jueves, 28 de marzo de 2024

José Manuel Navarro Emblema de oro y brillantes de la Federación de Hogueras de Alicante

Elías Bernabé Pérez
12 junio 2018
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José Manuel Navarro Emblema de oro y brillantes de la Federación de Hogueras de Alicante

En los tiempos que corren no son muchas, aunque las hay, las personas que se sacrifican, o se han sacrificado, en favor de la zarzuela. De entre los alicantinos destacados en esta faceta se encontraba José Manuel Navarro Sales (1*) fallecido el 5 de abril último, por paro cardíaco, en el centro hospitalario donde se encontraba ingresado, como consecuencia de las graves lesiones cerebrales sufridas el 1 de julio de 2017, en un accidente de tráfico.

Su trayectoria altruista como componente y directivo de la Peña Lírica Alicantina, y su vinculación al mundo de las Hogueras de San Juan, fueron razones más que suficientes para que el domingo pasado se ofreciera un concierto, como homenaje póstumo a su persona, en el que participaron la Banda Sinfónica Municipal de Alicante y la Compañía Lírica Alicantina, denominación actual de lo que fué "su" Peña.

Asistieron al mismo la Bellea del Foc 2018, Aleída González, vestida con sus mejores galas de novia alicantina, y el Presidente de la Federación de Hogueras, Manolo Jiménez, quien antes de iniciarse el concierto impuso a la viuda de José Manuel, María Garberí Llobregat, el emblema de oro y brillantes de la federación y el diploma que lo acredita, en reconocimiento a su trayectoria como foguerer.

Según palabras de Jiménez dicha distinción se hubiera hecho efectiva esa misma tarde, en el acto de entrega de emblemas convocado en los jardines del Palacio de la Diputación Provincial. Sin embargo "considero más adecuado hacerlo en este concierto de homenaje a José Manuel, en lugar tan bello y emblemático de Alicante" dijo el presidente de la federación hogueril. Por tal causa se retrasó el inicio del acto en la Diputación.

Y es que el concierto, promovido por la Foguera Puente Villavieja, a la que pertenecía el homenajeado, tuvo como escenario la Plaza del Puente, en el pintoresco barrio de Lavillavieja, debajo mismo de la cara del moro del Castillo de Santa Bárbara. Un rincón muy poco conocido, incluso por muchos alicantinos, que en realidad vale la pena visitar.

En lugar tan típico de Alicante nació y vivió José Manuel su infancia. De ahí la elección para su homenaje.

La plaza, podemos decir, resultó casi insuficiente para albergar a los cientos de personas allí congregadas.

No hubo parlamentos que glosaran la trayectoria cultural, festera y social del homenajeado, si exceptuamos la breve alocución de Manolo Jiménez. Los presentadores, dos jóvenes foguerers, tampoco se extendieron más allá de lo estrictamente imprescindible.

Y digo esto porque he asistido a algunos homenajes, siendo habitual que se dé participación a personas o portavoces de colectivos para expresar sus sentimientos hacia la persona distinguida. No fue este el caso. Quiero pensar que no se utilizó esta fórmula para que el acto fuese más fluido.

Dirigida por su titular, José Vicente Díaz Alcaina, la primera parte constó de pasodobles, dedicados a las hogueras alicantinas. Se inició y finalizó con sendas composiciones de José Garberí Serrano, suegro de José Manuel. La foguera del mercat y Foguera Pont Lavilavella.

Precisamente este último ya fue interpretado por la Banda Sinfónica Municipal en su concierto de hogueras del pasado 30 de mayo, celebrado en el Auditorio de la Diputación de Alicante (ADDA). Fue este el particular homenaje que le tributó el director de la formación, Díaz Alcaina, quien además pronunció unas emotivas palabras sobre el alicantinismo de José Manuel. No en balde les unió una estrecha y cordial amistad, no exenta de colaboración artística, forjada desde que hace diez años accediera al primer atril de la banda. Sin duda Díaz Alcaina habrá tenido mucho que ver con el hecho de que la formación que dirige participara en este homenaje.

La segunda parte del concierto estuvo configurada por varios fragmentos de zarzuela, iniciándose con el pasodoble de Almas de fuego, de José Garberí. Fragmento para voz solista y coro, perteneciente a esta obra eminentemente alicantina, basada en las propias fiestas fogueriles.

Intervinieron como cantantes solistas Javier Rubio, Tomás Sogorb, Mari Carmen Yelo, Juana Mari Toro y Francisco Javier Jiménez, así como el coro de la Compañía Lírica Alicantina, que dirige actualmente Cristian Lindsey.

Con el público puesto en pié el homenaje culminó con el Himno de Alicante, de Juan Latorre Baeza, coreado por todos. Himno cuyo texto original es en valenciano, y que los alicantinos cantan con pasión enorme, a pesar de que nuestra lengua autóctona se haya extinguido en la capital provincial.

 

1* José Manuel Navarro es autor del Diccionario de la Lírica en Alicante -Casi dos siglos de Zarzuela y Ópera. Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert. Alicante 2007.

 

P.D.

Como ya dejé plasmado en mi artículo sobre José Manuel, de abril último, su lucha durante muchos años, con políticos y directores, para que la Peña Lírica Alicantina pudiese actuar cada temporada en la programación oficial del Teatro Principal, resultó infructuosa. No obstante, tras los resultados de las elecciones municipales de 2015, de cuya consecuencia accedió un nuevo director al coliseo capitalino, la Peña, ahora con la denominación de Compañía, ya ha sido incluida en su programación durante las dos últimas temporadas. Y la noticia, según me confirmaron sus directores artístico y musical el domingo pasado en la misma Plaza del Puente, es que ya está formalizado el contrato, con fecha fijada, para la próxima. Además con un título que constituye un reto máximo no solo para agrupaciones líricas de aficionados.

Sin duda, el que se agotaran las localidades para su representación de Luisa Fernanda del 4 de noviembre de 2017, es una razón de peso para repetir.

 

Elías Bernabé Pérez
Elías Bernabé Pérez
Acerca del autor

Mis recuerdos más remotos que me atrajeron a la zarzuela me trasladan a sesenta años atrás. Primero escuchando los fragmentos que sonaban con frecuencia en la radio. También gracias a las fantasías, preludios e intermedios que interpretaban las bandas de música en los conciertos de las fiestas de octubre de Petrer. El templete donde actuaban estaba justo ante la fachada de mi casa.

Lo que más me gustaba de la Semana Santa es que en la radio solo se emitía música clásica. El viernes y sábado santo las emisoras enmudecían.

Lo más intenso vino en la época dorada del tocadiscos. Lo compró mi abuelo materno en 1963. La primera zarzuela que entró en casa fue Doña Francisquita con Kraus y Olaria. Es una grabación incompleta, pero suficiente para que me la aprendiese de memoria. Mi abuelo estaba impedido y era yo quien la ponía todos los mediodías y noches durante dos semanas consecutivas. A los quince días compramos un segundo disco: La generala, de nuevo con Kraus y Olaria. Y ya fuimos alternando. Después vino Maruxa. Y yo con solo 13 años me entusiasmé con ella y también la aprendí. Sí, digo bien. ¡A mis 13 años ya me encantaba Maruxa!

Ahí comenzó todo y ya no he parado. Siempre como aficionado.

Como le dice un padre a su hijo al final del documental de TVE sobre zarzuela La romanza de Madrid, de 1988, “Te acompañarán toda tu vida, porque son inmortales”.

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