viernes, 29 de marzo de 2024

¿Cómo éramos hace 60 años? Notas de sociedad (2ª parte)

Susana Esteve
13 agosto 2017
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¿Cómo éramos hace 60 años? Notas de sociedad (2ª parte)
Los niños apenas podían ir al colegio.

Continuamos revisando el día a día de la ciudad a través del primer año del semanario Valle de Elda (entre septiembre de 1956 y septiembre de 1957) y constatamos que el escaso nivel cultural de la población constituía una preocupación para sus redactores, especialmente Alberto Navarro, cronista de la ciudad, historiador, divulgador y fundador de la primera biblioteca pública de la localidad. Por ello, ya en uno de los primeros números demandaba la creación de una academia de dibujo y pintura municipal “consiguiendo con ello superar este actual bajísimo valor que lo estético alcanza en Elda”, cosa que nunca se lograría. En este sentido, Juan Madrona se lamentaba de las tasas de analfabetismo de los ciudadanos, “aunque no lo parecen por su estilo arreglado”, criticando su desinterés por la cultura frente a la imagen.

Por otra parte, los redactores cuidaron siempre la corrección de las noticias y notas en Valle de Elda, buscando la claridad y una redacción exquisita, sin cometer falta alguna de ortografía o expresión, por lo que constituyen en sí mismas un producto cultural de gran calidad.

En su afán por “culturizar a los eldenses”, el periódico contaba con dos secciones fijas: “Estrújese el magín” con preguntas de cultura general al estilo del popular juego Trivial, y un crucigrama. Además, Alberto Navarro presentaba un índice semanal de las donaciones de libros que los particulares hacían a la Biblioteca Pública. Como dato curioso, un lector observador advertía de que existían incluso errores en la rotulación de las calles, pues en una figuraba “Garrido Gastache” en lugar de “Lestache”, mientras que otro pedía que las autoridades supervisaran las pizarras informativas antes de colgarlas en las calles para evitar las faltas de ortografía y la “deplorable redacción” en las carteleras de espectáculos y anuncios.

Precisamente, el nombre de quien fuera más tarde uno de los colaboradores de Valle de Elda  más longevos, Enrique Chinchilla, aparecía por primera vez en una carta al director quejándose de que en la verja de la antigua fábrica de los Bellod la gente colgaba cartelitos sobre pérdidas o avisos con numerosas faltas de ortografía, y añadía que un equipo de fútbol que nos visitó se mofó “de nosotros y de nuestra ignorancia”.

La banda Santa Cecilia

Por otra parte, la preocupación por la banda Santa Cecilia era una constante del semanario, que hacía un seguimiento de sus conciertos. Antonio Collados escribió “un SOS porque está condenada a desaparecer por falta de apoyo económico y moral” y recordaba que en el año 1945, cuando consiguió el primer premio del Certamen celebrado en Elche “no quedó un solo eldense que no fuera al recibimiento” y la banda hasta tuvo que hacer un pasacalle.

Ni que decir tiene la importancia de la educación para los redactores de Valle de Elda, por lo que les dolía que la Escuela Profesional de Calzado, equivalente a la Formación Profesional actual, no la conociera “nadie”, aunque funcionaba desde 1943, por lo que Alberto Navarro le dedicó un reportaje de dos páginas.

El semanario recogía, por otra parte, la noticia del premio que consiguió la Academia Vera por ganar el concurso de Periódicos Murales Infantiles del Sureste.

Además, el semanario dio cumplida cuenta de los primeros pasos para crear el colegio de segunda enseñanza que luego sería Sagrada Familia, promovido por el Obispado, y cuya propiedad sería del Patronato regido por los padres de familia que lo formaron.

Una de las pizarras informativas que se colocaban en la calle.

Eldenses que triunfaban

Las páginas de este primer año de vida de Valle de Elda cubrían con rigor los actos que se celebraban en el Teatro Castelar con artistas locales como el Homenaje a la cantante Milagritos Gorgé, quien no pudo hablar por la emoción, y en el que participó el “por todos estimados Emilio Rico, así como el artista afincado en Elda Paquito Ortega “que siguió demostrando cuán arraigado lleva dentro de sí el arte que un día le hiciera famoso en los principales escenarios europeos y suramericanos”. Otro ejemplo fue la actuación del Grupo Ruperto Chapí de Villena junto con la Santa Cecilia, que representaron la zarzuela La Dogaresa.

Las carreras de los jóvenes valores emergentes de Elda que triunfaban fuera se seguían paso a paso en el semanario, como Gerardo Pérez Busquier, que con 23 años era el director más joven de España, y estaba al frente de la Orquesta Sinfónica de Valencia. O del artista Pedrito Rico, que estaba cosechando un clamoroso éxito en Argentina, donde para ver su función era necesario sacar las entradas con diez días de antelación. De este éxito monumental podemos dar fe todavía hoy, pues en Valle de Elda recibimos una vez al año una carta desde Argentina de la que fuera presidenta de su club de fans, Marta Améndola, recordando con gran cariño al artista eldense. Por cierto,  un lector escribió que estaba cansado de que se proyectara en los cines de Elda el documental sobre Pedrito Rico, y le atribuía su éxito a sus “bonitos trajes y a la propaganda”, lo que fue contestado por tres lectores en el siguiente número, dos de ellos colaboradores del Valle (Juan Madrona y Eduardo Navarro) defendiendo a nuestro paisano. Una polémica tan agria que el propio semanario tuvo que recordar que no se responsabilizaba de las opiniones de los lectores, “hemos seguido el criterio de dejar opinar libremente a quien nos escribe pensando que nada de injuriosa contra el artista contenía la citada carta y calificándola simplemente como una opinión, (...) que lo mismo podría haberse referido a Conchita Piquer, a las cataratas del Niágara o a cualquier otro tema”.

Por otra parte, el joven Álvaro Carpena ganó el concurso nacional del mejor modelista-patronista del calzado de España tras superar la fase provincial del Concurso de Destreza en el Oficio. El periódico citó el honor que constituía que en el jurado figurara por primera vez un eldense “el competente modelista Soria”.

El periódico también dio cobertura a las carreras de jóvenes novilleros locales como “El Plancha”, José González.

Si los eldenses que triunfaban más allá de nuestras fronteras contaban con un espacio en Valle de Elda, también lo tenían los personajes curiosos, entre los que destacaba el inventor eldense Vicente Maestre Amat, que apareció ya en el primer número en el artículo “Un eldense en la cárcel de Lisboa”, lugar donde este increíble hombre llevaba encerrado tres años, después de ser portada de varios periódicos internacionales por inventar la gasolina sintética. Todo un personaje cuya vida luego recogió Alberto Navarro en su libro Eldenses Notables.

Entrevistas a personajes locales

Los periodistas de Valle de Elda entrevistaron en este primer año a las figuras internacionales que recalaban en Elda como Antonio Machín, o los actores de compañías teatrales como Alejandro Ulloa.

Antonio Machín actuó en el Casino Eldense.

Los propios ciudadanos tenían su protagonismo en el Valle con formato de la entrevista, como el sastre Juan Vidal, quien indicaba que su padre y él confeccionan un promedio de 15 a 20 trajes semanales. Le seguirían otras muchas como al artista Gabriel Poveda con motivo de la exposición de pintura de sus alumnos en el Casino, así como de su viaje a París para hacer unos retratos y bodegones por encargo; Francisco Esteban, que ya publicaba en el semanario sus geniales caricaturas; el novillero eldense “Farana”; la vedette Paquita Vera que estaba de visita en Elda durante tres semanas; Pepico Amat, nuevo entrenador del Deportivo; el profesor de Petrer Miguel Lizón porque iba a escribir un libro sobre el torero Joselito, y era conocido porque ganó el “dificilísimo concurso radiofónico del Medio Millón en Radio Madrid”; el joven modelista Álvaro Carpena; Gabriel Bustos, presidente de la Cooperativa de Viviendas de San Francisco de Sales; Juan Miralles Esteve, responsable de la sección de Montaña del CEE o a los padres de Pedrito Rico.

Los jugadores del CD Eldense tuvieron su espacio fijo de entrevistas, sección que alcanzó su punto álgido con la noticia del Homenaje de fin de temporada que le brindó la Peña Grande al capitán deportivista Francisco Fernández Grande “por su meritoria e intachable labor”, a lo que el redactor añadía que era un “buen deportista y caballero”. Este evento consistió en una cena en la sala de fiestas La Playa, donde él mismo anunció que se quedaría en Elda “muy a gusto porque aquí formará su hogar”.

Otras personas fueron entrevistadas por diferentes circunstancias como el gran deportista Pepito Amat, un invidente que contaba su historia personal o el viajante catalán Miguel Barcala por el curioso motivo de que fumaba cuatro paquetes de tabaco al día, matizando que se trataba de los cigarrillos de los denominados “caldo de gallina”, mientras la entradilla a la noticia añadía el dato de que ya “su padre murió con el cigarro en la boca”.

Además, el periódico dio cobertura al viaje a Italia en Vespa de un grupo de jóvenes. También del observatorio astronómico de tres medios de diámetro que Salvador Barceló montó en el tejado de su casa.

Notas de sociedad

El empeño de los redactores por publicar notas de sociedad era más que patente, si bien, estas quedaban limitadas a las relacionadas con los colaboradores y amigos en la mayoría de los casos, como el anuncio del nacimiento sexto hijo de Vicente Valero, la pedida de mano de Rodolfo Guarinos a su mujer María de la Concepción Cabrera y su posterior boda, o el compromiso de Pedro Civera y Berta Coloma.

Otras notas se referían a sendas despedidas de soltero de Vicente Berenguer y Miguel Cano, que figuraban sonrientes con los amigos en una foto; o el encuentro de una peña que, como excusa para verse -tal y como explica el redactor- y también acompañada de una foto, quedaron para conmemorar los 50 años de algunos de ellos en un céntrico hotel de la localidad, donde comieron el plato típico de la peña que era el huevo frito con sardinas y “bolicas roñosas” –sin especificar en qué consistían- con final de fiesta en los jardines del Casino Eldense, noticia que citaba una larga nómina de amigos entre los que estaban los señores Aguado, Porta, Sirvent, Vera, Guarinos…

Hoy sería inimaginable que aprobar el bachiller fuera noticia de interés general, pero en 1957 la lista de estudiantes se reducía a diez personas que, en este caso, habían cursado sus estudios en la Academia del Cristo del Buen Suceso, como Elia Verdú Bellot, Rodolfo Amat Sirvent o Vicente Marí Mellado. Menos interesante hoy sería, informativamente hablando, que llegara alguien de vacaciones antes de iniciar sus estudios universitarios, como “la señorita Marisol García Pérez, tras aprobar en Valencia los exámenes de tercer año y reválida de Magisterio y preuniversitario”.

La preocupación por los jóvenes se refleja en el semanario.

Leyendo este primer año de Valle de Elda constatamos que la juventud ya salía de marcha los fines de semana. Alguien con el seudónimo de “El Caballero Andante” afirmaba en un artículo que “no hay derecho a que la juventud moderna queme las economías, producto de su honrado trabajo, entre las pocas horas que median entre el atardecer del sábado y la madrugada del lunes siguiente”.

Respecto al ruido en la ciudad, debía ser mucho peor que en la actualidad. Un lector se quejaba del “uso abusivo que se hace de los cohetes”, mientras que A. José llegaba a hablar de los “desequilibrios nerviosos” que le provocaba “el martilleo ininterrumpido de los escapes de las motos, el ruido sobresaltador de los poderosos claxon de los grandes camiones de diez ruedas… el ruido irritante de los altavoces a plena potencia… el ruido gamberrero de gritadores nocturnos. Y todo esto amplificado por las ventanas y balcones abiertos por el verano” pero, sobre todo, le molestaba el sonido de las sirenas de las fábricas, atronador, que pitaba seis veces durante quince minutos, por lo que concluía pidiendo que se prohibiesen.

Continuaremos este relato sobre cómo éramos hace 60 años el próximo fin de mañana. Hablaremos de cómo se celebraban las fiestas de Moros y Cristianos y Fallas, así como de la curiosa manera en que se formuló por primera vez la idea de una Feria de Calzado en Elda, entre otras muchas cosas. 

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