La celebrada producción de 1990 de La del Manojo de Rosas regresa a La Zarzuela de Madrid
Tras un inicio de temporada donde volvieron los experimentos -elogiados por la mayoría de la crítica especializada y denostados por musicólogos y especialistas- con la nueva producción -y destrozo incluido- de La tempranica (1), por un lado y La vida breve, por otro, el Teatro de la Zarzuela de Madrid acaba de presentar su segunda propuesta lírica de la temporada. Esta vez con una reposición de lo más exitosa. La versión de La del manojo de rosas, estrenada en el mismo Teatro de la Zarzuela el 2 de noviembre de 1990, que supuso un antes y un después en el concepto escénico de presentar la zarzuela, y que desde entonces se ha repuesto en varias ocasiones, siempre a teatro lleno en Madrid, viajando a diversas capitales y ciudades importantes españolas, como Bilbao, Jerez de la Frontera, Málaga, Oviedo en varias ocasiones, Santander, Santiago de Compostela, San Sebastián, Sevilla, Valencia y Valladolid, así como al Odeón de París y a la Ópera de Roma.
Emilio Sagi, escenógrafo que fue director artístico del propio Teatro de la Zarzuela, y posteriormente del Real madrileño y del Arriaga de Bilbao, firma esta producción, donde sobre el escenario recrea una plaza – la “Del que venga”- del Madrid de la época en que se estrenó la obra, con su bar, su floristería y su taller mecánico, ante cuya puerta se muestra un verdadero automóvil , pieza de museo, de la marca Hispano-Suiza.
Juega Sagi con figurantes, que pasean caminando o en bicicleta por la calle, dando realismo al desarrollo de la obra, y en cierta medida supliendo la carencia de números corales
Fue su abuelo, el barítono Emilio Sagi Barba, empresario en 1934 del teatro Fuencarral de Madrid, quien encargó a Pablo Sorozábal la composición de una zarzuela, con la intención de que la estrenase su hijo, Luis Sagi Vela, barítono igualmente. El músico vasco, de acuerdo con los libretistas Francisco Ramos de Castro y Anselmo C. (Cuadrado) Carreño, crearon una especie de sainete lírico madrileño, en dos actos, pleno de modernidades, tomando el título de una frase del célebre dúo de La revoltosa: “La de los claveles dobles, la del manojo de rosas, la de la falda de céfiro...”.Modernidades tales como la del propio taller de mecánica de coches y motos, donde trabaja Joaquín, el principal protagonista, o la de su oponente en amores por Ascensión -la florista- Ricardo, piloto de aviación.
Para dar satisfacción al empresario, Sorozábal dotó al personaje de Joaquín de varios números musicales de lucimiento. Cuatro dúos con Ascensión dos de ellos incluidos en las escenas de conjunto finales de cada acto. Otro con el aviador, más la romanza del segundo acto. El triunfo de Luis Sagi Vela, que contaba solo 20 años, fue arrollador. Como el de la soprano Maruja Vallojera.
La zarzuela se estrenó un martes y 13, de noviembre. Cuenta Sorozábal en sus memorias que un crítico de prensa, compositor a la vez autor de una Suite en La (2) vaticinó que la obra solo estaría unos días en cartel. Erró de todas, todas.
En el Fuencarral se estuvo representando hasta enero, a lleno por sesión. Las pérdidas que el teatro llevaba acumuladas desde que comenzó la temporada, se recuperaron con creces. Pero este teatro se cerraba, para transformarlo en cine. Antes del estreno de La del manojo de rosas estaba ya firmado el correspondiente traspaso para enero. Pero el éxito de la obra fue tal, que de inmediato se llegó a representar en otros tres teatros madrileños: Ideal, Calderón y La Zarzuela. Según Sorozábal cuando se estrenó en el Fuencarral la butaca costaba 3 pesetas. Tres meses después en La Zarzuela, justo el doble, con llenos diarios.
Fue una suerte para la propia zarzuela en sí, y para su compositor, que el libreto lo rechazase Federico Moreno Torroba (3), a quien se le había ofrecido anteriormente. Sorozábal, en sus memorias, dice que los libretistas, Francisco Ramos de Castro y Anselmo C. (Cuadrado) Carreño, le confesaron habérselo ofrecido antes que a él, al autor de Luisa Fernanda, y que este lo rechazó por que “no tenía música” debido a su modernidad.
Y fue una suerte porqué el éxito logrado fue total. Nunca se sabrá si Ascensión se hubiera convertido en la florista más popular de toda la historia de la zarzuela, de haber aceptado el músico madrileño antes que Sorozábal.
Lo que si sabemos es que esta zarzuela, a la que algunos le daban poca vida, al menos hasta 1986 cuando su autor publicó sus memorias, le rentaba beneficios todos los años, y todavía sigue viva, siendo junto a La tabernera del puerto, del mismo Sorozábal, las dos únicas obras que no se centran en ambientes rurales regionalistas, estrenadas en los años previos a la guerra entre españoles, que permanecen en repertorio.
Cuenta La del manojo de rosas con un personaje cómico, Espasa, que a dura penas canta, que fue toda una revelación. Camarero en el primer acto, del bar ubicado junto a la floristería y cobrador de autobús en el segundo.
Como su nombre indica, Espasa hace gala de conocimientos culturales notables, y una verborrea ágil con frases casi inventadas por él a lo largo de toda la trama. El modelo se tomó de un camarero de verdad, existente en Madrid. Pero se dice que el actor Francisco Arias, que estrenó el personaje, superaba en sus interpretaciones al modelo.
Vuelve Carlos Álvarez
El más internacional de los barítonos que ha dado España en los últimos treinta años, el malagueño Carlos Álvarez (4) se dio a conocer en 1990 con esta producción, que ahora se repone, de La del manojo de rosas, en el mismo Teatro de la Zarzuela. Inició una carrera meteórica que le ha llevado a actuar en los principales teatros de ópera del mundo. Pero Álvarez siempre ha manifestado sentirse atraído por la zarzuela -como la mayoría de los cantantes hispanoamericanos-. De ahí que en temporadas recientes haya protagonizado en este mismo teatro La tempestad y La marchenera, en concierto, y Katiuska en versión escénica.
En esta nueva reposición de La del manojo de rosas ha vuelto, treinta años después, para protagonizar seis de las doce funciones programadas.
Milagros Martín, su enamorada Ascensión tanto en 1990 como un año después en la primera reposición, también interviene ahora, pero no como la florista. Esta vez le toca el breve papel hablado de Doña Mariana, la madre de Joaquín. Otro veterano de guerra, el barítono-bajo Enrique Baquerizo, encarna a Don Daniel, padre de la florista.
En las seis funciones donde actúa Carlos Alvarez, tiene como compañera a la soprano Ruth Iniesta
En las otras seis los roles de Joaquín y Ascensión están interpretados por Gabriel Bermúdez y Raquel Lojendio.
El muy agradecido papel de Espasa lo protagoniza, en las doce funciones, el galardonado actor pamplonés Angel Ruiz, igual que Viçenç Esteve, como Ricardo.
La pareja cómica de Capó y Clarita también cuenta con doble reparto: David Pérez Bayona-Silvia Parejo, y Joselu López-Nuria Pérez.
En la dirección musical el madrileño Guillermo García Calvo, que ha debutado este año como titular del Teatro de la Zarzuela. Titularidad que comparte con la de la ópera de Chemnitz, en Alemania, donde afrontará a partir de febrero la Tetralogía El anillo del nibelungo de Richard Wagner.
Por razones sanitarias la orquesta estará reducida de efectivos, lo cual no debe suponer ninguna merma, dada la calidad de todos sus profesores.
A pesar de la limitación de aforo, obligada por la situación sanitaria que atravesamos, no parece que, al menos durante los primeros días, se agoten las localidades, como sí ha ocurrido en todas las ocasiones anteriores que se ha programado esta producción.
Parece ser que, al margen de esa limitación, el público madrileño “de la zarzuela” tiene respeto, o miedo quién sabe, a salir de casa.
Las doce funciones programadas están en cartel desde el pasado martes, dia 10 hasta el domingo dia 22.
Se pidió un bis que no llegó
Dice Nacho Fresno, en su crítica de la revista online Shangay.com, que la interpretación de la romanza de Joaquín “Madrileña bonita” merece en próximas funciones el bis que “nos robó en el estreno”. Información mía de primera mano, de amigos que estuvieron en esta función inaugural, así me lo certificaron. Es decir, se le pidió a Carlos Alvarez con insistencia, pero la función debe acabar antes de las 10 de la noche, por lo del COVID, y no pudo ser.
En beckmesser.com firma su crítica Arturo Reverter quien califica la actuación de Alvarez de “arrolladora”, provocando al término de su romanza la “ovación más larga y justificada de los últimos años en el Teatro de la Zarzuela”. Asimismo, deja bien patente que Emilio Sagi también fue especialmente aplaudido al término de la representación.
En la crítica de la revista online codalario.com que firma Raul Chamorro Mena, igual de elogiosa para todos como las otras, me ha llamado la atención -con él coincido y me alegro de tal afirmación- lo que dice sobre el dúo habanera: “Impecable también por parte de Alvarez resultó la evocación melancólica de “Qué tiempos aquellos, qué tiempo perdido”, en el sublime dúo habanera del último acto,un fragmento al que podrán igualar en su sustrato músico-dramático algunos de las óperas más pretigiosas, pero jamás superar”.
En líneas generales todas las críticas del estreno que hemos leído, hasta el momento de publicar este artículo, hablan muy bien de todos los protagonistas. Incluso en alguna de ellas, Shangay.com, se dice que el actor Ángel Ruiz, parece haber nacido para el papel de Espasa.
El jueves 12 por televisión vía internet
Quien disponga de internet en su televisor o pueda adaptar a él su ordenador o móvil tiene la posibilidad de seguir en directo la representación de este jueves día 12.
Cuando en 1990 se estrenó esta producción de La del manojo de rosas, cuestiones burocráticas impidieron que pudiera verse por televisión. Por aquella época sí se habían visto por la 2 de TVE algunas producciones inmediatamente anteriores del Teatro de la Zarzuela: El dúo de la africana, La chulapona, La revoltosa y El año pasado por agua. Incluso se emitieron Marina, desde Oviedo, y Doña Francisquita, desde el Liceo de Barcelona, ambas por Alfredo Kraus. Y fue una lástima que montaje tan sugestivo como el de Sagi de la obra de Sorozábal no llegase a tiempo de verse por televisión.
Pudo verse en diferido, una de las representaciones del Teatro Campoamor de Oviedo, en el Canal Clásico, de pago, que la propia Televisión Española mantuvo en antena durante algún tiempo. Está disponible por internet en youtube.
Con ilusiones renovadas y personajes cambiados, excepto Carlos Alvarez -lo cual no deja de ser un atractivo añadido- la función de este jueves, día 12, a las 8 de la tarde, se ofrecerá en directo por internet, mediante el canal youtube, la página web y el facebook del propio Teatro de la Zarzuela.
Esta vez la emisión contará con sobretítulos, para que así resulte todo más entendible para el espectador.
Quien no pueda verlo en directo, y esté interesado en hacerlo, siempre tendrá la posibilidad pues la emisión queda en youtube de forma definitiva.
Esta producción escénica de Emilio Sagi, ha sido elogiada siempre que se ha representado, y lo seguirá siendo. Con todo merecimiento. Pero en ella, donde el regista ovetense inició su andadura en la zarzuela, después de diez años dirigiendo ópera, ya comenzó a podar los diálogos, aunque de forma tímida y casi inapreciable.
Menos tímida es la supresión de un personaje actoral, que en el libreto original tiene una breve intervención. Se trata de La fisga. Vecina preguntona de Joaquín cuya aparición se produce cuando Ascensión acude a la casa de este para regalar un ramo de flores a su madre, momento tras el cual se interpreta el dúo habanera, una de las páginas más celebradas de toda la historia de la zarzuela.
Dichos recortes no rompen en nada el desarrollo de la acción. Su principal significado podemos encontrarlo en que supusieron el inicio de una costumbre que ha ido a más, y que con la última Francisquita y la reciente Tempranica del mismo teatro ha alcanzado cotas alarmantes.
El propio Emilio Sagi, en su versión de Katiuska, del mismo Sorozábal, suprimió tres personajes de un plumazo: el Conde Iván, y el matrimonio bolchevique Miska y Koska.
1*
Sobre las “modernidades” que destrozan el concepto original de algunas producciones, y que muchos críticos elogian, a modo de ejemplo por ser coincidente con la de otros muchos musicólogos y especialistas, es interesante reproducir la opinión de la Catedrática de Historia de la Música de la Universidad de Oviedo, María Enzina Cortizo, expresada en una larga entrevista publicada por la revista online codalario.com, el 1 de septiembre de 2020, realizada por Nuria Blanco Alvarez:
“En cuanto a las actualizaciones o adaptaciones, no lo veo adecuado para nada (…) (…) la zarzuela no es un género de mala calidad, ni es un género “casposo” -terrible término que no se por qué, se ha empleado para criticar el género- ni necesita que nadie venga a enmendarle la plana a hombres de teatro como eran los compositores y escritores que vivian de estrenar en aquel contexto tan frenético que era la vida teatral en el siglo XIX en España. De hecho en algunos casos recientes cuando una obra se adapta las cosas son sacadas de contexto, los chistes no se comprenden, todo se vuelve un sinsentido y la obra pierde su carácter original. (…) (…) A través de esas obras conocemos nuestro pasado, la tradición de nuestro pais, y nos reconocemos a nosotros mismos en tanto que los conflictos humanos son eternos.
Huyamos del pretencioso presentismo que nos rodea, y nos empuja a interpretarlo todo desde nuestra actualidad”.
Sobre el particular, Raul Chamorro Mena, en su crítica al estreno del pasado martes, en esta misma revista, al tiempo que elogia la reposición de esta producción, tan fiel a la realidad del momento que representa, y tan poco habitual actualmente en este teatro viene a decir: “...algo que se ha convertido en insólito en la mayoría de montajes de las últimas temporadas del Teatro de la Zarzuela, pródigo en deslocalizaciones sin justificar “adaptación de Fulano”, “versión de Mengano”.
2*
Sin duda al referirse al autor de una Suite en La, Sorozábal apunta al compositor madrileño Julio Gómez García, que ejerció labores de crítico en la prensa, siendo su dedicación principal la de director del archivo del real Conservatorio de Música de Madrid.
De su labor compositiva la citada Suite en la, El pelele y Maese Pérez el organista, son sus obras más interpretadas.
3*
Federico Moreno Torroba había estrenado ese mismo año, 1934, La chulapona, otra zarzuela de ambiente madrileño, pero ambientada a finales del siglo XX, razón por la cual hay quien opina que no quiso repetir “madrileñismo” en tan poco tiempo.
Asimismo, no faltan estudiosos que establecen comparaciones entre una y otra obra, en el aspecto musical. Al respecto el precioso dúo-habanera del segundo acto de La del manojo de rosas “Qué tiempos aquellos”, tiene gran similitud con otra preciosidad, como es el “Del pañuelito” de La chulapona. Y así es. Sin embargo, solo el de Sorozábal ha gozado de gran popularidad.
4*
Sobre la trayectoria artística de Carlos Alvarez baste decir que no ha podido actuar en fechas recientes en el Metropolitan de Nueva York, en Viena ni en Torino, debido a las cancelaciones por el COVID. Cuando acabe en el Teatro de la Zarzuela, tiene previstas actuaciones en Berlín en diciembre, para volver a España en 2021, al Liceo de Barcelona y Real de Madrid.
Bibliografía.
Pablo Sorozábal. Mi vida y mi obra.
Fundación Banco exterior Madrid 1986.
Reedición Alianza Editorial S.A. Madrid 2019
Emilio García Carretero. Historia del Teatro de la Zarzuela de Madrid. Tomo III.
Fundación de la Zarzuela Española. Madrid 2006.
Vídeos seleccionados:
Vídeo 1: Trailer promocional del Teatro de la Zarzuela.
Vídeo 2: Romanza de Ascensión de La del manojo de rosas, por Ana María Sánchez.
Vídeo 3: Dúo pasodoble de La del manojo de rosas, por María José Montiel y Manuel Lanza.
Vídeo 4: Dúo habanera de La del manojo de rosas, por Milagros Martín y Luis Cansino.
Vídeo : Romanza de Pedro, de Katiuska, por Carlos Alvarez.
Mis recuerdos más remotos que me atrajeron a la zarzuela me trasladan a sesenta años atrás. Primero escuchando los fragmentos que sonaban con frecuencia en la radio. También gracias a las fantasías, preludios e intermedios que interpretaban las bandas de música en los conciertos de las fiestas de octubre de Petrer. El templete donde actuaban estaba justo ante la fachada de mi casa.
Lo que más me gustaba de la Semana Santa es que en la radio solo se emitía música clásica. El viernes y sábado santo las emisoras enmudecían.
Lo más intenso vino en la época dorada del tocadiscos. Lo compró mi abuelo materno en 1963. La primera zarzuela que entró en casa fue Doña Francisquita con Kraus y Olaria. Es una grabación incompleta, pero suficiente para que me la aprendiese de memoria. Mi abuelo estaba impedido y era yo quien la ponía todos los mediodías y noches durante dos semanas consecutivas. A los quince días compramos un segundo disco: La generala, de nuevo con Kraus y Olaria. Y ya fuimos alternando. Después vino Maruxa. Y yo con solo 13 años me entusiasmé con ella y también la aprendí. Sí, digo bien. ¡A mis 13 años ya me encantaba Maruxa!
Ahí comenzó todo y ya no he parado. Siempre como aficionado.
Como le dice un padre a su hijo al final del documental de TVE sobre zarzuela La romanza de Madrid, de 1988, “Te acompañarán toda tu vida, porque son inmortales”.