ilaue rct PriBLIce 4 ELDA (Alicamie LEYENDA del ALCAZAR r,/:DA. e JUNTO - JT_TI.,I0 1951 e N.° 11 por CAROLA GONZALVEZ ( AMBIEN nuestro Alcazar tiene una leyenda apenas conocida, enredada como jirón de niebla en sus fantasmales torres; los amores de una reina non un hermoso mancebo, Quizá fuera la única vez que flo reció ei amor en su corazón, pero a e 2 Gi « fluencia el carácter de la reina s uleifieó, mostrándose a menudo b adosa y clemente. cF T eenía el mancebo los ojos verdes o i l lie`campos de césped bailados por el sol; la tez, bronceada; el cabello, pardo; talle esbelto y figura román tica y señorial. Cuentan que la reina iba a visitarlo por un camino secreto, un pasadizo que comunicaba el Al cazar con la heredad, y los amantes paseaban juntos en las claras noches veraniegas por el frondoso huerto. Y en los atardeceres invernales en que las grises pestañas del crepúscu lo se cierran sobre el último reflejo luminoso de los montes de Kamara, subía él al castillo y en un retiradq — 3 0 / apo g ento. alumbrado tan sólo por la luz del ocaso, veían, con las manos entrelazadas, perderse en la lejanía la cinta color de rosa que lleva en SUS cabellos la tarde. Mas, satisfecha su vanidad, comenzaron a e9aciarse las visitas del falso enamorado y en esas vanas, interminables, esperas, en /as que los minutos son como aguijones invisibles que VM11 atravesando el alma, la reina aprendió a conocer todas las voces del silencio: el himno de los cielos rociados de estrellas, el apagado sollozo de las aguas del río, los siseos del aire... Allí, sola y triste, viö transcurrir las horas y los días sin que el roído de aquellos pa sos tan conocidos volvieran a des pertar los ecos de los oscuros corre dores, haciéndola transfigurarse de gozo. Fué al abrirse de una noche pálida cuando supo confirmarla In traición. La luna había dejado en el río sus manos bla tiras como inmenso jazmines flotando en la corriente, pero sus ojos —leves sombras en su cara de muerta— lanzaban su inira da hasta el aposento, ultrajando con un golpe de luz el rostro humedecido por las lagrimas. Como un trozo de río brillaba el puñal, asido por aquellas manos que fueron como palomas enamoradas... Como una estrella cayó, saltando sobre las losas, y quedó, inmóvil, prisionero de un circulo plateado. Los sollozos de las aguas del río fueron aquella noche blanca eco de la pena de una mujer. que, en aras de aquella pasión sublime florecida en su pecho, supo perdonar. Y en la mañana otoñal transida de escalofríos, se alejó el cortejo de la Reina herida de amor. Comentario al programa de Moros y Cristianos - 1951 (..., .--) T? HEMOS necesaria una observación sobre la secular despreocupación con que los eldenses nos lanzamos a escribir la historia de Elda, «Saludo» del citado programa actualiza este lamentable lema. Es tradicional ya que lodo el que quiere escribir ((ayuna cosita» sobre la historia efdense, acuda a una rerista local en la que venga otra crónica seudo histórica, copie sus dalos sin molestarse en mas y los publique tranquilo:mente. Más larde viene otro señor, copia los datos de éste y así se va h.aciena.o la historia. En este «Saludo» ha OCUr I ido la mismo ¿Sabe quien ésto ha escrita si son ciertos los dalos que da? ¿Le consta que fué Jaime 1 quien «emplazó la cruz en esta tierra»? ¿Fué de verdad seis siglos más larde del año 713? l!:s cierta esta fecha de la llegada de los musulmanes? No creo que el autor de estas líneas pueda responder a estas preguntas, ya que a la simple lectura se advierte que los tules dalos son. extraídos de otros artículos análogos. No vamos, pecando de soberbia, a pretender que lodo esto lo sabemos de corrido. No queremos hacer comulgar a nadie con nuestra infalibilidad, pero hemos dedicado mucho limo° al estudio de los temas histó ricos eldenses y sabemos positivamente que lodo eso es falso. Creemos es hora que acabe ya esa orgia irresponsable con los capítulös venerables de nuestra historia. A. N. BIBLIOTECA PAGINA ESPECIAL DE LA 131l3l:10TEC A PUBLitA -Pigiradecemos a nuestro amigo y colaborador Valero sus elogiosas -frases pare DAHELLOS en sus crónicas de radio y pren sa, pero creemos justa hacer constar que de , nada hubiera servido nuestra en tusiasta campana pro-Biblioteca si no hubiera hallado enseguida una caluresa acogida en el Palacio 1S in . e) apoyo total que nuestro Alcalde, I). José Martínez González, Prestó%nuestra solicitud en cuanto le fué presentada, y la valiosa yauiable cooperación del Secretario D. Fernando Gil, nues tros esfuerzos se hubieran .perdido• en ese vacío desolador en el que mueren tantas nobles iniciativas. Debernos felicitarnos de la oportunidad de esta acción que ha permitido una rápida consólidación de la idea. Hemos de registrar un claro exponente del interés que esta Institución ha despertado en Eld9 Desde nuestros primeros trabajos nos fueron ofrecidos, espontáneamente, importantes donativos de libros. Aunque la base de la Biblioteca no lian : de ser _los donativos:. sino las aportaciones estatales y muni cipales, éstos:Constituyen una importantísima cifra anual de incremento del fondo cuyo valo-r es muy eatimabfe. Con el fin de estimularlos, publicamos en esta página los donativos recibidos: De I). Fclipe Matee Llopis, Director de la Biblioteca Central de Barcelona: A N rh4 m y ) ; 1 : 947 DE BIBLIOTECAS. De Alberto Na varro: Shakespeare, HAMLET;.D. de Arrese, PROFECIAS DE LA MADRE FlAFOLS; Valle Inclán, CLAVES LIRICAS; J. Capilla, EL tA ISAJ E A LICANTL 0. 00 Y Del). Bitfael Ro.niero Bödenas: NOTICIAS LITERARIAS DE SEMPERE GUA RINOS; Castelar, RECUERDOS DE ELDA. De Manuel Vicedo: Vicki Baum, EL OCASO DE LAS ESTRELLAS; 1Iorley. KITTY FOY LE; Zagas, A OVELAS EJEMPLARES; Nerval, SILVIA Y ItTRELTA; fRond, ATROCIDADES EN POLONIA; Concha Espina, MUJERES HEL QUIJOTE; Rassov, EL MUNDO POLITICO DE CARLOS V; A, M. Maleo, llELIGION. Y MIL1CIA;JOsé Francés, JUDI7R. En cuadernos sucesivos iremos publicando los donativos que reciba la Junta-Rectera. * —3D3 COMO se difundió por radio C . y prensa, Elda ha dado un paso mas hacia i.....la consecución de esta importante obra con la constituCión, el día 8 de Junio, de la Junta Recto ra de la lt. P. M. compuesta de la siguiente forma: pni n ;;IDENT14;: D. Maximiliano Agnado Bernabé. VICEPRESIDENTE: D. José Sedano Serna. 7 g .‘ .: 0RERO: 1) Antonio Ta,mago Maestre. SECRETARIO: I). Alberto Navarro Pastor. B1BLIOT ECA R10: D. Joaquín Campos Fernández. VOCALES: D. Antonio Porpeta Clérigo. D. Federico Jover 6erdá. .• D. José María Pons Garcia,.Pbro. D. Juan Madrona Ibáñez. * * « eL j). Juan illadrona --- r Olivos de mi tierra redondos y enlutados abriendo hacia el Azul vuestros místicos vasos. Bendiciones vivientes cuajadas en silencios; oraciones dormidas en los brazos del TiempO. Vuestras ramas platean deleites del Estío, donde el sol cristaliza sus ósculos divinos... Y se abren como brazos en fraternales gestos brindando beatitud al cuitado viajero.. Olivares envueltos en sudarios de luna felices de ocultar la inocente ternura de los ruidos dormidos —armonía latente— y sentir el Misterio de la entraña de aceite... Vosotros sois mi infancia en la vejez del mundo, ¡oh, días apretados de emoción en tumulto! Si el abuelo narraba el drama de su vida entre olivos vernáculos mi mente lo veía. Si la Pasión, la abuela, empezaba a narrar os veía entre inocentes humos de Amor y de Paz. Yendo a Jerusalen —¡oh, saudosa emoción!— unidos con las palmas,. simbolizando Amor. Y en el Huerto sedante donde oró Jesucristo, llorando silenciosos... ¡Oh, místicos olivos cargados do añoranzas y nimbados de paz! Vosotros sois mi cuna, mis ensueños, mi altar... FRANCISCO MOLLA Ol3R E el verde sucio del estan que cantaba el hilillo tenue del surtidor una cancifin infantil, a cuyo ritmo ajustaban su sua ve vagabundeo los policromados peces impasibles; y la paradoja de su canto de cristal —tiernos arpegios en los fauces de un ridículo félido reumático— fué trazando la polifonía de cuatro estrofas unánimes, PRIMAVERA.—Se ha hecho taumatúrgica la broncinea elocuencia de Castelar. Olímpico en lo alto de su pétrea tribuna, va arengando a los femeniles ejércitos alineados en la inocente geometría del jardín donjuanesco; y su verbo astral arranca una explosión de flores en los parterres y un susurro de amor en. cada uno de los rincones acogedores. Se esponjan las palmeras en el gozo de la inminente fecundidad; y los pensativos pinos taciturnos segregan las vivas cadenas de sus procesionarias en un rito de selvática emoción.. ESTIO.—El cristal verdoso del estanque va copiando la batalla infantil de las libéluas atolondradas, que, como lanzaderas automáticas, van entrete jiendo una gasa invisible para cubrir la carne sudada y verdeante del jardín en somnolencia.. El Sol pasa su esponja de sueño bajo los árboles grávidos de sombra y de quietud. Yen la noche espumosa y sabática una inquielaide fiebre estremece la epidermis joven del vergel, que enloquece en orgía de perfumes y de ritmos, de palabras melosas y de deseos desalados. Luego, con la. nueva albo: rada, el jardín solitario llora sobre las hojas tiernas las lágrimas falsas de sq falso arrepentimiento, y se santigua con la primera brisa maganera 05 DEL PAISAJE ELDENSE REACIOd 9[1 i g li g iti q1i18111110 OTOÑO.—Silencioso, Como un enervador sobre prados de asf6delos, el jardinero va barriendo amoríos secos y cascotes de lunas que se rompieron, eufóricas, en las sonoras noches veraniegas. La rosa de los vientos se desmelena enloquecida sobre la triple escalinata jardinicia; y el viejo Castelar, con su mano en alto, pretende en vano traer a concierto la danza convulsiva de los ramajes desmandados. ln la dolorida desnudez de los horizontes, las montañas vecinas parece que aupan el sarcasmo de sus crestas melladas, burlándose del jardincillo galán, tan enjoyado en los días abrileños y tan olvidado en la derrota inexorable de sus varillajes. INVIERNO.—Fugaces y tímidas horas soleadas. En el rincón más aco gedor tres ruinas humanas, más de dos siglos de recuerdos, beben azucarillo de sol en la ancha copa del mediodía. Cada mañana el aullido de las sirenas des. pie rta a los rosales aterridos en su desnudez; y el rápido taconeo de las chicas que van a su quehacer cotidiano es el único culebreo de gozo juvenil sobre la piel oscurecida del jardín amargado de olvidos. Allá lejos, como un grito de plata en la noche cristalina, se oye el silbido victorioso del tren. El aprendiz de león, sobre el estanque solitario, filosofa recordando ascellsmos de un kernpis atávico: Vanidad de vanidades y todo vanidad». CODA.—Jardín castela.rino, traspasado de lunas ahito de horizontes, con las rojas cátedras de sus bancos, en las que van bebiendo inolvidables lecciones (le gaya ciencia los asiduos alumnos en un encantador régimen de arbitraria coeducación, mientras el hilillo del surtidor desgrana lentamente las cuatro estrofas de su ronda.. Una mañana, en que las calles vecinas estaban más guapas que nunca y el jardín cumplía sus 19 años, estalló su corazón en un empuje de juventud, y brotó a flor de piel. irguiéndose como una blanca flor de columnarios pistilos : dóricos, cuyo perfume se hace ritmo musical en el softilegio de las noches estivales. JUAN MADRONA FIGUR AS ILUSTRES cASTELAR DE ELDA pe ALBERTO NAVARRO N esta Galería de Figuras Ilustres de Elda» no podía faltar la figura g señera del pasado siglo, del gran hombre reconocido universalmente como maestro de la oratoria y cuyo nombre suena todos los días, a todas horas, en nuestra ciudad. Aunque nacido en aguas de Cádiz, el día 7 de Septiembre de 1832 . Castelar abrió su mente a la razón en nuestra villa. Criado en la desgracia por la pérdida de su padre y el desamparo de su madre, fué educado con tesón de cumplir el deseo paternal de que destacara en las letras y las ciencias. lara ello, su madre, D. » María Antonia Ripoll, le hacia leer horas y horas los libros de la bliblioteca paterna, salvada del naufragio de su vida por la deci sión de que sirvieran al pequeño Emilio. Este no habitó muchos años nuestras tierras. En 1845 pasó al Instituto de Alicante, donde ya destacó por su intensa vocación literaria que maravillaba a sus profesores. Tres años después marchó a Madrid donde debía estallar, en un estruendo de vocaciones, aclamaciones y aplausos, aquella fuerza intelectual que se estaba incubando entre libros, estudios y escritos. Para costearse los estudios publicó en 1849 un periocliquito cuyas ideas cansaron la admiración de revelantes personalidades. Su revelación nacional como orador fue en el año 1854, a los 22 años de edad, con un discurso entusiasticamente ap/a u dido y destacado por la Prensa de todos los matices que le proclamó el mejor orador de su tiempo. Así comenzó su carrera política que le llevaría a la Presidencia de la República de 1873. Pero entre el brillo de sus triunfos, Castelar no olvidó a su pueblo, su valle, donde desarrolló sus juegos infantiles y donde comenzó a abismarse en la gruta maravillosa de la Literatura y la Historia a través de la modesta escue la pueblerina. Buena maestra de este amor son las estrofas de sus Recuerdos de Elda o las fiestas de mi pueblo», publicadas en La Ilustración Española y Americana y otros tra bajos en los que vertió el cariño que rebosaba su corazón. Diferencias políticas divorciaron a Castelar de su pueblo en los últimos años de su vida. Uno antes de su muerte, pasó por Elda por última vez. ;Con qué profunda emoción miraría los venebrales muros del antiguo Convento de Franciscanos, los sillares dorados de la Iglesia, el altar mayor refulgente de lucecitas, el rústico cementerio en el que reposaban sus seres queridos, loa campos ubérrimos en los que él jugara de niño! Pocos meses después, el 25 de Mayo de 1899 moría en San Pedro de Pinatar (Murcia). Su cuerpo fu() enterrado en la Sacramental de San Isidro de Madrid. Su intimo deseo expresado en sus «Recuerdos. no fud cumplido. Si la muerte no nos visita antes y nos lleva en sus alas a otro mundo, dentro de algunos ano, cuando la vejez haya apagado la voz en mi garganta, la luz en mi inteligencia, el calor en mi corazón, volveré a pedir mi último hogar a esta tierra sacratísima donde he tenido el primero...» Pero Elda guarda amorosamente, si no sus restos mortales, si su tneniqT ria preclara, orgullo de España y de nuestro pueblo. -307 Homo ilp los Morini 7. Los moriscos ya se van; paróse el reloj de Elda inmóvil en triste hora de angustias y de anatema. Par las faldas de Baleig los moriscos dejan Elda, y a sus llantos y suspiros un caro de viejas piedras, de huertos y aguas dolientes, con sus lágrimas contesla. Los soldados de Coloma —gente de amor y de guerra— dan prisas a los moriscos porque andar mucho les cuesta y paso a paso se vuelven a despedir a su Elda. ie viejo aljama gemía: , Adiós, valle; adiós, Elda! ; Malhaya quien co tí la espada de tus entrañas me aleja! ; Adiós, azules monlaiius nunca dejaras creyera; nunca pensé quela muerte me hallara en lejana tierra! ;Dejar este Valle hermoso donde un día yo naciera entre cantares del agua .y perfumes de la vega! ¡Dejar el templo sagrado que son las tumbas que encierran pudres; esposa e hijos, cuanto mris amé en la tierra! Alta Peña del Enebro que viste nuestras faenas y el amor con que, afanosos, guiando la dura esteva hicimos fértil la roca y nos rindió su cosecha, y al valle dimos en gracia de esmeralda una cenefa: ¿Cómo no vomitas truenos; y lanzas tus rocas negras en geslo airado que ahuyente la inhumana soldadesca? ¡Aprisa, moros, aprisa, que os esperan las galeras!» Calla el Aljama y su.spira mira una vez más a. Elda y dobla la alta cumbre casi ahogándose de pena. Los moriscos ya se van ¡quedóse sin vida Elda! ALBERTO NAVARRO 9,Wer4.., Misil [I e glh El templo: un silencio es e festoneado de toses... Se despertaron los gallos y se han dormido las torres. Por las vidrieras pintadas entra una luz de relojes: van creciendo los objetos y las tinieblas se encogen... Pasan lentas las siluetas: —¿son almas, cosas u hombres?— Un sacristán soñoliento enciende cirios y flores: fuera, la campana chica dice al aire el postrer toque. Chocan rodillas en tierra, sube un vaho de oraciones... Tras un monago travieso entra el viejo sacerdote, sube al altar, abre el Libro... Empieza la Misa: cm nomine,.... EDUARDO GRAS dos reates! —Pero, ¿me quieres decir qué es lo que pasa, Torcuato, que te das esas carreras noche tras noche «pabajoi, con tu mujer y tu suegra, con tu tia y tu cuñado, tu caterva de chavales, y hasta te llevas al gato?¿Qué malos diablos te llevan o qué mosca te ha picado, para que todas las noches camines desesperado, masticando de la cena los dos últimos bocados? —La explicación es sencilla, pero corre aquí a mi lado, que no quiero entrar al cine después de haber comenzado. ¡Tenemos cine a dos reales! ¡Ni lo hubiéramos soñado! Y no me pierdo esta ganga aunque vaya de prestado. Cuatro pesetas y un duro hemos estado pagando todo el invierno maldito por tragarnos cualquier «clavo». ¡Y ahora lo han puesto a dos reales! Haz cálculos de gitano: Con dos reales no te compras ni un • pufitio• de 4 mesclao pero si puedes tener siete Gildas, ocho Garbos, cuatro A y as, tres Belindas y ver al «gordos y al «flaco,— ¡Pedir más por dos reales ya seria demasiado! — Y dime, ¿qué .cinta» hacen, que ya nie siento animado? — ¿Qué me importa a mi lo que hagan? ¡Todo es bueno si es barato; y caballo por dos reales no le mires el bocado! Sean de amor o de miedo de locos o de atontados, de historias o de aventuras, hasta el más terrible »clavo, por dos reales cochinos bien a gusto me lo trago. Por eso noche tras noche salgo corriendo «p`abajo• con mi mujer Y mi suegra, con mi tia y mi cuñado, mi caterva de chavales y a veces me llevo al gato; que estando el cine a dos reales no vamos a despreciarlo. EL DUENDE DEL MONASTIL ELDENSES POPULARES (Conclusión) por EDUARDO GR AS tío Barrachina. fué, en cierto modo, la antítesis del olio Isidro.. Este último simbolizaba el comercio antiguo, sedentario, profuso y difu ro, al estilode los viejos bazares en los que lodo se vendía. Nada de anunciarse ni llamar al posible comprador: su lema parecía ser aquella frase de Cristo: o Dejad que los niños —es decir, los clientes— se acerquen a mi. Barrachina, por el con trario, personificaba el comercio moderno, saturado de publicidad y estrepitoov en su propaganda, móvil y ligero, que parecía haber hecho suyas las palabras de Mah.oma: «Si la montaña no viene a nosotros, vayamos nosotros a la montaña o. Además, en contraposición a la heterogeneidad de mercancías del dio Isidro, Barrachina había consagrado toda su vida mercantil a un sólo producto comes tible: sus famosas -habas calenticaso , las o fabeteso como él las llamaba en el dialecto valenciano, que usaba corrientemente. No era muy viejo en la época que yo le conocí,. pues apenas si tendría cuarenta años, pero su rostro aparentaba algunos más y denunciaba su exage rada afición. a las bebidas alcohólicas. Su establecimiento consistía en una carretilla chirriante sobre la que —debidamente sujeta— transportaba una grande, descomunal olla de porcelana, que almacenaba las humeantes habas. Empujando su carretilla, allá iba nuestro hombre por calles y plazas, pregonando en alfa voz su mercancía, siempre locuaz, siempre alegre y dicha rachero, con. sus frecuentes salidas de tono, tal vez producto de sus repetidas libaciones •mostosas». Para dur más relieve a su pregón, lo acompañaba con laS notas de una o charamila» que soplaba con bastante habilidad, y que en los festejos de cm —31( — b l os recirios . ebnslituía pii ra tt sola segunda y saneada fuente de líquidos • us toradas anunciaba fl a lodo el vecindario la llegada del popular ce. dedo,. y un nota de c hiquil l os iba siempre tras él, coreándole con sus berridos. Sobre la cae-, lilla. había una tabla verticaltrient , clavada, en la que anónimo artista (d(frOSO el mismo?) había escrito, con adornados caracteres, la letra del famoso pregón cantado, que, si mal no recuerdo, decía así (y que per done la ortografía valenciana): 4 Els fabets de barrachina - son una ,especialitat - sense prendre aspi rina - quiten el dolor del cap. - El cald done de baes - lo rnateix es el pape mes cobre que les fabes - más band ya no pot sé .* Agrupaba a los chiquillos que le seguían, y empuñando una vara, dirigía con estrafalarios ademanes el improvisado orfeón, corrigiéndoles una y ?Ora vez las notas desafinadas, como si tomara muy en serio su papel de director. Y electrizados por su simpatía, ¡con qué gusto y entusiasmo emitían los arrapiezos aquellos tremendos bramidos desacordes! • Ya no cabrían, en nuestra Elda de hoy, tales figuras folklóricas. Confor me van pasando los años, quedan cada vez más lejanos en el recuerdo, y es muy fácil que muchos de los chiquillos de entonces los hayan olvidado casi por coro/ pido. De mí sé. decir que he tenido que hacer un verdadero esfuerzo de memoria para sacar a la luz los detalles que dejo expuestos. Pero no me arrepiento de haberme tomado este pequeño trabajo. Al ir recordando, he vue 7 , o a vivir días que yacían sepultados en el abismo del olvido, y he sonreído más de una vez al acudir a mi mente su recuerdo. De forma que lo ein pezé como trabajo, hasta cierto punto fastidioso, se ha transformado en deleitoso entretenimiento. ¡El día Isidro) y «Barra chino»! ;Quién pudiera volver a vivir aquellos días..! Mirando al CID ELDA i i iitiOTV dBlIel litIli1MP Peña del Cid, peña brava como un castillo -fantástico que irguieran hoscos titanes en riscos hipnotizados. Mitra soberbia en las sienes de un jerarca milenario que oficia misa de siglos en un altar sin ocasos. Peña del Cid, mole altiva, suspiro de un moro enfático, baladronada hecha piedra sobre el pavor de los campos. Señor feudal de caminos, que van al mar pregonando mirovolantes leyendas de aceros aurisolados. Cuando paciendo horizontes miro tu busto esquinado, me hiere tu empuje impío, me obsede tu orgullo atávico, y esa tu pose insolente, y ese tu gesto hierático, que hace temeroso al viento y hace esquivos a los campos. Faraón de lejanías, sultán de abiertos serrallos, —albo turbante de nubes, moreno alquicel sahumado, cien virginales tahullas y cien erébeos regalos siempre bordando preludios de tiernos epitalamios.— Peñón del Cid, grito en piedra que hiendes cielos extáticos, cual si en tu cresta gritara la conciencia de los campos. Peñón del Cid, Ano te incita, no te enciende como un rayo la turbadora presencia de la Sierra del Caballo? ¿Cuándo harás la cabalgada que el valle está. reclamando? ¿Cuándo embrazará la lanza de Palas tu ingente brazo? Hay en el valle suspiros de un largo anhelo insaciado. ¿Cuándo florecen tus barbas entre líricos espasmos? ¡Peñón del Cid, echa al viento tus espuelas, levantando polvareda de romances al trote de tu caballo! JUAN MADRQNA (AUG rae) —.3(3 VIDA LOCAL b ICT I V IT.! DEN LITE!? -UNAS. —Probableo. en este mes dr Julio dará uno coo ferenrier en el Cosirto Eldr tse el brillonle escritor monorfro, José. Alfool° sobre el lema, Un anecdotario de eslei: tores›. KlSecletz culto de la población eldense osiddr eohorabwia F ió) la ocasión que tiene de escuchar lo.: charlo que tau, aplaudida fei é en el Ateneo ,de Madrid en fecha reciente. El día l. de Ju l io tuvo lugar el VI Concurso del «Grupo literario DA HELLOS, obteniendo etprimei premio «Milagro de luz» de Rodolfo reitarinos, y el segundo, • Cueedo rotule de Eduardo Gras, que sera, publicados en sucesivos , Cuadernos. &se t Grupo literario. tiene convocado el II Certamen de Poesía, de lema libre. NUESTRAS FIESTAS PRIMA V ER.AL ES.--Con gran brillantez se cele braron las fiestas de Aforos y Cristianos, que tuvieron inusitado esplendor; gracias al celo y entu s iasmo de la Aida Central. Diversas innovaciones beeerhy presenciado, destacando la instalación de altavoces para lograr . uita perfecta audición de las embajadas Vemos, por el contraria que sigue el inctcettpliaiiento del horario previsto paro desfiles y otros actos, demostrando las comparsas, con ello, uno falbe de disciplina. „;No seria posible que en, bien de he Fiesta y de loe miles de forasteros que durante ella nos honran, se solucione esta cueslión partir del próximo ario? Creemos que no ha de ser dificil, (171nlie hoya de obrar se con un rateo de dureza, sancionando a aquellas comparsas que no curtiplon lo dispuesto en este sentirlo. P71? AfAND AD DE LARRA DORES —Por esta Hermandad lea adqui rido en propiedad unos pozos de agua destituido al riego de . nuestra huerto, reolizandeme los primeros trobajos. Uno no r ion de lo importancia de . los .mismog y de lo que supondrá paro nuestras sedientos tierras lo dä el que .de dichos pozos podrao extraerse más de 400 litros por seguodo„ett plazo no lejano. Se hon realizado obras de una - canal pie llevará los aguas ele riegos de Novelda, ,re éste u su vez tos trasrasará, a su paso por nuestro ciudoet_ al que luz dè diski mirla a nuestro campo. Para dar conocimieolo de estas obro o los f /iodos se celebró uno osa mblea en /a que expuso cuantos dolos-Correspondion o los tra bajos reerlizados el ingeniero agrónomo de la Obro Sindical de. Colonización, camarada José Leno Valencia. DEPORTES.—Si desastrosa fué la actuación del C. D Eblense en la última compelicióre de la fil División, peor camino lleva en la actual de perneo nencia en la que no ha podido ganar masque cuatro puntos, y &los encima. El descenso de categoría es seguro y ron él se derrumban 30 años de gloriosa historia deportiva de un club curgado de laureles. En cambio, la U. D. Eldense está realizando una meritoria campaña en el torneo provincial (apa San Pedro, habiendo llegado a las semifinales, después de magnificas victorias frenle potentes rivales. VICENTE VAL ERO PA GIN A. 37:LE LA, O. A. I=2,. biatlones Munas de la O. A. li . en Elda • *ab: S de alabar la pujanza del inovimienio °arista en la Dióresis de Orihuela, que ha • permitido realizar estas magnificas Exhibiciones Deportivas en Elda, ciudad fundadora de esta ty ---- ir Obra en la Diócesis y que ha sido espléndido marco al,b4Ao para lodos los clos celebrados. Han participada en ellos, jóvenes de lo O. A. R. de Alicante, Agost, Crevillente y Petrel, junto con los nuestros. Las Exhibiciones se desarrollaron en dos jornadas, la primera de las cuales dió los finalistas en las distintas modalidades deportivas. Las finales fueron inuy reñidas y entocionanles, jugándose de la siguiente forma: FUTBOL.— Elda vence a la Congregación Mariana de Alicante por 5 a 2, clasificándo l e Campeón de Fu/bol de la Diócesis. BALONCESTO.— En un encuentro de máxima rivalidad entre Petrel Elda, obtuvo el triunfo éste último por 60-24, ganando el Campeonato nuestra ciudad. TENNIS. — . -(Individuales,) R. Oliva (HH. Miristas, de Alicante) rence Francisco Mira (San José, de narolinas) por 6-3, 6-0. lor parejas I?. Oliva y Redondo vencen a Hermanos Mira por 6-4 y 6-3, lodos ellos de Alicante. AJEDREZ—Sempere, de Elda vence a Carro scosa (HH. Maristas, de Alicante). Es de significar el buen juego del joven, eldeuse que cuenta en su haber con una victoria sobre el famoso Pomar, titrica que perdió este Campeón en unas simultáneas de 20 tableros. TENIS DE MESA.—Por incomparecencia de Crevillenle quedó sin resol verse esle Trofeo. Como acto de clausura se procedió en el Salón de Actos de la A. C. Masculina a la entrega. de Trofeos, que !lié presidida por el Sr. Cura Párroco D. José M. Amal. D. Julio Fernández, Presidente de la Comisión Diocesana, di rigió unas breves palabras a los participantes en esta I Exhibición citándoles para representar a. nuestra Diócesis en las Hl Exhibiciones Nacionales, en Barcelona. El Presidente de la. O A. II de Elda, Sr. Amal, les habló de los sacri ficios llevados a cabo por lodos los Centros °aristas que habrán de ser todavía mayores si se quiere conseguir más amplitud deportiva. Finalmente el Sr. Cura Párroco resumió la jornada, felicitando a los participantes y pidiéndoles que entre esas actividades deportivas que desarrollan su cuerpo no se olviden de hacer lo propio con sus almas y piensen que todo ello es el medio, no el fin de nuestra gran misión. Arlo seguido el Sr. Cura procedió a entregar los trofeos a los vencedores, en medio del alborozo y aplausos de lodos tos asistentes. -3(3 e t, a ie ...Y HUBO FALLAS EN ELDA OS lo dijeron; y como conocemos bien a nuestro pueblo, no pusimoa 7 en duda la noticia äQué idea, que proyecto de diversión popular no ha encontrado en Elda el calor suficiente para llegar a su realización, siquiera haya sido ésta efímera y precaria? Fuimos a ver las fallas Y hubo en nuestra visita varias cosas que pu). saron gratamente las cuerdas de nuestra sensibilidad. Ya sabemos que una falla se compone de tres elementos: la agudeza del ingenio levantino, que cuaja en una crítica humorística, mas o menos benévola, tle una faceta de nuestras gracias o desgracias; el arte, que se pone al servicio gentil de esa idea; y el público, que con sus comentarios y aquiescencias pone sobre la obra artística el barniz de la consagración. Pues bien. En nuestras fallas no faltaba lo principal: esa agudeza irónica, que es el nervio de la falla. La que se levantó en la Fraternidad, poniendo en la picota de lo tragicómico el problema de la vivienda, era en su sentido espiritual una perfecta falla, Unidad de concepción, armonía de disposición, salacidad y gracia. Hasta tuvo el detalle picaresco del ninot al que las vecinas reconocen y al que los chiquillos dedican sus risas más abiertas. De su parte artística no vamos a decir que era una maravilla; pero si que merecía sinceros elogios, atendida la escasez de recursos con que se llevó a cabo y la nula preparación técnica de los realizadores. La otra falla, la de la calle del Trinquete, era más lograda en su realiza ción, pero menos artística en su idea, ya que ni siquiera guardaba la unidad de tema, que es ese-acial en toda obra de arte. Y en cuanto al público, es muy satisfactorio recordar que en los alrede. (lores de las fallas durante toda la noche sanjuanera hubo un incesante hervir de alborozadas sonrisas constantemente renovadas. Arraigará en Elda la bella costumbre de las fallas? Acaso no; porque la proximidad do la capital oscurece de antemano nuestro posible brillo ladero Pero si tenemos en cuenta que, por las incomodidades inevitables, cada año son menos las personas de la localidad que se desplazan a Alicante, y si aus cultamos los deseos del pueblo, no será ilógico augurar en nuestra ciudad una Próxima etapa espléndida para esta hermosa fiesta de la gracia, del arte y del folklore alicantino. A ver si el próximo ario los vecinos del Progreso son capaces de chafar les la guitarra a los de la Fraternidad, levantando un hermoso monumento fallero en el anchuroso espacio que hay entre el Jardín de Castelar y la Plaza de Abastos. La idea ya está lanzada. Y como primera colaboración sabemos que nuestro Duende del Monastil se brinda a escribir el acostumbrado • llibret» de la falla, IMP. BERCNQUER,NOVE0.4