Radio clásica suprime la zarzuela en verano... Vuelven el fado portugués y “otros cantes”
Que Radio Clásica de RTVE es mi emisora de cabecera, creo que no debe suponer sorpresa alguna para nadie. La vengo escuchando desde que la señal comenzó a llegar con cierta nitidez a este Valle de Elda. En la radio del coche la llevo sintonizada de forma perenne. He aprendido mucho de sus realizadores, y he descubierto muchísima música, que dificilmente hubiera llegado a conocer y gozar, de no haber sido por Radio Clásica. No fueron pocas las grabaciones que registré en cassette.
Las que más aprecio son las de las zarzuelas olvidadas, que en versiones concertantes y a piano rescató la compañía Ópera Cómica de Madrid.
Ser oyente asíduo de esta emisora propició que hace algunos años una musicóloga, cuya tesis doctoral versó sobre Radio Clásica, me incluyera entre las personas con las cuales se entrevistó, para que le contásemos nuestras experiencias y vinculación con este medio público.
Por todo ello me duele la poca atención que se le presta a nuestra música y a nuestros músicos. Y cuando digo nuestra me refiero a muchas cosas: género lírico español, cantantes, compositores, agrupaciones bandísticas.
Un ejemplo, así de entrada: podemos estar meses sin escuchar la voz de Manuel Ausensi, (1) que nos legó una discografía amplia, mayormente de zarzuela. Hay realizadores que prefieren emitir una romanza de barítono interpretada por quien no lo es, Plácido Domingo, antes que por Ausensi.
Sin embargo, es raro no escuchar a lo largo de cada semana, en varias ocasiones, a Dietrich Fischer-Dieskau, con sus lieder alemanes. Los cito a ambos por ser barítonos de la misma generación, más o menos.
Quejas mías anteriores
En veranos anteriores me he quejado aquí, de la marginación que en Radio Clásica de RTVE ha sufrido la lírica española, y alguna otra área musical de amplia implantación en nuestro país, como, por ejemplo, las sociedades que amparan las llamadas bandas, con sus propias academias de enseñanza y formación musical.
En concreto, el 5 de agosto de 2016 publiqué un artículo bajo el titular Radio Clásica margina la zarzuela.
Y lo comencé con el texto siguiente:
“Debería ser plato diario de su programación, al menos así lo creo, pero se da la circunstancia de haber desaparecido por completo durante los meses de verano.Me explico. Radio Clásica es una de las cinco emisoras, cada una con temáticas diferentes, de Radio Nacional de España. La zarzuela también es conocida como Género Lírico Español.
Pues bien, ese género lírico nacional no tiene un solo hueco durante las 2.208 horas de programación veraniega, en la emisora pública estatal dedicada a la música clásica y derivados.
Durante la temporada normal, que comenzó el 1 de octubre y acabó el 30 de junio, se emitía un programa semanal de una hora de duración, escondido en la mañana de los sábados: de 8,00 a 9,00, para ya adentrado el año 2016 pasarlo a las 10,00. Programa que se repetía los viernes a las 6,00 de la madrugada. Ahora nada de nada en julio, agosto y septiembre.
Es posible que en alguno de los programas donde se ofrece música variada, puedan incluir algún fragmento suelto de zarzuela. Pero programa específico dedicado al género no lo hay.
Jazz y flamenco, sí
No deja de parecerme curioso que otro tipo de músicas o cantes, como el jazz y el flamenco, dispongan de dos o tres programas semanales, lo cual revaloriza mi creencia de que la zarzuela está marginada en la emisora estatal.
Da la impresión de que se continúa con la política ya aplicada en el siglo XIX, cuando desde el gobierno de la nación se primaba la ópera italiana y, por el contrario, se gravaba con impuestos a quienes luchaban por crear nuestro género lírico.”
“Radio clásica sin zarzuela en verano”
Así subtitulé dos años después, en concreto el 1 de septiembre de 2018, situación similar, en otro artículo aquí publicado, donde trataba más ampliamente la situación que atravesaba la zarzuela española, siempre según mi criterio y conocimientos. Aquel artículo, que titulé La zarzuela toca fondo ha recibido la friolera de más de 16.500 visitas.
Dada la extensión del trabajo, dediqué un apartado a lo que se hacía en Radio Clásica sobre el género, que poco distaba de lo narrado en 2016.
Decía así:
“Fuera de la escena, Radio Clásica de Radiotelevisión Española ha vuelto a eliminar la zarzuela como ya ocurrió en el verano de 2016. Esta emisora tiene por norma publicar en su página web, el último día de cada mes, la programación del siguiente, insertando el contenido de algunos de sus programas. Pero este año no se ha publicado la programación del mes de agosto. De ahí que los habituales de esta emisora hayamos ido un poco despistados pues hasta los propios realizadores han ido variando su horario por semanas. Presumiblemente ocurrirá lo mismo en septiembre, pues se mantienen los mismos programas de julio y agosto.
Y el problema, de serlo, no afecta solo a la zarzuela, se extiende a toda la música clásica española.
La zarzuela y la música clásica española en general han quedado, por tanto, supeditadas al criterio del realizador de cada programa, o a las peticiones formuladas por los oyentes, en aquellos donde se nos invitaba a hacerlo.”
Este verano de 2020 la historia se repite, aunque mejoramos
Todo lo dicho anteriormente podría valer una vez más, durante el verano actual, al haberse suprimido, de nuevo, el único programa semanal que la emisora dedicaba a la zarzuela, entre octubre y junio.
El pasado 1 de julio comenzó la programación que rige durante el trimestre veraniego, y la historia se repite. No hay programa específico dedicado a la zarzuela. Como si el género lírico español no fuese rico en suficiencia, y no dispusiera de una discografía capaz de cubrir al menos -tampoco es pedir mucho si lo comparamos con los otros géneros que nos llegan de fuera- el espacio semanal de una hora de los domingos por la mañana.
Desconozco las razones que llevan a la emisora pública española, dedicada a la música llamada culta, a excluir de su programación un espacio fijo sobre zarzuela, como también desconozco las causas por las cuales se incluye en verano una hora semanal, sobre algo tan concreto y “nuestro” como es el fado portugués, y cinco horas semanales al jazz y el swing norteamericanos. Programas que, además, se repiten de madrugada.
De todos modos, con programa concreto o sin él, y sin desdeñar todo lo demás, quienes amamos y defendemos la lírica española podemos sentirnos más satisfechos, o conformes, que otros veranos.
Y es que la zarzuela en particular, junto a obras sinfónicas de un buen número de compositores españoles, está más presente que nunca en la programación diaria.
Cualquiera que sea asiduo a Radio Clásica, sin necesidad de estar todo el día pegado al aparato, sabe que los nombres de Manuel de Falla, Enrique Granados, Isaac Albéniz, Joaquín Rodrigo, Joaquín Turina, y alguno de la época antigua, suenan habitualmente a lo largo del año.
No ocurre igual con Barbieri, Arrieta, Chapí, Bretón, Marqués, Fernández Caballero, Chueca, Giménez, Vives, Lleó, Serrano, Luna, Usandizaga, Penella, Alonso, Guridi, Guerrero, Díaz Giles, Soutullo y Vert, Moreno Torroba, Sorozábal... Nombres que apenas se escuchan en esta emisora y que por esta vez -con alguna ausencia- están siendo favorecidos con la emisión de algún fragmento de sus zarzuelas.
Los dos trasatlánticos de la programación, Vistas al mar, en horario matinal, y Reflejos en el agua, por la tarde, han incluido de forma más o menos regular selecciones de nuestra música, eso sí a muchos años luz de la barroca y religiosa, que tiene una presencia casi continuada. Es raro, por ejemplo, no ver el apellido Bach en alguno de los programas.
Noches en los jardines, programa de menor duración pero de contenido variado, dedicó íntegra una de sus emisiones a la música “granadina”, antes de ofrecer en directo uno de los conciertos del Festival Internacional de Música y Danza de Granada.
En su contenido se incluyó la monumental romanza de María, de La tempranica, en la modélica versión que nuestra Ana María Sánchez grabó con la Orquesta de Radiotelevisión Española, con dirección de Enrique García Asensio.
Romanza que se volvió a emitir el martes 4 de agosto, por la tarde, esta vez en versión de Ángeles Chamorro, con la misma orquesta, dirigida por su fundador Igor Markievitch.
En agosto se mantiene el nivel
Ya entrados en agosto, y a la vista de la parrilla de programación que la emisora publica en su portal web, se observa una continuidad en la presencia de música española, que se acentúa conforme avanza el mes.
A la vista de lo que sí está anunciado, en esta primera semana completa de agosto la presencia de la zarzuela ha sido mínima: una selección de La tempranica, y el preludio de Los borrachos, ambas obras de Gerónimo Giménez y el dúo femenino -bolero- de Los diamantes de la corona, de Barbieri, a lo que podríamos añadir la copla La zarzamora en versión sinfónica. Sumando, de 119 horas o 7.140 minutos de programación durante los siete días, la presencia de la zarzuela no ha llegado a media hora.
No obstante, sí ha sonado música de compositores españoles. Los habituales Granados, Falla, Rodrigo, Arriaga, Mateo Flecha el viejo, además de Jesús de Monasterio, Fernando Remacha, Ernesto Halffter, Tomás Marco, Julio Gómez, Eduardo Toldrá, Salvador Bacarisse o Felipe Pedrell.
En el inicio de la segunda semana de agosto, nos sorprendió ver en la programación la emisión de la zarzuela, u opereta, La niña del boticario, del compositor Julián Santos Carrión, obra póstuma estrenada en 1988 en su Jumilla natal, y llevada al disco en 2000. Han sido programadas tres selecciones, a emitir los días 11,12 y 13, lo cual hace pensar que se emitirá completa. Toda una novedad, pues hace muchos años que Radio Clásica no emite una zarzuela en disco íntegra. Ni de una tacada ni dividida en tres sesiones.
Ese mismo martes como antesala de la selección zarzuelística se emitieron tres pasodobles, de los compositores Pascual Marquina y José María Martín Domingo, a cargo de la Banda Sinfónica Municipal de Madrid. No recuerdo cuando fue la última vez que escuché en Radio Clásica una banda de música.
Y para la tarde del 28 de este mes de agosto ¡albricias!, dos horas íntegras dedicadas a la música española. En concreto a compositores del siglo XX. Carnicer, Gaztambide, Arrieta, Chapí, Chueca y Valverde, Marqués, Granados y otros menos conocidos como Adalid y Aguado serán sus protagonistas.
Es muy habitual escuchar a lo largo del día un buen número de interpretaciones a cargo de conjuntos de cámara, cuartetos principalmente. En este aspecto también existe una aceptable discografía de Zarzuela en formato de cámara, para sexteto con piano, a cargo del Ensamble de Madrid, olvidadas en nuestra emisora.
Y qué decir del enorme tesoro, impagable, que para la música española y sus compositores representan las 101 grabaciones en disco compacto dirigidas y producidas por José Luís Temes, todas ellas interpretadas por orquestas y conjuntos españoles. A duras penas tiene presencia en los diferentes programas. Y eso que aquí hay mucho de donde elegir. Obras de compositores ¡y compositoras! Unos olvidados y recuperados por Temes, y otros de autores actuales.
Cartel de fiestas
Desconozco las causas por las cuales se emite tanta música barroca, antigua y religiosa. Quizá sea por causas estrictamente económicas, referidas al pago por derechos de autor de lo cual estará exenta.
Como conclusión podemos valorar que se ha mejorado bastante respecto de veranos anteriores. Pero cabría plantearse una reflexión o pregunta, que nadie responderá, claro. ¿Debería ser una de las premisas de la programación diaria de una emisora pública estatal, la difusión, además con contenido didáctico, de lo autóctono, en lugar de mostrarlo como mero elemento decorativo y en cuentagotas? ¿ Nos hemos plegado, como en otros muchos otros aspectos de nuestra vida social, a dar prioridad a idiomas nada tradicionales dentro del mundo de la música clásica, como por ejemplo el inglés, mientras que al mismo tiempo relegamos el castellano o español?
Me podría extender mucho más, pero creo que con lo dicho es suficiente.
*1Veamos que dice Joaquín Martín de Sagarmínaga, en su Diccionario de Cantantes Líricos Españoles, sobre Manuel Ausensi:“La voz de Ausensi era tan bella que este hecho ensombreció a menudo otros aspectos de su canto relacionados con el fraseo y la interpretación. Es difícil, en verdad, imaginar un material más noble en origen, siendo la suya una voz varonil, gallarda y simpática a un tiempo. Caso raro en nuestras latitudes, Ausensi poseía una voz de barítono auténtico (…) (…) El órgano de Ausensi era célebre por el calor y la expansión del centro: tanto es así que en fragmentos como el sexteto de Lucía di Lammermour, que frecuentemente hubo de repetir, sus notas centrales resonaban envolventes junto a las de sus compañeros de reparto, a la vez que servía de sólido basamento armónico.”
Mis recuerdos más remotos que me atrajeron a la zarzuela me trasladan a sesenta años atrás. Primero escuchando los fragmentos que sonaban con frecuencia en la radio. También gracias a las fantasías, preludios e intermedios que interpretaban las bandas de música en los conciertos de las fiestas de octubre de Petrer. El templete donde actuaban estaba justo ante la fachada de mi casa.
Lo que más me gustaba de la Semana Santa es que en la radio solo se emitía música clásica. El viernes y sábado santo las emisoras enmudecían.
Lo más intenso vino en la época dorada del tocadiscos. Lo compró mi abuelo materno en 1963. La primera zarzuela que entró en casa fue Doña Francisquita con Kraus y Olaria. Es una grabación incompleta, pero suficiente para que me la aprendiese de memoria. Mi abuelo estaba impedido y era yo quien la ponía todos los mediodías y noches durante dos semanas consecutivas. A los quince días compramos un segundo disco: La generala, de nuevo con Kraus y Olaria. Y ya fuimos alternando. Después vino Maruxa. Y yo con solo 13 años me entusiasmé con ella y también la aprendí. Sí, digo bien. ¡A mis 13 años ya me encantaba Maruxa!
Ahí comenzó todo y ya no he parado. Siempre como aficionado.
Como le dice un padre a su hijo al final del documental de TVE sobre zarzuela La romanza de Madrid, de 1988, “Te acompañarán toda tu vida, porque son inmortales”.