domingo, 13 de octubre de 2024

¡Ahí os lo dejo! ¡Cuando esté curado me lo llevo!

José José Gil
25 febrero 2019
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¡Ahí os lo dejo! ¡Cuando esté curado me lo llevo!

Hace un tiempo estábamos trabajando con una familia y su hijo de 14 años. Llevábamos las primeras sesiones cuando un día apareció el padre muy cabreado arrastrando de la mano al hijo. De pronto y sin mediar palabra entró en el único despacho que en aquel momento tenía la puerta abierta y exclamó con voz de hartazgo: ¡Ahí os lo dejo!, ¡cuando esté curado me lo llevo!

A continuación se dio la vuelta y se marchó dejando a su vástago en la consulta. El niño, como estatua de sal, permaneció inmóvil con la cabeza baja.

Se pueden imaginar la cara con la que se quedó el profesional que estaba en ese despacho. Pasados los primeros e impactantes segundos salió corriendo en busca del padre para que recuperara lo que “mas quería”.

Hace unos días leí en la prensa el artículo: “10 características que hacen a los adolescentes insoportables”. En él, se enumeran algunas de sus características: olvidadizos, egoístas, sabelotodos, creídos, demandantes, malagradecidos, inconscientes, malhablados, desafiantes y que se esfuerzan lo mínimo.

Ante tantas “virtudes” no es de extrañar que éste hiciera lo que a muchos le gustaría hacer: devolverlos, y una vez pasada la adolescencia, recuperarlos con veintitantos años, la cabeza “sentada” y además con un trabajo.

Pero la pregunta que habría que hacernos sería ¿Por qué un niño puede, una y otra vez, exceder la capacidad de aguante y respuesta de los padres?

  1. Nadie nos ha enseñado a ser padres y aprendemos con la práctica del ensayo/error, lo que hace que muchas veces hagamos las cosas por amor pero no sean las correctas.
  2. La familia en ocasiones pasa por malos momentos que ponen a prueba su estabilidad: pérdida de trabajo, desahucios, divorcios, etc. Aunque callados, los hijos son espectadores de la “tragedia” y si no nos sentamos con ellos para explicarles lo que ocurre, dándoles tranquilidad y esperanza, ellos sufrirán en silencio, pensando que su mundo se rompe en mil pedazos.
  3. En casa un adolescente se vuelve “mudo” y solo se comunica con otros “mudos” o con familiares “guais” (amigos de la familia o tíos y tías, habitualmente más jóvenes que sus padres). Es una etapa en la que todo lo que les ocurre lo van a interiorizar y si no pueden o no saben resolverlo, pedirán ayuda llamando la atención: caída de notas, consumo de alcohol, consumo de cannabis, robos, aumento de agresividad, etc. Un síntoma de ese momento es cuando le preguntamos mil veces ¿qué te pasa? y ellos con malos modos nos responden: ¡Nada!, ¡déjame en paz!

Nadie nos puede pedir que seamos unos padres perfectos, pero sí que nos preocupemos por ellos y nos formemos para ello.

Y cuando la situación nos rebase, acordémonos de que hay excelentes profesionales acostumbrados a trabajar con adolescentes y que seguro que nos pueden echar una mano: profesores implicados, policías y Guardia Civil expertos en estos temas y por supuesto su pediatra o médico de familia que le atenderá y, si lo ve indicado, lo derivará a las Unidades de Salud Mental o de Conductas Adictivas.

No se preocupe si su hijo quiere o no ir a ver a estos profesionales, lo más importante es que sean los padres los que acudan ante una situación que se les ha ido de las manos.

Este artículo también lo podéis encontrar en el blog http://www.adiccionesadolescentes.es 

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Mi próximo artículo se titulará:

“7 cosas importantes que aprenden los alumnos”

Gracias al trabajo de Sara Cremades González (Maestra y filóloga), podemos tener este artículo en ingles:

Here you take him! I'll take him when he is healed!

Some time ago we were working with a family and their 14-year-old son. After some sessions, his father appeared really angry, dragging his son. Suddenly, he barged in the first office he found opened and exclaimed with weariness: Here, you take him! I’ll take him when he is healed!

After this, he turned back and left leaving his offspring in the examination room. The kid, like a statue, remained immobile, his head hung low.You can imagine the face of the doctor that was in the office at that moment. A few minutes after, the father ran after him so that he could get back his ‘most precious treasure’.

Some days before I read an article in the newspaper called ’10 features that make teenagers unbearable’. On it, you could find some of the characteristics: selfish, forgetful, vain, know-it-all, unconscious, ungrateful, demanding, etc.With so many ‘virtues’ it is not strange that this man did what many of them would like to: give them back and retake them in their twenties, when they are more sensible and they have already found a job.

But the real question is: How can a kid exceed our patience over and over again?

  1. No one has taught us how to be parents. We learn by stimulus-response/error. We do everything for love, but that is not always necessarily the correct line of action.
  2. Families sometimes experience difficulties that test their stability: loss of job, divorces, eviction, etc. Even silent children are spectators of this tragedy, and if we do not explain to them what is going on, giving them peace and hope, they will suffer silently. They will think that their world is breaking into pieces.
  3. At home teenagers become ‘mute’ and just talk with the ‘coolest’ relatives (family friends, or uncles or aunts, usually younger ones). It is a period when they internalize everything that happens to them. If they cannot solve it, they will ask for help by catching your attention: failing subjects, consuming alcohol or cannabis, robbing, being more aggressive, etc. One of the most typical symptoms is asking them: What’s going on? And getting a response such as: Nothing at all! Leave me alone.

Nobody can tell us to be perfect parents, but we should take care of them and be educated for it. When the situation makes us feel overwhelmed, remember that there are excellent professionals who are used to working with teenagers and can help us: teachers, police officers, and doctors that will tend to you and help you with Mental Health or Addictive Behaviours.

Do not worry whether or not your child wants to see those professionals, the most important thing is that parents go to see them to get the situation under control.

José José Gil
José José Gil
Acerca del autor

Soy José José Gil (J.J.), Enfermero experto en las Adicciones de los Adolescentes (Alcohol, Porros, Móvil, etc…).

Trabajo tanto con las Familias como con los Adolescentes; y desde hace hace 12 años escribo el blog: www.adiccionesadolescentes.com

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