60 años del cine Gloria

Elda vivía el inicio del boom económico derivado del desarrollo de la industria del calzado que caracterizó la década de los años 60 y primeros años de los 70 del siglo XX. Incremento de la actividad económica, desarrollo urbanístico y crecimiento de la población tuvieron una incidencia directa en el ocio. Las antiguas salas de baile de los años 50 iniciaban su decadencia ante el empuje de nuevas formas y espacios de ocio colectivo. Antes de la aparición de las discotecas fueron los grandes cines los que proliferaron. En unos casos se procedió a la adaptación de antiguos espacio escénicos en salas cinematográficas y en otros se construyeron nuevas salas dotadas de la última tecnología del momento. Este fue el caso del cine Gloria.

Un viernes, 11 de octubre de 1963, hoy hace 60 años, se inauguraba una nueva sala de cine, promovida por los socios “Valera y Obrador”, propietarios del cine Gloria de verano. A los ya existentes cines Ideal, Coliseo, Alcázar, Castelar, Cantó, Cervantes, Rex Goya y Lis se sumaba una nueva sala, la más moderna del momento, al tiempo que también la última del modelo de gran espacio cinematográfico: el cine Gloria. Sala de cine que desde el primer momento incorporó los últimos avances técnicos para diferenciarse del resto de espacios cinematrográficos. Así contó con aire acondicionado y últimos avances en la proyección, caso de la máquina de lámparas en lugar de la de carbones o el formato Todd-Ao en 1970.

Construido en una sección de la antigua fábrica de calzado “de los Vera”, que previamente había sido salón de bailes y de boda, situado en la entonces calle José Mª Pemán, actual calle Elia Barceló, la película proyectada el día de la apertura de puerta fue “Hotel Internacional”, interpretada por Elizabeth Taylor y Richard Burton, como principales actores.

El cine Gloria permaneció abierto durante 22 años hasta el cierre de sus puertas en junio de 1985. El cambio del modelo de diversión social con la llegada de las libertades democráticas, la ampliación y diversificación de la oferta de ocio y los cambios operados en la propia producción y distribución de la industria del cine trajo un nuevo modelo de salas: los minicines. Las grandes salas de cine con una capacidad para mil, dos mil o tres mil espectadores quedaron obsoletas y fueron cerrando sus puertas, siendo pasto de la inversión inmobiliaria y contribuyendo así a la renovación urbana del parque inmobiliario eldense.