El maestro Gorgé recupera su calle

Bien es sabido como cada régimen o partido político en el poder utiliza el nomenclátor del callejero urbano para distinguir o reconocer hechos y personajes públicos afines a su ideología y valores, castigando a su vez con la “damniato memorae” a quien no se considera digno de tal honor. Y eso es lo que pasó el 5 de julio de 1939 cuando, a tres meses de la finalización de la guerra civil, el ayuntamiento eldense, presidido por Francisco Vera Santos, acuerda en sesión plenaria la depuración de los nombres del callejero eldense y su sustitución por otros más acordes a la nueva España naciente.
De la larga lista de 65 calles y plazas cuyos nombres fueron sustituidos, vamos a quedarnos con la nueva dedicada al “General Cabanellas”. Nuevo nombre pero de corta vida con esa intitulación. Vial de la ciudad que naciendo en la plaza Sagasta se proyecta rectilínea hacia el Sur hasta la avenida de las Acacias.
El nombre depurado fue el del eldense de adopción Ramón Gorgé Soler, músico alicantino afincando en Elda desde principios del siglo XX, cuya labor y trabajo al frente de la banda musical Santa Cecilia le permitió alcanzar un gran admiración social en vida. Reconocimiento al desarrollo cultural de la ciudad que fue perpetuado por la corporación municipal salida de las elecciones del 12 de abril de 1931, cuando a propuesta del concejal Maximiliano García Soriano, se acuerda cambiar el nombre a la calle “Guzmán el Bueno” y ponerle el nombre de “Ramón Gorgé a la calle que partiendo de la plaza Sagasta desemboca frente al huerto del Sr. Porta”. Y entre abril de 1931 y julio de 1939, así fue denominada aquella calle.

Desconocemos la filiación o militancia política del maestro Gorgé que pudiera motivar aquella depuración política del año 1939 de un eldense cuyo nombre estaba y está escrito en letras de oro en la historia de ciudad; o simplemente fue el deseo de borrar todo rastro de actividad legislativa de las corporaciones municipales republicanas.
Sin embargo, poco recorrido tuvo el nuevo nombre del general Cabanellas (1872-1938), homenajeado por ser uno de los generales sublevados contra el gobierno de la República el 18 de julio de 1936 y el que presidiera la Junta de Defensa Nacional constituida en Burgos por ser el general de división de mayor antigüedad entre los sublevados.
Pero su nombre apenas figuró en las calles de Elda un año, un mes y 25 días. Aprovechando la petición oficial realizada por don Vicente Coronel Rico, yerno de don Ramón Gorgé, para que se enmendara la decisión municipal del 5 de julio de 1939, el viernes 30 de agosto de 1940, el pleno municipal acordaba rotular de nuevo la calle al Maestro Ramón Gorgé y dar el nombre del general Cabanellas a otra calle de la ciudad. Hecho que, evidentemente, nunca tuvo lugar.
Sin lugar a dudas, y como muy bien expresó el director de cine Alejandro Amenábar en un lograda escena de la película “Mientras dure la guerra” (2019), el pasado masón del general Cabanellas pesó más que su adhesión a la rebelión. Hecho le estigmatizó y que no le fue perdonado por sus compañeros ganadores. Y a pesar de formar parte de los vencedores, a su memoria también le fue aplicada la misma “damnatio memorae” que a los vencidos.


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