Rubén Alfaro: "Sin música sería imposible que existiera la fiesta y tenemos que valorarla"

Por décimo año consecutivo, Rubén Alfaro vivirá los Moros y Cristianos como alcalde y como festero. Pero este año, sin duda, será muy especial, puesto que el Bloque Estudiante, que fundó y dirige, celebra su 25 aniversario. Para Alfaro, la parte más esencial de la fiesta es la música, pues es clave, es la parte esencial de cada acto, señala.

Están trabajando para conseguir que las fiestas sean declaradas de Interés Turístico Internacional.

Salió muy bien el trabajo que se hizo para declararlas de Interés Turístico Nacional, y se está trabajando desde Junta Central y Turismo, esperamos poder conseguirlo muy pronto, pues este año se presentará la documentación. Cada año visitan las fiestas turistas de toda España.

La fiesta pasa por un buen momento desde el punto de vista de la atracción exterior y estamos contentos de que la gente venga a disfrutarla con nosotros y de demostrar que somos una ciudad abierta, hospitalaria.

También somos una ciudad referente, hay muchas personas que vienen a ver la fiesta de Moros y Cristianos para ver cómo son las puestas de escena y luego las adaptan a sus municipios que también celebran las fiestas. No solamente del entorno de la provincia de Alicante sino también de otras comunidades autónomas.

Y eso también aporta riqueza a la ciudad.

Por un lado las fiestas aportan una riqueza emocional hacia los participantes y hacia la ciudad. Las fiestas de Moros y Cristianos se han convertido en algo muy emocional. Ponemos en valor lo que somos. Es una forma de expresarnos.

Y luego también genera una riqueza económica, durante esos días con los maquillajes, las bandas de música y la hostelería se llena. Y luego está la propia industria de la fiesta que se ha generado en torno a ella. Se están haciendo una cantidad de complementos, de trajes y de zapatos muy importante que al final no deja de ser una forma de vida.

Ha recordado que son unas fiestas abiertas.

Sí, y la verdad que es algo que con el paso del tiempo no se ha mermado, pese a ser una sociedad que el individualismo está muy presente, seguimos teniendo esa parte que mantenemos y hemos recogido esa tradición de nuestros antepasados de ser una ciudad muy abierta y de que en cualquiera de nuestros cuartelillos pues siempre hay una silla para alguien, un refresco o una cerveza. Es algo de lo que sentirnos orgullosos.

A mí me encanta la anécdota que se repite año a año y es que alguien intenta pagar en los cuartelillos. Demuestra lo que somos. 

La música es una parte esencial de los Moros y Cristianos y a veces no se la pone en valor.

La música es lo más importante. Sin música es imposible que existiera la fiesta. Eso es tan claro como el agua. Este año además hay una efeméride muy chula, Se cumple 75 años desde que la banda de la Unión Musical de Concentaina, la Contestana, acompaña a los Moros Musulmanes.

Y desde el Ayuntamiento tendremos un guiño con esa banda el día de la entrada mora para volver a poner en valor lo que es la música. La fiesta sin música no sería nada. Los festeros tenemos que ser conscientes de ello y cuidar y respetar al músico. Y también tenemos que ser conscientes de que vivimos en una tierra donde es muy fácil ser músico y tenemos mucha facilidad de acceder a esa música, somos unos privilegiados.

Un año más es festero y alcalde. Y en un momento dulce con el 25 aniversario del Bloque Estudiante, que dirige.

Sí, es un año especial. Como siempre, lo compagino, ¡sobrevivo! -bromea-. No, no me cuesta porque me gustan mucho las fiestas de mi ciudad. El cargo de alcalde me permite disfrutarlo mucho con los festeros, estar cerca de los directivos y de los voluntarios que trabajan mucho.

Por otro lado, en el bloque solo sacaremos un cabo bateador, no haremos nada especial más allá de eso. Somos sencillos.

Por último, el Ayuntamiento y el Valle lanzan el coleccionable de los carteles festeros.

Me parece una idea extraordinaria y por ello la hemos impulsado. Ahí tienes un sumario de cómo ha ido evolucionando la fiesta pero también la propia cartelería. Creo que supone una crónica de la evolución artística y de lo que ponían en valor los propios diseñadores e ilustradores. Ahora no tenemos carteles en los que el protagonista solamente sea una comparsa, sería imposible, pero antes sí.

Para los festeros y amantes de la historia tiene mucho valor, porque es difícil conseguir todos los carteles con calidad.