La ansiedad por separación es un problema cada vez más frecuente en perros que viven en casa. El ritmo de trabajo de los propietarios que lleva a dedicar menos tiempo al perro e incluso una socialización no correcta pueden ocasionar una alteración de la conducta normal del perro, que se vuelve más dependiente y en ausencia del dueño, ladran, aúllan y pueden provocar graves destrozos en casa. En este artículo vamos a conocer esta alteración y en las siguientes semanas os explicaremos algunos ejercicios de entrenamiento para intentar modificar esta conducta.  

La ansiedad por separación es un problema de conducta frecuente en los perros que se manifiesta cuando los dueños se separan de la mascota. En muchas ocasiones las quejas (incluyendo anónimos y denuncias) de los vecinos son los que motivan la consulta pero cada vez mas, los propietarios buscan ayuda porque perciben que el perro sufre cuando se queda solo. No se trata de un problema de obediencia sino una alteración del comportamiento que tendrá que ser tratada por un profesional.

Los tres rasgos clínicos que clásicamente se relacionan con ansiedad por separación son:

1. Destructividad: rascan paredes, muerden puertas, molduras, etcétera.
2. Micciones en casa: eliminación más frecuente cerca de la puerta de entrada y sobre objetos del propietario.
3. Vocalizaciones: ladridos agudos, aullidos y lloros que se producirán siempre en ausencia del dueño, detalle este importante para diferenciarlo de otros problemas, como pueda ser exceso de actividad, desobediencia, perros excitables.

La ansiedad se refiere a un estado emocional negativo caracterizado por la anticipación de una amenaza, peligro o daño para el animal. En principio sería una respuesta adaptativa normal, el problema es que en algunos perros esta respuesta deja de ser normal y se convierte en excesiva y desproporcionada.

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