Corcón, corcar y corcarse

Menuda “estrosa” ha hecho el corcón con los muebles en “ca” la “agüela”.
¡Nene, no te sientes en esa silla que está corcá! A ver si te vas a pegar una “culá”.
Con estas tres palabras nos referimos en Elda a lo que en castellano general son el sustantivo carcoma, el verbo carcomer y su forma pronominal carcomerse.
La carcoma es un ’insecto coleóptero del que existen diversas especies, muy pequeño y de color oscuro, cuyas larvas roen y taladran la madera produciendo a veces un ruido perceptible’, según el DLE de la RAE. El verbo carcomer hace referencia a la acción que produce la carcoma cuando ataca la madera. Carcomerse, en su forma pronominal, es el más usado.
Corcón es la adaptación, con n paragógica (final), de la palabra valenciano-catalana corcó ‘carcoma’. Los verbos corcar y corcarse tienen también la misma procedencia (corcar, corcar-se) y corresponden al castellano carcomer, carcomerse.
El DLE de la RAE solo recoge el verbo carcomerse con el significado de ‘llenarse de carcoma’, pero lo circunscribe a Aragón y Murcia, aunque por lo que hemos podido averiguar en la zona murciana sí que emplean corcón y corcarse, pero en Aragón las palabras más usuales con esos significados son quera y querarse, quedando restringidos los términos corcón y corcarse a zonas aragonesas colindantes con territorios catalanohablantes, lo que vendría a demostrar el origen catalán de estos vocablos.
Tanto corcón, como corcar o corcarse, se emplean en poblaciones castellanohablantes de la Comunidad Valenciana como Sax, Villena, Aspe, Orihuela, Villar del Arzobispo, etc., así como en Murcia, tal y como hemos mencionado anteriormente.
Existe una variante de corcón con el mismo significado, corca, también de origen catalán, que hemos documentado en casi todas las poblaciones castellanohablantes anteriormente aludidas e inclusive era usual en Almería hasta el siglo XIX, junto al verbo acorcar, produciéndose, ya en el siglo XX, las formas híbridas corcoma y corcomar al haberse cruzado corca y acorcar con carcoma y carcomer.
Esperamos con esta nueva entrada en el blog #ElhabladeElda, seguir recordando nuestra habla tradicional. ¡Sigamos hablando cagaldero!

Las casualidades existen, y así es como Antonio Gisbert Pérez y María Dolores Marcos Vila nos hemos conocido. El interés por Elda, sus gentes y costumbres es lo que ha propiciado que, por causalidad, ambos quisiéramos recuperar el habla popular de Elda, esas palabricas cagalderas que escuchábamos desde la cuna y que nos fueron transmitidas por generaciones anteriores de eldenses que amaban su pueblo.Esta huella dejada por nuestros antepasados, bien a través del lenguaje escrito y especialmente del lenguaje oral, transmitida de generación a generación, es una habla que sigue viva, que perdura a través del tiempo.
Sentimos que es nuestro deber y nuestra obligación dejar testimonio del habla de Elda a través de estas publicaciones y querer, sin pretensiones, que la forma de expresarnos en nuestro pueblo siga perdurando en el tiempo y conocida por las generaciones posteriores.Nuestro habla tradicional es una seña de identidad, nos caracteriza como miembros de un mismo colectivo y nos asegura su continuidad a lo largo de nuestra historia futura. Queda pues mucho trabajo, mucha tradición oral por estudiar y divulgar todavía y es nuestro deseo que os sintáis partícipes de este proyecto.
Estáis todos invitados. ¡HABLEMOS CAGALDERO!