han instalado en el Casco Antiguo Contrabandistas y Marroques , y los Estudiantes no andan muy lejos. En un futuro prximo, y a pesar de los problemas derivados de la paralizacin de la obra, lo harn los Zngaros. Tambin estrenar sede la Junta Central de Comparsas en la calle Nueva, concretamente en la Casa de la Viuda de Rosas, una vez est rehabilitada. M ientras tanto, los Realistasya han aprobado su proyecto para construir su nueva sede, muy prxima a de los Zngaros, y los Musulmanes se estn pensando seriamente en seguir los pasos de las comparsas mencionadas. Por otra parte, numerosas escuadras han establecido sus cuartelillos en el barrio. De esta forma, comparsas y escuadras, a falta de promotores urbansticos, estn eliminado solares y creando toda una trama festera a la sombra de la ermita de San Antn, la Plaza del Ayuntamiento y la iglesia de Santa Ana. Si se contina con esta dinmica, el Casco Antiguo ser el feudo de los Moros y Cristianos en un breve plazo de tiempo, contribuyendo a su manera a la rehabilitacin de una zona que lo necesita urgentemente y que ser objeto de especial atencin en el futuro Plan General de Ordenacin Urbana, ahora mismo en fase de redaccin. 75 miscelnea 2001 Cambios en el XIX PREMIO DE PINTURA ÇPINTOR SOROLLAÈ C on algunos cambios en su planteamiento, las 32 obras seleccionadas en la XIX edicin del Premio de Pintura ÇPintor SorollaÈ , algunas de ellas de pintores de Elda y Petrer, se expusieron en la Casa Grande del Jardn de la Msica del 1 al 20 de diciembre. La fecha de la exposicin es el primer cambio registrado en este veterano concurso de pintura que organiza el Ayuntamiento, ya que, tradicionalmente, la muestra se haca al final de la primavera. Adems, el concurso vuelve a su convocatoria anual y, segn anunci la concejala de Cultura, Mara Fernanda Obrador, se aumentarn las dotaciones de los premios de manera significativa en la prxima edicin. Otro cambio, a sugerencia de los pintores locales, es la ampliacin del formato mximo permitido hasta los 2 x 2 metros y el acompaamiento, por primera vez, de un catlogo donde se reproducen todos los cuadros expuestos. En esta edicin del ÇPintor SorollaÈ, el primer premio fue para el madrileo Arturo Martn Burgos, que se llev las 300.000 pesetas correspondientes. Las 100.000 pesetas del segundo premio fueron a parar a Rafael Martnez Primo, pintor de la poblacin valenciana de LÕAlcudia. Adems, el jurado decidi otorgar dos accsit sin dotacin econmica a las obras de Juan Bautista Mart, de Onteniente, y Paloma Soler de Rivas, de Madrid. En total, fueron 70 las obras presentadas a concurso, una participacin algo menor que en anteriores convocatorias. PRIMER PREMIO Ttulo: Las tentaciones de San Antonio. Tcnica: Mixta Collage sobre lienzo. Medidas: 2 x 2 metros. SEGUNDO PREMIO Ttulo: Memoria Tcnica: îleo sobre tela y polvo de mrmol Medidas: 1Õ50 x 1Õ50 metros. H aca mucho tiempo que Ricardo Galeano haba perdido toda esperanza no slo de volver a enamorarse sino tambin de que su montona realidad cotidiana pudiera aportarle algoque tuviera un mnimo de emocin. Pero he aqu que una tarde en que aguardaba en la sala de espera del odontlogo para unos empastes rutinarios, tras extraer de su cartera un ejemplar en rstica de los versos profanos de Sor Juana Ins de la Cruz, y sin dedicar una mirada de horror al montn informe de revistas de chismorreo en que los pacientes ahogaban su desi- dia, descubri a una mujer de media-na edad que distradamente contem-plaba una planta de ampulosas ho-jas, que proporcionaba un toque bos- coso a aquel extremo de la sala. Ricardo Galeano sinti que en la forma, entre triste e ingenua, de contemplar la mujer aquellaplanta, y en su aspecto tiernamente sencillo, poda haber algo digno de ser amado. Y eso que no era una mujer especialmente hermosa, sino uno de esos seres en quienes la belleza adquiere formas tan subjetivas que slo pueden descubrir y gozar unos pocos escogidos. As que, haciendo como que recitaba para s a Sor Juana Ins, no dej de observarla, y hasta un par de veces sus miradas se encontraron, la segunda vez acompaadas de una sonrisa, como de despedida, justo en el momento en que la enfermera lanz al aire un nombre femenino ÑArcadia de las HayasÑ que quebr el silencio de la sala, dejando tras de s un rastro de forestales reminiscencias. Y tampoco es que, luego, pensara mucho en Arcadia. Amores fugaces, instantneos e irrepetibles, los haba tenido a cientos: eran inofensivos, no exigan dedicacin, ni compromiso, ni daban tiempo a la ilusin (ni iban a reclamar nunca una pensin alimenticia: a Galeano an le pesaban las consecuencias de un matrimonio precipitado, all en su juventud). Y aunque en este caso estaba el plus del nombre, ese nombre que (varias veces se descubri recordndolo en esos das) traa a su mente visiones de florestas y umbras campias, en unos das la olvidara, como a tantas otras. Pero esta vez fue distinto: diez das ms tarde, comoquiera que le segua molestando una rodilla (meses atrs haba sufrido una cada en bicicleta, a la que no haba dado ms importancia), pidi hora para el traumatlogo. Y, al poco de llegar, apenas extrajo de su cartera su ejemplar de los Versos Profanos, Arcadia entr en la sala de espera. Al verla, a Ricardo Galeano el corazn (a esa vscera ya la daba por muerta) de un brinco le renaci. Ella contemplaba, con una expresin muy parecida a la del primer da, el chorrito que ascenda de una pe- miscelnea 2001 76 PRIMER PREMIO DE LA XVII EDICIÓN DEL CONCURSO DE CUENTOS «CIUDAD DE ELDA» Et in arcadia ego... Rafael Orihuel Iranzo My love is a flower just beginning to bloom. (Johnatan Richman) To the happy few. (Stendhal, dedicatoria de la Cartuja) Era la poca de los maestros de la levitacin. Algunas tardes veamos a hombres y mujeres solitarios flotando sobre las copas oscuras de los rboles. ÀEstara durmiendo o pensando? (Charles Simic) 77 miscelnea 2001 quea fuente de mesa, colocada en el centro de la sala, junto al inevitable revoltijo de revistas. Mantena las piernas cruzadas y a veces se alisaba, distrada, una falda muy bonita que llevaba. Se haba sentado algo alejada de l, pero Ricardo, en cuanto pudo, se coloc frente a ella. Trataba de leer las amorosas rimas, pero cada palabra y cada letra de ellas pareca contener el nombre cifrado de Arcadia. No estaba seguro de que ella le hubiera reconocido Áqu estupidez, se dijo, qu fatuidad la ma, por coincidir un par de veces, creer que ya me reconoce y me aprecia! Y sin embargo, cuando fue reclamado por la enfermera para comparecer ante el doctor, ella entorn la cabeza y le dirigi una mirada de clara complicidad que casi le impidi levantarse de su asiento. Verse por tercera vez no fue tan fcil, pero tena su nombre y eso era lo importante. Dise una estrategia adecuada. Haciendo gala de un renovado inters por el aparato en cuestin, telefone al da siguiente a la consulta del traumatlogo y dijo que llamaba de parte de su esposa, Arcadia de las Hayas, la cual haba estado all la tarde anterior, pero haba olvidado para cundo haban fijado la prxima visita. La enfermera, algo perpleja, le inform de que no haba ninguna cita en la agenda, pero que le constaba que el doctor le haba encargado unas radiografas, y que una vez las tuviera en su poder debera pedir hora para mostrrselas al doctor. Luego vino la tarea ardua de telefonear a los radilogos de la ciudad (afortunadamente no eran muchos) y contar una historia similar: a la sptima llamada consigui los datos que buscaba y, con una nueva llamada a ese sptimo radilogo, el doctor Garca-Amor, consigui ser citado el mismo da que Arcadia, slo que media hora ms tarde. Ricardo Galeano jams se haba permitido realizar tantas diligencias con un amor fugaz, y temi que esa inusitada actividad, como en otras ocasiones le haba ocurrido, provocara que sus sentimientos se desvanecieran, que su empeo creara una Arcadia mtica respecto de la cual la Arcadia real no fuera ms que una copia degradada y por ello rechazable. Pero al verla entrar aquella maana en la sala de espera del doctor Garca-Amor, al descubrir su delicioso modo de caminar y saludar Ñella no le vio a l al principioÑ, su manera de sentarse en el borde de la butaca, ladeada, colgando el bolso en un extremo, irradiando una maravillosa levedad, como si de un momento a otro fuera a ponerse a volar entre las lmparas y los ttulos, las orlas y los diplomas que decoraban la sala; y, sobre todo, al ver cmo, si bien esta vez tomaba una revista del revistero y empezaba a hojearla, sus ojos estaban en otra parte (en un pas remoto sin revistas ni salas de espera ni mdicos ni enfermedades), con alegra, quiz con miedo, advirti que era la Arcadia real la que dejaba en el reino de lo apcrifo a la ansiada por l a lo largo de esos das. Ricardo pospuso cuanto pudo el momento de hacerse visible (se haba sentado adrede en un lateral de la sala), slo para contemplarla, para hacerse la ilusin de acabar de descubrirla, para comparar su rostro luminoso con los detestables rostros que les rodeaban. Y cuando por fin se dej ver, Arcadia no pudo reprimir un ÇÁUsted aqu!, Ásaba que nos encontraramos!È. Y luego, sin importarles la presencia de otros pacientes esperando para ser radiografiados, se enzarzaron en una atropellada conversacin acerca de sus dolencias, los puntos dbiles de sus organismos, sus propensiones a enfermar en el mbito de unas u otras especializades. Ella hablaba de una forma serena pero extraordinariamente fluida. Los nombres de enfermedades surgan de su boca como locuciones balsmicas, como palabras mgicas que aunque en primer trmino designasen temibles trastornos en el orden de la salud, por otro, al ser emitidas por ella lograban un enorme poder benfico sobre su alma. ÇÁYa se sabe que a partir de los cuarenta...!È, enunci Arcadia, colocndose el abrigo, pues ya le haban sido entregadas las radiografas, y l se mostr de acuerdo con ese lmite que tambin en su caso marcaba el inicio de aquel peregrinaje por consultas y sanatorios. Quiso aadir algo ms, pedirle que no se marchara todava, que esperara un momento, que en cuanto a l le entregaran sus radiografas la invitara a tomar un caf en el bar de la esquina, pero se pregunt si enunciar esas palabras tan prosaicas: invitar, caf, bar, esquina, no constituira un atentado contra los sublimes nombres puestos por ella a sus dolencias, esas palabras que guardaban en su seno las claves para volver a verla ms adelante: neuralgia, imptigo, queratitis, vrtigo, arritmia, nefritis... En esa duda estaba cuando ella desapareci escaleras abajo. A veces Ricardo Galeano se reprochaba a s mismo no coger el telfono y llamarla. Solamente haba tres De las Hayas en la gua telefnica, y De las Hayas, A., nada ms que una. Con sumo cuidado Ñcomo si se tratara de cifras sagradas, y, desde luego, para Galeano lo miscelnea 2001 78 eranÑ haba anotado en su agenda el nmero de Arcadia, y se imaginaba a me- nudo el momento en que pulsara las correspondientes teclas y comenzara a or los tonos de llamada, esa msica minimalista que amenizara la intensa espera hasta que al otro lado ella descolgara el auricular, pero al final le ganaba siempre la secreta y acaso fatal conviccin de que ese extraordinario amor no podra florecer ms all de las consultas de los mdicos. Afortunadamente, contaba ya haca tiempo con un seguro mdico. Un seguro que, hasta aquellas gloriosas caries que propiciaron su primer encuentro en la consulta del dentista, no haba utilizado demasiado. Ahora, sin em- bargo, el librito donde, agrupadospor especialidades, se contena lalista de mdicos ( Cuadro Mdico , rezaba en su portada) se convirti para Galeano en un devocionario, un libro de horas, un breviario de amor donde cada especialidad (dermatologa, urologa, endocrinologa...), cada mdi- co (Dr. Lozano, Dr. Castelar, Dra. Massoni...) y cada punto concreto de la ciudad (Lagasca, 71, Paseo de Avin, 37, Independencia, 126...) representaban las posibilidades de que su amor se le mostrase. Guardaba grabados con letras de fuego en su corazn los nombres de todas las enfermedades que Arcadia le haba mencionado: comenz, lgicamente, por ellas. Fingir leves dolencias, cierta exagerada propensin al chequeo o incluso inequvocas hipocondras no le supuso ningn esfuerzo. Con el alma en vilo haca su aparicin en las salas de espera, y mientras aguardaba por ver si llegaba Arcadia, aprovechando breves ausencias de su puesto de las enfermeras que controlaban las visitas, hojeaba las agendas para encontrar su nombre. No le afliga ver cumplirse la fatalidad de haberse equivocado de da, o no haber acertado el especialista por ella seleccionado: la forzosa espera no haca en esos casos ms que enriquecer su amor, que afianzar a Arcadia an ms en su pensamiento; la espera era un sacrificio agradable que acrecentaba la sensacin de peregrinacin, de viaje interior; aunque, con el tiempo, su amor ya no precis ms de esas pruebas, pues en su conversacin fueron apareciendo los nombres de los mdicos ms aptos para cada tipo de enfermedad. Fue as como empez a verla con asiduidad. Y esos encuentros eran lo nico que le mantena vivo; cuanto ms frecuentaba a Arcadia, todo lo dems le pareca detestable y absurdo: su trabajo en una oscura oficina estatal, su ciudad, su pas, los gobernantes: la poca, en suma. Pero mi juicio no debe ser despiadado Ñse reconvino RicardoÑ, quiz todo esto sea un mal necesario, al fin y al cabo el mundo no es ms que la excusa para que Arcadia exista y yo la pueda amar. A veces, no obstante, se martirizaba pensando si ese amor no era una pura obsesin, una creacin de su alma angustiada, y no le bastaban entonces el candor de su mirada ni la clara alegra que ella mostraba al verle, ni sus esperanzadoras palabras aadiendo a su acervo afectivo nuevos nombres de dolencias, mdicos y remedios. Se deca si no era exclusivamente l quien mantena con sus tretas de hipocondraco el fuego de aquel amor. Pero un da, felizmente, confirm lo infundado de ese temor. Acababa de entrar a la consulta de la doctora Ingeborg Lange, urloga (Galeano haba alegado la sintomatologa de la prostatitis), cuando, desde el mostrador ubicado junto a la puerta, la enfermera de turno, al identificarse l, dijo: ÇÁAh, s, Galeano, no hace nada ha llamado su mujer para saber qu hora le habamos dado, me ha dicho que haban perdido el papel donde la tena anotada! ÁVaya, ha sido usted muy rpido!È. Galeano estuvo a punto de meter la pata, testimoniando sus muchos aos de clibe, pero comprendi a tiempo e improvis un ÇBueno, es que vivimos ah al ladoÈ. Diez minutos ms tarde, mientras lea las Cartas de amorde la portuguesa Mariana Alcoforado (haba dado ya buena cuenta de Sor Juana Ins), como si emergiera de un sueo se dibuj en el vano de la puerta la figura esbelta de Arcadia de las Hayas. ÁY cmo lograba sorprenderle en cada ocasin! Esta vez llevaba puesta una gabardina y una bufanda, y unas gafas oscuras llenaban de penumbra el misterio de sus ojos. El gesto Ñrpido, firme, contundenteÑ con que se desprendi de ellas fue el preludio de una tarde llena de pequeas voluptuosidades. Por fortuna, la sala estaba casi vaca: tan slo haba un anciano dormitando bajo la orla de la doctora Lange, y sta (la enfermera se lo haba advertido) llevaba cierto retraso, por lo que pudieron disfrutar intensamente el uno del otro. Mientras se ponan al da del estado de sus respectivas saludes, cada vez ms sometidas a los dictmenes mdicos, Galeano, aunque era muy feliz con lo que Arcadia deca, se preguntaba si quiz no deberan saber algo ms de s mismos, interrogarla, por ejemplo, sobre cmo era la casa donde viva, cul era su trabajo, qu soaba por las noches, cmo pasaba cada una de las horas y minutos en que estaban lejos el uno del otro. Pero luego se deca que era mejor dejarlo as, verse solamente all, en las consultas de los mdicos, como seres desgajados del odioso mundo que les rodeaba y del que ese otro mundo Ñel arcano y vertiginoso mundo de las enfermedadesÑ les liberaba. 79 miscelnea 2001 Pero al poco tiempo empezaron a surgir dificultades. Su condicin de empleado pblico no bast para que, en las alturas burocrticas, no se preguntase nadie, al fin, si no eran abusivas las reiteradas ausencias del trabajo del funcionario Galeano. Su jefe le hizo llamar. ÇComprndalo, le dijo, el Subsecretario es muy exigente, tendr que aportar un informe mdico que justifique el empeoramiento de su salud. Vindole a usted (no me negar que su aspecto es envidiablemente saludable) es difcil entender sus reiteradas ausencias en los ltimos mesesÈ. Y no slo eso: prcticamente todos los integrantes del cuadro mdico ya conocan a Galeano, y aqu y all surgan obstculos para atenderle, presiones de la compaa, citas postergadas. No qued otro remedio que enfermar de verdad. No result tan complicado como al principio temi: pronto pudo comprobar Galeano cmo un cuerpo disciplinado responde siempre bien a los estmulos patolgicos. Con pequeos y estratgicos deterioros de salud logr ser admitido, an a regaadientes, en todas las consultas. Y la nmina de voces de ndole patolgica se increment, incorporando nombres elocuentes y misteriosos, nombres sonoros y llenos de un extrao fulgor, que sugeran las estaciones de su amor: xeroftalmia, enfermedad de Langerhans, ataxia, laberintitis, sndrome de ZollingerEllison... Pronto comprob que Arcadia, que probablemente hubiera tenido similares dificultades (aunque su sentido de la discrecin les indujera a omitir en sus conversaciones tales ardides), segua sus mismas pautas. De repente le pareci descubrir cierto decaimiento en su rostro, quiz una mayor palidez en sus mejillas, en sus manos extendidas lnguidamente sobre su falda estampada. Mas todo ello era compensado con creces con la tremenda ternura con que al verla se senta mirado, con el brillo tan especial que perviva en sus ojos, con la luz que segua irradiando su presencia y tambin su recuerdo. Y hasta le pareca a veces que la mala salud que empez a aquejarla (pues cuando una dolencia era, al menos temporalmente, neutralizada por los tratamientos mdicos, para seguir disfrutando de sus encuentros rpidamente deban incurrir en otras, dentro de la amplia variedad ofrecida por el Cuadro Mdico), le proporcionaba an un mayor encanto, como esos hermosos das radiantes que al atardecer, cuando ya parecen perder todo aquello que los ha hecho hermosos, sorprendentemente se subliman en un estallido de estremecedora belleza, an ms conmovedora. Las bajas en el trabajo de Galeano ya eran continuas. Pero afortunadamente, a nadie parecan preocuparle; su jefe haba conseguido que el Subsecretario enviara a un sustituto, y quitadas las primeras semanas de ausencia en que recibi la visita de algn compaero Ñque se retiraba fuertemente impresionado por el grave deterioro fsico del otrora saludable GaleanoÑ, para su alivio, pronto dejaron de importunarle. Gra- cias a ello, dispona de todo el tiempo para organizar su vida en torno a Arcadia. Cuando no preparaba las visitas vespertinas a las consultas (haba que encargar y recoger medicinas y frmulas magistrales en la farmacia, y hacer reiteradas llamadas telefnicas a las consultas, y revisar una y otra vez el manoseado Cuadro Mdico , y, en definitiva, coordinar sus enfermedades con las de Arcadia, recopilando e interpretando las informaciones recibidas en sus anteriores encuentros, para que pudiera seguir producindose y acrecentndose el milagro de aquel amor), cuando no se arreglaba para esos encuentros, vistiendo sus ms elegantes ropas e intentando mejorar su aspecto para que no se le notasen tanto los estragos de la enfermedad, se dedicaba a pensar en ella intensamente, a componerle mentalmente versos, a dedicarle, como si hubieran sido creadas exprofeso para ella, las cosas hermosas que, extraamente, mezcladas entre el horror de este mundo, an poda Galeano discernir: el cielo estrellado, la msica, los paisajes, la literatura. Y aunque saba Ñhaba tenido esa certeza desde el principio, casi desde el primer momento en que sin conocer su nombre la vio en el odontlogoÑ que su amor no podra darse con igual plenitud fuera de las consultas, pues se era su espacio natural, su limo niltico, rico en sustancias y propiedades para que ese amor creciera y floreciera y fructificara, a veces se entretena imaginando cmo sera la vida de Arcadia en aquella casa que no conoca, que no se atreva a conocer, como si miscelnea 2001 80 se tratase de un lugar sagrado, slo reservado para los dioses que lo haban creado. Puesto que, a travs de la gua telefnica, haba averiguado su direccin, y sabiendo que viva en la esquina de la calle, contemplando de lejos sus edificios y la sombra que proyectaban sobre la calzada, complacido con la emocin de saber que en una de aquellas casas de ladrillo, ms bien feas, habitaba sin embargo lo nico que le mantena an atado al mundo, pero sin atreverse siquiera a atravesarla, como si el mero hecho de que sus pasos retumbaran sobre la acera bastara para romper aquel hechizo. Una tarde, en la consulta del onclogo, a la que saba que ella acudira (para entonces el arte de sus encuentros repentinos haba ascendido al rango de ciencia predictiva, y mientras, dejando a un lado la lectura del ovidiano Ars amandi , se entregaba a ensoaciones en las que ella sala de aquel edificio para reunirse con l y paseaba su luz crepuscular por las calles ms hermosas de la ciudad, advirti Galeano, al consultar su reloj, que decididamente Arcadia se estaba retrasando, cosa rara en ellos, quienes, para prolongar sus momentos de felicidad, solan acudir a las consultas con innecesaria antelacin. Decidi interrogar a la enfermera. sta, dubitativa e inquieta, le contest que la cita haba sido anulada. Slo tras mostrar Galeano su extraeza e insistir reiteradamente, dijo la enfermera toda la verdad: no era Arcadia de las Hayas quien haba anulado la cita sino alguien (una voz de hombre) que se haba identificado como un familiar. Arcadia acababa de morir aquella misma maana. Al da siguiente, en el cementerio no quiso aproximarse demasiado a la masa de gente que, por los senderos bordeados de cipreses, segua al fretro de Arcadia. Quera recordarla tal como la haba conocido, jams haban hablado de sus familias, de sus trabajos, de sus amigos, y no quera ni tan slo saber cmo eran los rostros de aqullos que la iban a llorar, no quera tener que modificar ahora sus recuerdos. Una simple llamada telefnica al cementerio (los peridicos estn plagados de esquelas que era peligroso mirar) le haba bastado para averiguar la hora del entierro, y ahora slo quera saber dnde iban a dejar a Arcadia. A esa misma hora tena cita en la consulta del urlogo, pero no se senta con fuerzas para acudir, quiz ya nunca ms podra volver a ninguna consulta, ni podra detener sus ojos en las habituales butacas, en las paredes llenas de diplomas y orlas, en los revisteros desordenados, sin tener la esperanza (esa esperanza que le mantena vivo) de verla entrar una vez ms. Observ, desde la lejana, que alguien abra la puerta de un panten, severo y gris, y slo cuando, tras introducir en l el fretro, lentamente el cortejo se disip, Galea-no se acerc hasta all, donde, labrada sobre el granito, una escueta inscripcin contena el apellido De las Hayas. Estaba muy dbil desde haca varias semanas, pero an tuvo fuerzas esa noche para, provisto de una bolsa con algunas elementales herramientas, forzar la puerta de aquel lugar. Le sorprendi no tener miedo, pero es que senta como una llamada sorda de Arcadia, como si desde la quietud de su ltima morada le guiase ella a travs de la oscuridad, y dispusiera todos y cada uno de sus movimientos: sus pasos sigilosos por los senderos bordeados de cipreses, la localizacin, en aquel laberinto de muertos, del panten, el certero golpe de cizalla que liber la cerradura de ste. Por fortuna, la pasta con que haban adosado la lpida an no estaba seca del todo y no fue difcil retirar sta. Un poco ms trabajoso fue extraer el fretro del nicho para depositarlo sobre las losas de granito, pero la altura era escasa, apenas treinta centmetros. Obedeciendo a la voz que le haba conducido hasta all, destap el fretro: la muerte haba fijado en Arcadia toda la simplicidad enternecedora de su belleza. Su rostro sereno, con una tenue sonrisa dibujada en sus labios, podra haber sido el de cualquier tarde en cualquier consulta, cuando, a veces, antes de que l llegara, vencida por un repentino sueo, cerraba los ojos durante breves instantes. La haban amortajado con sus mejores ropas, no le cost reconocerlas. La caja era suficientemente amplia Ñy ella, consumida por sus dolencias, haba quedado lo suficientemente delgadaÑ y bast con apretarla contra uno de los lados para que cupieran los dos. Luego, sintiendo abajo la blandura de aquel ltimo lecho, con sumo cuidado, como si temiera despertarla, tom su mano y la acarici. Tantas tardes, en las consultas, haba pensado en hacerlo (pero siempre, al final, no queriendo importunarla con ese atrevimiento, acababa por posponer su decisin), que sinti ahora como si en su letargo fuera ella a reprocharle su inevitable accin, pero enseguida advirti cmo se dejaba acariciar, cmo su mano fra pareca revivir bajo el calor de las suyas. Minutos antes haba ingerido ya todo el contenido del frasco, y sinti que el sueo le iba venciendo. An pudo ver, antes de que sus prpados se cerraran definitivamente sobre sus ojos, a travs de los cristales, cmo la luna creciente surga tras una nube y cmo un repentino viento cimbreaba las copas de los cipreses: an ese mundo que se hunda en la ignominia era capaz de engendrar momentos llenos de remota belleza, Ào era sa la despedida que el mundo le haca? Pero este ltimo apenas lleg a ser un pensamiento o una sensacin, sino un residuo exiguamente perceptible de actividad cerebral, un ltimo estertor de sus neuronas moribundas, pues el cuerpo de Galeano ya abandonaba esta vida para adentrarse con Arcadia en otros mundos donde podran amarse eternamente sin tener que peregrinar de consulta en consulta. Ana Eugenia Torregrosa Garca Contribucin al estudio de la toponimia de Elda 81 lingstica N o es la primera vez que se estudia la procedencia de los topnimos que se encuentran en terreno municipal de Elda, pues en esta misma revista se han podido leer artculos de expertos como el Dr. Mikel de Epalza 1, as como D. Luis F. Bernab Pons 2. As mismo, la Dra. M» Jess Rubiera 3tambin ha investigado topnimos relacionados con el Valle del Medio Vinalop, especialmente la etimologa de este ro. L lama la atencin el hecho de que se hayan estudiado tanto los topnimos de origen rabe, pero su abundancia es notable, puesto que esta zona estuvo habitada durante siglos por musulmanes. Quizs no hubo, o no se ha conservado, el esplendor califal de Crdoba, con una mezquita aljama como la que se ÇconvirtiÈ en catedral, o el nazar de los palacios de la Alhambra en Granada. Nuestra ciudad perteneca al Oriente de al-Andalus (Sharq al-Andalus), un lugar que, debido a su situacin geogrfica, ha servido de frontera natural entre cristianos y musulmanes, castellanos y aragoneses, etc... Ha sido siempre un poco Çtierra de nadieÈ, y si a esto le unimos el expolio y la de- vastacin del patrimonio cultural, nos quedan pocos monumentos que admirar, restos arqueolgicos que estudiar... Esto dificulta mucho la investigacin de tipo histrico. Pero, menos mal, an nos quedan los topnimos, testigos de la historia, que se niegan a desa- ❿ Medalln que contiene sura cornica en bellos caracteres rabes, obra de de Husseyn Qasim Yabish. BATAIH Contribución al estudio de la toponimia de Elda 82 lingstica parecer. Mediante ellos, podemos descubrir pequeos detalles y retazos de la Historia. El problema es que, fcilmente, se puede caer en el anacronismo, pues de un topnimo podemos saber que es de origen rabe, no de qu momento. Bien puede ser de los primeros siglos del Islam en la Pennsula, que de poca mudjar, que de los moriscos o Çcristianos nuevosÈ que vivan aqu hasta el siglo XVII, pues ellos tambin hablaron rabe.Pero el contenido de este artculo es una pequea aportacin a la toponimia de la ciudad y alrededores basndome en el fundamental libro de Juan Rodrguez Campillo 4, as como en el de Antonio Poveda Navarro 5. He dividido el artculo en dos partes: primeramente, trataremos los topnimos que se encuentran en la periferia de Elda (partidas) y, despus, un segundo bloque que comprendera los topnimos (ms bien nombres de calles) dentro del recinto murado, lo que constituye el casco antiguo. Topnimos de la periferia Como hemos sealado antes, ya se han estudiado topnimos como Agualejas, Alfaguara , Almafr , el Monastil , el Meliq o la Jaud 6. Pero, gracias a la labor de Rodrguez Campillo7, hemos podido conocer topnimos difciles de or hoy en da, pues han sido rescatados del olvido. As pues, despertaron mi curiosidad topnimos tales como Bateig, Tafalera , Safarrola y Jarrera . Hay otros muchos nombres que he descartado, puesto que mi inters radica principalmente en los de origen rabe. As pues, de Bateig podemos pensar que procede de ÇbautizoÈ en cataln, pero existe una palabra en rabe clsico que se asemeja bastante: BATAIH, que significa lecho de un torrente, vaguada, llano, campo abierto, plaza . Esta definicin coincide bastante con lo que es la rambla de Bateig, que fue lo que le dio nombre al monte. Otro topnimo, aunque ahora est en desuso, es el de la Jarrerao Darrera, la cual, basndonos en el libro de Juan Rodrguez Cam- pillo, comprendera la zona desde el Convento al puente del cementerio y aparece documentada en el 1730 8. Si hacemos un anlisis etimolgico de la palabra podemos observar que el timo JARR- procede de la palabra rabe YARRA, cuyo significado en rabe es muy parecido al arabismo de la lengua castellana, que el Diccionario de la Real Academia Espaola (R.A.E.) define de la siguiente manera: Çvasija de barro, porcelana, loza, cristal, etc... de cuello y boca anchosÈ . Y el sufijo /-ERIA/, que segn la RAE es Çsufijo de sustantivos no heredados del latn, que suele significar pluralidad o colectividad (...); condicin moral (...); oficio o local donde se ejerce (...)È . Sera esta ltima acepcin la que definira el sentido del sufijo. As que, en esa zona, seguramente, hubo personas que hacan o vendan jarros. Muy cerca de esa zona tenemos otro topnimo que aparece datado en el 1870 y que est cerca del anterior. Nos referimos a la Tafalera 9, cuyo origen pensamos es rabe. Podra proceder de TABBALA Çsazonar, especiar, aliarÈ o de la palabra TABAL, que ha dado el arabismo atabal ÇtamborÈ . Aunque hay otra palabra que s que podra haber dado origen a este topnimo: TAFAL Çarcilla, barro secoÈ . Esto coincide con las caractersticas geolgicas de la zona, sobre las que existe un artculo en esta misma revista 10. En cuanto al sufijo /-ERA/, tenemos en el diccionario de la RAE: ÇDel latn-aria) suf. De sustantivos femeninos que tiene, entre otros significados, los de sitio u objeto en que hay, est, ❿ Tapadera de pileta ritual de origen almohade (siglo XII-XIII) hallada en Elda. Se aprecian dos tipos de escritura: en la parte superior, texto cursivo hecho a mano; abajo, texto estampillado hecho en serie. TAFAL YARRAFA Ana Eugenia Torregrosa Garca 83 lingstica abunda, se cra, se deposita, se produce, o se guarda lo designado por el primitivo...È Es decir, arcilla o barro.En la obra de Rodrguez Campillo encontramos otro topnimo de resonancias rabes. Aparece como Safarrola o Garrafa 11. Para empezar, la segunda designacin es el arabismo YARRAFA, que en castellano es ÇgarrafaÈo ÇdamajuanaÈ , pero en cataln es Çcaduf de siniaÈ , Çque porta molta dÕaiguaÈ 12, tal como seala el Diccionari catal-valenci-balear . Luego, indica la existencia de alguna obra para el almacenamiento o aprovechamiento de agua. Adems, en el Diccionario etimolgico de la lengua espaola (COROMINAS), se indica la existencia de la voz GARRAF/A con significado de noria en hablas modernas nordafricanas. En cuanto a Safarrola, analizando la palabra, tenemos SAFAR-, cuyo origen parece podra proceder tanto de la palabra rabe ZAFAR ÇengrasarÈ , que ha dado en valenciano SAFARîS-OSA Çple de bruticiaÈ , y en castellano Çasqueroso, charcoso, mugrosoÈ 13. Pero tenemos otra posibilidad: SAHRAY, que ha dado en castellano ZAFARACHE y en cataln SAFAREIG Çdepsit artificial, fet de parets de pedra o de ciment, per acontenir lÕaiga procedent dÕun riu, squia, snia, pou, etc..., destinada a regarÈ . En castellano: alberca, estanque, pila, artesa 14. En cuanto al sufijo /-OLA/, podemos decir que es valenciano procedente de -UELOolus (latn), sufijo de diminutivo o afectivo (RAE). En 1735 aparece documentado, junto con el topnimo anterior, la partida de los Sequeros 15. Hemos pensado que su origen podra proceder de SAQA, de la que procede SAQIYYA, que ha dado acequiaen castellano y squiaen valenciano. En cuanto al sufijo /-ERO/, indica profesin, as pues, estaramos hablando de acequieros . Otra partida con posible origen rabe es Albocar o Alvocar , la cual aparece como parti- da documentada en 1780. Poco se sabe de ella, slo que estaba en el Huerto de San Miguel, cerca de la Almafr. No es un arabismo reconocido ni en castellano ni en cataln, pero existen varias posibilidades: puede proceder de AL-BUQAR Çganado, vacasÈ ; AL-BUJAR Çcinaga, charcoÈ ; o bien que tuviese relacin con el apellido Ubacar 16. Topnimos en el Casco Antiguo Ahora pasamos a analizar los topnimos del recinto urbano de Elda en el Casco Antiguo. Tal y como seala Antonio Poveda Navarro, se conserva la estructura urbanstica de la antigua villa hasta los aos 60 del siglo XX 17. En base al captulo sobre la evolucin de las calles, nomenclator anterior al 1700: calles y plazuelas 18. Aqu, nos llam la atencin la plazuela que parece ser exista, antes del 1700, en la actual calle de San Agustn. Esta plazuela ha tenido varias denominaciones, al igual ❿ Panormica de la rambla de Bateig, palabra que se asemeja bastante a BATAIH, que en rabe clsico significa, entre otras cosas, lecho de un torrente. ZAFAR Contribución al estudio de la toponimia de Elda 84 lingstica que la calle en la que se encontraba: a la plazuela se le llam de Chifa(desde 1624), despus hubo una temporada (1724-1809) que se llam Çde AguadoÈ, y tras este periodo volvi a llamrsele Çde ChifaÈ. En cuanto a la calle, tambin se le han conocido varios nombres: el ms duradero en los siglos pasados fue el del ÇMatadorÈ o ÇMataderoÈ. Seguramente se encontraba all el matadero medieval. ÀPero qu relacin hay entre los nombres de la plazuela y de la calle? Existe un arabismo en la lengua castellana que podra haber dado origen al nombre de la plazuela: ÇJifaÈ, que a su vez procede de YIFA Çcarne mortecina, carroa., f., desperdicio que se tira en el matadero al descuartizar las resesÈ . Por alguna razn dialectal, el sonido Y evolucion a /ch/ y no a /j/. A la parte inferior de la calle denominada ÇLos GilesÈ se le llam hasta el siglo XVIII de ÇLos GumielesÈ , ÇGomielesÈ , ÇGunmielesÈ o ÇGumelasÈ . ste es un apellido muy abundante en los libros de bautizos de los siglos XVI y XVII de Elda 20. Todos los que lo tenan como apellido aparecen, curiosamente, bajo estatuto de Çcristiano nuevoÈ y aparece escrito tambin de muchas formas, como por ejemplo: Yumeieles, Yumeles, Jumcial , etc... Conclusin A modo de conclusin, podemos pensar que los topnimos situados en la periferia de Elda indican la existencia de un sistema de regado heredado de los rabes y mantenido en el siglo XVI y, posteriormente, en el XVII por los repobladores, los cuales, seguramente, heredaron no solamente este entramado, sino tambin los nombres de algunas acequias, albercas, etc... Tambin observamos una actividad alfarera, nutrida en su mayor parte por las caractersticas geolgicas de la zona. Ya en el recinto murado, lo que constituye el actual casco antiguo, tenemos el matadero en la actual calle de San Agustn, seguramente, desde poca medieval. De lo que no estamos seguros es de que se practicase la matanza segn lo indica el Corn ni siquiera en poca mudjar. De todas formas, no deja de ser curiosa la superviviencia del arabismo ÇjifaÈ. Y, ya para concluir, es importante indicar la existencia de partidas o incluso calles que se corresponden con apellidos de Çcristianos nuevosÈ de Elda, lo que indica su poder a nivel local. Como se puede observar, en cualquier estudio toponmico u oronmico, los topnimos de origen rabe no destacan por la creatividad metafrica en su formacin, pues todos indican un origen meramente prctico y las sutilezas son difciles de encontrar. Notas (1) EPA LZA, Mikel de, ÇNombres de lugar rabes del municipio de EldaÈ. Alborada, n¼ 29, 1983. (2) BERNAB PONS, Luis F., ÇLa Elda musul- mana y sus nombres rabesÈ, en Revista conmemorativa del Cincuentenario, Elda 1947-1997 . Elda, Comparsa Moros Musulmanes, 1997, pp. 26-29. (3) RUBIERA MATA, M» Jess, ÇElda en el Pacto de Tudmir, camino y fortalezaÈ, Alborada , n¼ 29, 1983. (4) RODRêGUEZ CAMPILLO, Juan, Elda: Urbanismo, toponimia y miscelnea , Elda, Excmo. Ayuntamiento de Elda, 1999. (5) POVEDA NAVARRO, Antonio M., Urbanismo y demografa medieval en Elda , Elda, Envases Tendero, 1992. (6) Vid. Notas 1, 2 y 3. (7) RODRêGUEZ CAMPILLO, Op.cit.supra. (8) êdem, p. 142. (9) êdem, p. 145. (10) CUENCA PAYç, A., ÇSismicidad en Elda y su entornoÈ, Alborada, n¼ 37, 1987, pp. 27-30. (11) RODRêGUEZ CAMPILLO, Op. cit., p. 143. (12) ALCOVER, Antonio M», Diccionari CatalValenci-Balear , Palma de Mallorca, Ed. Moll, 1993. (13) êdem. (14) êdem. (15) RODRêGUEZ CAMPILLO, Op. cit., p. 143. (16) êdem, p. 155. (17) POVEDA NAVARRO, A., Op. cit., p. 26. (18) RODRêGUEZ CAMPILLO, Op. cit., p. 27. (19) êdem, p. 60. (20) Archivos parroquiales de Santa Ana. SAQIYYA AL-BUQAR E n 1875, el prcer local Lamberto Amat y Sempere, con el fin de realzar la belleza del valle de Elda, escribi la siguiente frase, que pona en boca de sus vecinos de Petrer: ÁQuina llstima que exa foyeta no siga nostra! 1 El valor de verdad de estas palabras se acrecentaba por el hecho de venir de quien vena: de los eternos rivales de Elda. Pero no es mi objetivo en este trabajo ahondar en una rivalidad cada vez ms imperceptible sino fijar la atencin en la lengua que us Lamberto Amat para representar a los habitantes de la localidad vecina. Tampoco se trata de hablar de Petrer y de su lengua propia, aunque s de esta ltima pero referida a Elda, porque en un tiempo no muy lejano al que no era incapaz de llegar la memoria de Lamberto Amat y sus convecinos, tambin haba sido lengua propia de los eldenses. Efectivamente, nuestro mismo prcer, aunque no lo dice de manera explcita, nos lo est demostrando cuando nos detalla los nombres de las calles de Elda en su tiempo: del Estralazo ((d)estral, ÔhachaÕ), del Cant(ÔesquinaÕ), del Vall (ÔvalleÕ), o los lugares del trmino que todava subsisten hoy como Bateig o La Torreta; o, en su propia expresin castellana, nos habla de la boira o niebla , de conrear (ÔcultivarÕ), de cavar y magencar (ÔbinarÕ la via) , de no reblir determinadas semillas (no Ôcubrirlas con tierraÕ), de las aguas salobrencas, de una ramblada que ocurri (ÔriadaÕ), del derrunadordel pantano (ÔaliviaderoÕ)...; luego nos describe algunas variedades de olivascomo la comuna (ÔcomnÕ) o la grosal (ÔgordalÕ), de almendras: mollar alficosenca, blanqueta, comuna planeta, faenereta, de uva: mors, esclafacherris (esclafar, ÔaplastarÕ), valenc, verdal, clotet (ÔhoyitoÕ), etc. 2 Pasado y presente del Valenciano en Elda 85 lingstica Brauli Montoya Abat ❿ Dos perspectivas de la calle Salmern (hoy Juan Carlos I), a la altura de los barrios del Progreso (foto superior) y La Fraternidad (foto inferior). Fotos extradas del Programa de las Fiestas Mayores de 1935. Pasado y presente del Valenciano en Elda 86 lingstica Pero tampoco hace falta acudir a un autor del siglo XIX para encontrar la huella del valenciano hablado por los eldenses de antao, 3basta con un autor local de hoy en da (Pedro Maestre) para leer, en una novela escrita en castellano y que se desarrolla en la Elda actual, palabras como festejando, manises, charrar, (pan)torrao, enrobinada, manifaseros, pancha, pansia, pecos, y un largo etctera que se extiende por todo el libro. 4Renuncio a alargar una lista que se hara inagotable y abrumar al lector con estudios cientficos sobre el tema, porque para demostrar que el valenciano ha sido la lengua propia de Elda hasta hace relativamente bien poco no hay ms que acercarse al archivo histrico de la ciudad y leer las declaraciones literales de los testigos que acuden a los juicios que se celebran hasta principios del siglo XVIII. All, a travs de la estupenda prosa valenciana de escribanos como Vicent Salazar, podemos casi ÇorÈ cmo hablaban eldenses de antao como Feliph Sempere, un carpintero de 53 aos, o Serafina Madrigal, propietaria de una via, de edad no declarada. 5Pero no slo estos antecesores de los actuales eldenses Çde toda la vidaÈ hablaban habitualmente valenciano, tambin lo saba el mismo Lamberto Amat, como nos testimonia en su libro, as como muchos coetneos de la Elda de su tiempo, por el solo hecho de convivir con valencianohablantes que lo tenan como su primera lengua y (Áquiz tambin!) para que no les engaaran en los tratos sus vecinos de Petrer. Incluso hoy podemos encontrar gente de Elda que, sin haber asistido a clases, es capaz de chapurrear algunas frases en el valenciano petrerense o monovero que oye con ms frecuencia. Todo esto significa que el valenciano fue la lengua propia de Elda hasta un determinado momento en que, como consecuencia de unas migraciones extendidas a lo largo del siglo XVII (a causa de la despoblacin subsiguiente a la expulsin de los moriscos), los eldenses haban ido cediendo en la transmisin del valenciano a sus hijos cuando emparentaban con inmigrantes de zonas castellanas. Entre estos inmigrantes predominaron los de pueblos valencianos cercanos hasta la primera mitad del Seiscientos, especialmente de Onil, pero durante la segunda mitad se cambiaron las tornas y acab predominando el elemento netamente castellano. En cambio, las mismas migraciones permitieron mantener el valenciano a los petrerenses ya que la mayora de sus antecesores actuales provienen de Castalla. (Un inciso: Àno debe ser casualidad que la rivalidad entre Onil y Castalla se perpetuara entre sus emigrantes, asentados, respectivamente, en Elda y Petrer?). As las cosas, durante todo el siglo XVIII, los pocos eldenses que hubieran recibido el valenciano de sus padres habran ido muriendo y dejando una herencia lingstica valenciana muy viva que llega hasta Lamberto Amat y sus convecinos del siglo XIX. En este contexto cultural alcanzamos la primera mitad del siglo XX y Elda (a causa de la industrializacin) conoce nuevas migraciones, pero ahora el predominio es valenciano: El Pins y Monver descargan sus excedentes poblacionales de la agricultura, y Elda, junto a otros aportes, crece desorbitadamente. Un solo dato bastar para comprenderlo: en 1900 El Pins, con 7.946 habitantes, superaba en casi 2.000 personas a Elda, que slo tena 6.131 hab. En 1935, en pleno auge de la industria zapatera, la ciudad del calzado contaba ya con 18.030 habitantes, ms de 1.000 de los cuales tenan origen pinosero y, como mnimo, cuatro millares de eldenses procedan de poblaciones valencianohablantes, por lo que el valenciano llegara en aquel primer tercio del siglo XX a ser la lengua materna de cerca de un tercio de sus habitantes, incluyendo alguno ilustre, como el escritor Enric Valor, que se inici en Elda en el mundo de las letras 6. ÀQu hubiera pasado si este contingente de inmigrantes hubiera sido superior a la mitad de la poblacin total, como debi ocurrir en el siglo XVII? Probablemente, la reciente sustitucin lingstica operada en Elda a favor del castellano se ❿ Panormica actual de la Avenida Reina Victoria, eje de las dos zonas donde se registra un mayor ndice de valenciano hablantes. Brauli Montoya Abat 87 lingstica hubiera hecho reversible con una vuelta al valenciano de los antiguos eldenses. Pero no ocurri as porque otra vez la mayora, ahora formada por la poblacin autctona ms la castellana inmigrada (poco ms de dos tercios), volva a imponerse. A pesar de ello, los valencianohablantes inmigrados seguiran transmitiendo su lengua cuando formaran parte de matrimonios lingsticamente homogneos; 7en caso contrario, no se entiende la situacin actual, en que, segn el ltimo censo, hay 5.633 eldenses (un 10Õ7%) que se declaran valencianohablantes, lo que supone la cifra ms alta, con mucha diferencia, entre los municipios de la Comunidad Valenciana considerados Çde predominio lingstico castellanoÈ. 8De hecho, los eldenses nacidos en localidades valencianohablantes de la provincia de Alicante son 3.795, lo que representa un 67% de los que saben hablar valenciano (la mayora de ellos, todava de origen pinosero). El 33% restante de eldenses con capacidad para expresarse en esta lengua (1.868) se reparte entre los nacidos en Elda (el censo ya no distingue si son de familias Çde toda la vidaÈ o descienden de inmigrantes) y otras procedencias. No es desdeable, entre stas ltimas, el conocimiento del valenciano entre murcianos, manchegos y andaluces (no hay que olvidar que estas tres procedencias suman el 27% de los eldenses y que en el censo anterior, de 1986, llegaban al 48%). Pero el grupo que sigue caracterizando el conocimiento hablado del valenciano en Elda es el inmigrado de localidades valencianohablantes, tal como pone en evidencia la distribucin que presenta este conocimiento por edades y distritos urbanos (vase el cuadro adjunto, donde se comparan las proporciones de hablantes en los dos censos lingsticos realizados, los de 1986 y 1991). En primer lugar, se aprecia en todas las magnitudes un aumento de hablantes de valenciano en consonancia con la evolucin global que se observa entre 1986 y 1991, en que de un 8Õ4% (4.527 hab.) se pasa a un 10Õ7% (5.663 hab.). Este hecho puede deberse a que en el primer censo se produjera una ocultacin del conocimiento del valenciano ante el bajo prestigio de la lengua (todava) y, con mayor motivo, en un municipio considerado castellanohablante. Ya en el segundo censo, despus de haberlo visto introducido en la escuela, en los medios de comunicacin y en el uso de las personas pblicas, los hablantes podran haber percibido una cierta ÇdespenalizacinÈ que habra hecho aflorar el conocimiento real. A este afloramiento habra que aadir el conocimiento escolar adquirido en las edades menores, de 3 a 19 aos, cuyas subidas son espectaculares. Aun as, en las dos consultas se observa una bajada continua, que se mantiene, desde las generaciones mayores a las ms jvenes, sntoma de la interrupcin en la transmisin de la lengua que se produce en los grupos inmigrados. Respecto a la distribucin urbana del conocimiento hablando del valenciano, aunque est bastante igualado, cabe destacar el 11% del distrito 4 y, sobre todo, el 11,4% del 5, que corresponde a los barrios ms nuevos de Elda (El Progreso, La Fraternidad y Nueva Fraternidad), surgidos a raz de las migraciones de preguerra y acrecentados en las de postguerra, en que sigue el flujo procedente de localidades valencianohablantes. En estos dos distritos, que acumulan ms del 70% de la poblacin, hay secciones (grupos de Edades 1986 1991 Distritos 1986 1991 3-9 0Õ4 2Õ6 179 10-19 2Õ1 7Õ6 20-2956 28 10Õ2 30-39 8Õ9 9Õ2 40-4911 12 39 9Õ3 60-69 19 19 4811 70-79 21Õ8 23Õ7 80 y ms 22Õ5 26Õ8 59 11Õ4 ❿ Porcentajes de valencianohablantes por edades y distritos de Elda en los dos censos lingsticos realizados Pasado y presente del Valenciano en Elda 88 lingstica diez o doce manzanas con unas ocho o nueve calles entre ellas) donde se supera el 20% de conocimiento del valenciano hablado entre sus habitantes y en una de ellas se roza el 30%. Destaquemos en este sentido la seccin 15 del distrito 4, enmarcada por la calle 9 de Octubre y las avenidas de Reina Victoria, de los Tilos, de Isaac Peral y de los Eucaliptos, en la Ciudad Vergel, cuyo porcentaje de conocimiento es del 22Õ7%; la otra seccin a destacar es la 2 del distrito 5, ubicada entre la Gran Avenida, la avenida Reina Victoria, y las calles de Maximiliano Garca Soriano y Len XIII, que registra un 29Õ5% de valencianohablantes. En el plano de Elda que se reproduce se puede apreciar la divisin en distritos de la ciudad y la situacin de estas secciones. Parece, pues, que en estas reas urbanas debe hallarse una mayor proporcin que en otras de inmigrantes de poblaciones valencianohablantes y descendientes suyos, especialmente Ñtodava hoyÑ de El Pins que, con cerca de casi 1.000 nacidos all, se mantiene como la mayor comunidad valencianohablante de la ciudad.En cuanto a los factores sociales que caracterizan el conocimiento del valenciano en Elda, en principio no parece que sean sintomticos de una determinada procedencia geogrfica. El caso es que las personas con estudios universitarios y profesiones de prestigio (mdicos, abogados, psiclogos, arquitectos, ingenieros, economistas y profesores) muestran unas capacidades en valenciano superiores a los de la media de la poblacin. As, un 17% de este sector de la poblacin sabe hablar en valenciano (recurdese que la media es de un 10Õ7%) y llega a un 69% el porcentaje que lo entiende (en este caso, la media es del 51Õ8%). Estas cifras muestran que, por un lado, se va desvaneciendo la idea de que el valenciano es una lengua sin prestigio y va adquiriendo fuerza la constatacin de su utilidad social. En este sentido, la poblacin eldense debera adquirir conciencia de dos hechos ntimamente ligados: de un lado, que el valenciano no se puede considerar una lengua extraa a Elda (por su propio pasado y por la procedencia de muchos de sus habitantes) y, de otro, que una de las 11 primeras ciudades valencianas (con ms de 50.000 habitantes) no puede quedar al margen del conocimiento de la lengua de su comunidad ni dar la espalda a una parte importante del entorno comarcal que capitaliza. Para ello, la adquisicin del conocimiento del valenciano como segunda lengua de los eldenses sera el contrapunto equitativo al resto de las poblaciones que tienen el valenciano como su primera lengua y saben hablar tambin castellano. Notas 1. Lamberto Amat y Sempere (1873-1875). Elda [edicin facsmil del Ayuntamiento de Elda y la Universidad de Alicante, Elda, 1983], tomo II, p. 14. 2. Estos ejemplos se pueden consultar tam- bin en el tomo II de L. Amat, especialmente entre las pginas 1-58. 3. Naturalmente, con el nombre de valenciano , aludo a la lengua catalana en su forma hablada en la Comunidad Valenciana. 4. Pedro Maestre (1999). Alfreces provisionales, Barcelona: Destino. 5. Para leer las declaraciones de estas per- sonas, se pueden consultar los libros de procesos de 1691 y 1694. 6. V. Brotons (1998). ÇEnric Valor, Elda i LÕexperiment StrolowickzÈ, Revista del Vinalop, 1, 93-104. 7. J.R. Valero Escandell (1980). ÇLa inmigra- cin en Elda durante la I Dictadura y la II RepblicaÈ, Elda durante el primer tercio del siglo XX, Novelda: Caja de Ahorros de Alicante y Murcia, 97-125. 8. Segn la definicin de la Ley de Uso y En- seanza del Valenciano (Art. 36). ❿ Sobre el plano de Elda, distribuido en los distritos y secciones electorales, se remarcan las secciones 5-2 y 4-15, donde se supera el 20% del conocimiento del valenciano hablado entre sus habitantes. El lenguaje de la industriazapatera como lenguaje de especialidad 89 lingstica Jos Joaqun Martnez Egido I. E l motivo de escribir este artculo no es otro que el de llamar la atencin sobre la necesidad de estudios individualizados sobre el lxico que utiliza toda la industria zapatera Ñincluyendo en l tanto el que es comn a otros mbitos de uso lingstico como el que le es totalmente propioÑ y de estudios ms generales sobre el lenguaje de especialidad que se configura en el quehacer zapatero. II. Indudablemente partimos de la consideracin de que el lenguaje de la industria zapate- ra se configura como un lenguaje de especialidad, pues cumple con todos los requisitos necesarios para ello: a) Posee una temtica que no forma parte del conocimiento general de los hablantes de espaol; b) esa tem?tica s?lo es conocida por los usuarios tipo de ese lenguaje; c) se desarrolla y, por tanto, se condiciona por las situaciones comunicativas en las que se emplea; d) presenta una serie de caractersticas de tipo lingstico (unidades y reglas) y de tipo textual (tipo de textos y tipo de documentos); e) presenta variedades alternativas en fun- cin de los usos y de las circunstancias; ❿ Jenaro Segura Prez. ÇEl GavilnÈ, zapatero de silla en su taller de la calle La Tripa. 1963. El lenguaje de la industria zapatera… 90 lingstica f) comparte con otros lenguajes de espe-cialidad unas caractersticas comunes; g) comparte rasgos con la lengua comn. 1 Es fcil comprobar que esos siete rasgos aparecen en el lenguaje que utilizan todas las personas que se dedican a la industria zapatera, ya que los componentes empleados, las palabras que designan todo el proceso de fabricacin, las operaciones realizadas por los trabajadores, las secciones que integran las fbricas, etc., no son conocidos por parte del hablante de espaol que no est introducido en esta industria, en esta temtica, al igual que los zapateros desconocen el lenguaje de otras muchas industrias, ya que en este rasgo radica la diferenciacin de los lenguajes de especialidad como tales. El mbito de desarrollo de este lenguaje de especialidad es el terreno laboral, es decir, siempre aparece en una situacin comunicativa concreta en la que se usan tecnicismos 2que determinan los textos producidos por los hablantes. De la competencia lingstica del receptor depender el hecho de que esos textos puedan ser entendidos o no. Todos los rasgos hasta aqu expuestos son compartidos por otros lenguajes de especialidad y, a su vez, en todos ellos la sintaxis y el lxico comn del espaol estn utilizados de la misma forma que en el espaol estndar que todos utilizamos en las circunstancias comunicativas de la vida social. Por lo tanto, vemos como el lenguaje de especialidad de la industria zapatera lo es en tanto que cumple con todas las caractersticas observadas, las cuales descansan sobre la base de la utilizacin de una terminologa 3precisa y personal. III. Teniendo en cuenta todas estas cuestiones, habr que desarrollar una estrategia de trabajo que nos lleve a la configuracin de un material lingstico que recoja las especificidades de la lengua que hablan los integrantes de la industria zapatera como un verdadero lenguaje de especialidad que es. En esta direccin, el objetivo final que habra que conseguir sera el de crear un diccionario terminolgico del calzado, en el que apareciera toda la informacin que habitualmente los trabajadores utilizan y que, a su vez, pudiera ser provechoso para todo aqul que lo necesitara. Se cumpliran as las dos finalidades que queremos defender, la practicidad de una obra Ñque tendra su valor en la inmediatez de la consultaÑ e, igualmente importante, el tener recogida y catalogada toda la informacin que nuestra sociedad posee sobre la fabricacin de calzado. De esta forma apareceran unidas las vertientes prctica y socio-histrica de toda la industria. Para realizar esta labor, lo primero que nos deberamos plantear seran las cuestiones procedimentales que habra que seguir. En este sentido, y a modo de esbozo, hemos diseado las siguientes: 1. Recopilacin de todo el lxico zapatero. 2. Agruparlo por categoras. 3. Estudiar su procedencia y testimoniarla con las obras lexicogrficas existentes. 4. Estipular qu informaciones vamos a con- signar en el artculo lexicogrfico. 5. Realizar la redaccin de cada artculo le- xicogrfico. 6. Presentacin del lexico: alfabtica y te- mticamente. Para la recopilacin de todo el material lxico deberemos recurrir tanto a las fuentes orales 4Ñmediante entrevistas personales con aquellas personas que han conocido este tema durante toda su vidaÑ como a las fuentes escritas -libros que traten sobre la materia 5, catlogos, etc.-, pues no todas las expresiones que habitualmente se emplean en el da a da de la industria estarn recogidas por escrito, sobre todo en las operaciones ms artesanales 6que en la actualidad no son prcticas comunes. Tras su clasificacin, deberemos documentar la existencia de esas expresiones en las obras lexicogrficas existentes, para explicar su significado. En este sentido, por ejemplo, para la voz aparar hemos recopilado la siguiente documentacin: a) ÇAparejar, apercibir; del verbo latino paro, paras. Aparar es acudir con las dos manos o con la falda de la capa o sayo, para que le echen all alguna cosaÈ . 7 b)ÇEn el arte de los Zapateros Significa coSer las tres piezas del cordobn de que Se hace el zapato, para unirlas deSpus y coSerlas la plantillay Suela. Lar. AssuereÈ . 8 c)Ç[...] 5. Coser las piezas del cordobn, cabritilla u otra materia de que se compone el zapato para unirlas y coserlas despus con la plantilla y suelaÈ . 9 Jos Joaqun Martnez Egido 91 lingstica Para ello solamente hemos acudido al primer diccionario de lengua espaola monolinge, de 1611, y a las ediciones primera, 1726, y ltima, 1992, del diccionario de la Real Academia de la Lengua 10. Y observamos, que si en la primera definicin la voz apararse explicaba de una forma general Ñcomo formante del lxico comn de la lenguaÑ en las otras dos ya se incluye como una operacin perteneciente al arte u oficio del zapatero. A partir de ah deberemos ofrecer una definicin del trmino que se ajuste lo ms posible a la realidad actual de lo que significa aparar, de acuerdo con la estructura de los artculos lexicogrficos que se haya decidido, tanto en el tipo de informacin que se considerara necesaria, como en el orden de la presentacin de la misma. IV. En definitiva, conseguiremos, partiendo de la idea de que el lenguaje zapatero constituye un lenguaje de especialidad, dotarlo de un material escrito que le otorgue un verdadero carcter profesional-cultural y que lo dignifique como el lenguaje de especialidad que es. Se trata de un trabajo arduo que necesita de un equipo de personas que lo lleven a cabo y que en el plazo de un tiempo prudente pueda verse como un hecho consumado. En este sentido, este artculo no sera ms que la primera piedra de esa obra que debe ser el diccionario terminolgico del calzado. Notas 1. Cfr.,Cabr, M.T., La terminologa. Teora, metodologa, aplicaciones, Antrtida/Empuries, Barcelona, 1993. Pgs. 139-140. 2. Entendemos tecnicismo como el conjunto de voces que designan los procedimientos y los recursos de los que se sirve el lenguaje de una ciencia o arte. Cfr., RAE, Diccionario de la lengua espaola, EspasaCalpe, Madrid, 1992. Pg. 1.382. Hemos agrupado en una misma definicin parte de la informacin que se recoge en los artculos ÇtcnicaÈ y ÇtecnicismoÈ. 3. La terminologa se contrapone al lxico comn en tanto que su funcin bsica siempre es referencial, es decir, el lenguaje se utiliza para trasladar informacin tcnica de una temtica especfica Ñen nuestro caso todo lo referente a la industria zapateraÑ, siempre entre usuarios especializados y en una situacin comunicativa formalizada, producindose un discurso profesional y cientfico. Cfr., Cabr, M.T., Op. cit., pg. 222. 4. En este sentido, remitimos al artculo de Hernndez R., ÇArtesanos y lxico zapatero..., ah estnÈ, en Vivir,n¼150 , Ao 1990, Pg. 14. Este autor, sobre la memoria oral, recoge cierto lxico zapatero empleado por los artesanos: zapateros largos, cortos, boniateros; piedra lepis; rebaba, ahuevar, jamorear , etc. 5. Vid, Amat Amer, J.M., Tecnologa del calzado, Amat Amer, Elda (Alicante) 1999 3. Este libro sera un buen ejemplo de material para proceder en l a la extraccin del lxico zapatero. 6. Vid, Amat Amer, J.M. y Alber Rico, H., Calzado artesano y ortopdico , Amat Amer, Elda (Alicante), 1999. Otro ejemplo como fuente escrita para la extraccin del lxico. 7. Covarrubias, Sebastin de, Tesoro de la lengua castellana o espaola, 1611. Edicin a cargo de Martn de Riquer, Alta Fulla, Barcelona, 1987. Pg. 130. 8. RAE, Diccionario de Autoridades, 1726, pg. 324. 9. RAE, Diccionario de la Lengua Espaola , Espasa Calpe, Madri, 1992. Pg. 114. 10. Aunque, cuando estas pginas sean pu- blicadas ya habr aparecido la primera edicin del siglo XXI de este diccionario. ❿ Salud Gonzlez Requena, ÇSalutica la ManroaÈ, aparadora de la fbrica de ÇCandelasÈ. 1950. Gobernabilidad local y ciudadana:nacimiento y declive de movimientos ciudadanos 92 sociologa M» Carmen Jurado Ugeda y Carlos G. Ortuo Falc E s necesario atender a los distintos elementos que conforman el conglomerado de relaciones que une ciudadana y gobernabilidad, tomada esta relacin desde el punto de vista de la movilizacin de colectivos ciudadanos en busca de exigir a los gobernantes que atiendan diferentes intereses, se supone que mayoritarios, aunque no siempre son as. En esta relacin ciudadanos-gobierno local, los elementos a analizar son variados y es preciso conocerlos y clarificarlos conceptualmente con el fin de descifrar que papel juegan dentro del contexto creado. Por esta cuestin, es importante acercarse a conceptos como los de ciudadana, democracia, ayuntamiento, descentralizacin, participacionismo y movimientos sociales urbanos. Marshall, un autor que tiene un amplio conocimiento sobre el tema de la ciudadana, plante ya desde los aos cincuenta una interesante definicin respecto a qu tipo de derechos caracterizan la ciudadana; es decir, qu tipo de derechos tienen que cumplirse para la consideracin de ciudadano. Estos son: ¥ Derechos polticos: capacidad democrtica de elegir a quin nos va a gobernar al tiempo de tener capacidad de ser elegibles. ¥ Derechos civiles: segn Marshall, son fundamentalmente la igualdad ante la ley. ¥ Derechos sociales: se refieren al disfrute de unos mnimos estndares de vida, as como tambin de las oportunidades de progresar socialmente. Al hablar de ciudadana son estrictamente necesarios los tres tipos de derechos. El argumento que Marshall da para ello es que el acceso al poder poltico haba llevado a un desarrollo del Estado del Bienestar. Y sto a su vez, a un desarrollo de los derechos sociales. ❿ Las condiciones de vida en La Tafalera, segn las recoga el Diario La Verdadel 10 de febrero de 1976. M» Carmen Jurado Ugeda y Carlos G. Ortuo Falc 93 sociologa Es pues lgico afirmar que una sociedad es considerada ms democrtica cuantos ms derechos tenga cubiertos la ciudadana. Y Àcmo saber si los ciudadanos tienen reconocidos mayormente tales derechos? Pues bien, los municipios, por su proximidad a los ciudadanos, son uno de los escenarios ms privilegiados de la Democracia, y por lo tanto un ÇlaboratorioÈ cercano donde estudiar esta cuestin. Este escenario privilegiado se encuentra capitalizado por el Ayuntamiento, rgano de gobierno y participacin de un municipio. Ayuntar significa ÇjuntarÈ: el significado de la palabra ÇayuntamientoÈ es igual a ÇjuntaÈ o reunin de personas. Este escenario de derechos sociales, enmarcados dentro del contexto de los inicios de la participacin ciudadana en Elda desde la transicin, son los que vamos a poner de relieve. Vamos a hablar de cuestiones puntuales como el nacimiento del movimiento vecinal en el barrio de La Talafera, del desarrollo de los movimientos sociales urbanos en Elda durante los primeros aos de democracia y su posterior declive, y tambin de los encuentros y dificultades creados en la relacin gobierno-ciudadana. EL BARRIO DE LA TAFALERA: EL NACIMIENTO DEL MOVIMIENTO VECINAL EN ELDA Que la ciudad de Elda es una de las pioneras en lo referente al movimiento ciudadano, lo demuestra el hecho de que la Asociacin de Vecinos del Barrio de la Tafalera, asociacin ya desaparecida, fue la primera que se constituy legalmente en la provincia de Alicante. Su Carta Fundacional fue redactada el 3 de abril de 1973, e inscrita a todos los efectos el 11 de Julio del mismo ao. Pero la movilizacin del Barrio ya fue anterior a este ao, as como las reivindicaciones al Ayuntamiento. Estas reivindicaciones eran fruto de la situacin marginal del barrio, carente de unas infraestructuras mnimas y con una calidad de vida muy baja, como describe bien Pepi Zamora, una de las entrevistadas: ÇEl barrio de la Tafalera no tena luz, no tena agua, haba mucha casas que eran cuevas, para entrar ah haba mucho barro. La gente no deca que viva en el barrio porque le daba vergenza. Haba una escolaridad nula: solamente haba tres chicos que acabaron la escuela con catorce aos y la mayora de nios de 8, 9 y 10 aos estaban trabajandoÈ. Ya en 1969, los vecinos del barrio mandan un escrito a la Comisin Municipal Permanente del Ayuntamiento de Elda solicitando el servicio de Alcantarillado. La contestacin del Ayuntamiento no fue satisfactoria. El tema del Alcantarillado se convertir a lo largo de los aos en uno de las reivindicaciones ms insistentes por parte del barrio, ya que en julio de 1974, cinco aos despus, los vecinos de La Tafalera se concentran ante el Ayuntamiento solicitando el Alcantarillado, volviendo a producirse la situacin en febrero de 1976 con la visita del Alcalde al propio barrio. Hay que sealar que esta zona mantena contactos, ya desde los aos 69-70, con barrios de otros lugares ❿ Llamada a una de las manifestaciones de la poca por una mejor enseanza. Gobernabilidad local y ciudadanía 94 sociologa de Espaa, como el de Orcasitas en Madrid, Vallecas, Bilbao, etc; siendo pues coetneos, relaciones que les haca compartir reivindicaciones, formas de organizacin, etc... Esto fue posible tambin porque algunas de las personas que iniciaron este movimiento vecinal en el barrio eran, sobre todo, mujeres que haban venido a realizar labores sociales, provenientes de otras ciudades de Espaa como Sevilla y Salamanca.A los pocos das de estar constituida como asociacin, la Asociacin de Vecinos del Barrio de la Tafalera enva al Alcalde un documento en el que vienen detallados los diferentes dficits que tiene el barrio, solicitando que fueran subsanados. Las cuestiones incluidas en ese escrito tratan sobre alumbrado, arreglo de calles, servicio de autobuses, escuelas y guarderas. El ÇAlcalde de Elda y jefe local del MovimientoÈ, como as aparece en el escrito que se le remiti al presidente de la asociacin, acept a recibirles 12 das despus. Como seala una de las integrantes de esta asociacin pionera, es a partir de la creacin de esta asociacin cuando comienzan a crearse cada una de las asociaciones de vecinos de Elda. De hecho, solan utilizar el modelo de estatutos de la propia Asociacin de la Tafalera para la creacin de las otras. En Alicante se cre tambin la Asociacin de Vecinos de Virgen del Remedio, con la que mantenan muy buena relacin, al coincidir en parecidas reivindicaciones. Este nacimiento del movimiento vecinal en el barrio de La Tafalera coincide con la tnica general de toda Espaa. Aunque con sus caractersticas distintivas, las asociaciones de vecinos primigenias nacen en barrios proletarios, en el caso de la Tafalera de Elda, proletario y marginal. Las asociaciones que a continuacin se formaron ya tenan otras condiciones menos deficientes. Esto demuestra que el nacimiento de estas asociaciones primeras viene de un Çno poder msÈ con las condiciones de vida a las que se ven expuestas. EL MOVIMIENTO CIUDADANO EN LA TRANSICIîN. GRANDES MOVILIZACIONES DE LA CIUDADANêA ELDENSE. M uere Franco y, a principio de 1976, Francisco Sogorb es elegido Alcalde de Elda. Ya en noviembre-diciembre de 1976, tenemos constancia de una campaa mediante panfletos concienciadores, que aglutina a varias asociaciones de vecinos, amas de casa y un club cultural. La campaa se llamaba ÇÁPor una Elda ms habitable!È, muy crtica con la normas urbansticas que se iban a introducir. Como dice uno de los documentos informativos, Çhemos confeccionado este documento para informarte del grave peligro que acecha a nuestra ciudad de prosperar la reforma que el Ayuntamiento ha introducido ❿ Los promotores se la campaa ÁPor una Elda ms habitable!, manifestndose en el Pleno del Ayuntamiento. Finales de 1976. M» Carmen Jurado Ugeda y Carlos G. Ortuo Falc 95 sociologa en las Normas Urbansticas de EldaÈ. Se celebraron numerosas sesiones pblicas sobre el Plan General con encendidas polmicas entre constructores, partidos polticos y asociaciones de vecinos. Slo a las normas subsidiarias se presentaron ms de 500 alegaciones.Aunque no hemos podido corroborar la fecha con certeza, nuestras indagaciones sitan la creacin de la Coordinadora de Asociaciones de Vecinos de Elda en la primera mitad del ao 77. Esta coordinadora, junto a las Asociaciones de Padres de Alumnos, Amas de casa y el Club Cultural Cervantes, pero con la capitalizacin casi exclusiva de la Coordinadora, fue la que levant a la ciudadana por una educacin digna para Elda, con manifestaciones, mesas redondas (que ya se iniciaron en el 76), documentos informativos, etc...Incluso con propuestas. Las Asociaciones hicieron llegar al Ayuntamiento un documento-crtica, con fecha de entrada en el consistorio del 22 de noviembre de 1977 titulado ÇUNA DEPLORABLE GESTIîN MUNICIPALÈ. El documento no tiene desperdicio. Tras un trabajo encomiable de la Coordinadora, analizando una compra de terrenos para unos colegios que quera hacer el Ayuntamiento, y que la coordinadora rechazaba por su excesivo precio, se opt por denunciarlo. En pocas palabras, el Ayuntamiento les vino a decir Ç a ver si vosotros encontris solares ms baratosÈ. As que lo que hicieron es buscarlos, encontrarlos y ofrecrselos al Ayuntamiento. Hoy da, en esos solares que fueron ofrecidos por la Coordinadora de Asociaciones de Vecinos se levantan varios colegios. En total, la movilizacin de las asociaciones de vecinos consigui ms de 7.000 plazas escolares en toda Elda y Petrer. En julio de 1977, y coincidiendo en el mismo ao con la campaa y lucha por puestos escolares, se convocaron manifestaciones legales pidiendo una sanidad mejor. Estas manifestaciones promovidas por el ÇMovimiento Obrero y Ciudadano de Elda y PetrerÈ, tuvieron su momento lgido el mircoles, 6 de julio de 1977, con una manifestacin en la que participaron de 20 a 25.000 personas. Era una poca en la que el movimiento ciudadano (asociaciones de vecinos) y el movimiento obrero caminaban de la mano, y fue en este ao 1977 donde tuvieron su capacidad de agitacin y movilizacin ms alta. En agosto se produjo la huelga de dos semanas, con un seguimiento espectacular. Esto es lo que se ha denominado Movimiento Asambleario, y que tan lcidamente han mostrado estu- ❿ Manifestacin promovida por el Movimiento Obrero y Ciudadano de Elda y Petrer por una mejor Seguridad Social, en la que participaron entre 20.000 y 25.000 personas. 6 de julio de 1977. Gobernabilidad local y ciudadanía 96 sociologa diosos eldenses. De hecho, el profesor Francisco Martnez resuma muy bien su valor en el anterior nmero de Alborada , por lo que aqu nos limitaremos nicamente a ubicarlo en el tiempo. Las reivindicaciones que pedan mejoras en la calidad de vida se sucedieron en estos aos. Esto tuvo su continuacin, ya con el gobierno democrtico del alcalde socialista Roberto Garca Blanes, en lo que se refiere a la Residencia Sanitaria que ya en 1982 estaba casi terminada. La Coordinadora inici una campaa de seguimiento de dicha residencia y cre una comisin de control sobre su puesta en marcha. Una de las reivindicaciones que el movimiento vecinal y ciudadano de esa poca vio frustrada, y en las que tuvo una de sus mayores desilusiones, viene de su intencin de tener una participacin en la vida del Ayuntamiento. Esto cre enfrentamientos y tensiones entre el gobierno municipal de ese momento (corra el ao 1979), con el socialista Garca Blanes a la cabeza, y el colectivo vecinal y sindical. A la peticin de una participacin ciudadana ms activa, se enfrent un miedo del consistorio a ser controlado directamente por las Asociaciones de Vecinos. Dos aos ms tarde, ante el retraso que estaba sufriendo la ley de Rgimen Local, las Asociaciones de Vecinos iniciaron una campaa que denominaron ÇÁPEDIMOS LA PALABRA!È, en la que solicitaban Çpuertas abiertas a la participacin y al control de la actuacin de los AyuntamientosÈ. Pedan, en pocas palabras, que las AA.VV y todas las entidades populares Çpuedan participar en la vida municipal.È sta fue otra de las movilizaciones donde el trabajo de las asociaciones fue intenso y el debate bastante profundo. La falta de respuestas y los nulos resultados empezaron a minar la ilusin de un movimiento ciudadano y vecinal, que empezaba a estar cansado de que sus alzamientos y propuestas cayeran en saco roto. Se abre pues, en los aos que siguen, nuevos rumbos para el movimiento vecinal que haba cambiado ya sus reivindicaciones sobre derechos sociales hacia derechos civiles. EL PROCESO DE DESCENTRALIZACIîN NO SE COMPLETA: FRENO A LA ATENCIîN DEL AYUNTAMIENTO A LAS DEMANDAS DE LOS CIUDADANOS Otro hecho a destacar es que todo indica que los aos 80, desde el mbito institucional, ha supuesto el desarrollo de las Autonomas. stas han gozado de un relevante proceso de formacin de su identidad. Desde el Gobierno Central del Estado se les ha concedido mayores competencias y se les ha trasladado y conferido capacidad de intervencin en ciertos asuntos que anteriormente quedaban centralizados. De tal modo, podemos afirmar que en los 80 hemos asistido a un proceso de descentralizacin, a un traspaso de competencias del gobierno central al gobierno autonmico. De cualquier modo, ste fue un proceso nuevo en un pas que durante el rgimen poltico anterior mantena una organizacin y administracin mucho ms centralista. De esta manera, la democracia y la Constitucin nos inaugura un nuevo cuadro administrativo, que se propone gobernar el estado espaol desde tres niveles, a saber: el central, el autonmico y el municipal. Es as como, durante la dcada de los ochenta, el gobierno central de Madrid y las distintas Comunidades Autnomas se han ido repartiendo el pastel administrativo en dos aspectos: en competencias de actuacin y en recursos econmicos para desarrollar tales intervenciones. Pero, llegados a este punto, Àqu papel juegan en este proceso los ayuntamientos?. En un principio, todo pareca apuntar a que las corporaciones locales se sumarn a este importante proceso renovador de las diferentes instituciones. Y a tenor de la informacin obtenida, parece que los ayuntamientos espaoles durante estos aos (del 83 u 84 hasta el 88) fueron asumiendo ciertas responsabilidades. Han tenido que gestionar una serie de asuntos a los que tiempo atrs no se dedicaban. Desde este punto de vista, podramos decir que s se ha producido un crecimiento de las responsabilidades municipales. Estas atribuciones vienen dadas por dos vas distintas: M» Carmen Jurado Ugeda y Carlos G. Ortuo Falc 97 sociologa A) Por un lado, se entiende que en el transcurso del proceso de descentralizacin, se le han delegado ciertas responsabilidades. No obstante, la opinin general de nuestros entrevistados es que los ochenta han sido la dcada de las Autonomas y que el Çdesarrollo legislativo de la poca democrtica se hizo a costa de los municipiosÈ, lo cual Çno ha supuesto una descentralizacin en el sentido municipalÈ. En todo caso, parece que reciben un pequeo empujn institucional, impulso que les concede algunas responsabilidades, pero stas pertenecen a un mbito meramente administrativo y no poltico, como se deseara desde las corporaciones locales. B) Por otro lado, la va que han tenido los Ayuntamientos para aumentar sus responsabilidades ha consistido en una senda obligatoria para atajar ciertos problemas. Un concejal eldense nos relataba que Çs que se han asumido competencias porque el Ayuntamiento ha tenido que hacer frente a cuestiones que los ciudadanos plantean y no puedes andar diciendo que eso no le compete a uno o le compete a otroÈ. En definitiva, Çnunca han dado competencias a los municipios, en todo caso muy marginalesÈ. En sntesis, los Ayuntamientos se percataron de ciertas demandas sociales y dieron una respuesta institucional, traducida en la prestacin del servicio antes de que se reconociera la competencia. Adems, como sealaban diversos concejales de Elda, la poblacin esperaba de sus representantes municipales una actuacin rpida y eficaz, no importndole de quin sea la competencia. Es as como se dio una fuerte expansin del campo de actuacin de los entes locales. Este proceso, no obstante, ha hecho que muchos ayuntamientos, incluido el de Elda, asumieran en poco tiempo una grave deuda econmica, pues carecan de los recursos econmicos ordinarios para ejercer esas responsabilidades. Todos los indicios parecen abocarnos a la idea de que tal proceso ha sido una ilusin poltica, pues lo que ha sucedido en el Ayuntamiento de Elda, como seguramente habr pasado en muchos otros municipios, es que la corporacin local ha tenido que ir hacindose cargo de ciertos asuntos de la localidad que ninguna otra institucin atenda. De este modo, los gobiernos locales se han encontrado ante ms competencias sobre las que decidir. Pero a las corporaciones locales le han quedado las cuestiones marginales de los grandes temas. Por ejemplo, en lo referente a la enseanza y los colegios, los ayuntamientos tienen la potestad de mantener el buen estado de los centros de enseanza y poco ms, pero no pueden decidir nada acerca del profesorado, sustituciones y temas cotidianos pero importantes que hacen que stos funcionen correctamente. Al igual pasa en muchos otros servicios y cuestiones de gran relevancia para el ciudadano de a pie. Por ello, desde las voces de los concejales entrevistados se oye la reclamacin de que quieren dejar de ser Çlimpiadores de colegiosÈ y tener mayores atribuciones y capacidad de actuacin, en tanto que son la entidad pblica ms cercana al ciudadano. COMIENZO DEL DECLIVE DE LOS MOVIMIENTOS CIUDADANOS Tomamos 1983 como fecha inicial de este perodo, pues entendemos que constituye un punto de inflexin en cuanto a participacin ciudadana. Consideramos esa fecha de forma ÇarbitrariaÈ, ya que en esos momentos se da fin a una etapa de reivindicacin ciudadana ms o menos continuada. Fue entonces cuando situamos una de las ultimas manifestaciones ciudadanas de gran respaldo social; es la referente a la demanda de un Hospital Comarcal. Hemos de sealar que, desde finales de los setenta, los eldenses exhortaban a las instituciones pblicas al derecho de una sanidad pblica mas equitativa. Finalmente, tales reclamos llegaron a buen fin con la edificacin y posterior inauguracin del Hospital Comarcal en el ao 1983. A partir de este momento, nos encontramos con que los movimientos ciudadanos atraviesan un momento de estancamiento, debido en gran parte al retraso de la promulgacin del Estatuto de Participacin Ciudadana. Los orgenes de ste los podemos encontrar con una campaa Ñllammosla de concienciacin ciudadanaÑ que se conoci con el nombre de ÇTOMEMOS LA PALABRAÈ. Con esta campaa se pretendi dar un mayor respaldo a las asociaciones vecinales y, a nivel ms general, a todos los movimientos ciudadanos del municipio. Pero el retraso del Estatuto fue un duro golpe para las asociaciones, que vieron cmo el Gobierno Local ignoraba sus peticiones. Paralelamente, los habitantes de Elda Çrelajaron sus costumbresÈ en lo que a participacin ciudadana activa se refiere, debido a la tranquilidad que ofreca una Democracia recin estrenada. Adems, la gente se fue acostumbrando a que eran los Ayuntamientos los que deban asumir la importante tarea de la representatividad ciudadana. As pues, estas dos cosas unidas permiten acercarnos a la constatacin de una realidad que ya por aquella poca se estaba conformando: el fin de la participacin activa. ÀCmo ser posible constatar esta ÇrealidadÈ?. En este sentido, miembros de colectivos vecinales han coincidido en sealar al respecto que en esos aos Ñmediados de los ochentaÑ , las asociaciones de vecinos de Elda se caracterizaban por tener un gran nmero de afiliados, pero esta participacin quedaba reducida al pago de unas cuotas. Por tanto, con este dato relevante po Gobernabilidad local y ciudadanía 98 sociologa demos llegar a afirmar que los movimientos sociales en Elda quedan conformados por una ejecutiva que, en muchos casos, no representa las ideas de todo el colectivo que la constituye.Cambiando de tercio, uno de los ltimos coletazos de la poca lgida de los movimientos ciudadanos fue la manifestacin sobre ÇSeguridad CiudadanaÈ. En aquella multitudinaria movilizacin, salieron a la calle entre diez mil y doce mil personas reclamando una mayor tranquilidad en las calles. Se trata de una movilizacin a la que se ha acusado histricamente de basarse en argumentos exagerados y de estar manejada por intereses particulares y polticos ligados a la derecha local. Con todo lo visto hasta el momento, podemos afirmar que nos encontramos con una ambigedad y es que, aunque en Elda exista un gran numero de asociaciones o movimientos (que a su vez cuentan con un gran nmero de afiliados) que promueven la participacin ciudadana, la realidad es que la participacin ciudadana activa es ms bien escasa y, en muchas ocasiones, motivada por intereses muy concretos. En conclusin, hemos podido observar cmo la situacin que se viva en Elda en esos aos con respecto al declive de los movimientos sociales se da tambin en la Espaa de los ochenta. Y es que se vive una crisis general de tales movimientos debido a que se vacan de contenido, al canalizarse las reivindicaciones sociales hacia la Administracin recin estrenada en la Democracia. Tambin, el abandono de dirigentes hace que las organizaciones pasen por un cierto periodo de desconcierto y de prdida de objetivos, lo que produce una disminucin de su capacidad de movilizacin y de critica frente a las nuevas corporaciones democrticas. Se crea que ÇtomarÈ la Administracin producira una mayor influencia en los asuntos pblicos; sin embargo, esta estrategia se muestra inadecuada ya que las asociaciones pierden miembros valiosos y, a menudo, este cambio Çde bandoÈ lleva consigo la ruptura con la asociacin. O a verse reducidas a meros ÇconsultoresÈ. Sin duda, en este proceso, puede no ser ajeno un cierto intento (consciente o no) del nuevo Estado Democrtico de ocupar espacios que hasta ese momento eran desempeados por las asociaciones, como un intento de lograr una mayor legitimizacin y representacin de los intereses colectivos. Sin duda, la creacin de un Estado de Bienestar, que ya exista en el resto de los pases occidentales, hace que muchas de las aspiraciones y actividades que vena realizando la iniciativa social se vean reflejadas en ese Estado. La iniciativa social inicia as un retroceso y una progresiva desarticulacin, ya que asume, no sin una cierta ingenuidad, que los poderes pblicos no slo deben garantizar la satisfaccin de la demanda social, sino que deben asumir la gestin directa de la proteccin y los servicios sociales para todos los ciudadanos. ❿ Manifestacin contra la inseguridad ciudadana, que reuni a ms de 10.000 personas frente al Ayuntamiento. Febrero de 1987. Lo Çeldense È visto por un Ç noÈeldense 99 sociologa A ntes de abordar estas reflexiones quisiera dejar claras dos cosas. La primera, que se trata de sensaciones y percepciones subjetivas y, en consecuencia, tamizadas por el carcter de quien las vive y las cuenta. No se plantea una verdad objetiva e incuestionable, sino, ms bien, el resultado de una percepcin individual y de una vivencia personal, respetuosa con otras distintas y opuestas, pero, al mismo tiempo, digna del mismo respeto que las dems. Lo segundo que quisiera matizar es la contraposicin hecha entre ÇeldenseÈ y Çno eldenseÈ. Quiero aludir con ambos trminos al hecho de haber nacido o no en esta ciudad dejando, por supuesto, que, an sin ser oriundo de aqu, he hechos esfuerzos por encarnarme lo ms posible en la sociologa y en la psicologa de Çlo eldenseÈ y fruto de ello son mis artculos y libros sobre diferentes aspectos de esta ciudad. En el anlisis de cualquier ciudad el factor ms importante a significar y destacar es el humano. Me estoy refiriendo a las personas que viven en ella, a la ciudadana que la puebla, a las gentes que la habitan. Si quisiera hacer un retrato sociolgico de las gentes de Elda partiendo de la investigacin de su pasado y de la observacin de su presente, me resultara un cuadro social con claro-oscuros, es decir, un cuadro con contrastes de luces y de sombras, una realidad cuajada de valores y de contra-valores, una panormica de grandezas y de miserias, una historia hecha de impulsos hacia delante y de frenos hacia atrs. Adentrndome en ese intento, yo definira la personalidad o el modo de ser de las gentes de Elda destacando tres valores que han constituido, desde mi observacin, el alma de esta ciudad y de sus habitantes, a saber: su espritu emprendedor, su laboriosidad y su talante deportivo o aventurero. Voy a profundizar sobre cada una de estas tres cualidades. I. EL ESPêRITU EMPRENDEDOR Y CREATIVO Emprender, crear, construir, innovar, arriesgarse, superar dificultades, son actitudes que se detectan en las gentes de Elda, no bien uno se adentre en las pginas de su historia o se acerque a observar las realidades de sus calles o de ❿ Posando delante del cartel que anunciaba uno de los primeros certmenes de FICIA en la salida hacia Alicante. Francisco Martnez Navarro Lo «eldense» visto por un «no» eldense 100 sociologa sus barrios. Pongamos algunos ejemplos ilustrativos que lo puedan atestiguar: ¥ Se emprende a principios del siglo pasado toda unatarea ingente de dejar a un lado el mundo de la agricultura para adentrarse en el complejo y no exento de dificultades campo de la industrializacin, colocndose, al poco tiempo, junto con Elche y Alcoy, al frente de las ciudades ms industriales de la provincia. ¥ Se crea a lo largo del siglo veinte todo un tejido de in- fra-estructura industrial que, bien a base de grandes fbricas, bien valindose de pequeos talleres como los que pululaban en Elda en la dcada de los cincuenta o los que dominan en la actualidad, siguen manteniendo vivo el espritu de superacin. ¥ Se experimenta todo tipo de riesgos, llmense Çcrisis econmicasÈ, Çconflictos socialesÈ o Çtensiones polticasÈ, pero las gentes de Elda siguen estando ah, a la vera de su historia, dispuestas a seguir y no desfallecer. ¥ Son capaces de crear, desde la nada, instituciones de raigambre internacional como la desaparecida FICIA o el actual INEXCOP. Y si esto ocurre en el campo de lo econmico, no le va a la zaga en otros sectores de la vida en los que el espritu de lucha y el coraje emprendedor de la ciudadana eldense son capaces de conseguir logros significativos para el bienestar colectivo o de emprender movilizaciones sociales que sorprenden a Espaa entera. ÀNo fue el hecho de construir la Residencia o el llamado entonces ÇHospital de la Seguridad SocialÈ el resultado del esfuerzo emprendedor del Movimiento Ciudadano? ÀAcaso el Movimiento Asambleario no fue una experiencia que cautiv la atencin de muchos espaoles por su capacidad organizativa, su participacin masiva y por el espritu solidario existente durante esos das?. Creo que los y las eldenses han sido y son gentes emprendedoras, audaces, creativas y arriesgadas. Y eso les honra. Pero, al mismo tiempo, como contrarrestando esa luz o ensombreciendo esa antorcha, tambin hay que afirmar con la historia en la mano que el egosmo, el particularismo, la divisin, han sido actitudes corrientes y definitorias de la personalidad de Çlo eldenseÈ. Cuntos proyectos e ilusiones de futuro han quedado abortadas en la historia de esta ciudad como frutos de esta manera de pensar y de vivir: Çyo antes que nadieÈ o Çlo mo primero, aunque lo dems se hundaÈ. ÀCmo no entender desde esa perspectiva la falta de unidad necesaria para haber creado en la economa de Elda grandes unidades productivas, eficaces y competitivas, en vez de todo ese mundo diseminado de pequeas fbricas o diminutos talleres, muchos de ellos clandestinos, compitiendo a veces unos contra otros en una lucha feroz por ocupar un sitio privilegiado en el panorama industrial eldense? ÀCmo interpretar, si no es desde la ptica de los particularismos econmicos, polticos o sindicales, el desenlace no siempre fructfero o al menos no tan fructfero como se soaba de Instituciones como la FICIA o de movilizaciones sociales como la del Movimiento Asambleario? ÀCmo poder explicar el hecho de que, hasta la fecha de hoy, no se haya podido lograr un mnimo de consenso para abordar de manera decisiva y eficaz el gravsimo problema de los residuos urbanos? Lo ÇeldenseÈ es como una moneda con dos caras. Mientras, por un lado, brilla su imagen de pueblo emprendedor, con espritu de riesgo y de superacin, con capacidad creadora, por el otro, se deja entrever de modo sutil y paradjico esa otra imagen no tan atractiva de ciudad cuyas gentes se sienten impulsadas en su quehacer diario por personalismos y particularismos tan nocivos para la convivencia ciudadana y para el desarrollo econmico y social. II. LA LABORIOSIDAD Entiendo por ÇlaboriosidadÈ la capacidad y la voluntad de trabajo y pienso, como fruto de mi investigacin y de mi observacin, que sta es un rasgo especfico de la personalidad eldense. Basta echar una ojeada a su historia o salir a sus calles y observar a la gente de aqu para confirmar esta verdad sociolgica: el ciudadano de Elda es trabajador por antonomasia. No es de ahora, es de siempre. Es una constante histrica. Empresarios dedicados en cuerpo y alma a mantener sus empresas y promocionar sus productos; trabajadores del calzado sumergidos desde toda la vida en jornadas laborales que, a veces, parecan y parecen no tener fin; mujeres, jovenes y mayores, dedicadas sin descanso en el interior de sus hogares al tejer y entretejer de sus mquinas de aparado. Trabajar sin descanso, sin miedo, con constancia, ha sido y es ❿ Instalaciones actuales de INESCOP en Elda. Francisco Martnez Navarro 101 sociologa una cualidad eldense. Hombres, mujeres e incluso nios o nias en algunos momentos de su historia, sin hacerle ascos al trabajo por duro y exigente que fuera.Si buscara razones para poder explicar por qu en Elda se ha trabajado y se trabaja tanto, stas son las que aducira. Por un lado, el sentido destajista que siempre ha tenido aqu la retribucin salarial; por otro el carcter estacional de la industria del calzado y, finalmente, el elevado nivel de vida de que siempre se ha disfrutado y que ha obligado, en contrapartida, a la necesidad de jornadas intensivas de trabajo para poder mantenerlo o aumentarlo. Gentes laboriosas, sin duda, los y las eldenses. Pero se han preguntado alguna vez Àa costa de qu?. Plantearse esta cuestin e intentar responder a ella es muy importante porque nos puede reflejar una visin ms completa y globalizadora de cuanto ha significado en profundidad para las gentes de Elda ese espritu de trabajo. Es verdad. Ciudadana eldense trabajando da a da sin cesar para poder mantener un nvel de vida no siempre lleno de necesidades bsicas, sino, en bastantes o muchas ocasiones, repleto de gustos superfluos e innecesarios. Cansados operarios que en ese exigente quehacer diario pierden la conciencia de que se estn dejando jirones de su vida y de su salud. Laboriosos trabajadores eldenses que, de modo inconsciente y gradual, han ido abandonando en la cuneta del olvido o de la indiferencia to- da otra inquietud por lo que no fuere trabajar y ganar. ÀDnde la preocupacin por la promocin cultural?, dnde el tiempo para el ocio creador y creativo?, dnde el espacio para el dilogo familiar?, dnde el inters por la participacin asociativa?. Quiz en esta aficin, pasin o alienacin por el trabajo Ñno s qu termino usarÑ se pueda encontrar la raz o la explicacin de lo que alguin ha definido como Çatona cultural eldenseÈ, o, dicho en palabras ms comprensibles, la no debida y suficiente valoracin de lo cultural y lo educativo como prioridades bsicas en el desarrollo de las personas y en el porvenir de las colectividades. Es sintomtico, al respecto, saber cmo, hasta los albores de la democracia, aos 76 Ð 77, para una ciudad ya populosa como era Elda por aquel entonces apenas se daba el nmero adecuado de colegios con relacin a la poblacin escolar, realidad que fue duramente criticada y denunciada por el Movimiento Ciudadano de aquella poca y que fue capaz de movilizar una manifestacin de muchos miles de personas el 1 de Octubre de 1977. Es igualmente ilustrativo con relacin a este punto acercarse a las estadsticas y ver cmo se refleja en ellas la aficin o el inters de la ciudadana eldense manifestada en los ndices de lectura o en los de participacin en asociaciones o actividades culturales. Hay que reconocer en honor a la verdad que en los ltimos tiempos, bien impelidos por las crisis econmicas que ❿ Manifestacin en defensa de la Educacin convocada por el Movimiento Ciudadano. 1 de octubre de 1977. La foto se corresponde con la llamada a la manifestacin del artculo anterior. Lo «eldense» visto por un «no» eldense 102 sociologa se han dado, bien como resultado de los esfuerzos sociales y polticos, la cultura y la educacin han comenzado a cobrar importancia en el nimo de la sicologa eldense, porque ha empezado a tomar cuerpo en las gentes de Elda Ñaunque no con la intensidad debidaÑ la idea de que una persona o un pueblo sin cultura no tiene futuro por mucho que en el presente se trabaje y se gane. III. EL TALANTE DEPORTIVO Y AVENTURERO Una tercera cualidad que define, a mi entender, el modo de ser de las gentes de Elda es su espritu deportivo y aventurero que se manifiesta en ese afn propio de Çlo eldenseÈ de aprovechar la mnima ocasin posible que la vida les ofrece para dedicarse al cultivo del viaje en sus mltiples facetas, a la aventura del viajar en su ansia por conocer otras tierras y otras gentes o en su contacto con la naturaleza mediante las salidas al campo los fines de semana. Este sentido deportivo de la vida y un tanto, si cabe, ecolgico, tiene su expresin histrica en una serie de hechos que lo avalan. Bueno es recordar, al respecto, los primeros viajes de comienzos de siglo Ñque se pueden llamar por las condiciones de la poca de Çverdaderas aventurasÈÑ, los primeros viajes, digo, de arrieros y de viajantes, cual pioneros un tanto obligados por la necesidad, pero a fin de cuentas pioneros en ese deambular y viajar por otros lugares. Se puede, igualmente, traer a la memoria los testimonios y ejemplos de los anarquistas eldenses de los aos treinta a favor de una vida ms sana y vivida en un mayor contacto con la naturaleza. Puede ponerse ante nuestros ojos como prueba acreditadora la existencia de tantas iniciativas, privadas y pblicas, que han ido apareciendo a lo largo de la historia eldense encamina- das a despertar y fomentar esta aficin por lo gimnstico y lo deportivo, por los viajes y por las aventuras, por lo natural y lo naturalista. ÀCmo no citar el Centro Excursionista Eldense como ejemplo, entre otros, de iniciativa privada o la creacin del primer Polideportivo como ejemplo, entre otros ms, de la preocupacin pblica?. No es extrao ver pululando en los barrios de la ciudad mltiples y variados gimnasios a cuyos servicios, en pro de un cuerpo ms gil y mejor cuidado, acuden bastantes eldenses, sea cual fuere su sexo o edad. A la hora de investigar cules han sido y siguen siendo las razones histricas o sociolgicas que puedan justificar o razonar tal comportamiento, podramos encontrarnos con diversas explicaciones, quizs complementarias. Existen, por un lado, testimonios que tratan de explicarlo incidiendo en el peso o influencia Ñno siempre debidamente reconocidaÑ que ha ejercido sobre esta ciudad, en especial sobre las clases trabajadoras, la cultura libertaria anarquista, de fondo naturista, desde su aparicin a finales del siglo XlX hasta su marginacin y desaparicin oficial a finales de la Guerra Civil con motivo de la fuerte represin franquista. El anarquismo, a travs de sus escuelas y ateneos, predic y defendi un modelo de vida alternativo, basado entre otras cosas, en el vegetarianismo y el naturismo. Otras teoras hacen hincapi en esa tradicin de la Elda rural que haca del campo y de los espacios naturales, casos del Pantano o La Finca Lacy, lugares de descanso o de espacio festivo, de asueto o de distraccin, tradicin de antao que ha podido permanecer oculta en el subconsciente de la Elda Industrial y urbana mediante esta aficin a las salidas a la naturaleza. Finalmente, una interpretacin ms sociolgica que pretende basarse en las investigaciones de lo que se llama ÇSociologa de las ciudadesÈ se apoya, ms bien, en la necesidad vital que tiene la ciudadana que habita en las ciudades industrializadas, en este caso la eldense, de buscar en el deporte, en el viaje, en la aventura, en la salida al campo o en el contacto con la naturaleza, la vlvula de escape necesaria que deje aflorar la presin acumulada a lo largo de la semana como consecuencia del fortsimo ritmo de trabajo impuesto. Sera como la necesaria escapada de una ciudad, como la de Elda, que necesita llenar sus pulmones de aire nuevo cada cierto tiempo Ñsemana o puente, fiesta o vacacionesÑ para poder incorporarse de nuevo al ritmo de la vida y del trabajo y ms, cuando este es frentico y fatigoso. Pero tambin esta cara bonita de Çlo eldenseÈ puede quedar un tanto afeada por la presencia, histrica y constante, de ese especie de sarpullido que la corroe como es el virus del consumismo. ❿ Bao en la presa del Pantano. Finales de los aos 50. Francisco Martnez Navarro 103 sociologa Una ciudad, cuyos habitantes cuidan su cuerpo y van a la naturaleza de mltiples maneras, pero, en contrapartida, consumen mucho ms de lo que necesitan y se debaten en un ciclo un tanto excesivo de gasto consumista, en muchas ocasiones superficial y superfluo, es una ciudad que, en el fondo, no acaba de valorar su salud ni la naturaleza, porque hace descargar sobre ella el estigma del agotamiento de sus recursos y porque crea una serie de residuos que hacen enfermar de suciedad y contaminacin los escasos parajes naturales de los que, en teora, los ciudadanos quieren, pueden y necesitan disfrutar. Es un crculo vicioso. Necesitamos nuestro entorno natural y, al mismo tiempo, lo destruimos con el ruido y la contaminacin que genera un estilo de vida lleno de consumismo y despilfarro. Es ciertamente esa tendencia consumista eldense, presente en todos los momentos de su pasado, cual seal de identidad, la que histricamente ha caracterizado y sigue mercando el modo de ser de las gentes de esta ciudad y que se ha vulgarizado con frases como stas que yo oa decir a mi padre Ñpues vivi un tiempo aquÑ ÇEn Elda se vive al daÈ o ÇEn Elda, lo que se gana, lo que se gastaÈ. Es excesiva, quiz, esta afirmacin, pero pretende ser un reflejo de lo que se pensaba y se senta en otros ambientes acerca del modo de vivir eldense. Existe, sin embargo, una corriente de opinin entre algunos oriundos que plantea esta realidad de diferente manera. Piensan que en la Elda primigenia y del principio se daba una actitud de austeridad y de ahorro siendo, ms bien, la avalancha de la inmigracin de los aos sesenta la que trajo los modos de vida basados en la ambicin y el exceso de consumo. Respeto, aunque no comparto esta tesis, pensando, ms bien, que los inmigrantes lo que hicieron a su llegada a esta ciudad fue copiar el estilo excesivo de trabajo y consumista existente aqu renunciando a una noble tarea que podan haber hecho cual era la de haber seguido manteniendo sus constantes culturales de ahorro y gasto moderado y haber podido influir de ese modo en la cultura nativa ayudndola a reencontrarse con el equilibrio y la moderacin. Ojal la nueva oleada inmigratoria pudiera desempear esa responsabilidad en vez de volver a caer de nuevo en la tentacin de la ambicin sin lmites y en el materialismo consumista. Mi opinin es que el paso a principios del siglo veinte del ruralismo a la industrializacin en Elda se hizo intentando olvidar toda una historia de angustias, incertidumbres, escaseces o privaciones para adentrarse sin paliativos ni cortapisas en el campo de la seguridad y el bienestar que proporcionaban la nueva economa industrial. Esta capacidad de consumo, fruto del alto nivel de vida que siempre ha predominado en esta ciudad, ha sido freno para la creacin de un espritu de ahorro y de una austeridad o de una sencillez de vida, indispensables para cuando llegan las vacas flacas de la crisis o el paro. Este estilo de vida de gasto suntuoso ha obligado y sigue obligando a trabajar ms para pagar lo que se compra con todo lo que ello implica de dao al cuerpo y a la salud e incide en una actitud de poco cuidado y respeto con el entorno urbano y medio ambiental fcilmente perceptibles en el exceso de ruidos, la escasa preocupacin por la limpieza del entorno urbano o el abandono de determinados espacios pblicos o parajes naturalesÉ Todo ello es la otra cara de la moneda de esa Elda entregada al deporte, a la aventura del viaje o al gusto por la naturaleza. Como resultado de esta reflexin, cabra concluir que Çlo eldenseÈ refleja una cultura llena de contrastes como toda realidad humana sumida en esa paradjica ambivalencia de luz y sombra, virtud y defecto, valor o contravalor, positividad y negatividad. No se puede caer en ninguna de las dos tentaciones: ni la mitificacin triunfalista que impida ver, asumir y corregir, si es posible, lo defectuoso, ni el pesimismo masoquista que dificulte la visin de lo bonito y hermoso que aqu se vive y se palpa. Se trata, ms bien, de reconocernos en nuestra realidad, procurando potenciar las virtudes y limar los defectos. Me gustara terminar con este pensamiento: Una ciudad la hacen sus gentes, no sus edificios ni sus fbricas, su riqueza o su nivel de vida., aunque ello pueda influir e influya. Una ciudad es habitable cuando sus gentes facilitan la habitabilidad y el hecho que ayuda a poder vivir a gusto en una ciudad no depende tanto de lo que se gane o lo que se consuma Ñan siendo importantesÑ como del espritu de respeto, de convivencia , de solidaridad y de justicia que anide en sus moradores. Slo as Çlo eldenseÈ adquirir plenitud y nicamente desde esta perspectiva humana y humanizadora valdr la pena vivir en esta ciudad que se llama ELDA y en la que yo he optado por habitar. ❿ Instalaciones de la Ciudad Deportiva del Centro Excursionista Eldense. deporte 104 H asta la construccin del nuevo Polideportivo Ciudad de Elda, inaugurado el 4 de septiembre de 2001, nuestra poblacin ha conocido diferentes y variopintas instalaciones deportivas para la prctica de los denominados deportes de sala: baloncesto, balonmano, ftbol sala, voleibol.... Sin embargo, hasta despus de la contienda civil, Elda no dispuso de cancha alguna para practicar estos deportes exceptuando el ftbol, que, desde 1923, se jugaba en El Parque y, en 1939, en el denominado Stadium Imperio, espacio que tuvo una vida muy corta. Hace algo ms de 60 aos, eran pocos los que practicaban el baloncesto en Elda. Los primeros balbuceos del basket se dieron en un solar junto a la fbrica de ÇLos VacosÈ, situada detrs del Cine Lis. Al lado de una de las canastas de la poca exista un refugio construido en la guerra por el que, muchas veces, se colaba la pelota, por lo que los jugadores se vean obligados a descender las escaleras para recogerla. LA OJE. Hasta mediados de los aos 50 no se cre una instalacin deportiva que acompaara al legendario campo de La primera pista deportiva que tuvo Elda data de los años cuarenta Historia de los polideportivos eldenses Antonio Juan Muoz Fotos b/n: Carlson ❿ Partido de liga de Primera Provincial entre las Secciones Femeninas de Elda y Elche, que ganaron las locales 15-4. El partido se disput en la pista O.J.E., hoy Casa de la Juventud. 3-12-1974. 105 deporte deportes El Parque, donde se practicaban distintas disciplinas deportivas, aunque imperando, por encima de todo,el ftbol y el balonmano.En la dcada de los 40, el Frente de Juventudes potencia la Organizacin Juvenil Espaola (OJE), que canalizaba en gran parte la prctica del deporte en todo el pas. No obstante, fue en el mes de mayo de 1955 cuando el Frente de Juventudes present los planos de unos terrenos donados por los miembros de la antigua SICEP. El Ayuntamiento de la ciudad subvencion aquellas obras para que terminaran en el menor tiempo posible. As, en un solar de la calle Conde Coloma, se construy el Hogar de la Falange Juvenil de Franco, consistente en dos escuelas del Patronato del Frente de Juventudes y una cancha deportiva para la prctica de juegos de sala cuyas medidas no eran las mnimas reglamentarias para acoger eventos de categora nacional, pero permitieron, al menos, la prctica de algn deporte, sobre todo el balonmano. Esa instalacin, a raz del cambio poltico de los aos 70, pas a ser la actual Casa de la Juventud. EL PARQUE. En la dcada de los 50 surge con fuerza el mtico Pizarro, que, al carecer de una cancha reglamentaria para jugar sus partidos oficiales, se ve obligado a reconvertir el campo de ftbol para poder afrontar sus compromisos ligueros. Al ser de tierra el rectngulo, se utilizaba una parte de la instalacin para jugar los partidos, colocando provisionalmente las porteras de balonmano en cada uno de los ex-tremos de la cancha, que estaba rodeada de si-llas de madera para que los aficionados pu-dieran sentarse. El ltimo partido de balonmano que se jug en El Parque fue en la temporada 1961-62, concretamente el 7 de enero de 1962, cuando el Pizarro se enfrent al Dakotas de Madrid. El encuentro acab con mnimo triunfo eldense por 9-8. EL CINE GLORIA. El deporte en Espaa, aunque lentamente, segua evolucionando mientras las instalaciones deportivas eldenses continuaban brillando por su ausencia. Incluso, algunas de las que existan se haban reconvertido tras prestar otros servicios a la sociedad, como sucedi con el Cine Gloria de verano, luego llamado Cine Paz, que estaba ubicado en la calle Padre Manjn, enfrente del ambularorio de la Seguridad Social. El Cine Paz, en invierno, se transformaba en una rudimentaria cancha de balonmano conocida como Pista Paz. A raz de prohibir la Federacin Espaola de Balonmano que el Pizarro jugara sus partidos de Elda en un rectngulo de tierra, el equipo eldense se vio obligado a jugar en superficie de cemento. Eso motiv que los partidos que anteriormente afrontaba el Pizarro en El Parque se trasladasen a la Pista Paz. El patio de butacas del cine de verano fue testigo de los mejores encuentros disputados por el Pizarro ante las potencias balonmanstica de la poca: Granollers, Barcelona o Atltico de Madrid. Una portera emerga delante de la pantalla cinematogrfica y la otra se colocaba bajo la cabina de proyecciones. Se construyeron graderos de madera y se continu colocando sillas alrededor de las lneas que delimitaban la cancha de juego. Los primeros partidos oficiales de balonmano jugados en el Cine Gloria correspondieron al tramo final de la Liga 1961- ❿ òltimo partido de balonmano disputado en El Parque. El Pizarro gan 9-8 al Dakotas de Madrid. 7-1-1962. deporte 106 62. Fue el 4 de febrero de 1962, a las doce y media de la maana, cuando el Pizarro se enfrent al Atltico de Madrid, venciendo los madrileos por un contundente 13-23. òLTIMO PARTIDO EN LA PISTA PAZ. El adis a la cancha del cine de verano lleg apresuradamente como consecuencia de otro escndalo ante el Atltico de Madrid. Fue el 28 de enero de 1968, cuando el Pizarro se impuso al conjunto colchonero por un apretado 14-13, tras finalizar el primer periodo con victoria madrilea por 7-8. La ltima alineacin del Pizarro en la Pista Paz estuvo configurada por Laureano y Busquier; Julin (5), Quique (1), Arrez (1), Toms, Scrates, Ros (1), Martnez (2, p.), Gil (1) y çngel. El Atltico de Madrid aline a Ruiz Pascual y Almandoz; Miguel Medina (3, p.), Alcalde (2, 1p.), De Miguel (2, 1p.), Andrs (1. p.), Alonso (2), Juan Antonio Medina (1, p.), Madrigal (1), Loinaz (1) y Lobera. Dirigi el encuentro el colegiado Gutirrez (Len). El detonante de los incidentes fue la aparicin de un paraguas que fren el baln en los ltimos instantes del tiempo reglamentario, cuando un jugador atltico encaraba la portera eldense. El Comit de Competicin, reunido el 31 de enero, dictamin clausurar por tres partidos la Pista Paz y aplicar una sancin econmica de 8.000 pesetas, advirtiendo al Pizarro que, en caso de reincidencia, la clausura de la pista sera definitiva y que, a la vez, el equipo descendera de categora. El club eldense recurri la sancin y el Comit de Apelacin anul los tres partidos de clausura, pero prohibi a los de Elda que siguieran jugando en la Pista Paz, con la obligacin de pagar la multa de 8.000 pesetas y de jugar en otra cancha que no fuera la de aquel cine de verano, permitindole a los eldenses que cumplieran esa sancin en nuestra ciudad. POLIDEPORTIVA, PISTA Y PABELLîN. El 29 de marzo de 1965 se aprob la construccin de la pista polideportiva y en agosto de 1966 se adjudicaron las obras. Posteriormente, la pista se convirti en el pabelln municipal de la calle Per. Las obras se adjudicaron a Jos Martnez Ros por un montante econmico de 903.868,30 pesetas y con un plazo de seis meses para su construccin. El primer partido en la nueva polideportiva se disput el domingo 11 de febrero de 1968, a las doce y cuarto de la maana, frente al Anaitasuna de Pamplona. Venci el Pizarro por 14 goles a 12 en un encuentro cuya primera mitad finaliz con triunfo eldense por 8-5, siendo Julin Llorns el autor del primer tanto en la nueva instalacin al batir al meta Hualde en la portera del fondo izquierdo, segn la salida a cancha de los jugadores desde el tnel de vestuarios. La primera alineacin del Pizarro en la nueva instalacin estuvo compuesta por Laureano y Busquier; Julin (2), Quique, Arrez (2, 1p.), Toms (1), Ros (2), Martnez (5, 2p.), Gili (1), Maestro (1) y çngel. Anaitasuna jug con Hualde y Prez; Bakedano (2), Urkizu (1), Aldaz (2), Rosan, Lekumberri, Ortigosa (5, 2p.), Ibarrola (1) y Leache (1). El primer rbitro que pis la polideportiva fue el madrileo Mauri. La primera derrota eldense en esa instalacin se produjo el 3 de marzo del mismo ao ante el Granollers, que gan con contundencia por 13-29. Y el primer empate lleg el 2 de febrero de 1969 cuando los de Elda cedieron un punto al Gru- po Empresa Seat de Madrid, que igual a 14 tantos.La pista polideportiva, todava descubierta, vio por primera y nica vez a la seleccin espaola absoluta. Fue el 28 de abril de 1968 con motivo del amistoso ante Islandia, estando seleccionado el eldense Octavio Arrez, aunque no se aline. Gan Espaa por 2917; al descanso, el triunfo hispano era de 11-6. Domingo Brcenas Gonzlez, entonces seleccionador de Espaa, aline a Perramn y Guerrero; Alcalde (6), Morera (4), Prats, Arn (2, 1p.), De Miguel (2, 1p.), Pitiu Rochel (6), Alonso (3), Madrigal (2), Garca Cuesta y Lpez Balcells (4). Birgir Bjrnssen, seleccionador de Islandia, form con Kristjansson y Olafsson; Oskarsson (3, 2p.), Johanssen (1), Einarsson (4), Jonsson (1), Og- ❿ Primer partido que se jug en el Cine Gloria de verano, luego Pista Paz. Gan el Atltico de Madrid por 13-23 al Pizarro. 4-2-1962. mundssen (2), Magnussen (1), Blondal (4, 1p.), Bjorgvinssen, Eliassen y Jenssen (1). Dirigi el partido el suizo Bertschinger, ayudado en las lineas por los espaoles Casamayor y Gozlvez. El 1-0 de ese partido lo consigui el malogrado Pitiu Rochel, el 2-0 Arn y el 3-0 Morera. CERRAMIENTO DE LA POLIDEPORTIVA. En enero de 1970 se aprob el presupuesto para el cerramiento de la pista polideportiva por un montante de 2.273.860 pesetas, que se acord atender con 1.131.837 pesetas de la subvencin de la Junta Provincial de Educacin Fsica y Deportes y 1.142.023 pesetas de la aportacin del supervit municipal de 1969, segn explic en su momento Gonzalo Casez Rico, vicepresidente de la S.C.D.Pizarro. Como consecuencia de no estar finalizadas las obras para cubrir la pista polideportiva, el Pizarro tuvo que jugar tres partidos fuera de Elda. El primero de ellos fue el del 4 de octubre de 1970 en el pabelln de Murcia, donde empat a 13 goles con el Vulcano de Vigo. El 18 de octubre actu en el Pabelln de Exposiciones de Crevillente y perdi, por 13-16, con el Vallehermoso de Madrid. Y el 22 de noviembre volvi a jugar en Crevillente ante el Marcol Lanas Aragn de Valencia, que tambin gan por 13-16. La inauguracin de la techumbre lleg el 20 de diciembre de 1970 con el triunfo del Pizarro, por 15-14, ante el Oar Gracia de Sabadell, terminando la primera parte con 6-8 para los catalanes. El primer gol del encuentro lo marc el eldense Sirera. Fue la primera victoria liguera del equipo local que, en las diez primeras jornadas del campeonato, slo haba sumado un punto. El Pizarro form con Laureano y Busquier; Scrates, Julin (3, 1.p.), Quique (3), Orgils, Carpena, Planelles (1), Cremades (6, 1.p), Toms, Sirera (2) y Mart. Dirigieron el encuentro los colegiados madrileos Velasco y Moreno Polo. ❿ Primer partido de liga en la pista polideportiva de la calle Per, que se construy junto al campo anexo, en el que el Pizarro gan 14-12 al Anaitasuna de Pamplona. 11-2-1968. 107 deporte ❿Amistoso Espaa-Islandia de selecciones absolutas, con triunfo espaol 29-17, jugado en la pista polideportiva, todava descubierta. 28-4-1968. deporte 108 COLOCACIîN DEL PARQUET. La tercera y ltima fase contemplaba la colocacin del parquet flotante para convertir la pista en uno de los mejores pabellones, por entonces, de la provincia de Alicante. El presupuesto se acord en el Pleno municipal celebrado el 5 de septiembre de 1973, y contemplaba la colocacin de parquet de madera de haya, arreglos de gradero, obras de enlace con el campo anexo y aseos para el pblico, todo por un montante de 4.413.081 pesetas y con un tiempo de 7 meses para realizar los trabajos. Como nadie puj, qued desierta la convocatoria y, en un Pleno celebrado en diciembre de 1974, se volvi a adjudicar las obras por 7.377.000 pesetas. Una vez acabados los trabajos de acondicionamiento de la instalacin, se produjo la esperada inauguracin del parquet flotante del pabelln eldense. Fue el domingo 26 de octubre de 1975, a las doce y media de la maana, en partido de Liga de Primera Divisin masculina entre el Centro Excursionista Eldense y el Sarri de Dalt, de Gerona (que despus se denomin GEIEG), venciendo los de Elda por 21-14. El equipo eldense aline a Laureano y Cataln; Vera (4), Sabater, Sarabia (2), Arrez (1), Maldonado (2), Sirera (1), Marcial, Requena (6), Martnez (1) y Aracil (4). òLTIMO PARTIDO EN EL PABELLîN. Despus de 33 aos de utilizacin por los primeros equipos locales de balonmano, el domingo 29 de abril de 2001, a las doce de la maana, se jug el ltimo partido de categora nacional entre el Centro Excursionista Eldense y el Portadeza Laln, encuentro que ce- rraba la primera fase de ascenso a Divisin de Honor B, jugada en Elda. La victoria eldense fue por 30-23, marcando Sergio Carrin el ltimo gol en el pabelln municipal. Los de Elda formaron con Silvio Martnez y Jos Miguel Cantos; Lpez Coloma (6), Vctor Maldonado (6), Javier Santos (5), Fran Ariza (3), Sergio Rubio (1), Servando Revuelta (3), Gonzlez Peregrino (1), Fran Rulln (3), Nelson Espino (1) y Sergio Carrin (1). El Laln aline a Durn y Pablo Pedreira; Escudero (6), Varela (3), Jos Luis Pedreira (1), Diego Fernndez (2), Gulias (4), Camilo (2), Too (2) Aller, Roberto Granja y Abel (3). Dirigieron el encuentro los colegiados madrileos Roberto Prez Martn y Eva Taravillo Corralo. PISTA ANEXA Y MINIPABELLîN. Tras inaugurarse en 1964 el Estadio Municipal, se construy el campo anexo y cuatro aos despus se inaugur la polideportiva. El proyecto del Estadio Municipal contemplaba una instalacin paralela al nuevo recinto deportivo; era el campo anexo, donde en uno de sus extremos se contruy la pista polideportiva y en el otro extremo se proyect levantar un frontn y un gimnasio. Sin embargo, los aos pasaron y al final no hubo ni frontn ni gimnasio, aunque se habilit una pequea cancha para la prctica del ftbol sala. Con el tiempo, fue utilizada por diferentes equipos de balonmano de categoras inferiores. El estado de deterioro de la pista descubierta del anexo iba en aumento debido al paso de los aos y a la falta de inversiones, as como a los contratiempos que tena que soportar en das de lluvia. Todo esto llev a la Concejala de Deportes a remozar la cancha levantando paredes y cubriendo la instalacin hasta convertirla en un pequeo pabelln. LA REMODELACIîN. El da 3 de febrero de 1995 entraron las mquinas excavadoras al campo anexo para derribar lo que era la pequea pista deportiva. Las obras de la nueva pista se adjudicaron por un montante de 62 millones de pesetas, aunque, finalmente, el presupuesto se dispar hasta los 90 millones de pesetas, todo financiado por el Ayuntamiento. Despus de 32 meses, con parones y cambios en las empresas constructoras, el 3 de octubre de 1997 se inaugur la instalacin con un acto presidido por Juan Pascual Azorn, al- ❿ Colocacin del parquet flotante en la pista polideportiva, que ya estaba cubierta. La nueva superficie se estren con el partido Centro Excursionista Eldense y el Sarri de Dalt. Gan 21-14 el equipo eldense. 26-10-1975. 109 deporte calde de la ciudad, y por Florentino Ibez, edil de deportes.El primer encuentro oficial que se disput fue de balonmano masculino, categora infantil. El 11 de octubre de 1997, el equipo del Centro Excursionista Eldense se midi al Inmaculada de Alicante, venciendo los alicantinos por 25-27. POLIDEPORTIVO CIUDAD DE ELDA. Desde septiembre de 1994 hasta el mismo mes de 2001, el nuevo Pabelln Polideportivo Ciudad de Elda no termin de ver la luz gracias a las interminables tensiones polticas y a la presin ejercida por el colectivo Elda por el Deporte en un intento por construirlo lo antes posible. Los terrenos tuvieron que consensuarse por todas las fuerzas polticas con representacin municipal. A base de infinidad de reuniones, visitas, desfases presupuestarios y descalificaciones, a finales de marzo de 1999, la obra fue licitada despus de que el arquitecto Guillermo Ortego entregase al Ayuntamiento los planos definitivos del proyecto. El 25 de mayo de 1999 comenz a construirse el pabelln colocndose la primera piedra en una parcela de 8.220 metros cuadrados en la zona de La Almafr, edificndose la instalacin sobre una superficie de 6.552 metros cuadrados con un gradero para 2.000 personas. El resto del terreno se destinara a zona verde. El montante econmico del nuevo pabelln, incluyendo los desfases presupuestarios, super los 800 millones de pesetas, de los que la Generalitat Valenciana aport 500 millones de pesetas. La inauguracin oficial se celebr el da 4 de septiembre de 2001, a las 9 de la noche, a cargo de Manuel Tarancn Fands, Conseller de Cultura y Educacin, junto a Juan Pascual Azorn Soriano, alcalde de la ciudad, y Florentino Ibez Requena, edil de Deportes. Tras descubrirse, en la entrada principal del pabelln, la placa de inauguracin y escucharse el Himno Regional, interpretado por la banda Santa Cecilia, sobre el parquet hubo una exhibicin de aerobic a cargo de la Escuela Municipal de Mantenimiento. El turno de oradores lo comenz çngel Sandoval, portavoz del colectivo Elda por el Deporte, y le sigui Juan Pascual Azorn, cerrando los discursos Manuel Tarancn. Acto seguido, saltaron a la cancha todos los equipos del Club Balonmano Femenino Elda Prestigio, Club Baloncesto Elda, Club Deportivo Papas La Mueca Ftbol Sala y los conjuntos de la seccin de balonmano masculino del Centro Excursionista Eldense. Tras el desfile de los distintos equipos, el Ballet Arraigo ofreci una coreografa que cerr los actos programados antes de dispararse, en los aledaos al polideportivo, un castillo de fuegos artificiales. PRIMER PARTIDO. El primer partido oficial jugado en el nuevo polideportivo fue de balonmano femenino. Se disput el da 5 de septiembre, a las ocho y media de la tarde, entre el Alsa Elda Prestigio y el Stade Touloussain, que finaliz con victoria eldense por 32-15, terminando el primer tiempo con victoria blanquiazul por 14-6. A las rdenes del sajeo Jos Miguel Mercader Costa y del alicantino Juan de Dios Bermdez Lpez, el Alsa Elda aline a Chelo Benavent; Lidia Snchez (1), Alicia Morante (1), Mara Pinto (5, 1p.), Joana Vergara (4), Beatriz Morales (6), Oxana Pavlic (4), Vernica Verd (3, 1p.), Isabel Ortuo (7, 1p.) ❿ Panormica del pequeo pabelln del campo anexo (ÇPista AzulÈ). La foto est tomada el da de la inauguracin, el 3 de octubre de 1997. deporte 110 y Sandra Gisbert (1). Por el Stade Touloussain jugaron Leila Ojebadur, Marina Barinik y Sande Eivor; Lucille Manieca (2), Claudette Robert (6, 2p.), Ingrid Aloyau, Marie Gaillard (1), Samira Bedri (2, 1p.), Laurence Lirola, Jssica Lambert (2), Jenny Florn (2) y Sandy Begarri. El primer gol en el Ciudad de Elda lo consigui Beatriz Morales en el minuto 4.39 de juego, desde la posicin de extremo izquierdo en la portera situada cerca de la puerta principal de entrada al nuevo polideportivo.El primer partido de basket se disput el 7 de septiembre entre los equipos junior del Club Baloncesto Elda y Jorge Juan de Novelda. Fue un partido de pretemporada que acab con victoria eldense por 78-32, siendo Carlos Aravid el autor de la primera canasta al minuto de juego. En cuanto al primer encuentro de ftbol sala, ste se jug el 15 de septiembre entre La Mueca de Elda y El Quitapenas de Alicante. Era un partido correspondiente al VII Trofeo Fiestas Mayores que finaliz con triunfo eldense por 6-3, siendo Guiller el autor del primer tanto a los 14 minutos de juego. La historia de las canchas eldenses para practicar juegos de sala contina desde hace ms de 60 aos. ❿ La jugadora del Alsa Beatriz Morales marca el primer gol en el Polideportivo Ciudad de Elda, en el amistoso jugado el 5 de septiembre de 2001 contra el equipo francs del Touloussain, que acab con triunfo local 32-15. Bateig, una ruta desconocida y con encanto Bateig, una ruta desconocida y con encanto 111 excursionismo Miguel Izquierdo Lpez Miguel Izquierdo Lpez ❿ El grupo de montaeros ascendiendo por el sendero que lleva a la cima. Podemos observar cmo est perfectamente conservado y sealizado. ❿ El grupo de montaeros ascendiendo por el sendero que lleva a la cima. Podemos observar cmo est perfectamente conservado y sealizado. C uando en alguna ocasin hemos echado un vistazo a esa propaganda de viajes en la que se nos informa acerca de posibles rutas con encanto, solemos constatar casi siempre que se trata de parajes y recorridos alejados de nuestra localidad, ms apropiados para un viaje largo Ñde sos que slo podemos llevar a cabo en las vacacionesÑ que para lo que habitualmente asociamos con salidas matinales de un fin de semana. Bateig, una ruta desconocida y con encanto 112 excursionismo S in embargo, muy cerca de nosotros podemos encontrar lugares que merecen una pequea visita. Un paseo o, quiz, una marcha de unas pocas horas, durante una maana, puede llevarnos a parajes y caminos que tienen un encanto especial y que nos depararn Ña buen seguroÑ sorpresas agradables. Uno de esos lugares es Bateig. La mayora de nosotros hemos odo hablar de este monte, muchos lo conocen y bastantes habrn visitado esa zona, de la que posiblemente recordamos algunos detalles, tales como una cueva en su ladera o unas curiosas esculturas de dinosaurios que pueden verse en algn campo cercano. Pero, paradjicamente, Bateig tambin es un lugar bastante desconocido, incluso para aquellos de nosotros que lo hemos visitado en alguna ocasin y recordamos esos detalles. Tal es as, que si preguntsemos a alguna persona que haya visitado esa zona, no sera extrao que nos respondiera que Bateig es un monte al que slo podemos subir y, desde el que, una vez arriba, slo nos queda volver a bajar. Nada ms alejado de la realidad; el lugar esconde algunas sorpresas especialmente interesantes para el paseante. ònicamente tenemos que prolongar un poco ms nuestro recorrido para tropezarnos con ellas y disfrutarlas. Quiz la primera sea que el monte se extiende Ñuna vez arribaÑ ms all de lo que su visin desde abajo podra hacernos sospechar. Pero, probablemente, la sorpresa ms llamativa con la que podemos encontrarnos sea la de un sendero perfectamente sealado y que se extiende por la cima del monte alcanzando una distancia de 1.200 metros aproximadamente. Cualquiera de nosotros que, paseando por all, se acerque a ese sendero, no dejar seguramente de asombrarse ante el hecho de que all, en medio del monte, aparezca de pronto un camino bien cuidado, perfectamente delimitado con piedras a un lado y a otro, y en cuyo comienzo (o final, todo depende de la ruta seguida) se eleva un cmulo de piedras que sostiene un monolito. Si todo esto ya nos sorprende, an ms asombrados quedaremos cuando, al continuar nuestro camino por ese mismo sendero, nos tropecemos con zonas en las que piedras, colocadas aqu o all, disean, nada menos, que Ávarios merenderos!. Es muy probable que, llegados a este punto, comencemos a preguntarnos, extraados, quin o quines han podido ser los que se han tomado tantas ÇmolestiasÈ y han realizado ese singular trabajo que, con toda seguridad, les habr llevado tiempo y esfuerzo. Pues bien, la respuesta a nuestra curiosidad es la siguiente: toda esta Çobra de campoÈ la han realizado tres montaeros eldenses, Pepe Navarro, Luis Navarro y Francisco Moya. Si queremos conocer la historia de este sendero, debemos remontarnos algunos aos hacia atrs, a 1995. Por esas fechas, Pepe y su hermano Luis tenan la costumbre de ascender a Bateig muchos fines de semana; partan de un sendero que sale desde la Pea del Sol, a la izquierda, y que lleva hasta la cumbre del monte que divisamos desde ah. Una vez arriba, tomaban un camino otra vez hacia la izquierda y lle- gaban a una caseta o Ñpara ser ms exac- tosÑ a lo que queda de una case-ta, lugar donde se ❿ Nuestros dos amigos, Francisco (a la izquierda) y Pepe, en una bifurcacin del sendero, como se ve, claramente delimitada. ❿ Nuestros dos amigos, Francisco (a la izquierda) y Pepe, en una bifurcacin del sendero, como se ve, claramente delimitada. Miguel Izquierdo Lpez 113 excursionismo detenan a descansar y disfrutar de la vista. Sin embargo, el azar quiso que en una ocasin pudiera observar cmo otro montaero, ascendiendo por el mismo camino, se diriga, no obstante, en otra direccin, a la derecha, y continuaba por all hasta perderse de vista. Esa casualidad y cierta curiosidad provocaron que ambos tomasen la decisin de recorrer esa nueva ruta; as fue cmo descubrieron que Bateig era bastante ms que lo que hasta ese momento conocan. El nuevo camino les llev hasta la seal geodsica que marca la mayor altura del monte. Lo que descubrieron de ese modo fue una zona del monte poco frecuentada y, por tanto, desconocida para muchos. Desde ese momento, para ellos se convirti en algo habitual recorrerla los fines de semana.De esta manera tambin fue cmo descubrieron que, en los alrededores de la marca geodsica, la zona estaba repleta de piedras de diferentes formas y tamaos diseminadas aqu y all. El origen de tal acumulacin de piedras en la zona es un misterio, aunque Pepe piensa que son los restos de campos cultivados y abandonados hace ya mucho tiempo. Fue en ese momento cuando se le ocurri la idea de utilizar todo aquel material para marcar el sendero y, as, preservarlo del deterioro. Comenzaron a colocar las piedras a lo largo de los bordes del camino, all por octubre de 1995, empezando desde el mismo punto geodsico y en direccin hacia abajo. Durante bastante tiempo, unos tres aos aproximadamente, Pepe llev a cabo esta tarea solo o ayudado por Luis, durante los fines de semana, llevando piedra a piedra y colocndolas a la misma distancia unas de otras. Cuando se alejaban bastante del lugar en donde se acu- mulaban las piedras, volvan atrs, recogan y llevaban bastantes a un mismo sitio, formando una especie de ÇcanteraÈ desde donde poder continuar con el trabajo y, desde ah, continuaban. Con el tiempo, se uni a ellos Francisco y, desde ese momento, Pepe y l formaron un equipo de trabajo permanente de cuyo esfuerzo hoy nos podemos beneficiar todos. Un equipo de trabajo en el que, dicho por ellos mismos, no falt una cierta distribucin de tareas cuando las circunstancias as lo requeran; mientras Pepe continuaba su labor de colocar las piedras en el sendero, Francisco se ocupaba de la limpieza de las pocas arboledas de pinos que quedan en la zona, desbrozndolas y protegiendo los brotes para su conservacin. Durante cinco aos, casi todos los fines de semana, dedicaron su tiempo libre a este ÇtrabajoÈ, aunque para ellos no era, con toda seguridad, un ÇtrabajoÈ, sino ms bien un agradable esparcimiento. A veces, se unan a ellos en la tarea algunos otros montaeros que, como ellos, forman parte de un grupo de montaa de nuestra localidad, los ÇDiez Amigos de EldaÈ. Finalmente, cuando llegaron al final del sendero marcado, decidieron colocar un cmulo de piedras que, de alguna forma, marca la entrada al sendero y sirve para conmemorar el esfuerzo realizado. Quien se acerque por all no dejar de asombrarse ante el aspecto que tiene el cmulo, realizado con piedras cuidadosamente encajadas unas con otras hasta completar su forma cnica y desde cuyo interior se eleva un monolito al que han unido una placa en la que se menciona a los autores y las fechas de comienzo y finalizacin del trabajo. Si esta descripcin ha podido despertar nuestra curiosidad y decidisemos recorrer esta ruta, lo mejor es que nosacerquemos con el ❿ Una vista del cmulo y el monolito, justo cuando estamos llegando al lugar. ❿ Una vista del cmulo y el monolito, justo cuando estamos llegando al lugar. Bateig, una ruta desconocida y con encanto 114 excursionismo coche hasta el final del camino asfaltado que, comenzando en la misma Pea del Sol, discurre entre algunas casas de campo, hacia la derecha. All podemos aparcar y tomar el sendero que sale desde ese mismo lugar, al borde del camino asfaltado, a la derecha. Unos metros ms adelante ya nos tropezaremos con dos montones de piedras que vienen a marcar la ÇpuertaÈ de entrada al sendero del monte. Desde este punto, slo tenemos que dejarnos guiar por el mismo sendero, el cual, si no lo abandonamos en ningn momento, nos llevar al lugar que buscamos. El primer tramo del camino, unos diez minutos de marcha aproximadamente, sern los nicos que requieran un pequeo esfuerzo, pues se trata de ascender unos metros hasta el momento en que el sendero comienza a discurrir sinuosamente por la parte menos dificultosa del monte.A medida que vayamos ascendiendo, iremos dejando atrs nuestra poblacin y enseguida nos encontraremos con un tramo de sendero delimitado con piedras, una especie de adelanto de lo que veremos ms arriba y que nuestros amigos han marcado para evitar que equivoquemos la ruta y, tomando la derecha, nos alejemos del lugar que buscamos. Si nos fijamos con atencin, podremos ver, ya desde este punto del camino, hacia arriba y a lo lejos, el cmulo de piedra que antes describamos. Desde este momento, el ca- mino suaviza su pendiente y se transforma en un agradable paseo que apenas requiere ya algn esfuerzo por nuestra parte. Un poco ms adelante, una bifurcacin a la derecha nos llevar a la entrada de una cueva que no se puede ver desde el camino que recorremos; si nos apetece, podemos desviarnos y echar un vistazo, pero no es aconsejable entrar en ella. Se trata de una cueva de unos 300 metros, con una entrada angosta y algo peligrosa en su interior; aunque ya ha sido explorada por personal experimentado, no es adecuada para personas sin experiencia. Por lo tanto, parece mejor continuar nuestro camino desde donde lo dejamos. Al poco, nos tropezaremos con el sendero marcado por nuestros montaeros e, inmediatamente, con el cmulo de piedras y el monolito que marca el comienzo (o el final) del camino. Quiz sea sta la ocasin para que nos detengamos un instante y valoremos el esfuerzo realizado por nuestros amigos, el cuidado y el detallismo que han utilizado al colocar las piedras, encajndolas con precisin, una a una, dando a todo el conjunto un aspecto y solidez sorprendentes. Tambin veremos la placa adosada a la piedra con la inscripcin que recuerda quines han realizado todo este trabajo y cundo. Al continuar por el camino, nos encontraremos enseguida con una zona llana que se ex❿ Nuestros montaeros toman un respiro y posan junto a su obra (a la izquierda de la foto, Pepe Navarro; a la derecha, Francisco Moya y Luis Navarro). Miguel Izquierdo Lpez 115 excursionismo tiende hacia delante y en la que podremos observar la vegetacin ms propia de nuestros montes: tomillo, romero, espliego, esparto, cantueso, entre otras. Sin embargo, es, por desgracia, bastante ms improbable que nos tropecemos con algn animal, aunque no podemos descartar la posibilidad de ver, si hemos madrugado, alguna liebre o algn conejo cruzar el sendero y perderse enseguida entre las rocas.A lo largo de ese sendero encontraremos tres ÇensanchesÈ del camino que sirven de sealizacin para otras posibles rutas que recorren la zona. En el primero, marcado por una piedra vertical, podremos observar cmo los brotes y pequeos pinos han sido protegidos y cuidados para su preservacin. Es, por supuesto, de agradecer a nuestros amigos el que se tomen el trabajo de cuidar la flora en una zona que, como otras zonas de nuestro entorno, ha sufrido durante mucho tiempo un deterioro tan extremo y daino. Y, si nos fijamos con atencin, podremos ver cmo sus esfuerzos en este sentido estn siendo recompensados: los pinos jvenes crecen con fuerza. En el segundo ÇensancheÈ tendremos la oportunidad de coger un camino a la derecha que nos llevar hasta una poza; los das lluviosos suele estar llena de agua, oportunidad que aprovechan los animales de la zona para beber y Pepe y Francisco para ÇregarÈ un poco los pinos ms jvenes. Despus de visitarla, podremos seguir adelante hasta volver a encontrar el sendero principal. Muy cerca de este segundo ÇensancheÈ nos encontraremos con el tercero. En ste es donde deberamos detenernos ms tiempo, porque es el que ms nos va a sorprender. A un lado y a otro podremos ver cmo los montaeros han colocado piedras formando mesas y asientos para que el paseante descanse y disfrute, a la sombra de los pinos, del paraje circundante. A su alrededor divisaremos pequeos monolitos y piedras de diferentes tamaos, unas sobre otras, mantenindose en un inverosmil equilibrio. Es, sin duda, un buen lugar para tomar un bocado y refrescarnos (si hace calor) o calentarnos (si hace fro). La nica precaucin que debemos tomar es, si vamos acompaados de nios, que stos no se alejen demasiado en direccin a la parte superior del monte, desde donde se divisa la autova, porque all el terreno se corta abruptamente en vertical. En este punto del camino podremos optar por continuar la marcha hacia arriba, en direccin a la marca geodsica, o bien desandar lo andado y regresar a la ciudad. Todo depender en este caso de nuestros propios deseos e intereses. Como tambin depende de nosotros, del inters y el empeo que cada uno de nosotros pongamos, el que esta ruta que hemos descrito y el trabajo que se han tomado nuestros amigos se mantengan y preserven para futuros paseos y paseantes. Con un respeto mnimo por lo que all vamos a encontrar, el paseo por Bateig seguir siendo, sin duda alguna, una expe riencia especialmente gratificante. ❿ Llegando al final del sendero, encontramos algunas zonas acondicionadas para el descanso. ❿ Vista parcial del lugar que nuestros amigos han transformado en Çzona de recreoÈ. El Monastil Mil años de importaciones de alimentosen el valle medio del Vinalopó El Monastil Mil años de importaciones de alimentosen el valle medio del Vinalopó 116 historia aportaciones a la historia Juan Carlos Mrquez VilloraJuan Carlos Mrquez Villora ❿ Parte alta del yacimiento de El Monastil. Juan Carlos Mrquez Villora 117 aportaciones a la historia N o es una novedad destacar la importante riqueza histrico-arqueolgicaque ofrece, y sin duda todava oculta, el yacimiento de El Monastil. Apenas un kilmetro separa el actual ncleo urbano de Elda de un asentamiento que, desde los inicios de la poca ibrica hasta el fin del mundo antiguo, se convirti en el principal centro habitado del valle medio del Vinalop. Su privilegiada posicin geogrfica en las proximidades de la milenaria va que ha unido tradicionalmente varios puertos de la costa mediterrnea y la Meseta, as como su emplazamiento en un pequeo promontorio rodeado por el ro, entre otros factores, le otorgaron un evidente valor estratgico y econmico en el transitado camino entre el mar y el interior peninsular. La variedad y calidad de los restos arqueolgicos hallados en El Monastil son un claro reflejo de este papel central en la zona y de su imbricacin en una va de gran valor econmico. Su vocacin comercial, como hito y parada obligada de mercancas de diferente procedencia y naturaleza, se percibe claramente gracias al reciente inters de varios investigadores por el estudio de las nforas conservadas en el Museo Arqueolgico Municipal de Elda. Efectivamente, las nforas fueron los principales envases cermicos que, durante miles de aos, transportaron alimentos elaborados en diversas zonas del mundo antiguo. Sobre todo a travs de un activo comercio martimo que uni una infinidad de puertos y fondeaderos mediterrneos, toneladas de productos, como vinos, conservas de carne y pescado, salsas o aceites, fundamentalmente, se difundieron en un movimiento de mercaderas que, en buen nmero de casos, slo ha quedado reflejado en los restos de estos recipientes que actualmente constituyen una valiosa fuente de informacin sobre el comercio antiguo. En el caso de El Monastil, un doble inters ha presidido la investigacin sobre estos envases de alimentos importados de ultramar. Por un lado, conocer la capacidad de penetracin hacia tierras del interior, desde los puertos de la costa alicantina, de unos productos envasados en contenedores especialmente ideados y elaborados pa- ra el transporte y la difusin martima. Por otro lado, aproximarnos a la evolucin de los hbitos de consumo de una antigua comunidad humana a lo largo de ms de mil aos. Porque, lgicamente, junto al cultivo, elaboracin y consumo de productos locales de primera necesidad, existi una demanda complementaria de productos forneos, en ocasiones de gran valor aadido, que son testimonio de la profunda integra- cin de la antigua comunidad de El Monastil en las costumbres, modas y usos alimentarios de un mundo esencialmente mediterrneo en continua evolucin. As, antiguos envases datados entre los siglos VII y VI antes de Cristo nos informan de la llegada a El Monastil de vinos y conservas de pescado gracias aun trfico comercial que primero prota- gonizaron los fenicios y que poste-riormente sera estimulado por Carthago (Tnez) y Gadir(Cdiz), las principales colonias fenicias de Occidente. Algo despus en el tiempo, vinos de cierta calidad elaborados en las colonias grie- gas de Italia y del sur de Francia tam-bin llegaron al valle medio del Vinalop gracias sobre todo a los emporios y ncleos comerciales que jalonaron, como puertos receptores, la zona comprendi- da entre las desembocaduras de los ros Segura y Vinalop. Paralelamente, ❿ çnforas ibricas. Museo Arqueolgico Municipal. ❿ çnfora romana. Mil años de importaciones en El Monastil 118 aportaciones a la historia se produjo la llegada de vinos, salazn y salsas de pescado, especialmente en este ltimo caso, producidos en la costa atlntica de Marruecos, el litoral andaluz y la costa norte de Tnez. El crecimiento de Roma como potencia mediterrnea a partir del siglo III antes de Cristo transform sustancialmente las caractersticas de la produccin de alimentos y del comercio martimo. Los propietarios de las grandes villas agrcolas de la Italia de esta poca cultivaron grandes extensiones de vid gracias al uso de esclavos y exportaron ingentes cantidades de vino envasado en nforas. Hasta el cambio de era, junto a modestas cantidades de vinos de baja y media calidad procedentes de Ebusus(Ibiza), las importaciones de caldos elaborados en Italia abundan extraordinariamente. Este fenmeno fue el resultado de un activo trfico martimo entre los puertos de la pennsula itlica, por un lado, y Carthago Nova (Cartagena), la desembocadura del Vinalop y del Segura, y Lucentum (Tossal de Manises, Alicante), por otro. Este movimiento comercial entre Italia y la Pennsula Ibrica permiti a los primeros romanos que emigraron al entorno de El Monastil (soldados, negociantes y cobradores de impuestos, aventureros segundones) el consumo de productos de su tierra de origen. Pero, paralelamente, los conquistadores romanos tambin negocian con los vinos, de diferente calidad, que llegan de diversas zonas del centro y sur de Italia, como Etruria, Lacio, Campania, Sicilia, Calabria y Apulia. Caldos ordinarios o de calidad, tan conocidos y mencionados por las fuentes clsicas como el Albano, o prestigiosos como el Falerno, elaborado en las volcnicas tierras de los alrededores del Vesubio, tienen una excelente acogida tanto en Italia como en las tierras conquistadas. Al mismo tiempo, los grupos dirigentes de las comunidades ibricas, como El Monastil, y paulatinamente el resto de la poblacin, se integran en los hbitos imperantes en la poca y consumen vinos itlicos. Ms all de un fenmeno estrictamente econmico, la generalizacin del consumo de un pro- ducto como el vino tuvo otras implicaciones, dado que estuvo asociado, en una tradicin multicultural, a una amplia variedad de usos, ritos y costumbres de profundo significado religioso, social y cultural en sentido amplio. A partir de los ltimos aos del siglo I antes de Cristo y del cambio de era, coincidiendo con la instauracin del Imperio, los habitantes de El Monastil ( Ello) son testigos indirectos de una serie de transformaciones econmicas que se reflejaron en el origen y tipo de productos que llegan a la zona y son consumidos por una comunidad cada vez ms romanizada. El creciente inters de Roma por las riquezas de Hispaniaatrae cada vez ms los intereses de aristcratas y hombres de negocios romanos. En la frtil Btica, especialmente en el valle del Guadalquivir y en la costa gaditana, comienza a expandirse la explotacin sistemtica de los recursos agrarios, como la vid, el cereal, el aceite y el pescado. En el litoral cataln, en primer lugar, y en tierras valencianas posteriormente, un amplio nmero de villas se dedica al cultivo de la vid y la produccin de vino con una orientacin exportadora. As, los restos de nforas delperodo imperial de El Monastil son un evidente reflejo de la llegada, sobre todo a travs del Portus Ilicitanus (Santa Pola), de cotizadas y reputadas mercaderas de la Btica. Del valle del Guadalquivir llegan modestsimas cantidades del preciado y alabado aceite de oliva; en cambio, probablemente tuvieron una difusin ms elevada las olivas en conserva y, sobre todo, un producto que aparece en las fuentes escritas como defrutum o sapa : se trata de un lquido pastoso dulce, semejante a un jarabe, derivado de la coccin del mosto del vino, como el arrope o el sancocho. Procedente de un gran nmero de factoras de la costa gaditana situadas sobre todo alrededor del estrecho de Gibraltar, y controladas por la ciudad romana de Gades(Cdiz), lleg una amplia variedad de salsas de pescado. Algunas de ellas, como el garum, tuvieron una elevada reputacin y precio, formando parte importante del recetario de cocina romana de la poca. El garumera, b- ❿ çnforas romanas. Museo Arqueolgico Municipal. Juan Carlos Mrquez Villora 119 aportaciones a la historia sicamente, una salsa salada de pescado resultado de la maceracin de vsceras de atn en sus propios jugos gstricos. En esta maceracin la presencia de la sal era fundamental, como antisptico que inhibe la putrefaccin. Salsas derivadas del atn y de la caballa, pues, constituyeron parte de las delicias que estuvieron presentes en la dieta de los habitantes de El Monastil. Junto a estas finas salsas y salsamenta(trozos de pescado salado, especialmente de atn), otras de menor reputacin acompaaron los cargamentos de barcos que recalaban en la costa alicantina. As, las fuentes mencionan la muria, una solucin salada que se asimila a una salsa de pescado salado de una calidad media y baja; el liquamen, una salsa sin origen especfico, as como el allex, probablemente una salsa derivada de la anchoa o, segn algunas fuentes, un residuo del garumque pudo comercializarse como una variedad barata (una especie de garumde los pobres). Contemporneamente, el comercio de vinos continu siendo muy relevante, destacando la llegada a El Monastil de vinos originarios en la Tarraconense, especialmente en la Layetania(costa central de la actual Catalua), los alrededores de Saguntum (Sagunto), Valentia(Valencia), Ebusus (Ibiza) y Dianium (Denia). Vinos que, en la escala de calidades de la poca, habitualmente ofrecan, segn varias fuentes escritas y salvo excepciones, una consideracin media o baja. Estos vinos, que podramos considerar regionales, comunes y ordinarios, en ocasiones condimentados, fueron los de difusin mayoritaria en la zona, acompaados de manera episdica por caldos galos, originarios del sur de Francia, o itlicos, procedentes, como en la poca anterior, de la costa central y surea de Italia. Junto a las mercancas del sur de Hispania, procedentes de la actual Andaluca, protagonizaron durante ms de tres siglos el panorama de la importacin de alimentos ultramarinos en El Monastil. El estudio arqueolgico de El Monastil revela que, a partir del siglo III despus de Cristo, el comercio de alimentos envasados en nforas experimenta cambios. Durante el Bajo Imperio y la poca tardo romana, los productos procedentes del norte de çfrica y del Mediterrneo oriental tienen una presencia relevante en la zona. Junto a reducidas cantidades de aceite de oliva procedente de la Tripolitania (Libia), los habitantes de Ello/Elo consumieron productos originarios en las grandes propiedades del norte y centro del Africa Byzacenay Zeugitana (Tnez). Diversas variedades de aceite de oliva y conservas crnicas y, sobre todo, de pescado (salsas, pescado en salazn, crustceos) tuvieron una amplia difusin en buena parte del Imperio Romano desde los puertos de Carthago (Tnez) y del Sahel. El sureste de la Pennsula Ibrica no fue ajeno a esta dinmica comercial que, con altibajos, se prolong durante ms de tres siglos. Paralelamente, los prestigiosos productos marinos de la costa btica y lusitana (Andaluca, Portugal) tuvieron una cierta presencia en el consumo alimentario de El Monastil, procedentes de los alrededores del Estrecho de Gibraltar, el Algarve y las desembocaduras de los ros Tajo y Sado. A partir del siglo IV de nuestra era entran en escena otras mercaderas originarias en el Mediterrneo oriental. As, llegan vinos, vinos resinados y aceites del norte de Siria, sur de Turqua, Chipre, Rodas y Cnido, apreciados por su alta calidad. De Asia Menor (Turqua) y sobre todo algunas islas del mar Egeo arriban famosos vinos, como el de Chios, as como olivas en conserva; particularmente apreciados fueron ciertos productos de Palestina, en concreto del norte de Gaza, como el queso, el aceite de ssamo, las conservas de pescado y sobre todo el vino, alabado por algunos textos antiguos. En definitiva, gracias a los modernos avances experimentados en el estudio de las nforas romanas, hoy podemos permitirnos hacer un primer esbozo acerca del comercio de estos productos que complementaron y enriquecieron la dieta alimenticia de las poblaciones mediterrneas en general y las de El Monastil en particular durante buena parte de la Antigedad. ❿ Resto de una nfora oriental. Museo Arqueolgico Municipal. Negreros en el vallede Elda (1494-1525) 120 aportaciones a la historia Miguel çngel Gonzlez Hernndez A mis tres mujeres (Felicidad, Alicia y Luca) Introduccin E s conocido que la Historia se puede contar de muchas maneras, y a ello se le puede aadir que existe una gran cantidad de temas que se pueden contar, segn los documentos que se conserven en los archivos histricos. Como muestra de esa variedad de temas, se han recogido unas noticias sueltas de una serie de documentos relacionados con el valle del Elda que se encuentran dispersos en distintos archivos valencianos y murcianos. El tema elegido hace referencia, por un lado, a dos actividades econmicas igual de lcitas en los finales del siglo XV y en los inicios del siglo XVI (1494-1525): el comercio de esclavos y el comercio de la uva pasa. Tanto una actividad econmica como la otra eran habituales en toda la comarca de Elda. Las idas y venidas de los mercaderes eran constantes ofreciendo su mercanca. Tambin se relatan dos casos que ilustran sobre la manera de actuar de la Inquisicin en aquella poca. El valle de Elda, en esa poca, estaba poblado en su mayora por musulmanes (cerca del 94%) de la poblacin, frente a un escaso nmero de cristianos (5%, generalmente los representantes del seor feudal que vivan en el castillo) y un escassimo grupo de judos (1%). As, lo normal es que en los ayuntamientos, los alcaldes ( justicias-alcades ) y los concejales ( jurats-oficials ) fueran musulmanes, lo que sucede es que la mayor parte de esa historia sigue desconocida porque no se conservan los documentos en Elda, sino fuera de la ciudad, aunque recuperarlos es muy fcil. Para hacernos una idea de las caractersticas del valle de Elda en esta poca se han recogido dos censos fiscales realizados en 1493 y 1510. Son slo datos sobre la poblacin aproximada (ver tablas adjuntas). Mercaderes de carne humana Se trata de una actividad econmica minoritaria en el valle de Elda, pero frecuente en cada una de las villas del valle. Hay que pensar que una parte de la mano de obra que trabajaba en el campo no slo eran campesinos bajo el dominio del seor feudal (hasta noviembre de 1497 era del conde de Cocentaina, despus pasara a los Coloma), sino que tambin haba esclavos. En esta poca de transicin entre siglos, era habitual que existieran embarcaciones dedicadas a esta actividad. Formaban parte de la denominacin de ÇcorsoÈ, o ms en concreto, haba mercaderes que solicitaban licencia a la autoridad real para dedicarse a la piratera o corso. Con ello podan realizar incursiones temerarias de asalto de las tierras o embarcaciones enemi- CENSO DE 1493 CENSO DE 1510 MUNICIPIO CASAS HABITANTES CASAS HABITANTES Aspe 344 1.548 315 1.480 Elda 166 747 206 968 Petrer 77 346 99 465 ❿ Fuente: ARV. Mestre Racional, 10.222, de Guinot, 1992; (183-205). Coeficiente aplicado 4Õ5. gas. En esta poca, el enfrentamiento segua abierto entre los musulmanes del Norte de Africa (principales plazas de Orn, Argel, Trpol, luego Tnez, etc.) y las costas valencianas. El gran mercado de esclavos de estas tierras estaba en Valencia, pero a su vez, all estaban la mayora de los comerciantes que recorran las tierras valencianas, entre ellos los mercaderes musulmanes de Elda. En la documentacin consultada en el Arxiu del Regne de Valncia , es habitual encontrar referencias a la compra-venta de todo tipo de productos agrcolas, as como de las ms variadas mercancas. En este sentido, es habitual que mercaderes catalanes y mallorquines realizaran el corso por el Mediterrneo y aparecieran con esclavos (los escasos trabajos realizados en tierras alicantinas corresponden al profesor Hinojosa Montalvo). Un mercader de esclavos del valle de Elda, del que no se ha podido precisar su procedencia exacta Ñaunque los indicios lo sitan en Elda, en esos momentos la principal villa de la comarcaÑ, es Joan Amat. Ese mercader de esclavos o negrero vende en junio de 1525 a un agricultor de Xixona un esclavo negro de unos treinta aos procedente del ro Senegal (en la actual Gambia), de la cultura de los gelog. Esta persona haba sido bautizada con el nombre de Antonio, slo Antonio, y formaba parte de otro grupo de personas que se pusieron a la venta en pocos das, cuyos nombres eran solamente: Francisco, Catalina, Juan, etc. Tambin haba negreros en Novelda y Aspe. No se ha podido determinar nada ms sobre la familia Amat o sobre el nmero de negreros que haba en Elda en esas fechas debido a que las actas municipales de esos aos no se conservan. En palabras del historiador Rogelio Sanchs: Çel esclavo no era considerado como una persona, sino como una cosa, que poda serÉ usada, vendida o cambiadaÉÈ. En el caso de las mujeres esclavas, el tema era ms cruel, debido a que no slo se dedicaban al trabajo agrcola o domstico, sino que eran usadas como prostitutas o concubinas, algo que era habitual en el clero, como ya han puesto de manifiesto los trabajos del citado Hinojosa Montalvo (Universidad de Alicante). En esos aos, un negrero de Elda poda obtener unos beneficios altos por la venta de esclavos. Por ejemplo, un esclavo negro joven y sano poda valer entre 15 y 30 libras. En el caso de mujeres, el precio suba algo ms debido a su doble uso. Se pueden considerar unos ingresos altos debido a que, en comparacin, el maestro de escuela de Elda en esos aos cobraba 8 libras al ao. Por lo tanto, la venta de un esclavo negro supona el salario de dos o tres aos del maestro de la escuela municipal. Esto indica la proliferacin de negreros en el valle de Elda. Pero no es ste el nico caso. La conquista de los castellanos sobre las Islas Canarias tambin trajo consigo la llegada de otros nuevos esclavos. As, nos sirve como ejemplo esta subasta Miguel çngel Gonzlez Hernndez 121 aportaciones a la historia ❿ Miniatura francesa del siglo XV que representa el aviuallamiento de un barco para un largo viaje. NEGREROS EN EL VALLE DE ELDA 122 aportaciones a la historia pblica en pleno centro de la ciudad de Valencia. All se congregaban los mercaderes de toda la zona, incluidos los eldenses. Como se aprecia en el siguiente texto (1494), la esclavitud era normal y se justificaba abiertamente. La carne humana se venda como un til de trabajo: ÇÉV en una casa hombres, mujeres y nios que estaban en venta. Eran de Tenerife, isla de Canarias, en el mar Atlntico, que, habindose rebelado contra el rey de Espaa, fue, al fin reducida a la obediencia. Vndese en ella las personas, y en la citada casa hallbase a la sazn un mercader valenciano que haba sacado 87 en un barco; se le murieron 14 en la travesa y puso a la venta los dems. Son muy morenos, pero no negros, semejantes a los brbaros; las mujeres, bien proporcionadas, de miembros fuertes y largos, y todos ellos bestiales en sus costumbres, porque hasta ahora han vivido sin ley y sumidos en la idolatraÉ Antes de la conquista eran punto menos que salvajes, pero poco a poco se van civilizando gracias al influjo de la religin. V muchos de estos esclavos sujetos con cadenas y con grillos en los piesÉÈ. Mercaderes de uva pasa En varios archivos locales de las tierras murcianas (Caudete y Jumilla) y en el Histrico Provincial se conservan numerosas escrituras notariales que nos hablan del poder econmico de los moriscos de Elda. Son numerosas las familias que vendan all su uva pasa a los mercaderes castellanos. Estas referencias sobre los musulmanes de Elda (en ese momento eran llamados ÇmoriscosÈ por su bautizo cristiano), vienen a demostrar que la economa eldense del siglo XVI no estaba dedicada exclusivamente al autoabastecimiento, sino que, a pesar de los contratos enfituticos de los seores feudales (presin impositiva seorial), los moriscos haban desarrollado cultivos comerciales que les dejaban un amplio excedente econmico, lo que les haba permitido un alto desarrollo econmico para su poca. No hay constancia expresa de la distribucin de cultivos de Elda, pero s del seoro de los Corella a travs de las ventas de buena parte de sus cultivos a los mercaderes valencianos, datos contenidos en los protocolos notariales valencianos (Arxiu del Regne de Valncia), como el caso de 1488, en donde se cita la transaccin comercial de dos mercaderes, Joan Allepuz y Dionisio Mi- ❿ Vendimia en octubre. Miniado de 1430. Miguel çngel Gonzlez Hernndez 123 aportaciones a la historia quel, que compran 1.589 quintales de uva pasa ÇpansaÈ.Lo que supone una cantidad importante si tenemos en cuenta que a Pere Maa, del seoro de MonverNovelda, se le consideraba en 1489 uno de los principales productores de ÇpansaÈ del Reino de Valencia, con algo ms de 1.000 quintales. Como se aprecia, el seoro de los Corella superaba esta cantidad. La uva pasa tena un complejo sistema de elaboracin que comenzaba en agosto cuando las uvas estaban ya maduras. Tras un proceso de bao y reposo en un lquido elaborado por los mudjares, despus de ocho das se proceda a la coccin, pasando despus a los ÇsequersÈexpuestos al sol otros ocho das, con lo que ya estaba preparada la ÇpansaÈ para su venta. Este cultivo era buscado por los mercaderes valencianos, que lo embarcaban por el puerto de Alicante o el de Valencia para su posterior exportacin martima. La accin de la Inquisicin en Elda La accin de la Inquisicin en cada uno de las villas del valle de Elda es otro tema curioso. Es, adems, destacado, porque ya se ha comentado que la mayor parte de la poblacin era musulmana Ñlos condenados habitualesÑ. Como curiosidad, se dispone de una de las acusaciones contra una mujer morisca. El Auto de Fe se celebr el cinco de junio de 1594 en la plaza de Santa Catalina de la ciudad de Murcia, sede del Tribunal de la Inquisicin de Murcia. All fueron conducidos los condenados, entre ellos, varios vecinos del valle de Elda, como en este caso: ÇÉ Mara Archena, mujer de Juan Bonaar, labrador moriscoÉ fue testificada con cuatro testigos, los tres mujeres que avia hecho y guardado los ritos y ceremonias de la secta de Mahoma, ayunando y haciendo la ala; fue presa y despus de la acusacin confes que era verdad que avia ayunado el ayuno de los moros y hecho ala y ahor, y rezado oraciones dellos, dixo cmo lo hazia y confes averlo hecho con intencin de mora, creyendo que con ello se avia de salvar, como se lo avia enseado su madre; era menor; proveyse de Curador con quien se sustancia la causa. Auto, abito y crcel por tres aos. Vergenza; en lo de los bienes se guard la concordia con los cristianos nuevos del reino de Valencia.È (Archivo Histrico Nacional-Madrid, seccin Inquisicin, leg. 1.022). Otro condenado fue absuelto en el ltimo momento, pero a pesar de todo ya haba sido torturado y en l se podan observar horribles mutilaciones realizadas por los confesores religiosos (dominicos). El resumen de su historia es as: Este hombre se encontr con otro en el campo, estaban los dos trabajando y el morisco dijo que Dios no les daba agua, que en Argel si llova, que sera porque en esta tierra les quieren quitar el idioma. El otro campesino era cristiano viejo y se deca amigo suyo, pero le denunci, explicando que el morisco se querra referir a que el Dios que no haca llover sera el Dios cristiano y que el Dios que s haca llover en Argel deba de referirse a Al. El acusado morisco dijo que aquella historia la haba odo contar a un turco, que l slo la haba repetido en boca de otro y que l no pensaba del mismo modo. Pero la Inquisicin, ante la duda lo declar culpable tras torturarlo, como era costumbre. El acusado fue luego puesto en libertad, quedando intil. ❿ Algunas de las muchas maneras de tormento que tena el Santo Oficio, segn un grabado de 1723. E n 1640, Juan Valera Bernab, natural de Elda, solicita su ingreso como freyle sirviente de armas en la Orden de Malta, nombre desde el siglo XVI, tras su instalacin en la isla de Malta, de la antigua orden militar del Hospital de San Juan de Jerusaln, fundada en el siglo XI. Esta orden militar, tras ser expulsada de Palestina y posteriormente de la isla de Rodas por la expansin turca, todava durante los siglos XVI al XVIII consigue su mximo esplendor naval, disponiendo de famosos marinos y poderosas flotas con las que practicaba asiduamente campaas martimas por el Mediterrneo contra los otomanos. La Orden de San Juan de Jerusaln o de Malta est regida por un Gran Maestre y dividida en ocho lenguas o naciones: Provenza, Auvernia, Francia, Italia, Aragn, Alemania, Castilla e Inglaterra, habindose fusionado modernamente Aragn y Castilla para formar lo que se llama Asamblea de Espaa. Los individuos de la Orden, adems de los tres votos monsticos, profesaban el de recibir y defender a los peregrinos. Vestan de negro con manto y en tiempo de guerra llevaban una cota de armas roja; a la izquierda del pecho una cruz de tela blanca con cuatro brazos de igual longitud, ensanchndose desde el centro de los extremos, formando ocho puntas. La Orden de San Juan, durantelos siglos XVI a XIX, distingua los siguientes grados o calidades: Caballeros, religiosos y sirvientes. Los caballeros podan ser de justicia, cuando su ingreso en la Orden estaba de acuerdo con todos los requisitos exigidos, o de gracia, en el caso de que, aun nobles, no pudiesen practicar completamente sus pruebas, necesitando para ello dispensa del Gran Maestre, que se conceda excepcionalmente. Los religiosos eran conventuales y de obediencia . Los primeros disfrutaban beneficios y estaban adems adscritos a las iglesias de la Orden. Los de obediencia eran nombrados para servir estas mismas iglesias.En los hermanos sirvientes se distinguan dos categoras: sirvientes de armas y de oficio ; haba tambin donados o freyles de media cruz. Dos eldenses en la Orden de Malta (I) : Juan Valera Bernabé 124 aportaciones a la historia Vicente Vzquez Hernndez ❿ Escudo de Valera, localizado en la Iglesia Parroquial de Sax. Armas de los Valera: escudo cuartelado, 1¼ y 4¼, en campo de azur, un len de oro; 2¼ y 3¼, en campo de oro, un lunel de azur. Bordadura de gules, con ocho aspas de oro. Vicente Vzquez Hernndez 125 aportaciones a la historia Para ser recibido en cualquiera de los grados de la Orden, la primera circunstancia requerida era la legitimidad de nacimiento, con la sola excepcin de los hijos de reyes, prncipes o grandes seores. Era tambin precisa la limpieza de sangre, probada en forma que no pudiese haber duda de ascendencia de infieles, ya que cualquier indicio sobre ella, aun advertido despus de la profesin, la dejaba sin efecto. Se exiga adems no haber contrado matrimonio ni ingresado en otra Orden, debiendo ser privado del hbito el caballero a quien despus de la profesin se pudiese probar lo contrario; no haber cometido homicidio, salvo en caso de legtima defensa; no haber sido perseguido por la justicia ni condenado por el Tribunal de la Inquisicin, y no estar obligado a nadie por deuda de consideracin. Era preciso tambin que ni el pretendiente ni sus padres tuviesen bienes de la Orden, ya que solamente previa restitucin de ellos poda ser admitido, encareciendo especialmente la aclaracin de esta circunstancia a los caballeros informantes. El aspirante deba estar sano de cuerpo y mente y ser til para el ejercicio de las armas. No se tenan en cuenta los defectos fsicos que pudiesen sobrevenir despus de la profesin. Era tambin requisito indispensable haber nacido dentro de la jurisdiccin de la Lengua o Priorato de la Orden en la que se pretenda ingresar. En el grado de caballeros era necesario probar la nobleza, por lo menos, con cien aos de antigedad. Dicha nobleza deba ser nativa o de origen, no concedida por merced de seor; generosa, sin contaminacin de profesiones viles o mercantiles; universal, es decir, reconocida en toda tierra o lugar y poseda sin derogacin. En el grado de religiosos y sirvientes de armas, aun cuando no era precisa la nobleza, el aspirante deba probar ser hijo de padres honorables, haber practicado algn oficio liberal, no haber ejercido profesin vil y no haberse ocupado, ni l ni sus padres, en trabajos mecnicos, con excepcin de los prestados en las armas o en servicios a la Orden. Para la tramitacin de las pruebas, el caballero deba dirigirse al Captulo Provincial, presentndose a l personalmente, entregando un memorial en el que expona su deseo de ser recibido en la Orden, haciendo constar su nombre, los de sus padres y abuelos paternos y maternos, juntamente con el lugar de naturaleza. Deba acompaar tambin los escudos de armas de sus cuatro apellidos, que se consideraban como presentados si estaban descritos en la relacin de los comisarios con sus distintivos y colores. Tambin deba figurar copia autntica y legal de la partida de bautismo, por la que constase que el pretendiente era mayor de diecisis aos, sin cuya circunstancia no se poda expedir comisin para caballeros y sirvientes, bajo pena de nulidad. Presentada esta documentacin, dos comisarios examinaban si se hallaba en regla, y en este caso, se proceda al nombramiento de unos segundos comisarios para practicar la informacin, interrogando a personas de calidad y dignas de fe, y si de ella se segua alguna circunstancia desfavorable al pretendiente, deban comunicrselo con objeto de que desistiese de su pretensin. Los caballeros informantes, elegidos a suerte, deban ser precisamente del Priorato en que haba nacido el pretendiente. La prueba de nobleza deba practicarse en el lugar de origen de la familia. Las costas de desplazamiento de caballeros y notario eran de cuenta del pretendiente. En el interrogatorio, la primera pregunta se refera a la legitimidad de nacimiento; la segunda, a la limpieza de sangre, debiendo quedar bien acreditado que el pretendiente era de estirpe de cristianos, sin contaminacin de infieles. Seguan despus las preguntas sobre requisitos generales: si haba cometido homicidio, si haba profesado en otra religin, si haba contrado matrimonio o sufrido persecucin por la justicia o condena del Tribunal de la Inquisicin. Suceda a stas la prueba de nobleza, no solamente de padres, sino tambin de abuelos paternos y maternos. Los testigos deban declarar que la familia era de armas y solar conocidos y reputada as por voz y fama pblica. Deban tambin researse las armas de los cuatro apellidos, de forma que apareciese claramente probada la nobleza, por lo menos con cien aos de antigedad. Todo este largo y complicado proceso sigui Juan Valera Bernab cuando solicit su ingreso en la Orden de Malta en 1640, para lo que present un memorial que recoga como Orden de Malta. Juan Valera Bernabé 126 aportaciones a la historia primer documento su partida de bautismo, debidamente legalizada por un notario: ÇEn la villa de Elda, a nueve das del mes de noviembre del ao mil seyscientos y quarenta certifico y hago fe, yo el Maestro Thoms Mira de Marquina, rector de la Iglesia Parrochial de la Seora Santa Ana de dicha villa de Elda, como haviendo reconocido los libros donde se escriben los Bautizados en dicha iglesia he hallado en aquellos un Ittem o clusula la qual dice del tenor siguiente. ÇA 29 de diciembre de 1618 Bautic Yo fray Juan Amad, vicario de la Iglesia Parrochial de la Seora Santa Anna desta villa de Elda a Juan Jusepe Ignacio Buenaventura, hijo de Juan de Valera y de Ana Bernave, cnyuges, padrinos Martn de Arazo y Doa Ins Garca y Desninou. Fr. Antonio Amat, vicarioÈ. Y porque de la verdad de lo sobredicho conste hice la presente escrita de mano agena y firmada de mi mano y letra en dicha de Elda en los susodichos das, mes y ao. El M¼ Thoms Mira de Marquina Asimismo certifico y hago relacin Juan Parejo con authoridad real, notario pblico en todo el presente Reyno de Valencia, como la firma del M¼ Thoms Mira de Marquina, rector de dicha villa de Elda de mano del qual va firmada la fe de Bautismo arriba escrita es suya de su misma mano y letra y aquel es rector de dicha iglesia y qual la dicha fe de bautismo ha sido sacada con toda fidelidad de los libros de dicha iglesia escrita de mi mano y firmada del dicho rector, y porque de la verdad de ello conste y en toda parte se de entera fe y crdito y de ello no se dude, por tanto, yo, el sobre dicho Juan Parejo, notario, puse aqu en la villa de Elda y que contamos nuebe das del mes de nobiembre del presente ao mil seyscientos y quarenta, este es mi acostumbrado signo. Otros certificamos los susodichos rector y notario arriba escritos como en los libros de dicha iglesia hallamos como en diez y ocho de octubre del ao mil seyscientos y veynte fue confirmado el dicho Juan de Valera por el Ilustrsimo Seor Don Fray Andrs Balaguer, Obispo de Origuela, siendo su padrino el licenciado Andrs Escriba, rector de dicha iglesia y porque de la verdad conste hicimos la presente en Elda en los dichos das, mes y aos. Y lo firmamos. El M¼ Thomas Mira de Marquina Juan Parejo, notarioÈ. Con este documento Juan de Valera se present en la sede de la Orden de Malta en Zaragoza, donde un Captulo Provincial de la Castellana de Amposta, celebrado el diez de enero de 1641 y presidido por su Castelln, Fray Gernimo Medina, inform a Don Matas Prez Arnal, Comendador de Villarluengo y la Caada y tesorero de la Castellana de Amposta y a Don Miguel Pomar, Abad de Ballobar, a quienes nombr Comisarios, de la peticin de Juan de Valera: ÇSabris que ante nos y en dicha asamblea habiente fuerza de Captulo Provincial pareci Juan de Valera, natural de la villa de Elda en el Reyno de Valencia, hijo de Juan de Valera, natural de la Villa de Sax, el qual, presentndose para frayle sargento de Justicia Dixo: Que es natural de la villa de Elda del Reyno de Valencia, hijo de Juan de Valera, natural de la villa de Sax en el Reyno de Castilla, y de Anna Bernab, natural de Villena en el Reino de Castilla. Y que sus aguelos paternos fueron Juan de Valera e Isabel Torreblanca, naturales de dicha villa de Sax en el Reino de Castilla. Y que sus aguelos maternos fueron Francisco Bernab y Juan Angela Doana, naturales de la ciudad de Villena en el Reino de Castilla. Por tanto suplicaba se le hiciese merced de admitir dicha presentacin. Y tambin teniendo las calidades y requisitos necesarios le nombramos Comisarios para hacer sus pruebas de su limpieza, vida y costumbres, conforme los estatutos de dicha nuestra Religin admitindole en grado de frayle sargento de Justicia, y para que con claridad se pudiesen hacer presentaba su nacimiento, origen y descendencia de los Padres y aguelos paternos y maternos de la manera que de parte de arriba se dice y as guardando el orden y forma a nos dada por el Vicente Vzquez Hernndez 127 aportaciones a la historia Eminentsimo Seor Fray Don Pablo Lascars Castellar, nuestro dignsimo gran maestre, mediante una carta de diez de Henero del ao mil seyscientos treynta y ocho y un decreto de la venerable castellana de Amposta dado en Malta a siete de Henero del dicho ao mil seyscientos treynta y ocho en forma de Chancellera despachado por escrutinio secreto y cedulilla con los nombres y sobrenombres de todos los caballeros clrigos y frayles capaces que viven y havitan en el distrito desta castellana de Amposta. Ponindose las cedulillas de los caballeros a una parte y las cedulillas de los clrigos a otra, sortean y fueron sacados por suerte para comisarios de dichas pruebas y fueron nombrados para ellas, as de la naturaleza y limpieza, como de la vida y costumbres del dicho Juan de Valera a vosotros dichos fray Don Mathas Prez Arnal, comendador de Villarluengo y la Caada y Fray Miguel Pomar, Abbad de Ballobar y hallndose Procurador el dicho Fray D. Mathas Prez Arnal juro en poder y manos nuestras a Dios sobre la Cruz de nuestro havito de haverse bien y fielmente en dicha comisin. Y se cometi el juramento del dicho Fray Don Miguel Pomar a vos dicho Fray Don Mathas Prez Arnal. Y ass confiando de vosotros que soys tales personas que con rectitud hareys lo que por nos fuere mandado y cometido y por las presentes os cometemos y en virtud de Santa Obediencia mandamos que luego que con sta furedes requeridos os confiris personalmente a la dicha villa de El- da en el Reyno de Valencia donde es natural el presentado que pide el havito y a las dems partes que fuere necesario y tomis y examinis testigos, los que os paresciere convenir acerca de la limpieza, vida y costumbres del dicho, sus padres y aguelos paternos y maternos, sin que amor, temor ni otros respectos algunos os muevan a lo contrario, y recibis juramento en forma de derecho a los testigos que para hacer las dichas pruebas examinaredes para que digan y declaren la verdad que acerca las preguntas que le hareys supiesen. Y si necessario fuere para que los testigos digan y deposen os valdris del brazo seglar, o eclesistico, pidindoles favor y ayuda y devaxo el juramento los interrogaris por las preguntas infractas y siguientesÈ.Los caballeros citados, nombrados Comisarios para efectuar las pruebas para el ingreso en la Orden de Malta a Juan de Valera, comenzaron su encargo en la villa de Elda el 9 de noviembre de 1641, con el interrogatorio a varios testigos, empezando por Gernimo Fernndez Beltrn, Gobernador de la villa y condado de Elda: ÇNosotros, fray Mathias Arnal, comendador de Villarluengo y el Doctor Fray Miguel Pomar, Abbad de Ballobar, comisarios extractos en la Asamblea Probincial que se celebr en la castellana de Amposta, en diez das del mes de Henero pasado deste presente ao para hacer las pruebas de Juan de Valera, natural de la presente villa de Elda, presentado en dicha Asamblea para frayle sargento de Justicia, hacemos fe como en dicha villa de Elda y en 9 das del mes de noviembre de mil seyscientos quarenta y uno recibimos por testigo en la presente Infor- ❿ Escudo de Cruz de Malta, formada por cuatro tringulos en direccin centrpeta, smbolo de esa atraccin. Orden de Malta. Juan Valera Bernabé 128 aportaciones a la historia macin a Gernimo Fernndez Beltrn, Gobernador de dicha villa y condado de Elda, de hedad de cinquenta y quatro aos y se acuerda de buena memoria de ms de quarenta y cinco el qual jur sobre la cruz de nuestro havito de decir verdad en lo que fuere interrogado. A la primera pregunta respondi y dixo que no le toca nada de lo contenido en ella. A la segunda pregunta dixo que conoce a Juan de Valera, natural de esta villa, que pide el havito y save y siempre ha oydo decir que fue legtimo y que tendr veynte y tres aos, poco ms o menos, y que ser apto para los trabajos de la milicia, sano de su persona y entendimiento. A la tercera pregunta dixo que conoce a Juan de Valera, natural de la villa de Sax, del reyno de Castilla y Anna Bernab, natural de la villa de Sax, padres del que pide el havito y save y siempre ha oydo decier que los dichos fueron y son legtimos y que fueron cassados y velados en faz de la Santa Madre Iglesia, y que deste matrimonio procrearon y tuvieron un hijo suyo legtimo y natural al que pide el havito. A la quarta dixo que save y siempre ha oydo decir que los dichos fueron y eran christianos viejos limpios sin raza ni mezcla alguna de judos, moros ni conversos en algn grado por remoto que sea y desto ha sido y es la voz comn y fama pblica. A la quinta respondi que no conoci a Juan de Valera ni a Isabel Torreblanca, aguelos paternos del que pide el havito, pero save y siempre ha oydo decir que los dichos fueron y eran christianos viejos, limpios, sin mezcla ni raza de judos, moros ni conversos en algn grado por remoto ni apartado que sea. Y esto lo save porque conoce su familia y estar Sax poco ms de media legua desta villa. Y se la comunicacin de ambos lugares mucha. Y desto ha sido y es la voz comn y fama pblica sin haver oydo cossa en contrario. A la sexta dixo que no conoci a Francisco Bernab. Y que conoce a Juan Angela Doana aguelos paternos del que pide el havito, naturales de la ciudad de Villena, reyno de Castilla. Pero save y siempre ha oydo decir que fueron y son legtimos y cristianos viejos, limpios, sin mezcla no raza de judos, moros, ni conversos en algn grado por remoto que sea, y desto a oydo es la voz comn y fama pblica sin haver oydo constar en contrario, antes tienen calidad para pretender el que pide el havito ms de lo que pide. A la sptima pregunta dixo que no save ni ha oydo decir que al que pide el havito ni a los dems contenidos en ella les toque cossa de lo que se pregunta, antes los ha tenido y visto tener por buenos christianos y en oficios preheminentes. A la octava pregunta dixo que no save ni ha oydo decir que el que pide el havito le toque cossa del contenido en ella. A la novena dixo que no save ni ha oydo decir que al que pide el havito le toque cossa de lo contenido en ella, antes lo ha conocido y conoce por mozo quieto y de loables costumbres. A la dcima dixo que no save ni ha oydo decir que al que pide el havito ni a sus deudos les toque cossa de lo contenido en ella. A la undcima dixo que no save ni ha oydo decir que al que pide el havito ni a sus padres ni aguelos les toque cossa de lo contenido en ella, antes los visto vivir con sus haciendas con mucha reputacin. Y que lo que dicho tiene no ha sido por odio ni amor, sino por decir verdad, por el juramento que tiene prestado, y as lo firma. Gernimo Hernndez BeltrnÈ. Ese mismo da, en la villa de Elda, tambin recibieron por testigos en la Informacin sobre Juan de Valera a Francisco Ribes, de setenta y siete aos, y a Juan Crespo, de cincuenta y tres aos, naturales de Elda, que despus de jurar sobre la cruz del hbito de los Comisarios de la Orden de Malta, se ratificaron en lo dicho por el primer testigo. Tambin ese mismo da, en la villa de Sax, del Reino de Castilla, recibieron por testigos de la Informacin a Mateo Rodrguez, re Vicente Vzquez Hernndez 129 aportaciones a la historia gidor de la dicha villa, de setenta aos; a Alonso Estevan de Benito, de sesenta aos; y a Francisco Helln, tambin regidor de Sax, de sesenta aos, naturales de Sax, quienes tambin confirmaron la idoneidad de Juan de Valera y de su familia para ser recibido en la Orden de Malta. Y el mismo da, en la ciudad de Villena, del Reino de Castilla, los Comisarios recibieron como testigo a Pedro Cervera, regidor de la ciudad, de setenta aos; al licenciado Alonso Mateo de Medina, sacerdote de ms de setenta aos; al licenciado Francisco Estevan, sacerdote y beneficiado de Santa Mara, de sesenta y seis aos; y a Martn Hernndez de Medina y Esparza, regidor de la ciudad, de setenta y dos aos, todos naturales de Villena, y que dieron su aprobacin al interesado y a su familia por su cualidades para poder ingresar en la Orden de San Juan de Jerusaln o de Malta. Dichos Comisarios dieron su aprobacin al ingreso en la Orden de Juan de Valera en un informe que firmaron y sellaron el 16 de noviembre de 1641: ÇNosotros, Fray Mathias Arnal, Comendador de Villarluengo y el Doctor Fray Miguel Pomar, Abbad de Vallobar, Comisarios extractos en la asamblea probincial que se celebr en la ciudad de Zaragoza en diez das del mes de Henero deste presente ao para hacer las pruebas de la naturaleza, limpieza, vida y costumbre de Juan de Balera, presentado dicho da en dicha Asamblea para frayle sargento de armas de Justicia, hacemos fe y verdadera relacin cmo obedeciendo en lo que dicha Comisin se nos ordena y manda havemos ido personalmente a la villa de Elda, villa de Sax y ciudad de Villena, a donde el dicho Juan de Valera, sus padres y agelos paternos y maternos han nacido y tienen su naturaleza y origen y en dichas villas y ciudad havemos recibido testigos, tomndoles juramento y interrogndolos por las preguntas de la Comisin, y segn las deposiciones de ellos y de otros que nos han asegurado eran los dichos testigos personas de fe y crdito, hallamos dicho Juan de Valera tiene la calidad y requisitos necesarios y que piden los estatutos y ordinaciones de nuestra Religin para frayle sargento de ar- mas de Justicia; y en quanto a nosotros es le pasamos y damos por buenas las presentes Informaciones y nos parece puede ser admitido dicho Juan de Valera conforme lo que de ello consta, las quales son comisin y fe de Bautismo, consta de doce ojas escritas de mano de m, fray Mathas Arnal, inclusa en dichas doce ojas esta en fe del, de lo qual dimos este parecer, firmado de nuestro nombre y sellado con nuestros sellos en V». a 16 de noviembre de 1641. Fray Mathias Arnal, Comisario. El Doctor Fr. Miguel Pomar, ComisarioÈ. Por fin, el nueve de enero de 1642, en la ciudad de Zaragoza, en una Asamblea Particular del Captulo Provincial, celebrada en las ÇCassas y palacio del Sr. San Juan de los PanetesÈ los Comisarios nombrados un ao antes, hicieron relacin de su Comisin sobre las pruebas de la naturaleza, limpieza, vida y costumbres de Juan de Valera para frayle sirviente de Armas, y entregaron su informe, cosido y sellado. Una vez ledo dicho informe por el secretario, se pas a votar si se deban admitir dichas pruebas o no, y todos en conformidad Çnimini discrepante haviendo oydo y bien entendido las deposiciones de los testigos y parezer de dichos Comissarios votamos y admitimos y passamos dichas pruebas y las damos por buenas y legtimas, y que el dicho Juan de Valera ha tenido y tiene y concursan en l las calidades que se requieren conforme a los estatutos de nuestra religin para frayle sirbiente de Armas. Y assimismo votamos por escrutinio secreto de boletas y en lugar de ellas por dicho nuestro secretario infracto nos fueron dadas sendas judas, declarando que el que admitiesse dichas pruebas pusiesse en la urnia blanca y el que las repeliesse en la negra y haviendo votado con dichas judas, y puestlas en dichas urnias, se hall que en la blanca havia siete que corresponden a los que en esta Asemblea asistimos y en la negra ninguna y ass por todos en conformidad nimine discrepante fueron admitidas y pasadas las dichas pruebas y las dimos por buenas y legtimas, y assi remitimos a V. Eminencia y a la mui Ilustre Castellana y Orden de Malta. Juan Valera Bernabé 130 aportaciones a la historia Convento dicho original Processo de dichas pruebas por dichos Comissarios hecho y de sus propias manos escrito y firmado con sus propios sellos, sellado certificando a V.E. MI» y a la muy Ilustre Castellana y convento que lo sobredicho ha passado en la forma y manera sobredicha y que los testigos que han deposado en dicho processo original de dichas pruebas que se remiten se les ha dado y da entera fe y crdito ass en juicio como fuera del en testimonio de lo qual mandamos despachar nuestras letras certificatorias firmadas de nos, el dicho Castelln, selladas con el sello de dicha Castellana y referendadas por nuestro secretario infracto dados en aragoza en nuebe de henero del ao mil seyscientos quarenta y dos. El Castelln de Amposta, Fray Gernimo Medina. Por manda-miento de dicho Sr. Castelln, Luis Arrago, notario y secretario de dicha religin.È No es de extraar la aceptacin de Juan Valera Bernab en la Orden de Malta, si tenemos en cuenta que su familia ocup importantes cargos en el Condado de Elda, pues su to Martn de Valera fue nombrado Gobernador del Condado en 1659, y a finales del siglo XVII y principio del XVIII aparecen los hermanos Francisco y Antonio Valera de la Carra, el primero presbtero y cura propio de la parroquia de Santa Ana de la villa de Elda, y el segundo capitn baile procurador del condado de Elda y teniente de castellano del castillo y fortaleza de la ciudad de Alicante. Pero tambin sus antepasados en Sax y Villena ocuparon importantes cargos, pues en 1570, Juan de Valera de la Carra, vecino de Sax, es nombrado Familiar del Santo Oficio de la Inquisicin de la ciudad de Murcia, para lo que haba tenido que probar su limpieza de sangre; y pocos aos despus, en 1592, Martn de Valera del Molino (o de la Carra), tom posesin de su oficio de Alfrez Mayor de la villa de Sax. En la Relacin de Sax de 1575 , al hablar de los Valeras se dice Ç... que las personas sealadas de quien se tiene noticia y memoria son Diego de Valera, a quien se dio el molino (de arriba), y otro hermano suyo que que-d en Murcia de quien se dice queen servicio del Rey D. Jaime, hi-cieron hechos de armas muy notables, y a quien el Rey por sus servicios gratific, de los cuales descienden los ValerasÈ; aade el informador de la Relacin queestos dos hermanos, Diego yHernando de Valera, Çeran de nacin romanos y esto es loque de ellos se sabe, y que allende de ser muysealados en lasarmas, eranmuy temidos y estimados por ser hombres de grande consejo y gobierno, cuyo deudo o de su descen-dencia dicen que fue ellicenciado Diego de Va- lera, cronista de losReyes de gloriosa me-moria, predecesoresde su MagestadÈ. Otro miembro importante de este linaje afincado en Sax y Villena, pues en los dos lugaresestn documentados desde el siglo XV, fue Juan Valera de la Carra, que lleg a ser Contador Mayor en tiempo de los Reyes Catlicos, casado con Juana de Alarcn. Tambin aparecen eclesisticos y Fiscales del Santo Oficio de esta familia, al igual que notarios y escribanos del concejo, adems de ser nombrados en muchas ocasiones alcaldes y regidores. ❿ Dibujo que representa a un Caballero de la Orden de Malta El comercio de la nieve en la villa de Elda durante los siglos XVIII y XIX 131 aportaciones a la historia Juan Antonio Mart Cebrin D esde la ms remota antigedad, la utilizacin del hielo y de la nieve ha sido muy importante, tanto para la conservacin de los alimentos perecederos como para la elaboracin de sorbetes y helados, as como para un dudoso uso terapetico. En los archivos de villas y pueblos del antiguo Reino de Valencia existen muchos documentos que prueban un importante comercio durante esos siglos. La extensa red de neveros y pozos de nieve en sierras tan cercanas como Aitana, Ma- riola, Carrasqueta o Maigm, entre otras, dan fe de ello. En nuestra entonces villa eldense tambin hubo un activo trfico de nieve y hielo, como podremos ver seguidamente, pese a que notables viajeros y cronistas de la Ilustracin que nos visitan, como es el caso de Bernardo Espinalt, Toms Lpez de Vargas Machucas, el francs Alexander Laborde, el botnico Antonio Jos Cavanilles y el gramtico Josep Montesinos y, posteriormente, ya bien entrado el siglo XIX, Pascual Madoz, no hacen ninguna ❿ Restos de la zanja de hielo de la finca del Marqus de Lacy. La imagen est tomada en septiembre de 1999. Hoy la zanja se encuentra muy deteriorada. (foto del autor). El comercio de la nieve en la villa de Elda 132 aportaciones a la historia mencin a esta laboriosa industria, la documentacin existente en los archivos de Alicante, Monvar, Petrer y aqu en Elda, en cambio, viene a darnos la razn. Como prueba de ello, queremos hacer referencia a un curioso documento existente en nuestro Archivo Municipal, al que hemos tenido acceso gracias a la amabilidad de su directora, D» Consuelo Poveda. El expediente, que se encuentra en muy buen estado de conservacin, tiene el nmero de registro V. 6.4. 82/22, ocupa tres hojas a doble folio, estando fechado el 6 de abril de 1782. Su contenido hace referencia a una subasta pblica para Çel abasto de la nieve o el yelo para el consumo de esta villaÈ, en el periodo desde el 3 de mayo hasta el da de San Francisco (4 de octubre). Va rubricado por el alcalde en aquellas fechas, Don Antonio Juan y Juan. Acuden a esta subasta los vecinos de esta villa y propietarios de pozos de nieve Joaqun Ganga y Miguel Juan y Tormo. Se les admite su solicitud, pero se les conmina a que tienen la obligacin de abastecer de hielo o nieve de buena calidad a la villa durante las fechas estipuladas, sin que puedan faltar por ms de una hora y media diaria, lo que incurrira en una multa de 10 reales y, si faltasen otro tanto, la multa sera de 20 reales. Ambos arrendadores presentaban las correspondientes fianzas al Ayuntamiento, pagando los derechos del expediente. De estos folios se hacan copias y se enviaban a los pueblos limtrofes por si se presentaba algn otro propietario de pozos de nieve. En el Archivo Municipal de Petrer hemos podido localizar un documento similar, pero fechado ya en el ao 1850. Mallol Ferrndiz hace referencia en su obra Alicante y el comercio de la nieve en la Edad Moderna a la compra de varias cargas de granizo por parte de la ciudad de Alicante a la villa eldense en 1771 y que, unos aos despus, en 1786, esta misma ciudad tuvo un serio incidente con los propietarios de los pozos de nieve eldenses Miguel Juan Vidal y el aludido anteriormente Miguel Juan y Tormo, que intentaron engaar al regidor municipal alicantino Joseph Nicols Alcaraz hacindole creer que la nieve que tenan acordada se haba agotado y que la poca que les quedaba se haba encarecido. La trama fue descubierta por los regidores Torregrosa y Toms, obligando a estos Çastutos traficantes de nieveÈ a cumplir con el contrato estipulado (Mallol Ferrndiz,1989: 88). Otra de las pruebas ms interesantes las dar el viajero britnico Henry Swinburne en su obra Viajes a travs de Espaa en 1775 y 1776 , donde, en la carta XV, dice, camino de Alicante, el 8 de diciembre de 1775, a su paso por Elda: Ç...Pasamos por una serie de estanques y cuevas donde los habitantes de esa ciudad guardan sus provisiones de hielo para su consumo de verano. Como haba una delgada capa de hielo en la superficie del agua, estaban muy ocupados llevndosela con la mayor celeridad por si un repentino deshielo la hiciera desaparecer... È (Bas Carbonell, 1996: 141-142). Ya en el siglo XIX, se citan pozos de nieve en nuestro trmino municipal. Orozco Snchez, en su Manual Estadstico de 1878 , dice que Elda Çtiene pozos de hieloÈ. En otro Diccionario Geogrfico Estadstico de 1883 , de Riera y Sans, se indica tambin que nuestra poblacin Çtiene pozos de nieve o hieloÈ. El escritor alicantino Manuel Rico, en un artculo publicado en el peridico de esa ciudad, La Unin Democrtica , que por su importancia transcribimos ntegro, dice el 8 de julio de 1880: ÇEn Elda se dedican gran nmero de personas a la recoleccin de hielo exclusivamente: siendo el nico punto donde se explota este artculo y hallndose all los siguientes: Lasi (sic), de 4.000 arrobas; Duque, de 8.000; Zanja, de 8.000; Anchuras, de 10.000; San Antonio, de 8.000; Franceso, de 12.000; Chorrillo, de 12.000. En un punto de la lnea divisoria de los trminos de Elda y Sax, hay otro tambin llamado Chorrillo, de 12.000 (sic) È. (Segura Mart, 1991: 334-335). Fillol Martnez, al citar la Gua Comercial e Industrial de Elda en 1884 , incluye a seis comerciantes propietarios de pozos de nieve: Antonio Ban, Jos Ban, Manuel Beltrn (el famoso mdico Beltrn), Jos Garca, Francisco Olcina y Salvador Lauj (sic). Este ltimo, por un error de transcripcin, podra tratarse de D. Salvador Lacy, propietario de varios neveros. Para todas aquellas personas que deseen encontrar una informacin ms detallada sobre los pozos de nieve situados a lo largo del trmino municipal eldense, les rogamos que consulten nuestros trabajos, que aparecieron en la revista Fiestas Mayores de Elda, septiembre de 1996, y Revista del Vinalop , n¼ 3, del ao 2000. Juan Antonio Mart Cebrin 133 aportaciones a la historia Creemos que, por la documentacin aportada, puede deducirse que nuestra poblacin tuvo un importante comercio en la industria de la nieve y del hielo, pero que, a diferencia de otros pueblos de la montaa, en Elda se iba a comprar la nieve, el hielo y, ocasionalmente, hasta el granizo para almacenarse en unos pozos y luego revenderse a buen precio en otras localidades de climas ms clidos. Hemos podido hablar con ancianos que recuerdan haber visto a sus abuelos llevar nieve a Orihuela y volver cargados de frutas y hortalizas. Lo lamentable es que, salvo el nevero Franceso, que se ha salvado por estar dentro de una finca particular en La Jaud, y la Çzanja de hielo del Marqus de LacyÈ, no queden rastros de estas curiosas edificaciones. Por cierto, este ltimo citado de la Finca Lacy, aunque muy daado por encontrarse dentro de un polgono industrial que se est construyendo, podra recuperarse, ya que la Consellera ha mostrado inters en su conservacin. El Ayuntamiento eldense tiene la ltima palabra para evitar que sea totalmente destruido. Con la conservacin de esta zanja de hielo, se conseguira que nuestro escaso patrimonio cultural no se pierda. Es hora de tomar conciencia. BIBLIOGRAFêA Ñ BAS CARBONELL, M. (1996). Los viajeros britnicos por la Valencia de la Ilustracin (S. XVIII) . Ayuntamiento de Valencia. Ñ CRUZ OROZCO, J. y SEGURA MARTê, J. M» (1996). El comercio de la nieve. La red de pozos de nieve en las tierras valencianas. Consellera de Cultura, Educacin y Ciencia. Generalitat Valenciana. Ñ FILLOL MARTêNEZ, V. (1985). Elda hace cien aos-1884. Club de Campo de Elda. Ñ MARHUENDA SOLER, J. y HERNçNDEZ P- REZ, R. (1993). ÇLa Finca Lacy, la gran desconocidaÈ. Alborada, nm. 38 (pp. 4348). Elda. Ñ MALLOL FERRçNDIZ, J. (1989). Alicante y el comercio de la nieve en la Edad Moderna. Universidad de Alicante. Ñ MARTê CEBRIçN, J. (1996). ÇPozos de nieve en el trmino de EldaÈ. Revista Fiestas Mayores , nm. 13 (99. 52-54). Elda. Ñ OROZCO SçNCHEZ, P. (1878) Manual Geogrfico y Estadstico de la provincia . Alicante. Ñ RIERA Y SANS, P. (1883). Diccionario Geogrfico y Estadstico. ... Barcelona. Ñ SEGURA MARTê, J.M: (1991). ÇLos pozos de nieveÈ. Historia de la provincia de Alicante. Vol. VII, pp. 313-340. Edic. Mediterrneo. Murcia. ❿ Expediente referente a la subasta de nieve y hielo en 1782. Archivo Histrico Municipal de Elda. U na de las misiones de la Asociacin Mosaico, adems de velar por la proteccin del Patrimonio Histrico de Elda y salvaguardar en el Museo Etnolgico aquellas piezas donadas por los eldenses, es documentar convenientemente stas ltimas. Este proceso conlleva la identificacin correcta de las piezas, la determinacin de su origen, su funcionalidad, su datacin cronolgica y su inclusin en la base de datos del Servicio Valenciano de Inventario , de la Generalitat Valenciana. El trabajo permite poner a disposicin del pblico en general y de aquellos investigadores de la Comunidad Valenciana y del resto de Espaa las piezas que albergan los fondos del Museo Etnolgico de Elda. Por lo general, en pocas ocasiones encontramos piezas que deparen sorpresas a la hora de la catalogacin y clasificacin. Sin embargo, en ocasiones, la casualidad se convierte en verdadera arma aliada a la hora de desfacer entuertos y establecer la verdad. ste es el caso del famoso ÇCliz de las CaadasÈ, pieza donada a la Asociacin Mosaico, en diciembre de 1996, por su propietario y descubridor, D. Jos M» Garca Soria. Tras su descubrimiento en 1984, la pieza fue identificada por Antonio Poveda Navarro, arquelogo municipal de Elda, como un copn litrgico o cliz adscribible con toda probabilidad a la ermita de las Caadas, pieza datada por este autor, por paralelos estilsticos y por cercana a dicha ermita, en el siglo XVIII. Y como tal fue difundida la noticia de su hallazgo en los diarios provinciales. As, en los titulares del diario Informacin, del martes 15 de octubre de 1985, se puede leer: ÇEncuentran un copn del siglo XVIII cerca de la ermita de las CaadasÈ. A la luz de un quinqu: el falso ÇclizÈ de Las Caadas 134 aportaciones a la historia Juan Marhuenda Soler ❿ A la izquierda el supuesto ÇclizÈ. A la derecha, antiguo quinqu de la misma poca. Juan Marhuenda Soler 135 aportaciones a la historia Esta interpretacin fue aceptada de forma unnime por todos los investigadores eldenses, lo que permiti que durante diecisis aos la pieza fuera tenida como un antiguo objeto litrgico. Sin embargo, la colaboracin de ciudadanos sensibilizados con la defensa del Patrimonio Histrico de Elda, caso de Pepi Muoz, simpatizante de Mosaico, ha permitido arrojar luz sobre la correcta identificacin de este falso cliz. Durante una de sus visitas al Museo Etnolgico, se percat de la semejanza del ÇclizÈ con la base de un antiguo quinqu de su propiedad, apreciacin personal que vino a confirmar las sospechas que sobre la misma pieza expuso en su da Carmen Prez, ex directora general de Patrimonio Artstico de la Consellera de Cultura (1995-1999), sobre la imposibilidad de que dicha pieza fuera un cliz por sus caractersticas formales y composicin metalogrfica. La comparacin con el quinqu de Pepi Muoz fue un argumento ms que suficiente para subsanar el error de identificacin que se haba propagado durante ms de una dcada en la bibliografa eldense. Se trataba, sin lugar a dudas, de un quinqudestinado a la iluminacinde las estancias doms- ticas de una vivienda. Por tanto, la pieza hoy expuesta en el Museo Etnolgico es la base de un quinqu, objeto empleado para la iluminacin domstica antes de la aparicin y generalizacin de la electricidad. El quinqu est fabricado en calamina (aleacin de plomo y zinc) y realizado mediante un molde y con acabado pavonado. La pieza est incompleta, pues le falta toda la parte superior, donde ira el depsito cilndrico de metal, en el que se almacenaba el combustible empleado. Del depsito sobresaldra la mecha que impregnada de petrleo y mantendra viva la llama. Tambin falta el tubo o tulipa de cristal que evitaba que la llama se apagara, permitiendo una mayor difusin de la luz. Por sus caractersticas formales y decorativas, el quinqu cabe datarlo en la segunda mitad del siglo XIX, pues su fabricacin parece ser francesa, estando documentada desde 1840 hasta finales del siglo XIX, habiendo perdurado su uso durante las primeras dcadas del siglo XX. La cronologa y el lugar del hallazgo permiten relacionarlo con alguna de las casas de labranza sitas en las partidas de las Caadas o en el Barranco del Gobernador, propiedad de algn rico terrateniente eldense. Para finalizar esta breve colaboracin, nos gustara manifestar que no por haber dejado de ser un cliz, esta pieza ha perdido valor. Todo lo contrario, sigue siendo considerada una pieza singular con un gran valor etnolgico, pues nos informa sobre el proceso de iluminacin del mbito domstico y la evolucin de la tecnologa para tal fin. Del mismo modo, nos gustara agradecer la donacin realizada en su momento por Jos M» Garca Soria y la colaboracin de Pepi Muoz, Carmen Prez y, en especial, de J.C. Mir,anticuario y perito tasador judicial, por su colaboracin altruista y desinteresada en aportar la luz nece-saria, aunque fuera la luz de un quinqu, para la identifi- cacin correcta del ÇCliz de las CaadasÈ. ❿ A la izquierda, el depsito del quinqu encaja perfectamente en elsupuesto ÇclizÈ. A la derecha, la base del antiguo quinqu, que es muy similar a la del supuesto ÇclizÈ. Elda por la Segunda Repblica (diciembre de 1930 y abril de 1931) 136 aportaciones a la historia Miguel çngel Mateo Limiana L a huelga general del 15 de diciembre de 1930 ya presagiaba el final de la Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930). Con motivo del 70 aniversario de la proclamacin de la Segunda Repblica se quiere rendir homenaje a todos los que defendieron las libertades constitucionales, como una de las formas de gobierno en donde aparecen conceptos democrticos como justicia, libertad e igualdad. ❿ Concentracin ante el Ayuntamiento, probablemente, el 14 de abril de 1931, fecha de proclamacin de la II Repblica. Miguel çngel Mateo Limiana 137 aportaciones a la historia Los sindicatos organizndose (diciembre de 1930) L a agitacin social de aquellos meses de finales de 1930 fue especialmente intensa en la provincia de Alicante, sobre todo en Elda, donde el movimiento obrero tena una gran fuerza y un masivo apoyo popular. As, ha quedado reflejado en la prensa peridica de la poca ( Horizontede Elda) y en la documentacin del Gobierno Civil (serie que est en el Archivo de la Diputacin Provincial de Alicante). En el verano de 1930, el sindicato obrero C.N.T. de Elda (Confederacin Nacional de Trabajadores) haba vuelto a reactivar sus actividades reivindicativas para la mejora de las condiciones de vida de los obreros (de trabajo, salarios, jornadas laborales, etc.). Ese ao ya se haba celebrado la fiesta del 1 de mayo, con un importante mitin provincial celebrado en Alicante, a donde acudieron los representantes sindicales eldenses. All estuvieron los sindicalistas Morales Tbar y Francesc Company y el cronista Rafael Moll. La tensin obrera creca en las distintas fbricas eldenses, sobre todo en el sector del calzado, en donde Elda era y es puntera en Espaa. Las fbricas de Maestre, Guarinos, Vera y Amat ya presentaban signos evidentes de formacin de comits obreros. Ante esta situacin, la corporacin municipal estaba dividida entre los partidarios de afrontar un cambio poltico (en la calle se hablaba ya de Repblica) o de reprimir las revueltas haciendo salir a la calle a la Guardia Civil de Elda, cuyo puesto se mantena a la expectativa. Las revueltas obreras en diciembre de 1930 fueron violentas como en el resto de poblaciones del Vinalop; hay que aadir que hubo varios muertos en varios disturbios en los casos de Aspe y Elche. Los sindicatos de Elda, UGT (Unin General de Trabajadores) y CNT, unieron esfuerzos para afrontar la nueva situacin; este hecho sirvi de ejemplo para otras poblaciones del Vinalop. La FAI de Elda (Federacin Anarquista Ibrica), por su parte, con una tendencia ms radical, tambin estaba en la lucha obrera. Los disturbios obreros fueron creciendo a lo largo de los primeros meses de 1931, por ello la convocatoria de elecciones era inminente. La sede de UGT en Elda, en la calle Canalejas (hoy Menndez y Pelayo), fue escenario de toda la organizacin obrera. All tena su sede la activa sociedad obrera ÇLa Defensa del TrabajadorÈ; all se reunan, conjuntamente, los representantes sindicalistas eldenses de CNT y FAI. La alcalda eldense, en pocos meses, pas por varias manos. Una clave: la arenga periodstica de Horizonte La informacin suministrada semanalmente por el peridico republicano de Elda, Horizonte, fue vital para la organizacin de los obreros eldenses; es ms, varias de las proclamas que los sindicatos queran difundir se realizaban desde este peridico. La apuesta fue arriesgada, ya que de no haber conseguido esa mayora absoluta, los dirigentes del peridico podan haber incurrido en alguno de los delitos contemplados en las leyes que todava perduraban de la Dictadura del general Primo de Rivera. Su arenga del da 11 de abril fue impresionante y muy arriesgada; en ella se convocaba a los eldenses a la hora que tanto haban esperado: ❿ Alegora del primer gobierno de la II Repblica hacia 1931. Cartel. Elda por la segunda república 138 aportaciones a la historia ÇCiudadanos. ÁÁA votar por la Repblica!!. Ha llegado el momento decisivo. Maana en Elda como en Espaa entera, los ciudadanos conscientes, los verdaderos amantes de la Libertad y de la Justicia podrn demostrar al Mundo, por medio de las urnas, el unnime sentir de toda esta noble nacin, ignominiosamente secuestrada y vilipendiada durante tantos aos. Conviene tenerlo muy presente y no olvidarlo ni un solo instante. Las elecciones municipales que se van a celebrar maana no son una de tantas; sonÉ Á el verdadero plebiscito nacional!. De las urnas, pues, debe salir lo que Espaa anhele: repblica o monarqua.È. Un cambio en las formas. La llegada de la Repblica (abril 1931) El triunfo de la coalicin republicana en Elda fue aplastante. En l se dejaba sentir el masivo apoyo de todos los obreros industriales, no en vano Elda contaba con un 80% de obreros dedicados al calzado, en donde los sindicatos tenan su principal arma contra la patronal. El Casino de Elda era un hervidero de conspiradores (uno de los ms activos era Jos Amat, arrendador de impuestos municipales), pero las urnas haban sido inapelables. El total del voto republicano haba sido de 9.069 frente a los 214 votos de los monrquicos; an as, la nueva corporacin municipal estaba formada por quince concejales republicanos (de donde saldra el alcalde) y tres monrquicos (que se ausentaban habitualmente por no querer compartir el saln de Plenos con los representantes del pueblo). El alcalde, Joaqun Coronel, que haba tomado posesin el 2 de abril de 1930, ya el 12 de abril del ao siguiente (1931) tena que abandonarla y dejar paso al republicano Emrito Maestre Maestre. Ese cambio de alcalda marcaba un cambio en la poltica municipal eldense, la familia Coronel formaba parte de esa oligarqua de Elda que haba mantenido la ciudad (ciudad desde 1904) dentro del sistema caciquil. Uno de sus miembros haba introducido el cine en Elda y la luz elctrica en base a una sociedad privada que trabajaba con dinero pblico. La llegada del nuevo alcalde republicano Emrito Maestre supuso por primera vez en muchas dcadas la llegada del pueblo al poder. Sus proyectos ms inmediatos fueron la publicacin de un Boletn de Informacin Municipal dirigido a los ❿ Primera pgina del semanario eldense Horizonte del 11 de abril de 1931. vecinos, en donde se reflejaba la gestin municipal, algo inusual para la poca debido a que los caciques no informaban de nada, y, su proyecto ms ambicioso, la construccin de las Escuelas Graduadas que fueron inauguradas bajo su mandato. Con ello, se cumpla una de las aspiraciones de la Repblica y de su ideario poltico, acercar la enseanza al pueblo. La Constitucin de 1931 y el Fuero de los Espaoles de 1945. En el matiz est la esencia La nueva Constitucin espaola promulgada el 9 de diciembre de 1931 vena a colmar buena parte de las aspiraciones del pueblo espaol. En ella se contenan muchas de las reivindicaciones sociales, no slo de aquellos aos sino de dcadas de injusticias sociales frente a la ley y frente a los derechos ms elementales de cualquier ciudadano. El espritu de esta constitucin recoga parte de otras constituciones de corte democrtico como las de 1812, 1869 y la de 1873. El estado se presentaba como una repblica democrtica y social, de sentido laico y aconfesional. Dentro de las innovaciones ms destacadas estaba el referndum para la aprobacin de ciertas leyes, la intervencin de los jueces para dictaminar si las leyes eran o no constitucionales, la inclusin de derechos sociales para la poblacin (algo nunca reflejado), etc. Otra modernidad era la presencia de un presidente y sus ministros supervisados, polticamente, por las Cortes Constituyentes (una verdadera innovacin democrtica). Todo ello propici la aprobacin del estatuto de autonoma de ciertas comunidades o regiones, el sufragio universal incluyendo el voto femenino, la escolarizacin obligatoria y gratuita, la necesaria reforma agraria, etc. Todo, dentro de unos principios bsicos de justicia, libertad y democracia, conceptos que haba que introducir desde el papel de la Constitucin a la sociedad civil (una larga tarea llena de insalvables obstculos, el poder decimonnico no iba a permitir cambios). Los espaoles disponan de unos derechos nunca antes recogidos en ningn texto legal: ÇDisposiciones Generales. Artculo 2¼. Todos los espaoles son iguales ante la ley. ÉLos Alcaldes sern designados siempre por eleccin directa del pueblo o por el AyuntamientoÉÈ. En cuanto a la legislacin laboral se inclua: seguro de enfermedad, accidente, paro forzoso, vejez, invalidez y muerte; el trabajo de las mujeres y de los jvenes, proteccin a la maternidad, jor-nada de trabajo, salario mnimo, vacacio-nes, etc. Es decir, defensa de los trabaja-dores. Todos los cambios, todos esos avances sociales quedaron radical- mente sesgados en el artculo primero del Fuero de los Espaoles aprobado en 1945 por el rgimen del general Franco: ÇÉ Deberes y derechos de los espaoles. Artculo doce. Todo espaol podr expresar libremente sus ideas, mien- tras no atenten a los principios fundamentales del EstadoÉEl Pardo, 17 de julio de 1945. Francisco Franco, Generalsimo de los EjrcitosÈ. Por la gracia de Dios. Miguel çngel Mateo Limiana 139 aportaciones a la historia ❿ Emrito Maestre Maestre, primer alcalde republicano. ❿ Alegora de la Repblica Espaola. 1931. Cartel. La Seccin de Arqueologa del Centro Excursionista Eldense Un legado histórico para la ciudad de Elda 140 aportaciones a la historia Vicente Rico Prez A migo lector, si haces por buscar alguna tarde ociosa en la que dejes aparcado lo cotidiano, lo que nos envuelve y empuja da a da a no darnos cuenta de nada ms, date una vuelta por la calle La Comadre, donde viva aquella vieja mujer de viejo oficio en el tiempo, que ayudaba a venir al mundo a aquellos que llamaban a la puerta de la vida. ❿ De izquierda a derecha: Flix Rebollo Casanova, Vicente Sanz Vicedo, Juan Antonio Mart Poveda, Jos Amat Beltrn, Enrique Llobregat Conesa y Antonio Martnez Mendiola el 3 de diciembre de 1967 en El Monastil. (Archivo particular de Juan Rodrguez Campillo). Vicente Rico Prez 141 aportaciones a la historia E s una calle estrechita como todas las que componan el entramado urbano del pueblo medieval, aunque nuestros ojos, confundidos por las grandes avenidas de lneas paralelas, hayan perdido la memoria del porqu. Se ayudaban unas casas a otras, formando quebrados pasajes que suavizaban los fuertes vientos del otoo e invierno, y en el verano se sombreaban, encontrando cobijo a cubierto de los abrasadores calores del esto eldense, refrescndose con el colorido abanico del pequeo huerto arbolado que algunas posean. Pero el lector que trabajosamente encontr esa tarde ociosa, no tard en darse cuenta que la calle La Comadre haba desaparecido, como si se hubiera marchado a otro tiempo ms suyo, haba perdido su placa, sus casas, sus minsculas aceras a derecha e izquierda, y slo quedaba el rastro fro de algn pequesimo tramo de bordillo, y poco ms que un despistado adoqun. El atribulado lector se preguntaba desconcertado lo que ocurre cuando se pierde el pasado, cuando slo podemos mirar en una sola direccin. Dejmosle de momento con esa inquietante interrogacin y retrocedamos en el tiempo al ao 1954. Pay, Ruiz, Pita, Estarli, Martnez y Salas, hombres del pueblo, se andentran en lo que posteriormente se denominara ÇCueva del HachaÈ, en el paraje del pantano de Elda, y descubren un enterramiento de ms de cuatro mil aos de antigedad. A los restos humanos acompaan dos preciosas hachas de piedra que se encontraban sin enmangar, afiladas por uno de sus bordes, negra una y de color gris oscuro la otra. En el pasado puede encontrarse nuestro futuro, aprendamos cmo nuestros ancestros se manejaron en la vida, cmo se enfrentaron a la naturaleza, a sus vicisitudes, en una lucha incansable por la supervivencia, hoy olvidada en estas latitudes, dominio de la electrnica. En la sociedad en que vivimos, sin ser conscientes del frgil hilo que nos sostiene, el conocimiento del pasado podra servir, quizs, para no perder el ÇfuturoÈ. Con esta accin precursora de la recuperacin del patrimonio arqueolgico del Valle de Elda, dara comienzo una labor gigantesca que recogera con ejemplar celo en las siguientes dcadas la Seccin de Arqueologa del Centro Excursionista Eldense , resultado que podemos contemplar en el Museo Arqueolgico Municipal, cuyas piezas expuestas fueron en casi su totalidad, recuperadas por ellos. El destino puso en manos de unos hombres ntegros, altruistas, tenaces y dotados de una singular voluntad, la misin de prestarnos a las generaciones futuras Çojos para verÈ el pasado, nuestro lejano ayer colectivo, el de las gentes que vivimos hoy en Elda y su comarca. Pasado que es el mismo de aqullos que vinieron a esta ciudad, enriquecindola con su trabajo e iniciativa desde La Mancha, Andaluca o Murcia. El Dr. Llobregat Conesa, director que fue del Museo Arqueolgico Provincial hasta que el Alzheimer nos lo arrebat, figura destacad- ❿ Carta de Alejandro Ramos Folqus al presidente del Centro Ecursionista Eldense, manifiesto de la colaboracin de la Seccin con otros museos arqueolgicos. 26 de febrero de 1961. (Archivo personal de D. Daniel Esteve Poveda). La sección de arqueología del C.E.E. 142 aportaciones a la historia sima en el panorama arqueolgico valenciano, nos ilustra en su tesis doctoral sobre el quines somos y de dnde venimos, y lo hace con una sencillez y claridad de razonamientos que traigo a ustedes con escasez de medios para poder expresar su magnitud. Correctamente extrapolados los argumentos del profesor Llobregat, se podra estimar que los habitantes de Elda, nacidos en el Valle o en las regiones mencionadas, descendemos de un mismo tronco comn, nutrido de gentes que fueron haciendo cultura en estas tierras all por el ao tres mil quinientos anterior al inicio de la Era Cristiana, y que la historia ha llamado Çhombres del neolticoÈ; luego llegara la cultura del bronce y posteriormente la ibrica. La poblacin no sufri cambio alguno, ni cualitativa ni cuantitativamente, durante las invasiones, primero romana y en poca posterior musulmana, al ser un pequeo porcentaje el que lleg a establecerse en la comarca. La expulsin morisca supuso un descalabro para la economa de la regin, pero el poblamiento mantuvo sus mismas races genticas, al ser mayoritariamente familias procedentes de tierras de igual origen neoltico-bronce-ibrico que las que aqu se asentaban siglos atrs, las que repoblaron la zona. De los mismos lugares de donde llegaron a Elda a principios de los sesenta en el ya pasado siglo, con motivo del auge econmico que provoc el segundo gran desarrollo de la industria del calzado en la ciudad. Desde el mencionado 1954, no se conocen con seguridad otras iniciativas arqueolgicas organizadas, pero ser en la ya tambin lejana fecha de 1959 cuando nos encontremos con un grupo de personas que haban en poco tiempo Ñquizs dos aosÑ recogido una cantidad importante de material arqueolgico, fundamentalmente de El Monastil, y que acumulaban ordenadamente en una casa del viejo barrio de San Antn. Alberto Navarro Pastor, Cronista Oficial de la Ciudad, siempre atento a cualquier movimiento cultural en la poblacin, viga y faro a la vez, prendi con su hbil pluma la chispa, para que aquel conjunto de personas dispares, pues cada una haba recorrido un camino distinto en la vida, y muchas de ellas provenan de otros pueblos, de los que haca pocos aos haban llegado a Elda o Petrer, aunaran sus esfuerzos bajo la tutela de una joven institucin deportiva y cultural, el Centro Excursionista Eldense, admirablemente dirigida por el que sera su presidente durante veinte aos, D. Daniel Esteve Poveda , al que an hoy la ciudad de Elda no tiene reconocida suficientemente su meritoria labor. Pocas semanas despus del artculo publicado en el Valle de Elda en septiembre del mencionado ao cincuenta y nueve y firmado por Alberto Navarro, ÇUn museo arqueolgico en un desvn de EldaÈ, se constitua la Seccin de Arqueologa del Centro Excursionista Eldense. El trabajo al que se enfrentaban era colosal y los medios menguados, pero estudiaron y se iniciaron en la ciencia arqueolgica de forma autodidacta, como tantos otros en esos aos a lo largo de todo el levante espaol, algunos nombres con mejor fortuna y asociados a hallazgos muy notables como Jos Mara Soler Garca, de Villena, o Alejandro Ramos Folqus, de Elche, han llegado hasta nosotros con mayor eco. ❿ De izquierda a derecha: Juan Rodrguez Campillo, Francisco Castao Morales, Antonio Martnez Mendiola, Enrique A. Llobregat sosteniendo una jarra ibrica recuperada por la Seccin, y Vicente Sanz Vicedo, el 5 de noviembre de 1967 en el Museo Arqueolgico Provincial de Alicante. (Archivo particular de Juan Rodrguez Campillo). Vicente Rico Prez 143 aportaciones a la historia Eran tiempos difciles donde cada uno busc el oficio de su sustento en la puntera industria local o al calor de sta. Las noches y los reducidos fines de semana, sbado en la tarde y domingo, eran los que se podan dedicar a la actividad arqueolgica de museo unas veces y de campo en otras. La Seccin de Arqueologa no era un grupo de amigos al que le gustaba ir al monte slo para almorzar los das de asueto, era un conjunto de voluntades con unas directrices slidas, que alentaba y mantena fuerte y sin desmayo D. Daniel Esteve. Fue l quien a lo largo de los casi veinticuatro aos de actividad de la Seccin tuvo que sortear innumerables vicisitudes: no haca falta buscarlo, all estaba el presidente del Centro Excursionista Eldense, siempre que se necesitaba, para ahuyentar las sombras y seguir descubriendo la luz del camino al pasado, con la mirada puesta en el futuro. Trabajaron inviernos y veranos, y slo en contadas ocasiones las inclemencias del tiempo les hicieron momentneamente desistir de su labor, labor a la que nos acercamos a travs de los riqusimos testimonios que nos han legado. Agualejas, 1964: all, en esa Partida de Elda que tanto mantiene en la actualidad la atencin a causa del desarrollo urbanstico, se encuentra quizs, a buen seguro diran otros, una esplndida Villa Romana, de la que fueron los miembros de la Seccin de Arqueologa sus descubridores: cermica de lujo, desages abovedados que vertan las aguas residuales que portaban al mismo ro y que podan proceder de termas o baos que, sin mucha imaginacin, se puede pensar decorados con bellos mosaicos romanos. Gran profusin de fragmentos de cristal policromado pertenecientes a esencieros, que son artculos de calidad, muy costosos y valorados en la poca, nos hablan de la riqueza de la Villa. Una pequea intervencin que se realiz en la finca, con permiso de su propietario en los primeros aos de la dcada de los sesenta, dio como resultado el hallazgo de elementos constructivos, como una base de columna, o restos de un capitel, que nos dicen de la importancia de los edificios a los que pertenecieron. El autor, acompaado por un miembro que lo fue de la Seccin de Arqueologa, ha visitado el lugar, irreconocible si lo comparamos con las fotografas que en su da se tomaron. Se aprecian construcciones en el enclave de realizacin reciente, con el consiguiente dao que produce la cimentacin sobre el yacimiento, ni qu decir tiene los movimientos de tierra que se puedan haber llevado a cabo en tantos aos en los que no exista una ley como la actual que protegiera el patrimonio arqueolgico. Desolados, volvimos a nuestra urbe ro arriba, preguntndonos si veremos algn da los mosaicos de la Villa Romana de Agualejas. Caprala, 1967: en el ao anterior se haba realizado una visita al paraje, prospectndolo con resultados infructuosos, pero fue al ao siguiente, cuando el 19 de febrero, alentados por unas noticias que hablaban de fragmentos de vasijas, volvieron nuevamente al lugar. All se hallaba el dueo de las tierras donde se haba producido el hallazgo, mostrando al colectivo cuatro nforas de clara factura romana, partidas en mltiples trozos pero que podran restaurarse completamente y que puso a disposicin de la Seccin para su traslado al Museo de Elda. Una semana ms tarde apareca una quinta nfora. Actualmente, cuatro de ellas se encuentran expuestas en el Museo Arqueolgico de la ciudad para deleite del que pueda contem- ❿ De izquierda a derecha: Jos Amat Beltrn, Antonio Martnez Mendiola y Enrique A. Llobregat, que toma apuntes de una vitrina en el Museo Arqueolgico del CEE el 3 de diciembre de 1967 (Archivo particular de Juan Rodrguez Campillo). La sección de arqueología del C.E.E. 144 aportaciones a la historia plarlas ms all de la aparente cermica en que estn envueltas. La nmero cinco se le entreg al propietario de la finca una vez restaurada por expreso deseo del mismo, restauracin que encierra su pequea pero interesante historia. En los veinticuatro aos de trabajo de la Seccin, pocas fueron las mujeres que se acercaron por el entorno de la actividad, pero una de ellas brilla con luz propia, y al mismo tiempo alumbra la situacin injusta de la mujer en el mundo acadmico de entonces (hoy, en cualquier excavacin, las mujeres doblan y hasta triplican el nmero de hombres); esta singular situacin da tambin muestra de la verdadera dimensin del papel llevado a cabo por la Sra. Solveig Nordstrm, arqueloga de nacionalidad sueca, polglota, becada por su pas, que alcanzara un gran renombre internacional. Lleg a Elda por primera vez el 25 de septiembre de 1966. Los miembros de la Seccin la haban conocido en una entrevista mantenida con anterioridad en el Museo Arqueolgico Provincial. La doctora Nordstrm vena con la intencin de visitar El Monastil y las Agualejas. Acompaada por el contramaestre de excavaciones del MAP, Felix Rebollo Casanova, lleg a la estacin del ferrocarril a primera hora de maana en el TER, tren que, para aqullos que rebasan la cuarentena, traer a la memoria reminiscen- cias olvidadas de otros tiempos. La Seora Solveig fue conducida al museo y lo que iba a ser una breve visita a los materiales expuestos en la vitrinas se convirti en una maratoniana sesin de dibujo, que dur doce horas ininterrumpidas; copi entusiasmada y absorta una por una todas las piezas ibricas expuestas, teniendo que pernoctar en nuestra ciudad y marchando al da siguiente, prometiendo que volvera, cosa que hizo en tres ocasiones ms en posteriores aos. Coment que Çla cermica era una de las cosas ms interesantes que haba vistoÈ y dio cuerpo a la mano del artista que las haba pintado, llamndole ÇLe Matre de MonastilÈ, destacando su singularidad y diferenciacin en el mbito artstico del mundo ibrico. Con esta iniciativa, el nombre de Elda y su ÇMaestro del MonastilÈ se han paseado por todo el orbe erudito, nacional e internacional, con citas en un gran nmero de publicaciones. Solveig Nordstrm coment elogiosamente la labor que estaba llevando la Seccin de Arqueologa, pero tambin lo hicieron otros, como la mxima autoridad provincial en materia arqueolgica en aquellos aos de mediados de los sesenta, el mencionado Dr. Enrique A. Llobregat Conesa. El profesor Llobregat visit Elda, el 3 de diciembre de 1967, y los miembros de la Seccin quedaron perplejos cuando lo primero que pidi fue que lo llevaran a ÇadmirarÈ el Cristo del escultor e imaginero nacido en Estrasburgo, Nicols de Bussy, que se encuentra en la iglesia de la Inmaculada, y del cual dijo tener un gran inters en examinar de cerca una joya artstica del siglo XVII, desconocida como tal por la mayora de los eldenses. Una vez en el Museo, se detuvo en todas las vitrinas, haciendo comentarios elogiosos en cada una, y tomando profusas notas; mucho fue lo que advirti como de gran valor arqueolgico, destacando como una pieza ÇnicaÈ el fragmento cermico correspondiente a una lamparilla de aceite paleocristiana del siglo IV d.C., el cual contiene en relieve la representacin bblica de ÇEl Sacrificio de IsaacÈ. Inspeccion El Monastil y apreci la metodologa y el buen hacer de las ❿ Carta remitida por el Dr. Llobregat el 11 de diciembre de 1969 a D. Daniel Esteve incidiendo en Ç...la extraordinaria obra de exploracin llevada a cabo por el Centro...È. (Archivo personal de D. Daniel Esteve Poveda). Vicente Rico Prez 145 aportaciones a la historia excavaciones, a la vanguardia de lo que se haca en otros lugares donde se realizaban importantes trabajos, uniendo el empleo del sistema estratigrfico al cuadricular, recuperando todo el material encontrado, cuestin sta que ahora se sostiene como imprescindible, pero entonces expertos y reconocidos excavadores no lo hacan, guardndose slo aquellos objetos que tuvieran un relevante significado. El Dr. Llobregat Conesa ensalz la importancia histrica de El Monastil, por su emplazamiento estratgico, dominando la va de comunicacin ms transitada de la antigedad en esta rica comarca. Alejandro Ramos Folqus, abogado y arquelogo, propietario de las tierras donde apareci en 1897 la ÇDama de ElcheÈ, figura prestigiosa que tena un museo particular en su propia finca, sin parangn en la regin, no dud en apoyar cuantas solicitudes se le hicieron, avalando con ello, la labor que aqu se realizaba por la Seccin. No solamente el reconocimiento le viene de la poca contempornea a los trabajos efectuados de los aos sesenta a los ochenta, sino que el actual Director del Museo Arqueolgico Municipal de Elda, y tam- bin profesor de la Universidad de Alicante, Dr. Antonio M. Poveda Navarro, que es la persona que mejor conoce los fondos legados, encuentra digno de elogio y motivo de reivindicacin el trabajo de la Seccin de Arqueologa del C.E.E., destacando la recuperacin de un valiossimo enterramiento de la Edad del Bronce, cuya antigedad de 3.500 aos aproximadamente habla por s mismo: en l se econtr una especie de capazo de esparto trenzado, doblado a modo de campana, y que era donde yaca el cuerpo del nio enterrado, pudiendo ste servir en vida del pequeo, para su transporte por la madre o el padre, a modo de cmo hacen los actuales indgenas andinos. La importancia reside en la dificultad que tiene la conservacin del material con el que est fabricado el capazo. No obstante, y a pesar de su relevancia, espera ÇpacientementeÈ que le llegue la restauracin para que se nos permita otorgarlo en herencia a las generaciones futuras, herencia como la que el nuevo Museo Arqueolgico Provincial de Alicante, MARQ. custodia de forma intangible, al tratarse de la reproduccin de un dibujo realizado en el ao 1966 y co❿ Plano idealizado del yacimiento arqueolgico de El Monastil dibujado por Juan Rodrguez Campillo en 1999. Algunos elementos del plano son slo intuidos. La sección de arqueología del C.E.E. 146 aportaciones a la historia rrespondiente a un plato ibrico de los siglos II-I aC. con motivos florales. No busquemos el mencionado ÇobjetoÈ en vitrina alguna, sino que miremos al suelo y probablemente estaremos sobre l, porque se encuentra adornando magnficamente, y de forma espectacular el pavimento de la Sala de ibrico del museo. Si visitamos el MARQ, no dejemos de fijarnos al entrar en la mencionada Sala: all, para orgullo de nuestra ciudad, se encuentra representada la cermica pintada de El Monastil que el joven miembro de la Seccin Pedro Tecles Molla inmortaliz sobre papel vegetal, dando su dibujo la vuelta al mundo de la mano de la obra de la Dra . Nordstrm. Tambin la Seccin ha merecido especial reconocimiento, entre otros, por parte del arquelogo y actual excavador de la necrpolis del Castillo de Elda, Toms Palau Escarabajal, y por el especialista en poca medieval y arquelogo de gran experiencia Gabriel Segura Herrero. Pero hemos llegado al final de este artculo, para el que hemos dejado una puerta abierta al conocimiento de quines, con su esfuerzo generoso, debemos agradecer el hacernos saber de nuestro pasado. Acerqumonos con cario y respeto a esos hombres que nos entregaron un cuarto de siglo de sus vidas y un regalo de incalculable valor. Es un homenaje nfimo de quienes tenemos la suerte de concurrir con un nmero importante de ellos an hoy, los miembros de la Seccin de Arqueologa del Centro Excursionista Eldense. Antonio Martnez Mendiola , persona de extraordinaria inteligencia, en su etapa de madurez, despuntan una vez ms sus sobresalientes aptitudes, volcando sus facultades hacia la pintura. Zapatero de profesin, arquelogo autodidacta. Juan Rodrguez Campillo , metdico, perfeccionista en extremo, con una gran capacidad de entrega al trabajo arqueolgico, una voluntad inquebrantable, se ha volcado con posterioridad a su etapa en la Seccin hacia la invencin industrial de utilidad domstica y tambin en la investigacin histrica. Carpintero de profesin, arquelogo autodidacta. Vicente Sanz Vicedo , nos queda su ejemplo de superacin y constancia en la actividad arqueolgica a la altura de los que ms las posean. Francisco Castao Morales , descubridor del enterramiento del nio sobre el capazo de esparto trenzado en 1975. Fundamentalmente intuitivo y sagaz, es de esas personas totalmente necesarias para el xito de un equipo arqueolgico, como lo fue el africano Kamoya Kimeu para los Leakey en la bsqueda de los orgenes del hombre. En estos ltimos aos, dedicado a la lectura de poesa y la reflexin filosfica, escribe y disfruta de la tranquilidad del campo en una finca de Salinas. Juan Antonio Mart Poveda , luchador ante las adversidades de la vida, destaca por su sensibilidad, erudicin musical y su talante ntegro de persona de bien. Joaqun Pay Gonzlez , fallecido en 1993, era conocido como el ÇTarzn del PantanoÈ, del que para apreciar su gran dimensin humana basta leer un fragmento de la dulce prosa potica que cultivaba en su huerta del pantano: ÇÁQu bello es admirar el paisaje, observar el diminuto insecto, escuchar el lenguaje alegre de los pjaros, detenerse y pensar en el guijarro que ha rodado de la montaa!. Yo deseo para bien tuyo, que te pares un poquito y mires con atencin los delicados colores de las flores y escuches en el silencio la voz profunda de la fuente È. Jos Amat Beltrn, Jos Amat Garca, Juan Arrez Pay, Alfredo Aznar Garralaga, Jos M.Ban Navarro, Gerardo Bellod (Col. Colaborador), Francisco Beltr Alted (Col.), Tobias Busquier Gil, Francisco Castillo Villena, Luis Cerd Albert, Fernando Corts Troca, Francisco Domnguez Poveda, Evaristo Frriz Albert, Juan Ganga, Jos Garca Guardiola, Luis Garca Guardiola, Luis Garca Soria, Francisco Hernndez, Francisco Leal (Col.), Pedro Maestre (Col.), Luis Maestre Amat, Joaqun Maestre Amer (Col.), Silvestre Mallebrera Corb, Juan Antonio Mart Cebrin, Juan Martnez Pastor, Luis Martnez Vicente (Col.), Juan Medina Amors (Col.), Jos L. Montilla (Col.), Miguel Muoz Navarro, Miguel Muoz Ruano, Francisco Orgils Gonzlez, Ramn Parra Gil, Jos Pay, Antonio M. Poveda Navarro, Francisco Rico Ganga, Gaspar Rico Ganga, Juan Rico Ganga (Col.), Juan Riera (Col.), Eloy Roig Ramrez, Miguel Samper Cordero, Jos Soriano Milla, Pedro Tecles Molla, Miguel Tecles Molla, Jos Tortosa Castao y Juan Vliz Ruano. stos fueron y son los hombres que marcaron una etapa excepcional para la cultura de la ciudad: custodiemos y al mismo tiempo enriquezcamos su legado. Sirva este pequeo recordatorio como memoria a una labor altruista que merece ser desvelada y valorada en toda su amplitud y que puede servir como punto de partida para que el inters por construir el pasado de Elda nos alcance a todos. Los frutos que hoy admiramos fueron producto de un trabajo al que slo gui el cario a la tierra de ayer, de hoy y de maana. 147 usosycostumbres Alberto Navarro Pastor A SPECTOS DE LA VIDA COTIDIANA EN DIVERSAS POCAS DE E LDA E studiar la vida cotidiana del pueblo eldense en periodos de tiempo relativamente prolongados, como pueden ser cien, cincuenta o veinticinco aos, puede hacer incurrir en grandes errores, tanto en la fijacin de las costumbres de un pueblo en general como en las de una zona o estrato humano determinado de la poblacin, por ser ms factible en las clases ms adineradas el acceder y acomodarse a un cambio de situacin ms moderno y conveniente, mientras que las clases ms modestas econmicamente continuaban con los mismos hbitos que usaban sus abuelos. usosycostumbres 148 S in embargo, hay hechos significativos que, al implantarse, cambian notoriamente la vida de una poblacin, imponiendo los habituales Çantes deÈ y Çdespus deÈ, que marcan una etapa diferencial y que en la existencia de nuestro pueblo estn bien patentes, como son la llegada del ferrocarril; la implantacin de la luz elctrica en las calles y los hogares; la transformacin social de un pueblo de agrcola o artesanal en industrial zapatero; la innovacin, de gran aceptacin popular, del cinematgrafo; la radio y el fongrafo; el abastecimiento domiciliario de agua; la socializacin de la vivienda con inclusin de elementos de mayor higiene; las mejoras urbanas, y, ya en nuestros tiempos, la popularizacin del automvil; el arrollador invento de la televisin con su enorme influencia en personas y familias, la apertura al mundo con los viajes tursticos en autocar o en avin y finalmente Ñpor ahoraÑ la informtica con sus ordenadores personales, Internet y su secuela de inacabables y casi incontrolables derivaciones. Refirindonos a algunos de estos aspectos que han hecho mudar grandemente las costumbres habituales de los eldenses Ñy slo algunos, porque intentar abordarlos todos hara este artculo excesivamente largoÑ, comenzaremos por el ferrocarril, que en 1858 pas por vez primera por nuestra estacin, enlazando Elda tanto con Alicante como con Madrid, estaciones intermedias y con muchas capitales de provincia por medio de transbordos. Hasta la llegada del tren, podra decirse que Elda viva de la misma forma que los dems pueblos de la comarca, casi igual que en los siglos XVII y XVIII, con los hombres pegados a la tierra, propia o arrendada, sin ms porvenir para sus hijos que seguir su mismo rudo trabajo o, en los casos de jvenes ms estudiosos, adquirir stos un oficio artesano o incluso alcanzar, a base de trabajo y estudio, una profesin de mayor rango social como la de clrigo, alguacil, escribano, organista o maestro de escuela. Las mujeres e hijas estaban destinadas a las faenas caseras, sin ms porvenir que el matrimonio o la colocacin como sirvientas en casas de los pudientes. ❿ El 4 de enero de 1858 pas por Elda el primer ferrocarril. Cuatro meses despus, la Reina Isabel II viajaba de Madrid a Alicante en el tren real dando el espaldarazo al ferrocarril como elemento transformador de las costumbres cvicas. 149 usosycostumbres Hasta entonces, los viajes eran a base de diligencias o carros, con parada en las posadas del camino en los viajes largos para hacer noche y con la existencia de ventas o paradas, como eran en Elda la de la calle Maura, donde despus estuvo el Cine Ideal, en direccin a Alicante, y la de Santa Brbara, en la salida hacia Madrid. El viaje a Alicante poda durar unas seis horas, con descanso en la Venta del Cruce para Aspe y Elche o en la del Reventn. De Elda a Madrid o viceversa podan transcurrir quince das, con las obligadas paradas nocturnas en las posadas. Demasiado frecuentemente, la actuacin de los bandoleros o salteadores haca muy peligrosos estos viajes. La presencia del ferrocarril dio mayor vida a los pueblos que tenan estacin, como Elda, en detrimento de los otros que todava la tenan a veinte o treinta kilmetros, y eso se notaba en el incremento de la vida comercial, ms activa y con mejor abastecimiento de toda clase de artculos, especialmente alimentos frescos, carnes y pescados sobre todo, en beneficio de sus consumidores, aunque en este aspecto an pasaran muchos aos sin que la dieta de la poblacin trabajadora eldense dejara de ser la de los platos tpicos: cocidos, ollicas de jnera o de pencas o camarrojas, el ÇfandangoÈ, a base de patatas con bacalao, y los almuerzos y meriendas de los chiquillos con el pan con aceite y las torticas de cebada, empapadas en este lquido. Tambin se extendi mucho la circulacin de la prensa diaria y semanal, que ahora reciban los eldenses con mayor prontitud, incluso la madrilea, muy leda en la poblacin y que con el tren se reciba casi en el mismo da que en la capital. Igualmente, se not en la apertura de fondas, cuyos nombres se han desvanecido en el tiempo aunque fueron muchas y en pocas diferentes, como el Hotel Sandalio, el Hotel Pars, La Favorita y algunas otras ya en poca ms cercana, a principios de siglo. La llegada del Çmonstruo de hierroÈ, como le llamaban los novelistas, tambin influy en las costumbres, pues se introdujo, en la maana o tarde de los domingos y festivos, la de subir a la Estacin para ver pasar los trenes y saludar a la gente viajera asomada a las ventanillas. El tren facilit la llegada de agentes de negocios, representantes de comercio, artistas que llenaban los teatros, mercaderes, artculos nuevos que modernizaban los vetustos comercios de todas las clases. La facilidad de llegada de materiales diversos propios para la naciente industria zapatera y expedicin de artculos manufacturados en los pequeos talleres de fabricacin de calzado que se fueron creando, produjo la transformacin del trabajador en Elda, crean- ❿ La diligencia como elemento de transporte desapareci como consecuencia de la extensin de las vas frreas. usosycostumbres 150 do los oficios zapateros tanto en el hombre como en la mujer, e incluso en los nios, con el nacimiento de la figura de los aprendices, sobre los cuales compuso el maestro Gorg una pegadiza cancin en su zarzuela Rosala. Esta nueva fuente de ingresos para la poblacin no slo mejor la economa local, sino que atrajo a numerosos trabajadores de los pueblos vecinos, como Petrer, Monvar, Sax, Pinoso, y de otros como Almansa, Yecla y otras poblaciones de regiones cercanas, con la variacin de las costumbres locales, influenciadas en parte por las que estos laboriosos recin llegados traan de sus pueblos de origen. En las fbricas de mayor importancia, las mquinas eran movidas por traccin animal, como la que haba en la fbrica de Silvestre Hernndez, despus de Casto Pelez, o por la fuerza hidrulica obtenida de la corriente del ro, como en la fbrica de hormas de ÇIsidro Aguado e HijoÈ, y tal vez esta exigencia de la naciente industria de un elemento impulsor de mayor fuerza indujo a unos bien orientados hombres de negocios a fundar una compaa elctrica, ÇLa Elctrica EldenseÈ, que comenz sus trabajos de iluminacin pblica en 1900, con lo que se hizo llegar el nuevo invento desde la fbrica de El Chorrillo, junto al ro, y ms tarde desde otra en las fal- das de La Torreta, no slo la fuerza motriz tan necesaria a la industria, sino tambin la iluminacin pblica, llevando sta a los hogares y acabando Ñmuy lentamenteÑ con la iluminacin por velas, quinqus, mecheros o candiles de aceite con que hasta entonces se iluminaban los hogares, y con los clsicos faroles de aceite o petrleo de las calles eldenses. Aunque la iluminacin era bastante pobre, de escasa potencia, alarmaba a las gentes, dndose el caso de salir las madres a la calle donde estaba jugando la chiquillera para gritarle: ÇÁEntrar a casa, entrar, que van a encender la luz!È, porque an estaban las gentes temerosas de aquel invento que poda explotar en cualquier momento. Poco a poco acab ÇLa Elctrica EldenseÈ con los candiles y casi con las velas, pues los frecuentes apagones y la desconfianza con el ÇinventoÈ haca que en las casas hubiera siempre provisin de velas para encenderlas en cuanto se apagara la luz. Pero las calles estaban ms iluminadas, las gentes salan de su casa ms anochecido, se sacaban las sillas a la calle con el frescor de las noches veraniegas para charlar con los vecinos, los hombres volvan del trabajo o del caf (o de la tasca) ms tarde, se ÇfesteabaÈ en la penumbra de las persianas sin notar el paso de las horas y, en fin, la modificacin de los usos y costumbres fue constante. La persiana, de caas o de lminas de madera, era la reina de la calle y pocas eran las casas, generalmente modestas, que no la tuvieran siempre bajada para que entrara el aire y el fresco en las habitaciones al tener las puertas siempre abiertas, ya que la delincuencia apenas exista. Como hemos dicho antes, los novios ÇfesteabanÈ entre la puerta y la persiana, pues no estaba bien visto que salieran por la calle solos, sin la compaa de alguna persona mayor, familiar o vecina. Con la luz, en 1908 lleg el cinematgrafo con la apertura de un saln de cine en la ca❿ Las fondas, negocio en auge con la llegada del tren. 151 usosycostumbres lle de Jardines para llevar al pblico eldense la maravilla del movimiento en la pantalla. El invento de Lumire ya haba sido motivo de asombro en los barracones que se montaban en las ferias en fechas sealadas, y tal atraccin despert esta novedad que pronto se abrieron ms salas, unas fijas y otras provisionales en plan de barracn de feria, en las que el pblico eldense se aficion de forma multitudinaria a las pelcu- las por episodios, a los dramones histricos, a las aventuras de caballistas del Oeste, en las que retemblaban los pavimentos de madera con el patear entusiasmado de los del ÇgallineroÈ, con las pintorescas reacciones del pblico por los apagones, interrupciones o demoras al comenzar la pelcula, con la salmodia del Ça los frailes del convento...È, el ÇÁoh, oh!È y las invectivas al pianista cuando no llevaba bien el acompaamiento a la pelcula hasta que la llegada del cine sonoro liber a estos artistas de esta labor... Fueron aos de dominio del cine sobre las imaginaciones de sus devotos asistentes, que dur hasta la proliferacin de la televisin y del v-deo, con su incesante y variada oferta de ttulos en ❿ La fbrica de ÇLa Elctrica EldaÈ, en la falda de La Torreta, llev la luz a la penumbra de los hogares eldenses alumbrados por candiles, quinqus o velas. ❿ La fotografa, de asombrosa exhibicin en ferias, hasta el estudio del Çprimer fotgrafoÈ de Elda. usosycostumbres 152 su propia casa, pero impuso su huella en varias generaciones, con situaciones y ambientes curiosos que supo reflejar el fallecido ÇSeor de la HortetaÈ ÑJos Jover GonzlezÑ en su caudolosa colaboracin en Valle de Elda. Con la luz lleg la radio, por los aos 20, con aquellos aparatos grandes, con el dial repleto de raros ruidos entre los cuales, de vez en cuando, se escuchaba alguna msica o la charla de los locutores. Tambin la gramola o el gramfono de campana en forma de flor, de las marcas Oden , La Voz de su Amo y otras, con aquellos discos grandes, fcilmente rompibles y que se rayaban al poco tiempo de estar soportando el roce en sus surcos de las agujas de acero. Con los gramfonos llegaron los bailes en las casas, donde se reunan amigos y amigas de la o del propietario, se bailaba, se merendaba y, frecuentemente, se formaban noviazgos, al igual que se haba hecho antes con los bailes amenizados por bandurrias y guitarras, y que an siguieron celebrndose bastantes aos todava, sobre todo en los bailes hechos en las casas de campo o en las Pascuas de ÇmonasÈ. Poco a poco, se haba ido estableciendo una acusada diferencia entre las casas de la clase alta Ñfabricantes, propietarios, comerciantes, profesionales liberales, etc...Ñ y las de las clases modestas, aunque el nivel econmico de stas poda considerarse infinitamente superior al de sus antepasados, por las posibilidades de aumento de ingresos que daban, adems de los trabajos en la industria, los que se hacan en el ÇobradorÈ de la propia casa, como cortadores, zapateros, aparadoras, doblilladoras, etc... Adems de los grupos de viviendas que algunos fabricantes construan para sus obreros, como las de Rafael Romero Ñactual zona urbana de la Plaza Sagasta y las calles Zorrilla, Menndez y Pelayo y Ramn Gorg hasta casi la de Jos Mara PemnÑ y Emrito Maestre, junto a su gran fbrica de cajas de cartn, adems de algunas calles, creadas por la construccin de casas a uno y otro lado de las mismas, como las de Sebastin Cid y las de Renato Bardn, avecindado este ltimo en Alicante y constructor del estadio Bardn alicantino, que hizo levantar las de la calle Pars, se crearon sociedades cooperativas que construyeron ca❿ La msica ÇenlatadaÈ populariz las obras musicales, orquestas y cantantes, hacindolas llegar a todos los niveles sociales. 153 usosycostumbres sas ms amplias e higinicas para los obreros, como las de La Fraternidad, en las que por, una mdica cuota semanal, los trabajadores se convertan en propietarios y abandonaban poco a poco las calles del casco antiguo donde haban vivido sus abuelos, con su antan pintoresquismo y sus incomodidades, lo que tambin modific grandemente el ÇstatusÈ de la clase obrera y el nivel de su vida cotidiana. Continuaba habiendo en estas casas para obreros la Çcocina bajaÈ tradicional para los fuegos con lea, tanto para las comidas con la ayuda de las trbedes, como para calentar el hogar y a sus habitantes en el tiempo fro, pero tambin se colocaba ya una mesa alta de obra y azulejos con los hogariles para guisar con carbn, a golpe de soplillo o baleo, y en algunas casas se instalaban tambin las llamadas Çcocinas econmicasÈ, de hierro fundido, con chimenea al exterior y con horno incluido, a base de lea o carbn, artculo ste que los carboneros ambulantes distribuan por las calles con sus ennegrecidos carros tirados por caballeras. Despus, los hornillos de petrleo hicieron desaparecer el carbn de los hogares y la llegada del butano hizo lo mismo con el petrleo. Las casas del eldense medio no comenzaron a tener instalaciones ms higinicas hasta los aos 40. Por no haber alcantarillado, en Elda exista nicamente el Çpozo negroÈ en el subsuelo. Por ello, apenas s haba instalaciones sanitarias del tipo de duchas Ño eran improvisadas por el ingenio de sus utilizadoresÑ ni los cuartos de bao o aseo que hoy conocemos, aunque stos estaban introducindose progresivamente en las casas de las familias con buen nivel econmico. Las viviendas modestas, en general, tenan sim plemente el llamado retrete, con el grifo en la pared para asearse. sta fue la situacin de Elda en este aspecto, hasta que, en los aos 40, el alcalde Jos Martnez Gonzlez hizo construir el alcantarillado y el depsito de aguas residuales en la zona inmediata a la actual Avenida de Ronda, ms cercana al cauce del Vinalop. Junto a esta importante mejora, tambin logr el animoso alcalde dar a su pueblo el suministro constante y abundante de agua potable domiciliaria para los hogares de Elda comprando pozos en Salinas, acabando con los problemas del Agua del Canto Ñno usada para beber por la mayora de las familiasÑ, con su inevitable consecuencia ❿ El cuarto de bao, un Çlujo asiticoÈ hasta su extensin a todos los hogares. usosycostumbres 154 de las colas de cntaros en las fuentes pblicas o la compra de agua a los aguadores que venan de otros pueblos a venderla en cntaros por las calles eldenses. Este excelente alcalde realiz tambin otra obra que cambi la fisonoma Ñy las costumbres en determinados aspectosÑ de la poblacin, como fue la de la pavimentacin con hormign de todo el casco principal de la ciudad. Se acab, en el mercado de martes y sbados en las plazas de Arriba y de Abajo, que las compradoras tuvieran que caminar en los das lluviosos sobre un barrizal de lodo cubriendo todo el recinto de las plazas, excepto la pescadera de la Plaza de Arriba, que tena una a modo de acera en su contorno. Se acab el encontrarse a la salida de los cines con un inmenso charco frente al Ideal, de acera a acera, que no haba modo de pasar sin mojarse hasta los tobillos; se acab la fuerte avenida de aguas pluviales en la calle de Jardines, cubriendo las aceras de uno a otro lado, y los grandes surtidores de agua que levantaban los vehculos que entonces pasaban por ella al ser la carretera general de Alicante a Madrid. Y en la calle Nueva pasaba lo mismo, as como en otras de pendiente fuerte o de embalsamiento de las aguas. No se acab del todo con estos inconvenientes, que se producen an con las lluvias torrenciales, pero fue bastante lo que hicieron, el alcantarillado y la pavimentacin, para mejorar la vida del ciudadano eldense. Y aqu acabamos Ñy nos dejamos sin comentar la gran transformacin de las costumbres ocasionada en Elda por la popularizacin del automvil, la motocicleta y, ms modernamente, la televisin (entre otras cosas), por lo ya extenso de este trabajo y lo reciente de las mismasÑ con esta visin de repaso, muy por encima, de diversos aspectos de la vida cotidiana de los eldenses, muy pintoresca en algunas circunstancias y pocas, muy lamentable y perjudicial en otras, pero que de una u otra forma fueron las que pusieron su sello en los eldenses de un lejano ayer, ya casi olvidado para los ms ancianos de entre nosotros, que fue el cotidiano de nuestros ms inmediatos antepasados y de muchos de nosotros mismos, cada uno en el ambiente, atmsfera social y poca en la que le toc vivir... ❿ El carro de la basura, tirado por una mula, era nota caracterstica de Elda hasta mediados del siglo XX. 155 usosycostumbres S i analizamos y comparamos la publicidad espaola de finales del siglo XIX o principios del XX con la existente en Europa y Estados Unidos, nos damos cuenta de que hay muchos aspectos diferentes, aunque en nuestro pas las circunstancias histricas no acompaaron a ciertos momentos de creatividad ni a esas corrientes internacionales. Nuestra situacin, respecto a los pases europeos industrializados, vi- vi un cierto retroceso por causas polticas, blicas y econmicas. No se pudo tener el mismo ritmo que el resto de los pases, lo cual nos priv de un desarrollo importante, de una posible evolucin y de un crecimiento destacado. Sin embargo, en Espaa, la publicidad fue paralela, como en otras naciones, al proceso de industrializacin, a la elevacin del nivel cultural y al desarrollo econmico. Es necesario recordar que el primer contacto con la publicidad la realizaron los pinto- L A PUBLICIDAD E LDENSE (1886-1920) ❿ Anuncios aparecidos en la Gua General de Alicante y Murcia de 1886 . Jos Luis Bazn Lpez usosycostumbres 156 res tradicionales. Poco tiempo despus, aparecieron los profesionales publicitarios que estaban inmersos en los parmetros del mercado. Todo ello se debe al cambio social que fue cada vez menos rural y ms urbano, con la correspondiente aparicin de un nmero elevado de industrias que demandaron una publicidad tan necesaria como obligada. Daniel Giralt Miracle, crtico e historiador de la publicidad y diseo y miembro de la Real Academia de Be- llas Artes de San Fernando, nos ampla este tema diciendo: ÇEs de esta manera que los pintores ms reputados de la poca se incorporarn al cartelismo y a la publicidad. Ramn Casas, Alexander de Riquer, Xavier Gos, Josep Triado en Barcelona, y Joaqun Sorolla, Cecilio Pla o Carlos Ruano-Llopis en Valencia, etc., marcan el paso de lo pictrico a lo protopublicitario. Son la generacin equivalente a Toulouse-Lautrec, Steinlen, Mucha o Chret, pintores de mucha personalidad y famosos en su poca, que simplemente aaden a sus pinturas un rtulo, un slogan o un logotipo (slo debemos de recordar los anuncios de Codorni, Ans del Mono, Aceites Carbonell o Chocolates Amatler), creando lo que acabara llamndose arte publicitario.È En el ltimo tercio del siglo XIX, en Elda, ya hubo ciertos industriales que estaban convencidos de la importancia de dar a conocer sus productos y propiciar contactos con el mercado provincial y nacional. Sus marcas comerciales (no olvidemos que, en el patrimonio del comerciante y del fabricante, la marca es la base que les permite atraer y conservar la clientela) eran modelos bsicos, con distinto formato caligrfico, lgicamente muy alejados de los actuales, pero con un sentido especfico en su capacidad de transmisin y unas buenas estrategias de empresa. En la Gua General de las provincias de Alicante y Murcia de 1886 nos aparecen los siguientes fabricantes y comerciantes eldenses, exponiendo sus correspondientes productos, que por su importancia detallamos a continuacin: LUTGARDO GUARINOSColon, 12, ELDA Depsito de almendra y dems frutas del pas. Gran Confitera y Fbrica de Chocolates JOS JOAQUIN GONZALEZ AMAT Topete, 4. ELDA. Gran Confitera y Pastelera deRAMON PEREZ Y GRAS.Calle Colon, Nmero 3. (Aparece una pgina completa especificando el amplio surtido de dulces secos y escarchados, yemas de diferentes clases ÑSan Leandro, Coco, Capuchinas, Tostadas y ChocolateÑ, adems de pasteles, caramelos, almendras garrapiadas, tortadas y turrones). ❿ Anuncios aparecidos en El Liberalde Elda de 1915. 157 usosycostumbres PEDRO GUARINOS GUARINOS Plaza de la Constitucion ¥ Elda Establecimiento de Paquetera, Mercera, Pasamanera y Bordados. FçBRICA DE CALZADO DE JUAN ROMEROCalle del Castillo, nm. 2 ¥ ELDA FçBRICA DE CALZADO DE FRANCISCO OLIVER Independencia, 2. ¥ ELDA Fabricacion especial de calzado, precios econmicos y esmerada construccion. FçBRICA DE CALZADO DE ANTONIO BERNAB ELDA Elegancia, Perfeccion y Economa TALLER DE CALZADO DE GASPAR PEREZ San Antonio, nm, 10.- ELDA Se fabrica toda clase de calzado con esmero precios econmicos. TALLER DE CALZADO DE SILVESTRE HERNANDEZ ELDA Exportacion a toda Espaa Perfeccion y Elegancia. TALLER DE ZAPATERêA DE BONIFACIO PEREZ JUAN Pierrad, 21. Ñ ELDA Elegancia, Buen Gusto y Economa GRAN FçBRICA DE CALZADO Sin competencia en buen gusto ELEGANCIA, SOLIDEZ Y ECONOMIA EXPORTACIîN PARA LAS PRINCIPALES POBLACIONES DE ESPAA.RAFAEL ROMERO Colon, nm, 8. Ñ ELDA. FçBRICA DE CALZADO DE EDUARDO GRAS Iglesia, 16. ELDA LUJO, ECONOMêA Y SOLIDEZ. PAQUETERIA Y COMESTIBLES DE JOS MARêA PEREZ VERA Prim, 3. ELDA ALFONSO ROSAS CORONEL ELDA Completo surtido en paquetera, pasamanera, quincalla, ferretera, herramientas y otros artculos. JOS BELTRçN ARAVID COMISIONISTA Constancia. Ð ELDA COMPRA Y VENTA DE TRIGOS, HARINAS Y CURTIDOS. FçBRICA DE CALZADO DEVICENTE MAESTREPrm, 4. ELDA CALZADOS DE TODAS LAS CLASES ç PRECIOS SUMAMENTE ECONOMICOS. TALLER DE CALZADO DE ANTONIO SIRVENT, Calle Nueva, 34. ELDA ELEGANCIA, ECONOMIA Y BUEN GUSTO. EXPORTACION A TODA ESPAA. FçBRICA DE CALZADO DE VICENTE JUAN Pierrad, 1. Ñ ELDA. En este Establecimiento se fabrica toda clase de calzado, con solidez y baratura. TALLER DE CALZADO DE JOS PAYç, (menor) Pierrad, 9. Ñ ELDA BARATURA Y SOLIDEZ. (En todos estos anuncios, las palabras con errores ortogrficos, aunque parezcan inexactas, son textuales) Es curioso observar como en estos anuncios publicitarios se repiten ciertas palabras Ñelegancia, economa, buen gustoÉÑ. Es obvio, estaban marcados por el concepto tradicional de la poca, sin fotografas ni procedimientos visuales. Esta disciplina se basaba en exponer su identidad y su lugar de origen, datos que eran suficientes para que los compradores se identificaran con los productos que estaban a la venta. Fueron momentos en que no existan grafistas, ilustradores o cartelistas que pudieran crear algo dentro de este estilo de comunicacin, sin embargo haba buenos profesionales en las imprentas que se saban enfrentar con mucha eficacia a cualquier problema a la hora de realizar una publicidad. Esta inquietud incipiente de los ciudadanos eldenses se fue extendiendo con mucha rapidez, principalmente cuando se quera comercializar un nuevo producto, como se puede ver en la revista de El Liberal (septiembre de 1915). En esta publicacin se observa cmo se olvida el concepto tradicional para aportar una visin diferente en cuan usosycostumbres 158 to a formas y diseo. La publicidad se va ampliando con fotos de los propietarios y de la empresa, aspectos artsticos que desempeaban un papel esencial, y tambin se nota una nueva orientacin en el diseo. Desde una perspectiva externa y alejada en el tiempo, podemos comprobar el notable avance de la publicidad eldense. Creemos que se puede encontrar en estos anuncios una amplia ga- ma de propiedades, mucho ms all de las referencias comerciales, con una iconografa propia y buscando una nueva identidad. Hemos preguntado a profesionales de esta materia sobre lo que hemos encontrado en dicha revista, y nos han comentado que se nota un alto nivel de calidad e innovacin. Elda, en 1915, estaba viviendo una poca de prosperidad y modernizacin, como consecuencia de los efectos econmicos que generaban unas industrias y unos comercios con tradicin y otros de nueva creacin. En esos momentos, se puede apreciar cmo se anunciaban, aparte de fbricas de calzado e industrias afines, fbricas de sillas, automviles, materiales de construccin, casas de huspedes, ebanisteras, tiendas de fotografa... En la dcada de los veinte se va ampliando la publicidad con datos muy destacados: Casa fundada en...; Con patente N¼...; Precios econmicos para Viajantes, Artistas y Obreros... Todo ello debido a un estado innovador que popularizaron nuevas formas de lenguaje, nuevas formas estilizadas y geomtricas, franjas laterales, unas lneas muy simples que reducan los perfiles, y unos tipos de letras que todava hoy, en algunos casos, se mantienen vigentes. No podemos olvidar que, en la actualidad, los artistas dedicados a la publicidad tienen acceso a la universidad o a estudios medios, a diferencia de las generaciones anteriores, que habitualmente eran autodidactas. stos, sin una gran preparacin, mantenan la disciplina necesaria para disear un buen anuncio con sus correspondientes peculiaridades.La publicidad eldense que hemos analizado encierra unas particularidades con un enorme potencial, debido a que estaba basada en la vida cotidiana, donde exista una gran tradicin y un deseo grande de evolucionar positivamente. Este contraste nos hace referencia al conjunto industrial y comercial de una ciudad, como Elda, que estaba inmersa en buscar su propia identidad en aquellos momentos. ❿ Anuncios aparecidos en la publicacin Alicante Turismo de 1928. 159 usosycostumbres D on Pascual Carrasco, director del semanario Renovacin , de Monvar, en un comentario suyo publicado en Idellael 19 de febrero de 1927, con motivo de cumplirse el primer aniversario de su fundacin, manifestaba lo siguiente: ÇLa vida de Elda de hace un siglo sera hoy difcil de reconstruir, en cambio, dentro de cien aos, releyendo una coleccin de Idella, nuestros nietos podrn mentalmente trasladarse al Elda de nuestros dasÈ. Tengo ante m, sobre el escritorio de mi cuarto de estar, la coleccin de Idellaencuadernada. En este ao 2001 se han cumplido los setenta y cinco aos de su fundacin. No ofrece dificultad el trazar, hoy, una panormica de la vida de nuestro pueblo en aquellos aos veinte; basta releer sus viejas pginas, tal como profetiz el culto director del semanario Renovacin. Y se va a ser mi propsito. Desde los inicios del pasado siglo XX, Elda tuvo un sensible crecimiento demogrfico como consecuencia de su pujanza industrial. No siempre el aumento de poblacin conllev una mejora y actualizacin de las estructuras urbanas y sociales eldenses. Elda, en el segundo lustro de los mitificados aos veinte, ya rondaba la cifra de doce mil habitantes y unas sesenta fbricas de calzado daban trabajo a ms de seis mil operarios del ramo. Al viejo estrato social eldense constituido por tradicionales familias con apellidos tan arraigados como los Amat, Vera, Maestre, Guarinos y Sempere, entre los ms caractersticos, se sumaron gentes forneas de diverso origen y condicin, llegadas a Elda atradas por el seuelo de un mejor nivel de vida. La constante demanda de mano de obra en las fbricas y talleres de calzado se cubra con gentes procedentes de Monvar, Pinoso, La Alguea, Yecla, pueblos de la provincia de Albacete y de E LDA , EN LA DCADA DE LOS AOS VEINTE Julio A. Capilla ❿ Panormica de Elda en los aos veinte (Foto Archivo J. Capilla). usosycostumbres 160 sus campos. Entre las gentes llegadas a Elda, eran frecuentes las de origen campesino y, fcilmente, se integraban en el estilo de vida del pueblo, esencialmente industrial. Elda quedaba lejos de ser El Dorado para los nuevos residentes, ni tampoco se ataban los perros con longanizas. En el pueblo nativo de El Serfico se trabajaba duro y en pocas de crisis, cuando escaseaban los pedidos de calzado, haca acto de presencia el fantasma gris de la miseria en muchos hogares zapateros. En aquella Elda era grave el problema de la vivienda y los alquileres y las subsistencias alcanzaban precios excesivos, hasta el extremo de ser considerado como uno de los pueblos de vida ms cara de Espaa. Cierto lo de abundar las oportunidades para trabajar en Elda; ciertos los comentarios sobre el alegre circular del dinero por bares y comercios de la localidad y, no menos cierto, la existencia de un ambiente de euforia inhabitual en los pueblos vecinos. La vida de Elda asombra al elemento forneo y acobarda a quienes viven de un sueldo fijo. No le faltan problemas, en aquella poca, a una ciudad como Elda, en constante expansin, algunos de cierto calibre y de carcter endmico. Careca el pueblo de espacios verdes para solaz de sus habitantes. Los nios han de utilizar calles y plazas para desfogarse en sus juegos infantiles. Los reducidos espacios ajardinados de la plaza de Sagasta, con sus bancos de azulejos y su diminuto estanque, junto con el del Casino Eldense, para uso exclusivo de sus socios, son del todo insuficientes dadas las dimensiones del pueblo y el volumen de su poblacin. Tambin es insuficiente e inadecuada la estacin de ferrocarril EldaPetrer, en mal estado y con instalaciones insuficientes, impropias para el movimiento de mercancas generado por la industria local; y an peor es el estado del viejo puente sobre el reseco Vinalop en el camino de la estacin. El pueblo tambin est falto de un matadero municipal que rena las condiciones de espacio e higiene acordes con sus necesidades y otro tanto sucede con el lavadero pblico. En lo concerniente al agua y la electricidad, Elda sufre las incomodidades de su insuficiente suministro. Son frecuentes los cortes en el fluido elctrico y ello provoca paros en la produccin industrial y apagones en el alumbrado pblico y domstico. La sociedad Aguas del Canto se queda corta en el suministro de agua al pueblo. En el verano, se agudiza el problema de la escasez de agua, precisamente cuando ms se precisa el lquido elemento. Es un espectculo ver las largas colas de mujeres en torno a las fuentes pblicas a la espera de llenar sus cntaros y botijos. Pero el problema mayor que tiene Elda es el de la falta de escuelas y el deficiente estado de las que hay. Son muchos los nios sin escolarizar, nios vagabundos por las calles del pueblo o ayudando a sus padres en las tareas zapateras. Hay falta de locales y de material pedadgico adecuado. Algo atena este problema la actuacin extraordinaria del equipo de profesores, responsables y con vocacin, educadores de varias generaciones de nios eldenses. Una actuacin encomiable fue la de don Jos Toms, hombre honesto, gran educador, recordado siempre con respeto. En el tiempo de referencia, Elda no dispone de ninguna biblioteca pblica. Se est intentando el conseguirla y hay la promesa, por parte del estamento oficial, de concederla. Como dato curioso sobre el aspecto de la lectura, en Elda se reciben, diariamente, unos seiscientos ejemplares de peridicos. Con este volumen de prensa diaria se da satisfaccin a las necesidades informativas de una poblacin que roza los doce mil habitantes. Son los peridicos de mayor difusin entre los eldenses el ABC, El Heraldo de Madrid y El Sol . ❿ Grupo de jvenes eldenses en la poca del charlestn (Foto Archivo J. Capilla). 161 usosycostumbres Todos los problemas encontraron su solucin. Fue cuestin de tiempo y de tesn por parte del pueblo de Elda, siempre confiado con su futuro. Es tradicional la laboriosidad del eldense y su proclividad a sacarle partido a la vida, a pasrselo lo mejor posible, mientras pueda, con el producto de su trabajo. Para entretenerse y divertirse, no les faltaban medios a los eldenses en aquel periodo de tiempo anclado en los felices aos 20. El cine es el espectculo rey; causa furor en las gentes y Elda cuenta con dos salas de proyecciones: el tradicional Teatro Castelar y el Cine Cervantes. En su pantalla se proyectan pelculas de cine mudo, en blanco y negro, con cambios de programa casi a diario. En la cancula, se proyecta al aire libre en el Parque de Atracciones, recinto multiuso habilitado para toda clase de espectculos, incluso corridas de toros. Por los escenarios de Elda desfilan las ms renombradas compaas de teatro y zarzuela de Espaa. En das de Carnaval, domingos y otras fiestividades, la juventud danza en El Polistilo y en los salones del Casino Eldense. El charlestn, con su ritmo divertido, es el baile de moda junto al melanclico tango. Con el buen tiempo, tienen lugar las alegres verbenas en los recintos de El Trinquete y El Parque, en la plaza Sagasta y jardines del Casino, todas siempre muy concurridas y animadas. En el aspecto deportivo, la aficin del eldense se inclina por las sesiones de juego de pelota valenciana celebradas en el Trinquete y las ac- tuaciones del Club Deportivo Eldense en el campo de ftbol de El Parque. Cuando el contrincante es el Elche, no puede faltar la intervencin de la Guardia Civil; forma parte del espectculo. Para departir con los amigos en torno a una mesa de mrmol, degustar un caf o una copa de licor, entre el barullo de las conversaciones, se acude cotidianamente al Crculo Mercantil, al Casino Eldense, al Crculo Republicano o al local del Crculo Socialista. La gente joven, al trmino de la jornada, cuando acaba sus ocupaciones, al oscurecer, pasea por la calle Nueva. De estos bulliciosos paseos solan surgir noviazgos que acababan en la vicara de la parroquia de Santa Ana. En lo cultural, alguna actividad tiene lugar en Elda en aquellos aos. La aficin a las manifestaciones musicales es tradicional entre los eldenses y sta se polariza en las actuaciones de la banda Santa Cecilia, dirigida por don Enrique Almiana. Es una de las mejores bandas de la provincia alicantina y tiene en su haber diversos galardones conseguidos con sus brillantes actuaciones en los certmenes. Las actuaciones de la Santa Cecilia dan realce a las celebraciones pblicas junto con la presencia de las escuadras de voluntarios de la Cruz Roja y los jvenes del Cuerpo de Exploradores. Otro indicador cultural son las conferencias que, sobre diversos temas, dan profesionales mdicos, abogados, profesores, etc..., principalmente en los locales, siempre dispuestos, del Crculo Republicano y del Casino Eldense. De vez en cuando, tienen lugar, en esos mismos locales, sesiones sobre aspectos literarios y polticos. En estos dos ltimos temas, tuvo su protagonismo la Agrupacin Socialista en su local, sito en la calle Pablo Guarinos. Como colofn a este improvisado artculo, citar un importante acontecimiento cultural surgido en la dcada de los aos veinte. Me estoy refiriendo, concretamente, al nacimiento del semanario Idella , gracias al mecenazgo del gran industrial eldense don Manuel Maestre Gras y al entusiasmo de unos cuantos, casi todos jvenes, cuyo lema fue ÇPOR Y PARA ELDAÈ. ❿ Anuncios aparecidos en la publicacin Alicante Turismo, ilustrativos del nivel de bienestar que disfrutaba la poblacin (la que pudiera) a finales de la dcada. 1929-30. usosycostumbres 162 P ara situar al lector, voy a describir cmo era mi pueblo cuando yo tena cuatro o cinco aos y seguro que, al mismo tiempo que yo creca, tambin lo haca l, porque era un pueblo con una industria en expansin aunque acabbamos de salir de una guerra civil y la vida no era fcil para nadie. Con el paso del tiempo, su poblacin aument y, por lo tanto, tambin su ncleo urbano con la construccin de viviendas para alojar a una creciente inmigracin de personas de otros pueblos cercanos o distantes, una inmigracin que ya exista antes de la guerra y que se volvi a reanudar una vez acabada la contienda. En los aos 40, la vida, para nosotros, los nios muy pobres, porque realmente lo ramos, era muy sencilla y muy apegada al barrio de La Fraternidad, formado aproximadamente por 625 casas distribuidas en 25 bloques o manzanas rectangulares, cada uno de los cuales contaba con 25 viviendas de planta baja separadas por un muro que las divida, dejando para cada una de ellas un espacioso patio que se prolongaba a la casa propia- mente dicha con fachadas de unos diez u once metros, con una ventana a ambos lados de una puerta grande de madera dividida, a su vez, en dos ms pequeas, con sus correspondientes picaportes, que daban acceso, indistintamente, al interior. Las ventanas y la puerta estaban protegidas por unas persianas de varillas de madera que, mediante una cuerda, se podan enrollar y dejarlas totalmente bajadas o levantadas hasta cierta altura. Estas fachadas daban a dos calles en su parte ms larga y a otras dos transversales en su parte ms corta. Mi vida estuvo relacionada solamente con tres o cuatro manzanas de viviendas de mi barrio, o sea, del total de La Fraternidad, sobre todo con los vecinos ms prximos a nosotros. Nuestra casa estaba situada en la calle denominada de La Victoria, pared contra pared con la vecina, que haca esquina y nos separaba transversalmente de la calle del General Martnez Anido (hoy Juan Carlos I), que era la arteria principal que una el barrio con el ncleo ms importante del pueblo. Luego continuar con la descripcin del barrio de M I VISIîN DE NIO DEL BARRIO DE L A F RATERNIDAD Vicente Alarcn Juan ❿ Grupo de nios y nias del colegio Fray Luis de Granada. Enero de 1934. 163 usosycostumbres La Fraternidad, que entonces, para m, estaba desligado y era un mundo completamente diferente de lo que reciba, en su totalidad, el nombre de ciudad de Elda. Mi barrio parecia no pertenecer a ella y, aunque no muy alejado de su ncleo urbano principal, nuestro barrio estaba separado del mismo por una franja de terrenos o descampados sin edificar, para m enormes entonces, en parte cubiertos de maleza y otros secos, ridos y desprovistos de vegetacin, lo que pareca alejarnos y separarnos todava ms, aislndonos dentro del barrio, hacindome creer que l y su entorno eran lo ms bonito que pudiera haber en la Elda de aquellos aos, principalmente por mi desconocimiento de ella. Y es que, apoyndome en mis tmidas incursiones al centro de la ciudad, siempre acompaado por alguna persona mayor de mi familia para efectuar alguna gestin o visita de la que mi presencia era el motivo principal, no vi otra cosa que ruinas de fbricas y edificios, paredones medio derruidos, de bastante largura y dimensiones, que encerraban en su interior algo no visible, supona yo que multitud de escombros a los que no se poda acceder. Si vislumbr algn edificio que pudiera albergar algo de belleza en su interior, fue desde lejos o intuido desde unas rejas o puertas exteriores que daban a la calle, cerradas a cal y canto y, segn mi corto entender, deshabitadas y descuidadas o, si estaban ocupadas, sin alegra y sin vida. Para m, slo exista vida y actividad en mi barrio de La Fraternidad y, de l, exclusivamente en unas pocas manzanas, donde se desarrollaban mis ocupaciones y, sobre todo, los juegos con mis amigos. En fin, mi Elda era la que se prolongaba a partir de la calle del General Martnez Anido, sin incluir los jardines de la plaza Castelar y algunas calles de otro barrio no terminado, llamado del Progreso, que empezaba un poquito ms arriba de la plaza Sagasta y terminaba a la altura de la plaza Castelar. A partir de la plaza estaban los descampados que he citado unas lneas ms arriba y, desde ah, empezaba el barrio de La Fraternidad, aunque, para m, empezaba en una rea ms pequea, la de mi territorio, como si se tratase de mis posesiones, cual si fuesen mas, es ms, realmente eran mas, eso ni lo dudaba. Debo aadir, para la comprensin del lector, que esta zona tena como centro geomtrico la vivienda propiedad de mis tos, donde yo viva con ellos y con mis primos y primas, una vivienda que, junto a la ltima manzana enfrente de nuestra casa, separada de sta por una calle, terminaba el barrio hacia arriba. A partir de ah, empezaban los campos de cereales y trigo, que continuaban en direccin a Petrel con otros de olivos, almendros y rboles frutales. Los dos extremos donde me mova como prolongacin de mi hogar estaban limitados por dos fuentes pblicas de agua potable, puesto que, aunque las viviendas tenan agua corriente, sta no serva para beber ni para cocinar. Eran las llamadas aguas del Canto. Junto a una fuente pblica, estaba la tienda de comestibles y ultramarinos de Leonardo, de la que nos surtamos, estoy por decir, todos los vecinos y, muy cerca, el horno ❿ Casa de planta baja caracterstica del barrio de La Fraternidad, tal como se conserva hoy. ❿ Anuncio del bar La Parranda, ÇEl CasinicoÈ o ÇCasa GinsÈ, donde hoy est situado el bar Dandy. Programa de las Fiestas Mayores de 1935 . usosycostumbres 164 donde vendan pan y a donde lo llevaban, para que se finalizase su elaboracin, las mujeres que lo amasaban y hacan en su casa. En ciertas ocasiones, tambin hacan las tpicas toas, magdalenas, rollitos, mantecados, etc..., con que se celebraban determinados acontecimientos familiares o fiestas generales. En el otro extremo, una manzana ms abajo, dejando entremedio otra, estaba la segunda fuente, en la esquina de la calle formada entre el segundo y tercer bloque, en el comienzo del barrio, y la calle de Martnez Anido, que la atravesaba, flanqueada en la misma esquina por el bar o casinico de Gins y enfrente, al atravesar la calle, estaba la tienda de Remedios. Fuera de estos lmites, acercndose al comienzo de los bloques de nuestro barrio, que estaba separado del resto de la poblacin por una gran extensin de terreno sin edificar que empezaba en el final de la plaza Castelar y los ltimos bloques de un nuevo barrio, slo edificado en parte, llamado El Progreso, en la parte superior del primer bloque de nuestro barrio, haciendo esquina con Martnez Anido, estaba la barbera del to Melsa. Y en la acera siguiente, una vez pasada la calle perpendicular y siguiendo hacia la izquierda, aproximadamente a mitad de lo ms largo de la manzana, acercndonos a la tienda de ultramarinos, se encontraba una vivienda en la que, aprovechando una de las dos habitaciones que daban a la calle, un vecino empez con un negocio pequeo que, ms o menos, haca las veces de biblioteca y librera. All, adems de pretender vender libros, revistas, cuentos y tebeos, lo que verdaderamente haca era intercambiar y alquilar cuanto legible caa en sus manos. Gracias a este vecino, creo que podan satisfacer sus inquietudes culturales las pocas personas que las tenan. Supongo que algunas personas leeran libros de buena literatura, pero, sobre todo, lo que ms se peda eran novelas rosa, las mujeres, y los hombres novelitas del Oeste americano. Ah empezaron a hacerse famosos en toda Espaa Corn Tellado y M.L. Estefana. Aunque he comentado que ramos familias muy pobres, en aos tan duros como los que vivamos tenamos la suerte, sin embargo, de residir en relativa paz y con mi familia trabajando en la industria zapatera, disponiendo as de un sueldo seguro semanal con el que todos salamos adelante, como generalmente todos mis vecinos y sus hijos, mis amigos de la infancia, compaeros de mis juegos y correras por el pequeo territorio que realmente creamos que era nuestro. ❿ Tres imgenes de la nevada de 1956 en el barrio de Fraternidad. Arriba, en la calle La Paz. Abajo, en el cruce de las calles General Moscard (hoy Pi y Margall) con Fray Luis de Granada. 165 lbum C omo ya ocurriera el ao pasado, bastantes fotos de las destinadas a este apartado se han utilizado para ilustrar diferentes trabajos de la revista. Sin embargo, el material recogido permite volver a contemplar, en un captulo especfico, un nuevo conjunto de imgenes ilustrativas de la vida cotidiana de la ciudad y de sus habitantes en dcadas pasadas. Quiz en este ocasin las instantneas recopiladas no alcancen el valor histrico que tuvieron algunas de las presentadas el ao pasado, pero siguen manteniendo inters y, en cualquier caso, van engrosando un archivo que, poco a poco, est aglutinando la memoria visual de Elda en el pasado siglo XX, mrito que corresponde a los viejos y nuevos donantes, que siguen dispuestos a compartir parte de sus archivos personales con los lectores. Que no decaiga. ❿ Dos mujeres eldenses en la playa de Alicante, instaladas al lado de los baos. Aos 20. çlbum ❿ Canteras de Bateig. Al fondo, la Pea del Sombrero. Esta foto de 1905 form parte de la exposicin Novelda en imgenesorganizada por el Grupo C.I.E.N. en 1993. lbum 166 Prototipo de eldense. Aos 30. ❿ Tres amigas ataviadas de moneras delante de la boca del tnel. Aos 20-30. ➛Representacin de la zarzuela Molinos de viento por chicas eldenses en el Teatro Castelar, bajo la direccin de D. Ramn Gorg. Aos 20. ❷ Grupo de amigos de la Pea El nabo fotografiados en la estacin del ferrocarril. Aos 30. 167 lbum Alumnas del colegio El Progreso con la maestra D» Clara. 1931-32. Alumnos del colegio que haba en la Avenida de Chap esquina con Chapitel. Sobre 1912. lbum 168 Nio montado a caballo en la confluencia de la calle Petrer con Jardines. Al fondo, aparece el antiguo carrico del ÇmesclaoÈ. 1958. ❿ Dos nios jugando con la nieve (probablemente se trate de la nevada de 1960) en los alrededores de la antigua fbrica de cartn de Emrito Maestre. ❷ Nios jugando con la nieve delante de las Çcasas de cementoÈ, situadas Nia jugando al hula-hop en la antigua replaceta de las Monjas. 1958. 169 lbum Aspecto que tena el puente de la Estacin el da que llegaron los voluntarios eldenses repatriados de la Divisin Azul. La revista alboradaya ha publicado anteriormente varias fotos de ese momento, pero esta imagen es especialmente significativa por los detalles que se aprecian tanto del puente como de los barrios de la Huerta Nueva y Estacin. 1954. ➛ Recibimiento al Obispo en una visita a Elda en los aos 50. La comitiva est en la calle Antonio Maura y al fondo aparece la parada del Colilla, el popular coche de lnea, frente al Garaje Monumental (hoy edificio Elda). ❿Curiosa perspectiva de una nia fotografiada en la Cruz de los Cados recin construida. 1943-44. lbum 170 Nio posando delante de la furgoneta de reparto de los famosos chocolates Hijos de Marcos Tonda, de Villajoyosa. La foto est tomada en la Avenida de Chap, en la puerta de la posada de la Ta Mara, junto al Garaje Monumental. Aos 50. ➛ En el coche de Pedrito Rico, prestado para una boda, en la puerta del saln de verano La Playa, donde se celebr el banquete. 1972. Fotografindose junto a un caracterstico ÇhaigaÈ de la poca, 1955. 171 lbum Al fondo, a la izquierda, antiguo chalet del mdico Enrique Romn, que estaba situado en la Avenida de Chap. La foto est tomada desde la calle Trinquete. Nevada de 1960. Toma hacia arriba desde la Avenida de Chap a la altura de la calle Rosales en la misma nevada de 1960. ➛ En la ermita de San Crispn recin construida y rodeada de campo. Aos 50. lbum 172 La Avenida de Novo Hamburgo en sus comienzos. Al fondo aparecen las primeras casas del barrio de Caliu. La construccin de la Avenida de Novo Hamburgo supuso en su momento una circunvalacin o salida hacia Monvar y viceversa. Sobre bancales que fueron llenndose de ripio y otros materiales de relleno se levant el peculiar muro que hoy existe y que esta foto de 1964 nos muestra en toda su desnudez. ❿Esta foto, tambin de 1964, tomada desde una terraza del entonces pujante barrio de Caliu, es una imagen inversa de la anterior. Detrs de los protagonistas, se aprecia al fondo el muro en construccin de la Avenida Novo Hamburgo y, ms atrs, las puertas traseras o ÒpostigosÓ de la popular calle La Tripa, todava libre del cinturn de edificios que, al amparo de la nueva avenida, taparan lo que hasta ese momento eran los arrabales de Elda. 173 lbum Haciendo barra fija en el interior del bar del Templete de la Plaza Castelar. Junio de 1954. Rondalla Juvenil Eldense de la Casa del Nio, en los estudios de la antigua emisora Radio Elda. 1961-62. lbum 174 ❿Grupo de amigas regresando desde el Peter Rives a Elda por la carretera de Monvar. 1966. Pandilla de jvenes modernos a principios de los aos 70.