jueves, 28 de marzo de 2024

Valientes ensayos para una muerte propia

Rafael Carcelén
17 junio 2016
3.618
Valientes ensayos para una muerte propia
Hans Kung y Marc Antoni Broggi.

Da a cada uno, Señor, su propia muerte,

la muerte que deriva de su vida,

esa vida en que hubo amor, pena y sentido.

R.M. Rilke, Libro de las horas

Como sugieren estos versos, y contemplando nuestra tradición occidental en toda su dimensión, si desde hace siglos consideramos auténticamente humana la vida que se vive dignamente, por qué no exigir de igual modo que la muerte nos llegue con la misma dignidad. Ante un tema tabú en nuestro país como el de la eutanasia, siempre es de agradecer la aportación de aquellos textos que contribuyen a enriquecer y animar un debate tan necesario como ya irremplazable. En esta entrada me referiré a dos libros recientes, valiosos e ineludibles: el último del teólogo de origen suizo Hans Kung, Una muerte feliz, en la editorial Trotta, y el publicado en 2013 en Anagrama por el cirujano y presidente del Comité de Bioética de Cataluña Marc Antoni Broggi, Por una muerte apropiada.

“Quiero morir siendo plenamente un ser humano y sin estar reducido a una existencia vegetativa”, declara Kung en la conversación con Anne Weill que abre Una muerte feliz. Para el teólogo de 88 años, crítico con los postulados de la Iglesia, enfermo de Parkinson y una degeneración macular creciente, se trata de contribuir a un proceso de debate continuo que llegue a los parlamentos, a los tribunales de justicia y a las iglesias. “Morir feliz no significa para mí una muerte sin nostalgia ni dolor por la despedida, sino una muerte con una completa conformidad, una profundísima satisfacción y una paz interior. Eso es, por cierto, lo que significa la palabra del griego antiguo eu-thanasia (…): una muerte buena, correcta, ligera, bella, feliz”. Una muerte digna a la que la Iglesia debe ayudar no sólo proporcionándole al creyente la extremaunción.

El libro del teólogo crítico Hans Kung.

Tras relatar dos experiencias cruciales de prolongación innecesaria de la vida (la de su hermano Georg y su gran amigo Walter Jens) el capítulo dedicado a las normas de ética médica incide en la importancia de los profesionales para ayudar a una muerte indolora, exenta de sufrimiento y apacible cuando ya no es posible curar la enfermedad. Ayudar para que ese tránsito a la muerte sea tan digno como debería ser nuestra propia vida. Un paradigma que debería contribuir a modificar aquellos postulados de la Iglesia que se resisten a un tránsito autodeterminado hacia la muerte, pues “nadie va a hacerme creer que por la voluntad de Dios tuviera yo que aceptar vivir en un nivel vegetativo”. Me parecen muy oportunos los versos de Maximiano Etrusco, poeta del siglo VI, con los que Küng abre el último capítulo del libro: “No soy quien fui, ya ha pasado la mayor parte de mí./ Morir por la muerte es mejor que llevar una vida de muerte”.

Y es que los poetas, sostiene Marc Antoni Broggi en Por una muerte apropiada, han comprendido como nadie la importancia de una “muerte buena”. Entre los muchos citados por él, Quevedo es clarividente: “Llegue rogada, pues mi bien previene;/ hálleme agradecido, no asustado;/ mi vida acabe y mi vivir ordene”. Pero a diferencia del anterior, en este libro se describe mucho más pormenorizadamente cómo es la vivencia de la muerte próxima, la importancia trascendental en el proceso de acompañamiento a un enfermo terminal, cómo ayudarle correctamente desde la familia y la medicina, los derechos y deberes de los enfermos y la asistencia a recibir, cómo ayudar también a decidir en conciencia, la importancia del testamento vital o cómo personalizar la muerte no es en sí mismo practicar la eutanasia. 

El enfoque humanista de Broggi, su capacidad para ir a los aspectos más concretos y mundanos cuando la muerte se aproxima, conceden a este libro un auténtico valor de manual insustituible. Provisto de una docta argumentación, variada y serena, y de una sensatez envidiable, todo en él es comprensible y asimilable para el lector no iniciado. No rehúye las dificultades ni la polémica pero tampoco persigue provocar en temas tan delicados y espinosos aún hoy. Porque como afirma el propio autor, y sobrevuela también las páginas del libro de Kung, “la obsesión por evitar la muerte impide tratar como es debido el proceso de acercarse a ella”. Y eso es lo que ambos libros persiguen: desvelar los aspectos sustanciales de este acercamiento y promover un tránsito final lo más digno y apacible para los humanos.

El libro del cirujano Marc Antoni Broggi.

Rafael Carcelén
Rafael Carcelén
Acerca del autor

Además de disfrutar como maestro de escuela, me encanta escribir. Y leer. Y subir los montes alicantinos. Y jugar al ajedrez. Y… siempre me sigue apeteciendo aprender. Y segregar lo que aprendo -lo que vivo, lo que siento- en artículos, poemas y aforismos como éste: “¿Es imaginable la felicidad en un grano de pimienta?”

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