sábado, 20 de abril de 2024

Bandoleros y salteadores en Elda

Gabriel Segura
20 marzo 2021
5.483
Bandoleros y salteadores en Elda

Larga es la tradición española de bandoleros y salteadores de caminos a lo largo de la historia. Sin embargo, y por influencia de la serie televisiva “Curro Jiménez” tendemos a pensar que el bandolerismo fue un fenómeno únicamente de las primeras décadas del siglo XIX, cuando realmente ya desde la Edad Media tenemos constatada la existencia de salteadores de caminos o collerats.

La villa de Elda no se salvó de los bandoleros ni en la Edad Media ni después de la guerra de la Independencia o del Francés. Primero su condición de villa de frontera, entre el reino de Valencia y el reino castellano de Murcia y su posición en el camino de Granada-Murcia a Valencia y, posteriormente, la carretera de Alicante a Madrid, al tiempo que ser considerada como lugar de parada y fonda con postas de las diligencias, hicieron que sus alrededores fueran frecuentados por bandoleros y salteadores.

Poco o nada se ha escrito al respecto. Pocas son las noticias conocidas al respecto, quizás como déficit de la investigación, pues todo queda centrado alrededor de la omnipresente figura de Jaime Alfonso Juan, más conocido como Jaime “el Barbudo” (1783-1824), que junto con su cuadrilla sembró el pánico en las tierras a caballo entre Murcia y Alicante.

Jaime Alfonso, mas conocido como Jaime "el Barbudo"

En una ocasión el bandido crevillentino se apostó en el hoy desaparecido “estrecho de Salinetas” entre Elda y Novelda, aguardando al acecho. En muy poco tiempo detuvieron y robaron a una galera valenciana; a una recua de mulas procedente de Cuenca; a un carro de Albacete y a un traficante catalán. El botín que obtenido se componía de telas finas, relojes y un buen surtido de joyas.

Otros episodios de bandolerismo que merece traer a la memoria colectiva, acontecidos en los alrededores de la villa de Elda fueron los protagonizados en 1834 por la cuadrilla formada por los bandidos conocidos como Barbarroja, Mitjabarra y Pitxaque que actuaban también en los caminos y que protagonizaron un asalto, robo y paliza al escribano del Juzgado de Elda en la partida de Santa Bárbara, de Petrer, cuando acudía a dicho predio para comunicar una providencia a los regantes de allí en el litigio por el uso de agua de las fuentes de Elda.

Por último, comentar que hace 200 años, el 20 de marzo de 1821, el comandante de la Milicia Nacional de Monóvar, Salvador Pérez, recibe la noticia de la presencia de una cuadrilla de salteadores en el camino entre Monóvar y Elda. Ante este hecho, el comandante reunió a 15 milicianos y se dirigió hacia el sitio indicado por las fuentes informantes. No consiguiendo alcanzarles pues previamente habían emprendido la huida.

Para acabar con la inseguridad generada en los caminos y comunicaciones entre las capitales provinciales, ciudades y pueblos en marzo de 1844 fue creada la Guardia Civil, como cuerpo de seguridad pública profesional, de ámbito nacional y con un amplio despliegue territorial, que permitiera responder eficazmente a las necesidades de seguridad de la España de mediados del siglo XIX en pleno proceso de transformación entre aquella España del Antiguo Régimen y el nuevo estado liberal en el que la burguesía de las ciudades requería tranquilidad en la circulación de personas, mercancías y capitales.

Carruaje de la compañía Diligencia del Poniente de España, que hacía el trayecto entre Oviedo y Madrid en el siglo XIX.

Gabriel Segura
Gabriel Segura
Acerca del autor
Leer más

Bloqueador de anuncios detectado

Por favor, desactiva el bloqueador de anuncios o añade www.valledeelda.com a la lista de autorizados para seguir navegando por nuestra web.

Volver a cargar

Las cookies son importantes para ti, influyen en tu experiencia de navegación. Usamos cookies técnicas y analíticas. Puedes consultar nuestra Política de cookies. Al hacer click en "Aceptar", consientes que todas las cookies se guarden en tu dispositivo o puedes configurarlas o rechazar su uso pulsando en "Configurar".

Aceptar Configurar