jueves, 28 de marzo de 2024

Los sanitarios se esfuerzan por llevar la Navidad al Hospital con la vista puesta en la tercera ola

Marta Ortega
24 diciembre 2020
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Los sanitarios se esfuerzan por llevar la Navidad al Hospital con la vista puesta en la tercera ola
Aurora Felipe y Elisa Santiago demuestran que esta profesión es muy vocacional.

El Hospital de Elda ha vivido su Nochebuena más triste, sin la alegría que caracteriza tradicionalmente los días de Navidad en este centro pese a todo. El coronavirus y los protocolos imprescindibles de distancia y aislamiento han hecho que en este año 2020, los pacientes que han tenido que vivir el día 24 de diciembre ingresados, no hayan podido celebrar esta noche con alguno de sus familiares, como ha ocurrido cada año. Los trabajadores tampoco han festejado este día en hermandad, pero han intentado que el ambiente fuera lo más cálido posible. El recuerdo de los estragos de la segunda ola y el temor de la tercera hace que la sensatez impere.

“Dentro de lo posible vamos a intentar que las fiestas navideñas pasen lo mejor posible para los pacientes, pero están siendo unos días muy diferentes”, señala Elisa Santiago, técnico de Cuidados Auxiliares de enfermería.

Los días previos ya anunciaron lo que se avecinaba: no ha habido visitas de los colectivos que cada año llevaban alegría y regalos a niños y mayores como clubes deportivos, collas, Policía y Bomberos. Apenas hay decoración en las plantas, los protocolos COVID así lo recomiendan para que la limpieza sea más rápida y eficaz. Lo único que se ha mantenido es la cena especial: ensalada de brotes tiernos con salmón marinado, pasas y nueces de California, sopa con pescado de roca, mariscos, huevo poché y cruittones de pan, solomillo de cerdo a la parrilla con salsa de Roquefort y patata duquesa y, de postre, pijama festivo con crema de leche montada y coulis de caramelo.

Los sanitarios también han visto como el coronavirus, además de dejarles agotados física y mentalmente, les ha arrebatado esos momentos de camaradería entre compañeros, y no han podido celebrar la cena tradicional de Nochebuena en cada planta, que tenía lugar en torno a las 2 de la mañana. En cambio, han tenido que cenar en turnos de máximo dos personas y muy separados.

En un esfuerzo por llevar la Navidad al Hospital, y aunque su ánimo tampoco es el mejor posible, algunos trabajadores lucen los días más significativos algunos detalles como diademas navideñas para levantar el ánimo a los pacientes: “Lo que queremos es que se olviden un poco de que están ingresados y que sea lo más parecido a estar en casa. Estos días solían ser muy especiales y significativos por la cercanía que se creaba”, señala la jefa de personal de Consultas Externas, Aurora Felipe.

“No queremos brotes, y eso se nota cada día, todo ha cambiado por la pandemia, hay algo de espíritu navideño pero no es como otros años, este año no habrá Navidad, pero eso no importa, ya se celebrará cuando se pueda. No entiendo que la gente quiera celebrar estas fiestas sí o sí, ya se han cancelado otras fiestas como Moros y Cristianos o Semana Santa y no ha pasado nada, ¿por qué ahora sí? Debe primar la seguridad. Es mejor celebrar todos juntos en marzo que perder a gente en el camino por irresponsabilidad”, señala Santiago.

Antes de responder a la pregunta “¿Cómo llevan la pandemia?” ambas se miran y suspiran, la repuesta la tienen clara: “Mal, muy, muy mal”. Santiago, emocionada, explica que “todas las enfermedades son malas, pero esta encima es muy solitaria, dura y muy puñetera, se está llevando a mucha gente”.

Felipe señala que durante las dos olas se han vivido días muy duros en el Hospital: “Conozco a compañeras que han llevado la comida a un paciente a mediodía y que cuando han vuelto ya no estaba. Es muy duro, después de muchos días ingresados, solos, nos sentimos parte de ellos, pues intentamos no solo cuidarles sino que no se sientan tan solos, a veces el hablar, el coger de la mano aun con guantes, cura”.

Santiago perdió hace muy poco a su padre y a su suegro a causa del coronavirus, y explica que “es muy duro, durísimo, hay personas mayores, pero también le está afectando a muchas personas jóvenes, y falta conciencia. Cada vez baja más la edad de los ingresos”. Tiene claro que “yo querría pasar las próximas navidades con mi padre y  mi suegro y no podré. No hay que olvidar a quienes fallecen por esta enfermedad, seamos conscientes y ya celebraremos la Navidad todos juntos cuando podamos”.

Ambas tienen claro que la gente no es consciente de lo que es el coronavirus, por ello “a la gente irresponsable, a quienes creen  que por un día no pasa nada, les invitaría a pasar un día en el hospital. A visitar las UCI, las unidades de reanimación, que vean lo  que es esto. Dejarán de creer que esto no les va a pasar, esto le puede pasar a cualquiera. Y más en estas fechas, quien crea que ‘por un día no pasa nada’ se equivoca”.

Son trabajadoras incansables y muy cercanas.

Sacrificio

Llevan nueve meses trabajando en cuerpo y alma en cada turno, dándolo todo “y es indignante llegar a casa y ver a gente sin mascarilla, o bares llenos en los que no se mantiene la distancia. Da rabia porque hacemos un gran esfuerzo, estamos agotados, llevamos muchos meses de protocolos cambiantes, adaptándose al día a día para ver que hay gente irresponsable”. Nueve meses de miedo a exponerse, coger el virus y contagiar a sus seres queridos por cuidar de los enfermos.

Pero la pandemia también ha demostrado lo esencial que es la sanidad pública y cada uno de los sanitarios, “es increíble ver como los compañeros, aunque se marchen para descansar durante sus días libres, estén pendientes del móvil por si ocurre algo y tienen que acudir a trabajar, están de guardia constante y es encomiable”, indica Felipe.

Ambas tienen más de 20 años de experiencia como sanitarias y, sin duda, esto es lo peor a lo que se han enfrentado “pero creo que ahora es cuando sale la vocación, creo que nos hemos estado preparando para esto. Yo fui una de las primeras en cogerlo, fue en marzo, y lo pasé peor por no poder venir a ayudar que por la enfermedad. Volví dos semanas después y el hospital se había transformado, fue un verdadero shock, me sentía como en una película de ficción”.

Aunque este año sea el más triste, afirman que se esforzarán por animar a los pacientes.

Y es que ambas recuerdan que en marzo nadie pensaba que esta pandemia podía llegar a esta zona. Sin embargo, comenzaron a tomar conciencia cuando desde medicina interna se cerraron cuatro habitaciones por precaución, aunque todavía no había casos. Pocas semanas después todo el Hospital salvo oncología y obstetricia atendía casos COVID.

Ambas quieren dar las gracias a la Conselleria, a la gerencia y a las direcciones médicas y de enfermería del hospital por la respuesta recibida. Sanidad les ha dotado de mucho personal “sin el que no habríamos podido salir adelante, además nos han dotado de todo el material necesario, quitado el comienzo, cuando todos íbamos un poco perdidos, no nos ha faltado de nada”. Afirman que este ha sido un aprendizaje, ahora saben qué material deben usar sin tener que cargar con las EPI ni malgastar material.

La tercera ola

La vista ya la tienen puesta en enero, temen que a mediados de mes llegue la tercera ola, de hecho, ya están viendo cómo empieza a subir ligeramente la incidencia a causa del puente de diciembre, algo que ya esperaban. “No tenemos esperanzas de que la gente sea responsable, estamos preparados para lo peor”, lamentan.

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