El poblamiento antiguo en Petrer

Francisco Javier Jover Maestre Gabriel Segura Herrero EL POBLAMIENTO ANTIGUO ENPETRER DE LA PREHISTORIA ~ A LA RO MANID AD TARDIA AJUNTAMENT DE PETRER CAIXA DE CREDIT DE PETRER UNIVERSITAT D’ALACANT EL POBLAMIENTO ANTIGUO EN PETRER DE LA PREHISTORIA A LA RO MANID AD TARDÍA liEC,Q’.)1!1DéCUJll’II COL.LECCIÓ VILA DE PETRER -- ffTKfH. Directora: Mª Carmen Rico Navarro Francisco Javier J over Maestre Gabriel Segura Herrero EL POBLAMIENTO ANTIGUO EN PETRER DE LA PREHISTORIA / A LA ROMANIDAD TARDIA AJUNTAMENT DE PETRER CAIXA DE CREDIT DE PETRER UNIVERSITAT D ’ALACANT El poblamiento antiguo en Petrer: De la Prehi storia a la Romanidad tardía/ Francisco Javier Jover Maestre , Gabriel Segura Herrero; [prólogo Mauro S. Hemández Pérez]. - Petrer: Ajuntament: Caixa de Credit; Alacant: Secretariat de Publicacions de la Universitat, D .L. 1995. 148 p.: 1 il., 18 plan., 13 dib.; 24 cm. -- (Vila de Petrer/ directora , Mª Carmen Rico Navarro; 2) . - II Premi d’Inve stigació ’Vila de Petrer ’,1991. - Bibliogr.: p. 123-130 ISBN: 84-7908-188-0 l. Petrer (Alicante) -Historia-Época prehistórica 2. Petrer (Alicante) -Historia-Edad Antigua , ha sta siglo VII 3 .Yacimientos arqueológicos-Petrer (A licante) I. Segura Herrero, Gabriel, coaut. II. Petrer (Alicante). Ajuntament, ed. III. Caixa de Credit de Petrer , ed. IV. Universitat d’Alaca nt. Secretariat de Publicacion s, ed. V. Título VI. Serie 946.031.5 Petrer ’ .. ./06’ 903 (460.315 Petrer) 904 (460.315 Petrer) ’ .. ./06’ Estudi premiat en el II Certamen d’investigació ’Vila de Petrer’ 1991 © Francisco Javier Jover Maestre Gabriel Segura Herrero Secretariado de Publicaciones Universidad de Alicante , 1995 Ajuntament de Petrer J.S.B.N.: 84-7908-188-0 Deposit Legal: A-212-1995 Edición a ca rgo de Compobe ll, S.L. Murcia ÍNDICE PRÓLOGO......... ....... .... .......... ........ ... .. ... ...... .............. ................. .. ... . .. .. . 9 INTRODUCCIÓN....... .................. ...... ...... ....... ..... ... .. ...... ... ........ ...... ...... 13 MÉTODO DE TRABAJO................ ............................................ ..... 14 MARCO GEOGRÁFICO.... ..................................... ........... .............. 22 YACIMIENTOS ARQUEOLÓGICOS ............ .......... ............................ 27 EL PRIMER POBLAMIENTO Cueva del Hacha........................ ...... .......... .... .... ......... .......... ..... 27 EDAD DEL BRONCE Castell de Petrer.. ............ .. .... .......... .............. ........................ ..... 33 Catí -Forada ...... ........... .... .. ......... ................................................ 35 Punta l de l Ginebre .... .... .. .. ........................ ........ ........ ........ ......... 39 Mirabuenos . . . . . . . .. . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41 Alt del Perrió .. .. ........................ ................ ........................ ......... 44 Valoración cultural . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4 7 ÉPOCA IBÉRICA Chorrillo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51 Hoya de Ca pral a .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. 60 Mirador de la Sierra del Caballo ...................... ........ ...... .... ....... 73 ÉPOCA ROMANA Caprala ...... ... ....... .... .... .... ..... .... .... ....... ................... .... .. ........ .. .. .. 76 Els Castellarets . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 90 Gurrama ............... ..... ..... ............................... ............. .......... ...... 93 Villa Petraria .... .... ... .. ... ...... .. ........ ............. ... ... .. ... .. ... ... .. . .. ... .. .... 97 LA DINÁMICA DEL POBLAMIENTO ANTIGUO EN PETRER .... . 109 Los primeros indicios acerca del poblamiento: El enterramiento múltiple de la Cueva del Hacha .................... ...................... .............. 109 La Edad del Bronce en Petrer: El Vinalopó como frontera .. ...... .. ... 111 7 El poblamiento ibérico en Petrer: La constatación de una organización territorial . . . . . . .. ... .. .. . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . .. .. . . . . .. . . . . . . . . . . . . 116 El poblamiento romano en Petrer: La Vía Augusta como generadora de la romanización del Vinalopó .. . . . . . . .. . .. . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . .. .. . . . . . . .. . 119 BIBLIOGRAFÍA............................................. ....... ......... .. ..... ... ...... ....... . 125 RELACIÓN DESCRIPTIVA DEL MATERIAL................................... 133 8 PRÓLOGO El Vinalopó es el río arqueológico por excelencia del País Valenciano. Camino o frontera , en algunas ocasiones las dos cosas en determinados momen tos de nuestro devenir histórico , es el paradigma del papel que han jugado los cauces de los ríos, aunque sea tan seco, degradado y tan poco río como éste, en el desarrollo de las sociedades humanas. Siempre ha sido camino , como lo es hoy , para las tierras de la Meseta que se asoman al Mediterráneo a travé s de su ancho cauce o que reciben de é ste toda la sab ia de su milenaria cultura . También es camino , aunque sea para atravesarlo , entre las tierras murcianas y el resto del País Valenciano . Durante mucho tiempo fue sólo camino. Ya lo era hace más de 6 .000 años , cuando los primeros agricultores y ganaderos se desplazaron desde su cabecera hasta las proximida des de Elche , tal como atestiguan las cerámicas de Ledua (Novelda) y La Alcudia (Elche). Durante el III milenio a .C. siguió siendo camino , posib lemente en las dos direcciones de su cauce y también cruzado para de sde Murcia y Almería adentrarse hacia el resto de Alicante y Valencia . Poblados en el llano y numerosas necrópolis en cuevas naturales abiertas en las laderas de las sierras que bordean el río confirman, a partir de los ajuares de estas últimas, que nos encontramos ante una s tierras abiertas a todas las influencias , que matizan , enriquecen y trasmiten a sus vecinas . Es en el II milenio a .C. cuando el Vinalopó , sin dejar de ser camino , se convierte en posible frontera, sobre la que se ha generado una de las discusione s más estérile s de la investigación arqueológica va lenciana, desde que hace más de tre s décadas M . Tarradell trasladara a este río las fronteras entre la cultura argárica y el llamado Bronce Valenciano, para incluir en la primera los poblados que J . M ª Soler había descubierto y excavado en Villena. En diversas ocasiones hemos manifestado nuestras reservas sobre esta hipotética frontera. No creemos que exista . Se trata de un espacio , éste de la cuenca del Vinalopó, donde se localizan algunos poblados argáricos o , al menos , intensamente argarizados durante algunos momentos de su ocupación que coexistían en el espacio y en el tiempo con otras poblaciones que difícilmente podrían considerarse argáricas y menos aún del Bronce Valenciano, aunque algunos de sus útiles y la abundanci a de metales recuerden al importante foco cultural del Sudeste y el tipo de asenta- 9 miento, ritual funerario y ciertas formas y pastas cerámicas encajen dentro de ese confuso y cada vez menos definido Bronce Valenciano. En nuestra opinión, no es argárico el Vinalopó , pero tampoco pertenece al Bronce Valenciano. Como en todas los territorios de « fronteras » culturales, siempre permeables y nunca físicas , se produce un proceso de simbiosis, sin perjuicio de que exista una jerarquización del territorio en el que los poblados argáricos o argarizados desempeñan el papel de núcleo central o centro de prestigio. Es en los inicios de este II milenio a.C. cuando, según nos señalan los autores de esta monografía , se produce la primera ocupación humana de Petrer. Poco después los cinco poblados de la Edad del Bronce confirman un pobla miento que se constatará , asimismo, en el período ibérico y romano, por hacer referencia al espacio temporal que se estudia en sus páginas. Son precisamente dos yacimientos -uno de la Edad del Bronce y otro romano-- los que han convertido a Petrer en cita obligada en los estudios arqueológicos valencianos. El primero es Catí-Forada, conocido desde princi pios de siglo, del que procede la única datación absoluta para la Prehistoria del Medio Vinalopó , repetidamente citada en todos los estudios de la Edad del Bronce. Era sólo una fecha -1552±75 a.C.- , sin otro valor que el probatorio de una ocupación humana que ahora con un mejor conocimiento de nuestra Prehistoria comienza a adquirir su verdadero significado . La otra referencia es el mosaico de la llamada Villa Petraria, tantas veces citado pero nunca bien estudiado. A partir de estos dos yacimientos, además de algunas, muy pocas , referen cias sobre otros, F.J. Jover Maestre y G. Segura Herrero, han elaborado un excepcional estudio sobre el poblamiento prehistórico y antiguo de Petrer. Han dispuesto para ello de la información y materiales recopilados por aficionados y por otros arqueólogos locales, que ellos han estudiado e interpretado correc tamente . Se trata de una investigación que es fiel reflejo de la vocación arqueo lógica de los autores, que pudimos comprobar desde su mismo ingreso en la Universidad, y de su excelente formación, tanto en el plano metodológico como en los trabajos de campo y el estudio de materiales. Todo ello explica que ahora no estemos ante una simple erudición arqueográfica, por desgracia dema siado abundante en nuestros estudios. En este caso nos encontramos ante una exhaustiva, metódica y correcta descripción de yacimientos y materiales y , lo que es más importante, ante un verdadero estudio histórico, aunque para mu chos podría ser un contrasentido, y no lo es, hablar de Historia cuando una parte importante de estas páginas se dedica a la Prehistoria o a una Historia Antigua sin escritura local, ya que a partir de la información arqueológica, insistimos excelentemente analizada , en la segunda parte de esta monografía se realiza una modélic a propuesta del poblamiento de Petrer , en algunos aspectos discutible, como corresponde a toda investigación bien hecha en nuestra disci plina, lo que demuestra la madure z intelectual de éstos, sin embargo, jóvenes arqueólogos . Sin ningún tipo de reservas, podemos afirmar que este libro de F.J. Jover y 10 G. Segura constituye una extraordinaria aportación, desde estas tierras del Sur, al conocimiento del poblamiento prehistórico y antiguo del País Valenciano y para los habitantes de Petrer el mejor referente para conocer a sus más antiguos habitantes. La cultura, y no exclusivamente las obras públicas o los descubrimientos científico-técnicos , también ayuda al progreso. Numerosas y variadas activida des culturales demuestran que el Ayuntamiento de Petrer es consciente de ello. Su apuesta por el futuro se refleja en las convocatorias anuales de premios de investigación sobre Petrer, y, lo que es más importante, en una decidida política editorial, alejada de esterilizantes localismos, de ahí sus coediciones con la Universidad de Alicante. Su colección Vila de Petrer, bajo la atenta y cuidada dirección de M ª Carmen Rico Navarro, es la mejor prueba. San Vicente del Raspeig, Febrero de 1995 Mauro S. Hernández Pérez 11 INTRODUCCIÓN Con la publicación de este trabajo queremos contribuir a completar una laguna en el conocimiento de la historia de Petrer. Si bien es cierto que las etapas más recientes del poblamiento humano en tierras de Petrer se encuentran bien estudiadas y conocidas gracias a la profusión de serios trabajos de investi gación realizados, entre otros autores, por J.V. Cabezuelo, H. Navarro, C. Navarro, S. Pavía, J.M. Payá, T.V. Pérez y M.C. Rico, no es menos cierto que los momentos más antiguos habían sido tratados de forma parcial e inconexa. Aunque desde hace unos años se han publicado varios trabajos y noticias que tenían como objeto el estudio de un período o de una evidencia material del poblamiento más antiguo, la escasa difusión de los medios donde se han edita do y la necesidad de que ese cuerpo documental fuese tratado globalmente, fue lo que nos motivó a presentar al II Premio de Investigación ’Villa de Petrer’, convocado por la Concejalía de Cultura del Excmo. Ayuntamiento de Petrer, un proyecto de investigación cuyos resultados quedan plasmados en la presente obra. El libro que el lector tiene en sus manos, pretende mostrar el estado actual de la investigación arqueológica en las etapas anteriores a la islamización, combi nando las datos obtenidos a partir del trabajo de campo y una exhaustiva labor de reflexión sobre las noticias publicadas con anterioridad a la redacción de este trabajo. Y al mismo tiempo, queremos dar a conocer los restos arqueológicos documentados, con la intención de conseguir que todos los ciudadanos sean conscientes de la necesidad de proteger y valorar en su justa medida todo nuestro Patrimonio Histórico, desde el que posee un carácter ’monumental’ y ’simbólico’ hasta el resto arqueológico más pequeño. El presente estudio se ha estructurado en una serie de capítulos, iniciándose con la exposición del método utilizado, dando las claves para la mejor compren sión del trabajo; le sigue una necesaria introducción geográfica sobre Petrer, donde combinando datos de la geografía física y de la climatología actual, intentamos acercar al lector al medio natural donde se desenvolvió el pobla miento; a continuación pasamos a exponer uno a uno y ordenados por etapas culturales, todos los yacimientos arqueológicos conocidos en la actualidad, así 13 como el estudio de las evidencias materiales. Por último, intentamos con una visión crítica, establecer la evolución y dinámica del poblamiento . Quisiéramos acabar expresando nuestro agradecimiento tanto al Excmo. Ayuntamiento de Petrer a través de su concejal delegado de Cultura, Juan Conejero , por haber confiado en lo que hace tiempo fue un simple proyecto e incluir esta obra dentro de la Col.lecció Vila de Petrer, como a la Caja de Crédito de Petrel, por contribuir desinteresadamente a la difusión de la historia de Pttrer. Al igual que tampoco podemos olvidar en estas líneas, a María del Carmen Rico Navarro, amiga e infatigable colaboradora a la que tanto debemos . También agradecemos a Antonio Poveda, director del Museo Arqueológico Municipal de Elda, las facilidades dadas para el estudio de los materiales de Petrer allí depositados, así como todos sus consejos y sugerencias para el mejor análisis de los mismos y del poblamiento en Petrer. Igualmente, agradecer a la Dra. Feliciana Sala su ayuda en el estudio y planteamientos del trabajo; al Dr. Mauro S . Hemández , catedrático de Prehistoria en la Universidad de Alicante, por sus consejos, sugerencias y revisión de la obra; a Antonio Espinosa , becario del área de Arqueología de la Universidad de Alicante , por facilitamos los materiales y el acceso a su estudio sobre el yacimiento ibérico del Mirador; a Juan A . López por su colaboración y a todos aquellos que de un modo u otro nos han facilitado la labor. MÉTODO DE TRABAJO A la hora de abordar el estudio contábamos con la existencia de una serie de yacimientos arqueológicos , que junto a la cultura material aparecida en los mismos, nos ha servido de base documental en la que apoyar un análisis siste mático del poblamiento antiguo . La realización de un trabajo de estas características presupone el contacto directo , en primer lugar , con los propios yacimientos , pues ellos van a ser los protagonistas y, en segundo lugar, con todo resto conservado de cultura material relacionable con cada uno de los asentamientos. Estos dos aspectos , dejados a modo de herencia testimonial por los antiguos habitantes del solar de Petrer, han generado una gran cantidad de datos e información que hemos pretendido recoger de modo exhaustivo para poder comprender la dinámica histórica. Por tanto , uno de los fines primordiales del presente trabajo, ha sido la recogida de la mayor cantidad de datos posibles sobre cada uno de los asenta mientos -siguiendo un orden preestablecido -, teniendo en cuenta las limita ciones con las que contamos , ya que ninguno de los yacimientos arqueológicos estudiados ha sido excavado , ni siquiera prospectado con metodologías en uso y que el conjunto de restos de cultural material que estudiamos , no provienen de un contexto claramente definido ni delimitado . Únicamente , sabemos que proce den de un determinado asentamiento y que en su mayor parte han sido fruto de recogidas superficiales discriminatorias por parte de aficionados locales. Por ello, los datos referentes a los yacimientos (situación, descripción, entor - 14 no físico, historia de la investigación y estudio crítico del material) han sido recogidos en una ficha descriptiva estandarizada, intentando que fuera lo más completa posible, para con posterioridad, realizar una serie de valoraciones sobre el poblamiento en Petrer, relacionándolo con el ámbito comarcal. En la ficha tipo hemos hecho constar los siguientes apartados: l. Situación Hemos pretendido describir de modo breve y preciso la ubicación de todo s los asentamientos, proporcionando las coordenadas U.T.M. según los mapas topográficos del Servicio Geográfico del Ejército (E/1 :50.000). Analizando el conjunto de datos que hasta el momento existían sobre los yacimientos de Petrer, hemos comprobado que todos ellos ya están recogidos en la Memoria de Gestión Municipal de 1979 -1983 y en las Normas Subsidiarias de Planeamiento Urbano aprobadas en 1985. Junto a toda esta información acompañamos toda una serie de mapas a escala 1 :5.000, donde recogemos de modo todavía mas preciso la ubicación exacta -en un área de 1 km.- así como, sus dimensiones, señaladas por una trama diferenciadora. 11. Descripción Se ha hecho constar las características propias del asentamiento, estado de conservación, elementos constructivos, entorno geográfico, extensión y toda una serie de datos que consideramos interesantes para su mejor comprensión y estudio. 111. Entorno físico Aparecen recogidas aquellas características del entorno y emplazamiento que consideramos más interesantes para comprender el nicho geo-ecológico en el que se ubica el ase ntamiento . Para ello, se acompañan secciones del relieve según los mapas a escala 1 :50.000; se estudian las características de relieve del primer km. alrededor del asentamiento y la capacidad de uso agrícola de los s uelo s en 2 km. de radio, siguiendo las clases de suelo que establece E. Matarre dona (1983) y el mapa de pendientes del Instituto Geológico y Minero de España (1982). Enrique Matarredona, en su estudio sobre el Alto Vinalopó, establece 5 tipos de suelos. Siguiendo sus pautas, hemo s aplicado estos tipos a un radio de 2 km. para cada uno de los yacimientos. El objetivo ha sido, salvando las distancias en el tiempo y las posibles variaciones entre los suelos actuales y los paleosuelos, y no haciendo uso abusivo de los datos que nos proporcionan, aproximamos al entorno del yacimiento, intentando comprobar la posible funcionalidad del mis mo , fundamentalmente si su ubicación puede responder a la colonización de las mejores tierras para uso agrícola, o si por el contrario, la estrategia del asenta15 miento podría responder a otras cuestiones relacionadas con el control del territorio o la explotación de otros recursos. Todo ello ha sido contrastado con el resto de dato s -relieve, dimensiones del yacimiento, registro material , etc.-, intentando que fuese una aportación más al estudio general del medio geo arqueológico del yacimiento. Los tipos de suelos que ha distinguido E. Matarredona son los siguientes: Clase A.- Suelos con capacidad de uso muy elevada, con pocas o ninguna limitación y sin riesgo de erosión o riesgo ligero, por lo que son susceptibles de utilización agrícola intensiva . Clase B.- Suelos con capacidad de uso elevada , con limitaciones modera das, así como riesgos de erosión también moderados. Son susceptibles de utili zación agrícola moderadamente intensiva. Al presentar mayor número de limita ciones que los suelos de la clase A, necesitan una explotación más cuidadosa, donde se incluyen prácticas de conservación. Clase C.- Suelos con capacidad de uso mediana, con limitaciones acentua das y riesgos de erosión elevados. Susceptibles de utilización agrícola poco intensiva. El número de limitaciones de uso es mayor que la clase B , necesitan do una explotación todavía más cuidadosa o prácticas de conservación más complejas, por lo que el número de cultivos y rotaciones es más reducido que en los anteriore s. Clase D.- Capacidad de uso baj a, con limitaciones acentuadas y riesgos de erosión elevados. No son susceptibles de utilización agrícola. Presentan limita ciones para pastos. Clase E.- Son suelos no susceptibles de utilización agrícola, con capacidad de uso muy baja . Presentan limitaciones muy acentuadas con riesgos de erosión muy elevados, lo que limita su aprovechamiento para pastos, explotación de monte bajo y explotación forestal. IV. Historia de la investigación Se realiza un comentario sobre los datos bibliográficos acerca del yacimien to y estudios realizados sobre el mismo. V. Material arqueológico Planteado de una manera individualizada en cada uno de los asentamientos, a excepción de los materiales de la Edad del Bronce , que ha sido tratado en conjunto, debido al reducido número de registros que presenta la mayor parte de yacimientos . El estudio ha consistido en la realización de un inventario del material estudi ado, que en el caso de la cerámica se adjunta en una relación de base de dato s, utilizando claves descriptivas que a continuación presentamos. El hecho de que los materiales procedentes de algunos de los yacimientos no se hayan incluido, se debe a la circunstancia de haber sido correctamente estudiados y 16 publicados, como ocurre con el yacimiento del Mirador de la Sierra del Caballo (Espinos a, 1991) . La totalidad de materiales arqueológicos incluido s en la descripción es cerá mico . Para su mejor análisis y tratamiento estadístico hemo s utilizado un fichero de ba se de datos -DBASE III Plus -en el que se describen las caracterí sticas referentes a procedencia, número de inventario, características morfológicas , técnica s y tipomét ricas, todo ello distribuido en 13 campos para la Edad del Bronce ; 14 para época ibérica ; y, 13 utilizados en la descripción de materi ales del mundo romano . La relación descriptiva de campos que a continuación pasamos a describir , se presenta de izquierda a derecha . Se mantiene la m isma distribución de cam pos con independencia de la adscripción cultural del yacimiento. YAC.- Se hace constar el asentamiento del que procede el fragmento cerámico . Edad de la Bronce : CASTELL . ... .. ... ... . . FORADA . .... .. ... .. .. . GINEBRE ....... .... .. . MIRABU ....... .... .... . PERRIÓ ....... ... .. .. ... . Yacimientos ibéricos: CH .............. ....... ... . . CP . .. .. ... .. ..... .. .. .. .. ... . Yacimientos romanos : CP ... ... ..... ... .. .. . ..... .. . GU .... ......... ..... .... .. . . Castillo de Petrer Catí -Forada Puntal del Ginebre Mira buenos Alt del Perrió Chorrillo Hoya de C aprala Caprala Gurrama SG.- Corresponde al número de inventario a signado dentro del regi stro general al catálogo de piezas que presenta , bien en la Colección Municipal d e Petrer , o bien en el Museo Arqueológico Municipal de Elda. B.- De scripción formal del borde del vaso cerámico . Hemos di stinguido las siguientes variantes: R . .......... .... .. ... .... ... . . RE .. .... ... .... ... . .. ... .... . RS ........... .. .... ..... .... . EN . ..... ........... .... .... . RC ... ... .. .. ... ...... ...... . RV ... ... ... ... . ... ....... .. . EX .. ... .. ... .. .. .. .. .. ..... . Recto Recto entrante Recto saliente Entrante Recto convexo Recto cóncavo Exvasado 17 Para bordes específicos del mundo ibérico hemos incluido los siguientes tipos que, en algunos casos, al mismo tiempo de indicar el tipo de borde, señalan el labio. EXZ ...................... . . EXT ....................... . EXE ......... ..... ......... . RT .......................... . RA ......................... . V ............................ . Exvasado zoomorfo Exvasado triangular Exvasado engrosado Recto triangular Recto almendrado Vuelto L.- Corresponde a la descripción formal del labio, entendido como la parte superior del borde del vaso cerámico. Basándonos en la forma que describe de perfil distinguimos: ex ......................... . CV ............. ............ . PL ........ ......... ....... .. . BI .............. ........ ..... . BE ........... ......... ...... . EN ... ... .... ............... . CBI ........................ . EE .......................... . AP .......................... . Convexo Cóncavo Plano Biselado interior Biselado exterior Engrosado Convexo-biselado interior Engrosado exterior Apuntado Se pueden dar combinaciones de dos tipos de labios. GC.- Describe el grupo cerámico en el que se incluye la pieza. El campo de grupos cerámicos solo se introduce en el mundo ibérico y romano, dado el alto grado de conocimiento tipológico existente. Podemos distinguir: IC ............. .............. . IP ........................... . ICO ........................ . GFR ....................... . CR ......................... . CRA ....................... . RP ................. ......... . TSI ......................... . TSG ....................... . TSH ....................... . SCA ....................... . SCD ....................... . 18 Ibérico común Ibérico pintado Ibérico de cocina Ática de figura roja Común romana Común romana africana Romana pintada Terra sigillata itálica Terra sigillata gállica Terra sigillata hispánica Sigillata africana ’clara A’ Sigillata africana ’clara D’ FORMA.-Campo utilizado exclusivamente para los materiales cerámicos de la Edad del Bronce. Se refleja, si existiera, la forma del vaso cerámico siguiendo la tipología basada en formas geométricas de M.R. Seronie- Vivien (1975). BA.- Se hace constar el tipo de base que puede presentar el vaso. Distin guimos: ex .... .. ..... ........ ...... . PL ......... ... ...... ... ..... . PI ............. ...... ........ . CO ........... .... ... ....... . Convexa Plana Pie Convexa con ónfalo Para el mundo ibérico introducimos en uso las claves: A .. .......................... . AR ........................ . . ACV ................... ... . ACX .................. .... . Anular Anular rectilínea Anular cóncava Anular convexa AP o V.- Describimos los apéndices de sujeción y el número de los mismos que presenta el vaso cerámico. Distinguimos para la Edad del Bronce: M ....... .. ....... .... ...... . . L ... ......... ... ............ . . CH ....... .. ............ .... . CV ... .... .................. . Mamelón Lengüeta Cinta horizontal Cinta vertical Para el mundo ibérico y romano aparece el campo V. Se incluyen los siguiente tipos posibles en los que además se registra su número: A ....... .......... .... ....... . B .................... ........ . G .. ................... ....... . L ··························· ·· T .................. .. .. ... ... . Asa Baquetón Galbo Laña Tapadera DEC.- Se hace constar el tipo de decoración. Pueden ser para la Edad del Bronce: IM ..... ............ ......... . Impresión Para el mundo ibérico y romano, siempre referido a decoración pintada: 19 BME .. .. .. ... .... ... ...... . M I .... .. .. ... ... .......... .. . BEL .. ...... ... : ... ....... . . BE ....... .. .... .. .. .. .. .. .. . . Banda monocroma exterior. Banda monocroma interior Banda monocroma en el labio Banda bícroma en el exterior Además de las ya expuestas se pueden dar múltiples combinaciones posibles. TBE ...... .. .. .... ........ . . Triángulo monocromo a l exterior. GT.- Este campo únicamente para yacimientos ibéricos y romanos, recoge según las tipologías que más adelante indicamos, e l tipo cerámico a l qu e perte nece la pieza. Suele aparecer la denominación comp leta del tipo, aunque en algunos casos, dada la extensión del mismo, se abrevia mediante el emp leo de las primeras letras. También se hace constar el su btipo. La única excepción ha sido disting uir un grupo denominado «PP LA TO» refiriéndonos a las bases de los platos ibéricos sin borde, con el objeto de poder distinguir dentro del conjunto tipológico de los platos, q ue corresponde a bordes de platos y a bases. CO o P. - Describimos el color de la pas ta cerá mica. Toda la gama de colores posib les la hemos reducido a dos tipos . Por una parte, las pastas anara n jadas que corresponden a una cocción oxidante y, por otra, las pastas grises que corresponden a una cocción reductora. Hemos distinguido para la Edad del Bronce los siguientes campos: N ......... .... ......... ...... . G ..... ...... ......... ........ . NG ......... ... .... .. .... ... . NGN ......... ..... .. ...... . Anaranjada Gris Anaranjado/ gris Anaranjado/ gris/ anaranjado Para las cerámicas ibéricas o romanas se han utilizado los criterios de co lo ración observables macroscópicamente, pudiendo ser: A ...... .... ... .. ..... ........ . M ... ......... ...... ......... . R ... .. .. ..... ............... . . B ......... ................... . S ......... ........ ....... ..... . G ........................ .... . Anaranjada Marrón Rojo Beig Sandwich Gris TRE. - En este campo se describe el tratamiento que presenta la superficie de los vasos cerámicos de la Edad del Bronce en su cara exterior. Los tratamien tos que puede presentar son: 20 B .... .......... .... ..... ..... . A .... .......... .... .......... . ES ........... ..... ....... ... . G ....... ........ ........ .. .. . . ER ...... .... .. ... ...... .. ... . Bruñida Alisada Espatulada Grosera Erosionada TRI.- Se describe el tratamiento de la superficie interior de los vasos cerámicos de la Edad del Bronce . Los tipos representados son los mismos que en el tratamiento del exterior. D.- Se hace constar el tamaño del desgrasante mineral, pudiendo ser: G .......... ............ .... .. . M .... ..... .. ...... .......... . P ...... .... .... ... .. ........ .. . I ..... .... ... ....... .. .... .... . Grande( + de 2 mm.) Mediano ( 0 ,5 -2 mm.) Pequeño (- 0 ,5 mm .) Inapreciable También se hace constar si la presencia es: E ······ ····· ············· ·· ··· A ..... ...... .... .. ........ ... . Escasa Abundante DB.- Diámetro máximo de la boca del vaso o en su defecto el de la base . Aparece en centímetros. OBS.- Hacemos constar aquellas características de la pieza que por su dificultad de cuantificar, creemos que son interesantes de reflejar o que suponen matizaciones de campos anteriores. Así por ejemplo, podemos hacer constar si está o no erosionada, el motivo decorativo, presencia de vacuolas, marcas de alfarero , engobe , etc . FIG.- Consta el número de figura según la lámina en la que aparece la pieza cerámica a la que se hace referencia. Una vez establecida la relación descriptiva de cada uno de los materiales se ha realizado un estudio crítico , consistente en toda una serie de valoraciones sobre los mismo s - análi sis de su características tecnológicas , estadísticas , tipo lógicas , cronológicas y culturales- . Dada la diversidad cronológica de asenta mientos así como la diversidad cerámica de cada uno de los mismos , utilizamos diferentes clasificaciones tipológicas. En el caso de los materiales cerámicos de la Edad del Bronce hemos seguido la clasificación a partir de formas geométricas propuesta por M.R. Seronie Vivien (1975) . Para la cerámica ibérica la tipología propuesta por C. Mata (1991). Y en el estudio de la cerámica romana hemos empleado diferentes 21 tipologías según el grupo cerámico. La terra sigillata ha sido estudiada siguien do las clasificaciones propuestas por Goudineau (1968), Pucci (1977) y Dragen dorff (1948) para la itálica; Dragendorff (1948), Oswald (1931) y V. Montesinos (1991) para las marcas de alfarero, y Mezquiriz (1961, 1983) para las produccio nes hispánicas de terra sigillata. Para las A.R.S. (African red slip ware) utiliza mos la tipología propuesta por J.V. Rayes (1972) y A. Carandini (1981) . Para la cerámica común hemos empleado fundamentalmente a M. Vegas (1972) y a M. J. Sánchez (1984) . VI. Valoración cultural Por último, el tercer apartado consiste en la realización de una valoración cultural crítica de todo el conjunto material de cada uno de los yacimientos y su contexto físico. El objetivo de esta ficha ha sido conectar y ordenar la mayor cantidad de datos posibles, con el fin de establecer una base empírica, lo suficientemente coherente y sólida, como para realizar inferencias históricas objetivas, detalla das en las conclusiones del poblamiento. Con éstas , hemos pretendido llegar a un estudio del poblamiento de una forma sincrónica y diacrónica , realizando toda una serie de valoraciones a modo de conclusiones sobre el poblamiento en Petrer, tratado en sí mismo y en relación con el poblamiento en el Vinalopó, zona claramente definida, tanto geográfica como culturalmente, desde la Prehis toria hasta la actualidad. MARCO GEOGRÁFICO En la comarca del Medio Vinalopó, situada al Oeste de la provincia de Alicante, se ha podido distinguir una compartimentación comarcal con áreas de características físicas diferentes. Nos referimos a la dualidad de municipios desarrollados en el corredor del Vinalopó: Salinas, Elda, Petrer, Monóvar, No velda, Monforte y Aspe, frente al conjunto del extremo occidental: Pinoso, los Hondones y la Algueña, que son , más bien, una prolongación de los altiplanos de Yecla-Jumilla. Atendiendo a esta dualidad y centrándonos en la primera de las áreas , donde el elemento físico predominante es el río que se abre camino a través de una serie de pliegues montañosos transversales utilizando un amplio valle desde Villena hasta Elche, hay que tener en cuenta que el curso medio del Vinalopó está subdividido en unidades o cuencas separadas por umbrales mon tañosos en los que se encaja y se marca el paso de una a otra unidad. Así, el umbral de la Sierra de la Torreta define por el Norte el Valle de Elda; por el Sur, los montes del Sambo y Bateig separan esta unidad de la huerta de Novelda , Aspe y Monforte (Arroyo, 1978: 509). El término municipal de Petrer (Figura 1), con una superficie de 104,2 km 2 y una población de 25.351 habitantes, está comprendido en parte en el espacio conocido como Valle de Elda y delimitado orográficamente por las siguientes 22 unidades de relieve: al Norte, las estribaciones meridionales de la Sierra de la Argueña; al Este, la Serranía del Maigmó; al Sur, las estribaciones meridionales de la Sierra del Cid ; y a l Oeste, el curso del río Vinalopó . Relieve El relieve de Petrer se caracteriza por un predominio montañoso que oscila en tomo a los 900 m. s.n.m . Únicamente, una estrecha franja de glacis de acumulación situada al Oeste del término, ocupando una superficie de 350 Ha. y en directa relación con el río Vinalopó, se puede considerar como tierras llanas. En general, entre las alineaciones montañosas que con frecuencia superan los 1.000 m. de altitud, se abren estrechos valles. La disposición de estos relieves supone una barrera natural para las comunicaciones. Entre los dominios montañosos destacan tres grandes unidades de relieve: la Sierra del Cid, la Sierra del Caballo y las estribaciones meridionales tanto de la Sierra de la Argueña como de la Sierra de Castalla-Maigmó (Figura 1). La Sierra del Cid es el conjunto montañoso más elevado de la comarca alcanzando los 1.127 m., extendiéndose al Sureste de Petrer. En la misma se incluye los Puntales del Ginebre. La Sierra del Caballo situada al Norte del casco urbano, es un macizo calizo que alcanza su máxima altura en los 933 m . s.n.m. Está separado de la población por la rambla de Pw;:a que discurre por su vertiente meridional. Y, por último, las sierras del Norte y Noreste de Petrer pertenecientes a otras unidades de relieve que tienen su máximo desarrollo en el municipio vecino de Castalla . Entre estas elevaciones aparecen hondonadas a modo de pequeños valles, situados en cotas superiores a los 700 m. de altitud, entre los que destacan los valles de Pu~a, Caprala, l ’Almadrava, Cancio y l ’Administració. No obstante, la mayor parte de las tierras llanas de Petrer se encuentran situadas al Oeste del término, sobre los glacis de acumulación que desde los relieves antes descritos descienden al curso del río Vinalopó. Precisamente, la cuenca de este río se revela como factor fundamental del relieve del valle medio del Vinalopó, al abrirse camino a través de los pleg a mientos montañosos, originando una importante vía de comunicación que sec ciona transversalmente las alineaciones montañosas. Se convierte así, en el eje de tránsito entre el litoral alicantino y el interior peninsular. No en vano la primera línea férrea que unió Madrid con la costa fue la que discurriendo por el valle del Vinalopó llegaba hasta Alicante. Por ello, debe tenerse en cuenta el papel que como corredor ha jugado el río a lo largo de la historia , pues ante todo es una vía de comunicación y de asentamiento humano fundamental. Geológicamente , todo el relieve de la zona está formado por materiales secundarios a los que se ha superpue sto el Terciario y , en ocasiones , el Cuater nario. En la Era Terciaria la orogénesis alpina actuó sobre los materiales sedi mentados durante el Mesozoico dando lugar a todo el relieve montañoso. Éste se encuentra integrado dentro del basto dominio de las alineaciones montañosas de 23 Figura 1 Situación geo gráfica del términ o muni cipal de Petrer. dirección bética (SO-NE) que constituyen el área más meridional del Prebético Interno (Prebético Meridional) en contacto ya con el Subbético . Es precisamente en la alineación Sierra de las Pedrizas-Sierra del Cid donde se ha situado el límite entre los dominios Prebético , al Norte , y Subbético, al Sur (Ponce y Juárez , 1985: 259). Frente al origen terciario del relieve, la orografía de las tierras llan as se configura, como ya hemos vi sto en líneas anteriores , durante el Cuaternario. Con los movimientos alpinos además de producirse el plegamiento de los sedimentos también se producen fallas y fracturas , como la falla del Vinalopó que corta perpendicularmente a toda la serie de alineaciones prebéticas y subbé24 ticas formando un gran arco fallado desde Cofrentes hasta Elche. Esta fractura ha posibilitado el avenamiento de las distintas cubetas semiendorreicas y de los valles intramontanos configurándose un canal de drenaje, al mismo tiempo que el lugar idóneo para el trazado de las vías de comunicación. En Petrer destaca el bloque intensamente fracturado de la Sierra del Cid, formado por calizas del Cretácico Superior, en cuya base aflora el Trias. Las calizas afectadas por una compleja tectónica se encuentran fracturadas dando lugar a unos saltos de fallas que perfilan imponentes escarpes y la hacen inacce sible en muchos sectores. La máxima altitud se consigue en el espectacular espolón rocoso de la Silla del Cid y una caída casi vertical de unos 400 m. hasta el piedemonte. Esta unidad constituye el límite oriental de la zona estudiada y actúa de divisoria de aguas entre la cuenca media del río Vinalopó y el valle de Agost, cuyas ramblas vierten directamente en el mar Mediterráneo (Ponce y Juárez, 1985:259-260). Clima El clima actual de la comarca, y por extensión el del término municipal de Petrer, entra de lleno en el tipo mediterráneo, caracterizado por la suavidad de los inviernos que contrasta con una fuerte sequía estival y por sus escasas precipitaciones, que caen en otoño y primavera (Arroyo y Bernabé , 1978:510). A grandes rasgos, las condiciones climáticas vienen caracterizadas por la posición geográfica a medio camino entre los rasgos continentalizados que definen el clima del Alto Vinalopó -Villena -, donde son frecuentes las hela das invernales y los contrastes térmicos son más acusados, y unos caracteres en el Bajo Vinalopó -Elche -con unos índices de humedad mayores y una oscilación térmica menor. Si comparamos las temperaturas medias de la estación meteorológica de Elda con las de Monforte y Pinoso, situadas en los dos extremos de la comarca, observamos que representa el escalón intermedio entre ambas. La primera, más cercana que Elda de la costa, tiene unas temperaturas más suaves (l l ºC en enero y 25 ,6 ºC en julio); Pinoso , en el interior presenta unas temperaturas más extre mas (7,6 ºC en enero y 26,3ºC en julio); y en Elda en una posición intermedia (9ºC en enero y 26ºC en julio) (Botella y Puche, 1986:53) . Así cabe suponer que a medida que ascendemos hacia el Norte y hacia el Oeste por los corredores transversales y por el Vinalopó la temperatura media va descendiendo gradual mente, es decir , se constata un ligero aumento de la amplitud térmica hacia el interior: los inviernos son más fríos y los veranos más calurosos. Las medias estacionales de la comarca: primavera, 15, 2ºC; verano, 25ºC; otoño, 16, 7 º C; invierno , 8, 4º C, indican que en el Medio Vinalopó no hay invierno meteoroló gico propiamente dicho. En cuanto a las precipitaciones prácticamente toda la comarca presenta medias inferiores a los 300 mm. (1944-1974) . Sólo Petrer, debido a su carácter montañoso , y Pinoso , ambas marginadas del canal central , superan este tope. 25 Las precipitaciones acusan un importante receso estival y las cantidades máxi mas se registran en los períodos equinocciales, de otoño y primavera, estaciones del año que recogen más de la mitad del total anual. Los meses más lluviosos son octubre y abril y los meses más secos julio y agosto (Arroyo y Bemabé, 1978: 511). Con frecuencia en otoño se dan unas condiciones meteorológicas que ocasionan precipitaciones de fuerte intensidad horaria. Éstas originan espo rádicas crecidas del río Vinalopó debido a su gran cuenca y extensa red de ramblas tributarias , entre las que destacan en Petrer, la de Caprala, Pu~a o Els Molins, Salinetes y Bateig. Las altas temperaturas registradas a lo largo de todo el año, la escasez de precipitaciones y la irregularidad interanual determinan unas elevadas condicio nes de aridez para la comarca con graves efectos sobre la agricultura y cobertera vegetal. Esta indigencia pluviométrica es la que va a determinar la serie de actuaciones del agricultor tendentes a corregir la deficiencia hídrica con la práctica del riego, cuyos caudales se e xtraen del subsuelo o tienen que ser importados de otras áreas . En la comarca, de manera habitual , se importan caudales del Alto Vinalopó (Ponce y Juárez , 1985 : 265). De acuerdo con todo lo dicho , Petrer quedaría caracterizado en la actualidad por un clima mediterráneo seco, templado cálido con acusada sequía estival y lluvias preferentemente equinocciales. Desconocemos si estas características climáticas han variado a lo largo del tiempo. Siguiendo la opinión de algún autor sobre el paleoclima en el Sureste de la Península Ibérica (Chapman , 1991 ; Arteaga, 1992) podríamos admitir que no ha variado enormemente desde los momentos más cercanos de la Prehistoria reciente . Afirman que el clima del 111 milenio a .C. e inicios del II milenio a.C. se caracterizaría por una relativa mayor humedad (Arteaga , 1992: 187) . Lo que sí habría cambiado enormemente es el paisaje y el biotopo autóctono . Sabemos por los estudios de fauna realizados en yacimientos arqueológicos del Alto y Medio Vin alopó , que se ha producido una extinción de un gran número de especies salvajes --ciervo, cabra montesa , jabalí , corzo- que nos habla de zonas de bosque mediterráneo , bosque galería y zonas abiertas de pastos (Diesch y Boesneck, 1969; Benito , 1991; Soler , 1991) , corroborado además, por los análisis antracológicos que atestiguan la presencia de especies como la encina, el pino carrasco y en zonas muy concretas , el sauce (Badal, 1990). Al mismo tiempo, se ha comprobado la progresiva colmatación de las anti guas desembocaduras de los ríos del Sureste -Antas, Aguas, Almanzora, Segu ra , Vinalopó-- navagables muchas de ellas , hasta bien entrada la Edad Media. No fue hasta este período , y sobre todo durante la época moderna y contempo ránea, cuando la erosión acabó de colmatarlos. Si bien las actividades productivas humanas han incidido en la naturaleza al acelerar las causas erosivas que han hecho transformar el paisaje, hemos de tener presente que ha sido en los siglos más recientes cuando se ha alcanzado magnitudes verdaderamente catastróficas, arrasando los vestigios que quedaban de los antiguos paisajes (Arteaga, 1992: 188). 26 YACIMIENTOS ARQUEOLÓGICOS EL PRIMER POBLAMIENTO CUEVA DEL HACHA l. Situación En la orilla izquierda del río Vinalopó, a escasos metros por encima de la presa del Pantano de Elda y del yacimiento de la Terraza del Pantano (Elda) (Figura 2). Altitud s.n.m.: 480 m. Coordenadas U.T.M .: 30SXH926637 . Mapa topográfico del Servicio Cartográfico del Ejército. Hoja n º 871. Elda. (Escala 1: 50 .000) . II. Descripción En lo alto de la éstribación montañosa que corre paralela a la Sierra de la Torreta , produciendo el angostamiento del cauce del río Vinalopó , que fue utilizado en el siglo XVII para la construcción de un pantano, se abre una covacha natural a modo dé gatera aprovechando la comisa que corona la cumbre del monte . Se encuentra en la ladera meridional, hallándose la entrada orientada al Sur (Figura 3) . La cavidad se encuentra prácticamente vacía por lo que resulta muy fácil comprobar sus dimensiones: 4 m. de longitud; 70 cm. de altura en la zona de acceso, disminuyendo a medida que se adentra hasta la unión del techo con el suelo; y , 1,20 m. de amplitud de boca , que también disminuye a medida que se adentra en la roca. Como hemos dicho, ésta se abre en la base de la comisa existente en lo alto de la alineación montañosa, aprovechando una pequeña inflexión o chaflán cóncavo. Su ubicación condicionó el cerramiento de la covacha mediante un muro semicircular , que todavía se conserva en gran parte y que mantendría la pequeña acumulación de piedras y tierra que tapaba el acceso. El muro está construido a base de piedras irregulares de mediano y pequeño tamaño , sin 27 Figura 2 Distribución general de yacimientos arqueológicos. J. Cueva del Hacha; 2 . Castell de P et rer; 3. Catí-Forada; 4. Ginebre; 5. Mirabuenos; 6. Perrió ; 7. Chorrillo; 8. Hoya de Caprala; 9. Mirador; JO. Caprala; 11. Castellarets; 12. Gurrama; 13. Villa Petraria. trabazón alguno, conservando en los puntos en que se adosa a la pared -ambos extremos- un alzado de dos o tres hiladas. La separación entre la boca de la cueva y la cara externa del muro es de 2,50 m., encontrándose el espacio entre ambos relleno tanto de la propia tierra de la cobertura, que está muy endurecida, como de la tierra de color gris y de textura muy suelta proveniente del vaciado de la cueva. Parte del relleno originario se encuentra también desparramado en el exterior del muro, formando un pequeño talud. Dada la situación en la solana de la sierra y la inexistencia de cubierta edáfica que caracteriza a estos montes, la vegetación existente alrededor de la 28 O 250m Íllllllll--=====i Figura 3 Mapa topográfico de la Cueva del Hacha. covacha se reduce a esparto y romero, especies adaptadas a condiciones extre mas. III. Historia de la investigación Descubierta en marzo de 1954 por J. Payá y excavada junto a J. Ruiz y J. Starli (Diario Información , 12-III-1954). Su descubrimiento fue dado a conocer en la prensa provincial , provocando una pequeña controversia con tumo de réplica y contrarréplica sobre la interpretación y valoración de los restos huma nos hallados (Navarro Pastor, 1954; Martínez Aguirre , 1954). A raíz de esta polémica, las autoridades municipales eldenses de la época se hicieron cargo de los restos arqueológicos con tan mala fortuna que cayeron en el olvido en las dependencias municipales y estuvieron a punto de ser perdidos. Recuperados por los miembros de la Sección de Arqueología del Centro Excursionista Elden29 se, integraron la colección del citado grupo, pasando a ser expuestos en una vitrina, donde han permanecido hasta hoy . Además, existe la noticia tanto oral, por parte de los miembros de la mencio nada sección, como bibliográfica, del hallazgo en superficie y de modo aislado, a unos 100 m. hacia el Este en el mismo monte, de un cráneo humano en muy mal estado de conservación (Poveda, 1988: 34), que bien pudiera corresponder a la misma cueva sepulcral o a una distinta y próxima. Por otra parte, hay que tener en cuenta que la Cueva del Hacha ha sido citada frecuentemente en la bibliografía como parte del tan próximo yacimiento de la Terraza del Pantano, llegando a describir de forma conjunta los materiales de ambos (Centro Excursionista Eldense, 1972: 201). El yacimiento fue valorado culturalmente por M.S. Hemández Pérez (1982: 17) quién hace un inventario del material arqueológico, adscribiéndolo al Hori zonte Campaniforme de Transición por la existencia en la Terraza del Pantano de un fragmento cerámico de tradición campaniforme, o al Bronce Pleno debido a lo poco significativo del ajuar. IV. Material arqueológico IV. l. Restos humanos - Dos fragmentos de frontal, que conservan parte de ambas cuencas orbita les. - Fragmento de cráneo facial, que conserva parte del maxilar superior con dos piezas dentales: molar y premolar. - Mandíbula con tres piezas dentales: dos molares y un premolar. - Metacarpo. - Seis piezas dentales: un molar, un canino, dos premolares y dos incisivos. En total se trata de 11 restos humanos, que por lo conservado parecen corresponder a 4 individuos como mínimo, sin que se puedan hacer mas preci siones hasta que no se realice un estudio anatómico correcto. IV.2. Industria lítica pulida - Hacha de forma trapezoidal, sección ovalada, corte convexo, caras bicon vexas, bordes convexos y talón truncado. Presenta toda su superficie repiquetea da a excepción del filo, que está pulido. Realizada en roca ígnea. 79 x 47 x 27 mm. Dimensiones del bisel: 22 x 49 x 25 mm. (Figura 4.1). - Azuela de forma trapezoidal, sección ovalada, corte rectilíneo, caras convexas, bordes irregular/convexo y talón redondeado. Presenta todo el cuerpo y talón repiqueteado y el bisel pulido. Realizada en roca metamórfica, posible mente sillimanita. Dimensiones: 82 x 46 x 26 mm. Dimensiones del bisel: 44 x 11 x 14 mm. (Figura 4.2). 30 2 O 3 Figura 4 Ajuar funerario de la Cueva del Hacha. : .¡¡ u e::::, 3 ( ¡/ 1 ¡ ;.1 ’ 1 1 ¡: ¡ ’1 31 IV.3. Metal - Fragmento de punzón de cobre arsenical (96,36% CU y 3,64% AS), de sección cuadrada. Longitud actual: 4,55 cm. Peso: 2,26 gr. Estado de conserva ción: oxidado y concrecionado. Nº de inventario: CH-15. IV.4. Industria ósea -Punzón óseo realizado sobre metapodio de bóvido o cérvido. El extremo distal de sección aplanada con tendencia rectangular está fragmentado, pero probablemente terminaba en punta. Por el contrario, el extremo proximal es redondeado con una sección más irregular de tendencia oval, al igual que el fuste. Presenta huella s de erosión orgánica causada por raíces, lo que enmasca ra parcialmente las huellas de elaboración o uso que pudiera conservar. Aún así, parece que la pieza se obtuvo mediante aserrado longitudinal de una diáfi sis y posterior abrasión. En la parte proxim al se aprecia una marca profunda paralela al eje de la pieza, de unos 4-5 cm. de longitud. Longitud máxima: 13,2 cm.; Anchura máxima: 1,2 cm.; Espesor: 0,5 cm. N º de inventario: CH -14. (Figura 4.3) . V. V a/oración cultural Se trata de una cueva situada en lo alto de las estribaciones de la Sierra de la Torreta , que fue utilizada para inhumar al menos 4 cadáveres. Presentaban todos ellos las cabezas situadas en el fondo de la cueva y los pies a la entrada. A los pies de los inhumados se colocó como ajuar, un hacha y una azuela de piedra pulida, una varilla de hueso y un punzón de cobre arsenical. Esta cueva fue cerrada mediante la construcción de un muro de tendencia semicircular que delimitaba la entrada. Esta característica también fue observada por J.M. Soler García (1981: 74) en algunas cavidades que excavó en Villena, como por ejem plo la Cueva del Puntal de los Carniceros, claramente asociada al yacimiento campaniforme que le da nombre y en la que también se inhumaron, al menos, 4 individuos. La inexistencia de cerámica, elemento característico de los enterramientos múltiples calcolíticos , junto a la presencia de ajuar metálico de cobre arsenical, nos permite paralelizarla a otra serie de cavidades de similares características como puede ser la Cueva de la Casa Colorá (Elda) (Hemández, 1982), Cueva del Alto nº 1, Cueva Oriental del Peñón de la Zorra, Cueva del Puntal de los Carniceros, Cueva Oriental de Salvatierra, o la propia Cueva del Molinico, todas ellas en Villena (Soler, 1981; 1984), encuadradas cronológicamente en momentos avanzados del III milenio a.c. o incluso en los inicios del II milenio a.c. 32 EDAD DEL BRONCE CASTELL DE PETRER l. Situación Sobre el cerro que domina la actual población de Petrer (Figura 2). Altitud s.n.m.: 519 m. Coordenadas U.T.M.: 30SXH948622. Mapa topográfico del Servicio Cartográfico del Ejército . Hoja nº 871. Elda. (Escala 1: 50.000). II. Descripción El poblado de la Edad del Bronce se asentaría sobre el pequeño cerro que , aunque muy modificado durante la Edad Media por la acción antrópica, presenta unas laderas de acusadas pendientes que dificultarían el acceso (Figura 5). Posee una cresta rocosa en la cima , sobre la que fue edificado , a fines del s. XII principios del s. XIII, un castillo almohade. La ocupación medieval conllevó el arrasamiento por completo de todos los restos del asentamiento de la Edad del Bronce . De éste , únicamente conservamos escasos fragmentos cerámicos y líti cos aparecidos en las excavaciones arqueológicas (Navarro Poveda, 1988). La situación geográfica del yacimiento le confiere una buena posición, con una cuenca visual amplia superior a los 60 km 2 ., con una mayor amplitud hacia el Suroeste, disponiendo de visión directa con varios yacimientos de la Edad del Bronce de Novelda . III. Entorno físico El cerro presenta una situación predominante sobre el entorno inmediato, de modo especial hacia el Suroeste , visualizando todo el glacis cuaternario que con una pendiente entre el 7 y el 0% desciende hasta el cauce del río Vinalopó (I.G.M.E., 1982). La altitud a la que se ubica el asentamiento es de 510-519 m. sobre el nivel del mar. En el área de 1 km. de radio, la cota mínima es de 420 m. y la máxima de 660. El asentamiento se ubicaría unos 20-30 m . por debajo de la media , lo que no implica una perdida de visualización sobre el entorno. Sí analizamos detenidamente la orografía circundante , comprobamos que hacia el Norte y Este, el cerro presenta un reducido campo visual, motivado por la presencia de fuertes relieves montañosos -Sierra del Caballo , Ferrussa -. Mientras que hacia el Oeste y Sur el relieve es descendente, de escasa pendiente y siempre a una altura entre 90 y 20 m. por debajo del asentamiento. Esto es contrastable con el mapa de capacidad de uso agrícola de los suelos en el área de 2 km. No existen grandes diferencias entre el primer y el segundo kilometro circundante. La s tierras susceptibles de utilización agrícola intensiva se corresponden con el glacis descendiente del que ya hemos hablado, ocupando 33 so 700 ’°º 300 - 34 / i ) Castel! 1 Figura 5 o 250m --=====:::::::i Mapa y sección topográfica del Castel! de Petrer. NE del 20 al 30% de las tierras, tanto el en primer kilómetro como en el segundo. Por el contrario, las tierras no susceptibles de utilización agrícola -tipos D y E - coinciden con las zonas de fuerte relieve montañoso situadas al Norte y Este, abarcando en tomo al 50-60%. Por tanto, se ubica en tierras del tipo C , de capacidad de uso mediano, con limitaciones acentuadas y riesgos de erosión elevados. No obstante, observamos que se sitúa próximo a las tierras de mejores condiciones edáficas. Por tanto, las condiciones físicas nos permiten suponer que este poblado tendría una visualización directa de todo el Valle de Elda y , en especial, sobre las tierras de me jor calidad agrícola q ue se encuentran al Oeste del mismo . IV. Historia de la investigación La primera noticia acerca de la ocupación del cerro como zona de hábitat durante la Edad del Bronce la debemos a la arqueóloga C. Navarro Poveda (1988), quien dirigió las excavaciones arqueológicas medievales que se realiza ron con carácter de urgencia en la explanada delantera del castillo . Los materia les de filiación prehistórica han sido estudiados recientemente (Jover et alii, 1989) . También se ha registrado la presencia de sigillata norteafricana clara D (A.R .S.) que nos induce a pensar en la e xistencia de un enclave durante los s iglos IV -V d.C. V. Material arqueológico V . l. Cerámica Remitimos a las tablas descriptivas de los materiales cer ámicos de los yaci mientos de la Edad del Bronce. CATÍ-FORADA l. Situación Entre las Sierras del Cid , del Frare y del Maigmó , en la alineación montaño sa que separa el Valle de Cancio y el Clot de Manyes (Figura 6). Altitud s.n .m .: 950 -970 m. Coordenadas U.T .M .: 30SYH030641. Mapa topográfico del Servi cio Cartográfico del Ejército. Hoja n º 846. Ibi. (Escala 1 :50.000). II. Descripción Al abrigo de la enorme cresta rocosa que configura la casi totalidad de este cabezo se encuentra el poblado del mismo nombre. Aprovechando la dirección Este -Oeste de la cresta , el poblado se asienta en la ladera meridional , de mejo r 35 --====----;250m NO Catí-lForada Pie del Frare S E F Mapa y sec .·, igura 6 cLOn topogr ifi’ a ica de Cat’ F l- orada. 36 orientación y más suave pendiente, bajo la protección de la enorme pared, a modo de farallón, que le protege de los vientos del Norte. Esta situación le permite divisar un amplio panorama teniendo contacto visual con la Serra Gros sa, Fontcalent, el Benacantil y la Sierra del Cid, no pudieudo contemplar por ningún cuadrante los yacimientos de la cuenca del Vinalopó (Figura 6). El yacimiento , que se halla cubierto de una abundante vegetación a base de romero, esparto, enebro, tomillo y alguna que otra carrasca dispersa , ocupa toda la base de la cresta rocosa y la mitad superior de la ladera meridional. Su extensión aproximada oscila entre O , 15 y 0 ,20 Ha. Pero . ~sta superficie se en cuentra dividida en dos partes separadas por una pequeña vaguada donde aflora , casi en su totalidad, la roca base, por lo que apenas existe vegetación en esta zona y tampoco ningún resto arqueológico . En toda la extensión del poblado es abundante la cerámica, apareciendo tanto ladera abajo rodada , como en la superficie del relleno arqueológico, com puesto en su mayoría de una tierra grisácea cenicienta. Son frecuentes las pellas de barro blanquecino con improntas y molinos, tanto naviformes como rectan gulares . Sin embargo, si imp011antes son los materiales, más destacables son los restos de muros que se pueden observar a lo largo y ancho del yacimiento. En la parte occidental de la ladera y, destacando sobre todos los demás, llama podero samente la atención un gran muro , que desapareciendo en varios puntos, alcanza una longitud cercana a 150 m. y en algunos lugares conserva hasta cuatro hiladas de piedra de alzado , a base de piedra inegular de diversos tamaños y sin ningún tipo de trabazón entre ellas. Como hemos indicado, en algunos lugares se halla derruido y perdido, lo que no impide que se pueda seguir con facilidad su trayectoria a lo largo de la ladera. El trazado del mismo es prácticamente paralelo a la base de la pared rocosa, formando entre ambos el aterrazamiento superior del poblado. Es en este espacio donde M. J. Walker (1981) practicó una cata todavía visible . Este gran muro se apoya en afloramientos de la roca base tras recorrer una distancia considerable, acaba adosándose a la base del escarpe rocoso mediante una esquina oblicua . Pero es en la parte oriental del yacimiento donde existe un mayor número de construcciones. En él, se detectan varios muros dispuestos de modo paralelo a las curvas de nivel formando pequeños aterrazamientos de 1 a 2 m. de amplitud. También se detectan otros adosados y con tendencia circular o curvos. III. Entorno físico El asentamiento ocupa la cotas máximas de altitud en las que es posible la presencia de un hábitat humano permanente en el área de al menos 2 km. alrededor. La cotas máximas y mínimas son las de 992 y 750 m. de altitud, respectiva mente, lo que nos da una altitud media de 872 m . en el entorno de 1 km. de radio al asentamiento. El poblado se sitúa unos 88 m. sobre la altitud media. Ello 37 facilita el control visual sobre el área de dominio, hacia el Sur y el Este, hacia los llanos de Agost. Desde el yacimiento no se tiene contacto visual con ninguno de los restantes asentamientos de la Edad del Bronce situados en el término municipal de Petrer. El área circundante es una zona montañosa, de fuertes pendientes, alcanzando en algunos puntos más del 30% y situándose a nivel medio por encima del 20%. Las condiciones edáficas del suelo en el área de 2 km., nos muestra que el asentamiento se ubica en suelos de capacidad de uso agrícola baja, con limita ciones acentuadas. Este dominio de tierra del tipo D , constituye algo más de un tercio de las tierras en el primer kilómetro, descendiendo en el momento que entramos en el segundo kilóme.tro, a favor de los suelos tipo E, correspondientes a zonas montañosas con riesgos erosivos elevados, siendo favorables para uso forestal y monte bajo. En definitiva, el asentamiento se incluye en una zona de dominio montaño so, donde las tierras susceptibles de explotación agrícola son muy pocas y al mismo tiempo, de muy poca rentabilidad . Ello vendría confirmado por la exclu siva presencia de tipos de cultivos como la cebada (Walker,1981), que se adap tan a tierras de escasa fertilidad y rigurosas condiciones climáticas, al mismo tiempo que el predominio de las tierras de tipo montañoso favorecería el aprove chamiento silvo-pastoril. IV. Historia de la investigación A principios del siglo XX, D. Jiménez de Cisneros proporciona las primeras noticias sobre la ocupación humana en el lugar de Catí-Forada (Jiménez de Cisne ros, 1911: 284-295; 1925: 71-81), llegando a publicar algún material arqueológico. El yacimiento permanecerá olvidado hasta la década de los años sesenta, cu ando un grupo de aficionados locales --conocido posteriormente como Grupo Arqueológico ’Dámaso Navarro’ in memoriam de uno de sus miembros y citado como tal a partir de ahora-lo prospecte en repetidas ocasiones, reco giendo abundantes materiales entre los que destaca algún molino, dientes de hoz y una escoria de metal de cobre o bronce. En esa misma década , M.J. Walker (1981) realizó una cata de 2 x 1 m. junto a la pared rocosa en la zona Suroeste del yacimiento, alcanzándose una potencia estratigráfica de 15 cm. En ella no observó la presencia de construcciones aunque si recogió cerámica y cebada carbonizada (Hordeum Vulgare L.), cuyo análisis radiocarbónico dio una datación del 3.500 ± 150 B.P. (Walker, 1981). También realizó un análisis de past a cerámica que dio como resultado la pre sen cia de flogopita como desgrasante. Dado que este elemento mineral no existe en las inmediaciones y entorno geográfico del yacimiento, se apuntó la posibilidad de que su procedencia fuese de la fortunita que aflora en Fortuna (Murcia) . Basándose en la datación absoluta obtenida, F. Gusi ha incluido este poblado en su Fase I del Bronce Valenciano , que abarcaría desde 1900/1850 hasta 1600/ 1500 a.C. (Gusi, 1975: 77). 38 V. Material arqueológico V.l. Cerámica Remitimos a las tablas descriptivas de los materiales cerámicos de los yaci mientos de la Edad del Bronce. V.2. Metal En la excavación efectuada por M.J. Walker se halló una escoria de metal de cobre o bronce. Desconocemos si se conserva entre los fondos existentes en el Ayuntamiento de Petrer. PUNTAL DEL GINEBRE l. Situación Al Este del núcleo urbano de Petrer, sobre el mayor de los denominados como Puntales del Ginebre (Figura 7). Altitud s.n.m.: 840-845 m. Coordenadas geográficas U.T.M.: 30SXH974619. Mapa topográfico del Servicio Cartográfi co del Ejército. Hoja nº 871. Elda. (Escala 1:50.000). II. Descripción Los Puntales del Ginebre se yerguen junto a la Silla del Cid entre el Valle de Elda y el pequeño Valle de l ’Almadrava. De los cuatro puntales que forman la alineación montañosa orientada en dirección Sureste-Noroeste es el de mayor proporción y en posición más meridional, el que conserva los restos de un poblado. Es el único que presenta una cresta rocosa en la cima, lo que hace que su altura sea mucho mayor que la del resto. La localización del hábitat viene impuesta por las condiciones orográficas del monte ya que la ladera oriental es un inmenso acantilado vertical, por lo que el asentamiento se atestigua tanto en lo alto de la cresta rocosa como a lo largo de toda la parte superior de la ladera occidental (Figura 7). El tamaño del asentamiento es aproximadamente de 0,02 Ha. En esta superficie se detecta varias alineaciones de piedras de diverso tamaño, de dos o tres hiladas de alzado que siguiendo las curvas de nivel de modo paralelo , se prolongan a lo largo de la ladera Oeste intentando salvar la acu sada pendiente que presenta. La distancia media entre estas alineaciones de piedra es de 1 ,50 m. En estos espacios inter medios se observa con facilidad la presencia de pellas de barro endurecido con improntas de cañas, molinos fragmentados, placas de sílex tabular y fragmentos de cerámica de pequeño tamaño . El yacimiento se encuentra cubierto de una vegetación de tipo semiárida compuesta de romero , retamas , esparto y enebro. Siendo esta última, la que, en su con-espondiente en valenciano, ha dado nombre al relieve montañoso . 39 O 250m so Ginebre NE m so l 800 ’º 600 Río Vinalopó 500 400 JOO Figura 7 Mapa y sección topográfica del Ginebre. 40 III. Entorno físico El asentamiento, de escasas dimensiones, ocupa el punto más alto de un cerro de escarpadas laderas que se constituyen en un lugar en altura con un muy amplio control visual sobre toda la comarca del Valle Medio del Vinalopó, que en su lado Este presenta una barrera montañosa infranqueable como es la Sierra del Cid. La cota máxima en el área de un 1 km. de radio corresponde a esta sierra, en el lugar denominado Silla del Cid -1.114 m.- situándose la cota mínima en los 590 m. Hemos de tener en cuenta, que la Sierra del Cid desvirtúa por completo la altit ud media a la que se ubica el asentamiento. Si exceptuamos la Silla del Cid, el Puntal del Ginebre es el cerro de mayor altitud en el primer kilómetro de radio, a lo que hay que añadir las propias dimensiones del yacimiento y las características de encumbramiento del mismo, favorecidas por el gran cortado vertical de casi 60 m. en su lado Este. Estas ideas nos vienen corroboradas por el análisis de pendientes y por la calidad de los suelos del entorno. En un radio de 2 km. las pendientes son superiores al 30% de desnivel, incluso por encima del 45% en varios puntos. La capacidad agrícola de los suelos nos muestra un claro predominio de los de baja y nula capacidad. Solamente, a 1 km. de distancia en dirección Oeste, existen pequeñas vaguadas que pueden ser susceptibles de cultivo. N. Historia de la investigación Descubierto y prospectado por el Grupo Arqueológico de Petrer en los primeros años de la década de los setenta, ha sido objeto de breves menciones por diversos autores en publicaciones de carácter local (Navarro Guillén,1977; Navarro Poveda, 1988). V. Material arqueológico V.l. Cerámica Remitimos a las tablas descriptivas de los materiales cerámicos de los yaci mientos de la Edad del Bronce. MIRABUENOS l. Situación En el extremo occidental de la cresta rocosa que corona la alineación montañosa que separa los valles de Pm;;a y l’Almadrava (Figura 8). Altitud s.n.m .: 810-815 m. Coordenadas geográficas U.T.M.: 30SXH988619. Mapa 41 42 m 1100 1000 90 800 700 600 O 250m N Mira~uenos l Pu ~a Figura 8 Mapa y sección topográfica de Mirabuenos. topográfico del Servicio Cartográfico del Ejército. Hoja nº 871. Elda. (Escala 1: 50.000). II. Descripción El macizo montañoso sobre el que se asienta el yacimiento se dispone en dirección Este -Oeste en las estribaciones occidentales de Els Castellarets. El poblado de la Edad del Bronce, situado en la misma cima de la ladera Norte, queda orientado también hacia el mismo cuadrante, mirando al Valle de Prn;:a. Por el contrario , la ladera meridional es inexpugnable debido al gran escarpe rocoso que mira hacia l ’Almadrava, abundando en esta ladera las grietas y fisuras en la roca . Por tanto , por el Oeste y por el Sur presenta grandes dificultades de acceso debido a lo escarpado del relieve. Esto explica que el yacimiento se ubicase en la parte superior de la ladera Norte y en la cima del espolón (Fig ura 8). El asentamiento en sí es de reducidas dimensiones, aproximadamente de 0 ,03 Ha. , aunque su extensión real es imposible cuantificarla ya que las partes mas bajas están cubiertas de grandes pinos y abundante carrasca y coscoja. Se dispone de modo escalonado salvando la pendiente natural de la ladera. El escalonamiento es conseguido gracias a la sucesión en distintos niveles de muros, creando pequeñas terrazas , que sirven de plataformas para la ubicación de las viviendas. Hacia la mitad del yacimiento se observa un gran muro que, formando ángulo recto está construido con grandes piedras sin forma alguna, dispuestas una sobre otra, llegando a alcanzar hasta tres hiladas de alzado sin ningún tipo de trabazón entre ellas . Este muro , que en uno de los extremos se adosa a la roca de la cima , conforma una habitación de planta cuadrangular. Adosado a esta vivienda aparece un pequeño muro recto que corre de modo perpendicular a las curvas de nivel. Más abajo y sin conexión aparente con los anteriores, se observa otro muro formando también ángulo recto. Posiblemente existan más estructuras en la parte baja del poblado que se hallan cubiertas por la abundante vegetación boscosa. El enclave ha sido expoliado como lo indican las remociones de tierra y piedras observables en la parte más alta del yacimiento y en la ladera Este. Las rebuscas clandestinas han sacado a la superficie gran cantidad de barro endurecido con improntas de ramaje y esparto, fragmentos cerámicos y algunas rocas ígneas. Por su parte, en la zona media y baja del yacimiento existe una importante cantidad de relleno arqueoló gico conservado gracias a los aterrazamientos descritos . III. Entorno físico El poblado se ubica a 50 m. sobre la altitud media del primer kilómetro circundante, comprendiéndose entre la altitud máxima en los 901 m. en la Sierra del Cid, y la mínima en los 625 m. Su ubicación , con amplio control visual en todos sus cuadrantes, y en una s ituación predominante sobre el territorio circun43 dante, hace que se corresponda plenamente con el tipo de patrón de asentamien to atribuido a la Edad del Bronce. Las pendientes se sitúan sobre el 20-30%, aproximadamente, en las tres cuartas partes de los 2 km. de radio -parte meridional -frente a pendientes que no superan el 15% en el resto. Esto coincide con el tipo de suelos, donde podemos observar que los de peores condiciones se encuentran en la ·parte meridional, dominando los suelos de baja capacidad , con elevados riesgos de erosión, de escasa potencia edáfica, frente a la parte septentrional -Pw;:a donde existe un predominio de margas miocénicas, con escasas pendientes, espesor edáfico superior a 35 cm. y capacidad de uso moderadamente intensiva. Resumiendo, se trata de un típico poblado de la Edad del Bronce que explo taría el medio circundante, aprovechando las condiciones edáficas del Valle de Puºa y los recursos silvo-pastoriles del Sur. IV. Historia de la investigación Descubierto y prospectado por el Grupo Arqueológico local en la década de los años setenta, ha sido objeto de breves menciones por varios autores en diversas publicaciones (Navarro Guillén, 1977 ; Navarro Poveda, 1988: 7). V. Material arqueológico V. l. Cerámica Remitimos a las tablas descriptivas de los materiales cerámicos de los yaci mientos de la Edad del Bronce. V.2. Lítico - Diente de hoz sobre lasca. Retoque simple bifacial de delineación denti culada regular en el filo y retoque abrupto directo en el eje izquierdo e inverso en la parte izquierda del dorso. Talón suprimido. 32 orden de extracción. 32 x 23 x 5 mm. Sección trapezoidal. Sílex gris. Grano mediano opaco. Presenta pátina por uso en ambas caras. Sin signatura . - Diente de hoz sobre lasca. Retoq ue s imple bifacial de delineación denti cu lada reg ular en el filo y retoque abrupto inverso en los dos ejes y dorso. Talón suprimido. 32 orden de extracción. 21,5 x 14 x 4 mm. Sección triang ular. Sílex gris. Grano mediano opaco . Sin signat ura. ALT DEL PERRIÓ l. Situac ión En la orilla izquierda de la rambla de Puºª’ frente al conocido Molí de la 44 SE m 1000 900 800 700 600 500 S . del Cid o --==== ~250m NO Perri&’ l Ma Fig ura 9 pa y sección topog rá+ .. y!Ca d e Per rió . 45 Reixa. (Figura 9). Altitud s.n.m.: 640-650 m . U.T.M .: 30SXH974640. Mapa topográfico del Servicio Cartográfico del Ejército. Hoja nº 846. Ibi. (Escala 1: 50.000). II. Descripción El poblado se encuentra sobre un pequeño cerro alargado en dirección Este Oeste. El acceso al cerro sólo es posible por su parte Noroeste ya que las laderas Sur y Este presentan abruptos escarpes que imposibilitan el acceso y en la Norte se desarrolla una pronunciada pendiente que cae directamente sobre la rambla de Puc;:a, que discurre a los pies del cerro (Figura 9). La zona de hábitat se localiza en la parte superior de la ladera Norte, circunscribiéndose a la cima y parte alta. Sus dimensiones son reducidas, abar cando la dispersión del material arqueológico una superficie cercana a 0,030 Ha . La pron unciada pendiente de esta ladera ha sido la causa de la inexistencia actual de construcciones que, sin embargo, han quedado atestiguadas por los restos de improntas de cañas y ramaje sobre barro. Además, se observan en superficie algún que otro pequeño fragmento rodado y erosionado de cerámica. La erosión ha denudado la superficie del cerro, apareciendo algo de vegeta ción a base de romero, esparto y enebro en aquellas zonas donde existe un mínimo de manto edáfico. III. Entorno físico Al igual que en Mirabuenos, estamos ante un pequeño poblado que reprodu ce el patrón de asentamiento típico de la Edad del Bronce. La cota media del entorno de 1 km. es de 624 m., situándose el yacimiento 20 m. por encima de ésta. El cerro en el que se ubica se inscribe entre dos dominios claramente diferenciados. Hacia el Sur, existe una formación montañosa , a la que pertenece el propio cerro, de cotas cercanas a los 800 m. y que separa al Valle de Puc;:a de l’ Almadrava. Es una zona de fuertes pendientes y de condiciones edáficas extremas, no susceptibles de ser explotadas agrícolamente. Sin embargo, hacia el Norte, nos encontramo s con el glacis del Valle de Puc;:a, de suaves pendientes , no superando el 15% y separado del yacimiento por la rambla del mismo nombre. Es en este glacis donde existen las mejores tierras en un área de 2 km., susceptibles de ser aprovechadas para labores agrícolas. Esto se confirma por dos elementos. El primero de ellos, es que mientras en el primer kilómetro circundante las tierras del tipo B suponen casi el 50% del total, en el segundo kilómetro este porcentaje se reduce drásticamente , no superando el 15%, a favor del tierras de dominio D y E. Ello supone que las tierras aprovechables para uso agrícola se sitúan en el entorno inmediato -primer kilómetro-. El segundo de los elementos es que el poblado está claramente orientado hacia esta zona y aproximadamente a unos 40 m. por encima, lo que le confiere un amplio dominio visual sobre el mismo. 46 IV. Historia de la investigación El yacimiento fue descubierto y prospectado por el Grupo Arqueológico ’Dámaso Navarro’ en la década de los años 70, siendo citado en diversos trabajos (Navarro Poveda, 1988 :7). V. Material arqueológico V. l. Cerámica Remitimos a las tablas descriptivas de los materiales cerámicos de los yaci mientos de la Edad del Bronce. V.2. Lítico - Diente de hoz sobre lasca. Retoque simple bifacial con delineación denti culada regular en el filo. Fractura por percusión en el eje izquierdo e indetermi nado en el derecho. Talón suprimido. 3º orden de extracción. 36 x 21 x 7 mm. Sección triangular. Sílex gris. Grano mediano opaco. Presenta pátina por uso en ambas caras. Sin signatura. VALORACIÓN CULTURAL Dado que el registro material de los cinco asentamientos de la Edad del Bronce que conocemos en Petrer es muy exiguo, hemos preferido tratarlo con juntamente. El total de materiales cerámicos es de 84 piezas, mientras que los materiales líticos ascienden a 4 piezas. VI.1. Cerámica La cerámica de los poblados de la Edad del Bronce ubicados en el término municipal de Petrer no difieren en nada de las características generales de la cerámica de este período en estas comarcas (Navarro, 1982; Hemández, 1986). Quizás , únicamente , habría que señalar un mayor grado de erosión que afecta a las paredes de los fragmentos , debido sin duda alguna, a las mayores pendientes en las que se sitúan los poblados. El número total, como hemos dicho es de 84 fragmentos dibujables - bordes, asas y bases- , distribuidos por yacimientos de la siguiente manera: n• de fragmentos porcentaje Catí-Forada 58 69% Mirabuenos 10 l l,9 % Alt del Perrió 5 5,9% Puntal del Ginebre 9 10,7 % Castell de Petrer 2 2,38 % 47 Q_ 3 O 3 3 o 2 Figura 10 Materiales cerámicos de Catí -Forada (1) y Perrió (2 y 3) . 48 Como vemos, el asentamiento de Catí -Forada además de ser el más grande, es el que presenta un registro material más amplio, siendo, por tanto, el más representativo y del que podemos extraer un mayor número de consideraciones. A nivel formal, disponemos de dos vasos cerámicos hechos a mano, más o menos completos -Catí-Forada (Figura 10.1) y Alt del Penió (Figura 10.2 y 3)- mientras que el resto conesponden a fragmentos de borde en su mayoría, alguna asa y base plana. El vaso de Catí-Forada tiene forma de tendencia esférica, de borde exvasado y labio convexo que presenta dos asas. Su diámetro de boca es de 18 cm. y su cocción reductora. El vaso completo del Alt del Penió es de tendencia esférica, de borde entrante y de labio convexo. Su diámetro de boca es de 18 cm. y su cocción reductora (Figura 10.3). El resto de fragmentos conesponden a bordes -72 fragmentos y 85,7% -, 4 mamelones --4,7 %-, 2 bases planas -Forada y Perrió-, 2 carenas angulares -Forada -, 1 lengüeta horizontal -Forada-, 1 botón en el borde -Forada-, y l laña -Forada-. El conjunto de piezas con mamelones suma un total de 16, 11 de ellos en la Forada , 3 en Perrió y 2 en Mirabuenos. Y por último, como aspecto significativo reseñar la existencia en Catí -Forada de un fragmento de borde recto entrante y labio convexo decorado en su superficie externa mediante impresiones dispuestas de modo oblicuo y en paralelo. El conjunto de bordes es el grupo más significativo, y a partir del cual podemos aproximarnos al tipo de vaso del que se trata. En general podemos decir que hay un dominio de los bordes de tendencia recta, frente a los exvasa dos y entrantes. En todos los yacimientos dominan los bordes rectos cóncavos --en Forada, el 18,9%; en Mirabuenos, 30%; en Penió, el 20%; y, en Ginebre, 22,1%-, lo que viene a conesponderse generalmente con vasos abiertos, de cierta profundi dad y asociables a vasos esféricos con borde exvasado. Los bordes rectos salientes --con un 13 ,7% en la Forada ; 30 % en Mirabue nos; 20 % en Perrió; y, 50% en el Castell -también están bien representados. Suelen ser vasos de formas abiertas , casquetes esféricos, elip soides horizontales y se miesféricos de pequeñas dimensiones. Los rectos conve xos, también relacionables con vasos de pequeño tamaño y de formas semiesféricas o semielipsoides verticales u horizonta les, constituyen un número significativo, suponiendo el 12% en la Forada, el 10% en Mirabue nos y el 11 % en el Ginebre. Los bordes de vasos exvasados son el siguiente tipo en representación. En la Forada ocupan un 12%, un 20% en Penió y un 22,2 % en el Ginebre. Pueden ser vasos generalmente de forma de tendencia esférica y elipsoide vertical , con o sin cuello diferenciado y de boca abierta. Sus dimen siones varían enormemente , dependiendo del uso al que estén destinados , ya sea para almacenamiento o uso cotidiano en actividades domésticas. Suelen presentar elementos de aprehen sió n, generalmente , mamelone s o lengüetas horizontal es. 49 Los entrantes suelen ser poco abundantes. Mientras en la Forada representan el 5,1 % - 3 bordes- en Perrió sólo existe un registro. Son vasos cerrados, que suelen corresponderse también con vasos semiesféricos, de tendencia elipsoide vertical y de tendencia esférica . Sus dimensiones también varían en relación con su función. Aquí también podrían incluirse los bordes rectos entrantes -única mente representados en la Forada con 7 ejemplares-. Y, por último, señalar la presencia de bordes rectos presentes en el mismo yacimiento con 6 ejemplares, que se pueden corresponder a vasos de muy diversas formas y tamaños. Respecto a los labios, podemos extraer ciertas conclusiones a partir del estudio de la cultura material de Catí-Forada. El tipo de labio más representado en todos los tipos de borde es el convexo o redondeado, suponiendo el 39,6% del total. En menor proporción tenemos los labios planos engrosados al exterior con un 13,79 %, que suelen corresponderse con los bordes rectos cóncavos. Le siguen los labios planos representados por un 12%, que se corresponden con todo tipo de formas. El resto de tipo de labios: apuntados, biselados al interior , convexos-engrosados al exterior y convexos-biselados al interior presentan una escasa representación no superior a 3 bordes por cada tipo. Las pastas de Catí-Forada son de cocción irregular, ampliamente repartidas entre cocciones oxidantes -46,5%-y reductoras -51,7%-, siendo minorita ria la pasta tipo sandwich con un 6,8%. El tratamiento de las superficies, tanto al interior como al exterior, está distorsionado por el gran número de piezas erosionadas con cerca del 43%. No obstante, los tratamientos alisados suelen ser dominantes tanto al interior -27%- como al exterior -34%-, frente al tratamiento grosero con cerca de un 21 % al interior y 18,9 % al exterior. Son minoritarios los tratamientos espatu lados y bruñidos , no superando el 2% en ningún caso. El tamaño de los de sgrasantes de Catí-Forada está ampliamente repartido entre los de tamaño pequeño -37,1 % - , mediano -39,6%- y grande -22,4% -. En definitiva, el conjunto de material de la Edad del Bronce es realmente escaso, aunque significativo si tenemos en cuenta el reducido tamaño de los asentamientos. Analizado en conjunto, es lógico pensar que existe una relación directa entre el tamaño de los poblados y el número de restos de cultura mate rial. Con esta precariedad de datos, a lo que hay que unir la falta de excavaciones arqueológicas, no podemos determinar claramente los momentos o fases de la Edad del Bronce en el que podrían incluirse los yacimientos. Lo que sí podría mos afirmar es que, por la inexistencia de materiales significativos del Bronce Tardío o Final I (Molina, 1978), los asentamientos necesariamente se incluirían en momentos anteriores, en lo que se viene denominando Bronce Antiguo y Bronce Medio (Enguix y Gil Mascarrell, 1986). Quizás el único yacimiento del que se han hecho valoraciones y se ha considerado por su fecha radiocarbónica -1550 ± 75 a.c. (Walker, 1981) como del Bronce Medio (Gusi, 1982; Navarro, 1982) sea Catí-Forada. 50 II. Industria lítica El conjunto material lítico tallado es muy exiguo , sólo representado por 4 piezas estudiadas y la posible existencia de un número no determinado de piezas --dientes de ho z y hachas pulimentadas -en el Castell de Petrer documentadas en las campañas de e xcavación . Las piezas estudiadas corresponden al tipo denominado diente de hoz (For tea , 1973 ), y proceden de los yacimientos del Alt del Perrió -2-y Mirabuenos -2-. El diente de hoz suele ser un producto de talla transformado mediante la aplicación de un retoque generalmente simple bifacial , directo o inverso en uno de sus bordes, creando un filo denticulado regular . Al mismo tiempo , las piezas suelen presentar transformada su estructura original mediante la aplicación de un retoque abrupto o fractura por percusión en las zonas destinadas al enmangue --dorso , y ejes o lados cortos -, suprimiendo en la mayoría de los casos la parte más angulosa de los productos de talla como es el talón. El uso al que estaban destinadas estas piezas era formar parte de un instrumento compuesto como era la hoz (Juan Cabanilles, 1985: 37 -53). Se trataría de un instrumento de soporte de madera algo curvado , que presentaría un surco central longitudinal donde se insertarían los dientes de hoz. Su uso en labores agrícolas -siega- dejaría un pátina brillante en la mayor parte de los mismos, al que se denomina ’lustre’. Tal es el caso de algunas de las piezas encontradas en Perrió y Mirabuenos , lo que viene a demostramos que se trataría de grupos humanos que tendrían como actividad de subsistencia y trabajo , la práctica de una agricultura de secano, fundamentalmente relacionada con el cultivo de cereales , cebada y trigo. Esto viene confirmado por la presencia en Catí-Forada de cebada (Walker, 1981), así como en un buen número de asentamientos del Vinalopó -Tabayá y La Homa (Aspe) (Hemández, 1986), Sambo (Novelda) (Navarro Mederos , 1982), Cabezo de la Escoba (Villena), Cabe zo Redondo (Villena) (Soler, 1986) -. Además hay que añadir un dato que viene a confirmar estas ideas. En la totalidad de asentamientos , excepto en el Puntal del Ginebre , encontramos mo linos de mano para la transformación del cereal u otros productos primarios . Es lógico pensar , por tanto, en comunidades que explotan un nicho ecológico y tranforman sus productos para el consumo humano en el propio lugar de vivien da , bien para consumo propio bien para intercambio o distribución del excedente. ÉPOCA IBÉRICA CHORRILLO l. Situación Situado en la partida rural del Chorrillo , está enclavado en ambas márgenes del río Vinalopó , a escasos metros del cauce (Figura 11). Altitud s.n.m.: 440 m . Coordenadas Geográficas U.T.M.: 30SXH914649 . Término municipal: Elda , 51 Petrer y Sax. Mapa topográfico del Servicio Cartográfico del Ejército. Hoja nº 846. Ibi. (Escala 1 :50.000). II. Descripción El yacimiento ocupa tres zonas perfectamente diferenciadas. En la orilla izquierda , encontramos un pequeño cerro amesetado (zona I) de escasa altura con respecto al llano -20 m.-, lugar donde confluyen los términos de tres municipios. Los restos arqueológicos se localizan en el extremo meridional del montículo, ocupando el lugar más alto del mismo. Se ha podido determinar la existencia de un edificio rectangular, cuyo muro septentrional presenta un vano de acceso. Los muros, construidos a base de piedra de mediano tamaño, y reforzados en las esquinas con piedras escuadradas de mayor tamaño, conservan una o dos hiladas de alzado. Las dimensiones interiores de la habitación son de 8 m. de longitud por 3,70 m. de anchura, siendo e l grosor medio de los muros de 75 cm. La adscripción ibérica de esta construcción viene dada por los materiales cerámicos encontrados en superficie. El segundo enclave (zona II) se halla al pie del cerro, en su lado meridional, ocupando desde la terraza más próxima al río hasta la vía del ferrocarril que separa a este cerro del contiguo. En ellas no se ha localizado ningún resto de construcción, debido fundamentalmente a las labores agrícolas. El asentamiento debe hallarse enterrado bajo 1 -2 m. de tierra de c ultivo, como parece indicarlo el hecho de que en los perfiles del abanca lamiento inferior aparezcan abundantes materiales arqueológicos incrustados. La dispersión de los restos abarca una superficie superior a la hectárea, siendo de adscripción tanto ibérica como romana. No obstante, mientras el primero lo encontramos presente en toda la superficie, los restos romanos aparecen muy localizados en una zona de la terraza inferior cercana al curso del río. Frente a la concentración de restos arqueológicos en la margen izquierda, de la orilla derecha también teníamos noticias acerca de la existencia de materiales. Fue precisamente en esta margen, donde, siguiendo las noticias publicadas, apareció la escultura zoomorfa de un toro, actualmente en paradero desconocido (Gónzalez Simancas, 1924; Herrero, 1964; Llobregat, 1972; Chapa, 1980; Segu ra y Jover, 1993). En nuestra visita a este lugar (zona III), pudimos comprobar, a unos metros aguas arriba con respecto a los anteriores enclaves, la existencia en el perfil de la terraza inferior, sobre la base geológica de arenas y gravas, de un horizonte de tierras cenicientas, con un espesor entre 15-20 cm., con abundante presencia de cerámica ibérica así como de restos de construcciones de piedra a diferente altura. Todo ello cubierto por un nivel de tierras de cultivo de algo más de 2 m. de espesor. El lugar señalado de aparición del toro se encuentra a escasos metros , en una terraza superior, dónde todavía se pueden observar la antigua instalación para la producción de energía eléctrica citada por M . González Simancas (1924: 1-7). 52 so m 800 700 600 500 400 300 S .de Camara 250m NE Chorrillo l Fig ura 11 Mapa y sección topográfica del Chorrillo. 53 III. Entorno físico Las características geográficas del asentamiento vienen definidas por su altitud respecto al medio físico inmediato, y por las inmejorables condiciones edáficas que lo rodean. Así , su ubicación entre las cotas de 435 m ., lugar por donde discurre el cauce del río , y los 470 m. , que corresponde a la cota máxima del cerro amesetado en el que se ubica uno de los enclaves arqueológicos (zona 1), proporciona una visibilidad diferente para cada una de las zonas. Mientras las zonas II y 111 presentan grandes limitaciones disponiendo de una cuenca visual muy escasa, la primera cubre ligeramente esa deficiencia, al situarse a mayor altura sobre el nivel de base , y tener una cuenca visual media (Burillo et alii, 1993: 36) (Figura 11). Desde el mismo se puede observar toda la parte meridio nal de la cuenca del Alto Vinalopó, desde la Peña Rubia hasta la sierra de la Torreta . Al mismo tiempo, el enclave presenta condiciones muy favorables para el desarrollo de una agricultura intensiva, aprovechando las terrazas fluviales del río Vinalopó. Esta zona, junto con la huerta de Villena son las que presentan una mayor capacidad de uso agrícola en las comarcas del Alto y Medio Vinalopó (Matarredona , 1983). IV. Historia de la investigación El yacimiento es conocido desde principios del presente siglo debido al hallazgo del llamado ’Toro de Petrer’ o ’Toro de Sax’ . Esta pieza ha sido objeto de referencia por un buen número de investigadores (Tormo, 1923; González, 1924; Gómez, 1942; Herrero, 1964; Llobregat, 1972,1974; Chapa, 1980, 1984 ), aunque las controvertidas circunstancias de su hallazgo y paradero desconocido, han condicionado que todos los estudios realizados sobre la misma fueran efectuados a partir de fotografías y dibujos, siempre carentes de cualquier intento de contextualización arqueológica. Manuel González Simancas (1924: 3-5) señaló su aparición al excavar la cimentación de una fábrica de luz eléctrica en una hacienda de Petrer , a 4 m. de profundidad, noticia seguida por Gómez Serrano (1942: 90). Sin embargo, B. Herrero (1964) apuntó que la escultura apareció en el verano de 1906 en Sax, a aproximadamente 8 m. de profundidad al realizar la obra de cimentación de la misma fábrica de luz a la que González Simancas (1924 : 3-7) hace referencia. Posteriormente, E . Llobregat (1972) recogió los datos aportados por B. Herrero. Con independencia de que la atribución que se ha realizado corresponda a distintos municipios , la pieza es, sin lugar a dudas, la misma. El problema se plantea al situarse el yacimiento arqueológico en el linde de tres términos municipales . Se trata de una escultura que representa un toro en reposo, arrodillado, con los cuartos delanteros y traseros doblados hacia el interior. El cuello aparece marcado y el rostro presenta los ojos marcados , la boca abierta con orificio para 54 la cornamenta (Chapa, 1980, 1984). Únicamente, habría que añadir las dimen siones del toro recogidas por M . González Simancas ( 1924: 1 -7), quien señala una longitud máxima en el plinto de 0,98 m . y una altura de 0,64 m. Por último, hemos de indicar que, recientemente, se ha contextualizado arqueológicamente la escultura zoomorfa con el yacimien to del Chorrillo (Segu ra y Jover, 1993). V. Material arqueológico La totalidad de las evidencias materiales es ceram1ca, tanto de filiación ibérica como romana. De un total de 72 fragmentos estudiados, 67 son de cronología ibérica (Figuras 12 y 13), mientras que los 5 restantes son de adscrip ción romana. La descripción de los mismos aparecen en la base de datos que se acompaña al final del texto. Los materiales están depositados en la Colección Municipal de Petrer y en el Museo Arqueológico Municipal de Elda -se corresponde con aquellas piezas indicadas en la relación de datos cuya signatura presentan los números 250 al 269 -. V.l. Materiales cerámicos ibéricos El total de materiales ibéricos asciende a 67 fragmentos que se corresponden con bordes, bases, tapaderas y galbos decorados. Los grupos cerámicos están representados de la siguiente manera: la cerámi ca común ibérica supone el 47,7% -30 fragmentos-; la cerámica pintada un 37,3% -25 fragmentos -; la cerámica de cocina el 10,4% -7 frag.- ; 2 fragmentos de cerámica gris -2,8%-; y, solamente, un fragmento de cerámica ática de barniz negro, que representa el 1,4% . V.1.1. Cerámica común Se caracteriza por ser una cerámica de pasta cuidada , homogénea, general mente con engobe claro tanto al exterior como al interior, aunque dado el grado de erosión sólo es observable en muy pocos fragmentos. El color de las pastas suele ser mayoritariamente anaranjada -40% - y roja -30%- y en menor medida gris y beig. Los desgrasantes dominantes son normalmente apreciables . La mayor parte de los fragmentos presentan desgrasantes de pequeño tamaño y abundante presencia -43,3%-, seguido del grupo de tamaño pequeño y escasa presencia -23,3% así como del grupo de mediano tamaño y abundante presencia -20%-. Los grupos tipológicos representados son los platos con un 26,6% -8 fragmentos -seguido con diferencia de lebes, con 4 fragmentos de borde y las tinajas/lebes con un 9%, seguido de las tinajas y ánforas con porcentajes idénti cos. El grupo de piezas indeterminadas, todos ellos bordes sin adscripción tipológica concreta , constituyen el 33,3%. 55 ’· 2 . 4 3 5 6 10 7 8 º=======’~3 Figura 12 Materiales cerámicos del Chorrillo. Los platos suelen ser de bordes rectos y labios redondeados constituyendo el 75% de los mismos, mientras el resto son exvasados o entrantes también de labios redondeados. Los diámetros de boca se sitúan entre los 26 y 30 cm. Los lebes suelen presentar todos los bordes exvasados con labios zoomorfos (Nordstrom, 1973) y cuyos diámetros de boca oscilan entre los 32 y 38 cm. Las tinajas responden a los mismos parámetros que los lebes, aunque al ser recipientes de menor tamaño, los diámetros se sitúan entre los 13 cm. y 16 cm. Esto se cumple en la totalidad de bordes incluidos en el grupo tinaja/lebes, no adscribibles a uno de los dos tipos por el desconocimiento del diámetro de la boca. Todos ellos son bordes exvasados de labio zoomorfo, a excepción de uno que es triangular. 56 El grupo de las ánforas únicamente está representado por dos fragmentos de borde del tipo almendrado. V .1.2. Cerámica pintada Viene representada por 25 fragmentos de vasos de pasta cuidada, homogé nea, sin impurezas, depurada, y con engobe claro observable en algunas piezas al exterior. La pasta suele ser anaranjada -64 %- y en menor medida rojiza y beig. El desgrasante suele ser de pequeño tamaño y escasa presencia -44 % junto al de pequeño tamaño y abundante presencia con un 36 %. A medida que aumenta el tamaño del desgrasante disminuye su representación. Es destacable el hecho de que en un 12 % de las piezas no se observa el desgrasante. El grupo tipológico mejor representado es el de los platos, con un 60% del total. Formalmente suelen ser bordes rectos y exvasados, destacando la inexis tencia de los entrantes . Los la bios en todos los casos son redondeados. La tipometría de la boca de los mismos nos indica la existencia de ejemplares entre los 16 y 30 cm. , sin que exista un concentración significativa. La decoración suele ser geométrica , a base de banda s o filetes de diferente s tamaños, aunque generalmente de pequeño grosor, produciéndose todas las combinaciones posibles. Dominan claramente la decoración monocroma -11todos ellos de color granate o rojo vinoso . La s tinajas son el segundo de los grupos representados suponiendo el 10% del total. Son de borde exvasado zoomorfo (Figura 13.4), de pasta anaranjada y desgrasante pequeño y abundante . Sus diámetros de boca se sitúan entre 14 y 29 cm. Los lebes están representados por un ejemplar (Figura 13.3). Presenta un borde exvasado zoomorfo y una decoración monocroma en el labio a base de triglifos --doble banda horizontal separada , unidas por trazos verticales paralelos- . El grupo de las tinajas/lebe s viene representado tan solo por dos bordes con decoración monocroma bien al exterior y labio o al interior. El grupo de los indeterminados constituye el 20 % restante . Está constituido por galbos y bordes exvasado s o vueltos. Los galbo s suelen presentar una decoración geométrica a ba se de segmentos de círculos y semicírculos concén tricos monocromos, en el exterior de las vasijas. V .1.3 . Cerámica de cocina Está representado por 7 fragmentos. Se suelen corresponder con pastas no depuradas con tratamientos groseros , desgra santes gruesos y de color gris -43 %- , marrón -28 %- y rojas y beig. El desgrasante suele ser de tamaño mediano y abundante -57%- y grande y abundante -29%-, frente a los vasos con desgrasante pequeño y abundante s olamente representado por un 14%. 57 2 4 3 , 5 O _3 Figura 13 Materiales cerámicos del Chorrillo . Los grupos represent ados son las ollas -2-, de borde exvasado o vuelto y los platos -1-, así como un número mayor de piezas indeterminadas -4correspondientes a tres bordes exvasados y un pie. V.1.4. Ática de barniz negro De este tipo de cerámica importada únicamente se ha registrado una pieza, correspondiente a un borde entrante de labio apuntado de un pequeño bol de la forma 21 de Lamboglia . Su pasta es anaranjada, de desgrasante inapreciable y de barniz homogéneo y brillante . 58 V.2. Cerámica romana Constatada por la presencia de 5 fragmentos de cerámica común , 2 de ellas africanas. La cerámica común viene representada por una Vegas I y una Vegas 5, mientras que la común africana es destacable la existencia de una tapadera de borde ahumado perteneciente al tipo Vegas 17 (Vegas, 1973). VI. Valoración cultural A pesar de la escasez del conjunto cerámico estudiado podemos establecer la ocupación de este enclave en dos momentos cronológicos distintos: una ibérica, donde el yacimiento se extiende por tres zonas claramente diferenciadas en su ubicación; y, una romana , localizada en una pequeña franja de la terraza inferior de la zona II. El conjunto de la cerámica del momento ibérico está integrado por un buen lote de cerámicas pintadas y un fragmento de cerámica importada que nos indica un cierto encuadre cronológico . La presencia de cerámica pintada, decorada bien a base de motivos geométricos, filetes o bandas de pequeño grosor, bien monocromas o bícromas, generalmente en platos y segmentos de círculo o triglifos en el labio, bien en lebes o indeterminados, presentes también en yacimientos como El Puig (Rubio , 1985), La Alcudia (Ramos, 1954), El P011us Illicitanus (Sánchez et alii, 1989), El Monastil (Nordstrom, 1973) o El Oral (Abad y Sala, 1993) apunta a una cronología del período clásico de la cultura ibérica, datable entre los siglo V y IV a.C. Esta cronología viene corroborada por el fragmento ático de barniz negro, datable en el primer cuarto del siglo IV a.C. No obstante, el yacimiento ya debía existir desde la fase Antigua del mundo ibérico teniendo en cuenta la presencia de una escultura zoomorfa, datada a finales del siglo VI o principios del siglo V a.C. (Chapa, 1980). El estudio de los restos arqueológicos procedentes de cada una de estas áreas demuestra la existencia de una homogeneidad material. Todo parece indicar que se trata de un poblado ibérico, en el que se puede delimitar claramente la zona de hábitat y de necrópolis . Así , el poblado se correspondería con la zona II, en llano, e íntimamente relacionada con la zona I , en altura, de la que por el momento , lo único que se puede afirmar es la presencia de un edificio aislado de planta rectangular, cuya funcionalidad es de difícil definición mientras no se realicen excavaciones arqueológicas. Por contra , la necrópolis, identificada con la zona III , se situaría en la orilla opuesta , justo enfrente de la zona de hábitat. Como en el Chorillo, en la provincia de Alicante poseemos varios ejemplos de asociación de poblado s y necrópolis con esculturas : Cabezo Lucero , poblado y necrópolis; el ejemplo del Molar, necrópolis del poblado del Oral; los Arene ros del Vinalopó , como necrópolis del poblado ibérico del Campet , etc . Por lo que no dudamos que en futuros trabajos de investigación se pueda seguir aso ciando necrópolis a poblados, al menos para el ámbito geográfico contestano . Además, si tenemos presente la idea propuesta por M. Almagro Gorbea 59 (1982) sobre la ubicación de la necrópolis de estos momentos en cruces y vías de comunicación, no sería descabellado pensar que el yacimiento que nos ocupa también respondiese a este esquema y que la vía que parte hacia la costa desde la Vía Heraklea pasase por un lugar próximo (Domínguez, 1984). Así, siguiendo el curso fluvial del Vinalopó, pasaría por la partida del Zaricejo en Villena, por el enclave que nos ocupa, y partiendo desde aquí, hacia los Areneros del Vina lopó y La Alcudia (Almagro y Ramos, 1986). En este sentido, es importante destacar un aspecto que vendrían a apoyar esta tesitura. Las representaciones escultóricas de toros del tipo B establecido por T. Chapa (1980,1984) , grupo en el que se inscribe el ejemplar que aquí nos ocupa, y caracterizados por su posición echada, su boca entreabierta dejando ver los dientes, cuernos y orejas postizos , constituyen un conjunto único en el Medite rráneo, ya que su dispersión se reduce a Valencia y Alicante. La gran concentra ción de ejemplares en el área alicantina ha hecho pensar en la presencia de un taller, al menos en la cuenca del Vinalopó, en donde los artesanos que los realizasen pudiesen estar en estrecha relación (Chapa, 1984: 163-164 ). Por tanto, el Chorrillo sería un núcleo poblacional de pequeño tamaño, dentro del conjunto de los poblados de la Contestania, ubicado en el llano, al igual que sucede con el resto de asentamientos conocidos de estos momentos en la cuenca del río Vinalopó, y asociado a la principal vía de comunicación que vertebraría la Contestania Ibérica. La segunda etapa de ocupación data de época romana, aunque la escasez de materiales y la poca extensión superficial de los mismos no nos permite aproxi mamos con claridad a su cronología. Tenemos noticias de la existencia de terra sigillata gallica gracias a la comunicación oral aportada por A. Poveda, director del Museo Arqueológico Municipal de Elda . Su presencia nos permite datar el momento romano de ocupación en la segunda mitad del siglo I y primera mitad del siglo II d.C. HOYA DE CAPRALA l. Situación En la parte sudorienta! del valle interior de Caprala (Figura 14). Altitud s.n.m.: 571-572 m. s.n.m. U.T.M.: 30SXH952666. Mapa topográfico del Servi cio Cartográfico del Ejército. Hoja nº 846. Ibi. (Escala 1:50.000). II. Descripción El yacimiento se sitúa al Sur del caserío de Caprala, justo a las espaldas de un redil de ganado. Se encuentra sobre una pequeña elevación del terreno, delimitado por el camino que desde el mencionado caserío conduce hasta el redil y por otro camino que separándose del anterior baja hasta la rambla de Caprala en dirección a la Casa del tío Marcos. Su ubicación, sobre ese pequeño 60 montículo alargado, con dirección Norte-Sur, le confiere una situación de privi legio entre la rambla de Caprala al Este y las fértiles tierras del glacis cuaterna rio al Oeste y Sur (Figura 14). La pequeña loma se eleva unos 2 m . sobre el nivel de suelo base, y unos 15 m. sobre el nivel de la rambla. La zona arqueológica se ha visto muy afectada por las continuas remociones de tierras para uso agrícola que se han venido realizando desde hace años, provocando prácticamente la total destrucción del asentamiento. Hecho confirmado por el afloramiento de la roca base en muchos puntos . Por lo que creemos que en la actualidad es probable que no se conserven sedimentos arqueológicos intactos , ya que en gran medida han sido dispersados por una amplia zona. Sin embargo , no se puede descartar que en las partes más bajas , dada la mayor potencia edáfica, quede algún escaso resto arqueológico in situ. El área de dispersión de materiales es aproximadamente de 0,1 Ha., lo que nos hace suponer que el tamaño del asentamiento fuera algo menor. Se trataría, por tanto , de un yacimiento de escasas dimensiones. III. Entorno físico El asentamiento se inscribe en el fondo de un pequeño valle , bordeando las tierras de cultivo y al lado de una rambla que le ofrecería abundantes recursos hídricos. Ésta es la que ofrece la cota de altitud mínima -523 m .- frente a la cota máxima - 780 m .- que viene dada por el relieve montañoso situado al Este. Teniendo en cuenta el radio de 1 km . el asentamiento se situaría unos 80 ,5 m. por debajo de la media. Su ubicación en el llano no le confiere importancia en el dominio del territorio, ya que presenta fuertes limitaciones en la visibilidad sobre el resto del mismo. Los datos referentes a la capacidad de uso agrícola de las tierras del entorno inmediato al poblado también pueden ser indicativos de la orientación económi ca del mismo. Tanto en el primer kilómetro como en el segundo, existe un claro dominio de las tierras con capacidad de uso muy baja y limitaciones acentuadas al corresponderse con diversas estribaciones montañosas. Sin embargo, las zo nas intramontanas cubiertas de glacis de suaves pendientes y relativa potencia edáfica, constituyen buenas zonas para el desarrollo de actividades agrícolas. Pero si observamos el emplazamiento del poblado en relación con la distri bución de las tierras, comprobamos que se sitúa al Este de una amplia zona de suelos del tipo B , que vienen a constituir aproximadamente el 40% del total en el primer kilómetro. Así, en el segundo, el número de tierras susceptibles de ser puestas en cultivo desciende considerablemente , no llegando a alcanzar un 20 % del total. Por ello, creemos que la funcionalidad de este asentamiento está en relación con la puesta en explotación de las tierras de calidad aceptable , que se sitúan en su radio más cercano; más aún si tenemos en cuenta, que la ubicación del mismo no se realiza en medio de las tierras de cultivo sino aprovechando una pequeña elevación situada entre las tierras de cultivo divisadas desde el mismo y el dominio montañoso . 61 / l O 250m o E m 800 7 00 Hoya 6 00 l sa o Fig ura 14 Mapa y sección topográfica de la Hoya de Caprala . 62 IV. Historia de la investigación Conocido desde la década de los años sesenta por miembros de la Sección de Arqueología del Centro Excursionista Eldense y del Grupo Arqueológico ’Dá maso Navarro ’ de Petrer fue prospectado frecuentemente, recogiéndose abun dante material cerámico . A travé s del Centro Excursionista Eldense la arqueóloga sueca S. Nordstrom (1973) dio a conocer el yacimiento como Hoya de Caprala, incluyéndolo en su inventario de yacimientos ibéricos con cerámica pintada. V. Material arqueológico Todos los materiales estudiados son cerámicos , habiendo sido descritos mor fológicamente en la relación de datos que acompañamos en el capít ulo corres pondiente. El total de restos materiales es de 286 fragmentos, constituidos por bordes , asas, pies y galbos que hemos considerado como dibujables. Los materiales están depositados en su mayor parte en la Colección Municipal de Petrer, con la excepción de las piezas comprendidas entre el 900 y el 947 , que se encuentran en el Museo Arqueológico Municipal de Elda. La cerámica vienen representada tanto por producciones importadas como autóctonas. Los grupos repre sentados son los de cerámica ibérica común, con un total de 215 piezas, lo que supone el 75,18 %; ibérica pintada, con el 20 ,62 % - 59 piezas- ; cerámica ibérica de cocina, con un total de 9 piezas; cerámica ibérica gris o ampuritana con un único fragmento -0 ,34 %- , y la cerámica importada, representada por un fragmento de cerámica ática de figuras rojas. V.l. C erámi ca ibéri ca común Es el mas representado, destacando por encima del resto . No obstante , los porcentajes de este grupo descenderían si consideráramos a las ánforas como grupo independiente . El con junto de ánforas supone el 21 ,32 % de total de registros y el 28,37 % del grupo de cerámica común . La cerámica común se caracteriza por ser de buena calidad, con pastas generalmente bastante depuradas , homogéneas , de desgrasantes pequeños y con excelentes acabados y tratamiento de las superficie , aunque dado el alto grado de erosión , se ha perdido en un buen número de piez as. Las pastas suelen ser de color anaranjado con un 47 ,7 % -103 fragmen tos -, seguida con gran diferencia de las rojizas que con 55 fragmentos supo nen el 25,5 %. El resto son de colores gris, beig , sandwich y marrón . Existen pues , un gran predominio de cocciones o xidantes, que suponen un porcentaje del 73,4 %, frente a las reductoras . El desgrasante predominante es de pequeño tamaño -72%- frente a los de mediano y gran tamaño. Los desgrasantes pequeños suelen ser tanto abundantes 63 como escasos frente a los medianos, siempre abundantes. El conjunto de los desgrasantes inapreciables se aproxima al 14%. Los grupos tipológicos representados dentro de la ibérica común son las ánforas con un 28 ,3% -61 registros -, seguido de los platos -20%-, tinajas/ lebes -15,8% -, lebes -6,5%-, tinajas -5,1 %- , botellas o jarros con un único ejemplar y tapaderas. Por último, el grupo de los indeterminados que supone el 23,2%. V.1.1. Ánforas El número total de fragmentos de ánforas asciende a 61, de los que 45 son bordes y 16 fragmentos de asas. Ello supone que el 15,7% del total de fragmen tos cerámicos y el 20,9% del total de cerámica común son bordes de ánforas (Figura 15). En general, son pastas de color anaranjado -55,7%-, rojo -16,4% -, beig, marrón y sandwich, con porcentajes no superiores al 10% respectivamen te. Sus desgrasantes suelen ser también pequeños y abundantes, con un 41 % del total. En menor medida está representado el desgrasante de mediano tamaño e inapreciable. Formalmente, predominan los bordes rectos almendrados, con un 48,8%, seguidos por los bordes rectos entrantes , con un 17,7%, y exvasados -13,3% -, teniendo una mínima representación los bordes rectos y entrantes, con un 4,4% respectivamente. En todos los tipos de borde, los labios suelen ser redondeados. Dado el reducido el tamaño de los bordes de ánfora que conservamos, no podemos determinar el tipo al que pertenecen, aunque en algunos casos se adivine que puedan pertenecer a ánforas de la variante odriforme (Mata, 1991) . Las dimensiones del diámetro de la boca lo conocemos en 23 fragmen tos. El 69,5% de estos tiene un diámetro que oscila entre los 14 y 16 cm., mientras que los restantes se sitúan por encima de los 16 cm. y por debajo de los 22 cm. Es destacable el hecho de que un fragmento de borde de ánfora posea un baquetón y que una de las ánforas -CP-728 -sea importada. En cuanto a las asas cabe decir que dos de ellas presentan marcas de alfarero a base de doble incisión horizontal paralela. V .1.2. Platos Representan el 20% del total de cerámica común ibérica y el 15% del total de la cerámica . Formalmente, los platos suelen ser casquetes bien esféricos o elipsoides horizontales, con pie anular, de base rectilínea, con bordes rectos - 6- o entrantes -3- en su mayor parte, mientras que las variedades de exvasados y vueltos están poco representados. Los labios suelen ser redondea dos con muy poca presencia de labios triangulares. Los diámetros de la boca presentan una amplia variedad, desde los 9 a los 64 1 O _3 2 3 O 3 - -· r ; , 4 Fig ura 15 Materiales cerámicos de la Hoya de Caprala. 65 más de 40 cm., sin que exista ninguna concentración especial. Los diámetros de los pies anulares, por el contrario, se centran entre los 6 y 8 cm. mayoritariamen te, suponiendo el 66 ,6 % del total de las bases desarrolladas, aunque existe representación por debajo y por encima entre los 4 y 10 cm. Teniendo en cuenta las limitaciones del registro, es de destacar la inexistencia de platos con carena marcada, lo que contra sta con la abundancia relativa en el yacimiento de El Mirador (Espinosa , 1991) . V .1.3. Tinajas y Lebes El total de vasos , bien tinajas o bien lebes, constituye un número total de 59 fragmentos, lo que supone un 27,4 % del conjunto de cerámica común y un 20,6 % del total. Los lebes son recipientes de grandes dimensiones cuyas bocas superan los 30 cm. de diámetro, situándose en este caso en concreto entre los 32 y 48 cm. La morfología de los bordes representados generalmente son los exvasados de representación zoomorfa , ampliamente mayoritarios, constituyendo casi el 60 % y los bordes del tipo exvasado triangular y vueltos. Las tinajas o urnas presentan unos diámetros de boca entre los 13 y 24 cm . y unos bordes del tipo exvasado zoomorfo y exva sado triangular como tipos dominantes, frente a tipos minoritarios como los vueltos (Figura 17.3). En general , las tinajas y lebes tienen similare s porcentajes en la representa ción de bordes, dominando ampliamente los exvasados con representación zoo morfa. V.1.4. Varios Este apartado viene representado por el conjunto de formas ceram1cas e indeterminados no adscribibles a ningún tipo en concreto y/o de escasa repre sentación. Las tapaderas están e sca samente documentadas , con dos ejemplares. Suelen presentar de 17 a 18 cm . de diámetro , con las mi smas características generales de la cerámica común. Los indeterminados son un grupo importante con algo más del 23 %. Suelen ser bordes de difícil adscripción tipológica dado su pequeño tamaño y estado de conservación. V .2 . Cerámi ca ib éri ca pintada Supone el 20 ,62 % del total de registros , constituyéndose como el segundo grupo de mayor representación . Se trata de una cerámica muy cuidada, de pastas depuradas , homogénea s y compactas, de fractura dura , que suelen presentar un engobe claro al exterior, y decoración pictórica tanto al exterior como al interior o en el labio. 66 (_) 3 2 o 3 1 3 7 4 O 3 --_- 6 o 3 o 3 Figura 16 Material es cerámicos de la Hoya de Caprala. 67 Las pastas cerámicas vienen definidas por cocciones oxidantes, representa das fundamentalmente por las pastas de color anaranjado -59,3%-. Las pastas de color gris constituyen el segundo grupo en importancia -22,3%-. Un hecho destacable frente a la cerámica común es el dominio de pastas con desgrasantes inapreciables que suponen el 33,9% del total. Los grupos tipológicos presentes en el yacimiento ibérico de la Hoya de Caprala corresponden relativamente con los mismos porcentajes que la cerámica común, excepto en la ausencia de ánforas pintadas. El grupo de mayor represen tación son los platos seguido de las tinajas/lebes, tinajas, lebes e indeterminados. Los motivos más frecuentes de decoración pictórica suelen ser las bandas monocromas de diferentes grosores y ampliamente repartidas tanto por las pare des externas, internas y el labio. De los 59 fragmentos con decoración pintada, 48 presentan bandas monocromas de color rojo vinoso o granate. Las combina ciones más frecuentes son la aparición de bandas tanto al exterior como al interior conjuntamente, al exterior solamente y al labio. En muy pocos casos se dan las bandas al interior y en combinación interior -labio. El resto de motivos decorativos son de carácter geométrico. El que aparece con mayor frecuencia -4 registros: dos lebes y dos platos- es el motivo de triglifos en el labio -doble banda paralela horizontal entrelazadas mediante trazos cortos verticales paralelos -; y, únicamente, representados por un fragmento -generalmente sobre platos- los segmentos de círculo, doble banda corrida en el labio, filetes oblicuos, guiones entre bandas y motivos radiales. V.2.1. Platos Representan el 59,3%, siendo 20 de ellos bordes y 15 pies anulares de diferentes alturas y base rectilínea. Son en su mayor parte de forma semiesférica y casquete esférico o elipsoide horizontal, presentando pie anular diferenciado. Entre los tipos de borde dominan ampliamente los rectos con un 54,5% -12 registros, uno de ellos triangular- seguidos de bordes exvasados y entrantes con un 13,6%, respectivamente, y bordes vueltos. Respecto a las dimensiones de los diámetros de boca mantienen las mismas características que los platos de cerámica común. Se suelen situar entre los 17 cm. y los 38 cm., mientras que los diámetros de las bases vienen a situarse entre los 5 y 9 cm., aunque con una notable concentración entre 6 -8 cm. Un hecho que convendría destacar es la aparición exclusiva del trabajo de lañado sobre aquellos platos que presentan decoración pictórica (Figura 16.2). La mayor parte de los motivos decorativos geométricos constatados en el yacimiento están representados ampliamente en los platos. Los motivos radiales, guiones entre bandas, triglifos y segmentos de círculo aparecen en las superfi cies exteriores y labios, mientras que las bandas monocromas, pueden aparecer combinadas o de modo independiente en una de las caras. 68 V.2.2. Tinajas y lebes El total de fragmentos correspondientes a estos tipos de recipientes e s de 14 , lo que supone un porcentaje cercano al 23 %. Sólo hemos podido distinguir entre los que son tinajas o lebes en el 50 % de los casos , siendo 4 de ellas tinajas. Las tinajas son recipientes cerrados , de medi anas dimensione s y formas variadas según las tipologías propuestas , de bordes generalmente exvasados y cuyo diámetro de boca no sobrepasa los 30 cm. En nuestro caso , dos de ellas presentan bordes exvasados zoomorfos y los otros dos, exvasados triangulares , con unos diámetros de boca que oscilan entre 20-28 cm. Su decoración suele ser a base de bandas monocromas al exterior e interior indistintamente, combinán dose en uno de los casos con una banda en el labio. Los lebes , como recipientes de mayor tamaño , están destinados al almacena miento. En todos los casos son exvasados del tipo zoomorfo. Los diámetros de boca se sitúan por encima de los 28-30 cm. , encontrándose en nuestro c aso entre los 32 y 40 cm. (Figura 16.4). La decoración en dos de los casos es a base de bandas monocrom as en el exterior , combinándose con triglifos en el labio. V .2 .3. Indeterminados Constituye el 16 ,8 % del conjunto de la cerámica pintada -10 registros- . Siete de ellos son fragmentos de galbo, uno es de asa y dos son bordes. Los primeros suelen presentar bandas monocromas tanto al exterior como al interior --4 piezas- y bandas bícromas al exterior -2-. Es de destacar un fragmento que presenta un triángulo de color anaranjado con el vértice redondeado suspen dido de una banda horizontal de color granate. El asa presenta filetes oblicuos y los bordes son generalmente exvasados triangulares con bandas monocroma s. V .3 . Cerámi ca ibérica de cocina Constituye el 3,4 % de la totalidad de fragmentos cerámicos estudiados . Las características de este tipo de cerámica, marcada por su clara funcionalidad, vienen definidas por su irregular tratamiento externo , sus pastas no depuradas con abundantes desgrasantes de mediano y gran tamaño . Los grupos cerámicos representados son las ollas de cocina -5 fragmen tos- una tinaja, un plato, y una tapadera. Todos los bordes, excepto el de la tapadera, son exvasados bien de labio triang ular o zoomorfo. En cuanto a las cocciones mencionar únicamente la escasa diferenciación existente entre las oxidantes y las red uctoras. V.4. Cerámica ática de figuras rojas El único fragmento perteneciente a este tipo de cerámica importada corres - 69 ponde a un pie de crátera de campana sin ninguna moldura , presentando en reserva el pie y el ángulo superior (figura 16.1). Posee una pasta cuidada, compacta , de desgrasante inapreciable y de color anaranjada, y un barniz bri llante y espeso. El diámetro de la base es de 16 cm. VI. Valoración cultural El conjunto material del asentamiento ibérico de la Hoya de Caprala, presen ta como la totalidad del resto de materiales una deficiencia importante como es el hecho de que procedan de recogidas superficiales y no de contextos arqueoló gicos cerrados que nos permitan definir con mayor exactitud la funcionalidad y el carácter del asentamiento. La cultura material estudiada es en su totalidad cerámica. El estudio de los grupos cerámicos representados nos ha mostrado la presencia, aunque escasa, de cerámicas importadas -cerámica griega de figuras rojas y ánforas de proceden cia incierta-, junto a un conjunto muy significativo de cerámicas autóctonas que presentan las características generales de la cerámica ibérica. El grupo cerámico más abundante es el de la cerámica común seguido de la cerámica pintada, la de cocina y la gris, dentro de las cerámicas autóctonas, y cerámica griega en las importad as. Los grupos tipológicos más representados a nivel general son los platos, seguido de las ánforas, las tinajas y los lebes, y en pocos casos alguna tapadera y botella. Los platos son generalmente de formas semiesféricas o de casquetes esféri cos o elipsoides horizontales, con pie anular diferenciado de distintas alturas, bordes generalmente rectos, aunque con presencia de exvasados y entrantes y labios generalmente redondeados , con diámetros muy variados. A nivel formal los platos presentes en la Hoya de Caprala aparecen desde los momentos más antiguos de la cultura ibérica y perduran hasta prácticamente el siglo I a.C. (Ros Sala,1989; Mata, 1991). Las bases anulares existen también durante todo el período de producción de las cerámicas ibéricas, aunque su mayor frecuencia corresponde a los siglo IV y III a. C. (Nordstrom, 1973, 11:115; Ros Sala, 1989). Los otros grupos tipológicos presentes son las ánforas, con cerca de una cuarta parte del total, lo que puede ser muy clarificador a la hora de enjuiciar las actividades económicas que se desarrollarían en el mismo, más si tenemos en cuenta el espacio geográfico en el que se asienta. Las tinajas y los lebes, alguno de ellos con baquetones, de cronología antigua y plena, son el resto de los tipos registrados, que como recipientes contenedores de mediana y gran capacidad, orientados a su uso diario y alma cenamiento, también nos ayudan a comprender las distintas actividades del yacimiento. Todos los tipos cerámicos encontrados en la Hoya de Caprala son habituales en el registro material de los poblados ibéricos desde el siglo V hasta el I a.C. 70 1 O 3 2 3 o 3 4 O _3 Figura 17 Mat erial es ce rámicos de la Hoya de Caprala. 71 La representación porcentual de los diferentes grupos de cerámica nos per mite establecer conclusiones, siempre aproximadas, debido al grado de erosión, acerca del modus vivendi del asentamiento. Dado que a nivel morfológico son pocos los datos cronológicos que pode mos obtener, hemos de recurrir al estudio de la presencia o ausencia de determi nados motivos decorativos pintados y al estudio de la cerámica de importación. La cerámica pintada es el segundo de los grupos cerámicos cuantitativamen te hablando. Los grupos tipológicos que presentan decoración son, siguiendo su representatividad, los platos, Jebes y tinajas. La decoración de los platos se reduce a motivos de bandas o filetes horizon tales paralelos, tanto en las paredes exteriores, como interiores y labios, decora dos monocromamente. No obstante, existen algunos motivos geométricos, gene ralmente en las paredes exteriores de los vasos y en los labios, cuando se trata de bordes exvasados o vueltos, que pueden aproximarnos a la cronología del asen tamiento. Los motivos de segmentos de círculo -en una pieza tanto al interior como al exterior- entre dos bandas y descansando sobre la inferior, son un tema muy frecuente en la cerámica ibérica pintada de los siglos IV y III a.C. (Ros Sala, 1989: 66), estando presente en un gran número de yacimientos, entre los que cabe destacar La Albufereta (Nordstrom, 1973), La Alcudia (Ramos, 1953) y El Puig (Rubio, 1985). Los triglifos -en dos casos decorando el labio de platos de bordes vueltos o exvasados -son trazos cortos verticales entre líneas paralelas horizontales. Su localización siempre es en el labio. Este tipo de motivos no suele ser muy frecuente en los yacimientos ibéricos de la provincia de Alicante, aunque puede datarse en momentos del Ibérico Pleno. Otro de los motivos representados, en concreto, en las pared exterior de un plato son pequeños trazos formando un motivo radial. También suele ser fre cuente en los yacimientos del Ibérico Pleno, como pueden ser El Puig (Rubio, 1985) datado en el siglo V-IV a.C. o El Portus Illicitanus (Sánchez et alii, 1989) datado a partir de la segunda mitad del siglo V a.C. Junto a esta serie de motivos geométricos hemos de indicar una serie de hechos que consideramos importantes fundamentalmente por su ausencia. Uno es la inexistencia de motivos en zigzag que empiezan a aparecer con relativa frecuencia a medidos del siglo III a .C. (Ros Sala, 1989) al igual que la retícula oblicua que no aparece en las decoraciones ibéricas hasta el siglo II a.C, o lo arcos secantes, motivos característicos de los siglo II y I a.C. Tampoco existe ningún fragmento de cerámica con decoración vegetal o fitomórfica, que hace su aparic ión en el siglo III a.c. (Ros Sala, 1989). Si importante para otorgar una cronología precisa al asentamiento es el análisis de los motivos pintados de la cerámica ibérica, también es importante el tener en cuenta la cerámica de importación . En este caso nos estamos refiriendo a un fragmento de pie de crátera ática de campana de figuras rojas. Su morfolo gía y sus características de pasta y barniz son similares a la crátera aparecida en el Portus Illicitanus (Sánchez et alii, 1989), datada en las últimas décadas del 72 siglo V a.C., más concretamente entre los años 420 y 410. Teniendo en cuenta las dimensiones del ejemplar del Portus, podemos decir que el fragmento de crátera estudiado tendría unas dimensiones aproximadas de 36 cm. de altura , 34,9 cm. de diámetro de boca y un pie de 16 cm. de diámetro . En definitiva, estamos ante un asentamiento que , muy posiblemente, empie za a existir a finales del siglo V a.C., manteniéndose en activo hasta finales del siglo IV a.C. Su ubicación en el fondo de un pequeño valle interior de montaña , junto a las mejores tierras de cultivo del entorno -mantenidas en cultivo hasta la actualidad -y su reducido tamaño junto a la alta representación de ánforas y lebes , como recipientes de transporte y almacenamiento respectivamente, nos confirman que se puede tratar de una unidad de explotación agropecuaria orien tado a la producción de los cultivos básicos de la trilogía mediterránea: cereal vid -olivo. MIRADOR DE LA SIERRA DEL CABALLO l. Situación En el extremo meridional de la Sierra del Caballo, coronando una elevación que alcanza los 772 m. de altitud s.n.m. (Figura 18). Coordenadas Geográficas U.T .M.: 30SXH953632. Mapa topográfico del Servicio Cartográfico del Ejérci to . Hoja nº 871. Elda . (Escala 1 :50.000). II. Descripción La Sierra del Caballo constituye una de las elevaciones que cierra por el Norte el Valle de Elda, aunque se encuentra aislado de él por la rambla de Puc;;a, que vierte las aguas procedentes de los montes interiores de Petrer al río Vinalo pó. Se trata de un lugar que se eleva 300 m. sobre su base, con una pendiente media del 48% en las vertientes que descienden al valle. Su orientación Norte Sur difiere ligeramente de la del conjunto de la sierra (Figura 18). El terreno se halla fuertemente erosionado quedando al descubierto la caliza natural en la práctica totalidad de la superficie. No se observa ningún resto de construcciones . En un reconocimiento personal hemos podido constatar que los materiales se encuentran aproximadamente a partir de la cota de los 755 m. , con una mayor concentración en la ladera occidental, que mira hacia el yacimiento de El Monastil. La extensión de la zona en la que aparecen restos es aproxima damente de 0,3 Ha. La existencia de materiales en las laderas se explica por el paulatino arrastre causado por la falta de sedimentos y escasez de vegetación . Ésta se reduce a pocos pinos y matorral aislado, sobre todo esparto . Reciente mente se ha realizado una repoblación de pinos sobre el mismo yacimiento por parte de ICONA (Espinosa, 1991:34). 73 m 90 800 700 o 600- El Monastil so Vinalopó ’º Els Castellarets Mirador l Mapa y sección top . , . Figura 18 og,cifica del M. irador d l e a Sierra d ¡ e Caballo . 74 E III. Entorno físico El lugar que ocupa constituye uno de los enclaves de mayor altitud y visibi lidad de todo el Valle de Elda, dominando tanto éste último como la parte meridional del Alto Vinalopó . Su estratégica situación viene dada por su gran altura con respecto al nivel de base -300 m.- y su altura media en un radio de 1 km . -107,5 m. por encima de la media-. Si a ello unimos las fuertes pendientes de la Sierra del Caballo, concluiremos que el asentamiento del Mira dor presenta unas características en su patrón de asentamiento de inaccesibilidad y encumbramiento. Esto viene corroborado por el gráfico de distribución de la capacidad agríco la de los suelos. Así, podemos ver que en el primer kilómetro los suelos suscep tibles de uso agrícola prácticamente no existen, predominando los suelos de capacidad de uso baja o muy baja, con riesgos erosivos muy elevados y única mente explotables forestalmente. En el segundo kilómetro, la distribución de suelos sufre muy pocos cambios, aumentando ligeramente los suelos susceptibles de utilización agrícola -glacis del campo de Petrer- pero, sin sobrepasar el 10% del total. Resumiendo, podemos decir, que su ubicación en altura, con fuertes pen dientes y en un dominio de tierras de muy baja capacidad agrícola, nos hace pensar que la explotación agropecuaria no fue su actividad principal. IV. Historia de la investigación El asentamiento fue descubierto en noviembre de 1981 por C. Navarro. Poste riormente fue dado a conocer en tres artículos, dos de ellos de divulgación (Espino sa, 1987; Espinosa y Doncel, 1989) y uno de carácter científico (Espinosa, 1991). V. Material arqueológico En este momento, el material arqueológico ascienden a varios centenares de fragmentos, de los que se han publicado 144 piezas (Espinosa,1991). Siguiendo el estudio de A. Espinosa podemos decir que hay una total ausen cia de cerámica importada, es decir, de materiales griegos, púnicos y romanos. Se trata de material muy fragmentado y con la superficie muy erosionada. Las pastas son por lo general muy depuradas, en ocasiones con desgrasantes finos, aunque normalmente sin ellos. Los grupos cerámicos representados son los de cerámica común, cerámica pintada, cerámica de cocina, gris fina, y materiales de construcción -3 frag mentos de teja curva -. Los tipos cerámicos más representados son los platos, en su gran mayoría bordes de diferentes tipos y bases anulares de diferentes diámetros, un gran número de piezas indeterminadas y en escasa proporción tinajas . Solamente existen dos bordes de ánfora. 75 Los motivos pintados más comunes son las bandas horizontales monocro mas de distinto grosor, así como los motivos de semicírculo y segmento de círculo. La cerámica gris fina está representada por vasos de pequeño tamaño, arcilla muy depurada, superficies cuidadas y, por lo general, bruñidas. También existen tres cuentas de collar de pasta vítrea azul, una fusayola bitroncocónica y un anillo de bronce. Cronológicamente se puede ubicar este asentamiento, a juzgar por la fechas aportadas por el material cerámico , en los siglos IV-III a.C. (Espinosa, 1991). ÉPOCA ROMANA CAPRALA l. Situación En el extremo septentrional del pequeño valle interior de Caprala, a los pies de L’ Alt de la Creu (Figura 19). Altitud s.n .m .: 610-615 m. Coordenadas Geo gráficas U.T.M.: 30SXH955675. Mapa del Servicio Cartográfico del Ejército . Hoja nº 846. Ibi. (Escala 1 :50.000). II. Descripción El yacimiento está situado en las estribaciones más bajas de L’ Alt de la Creu, justo a escasos metros de la rambla del Valle de Caprala, quedando al Suroeste el glacis cuaternario que constituye el fondo de la hoya (Figura 19). Actualmente no se observan construcciones arqueológicas en superficie, dado el alto grado de transformación que ha sufrido la zona, tanto debido a las roturaciones agrícolas como a la construcción de un buen número de casas de campo. No obstante, se conoce con certeza, documentado mediante diversas fotogra fías y evidencias arqueológicas, la aparición en la década de los años sesenta de restos asociables a una prensa de aceite -sillares labrados, uno de los cuales presentaba un canal de drenaje para aceite, un depósito fabricado en opus signinum de dimensiones considerables- y 5 ánforas del tipo Dressel 2-4, 4 de ellas conservadas en el Museo Arqueológico Municipal de Elda (Poveda,1991a). Actualmente, sólo podemos observar su existencia a través de los escasos restos cerámicos que afloran en superficie tras las labores de arado de algunos de los bancales. Las dimensiones de este asentamiento son difíciles de establecer, debido al carácter urbanizado de l entorno. Podemos afirmar que la extensión mínima es de 0,25 Ha, superficie co nstituida por dos bancales, actualmente aterrazados y en cultivo. 76 o ---===~250m Capra la l Mapa y s e . , Figura 19 ccwn topo gráfi ca d e C aprala. SE 77 III. Entorno físico El asentamiento se sitúa a unos 78 m. por debajo de la cota media de su entorno inmediato. La cota máxima viene dada por L’ Alt de la Creu con 820 m. , mientras que la cota inferior la encontramos en la rambla de Caprala, situada a 560 m . Así , mientras por su parte Norte el yacimiento tiene a sus espaldas un relieve bastante escarpado, donde se alcanzan las cotas mas elevadas , por el lado Sur se encuentra con una superficie de glacis cuaternario descendente , sobre el que ejercería un control visual efectivo. Su posición geográfica en la parte septentrional del Valle de Caprala, le permite controlar uno de los accesos viarios al mencionado valle. Más concreta mente el que une Caprala con la partida de L’Avaiol. Respecto a la capacidad de uso agrícola de los suelos que rodean al yaci miento podemos decir que en el primer kilómetro quedan comprendidas la mayoría de las tierras fértiles que forman la depresión de Caprala, rodeadas por espacios con suelos de muy baja capacidad de uso , como suelos del tipo E. Este panorama apenas cambia cuando analizamos los suelos comprendidos en un radio de 2 km. Entonces comprobamos como al multiplicarse la superficie total de tierras, también lo hace en idéntica proporción los suelos con aprovechamiento únicamente forestal -tipo E-, así como los suelos de mejores condiciones para el desarrollo de la agricultura situados en las proximidades de Caprala . Por tanto , aunque disponga de una cuenca visual limitada, tiene al Suroeste una amplia superficie de tierras susceptibles de aprovechamiento agrícola, así como la vereda de acceso/salida desde el valle de Caprala que discurre a sus pies . IV. Historia de la investigación Descubierto a raíz de la aparición de un conjunto de cinco ánforas cuando se producían labores de labranza . El hallazgo fue dado a conocer a miembros de la Sección Arqueológica del Centro Excursionista Eldense , quienes adquirieron cuatro de las cinco ánforas para su colección. La restante quedó en manos del propietario de la finca donde se produjo el hallazgo. Con posterioridad, los miembros del Grupo Arqueológico ’Dámaso Nava rro’ de Petrer prospectaron repetidamente el yacimiento , realizando algunas catas que proporcionaron abundante material cerámico. V. Material arqueológico El conjunto de materiales arqueológicos estudiados se describen morfológi camente en la relación que adjuntamos al final del trabajo. Los materiales procedentes de este yacimiento se encuentran depositados casi en su totalidad en la Colección Municipal de Petrer y, en una mínima parte, en el Museo Arqueo lógico Municipal de Elda -los numerados desde el 948 al 982- . 78 V. l. Cerámica El material arqueológico, al igual que, prácticamente, en la totalidad del resto de los asentamientos, es cerámico (Figuras 20, 21, 22, 23). El número total de registros asciende a 353 fragmentos, de los que 228 son sigillatas -64,58% y el resto -125- , el 39,42%, es cerámica común . No obstante, hemos de decir que los altos porcentajes que presentan las sigillatas es debido a una recogida selectiva de materiales. El reparto por grupos tipológicos es el siguiente: Cerámica común romana Cerámica común africana Cerámica pintada romana Terra sigillata itálica Terra sigillata gállica Terra sigillata hispánica Sigillata africana ’clara A’ n º de registros 119 4 2 7 108 23 90 porcentaje 33,71% 1,13% 0,56% 1,98% 30,59% 6,51% 25,49 % Con el siguiente cuadro queda claro que, aunque la recogida es selectiva y parcial en algunos casos, la cerámica común domina sobre el resto de los grupos, mas si tuviésemos en cuenta la gran cantidad de fragmentos informes depositados en la Colección Municipal de Petrer y Museo Arqueológico Muni cipal de Elda. Por otra parte, queda claro el dominio porcentual de las sigillatas gállicas y de las de origen africano ’clara A’, frente a porcentajes mínimos de Terra sigillata Itálica e Hispánica. V. l.l. Terra Sigillata Itálica Una serie de nuevas vajillas de origen itálico hacen su aparición en el siglo I antes de nuestra era. Su aspecto externo se caracteriza por su color entre marrón y rojizo, llevando frecuentemente la marca de los alfareros que la fabricaban. Esta nueva producción se fue introduciendo en los mercados romanos a lo largo del cambio de era. Estas cerámicas tienen en la actualidad problemas centrados fundamentalmente en la determinación de sus centros de producción, en parte debido a la gran amplitud cronológica y geográfica que ocupan. Para solventar este problema, adoptamos el término de itálicas -Valle del Po, Pisa, Roma, Norte de Italia -, frente al de aretinas -Arezzo--- , tradicional y frecuente en la bibliografía española (Montesinos, 1991). Para su clasificación tipológica hemos seguido varias propuestas. La tipolo gía establecida por Goudineau (1968) permite una aproximación a su periodiza ción, aunque varias aportaciones posteriores han venido a corregir y matizar las cronologías (Pucci, 1977; Riccionni, 1980; Paunier, 1981). 79 La producción itálica constituye solamente el 1,98% del total y el 3% de las cerámicas de lujo. De ellas, únicamente 3 ejemplares han sido identificados como de las formas Drag. 36/Pucci XII, Goudineau 36A/Pucci X y Goudineau 27 (Figura 20.2 y 20.3), mientras el resto pertenecen a fragmentos indeterminados. Todos los fragmentos pertenecen a cerámicas lisas y sólo 3 han sido identi ficables. El primero de ellos es un pie de copa de 4 cm . de base de una forma Goudineau 27 (Figura 20.3). Este tipo de copas son de las piezas más extendidas y numerosas en los asentamientos valencianos, con una cronología de produc ción entre el 10 y el 40 d.C. La podemos encontrar en el Portus Illicitanus (González, 1984), y Tossalet de les Mondes (Pego) (Gisbert, 1980), en el Grau Vell de Sagunto, la Moleta deis Frares (Montesinos, 1991), y en puntos más cercanos como El Monastil (Elda) (Poveda, 1984), Casas Juntas (Villena), Can dela (Villena) (Po veda, 1990) y El Prado (Pin oso) (Seva, 1991 ). El segundo de los ejemplares se corresponde con un vaso de tipo Goudineau 36/Pucci XII (Figura 20.1) con decoración externa a ruedecillas y el tercero a una Goudineau 36a/Pucci X (Figura 20.2) con volutas aplicadas al exterior y un diámetro de boca de 27 cm. La primera de ellas marca el comienzo de importación de cerámicas tardías de piezas itálicas. Lo tenemos representado en el asentamiento de Candela (Villena) (Poveda, 1990). El fragmento de Goud. 36 de la serie A también lo tenemos ampliamente representado en Ilici y Sagunto (Montesinos, 1991), el Portus Illicitanus (Gon zález, 1984 ), Punta de l’ Arenal (Martín y Serres, 1970), Tossalet de les Mondes (Pego) (Gisbert, 1980) y El Monastil (Elda) (Poveda, 1984). Esta forma posee una cronología inicial del 12-16 d.C. (Montesinos , 1991). Hemos de señalar la inexistencia de marcas de alfarero, dado el reducido tamaño de los fragmentos. V.1.2. Terra Sigillata Gállica Durante la primera mitad del siglo I d.C . los productos cerámicos fabricados en la Gallia entran en competencia con las manufacturas itá licas. Estos produc tos se imponen en el mercado llegando a copados y quedando de forma residual las producciones tardoitálicas. El conjunto de sigillatas gállicas de Caprala constituye el 30,59% del total del registro cerámico estudiado y el 47,36% del conjunto de sigillatas. Es por tanto el grupo con mayor representación. Los fragmentos identificables tipológi camente ascienden a un total de 70 piezas, lo que supone un 64,81 %. No obstante, a este dato habría que sumarle tres piezas informes con restos de marca de alfarero. Las cerámicas lisas vienen representadas por las formas Dragendorff 27, con 30 fragmentos, que suponen el 27,7% del total de sigillatas gallicas y el 42,8% de los fragmentos identificados; le sigue en importancia la forma Dr. 18 con un 27,1 % de las formas identificadas, la forma Drag. 18/31 que supone el 14,2%, 80 4 5 ’ [(?o ) 2 7 6 LJ 8 3 , 10 r a¡v (. d§! . . 11 le . 12~ @ ,, 07 13 14 15 º- _3 Figura 20 Materiales cerámicos de Caprala. 81 la Drag. 36 con el 4,28% y mínimamente representadas las formas Drag. 15/17 y Drag. 24/25. La copa Dragendorff 27 (Figura 21) es de las formas lisas más abundantes, siendo la más representada en Ilici y la tercera en Saguntum y Valentia (Mon tesinos, 1991:153). También está presente en Tossalet de les Mondes (Pego) (Gisbert, 1980), Grau Vell de Sagunto y Pla del’ Are (Lliria), Casa de Nazario (Villena), Casas Juntas (Villena), Casa del Padre (Vil}ena), Candela (Villena) (Poveda, 1990), El Prado (Pinoso) (Seva, 1991) y El Campet (Novelda) (Galia na y Roselló, 1988). La cronología de este tipo de cuencos se sitúa entre los gobiernos de Tiberio y Nerón perdurando hasta época flavia. El plato Dragendorff 18 es una de las formas que presenta un mayor volu men en su importancia , al ser una de las más abundantes. En Valentia es la producción dominante , en Saguntum es la segunda mejor representada y en Ilici es la tercera, estando bien representado en la totalidad de yacimientos valencia nos estudiados (Montesinos, 1991: 152). Los yacimientos más cercanos en la que se constata son El Monastil (Elda), Arco Sempere (Elda) y Candela (Villena) (Poveda, 1990). Cronológicamente está presente en tierras valencianas desde el gobierno de Claudio, manteniéndose con Nerón y llegando hasta el final de los Flavios , evolucionando a la forma de transición Drag. 18/31 (Montesinos, 1991). La forma Drag. 18/31 (Figura 21.7 y 8; Figura 22.7) es la tercera de las formas en importancia. Es un plato evolucionado de la forma Drag. 18 que con el tiempo gana en profundidad y en oblicuidad de la pared. Aparece ampliamen te representada en Ilici, Saguntum, Valentia , Grau Vell de Sagunto, y más cercano en la villa de Casas Juntas, Candela (Villena) (Poveda, 1990) y El Campet (Novelda) (Galiana y Roselló, 1988). La forma Drag. 36 (Figura 22.9 y 10) es un plato poco representado, adorna do con hojas de agua a la barbotina en la mayoría de los casos. La tenemos presente en Ilici, Arco Sempere (Poveda, 1984), Grau Vell de Sagunto, en Candela (Villena) (Poveda, 1990) y El Prado (Pinoso) (Seva, 1991). La cronolo gía de las decoraciones de las hojas de agua a la barbotina utilizadas en La Graufesenque se sitúa entre el 60 y el 120 d.C. La Drag. 15/17 es la quinta forma junto con la Drag . 24/25 con un único registro. En el País Valenciano es una de las formas más abundantes. En Sagun tum, Valentia e Ilici es la cuarta forma en representación (Montesinos, 1991); también es frecuente en otros yacimientos como en Tossalet de les Mondes (Pego) (Gisbert, 1980), Grau Vell de Sagunto , Pla de l’ Are (Lliria) (Martín y Gil-Mascarell, 1969), Punta de l’Are nal (Jávea) (Montesinos, 1991), Casas Jun tas, Casa del Padre, Casa de Nazario y Candela en Villena (Poveda, 1990), y El Prado (Pinoso) (Seva, 1991). Tipológicamente, está presente desde los primeros momentos de su fabrica ción en época de Claudio y muchas de las piezas llegan al período flavio , aunque prácticamente la totalidad se encuadran en época de Claudio-Nerón. Por su parte , el cuenco Drag. 24/25 sólo representa el 1,48 % de las sigillatas 82 1 1 tJ ’J 1 2 t)) 7 1 Í ~ 3 8 1 &7 , __ 1 ) ;J 4 ;-~ V 10 9 5 t 1 B riiJ 6 11 o 3 Fig ura 21 Mat eriale s cerámicos de Capra/a. 83 identificadas. Es una de las primeras piezas importadas a tierras valencianas por los talleres gálicos, siendo al mismo tiempo de las formas más abundantes. Así por ejemplo, en Saguntum es la más representada , la segunda en Valentia e Ilici. En el Vinalopó lo tenemos representado en Casas Juntas y Candela (Villena) (Poveda,1990), y El Campet (Novelda) (Galiana y Roselló,1988). Es una copa típica de los reinados de Claudio y Nerón y mucho menos abundante en época de los Flavios. Las formas decoradas están representadas únicamente por 6 ejemplares de la Drag . 37, de los que sólo 3 corresponden a los frisos decorados (Figuras 20.6, 21. 11 y 12). En ellas aparecen elementos figurados a molde representando motivos de ovas, lengüetas y un ave en uno de ellos, una figura masculina -un gladiador, posiblemente- y, en la pieza restante, por el Dios Pan, unos cuartos delanteros de un posible équido y vegetales. Todos ellos proceden de talleres de La Graufesenque. Este cuenco está ampliamente representado en los yacimientos romanos del País Valenciano, siendo a nivel global la segunda forma más documentada (Montesinos,1991) . En Valentia es la tercera forma decorada, ocupando el cuar to puesto en Saguntum , no siendo así en Ilici que ocupa el primer lugar de todos los productos decorados gálicos. En el resto de las tierras valencianas sigue un esquema semejante en cuanto a su poca presencia, pues en el Grau Vell de Sagunto sólo hay un ejemplar y en la Punta del’ Arenal de Jávea su presencia es pareja a la forma Drag. 29 (Montesinos,1991). Como vemos Caprala es un punto más que viene a corroborar la idea de que mientras en las zonas meridionales del País Valenciano la forma decorada dominante es la Drag. 37, conforme nos dirigimos hacia el Norte se observa una disminución de ésta, a favor de la Drag. 29. También está presente en el Tossal de Manises (Alicante) (Olcina et alii,1990) , - siendo también dominante en número sobre la Drag. 29- en El Prado (Pino so) (Seva ,1991), Casa Nazario, Casas Juntas, y Candela en Villena (Pove da,1990). Esta forma está presente en el País Valenciano desde el reinado de Nerón , pudiendo llegar hasta época de Trajano , como en el caso de Ilici. Por último, dentro del conjunto de indeterminados , hemos de señalar la presencia de 2 fragmentos de marmorata, de gran valor cronológico ya que son producciones sudgálicas fechables entre el 40 y el 70 d.C. Respecto a las marcas de alfarero registradas en el yacimiento de Caprala, todas se corresponden a producciones gálicas. Solamente disponemos de 5 fragmentos donde se ha podido constatar de modo incompleto su presencia. Dos de ellas lo son sobre formas Drag. 18/31 y en las 3 restantes no se ha podido determinar la forma del vaso. Las constatadas sobre los vasos Drag. 18/31 vienen dadas por los caracteres « .. OM» y « .. SECVN » (Figura 21.8). El primero de los sigilum, dado su carácter incompleto, conservando sola mente sus dos últimos caracteres, podría interpretarse como correspondiente a la marca de alfarero MOMMO, presente en otros yacimientos valencianos como 84 ~ ~. ti i= 2 6 5 3 ’ 8 7 9 10 4 11 13 12 14· O 3 Figura 22 Materiales cerámicos de Caprala. 85 Saguntum -MOM- (Montesinos,1991), en Arco Sempere (Elda) -MOM (Poveda y Ribera, 1985 : 36, 1) y en Candela dos fragmentos (Villena) -MOMMO y OF MO, respectivamente- (Poveda, 1990: 167). Se trata , por tanto, de un taller de La Graufesenque que desarrolla su produc ción entre Claudio y Vespasiano (Oswald , 1931: 208-209). La segunda de las cartelas,« . . SECVN» pertenece también a un taller de La Graufesenque de tiempos entre Claudio y Vespasiano. También la podemos encontrar abundantemente representada en Ilici -5 fragmentos (nº 92, 93, 94, 95 , 96)- en Saguntum-3 fragmentos (n º 50 , 51 y 52)- , en Valentia -sólo dos fragmentos (n º 32 y 33) (Montesinos , 1991: 163) , en El Portus Illicitanus (Sánchez et alii, 1986), y en la Punta de l’ Arenal (J ávea) (Martín y Serres, 1970: 24). Las marcas de los fragmentos indeterminados son «SAT .. » (Figura 20.7) « .. . V» (Figura 20.14) y «APR.. » (Figura 20 .15). El taller de «SA T.. » debe de corresponder con el alfarero denominado «SATTO », originario de La Graufesenque, posiblemente en época flavia (Oswald, 1931: 282). Esta estampilla está atestiguada en Arco Sempere (Elda) como «.ATO » (Poveda y Ribera , 1985: 43, fig . 1), en el Montanar (Jávea) como « OF. SA T. » (Segarra , 1985) . La segunda marca es la de « ... V». Dado el carácter fragmentario de la misma creemos que es muy arriesgado asignarlo a algún alfar concreto, aunque es posible que pertenezca a «PASSENV » O «PASSIENUS », alfarero de La Grau fesenque que produce entre Nerón y Vespasiano. También esta representado en Saguntum , en Valentia (Montesinos, 1991: 161) y en Candela (Villena) (Pove da , 1990: 168, nº 8, 9). Por último , nos queda la marca «APR .. » que corresponde con total seguridad al taller de La Graufesenque «APRILIS », de época de Claudio a Vespasiano (Oswald , 1931 : 18). También está representado en Saguntum como «OFAPR.. » y «O APR .. », en Ilici como «OFAP . . », en Lucentum como «OF APRI» (Mon tesinos, 1991) y en Oliva como «OF APR » (Enguix y Aranegui, 1977). En definitiva, comprobamos que la totalidad de marcas proceden de talleres de La Graufesenque, que tienen su actividad entre los reinados de Claudio y Vespasiano , destacando el hecho de que se constaten producciones procedentes de prácticamente los mismos talleres en varias villas romanas del Vinalopó -Candela (Villena), Arco Sempere (Elda), Caprala (Petrer)- , teniendo al mis mo tiempo una amplia difusión en todo el País Valenciano. V .1.3. Terra Sigillata Hispánica Desde mediados del siglo I d .C. entran en los circuitos comeciales las cerá micas sigillatas fabricadas en Hispania. Estas producciones acabarán por ocupar el mercado que hasta entonces detentaban las producciones gálicas. Viene representado por 23 fragmentos , que constituyen el 6 ,51 % del total de la cerámica y el 10 % del total de las sigillatas. Diecisiete fragmentos correspon86 den a cerámicas lisas y 6 a decorada. De ellos, solamente 9 -39,1 % - pertene cen a vasos de los que hemos podido determinar su forma. Los vasos de cerámica lisa vienen representados por los cuencos de la forma Drag. 27, con 4 registros. Es la forma lisa hispánica más abundante en los yacimientos. En Valentía es la primera forma lisa aunque muy poco representa da en Saguntum (Montesinos,1991). Su dominio es evidente en un buen número de yacimientos como puede ser La Moleta dels Frares, Santa Bárbara-Vilavella de Nules (Vicent,1979), Casas Juntas y Candela (Villena) (Poveda,1990) o El Prado (Pinoso) (Seva,1991). La segunda forma representada en número -2 piezas- es el plato Drag. 15/ 17, s iendo la forma más abundante entre los platos y vasos hispá nicos . En Saguntum ocupa el primer lugar y en Valentía el segundo, estando abundantemente representada en otros yacimientos valencianos, como en Casas Juntas y Candela (Villena) (Poveda, 1990), en la Punta de l’ Arenal (Jávea), La Cargadora (Olocau) (Mezquiriz,1961), Grau Vell de Sagunto, Moleta deis Fra res-Forcall y la villa romana de Benicató de Nules (Gusi y Olaria,1977). Cronológicamente, el plato Drag. 15/17 aparece en la segunda mitad del siglo I y principios del siglo II d.C., perdurando durante toda la centuria. Por último, el plato Drag. 18 está representado por un fragmento. Es una producción que se considera bastante rara entre las formas hispánicas. En Va lentía, Bici y Saguntum está representado por un sólo fragmento, en El Campet (Novelda) también (Galiana y Roselló,1988), mientras en Casas Juntas y Cande la (Villena) (Poveda ,1990) está ampliamente documentado. Después de análizar su dispersión, parece lógico pensar que la forma Drag. 18 es una forma bastante común en el Vinalopó Medio y Alto, frente al Norte de la provincia de Alicante y la provincia de Valencia. Quizá se deba a una mayor existencia de redes de distribución de los circuitos comerciales, unido a una mayor demanda de la población de estas tierras. Las cerámicas decoradas suponen el 26% del total, de los que sólo en 2 casos conocemos la forma. Se trata de una Drag. 37 que presentan decoración exterior a base de motivos geométricos. El resto de fragmentos son indeterminados con decoración muy diversa. Dos de los fragmentos presentan dobles círculos con céntricos, en una de las piezas dentado; en otro fragmento aparecen también motivos de doble círculo y una roseta; en otro, cuatro círculos concéntricos y, por último, en el fragmento restante se desarrolla una escena con cánido. La Drag. 37 (Figura 20.11 y 12) es la segunda forma decorada más abundan te detrás de la Drag. 29. Su presencia se documenta en yacimientos como Valen tia, Saguntum, Ilici, Grau Vell de Sagunto, Santa Bárbara- Vilavella de Nules, Moleta dels Frares-Forcall, zona de Lliria, Punta de l’Arenal (Jávea) (Montesinos, 1991) y en Casa Nazario, Casas Juntas y Candela (Villena) , siendo dominante en estos dos últimos asentamientos (Poveda, 1990). Cronológicamente, esta producción ha podido ser datada en Pamplona entre finales del siglo I d.C. y la mitad del siglo II d.C. (Mezquiriz, 1961: 110). 87 V.1.4. Sigillata Africana ’Clara A’ (A.R.S.) Las producciones de sigillata africana en Caprala están representadas por la presencia de 90 fragmentos, el 25,49% del total de registros, y el 39,47% del total de sigillatas. Atendiendo al número de piezas identificadas tipológicamen te, solamente constituyen el 20% -18 piezas-, distinguiendo las siguientes formas por orden de abundancia. La Hayes 9a representada con 7 fragmentos supone un 7,7% del total de africanas (Figura 23.5, 6 y 7). También se denomina Lamboglia 2A. Su cronolo gía oscila entre el 100 y el 160 d.C. Están presentes en un buen número de yacimientos valencianos, aunque en el Vinalopó lo encontramos en Casa Naza rio, Casas Juntas, y Candela (Villena) (Poveda, 1990), El Prado (Pinoso) (Seva, 1991) y El Campet (Novelda) (Galiana y Roselló , 1988). La Hayes 8a representa el 4,44% del total de claras africanas (Figura 22.13, 14; 23.4 y 5). También se denomina Lamboglia IA. La cronología de esta producción se sitúa entre el 80-90 d.C. y la mitad del siglo II d.C. También la encontramos en Casas Juntas (Villena), El Prado (Pinoso) y El Campet (Novel da). La Hayes 3c (Figura 22.12) sólo está representada por 3 fragmentos que suponen el 3,33%. Es una forma habitual en el registro. También está en la mayoría de yacimientos ya citados, entre ellos El Campet (Novelda) (Galiana y Roselló, 1988). Tenemos constancia de la forma Hayes 6b con 2 fragmentos (Figura 23.1 y 2), la Ha yes 4 y la Ha yes 27, documentada con un fragmento cada una. Todas estas producciones se sitúan a partir de finales del siglo I d.C. y todo el siglo II d.C. V.1.5. Cerámica común Constituye un total de 119 fragmentos cerámicos, lo que supone el 33,71 % del total cerámico. Es por tanto, el grupo cerámico más representado. Dentro de este amplio grupo hemos distinguido entre ánforas y cerámica común donde se incluyen los tipos para usos culinarios y domésticos. Entre las ánforas no se incluyen las 5 Dressel 2-4 enteras, que se conservan tanto en el Museo Arqueológico Municipal de Elda -4- como en manos de un particular. Los tipos de ánfora representados son las Dr. 2-4 -4 fragmentos de borde- y Dr. 7 /11 -1 fragmento-. La Dressel 2-4 comienza a fabricarse en el Lacio desde principios del siglo I a.C. perdurando hasta el siglo II d.C., utilizándose en un primer momento como envase para los vinos itálicos, aunque luego son imitadas en todos los talleres de la Tarraconense y de la Bética. La Dressel 7-11 se utilizaba para el envase de salsas, especialmente salazo nes. La difusión de este tipo de envase se produce durante el reinado de Augus to, perdurando a lo largo de todo el siglo II d.C. e incluso entrado el siglo m. 88 [;:) 2 Y 3 ’ ~ ’’ 1 ’ ( 4 ’ 5 ’ 6 1 7 o 3 Fig ura 23 Mat eriale s cerámicos de Caprala. 89 Entre los tipos más frecuentes de vasijas de uso culinario se encuentran las ollas tipo Vegas I que suponen el 40,33% del total de cerámica común. La Vegas la está escasamente documentada con solamente tres fragmentos. El resto de tipos -Vegas 2, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 12, 14, 41, 21, 23, 49, 63 y Sánchez 4, 12, 13- están escasamente representados, no superando el 3%. V.1.6. Cerámica común africana Es un grupo muy escaso. Se corresponden con tapaderas de borde ahumado -Vegas 16 u Ostia 1- que vienen a datarse en los siglo I y II d.C. (Sánchez, 1983). V.1.7. Cerámica pintada romana Sólo está representado por 2 fragmentos que corresponden a la forma Abas cal 19 (Abascal, 1986a), uno de ellos parte de la boca y otro es un fragmento de asa. El asa presenta círculos rellenos y el fragmento de arranque asa desde la boca líneas oblongas horizontales. También pueden datarse entre los siglos I y 11 d.C. VI. Valoración cultural Creemos estar ante un asentamiento romano, posiblemente del tipo villae, dada la amplia cantidad de restos aparecidos relacionados con la producción agrícola, datado en época altoimperial -siglos 1-11 d.C.-. Como hemos dicho, las actividades económicas del asentamiento estarían orientadas hacia la ex plotación agropecuaria de las tierras situadas al Sur y Suroeste del mismo, como lo demuestra las evidencias arqueológicas constatadas y el análisis del entorno físico. A partir del conjunto de los restos de sigillata --escasez de itálicas, siendo muy tardías las existentes, abundancia de gálicas y A.R.S. clara A-, cabe centrar la vida de este asentamiento entre el reinado de Claudio y época Flavia, ya en pleno siglo II d.C., siendo contemporáneo con un buen número de «villas» existentes en todo el curso del valle Medio y Alto del Vinalopó: El Campet en Novelda, Arco Sempere en Elda, Villa Petraria en Petrer, El Prado en Pinoso, Casa Nazario, Casas Juntas y Candela en Villena. ELS CASTELLARETS l. Situación Al Noroeste de Petrer, en la cima del monte del mismo nombre. Tiene su acceso por el camino del’ Almadrava y la partida de Rabosa (Figura 24). Altitud s.n.m: 875-890 m. U.T.M.: 30SXH994635. Mapa del Servicio Cartográfico del Ejército. Hoja nº 871. Elda. (Escala 1: 50.000). 90 so m 1000 900 800 70 600 O 250m ---======i NE Els Crte llarets Figura 24 Mapa y sección topográfica de Els Caste llarets. 91 II. Descripción Els Castellarets cierran por el Este el pequeño Valle del’ Almadrava, contro lando el paso hacia el litoral por Agost. El valle tiene su salida por la rambla de Puc;:a que a su vez lo pone en comunicación con la población de Petrer y el Valle de Elda. Esta situación convierte a Els Castellarets en un punto eminentemente estratégico al estar visualmente comunicado con los castillos de Alicante y Petrer. El asentamiento ocupa la parte alta del monte del mismo nombre, aprove chando una meseta de escasa pendiente que se desarrolla a partir de los 875 m. (Figura 24) . En esta meseta de aproximadamente 1 Ha. se observa una disper sión de material arqueológico que no ocupa toda la extensión, sino que se circunscribe al área central, abarcando una zona de algo menos de 0,5 Ha. En ella se observan restos de construcciones aunque de difícil adscripción cultural dada la amplia ocupación del enclave hasta el siglo XI (Azuar, 1983 :364; Navarro Poveda,1988) e incluso, posiblemente, hasta el siglo XIII (Azuar, 1994:79). III. Entorno físico En el área de 1 km., el asentamiento ocupa prácticamente la altitud máxima. Se sitúa unos 130 m. sobre la altitud media -770 m.- y unos 250 m . sobre la altitud más baja . Esto le confiere una eminente posición estratégica en el camino entre Petrer y Agost. Se confirma por las fuertes pendientes que rodean al propio asentamiento y por la escasez de tierras de cierta calidad para el desarrollo de una agrícultura intensiva. Las pendientes sobrepasan ampliamente los 30º, lo que impide el desarrollo de una agricultura intensiva y las tierras del tipo E dominan ampliamente tanto en el primer como en el segundo kilómetro. IV. Historia de la investigación Yacimiento conocido desde los años sesenta, siendo en 1968 cuando un grupo de jóvenes adscritos a diferentes organizaciones culturales de Petrer lleva ron a cabo diferentes prospecciones que dieron como resultado la recogida de gran cantidad de material arqueológico. Posteriormente, la diversas etapas culturales del yacimiento han sido objeto de estudio científico por R. Azuar (1983; 1994), P. Reynolds (1985) y C. Navarro (1988). V. Material arqueológico Los materiales tardorromanos fueron estudiados por P. Reynolds (1985) señalando la presencia de un lote cerámico entre el que cabe destacar fragmen 92 tos de African Red Slip (A.R.S.) del siglo V, fragmentos de cerámica de pasta gris estampillada con motivos de rosetas, un conjunto de ánforas tardías del tipo Dressel 26 (Poveda, 1991a), así como cerámicas locales o regionales modeladas a mano. Destacan entre éstas las forma 5.1 -cu enco semiésferico con borde grande -y la forma 7 .6 -vasija para provisiones de paredes rectas, verticales o ligeramente exvasadas con borde normalmente plano que presenta dos asas horizontales semilunares- de P. Reynolds (1985: 252-254). Según este autor (Reynolds,1985:261) , un elemento característico de todos los yacimientos en a ltura, que aparecen casi repentinamente a partir del siglo V, es la cerámica del grupo 5. Este grupo tiene una distribución amplia en toda la provincia de Alicante, siendo un ejemplo evidente del comercio de cerámica de producción casera modelada a mano. Su característico desgrasante de mica dorada le sugirió un centro productor cercano a Jumilla (Murcia). Sin embargo, la cerámica del grupo 7 es invariable desde época tardorromana al período paleoandalusí -sobre todo la forma 7 .6-, dificultad que ya fue puesta de manifiesto por P. Reynolds (1985: 263). De ahí, la contrariedad a la hora de hacer pervivir al yacimiento más allá del siglo V. La cronología aportada recientemente por A. Poveda (1991a) situaría al a sentamiento tardorromano en los siglos IV-V d.C , volviéndo se a ocupar nueva mente en época califal. GURRAMA l. Situación En las estribaciones suroccidentales de la Serra del Frare, en la orilla derecha del barranco del Badallet, cuando éste sale del Pantano de Petrer (Figura 25). Altitud s .n.m .: 690-705 m. Coordenadas U.T.M. : 30SXH989653. Mapa topo g rá fico del Servicio Cartográfico del Ejército. Hoja n º 846. Ibi . (Escala 1 :50 .000) . II. Descripción El yacimiento se asienta en la ladera meridional, en la parte alta del espolón. La dispersión de material arqueo lógico nos da una superficie aproximada de 0,15 Ha . Únicamente , en la parte alta podemos observar la existencia de muros muy deteriorados a base de piedra seca y de los que se conservan a lo sumo dos hiladas de alzado. No hemos podido determinar ninguna habitación o recinto. Dado el carácter de las pendientes es lógico pensar en un desplazamiento de materiales, con lo que el tamaño del asentamiento sería de menores dimensio ne s. Son frec uentes los fragmentos de cerámicas muy erosionadas , así como los fragmentos de tejas curvas. La superficie del asentamiento se encuentra cubierta de vegetación a base de pinos con claros intermedios , entre los que nacen plantas de dominio semiárido , del tipo del esparto y plantas aromáticas. 93 so 500 94 NE Gurrama l Mapa y sec . , Figura 25 cwn topográfica de G urrama. III. Entorno físico El asentamiento de la Gurrama se encuentra situado unos 48 m. por debajo de la altitud media -752 m.- en el radio de 1 km., teniendo la cota máxima en la altitud de 870 m. de la Serra del Frare y la mínima en la rambla del Badallet. Esta diferencia de cotas origina pendientes entre el 15 y el 20%. Su situación en un espolón saliente de la sierra, al borde de una rambla con un caudal mínimo constante todo el año y elevado unos 60 m . sobre la cota mas baja, justo en el lugar donde el espolón se abre a los llanos de Pm;:a , nos indica una cierta relación con la zona anterior , así como un control sobre el agua de la rambla. Esto viene confirmado en el análisis de la capacidad de uso de los suelos en los 2 kms. circundantes. Todas las tierras que quedan al Este y Sur del yacimien to tanto en el primer como en el segundo km. son de baja capacidad agrícola, solamente aprovechables para uso forestal; mientras que , las únicas tierras sus ceptibles de explotarse agrícolamente con ciertos rendimientos son las existen tes al Norte y Oeste, es decir, la actual zona de Puya. Así, si en el primer km. las tierras del tipo B-C ocupan aproximadamente el 50% del total , en el segundo este porcentaje desciende entorno al 30%. Teniendo en cuenta los datos anterio res parece razonable pensar que el asentamiento estaría en función de la explo tación de las tierras de Puya en régimen de secano , situadas en el entorno más inmediato -primer km .-y aprovechando posiblemente la existencia de un caudal hídrico mínimo. IV. Historia de la investigación Descubierto por el Grupo Arqueológico ’Dámaso Navarro’ en la década de los años setenta, ha sido citado en varios artículos de divulgación aparecidos en las revistas de fiestas locales, sin que hasta el momento se haya hecho una valoración cultural exacta del yacimiento. La única valoración sobre el mismo es la realizada por A. Poveda (199 la) del que dice que constituye uno de los puntos importantes como descansadero y abrevadero de la ruta ganadera de la vereda del Cid que llevaría hasta Agost. V. Material arqueológico El conjunto de material estudiado corresponde exclusivamente a cerámica , que ha sido descrita en la relación de datos que adjuntamos al final. V.I. Cerámica Se trata de un conjunto material realmente escaso, constituido por un lote de 28 fragmentos cerámicos. Trece son cerámica común y 15 cerámica sigillata africana «clara D» (A.R.S.) . Cinco fragmentos han podido ser clasificados tipo lógicamente. 95 2 3 ’ 4 5 6 r-7 (} 8 O 3 Figura 26 Materia les cerám icos de Gurrama . 96 La cerámica común romana viene representada por un ánfora africana, un fragmento de mortero -Vegas 7-, un borde de olla -Vegas 1 -y 10 frag mentos no clasificables tipológicamente . El fragmento de borde de ánfora presenta 14 cm. de diámetro de boca y una pasta de color anaranjado y desgrasante inapreciable. Su fabricación comienza a finale s del siglo II d.C. aunque se generaliza en el III, persistiendo en los siglos IV y V. También están bien representadas las cerámicas finas africanas. Solamente 2 fragmentos han podido ser identificados tipológicamente como pertenecientes a una forma Ha yes 50 B y el otro a una Ha yes 67 (Figura 26.2, 26.4 ). La primera se data cronológicamente entre el 350 y el 400 d.C. mientras el segundo entre el 360 y el 470 d.C. El resto de fragmentos de A.R.S. -13- no han podido ser clasificados tipológicamente dado su reducido tamaño. VI. Valoración cultural A pesar de la escasez de material arqueológico estudiado, es posible concre tar el período temporal de vida del asentamiento de la Gurrama. La presencia de dos fragmentos de cerámica africana tipo Ha yes 50 B y Ha yes 67, nos permite decir que el asentamiento está en actividad durante la segunda mitad del siglo IV d.C. y primera del V d.C. La presencia de fragmentos de grandes recipientes con cinta s aplicadas tanto lisas como impresas, podría llevamos a considerar que el asentamiento tuvo actividad durante la época tardorromana. Las condiciones físicas donde se ubica el asentamiento le imponen un carác ter agropecuario, ubicándose a cierta altura, según el patrón de asentamiento documentado para esta época, controlando un curso de agua y las tierras del valle interior de PU;:a. Es posible que este enclave fuese un punto de abrevadero y descansadero en época medieval, como lo demuestra su inclusión en la vereda del Cid. VILLA PETRARIA l. Situación En el casco urbano de la ciudad de Petrer , a la altura de la calle Constitución (Figura 27). Altitud s.n.m.: 490 m. Coordenadas U.T.M.: 30SXH945622. Mapa topográfico del Servicio Cartográfico del Ejército. Hoja nº 871. Elda. (Escala 1 :50.000). II. Descripción Aprovechando las suaves pendientes descendientes desde el Cerro del Casti llo , la presencia de la rambla de PU;:a al Norte y buenas tierras para el desarrollo 97 de una explotación agrícola, se emplazó una villae romana bajo el actual casco urbano de Petrer. En 1975, con motivo de unas obras de alcantarillado en la calle Constitución , se constató la existencia de restos constructivos pertenecientes a una gran casa romana . Este hallazgo junto a toda una serie de anteriores descubrimientos y posteriores excavaciones arqueológicas de urgencia en diversos puntos cercanos al mismo, siempre entorno a la Pla9a de Baix -calles Cánovas del Castillo, Major y Plaza de Azorín- nos permiten hablar de esta importante y lujosa villae . Su situación bajo las edificaciones actuales del casco urbano de Petrer impi den en gran parte conocer cual fue su orientación y distribución arquitectónica, así como sus dimensiones e xactas (Figura 27). No obstante, podemos aventurar que el conjunto de hallazgos de época romana obtenidos en los diferentes sondeos de urgencia efectuados en varios puntos, a falta de conocer los resultados definitivos, pueden servimos de pará metro para establecer las dimensiones aproximadas . La zona comprendida entre los diferentes puntos en los que se han realizado hallazgos comprende una superficie de algo más de 1,2 Ha. no descartándose la posibilidad de que poste riores sondeos pueden corroborar o ampliar dichos datos . III. Entorno físico El asentamiento, situado a los pies del cerro del Castillo -519 m .-, ocupa ría una zona descendente, de suaves pendientes, no superando el 7 % de desnivel y a casi 10 m. sobre el nivel de rambla. En el radio de 1 km. la cota máxima -660 m.- nos viene dada por el relieve montañoso de la sierra del Caballo -950 m.- que limita ampliamente la visibilidad del asentamiento por su parte Norte y la cota mínima en los 420 m. correspondiente al cauce de la rambla, que lo separa de la Sierra del Caballo . Así pues, el asentamiento se ubicaría unos 50 m. por debajo de la altitud media, manteniendo una buena visibilidad sobre las tierras situadas al Oeste y Suroeste, gracias a ubicarse en la parte más alta del glacis cuaternario que desciende desde el Cerro del Castillo y relieves adyacentes hacia el fondo de la depresión que constituye el Valle de Elda . Desde este punto, se podría visualizar todas las vías de comunicación que discurren aprovechando la falla geotectónica del río Vinalopó. Su ubicación en el piedemonte del Cerro del Castillo, entre las mejores tierras para uso agrícola y una rambla - Pu9a- con un mínimo flujo hídrico constante , le confiere una posición geográfica en cierta manera privilegiada . Ello lo comprobamos al analizar la capacidad de uso agrícola de las tierras situadas en su entorno inmediato. Tanto en el primer como en el segundo km. circundante, las tierras situadas al Norte, Este y Sureste del yacimiento presen tan unas condiciones poco favorables para ser puestas en explotación agrícola -tipos D y E-. Mientras que las tierras susceptibles de obtener altos rendi- 98 o 250m NO SE m 700 Ferrussa 600 Villa 500 l 4 ’.)00 Figura 27 Mapa y sección topográfica de Villa Petraria. 99 mientos agrícolas se concentran en el cuadrante Suroeste, suponiendo cerca del 25% del total de tierras en ambos kilómetros. Teniendo en cuenta esta serie de datos, la ubicación de un asentamiento romano en este enclave estaría en función de la explotación agrícola de las tierras de mejor calidad situadas entre Petrer y el cauce del río Vinalopó. No sería descabellado suponer que esta explotación agrícola fuese intensificada con la práctica del regadío como parece indicarlo el hecho de que antiguas acequias de la huerta de Petrer corriesen paralelas a los posibles ejes secundarios de centuriación detectados recientemente (Payá, 1990). IV. Historia de la investigación El día 16 de septiembre de 1975, cuando se realizaban obras de acondiciona miento del alcantarillado en la antigua calle 18 de Julio , actual calle de la Constitución , se produjo el hallazgo de un mosaico romano de notables propor ciones , claramente asociado a dos muros de unos 45 cm . de grosor que venían a confluir , uno que limitaba al mosaico por su parte Sur y el otro en posición oblicua por su parte Sureste (M.B .,1975 ; Navarro, 1976). Las obras de recuperación del mismo estuvieron dirigidas por J. M. Soler García (1976) , director del Museo Arqueológico Municipal de Villena y las tareas de e xtracción y restauración por V. B’ernabeu, restaurador del Museo Arqueológico Provincial de Alicante. Posteriormente, fue colocado en las pare des del A yuntamiento de Petrer hasta fechas recientes. Desde 1975 hasta la actualidad se han llevado a cabo varias actuaciones arqueológicas de salvamento -calle Cánovas del Castillo (Navarro, 1989), Pla~a de Baix (solar de la Biblioteca Municipal) y calle Major (Poveda, 1991a) que han venido a confirmar la existencia de una villa romana al menos desde el primer cuarto del siglo I d.C. Hasta el momento se han realizado algunas valoraciones sobre el mosaico en concreto (Llobregat, 1980; Abad , 1985) y sobre la villa en general (Navarro, 1991; Poveda, 1991a). Dado que la denominación de Villa Petraria fue acuñada por E. Llobregat (1975), apoyándose en la evolución filológica del nombre de Petrer: PETRA RIA-BITRIR-PETRER y mantenida por otros autores (Poveda , 1991a), nosotros hemos preferido mantenerla. V. Material arqueológico Prácticamente la totalidad de materiales arqueológicos proceden de excava ciones de salvamento actuales, y se encuentran en proceso de estudio por parte de sus directores. No obstante, se han publicado algunos resultados que vamos a detallar junto al análisis de los restos materiales documentados a mediados de la década de los años 70. 100 V.1. Calle Constitución En septiembre de 1975, hacia la mitad de la actual calle de la Constitución, se constató la existencia de parte de una habitación poligonal, perteneciente a la pars urbana de una villa romana. La importancia del hallazgo fue que dicha habitación presentaba como pavimento de su suelo un mosaico del que se ha conservado una parte de dimensiones considerables. El mosaico estaba cubierto por una importante capa de cenizas, testimonio posiblemente de un claro nivel de incendio. Asociado a esta habitación apareció todo un conjunto de materiales, entre ellos tégulas e ímbrices, fragmentos de ladrillos cuadrados y circulares de pequeño tamaño posiblemente pertenecientes a pilares de hipocaustum, clavijas o tubuli de concamerationes relacionados con termas y sistemas de conducción de vapor o aire cálido, y dos monedas halladas en la zona del mosaico, una de ellas del emperador Antonino Pío, datada en el 138 d.C. y otra de leyenda ilegible fechable en época Julio-Claudia, entre el 14 y el 68 d.C. (Navarro Poveda, 1991). Existe, por tanto, un conjunto de materiales relacionables con la existencia de unas posibles termas, y que, si seguimos parcialmente los planteamiento de M. Epalza y M . J. Rubiera (1984), se situarían donde posteriormente en época islámica se ubicarían los baños y actualmente el edificio ’La Torre’. Y.1.1 . El mosaico Corresponde a una de las habitaciones de la villa romana (Figura 28). Ac tualmente está conservado en dos paneles, pero correspondientes a una única estancia , aunque tenga dos motivos diferentes separados por una cenefa. El más pequeño de los mismo presenta una dimensiones de 2,84 m. por 1,08 m. ocupan do una superfic ie de cerca de 2,79 m 2 , mientras que el fragmento mayor presenta una lo ngitud máxima de 4,20 m. por una anchura en su base de 1,96 m., lo que se corresponde con una superficie cercana a 5,5 m 2 • En total , la superficie conservada supone cerca de 7,91 m 2 • Es un mosaico polícromo fabricado en opus tesellatum, cuyas teselas presen tan unas dimensiones medias de 1,2 cm. de lado, más o menos cuadradas, oscilando entre los 0,8 cm. y los 1,5 cm. El material en el que se construyen las teselas, a falta de análisis petrológicos, parecen ser rocas calizas en su mayor parte y otra serie de rocas -rocas básicas y mármol- no determinables por el momento, aunque para el color rojo se introduce el empleo de cerámica junto a rocas del mismo color. Presenta la combinación de teselas de 4 colores diferentes: blanco, negro, rojo y amarillo. La distribución de colores se realiza empleando las teselas de color negro para diseñar los motivos geométricos decorativos . Así, los hexágo nos, la trenza de dos cabos , lo s dardos o triángulos , la intersección de círculos , los cuadrados curvilíneos y cuadrados centrales se rellenan siempre de color rojo o amarillo, utilizando siempre las teselas de color blanco como fondo. 101 Figura 28 Mosaico de la Villa Petraria. 102 ~ Rojo ~ Arnario C:J 8anco 1111 NGgro El mosaico, de carácter geométrico, presenta el desarrollo de dos motivos separados por una cenefa y enmarcado por una orla de triángulos sobrepuestos, por la base y el vértice superior. Ésta no tiene las mismas dimensiones en toda su extensión, ni la misma orientación. La banda que delimita los triángulos , y que estaría separada del muro de las habitaciones por una franja de distinta anchura de teselas blancas, presenta un ángulo obtuso de 162º. Esta banda va aumentando en anchura a partir del cambio de orientación , presentando su mayor anchura en el momento que conecta con la cenefa que separa los dos motivos . La banda y los triángulos se realizan con teselas de color negro sobre fondo blanco, mientras que los triángulos se rellenan de teselas de color amarillo o rojo indistintamente . Los dos motivos compositivos del mosaico están separados por una cenefa que conecta con la orla en ángulo recto. En la cenefa representa una trenza de dos cabos con pequeño ojal circular. Mientras aquella se realiza en negro , cada uno de los espacios intermedios presentan teselas bien de color rojo , bien ama rillo , alternándose. El primer motivo del que se conserva una mayor extensión es una composi ción de octógonos secantes y adyacentes formando cuadrados flanqueados de hexágonos oblongos, todo ello dibujado en teselas de color negro sobre fondo blanco. Los cuadrados y los hexágonos a su vez , presentan internamente, otro cuadrado o hexágono respectivamente, de dimensiones más reducidas. Estos son los que se encuentran rellenos de teselas bien de color rojo , bien amarillo, generalmente alternándose dos hexágonos amarillos y dos rojos, unas veces con el cuadrado en rojo y otras en amarillo. Esta composición se rompe cuando el motivo geométrico de octógonos se adapta a la inflexión que le impondría las características de la habitación . El cambio de orientación hace que el esquema compositivo se rompa, dando lugar a figuras geométricas híbridas, adaptándose a ese cambio de dirección e intentando mantener el motivo original. Al mismo tiempo , los colores rojo y amarillo que rellenan los hexágonos y cuadrados, pasan a combinarse sin guardar ya, el esquema alterno que la composición establecida imponía, combinándose los colores a partir de este punto sin regla fija. Debido a esta adaptación , el motivo de octógonos acaba de forma irregular , introduciendo un buen número de figuras poligonales ajenas al esquema compo sitivo. La irregularidad que presenta el motivo compositivo descrito ya ha sido analizado por algún autor (Abad, 1985), constituyéndose como un caso único en todo el País Valenciano. Todo ello se debe a que no se planificó previamente la adapatación del esquema compositivo al lugar de destino. Muy probablemente, primero , se procedió al montaje de los octógonos partiendo desde el lado regular y del otro motivo compositivo de círculos secantes , para luego acabar la compo sición de octógonos adaptándose al espacio restante, de ahí, posiblemente esa irregularidad en la zona de contacto de ambos. El segundo de los dibujos es una composición de círculos secantes formando cuadrados curvilíneos que contienen otros similares de dimensiones más reduci103 das. Mientras los círculos y cuadrados curvilíneos se realizan con teselas negras y el fondo con teselas blancas , la intersección de los círculo s e interior del cuadrado más pequeño, se rellena de teselas de colores rojo o amarillo, forman do un esquema compositivo de bandas alternas, rojas y amarillas. Es de descatar que este motivo no presenta irregularidades, aunque para adaptarse al esquema general de la sala se una a la orla mediante unas líneas de teselas negras y blanc as alternas que se van abriendo a medida que el motivo se va alejando de la cenefa central. Este mosaico geométrico de carácter polícromo presenta dos de los motivos más abundantes entre los mosaicos del mundo romano. Ambos son de origen itálico y se desarrollan en mosaicos de la Península Ibérica desde al menos el siglo II d.C. Dos de los más antiguos con composiciones de octógonos ya aparecen en villas como la de Uxama (Soria) (García, 1959) y Belbimbre (Bur gos) (Liz et alii, 1972) con motivo s sencillos en bicromía. Son múltiples las villas romanas en la Península Ibérica que presentan el esquema compositivo de octógonos secantes formando hexágonos y cuadrados en polícromía. En el Convento Cesaraugustano encontramos la villa de Villafranca (Nava rra) que presenta un motivo compositivo igual con teselas de colores negro, blanco, ocre y rojo. La única diferencia es la orla, que en este caso es ajedrezada de torres blancas y negras, y que el centro de las cuadrículas se rellenan con motivos cruciformes o cuadraditos en pico. El mosaico viene a datarse en el siglo IV d.C. (Mezquiriz , 1971 ; Fernández y Ruiz, 1987). En Soria, también tenemos mosaicos con el mismo esquema compositivo. En Santervas del Burgo (Fuentearmegil) (Blázquez y Ortego, 1983) y en los Quintanares lo tenemos representado . En Santervas del Burgo también está documentado el motivo de círculos secantes con rectángulos curvilíneos, con la excepción de la presencia de cruces de malta en el interior. La cronología propuesta para ambas villas es de los siglo III-IV d.C. En Mérida también existe, en la Casa del Anfiteatro, el motivo de octógonos datado también a finales del siglo III y IV d.C. (García Sandoval, 1966). También se da, abundantemente, en la provincia de Málaga, en villas como las de Bobadilla (Rodríguez, 1987b) fechado en la primera mitad del siglo III d.C. , en Sabanillas (Manilva) (Rodríguez y Posac, 1979), en Las Torres (Estepo na) (Perea, 1930) y en la villa romana del Faro de Torrox (Málaga) (Rodríguez, 1978a). En la provincia de Alicante no encontramos ningún mosaico que presente alguno de los dos motivos compositivos presentes en el de Petrer . El punto más cercano que conocemos, y donde aparecen ambos motivos aunque en diferentes habitaciones de una villa es en Quintilla (Lorca) (Ramallo, 1987), donde mien tras el motivo de octógonos aparece en el impluvium con teselas de colores blanco, negro y muy escasamente de algunas teselas rojas, de policromía escasa por tanto; el de círculos secantes parece en una de las habitaciones anejas al i _mpluvium. Éste último es totalmente bícromo (motivos en negro sobre fondo 104 blanco), siendo uno de los temas más frecuentes en el mosaico romano. Esta villa es datada por S. Ramallo (1987) a finales del siglo I y primera mitad del sig lo II d.C. En la villa de los Cipreses (Jumilla) conocemos la existencia de un gran mosaico cuyo único motivo son círculos secantes formando cuadripétalos, des cubierto en el siglo pasado y del que sólo se conserva un dibujo a plumilla (Ramallo, 1987). S. Ramallo lo data entre la segunda mitad del II y primera mitad del III d.C. En definitiva, comprobamos que los motivos geométricos del mosaico de opus tesellatum de Petrer son motivos ornamentales muy frecuentes sobre los mosaicos y ampliamente representados en un gran número de provincias del mundo romano. Los tenemos presentes en la Península Ibérica en bicromía prácticamente desde finales del siglo I d.C. perdurando en policromía hasta bien entrado el siglo V d.C., y con inicios de la misma, desde el II d.C. como observamos en la villa de la Quintilla en Lorca (Ramallo, 1987). Quizás, el hecho más destacable del mosaico de Petrer es que si bien el motivo es de lo más frecuente, no existe ningún mosaico conocido que se adapte a un espacio que cambia de orientación como ocune en éste. La datación más frecuente que se da en la Península Ibérica a los mosaicos que representan estos motivos en policromía es del siglo III-IV d.C., afinando en algunos casos como en la villa de Villafranca (Navana) en el siglo IV d.C. (Mezquiriz, 1971; Fernández y Ruiz, 1987). Son varios los autores que han dado una cronología para el mosaico de Petrer. José María Soler dio una primera datación entre el siglo I a.C. y el II d.C. (Soler, 1975). Posteriormente E. Llobregat, ha opinado indistintamente fechán dolo entre finales del siglo II y mediados del III d.C. (Navarro, 1975), aunque últimamente se decanta por el siglo III y IV d.C. (Llobregat, 1986). Por su parte, L. Abad (1985) lo data en época bajoimperial, en época Severiana, bien avanza do el siglo II d.C. Antonio Poveda (1991a) plantea la posibilidad de que se trate, coincidiendo con la opinión de E. Llobregat, de un mosaico del siglo IV d.C. encontrándole claros paralelos en otros idénticos de la Villa de Daragoleja (Grana da). Por nuestra parte creemos, dado el alto número de mosaicos polícromos distribuidos ampliamente por el solar peninsular y datados en los siglo III y IV d.C. que se trata de un mosaico fechable en el siglo IV d.C., siguiendo la opinión de E. Llobregat y A. Poveda, que estaría en uso hasta el sig lo V d.C., momento en el que muy posiblemente un incendio asoló a la villae. V.2. Calle Cánovas del Castillo n º 5 En enero de 1986, en los solares de la casa de Maso, se practicaron 3 cortes arqueológicos bajo la dirección de C. Navano Poveda (1990). Los sondeos de 4 m 2 . cada uno, est aba n separados dejando testigos de 2 m. entre ellos. En el corte A se llegó a una profundidad de 1 ,50 m. observándose una 105 estatigrafía muy alterada. Por debajo de un muro de mampostería aparecieron fragmentos cerámicos de terra sigillata aretina y terra sigillata gallica. Esta última era tanto lisa como decorada a base de festones, perlas y ovas. También aparecieron fragmentos de olpes de cuello troncocónico pintados al exterior con motivos geométricos, de clara tradición ibérica y varios fragmentos de teja plana. En el corte B , se llegó a una profundidad de 1,60 m., obteniendo una estratigrafía compuesta por 5 estratos pertenecientes a dos niveles culturales. El inferior, que es el que nos interesa, está compuesto por tres estratos (III, IV, V) correspondientes a época romana. Entre los materiales recuperados destacan fragmentos de teja plana, pivotes y bordes de ánforas, bases de cuencos de sigillata sudgállica e hispánica, con decoración a base de motivos geométricos florales y faunísticos. Por su parte, el corte C alcanzó una profundidad de 90 cm. confirmándose la estatigrafía de los dos cortes anteriores (Navarro, 1990). A nivel general podemos decir que la zona excavada es una zona muy alterada, correspondiente a un vertedero de la Villa Petraria. Entre los materiales cabe destacar la presencia sigillata sudgállica lisa de los tipos Drag. 27, 24/25 y las Drag. 29 y 37 decoradas con perlas y ovas. También hay fragmentos de sigillata hispánica, de la forma Drag. 18, junto con lucernas de volutas, ánforas Dressel 14 -15 y cerámica de paredes finas, además de cerámicas de importación norteafricanas, formas Hayes 20, 23, 50 y 135, tanto en cerámica de cocina como en sigillata clara (Navarro, 1990). Todo este material puede encuadrarse entre los siglos I al III d.C. V.3. Plar;a de Baix Corresponde con la excavación arqueológica que se practicó en el 1987 bajo la dirección de C. Navarro, de la que por el momento no se ha publicado ningún resultado. Solamente conocemos la aparición de cerámica pintada al exterior a base de filetes concéntricos horizontales y dobles círculos concéntricos corres pondientes a platos de pie anular y fragmentos de galbo, junto a cerámica común romana, uno de cuyos fragmentos presenta decoración estampillada a base círculos. El conjunto es datable en los siglo 1-11 de nuestra era. V.4. Solares del Banco Popular En el solar que ocupa actualmente el Banco Popular se encontraron un conjunto de materiales que vienen a hablarnos de una ocupación bajoimperial. Se trata de sigillatas claras C y D y cerámicas comunes norteafricanas junto con fragmentos de ánforas y restos de tejas y ladrillos. Junto a todo este material apareció una moneda identificada como de Constancia 11, que viene a datarse entre el 348 y el 360 d.C. (Leyenda - Anverso. [D] N CONSTAN-TIUS [PF AVG]. Busto a la derecha. Reverso. Fe L TEMP-REPARAT [io] - (Navarro Poveda, 1991). 106 V.5. Calle Mayor En agosto -septiembre de 1990 se practicaron varios sondeos en solares situa dos en la Calle Mayor , y contiguos a la Iglesia de San Bartolomé, bajo la dirección de C. Navarro y M. Benito. Se abrió una extensión bastante considera ble, en donde se localizaron niveles de ocupación de época romana , islámica y bajomedieval -modema. En los niveles romanos , que aquí nos interesan, parece que su excavador -M. Benito-identificó un mausoleo familiar, con estancia especial para ni ños. Se trata de una construcción de paredes de adobe y techumbre de teja plana y curva, habiendo aparecido en su interior restos humanos, gran cantidad de objetos cerámicos y restos de fauna. Este panteón debía de ser parte principal de la necrópolis existente en el lugar y, seguramente , los relieves o fragmentos de sarcófagos aparecidos en el solar del Castillo puedan tener origen en ésta. La cronología que otorga M. Benito e s del siglo II al IV d .C. (Poveda, 1991a). V.6. Explanada del Castillo En la explanada del Castillo se constató la presencia de sigillata norteafrica na tipo Clara D y que junto a los fragmentos de relieves pertenecientes a un sarcófago (Abad, 1985; Poveda, 1991a) nos hace pensar en la existencia de un enclave en el siglo IV-V d .C. Los fragmentos de piedra presentan labrados las partes inferiores de unos personajes togados, donde se observan los plieges de ropa cuyo análisis estilís tico nos acercarían a los siglo 11-III d.C. VI. Valoración cultural Son múltiples los hallazgos romanos aparecidos en el casco antiguo de Petrer. Los más antiguos corresponden a momentos avanzados del siglo I d.C., localizables en puntos como la Casa de Maso, solar de la Biblioteca, y Calle Constitución -fundamentalmente, la moneda fechada en época Julio-Claudia-. Estos hallazgos nos permiten suponer la existencia de un asentamiento romano, una villae que, iniciando su existencia a mediados del siglo I d.C., alcanzaría su máximo esplendor a partir del siglo III -IV d.C., tal como lo demuestran los abundantes restos constructivos, entre los que destacan la sala poligonal de dimensiones considerables con un mosaico polícromo de opus tesellatum, restos pertenecientes a unas posibles termas y un recinto funerario, posiblemente un mausoleo localizado en la calle Mayor (Poveda ,199la). Ello nos hace suponer la existencia en un momento bajoimperial de una villa romana de considerable importancia. 107 LA DINÁMICA DEL POBLAMIENTO ANTIGUO EN PETRER: DE LA PREHISTORIA A LA ROMANIDAD TARDÍA En los capítulos anteriores hemos analizado , detenidamente, todos los datos arqueológicos que poseemos de los grupos humanos que vivieron en diferentes momentos históricos, desde inicios del II milenio a.C. hasta aproximadamente el siglo V-VI d.C. y eligieron diferentes lugares del término municipal de Petrer como lugares de hábitat y de desarrollo de su modus vivendi. En este apartado y a modo de conclusiones, intentamos estructurar el pobla miento de forma sincrónica y diacrónica, llegando a plantear hipótesis acerca de la organización del poblamiento y esquema social que lo sostenía. Es imposible pensar en un sistema social de la Antigüedad y en una estruc turación del territorio que se atenga a los límites administrativos actuales. Una comunidad humana nunca puede ser entendida como una unidad --de asenta miento -aislada, sino como el conjunto de relaciones que se establecen entre una serie de enclaves poblacionales que unidos por lazos socio-económicos y políticos vienen a configurar entes, y, que al mismo tiempo, han sufrido a lo largo del tiempo un paulatino proceso de incremento de su complejidad social. Por ello, siempre nos referiremos a la dinámica del poblamiento en Petrer relacionándolo con los demás asentamientos distribuidos en las tierras próxi mas . Así, el curso del Vinalopó ha sido desde la Prehistoria , el eje vertebrador de todas las comunidades que se asentaron en su ribera, e incluso lo podemos observar actualmente, en la ordenación comarcal y en las vías de comunicación de primer orden -autovía, ferrocarril -, que son fundamentales para facilitar los contactos entre unidades poblacionales más o menos alejadas. LOS PRIMEROS INDICIOS ACERCA DEL POBLAMIENTO: EL EN TERRAMIENTO MÚLTIPLE DE LA CUEVA DEL HACHA Los primeros indicios acerca del poblamiento en Petrer se remontan al tránsito del III al II milenio a.C. y vienen a corresponderse con una pequeña cueva, a modo de gatera, que fue utilizada como lugar de enterramiento, situada 109 en lo alto de la ladera izquierda del Pantano de Elda (C.E.E.,1972; Hernán dez,1982, 1983; Poveda,1988). El registro material nos habla de que al menos 4 individuos fueron inhuma dos, todos ellos con las cabezas al fondo de la cueva, orientados al Norte, pues la disposición de la grieta es S-N. Por su parte, los ajuares recuperados -un hacha y una azuela de piedra pulida, un punzón de metal y un punzón óseo fueron encontrados en la entrada, lo que nos hace pensar que ocuparían esta posición cuando se depositaron como ofrendas funerarias. El acceso a la cueva estaba protegido por un pequeño murete a base de piedra seca sin trabazón que con tendencia semicírcular se adosaba cerrando la boca de la cueva. En el Vinalopó encontramos enterramientos similares, no por el ajuar en sí, sino por el conjunto de sus características, en la Cueva del Alto nº 1, Cueva de las Delicias, Cueva del Puntal de los Carniceros, Cueva Oriental del Peñón de la Zorra y la Cueva Oriental de Salvatierra todos ellos en Villena (Soler, 1981) y la Cueva de la Casa Colorá (Elda) (Hernández,1982). Se da la similitud de que casi en todas ellas, a excepción de la Cueva de la Casa Colorá y la Cueva de Salvatierra, aparece un murete de piedra seca cerran do el acceso. Además, en la cueva de las Delicias y del Alto nº l (Soler, 1981: 74), todos los inhumados también estaban al fondo mientras el ajuar se encuen tra preferentemente en la zona de la boca como ocurre en la Cueva del Hacha. Además hay que señalar que la característica que les une a nivel material es la presencia de algún elemento metálico -aretes en las Delicias, punzones de sección cuadrada en la Cueva del Alto nº 1, en la Cueva Oriental de Salvatierra, un arete de plata en la Cueva del Puntal de los Carniceros y dos puntas de Palmela y un puñal de lengüeta en la Cueva Oriental del Peñón de la Zorra-, ya que hachas líticas no se documentan en ninguna de ellas, a excepción de la Casa Colorá (Hernández, 1982). Sí bien estos datos nos hacen pensar que todas ellas son más o menos contemporáneas, la cronología propuesta se confirma por la asociación de algu nas de estas cuevas a asentamientos de clara filiación al Horizonte Campanifor me de Transición (Bernabeu, 1984). La Cueva del Puntal de los Carniceros se asocia al asentamiento que le da nombre y lo mismo ocurre con la Cueva Oriental del Peñón de la Zorra. Muy cerca de la Cueva del Hacha, a escasos metros, registramos el asentamiento de las Terraza del Pantano (Elda) , en el que se documentó la presencia de un fragmento de cerámica campaniforme (Hernández, 1982: 17). También encon tramos este tipo de cerámica en el yacimiento próximo del Canalón (Elda) (Ruiz, 1990). Este paralelismo entre los yacimientos de Villena y Petrer, donde los lugares de enterramiento elegidos se sitúan próximos al lugar de asentamiento, facilita su adscripción cultural, tan difíciles de evaluar cuando se encuentran de modo aislado. Queda claro, por tanto, la presencia de un hábitat del Horizonte Campanifor110 me de Transición -tránsito del III al II milenio a .C.- en la Terraza del Pantano de Elda, al igual que en la Sierra del Morrón de Villena, y en el Bajo Vinalopó, enclaves geográficos importantes para el control de las cuencas de los ríos Vinalopó y Segura (Ruiz, 1990). Con el Horizonte Campaniforme de Transición se produce un cambio en las tierras comprendidas entre el Segura y el Vinalopó (Ruiz, 1990) , frente a otras del País Valenciano , que supone la aparición de una nueva estructuración del territorio , que se verá reflejado con cambios evidentes en el patrón de asenta miento y cultura material (Bernabeu et alii, 1988). Se documentan los primeros yacimientos ubicados en lo alto de cerros y espolones montañosos, siempre en buena posición geográfica al elegir enclaves desde los que se dispone de un amplia cuenca visual -Las Espeñetas y San Antón en Orihuela, Les Moreres (Crevillente), o El Promontori de Aigua Dol~a y Salada (Elche) (Ruiz, 1990), Tabayá (Aspe) (Mederos, 1982; Hernández, 1985), Canalón (Elda), Puntal de los Carniceros y Peñón de la Zorra (Villena) (Soler, 1981)-. Algunos de éstos han sido puestos en relación con el control de las vetas de mineral de la sierras de Orihuela y Crevillente (Ruiz, 1990) o de los valles o cubetas que constituyen el curso del Vinalopó . Al mismo tiempo el Puntal de los Carniceros y Peñón de la Zorra están claramente delimitados por murallas de considerables dimensio nes (Soler, 1981: 67). Reflejo de esta nueva estructuración social será también el empleo de útiles y adornos metálicos como elemento diferenciadores de la posición social de los inhumados. Frente a unos individuos que siguen enterrándose en cuevas de forma múltiple , siguiendo la tradición calcolítica, con hachas o azuelas de piedra pulida, puntas de flecha y algún elemento metálico de claro carácter funcional -punzone s, como es el caso de la Cueva del Hacha- se registran enterramien tos individuales -Cueva Oriental del Peñón de la Zorra (Villena) (Soler, 1981: 106)- con armas -puntas de Palmela, puñal de lengüeta- y adornos persona les -arete de plata- de carácter diferenciador. Todas las características referentes al patrón de asentamiento -hábitat en altura -y al mundo funerario campaniforme -inhumación en grieta o covacha cercano al poblado-- en estas tierras son, precisamente , las que sirvieron para definir y diferenciar al Bronce Valenciano de la cultura Argárica (Tarradell, 1963). LA EDAD DEL BRONCE EN PETRER: EL VINALOPÓ COMO FRON TERA Si escaso es el poblamiento humano conocido de las etapas anteriores, la Edad del Bronce supone un aumento considerable del número de asentamientos, significando una intensificación en la ocupación y explotación del territorio. En el término municipal de Petrer hemos registrado la presencia de 5 asenta mientos (Figura 29) -Castell de Petrer, Puntal del Ginebre, Alt del Perrió , Mirabuenos y Catí-Forada- que vienen a sumarse a los cerca de 50 asenta mientos conocidos en el Vinalopó. 111 Como hemos visto anteriormente, en ninguno de ellos existe un amplio número de elementos de cultura material como para poder enjuiciar en qué fase concreta de la Edad del Bronce se podrían encuadrar. La escasez de material impone la ausencia de elementos definitorios claros . Quizás , el único asenta miento que podría incluirse en el Bronce Medio (Enguix y Gil-Mascarell, 1986) es Catí-Forada, al disponer de una fecha absoluta de radiocarbono del 1552 ± 75 a.c. (Walker, 1981). Para el resto de asentamientos, la adscripción cultural es muy difícil. Las características de la cerámica, sus tratamientos, pastas, así como la ausencia de formas típicas del Bronce Tardío o Final I (Molina, 1978) nos hablan de su inclusión en las fases del Bronce Antiguo o Medio (Enguix y Gil Mascarell, 1986) , en las que también podemos incluir toda una serie de poblados amplia mente distribuidos por todo el Valle Medio del Vinalopó: Lloma Redona (Mon forte), Tabayá (Aspe) , Pont de la Jaud (Elda) (Navarro, 1982; Jover et alii, 1990); y Valle Alto del río Vinalopó: Cabezo de la Escoba, Cabezos de Valera, Terlinques , Cabezo de Penalva, Peñón de los Mosquitos , Cabezo del Cantalar , todos ellos en Villena (Soler, 1986, 1989). Respecto a la ubicación y dimensiones de los mismo s podemos indicar que dentro de la escala de tamaño de poblados que se puede establecer para el Vinalopó, son todos ellos de pequeño tamaño. El Puntal del Ginebre, sería el más pequeño con una extensión inferior a los 200 m 2 ., mientras que Catí -Forada sería el de mayores dimensiones con una superficie cercana a los 2.000 m 2 ., pudiéndosele considerar como de mediano tamaño. La ubicación de los poblados de la Edad del Bronce de Petrer nos habla de un aspecto importante como es la ocupación por primera vez -a expensas de los cambios que se pueden producir en el registro- de tierras que hasta este momento parecen no haber sido colonizadas por comunidades productoras. Se empieza a ocupar pequeños valles interiores de montaña , transversales al eje central que hasta ese momento constituía el Vinalopó. Esta ocupación viene condicionada por la existencia en el fondo de estos valles de pequeños glacis y conos de deyección cuaternarios, que empiezan a ser puestos en explotación, así como de ramblas con caudales constantes de agua, en un claro dominio monta ñoso, e incluso se empiezan a explotar zonas con mayores limitaciones edáficas y climáticas condicionada s por la altitud, como es el caso de Catí-Forada, donde se constata la presencia de cebada. Este fenómeno de mayor intensificación en la explotación del territorio con la ocupación de tierras de peor calidad situadas a mayor altitud, también se registra en el mundo argárico (Chapman, 1991). Como opina este autor, la intensificación de la producción se debe no solamente a un mayor desarrollo de la agricultura de regadío o incluso a la explotación de betas de mineral, sino a una mayor diversificación en el aprovechamiento y explotación de todos los recursos que el entorno ofrece a las comunidades humanas . En el caso concreto de Petrer nos encontramos con yacimientos que respon den a un patrón de asentamiento caracterizado por su ubicación en las laderas o 112 Figura 29 Ya cimientos de la Edad de Bronce en Petrer: l. Castel! de P etrer; 2. Catí-Forada; 3 .Ginebre; 4 .Mirabuenos; 5. Alt del Perrió. cimas de cerros de pequeño y mediano tamaño. Un primer grupo -Castell de Petrer , Alt del Perrió y Mirabuenos -estarían asociados a cursos de agua, con fáciles comunicaciones , ya que se ubican en rutas que tradicionalmente han sido frecuentadas en la comunicación entre el Valle del Vinalopó y otras comarcas alicantinas -Camp d ’Alacant y Foia de Castalla-y en tierras con cierta capacidad de uso agrícola que son susceptib les de explotación. Esto se confirma con la presencia en todos ellos de la tecnología indispensable en labores agríco las y de producción: dientes de hoz y molinos. Quizás, el pequeño tamaño de los asentamientos, a lo sumo 2 ó 3 cabañas, nos esté hablando de grupos humanos 113 muy reducidos, dedicados a cubrir sus necesidades con la práctica de una econo mía de subsistencia. En un segundo modelo de explotación del territorio encontramos el caso concreto de Catí-Forada. Es el de mayor tamaño de todos y se ubica en un claro dominio montañoso, de muy difíciles comunicaciones, donde las condiciones edáficas y climáticas imponen limitaciones a la práctica de una agricultura diversificada. Es importante, en este punto, señalar la presencia de cebada (Walker,1981), cereal que se adapta mejor que el trigo u otras especies a la pobreza de suelos y rigurosidades térmicas. No obstante, en el poblado se desarrollan otra serie de actividades como es la tranformación metalúrgica, atestiguada por la presencia de escorias de cobre (Hemández,1983; Memoria de Gestión Municipal ,1983). Así, se trata de comunidades con una diversificación de actividades produc tivas, donde la existencia de buenas tierras no condicionaría su ubicación, ya que las necesidades alimenticias podrían ser subsanadas por una agricultura de secano donde el cultivo primordial sería la cebada y donde la ganadería podría ser el complemento ideal -leche , queso, pieles- favorecido por la existencia de suelos favorables para el pastoreo . Es posible pensar en la obtención de una serie de excedentes bien de productos agrícolas o secundarios, que en cierto modo permitan a esta comunidad obtener, gracias a intercambios, el metal y determinadas manufacturas , atestiguados en la presencia de vasos cerámicos con desgrasante de Fortunita (Walker, 1981) o azuelas de sillimanita (Jimé nez ,1905). Un tercer modelo vendría constatado por el Puntal del Ginebre , que rompe con los esquemas establecidos para los anteriores . Se trata de un poblado con un patrón de asentamiento diferente al del resto de poblados de la Edad del Bronce. Los anteriores yacimientos y gran parte de los restantes asentamientos del Vinalopó, se ubican siempre en cerros de escasa altura y en zonas de fácil acceso. Frente a éstos, el Puntal del Ginebre situado en un imponente espolón rocoso de fuertes escarpes, ocupa exclusivamente la cumbre, al ser su única ladera de fuertes pendientes -superior a 45 º- , ubicado a algo más de 820 m. de altitud y a más de 400 m. de altura sobre el curso del Vinalopó, lugar donde se ubican el resto de poblados. Estas características de encumbramiento y difícil acceso, unido a su reducido tamaño, -no olvidemos que es el yacimiento más pequeño del Valle de Elda-, a la práctica inexistencia de tierras favorables para la agricultura en sus cercanías, a su amplísima cuenca visual, de la que no disfrutan el resto de yacimientos, nos hacen suponer que se trata de un asenta miento cuya principal función no sería la explotación del medio, sino el control del territorio . En el Medio Vinalopó, sólo tenemos otro poblado que presenta las mismas características que el Puntal del Ginebre , fundamentalmente por su grado de encumbramiento . Se trata de la estación nº I del Montagut (Navarro,1982; Jover et alii,1990), que controla todo el Valle Medio, desde Novelda hasta Aspe y tiene visualización directa con el Puntal del Ginebre. 114 Desde hace años se viene planteando en la bibliografía los límites fronterizos entre El Argar y el Bronce Valenciano, situándolos en un primer momento en la Vega Baja del Segura (Tarradell, 1950:75), para posteriormente transladarla al Vinalopó, basándose para ello, en la documentación de enterramientos dentro de las casas del poblado de Cabezo Redondo (Villena) (Soler , 1953, Tarradell, 1965a:426). Sin embargo, V. Lull (1981;1983) en la década de los ochenta volvió a proponer que el límite norte de la cultura argárica se situaría en el Segura. Actualmente, esta serie de opiniones se vienen matizando por M. Hemández (1985) que ya apuntaba la existencia de determinados elementos metálicos propios del mundo argárico -tumbas con alabardas y diademas conocidos gracias a expoliaciones- en el yacimiento de Tabayá (Aspe) y consideraba al Vinalopó Medio y Alto como una especie de facies comarcal de tránsito entre El Argar y el Bronce Valenciano . La presencia del mundo argárico en el Valle Medio del Vinalopó lo ha confirmado en un artículo posterior (Hemández, 1990), donde daba a conocer un enterramiento argárico en cista en el interior de un casa del yacimiento de Tabayá (Aspe), cuyo ajuar estaba compuesto por un alabarda y una forma 5 de Siret. Por otra parte, la presencia de un solo yacimiento «argárico » --con enterra miento en el interior de las casas y abundancia de objetos de metal- no quiere decir que el resto de asentamientos del Vinalopó Medio y Alto deban conside rarse como tal. No conocemos ningún otro yacimiento donde se cite la presenci a de elementos definitorios de la cultura material de El Argar, a excepción de Cabezo Redondo (Villena) (Soler,1987). Sin embargo, en su consideración como argárico hemos de tener precauciones , ya que el conjunto de materiales docu mentados en todos los departamentos excavados por J.M. Soler García (1987), más bien deberían encuadrarse en la fase conocida como Bronce Tardío (Moli na , 1978), basándonos en la presencia de un buen número de elementos cerámi cos -decorados o no- característicos de esta fase, así como en otros elementos -análisis metalográficos, tesorillo, etc.-. Bajo este prisma , cabría suponer que la única presencia argárica registrada en el Vinalopó es la de Tabayá (Aspe) (Hemández, 1985, 1990) y que el resto de asentamientos quedarían integrados bien en lo que hasta el momento se ha identificado como Bronce Valenciano o en la facies comarcal identificada por M. Hemández (1986) basándose en una mayor presencia de elementos metáli cos, así como de formas cerámicas con mejores tratamientos. En este grupo se incluirían todos los yacimientos de Petrer. Esta situación se mantendrá hasta el momento en el que el mundo Argárico decaiga (Lull, 1983), constatándose durante el Bronce Tardío en el Vinalopó significativos cambios en el patrón de asentamiento y estructuración del territo rio (Jover y Segura , 1993a).Todos los poblado s situados en Petrer debieron desaparecer, ya que la nueva dinámica de poblamiento condicionó que se situa sen en el eje fluvial del Vinalopó, prefiriendo lugares de mejores condiciones edáficas y la existencia de fáciles comunicaciones . 115 En Petrer ya no se documenta la presencia de enclaves humanos hasta los momentos ibéricos, debido a que durante las fases previas -Bronce Final y Orientalizante- la dinámica cultural se centra en la ocupación de las tierras próximas al río Vinalopó, convirtiéndose las zonas montañosas interiores de Petrer en áreas marginales. EL POBLAMIENTO IBÉRICO EN PETRER: LA CONSTATACIÓN DE UNA ORGANIZACIÓN TERRITORIAL En la actualidad existe para el estudio del mundo ibérico toda una serie de modelos de estructuración socio-política y económica que giran en tomo a la idea de formaciones sociales muy complejas, con élites sociales dirigentes que mantendrían el sistema, basando su poder en un estatus social diferenciado y en el control de la tierra y de la economía dentro de un espacio físico con fronteras claramente delimitadas y defendidas mediante la existencia de torres o atalayas. Son varios los estudios o modelos propuestos en diversas áreas del territorio español (Ruiz et alii,1987,1988; Bemabeu et alii,1987; Blánquez,1990). En la provincia de Alicante también se han realizado estudios que tienen por objeto el análisis del poblamiento, bien en el territorio de la antigua Contestania Ibérica (Llobregat ,1972; Santos,1992) , bien en el marco de la provincia de Alicante (Abad,1987). En nuestro caso, dado lo exiguo del territorio que constituye el término municipal de Petrer no podemos realizar valoraciones que vayan más allá de la contrastación de una clara organización del espacio, basándonos en la distribu ción y tamaño de los yacimientos. Todos los asentamientos de Petrer se incluyen, a partir del estudio de los materiales, en lo que se viene denominando como Ibérico Antiguo -mediados del siglo VI a.C. hasta finales del siglo V a.C.- y Pleno -desde el siglo V hasta momentos no determinados del siglo 111 a. C.-, constatándose un amplio poblamiento en esta última fase en todo el Vinalopó. A los ya conocidos tradi cionalmente -La Alcudia (Elche) (Ramos Folqués, 1970), El Castillo del Río (Aspe) (Galiana y Roselló, 1988), El Monastil (Poveda, 1988), Puntal de Salinas (Soler, 1989), La Torre (Sax) (Galiana y Roselló, 1988), Zaricejo (Soler, 1989) y El Campet (Galiana y Roselló, 1988)- hemos de añadir los que estudiamos de Petrer: Chorrillo (Poveda, 1988), Hoya de Caprala (Norsdtrom, 1973) y El Mirador de la Sierra del Caballo (Espinosa, 1989, 1991). Evidentemente, todos estos poblados no son de igual tamaño ni presentan similares características en su ubicación . El primer rasgo que denota la posible estructuración del territorio es la diferenciación en la elección del emplazamien to . Mientras El Mirador, poblado de pequeño tamaño, se sitúa en un punto alto de montaña, de muy difícil acceso, con amplio control visual del territorio del Medio y Alto Vinalopó, y claramente ubicado en relación con El Monastil (Elda), ya que la distancia que les separa es de 2 km. , con una diferencia de altitud entre uno y otro de algo más de 350 m.; el Chorrillo, de considerables 116 dimensiones a juzgar por la dispersión de materiales, se ubica en plenas terrazas fluviales del río Vinalopó; y la Hoya de Caprala, asentamiento de reducidas dimensiones, ocupa una pequeña colina a 2 m. de altura con respecto a las tierras fértiles de un valle pequeño interior (Figura 30). Esta diferenciación en el patrón de asentamiento también viene confirmada por el registro material. Mientras en el Chorrillo se documenta la presencia de escultura -relacionada con la existencia de una necrópolis--=- (Segura y Jover , 1993) y de un registro cerámico diversificado -formas de uso doméstico, de almacenamiento y transporte- junto a la presencia de vasos áticos de importa ción; en Caprala también constatamos un conjunto cerámico mucho más diver sificado con una importante presencia de vasos de almacenamiento, transporte y vajilla de mesa, así como la existencia de una crátera ática de figuras rojas; todo ello contrasta con el reducido registro formal de El Mirador -fundamentalmen te platos y una presencia mínima de formas muy pequeñas de almacenamiento y transporte -y la inexistencia de vasos importados (Espinosa,1989,1991). Estas características hacen suponer una diversidad funcional de los asenta mientos. Mientras el Chorrillo --del que se conoce la ubicación de la zona de hábitat y funeraria- podría ser un poblado de mediano tamaño dentro del esquema general de poblados de la provincia, dedicado a la explotación de las mejores tierras del Vinalopó; la Hoya de Caprala, de pequeñas dimensiones , explotaría un nicho fértil entre montañas; y, por su parte, el Mirador sería un asentamiento de reducido tamaño en altura con una clara función destinada al control del territorio. Quedaría un problema importante por resolver como es el de las relaciones que se pudieron establecer entre estos asentamientos y de éstos con el que parece ser el poblado más importante en época ibérica de todo el valle Medio del Vinalopó: El Monastil (Elda) (C.E.E .,1972 ; Poveda,1988). A pesar de la inexistencia de datos suficientes, ya que El Monastil está en la actualidad en proceso de excavación y estudio , lo que sí parece evidente es la asociación entre éste y El Mirador. Este último podría funcionar como atalaya o punto de vigía para el control del territorio, cubriendo las deficiencias visuales que presenta el primero, dada su ubicación al final de una garganta en el fondo del valle. Por su parte, ni el Chorrillo ni la Hoya de Caprala tienen visualización directa con El Monastil. Por tanto, cabría plantear una hipótesis acerca de qué poblado funcionaría como centro territorial de la zona y del modelo de estructu ración del territorio. La Alcudia (Elche) (Abad, 1987; Santos Velasco, 1992) es considerado como el gran oppidum ibérico de la Contestanía para todas las fases del mundo ibérico. Por debajo de esta «capitalidad» existirían otra serie de poblados subsi diarios , que para la fase Ibérica Antigua se corresponderían con los yacimientos del Campet, El Monastil y Chorrillo, sin que podamos determinar la organiza ción jerárquica establecida entre ellos. No obstante, es de destacar, la circuns tancia de que todos ellos tienen una serie de características comunes entre las 117 Figura 30 Yacimientos ibéricos en Petrer: J. Chorrillo; 2. Hoya de Capra la; 3. Mirador de la Sierra del Caballo ; 4. El Monastil (E/da). que destacan el patrón de asentamiento, definido por su ubicación en las terrazas fluviales del río Vinalopó y la presencia de escultura funeraria: toros en Campet (Almagro y Ramos, 1986) y Chorrillo (Segura y Jover, 1993) y esfinge en El Monastil (Poveda, com .pers.). Sin embargo, para la fase Ibérica Plena, es posible que El Monastil actúe como centro comarcal, al documentarse a través del eje del Vinalopó un impor tante flujo de productos áticos hacia el interior (Tordera,1993: 113). Y, al mismo tiempo, es el único poblado al que se asocia un asentamiento de vigilan118 cia en altura -El Mirador-; mientras que el Chorrillo y la Hoya de Caprala serían unidades mínimas de asentamiento dependientes del primero. Esta estructuración del poblamiento durante el Ibérico Pleno, se modificará en momentos no determinados del siglo 111 a.C. , como lo demuestra la desapari ción de todos los asentamientos de Petrer, manteniéndose aquel en el que se registra un importante lote de cerámicas de barniz negro (Tordera, 1991) y que ocupaba un puesto relevante en la jerarquización territorial: El Monastil. Este fenómeno se ha intentado explicar en la bibliografía por diversos facto res tanto internos -crisis social del mundo ibérico- como externos -la pre sencia bárquida en las tierras meridionales de la Península Ibérica- , agudizado por la posterior guerra entre cartagineses y romanos que conllevará el dominio de estas tierras bajo poder romano, ya desde los momentos finales del siglo III a.c. POBLAMIENTO ROMANO EN PETRER: LA VÍA AUGUSTA COMO GENERADORA DE LA ROMANIZACIÓN DEL VINALOPÓ Como hemos visto en el apartado de la cultura ibérica , en un momento no determinado del siglo 111 a.C. se desocuparon todos los asentamientos ibéricos del Valle de Elda, produciéndose una nueva reestructuración del territorio del Vinalopó, en la que se mantuvieron los poblados del Ca stillo del Río (Aspe) y El Monastil (Poveda , 1991b) junto a los asentamientos ex-novo de San Cristobal (Villena) y El Charco (Monóvar). Esta nueva ordenación se mantendrá durante los siglo II y I a.C. Es en este momento cuando favorecido por el dominio romano de parte de la Península Ibérica, se producen los primeros contactos romanos con la población indígena -presencia de elementos de cultura material como monedas y cerámi cas campanienses- que se verán reforzados con el paso del tiempo. Sin embargo, tendremos que esperar a la segunda mitad del siglo I a.C. para que la presencia romana en el Valle de Elda se haga plenamente efectiva coincidiendo con la fundación augustea de la colonia romana de Julia Ilici Augusta, que algunos autores señalan como de posible fundación de César (Grant, 1969, en Abad , 1985). Esta fundación traerá consigo una nueva reordenación del territorio , con una reducción del número de poblados indígenas, desapareciendo núcleos ibéricos como el Castillo del Río (Aspe), San Cristóbal (Villena) y El Charco (Monóvar) (Po veda, 1991 b) y que se plasmará con la consolidación de un importante núcleo ibérico , ahora romanizado , como es El Monastil. Esta nueva estructura ción se basará en la plasmación sobre el territorio de centuariaciones, constata das entre Sax y Petrer (Ponce, 1983: 199 y ss.); entre Caudete y Villena (Rose lló , 1980 : 5 y ss.); entre Salinas, Monóvar y Pinoso (Llobregat, 1974: 91 y ss.); entre Novelda, Monforte y Aspe (Abascal, 1986b); la centuariación de Elche , donde se constatan la existencia de 24 villas romanas (Ramos, 1977); e incluso, entre Petrer y Elda (Payá , 1990). 119 Así, registramos la presencia de un importante número de explotaciones agrícolas repartidas por todo el Valle del Vinalopó (Ramos, 1977; Abad, 1985; Poveda, 1990) a las que tradicionalmente se vienen denominando como «villas» por el mero hecho de aparecer restos materiales. Toda esta serie de unidades mínimas de explotación supondrán una intensi ficación de la producción agropecuaria en todo el Vinalopó. Su alto número ha hecho pensar para época altoimperial en una atomización en la ocupación del suelo a base de unidades de explotación no muy grandes ni muy lujosas, creando lo que M. Tarradell (1965b) definió como una sociedad no latifundista. Si en época altoimperial documentamos en el Vinalopó una alta ocupación del territorio, Petrer no es ajeno a esta dinámica. Constatamos la existencia de 3 asentamientos en funcionamiento desde mediados del siglo I d.C, que en algu nos casos permanecerán activos hasta finales del siglo II d.C., caso de Caprala y Chorrillo, y en otros, perdurarán hasta el siglo V d.C., como es el caso de la villa ubicada en el casco antiguo de Petrer -Villa Petraria- (Figura 31). El asentamiento de Caprala parece ser una unidad de explotación de cierta importancia si tenemos en cuenta el conjunto de restos materiales registrados. La constatación de balsas de opus signinum, de prensas para la tranformación de la oliva, el importante registro de ánforas vinarias del tipo Dr. 2-4 y para salsas Dr. 7-11, así como el conjunto de sigillatas sudgállicas y africanas, nos hace suponer la participación de esta villa en toda una serie de circuitos comerciales tanto de importación de objetos de lujo y de consumo, como de exportación de productos fundamentalmente agropecuarios basados en la trilogía mediterránea. Respecto al asentamiento romano del Chorrillo, integrado en la centuaria ción detectada entre Sax y Petrer (Ponce,1983), tendría un marcado carácter agropecuario, confirmado por su ubicación en las mejores tierras de todo el valle Medio y Alto del Vinalopó, justo al lado del río. Debido a la escasez de material correspondiente a esta momento es bien poco lo que podemos decir del mismo, aunque la presencia de sigillatas y cerámicas de cocina africanas nos confirman su participación en los sistemas comerciales romanos durante los siglo I y II de nuestra era. Por su parte, la villae romana ubicada en el casco antiguo de Petrer, tuvo su momento de desarrollo en época altoimperial, muy parcialmente conocido a través de diversos hallazgos y excavaciones de urgencias practicados en los últimos años en diversos puntos del casco de Petrer (Navarro Poveda, 1988, 1991). A este momento correspondería 2 de las monedas de cronología altoimpe rial, encontradas, una en las proximidades del mosaico y otra en lugar ignorado (Navarro Poveda, 1991) y toda una serie sigillatas sudgálicas e hispánicas pro cedentes del solar de la calle Cánovas del Castillo, nº 5 (Navarro Poveda, 1988). Esta villa habría que ligarla a la posible centuariación detectada por J.M. Payá (1990) en la actual huerta de Petrer. Además de estos tres puntos, existe toda una serie de hallazgos sueltos repartidos por el término municipal de Petrer, como en las cercanías del Instituto 120 Figura 31 Yacimientos romanos en Petrer: l. Caprala; 2. Els Castellarets; 3. Castel/ de Petrer; 4. Chorrillo; 5. Gurrama; 6. Villa Petraria; 7. El Monastil (Elda). Nacional de Bachillerato Azorín, y en el Alto de la Iglesia-Casa Ferreira (Pove da , 1991 a) donde se han recogido superficialmente escasos restos materiales . Debido al carácter aislado de los hallazgos es difícil pronunciarse sobre su pertenencia o no a asentamientos romanos allí ubicados. Sin embargo, lo que parece evidente es que toda esta serie de villas o asentamientos dedicados a la explotación agropecuaria de las tierras del fondo del valle , participaban de una activa economía donde jugaban el papel de unida des productoras de excedentes primarios, que muy probablemente serían comer- 121 cializados en el yacimiento de El Monastil o en los municipios de la provincia, caso de Illici o del Tossal de Manises, e incluso destinados a la exportación por vía marítima a través del floreciente Portus Illicitanus. Éste sería el punto de llegada de gran parte de los productos de importación con destino a la colonia de Illici , donde los grupos de negotiatores lo redistribuirían por todas las villas y núcleos del Vinalopó . A partir de mediados del siglo II d.C. se inicia un proceso paulatino de desaparición de villae alto imperiales ----constatadas 24 para los siglos I- II en el Valle Alto y Medio del Vinalopó-- como ha puesto de manifiesto A. Poveda (1991a) que culminará en el siglo III d.C con la existencia en el Valle de Elda de únicamente 2 de estos asentamientos: Villa Petraria (Petrer) y Agualejas (Elda) . Ambas vivirán la época de crisis social y económica que durante el siglo III sufre todo el Imperio, y que conlleva, además, la desaparición de municipios, caso del Tossal de Manises (Olcina, 1990, 1991). El siglo III d.C ha quedado registrado en la villa de Petrer por la presencia de un pequeño lote de cerámicas sigillatas africanas «clara C » (Navarro, 1990a; 1991), fechables grosso modo en la segunda mitad de dicho siglo. El último siglo del período conocido como Bajo Imperio, siglo IV, supondrá un cambio social y económico, favorecido por las reformas de Diocleciano, al modificar el gobierno , la administración y la economía del Imperio. Así, Hispa nia sufre una nueva división provincial, creándose en el caso que nos afecta la provincia Cartaginense, escindida de la Tarraconense. La capitalidad provincial pasará a la actual Cartagena, que como importante puerto y zona minera, regirá la vida de nuestras tierras hasta la desaparición de la organización imperial a lo largo del siglo V d.C. Esta serie de cambios socioeconómicos tendrán un reflejo en la tranforma ción del hábitat. Las ciudades, o desaparecen , o se fortifican , viendo reducida su extensión e importancia, agravándose la existencia de fuertes cargas fiscales sobre las familias acomodadas, que hasta entonces detentaban los cargos públi cos y administrativos. Esto provoca un traslado de las familias pudientes al campo, que favorecerá una ruralización manifiest a en un nuevo modelo de villae, como es el caso de la ViJla Petraria. Se trata de unidades de explotación en llano, de grandes dimensiones, acompañadas de importantes elementos suntuarios -termas, mosaicos, estu cos- que junto con las construcciones constituyen la pars dominicata frente a la pars fructuaria, compuesta del fundus -tierras explotadas desde la villa dentro del cual podían haber vici, es decir, lugares habitados por campesinos. En definitiva , la villa indica un hecho económico y social como consecuencia de circunstancias políticas, que se manifiestan en un hábitat disperso , en el predo minio de una economía agropecuaria y en la seguridad de los campos. En el caso de la ViJla Petraria, estaríamos ante una villa rústica que explota ría todas las tierras cuaternarias existentes en la margen izquierda de la rambla de PU;:a, y que junto a la villae de las Agualejas (Elda) abarcarían todo el valle de Elda. 122 La importancia de esta villa, viene marcada por los restos materiales suntua rio s aparecidos. Sabemos de la existencia de unas termas, que deben de corres ponder a estos momentos tardíos , dado el alto coste que supondría su construc ción. Éstas deberían de situarse cerca de la zona donde apareció el mosaico ya que junto a éste se registró la presencia de materiales relacionados con las mismas . Junto a las termas apareció el mosaico ya descrito , datado también en el siglo IV d.C. y que presenta como característica peculiar su adaptación a la planta de la habitación a la que iba destinada (Jover y Segura , 1993b). Los mosaicos se suelen situar en las casas de acuerdo con la importancia de la estancias, de manera que en las principales salas se colocan mosaicos figurados y en las demás geométricos. El hecho de que una de las estancias presentase mosaico y planta poligonal nos indica que se trataba de una habitación importante dentro de la villa. Posi blemente no sería la única , sino que habrían más habitaciones con mosaicos. La ruralización del hábitat en el siglo IV d.C., conlleva también la aparición de un hábitat en altura o en laderas de estribaciones montañosas , defendiendo rutas de comunicación importantes y puntos de abrevaderos en vías ganaderas. En el valle de Elda estos núcleos estarían representados por lo s poblados del Sambo (Monóvar -Novelda), Camara (Elda) , Pont de la Jaud (Elda), Peñón de la Tía Gervasía (Elda), Gmrama (Petrer) y Castellarets (Petrer) así como un posi ble asentamiento de pequeño tamaño ubicado en el Cerro del Castillo de Petrer. Por su parte , el yacimiento de Gurrama fechado en la 2 ª mitad del siglo IV d.C, presenta una ubicación a media altura sobre las tierras cultivables de Puc;:a y cercano al curso de una rambla. Factores que unidos al hecho de encontrarse en la zona de paso de la vereda del Cid, constituyéndose como abrevadero y descansadero, no s hacen pensar en una explotación agropecuaria, donde el control del agua y tierras para el desca nso del ganado constituiría un papel importante. Es posible pensar en una vinculación de carácter socio-económico de este punto con la Villa Petraria , constituyendo un lugar de los denominados anteriormente como vici. Frente a los anteriores, Els Castellarets se constituiría en un enclave estraté gico en altura, con amplio dominio visual, ubicado en u~ nudo de comunicacio nes importante entre veredas y coladas y a medio camino entre Petrer y Agost. Si ya para el siglo X y XI, M. J. Rubiera (1985) plantea que es un enclave fortificado en altura para controlar la frontera del Vinalopó ante la posible llegada de abbasie s; en época tardorromana es lógico pensar que funcionara como castrum del territorio de Elo -El Monastil- (Poveda , 1993 ), fundamen talmente como lugar de vigilancia de las rutas aludidas durante el siglo V. En definitiva, y en opinión de A. Poveda (1993: 187) toda esta serie de asentamientos de época tardorromana implantados en Petrer constituyen parte del territorium de la civitas de El Monastil. Este asentamiento, abandonado durante el siglo III, adquirió una creciente importancia durante lo s siglos IV y V d.C., hasta que se consagra como sede episcopal hacia el 590, consolidando 123 la frontera visigoda frente al territorio bizantino de Cartagena (Poveda, 1991c) . Siguiendo esta propuesta, el yacimiento de Els Castellarets dedicado a asegurar el territorio y las vía s de comunicación que se dirigen hacia El Monastil desde la costa y el Camp d’ Alacant, se constituiría como el último eslabón del poblamiento romano en el término de Petrer que enlazaría de modo directo y en el mismo asentamiento con los momentos islámico s de época califal. 124 BIBLIOGRAFÍA ABAD CASAL, L. (1985)a: Historia de la provincia de Alicante. Tomo 11. Murcia. - (1985)b: ’De nuevo sobre los restos romanos de Petrer’. Festa 85. Petrer. - (1986)a : ’Ar queología romana en el País Valenciano: Panorama y perspectivas’. Arqueología en el País Valenciano: Panorama y perspectivas: 337382. Alicante. - (1986)b: Historia del arte valenciano. Tomo I. Valencia. - (1987): ’El poblamiento ibérico en la provincia de Alicante’. Iberos: 157- 171. Jaén. ABAD, L. y SALA, F . (1993): El poblado ibéri co del Oral. Serie Trabajos Varios del S.I.P. n º 90. Valencia. ABASCAL PALAZÓN, J.M. 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Alicante. 132 RELACIÓN DESCRIPTIVA DE LOS MATERIALES YACIMIENTOS: EDAD DEL BRONCE YAC SG B L FORMA BA AP DEC CO TRE TRI D DB FIG CASTELL 2 R CEE MBI G A ES M O.O CASTE LL 5 RS BIEE G B B p O.O FORADÁ I RV ex NG ER ER p O.O FORADÁ 2 RS PEE N ER ER M O.O FORADÁ 3 EX ex NGN ER ER p O .O FORADÁ 4 LH N A G G O.O FORADÁ 5 RV ex G ER ER p O .O FORADÁ 6 RV ex G A ER M O.O FORADÁ 7 R PEE MBI G ER ER p o.o FORADÁ 8 R CEE N ER ER M O.O FORADÁ 11 RS CBI N ER ER G o.o FORADÁ 13 EX ex G ER ER M O.O FORADÁ 14 EX ex G A A G o.o FORADÁ 15 RV PEE MBI G ER ER p o.o FORADÁ 16 RV ex G A G p O.O FORADÁ 17 EN PL MBI G A G M o.o FORADÁ 18 RV PEE N ER ER p O.O FORADÁ 19 R V PEE N ER ER p o.o FORADÁ 20 RV ex N G ER M O.O FORADÁ 24 RS CEE G A G M o.o FORADÁ 25 EX ex AA2 G A G M 18 .0 10.1 FORADÁ 27 MI NGN ER ER p O.O FORADÁ 28 MI G ER G G O.O FORADÁ 30 EN ex BBI NGN ER G p o.o FORADÁ 3 I RC A G G G p O.O FORADÁ 50 R PL N G G G o.o FORAD Á 5 I CARENA G ER ER p O.O FORADÁ 52 RE PEE G ER ER G O.O FORADÁ 53 RV BI GN A ER G O.O FORADÁ 54 RV ex G G G M o.o FORADÁ 55 R PEE MBI N G ER G O.O FORADÁ 62 R PEE G G A M O.O FORADÁ 66 MI N ER ER M o.o FORADÁ 67 RC PL MBI N ER A G o.o FORADÁ 68 RS CEE N E R ER G O.O FORADÁ 69 EX CBI G B A p o.o FORADÁ 70 RC A G ER ER p o.o FORADÁ 72 RC ex G A A p O.O FORADÁ 81 EX CA NG ER ER M O.O FORADÁ 96 RE ex NG G A M O.O FORADÁ 97 RC ex G A A M o.o FORADÁ 98 RS ex G A A M O .O FORADÁ 99 RE PL NG A A G O.O FORADÁ 100 R PL N A ER M o.o FORADÁ 101 RS BI N G A p O.O FORADÁ 102 RC ex G A A p O.O 133 YAC SG B L FORMA BA AP DEC CO TRE TRI D DB FIG FORADÁ 103 RE ex MBl N A A M O.O FORADÁ 104 RS ex G ER ER p O .O FORADÁ 107 EX ex GN ER ER M O.O FORADÁ 109 RV ex G A A M O.O FORADÁ 129 RC ex N A ER p O .O FORADÁ 133 EN PL G ES A p O.O FORADÁ 134 RS A G ER G G O.O FORADÁ 146 CARENA NG G G p O.O FORADÁ 168 RE ex IMP N G G M O.O FORADÁ 229 p G A A p O.O FORADÁ 269 M2 NON A A M o.o FORADÁ 356 RE ex N A ER M o.o FORADÁ 374 LAÑ N ER ER G O .O FORADÁ 395 RE PL G G G M O.O GINEBRE 4 RS ex N G G G O .O GINEBRE 7 RS CA N G ER p O.O GINEBRE 8 RV ex G G G M O.O GINEBRE 10 EX ex N ER ER p 10.0 GINEBRE 60 RC A N A A p O.O GINEBRE 62 RV ex G A A M O.O GINEBRE 63 RS ex N ER ER p O.O GINEBRE 64 EX ex G ER ER p o .o GINEBRE 65 RS A G A A p O .O MIRABU 4 RV PL MBl G G G G O.O MIRABU 5 RV ex N ER G G o.o MIRABU 6 RS BI G G A M O.O MIRABU 7 RC BI G ER ER p O.O MIRABU 8 RV CBE MBl NG G A G O.O MIRABU 9 RS PL N A A p O.O MIRABU 26 RS PEE N G G p O.O MIRABU 27 EX ex G A G M O.O MIRABU 28 CV N G G M o.o MIRABU 29 ACA G G G M O.O PERRIÓ 5 EX ex MBI G A A M 24.0 10.2 PERRIÓ 8 EN ex ESFÉRICO MB4 G A A M 22.0 10.3 PERRIÓ 15 RV ex MBl G A A p o.o PERRIÓ 18 p NG A G M o.o PERRIÓ 42 RS CEE N G G p 0.00 YACIMIENTO: HOY A DE CAPRALA YAC SG GC B BA V GT DEC p D DB OBS FIG CP 17 IC RA ÁNFORA A PE o.o CP 34 IC RA ÁNFORA A PE O.O CP 36 IC RE ÁNFORA B O.O CP 414 IC A ÁNFORA A PE O.O CP 468 IC RA ÁNFORA R MA 16.0 CP 469 IC RA ÁNFORA s PE 14.0 134 YAC SG GC B BA V GT DEC p D DB OBS FIG CP 473 I C RA ÁNFORA A PA 16.0 CP 480 IC RA ÁNFORA G MA 17.0 CP 501 IC A ÁNFORA A I O.O CP 613 IC RT ÁNFORA A MA O.O CP 623 IC RA ÁNFORA G PE O.O CP 628 IC RA ÁNFORA M o.o CP 632 IC RA ÁNFORA G I O.O CP 633 IC EX ÁNFORA A PE 15.0 CP 635 IC RA ÁNFORA B PA O.O CP 645 I C EX ÁNFORA A ME o.o CP 669 IC RA ÁNFORA A PE 15.0 CP 670 IC RT ÁNFORA G PE 16.0 CP 672 IC RA B ÁNFORA A PA O.O BAQUETÓN CP 676 I C RE ÁNFORA R PA O.O CP 677 IC RE ÁNFORA A PE o.o CP 679 IC RA ÁNFORA A PE O.O CP 680 IC RA ÁNFORA A PA O.O CP 682 IC RT ÁNFORA R MA O.O CP 683 IC RE ÁNFORA A PE 14 .0 CP 684 IC RT ÁNFORA A PA 15.0 CP 685 IC RA ÁNFORA A PA O.O CP 686 IC RA ÁNFORA B PE o.o CP 696 IC RA ÁNFORA R PA O.O CP 700 IC R ÁNFORA A MA O.O CP 711 IC RA ÁNFORA A PE o.o CP 717 IC R ÁNFORA A PA 16.0 15.2 CP 721 IC RA ÁNFORA A PA 14.0 15.3 CP 723 IC RA ÁNFORA R PA 15.0 CP 727 IC EX ÁNFORA B MA 14.0 CP 728 IC EXA ÁNFORA s PA 16.0 IMPORTADA CP 729 I C EX ÁNFORA R PA o.o CP 735 IC ENE ÁNFORA R PA 17.0 CP 738 IC A ÁNFORA A PA O. CP 741 IC RE ÁNFORA A PE 16.0 CP 747 IC A ÁNFORA B PA O.O CP 748 IC A ÁNFORA A PE O.O CP 750 IC A ÁNFORA A PA O.O CP 752 IC A ÁNFORA B MA O.O CP 754 IC A ÁNFORA A MA O.O MARCA ALFAR CP 755 IC A ÁNFORA A ME O.O CP 757 IC A ÁNFORA A ME O.O CP 760 IC A ÁNFORA A PA O.O CP 791 IC RE ÁNFORA R PA 15.0 CP 827 IC RA ÁNFORA A PE 23.0 CP 862 IC A ÁNFORA G PA O.O MARCA ALFAR CP 901 I C A ÁNFORA A PA O.O CP 902 I C A ÁNFORA R PA o.o CP 903 I C A ÁNFORA R ME O.O CP 910 IC RE ÁNFORA A 14.0 CP 911 IC RT ÁNFORA A PA 22 .0 135 YAC SG GC B BA V GT DEC p D DB OBS FIG CP 913 IC EN ÁNFORA A 8.0 15.4 CP 914 IC RA ÁNFORA G 21.0 CP 317 IC RE ÁNFORA G PA O .O CP 933 IC A ÁNFORA G PA O.O CP 937 IC EX ÁNFORA A MA 13.0 15.1 CP 716 IC EX BOTELLA s MA O.O CP 362 GFR PIE CRÁTERA A I 16.0 CRÁTERA 16.1 CP 22 IC EXT IN DETERMIN R PA O.O CP 31 G I NDETERMIN TBE A I O.O TRIANG Y BAND CP 122 IC EX INDETERMIN A PA O.O CP 296 1P R INDETERMIN BMI G o.o CP 306 IC EX INDETERMIN A PE O.O CP 313 IC EXT INDETERMIN A PA O.O CP 331 IC p INDETERMIN R ME O.O MOLDURAEXT CP 339 1P G INDETERMIN BMEI A I O.O VASO CAREN CP 340 1P G INDETERMIN BMEI A O.O CP 341 1P G INDETERMIN BMEI s PA O.O CP 346 1P G INDETERMIN BMI G PE o.o BAQUETÓN CP 351 IC V INDETERMIN R 1 9.0 CP 490 IC R INDETERMIN A PE O.O CP 491 IC RE INDETERMIN A PE O.O CP 493 IC EN INDETERMIN s PE O.O CP 497 IC R INDETERMIN R PE O.O CP 508 IC p INDETERMIN G PA 8.0 CP 599 IC EXE I NDETERMIN A PA O.O CP 601 IC R INDETERMIN G MA O.O CP 602 IC EXE INDETERMIN R GA O.O CP 603 IC EXT INDETERMIN A PE O.O CP 605 IC EX INDETERMIN R PA O .O CP 607 IC EX INDETERMIN R PA O.O CP 608 IC R INDETERMIN R PE O.O CP 612 IC V INDETERMIN A PE O.O CP 618 IC EN INDETERMIN A PA 16.0 CP 624 IC ENE INDETERMIN R PA O.O CP 630 IC EN INDETERMIN A O.O CP 631 IC R INDETERMIN A PE 11.0 CP 636 IC EX INDETERMIN B PE O.O CP 638 IC EX I N DETERMI N A PA O.O CP 639 IC R INDETERMIN A PE O.O CP 640 IC EX IN DETERMI N A O.O CP 642 IC R IN DETERMI N A PE O.O CP 647 IC R IN DETERMI N A PE O.O CP 648 IC EX INDETERMIN A PE O.O CP 650 IC R IN DETERMI N s PA O.O CP 652 IC EXT INDETERMIN A PA O.O CP 653 IC R I N DETERMIN M PE O.O CP 654 IC EX INDETERMIN A PE O.O CP 657 IC R INDETERMIN A PA O.O CP 675 1P EXT I N DETERMIN BMEI A PA O.O CP 678 IC R INDETERMIN R PA 18.0 136 YAC SG GC B BA V GT DEC p D DB OBS FIG CP 693 IC EN INDETERMIN A PA O.O CP 694 IC EX INDETERMIN G 14.0 CP 720 IC EX INDETERMIN R PA O .O CP 792 IC V INDETERMIN G PA O .O CP 834 1P A INDETERMIN A PE O.O CP 843 IP G INDETERMIN BBE A PE O.O C P 900 IC A INDETERMI N R I o.o CP 905 IC INDETERMIN R PA O .O CP 912 IC R INDETERMIN G PA O.O CP 918 IC R INDETERMIN G PA O.O CP 920 IC EX INDETERMIN G PE O .O CP 925 IP G IN DETERMI N BBE A PA O.O CP 931 IC ex INDETERMIN R PA O.O CP 932 IC A INDETERMIN A PE O.O CP 934 IC A INDETERMIN A PE O.O CP 935 IP A INDETERMIN BM A PE O.O FILETOBL CP 945 IC EX INDETERMIN G MA o.o CP 328 IC EXZ LEBES A PA 37.0 16.3 CP 324 1P EXZ LEBES BMEL B I 40.0 TRIGLIFOS 16.4 CP 352 IP EXZ LEBES BBEL A 32.0 TRIGLIFO CP 487 IC EXZ B LEBES G PE 41.0 CP 595 IC EXZ LEBES G PE 48.0 CP 629 IC EXT LEBES G PE 40.0 CP 671 IC EXZ LEBES A PE 30.0 CP 673 IC EXZ LEBES A MA 36.0 CP 687 IC EX LEBES s PE 38.0 CP 690 IC EXZ LEBES R MA 42.0 CP 691 IC V LEBES A PE 32.0 CP 704 IC V LEBES A PA 38.0 CP 701 IC RT LEBES s PE 35.0 CP 7 15 IP EXZ LEBES BME A PE 28.0 CP 733 IC EXZ LEBES G PA 36.0 CP 909 IC EXT LEBES R I 48.0 CP 923 IC EXZ LEBES A 34.0 CP 483 ICO EXZ OLLA R MA O.O CP 484 ICO EXT OLLA M ME O.O CP 641 ICO EXT OLLA G MA o.o CP 648 ICO EX OLLA R MA O.O CP 907 IG VE OLLA G MA 16.0 CP 919 ICO EX OLLA G P A o.o CP 1P R PLATO BMEI A o.o CP 14 IC R PLATO R PA O.O 16.5 CP 21 IP RT PLATO BMEI A I O.O SEGMENTOS CP 25 IC V PLATO R PE O.O CP 28 IC R PLATO R PE o.o CP 35 IP EN PLATO BMLI A PA O.O CP 85 1P R PLATO BMLI A O.O CP 305 IP R PLATO BBEI A PE 26.0 LAÑADO 16.2 CP 309 IC RE PLATO A o.o CP 311 IC R PLATO R PE O.O 137 YAC SG GC B BA V GT DEC p D DB OBS FIG CP 312 IC R PLATO A PA O.O CP 314 IC AR PLATO R I 7.0 CP 318 1P EXZ PLATO BMEL S PE o.o TRIGLIFOS CP 322 1P R PLATO BMEI A I O.O CP 323 IC ACV PLATO A ME 6.0 CP 330 1P R PLATO BME A PA O.O CP 334 1P R PLATO BMEI A O.O CP 337 1P R PLATO BMEI A 38 .0 CP 343 1P R PLATO BMEL A PA O.O 16 .6 CP 347 1P V PLATO BBEL G MA O.O LABIO PINT CP 349 1P EN PLATO BMEI A PA 17 .0 CP 350 1P R PLATO El A PA O.O CP 353 IC R PLATO G I O.O CP 494 IC EX PLATO A MA O.O CP 496 IC R PLATO A PE 44 .0 CP 614 IC RT PLATO A MA 46.0 CP 619 1P R PLATO BMEI A I O.O CP 695 ICO EXZ PLATO R PA 24.0 CP 875 1P EX L PLATO BME G PA O.O LAÑA CP 908 1P R L PLATO BML A I 30.0 LAÑA CP 942 IC EN PLATO R PA 22.0 CP 943 1P V PLATO BMLI A I o.o TRIGLIFO CP 944 1P EX PLATO BML R MA O.O CP 946 IC EN PLATO R PE 12.0 CP 947 IC EN PLATO A PE o .o CP 949 1P EN PLATO BBEI B PE O.O CP 47 IC AR PPLATO A PE O.O CP 24 1 IC ACX PPLATO A MA 7.0 CP 308 IC A PPLATO B PA 8.0 CP 317 1P A L PPLATO s PA 8.0 CP 319 IC AR PPLATO R PA 5.0 CP 321 IC AR PPLATO A PA 8.0 CP 325 1P ACX PPLATO BME G GE 6.0 CP 327 1P AR PPLATO BME G PA 7.0 CP 329 IC ACX PPLATO R PE 13.0 CP 332 I C p PPLATO G PA O.O CP 335 1P AR PPLATO BME A PE 7.0 CP 338 IC AR PPLATO R PE O.O CP 342 IC AR PPLATO G MA O.O CP 345 IC AR PPLATO A PE O.O CP 348 1P A PPLATO BME G O.O CP 352 1P AR PPLATO BME A 17.0 MOT IVO RADIAL CP 384 IC ACX PPLATO A PE 5.0 CP 504 I C ACX PPLATO R PA 9.0 CP 505 IC AR PPLATO R PA 10.0 CP 506 I C AR PPLATO B PA 1 0 .0 CP 507 I C AR PPLATO G MA O.O CP 509 IC A PPLATO M PA 8 .0 CP 510 I C A PPLATO A PE O.O CP 51 1 IC A PPLATO A 6.0 138 YAC SG GC B BA V GT DEC p D DB OBS FIG CP 512 1P AR PPLATO A PE 5.0 CP 513 IC AR PPLATO R PA o.o CP 514 IC A PPLATO R PE 6.0 CP 516 IC A PPLATO G PA 6.0 CP 517 IC A PPLATO A 9.0 CP 518 IC AR PPLATO A PE 5.0 CP 519 IC AR PPLATO A I 8.0 CP 620 IC AR PPLATO R PA 7.0 CP 837 re AR PPLATO R I O.O CP 842 1P AR PPLATO BME A PE O.O CP 874 1P AR PPLATO BME A PE O.O CP 904 IC AR PPLATO R PA 7.8 CP 906 1P ACX PPLATO BME G MA 6.0 CP 922 IC A PPLATO G I O.O CP 926 1P AR PPLATO BMEI B PE 8.0 CP 927 IP AR PPLATO BME G PA 6.0 CP 928 1P AR PPLATO BMEI B PA 8.0 CP 929 1P ACV PPLATO BMEI G PE 6.0 17.1 CP 930 1P AR L PPLATO BME B 6.0 LAÑA CP 610 IC T TAPADERA R PA 17.0 CP 667 IC T TAPADERA R PA 18.0 CP 831 ICO T TAPADERA R PE o.o CP 298 1P EXZ TINAJA BMEI G PE 28.0 DOBLE BANDA CP 310 IC EXT TINAJA A PA O.O CP 344 1P EXT TINAJA BMI G GA 25.0 CP 351 IC V TINAJA A 9.0 CP 487 IC EX B TINAJA M PE 24.0 BAQUETÓN CP 503 ICO EXT TINAJA A PE 20.0 CP 625 IC VE TINAJA A PA 21.0 CP 683 1P EXZ TINAJA BMEI R I 20.0 CP 703 re EX TINAJA A PE 22.0 CP 730 IC EXZ TINAJA R MA 20.0 CP 731 re EXZ TINAJA A PE 24.0 CP 828 ICO EXZ TINAJA M MA 26.0 CP 924 1P EXT TINAJA BME A I 28.0 CP 936 IC EXZ TINAJA G PA 13.0 17.2 CP 938 IC EXZ B TINAJA A PE 15.0 BAQUETÓN 17.3 CP 939 IC EXT TINAJA A PA 19.0 17.4 CP 940 IC EXZ TINAJA R PE 13.0 CP 11 IC EXZ TIN/LEB A O.O CP 304 IP EXT TIN/LEB BML A PA O.O CP 307 1P EXZ TIN/LEB BME A GA O.O CP 316 IC EXZ TIN/LEB A PE O.O CP 320 1P EXZ TIN/LEB BML A PE O.O CP 437 IC vz TIN/LEB A PE O.O CP 440 IC EXZ TIN/LEB A MA O.O CP 471 IC EXT TIN/LEB A PA o.o CP 476 IC V TIN/LEB A PE O.O CP 478 IC EXZ TIN/LEB R O.O CP 482 IC EX TIN/LEB B O.O 139 YAC SG GC B BA V GT DEC p D DB OBS FIG CP 485 IC EXZ TIN/LEB R PE O.O CP 489 IC EXZ TIN/LEB A PA o.o CP 502 IC EXZ TIN/LEB A PE o.o CP 597 IC EXZ TIN/LEB s PA O.O CP 604 IC EXZ TIN/LEB R PA O.O CP 616 IC EXZ TIN/LEB G PA O.O CP 617 IC EXZ TIN/LEB A PE O.O CP 626 IC EXZ TIN/LEB A O.O CP 637 IC V TIN/LEB A MA O.O CP 646 IC EX TIN/LEB G PA o.o CP 658 IC EXZ TIN/LEB G PE O.O CP 666 IC EX TIN/LEB R ME O.O CP 668 IC EXZ TIN/LEB A PE O.O CP 669 1P EXZ TIN/LEB BML A PE O.O CP 678 IC EXZ TIN/LEB A ME o.o CP 679 IC EXZ TIN/LEB A I O.O CP 685 IC vz TIN/LEB A PA O.O CP 686 IC vz TIN/LEB B PE O.O CP 694 IC EXZ TIN/LEB R PA O.O CP 699 IC vz TIN/LEB B I O.O CP 707 IC V TIN/LEB B PE O.O CP 708 1P EXZ a TIN/LEB BMI s PE O.O BAQUETÓN CP 738 IC EXZ TIN/LEB R PE o.o CP 830 IC EXZ TIN/LEB R PE O.O CP 835 IC EXZ TIN/LEB R PE O.O CP 838 IC EXT TIN/LEB A PE O.O CP 915 IC EXT TIN/LEB G PE o.o CP 916 1P EXZ TIN/LEB BMEL G O.O CP 921 IC EX TIN/LEB G PA o.o CP 941 1P EXZ TIN/LEB BBE A PA O .O YACIMIENTO: CHORILLO YAC SG GC B V GT DEC CP p D DB FIG CH 9 IC ENE ÁNFORA A MA 24.0 CH 33 IC RA ÁNFORA R PE O.O CH 4 IC EX INDETERMIN G PE O.O CH 25 1P V INDETERMIN BML G A PA O.O CH 34 IC R INDETERMIN R MA O.O CH 46 IC V INDETERM IN A PA O.O CH 8 1 G INDETERMIN BME G A I O.O CH 82 IC R INDETERMIN A O.O CH 86 ICO EXT INDETERMIN G MA O .O CH 88 IC EX INDETE RMIN B PA O .O CH 89 1P G INDETERMI N BME G A PE O.O CH 115 IC G INDETERM IN A PE O.O CH 164 ICO EXE INDETERMIN M PA O.O 140 YAC SG GC B V GT DEC CP p D DB FIG CH 167 ICO INDETERMIN R MA O.O CH 207 ICO EXE IN DETERMIN B GA O.O CH 255 1P G INDETERMIN BME G A PA O.O CH 256 1P G INDETERMIN BME G A PE O.O CH 263 1P V INDETERMIN BML G R PA O.O C H 264 IC EX INDETERM IN R PA 15.0 CH 265 IC A INDETERMIN B PA O.O CH 266 IC A INDETERMIN A PA O.O CH 269 IC EX INDETERMIN G PA O.O CH 209 BNA EN LAMB.21 A 1 o.o CH 10 1P EXZ LEBES BML G A PE 52.0 CH 186 IC EXZ LEBES R PE 38.0 12.1 CH 193 IC EXZ LEBES G PA 34.0 12.2 CH 250 IC EXZ LEBES A PA 32.0 12.3 CH 252 IC EXZ LEBES G MA 36.0 12.4 CH 81 ICO EXZ OLLA M MA O.O 12.5 CH 135 ICO V OLLA G GA O.O 12.6 C H 2 IC R PLATO A o.o 12.7 CH 8 1P EX PLATO BMEI G B PA 16.0 12.8 C H 13 1P R PLATO BMI G A PE O.O 12.9 CH 17 IC EX PLATO R PA O.O 12.10 CH 18 1P R PLATO BBEI G/A R PE 27.0 C H 20 IC R PLATO G MA o.o CH 21 IC R PLATO A PE 26.0 CH 22 1P EX PLATO BMI G A PE O.O CH 27 IC R PLATO B PE O.O CH 34 IC EN PLATO R 1 O.O CH 38 IG R PLATO G PE 20.0 CH 70 1P R PLATO BME G A PE O.O CH 75 1P R PLATO BMLI G G O.O CH 80 1P EXZ PLATO BML G A PE O.O CH 117 IG RE PLATO G PE 30.0 CH 166 ICO R PLATO G MA O.O CH 18 7 1P R PLATO BMI G B PE 21.0 CH 194 IG R PLATO G PE 22.0 CH 196 1P R PLATO BMEI G A 24.0 CH 197 1P R PLATO BMEI G R PA 28.0 CH 199 1P R PLATO BBEI G/A A PA 20.0 CH 257 1P R PLATO BMEI G A PA 30.0 CH 258 IC R PLATO A PE 30.0 CH 259 1P R PLATO BBEI G/A G PE 28 .0 CH 260 1P EX PLATO BME G A ME O.O CH 261 1P R PLATO BMEI G R PE 27.0 13.1 CH 267 IC R PLATO A PA O.O 13.2 C H 165 1P EXZ TINAJA BBEI G/A A PA 29.0 13.3 CH 167 1P EXZ TINAJA BMI G A PA O.O 13.4 CH 251 IC EXZ TINAJA R PA 13.0 13.5 CH 254 IC EXZ TINAJA G MA 16.0 CH 262 1P EXZ TINAJA BML G A PA 14.0 CH 253 IC EXZ TIN/LEB R PA O.O 141 YAC SG GC B V GT DEC CP p D DB FIG CH 72 IC EXZ TIN/LEB A ME O.O CH 195 IC EXZ TIN/LEB R PA O.O CH 196 1P EXZ TIN/LEB BMLI G G I O.O CH 198 1P EXZ TIN/LEB BME A ME O.O CH 268 IC EXT TIN/LEB A MA O.O YACIMIENTO: CHORRILLO YAC SG GC B V GT p D DB FIG CH 186 CR REE INDETERMINADO B PA O.O CH 190 CR REE VEGAS 5 R MA O.O CH 189 CR RE VEGAS! G MA 18.0 CH 270 CRA R INDETERMINADO R PE O.O CH 119 CRA T VEGAS 17 R PA 33.0 YACIMIENTO: CAPRALA YAC SG GC V GT DEC p D DB OBS FIG CP 688 CR DRESSEL 2-4 R ME O.O CP 718 CR DRESSEL 2-4 A PA O.O EROSIONADO CP 732 CR DRESSEL 2-4 A PA 15.0 CP 736 CR DRESSEL 2-4 A GA 18.0 CP 746 CR DRESSEL 7-11 R GE 18.0 CP 32 CR INDETERMINADO G PE O.O CP 333 CR INDETERMINADO A MA O.O CP 460 CR A INDETERMINADO A PE O.O JARRA CP 464 CR A INDETERMINADO R PA O.O JARRA CP 498 CR INDETERMINADO R PA 12.0 CP 499 CR INDETERMINADO R PA 29.0 CP 528 CR A INDETERMI NADO G MA O.O CP 529 CR INDETERMI NADO G MA 15.0 CP 553 CR INDETERMINADO G PA O.O CP 555 CR INDETERMINADO G MA O.O CP 569 CR INDETERMINADO G MA O.O CP 572 CR A INDETERMINADO G I O.O CP 574 CR INDETERMINADO G PA O.O CP 575 CR INDETERMINADO G MA 5.0 CP 575 CR INDETERMINADO G PA 12.0 CP 578 CR INDETERMINADO G MA O.O CP 580 CR INDETERMINADO R GA O.O CP 589 CR INDETERMINADO G PA 5 .0 CP 592 CR INDETERMINADO s GA O.O CP 594 CR INDETERMINADO G GA O.O CP 615 CR INDETERMINADO A PA O.O CP 657 CR INDETERMINADO A PA O.O CP 711 CR INDETERMINADO R MA O.O 142 YAC SG GC V GT DEC p D DB OBS FIG CP 712 CR INDETERMINADO A PA 13.0 CP 722 CR INDETERMINADO A MA o.o C P 734 CR IN DET ERM INA DO A PA O.O CP 739 CR INDETERMINADO A PE 14.0 ÁNFORA CP 841 CR INDETERMINADO A PE O.O ESTRIADA CP 968 CR INDETERMINADO M PE o.o CP 562 C R P LATO G MA o.o CP 522 CR SÁNCHEZ12 G MA O.O CP 585 CR SÁNCHEZl2 G GA 16.0 CP 963 CR SÁNCHEZ12 G PA O.O C P 97 1 CR SÁNCHEZ 1 3 A PE 30.0 CP 527 CR T SÁNCHEZ4 G MA 17 .0 CP 546 CR T SÁNCHEZ4 G MA 12 .0 CP 549 CR T SÁNCHEZ4 G MA 20.0 CP 560 CR T SÁNCHEZ4 G MA O.O CP 561 CR T SÁNCHEZ4 G MA O.O CP 563 CR T SÁNCHEZ4 G PE O .O CP 565 CR T SÁNCHEZ4 G MA O.O CP 586 CR T SÁNCHEZ4 G MA O.O CP 824 CR VEGAS 12 A ME o.o CP 490 CR VEGAS 14 A PA 22 .0 CP 500 CR VEGAS 14 R PA 24.0 CP 845 CR VEGAS 21 A PE o.o CP 967 CR VEGAS 21 B PA O.O BRUÑIDA CP 472 CR VEGAS 23 A MA 6.0 CP 548 CR VEGAS 23 G PE 6.0 CP 704 CR VEGAS4 R PA 38.0 CP 966 C R VEGAS 4 A ME O.O CP 426 CR A VEGAS 41 A MA 8.0 C P 725 CR VEGAS49 A GA O.O DOLIUM C P 820 CR VEGAS 5 G PA O.O C P 825 CR VEGAS 5 R PA O.O CP 965 CR VEGAS 5 M I 18.0 CP 564 CR VEGAS 6 G PE O.O CP 389 CR VEGAS 63 B 1.6 CP 743 CR VEGAS 7 B PA 20 .0 CP 524 CR VEGAS8 G PA O .O CP 821 CR VEGAS8 G MA O.O CP 567 CR VEGAS 9 G MA 12.0 CP 878 CR VEGAS 9 A PE O.O CP 481 CR VEGAS! G PA 24.0 CP 525 CR VEGAS! G MA 30.0 CP 526 CR VEGAS! G MA 24.0 C P 530 C R VEGAS! G MA 17.0 C P 530 CR VEGAS ! G PA 16 .0 CP 531 CR VEGAS! G MA 24.0 CP 532 CR VEGAS! G MA O.O C P 533 CR VEGAS ! G ME 18 .0 CP 533 CR VEGAS I G PA 24.0 CP 536 CR VEGAS! G MA 22.0 143 YAC SG GC V GT DEC p D DB OBS F IG CP 537 CR VEGAS I G MA O.O CP 539 CR VEGAS! G PA 28.0 CP 541 CR VEGAS! G MA O.O CP 542 CR VEGAS! G PA 1 8 .0 CP 543 CR VEGAS 1 G MA 1 8.0 CP 544 CR VEGAS! G GA 23.0 CP 545 CR VEGAS! G MA O.O CP 547 CR VEGAS! G MA 16.0 CP 548 CR VEGAS! G MA 20 .0 CP 550 CR VEGAS! G GA 19.0 CP 551 CR VEGAS! G MA O.O CP 554 CR VEGAS! G MA 20.0 CP 556 CR VEGAS! G MA 22.0 CP 557 CR VEGAS I G MA O.O CP 558 CR VEGAS! G MA 14.0 CP 559 CR VEGAS! G PA O.O CP 566 CR VEGAS! G PE O.O CP 568 CR VEGAS! G PA O.O CP 570 CR VEGAS I G MA 15.0 CP 571 CR VEGAS! G PA O.O CP 576 CR VEGAS! A ME o.o CP 579 CR VEGAS! G MA 11.0 CP 580 CR VEGAS! G MA O.O CP 582 CR VEGAS! G MA 17.0 CP 583 CR VEGAS! G PA 16 .0 CP 584 CR VEGAS! G MA O.O CP 587 CR VEGAS! M PA O.O CP 590 CR VEGAS! G MA O.O CP 591 CR VEGAS! G MA O.O CP 656 CR VEGAS! A PA O.O CP 713 CR VEGAS! R MA 18.0 CP 740 CR VEGAS! G PA 26.0 CP 959 CR VEGAS! A PA O.O CP 960 CR VEGAS! A PE o.o CP 961 CR VEGAS! G MA 15.0 CP 962 CR VEGAS! G MA 1 8.0 CP 964 CR VEGAS I G MA 15.0 CP 969 CR VEGAS! A I O.O CP 505 CR VEGAS !A G MA o.o CP 577 CR VEGAS !A G MA 18.0 CP 970 CR VEGAS !A A PE o.o CP 948 CRA HAYES 194 R PE 21.0 22 .11 CP 609 CRA INDETERMINADO R PA O.O EXT AHUMADO CP 627 CRA OSTIA 1 R PA 20.0 LABAHUMADO CP 692 CRA OSTIA 11 R ME O.O CP 448 PR A ABASCALl9 BM R 6.0 PINT ROJIZA CP 336 RP A INDETERMINADO R 1 O.O CÍRCULOS CP 172 SCA HA YES 27 A PE O.O CP 135 SCA HAYES3C A PE O.O 22.12 CP 145 SCA HAYES 3C A PA 8.0 144 YAC SG GC V GT DEC p D DB OBS FIG CP 1 49 SCA HA YES 3C A PE O.O CP 166 SCA HA YES 4 A O.O CP 159 SCA HA YES 6B A PE 18.0 23.1 CP 192 SCA HA Y ES 6B A PE 20.0 23.2 CP 162 SCA HA YES 8A R PA 18.0 22.1 3 CP 972 SCA HA YES 8A A PE 9.0 22.14 CP 973 SCA HA YES 8A A PE IS.O 23.3 CP 975 SCA HA YES 8A A PE 10.0 23.4 CP 161 SCA HA YES 9A A PA 14.0 23.5 CP 174 SCA HA YES 9A A PE o.o CP 178 SCA HA YES 9A A PE O.O C P 204 SCA HA YES 9A A I O.O CP 210 SCA HA YES 9A A PE O.O C P 950 SCA HA YES 9A A PE 18.5 23.6 C P 974 SCA HA YES 9A A PE 18.0 23.7 C P 1 32 SCA G I NDETE RMINADO A PE O .O CP 1 33 SCA G I NDETE RMINADO A PE o.o CP 134 SCA G INDETERM INA DO A PE O.O CP 1 37 SCA G I NDETERMINA DO A PE O.O CP 138 SCA G IN DETERMINADO A PE O.O C P 1 39 SCA G I N DETERMINADO A PE o.o CP 1 40 SCA G INDETERM INADO A PE O.O CP 141 SCA G INDETERMINADO A PE O.O C P 1 42 SCA I NDETERM INADO A PE 8.0 CP 143 SCA INDETERM INADO R PE 8.0 C P 1 46 SCA G I N DETERMI NADO A PE O.O C P 147 SCA G I N DETERMI NADO A PE o.o CP 148 SCA G IN DETERMI NADO A PE O.O CP 150 SCA G I N DETERMINADO A PE o.o CP 151 SCA G I NDETERM INADO A PE O.O CP 152 SCA G IN DETER MINADO A PE o.o CP 153 SCA G I NDETERM INADO A PE O.O CP 154 SCA G I N DETERM INADO A PE O.O CP 155 SCA G IN DETER MINADO A PE O.O CP 156 SCA IN DETERM INADO A PE O.O CP 157 SCA G I N D ETERMINADO A PE o.o CP 158 SCA G I NDETERM INADO A PA O.O CP 163 SCA G INDETERMINADO A PA O.O C P 1 64 SCA G I N DETERM INADO A PE o.o CP 1 65 SCA G I N DETERMI NADO A PE O.O CP 167 SCA G IN DETERMI NADO R PE O.O CP 168 SCA IN DETE RMINADO A PE O.O FONDO ESTR CP 169 SCA G IN DETERMINADO R PA O .O CP 170 SCA G I NDE TERMI NADO A PE O.O CP 171 SCA G INDE TERMI NADO R PA O.O CP 173 SCA IN DETERMINADO A PA O.O CP 174 SCA G I N DETERMI NADO A PE O.O CP 175 SCA INDE TERMI NADO A PA O.O CP 177 SCA G INDETERMINADO A PE O.O CP 180 SCA [NDETERMI NADO A I O.O 145 YAC SG GC V GT DEC p D DB OBS FIG CP 181 SCA G INDETERMINADO R PE O.O CP 182 SCA G I NDETERM INADO R PE o.o CP 183 SCA G INDETERMINADO A PE O.O CP 184 SCA G INDETERMINADO A PE o.o CP 185 SCA G INDETERMINADO R PE o.o CP 186 SCA G INDETERMINADO A PE O .O CP 187 SCA INDETERMINADO A 1 o.o CP 188 SCA G INDETERMINADO A PE O.O CP 189 SCA G INDETERMINADO R PA O.O CP 190 SCA G INDETERMINADO A PE O .O CP 191 SCA G I NDETERM INADO R 1 O.O CP 195 SCA G I NDETERM INADO A O.O CP 196 SCA G I NDETERMINADO A O.O CP 197 SCA G INDETERMINADO A PE O.O CP 198 SCA G INDETERMINADO A PE O.O CP 199 SCA G INDETERMINADO A PE o.o CP 200 SCA G INDETERMINADO A PE O.O CP 201 SCA G INDETERMINADO A PE O.O CP 202 SCA G INDETERMINADO A PE o .o CP 203 SCA INDETERM INADO A PE O.O CP 205 SCA G INDETERMINADO A PE O.O CP 206 SCA G INDETERM INADO R PE O .O CP 207 SCA G INDETERMINADO R PE O.O CP 208 SCA G INDETERMINADO A PA O.O CP 209 SCA G INDETERMINADO A PE o.o CP 211 SCA G I NDETERMINADO A PE o.o CP 212 SCA G I NDETERM INADO A PE O.O CP 213 SCA G INDETERMINADO A PE o.o CP 214 SCA G INDETERMINADO A PE O.O CP 215 SCA G I NDETERMINADO A PE O.O CP 951 SCA I NDETERM INADO A PE 20 .0 FONDO ESTR CP 952 SCA INDETERMINADO A PE 10.0 CP 953 SCA INDETERMINADO A PE !O.O CP 954 SCA INDETERMINADO A PE 8.0 CP 976 SCA INDETERMINADO A PE 16.0 CP 977 SCA INDETERMINADO A PE o.o CP 978 SCA G INDETERMINADO R A PE O.O RUED EXT CP 67 TSG DRAG 15/17 R PE !O .O CP 23 TSG DRAGl8 R PE 9.0 CP 32 TSG DRAG 1 8 R PE 13.0 CP 37 TSG DRAG 18 R PE O.O CP 4 TSG DRAG 18 R PE 9.0 CP 41 TSG DRAG 18 R PE 14 .0 CP 6 TSG DRAG 18 R PE 9 .0 CP 90 TSG G DRAGl 8 R PE O .O CP 956 TSG DRAG 18 R PE 18 .0 CP 97 TSG G DRAGl8 R PE O .O CP 12 TSG DRAG 18 /31 R PE 14.0 CP 15 TSG DRAG 18/31 R PE O.O 22.7 CP 3 TSG DRAG 18/31 R PE 16 .0 21.7 1 46 YAC SG GC V GT DEC p D DB OBS FIG CP 74 TSG G DRAG 18/31 R PE O.O SELLO « .. OM» CP 75 TSG G DRAG 18/31 R PE o.o CP 80 TSG G DRAG 18/31 R PE O.O SELLO « .. SECUN» 21.8 CP 84 TSG G DRAG 18/31 R PE O.O CP 85 TSG G DRAG 18/31 R PE O.O CP 86 TSG G DRAG 1 8/31 R PE o.o CP 9 TSG G DRAG 18/31 R PE o.o CP 99 TSG G DRAG 24/25 R PE O.O CP 10 TSG DRAG 27 R PE !O.O 21.9 CP 106 TSG G DRAG 27 R PE O.O CP 107 TSG G DRAG 27 R PE O.O CP 108 TSG G DRAG 27 R PE O.O CP 11 TSG DRAG27 R I 4.0 21.!0 CP 122 TSG G DRAG27 R PE O.O CP 126 TSG G DRAG 27 R PE O.O CP 127 TSG G DRAG2 7 R PE o.o CP 17 TSG DRAG 27 R PE JO.O 21.2 CP 25 TSG G DRAG27 R PE O.O CP 31 TSG DRAG 27 R PE 8.0 21.3 CP 38 TSG DRAG 27 R PE 11.0 21.4 CP 40 TSG G DRAG 27 R PE O.O 21.5 CP 44 TSG G DRAG 27 R PE O.O CP 47 TSG G DRAG 27 R PE O.O CP 52 TSG DRAG 27 R PE 8.0 21.6 CP 55 TSG G DRAG 27 R PE o.o CP 61 TSG DRAG 27 R PE 8.0 22.5 CP 63 TSG G DRAG 27 R PE O.O CP 64 TSG G DRAG 27 R PE O.O CP 68 TSG DRAG 27 R PE O.O 22.6 CP 68 TSG DRAG 27 R PE 4.0 CP 69 TSG DRAG 27 R PE O.O CP 69 TSG G DRAG 27 R O.O CP 7 TSG G DRAG 27 R O.O CP 83 TSG G DRAG 27 R PE O.O CP 92 TSG G DRAG 27 R PE O.O CP 955 TSG DRAG 27 R l 4.0 22.8 CP 95 7 TSG DRAG 27 R PE 11.0 CP 96 TSG G DRAG 27 R PE O.O CP 50 TSG DRAG 36 EFB R PE O.O CP 958 TSG DRAG 36 R O.O 22.9 CP 979 TSG DRAG 36 R O.O 22.10 CP 13 TSG G DRAG 37 EFM R PE O.O OVAS, LENGUETAS , AVE 21.11 CP 2 TSG G DRAG 37 EFM R PE O.O DIOS PAN, AN IMALES 21.12 CP 36 TSG DRAG 37 R PE 20.0 20.4 CP 5 TSG DRAG 37 R PE 9.0 20.5 CP 60 TSG DRAG 37 R PE 20.0 21.1 CP 8 TSG G DRAG 37 EFM R PE .o.o FIGURA MASCULINA 20.6 147 YAC SG GC V GT DEC p D DB OBS FIG CP 100 TSG G INDETERMINADO R PE O .O CP 101 TSG G INDETERMINADO R PE O.O CP 102 TSG G INDETERMINADO R PE o.o CP 104 TSG G INDETERMINADO R PE O.O CP 110 TSG G INDETERMINADO R PE O.O CP 111 TSG G INDETERMINADO R PE O.O CP 112 TSG G INDETERMINADO R PE o.o CP 113 TSG G INDETERMINADO R PE O .O CP 114 TSG G INDETERMINADO R PE O .O CP 116 TSG G INDETERMINADO R PE O.O CP 117 TSG G INDETERMINADO R PE O.O CP 118 TSG G INDETERMI NADO EFM R PE O.O VEGETAL CP 121 TSG G INDETERMINADO R PE O.O CP 123 TSG G I NDETERMINADO R PE o.o CP 124 TSG G INDETERMINADO R PE O.O CP 128 TSG G INDETERMINADO R PE O.O CP 129 TSG G I NDETERMINADO R PE O.O CP 130 TSG G I NDETERMINADO R PE o.o CP 131 TSG G INDETERMINADO R PE O.O CP 21 TSG INDETERMINADO R PE O.O CP 24 TSG INDETERMINADO R PE 5.0 SELLO «SAT..» 20.7 CP 26 TSG I NDETERMINADO R PE O.O CP 28 TSG G INDETERMINADO R PE O.O CP 30 TSG INDETERMINADO R PE 5.0 20.8 CP 33 TSG G INDETERMINADO R PE O.O CP 357 TSG G INDETERMINADO R I O.O MARMORATA CP 396 TSG G INDETERMINADO R O.O MARMORATA CP 42 TSG G INDETERMINADO EFM R PE O.O CP 48 TSG INDETERMINADO R PE O.O CP 49 TSG INDETERMINADO R PE O.O CP 51 TSG INDETERMINADO R PE 4.0 20.9 CP 54 TSG INDETERMINADO R PE 13.0 20 .10 CP 59 TSG INDETERMINADO R PE O.O CP 62 TSG INDETERMINADO R PE O.O SELLO « .. V» 20 .14 CP 65 TSG INDETERMINADO R PE o.o CP 68 TSG INDETERM INADO R PE 4.0 CP 70 TSG G INDETERMINADO M PE O.O CP 71 TSG INDETERMINADO R PE O.O CP 72 TSG G INDETERMINADO R PE O.O CP 76 TSG G INDETERMINADO R PE O.O SELLO «APR .. » 20.15 CP 77 TSG G INDETERMINADO R PE O.O CP 78 TSG G INDETERMINADO R PE O.O CP 79 TSG G INDETERMINADO R PE O.O CP 88 TSG G INDETERMINADO R PE O.O CP 91 TSG G INDETERMINADO R PE O.O CP 93 TSG G INDETERMINADO R PE O.O CP 94 TSG G INDETERMINADO R PE O.O CP 95 TSG G INDETERMINADO R PE O.O CP 14 TSH G DRAG 15/17 R PE O.O CP 66 TSH G DRAG 15/17 R PE O.O 148 YAC SG GC V GT DEC p D DB OBS FIG CP 57 TSH DRAG 18 R PE 19.0 CP 34 TSH G DRAG27 R PE O.O CP 43 TSH G DRAG 27 R PE O.O CP 58 TSH DRAG 27 R PE 10.0 CP 73 TSH G DRAG27 A PE O.O CP 981 TSH DRAG 37 EGM R PE O.O 20.11 CP 982 TSH G DRAG 37 EGM R PE O.O DOBLE CIRC ENTADO 20.12 CP TSH G INDETERMINADO EGM R PE O.O DOBLECIRC CONCENT 20.13 CP 103 TSH G INDETERMINADO A PE O.O CP 109 TSH G INDETERMINADO R PE O.O CP 119 TSH INDETERMINADO A PE O.O CP 120 TSH G INDETERMINADO EFGM R PE o.o ROSETAS , CÍRCULO CP 20 TSH G INDETERM INADO EFM A PE O.O CÁNIDO 22.I CP 22 TSH INDETERMINADO R PE O.O 22.2 CP 27 TSH INDETERMINADO R PE 6.0 22.3 CP 35 TSH INDETERMINADO R PE O.O CP 81 TSH G INDETERM INADO A PE o.o CP 82 TSH G INDETERMINADO EGM R PE O.O CP 87 TSH G INDETERMINADO R PE O.O CP 89 TSH G INDETERMINADO R PE O.O CP 45 TSH G INDETRMINADO EGM R PE O.O 4 CÍRCULOS CONCENTR 22.4 CP 105 TSI G DRAG 36/P XII ER R PE O.O RUEDECILLA 20.I CP 53 TSI GOU 36A/P X V R PE 27.0 VOLUTAS EXTERIOR 20.2 CP 56 TSI GOUDINAU 27 M PE 4 .0 20.3 CP 125 TSI G INDETERMINADO R PE O.O CP 18 TSI G INDETERMJNADO M I o.o CP 19 TSI G INDETERMINADO M PE O.O CP 115 TSI G INDTERMINADO R PE O.O YACIMIENTO: GURRAMA YAC SG GC B BA V GT p D DB OBS FIG GU 1 CR EN ÁNFORA A 14.0 AFRICANA 26.1 GU 10 CR R INDETERMINADO M PA O.O GU 13 CR PIE INDETERMINADO A PA O.O FONDO PLANO 26.5 GU 14 CR p INDETERMINADO A PA O.O 26.6 GU 16 CR R INDETERMINA DO s O.O 26.3 GU 2 CR A INDETERMINADO A PA O.O GU CR A INDETERMINADO A PE O.O GU 4 CR REE INDETERMINADO A PE O.O VACUOLAS GU 6 CR EN INDETERMINADO A PA 24.0 26.8 GU 8 CR REE INDETERMINADO s MA O.O 26.7 GU 9 CR R INDETERMINADO M PA O.O 149 YAC SG GC B BA V GT p D DB OBS F IG GU 5 CR R VEGAS 7 A PE 18 .0 ENGOBE CLARO GU 7 CR EX VEGAS! A PE O.O GU 17 SCD R HA YES 50B A 1 o.o 26.4 GU 11 SCD R HA YES 67 R PE o.o 26.2 GU 12 SCD R INDETERMINADO R PE O.O GU 15 SCD PIE INDETERMINADO A PE O.O GU 18 SCD R INDETERMINADO R PE O.O GU 19 SCD G INDETERMINADO R PE O.O GU 20 SCD G INDETERMINADO R PE o.o GU 21 SCD G INDETERMINADO A PE O.O GU 22 SCD G INDETERMINADO R PE O.O GU 23 SCD G INDETERMINADO R PE O.O GU 24 SCD G INDETERMINADO R PE O.O GU 25 SCD G INDETERMINADO R PE O.O GU 26 SCD G INDETERMINADO R PE O.O GU 27 SCD G INDETERMINADO R PE O.O GU 28 SCD G INDETERMINADO R PE O.O 150 El poblamiento antiguo en Petrer. De la Prehistoria a la Romanidad tardía El presente estudio pretende analizar el estado actual de la investigación histórica en la localidad alicantina de Petrer desde la Prehistoria hasta la Romanidad tardía. Para ello, después de acercar al lector al medio geográfico donde se desenvolvió el poblamiento, exponiendo tanto datos físicos y climatológicos actuales como el paisaje y el biotopo autóctono pasado, se analizan detenidamente los yacimientos arqueológicos documentados y los restos de cultura material depositados en museos y colecciones, resultado de antiguas prospecciones. Se completa la obra con la caracterización del patrón de asentamiento y la dinámica de evolución del poblamiento, relacionándolo con el conjunto de las evidencias arqueológicas y su explicación histórica para el ámbito comarcal y regional.

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