Un nuevo matadero para Petrer
En los años 20 del pasado siglo Petrer sufrió una profunda transformación y entre todas las infraestructuras con las que se dotó a la población se encontraba el matadero municipal, que se inauguró tal día como hoy, pero domingo 13 de febrero de 1927.
Al borde de ríos y ramblas, los mataderos municipales jugaron un papel fundamental en el control de los animales sacrificados para el consumo humano, alejados de la ciudad para evitar olores y molestias. Así el de Petrer, con el servicio ampliado del reparto de la carne, el nuevo matadero supuso un paso más en la modernización del pueblo.
Antes de la construcción del matadero que conocimos, ubicado en la Salida del Guirney, había uno de dimensiones más reducidas que estaba situado junto al Molinet, al final de la calle Luis Chorro, en su confluencia con La Huerta. Este matadero estaba en pésimas condiciones y le acuciaban numerosos problemas entre los que se encontraba la falta de agua, no encontrándose en condiciones para sacrificar a los animales. El nuevo matadero era una necesidad imprescindible porque el pueblo estaba avergonzado del inmundo local -si local podía llamarse a un barracón- en donde se sacrificaban las reses para el consumo público. Al desaparecer el viejo matadero, se levantó una garita para albergar un transformador eléctrico.
Pero volvamos al matadero que muchos de nosotros hemos conocido. Fue en abril de 1926 cuando se compró un terreno en el Guirney, en la margen izquierda de la rambla de Puça. Esa misma semana se aprobaron los planos elaborados por el industrial José Pujol Sola y el el 1 de mayo se colocó la primera piedra asistiendo al acto el presidente de la Diputación Provincial y el delegado gubernativo del distrito Carlos Estévez. El 4 de mayo, el maestro de obras, José Poveda García, comenzaba las obras, haciéndose entrega del edificio el viernes 11 de febrero de 1927, para dos días más tarde inaugurarlo. Antes de que hubiese transcurrido un año, se inauguró el nuevo matadero. Ese día fue un día grande para Petrer y las crónicas periodísticas, recogidas por la periodista Patricia Navarro Díaz, resalta lo necesaria que era esta obra que se había realizado “con todos los adelantos técnicos”.
La inauguración se celebró con gran solemnidad y asistieron numerosos invitados, entre ellos, el delegado gubernativo el teniente coronel Rafael Flaquer que acudió en representación del gobernador civil, el comisario regio de Fomento Eleuterio Abad, el juez de Instrucción de Monóvar y los alcaldes de Monóvar y Elda, entre otras autoridades. También vino expresamente de Madrid en donde estaba destinado, el anterior delegado, el comandante Carlos Estévez, que unos meses más tarde, en noviembre de ese mismo año, fue nombrado hijo predilecto de Petrer.
La comitiva salió desde el Ayuntamiento, hacia el nuevo edificio acompañada por la banda municipal y numeroso público. El nuevo matadero estaba engalanado con colgaduras y banderas de los colores nacionales y allí se congregó todo el pueblo. El cura Don Miguel Díaz bendijo las obras e inmediatamente se sacrificó una ternera para ser repartida a los pobres de la villa. En el Ayuntamiento, presidido por el alcalde Luis Villaplana Reig, se sirvió un lunch para los invitados y autoridades y éste expresó su satisfacción por la obra realizada y por la colaboración y asistencia de sus paisanos.
A requerimiento de las autoridades, hizo uso de la palabra el ilustrísimo señor Don Eleuterio Abad, quien dijo, después de cariñosas frases para Petrer, al que consideraba su segundo pueblo, por los muchos días que pasaba aquí y la fraternidad y cariño con que le trataban sus vecinos, “que Petrel era un pueblo, que podía demostrar la labor meretísima de sus delegados gubernativos, pues la obra de Don Carlos Estévez y de Don Rafael Flaquer señalaban un paso de gigante en los anales del pueblo en el que veía una especial predilección por los problemas escolares, tanto en el aumento del número de escuelas, como en fiestas para niños, debido al celo y cultura del profesorado”. Para acabar diciendo que “la escuela era el vivero de los hombres del mañana y piedra angular en que se sienta el progreso y adelantamiento de los pueblos”. Tras su discurso, Abad, fue aplaudido con entusiasmo.
Le siguió en el uso la palabra el párroco, y tras él, dirigió la palabra el anterior delegado Carlos Estévez, quien dijo, que más que sus palabras, decía su presencia en este acto “el cariño con que ha mirado siempre al pueblo de Petrer y la alegría que le había de producir ver realizada una obra a la que asistió, colocando la primera piedra”. Se congratuló mucho de ver, que cuantas iniciativas había tenido durante su actuación seguían en la mente de todos y puesto a su servicio la voluntad de su sucesor y querido compañero y de su inolvidable gobernador el general Don Cristino Bermúdez de Castro.
El delegado Flaquer habló de las dos gratísimas impresiones que se había llevado con las dos visitas que había hecho a Petrer y que, como habían expresado sus antecesores en el uso de la palabra, lo veía un pueblo que quiere progresar rápidamente; un pueblo entusiasta por la enseñanza. No debemos de olvidar que otro de los proyectos que se desarrollaron durante la alcaldía de Luis Villaplana fue la construcción del Colegio Primo de Rivera.
Fue en diciembre de 1991, después de 64 años de actividad, cuando dejó de prestar servicio. Una nueva normativa de la Comunidad Económica Europea impedía que la ubicación de los mataderos estuviera a menos de un kilómetro del casco urbano al margen de otras cuestiones técnicas de las que también carecía este servicio local. El día 15 de diciembre de 1991 cerró sus puertas definitivamente y, desde entonces, ya no ha vuelto a haber un servicio de similares características en Petrer. Posteriormente, en noviembre de 1993 fue derruido para construir el parque “Jardines de la Cruz Roja” que actualmente preside el acceso norte de la población.
Coincidiendo con estos 94 años de su construcción la familia Guillén Poveda ha regalado al Ayuntamiento un cuadro del pintor local Manuel Moll Maestre que reproduce la fotografía más antigua que conservamos del matadero.
M.ª Carmen Rico Navarro cursó estudios de Geografía e Historia en la Universidad de Alicante, licenciándose con Grado con la presentación del estudio sobre la tradición alfarera de Petrer, obtuvo la calificación de sobresaliente por unanimidad (1996).
Desde 1983 es Técnico de Archivos y Bibliotecas del Excelentísimo Ayuntamiento de Petrer. Estudiosa de la historia y los temas de Petrer, su localidad natal, de la que es cronista oficial desde 1994.
Es autora de varios libros y trabajos de investigación entre los que destacan: Del barro al cacharro: La artesanía alfarera de Petrer (1996), Azorín y Petrer (1998), Catálogo del pintor Vicente Poveda y Juan (1998), Apuntes para la historia de Petrer: Vida y obra del presbítero Conrado Poveda (2000), Las calles de Petrer (2002), La lectura en Petrer (2005), Historia de la sanidad en Petrer (en colaboración) (2006), Un siglo de música, publicación que obtuvo el Premio Euterpe (2006), Petrer 1935: Un pueblo en blanco y negro (2007) y El marquesado de Noguera: Un señorío nobiliario en Petrer (en colaboración) (2014). Además ha escrito numerosos artículos en periódicos y revistas especializadas.
Ha dirigido la revista cultural Festa en distintos periodos (1988-1994, 1997-1998 y 2001) y las colecciones de monografías “Vila de Petrer” y “L’Almorxó”.
Además fue la primera pregonera de las fiestas de la Virgen del Remedio en 2015 y es buena conocedora y una apasionada de las fiestas de San Bonifacio colaborando siempre con todas las directivas.
M.ª Carmen se ha dedicado durante muchos años a investigar y divulgar el patrimonio local. Por todo lo expuesto y porque siempre ha sido una amiga y estrecha colaboradoras de Valle de Elda le damos la bienvenida y os invitamos, a partir de hoy, a leer y a disfrutar de sus Crónicas de Petrer.