Veinte años de la Casa de la Viuda de Rosas

Un 10 de enero de 2003, escasos días antes de la celebración de la festividad de San Antón, se inauguraba la restauración de la popularmente conocida como “Casa de la Viuda de Rosas”. Tras su adquisición por el ayuntamiento, en enero de 1999, a los familiares y herederos de doña María Dolores Amat Vidal (1894-1979), viuda de Norberto Rosas Sabater (1888-1922), se iniciaron los trámites para su restauración mediante la redacción del proyecto y las consiguientes obras que permitieron dotar a la fiesta de Moros y Cristianos de Elda de un magnífico edificio para su uso como sede de la Junta Central de Comparsas.

Las obras, según proyecto del arquitecto Mariano Cuevas, se desarrollaron a lo largo del año 2002, con un coste económico final de obra próximo al millón de euros. Obras que permitieron recuperar para Elda un edificio emblemático, ejemplo de la arquitectura fastuosa y de carácter ecléctico propia de la década de los años 20 del siglo XX, asociada a los gustos de la nueva burguesía eldense surgida como consecuencia del desarrollo de la industria del calzado desde la última década del siglo XIX.

En una fría tarde noche del segundo viernes de enero de 2003 y a pesar de las bajas temperaturas, unos 2.500 eldenses se congregaron en la calle Nueva y calle Colón para ser testigos del importante acontecimiento que además de lo ya comentado en materia patrimonial, venía a poner fin a un periplo itinerante de la Juan Central de Comparsas de Moros y Cristianos que desde que se recuperara la Fiesta había pasado por varias sedes.

Para tan magna ocasión, y unto a las autoridades locales municipales presididas por Juan Pascual Azorín, como alcalde de la ciudad, se contó con la presencia de don Victorio Oliver, obispo de Orihuela-Alicante; así como las autoridades festeras encabezadas por José Blanes Peinado, como presidente de la Junta Central, miembros de la misma, presidentes de la diferentes comparsas y capitanes y abanderadas.

El acto dio inicio a las 20:00 h en la plaza de la Constitución, desde donde arrancó un alegre pasadoble que, a través de la calle Colón, condujo a la comitiva hasta la puerta de la casa de la Viuda de Rosas, donde desde lo alto de un pequeño escenario y tras el protocolario turno de palabras, se dirigieron hasta la placa conmemorativa que fue descubierta, para a continuación proceder al corte posterior de la cinta inaugural. Tras lo cual se procedió a visitar las instalaciones.

Durante ese fin de semana, las puertas de Casa de la Viuda de Rosas permanecieron abiertas de par en par para que todos los festeros y eldenses que desearan pudieran conocer ese nuevo espacio ganado por la ciudad no solo para la Fiesta sino también para la Cultura de toda Elda. Ojalá este ejemplo y aquella iniciativa política impulsada desde el Ayuntamiento hubiera tenido continuidad en cada una de las legislaturas y se hubieran ido adquiriendo diversos inmuebles que por sus valores estéticos, históricos y culturales son merecedores de su conservación y disfrute por la ciudadanía.