Zarzuela Navideña (1)
¿Es lo mismo la “zarzuela navideña” que “zarzuela en Navidad”? ¿Dónde radica la diferencia? A mi entender "zarzuela navideña" sería aquella cuya acción se desarrolla durante las navidades, con clara referencia a las mismas, y "zarzuela en Navidad" sería la que, por diversas razones, se suele o solía programar cada año coincidiendo con estas fechas festivas, sin guardar relación alguna.
Cercanas a estas fiestas tan entrañables y sentimentales me parece apropiado abordar el tema de la zarzuela navideña.
En mi opinión, en España no existe actualmente un ambiente de zarzuela propio de la Navidad, ni título alguno que suela representarse con asiduidad durante estos días, excepción hecha de una zarzuelita de carácter infantil que se representa en Callosa de Segura, y que creo es un caso único.
Son muy pocas las zarzuelas que se escribieron y compusieron con la Navidad como referente, la mayoría de ellas estrenadas en diciembre, aunque alguna no pasó de su primera representación.
Y al decir que se conocen muy pocos títulos con la Navidad como referente, la razón es que sobre mas de diez mil zarzuelas registradas en la Sociedad de Autores, apenas ocho o diez tienen un contenido navideño en su argumento.
La más antigua de la que tengo referencias data de 1866. Con el título de El Pavo de Navidad se estrenó el mismo día de Nochebuena, en el Teatro Variedades de Madrid. Solo el nombre del autor de la música, Francisco Asenjo Barbieri, podría hacernos creer que se trató de una obra importante. Sin embargo, no está ni considerada como zarzuela propiamente dicha. Se trata de un entremés de circunstancias, en un acto, enmarcado en un género novedoso, que por aquellos años triunfaba en Madrid. El de los Bufos Madrileños de Francisco Arderius. A pesar de su título, El pavo de Navidad apenas incluye alguna referencia a las fiestas de las que toma nombre.
De 1866, y del género bufo, hemos de trasladarnos al siglo veinte para encontrar algún sainete donde la navidad esté presente, aunque sea de forma muy superficial. Con música del valenciano José Serrano, el 23 de diciembre de 1904, se estrenó Y no es noche de dormir. Según cuentan las crónicas agradó al público, pero tuvo la mala suerte de que al día siguiente en el mismo escenario donde fue estrenada, el del Teatro de la Zarzuela de Madrid, se ofreció un homenaje al maestro Manuel Fernández Caballero, con motivo de cumplirse sus 50 años como compositor, y de la zarzuelita navideña nunca mas se supo.
Parece ser que a sus autores les importó bien poco que cayese de inmediato en el olvido. Como en aquella época se estrenaban más zarzuelas que películas en los años dorados del cine, tan solo una semana después Serrano estrenó otra obra, que le dio un éxito descomunal: Las estrellas. Comedia con libreto del alicantino Carlos Arniches, principal artífice del éxito.
Esta obra olvidada, como la gran mayoría de las zarzuelas de éxito, fue llevada al cine allá por los años sesenta, y en 2009 la representó el Grupo Lírico del Centro Excursionista Eldense en el Teatro Castelar.
Otro título sobre el ambiente que nos ocupa, que ha perdurado algo más, también lleva música de José Serrano y libreto de Carlos Arniches. Es La noche de reyes. Se estrenó el 15 de diciembre de 1906, en el Teatro de la Zarzuela. A pesar de su título, el argumento de esta obra, que alcanzó un notable éxito tras su estreno, no tiene nada que ver con las navidades. Eso sí, gracias a la noche de reyes, un crimen que se iba a cometer propio de lo que ahora conocemos como violencia de género, se pudo evitar. Queda claro que esta zarzuela, aún llevando la firma de Arniches, es mucho mas dramática que cómica.
Con música de otro compositor valenciano, Manuel Penella, el 28 de diciembre de 1907 se estrenó en el madrileño Teatro Apolo el día de Reyes. Pasó sin pena ni gloria. Lo mismo ocurrió con El arroyo, del músico alicantino Luis Floglietti Alberola en colaboración con Quinito Valverde, estrenada el 2 de septiembre de 1912 en Buenos Aires.
Da la impresión que este tipo de zarzuelitas o sainetes se escribían y componían para salir del paso, sin mayores pretensiones de sus autores y empresas teatrales.
Otra obra de éxito, cuyo título no nos da pista alguna sobre su ambiente navideño, es El chico del cafetín, de Rafael Gómez Calleja. Para seguir despistando se estrenó en abril de 1911, aún siendo una de las zarzuelas mas navideñas que se conocen. Tanto es así que hay una escena el mismo día de Nochebuena, que discurre en el rastro madrileño donde se canta La marimorena. Quiere ello decir que este popularísimo villancico, conocido como Villancico de Madrid, o bien pertenece a esta zarzuela, o es más antiguo. En cuyo caso procedería del acervo popular, y el maestro Calleja lo incluyó en la partitura.
Los músicos valencianos parece ser que fueron los mas interesados en el asunto navideño. Además de Serrano y Flogieti, otro alicantino, Tomás López Torregrosa, compuso La misa del gallo, sainete estrenado el 15 de febrero de 1913, cuya acción tiene como protagonistas a unos jóvenes que cumplen el servicio militar en Africa, y están montando un nacimiento en el campamento.
No deja de resultarme curioso que la mayoría de estas obras: La noche de reyes, El día de reyes, El chico del cafetín, Y no es noche de dormir, El arroyo y La misa del gallo, pertenecen a una época muy concreta del género. Se estrenan entre 1904 y 1913.
Y aunque la navidad no aparezca para nada, quizá El año pasado por agua, sainete-revista de actualidad, de Ricardo de la Vega y Federico Chueca, sea la mas navideña de las zarzuelas que han perdurado. Toda su acción se desarrolla durante los últimos días de 1888, siendo uno de sus dos principales protagonistas el Año Nuevo. Es decir, una especie de ángel salvador que llega a Madrid, con un maletín donde guarda un sol espléndido, con el cual los madrileños recibirán inmersos en la euforia que el caso merece el año 1889, después de haber padecido un régimen poco habitual de intensas e incesantes lluvias durante 1888. De ahí el título de esta zarzuelita: El año pasado por agua. Existe DVD comercial en producción del Teatro de la Zarzuela, en cuyo escenario se presentará un nuevo montaje entre el 20 de mayo y 12 de junio próximos, en programa doble junto a La Gran Vía. Asimismo fue grabada en disco LP en 1956.
Alusiones a la Nochebuena
Las alusiones a la Nochebuena las encontramos en los textos hablados o cantados de varias zarzuelas, importantes, siempre de forma circunstancial.
En Los sobrinos del capitán Grant cuando el protagonista principal, el subteniente retirado Mochila, dice a sus vecinos de la corrala madrileña donde vive, haber encontrado en un botella dentro de un besugo que compró para cenar en Nochebuena, el plano de la isla donde se encuentra el tesoro del capitán Grant.
En la jota de los estudiantes de El barberillo de Lavapiés se canta: “Ya los estudiantes, madre, han venido de Alcalá, y antes de la Nochebuena se van a “desaminar...”.
En ese zarzuelón que es La bruja, dentro de la amplia escena cantada y hablada de su primer cuadro, también encontramos una alusión a la Nochebuena, cuando Tomillo, uno de los cuatro principales protagonistas de esta obra de Chapí dice, refiriéndose a la propia bruja: “…ésta es la misma que a la luz de la luna vimos todos por primera vez entrar en el castillo, la última Nochebuena cuando salíamos de la misa del gallo…”.
Los pastores de Callosa de Segura
Como dije al inicio, aquí en nuestra tierra alicantina, en concreto en Callosa de Segura, es posiblemente el único lugar de España donde se representa cada año, desde 1999 sin interrupción, la zarzuela infantil-juvenil Los pastores, basada en Nabal o los pastores de Belén, original del sacerdote salesiano Felipe Alcántara. Estrenada en 1914 en Madrid, en 1928 se representó por vez primera en Callosa de Segura. Pronto se convirtió en una tradición local, que no gozó de continuidad.
Esta obra no fue registrada en la sociedad de autores, por cuya causa, al deteriorarse las partituras, cuando se decidió recuperarla en 1999, fue Antonio Aguilar, director de la banda juvenil de la Filarmónica local, quien se encargó de su revisión.
Junto a los jóvenes músicos de la Filarmónica son los componentes del Patronato de la Pasión de Callosa de Segura quienes protagonizan las representaciones.
Los pastores no es una zarzuela al uso, con la consabida trama amorosa. Tampoco es un auto sacramental, propiamente dicho. Se trata de una episodio que protagonizan tres pastores naturales de Belén, un padre y dos hijos, durante los días en que María y José llegan allí, y se produce el alumbramiento esperado.
Esta zarzuela se compuso con un carácter infantil-juvenil, para ser representada por niños, como la mayoría de las obras de su mismo autor, el Padre Alcántara.
Musicalmente no tiene romanzas ni dúos. Todo son escenas orquestales o corales, y en alguno de los fragmentos del coro sí que hay intervenciones de voces solistas.
Dos son las representaciones programadas este año, en la Casa de Cultura de Callosa de Segura. El sábado 26 a las, 5 de la tarde y el domingo 27, a las 12 del mediodía.
En tierra extraña
En base a todo lo comentado tendremos que convenir que a nivel popular lo mas navideño que tenemos en España, estrechamente ligado a la zarzuela, es el pasodoble En tierra extraña, que compuso Manuel Penella para ser interpretado exclusivamente por Conchita Piquer.
Es conocido que siendo aún niña la Piquer, entró a formar parte de la compañía de Penella, compositor de notables zarzuelas y óperas, y que cuando todavía no había cumplido 16 años viajó con él a Nueva York, donde ella permaneció entre 1922 y 1926. Allí nació este pasodoble -canción, con la nostalgia propia de quien pasa sus primeras navidades como su título indica “En tierra extraña”. Su primera grabación discográfica la registró la Piquer en 1927, ya de vuelta en casa.
Mis recuerdos más remotos que me atrajeron a la zarzuela me trasladan a sesenta años atrás. Primero escuchando los fragmentos que sonaban con frecuencia en la radio. También gracias a las fantasías, preludios e intermedios que interpretaban las bandas de música en los conciertos de las fiestas de octubre de Petrer. El templete donde actuaban estaba justo ante la fachada de mi casa.
Lo que más me gustaba de la Semana Santa es que en la radio solo se emitía música clásica. El viernes y sábado santo las emisoras enmudecían.
Lo más intenso vino en la época dorada del tocadiscos. Lo compró mi abuelo materno en 1963. La primera zarzuela que entró en casa fue Doña Francisquita con Kraus y Olaria. Es una grabación incompleta, pero suficiente para que me la aprendiese de memoria. Mi abuelo estaba impedido y era yo quien la ponía todos los mediodías y noches durante dos semanas consecutivas. A los quince días compramos un segundo disco: La generala, de nuevo con Kraus y Olaria. Y ya fuimos alternando. Después vino Maruxa. Y yo con solo 13 años me entusiasmé con ella y también la aprendí. Sí, digo bien. ¡A mis 13 años ya me encantaba Maruxa!
Ahí comenzó todo y ya no he parado. Siempre como aficionado.
Como le dice un padre a su hijo al final del documental de TVE sobre zarzuela La romanza de Madrid, de 1988, “Te acompañarán toda tu vida, porque son inmortales”.