Corazón de Mujer

Corazn de mujer Maru j a Ycardo Maruja Ycardo Mayo 2003 Depsito Legal: A-466-2003 Este libro ha sido escrito por Maruja Ycardo en beneficio de la asociacin de amigos de Alzheimer Edicin: CBC Promotores. Ilustracin y Maquetacin: nuevoenfoque Imprime: Laboral Grfica s.l. Corazn de Mujer Maruja Ycardo PROMOTORES INMOBILIARIOS Tradicin y modernidad en este poemario de Maruja Ycardo en perfecta armona, la magia de la lrica sintetiza la esencia y la identidad eldense. La poesa que brota en cada uno de los poemas que componen Corazn de mujer apuestan por una mezcla entre la tradicin popular del cancionero espaol y la bsqueda de un lugar de representacin de la mujer, en concreto, y la ciudad de Elda en general . Tradicin y modernidad definen el trabajo de CBC Promotores, por este motivo se decidi impulsar la edicin de los poe mas de Maruja Ycardo. Empresas que siempre ha mostrado especial atencin a la cultura en sus diversas manifestaciones; como muestra , su apoyo a la literatura, fuente de saber y lugar de encuentros entre amigos, vecinos o hermanos. Una apuesta por la l iteratura, por la poesa, sin nimo de lucro, con un triple objetivo: colaborar co la asociacin de enfermos de amigos Alzheimer de Elda, pues recibirn todos los beneficios de la primera edicin del l ibro; formentar el hbito de lectura y por ltimo, hacer llegar a las diferentes partes del mundo esta poesa esencialmente eldense. Tradicin y modernidad que significan, en el siglo XXI , la historia de Elda; una ciudad, una cultura, una gente con espritu creativo que se renueva constantemente en el devenir de los tiempos. Jos Miguel Herrero. Cuando deseas una cosa desde el fondo del alma, todo el uni verso conspira para que puedas real izarla. Paulo Coelho 1 Maruja Ycardo Agull naci en Elda, (Alicante) el 24 de febrero de 1935.Curs estudios de enfermera, obteniendo su ttulo de enfermera por la Universidad de Valencia. La mayor parte de su vida profesional la desarroll en pediatra, hasta que tuvo que ser jubi lada a los cuarenta y cuatro aos por problemas en la vista. Desde pequea fue patente su aficin a la poesa, l legando incluso a publicar algn poema en la revista Dahel los en el ao 1950. Sus versos son senci llos y basados en elementos de la vida cotidiana por lo que es accesible a todo tipo de gente; como ella dice, escribe para el pueblo. Aunque ste es, por el momento, su primer libro, su obra es extensa y conocida gracias a publicaciones en el Valle de Elda y en la revista Fiestas Mayores. A el los les agradece que la hayan animado a seguir este camino. Tambin quiere dar las gracias a todas las personas que la han felicitado por sus obras y a los que se han dignado a acompaarla en este da tan especial para ella. 2 Prlogo Un libro de versos... S, de versos; pero tened en cuenta, amigos lectores y amigables lectoras, que en los versos caben infinitos matices. Hay versos que slo son alegres pasatiempos sin contenido medular. Hay otros que, adems de ser un agradable modo de invertir nuestras horas, encierran tambin una valiosa riqueza intelectual y regalan a los lectores, y ms an a vosotras, simpticas lectoras, eso que se llama poesa. No todos los versos son poesa. Me preguntara el lector o la lectora: Pues entonces que es poesa y mi contestacin sera sta: Poesa es la expresin de pensamientos altos y de sentimientos hondos. Y en este libro de Maruja Ycardo hay poesa. La autora ha pasado casi toda su vida en contacto con los enfermos de los hospitales y ha gozado en su casa la santa alegra 3 de cuidar a un buen esposo y a unos hijos intachables, con toda la altura de sus pensamientos y la hondura de sus sentimientos. Eso es corazn de mujer; un libro de amor y de dolor, que eso es la vida. Maruja Ycardo desparrama su inspiracin con preferencia en temas abstractos, los ms dificiles, y en una especial dedicacin evanglica a los humanos que ms duros trallazos reciben injustamente. Amigos lectores, amigables lectoras: estoy seguro de que la lectura de estas pginas ha de provocar en vuestros labios aquella conocida frase de un annimo lector: Eso lo habra escrito yo, si yo supiera escribir. Juan Madrona 4 Mi ms sincero agradecimiento a Don Juan Madrona y a su hija Raquel que me han animado a publ icar este modesto l ibro. A la empresa CBC Promotores, que ha tenido la cortesa de patrocinarlo, porque sin el los no habra sido posible su real izacin. 5 A mis hijos, Vicente Javier y Mari Cruz, que siempre me han animado a seguir el bello camino de la lrica. 6 A mi pueblo Soy de Elda.. . con orgullo; soy de un pueblo zapatero, conocido en toda Espaa; que en su arte es el primero. Aqu trabajamos todos y trabajo es lo que quiero; Y que el ruido de motores alegre mis pensamientos. que no pare esa cadena; Adelante, zapateros! aparadoras eldenses, el trabajo es lo primero; que ese trabajo que hacis no es slo por el dinero; es para mayor prestigio del pueblo al que tanto quiero. Y como eldense que soy le doy mi calor sincero y espero que sus zapatos vuelen por el mundo entero. 7 El poeta no muere E poeta nunca muere; Porque vive en su poesa; Que es su razn de vivir; Que es la savia de su vida. El poeta nunca puede Callar lo que lleva dentro Lo lleva a flor de piel ; Lo expresa en cualquier momento. Tener alma de poeta Es como ser de cristal, Transparente el pensamiento Y andariego el ideal. Humilde, sensible y tierno El poeta sufre y siente; Ama la vida y la muerte. Y en su soledad feliz A solas con lo que ansa Se siente recompensado Y tranquilo pasa el da, Porque sabe que l no muere Porque vive en su poesa. 8 Desconfianza Seguir mi huella, no intentes, y no sigas mi camino; aunque hoy digas lo que sientes no ser luego lo mismo. con slo mirar tu frente yo s que me has mentido. Y no volver a creerte por mucho que t lo jures y no volver a quererte por mucho tiempo que dure. La flor de mi juventud, t segaste un triste da y te llevaste mi luz y se me fue mi alegra, grabado estabas t, a fuego, en la mente ma. Mi alma est resentida, pero tu recuerdo, vivo cuando llamas a mi puerta o me sales al camino. Y tengo que hacerme fuerte soportando mi destino. 9 Y fingir que no te quiero y has de salir de mi mente, porque de amor yo me muero. . . Y tengo que convencerme de que el hombre que me quiera, no habr de seguir mintiendo y podr ser para siempre mi bueno y fiel compaero. 10 Aniversario A mi esposo Cuando quiero mirarte y no te veo, cuando quiero tenerte y no te encuentro, se agiganta goloso mi deseo y todo el gran amor que llevo dentro. Veinte aos gozosos a tu lado han sido para m como un suspiro; veinte felices aos que han pasado. . . y han sido lo mejor que yo he vivido. Lo que nos queda an de nuestras vidas me gustara gozarlo todo igual ; dos almas que han estado siempre unidas y no se quieren separar. Los veinte aos hoy se cumplen de nuestra unin sacramental, y esos dos hijos que nos unen nos premian, sabios, con su amor filial. Si como espero, todos nuestros das han de seguir la ruta siempre igual , bendito sea aquel celeste da que nos l lev en volandas al altar. 11 En busca de la verdad A travs de montaas y mares y de estrellas y luceros claros voy buscando una luz que no encuentro ni en la vasta ciudad ni en el campo. Slo encuentra mi espritu abierto corazones de piedra cerrados que me llevan a inciertos caminos con la duda mordiendo mis pasos. A la espuma del mar le pregunto a esa espuma que sube y que sabe, que me diga si hay en el planeta personas de hueso y de carne que amorosas pasan por la vida sonriendo y sembrando verdades. 12 13 Soy mi sombra Vida que me da la vida, vida que la vida lleva, cunto ms vida me das menos vida a m me queda. Pasa la vida fugaz, arrastrando su cadena de rpidos eslabones, que arrastran aos y penas. Rpidos como la luz pasaron por m los aos, y si me miro al espejo yo sufro un gran desengao. Dnde estn las bellas perlas que adornaban mi sonrisa y ese brillo de mis ojos con su mirada cautiva Mis labios color de grana de palidez se cubrieron. .. y mis finas manos blancas de temblores se nutrieron, se hizo nieve mi pelo; se llen el rostro de huellas, que fue marcando la vida, la vida tan dura y fiera. Cuando me miro al espejo no conozco mi persona, es la sombra de m misma la que al espejo se asoma. 14 Juntos por la vida A mi esposo Quiero seguir soando, soando siempre contigo y soar que voy andando por la orilla del camino. No quisiera despertar de ese sueo tan bonito porque a tu lado es soar estando a solas contigo. Ese camino tan largo que juntos hemos andado, es la mitad de la vida, media vida que ha pasado. Media vida siempre juntos, y nos seguimos amando. . . y el amor ya dio su fruto: nuestros hijos tan amados. 15 Cogida voy de tu mano por la orilla del camino como dos enamorados que han unido su destino; que juntos siguen soando, recorriendo su camino; y seguiran amndose aunque pasaran los siglos. Cuando tu pelo sea cano y tu cara con arrugas, unirn ms nuestras manos el cario y la ternura. 16 La vida es lucha Lucha constante es la vida lucha por poder l legar y conseguir un trabajo. . . y tener seguro el pan. Los jvenes de hoy en da, tienen mucho que luchar. . . y han perdido su alegra y hasta pierden la moral. La ciencia que avanza tanto con mquinas imponentes elimina muchas manos, y despide a mucha gente; a tantos seres humanos que se sienten impotentes. El progreso nos produce dinero y bienestar. . . pero tan slo a unos pocos les suele beneficiar; aunque el resto de la gente lo est pasando muy mal. 17 Se perdi el artesanado; y ya nada es manual y las manos de los hombres en qu se van a ocupar Despiden a veinte obreros y es cosa muy natural.. . una potente mquina puede rendir mucho ms. . . no importa que esas famil ias se hayan quedado sin pan, ni que los hombres se hundan o que tengan que robar. . . El progreso nos convierte en focos de vanidad, fabricantes de dinero carentes de humanidad. . . 18 La nia Hoy la he visto otra vez. .. en su sillita de ruedas, tan bonita como siempre con las nias de su escuela. Y hoy la he vuelto a ver. . . y me parece ms bella con su carita tan blanca, como la flor de azucena. La estoy viendo ahora de nuevo, y me voy, lista hacia ella, y me ofrece una sonrisa como rosario de perlas. y veo sus pies deformes y me entristece su pena porque no puede jugar ni asistir a la escuela. Pasea todos los das en esa silla de ruedas; slo pide que la lleven a la puerta de la escuela, donde ella querra estar si le valieran sus piernas. 19 Me dice con gran ternura que est su madre con ella. .. y que a otras nias les faltan cosas que disfruta ella; que hay gentes que nada tienen; ni tienen paz en el alma. .. Slo le falta una cosa que todos los nios tienen: una maestra.. . Y la escuela, el recreo.. . Y los deberes y jugar con otros nios. . . que lo aora muchas veces. Ya no veo a la nia a la puerta de la escuela, y pregunto a las amigas que porqu no est con ellas. .. y me dicen apenadas que ya no volver a verla; que se la llev la muerte. y todas rezan por ella. 20 21 Campesino C ampesino de mi Espaa, labrador de tierra adentro, que trabaja como nadie sin descansar un momento, cuidando siempre sus campos como nadie sabe hacerlo. Ests viejo.., y no lo eres; ests quemado del sol. . . de los hielos y las nieves, de los vientos y el calor, de sufrir junto a las mieses. . . porque ya perdidas son. Cada surco que en la tierra vas marcando con tu arado es una arruga en tu cara. . . sufrimiento dibujado. . . porque la lluvia no llega en su momento adecuado. Y la tierra pide agua. . . no slo quiere tus manos y t tienes que regarla... aunque sea con tu l lanto.. . con lgrimas y sudores para que pueda ella darte lo que t ests deseando. Campesino que trabajas constante de sol a sol . . . con calores y con fros, sin soltar el azadn. .. con la mirada hacia el cielo por si viene un nubarrn; y deseando la lluvia como una bendicin. Y si la lluvia aparece como regalo de Dios. . . el campesino suspira absorto en una oracin. 22 El amor no muere Piensas que muere el amor Que del todo se marchita Estoy segura que no. . . mientras exista la vida. Cmo olvidar el momento que, enlazadas nuestras manos, yo me miraba en tus ojos, tus ojos de enamorado Y cuando yo te esperaba asomada a mi balcn, con la mirada clavada en el hosco callejn. Idealic tu persona; fuiste mi gran caballero; te quise con furia loca, mi querido compaero. Y hoy, que ya peino canas, creo ms en el amor, porque el amor no se acaba cuando te haces mayor. Te quiero ms todava porque t me has demostrado que el amor que prometas 23 con el tiempo se ha aumentado. y aunque ya no nos digamos dulces palabras de amor, cuando nos damos un beso, nos embarga la emocin. No es posible que muera un sentimiento tan bello.. . si te fueses de mi vida y no pudiese acompaarte, mi alma errante estara hasta lograr encontrarte. Y si despus de esta vida, llena de amor a tu lado y de ilusiones dormidas y de deseos logrados. . . nuestros cuerpos se separan para convertirse en polvo, se buscarn nuestras almas y se llenarn de gozo, fundindose con un beso de amor eterno y dichoso. .. .y me dirs que me quieres y yo te dir, amor mo, que el buen amor, nunca muere. 24 Aljate de mi vida Si te acercas por mi lado no te vuelvas a mirarme; sigue adelante el camino y no pases por mi calle y olvdate de que existo. . . y que alguna vez me amaste. Porque lo nuestro acab de la manera ms torpe; cuando ms te amaba yo, t te alejaste al galope, sin mediar una palabra y ni siquiera un reproche. . . dejando muerta mi alma envuelta siempre en su noche. Hoy comprendo la locura de muchas adolescentes que han sufrido un gran amor.. . que se entregan inocentes, creyendo que su pasin les durar eternamente. 25 Nada es eterno en la vida, y menos un gran amor, al no compartir la dicha y su pasin en los dos. Que quiera uno no basta; hay que unir el corazn, el pensamiento y el alma, para casarse ante Dios. Y me hiciste tanto dao cuando yo era una nia; cuando t eras lo mejor que haba tenido en mi vida. . . pero pasaron los aos y ya se cur mi herida. . . si te cruzas por mi lado aljate de mi vida. .. 26 Amor no correspondido N0 debo seguir soando; he de volver a la vida; no puedo seguir callando, profundizando mi herida. . . ni debo seguir amando a quien destruy mi vida. Pero cmo conseguirlo. . . intilmente lo intento, tu imagen como cuchi l lo cada vez llevo ms dentro. . . y voy perdiendo el sentido. . . y estoy sumida en tormento porque no puedo acal lar ese amor que llevo dentro. Ese amor de calentura que est viviendo mi cuerpo. . . que, como fruta madura, no vienes t a recogerlo. . . 27 Quiero olvidarme de ti; y como s que no puedo, apartarte de mi mente, ni borrarte en mi recuerdo, con amargura deseo que vivas dentro de m hasta el terrible momento de mi muerte, que me libre de tu maldito recuerdo. 28 29 Luna Enamorada L a luna mira al lucero con cara de picarda y con sus ojazos negros le va entregando su vida, su vida. . , y su corazn y el amor que en ella anida. El lucero disimula. . . y pasea distrado, aunque de noche la escucha cuando an no se ha dormido... y en esas noches de escarcha le canta siempre bajito... Luna ma, enamorada, junto a ti yo quiero estar siempre juntos en la noche, en la tierra y en el mar; en las montaas ms altas y sobre el verde olivar. Vestida con traje blanco, larga cola y bello tul, la luna viste de novia, bri llante, de tanta luz. . . Y el lucero que la espera le ofrece un ramo de estrellas y, del mar, las caracolas; tambin las flores ms bel las, para la novia ms guapa que yo imaginarme pueda. 30 El nido materno En el vientre de su madre, como nido protegido, est el tesoro ms grande que alguien pueda haber tenido: dos vidas en una sola, dos corazones y un cuerpo, la madre ofrece su vida en el sublime momento y con dolores de muerte, con valenta. .. y con miedo, con su vida da otra vida a ese ser que lleva dentro. Y al dejar el dulce nido y sentir por un momento que su vida es slo suya, empieza ,ya, el sufrimiento y l lora con amargura por lo que Dios ha dispuesto. 31 Tu ausencia Qu grande es mi cama! . . . Nunca me di cuenta. . . hasta esta noche larga que estoy sola en ella. . . con fiebre de amor. . . sedienta, con el dolor de mujer que llora, sufre y ama, y que desea tu vuelta. Qu grande es mi cama! para mi cuerpo pequeo, frgil como mariposa, que se posa en las ramas y en las del icadas rosas. . . que est buscando tu boca, y que desea tu aliento, y por tu amor est loca. Cada vez es ms grande segn pasan los das.. . cada da es ms ancha, . . . cada vez, ms vaca. Es tan grande mi cama, tan grande y tan fra, que si slo dos cuerpos que se amaron un da volvieran a amarse, mi cama tendra la justa medida. 32 Hablando con la luna A Raquel Madrona, con cario Tranquila est la noche, tranquila y perfumada respiro paz del campo y el perfume me embriaga; y slo el canto del grillo rompe el silencio en calma. La luna me mira fija con su cara de pandero, como queriendo decirme lo que yo saber no quiero. Quiere hablarme de mis hijos y yo no quiero saberlo. . . quiere hacerme comprender que ya ha llegado el momento, que dejaron de ser nios, aunque me cueste creerlo. . . Y que los debo dejar que emprendan su propio vuelo; que su vida es slo suya... que deje de protegerlos; que han de vivir ya su vida y que se defiendan ellos. .. 33 Y yo, mirando a la luna, le digo muy suavemente, qu faci l es dar consejos si tu corazn no siente!. . . como t no has sido madre t no puedes comprenderme. Cmo dejar a tus hijos sin preocuparte su suerte Cmo conciliar el sueo sin saber dnde los tienes Cmo poder ser feliz. . . si desgraciados los vieses. . . Para comprenderme a m tendras t que ser madre y ver que no es cosa fcil el saber aconsejarme. . . porque parir a mis hijos fue para m lo ms grande. . . y aunque ya sean mayores y ya emprendan altos vuelos, yo siempre ser su madre velando siempre por ellos. 34 Guerra! El viento lleva algo extrao; es algo. . . que huele a muerte, que se esparce por el mundo y va aniquilando gente. Ya no hay pas en el mundo, de uno a otro continente, que no est lleno de luchas, que no est l leno de muerte, de odios y de rencores y de sangre de inocentes. En toda lucha sangrienta siempre hay un vencedor, siempre vencer el ms fuerte aunque no tenga razn. Y en su lucha victoriosa contar con alegra que ha matado muchos ms de lo que l se propona. No se detendr a pensar que esa gente que corra asustados y perdidos, llenos de hambre y de agona, son vctimas inocentes de la guerra y la avaricia. 35 Y son las gentes del pueblo. . . mujeres, nios y ancianos, que inocentes siempre son . . . y que no comprenden nada. .. Por qu esta guerra cruel De quin ser la razn Nadie tiene la razn, ni vale la pena nada; que matndose los hombres y destruyendo sus casas. . . la ambicin de algunos hombres tampoco ser saciada. No hay potencia en este mundo que les pueda devolver los hijos a tantas madres que no volvern a ver. . . y tantos hijos sin padre, que los mataron un da y no saben el porqu, ni dnde cayeron muertos ni sus restos recoger. 36 La amistad Necesitamos tener siempre cerca una amistad para hacernos comprender lo que es la soledad. A veces parece mentira pero resulta verdad que gentes no conocidas nos honren con su amistad. Yo valoro a las personas tan solo por lo que son; las quiero por sus virtudes; no importa su condicin. Encontrar un buen amigo es encontrar un tesoro es encontrar una ayuda tan valiosa como el oro. 37 Diferentes Cuando yo miraba al alba, t a la noche mirabas; si yo me siento feliz, t te sientes desgraciada. yo quiero la luz del sol y t la noche cerrada. Es un veneno mi vida; un pual que me traspasa; es una constante herida. . . que me quema. . . que me abrasa; me enloquece y me domina si de m no te separas. Y como quiero salir para siempre de tu vida, has de dejarme vivir y que se cure mi herida. 38 I. 39 Noche clara Noche de tonos azules con brillantes en el cielo, noche que invita a pensar y a desgranar, en silencio, los sentimientos profundos, los pensamientos ms bel los. Noche clara y transparente, noche de luna amiga, consejera que me anima para que el alma se alegre. Pero el alma sigue fra; el calor de la alegra no consigue penetrar, y aunque yo lo deseara y dara media vida por vivir con alegra y dejar penas atrs. Y a la luna le pregunto, a ella que sabe el misterio, porqu todos en el mundo l levamos la cruz por dentro. Y la luna me responde, que la cruz de cada cual ser siempre tan pesada como fuerzas, Dios, nos da. 40 Mi huerto Cae la tarde de verano, se esconde el sol con su fuego; el campo est fresco y serio las estrel las aparecen; todo est envuelto en misterio. Mi huerto lleno de flores, de albahaca y de jazmines, la noche parece ms bella, me trae hasta mi ventana un rumor de querubines. Creo que mi huerto es el ms bonito de todos, y lo cuido con mis manos y le doy riego y abono; y l , tan lindo, lo agradece con sus perfumes gozosos. Como le doy mi trabajo, mi cario y mi ilusin, esas flores de mi huerto me pagan con su color, me regalan sus perfumes Y en ellos respiro. . . amor. 41 Blanco como el l irio Tan blanco como el lirio y como la espuma del mar, as es mi eterno delirio y mi deseo de amar. Es blanco como la nieve y como el blanco tul; yo espero ms ardientemente hasta que me quieras t. Blanco como es el lucero y como traje nupcial ; te repito que te quiero como a nadie habr de amar. Es blanco mi sentimiento, tan blanco como un altar. . . Y aquel da me dejaste para no volver jams! 42 Mis recuerdos dedicado a mis compaeras , las enfermeras Cuando me llegue el momento de abandonar este valle, no quiero oir los lamentos; quiero que la gente cal le. Y quiero que me recuerden como una mujer sencilla que am tanto su trabajo como am su propia vida. El sol ya no me calienta como antes cada da. . . mi trabajo no me al ienta; Para qu sirve mi vida. Slo de recuerdos vivo; todo me parece un sueo; y dara media vida por volver con mis pequeos. 43 Por estar entre vosotras, mis queridas compaeras, volara como alondra por el mar y por la tierra. Y por eso a Dios le pido, que al llegar a su presencia que me lleve con los nios, que son de mi vida esencia. 44 45 Como extraos Somos como dos extraos como dos desconocidos, cada uno a su tarea por diferentes caminos; yo voy sola por la vida... y t te sientes perdido. Voy sola, sola y sin rumbo hacia mi fatal destino; intentando hacerme fuerte y no caer al vaco. . . y no querer a otro hombre que no aprecie mi cario. Y aunque t ya no me ames ni yo te desee a t, sigue t por tu camino sin preocuparte de m. alguna vez en tu mente (lo presiento.. . lo adivino) tendrs mi imagen presente mi recuerdo... y lo que fuimos. 46 Invierno gris Triste invierno color gris, gris, con viento y heladas, heladas que hielan cuerpos cuerpos sin sangre. . . sin nada. Cuerpos vestidos de fro fro que les hiela el alma si tienen alma, Dios mo, por qu sufren tanto fro. . . el sol , apenas calienta .. .siempre estn en madrugada. Por techo tienen el cielo les alumbran las estrellas y los charcos con su hielo sern los pobres espejos donde mirarn con miedo sus rostros de calavera. Estos seres son humanos, con sentimientos y penas y si son nuestros hermanos debemos unir las manos y aliviarles su miseria. 47 El recuerdo de una meloda Inesperadamente son la meloda, aquella que yo crea ya muerta y olvidada; fue una bocanada de recuerdos fragantes y un resorte que hizo vibrar toda mi alma. Acudieron felices, en loca plenitud, los pasados y dulces aires de juventud, intent revivir la ilusin del momento, retener algn tiempo tu imagen. .. Eras t. Aquella suave msica lleg a su final; yo quise prolongarla unos momentos y como suave varilla de exquisito cristal se termin el encanto.. . slo qued el recuerdo. 48 Falsa primavera Porque lleg la primavera, que inspira a tantos poetas, y florecen los almendros y creci la verde hierba y el sol alegra los das. . . la vida crees que es ms bel la. Pero slo lo parece. . . en mi alma de poeta, no floreci primavera, el almendro sigue seco, no hay florecillas ni hierbas, slo ramas retorcidas que me atraviesan las venas, slo tmpanos de hielo que mi calor no deshiela. 49 Si lleg la primavera, no la he visto por mi puerta.. . ni una flor ha florecido, ni un pajarillo ha cantado a mi corazn herido. .. nadie. . , nadie a m ha venido a mostrarme con cario lo que el corazn espera. Si llegara ese momento yo sera la primera, arrancara el tormento que tiene mi alma presa y le gritara al viento que l leg la primavera. 50 El reloj E reloj marca las horas como lenta letana. el reloj me avisa siempre y es mi grata compaa y me recuerda, insistente, qu veloz pasa la vida. Las horas sigue marcando con lenta monotona y me recuerda, insolente, lo que me queda del da. Las horas no se detienen .. . sus manecillas ms giran y en su lento caminar lo que cruza por mi mente parece que me adivinan El reloj sigue su marcha ni se inmuta ni se altera, sus manecillas, bailando. . . y dando vueltas a la esfera, vienen a m, recordando que el tiempo no tiene espera. 51 Y vueltas doy en mi mente para que l se detenga, que camine lentamente.. . que tanta prisa no tenga quiero vivir largamente, acabar mi sementera. .. y ver renacer el fruto que nace a una vida nueva. El reloj me avisa siempre que poca vida me queda, me rebelo con los dientes. .. y me atraviesa la pena al ver que, aunque lentamente lleg al final de la esfera. 52 53 Corazones abiertos Si tienes en tu interior cariciosos sentimientos scalos del corazn y lnzalos a los vientos. Como rosas al roco los corazones abiertos siembran, con hondo cario, los ms bellos sentimientos. Sentimientos de una madre, sentimientos de un amigo, corazones que se abren como la espiga del trigo. Y si t siembras amor ser de amor tu cosecha; y amapolas sonrientes no faltarn en tu mesa 54 A Paquirri ocurri el da 26-09-1984 Una tarde llena de sol, de ols. . . y de pasodobles Paquirri sale a la plaza para lidiar, con su arte, un toro de casta noble, . . .y con l juega a la muerte para demostrar el diestro cul de los dos es ms fuerte. En Pozoblanco, esa tarde del veintisis de septiembre, poniendo todo su arte como l haca siempre. . . y toreando a Avispado vino a buscarle la muerte. Francisco Rivera. . . Torero por Paquirri conocido ya no habrn tardes de gloria, ya no habrn vueltas al ruedo.. . .. . pero ests en la memoria de Espaa y del mundo entero. 55 Sevilla entera te aclama. .. .. . te llevan casi en volandas y como ltimo homenaje te dan la vuelta al ruedo en la Plaza de la Maestranza. Tu muerte lloramos todos.. . . . . Espaa se visti de duelo porque el torero ms grande dej su sangre en el ruedo. .. y descansa para siempre en el parque del si lencio. 56 Mi higuera Es la higuera de mi huerto mi querida compaera. . . siempre desnuda en invierno y vestida en primavera. Le han vuelto a crecer sus hojas sobre sus brazos desnudos, y vuelve a sentirse alegre al ver renacer el fruto. Colgantes perlas oscuras voy encontrando en sus ramas, caramelos de azabache cada ao me regala. Qu humi lde y sencil la eres, higuera... y qu del iciosa; slo t puedes hacer en el mundo esa gran cosa! Nadie puede superarte nadie ha podido lograr dos cosechas en un ao cual un mi lagro especial 57 Egosmo Soando despierta sueo en este mundo tan falso, donde no encuentran cobijo mis sentimientos humanos. Egosmo y lucha infame es la eterna pesadil la que me corroe la mente, que me enferma. .. y me aniquila. A nadie cuento mis penas; nadie me comprendera; sin importarle el vecino, cada cual vive su vida. Soando despierta sueo grandiosas mi lagreras; y siendo siempre sincera, levanto mis manos limpias pidiendo a Dios que me libre de tantas alevosas. 58 59 El basurero H aca fro y l lova, soplaba el viento furioso, golpeando en las ventanas con la furia de un coloso. Caliente estaba mi cama entre mis felices sueos, protegida de la lluvia, de la tormenta y sus truenos. Nadie a salir se atreva; era un tanto pel igroso; pero alguien transitaba prestando su ayuda a todos. Era un pobre basurero... cumpl iendo con su trabajo, va calado hasta los huesos caminando calle abajo. Le hace frente a la tormenta como hace un capitn, y recoge las basuras con su honradez habitual . Nadie conoce a ese hombre que por la noche trabaja; no conocemos su nombre ni conocemos su cara. Y yo me pregunto a veces en el calor de mi hogar, si yo sera val iente, si yo sera capaz de realizar su trabajo en noches de tempestad. Medito serenamente y creo que el basurero, por el trabajo que hace no es pagado con dinero pues se merece ese hombre nuestra admiracin y afecto. 60 En busca de la verdad A travs de montaas y mares y de estrellas y luceros claros voy buscando una luz que no encuentro ni en la vasta ciudad ni en el campo. Slo encuentra mi espritu abierto corazones de piedra cerrados que me llevan a inciertos caminos con la duda mordiendo mis pasos. A la espuma del mar le pregunto a esa espuma que sube y que sabe, que me diga si hay en el planeta personas de hueso y de carne que amorosas pasan por la vida sonriendo y sembrando verdades. 61 La suerte del caracol Caracol que lentamente, vas arrastrando tu casa, tan digno y humildemente cuando por mi lado pasas. Yo te admiro, caracol , y me alegro de tu suerte, porque tienes hogar, lo que falta a mucha gente. T te arrastras por la vida y te posas en las flores, y la hierba de los campos es tu alfombra de colores. La fina lluvia de plata, el sol con destellos de oro te miman y te protegen... y todos cantan a coro porque tienes esa suerte de tener casa muy tuya; lo que falta a mucha gente. 62 A Ntida, la amiga de todos Falleci el da 21 de diciembre de 1990 N tida, tu nombre significa pureza, jams un nombre fue mejor puesto, pues fuiste ejemplo en esta vida y puedo dar testimonio de esto. Fuiste una hija modelo, hermana como no hay igual fuiste amiga verdadera. . . nadie te va a superar. hoy mi corazn sangrante llora por tu recuerdo fuiste mi gran amiga siempre dispuesta a ayudarme en mis horas de desespero. Pero si Dios te ha llevado a los jardines del cielo, ser que t le faltabas para ofrecerte su premio. S que no podrs quejarte, el pueblo entero te llora. . . y escaleras de rosarios te llegarn cada hora. 63 Al cabal lero Andrs Moreno Andrs Moreno. . . amigo y amigo del pueblo entero; eldense de corazn y en todo, un caballero. Andrs, de ojos profundos y con mirada moruna, qu triste est tu comparsa! qu sola la media luna! Pero all donde t ests, t no estars inactivo, t estars creando arte, porque el arte es tu destino. Y velars por tu pueblo al que t amaste tanto.. . y con tu dulce sonrisa enjugars nuestro llanto. 64 Sembr mi semi l la No quiero que mi vida pase como nube caprichosa, como flor que se deshoja y no dej su mensaje. Dej semilla en el mundo y la cubr de consejos, y la vigilo. . . y la acecho y espero que d buen fruto. Pero tambin en la vida de rboles sanos y fuertes, su fruto enferm de muerte por no cuidarse la herida. La semil la de mi vida est l impia y est sana; y no quisiera que maana est en el fango hundida 65 Sal de las tinieblas Bajo a la calle y observo, atenta, el ir y venir, el aire que huele a lilas, y me siento tan feliz. . . Y quisiera aprisionar, para siempre junto a m, esta sublime alegra que me hace sonreir. Aspiro cumplidamente el aire a todo placer percibiendo el olorcillo de un humeante caf. Un dulce cambio he sentido que alegra todo mi ser; por fin blanco inexplicable, muy claro, he podido ver una luz fascinadora un infinito placer 66 El valor de la vista Si tienes dos buenas piernas, si tus manos estn sanas, pero te falta la vista, eres una desgraciada. No sufras si es que eres coja, ni tampoco si eres manca; porque teniendo dos ojos tienes la mejor ganancia. El que vive en las tinieblas y no ve la luz del sol siempre encerrado en su noche sin saber cmo es la flor y cmo es la cara de un nio, su sonrisa, su candor, aunque tenga piernas sanas y aunque tenga buenas manos no le servirn de nada; que carecer de la vista es una total desgracia. 67 Vida despus de la muerte De qu servir mi cuerpo cuando Dios a m me llame de qu servirn mis vsceras en ese supremo instante Cuando llegue ese momento quiero que esta carne ma sea donada a la ciencia lo escribo con alegra. Mis vsceras, de qu sirven enterradas. . . para nada; y trasplantadas a otros, dan a la muerte batalla. Darle vida a otra vida cuando la vida te falta, es la nobleza ms grande es la ms gloriosa hazaa. Y si mi alma transmigrara, presurosa, a un nuevo ser, no digan que ya estoy muerta aunque enterrada me ven. 68 69 A mi padre Mi sangre yo te dara para no verte sufrir, sin sangre me quedara para que fueses feliz. Es tanto lo que te quiero, por eso mi pena es tanta, que por darte la salud sin la ma me quedara. Te quiero tanto, pap, que sufrir junto a ti , y viviendo tu amargura, yo te ayudar a vivir mientras la vida te dura. 70 A Ciri lo Muoz Escrito en el momento en que lo conoc He conocido a un poeta, poeta de nacimiento y he sentido mi alma l lena por escucharle unos versos y ver su alma valiosa y senci lla al mismo tiempo. Cirilo Muoz se llama y para m es un maestro. yo intento escribir poemas pero me falta el talento. . . talento que a l le sobra a pesar de que ya es viejo, pero ah est su obra como trabajo bien hecho. Cirilo, el gran poeta, estar contigo es honor; todo el mundo te respeta y admira tu gran labor. yo. . . aprendiza de poetisa te pido este gran favor: que sigas, hasta tu muerte, esa hermosa vocacin. 71 A mis hijos Cuando se cierren mis ojos y se cierren para siempre, que nadie llore por m; que nadie me sienta ausente porque estar con vosotros aunque no podis ya verme. Os cuid mucho en la vida, os he dado lo mejor; aunque no est con vosotros, recibiris mi calor. . . Me tendris a vuestro lado cada paso por la vida, y notaris mi presencia como si estuviese viva, yo ver cmo me hablis y me peds un consejo y veris cmo os ayudo. . . aunque me creis muy lejos. 72 Monte Cid Con cario, a Don Juan Madrona Desde mi ventana abierta justo enfrente se divisan unos almendros en flor que mueve la suave brisa. Como entre tules y encajes como un mar de flor de almendro, con su pl ido oleaje. . . las flores se van meciendo. Y detrs del mar de flores tan altivo y arrogante, se alza orgulloso el Cid majestuoso. . . elegante. Monte mgico, distinto, monte que no tiene igual que si lo miras de lejos parece que l lega al mar. Y vers que se transforma y que ha adquirido la forma que ningn monte soara, su belleza sin igual y su cumbre se asemeja a una sil la de montar. 73 Ser madre Qu dificil es ser madre y dar al hijo lo mejor. . . aunque l no lo comprenda, ni valore el sacrificio mi vida es toda ofrenda, .. . es lucha, amor, y ternura y hasta la sepultura he de luchar por mis hijos. Veris transcurrir los aos, seris padres algn da. . . y veris con qu alegra le acunis en el regazo, como tesoro de soles, como vida de tu vida. Su risa ser cascabel que ha de alegrarte tus das. . . su llanto, tu pena viva, su dolor tu sufrimiento. . . . Comprenders lo que siento cuando lleguen esos das. 74 Dando gracias a la vida A la vida doy mil gracias por cuanto me ha concedido; el sol me enva sus rayos, y mis ojos tienen brillo. Un milagro poderoso, privilegio no elegido, que Dios quiso regalarme sin haberlo merecido. V de cerca las tinieblas y a travs del pensamiento, me imaginaba las cosas intentando hacerlo bello. Grab voces en mi mente como si fuese un archivo para que me acompaaran en el trance decisivo. Por eso aprecio la vida y las flores de colores, y el dorado del otoo cobra en m nuevos valores. Dando gracias a la vida hoy fresca me levant; cubierta estoy de riqueza, pues mis ojos. . . pueden ver. 75 Como el toro Dedicado a Miguel Hernndez Corno el toro, Miguel , corno el toro naciste para el sufrimiento, marcado por el destino viniste, tu vida fue dura como el plomo, y se forj en ti una vida triste. Y corno el toro, Miguel , fue tu mirada noble y franca, siempre mirando al frente, se clavaron en tu cuerpo las espadas, en tu cuerpo valiente de inocente. Derramaste tu sangre como el toro, sangre brava, de hombre entero que sembr poesa donde era lodo y esperanza en su mismo desespero. Tierno y fuerte, Miguel , corno el toro, demostraste a los hombres tu vala; nos dejaste para siempre tu tesoro, tesoro inapreciable. . .tu poesa. . . T no has muerto, Miguel , slo tu cuerpo yace para siempre en la fra losa, pero tu espritu flota, alma ma, como purprea y feliz mariposa que quiere depositar un bello da su nctar en la ms bella rosa y con l , su misterio.. , y su poesa. 76 77 Mi vida M i vida entera entregu a curar a los enfermos y contenta trabaj hasta que no pude hacerlo. Mi trabajo cada da con alegra llevaba nueva ilusin renaca cada da que pasaba. Pero un da fatal mi vista se empeoraba y era tan grave mi mal que ciega cre que estaba. Nadie puede comprender lo que ha sido mi tormento con un constante temor a que llegue ese momento. Pensar que llegar un da y tal vez no muy lejano que cambiar mi vivir... y el momento ya ha llegado. Y no podrs ver jams a tus seres ms queridos te podrs imaginar cmo fueron... cmo han sido. Pero, cmo son ahora y mis hijos han cambiado ha cambiado su cara ya ni puedo imaginarlo... Es tanto lo que he sufrido a solas... en mi silencio y las lgrimas vertidas que bien merecen un premio. Y ese premio, Dios divino, a mi persona ha llegado; que por un milagro tuyo ciega total no he quedado. Te doy las gracias, Dios santo no merezco tanto honor, mi dicha es ahora tan grande gracias a tu concesin. Pensar que veo la luz las flores, el sol... la vida; que ya no llevo esa cruz, que voy recobrando vista. Perdona, mi Dios bendito, porque s que te ofend al no aceptar mi destino cuando vena de Ti. 78 Tu obra no se olvida Porque t naciste pobre no te cubrieron de encajes, ni con medallas de oro pudo tu pecho adornarse. Te racionaron la escuela.. . te racionaron los panes, todo fueron privaciones, todo fueron soledades. Hambre de ciencia pasaste, triste infancia de Miguel , trabajando siendo un nio fuiste a la lectura fiel . Naciste en la calle Arriba. . . tal vez la cal le supiera lo arriba que habas de llegar cuando el pueblo comprendiera. Comprendiera tu vala de gran poeta y gran hombre, que en el monte, con sus cabras se iba labrando un nombre 79 Nio de triste mirada de infancia sin alegras, fuiste hombre antes que nio y de mrtir fue tu vida. Miguel , tarde lleg el triunfo y no te lleg en su da, t abandonaste este mundo sin or lo que decan. Y pas el tiempo, Miguel brot fuerte tu poesa, puedes descansar tranquilo, que tu obra no se olvida. 80 La esencia de Miguel Hernndez Un cuchi l lo o una espada podra cortar tu lengua, pero no acal lar tu voz; tu voz est siempre fresca. Como brotaron un da tus poemas de lamento, Espaa ha de sembrarse con la mgica semi l la de aquella bella poesa que era todo sentimiento. Por fin, Miguel, l leg el da que los hombres comprendieran lo que t te merecas; y hoy Espaa te venera y ha brotado tu semilla y grandes hombres de letras, ante ti ya se arrodillan. Te cubren de l indas flores, se recitan tus poemas, se te hacen mi l honores y te admiran los poetas. 81 Todo me parece poco. . . pues te mereces, Miguel, que en cada pueblo de Espaa, respetando tu reposo, se alce, como un coloso lo que t siempre soabas. Tus monumentos se admiran y se advierte tu presencia y en el ambiente hay esencia de Miguel . .. y su poesa 82 Templo de paz Un escalofro recorre mi cuerpo. .. me siento invadida de paz interna, siento la calma dentro de mis huesos y quisiera para m esta paz eterna. . . envidio la serenidad del cementerio, y con calma estoy a la espera y no temo este sublime momento, que llegar cuando Dios as lo quiera. es remanso de paz el cementerio, aqu no hay envidia, odio ni rencores . . .tanto el pobre como el rico son iguales aqu no hay maldad ni falsos amores nada importan las cosas materiales . . .tampoco hay sufrimientos ni dolores; es un templo de paz y soledades donde se reciben las mejores flores y descansaremos todos los mortales. 83 Sueos Suea, suea. .. el sueo es vida; con los sueos nos forjamos un mundo con ilusiones y con amores tempranos; un mundo lleno de amores donde, juntando las manos, forjemos recias cadenas para unirnos los humanos. Suea, suea, hija ma, y sigue soando as; que tu sueo sea el ensayo y que tus tmidas manos gocen un mundo feliz. Suea, s, suea, hija ma, pero tarda en despertar a este mundo de ambiciones, de orgullo y de malestar; que el que ms tiene ms quiere, y al dbi l aplastar. S, suea. .. hija ma, que tu sueo es bello; sueas que se ha conseguido un mundo limpio y tranquilo con un aire puro y fresco y que ya no existe el hambre en este mundo grotesco. 84 85 La noche bruja Quisiera verme envuelta en la sombra de la noche y que pases por mi lado, ignorando mi presencia que te sorprenda mi cuerpo, a travs de mi perfume y que encuentres mi boca para darte yo mi esencia. Y al unirnos los dos en la sombra de la noche y con el cuerpo cubierto de roco y madreselva, sentir que en mi alma se abren todas las flores, sentir brotar el amor de mi vida sin fronteras. 86 Paloma mensajera La paloma mensajera es carta que surca el viento, y yo espero sus noticias a travs del firmamento. Un firmamento de estrellas y de plateadas lunas, con caminos de luceros y farolillos de espuma. Un cielo azul . . . transparente, brillante como un espejo, donde reflejo mis sueos, sueos que vienen de lejos. Y en una clara maana de primavera florida, recib por fin la carta de la paloma prendida. Con perfumes y recuerdos de la persona querida lleg la paloma blanca como el blsamo a la herida. 87 Padre nuestro Padre nuestro, entra en mi casa y que no falte el pan; perdona si te ofendimos, y vuelves a perdonar. Por el pan de cada da gracias tenemos que dar sintindonos tan dichosos, felices, sin olvidar a los que padecen hambre, maltratos y enfermedad. Y no nos dejes caer en horrible indignidad, y ayuda siempre a los pobres con tu infinita bondad. 88 A la Virgen de la Salud Escrito cuando la autora tena 12 aos Bajo un perfume de lirios en duermevela qued; un ngel cerr mis ojos y con ngeles so. . . Al cielo me transportaban en un alado corcel espuelas de plata y oro, de oro y plata las calc. Y as, subiendo, subiendo sobre mi blanco corcel , hasta el trono deslumbrante de nuestra Virgen llegu. Bajme de mi cabal lo; devota, el suelo bes, y un rumor de pueblo eldense por los cielos observ. La Virgen de la Salud desde su excelso escabel por Elda velaba en gozo; por Elda, por nuestra fe. 89 Al despertar de mi sueo, frente a frente me encontr con la imagen de la Virgen, y en sus ojos cre ver que sueos como mis sueos en Elda siempre ha de haber, pues teniendo a nuestra Virgen, no puede acabar la f. 90 Un da que no se olvida 7 de septiembre de 1984 Da siete de septiembre; Elda vestida de fiesta; los fieles, con devocin, se congregan en la iglesia para orar ante su Virgen y pedirle su clemencia. Con su rico manto azul cuajado de oro y de perlas, que una fiel mujer del pueblo le bord para que ella, toda maternal amor, con su manto nos proteja. Siete y media de la tarde; el cielo se ha puesto negro con unos destellos rojos anunciando nada bueno. Empieza la fuerte lluvia y despus el fuerte viento; los truenos y los relmpagos cada vez son ms intensos. . . empieza a caer granizo tan grande, tan fuerte y seco, que slo en unos minutos Elda se viste de duelo. 91 Elda, que visti de fiesta hace slo unos momentos, contempla con amargura que destrozado est el pueblo... los tejados quedan rotos, persianas con agujeros. . . los coches todos marcados como de viruela enfermos. Los creyentes de la iglesia, lloran y gritan de miedo, y rezan casi sin fuerzas, atemorizados, viendo que cual cuchillos en punta los cristales caen sobre ellos. Pero all estaba la Virgen.. . y a pesar de tal desastre ella cubri con su manto como hace una buena madre a todos los que all haba fiados en sus bondades. 92 93 Vol mi alma Tu ventana est cerrada y mi corazn abierto, cerrados estn tus labios y abierto mi pensamiento. Tu puerta est cerrada pero mi alma est dentro, flotando libre en tu casa, invisible como el viento. Cerraste puerta y ventana y alejaste el pensamiento, no te import para nada mi dolor y sufrimiento. Ya pasaron muchos aos y en mi alma hay siembra; que a fuerza de desengaos mi alma vol a otra puerta. 94 Otoo Lleg de pronto el otoo; cayeron las primeras hojas. . . Ilense el campo de oro . . . se deshojaron las rosas. El campo qued desnudo. . . los rboles sintieron fro y los pajarillos, confusos, atravesaban ya los ros como buscando otro mundo. Qu triste quedaba el campo! al verlo yo estaba triste, pero no estaba en mi mano convertirte en lo que fuiste. Y l leg la primavera como milagro del cielo; los rboles, con su corteza de hojas verdes se cubrieron . . . y se llen de belleza cual si fuera un mundo nuevo. 95 Motivos Quiero olvidar el motivo. . . qu sola me estoy quedando! si no te tengo, no vivo; si vienes me ests matando. El motivo bien lo sabes y no lo quieres saber. . . el motivo es que decidas si me quieres a m. . . o a l. . . 96 Las palabras no se las l leva el viento Nos dicen que las palabras se las lleva, listo, el viento pero si a ti te han herido siguen en el pensamiento. Se olvidan las cosas buenas, los favores recibidos, los desvelos de una madre, los consejos del amigo. Y se guarda para siempre, como en un perfecto archivo, aquella frase insolente que te hiri profundamente y marchit ese cario. Si en ese archivo perfecto, donde guardas tus rencores, hubiese un sitio pequeo para almacenar amores, seran por siempre muertos muchos malditos rencores. 97 Las penas no mueren No bebas para olvidar porque con eso no olvidas; la pena la llevas dentro y bebiendo no la olvidas. Hay que afrontar el problema; hay que buscar solucin; que ni el vino ni la droga te alivia tu desazn. Ten calma.. . y espera; confa en un buen amigo, y cuntale tu problema, que nunca jams ahogues ni en la droga ni en el vino. Porque las penas no mueren viven muy dentro de ti, aprende a vivir con ellas, y as podrs ser feliz. . . tal vez no sea tan grave lo que te tortura a ti. Todo el mundo tiene penas, todos llevamos la cruz, pero slo ves la tuya, dices que no hay solucin y con bebida y con drogas aumentas ese dolor. 98 Monumento al minero Q uiero luchar en la tierra hmeda de los sudores de mineros, que en Espaa dejan su piel a jirones. Como el torero en la plaza, el minero cada da trabaja junto a la muerte en la oscura galera. Y quiero hurgar en la tierra para decirle al minero que el trabajo que real iza, con esfuerzo de su cuerpo, ha de ser considerado y ensalzado por el pueblo. Cuando se muere un minero se da una escueta noticia. . . slo se ha perdido un hombre qu poca cosa su vida! 99 No hay coronas de laureles, ni conmocin en los pueblos, ni lo llora toda Espaa, ni se le hacen monumentos. Yo admiro al pobre minero, hombre de un recio valor no le hagis un monumento; se merece algo mejor. 100 101 Soledad Soledad no es vivir sola, qu es, pues, la soledad es soportar una losa que me asfixia sin piedad. Soledad no es estar sola, es vivir mi soledad, es, aunque alguien me acompae, sentir ganas de llorar, me cercan mis amistades, y yo vivo en soledad nadie ablanda los caminos que tengo que atravesar. Soledad, terca enemiga, vete a otra puerta a rondar, tengo abiertas las ventanas al viento de la amistad. 102 Busco la paz Tortuosos caminos, que me llevan a la nada, son caminos de espinas, que mi cuerpo hieren... se tortura mi mente, con ideas vagas y no puedo luchar, porque soy impotente. Impotente estoy ante el mundo falso, ante la gente que sin motivo, miente; ante el hambre, el dolor y el llanto; ante el rico, que ms riqueza quiere. Mi impotencia a veces me enloquece yo no puedo encontrar la solucin pero pienso que hay hombres con poderes que podran aliviar la situacin. Tortuosos caminos para llegar a nada, a un mundo fro, y deshumanizado donde la persona no significa nada donde slo destaca el potentado... 103 mi impotencia cada vez es ms grande cuando veo que hay pueblos enteros que murindose estn de hambre... y veo cmo se quema el dinero con guerras y armamentos nucleares... si los hombres pensaran un momento y quisieran este desastre arreglar, emplearan fuerza, poder y dinero para crear un mundo de paz. 104 Enfermo de amor Tengo sed.. . y no de agua; tiemblo y no quiero calor; tengo hambre y no como; lo que yo siento en mi alma slo lo cura tu amor. Enfermo estoy en la vida, y no tengo curacin.. . slo el mirarte me al ivia y alegra mi corazn, volviendo a sentir la dicha. Pero mi dicha es muy breve y mi alivio pasajero cuando me viene a la mente que la mujer que yo quiero quiere a otro locamente. 105 La mujer de mi vida Un da tuve la suerte que pocos mortales tienen, cuando apareci en mi vida la mejor de las mujeres. Al verla, sent la brisa y el frescor de la maana; al ver fresca su sonrisa y tranquila su mirada. comprend entonces la dicha que tuve en esa maana.. . el sol era una caricia que reflejaba mi cara. Y desde aquel bello da que te encontr en mi camino quiero estar siempre en tu vida, quiero estar siempre contigo. 106 Rio Vinalop Ocurri el da 10 de marzo de 1985 R o Vinalop, ro sin fuerza que apenas puede arrastrarse, que arrastrarse puede apenas, las aguas sucias y lentas y tiene que avergonzarse. Qu pena me da este ro que no transmite belleza sus aguas no tienen brillo y aparecen como muertas, su vida parece un hilo con la muerte ya en su puerta. Y aunque te veo tan dbil , siento por ti un gran respeto porque pareces dormido. . . pero te he visto despierto, despierto y con furia brava, como un mar de grandes olas, que arrastrando como lava y destruyendo con tu boca 107 cuanto encontrabas al paso.. . dejabas la tierra sola. Los rboles arrastrabas y lloraban sus races, las casas te las llevabas arrancando sus entraas y dejando sin cobijo a unos pobres infelices. Por eso, tranqui lo ro, cuando te miro de cerca procuro no hacerte ruido, que duermas plcida siesta. . . que ests tranqui lo en tu nido aunque no irradies belleza . . . pero que no diga nadie que nunca tuviste fuerza. 108 109 Alma de poeta E I mar estaba sereno y ms serena mi alma; la luna se reflejaba en gran espejo de plata; peinaba sus largas trenzas y con perlas se adornaba; los caballitos de mar suave perfume llevaban, para perfumar la luna en esa noche estrellada. Tranquila y serena estaba con la paz que me invada y en xtasis contemplaba la belleza que exista y quien estaba a mi lado nada de bello adverta. La enredadera, que trepa con esfuerzo hacia el balcn, con su mirada indiscreta me hizo esta insinuacin: ... si tu alma es de poeta, t vivirs de ilusin y donde no haya belleza la pondr tu imaginacin. 110 A los atrapados Se grab en m tu mirada, vibrante y roja; tu tembloroso cuerpo y el sudor de tu piel ; tu espalda encorvada, tullida de dolores: tus dientes que temblaban como hoja de papel . La droga te atrapaba con su fuerte abrazo, ofrecindote un paraso de colores, engaosa e insinuante se te ofreca como reina de la vida l lena de amores. La droga, lento veneno que te aniqui la y que va segando los lazos fami liares que te hunde en su fango, con la impotencia . . . con la apata. . . y le vas dando tu sangre. T ests en un profundo abismo sin retorno, en un laberinto del cual no puedes salir, con cadenas invisibles. . , t ests preso. . . quiero darte la mano y ayudarte a vivir. 111 Los puales de la vida En el corazn me hieren como puales de fuego y como rojos claveles mi sangre se va virtiendo. Los puales invisibles que atravesaron mi pecho, me dejaron impasible . . . con el corazn deshecho. Como rosa deshojada que sus hojas llev el viento, como triste campanada con llamada de lamento, como un alma atormentada retorcida en un momento, as ser mi maana y ser mi sufrimiento, y como rosa temprana que ya no acaricia el viento . . . ya no existir el maana, ya no vivir el tormento. . . y sobre una losa blanca con flores de pensamiento descansar en paz mi alma hasta el final de los tiempos. 112 Etiopa Nube gris, nube inquieta a dnde viajas, di dime, amiga viajera a dnde te vas a abrir. Si quieres hacerme caso nube gris. . , amiga ma, t no debes ni dudarlo, dirgete a Etiopa. La gente te est esperando, de hambre se estn muriendo, los campos ya se han secado, los animales famlicos, en los huesos se han quedado. y los huesos de los nios, con su transparente piel . . . sus caras llenas de insectos como si tuviesen miel . Nube viajera y errante, nube, presagio de l luvia, lluvia dorada y bendita, esperanza, luz y vida. nube, esperanza ma, te pido esta concesin: dirgete a Etiopa y salva esa gran nacin. 113 Salva vida de inocentes, salva animales y campos, ayuda a esa pobre gente que est bebiendo en el fango, que est muriendo de hambre y que son nuestros hermanos. Nube, trueno, lluvia, agua caiga como bendicin y que florezcan los campos para salvar la nacin. 114 Ya no existen lasTorres Gemelas Hoy se ha cumplido un mes de aquel fatdico da en que aviones asesinos segaran miles de vidas. Un acto de terrorismo. . . el ms cruel de la historia, quedar grabado siempre, a fuego, en nuestra memoria. El nuevo siglo que empieza, que yo presenta feliz, est lleno de amargura que me impide sonreir. La inteligencia del hombre el dinero y el poder deberan emplearse para realizar el bien. 115 Con tanta hambre en el mundo y tanta gente sin hogar. . . no hay recursos suficientes para poder ayudar. Pero no faltan millones para iniciar una guerra y aumentar ms la miseria de este planeta Tierra Tragedia ocurrida el 11 de septiembre de 2001 116 117 Muerte y dulzura He consultado a la vida y he consultado a la muerte; la vida se marchitaba, la muerte estaba ms fuerte. Es una lucha muy dura; es una larga agona; queremos gozar la vida, y la muerte nos avisa. Y tu mirada sin luz como una vela se apaga, y t, tranquilo y sereno, vas jugando con tu alma, sin querer soltar la cruz porque la muerte te llama. Encontrars la verdad, cuando tu sufrir se acabe, cuando una muerte muy dulce con su dulzura te abrace. 118 No tengas prisa en crecer No tengas prisa en crecer; ser nia es una fortuna; nada tienes que temer, mientras ests en la cuna; all te cuida tu madre y te vigila la luna. . . Quieres sal ir de tu cuna y deseas ser mayor. . . para disfrutar la vida, con su mximo esplendor, y vivir como mujer . .. y sentirte ya mayor. Y a m qu pena me da! pensar en ese momento en que abandones la cuna, y te enfrentars con miedo, a la vida fiera y dura, que con sus colmillos fieros, te ensear a ti , criatura, que la vida no es tan fcil y que l lena est de dudas y de caminos engaosos, de difcil andadura. 119 Y vers con qu razn juntas, tu madre y la luna, te contemplan en la noche y bendicen la fortuna que seas nia todava... y no abandones la cuna. 120 El primer desengao Has sufrido un desengao. . . no tomes la cosa en serio; porque las cosas de amores y en los amores primeros se sufre, pero se aprende a ser fuerte como el hierro. Vers cmo otros amores vuelven a l lenar tu vida. . . y aunque creas t que no, aunque te sientas hundida y tu corazn estalle y no se cierre tu herida. . . Se cerrar poco a poco. . . la experiencia me lo indica no te desesperes, nia; espera. . .no tengas prisa; que ese amor que t esperas te est rondando la esquina, y te ofrecer su amor y lo mejor de su vida. 121 Y vers cmo el bendito primer amor no se olvida se olvida si no fue bueno cuando te sientes dolida, cuando te rompen el alma y te destrozan la vida. Acepta este amor segundo y olvida lo que has sufrido; porque este hombre te quiere sin egosmo, con amor puro. Y volvers a reir. . . y sers feliz de nuevo y vers, cmo no es siempre el mejor, el amor primero 122 A Lola, La Faraona Escrito el mismo da de su muerte. 16-05-1995 Ay, Lola de Espaa.. . Lola! de voz ronca y piel de bronce, te fuiste de madrugada con los duendes de la noche. Tus piernas eran columnas que sujetaban tu arte, y tu corazn tan grande junto a la muerte viva sin demostrrselo a nadie. Lola. . . la irrepetible, la cal sin ser gitana, la artista ms grande y pura que ha parido nuestra Espaa. Se ponen crespones negros en los pechos espaoles, el arte viste de luto porque nuestra faraona, pedazo de espaa viva, en el cielo baila ahora y canta por buleras. Lucir batas de cola y en letras grandes de estrellas quedar escrito en el aire !ay, Lola. . . querida Lola!. 123 A Don Juan Madrona Don Juan Madrona.. . Maestro; maestro.. . pero de qu pues es maestro de todo. . . sobre todo en sencillez. De pequea me acogi con cario y con ternura; penetr en mi corazn y todava perdura. Y quiero darle las gracias que no le d en su momento, y pedirle que me ayude a adquirir conocimientos. Me gusta escribir poemas porque los llevo dentro; no sern cosas muy bellas pero digo lo que siento. .. Y si escribir me libera de mi problema un momento a don Juan le pido ayuda, que es de poetas maestro. 124 NDICE Sobre la autora 2 Prlogo 3 A mi pueblo 7 El poeta nunca muere 8 Desconfianza 9 Aniversario 11 En busca de la verdad 12 Soy mi sombra 14 Juntos por la vida 15 La vida es lucha 17 La nia 19 Campesino 22 El amor no muere 23 Aljate de mi vida 25 Amor no correspondido 27 Luna enamorada 30 El nido materno 31 Tu ausecia 32 Hablando con la luna 33 Guerra 35 La amistad 37 Diferentes 38 Noche clara 40 Mi huerto 41 Blanco como el lirio 42 Mis recuerdos 43 Como extraos 46 Invierno gris 47 El recuerdo de una meloda 48 Falsa primavera 49 El reloj 51 Corazones abiertos 54 A Paquirri 55 Mi higuera 57 Egoismo 58 El basurero 60 En busca de la verdad 61 L a suerte del caracol 62 A Ntida, la amiga de todos 63 Al caballero Andrs 64 Moreno Sembr mi semilla 65 Sal de las tinieblas 66 El valor de la vista 67 Vida despus de la muerte 68 A mi padre 70 A Cirilo Munoz 71 A mis hijos 72 Monte Cid 73 Ser madre 74 Dando gracias a la vida 75 Como el toro 76 Mi vida 78 Tu obra no se olvida 79 La esencia de Miguel 81 Hernandez Templo de paz 83 Sueos 84 La noche bruja 86 Paloma mensajera 87 Padre nuestro 88 La Virgen de la Salud 89 Un da que no se olvida 91 vol mi alma 94 Vol mi alma 94 Otoo 95 Motivos 96 Las palabras no se las lleva el viento 97 Las penas no mueren 98 Monumento al minero 99 Soledad 102 Busco la paz 103 Enfermo de amor 105 La mujer de mi vida 106 Ro Vinalop 107 Alma de poeta 110 Ab s atrapados 111 Los puales de la vida 112 Etiopa 113 Ya no existen las Torres Gemelas Muerte y dulzura 118 No tengas prisa en crecer 119 El primer desengao 121 A Loba la Faraona 123 A Don Juan Madrona 124

Corazón de Mujer

Más documentos

Los escritos de José Jover González “De la Horteta”

Itinerarios de Elda y Rabosa

Recuerdos de Elda o Las fiestas de mi pueblo

Historias de mi mochila

Fuego y agua

Un recorrido por la historia eldense

Memoria Resumida de la Operación ATLAS-71

Don Emilio Castelar. Antología de su vida y obra (1832-1899)

Bloqueador de anuncios detectado