Alfaro, secretario provincial PSPV: "La Diputación ha dejado de ser útil a la población y eso ha de cambiar"

Rubén Alfaro es el nuevo Secretario General provincial del PSPV de Alicante. Por delante tiene cuatro años en los que pretende conseguir la Diputación y numerosos ayuntamientos alicantinos.
¿Qué supone el cargo?
Satisfacción y una gran responsabilidad porque los compañeros han depositado en mí esa confianza de dirigir el proyecto provincial estos próximos años. Espero poder estar a la altura durante los próximos cuatro años.
Es un espaldarazo.
Así lo siento, creo que es por la trayectoria que he tenido dentro del partido y por la Alcaldía en Elda. Pero también por haber estado en diferentes direcciones, como con Ximo Puig en Valencia. Creo que los compañeros han visto que podría reunir el perfil de llevar este barco hacia delante.
Pero también por su gestión local.
Supongo. Una de las cosas que he compartido es que la experiencia que hemos adquirido en Elda desde la Alcaldía podía ser replicable a otros compañeros que ahora mismo están en la oposición y que necesitan reforzarse en esas agrupaciones locales para recuperar el poder.
¿Este cargo era su objetivo?Ha sido un proceso de escucha activa con los compañeros. Me decían que estaría bien que estuviera ahí y que será el liderazgo joven que necesitamos. Por eso di el paso de asumir esta nueva responsabilidad. Se ha rodeado de compañeros como el petrerense Fernando Portillo. ¿Cómo ha compuesto ese equipo?
Queríamos reflejar la diversidad de las siete comarcas que tiene la provincia. Pregunté a los líderes comarcales qué tipo de perfiles podían ser los adecuados. Fernando, por ejemplo, lleva el área de Cultura y Memoria Democrática, es una persona que en esas áreas ha trabajado mucho en el Ayuntamiento petrerí y lo ha hecho bien. Creo que puede aportar mucho al proyecto provincial.
¿Qué objetivos se ha marcado? Intentar recuperar las máximas alcaldías posibles en la provincia de Alicante por parte del Partido Socialista. Y si recuperamos muchas alcaldías a lo mejor podemos conseguir que la Diputación cambie de signo, ¿no? Y que, por primera vez en veintitantos años la Diputación pueda tener un presidente o presidenta socialista. Por supuesto también ayudar a mejorar el resultado electoral autonómico para la compañera Diana Morant, que será la próxima presidenta de la Generalitat.
¿Su intención es ser presidente de la Diputación?
La verdad es que no me lo he planteado, llegará en su momento cuando se abra el debate de quién puede ser presidente o presidenta. Lo que sí que sabemos es que la Diputación necesita un cambio. Es una institución anquilosada en el pasado, lleva veintitantos años al frente el Partido Popular y ha dejado de ser una institución útil a los ayuntamientos y a los ciudadanos. No se responde de una forma útil, moderna, ágil, a los retos que tienen hoy en día muchos ayuntamientos. Se han acomodado, hay un parálisis importante.
¿Cómo se podría mejorar la Diputación?
Sobre todo modernizando muchos de los procesos. Por ejemplo, el Partido Socialista ha criticado que no forma parte de los fondos de cooperación municipal. Es algo que es bueno, no entendemos por qué siguen frenándolo. Esos fondos son los que reparte la propia Diputación en poquitas subvenciones porque tienen que preparar el papeleo. De esta forma es directamente darle el dinero a los ayuntamientos y que lo inviertan donde los vecinos quieran.
También tenemos un gran problema, la nula ayuda, por ejemplo, a la retención del talento en la administración local. Hay ayuntamientos pequeños o medianos que tienen una dificultad tremenda para tener arquitectos, ingenieros, abogados o técnicos de administración en general. Están desamparados y hoy en día se necesita todo ese recurso humano para que los pueblos se muevan, y la Diputación hoy en día no hace absolutamente nada.
Llega en un momento en el que hay una gran indignación con el presidente Carlos Mazón.
Estamos haciendo una campaña para poder votar. Pedimos que se le dé la voz al pueblo. La situación de la Generalitat es insostenible. No hay una normalidad democrática. Más allá de las responsabilidades judiciales, hay una responsabilidad moral porque el presidente de la Generalitat Valenciana no estuvo en el peor momento que pasaba su pueblo. Tenía que haber estado y sigue sin dar explicaciones de lo que estuvo haciendo en todas esas horas.
Se sabe que se avisó antes de las 15 horas de que iban a colapsar los barrancos y él estaba comiendo. Tampoco ha recibido a las víctimas y no es normal. Pero sé que el día que se sepa de verdad lo que estaba haciendo habrá una indignación muy fuerte en el pueblo valenciano. Por eso se tiene que ir.
La memoria también la tenemos que cultivar por la dignidad de los fallecidos. Había herramientas como un sistema de alerta que hubiera hecho que mucha gente se pusiera a salvo.
Hablando de la situación política actual, ¿Cómo ve los aranceles de Trump?
Parece que nos ha dado 90 días. Asistimos preocupados porque una guerra arancelaria no hace bien a nadie, perdemos todos. Son aranceles injustificados, porque hoy le vale un 30%, mañana puede ser un 90%, y al siguiente un 120%. Se nota que no hay previsión, es más generar el caos.
Hay políticos que aprovechan el malestar.
Consiguen votos por un cabreo. Para que una sociedad avance no puede estar soportada en el odio. Renegar de las instituciones públicas, de la diversidad cultural, de la social, de la intergeneracional, de la igualdad... Debemos ser la parte de la sociedad a la que gusta el progreso, crecer, mirar hacia adelante. Hay que hacer pedagogía y trabajo con esta gente para que abandonen ese tipo de discursos. Tenemos que luchar contra la normalización del mal. Y esto hoy en día lo representan estos discursos de odio y ultras no nos hacen bien.
¿Seguirá como alcalde?
Quiero seguir. Es el mejor regalo que he tenido en política. Mi intención es presentarme a las próximas elecciones. Esto es un cargo orgánico dentro del partido que vendrá para ayudar y dinamizar el partido, pero mi compromiso sigue estando ahí porque creo que aún tenemos cosas que cambiar en la ciudad. Me quedan inversiones que terminar.