La represión de las mujeres en el franquismo en un documental

La represión que sufrieron las mujeres durante la Guerra Civil y el franquismo es el tema del documental Las vencidas y no derrotadas de la directora de cine Mau Cardoso, que se podrá ver hoy, día 22 de noviembre a las 19 horas en la Fundación Paurides. La directora, que asistirá al actuó, ha decidido poner el foco en testimonios de mujeres que fueron doblemente castigadas, por la propia dictadura y por ser mujeres. Su intención es que se conozcan estos hechos, que no caigan en el olvido y así la población conozca mejor su pasado.

En Las vencidas y no derrotadas aparece el testimonio de diferentes mujeres con “vivencias increíbles. Se cuenta la historia desde el punto de vista de la mujer, si bien eso no significa que los hombres no hayan sido represaliados, pero todas nos dimos cuenta de que muchas veces se cuenta la historia de los ‘héroes’ y no de las ‘heroínas’”, señala la directora a Valle de Elda. 

Hacer este documental no le resultó sencillo a Mau Cardoso, pues se trata de una producción independiente sin mucho presupuesto y que ha conseguido sacar adelante con mucho esfuerzo pero, sobre todo, gracias al empuje y ánimo de las mujeres que lo protagonizan: “Todas me decían lo mismo, no querían que no se olvidara lo que ocurrió, que sus historias se desvaneciesen. Ellas me animaban a seguir adelante con el proyecto, que se tuvo que parar por la pandemia”.

Aunque principalmente ha utilizado testimonios de Andalucía, se pueden extrapolar a todo el país: “Esta es la comunidad más grande del país y fue muy represaliada. Hay una gran cantidad de mujeres que pueden expresar lo que vivieron. Pero ello es válido para todo el territorio”.

Si algo le decían las protagonistas del documental es que “lo contaban para que nadie pueda decir que eso no ocurrió. Cuentan su miedo, sus pérdidas, no quieren que se niegue lo que vivieron”, señala Cardoso. Además, recalca que “la dictadura supuso una pérdida de derechos para todas las mujeres, no solo para aquellas que estaban del lado de la democracia. Hubo mujeres a favor de la dictadura que perdieron derechos culturales, económicos, educativos, que no pudieron hacer carreras. Se las metió en el hogar y se las obligó solo a ejercer el papel de buenas madres de familia. Las aniquilaron”. Asimismo, lamenta que “la guerra fue una forma de acabar con una nueva forma de vida, de extirpar el lado ‘rojo', como ellos decían, de las mujeres y que no pudieran transmitirlo a las nuevas generaciones”.

Si algo tiene claro la directora, de 68 años de edad, es que las heridas de la guerra y la dictadura no están cerradas: “Han pasado más de 80 años y quedan heridas abiertas, hay que curarlas para poder cerrarlas, tenemos que devolverle la dignidad a quienes fueron represaliadas, reconocer el valor de las mujeres, que se reconozca lo que ocurrió”.

Para ello considera esencial un cambio desde la educación: “Fui a un instituto en Marsella, Francia, y se hablaba de este tema, hacían preguntas muy interesantes y no comprendían cómo los menores de su edad no estudiaban esto en clase en España. No se debe tratar este tema desde el odio sino desde la dignidad; hacer como que no ocurrió no es bueno, que haya quienes no sepan que hasta casi los años 90 se seguían robando niños o que hay gente que no sabe dónde se enterraron a sus seres queridos… La cultura ayuda a saber de dónde venimos y nos ayuda a decidir la base de nuestro futuro, la política”.